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Directores

Javier Pradera / Fernando Savater DE RAZÓN PRÁCTICA Marzo 2004


Precio 8 € N.º 140

PALOMA AGUILAR
Guerra civil, franquismo y democracia

ANTONIO ELORZA
La revolución de los ayatolás

PAUL
KRUGMAN
El gran engaño

JÜRGEN HABERMAS JAVIER TUSELL


Guerra, paz y Europa La Restauración
Diálogo con E. Mendieta revisitada
Marzo 2004

JOSEP M. COLOMER
Breve historia del sistema electoral en España
DE RAZÓN PRÁCTICA
Dirección
S U M A R I O NÚMERO 140 MARZO 2004
JAVIER PRADERA
FERNANDO SAVATER

Edita
PROMOTORA GENERAL
DE REVISTAS, SA

4
Director general
ALFONSO ESTÉVEZ
Director adjunto
PAUL KRUGMAN EL GRAN ENGAÑO
JOSÉ MANUEL SOBRINO
Coordinación editorial
NURIA CLAVER
Diseño
MARICHU BUITRAGO

ANTONIO ELORZA 14 LA REVOLUCIÓN DE LOS AYATOLÁS

PALOMA AGUILAR 24 GUERRA CIVIL,


FRANQUISMO Y DEMOCRACIA

Andrea Santamarina (Madrid,1980)


Licenciada en Bellas Artes por la Universidad
Complutense de Madrid, cursó cuatro años de
JOSEP M. COLOMER 34 BREVE HISTORIA
DEL SISTEMA ELECTORAL ESPAÑOL
estudios en L´accademia di Belle arti de
Bolonia (Italia) y realizó diversos cursos de
escenografía, diseño gráfico y grabado. La
beca de escultura que le otorgó la facultad de
Bellas Artes (UCM) le ha dado la oportunidad
de exponer su obra en varias instituciones.
Mª JOSÉ VILLAVERDE 40 EL NACIONALISMO ‘LIGHT’
Caricaturas
LOREDANO

Diálogo
Eduardo Mendieta 48 Jürgen Habermas
Sobre la guerra, la paz y el papel de Europa

Jürgen Habermas
Historia
Javier Tusell 54 La Restauración, revisitada

Correo electrónico: claves@progresa.es


Internet: www.claves.progresa.es

Conversación
62 Razón ilustrada contra romanticismo
Correspondencia: PROGRESA.
FUENCARRAL, 6; 2ª PLANTA. 28004 MADRID.
TELÉFONO 915 38 61 04. FAX 915 22 22 91. Iván Tubau Con Juan José Sebreli en Buenos Aires
Publicidad: GDM. GRAN VÍA, 32; 7ª.
28013 MADRID. TELÉFONO 915 36 55 00.

Impresión: VÍA GRÁFICA.


ISSN: 1130-3689
Depósito Legal: M. 10.162/1990.

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Política
Juan Francisco Fuentes 74 La idea de España
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Artes plásticas
Luis Antonio de Villena 81 La ‘Marilyn’ de Warhol
La crisis de hoy mismo
EL GRAN ENGAÑO
PAUL KRUGMAN

L
as metáforas pueden resultar enga- grandes ciudades, para sorpresa de todos, camiento norteamericano y lo que parecía
ñosas, pero la del “reloj del débito” se volvieron de pronto más seguras de lo ser la imparable ascensión nipona) rezaba:
de Manhattan es tan buena como la que lo habían sido durante muchos años. “La guerra fría ha terminado, Japón la ha
mejor. Un hombre de negocios dotado de El futuro se nos antojaba casi increíble- ganado”. Comparta o no usted la tesis de
espíritu público puso el reloj en marcha mente prometedor. que Estados Unidos sufrió la competencia
en 1989 con la esperanza de avergonzar a Entonces, los buenos tiempos se ter- desleal japonesa (no sucedió así), aquél
los políticos de manera que pasaran a ac- minaron. En 2003, nuestro tejido econó- fue un tiempo de desilusión nacional.
tuar con responsabilidad. La deuda nacio- mico –y, tal vez, el de nuestro sistema po- Pese a que Japón no era el villano que
nal, cada vez más elevada, alcanzaba cifras lítico y el de nuestra sociedad– volvieron algunos suponían –y que pronto pasó a
gigantescas, pues el Gobierno federal gas- a dar la impresión de desintegrarse. La padecer contratiempos económicos que
taba todos los años bastante más de lo nación sentía inquietud, y las encuestas constituyen una historia aleccionadora
que recaudaba, con lo que se veía obliga- evidenciaban que la mayor parte de la po- para todos nosotros–, los reveses de la
do a tomar prestada la diferencia. Pero a blación pensaba que el país estaba siendo economía norteamericana fueron bastante
