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Buenos Aires:
Universidad, 1968.
Frederic G. Kenyon
La conclusión general es que al final del siglo V y en la primera parte del IV,
existían en Atenas libros en cantidad considerable, y que eran baratos y de fácil acceso.
Estaba creciendo el hábito de la lectura, pero no estaba firmemente establecido.
2. El rollo de papiro
Es importante saber como era el libro que usaban los griegos, sobre todo
porque la forma en que eran copiados está vinculada estrechamente a la crítica textual,
para lograr la restauración de los pasajes corruptos. Empecemos por el material.
Las sustancias usadas fueron muchas: Primero piedra, la principal materia para
las inscripciones, pero que no tiene mucho que ver con las producción de libros. Se
sabe que se escribía sobre madera que aún se usan hoy en India y otros países
cercanos; la corteza era usada en varias partes del mundo. Según Linneo, que la toma
de Tito Livio, en corteza se escribieron los antiguos registros y libros sagrados
romanos. Para escritos pequeños se usaron también metales: oro (para amuletos),
bronce, hierro y especialmente plomo. Para tabletas, la madera, natural o cubierta con
cera. En Egipto se usaron mucho el barro cocido (postsherd?) para ejercicios de los
niños en las escuelas, cartas, cuentas, borradores literarios. Para cosas más
importantes, la arcilla, universalmente usada, para documentos y obras literarias, en
Mesopotamia , Imperio Itita, Siria y Creta. Cientos de miles de ellas han salido a luz
en las excavaciones del último siglo.
Seguramente incluía entre ellos a Siria y Palestina, donde ese uso estaba
difundido. La Ley exige por ejemplo, que el Talmud esté copiado sobre rollos de
cuero. Esto ha seguido hasta hoy, además de conservarse numerosos especímenes. El
cuchillo era por eso uno de los instrumentos de sus escribas, como lo sería del monje
en la Edad Media. Por otra parte, los manuscritos del mar muerto son de cuero. Quizás
los griegos lo hayan usado también, pero no hay pruebas, y además lo habrá sido – de
serlo- en épocas muy remotas. Todas las evidencias demuestran que los griegos usaron
el papiro desde el siglo VI AC . Herodoto, en la mitad del siglo V dice, que no es
posible concebir un pueblo civilizado que escriba , salvo en caso de necesidad sobre
otro material que no sea el papiro. Puede decirse que ellos no usaron otra cosa desde
los orígenes de su literatura. Puede conjeturarse que fue lo que se usó en tiempos de
Homero , y con seguridad lo fue en los días gloriosos de su literatura y durante el
período helenístico. Así la aserción de Varrón recogida en Plinio (H.N. XIII,11) de que
el papiro fue usado como material de libros después de que Alejandro conquistó
Egipto y fundó Alejandría no es aceptable. Plinio mismo dice que hay pruebas contra
la aserción de Varrón.
El papiro se fabrica con la médula de una planta acuática, Cyperus papyrus que
crecía en la antigüedad , en abundancia en las aguas del Nilo. No era desconocida en
otras partes del mundo, pero Egipto, y sobre todo El Delta, era el centro principal de
producción. Hoy sólo sobrevive en el alto Nilo, lejos de las fronteras de Egipto, y
esporádicamente se da en Sicilia y Siria. Teofrasto y Plinio la describen como una
planta que crece en seis pies de agua o aún menos, y que alcanza una altura de hasta
15 pies y con una raíz gruesa como el puño de un hombre. Sus diferentes partes se
usaban para distintas cosas –combustibles, cuerdas, botes, velas- pero su fama
universal se la dio el papel que con ella se fabricaba. Era un monopolio del gobierno
Egipcio, y así el papiro de Tebtunis, es un documento de la segunda centuria, que
contiene un recibo por 20000 tallos de papiro. La manufactura ha sido descripta por
Plinio (H.N.XIII, II, 12) y es ya un texto clásico. El autor se extiende largamente sobre
el tamaño de las hojas, números de líneas, columnas, tamaño de los márgenes. Indica
que al principio se dejaba un espacio grande en blanco, seguramente para evitar el
deterioro de las primeras líneas al arrollarlo. Ese espacio no llevaba nunca el titulo y
autor que iban siempre al final. Los papiros de lujo solían llevar algunos agregados,
