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Biografías personajes bíblicos

Abrahán
A Abrahán, cuyo nombre original era Abram, y Sara, originalmente Sarai, Dios les dio un
hijo cuando eran tan viejos que debió haber sido biológicamente imposible. Dios le
prometió a Abrahán que a través de ese niño "haría de [él] una gran nación", y que sus
descendientes serían más numerosos que las estrellas. El nombre "Abram" significa
"ancestro exultante", mientras que "Abrahán" significa "padre de una muchedumbre", lo
que reflejaba ese compromiso. "Sara" significa "princesa".

Isaac
Isaac fue el hijo prometido a Abrahán y Sara. Su nombre significa "risa", porque Sara se rió
en silencio cuando se le dijo que iba a tener un hijo a la edad de 90 años. Se casó con una
mujer llamada Rebeca. Tuvieron dos hijos gemelos, Esaú y Jacob. El primero era el
favorito de Isaac, y Jacob era el favorito de Rebeca.

Jacob
Jacob siguió la línea israelita. Es de donde proceden los nombres "Israel" e "israelita". Una
noche "luchó con un hombre hasta el amanecer". Este hombre resultó ser un ángel. Jacob le
exigió una bendición cuando lo derrotó, la que recibió. El ángel le dio el nombre de
"Israel", que significa "lucha con Dios". Jacob tuvo dos esposas, las hermanas Lea y
Raquel, y 12 hijos. Sus hijos son considerados los padres de las 12 tribus de Israel.

ABRAHAM. Abraham se conoce como fundador de la religión hebrea, dirigido por Dios. Hijo de
Taré, nació en Ur de los caldeos (hoy el Irak). Abraham se casó con Sarai, su mediohermana
(Génesis 11:29-31). Dios se le apareció y le ordenó irse a Canaán, en donde sería el fundador de
una gran nación (Génesis 12:1-2). Abraham tomó a su esposa, su sobrino Lot y un grupo de siervos
y emprendió la marcha por fe. Dios se le apareció nuevamente y le prometió que su pueblo
heredaría toda aquella tierra. Abraham se fue a Egipto durante un tiempo

de hambre y regresó a Canaán muy rico. Se separó de Lot; no obstante, más adelante lo rescató de
Sodoma, la ciudad que Dios destruyó. Impaciente en cuanto al cumplimiento de la promesa de
Dios, Abraham tuvo un hijo,

Ismael, engendrado en su sierva Agar. Cuando Abraham y Sara eran ya muy ancianos, Dios cumplió
su promesa de darles un hijo. Le dio a Isaac, su único hijo. La gran prueba de Abraham fue la orden
de entregar a Isaac como sacrificio a Dios. Como fue fiel, Dios proveyó un sacrificio en sustitución
de Isaac. Abraham murió a la edad de 175 años. Se le conoce como uno de los héroes de la fe
(Hebreos 11:8-13).

ABRAHAM

Abraham, patriarca bíblico y según el libro del Génesis (11,27; 25,10) padre de los hebreos, que
parece vivió entre los años 2000 y 1500 a. C.

Llamado Abram originalmente, Abraham fue el hijo de Tare, un descendiente de Sem, y nació en la
ciudad caldea de Ur, donde se casó con su hermanastra Saray, o Sara. Abandonaron Ur junto a su
sobrino Lot y su familia, por inspiración divina y se dirigieron a Harán. Al recibir la promesa de que
Dios haría de él una 'nación grande', Abram se trasladó a Canaán, donde vivió como un nómada. El
hambre le llevó a Egipto, pero fue expulsado por presentar a Saray, su mujer, como su hermana.
Una vez de vuelta a Canaán, Abram y Lot se separaron tras las disputas surgidas entre ellos y sus
pastores, quedándose Lot cerca de Sodoma y continuando Abram su vida errante. Más tarde
rescató a Lot de la cautividad del rey Cordorlahomor de Elam y fue bendecido por el sacerdote
Melquisedec, rey de Salem. Entonces, Dios prometió a Abram un hijo de su esposa Saray, le repitió
sus primeras promesas y las confirmó con una alianza.

Cuando Abram renovó esta alianza, se estableció el rito de la circuncisión, su nombre se


transformó en Abraham, y el de Saray en Sara. Dios, a través de unos ángeles, volvió a prometerle
que tendría un hijo varón de Sara.

Cuando Dios le informó de que iba a destruir las ciudades de Sodoma y Gomorra a causa de la
depravación de sus habitantes, Abraham le suplicó que no lo hiciera. Dios le prometió que salvaría
las ciudades si pudiera encontrar sólo diez hombres justos. Al no encontrar ninguno Dios cumplió
su amenaza.