finales de la década de 1990 ocurrió algo conducido en una dirección equivocada. reales. Es cierto que, en 1992, los exper-
curioso: los ingresos del Gobierno prove- tos en estadística afirmaban que la rece-
nientes de los impuestos subieron a la par Los años tristes sión de 1990-1991 había terminado. Pero
que la Bolsa, y esos enormes déficit presu- A finales de la década de 1990, mientras en 1991-1992 todavía se daba una “recu-
puestarios empezaron a disminuir hasta todo parecía ir bien –el empleo aumenta- peración sin creación de empleo”, o sea,
transformarse en superávit que batían ba, las acciones subían, los presupuestos un periodo en que el PIB crecía pero el
marcas. En septiembre de 2000, el pro- se cerraban con superávit y hasta la tasa desempleo seguía aumentando. En lo que
pietario del reloj lo detuvo. En julio de de criminalidad bajaba–, el desánimo que concernía a los estadounidenses de a pie,
2002, cuando el país se enfrentaba una había cundido al principio del decenio se la recesión continuaba. Tampoco iban
vez más a un déficit monumental, volvió borró de la memoria colectiva. En 2000, mucho mejor las cosas para los trabajado-
a ponerlo en marcha. pocas personas recordaban el temor na- res que conseguían mantener su empleo:
En la historia norteamericana reciente cional dominante en 1992. No obstante, el salario real del trabajador medio se ha-
han ocurrido muchas cosas, además de esa depresión es un antecedente funda- bía estancado o descendido a lo largo de
que el Gobierno central afirmara que ha- mental de lo que vino después. casi veinte años. Las industrias tradiciona-
bía vencido su larga lucha contra el déficit Si usted es una de esas personas que les, como la del automóvil o el acero, en
sólo para constatar, poco después, el re- consideran que la grandeza nacional se de- las que los trabajadores corrientes podían
greso de los números rojos. Numerosos fine por el éxito militar (y quienes piensan ganar buenos sueldos, parecían sufrir un
indicadores de nuestro bienestar nacional, así dirigen el país justo ahora), el desánimo declive continuado. La pobreza no sólo
por otro lado, evolucionaron de forma que preponderaba en 1992 puede causarle no disminuía, sino que aumentaba, y más
análoga a los presupuestos. A principios perplejidad. Desde el punto de vista mili- del 20% de los niños vivían por debajo
de la década de 1990 éramos un país de- tar, Estados Unidos ocupaba entonces el del umbral de pobreza, el porcentaje más
primido, tanto desde el punto de vista primer lugar entre los países del mundo. El elevado desde 1964.
económico como del social y político: comunismo se había derrumbado. La gue- La cultura popular reflejó el hondo
uno de los libros más vendidos en esa rra del Golfo Pérsico, que muchos temie- sentimiento de desilusión nacional existen-
época se titulaba America: What Went ron que se transformara en otro Vietnam, te. Entre las grandes películas de los inicios
Wrong. Al final de ese periodo nos había- acabó siendo, por contra, una espectacular de la década de 1990 se encuentran Falling
mos serenado, al parecer. La economía demostración del poderío militar nortea- Apart, sobre un trabajador despedido que
prosperaba, había empleos en abundancia mericano. Ya nos habíamos convertido en monta en cólera; Grand Canyon, que abor-
y millones de personas se enriquecían. lo que somos hoy: la primera y única su- da la amenaza de la delincuencia, y Rising
Los déficit presupuestarios dieron lugar a perpotencia mundial. Sun, que trata del declive norteamericano y
superávit nunca antes alcanzados. La larga Sin embargo, la gloria no paga las fac- la ascensión japonesa.
ola de criminalidad que había comenzado turas. Un dicho corriente en esa época Y ¿qué pasaba con la promesa de las
en la década de 1960 llegó a su fin; las (que se refería al contraste entre el estan- nuevas tecnologías? A principios de la dé-

