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¿Cuáles

son los alcances


del juicio oral
ante los problemas
del proceso penal
en México?

Sin duda, varias de las percepciones públicas acerca de la justicia penal INTRODUCCIÓN:
mexicana son válidas: la atención al público en agencias de Ministerio Pú- Ineficiencia y arbitrariedad
blico es lenta, burocrática, e ineficiente. Ir a denunciar equivale a deposi- en el sistema penal en
tar la denuncia en una caja negra. La mayoría de los delincuentes son atra- México
pados en flagrancia. El sistema es perfecto para sancionar al miserable pero
torpe para localizar y sancionar al delincuente sofisticado. Finalmente, la
defensoría de oficio es una institución delgada y débil frente al poder de
la procuraduría.
En efecto, podemos resumir en dos los problemas generales que desde
hace tiempo hacen de México el territorio dócil para la peor combinación
de los males posibles en un sistema penal: violación sistemática de dere-
chos e impunidad casi total.
La violación rutinaria de derechos humanos en el proceso penal mexi-
cano se manifiesta en la carencia sistemática de abogados defensores pre-
parados y efectivos, en la permisión de abusos de poder por parte de agen-
tes de ministerio público, en la casi total ausencia de escrutinio de los jueces 1
Dos ejemplos sirvan de muestra:
sobre el trabajo de la policía y ministerios públicos, sumándose a esto el “pero si una confesión es
obtenida mediante golpes, y ésta se
perverso endoso por parte de la Suprema Corte, que con varias de sus encuentra corroborada con otros
decisiones ha terminado por borrar del derecho mexicano parte importante datos que la hacen verosímil, no por la
actitud de los elementos de la policía
de la herencia del debido proceso1. Por otro lado, en términos de la magni- se deberá poner en libertad a un
tud que alcanza la impunidad, este es un país donde el juicio penal es la responsable que confesó plenamente su
intervención…” (Semanario Judicial de la
única ruta posible hacia la punición estatal, y donde sin embargo, sólo uno Federación versión CD ROM: IUS 2002,
Tesis VI, 2º. J/346). O “la sola detención
de cada 100 delitos desembocan en juicio. La incapacidad de la policía y arbitraria no es suficiente para
procuradurías en el “combate a la delincuencia” significa que el sistema no estimar que la confesión rendida ante
Ministerio Público... fue bajo un estado
sabe cómo investigar y consignar ante los jueces penales cualquier activi- psicológico anormal producido
dad criminal compleja: abuso sexual, violación, secuestro, tráfico de meno- por la violencia…” (Semanario Judicial de
la Federación versión CD ROM: FIUS 2002,
res, crimen organizado, homicidio intencional, son sólo algunos de los ejem- Tesis VI, 2º. J/109). Otros muchos ejemplos
plos donde la sociedad civil recientemente ha puesto el dedo en la llaga. se encuentran disponibles en esta fuente.
Frente a este problema dual, la propuesta más conocida es la propuesta
¿CUÁLES SON LOS ALCANCES DEL JUICIO ORAL PARA RESOLVER LOS PROBLEMAS DEL PROCESO PENAL EN MÉXICO?

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Antes y después del envío
de la iniciativa presidencial, otros
partidos políticos, e incluso la propia del Presidente Fox, enviada en marzo de 2004 al Congreso.2 La iniciativa
Presidencia, habían enviado
iniciativas con propósitos similares. presidencial propone crear juicios orales, eficientes y públicos, para susti-
Todas las propuestas merecen una
discusión y análisis técnico
tuir al anquilosado sistema del grueso expediente legal cosido, redactado
profundo, y quizás el método más por el secretario.
eficiente consista en discutir
primero las ideas políticas que deben Este ensayo sirve al propósito de imaginar un sistema de justicia alterna-
inspirar la reforma del sistema tivo al nuestro y, al mismo tiempo, evaluar los alcances reformistas de la pro-
penal antes que discutir el
detalle de su expresividad legislativa. puesta presidencial ante el Congreso. La primera sección contrasta la ope-
ración de nuestro sistema de justicia penal con aquél ya en práctica en
Temuco, Chile y que, sin duda, representa la reforma penal más exitosa de
la región latinoamericana. Esta comparación se sintetiza en una tabla. El
documento termina con la evaluación de la propuesta presidencial identi-
ficando los retos para lograr la reforma deseada.

