ISLAS FACEBOOK (El Libro)

ISLAS FACEBOOK. http://carolabaratti.blogspot.
com
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ISLAS FACEBOOK. http://carolabaratti.blogspot.com
ESTE LIBRO ESTA DISPONIBLE

EN PAPEL EN LIBRERÍAS BUBOK
http://www.carola.bubok.com
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ISLAS
FACEBOOK
Textos e imágenes
originales
de la autora
http://carola.bubok.com/
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Carola Baratti
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5
SI ESTE LIBRO TUVIERA ÉXITO, SE VENDIERA Y DIERA ALGO DE DINERO,
REPARTIRÍA LOS BENEFICIOS CON EL MUNDO QUE NO HACE CLICK, DONDE
FALTA AGUA, ALIMENTO Y SANIDAD.
Y TE DIGO MÁS, CREO QUE TODOS DEBERÍAMOS PENSAR UN POCO EN

ESTE TEMA, HACER DE LA ESFERA AZUL UNA ESFERA DE VERDAD,
APROVECHAR LAS REDES PARA LLEVAR EL ALIMENTO, CUALQUIER
ALIMENTO (CULTURA, COMIDA, JUGUETES O ESPERANZA) DE ALTA MAR A
LA ORILLAS ABANDONADAS DEL MUNDO.
SEGURAMENTE N0 OCURRIRÁ NADA DE ESTO Y LA DEDICATORIA

TENDRÁ QUE SER LA DE SIEMPRE: A VOS, POR EJEMPLO, QUE TE LO BAJASTE
GRATIS, TE PROPONGO UNA IDEA, NO ME PAGUES, YO TENGO UN POLLO
EN EL HORNO Y ENSALADA EN LA NEVERA. DALE UN EURO A LA BANCA
ÉTICA, DÓNALO, CONVIÉRTELO EN SANDWICHITO DE JAMÓN, EN CUENTO
INFANTIL, EN UN GLOBO DE COLORES, ACÉRCATE A ALGUIEN QUE NO
TENGA LO QUE TÚ TIENES Y REGALA. No somos eternos.
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Índice
Islas Facebook …………………………………..10
El poder está dentro de tí (y de tu ordenador)…18
Hola, Mística…………………………………….27
Clickeante y anhelante…………………………..32
Fantasías sexuales.com………………………….43
Mucha red, poco pez…………………………….49
Meditación de los mercados…………………….53
Salto sin red………………………………………56
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ISLAS FACEBOOK (queremos ser tu millón de amigos…)
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En Islas Facebook la gente se encuentra y se desencuentra con tanta

facilidad y soltura que comenzaría a creer que estamos ante un salto
definitivo en la forma de expresar el afecto, la amistad y el amor. Uno
de esos saltos que dentro de miles de años los científicos (si seguimos
aquí) del 3000 verán reflejado en el cerebro como nuevos circuitos
evolutivos. Nuevas zonas pasarán a ser cerebro límbico - primitivo y
encontraremos caminos trazados por la rapidez de los afectos que
irán ganando espacio en la totalidad de la masa encefálica.
Llamémoslo cambios vinculares para parecer conferencistas. Quizás
además de nuevos circuitos cerebrales encontraremos que el pulgar
con el que mandamos SMS medirá algo más y cambiará la estética de
la mano, achicando el meñique y agrandando el dedo gordo.
Tendremos ojos más grandes de tanta pantalla y piernas de alambre.
En pocas palabras, un ET humanizado.
Para los viejos del cuento, ─ los que pasamos los 35─, esto merece
un tiempo de adaptación al giro, adecuando el mareo que produce
estar envuelto en redes. Los que antes tomábamos café y
charlábamos en bares mirándonos las caras y haciendo humo azul,
ahora tenemos un montón de amigos que están y no están, llegan a
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nuestro espacio y se retiran de maneras casi mágicas, sin saludar y
dejándonos sin saber si han muerto o siguen enredados socialmente,
pescando y siendo pescados.
Las Islas Facebook, (situadas en ninguna parte del mapa y presentes

en todas las esquinas del planeta, es decir, un lugar raro que las
agencias de viaje no saben cómo explotar aún. Están pensando en
venderte un pack que incluye quedarte encerrado en casa tecleando
mientras ellos te van pasando fotos de mares y montañas sirviéndote
el desayuno continental. Mientras tanto, con los pies en un jacuzzi,
con solo clickear estás de vacaciones.) así como las ves, tan sí pero no
y si querés venís y sino nada, tan virtuales sin virtudes, están
comenzando a ser la red que te atrapa y te permite atrapar. Si no
estás, te sentís más libre porque no te pesca nadie, pero mejor estar
en la pecera, en el acuario iluminado del zoo digital, te acerca a una
realidad que podría cambiar tu vida (siempre que cuelgues el perfil
adecuado y no el que muestra tu lado roto de nariz descuartizada)
dejando calles, parques y aeropuertos vacíos. ¿Quién quiere salir de
casa cuando apretando botones estás en el centro de tu mundo
imaginado? Pirámides Egipcias, ¿llenarme de polvo árabe y olor a
cebolla frita cuando en 3D las tengo encima de la cabeza?
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¿Quién quiere someterse al aire libre de una mano rozándote el culo,
una mirada penetrando más allá de tu perfil elegido, quién se anima
a decir de pie en un escenario verdadero lo que puede decir desde
Facebook 5 stars acostado en su cama? Dirás yo, yo, yo quiero. Y sí yo
también quiero, pero mucho menos que antes porque de tanto click
perfilado ya sé casi todo lo que debería sin moverme del nido y
proyectando mis pixeles más esperanzados. ¿Para qué bares, camas,
mesas y santuarios si no vas a abrazarme ni chuparme ni regalarme
tu ventana en Central Park?
Quítate la mochila intimista del afecto que mira, toca y abraza y que
cuando no llegas a la cita te reclama, uf, que pesadez. ¿Te dije que te
ayudaría con tu vida que se cae del estante de los vivos? déjala por
ahí en el vestuario de un muro compartido y lánzate a la pista de FB a
bailar el tema del verano, rapidito, antes de que se derritan los polos.
Mira, sigue la coreografía de los otros, fíjate como solicitan tu mano