4 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 140


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cada de 1990, ésta pa- broso cambio econó-
recía ser una esperanza mico y social.
frustrada. Por supuesto
que las nuevas tecno- Los años buenos
logías nos rodeaban Hizo falta bastante más
por todas partes, pero tiempo para que las
eso no parecía materia- personas se dieran
lizarse en resultados. cuenta de que las cosas,
Cada vez había más en efecto, habían mejo-
empleados que dispo- rado. Se diría que el pe-
nían de ordenadores, simismo se había con-
todas las oficinas con- vertido en un rasgo na-
taban con fax y los te- cional. Todavía en el
léfonos móviles y el invierno de 1995-1996,
correo electrónico em- a pesar de la caída cons-
pezaban a generalizar- tante de la tasa de paro,
se, pero nada de eso los diarios estaban re-
parecía redundar en pletos de titulares alar-
más puestos de trabajo mistas sobre la pérdida
o en un aumento del de empleo y el declive
nivel de vida. Un im- económico. En la cam-
portante economista paña presidencial de
(que más tarde sería 1996, los economistas
un destacado triunfa- de Bob Dole criticaron
lista norteamericano) al Gobierno de Clinton
me dijo en privado que consideraba la al- sueldos excesivos. Cuando el presidente por lo que afirmaban era una recuperación
ta tecnología “una soberana tontería”. George Bush llevó a los ejecutivos de una económica lenta y débil. Los profesionales
Por encima de todo, los norteamerica- compañía automovilística a Japón para exi- menos partidistas pensaban de modo dis-
nos estaban decepcionados con sus dirigen- gir concesiones económicas, la iniciativa tinto, pero aún eran cautelosos, pues ha-
tes, tanto los del sector privado como los acabó convirtiéndose en un desastre de re- bían visto demasiadas recuperaciones que
del público. Cualquier librería de aeropuer- laciones públicas. resultaron falsas. Sin embargo, llegó un
to tenía en exposición pilas de libros con La falta de respeto se extendió a momento en que las evidencias resultaron
guerreros samuráis en la portada que pro- nuestros políticos. Lo más extraordinario demasiado claras como para negarlas: la
metían enseñar a los lectores los secretos de de las elecciones de 1992 no fue la de- economía de EE UU mejoraba de verdad.
la gestión japonesa; la cuestión no era sólo rrota de Bush. Fue el que H. Ross Perot, Y empezó a creerse que lo mismo le pasaba
que los nipones diesen la impresión de sa- un candidato ajeno a la política, obtu- a nuestra sociedad.
ber cómo dirigir una empresa moderna, si- viera el 19% de los votos. En un país Dado nuestro presente estado de reno-
no que los norteamericanos ofrecieran la donde los terceros partidos nunca han vada desilusión, resulta tentador descartar,
contraria. Los artilugios más novedosos pa- prosperado, ese resultado indicaba una como si de un espejismo se tratara, todo lo
recían todos provenir de Japón; la etiqueta gran falta de confianza en los dirigentes que fue bien durante los años de Clinton.
“made in the USA” ya no era una garantía políticos convencionales. En resumen, El optimismo desbordado de finales de
de calidad y, además, muchos consumido- aquél no fue el mejor de los tiempos, y la década de 1990 excedió, en efecto, de la
res empezaron a desconfiar de los produc- numerosos observadores esperaban que realidad. Pero los logros auténticos de la so-
tos nacionales. Se ridiculizaba a los directi- las cosas empeoraran todavía más. Sin ciedad fueron espectaculares. Había trabajo
vos de las grandes empresas, a los que se embargo, a lo largo de los ocho años si- en abundancia a finales de la década de
consideraba unos torpes incompetentes con guientes el país experimentó un asom- 1990, más de lo que había existido en déca-