El juzgado Para algunos observadores, el sistema de justicia penal mexicano es, a gran-
penal mexicano des rasgos, un procedimiento centrado en el papel, incapaz de defender o
acusar apropiadamente a los acusados, donde no hay jamás alguna interacción
directa entre el juez y los acusados. Parece haber solamente interacciones
mediatizadas por el papel entre los acusados y algunos funcionarios del juz-
gado. Las enormes pilas de papel cosido a fuerza de hilo, y taladro, que lla-
mamos expedientes, revelan que los casos son procedimientos aparente-
mente insustanciales, torpemente organizados y sedientos de la tecnología
judicial moderna.
Es difícil reconocer los juzgados penales locales mexicanos como tales
a primera vista. Ninguna de las imágenes que tenemos de una corte empa-
tan con lo que se ve en ellos y parecen más bien una oficina burocrática
cualquiera. Computadoras nuevas se ubican junto a viejas máquinas de
escribir utilizadas para producir copias al carbón de documentos. El soni-
do de las viejas impresoras de matriz de punto se mezcla con la radio que
escuchan algunos empleados. Aunque parece haber una enorme cantidad
de movimiento en el juzgado, que en realidad es una oficina, mucho de esto
no parece estar relacionado con el proceso de la justicia. No es raro ver
empleados comiendo en su escritorio, comprando a un vendedor ambu-
lante o boleándose los zapatos mientras los acusados permanecen obser-
vando, desde la lejana reja de prácticas, las espaldas de los empleados y del
propio juez que atienden su caso. Nada parece comunicar la dignidad y el
sentido de que algún proceso importante está ocurriendo.

El juzgado En la opinión de algunos expertos, los juicios orales realizados en la ciu-


penal de Temuco dad de Temuco, Chile son una cita puntual entre los jueces de sentencia,
la fiscalía, la defensa y sus respectivos testigos en un espacio adecuado
para sostener una audiencia pública. Y la observación permite confirmar

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esto.3 Lo que ocurre en la audiencia de juicio oral es una rendición de

ROBERTO HERNÁNDEZ
3
Gracias al apoyo del CEJA
y de RENACE, el autor produjo
cuentas de las varias instituciones que intervienen en el proceso penal: un video titulado Justicia Expuesta
cada uno aporta testigos y pruebas que tienden a fortalecer, coherente- que compara el juicio chileno
con el juicio mexicano y que está a
mente, su versión de los hechos. Y el juez, o conjunto de jueces (que son disposición de los interesados.
tres) tienen una libertad de decisión acotada no solo por la controversia
abierta y publica, entre las partes, sino también apoyada por una infraes-
tructura arquitectónica adecuada, y por un proceso que está estructura-
do para que el día de la audiencia de juicio oral sea la primera vez que se
sientan a oír cualquier dato, testimonio o versión de los hechos.

El juicio mexicano escrito, contrario a las promesas que parecería ofrecer El juicio oral
la tecnología del expediente y que consistían en dar certezas acerca de datos, frente al juicio escrito
pruebas y versiones, en realidad multiplica las posibilidades de que perso- mexicano
nas inocentes se vean condenadas. La infraestructura física del juzgado
mexicano no le hace justicia al principio de publicidad de la audiencia, ya
que con dificultad puede escucharse por terceros, y el propio acusado, lo
que ocurre durante las mismas. Lo mismo puede decirse respecto del prin-
cipio de presunción de inocencia, totalmente distorsionado igual que el
rostro del acusado tras la llamada “reja de prácticas”, el lugar desde donde
se toma la declaración de los acusados. La posibilidad de que el juez sea
imparcial es una hazaña en una sistema que no solo aglomera las funciones
de la prisión preventiva y de la sentencia, sino que además expone al juez a
una averiguación previa que viene investida con fe pública –es decir, el juez
tiene que contaminarse con los datos del juicio antes de la audiencia prin-
cipal–. Más aún, la inclinación de la balanza es tal que la disparidad de re-
cursos disponibles para el Ministerio Público supera con mucho no solo a
los de la defensa, sino hasta los del propio juez.
Con el fin de resaltar con mayor facilidad algunos puntos determinan-
tes, la tabla siguiente pone el modelo del “juicio oral” o juicio acusatorio
de cara con el “juicio escrito” (o inquisitorio) actual:

Tema Juicio Oral Juicio Escrito

Transparencia y Seriedad: Los estenógrafos graban la audiencia auto- Los mecanógrafos pueden sin dificultad
Registros máticamente, y transcriben el juicio verbatim asentar en el expediente su propia versión
(tal cual se dijeron las cosas). La transcrip- de los hechos. En vez de usar verbatim, usan
ción verbatim de todo lo dicho está lista un narrativa indirecta. Las posibilidades de ex-
par de horas después del juicio. La infraes- torsión (cuando el mecanógrafo quiere
tructura de registro cuenta con impresoras asentar cosa distinta a lo dicho), en particu-
silenciosas (láser) y es ultra moderna. lar asentando cosas que perjudican al acu-
sado, son el pan nuestro de cada día. La in-
fraestructura de registro en el juzgado es
anticuada y ruidosa, emplean impresoras de
matriz de punto. El ruido impide escuchar

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¿CUÁLES SON LOS ALCANCES DEL JUICIO ORAL PARA RESOLVER LOS PROBLEMAS DEL PROCESO PENAL EN MÉXICO?

Tema Juicio Oral Juicio Escrito


lo que se dice en la audiencia pública, y la
estructura de dos Secretarías impide la su-
pervisión del juez, por momentos.
Rendición de Cuentas: El juicio es una batalla por la imaginación El juicio es irrelevante pues la prueba minis-
Relevancia del Juicio del juez. Es decir, el juicio está diseñado para terial tiene validez porque la ley dice, o por-
exponer al juez, por vez primera, a versio- que está escrita, sellada oficialmente, y firma-
nes posibles de los hechos o cuestiones le- da, sin importar que sea incompleta o no
gales controvertidas. Y el juez decide en un razonable. El “auto de formal prisión”, do-
ámbito de libertad acotado por la publici- cumento que registra la decisión acerca de la
dad, la contienda entre las partes, la credi- prisión preventiva, es un templete casi idén-
bilidad de las versiones. tico de la sentencia, es decir nuestro sistema
no garantiza que tenemos jueces imparciales.
Imparcialidad El juez de sentencia tiende a ser imparcial El juez tiene algún contacto con la prueba
porque la primera vez que oye a las partes desde que toma decisiones para dictar el
es el día de la audiencia de juicio oral. Las “auto de formal prisión” (la decisión sobre la
conversaciones ex parte (sin la presencia de prisión preventiva) o girar orden de aprehen-
la otra parte) están terminantemente prohi- sión. Su imparcialidad esta comprometida
bidas. El juez de sentencia no es el mismo constantemente por el propio sistema y
juez que toma decisiones sobre la prisión puede oír a las partes por separado en su
preventiva (juez de garantía). Y conduce el oficina.
juicio públicamente frente a las partes.
División de funciones judicia- Hay un juez de garantías. Esto significa que El mismo juez de sentencia aglomera las
les y judicialización de etapas el juez que decide acerca de la detención funciones de instrucción y de sentenciar. El
previas previa al juicio, el plazo de investigación que juez es propenso a inclinarse hacia las peti-
se otorga a la fiscalía, y que controla el de- ciones del Ministerio Público ya desde que
bido proceso en la investigación policial, no emite un auto de formal prisión o la orden
es el mismo que decidirá el caso. de aprehensión, pues cree conocer el caso
del Ministerio Público, y además, porque le-
galmente la prueba que el Ministerio Públi-
co aporta tiene “fe pública”, es decir, cons-
tituye verdad legal.
Relación con la prueba Hay una relación directa con la prueba para Ninguna de las partes del juicio, (Ministerio
todas las partes. De hecho, las partes parti- Público, defensor o juez) tienen una relación
cipan directamente en la producción de la directa con la prueba, ni con su producción.
prueba en colaboración con peritos y poli- La averiguación previa es conducida por un
cías capaces, en el sentido de que las partes agente que es distinto de aquél que habrá de
se preparan para emprender la actividad usarla en el juicio. La defensa, por su parte,
probatoria que consideran más relevante no genera pruebas previas a la presentación
con días de anticipación. del caso en juicio, sino que inventa su estra-
tegia en el momento, la cual es frecuente-
mente intrascendente.
Eficiencia Las audiencias se realizan con eficiencia y La práctica consiste en que las audiencias se
faltar a ellas tiene un costo tremendo para el difieren cuando falta cualquiera de los cita-
ausente o alguna de las partes. dos. De hecho, se estima que 40% de las
audiencias se difieren, lo cual hace que pro-
cesos que pudieran durar uno o dos días se
extiendan durante varios meses.