imaginada, refléjate bien en el espejo. Por ejemplo, en el centro de la
pista de Yahoo, aparece un ser que habita nuestra memoria porque
hace 30 años lo conocimos patinando en la calle y ahora aparece en
tu correo solicitando, en formato correspondiente, amistad divino
tesoro. Fulano quiere que lo quieras en Facebook. ¿A ver? Qué foto,
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fulano está esquiando y sonríe como si todos los días esquiara en la
oficina donde no esquía sino trabaja de esquí deslizando a sus jefes
por la montaña del éxito. Se desatan como lentejas de colores y
chocolate las emociones al por mayor, ji ji, ja ja traé tu vida para acá.
Perfiles, fotos, promesas de estar cerca, de ayudarlo, de comprarle
remeras, libros, hijos y calzones, mándame esto, te doy aquello. Me
encanta como soy reflejado en tu muro de los lamentos, quiero ser
tu amigo invisible, de verdad, te juro que sí, ah, qué bueno. Qué
bárbaro. En qué andás ¿en silla de ruedas? Ah, no, eso no lo sabía
pero qué importa yo quiero uno de tus libros y de tus comentarios y
de tus fotos de cuando eras joven, no me mandes las de ahora que
no me tomé el trabajo de buscarte para ver celulitis envasada.
Publiqué en tu muro lo que en mi muro quedó enrollado en una
piedra de Jerusalén mientras me daba contra el mismo muro con la
cabeza recién lavada (un tic que heredé de mi madre) y menos mal
que te encontré y qué fue de la vida de tu prima. Se murió. Bueno sí
ya llegará el millón de amigos que todos nos merecemos y no me
hagas rodar por las Islas sin tu amor que lo nuestro tiene un pasado
prometedor, cuando patinabas en la calle y te caíste, tenías ocho
años y nos hicimos amigos. Luego nunca más se supo hasta hoy,
bendita Isla enredada de notas compartidas y cuentas bancarias
blindadas.
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Y sin saber cómo ni qué ocurrió el alma pixelada de tu amigo entra en
tu vida durante un tiempo y pasás de entregar cv para que te saque
del armario de la pobreza a mirar el culo de su padre en el jardín
botánico mientras hamaca al hijo de la vecina y te saluda a vos y a los
125 amigos más que tu amigo tiene y vos no. Qué ternura, me puedo
morir de excitación. Mirá que buenmozo está el hijo de puta a pesar
del tiempo que ha pasado. Se lo digo: me gusta. Se me va el día
levantando el pulgar y dándole al teclado alado del costado mimado
de mi abuelo internado enamorado concentrado ya enterrado pero
comentando lo que me importa bastante poco pero me sirve como
una aguja de heroína para la soledad ¿sin efecto secundario?
Y un día, poco a poco o de repente, tu amigo cae en el triángulo de

las Bermudas FB (No se sabe si es un problema informático, si no le
llegan mis comentarios de dedo levantado, tal vez te diste cuenta de
que en realidad soy jodida, envidiosa, mala, sucia y medio criminal.
En mi perfil se debe notar que en la otra vida fui Agatha Cristo y
todavía llevo marcas de la cruz en la palma de mis manos) y lo que
he dicho no lo dije ni lo volveré a decir porque si te he visto me
acuerdo, sí, porque no tengo Alzheimer, pero me importa un
rábano.org porque antes tenía 102 y ahora voy por los 398 y no sé
en qué parte del rollo que gira estarás colgando tus memorias. No es
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una excusa de te quiero como amigo pero no intentes otra cosa
porque te dejo con el “ya no me gusta” ese que hay por ahí.
No me dejes por favor, no me des de baja, solo quédate en mi lista de

amigos y sigue siguiéndome, no seas malo, sígueme que no te voy a
defraudar. Pero el pulgar no se levanta ni con Viagra y a nadie le
gusta que cuelgues tu fiebre embotellada.
Vuelve a mí, amigo Facebook, la Isla circular no es lo mismo sin ti

(como Venecia en power point qué puentes aquellos, Julieta.)
Nada, che. Así como vino se fue y así como se fue éste llegará el
próximo y la próxima y será otro amor bajo las sombrillas cristaloides
de la red erótico festiva que con cara de libro nos libra de todo mal.
Santo Google, qué divertido. Y lo que vendrá ni te cuento. Autos

voladores y teléfonos con masajista incluida que además es psicóloga
y te regalará 10 sesiones para interpretar mejor tu felicidad de Coala
trasplantado al sol del mediodía FB (llevar protector 90)
Señores psicólogos, coaching y sociólogos, médicos, periodistas,

limpiadoras y electricistas, amigos del mundo y asesinos de gran
hermana, pongan a remojar el perfil para navegar la nueva ola que el
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mundo Árabe no es el único que cambia, nosotros los occidentales
estamos a velocidad crucero y el que no corre, vuela y el que no
vuela, se ahoga en Islas FB por el tsunami de infinitud que se nos
viene encima. Y el que no clickea será que pierde tiempo en
mendigar el pan en un esquina real de una calle real de esas que solo
vemos en Google maps.
Consúltanos, queremos ser tu clon en Facebook, para que cuando te

vayas de vacaciones de verdad, pises de verdad arena que raspa y
agua que moja y beso que calienta y comida que huele, no pierdas la
oportunidad de hacer más amigos.
Alguien dirá o pensará, no lo tomemos como un valor absoluto, es un

valor agregado y eso debería ser suficiente. Y tendrá razón. Pero la
expresión narrativa, literatura, arte o artesanía no siempre está
ligada a la razón, gracias a Dios.
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EL PODER ESTÁ DENTRO DE TI (Y DE TU ORDENADOR)
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Amelia Beatriz enciende ordenador y se dirige a Islas Facebook

después de haber publicado alguna foto en la que aparece como es,
al natural, sin photoshop y sin alarga pestañas. YA en zona FB se
dirige a perfil personal: qué tranquilidad, sigue estando ahí. Nadie
levanta el pulgar para “me gusta”. Amelia es mujer de 56 años a la
que se le ocurrió “colgarse” en traje de baño tomando unos mates
con su marido debajo de un sauce llorrón esperando los aplausos de
la Isla, pero nadie sale debajo de la sombrilla para decirle qué linda
estás. Entonces prueba y cuelga a su hija de 22 en bikini y se levantan
todos los pulgares, incluso algunos del pie. Amelia no se va a quedar
sin su parcela. Esperó años para tener su propia vida y ahora que
tiene los web (os) para hacerlo no se va a quedar sin virtualizar su
mundo de croquetas de pollo y delantales sin botón. Quiere salir al
mundo donde pasan cosas. Eso lo dicen todos, su hija Carmen y la
revista Hola.
¿Botón? Ya te voy a dar botones a vos, vas a ver.
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Red (rojo) social-social Red. Antes de tener frente y perfil en Islas
Facebook y cocinar ravioles en Youtube, Amelia vivía en su pecera de
ropas por colgar y baños por limpiar. Amelia creía que sus amigos la
querían porque sí, ella era Amelia la buena cocinera y anfitriona
abrazadora de visitantes. Además, estaba convencida de que su
marido no tenía amigas y que la mejor amiga-amante-madre-
hermana que podía tener su marido, era ella. Sí alguna amiguita en la
oficina de esas con las que coincide en el café de máquina o en
ascensores que te dejan en administración. Así que todos contentos
en el taper familiar. Pero la otra vez, observando la cantidad de
horas que marido pasaba frente a la caja interactiva, se imaginó
cosas raras y vía mail le propuso ser su amiga en FB. Enrique, que
cada vez habla menos, se enteró, y también vía ordenador, rechazó
su solicitud de amistad. ¿Por qué?
Porque no quiero, Amelia, no te enfades querida, ya estamos en casa