Nº 140 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA


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5
EL GRAN ENGAÑO

das, lo que constituía el hecho más impor- instantánea. Nunca antes, desde 1929, y se había extendido a Estados Unidos, y el
tante en la vida de la mayoría de las perso- quizá ni siquiera entonces, el enriqueci- incumplimiento ruso en el pago de la deu-
nas. Entre 1992 y 2000, las empresas de miento rápido había parecido tan asequi- da llevó a la quiebra al Long-Term Capital
EE UU añadieron a sus nóminas 32 millo- ble. Y voces que daban la impresión de es- Management, un gran fondo de inversio-
nes de trabajadores, con lo que consiguie- tar bien informadas aseguraban que lo me- nes de alto riesgo. Los mercados financieros
ron que la tasa de paro fuera la más baja en jor todavía estaba por llegar, pues el Dow se paralizaron de pronto: cesaron práctica-
treinta años. El pleno empleo significaba Jones pronto alcanzaría los 36.000 puntos. mente las compras y ventas. Estuve en una
trabajo y la oportunidad de escapar de la Pero los escépticos del mercado de va- reunión en la que un funcionario de la Re-
pobreza en la que las familias se habían vis- lores también existían; yo era uno de ellos. serva Federal norteamericana nos habló de
to atrapadas: por primera vez desde la déca- (Mantuve asimismo algunas dudas inicia- la situación; cuando le preguntamos qué
da de 1960, el nivel de pobreza cayó en pi- les sobre el milagro de la productividad podíamos hacer, nos contestó: “Rezar”. Sin
cado. En parte como consecuencia de esto, norteamericana. En 2000 creía en él, pero embargo, Rubin, junto con Alan Greens-
los indicadores sociales, como por ejemplo todavía pensaba que las cotizaciones de la pan, consiguió transmitir una sensación de
las tasas de delincuencia, mostraron una Bolsa eran excesivas). Y aquellos de entre tranquilidad. (¿Se acuerdan de cuando la
mejoría llamativa: a finales de la década de nosotros que seguían la marcha de las gente llegó incluso a admirar al secretario
1990, la ciudad de Nueva York era más se- economías extranjeras también experimen- del Tesoro?). Los mercados se recuperaron.
gura de lo que había sido a mediados de la tábamos cierta preocupación por lo que A principios de 1999, el presidente de la
década de 1960. podría ocurrir cuando la Bolsa volviera a Reserva Federal, Alan Greenspan; el secre-
Si el crecimiento del empleo era impre- descubrir la ley de la gravedad. Existían si- tario del Tesoro, Robert Rubin, y el vice-
sionante, el aumento de la productividad militudes innegables entre la economía de secretario del Tesoro, Larry Summers, apa-
–lo producido por cada trabajador– lo era Estados Unidos a finales de la década recieron en la portada de Time, que los cali-
más aún. Durante las décadas de 1970 y de 1990 y la “burbuja económica” de Ja- ficó, sin demasiada originalidad pero de
1980, el escaso ascenso de la productividad pón durante la década anterior; después de forma muy justificada, como “la comisión
–apenas un 1% al año– era el principal que estallara la burbuja de la Bolsa en ese para salvar el mundo”.
punto débil de la economía norteamerica- país, la economía japonesa, que parecía Al comienzo del nuevo milenio parecía,
na. La pobre evolución de la productividad imparable, cayó en una depresión profun- por tanto, que Estados Unidos había sido
fue la razón fundamental del estancamien- da que continúa hoy en día. bendecido con unos dirigentes económicos
to del nivel de vida de las familias estado- No obstante, la década de 1990 nos maduros y capaces, que, en caso de necesi-
unidenses medias: una economía en la que había proporcionado motivos para el opti- dad, harían lo que tuvieran que hacer. Insis-
la productividad no sube no puede pro- mismo, aunque la burbuja reventara. La tirían en una política fiscal responsable, ac-
porcionar un aumento sostenido de los sa- mala gestión había agravado los problemas tuarían de forma rápida y eficaz para evitar
larios. Pero en la década de 1990 la produc- del país nipón, mientras que la dirección que se repitiera la recuperación con desem-
tividad despegó; a finales de ese periodo, económica de Estados Unidos era excepcio- pleo de los inicios de la década de 1990, por
crecía más que nunca en la historia norte- nalmente buena. En los primeros años del no hablar de un estancamiento al estilo ja-
americana y acabó con el prolongado es- gobierno de Clinton, eso no era evidente ponés. Hasta los que nos considerábamos
tancamiento de los sueldos. para todos. Yo mismo fui un crítico bastan- pesimistas éramos, en el fondo, optimistas:
¿Por qué subió la productividad? La te acerbo del equipo económico del nuevo pensábamos que los inversores especulativos
principal respuesta es, con toda probabili- presidente, cuando todavía no se había afir- podrían tener un despertar amargo, pero
dad, que la tecnología de la información mado por completo la ascendencia de Ro- que todo terminaría bien.
había llegado a su mayoría de edad: todos bert Rubin. Pero al final de la década, la
esos ordenadores y esas redes por fin mos- “economía de Rubin” triunfaba. En primer Estados Unidos: ¿qué salió mal?
traban su utilidad. Pero, como es com- lugar, Clinton se atrevió a subir los impues- El semanario satírico The Onion se describe
prensible, los dirigentes empresariales se lle- tos para acabar con el déficit presupuesta- como “la mejor fuente de noticias de Esta-
varon gran parte del mérito. Mientras que rio, lo que, sin duda, constituyó una osa- dos Unidos”, y en los últimos años ésta ha
Japón se tambaleaba, las empresas norte- día. A su antecesor, George Bush, le habían sido la pura verdad. Su historia humorística
americanas recobraron la confianza y los crucificado por practicar la misma medida del 18 de enero de 2001 era un discurso en
hombres de negocios se transformaron en (aunque incluso Ronald Reagan había eli- el que el presidente electo, George W.
héroes. Fue la era en que los grandes ejecu- minado parte de los recortes impositivos Bush, afirmaba: “Ha terminado nuestra lar-
tivos eran superestrellas. ¿Y qué si obtenían que él mismo había decretado); los conser- ga pesadilla nacional de paz y prosperidad”.
supersueldos? Al parecer, Estados Unidos vadores auguraron que el incremento de Y así ocurrió.
había ideado un sistema por el que los impuestos de Clinton hundiría la econo- ¿Qué pasó con los años buenos? Para
grandes incentivos producían grandes re- mía. Sin embargo, su decisión fue la correc- muchas personas, el gran punto de infle-
sultados. ta, y obtuvo a cambio una economía flore- xión emocional –el momento en que el
Además, estaba el mercado de valores. ciente y el superávit presupuestario. sueño de seguridad saltó por los aires– fue
A finales de 1992, el índice Dow Jones se Washington demostró, además, que sa- el 11 de septiembre de 2001. Pero, para mí,
situaba en los 3.500 puntos; en 2000 había bía enfrentarse a las crisis con flexibilidad y el cambio fue más lento y general. No
subido en vertical a más de 10.000. Y, sin eficacia. Cuando se hundió el peso mexica- quiero minimizar el horror. Sin embargo,
embargo, sus inversores se sentían perdedo- no en 1995, el Gobierno, plantando cara para cualquiera que siguiera los aconteci-
res, pues no habían conseguido hacerse con una vez más a las críticas acerbas de la dere- mientos de Oriente Próximo estaba claro
los beneficios realmente grandes, dado que cha, prestó ayuda a nuestro vecino. Surgió que Estados Unidos era un objetivo del
las acciones tecnológicas transformaron a entonces en Asia una crisis financiera toda- terrorismo. Recuérdese que, al principio,
muchas personas en millonarias de forma vía más importante. En otoño de 1998 ya todos pensaron que los musulmanes esta-

