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Magister en Drogodependencias
Ensayo
Trabajo Terapéutico de Familias con un miembro
con Consumo Problemático de Drogas y una propuesta
desde el Modelo de Resiliencia Familiar
Profesor:
Francisco Hernández
Alumno:
Claudio Rojas Jara.
INTRODUCCION
DE LAS FAMILIAS
Considerando la amplitud de los contextos, desde los niveles macro como son las
economías imperantes o la globalización mundial hasta los niveles micro como las
ciudades y barrios (entorno sociocultural inmediato), hemos de reconocer la importancia y
el valor que adquiere la familia como agente primario en donde se elaboran los
mecanismos esenciales de incorporación efectiva al mundo. En este medio familiar el
individuo adquiere sus primeras experiencias sociales a partir de la interacción que
ejecuta con los miembros de este sistema (González, Montalvo & Soria, 2004) como la
escuela, la iglesia, los vecinos, el grupo de amigos, etc. La familia entonces, es por
excelencia, el centro de desarrollo personal, el laboratorio de experiencias de lealtad,
represión, juegos de poder, competencia y estabilidad. En el interior familiar se presentan
paradojalmente las armonías y los conflictos más grandes, procesos que, muchas veces, ni
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siquiera son perceptibles por sus miembros y de ahí que no ha de extrañar la influencia de
la familia en los individuos (Pochet & Valverde, 2003). De esta forma la familia va
entregando al sujeto las normativas y valores para poder establecer relaciones con los
demás. La familia presenta la capacidad de moldear el comportamiento de sus integrantes
y por eso la importancia de hacer hincapié en su análisis y de otorgarle un valor esencial
en la intervención de las patologías que se pudiesen presentar estos.
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En términos generales, y según como refieren Rees & Valenzuela (2003), en diversos
estudios de familias con un miembro con uso problemático de drogas se han podido
identificar patrones conductuales disfuncionales recurrentes tanto en los padres, como en
el usuario de drogas. En la dinámica familiar se ha descrito una insuficiente diferenciación
entre los subsistemas conyugal y fraterno, incongruencias en el ordenamiento jerárquico y
una distorsión en la alianza conyugal caracterizada por la inclusión de los hijos como
terceros participantes en el conflicto de aquélla. Otras dinámicas influyentes en el
consumo de sustancias son los grados de cohesión, adaptabilidad, fortalezas y unión
familiares, y la felicidad marital de los padres. Desde la perspectiva de la estructura
familiar, se ha reportado una tendencia a mayores consumos en los hijos de familias
uniparentales y/o con padrastros. Considerando la importancia de la familia en los
diversos procesos interno-externo que viven sus miembros y también las características
que alcanza esta al presentar uno de ellos un consumo problemático de drogas la
pregunta que sigue es: ¿Qué hacemos con esto? Si la familia como un todo es fuente vital
de la aparición (o no) de diversos fenómenos resulta también determinante, para la
resolución de los eventuales conflictos, que la familia sea incorporada a una intervención
terapéutica que haga eco y reflexión de lo que acontece en su interior. Es bajo este
escenario donde la Terapia Familiar surge como un modelo de intervención que permite
abordar situaciones como el consumo problemático de uno de sus miembros, donde se
reconoce que todos los integrantes de la familia que son afectados directamente deben ir
trabajando en forma colectiva para resolver esta situación (Stanton & Todd, 1999). El
principio básico de la terapia familiar consiste en asumir que el consumo de drogas acaba
siendo un eje central alrededor del cual se organiza la familia, y que por lo tanto cualquier
solución a largo plazo requiere que la familia colabore y se implique en el tratamiento
(Marcos & Garrido, 2009). La terapia familiar posee diversas orientaciones para el trabajo
con familias que presentan un miembro con un consumo problemático de drogas, desde
el Modelo Estructural que en términos generales busca cambiar la organización y el
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Tal como hemos revisado hasta ahora la familia con toda su fenomenología tiene una
incidencia importante en el desarrollo y evolución vital de cada uno de los sujetos que son
parte de ella. Además, se reconoce como las creencias, la comunicación, el