juntos, casi pegados, salgo a comprar el pan o el diario o el cemento
blanco y tu muro y mi muro son The Wall versión doméstica.
Difícilmente se posa una mariposa en ese muro. Para espiar la otra
vida hay que buscarse un par de zancos, Amelia, déjame ser feliz en
19
mi propia isla conseguida a base de perfiles y aplausos. Es el único
lugar en el que soy sin vos, sin Gabriela, sin mi mamá y sin domingos
donde tu hermano me pregunta siempre lo mismo. En FB yo tengo
amigas que me dicen qué bonito, gente que levanta el pulgar cuando
cuelgo una foto de Wis o cuando escribo cositas que vos no
entenderías porque no salís del Hola y el Para ti. ¿Entendés, Amelia
Camelia porque no quiero que vengas a las Islas Facebook conmigo?
Amelia comprendió. Amelia imaginó que enredarse y desenredarse

en una red no era moco de pavo y una noche no durmió imaginando
que después de un par de clicks cambiaría su vida a base de
apariciones en el muro alambrado que la rodeaba. Se puso en
marcha: compró cámara de video, aprendió a apretar sus botones
mágicos y se grabó como jugando. Se hizo llamar Amelie page y colgó
un video en Youtube en el que pedía otro marido, una casa más
grande y un millón de amigos para hablar sobre el suicidio que
pensaba ejecutar on line porque se sentía fea, vieja, gorda y sin
tarjeta de crédito para hablar por Skype a números particulares. ¿A
quién llamaría a Skype? No importaba. Hay que enredarse y
20
conseguir amigos con los que hablar por hablar, para sentirse parte
de la web-era.
Se sentó en el salón de la pequeña chimenea y apretó botón mirando

fijamente al objetivo. “Hola, mi nombre es Amelia y mi marido ha
rechazado, explicándomelo claramente, es moderno pero buen tipo,
mi solicitud de amistad en FB. Cuelgo fotos en traje de baño y nadie
levanta el pulgar, cuelgo recetas y el único comentario que recibo me
trata de abuela porque el gato juega con mi masa de ravioles. Como
ustedes comprenderán, la felicidad se me está escapando y
aprovecharé la red para pescar algo de aventura antes de que ella me
arrastre a la última orilla de Google Maps donde ya no queda nadie
porque ha nacido GoogleMamá otra red social que además de fotos,
videos y notas podés tener asistencia sanitaria gratuita y cupones
para ir a comer mariscadas bajo las estrellas.
Se me ve ya grande para promocionar mis talentos, pero tengo una

mano envidiable, experiencias sexuales a montones porque antes de
ser esposa y madre fui bailarina de sex shop en Ámsterdam loft (un
sitio en Madrid especializado en orgasmos exprés para aliviar
21
tensiones) Hablo inglés regular, internet nivel usuario, un curso de
meditación zen y otro de comida macro embasada al vacío para
cuando ya no querés saber nada y te convertís en tu propio delivery.
Bueno, esta es mi dirección on line, acepto todo tipo de tarjetas de
crédito, Paypal, ideas y propuestas. Ya te digo que si esto no cambia,
mi próximo video va a ser colgarme (no solo en Youtube) también de
un árbol que tengo enfrente del piso que el banco me quitará para
ganar cada vez más. Jean Claude Trichet, ¿por qué me has
abandonado?
Un beso a todos, incluido a Enrique, mi marido, que ya no me ama

pero sigue diciendo que sí para que le planche las camisas. Nos vemos
en el próximo video. Sígueme en Twitter y pero no mucho, que soy
bastante paranoica. Me gusta que me sigan, pero no que me
persigan. Te beso el ombligo. Amelie.com
Un día alguien que en estaba en el Alaska cagándose de frio por culpa

del cambio climático que en Alaska funciona al revés de lo esperado,
aburrido y harto de su máquina quitanieves, y de su paisaje de postal,
tecleaba a ver qué había, puso me aburro quiero matarme en San
22
Google y dándole y dándole al dedo como en una masturbación con
esperanzas desmedidas, se encontró con la cara de Amelia contando
que se le había roto la plancha, que la vida era una mierda y que
estaba harta de Madrid. Intercambiaba gustosa masajes por amor,
comidas por viajes u oreja por sexo oral. David quedó impresionado.
Envió un comentario. Amelia lo recibió en instantes, estaba
preparando una lasaña de verduras con el ordenador prendido
mientras pensaba que la cuerda para colgarse del árbol y filmar el
evento tenía que ser naranja fosforescente para que se viera bien en
el video. Los derechos de autor se los dejaría a su hija que levanta
pulgares y otros músculos on line porque salió a su hermana Eugenia:
piernas perfectas, culo elevado y naricita de aquí huele a pedo y no
se te ocurra tocarme.
Para hacértela corta. Mail de acá y mail de allá. Citas webcam y

tarjetas virtuales de corazones musicales, Amelia partió a Alaska
enfundada en un abrigo de falso zorro estepario (el lobo es de
Herman Hesse) le comentó a Enrique que había comprendido
profundamente el mensaje de Islas FB y cerrando maletas y una vida
familiar descascarada, partió al otro polo de su propio globo. Colgó su
23
despedida en Youtube avisando que el próximo encuentro sería ya en
el polo muy polo de su nueva vida en compañía de Deivid (David para
hispano parlantes) actualizó el blog de cocina para no dejar a los
seguidores perdidos en un eterno tweet de ravioles rellenos y como
ya he dicho (ella lo contó en su muro) abandonó a Enrique. Los
primeros días Enrique se preocupó pero después, con sus 546
amigos en FB y todas las imágenes que debía colgar de Wis (perro) y
Kola (gato), no tuvo tiempo de llorar. Es que llorar, compartir y hacer
comentarios para enviar, es imposible. Se te puede notar la tristeza y
la gente deja de responder. Todo no se puede. Al cabo de muchos
clicks enlazados con macarrones fríos y tiendas on line abriéndose y
cerrándose, Enrique aprendió a usar Twitter en el móvil y conoció
mucha gente. Se mudó a vivir con una que conoció chateando
mientras Amelia y David hacían el amor mirando una peli porno que
se bajaron gratis en la que todo el año es Navidad (sin nieve).
Gracias al divorcio exprés y a las comunicaciones por Skype, Amelia y