6 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 140


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PAUL KRUGMAN

ban implicados en el atentado de Oklaho- originar nuevos puestos de trabajo, por lo Gobierno de George W. Bush, numerosos
ma City de 1995. Los expertos en terroris- que la mayoría de las personas se encontró analistas políticos insistieron en que la in-
mo nos avisaron repetidas veces de que al- con que vivía peor. La economía no necesi- clinación conservadora extremista de esa
gún día un gran ataque tendría lugar en taba en absoluto de estímulos a corto plazo, presidencia no constituía más que una ma-
suelo norteamericano, a pesar de lo cual la ni tampoco de recortes de impuestos a lar- niobra pasajera, pues Bush regresaría al
magnitud de la masacre del 11 de septiem- go plazo. Y el notable deterioro de los pre- centro una vez lograra consolidar sus bases.
bre supuso un duro golpe. Sabíamos que supuestos implicaba que ese recorte de los La población todavía no se ha dado cuenta
había gente ahí fuera que nos quería hacer impuestos a largo plazo no podría ser asu- de hasta qué punto nuestros dirigentes son
daño; no resultó una gran sorpresa cuando, mido ni siquiera remotamente. Sin embar- extremistas. Un ejemplo llamativo: en el
al fin, se salieron con la suya. La verdadera go, los asesores de Bush seguían insistiendo otoño de 2001, cuando se solicitó a algu-
sorpresa fue la falta de liderazgo, tanto en el en que su programa, diseñado en 1999 nos norteamericanos, mediante grupos de
sector público como en el privado, aquí cuando la burbuja estaba en su apogeo, era debate, que opinaran sobre el proyecto re-
mismo, en nuestro país. la solución precisa para las dificultades eco- publicano de recortar con retroactividad los
Algunas personas se dieron cuenta de nómicas del momento. A principios de impuestos a las empresas, hubo participan-
que se habían cometido excesos en los ne- 2003, cuando por fin parecieron darse tes a los que, sencillamente, les resultó in-
gocios en la década de 1990, si bien les cos- cuenta de que hacía falta algo más, el nue- creíble el relato que los jefes de grupo hicie-
tó hacerse escuchar. Pero la extensión y el vo plan de “estímulos” fue casi un clon del ron de la propuesta.
descaro de esos abusos fueron mucho ma- original: apenas nada para estimular la eco- Fui uno de los primeros en darme
yores de lo que nadie había sospechado. nomía del momento, sino muchas bajadas cuenta de que algo importante estaba ocu-
Como aprendimos demasiado tarde, el de impuestos a largo plazo, sobre todo para rriendo. Me encontraba en situación de ad-
mercado en alza alentaba y ocultaba a la vez los ricos. vertir la falta de conexión entre las afirma-
la mala conducta empresarial a una escala Y había algo todavía más inquietante: ciones oficiales y la realidad; como perio-
monumental. ¿Quién podría imaginarse poco a poco pareció claro que ocurría algo dista independiente, no formaba parte de la
que compañías famosas, que las escuelas de aún más profundo que una mala ideología cultura de Washington, la cual no conside-
administración presentaban como los económica. El gran problema era el cambio ra de buen tono insinuar que los políticos
auténticos modelos de la gran empresa mo- radical en la política de Estados Unidos, te- importantes albergan segundas intenciones
derna, resultarían ser poco más que una ma central de la introducción de este libro. que tienen muy poco que ver con los obje-
idea delirante? (De hecho, algunas personas Han ocurrido muchas cosas en los tres tivos declarados. Pero, ante los restos del
lo dijeron, pero se las tomó por chifladas). últimos años: la caída del mercado de valo- naufragio, constato que tampoco yo com-
Todavía más preocupante fue la revela- res, los escándalos empresariales, la crisis prendí hasta dónde ese estado de cosas po-
ción de que nuestro sistema político era energética, el retroceso en la cuestión del día llegar.
bastante menos maduro de lo que suponía- ambiente, el déficit presupuestario, la rece- Tomemos el ejemplo más claro. En
mos, y que el liderazgo responsable que sión, el terrorismo, las alianzas problemáti- 2001 incluso numerosos liberales pensaron
asumíamos había sido una especie de acci- cas y ahora, por último, la guerra. He escri- que no se debía armar demasiado revuelo
dente. Durante la campaña de 2000, Geor- to acerca de todo eso, principalmente desde por la irresponsabilidad fiscal de Bush. La
ge W. Bush propuso unos planes acerca de el punto de vista económico. Pero para po- rebaja de impuestos no es una buena idea,
los impuestos y la Seguridad Social que, co- der hablar de economía cada vez es más ne- dijeron, pero tampoco es tan importante.
mo era evidente, se basaban en una aritmé- cesario escribir sobre política. Y existe un Sin embargo, en 2003 nos enfrentamos al
tica dudosa. Los medios de comunicación, hecho político que influye sobre mucho de espectáculo sin precedentes de un Gobier-
sin embargo, se centraron en la política de lo ocurrido en este país en los últimos no que propone recortes adicionales en los
la personalidad y evitaron explicar esas tiempos, y que consiste en la ascensión e impuestos, no sólo cuando estamos ante un
cuestiones. Entretanto, Alan Greenspan re- incremento del predominio de un movi- déficit inaudito, sino en medio de una gue-
sultó no ser quien pensábamos que era: el miento político extremista, justo aquí, en rra. (“Nada es más importante ante una
firme defensor de la austeridad y la discipli- Estados Unidos. guerra que bajar los impuestos”, afirmó
na fiscales; en el tiempo en que un demó- Hablo, por supuesto, de la extrema de- Tom DeLay, el líder de la mayoría en el
crata ocupaba la presidencia se transformó recha norteamericana, la cual controla hoy Congreso).
en alguien que hacía apología de los recor- de hecho la Casa Blanca, el Congreso, gran Otro ejemplo: a los que sugirieron que
tes irresponsables de impuestos y los autori- parte del poder judicial y una buena parce- los republicanos utilizarían el 11 de sep-
zaba, incluso con un déficit en vertiginoso la de los medios de comunicación. La hege- tiembre para sacarle ventajas políticas se les
ascenso, una vez que la Casa Blanca hubo monía de ese movimiento lo cambia todo: acusó con insistencia de socavar la unidad
cambiado de manos. las viejas reglas de la política han dejado de nacional. Sin embargo, eso ha sucedido:
El nuevo equipo, además, no evidenció ser aplicables. Me propongo ofrecer una durante la campaña electoral de 2002, los
ni la responsabilidad a largo plazo ni la fle- panorámica de ese ascenso y de la manera que hacían propaganda a favor de los repu-
xibilidad a corto plazo de sus predecesores. en que modifica las cosas. blicanos distribuyeron panfletos en los que
El plan económico original de Bush preveía se asociaba al senador demócrata Tom
grandes recortes en los impuestos durante Un cambio radical de política Daschle con Sadam Husein.
un largo periodo en un proceso de incre- La mayoría de las personas tardó en perca- ¿Qué está pasando y por qué la mayo-
mento escalonado. En 2002, quedó paten- tarse de que un cambio radical impresio- ría de las personas ha tardado tanto tiem-
te que ese plan sufría reveses. Al igual que nante había tenido lugar en la escena políti- po en darse cuenta de la realidad? Encon-
su padre, Bush presidía una “recuperación ca del país. En las elecciones de 2000 mu- tré un libro que describe la situación casi
sin creación de empleo”, o sea, la economía chos pensaron que no había demasiado en perfectamente. No se trata de otro libro
crecía, pero demasiado despacio como para juego; durante los dos primeros años del de un liberal sobre el Estados Unidos con-

Nº 140 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA


n
7
EL GRAN ENGAÑO

temporáneo; es un viejo texto, ni más ni


menos que de Henry Kissinger, acerca de
la diplomacia del siglo XIX.