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ROBERTO HERNÁNDEZ
Tema Juicio Oral Juicio Escrito
Eficiencia en el funciona- El sistema se concentra en que el juez ten- El sistema se concentra en generar un expe-
miento del sistema ga una relación significativa con la prueba, diente. Se asume que lo que está en el
y en que el juez pueda formarse una versión expediente,“no está en el mundo”. De hecho,
de los hechos. el juez delega incluso la función de redactar
la sentencia, tarea que está a cargo de un “se-
cretario proyectista”, quien igual que el juez,
tampoco tuvo ninguna relación directa con
la prueba.
Delegación de funciones No hay delegación. El juez ejerce sus atri- El juez delega sus funciones en actuarios,
buciones directamente. Las posibilidades de secretarios de acuerdos y otros funcionarios.
corrupción por intermediación de funcio- Cada que un funcionario tiene que decidir
narios, desaparecen. alguna cuestión (notificación, fotocopias)
aparecen posibilidades de corrupción.
Calidad de la Información Hay una estrategia legal para cada caso, y No se hacen consideraciones estratégicas:
ésta es dirigida o en todo caso, en cada La responsabilidad sobre un caso se fractura
momento del juicio, concentrada en una entre varias personas, sin que implique coor-
sola persona. Tanto fiscales como defenso- dinación. Cada que el expediente cambia de
res de oficio normalmente acompañan un oficina, cambia también de responsable. El
caso desde que lo reciben, a través de todas fiscal que conduce la averiguación previa es
las instancias por las que transite, desde la distinto del fiscal que litiga el caso frente al
investigación policial hasta la posible ape- juez. El defensor de la averiguación previa
lación (también significa que cuando lo en- (si hubo) es distinto del defensor ante juez.
tregan, se pasan la estafeta). También son distintos los funcionarios que
en su caso, litigan la apelación.
Calidad de la prueba No hay prueba que tenga alguna credibili- La prueba, en la ley o en la práctica, tiene una
dad preconstituida. Sólo la prueba que se validez predeterminada. En la medida en que
vierte dentro de la audiencia del juicio oral el Ministerio Público tiene lo que se llama
tiene validez, pero su validez no está deter- “fe pública” (facultad para crear verdades
minada por la ley sino por su capacidad para legales) puede validar su investigación an-
convencer al juez de que representa una tes de llegar al juicio, y por lo tanto, sin ne-
versión legítima y creíble de los hechos. cesidad de persuadir al juez. En consecuen-
cia, el juicio es virtualmente irrelevante.
Actitud La arquitectura y la cultura promueven una La atmósfera no es respetuosa. Los juzga-
atmósfera de respeto y la atención se cen- dos son transitados por vendedores. Los
tra sobre las pruebas. funcionarios se distraen escuchando la ra-
dio a lo largo del día. Los acusados pueden
esperar largo rato tras la “reja de prácticas”
antes de que alguien les preste atención. Los
jueces pueden bolearse los zapatos en su
oficina y emprender otras actividades en ge-
neral posiblemente concordantes con la
producción de textos, pero plenamente in-
compatibles con sostener la audiencia.
Indumentaria El acusado se presenta al juicio vestido El acusado se presenta al juicio vestido de
como civil, y bajo una relativa libertad físi- reo, antes de ser juzgado, es ya un prisione-
ca, vigilada por un guardia de seguridad. El ro, y está a la vista de las partes detrás de una
resto de las partes portan traje formal. reja de prácticas que está conectada con la

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¿CUÁLES SON LOS ALCANCES DEL JUICIO ORAL PARA RESOLVER LOS PROBLEMAS DEL PROCESO PENAL EN MÉXICO?