Enrique se juntan todos los domingos a jugar a las cartas con sus
respectivas parejas. Hay una aplicación para jugar on line, le avisaron
en un foro y desde ahí no paran. Gracias a la fibra óptica y a que los
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hijos de todos ya pasaron los veinte, la libertad es otra vez esa cosa
deliciosa que se consigue moviendo un dedo.
No sé bien donde colgar mi agradecimiento por la posibilidad de ser

feliz a pesar de todo. A quién enviarle la tarjeta virtual, esa en la que
un señor sale de un ataúd diciendo estoy muerto pero no te creas
que tanto y muestra un enlace donde podemos ver cómo le crecen
uñas y un montón de bichos transparentes se lo van comiendo de a
cachos.
‒Esta parte, la del cadáver, digo, mejor quitarla.
– ¿Por qué? Yo también tengo derecho a colgarme, ¿no?
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HOLA, Mística: tienes 3.257 mensajes en tu

bandeja de entrada. ¿No te parece mucho?
26
La gente se junta. Sale los sábados a la noche y va de

vacaciones al mar. La gente habla, gesticula, informa, toma
café y vuelve a juntarse, nos vemos, sí, nos vemos. Ahora la
gente recibe llamadas de y en todas partes. A base de click
etiquetados, envueltos y desmembrados, la masa de boquitas,
manos, documentos, tristeza y preguntas, se comunica como
el tic nervioso de un montón de hormigas sobre un almíbar
apantallado, multiplicadas, negras, rojas y de colores
hipnóticos. La mayoría de la veces la gente-masa-corazón-
desesperado-opio hormigón que pica enredándose en la red
enredada de rendimientos redituables red@ndos reciclado de
voces resignadas repite una y otra vez los mismos Hola ¿no es
ésta la Mística de Peluche que buscabas? Se necesitan
puntos, comas y acentos pero no hay tiempo. Demasiada
velocidad vacía el vacío. Contestar, reenviar, etiquetar,
compartir y existir multiplicado como un eco de encierros
conectados por fibras ópticas musculares de SMS texto.com
scribdbime que te extraño.
27
No me llamo Místicadepeluche, ese es mi apodo on line,
¿mi nombre verdadero…? Para qué, ese me lo puso mi mamá,
en cambio MDP es mío, lo inventé yo. Yo, sí, la que estás
viendo en la foto de perfil. ¿Qué perfil? Ah, no, ese no, ese
perfil ya pasó, el otro perfil. Ese, sí, the new Mística de
peluche, ahí ya había bajado muchos kilos y me había puesto
las tetas nuevas.
A ese dale compartir, imprimir, opinar y masturbarse sin

tocar. Me gusta ya no me gusta.
La gente está cómoda incómoda en los bares, en las

camas, en los viajes, en domingos de parque, lunes de oficina
y espectáculos de miércoles. La gente tiene MySpace,
Facebook y Flickr pero no sabe qué hacer. Mejor Twitter. Más
corto, menos comprometido. Vamos a probar. Qué emoción.
A quién le importa la filosofía el ensayo la poesía la prosa esa
cosa pastosa mocosa sosa. Titear, ¿a ver?
28
La gente quiere dormir, comer y hacer el amor sobre el
colchón de una cama desconocida, sin saludar, sin explicar, sin
ser y tomando té verde esmeralda o rojo bermejón.
Y. Pero. Además. Por si acaso. Siempre. A veces.
Nos seguimos juntando a decirnos el porcentaje adecuado

de Hola como excusa para humedecer existencias, hidratar
corazones, ablandar fronteras. Mojar la lengua en un pastel, el
cuerpo en un burdel, el calzón en el balcón. Dormir, comer,
soñar, conversar, crear y procrear, hacerlo con las piernas bien
abiertas, la lengua agigantada y babeante, hacerlo gritando,
gruñendo, llorando y sonándonos la nariz. Volver a hacerlo
con los huesos libres, desencajados, desarticulando la
articulación, cantando la canción, hacerlo con él o con ella,
hacerlo como las vicuñas, los caballos y los perros, hacerlo,
soñarlo, imaginarlo, copiarlo, venderlo, comprarlo y regalarlo.
Todo eso tiene más que ver con un repliegue de íntima

provocación animal de las estrellas que con lo que pasa en la
parte visible de mi pantalla. Detrás de mi pantalla, yo sé que
29
hay más. Intuyo que detrás de mi cofre conectado a la red, hay
un mundo carnal que no me animo a encender por miedo al
sida, al embarazo y a tener que ir al cumpleaños de mis 1.234
amigos, algunos, gracias a la vida, ya muertos y enterrados.
HOLA, MÍSTICA. Solo tienes 100 mensajes en tu

bandeja de entrada. ¿Me gusta o ya no me gusta? ¿Lo
comentamos, lo compartimos o nos vamos a vivir a Jamaica de
una puta vez?
30
CLICKEANTE Y ANHELANTE
31
Camino con la punta de los dedos por el mundo fantasmal de ecos

compartidos y lo encuentro entre mucho cotillón de comentarios que
encandilan. Es lúcido como un láser y a través de su cultura y su
palabra emergen frases proyectadas en la caja que ilumina. Al
comienzo golpean en el cerebro de los días y es pura diversión
desconocida. Al cabo de más y más correos estas frases se deslizan
en mi coño de mujer embalsamada. Respiro, giro como loca en los
días comunicados cuando abro mi cerebro extracorpóreo, ese negro
que tengo apoyado en cuatro esquinas, delgado, cuadrado y brillante
laqueado marca HP (HIJO PUTA). Y ahí está el todas las mañanas con
su nombre falso de escritor. Y me habla de sus planes, de sus días, de
su vida elegida, cotidiana y compartida de cerezas y legumbres. Anda
por el mundo freelance de humores estrambóticos y me pasea por
pintores, poemas y risas de cosecha propia. En el medio de una frase
poéticamente construida hace confesiones sorprendentes de su vida
de aventuras y relata con encanto cómo se masturbaba eligiendo
secretarias de recursos inhumanos mientras una tía lejana le cocina
cenas puntuales sin saber que el licenciado que examina sube y baja
32
manualmente su picha acongojada. Impresiona algo pero no mucho
porque es tan raro y especial que todo cabe en su discurso
humedecido de colores apartados del montón.
Así que Ella. yo reímos y soñamos con el hombre del foro de