Un poder revolucionario
Allá por 1957, Henry Kissinger –entonces
un joven estudiante de Harvard, brillante e
iconoclasta, con su futura carrera de cínico
manipulador político y, después, de ami-
guete capitalista, todavía lejana en el tiem-
po– publicó su tesis doctoral, A World Res-
tored. Podría pensarse que un libro sobre
los esfuerzos diplomáticos de Metternich y
Castlereagh no tiene relevancia para la polí-
tica de Estados Unidos en el siglo XXI. Pero
las tres primeras páginas de la obra de Kis-
singer me produjeron escalofríos, pues, da-
dos los acontecimientos actuales, son de
una gran pertinencia.
En esas páginas iniciales, Kissinger des-
cribe los problemas de un sistema diplomá-
tico, hasta ese momento estable, cuando ha
de enfrentarse a un “poder revolucionario”
que no acepta la legitimidad de aquél.
Puesto que el libro aborda la reconstruc-
ción de Europa después de la batalla de
Waterloo, el poder revolucionario que el
autor tiene en mente es la Francia de Ro-
bespierre y Napoleón, aunque, de una ma-
nera implícita pero clara, también traza un
paralelismo con el fracaso de la diplomacia
para enfrentarse de manera eficaz a los regí-
menes totalitarios de los años treinta del si-
glo XX. (Establecer paralelismos no implica
reivindicar una equivalencia moral). A mí
me resulta evidente que habríamos de con-
siderar el movimiento de la derecha norte-
americana –la cual, a día de hoy, controla
de hecho el ejecutivo, las dos cámaras del dad Social y el seguro de paro, y los de la es un poder imperialista a la vieja usanza ni
Congreso, gran parte del poder judicial y la Gran Sociedad, como el Medicare2. Si lee- emplea su fuerza militar como se le antoja.
mayoría de los medios de comunicación– mos los textos provenientes de la Heritage Pero si examinamos la postura a ese respec-
un poder revolucionario en el sentido que Foundation, institución que está al frente to de los intelectuales conservadores que
le dio Kissinger. En otras palabras, se trata de la ideología económica del Gobierno fomentaron la guerra contra Irak, percibi-
de un movimiento que no acepta la legiti- Bush, nos encontramos con un proyecto mos que desprecian todo eso; Richard Per-
midad de nuestro sistema político actual. muy extremista: esa institución no sólo le, presidente de un consejo consultivo cla-
¿Exagero la cuestión? En verdad, exis- quiere acabar con los programas del New ve en el Pentágono, desestimó el “concepto
ten pruebas abundantes de que personas Deal y de la Gran Sociedad sino que consi- liberal de seguridad según las leyes interna-
clave en la coalición que hoy gobierna el dera la misma existencia de éstos como una cionales que las instituciones internaciona-
país piensan que algunas arraigadas institu- violación de sus principios básicos. les aplican”. No dudan en emplear la fuer-
ciones políticas y sociales norteamericanas Analicemos, asimismo, la política exte- za; Michael Ledeen, del American Enter-
no deberían, en principio, existir, así como rior. Desde la Segunda Guerra Mundial, prise Institute, un importante ideólogo
tampoco aceptan las normas que los demás Estados Unidos ha erigido su política en cercano al Gobierno, afirmó que “somos
asumimos. torno a las instituciones internacionales, a un pueblo guerrero y nos gusta la guerra”.
Consideremos, por ejemplo, el Estado la vez que ha procurado dejar claro que no La hipótesis de que el conflicto de Irak no
de bienestar tal como lo conocemos: los era más que un ensayo para una serie de
programas del new deal1, como la Seguri- pequeñas guerras estupendas pareció, al
2 Medicare: Servicio de asistencia sanitaria fe- principio, una fantasía izquierdista, pero
deral que cubre parcialmente los cortes del trata- numerosas personas afines a la presidencia
miento médico y hospitalización de los jubilados han dejado claro que consideran ese con-
1 New deal: Serie de medidas políticas promulga- (mayores de 65 años), enfermos renales y disminui- flicto sólo un comienzo, y John Bolton, un
das en la década de 1930 por el presidente Franklin dos físicos o psíquicos, aunque no atiende a los pa-
D. Roosevelt para promocionar la recuperación eco- cientes de larga duración ni facilita todos los servi- alto funcionario del Departamento de Es-
nómica y las reformas sociales. (N. de la T) cios sanitarios. (N. de la T.) tado, dijo asimismo a sus homólogos israe-