Ismael, primer hijo de Abraham y de Agar, una esclava egipcia, nació cuando Abraham tenía 86
años. Los musulmanes árabes consideran a Ismael como su progenitor. Isaac, hijo de Abraham
alumbrado por Sara cuando éste tenía 100 años, fue el primero de sus descendientes legítimos.
Dios exigió que Abraham sacrificara a su hijo, como prueba de fe, aunque por la incondicional
obediencia de Abraham, Dios le permitió salvarle y le recompensó con una renovación formal de
su promesa.

ISAAC

Isaac (en hebreo, `hará reír'), patriarca del Antiguo Testamento, hijo de Abraham, hermanastro de
Ismael y padre de Jacob y Esaú. El nacimiento de Isaac fue prometido por Dios (Gén. 17, 19 y 21) a
Abraham y a su esposa Sara, después de muchos años de matrimonio sin descendencia, como
señal de que las bendiciones que Dios otorgó en un principio a Abraham tendrían su continuidad
en Isaac, heredero de la Alianza. Los acontecimientos de la vida de Isaac son relatados en el libro
del Génesis desde el capítulo 21 al 28.

El relato dominante en la narración, que constituye uno de los episodios más conocidos de la
Biblia, es la del proyectado sacrificio de Isaac (Gén. 22). Según esta historia, Dios quiso probar la fe
de Abraham ordenándole que sacrificara a su amado hijo. En último momento, tras quedar Dios
convencido de la incondicional obediencia de ambos, padre e hijo, aceptó un carnero en lugar del
joven. Se cree que este relato expresa el rechazo de los hebreos a los sacrificios humanos,
practicados por las naciones vecinas. En la sinagoga actual, el carnero es recordado en el ritual de
soplar el shofar, o cuerno de carnero, durante los días Solemnes del judaísmo: Rosh Ha-shaná y
Yom Kipur.

El Nuevo Testamento alude a Isaac como precursor de Cristo y de la Iglesia (Gál. 3,16; 4,21-31); la
obediencia de Isaac a su padre, hasta el punto de estar dispuesto a la inmolación, se asocia con la
de Cristo (Heb. 11,17-19). Estos temas fueron desarrollados por varios de los autores patrísticos e
Isaac aparece con frecuencia en el arte cristiano, en concreto, asociado a la eucaristía.

Los arqueólogos y demás científicos bíblicos han trazado similitudes entre la narración bíblica de
Isaac y la historia de las tribus semitas. Se considera que Abraham constituye el tronco nómada del
que surgieron las tribus hebreas e idumeas. Isaac representaría entonces a las tribus que se
unieron para constituir la confederación hebrea y obedecer a Dios, Yahvé, una deidad tribal, en
origen. Por su parte, Ismael representaría a las tribus de Idumea. Comparado con los otros dos
grandes patriarcas bíblicos, su padre Abraham y su hijo Jacob, Isaac aparece como una figura
menos importante. Sin embargo, los especialistas ven por una serie de detalles del relato bíblico,
en Isaac, más elementos simbólicos importantes. La hipótesis es que la narración de su nacimiento
es un intento deliberado, de los primeros escritores israelitas, de modificar la tradición de las
tribus semitas a fin de promover la adhesión a la confederación hebrea, una alianza política y
militar, al sugerir que dicha alianza estaba inspirada por una poderosa divinidad.

Jacob e hijos

Jacob, en el Antiguo Testamento, uno de los patriarcas hebreos, hijo de Isaac y Rebeca y nieto de
Abraham. Tras privar con un engaño a su hermano Esaú de la bendición de su padre y de sus
derechos de primogenitura, Jacob huyó a la casa de su tío, Labán, para quien trabajó durante
muchos años, y cuyas hijas, Lía y Raquel desposó. Sus esposas y sus esclavas, Zilpá y Bilhá, le
dieron 12 hijos, que se convertirían en los patriarcas de las 12 tribus de Israel. Lía dio a luz a Isacar,
Judá, Leví, Rubén, Simeón y Zebulón; Raquel, a José y Benjamín; Zilpá a Gad y Aser, y Bilhá a Dan y
Neftalí.

El relato de Jacob se narra en Génesis 25-35. Los acontecimientos más sobresalientes de su


existencia fueron la visión de la "escalera de Jacob", la bendición que recibió en Betel (Gén. 28,10-
22) y la concesión del nombre Israel por un adversario divino tras luchar contra él (Gén. 32,24-32).
Así como la figura de Esaú está considerada como la representación de la nación de Edom (Gén.
36,8), la de Jacob, o Israel, personifica a la nación de Israel. Así, el profeta Oseas traza un paralelo
entre las experiencias de Jacob y las de su pueblo (Os. 12) hacia el 1700 a. C.

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