escritores amateurs que fracasan dulcemente pero no importa
porque lo que verdaderamente importa es modernizar su licenciatura
y andar por las empresas ayudando al capital a conservar su
estructura. Se llaman proyectos y son muy divertidos. Se somete a un
grupo humano a laboratorios desconocidos en los que se los observa
ocultamente mientras desempeñan funciones que no importan, se
hace la entrevista analizada, y el dedo de la licenciatura que sabe un
huevo de recorridos neuronales, ratas adictas y falsa dopamina, hace
cruces en un libro, elabora la lista de los que irán a hacer puñetas.
Me pagan bien por eso dice mi amigo seduciendo con historias de
crueldad profesional que no importan nada porque él no vive en la
ciudad donde hace cruces sino más abajo donde no hay mar ni amor.
El pequeño genio letrado que de emociones propias no sabe por qué

se dedica a las de otros sin hacerse preguntas y está bien, la vida es
33
corta y lo único que importa es disfrutar y elegir bien el modelo de
personas con las que te juntarás para ser feliz. Cuánta felicidad
pretende mi hombre invisible, comienzo a pensar que no soy la mujer
ideal para la empresa oculta que mi amigo sabiondo quiere para su
vida: ser feliz más de un día, proactiva las endorfinas, apartar para
siempre la melancolía. Es domingo y mi bata de bazar chino me avisa
que tanta alegría pretendida no es lo mío. Soy otoño que cruje,
cerradura oxidada, lluvia gélida que no llega, abandonarme, ser otra,
ser nadie perderme en el eco del sentido. Mientras él insiste
positivamente en el mundo, ella.yo buscamos la puerta que se cierra.
Ella.yo lee enardecida la franqueza desmedida del correo que le llega
mientras calienta café con leche y desea cosas inesperadas que son
calientes y no son café. El insiste entre arrobas, links, fotos y enlaces.
En internet todo se desfigura, explica, ‒es dado a las clases on line–,
un pixel más o menos y se disparan los mismos circuitos de un
laberinto inesperado. Y ella.yo deja a un lado la cocina de los días, la
terraza de la noche y llega tarde a la cama del marido y la merienda
azulejada del hijo extrovertido que reclama atención mientras se
asoma a la caja eróticamente convertida en vínculo que quema sin
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que nada se sepa porque mientras le escribo y lo leo estoy
simplemente sentada, como siempre y como nunca. Voy de ventana
en ventana a base de ratones con lucecitas y ocultamientos de neón.
Todas las noches y los días enamorados no de él (¿de quién?) si no de

lo que promete ser la vida con él, ya sabemos cómo es y sin embargo.
Hasta ahí todo era excitación mental y húmeda tarde de fantasma
que con su palabra me tenía capturada por la risa oxigenada
inteligencia corrosiva que me alucinaba por el escéptico hombre
tierno que llegaba a mi correo tocándome con su ADedoSL. Qué
manera de abrir mis piernas sin tocarme siquiera, sin hablarme ni
quererme di pedirme. Solo escribiendo aquel señor del foro me
tumbaba en la baulera arrinconándome el suspiro y hundía su lengua
de letras en los labios dilatados de mi mente vaginal. Suspendía mis
horas normales volviéndome otra sin saberlo, o sí, sabiéndolo el muy
perro pero haciéndose el que no.
Hipnótica tecleo. Busco su nombre verdadero. Mi amigo Google

informa que es profesional de la mente, escritor, conferencista que
hace chistes mientras el auditorio lo mira encandilado. Poco puede
35
hacer un alga submarina de anís y canela con semejante virilidad
cibernética que además es de carne y hueso en una calle de Madrid,
que existe y confiesa que es de verdad invitándome a comer bajo
reserva en alguna mesa de Moncloa. Qué inquietud, algo de miedo.
¿Cuál es la realidad? me pregunto entre las camas deshechas de la
mañana y la tostada de oliva. Digo que sí, que espere y que ya veré.
El insiste: Skype así nos vemos y nos oímos, comidas, así sentimos y
nos miramos, librerías, así investigo a dónde vas en las estanterías.
Anda, mujer-escritora-encanto vayamos más allá del pixelado, anda,
enciende la pantalla y muéstrame tu cara escritora, háblame, ¿cómo
es tu voz? Qué voz debería imaginar para masturbarme pregunta sin
preguntar el hombre del foro de escritores humoristas y editores en
el que por andar tecleando para darle voz a mi universo, encontré en
aquella simpática esquina del fórum. Intento parar el vuelo voraz de
su insistencia: anda, vente a Madrid y muéstrate como eres. Dime
cómo es tu pelo, qué quieres, qué sientes, anda, dime que te gusto y
déjame decirte que estoy ocupado de por vida pero soy libre de
meterme en tu vida hasta llegar al baño de tu alma de roedor adicto
al fuego y… ¡Otro correo! Más, dame más correos que abran con
36
letra inyectable mi vena literaria. No, no le pongas punto, déjalo
seguir, simpática vida mía
¿Y?
Ella-yo vamos pasando de amistad y planes de artístico futuro a

obsesivo pensamiento del fantasma que del foro ha pasado a
material para soñar compartiendo mi cama y el cajón de mis bragas
bordadas para el infierno que vendrá y el cielo que perderé.
Al final me rindo y digo sí al convite y me cito en zona bella de Madrid

y cuando falta poco para el día el miedo insiste una y otra vez
diciendo no vayas, no quieres este amigo, dile no de una vez, otro
día, más tiempo, ahora no. Sí, ¿por qué no? No, ¿Por qué sí? Quién es
este tipo en definitiva. Nadie, todos, ninguno, eterno amor quién
sabe. Y camino por el bosque asfaltado de nieve y sal y el miedo sigue
siendo y siendo hasta que ese encuentro toma horas del día,
distracción en mis escritos. El miedo atávico manda y dejo caer el
salto en el vacío.
37
Fantasmagórica como siempre he sido en esta historia de entregas
por escrito de un alma y sus anhelos, decido. Escribo no. No iré y no
avanzaré por su deseo hasta llegar a un restaurante para ver sus
manos de varón conferencista y así caer en la bendita red como un
pez social entumecido y esperar el beso que no llega, el amor que no
corresponde ni será correspondido. La cita a ciegas me enceguece
dejándome en el borde del hilo que me ahoga y digo no. NO de mil
maneras dichas ya y recién estrenadas. Despido un veneno agrio de
vagina insolente y digo otra vez no. Lo siento, agrego para quedar
mejor parada. No, lo siento. El alivio es inmenso, qué tranquilidad
que llegue el día de Moncloa y ya no tener que estar ahí sentada con
el profesor erótico festivo tan cercano al beso que no podría darle
porque ya estoy avisada que lo que quiere es amistad entre
escritores.
Camino sola por la primavera de mi valle entre verdes desprendidos.