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PAUL KRUGMAN

líes que, después de Irak, Estados Unidos vencional dice que, por supuesto, hay que los republicanos en el Congreso intenta-
“se encargaría” de Siria, Irán y Corea del descontar la retórica: las metas de la dere- ron todos los años, durante la década de
Norte. cha son más modestas de lo que sugiere esa 1990, que se aprobaran grandes recortes
Y todavía hay más. La separación entre descripción. ¿De verdad lo son? de impuestos, tanto en las fases buenas co-
la Iglesia y el Estado constituye uno de los Volvamos a Kissinger. Su descripción mo en las malas, fuera con déficit o con
principios fundamentales de la Constitu- de la desconcertada respuesta de los pode- superávit. Un juicio perspicaz hubiera sido
ción norteamericana. Pero Tom DeLay, el res establecidos ante el desafío de una fuer- pensar que Bush se había apuntado a esa
líder de la mayoría en el Congreso, ha di- za revolucionaria funciona también como posición, y que, por consiguiente, sus ob-
cho a los electores que planea promocionar un relato de la forma en que las institucio- jetivos eran muy extremistas, como han
una “visión bíblica del mundo”, y que el nes políticas y los medios de comunicación resultado ser. Tal como señala Dan Alt-
motivo de su persecución incansable a norteamericanos han contestado al extre- man, de The New York Times, si se toman
Clinton radicaba en que éste no compartía mismo de la presidencia de Bush a lo largo en su conjunto las propuestas del Gobier-
esa perspectiva. (DeLay también ha arre- de los dos últimos años: no sobre los impuestos, éstas logran una
metido contra la enseñanza de la teoría de vieja meta de la extrema derecha: la desa-
la evolución en las escuelas, y ha llegado al “Amodorrados por el largo periodo de estabili- parición de todos los impuestos sobre las
punto de atribuir a ese estudio la matanza dad que parecía inalterable, les resulta casi imposible rentas de capital, con lo que pasaríamos a
tomarse en su sentido literal la afirmación del poder
del Instituto Columbine.) revolucionario, según la cual pretende destruir el
un sistema en el que sólo se gravarían los
Es dudoso incluso que las personas marco existente. Los defensores del statu quo tienden, salarios; uno, en última instancia, en que
que gobiernan el país acepten realmente el así, a empezar tratando a la fuerza revolucionaria co- las rentas del trabajo tributarían, pero las
concepto según el cual la legitimidad ema- mo si sus reivindicaciones fuesen una mera táctica; que provinieran de otras fuentes, no.
na del proceso democrático. Paul Gigot, como si en realidad aceptase la legitimidad actual pe- La cuestión es que, en lo que a im-
ro exagerara su postura para conseguir ventajas; co-
de The Wall Street Journal, alabó con entu- puestos respecta, la derecha había en cierto
mo si le moviesen quejas específicas que pudieran sa-
siasmo la “revuelta burguesa” con que tisfacerse con concesiones limitadas. A los que avisan modo declarado su intención de, en pala-
unos manifestantes violentos pusieron fin a tiempo del peligro, se les toma por alarmistas; a los bras de Kissinger, “destruir el marco exis-
a un recuento de votos en Miami. (Los al- que aconsejan adaptarse a las circunstancias, se les tente”, en este caso el del sistema tributario
borotadores, como se supo más tarde, no considera equilibrados y sanos ... Pero la esencia de norteamericano tal como hoy lo conoce-
eran ciudadanos descontentos, sino activis- un poder revolucionario consiste en ser consecuente mos. Pese a la posición extrema evidente
con sus convicciones, y en estar dispuesto a llevar, in-
tas políticos a sueldo). Entretanto, George cluso con impaciencia, su ideario hasta su realización
de los que están detrás de la política de
W. Bush cree, según su amigo íntimo Don definitiva”. Bush, los moderados se convencieron de
Evans, ahora secretario de Comercio, que que los objetivos del presidente eran limi-
fue llamado por Dios a dirigir la nación. Como dije antes, este pasaje del libro tados, por lo que le podrían aplacar con
Tal vez eso explique el motivo por el que la me produjo escalofríos, pues explica muy una victoria igualmente limitada. Asimis-
reñida elección de 2000 no parezca haber bien el, por otra parte, desconcertante mo, los moderados, reacios a admitir las
inspirado la menor cautela o humildad a proceso a través del cual el Gobierno ha metas extremistas de Bush, tomaron como
los vencedores. Consideremos la respuesta conseguido sacar adelante una política ex- verdaderas las razones, siempre cambian-
del juez Antonin Scalia a un estudiante tremista, sin que prácticamente se la haya tes, que el Gobierno ofrecía para una polí-
que le preguntó cómo se había sentido al cuestionado ni haya sufrido una oposi- tica que, por el contrario, permanecía in-
emitir el fallo de la Corte Suprema que ción real, lo que es digno de nota. Para variable. Al principio, las bajadas de im-
daba la victoria a Bush. ¿Había sido an- mejor explicar ese asunto, permítaseme puestos tratarían de devolver a la gente un
gustioso? ¿Le preocuparon las consecuen- comentar dos ejemplos importantes: el re- superávit excesivo, y, miren por dónde,
cias? No: “Fue una sensación estupenda”, corte de impuestos de 2001 y la guerra de muchos demócratas votaron a favor de los
declaró Scalia. Irak de 2003. recortes de 2001, aceptando ese supuesto.
Supongamos, por un momento, que se Luego, cuando el superávit desapareció, los
toma usted en serio el panorama que acabo Los recortes de impuestos y la guerra recortes se destinarían a estimular la eco-
de describirle. Llegaría a la conclusión de La guerra y la política económica, a prime- nomía a corto plazo. Después, cuando se
que a nuestros actuales dirigentes no les ra vista, tienen poco en común, y en épocas evidenció que no se había alcanzado ese
gusta en realidad Estados Unidos tal como normales desempeñan papeles muy distin- fin, las rebajas fiscales pasaron a tener el
es. Si combinamos sus proyectos explícitos, tos en el escenario político. Sin embargo, propósito de alentar el crecimiento a largo
el objetivo resulta ser algo así: un país que existió una semejanza notable en la forma plazo. Incluso ahora les resulta difícil a
carezca básicamente de una red de seguri- en que los recortes de impuestos de Bush y muchos políticos y periodistas bieninten-
dad social, que confíe sobre todo en su po- su guerra de Irak fueron presentados. cionados enfrentarse a la verdad.
derío militar para imponer su voluntad en El candidato Bush expuso su propues- Pero, ¿y qué ocurre con la guerra?
el exterior, dotado de escuelas que no ense- ta original de recortes fiscales en 1999 pa- Aquellos que siguieron los debates so-
ñen la teoría de la evolución, aunque sí reli- ra fortalecer sus credenciales derechistas y bre la política exterior sabían que un im-
gión, y, probablemente, un país en el que así vencer a Steve Forbes en unas eleccio- portante sector de la derecha estaba tan
las elecciones sean una mera formalidad. nes primarias del partido republicano. To- decidido a tener una guerra en Oriente
Sin embargo, a los que dan por buena dos los que estaban al tanto de la historia Próximo como lo estaba otro a bajar los
la palabra de los derechistas de la línea dura política reciente sabían que Forbes repre- impuestos. Ya en 1992, Paul Wolfowitz,
ahora en el poder, y afirman que éstos pue- sentaba un ala de ese partido que siempre entonces subsecretario de Defensa (y hoy
den intentar llevar a cabo sus objetivos ex- quiere disminuir los impuestos a los ricos, secretario adjunto), procuró hacer de lo
tremistas, se les tacha normalmente de “es- con independencia de las circunstancias que hoy se conoce como la “doctrina
candalosos”, o de pasarse. La sabiduría con- económicas. Al fin y al cabo, los líderes de Bush” nuestra postura oficial sobre Defen-