por ejemplo una varilla para arrollarlo, que, de acuerdo con lo que han transmitido
autores latinos, solía estar adornada con saliencias de colores ( cornua, imbilici): no se
conoce ninguno. El autor ha visto algunos papiros que tenían adosada una pluma, para
arrollarlo. Algunos tenían una membrana, para protección, la cual estaba adornada con
colores. Llevaban etiquetas con el título y se guardaban en cajas ( capsa) armarios
(scrinia): han quedado algunas. Estaban escritos de un solo lado (recto) que tomaba su
nombre porque era el lugar donde las fibras corrían horizontalmente. Si seguía en el
reverso ( verso) el rollo se llamaba opistográfico. Son muy raros , y hay uno en el
British Museum. Diógenes hablando de Luciano dice que era tan pobre que tenía que
escribir de los dos lados. Otros autores hablan de usar las dos caras cuando quieren dar
a entender que la obra es una cosa excesiva, que el autor ha cometido un abuso en la
extensión . Por eso la mayoría de los papiros escritos en doble faz lo han sido en
épocas diferentes: de un lado hay una obra , de otro, otra, escrita por alguien que no
pudo conseguir un papiro nuevo, o quizás representar una forma de producción de
libros baratos: así el famoso papiro de Oxyrincho tiene una obra histórica en el verso
de un registro de tierras y el Museo Británico tiene la Epístola a los Hebreos en el
verso de una Epítome de la historia de Tito Livio. Con respecto a la extensión, ningún
libro de cierta extensión cabe en un rollo. Una idea la da el siguiente cálculo: Un rollo
de 32-35 pies puede contener uno de los Evangelios ( Mateo, Lucas) o los Hechos, o
un libro Tucítides, pero no más. También entran en un rollo dos o tres libros de la
Ilíada. A veces había que dividir los libros, y así Plinio el joven habla de las obras de
su tío: “tres libri in sex volumina propter amplitudinem divisi” , lo cual parecería
indicar que justamente lo aclaraba por no se usual. Debido a esta breve extensión no se
publicaron en la antigüedad “ obras completas”. Este tipo de ediciones apareció con el
códice. Esto explica que de muchos autores famosos, como Sófocles y Esquilo hayan
llegado hasta nosotros solo las obras famosas. Las demás dejaron de copiarse y
perecieron. Hoy podemos, con todos estos datos, describir con exactitud un rollo de
papiro: Era una pieza cl clara – en la actualidad se han oscurecido y son amarillentos-
generalmente de 9 ó 10 pulgadas de alto, formando un cilindro de una pulgada o
pulgada y media de diámetro. Abierto, mostraba una serie de columnas de unas tres
pulgadas de ancho (o más si era poesía), con márgenes de más o menos media pulgada
entre columna y columna, y en las partes superior e inferior que variaban de acuerdo
con la suntuosidad del libro. Su largo total no excedía normalmente los 35 pies y el
lector lo desenrollaba con la mano derecha y los iba enrollando con la izquierda.
Cuando no se lo usaba se lo colocaba en una caja circular sobre un estante en un
mueble, posiblemente envuelta en una funda de pergamino, con el título visible en una
etiqueta colgante. Su lectura era difícil : No se separaban las palabras- raramente se
colocaban unas comas invertibles para señalarlo- y generalmente no se usaba
puntuación, que nunca era completa y sistemática. En las obras de teatro suele usarse
el sistema de poner en paragrafos separados lo que va diciendo cada personaje, pero
no figura el nombre de estos. Nombre y título de la obra, al final. Tampoco hay
acentos. Es curioso pero la práctica de separar las palabras es posterior a la invención
de la imprenta. En resumen, el lector no contaba para nada.
Más interesante es el asunto del censo de Servio (Tito Livio, I, 42 y cf III, 3).
Si como la tradición sostenía se hizo ese censo, eso significo que los que lo
compilaron, escribían. Las alusiones a carta y escritos hechos por Tito Livio no
permiten pensar en escritos históricos antes de la tercera centuria. Los libros sibilinos
son del mismo período. Del siglo V se conserva el testimonio del envío de una misión
a Atenas para copiar las leyes de Solón y el relato de Virginio incluye una referencia a
la existencia de escuelas (Litterarum ludi) en el Foro.