Llegó. Abro mi caja de sorpresas. La palabra Yahoo despide
adrenalina. Abro. Leo. El responde como un ogro que da miedo, y
dice cosas de licenciado corrosivo. Analiza mi actitud de niña mal
criada dejándome tirada en la banquina de una fosa mal oliente,
38
llenándome de palabras que no entiendo pero entiendo. Me hiere un
mordisco de veneno encapsulado que sale de su click y llega hasta mi
ventana alucinada dejándome en la cornisa veloz de su cibernética
licenciada. Parece malo y peligroso como una fiera desatada. Menos
mal me digo, que no he ido al zoo de los letrados. Que miedo, la risa
loca de las tardes de amor convertida en verbo siniestrado on line
que me amputa haciéndome carne picada con palabras perfectas. Ni
un insulto y sin embargo me golpea, ni un golpe y sin embargo sangro
un llanto que chorrea.
Y al final no hay despedida, solo amputa un sueño de látigo digital,

dejándome suelta y sin espíritu al borde del abismo de su blog, con la
tarde escurriéndose entre mis manos de tecla prohibida. Los objetos
de la mesa en la que escribo se burlan de mi sombra repetida y de
repente un dolor en todo el cuerpo tan real que parece mentira.
Acabo de ser asesinada. Nadie lo ha notado. Maravillas de la

virtualidad.
Y el pez que soy se retuerce en la red de redes buscando donde ha

ido su palabra bailarina, su humor fuera de serie, ya no estará quién
39
sabe, se ha ido de mi caja de luces, de mi salón inventado y otra vez
aquí la cenicienta con las chanclas en la mano esperando que el
príncipe virtual, ese mounstro fabricado, la nombre a través de su
virtual virtualidad mal entendida.
Qué ha pasado, te has ido sin que pueda decirte algunos besos en la
tarde, mientras la mujer y el hijo de tu vida, ellos reales, no como yo
que soy pura tecla espiritual para una paja de parsimonia
enloquecida, reirán contigo los domingos. ¿Te has ido de verdad?
Gracias a la red en la que el pez ha caído y a un foro de gente que

vive para la lectura y escritura (cuanta cultura espesura, locura que
cura la atadura de cualquier desmesura) yo que solo caminaba con la
punta de mis dedos taquigráfica en la nieve, llegaba imaginaria y
sorpresiva al final de una historia sin textura. Sin tacto, sin voz, sin
anestesia.
Virtual-virtuosa-virulenta y visceral ella-yo fuimos víctima y verdugo

de una red que enredando nudos y deseos encarnó sin carne y sin
permiso en la vida antigua, desgastada de pátina e incienso, harta de
materia en la cocina, de ropas arrugadas y perchas con hombreras.
40
Fue como salir de mi vida de mochila azul desvencijada a la noche de
Paris iluminada.
Todo sin testigos. Sin daños ni perjuicios aparentes se ha muerto un

destino. Y ahora con la fiebre real que de mi cerebro esperanzado
pasó a mi sangre intoxicándome las horas, estoy velando un muerto
desconocido.
Ya se fue su nombre de mi buzón iluminado. No está, se ha ido al éter

de un espacio hecho de signos sin ojos y sin manos, hecho de
inventos y cuadros pixelados. Son pesadillas de banda ancha y
angosta caricia electrificada.
41
FANTASÍAS SEXUALES.COM
42
Mi mujer tiene la manía de entrar en la habitación cuando estoy

ocupado. Justo cuando consigo imágenes nítidas, cuando puedo
apropiarme casi perfectamente de la chica del metro, de la que
cruzaba la calle con la minifalda azul, cuando por fin logro desvestir a
mi propia secretaria y colocar en mi mano sus pechos redondos de
café con leche en perfecto biberón rosado su pezón entre mis dedos,
mi mujer abre la puerta y pregunta: ¿qué querés comer hoy, te viene
bien un plato de pasta con verdura o preferís hacerte un huevo frito
con chorizo? A veces su menú es tan creativo que imagino que le
quito la bata, los cuarenta kilos que le sobran, y la pongo en
posiciones que desconocemos. En las que ella y yo jamás hemos
estado, pero que conozco gracias a la página del Tantra hindú
interactivo. A vuelo de click estoy patas arriba penetrándola mientras
ella gira como un helicóptero y gime como jamás la he oído.
Tiene la costumbre de preguntarme en qué pienso e interrumpe esa

vigilia sagrada en la que remplazo jefe, hipoteca y horribles trámites
pendientes por la circulación fantasmagórica de espectaculares
43
mujeres de piel aterciopelada. Miro al techo y ahí proyecto mejor.
Voy mejorando la técnica. Un amigo me pasó una forma de borrar
las páginas en las que has estado y las búsquedas que has hecho.
Busco culos, tetas, piernas abiertas y lenguas. Luego borro, no
quisiera herir la sensibilidad de nadie. Hay unos culos increíbles que
me hacen calcular cuánto tardará ella en volver de su caminata
recetada, del correo y de la peluquería y con las manos en la masa
intocable de los millones de culos y lenguas y miradas me froto la
verga tumbado, sentado o de pie mirando al vecino que pasea y al
que saludaré en la piscina con el mismo perfil que tengo en
Linkedin. Me encanta ser virtual.
Mi mujer regresa del correo con el pelo estilo monja de clausura

pero como yo acabo de estar con la chica del video chateando como
un perro en celo, le digo que está muy bien, me gusta su pelo
nuevo, sobre todo por el tiempo libre que supuso para mí su
peluquería. Ella deja sobres y bolsas sobre la mesa y dice te vas a
quedar ciego (como si lo supiera) de tanto ordenador. ¿Alguna
novedad? Qué pasa, qué pensás, ¿recibiste algún correo?
44
Ay, Carmen, le contesto, qué se yo en qué pienso, en nada, me
duele un poco la espalda, estoy descansando. Nada. Los huevos con
chorizo estarán bien, pelá unas papas y ponelas en el horno, así
completamos el menú. Dejame descansar, sé buena, querida, que
hoy es mi día libre.
Ella sugiere que para descansar mejor apagar el ordenador y cerrar