funcionamiento, la organización y la manera en cómo se elaboran y afrontan las
situaciones complejas determinan la resolución de estas o la cronificación de síntomas en
el ámbito familiar. Tomando en consideración estas premisas, lo que se propone es una
metodología de intervención en familias con un miembro que presenta consumo
problemático de drogas basado en el modelo de resiliencia familiar de Walsh. Según el
autor, la resiliencia familiar designa los procesos de superación y adaptación que tienen
lugar en la familia como unidad funcional (Walsh, 2004). De este modo, se desprende que
de la forma en que la familia enfrente y maneje las experiencias problemáticas, maneje el
estrés, se organice con eficacia y siga adelante con su vida influirá en la adaptación
inmediata y mediata de todos sus integrantes, así como también, en la supervivencia y
bienestar de la unidad familiar misma. Para Walsh (2004) en terapia familiar la postura de
resiliencia se funda en una serie de convicciones sobre las potencialidades de la familia
incluso las que se llevan a cabo con aquellas sumamente vulnerables cuya vida está
colmada de situaciones críticas. De esta forma, ofrecería una suerte de marco positivo y
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práctico que orientaría y fortificaría a las familias en la medida que resuelven sus
dificultades. Así, la terapia familiar podría aumentar su eficacia si identifica los procesos
fundamentales para la resiliencia familiar (Walsh, 2004) estimulando los esfuerzos de la
propia familia con respecto a su recuperación y desarrollo. Cada uno de estos procesos es
aplicable a las familias con un miembro con problemas de drogas y para su revisión se
describen a continuación: 1) el sistema de creencias, 2) los patrones organizacionales, y 3)
los procesos de comunicativos. Una visión tentativa práctica de la consideración de estos
tres procesos de resiliencia familiar, aplicándoles en la terapia de familias con un miembro
que presenta consumo problemático de drogas, se ofrece en lo siguiente como una
propuesta de intervención.
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En tercer lugar, sobre los Procesos Comunicativos es vital que se inicie una
intervención que permita que la familia con un miembro con consumo de sustancias
pueda emitir mensajes claros, coherentes (palabras y conductas) y específicos para evitar
ambigüedades que sean mal interpretadas por los integrantes y no permitan entender el
cambio y sus beneficios. La alienación de este concepto puede derivar en familias que
castiguen el consumo del miembro sintomático pero cuyas conductas son próximas o
favorecedoras de las drogas (presencia de tráfico, otros miembros con uso de drogas, co-
dependencia, etc.). Lo comunicacional también debe dar cuenta de la expresión emocional
sincera (ya hablamos anteriormente de palabras y conductas) donde la familia pueda ser
guiada hacia la expresión de la multiplicidad de emociones y el compartir su significado,
buscando la empatía mutua de sus integrantes y la aceptación de las diferencias que se
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pueden presentar, sobre todo en el miembro que presenta el consumo de drogas. Por
último, se propone además a nivel comunicacional que la resolución cooperativa de los
desafíos por medio de la elaboración de ideas creativas (diversas soluciones alternativas),
decisiones compartidas (construcción de opciones), la concentración de metas (toma de
medidas concretas) y un discurso familiar consensuado de prevenir las crisis y la
preparación para los desafíos del futuro, puede proveer a la familia una forma de
apoyarse en el éxito y “aprender” del fracaso. Esta metodología de acción cooperativa
puede re-administrar los engranajes familiares, incluido obviamente el miembro adicto,
para que la funcionalidad del sistema familiar alcance a cada uno de sus integrantes.
Referencias Bibliográficas
González, M., Montalvo, J. & Soria, R. (2004) Análisis sistémico de familias con un hijo con un adolescente
drogadicto. Psicología y Ciencia Social, 6(2), 3-9.
Marcos, J. & Garrido, M. (2009) La terapia familiar en el tratamiento de las adicciones. Apuntes de
Psicología, 27(2-3), 339-362.
Pochet, J. & Valverde, L. (2003) Drogadicción: hijos de la negación. Revista de Ciencias Sociales, 1(99), 45-55.
Stanton, M. & Todd, T. (1999) Terapia familiar del abuso y adicción a las drogas (4ª ed.). Barcelona: Editorial
Gedisa.
Walsh, F. (2004) Resiliencia familiar: estrategias para su fortalecimiento. Buenos Aires: Amorrortu Editores.