Toda la cultura romana se apoyó en la griega: la cultura de las clases altas era
griega, como la enseñanza. Y así toda la literatura romana crece sobre los modelos
griegos.
Un notable ejemplo de biblioteca es la que se encontró con los libros aún en los
estantes. Apareció en las ruinas de Herculano, destruida en el 79 CA. En 1752, en
una excavación se descubrió una pequeña habitación de doce pies cuadrados, con
cientos de papiros, ennegrecidos y quebradizos, según parece no por el fuego sino por
el barro y las cenizas, y dentro de armarios . Los armarios estaban alrededor contra las
paredes, y en el centro había una mesa para consultas. Las obras eran en gran parte
filosóficas, especialmente de Epicuro y su escuela la presencia de las obras de
Philodemo, filósofo menor del siglo I, y a veces cada una en varias copias, llevó a la
conclusión de que era la casa de Philodemo o de su patrón, Piso.Los papiros fueron
desenrollados con gran trabajo, y fue gran pena que su propietario no hubiera
coleccionado obras literarias o históricas.
Los poetas de la época imperial, sobre todo Marcial y Tíbulo, traen muchas
referencias a libros. Describen rollos de papiros pulidos con piedra pómez y ungidos
con aceite de tuya, con adornos de marfil y ébano, envueltos en coberturas púrpura,
con cintas escarlatas y etiquetas. Hablan de las librerías en el Argiletum, y de los
libreros, tales como Trifón y Atrecto, que vendían las obras de Marcial, y de los avisos
de libros nuevos que se fijaban. Una copia barata se compraba por cinco a diez
sestercios. Finalmente cuentan cómo los malos libros eran devorados por los insectos
y gusanos, usados por cocineros para hacer los alimentos o por los muchachos para
escribir sus ejercicios en el verso de los rollos.
En cuanto a la forma de hacer estos códices de papiro, hay una variante lógica:
no se los puede doblar como el pergamino en 2, 4, 8 ó 16 hojas. Se los dobla sólo por
la mitad. Se reunían unas 25 hojas, que, dobladas, daban 50, y se las cosía pasando el
hilo por ojales hechos a lo largo del doblez central vertical. Todo el códice era un solo
cuadernillo. Y en general el trabajo de escritura era de modesta calidad. Este códice de
papiro y el rollo mismo sucumbirán en el siglo IV ante el códice de pergamino. La
caída del papiro es bastante abrupta. Las razones no son claras: probablemente la
demanda cada vez mayor de obras extensas en un solo volumen, y en la producción en
mayor escala de pergamino. La adopción del cristianismo tubo que influir mucho:
Constantino al convertirse ordenó 50 ejemplares de las Escrituras para su capital, y
miles para el resto del Imperio. Es ésta la época en que queda establecido el texto
completo de la Biblia. Era imprescindible abandonar los rollos y sustituirlos por el
códice , que permitía tener todo el texto en un volumen. Un códice hallado con los
cuatro Evangelios y los Hechos hubiera necesitado 5 rollos. Además el códice era muy
durable, no así el papiro. Además el arrollar y desenrollar hacia la lectura mucho
menos cómoda sobre todo s había que volver atrás para releer algún pasaje. Este
defecto era especialmente notable en colecciones de leyes. En el siglo IV la victoria
del códice era total. San Jerónimo (EP.141) refiere que los papiros de la biblioteca de
Pánfilo de Cesarea, que se destruyeron, fueron sustituidos por ejemplares en
pergamino. Esto ocurría en el 350 y de esta misma época son los códices Vaticano y
Sinaítico. Y cuando ya fue posible producir códices de tal belleza, la victoria fue
definitiva. Un dato interesante es que la copia de esas dos obras maestra está hecha
como si fueran papiros, a tres columnas en el Vaticano y cuatro en el Sinaítico. Será
necesario llegar al siglo V , para que el Códice Alejandrino inicie la escritura a dos
columnas que será desde entonces normal en los grandes manuscritos en pergamino.