las ventanas, todas: las de Windows y las nuestras.
La otra vez se apareció en el baño cuando la ilustración que se toca

con una flor entre las piernas y yo, estábamos en plena película, ella
imaginada y yo tan real que pensé que nos conocíamos de verdad.
En el momento que mis espermatozoides se estrellaban contra la
bañera, derramándose porque sobraban, abre la puerta mi mujer
con su habitual sentido de la organización anunciando que la lista
del supermercado está sobre la mesada de la cocina. En pleno
desvanecimiento del paraíso invisible, cuando la ilustrada
masturbadora desaparecía y a mí me temblaban las piernas de
placer, abrió la cortina (tendríamos que cambiar la cortina del baño)
y me preguntó con quién hablaba, había oído voces o gemidos. Me
45
parece que vos te estás volviendo viejo y hablás solo. Qué decís
Carmen, por favor, cerrá que se va el calor. Carmen, amor, me estoy
bañando le dije con tono de empresario serio, hombre de misa,
intachable padre de familia. Pero yo escuché como un grito, algo,
insistía ella con tono de fiscal. Algo más dijo y salió. Yo quedé vacío
de esperma, enjabonado y recordando a mi jefe que aparece
siempre después de mis viajes ilustrados, como el castigo del
pecador.
Y mi mujer, ¿qué hará en internet? A veces, cuando la llamo

contesta agitada, contenta, como si también ella encontrara en las
ventanas virtuales el edén que yo no le doy ni le daré. Tal vez ella
también se sirve de la extraordinaria cantidad de imágenes que sin
saberlo participan de nuestras vidas y ayudan a sostener, consolidar
y enriquecer nuestro matrimonio. Gracias, Google.
Un apunte final: Acabo de pasar por detrás de su escritorio que está

camino a la cocina, para buscar un pan de chocolate. De casualidad
miré la pantalla en la que Carmen trabaja (¿sí?) y al lado de un
enorme pene de asombroso pixelado y sexuales movimientos
46
giratorios con música chill out de fondo, decía: Te
lo enviamos
a casa mientras él no está. Anímate, reemplázalo
por mí. Soy fiel, higiénico y puedo ir contigo a
todas partes. SEXYSHOP.COM
¿Dónde está el pan de chocolate, Carmen? No, mujer de mi vida, no
es que te quiera interrumpir mientras estás trabajando, pero no sé
dónde ponés las cosas. Últimamente estás muy distraída, Carmen,
¿me escuchás? Carmen, pará de gemir y decime ¿dónde está el pene
de chocolate?
–Pene, ¿qué pene?
47
MUCHA RED, POCO PEZ
48
Quiero que seamos más felices. Incluso usted que no me conoce.
No me conoce todavía, porque con tanta red, un día nos chocaremos
de frente, enredados en un montón de hilos cibernéticos y sin saber
cómo nos llamamos, de dónde hemos salido y quién nos ha
presentado, nos casaremos.com vía Skype y colgaremos nuestra
alianza en Youtube. Qué libres nos hemos vuelto gracias a playboy,
star treck y la mother que te feisbuqueó.
Si usted, futuro amigo, marido, amante virtual o real, fuera más

feliz, o tuviera una razón que se lleve su amargura a otra parte,
usted, sí, no me mire como si estuviera hablando sola, haría feliz a
otra persona y esa otra persona haría lo mismo con otro y así nacería
Japibook. No, no otra red social. Japibook sería una cadena solidaria,
una larga fila de manos virtuales regalando lo que sobra y lo que
falta, dando dinero y juguetes, órganos y casas, comida y mantas,
lluvia y sol, vacaciones, espacios y zapatillas Naik. Las Naik no se
hacen en Asia a 60 céntimos de euro para aterrizar costando 80 con
cartel de rebajas porque en realidad estaban en 120. Esas son las
Nike. Veo que usted lee poco. Le recomiendo un libro de una autora
canadiense cuyo nombre no recuerdo, nunca recuerdo bien los
49
nombres, el libro se llama: NO-LOGO. De vez en cuando, en vez de
enviar mails a troche y moche llenando de power point los correos
ajenos, lea. Hágame caso. Distrae, entretiene y cuesta relativamente
poco. No discutamos que no tengo mucho espacio, son textos cortos
y una pelea agregaría páginas a un estilo fastlook que pretendo
últimamente.
Otra vez mi maldita oralidad, no puedo parar de hablar.

Culpa tuya. Estábamos en Japibook, algo menos toco y me voy
y más regalo, dono y doy porque a mí me aporta poco y a
otros más.
Tenemos mucha red y poco pez.
Hablando de pez, he preparado un ceviche peruano, otra

vez me mira como si estuviera hablando sola y como si lo del
ceviche fuera delirio o mentira, mucho feisbuk y mayespeis,
pero cuando lo invitan a myfantasylunch parece que lo
hubieran desvestido en plena calle.com.
50
Suelte el click, tómese un Pisco Sawer y siéntese con toda
confianza. Es pescado crudo que no está crudo porque lo
cocina el limón. Sanísimo, de un sabor inolvidable. No le digo
nada si además se lo come usted en una playa que huele a
mucho mar, media vacía, bajo una sombrilla de paja atendida
en acento peruano, suave y cantarían. Sí, el pisco me hace
efecto rápido, y parezco una tipa fácil, relajada, de playas,
soles y brindis sobre la arena.
Coma, pruebe, eso es choclo. No zapallo no, es camote,

batata, es como una papa dulce… no me haga explicar todo,
mejor pruebe. No todo es paella y asado y este mundo.
Veo que le parece tan delicioso como a mí. Ya que

estamos, aprovecho para preguntarle, ¿qué le parece nuestro
matrimonio? ¿Es feliz? El último video que colgamos en
Youtube tiene un montón de visitas, según las estadísticas,
somos la pareja ideal.
Insisto: mucha red y poco pez. Es un poco picante, el

ceviche, digo. ¿Más Pisco?
51
MEDITACIÓN DE LOS MERCADOS
52
Posición cómoda. Respiramos con el abdomen. Uno. Dos. Respiro, el
aire entra en mí. Todo mi cuerpo recibe las extraordinarias
vibraciones del universo, aunque no me llega nada del centro
comercial, ni siquiera un perfume falso del top manta.
Seguimos, dejamos que todos los pensamientos salgan, entren, se

vuelvan planes de jubilación o fantasías sexuales imposibles. Nada es
todo, todo es nada. Se lo expliqué al banco, pero no han
comprendido. Déjalos, no saben lo que hacen. Vos tampoco, ¿quién,
yo?
Todo está en la mente, menos el dinero para la hipoteca, se lo llevó el

mismo banco que ahora me lo está pidiendo. Seguimos respirando,
todo es un círculo de energía infinita. El universo y los mercados son
sabios. Uno, dos, respiro, tres, ¿doscientos treinta y seis mil? Dejo de
respirar. Medio planeta ha dejado de comer y de beber agua potable.
Uno. Dos. Diez tipejos se han llevado el dinero de medio mundo y
siguen haciéndolo.
53
Deja que salgan, uno, dos, todos los pensamientos. No hay juicio,
soltamos el aire. Fluimos con asombrosa felicidad a través del muro
(wall) street. Respiro con dificultad. Es el asma de los mercados.
Mientras escribo, más de medio mundo sufre sequías e inundaciones.