Tema Juicio Oral Juicio Escrito

penitenciaría. En resumen, su trato como


acusado es como si ya hubiera sido conde-
nado y su apariencia vulnera la presunción
de inocencia. Salvo por el juez y algunos
pocos funcionarios, muchos oficiales portan
vestido informal.
Arquitectura El sistema asume que la presencia del juez La arquitectura del juzgado asume que la pre-
es imprescindible en la audiencia. sencia del juez no es necesaria. Cada juzga-
do tiene dos “secretarías”, es decir, dos espa-
cios separados dónde sostener audiencias.
Esto significa que el juez puede, y de hecho,
tiene que delegar sistemáticamente sus fun-
ciones (apoyarse en otros funcionarios que no
son jueces) para que dos audiencias ocurran
simultáneamente, con la consecuente dismi-
nución del control sobre la prueba.
Infraestructura La arquitectura del juzgado está al servicio La arquitectura del juzgado es más bien
de la audiencia del juicio oral. La infraestruc- como de una oficina de mecanógrafos, y está
tura es adecuada para que el juicio sea pú- orientada a la producción, cocimiento e
blico, ágil y grabado por un estenógrafo. La impresión de expedientes. Los procesos de
finalidad instrumental es tener la audiencia. decisión del juez respecto de condenar o
absolver son misteriosos. La finalidad instru-
mental es producir el expediente.
Función de los espacios Los funcionarios concurren al juzgado, pero Los funcionarios, agentes del Ministerio
no “residen” en él, el juzgado está diseña- Público, defensores y jueces, conducen sus
do para sostener la audiencia. procesos de trabajo en el juzgado, el juzga-
do es su oficina además de ser el espacio
donde se sostiene la “audiencia”.

Puntos de partida Si bien la reforma tiene objetivos políticos que están a la altura de cualquier
y puntos de llegada: verdadera democracia del mundo, tiene también un texto legal precario. Lo
complejidades de la que sigue es la identificación de algunos rubros que representan retos o
implementación del juicio deficiencias en la propuesta presidencial.
oral frente a la
propuesta presidencial

Falta de oralidad y publicidad El texto no explota la oralidad en las etapas previas al juicio: la interacción
de etapas previas al juicio rápida y eficiente con víctimas y testigos, y acusados. Y desde aquí estorba
los objetivos políticos por ser leal a fórmulas legales vacuas, que regulan la
actividad del fiscal y la actividad probatoria y que, en última instancia, ori-
llarán al fiscal, de nuevo, a valuar un trámite por encima de consideracio-
nes estratégicas y de la solución del conflicto humano ante él.

Abuso de la prisión En el texto de la reforma, la presunción de inocencia no está operaciona-


preventiva lizada de manera tal que las personas puedan atender a su proceso estando

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en libertad (cuando esto no represente riesgos de fuga o peligro para la so-

ROBERTO HERNÁNDEZ
ciedad). Es decir, persistirá la tendencia a tener los reclusorios repletos de
población que no es aún juzgada, y que representa un costo social enorme
por cada juicio y para las personas. Por ejemplo, la propia reforma acoge la
tendencia de catalogar delitos como graves y no graves, que significa que la
legislatura decide por los jueces acerca de la prisión preventiva. Si esto ocurre
a nivel federal, las legislaturas estatales lo harán igual.

El texto legal de la reforma ni siquiera ha tocado las necesidades informáticas La oralidad pide audiencias,
y logísticas de un sistema que funcionaría a base de audiencias. Y la en vez de expedientes
normatividad sigue convocando al expediente y dictando reglas sobre su
integración. Por otro lado, el diseño del sistema de recursos es inadecuado,
porque depende del expediente, e invita la intervención de los jueces de
apelación más allá de lo deseable. Lo que necesitamos erradicar para tener
un proceso ágil, público y oral, no es sólo el expediente.

La propuesta no exige realmente la publicidad de la audiencia ni del resul- Publicidad optativa


tado del juicio al instante después de concluida. Así, se debilita el sistema
de rendición de cuentas que favorece el juicio oral.