Concéntrate. Ahora clickea, etiqueta, comparte, selecciona, compra y
levántate que esto de meditar no es para vos. Suele pasar. Tu perfil
es más de escribir huevadas en la red. Los mercados, en su inmensa
sabiduría, dejan que sigas compartiendo tu felicidad, creatividad y
delirio.
Ya no respiras. Ya me parecía que estabas tardando un poco.
Ahora me quedo con tu casa y la vendo al doble de lo que vengo

cobrándote en intereses durante todos estos años. Respiro, no te
aviso que has estado pagando un seguro de vida durante años por un
valor de 250.000 euros y podrían cobrarlo tus hijos. Si no te lees la
letra chica ni siquiera cuando te conviene, yo, como siempre, no
tengo la culpa. Además, no quiero líos, en unos años voy a quebrar y
te necesitaré para que me salves. Bueno, vos no, que estás muerto;
tus hijos, nietos y bis nietos. Haz click aquí.
54
Salto sin red
55
Una pena que mi amigo de ojos azules e inquietantes silencios se

suicidara un año antes de ser descubierto a través de su pintura por
culpa de una red social de artistas plásticos en la que había colgado
su obra convulsa de esquizofrénico arco iris.
Antes de tirarse por la ventana no calculó que viviría para siempre a

través de San Google y que su suicidio sería a medias porque
quedaría congelado eternamente en la huella cibernética de un
buscador.
Historias de la red, que no funciona en caso de salto suicida pero te

sorprende con el éxito cuando ya no se lo podés contar a nadie.
56
57

ISLAS FACEBOOK (El Libro)

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Y TE DIGO MÁS, CREO QUE TODOS DEBERÍAMOS PENSAR UN POCO EN

SEGURAMENTE N0 OCURRIRÁ NADA DE ESTO Y LA DEDICATORIA

ISLAS FACEBOOK (queremos ser tu millón de amigos…)

En Islas Facebook la gente se encuentra y se desencuentra con tanta

Las Islas Facebook, (situadas en ninguna parte del mapa y presentes

Mira, sigue la coreografía de los otros, fíjate como solicitan tu mano

Y un día, poco a poco o de repente, tu amigo cae en el triángulo de

No me dejes por favor, no me des de baja, solo quédate en mi lista de

Vuelve a mí, amigo Facebook, la Isla circular no es lo mismo sin ti

Santo Google, qué divertido. Y lo que vendrá ni te cuento. Autos

Señores psicólogos, coaching y sociólogos, médicos, periodistas,

Consúltanos, queremos ser tu clon en Facebook, para que cuando te

Alguien dirá o pensará, no lo tomemos como un valor absoluto, es un

EL PODER ESTÁ DENTRO DE TI (Y DE TU ORDENADOR)

Amelia Beatriz enciende ordenador y se dirige a Islas Facebook

¿Botón? Ya te voy a dar botones a vos, vas a ver.

Porque no quiero, Amelia, no te enfades querida, ya estamos en casa

Amelia comprendió. Amelia imaginó que enredarse y desenredarse

Se sentó en el salón de la pequeña chimenea y apretó botón mirando

Se me ve ya grande para promocionar mis talentos, pero tengo una

Un beso a todos, incluido a Enrique, mi marido, que ya no me ama

Un día alguien que en estaba en el Alaska cagándose de frio por culpa

Para hacértela corta. Mail de acá y mail de allá. Citas webcam y

Gracias al divorcio exprés y a las comunicaciones por Skype, Amelia y

No sé bien donde colgar mi agradecimiento por la posibilidad de ser

‒Esta parte, la del cadáver, digo, mejor quitarla.

– ¿Por qué? Yo también tengo derecho a colgarme, ¿no?

HOLA, Mística: tienes 3.257 mensajes en tu

La gente se junta. Sale los sábados a la noche y va de

A ese dale compartir, imprimir, opinar y masturbarse sin

La gente está cómoda incómoda en los bares, en las

Y. Pero. Además. Por si acaso. Siempre. A veces.

Nos seguimos juntando a decirnos el porcentaje adecuado

Todo eso tiene más que ver con un repliegue de íntima

HOLA, MÍSTICA. Solo tienes 100 mensajes en tu

Camino con la punta de los dedos por el mundo fantasmal de ecos

Así que Ella. yo reímos y soñamos con el hombre del foro de

El pequeño genio letrado que de emociones propias no sabe por qué

Todas las noches y los días enamorados no de él (¿de quién?) si no de

Hipnótica tecleo. Busco su nombre verdadero. Mi amigo Google

Ella-yo vamos pasando de amistad y planes de artístico futuro a

Al final me rindo y digo sí al convite y me cito en zona bella de Madrid

Camino sola por la primavera de mi valle entre verdes desprendidos.

Y al final no hay despedida, solo amputa un sueño de látigo digital,

Acabo de ser asesinada. Nadie lo ha notado. Maravillas de la

Y el pez que soy se retuerce en la red de redes buscando donde ha

Gracias a la red en la que el pez ha caído y a un foro de gente que

Virtual-virtuosa-virulenta y visceral ella-yo fuimos víctima y verdugo

Todo sin testigos. Sin daños ni perjuicios aparentes se ha muerto un

Ya se fue su nombre de mi buzón iluminado. No está, se ha ido al éter

Mi mujer tiene la manía de entrar en la habitación cuando estoy

Tiene la costumbre de preguntarme en qué pienso e interrumpe esa

Mi mujer regresa del correo con el pelo estilo monja de clausura

Ella sugiere que para descansar mejor apagar el ordenador y cerrar

La otra vez se apareció en el baño cuando la ilustración que se toca

Y mi mujer, ¿qué hará en internet? A veces, cuando la llamo

Un apunte final: Acabo de pasar por detrás de su escritorio que está

–Pene, ¿qué pene?

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