Si bien se establece el ampliamente aceptado estándar de la duda razonable Ausencia de estándar


(que se debe probar la culpabilidad “más allá de toda duda razonable”) y es probatorio moderno
así desde los primeros artículos de la propuesta, en realidad seguiríamos
funcionando con un sistema de prueba tasada (que es su antónimo y que
consiste en que la prueba es anulable por falta de formalidades, indepen-
dientemente de su credibilidad). En realidad, la finalidad de que exista un
estándar probatorio moderno, como el de la duda razonable, es desregular
la prueba. Un sistema probatorio moderno en realidad sirve para
desburocratizar el proceso y elevar la capacidad de respuesta del sistema.
Promueve además el desarrollo técnico al interior de las instituciones. Así,
no tendría que periódicamente reformarse el derecho probatorio tan sólo
para adaptarlo a la natural evolución científica. Pero la reforma no hace
descansar la validez de la prueba en el estándar de la duda razonable, sino
en el cumplimiento de formulismos legales.

Su interacción con los jueces y la policía necesita claridad en cuanto a cuándo Falta de diseño de gestión del
se inicia una averiguación previa, por qué, y cómo se termina, cómo se decide Ministerio Público
qué casos deben llevarse a juicio. Lo que se lleva al costoso juicio, debe ser
la menor cantidad de casos. En general, la averiguación previa sigue siendo
la única respuesta posible ante la denuncia. Recordemos que el sentido de
modificar el Ministerio Público es que no todo tenga que ir a juicio, como
hoy, por lo tanto, hay que cuestionar la utilidad de la averiguación previa y
mirar la diversidad de respuestas penales que otros sistemas penales han
diseñado.

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La policía mexicana, a nivel estatal y federal, se debate inútilmente acerca
¿CUÁLES SON LOS ALCANCES DEL JUICIO ORAL PARA RESOLVER LOS PROBLEMAS DEL PROCESO PENAL EN MÉXICO?

Debilidad investigativa
de la policía de si su rol es la prevención del delito o la investigación, Y si bien se refiere
a ellas, la propuesta no resuelve con claridad cómo se atenderán éstas ne-
cesidades.

CONCLUSIONES El “juicio oral”, y el conjunto de intervenciones que convoca, es tal vez la


mejor política pública para cambiar lo que nos disgusta de nuestra justicia
penal: la odiada lentitud con la que recibe denuncias e investiga delitos y la
incertidumbre e impunidad con la que premia la carencia casi total de de-
bido proceso. Quitarle lo tentativo a esta aserción implica tener mayor in-
formación pública, y por tanto, mayor transparencia. Debe mejorar la ren-
dición de cuentas de agencias de ministerio público, en la defensa y la
judicatura, estatal y nacional. Hoy son instituciones oscuras e impenetra-
bles para el mirar ciudadano.
El Congreso tiene frente a sí una reforma al juicio penal que es tal vez
pertinente en su diagnóstico del problema, pero incompleta en puntos clave
de la solución y técnicamente deficiente. Las fallas no son, como a algunos
les podrían parecer, detalles en el diseño legislativo ni imposiciones
culturalmente ajenas: El contexto actual es la cultura del expediente, la in-
fraestructura institucional inadecuada y la subcultura del juicio penal. La
reforma tiene que ser intolerante con esa cultura y con esa arquitectura. Y
sin embargo, cede en puntos fundamentales.
Los autores de la reforma no tuvieron claro que en todo proceso de re-
forma hay que generar un cambio cultural, y en cómo estructurarse para
producir ese cambio. Los cambios culturales nunca se logran sólo con le-
yes. Para el proceso penal, será una gran hazaña pasar de una cultura legal
que cree en los papeles, a una que se confía en la oralidad. De una cultura
legal de puertas cerradas, a una cultura legal de transparencia. De una cul-
tura legal que es formal en su idioma, y totalmente informal en su actuar,
a una cultura legal seria y comprometida con el servicio a la sociedad. Evi-
dentemente, la propuesta legislativa es muy valiosa como punto focal de
discusión. Sin embargo, la vacilación acerca de si la implementación de la
reforma enfrenta a la cultura del expediente, convoca el riesgo del fracaso
de sus objetivos políticos.
Es verdad que podría ser socialmente muy costosa una aprobación sin
una discusión extensa que genere consensos acerca del problema y acerca
de cómo poner en ejecución las soluciones. Sin embargo, la realidad es que
es ya también muy costoso quedarnos con las instituciones de justicia con
las que hoy contamos. No podemos dejar pasar la oportunidad de cam-
biarlas.

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