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EL GRAN ENGAÑO

sa: redactó un documento que incitaba a falsificación. Pero, para entonces, Bush ¿Cómo deberíamos contestarle los que no
la intervención en Irak y legitimaba los promocionaba la idea de que Estados estamos de acuerdo con tales objetivos?
ataques preventivos en otros países. Dick Unidos, al instalar un Gobierno democrá-
Cheney, en aquella época secretario de tico en Irak, crearía una ola de democrati- Normas para informar
Defensa, respaldó al principio ese punto zación en toda la región; un objetivo En estos tiempos, el primer paso es com-
de vista. Se retractó ante las protestas pú- idealista que obtuvo, una vez más, el res- prender qué sucede. Como periodista a
blicas, aunque tanto él como varias perso- paldo de muchos moderados bienintencio- tiempo parcial, reflexiono sobre la situa-
nas hoy en puestos clave del Gobierno si- nados. Sólo cuando la guerra ya estaba en ción según las normas existentes para in-
guieron haciendo campaña a favor de una marcha, James Woolsey, al que todos con- formar: o sea, cómo contar una historia.
guerra contra Irak y de la adopción de los sideraban aspirante a un puesto elevado en Pero éstas se aplican, asimismo, a cual-
ataques preventivos como norma política el Gobierno de ocupación, afirmó que el quier ciudadano que se sienta afectado e
a lo largo de la década de 1990. conflicto iraquí era el comienzo de la intente comprender las noticias.
Con esos antecedentes, era evidente, “cuarta guerra mundial” (siendo la guerra
o así habría de serlo, que la propuesta de fría la tercera) y que se extendería también 1. No suponga que las propuestas políticas
la invasión de Irak, al igual que los recor- a Siria e Irán. han de entenderse en función de los objetivos
tes de impuestos, no era en realidad una Existe una pauta en esa conducta; de declarados
respuesta a los acontecimientos que en- hecho, se podría contar algo muy parecido Cuando uno está tratando con una fuerza
tonces tuvieron lugar (en este caso, los del sobre las políticas relativas a la energía, el revolucionaria, es importante darse cuenta
11 de septiembre), sino que formaba par- medio ambiente, la sanidad, la educación, de que ésta sabe lo que desea y que em-
te de un proyecto ya existente y mucho etcétera. En todos los casos, los funciona- pleará cualquier argumento que le acerque
más extremista. Sin embargo, a semejanza rios que diseñan las líneas políticas en el a su objetivo. Por tanto, no habría de su-
de lo que sucedió con la cuestión de las Gobierno Bush poseen un largo historial ponerse que las afirmaciones que hace so-
bajadas de impuestos, los medios de co- de posicionamientos de extrema derecha, bre sus actos sean verdaderas en sí mismas.
municación y los políticos no fueron ca- lo que habría de indicar que la El plan de Bush para privatizar la Seguri-
paces de aceptar que la derecha persi- propia Administración tiene análogos ob- dad Social no constituía una forma dudo-
guiese de hecho las metas que había de- jetivos. Sin embargo, el Gobierno ha tran- sa e ineficaz de fortalecer las finanzas pú-
clarado. La mayoría de la gente, por el quilizado siempre a los moderados simu- blicas; no tenía nada que ver con su fin
contrario, tomó por sinceras las razones lando que sus intenciones eran otras, al declarado y, en realidad, habría agravado
ostensibles, siempre cambiantes, que el ofrecer razones para sus actuaciones políti- los problemas del sistema. El Gobierno
Gobierno de Bush ofreció. La guerra con- cas que no aparentan ser tan extremas. Los Bush presentó a inicios de 2003 sus pro-
tra Irak se justificó, al principio, por la moderados han seguido en todos los casos puestas de recortes de impuestos anun-
supuesta relación entre Sadam Husein y la estrategia del apaciguamiento, y han ciándolas como un programa para acelerar
Al Qaeda. Cuando, tras denodados es- procurado llegar a un acuerdo con el Go- el crecimiento económico. Sin embargo,
fuerzos, no se encontraron pruebas de la bierno, al tiempo que subestimaban el ex- cuando la Oficina de Presupuestos del
existencia de ese vínculo, la cuestión pasó tremismo de sus proyectos y la sucesión de Congreso –cuyo nuevo director había tra-
a ser el hipotético programa nuclear de promesas incumplidas. El joven Kissinger bajado para el Gobierno hasta pocos me-
Sadam. (El Gobierno desdibujó el asunto estaba en lo cierto: aquellos que se han ses antes– evaluó los efectos del plan sobre
de forma deliberada, al ampliar la expre- acostumbrado a la estabilidad no logran el crecimiento, no encontró razones para
sión “armas de destrucción masiva” para creerse lo que está ocurriendo cuando han pensar que éstos serían positivos de un
que abarcara también las armas químicas, de enfrentarse a un poder revolucionario, modo significativo. Por otro lado, la ma-
aunque los gases venenosos no pertenecen por lo que no consiguen contrarrestarlo de yor parte de los analistas independientes
en realidad a la misma categoría y nunca manera eficaz. previeron que una guerra contra Irak no
representaron una amenaza seria para Es- Llegados a este punto, he de admitir sólo no reduciría el riesgo de un ataque
tados Unidos. Lo que de verdad asustaba que no estoy del todo seguro de por qué es- terrorista, sino que lo aumentaría.
a la población era la idea de un hongo tá ocurriendo esto, por qué nos encontra- Para un periodista, enfrentarse a argu-
nuclear). La preocupación por ese progra- mos ahora ante un desafío tan extremo a mentos descaradamente falsos es algo muy
ma contribuyó a convencer a muchos nuestro sistema político y social. A los ri- duro; por su inclinación y formación, el
moderados de que una guerra contra Irak cos les fue muy bien durante la década de profesional intentará siempre ver las dos
era una buena idea, y el Congreso dio luz 1990; ¿por qué ese horror a todo lo que caras de un asunto, pues le resulta difícil
verde a Bush para seguir adelante con la suene, aunque remotamente, a una redis- incluso pensar que una personalidad polí-
ofensiva. tribución de la renta? Las empresas flore- tica importante sencillamente esté min-
Al final, cayeron en descrédito los ar- cieron; ¿por qué esa ansia por acabar con tiendo sobre el contenido de sus propues-
gumentos que daban credibilidad a un las humildes normativas de regulación am- tas. He oído que varios periodistas se enfa-
programa nuclear iraquí. Una de las dos biental? Las iglesias de todo signo pros- daron mucho cuando bromeé diciendo
pruebas clave, la compra por parte de Irak peraron; ¿por qué ese ataque contra la se- que si Bush afirmaba que el mundo era
de tubos de aluminio, resultó ser una in- paración entre la religión y el Estado? El plano, los titulares de los análisis informa-
terpretación equivocada: no servían para poder y la influencia norteamericanos tivos serían: “La forma de la Tierra: opi-
el enriquecimiento del uranio, su supues- nunca fueron mayores; ¿por qué esa ten- niones discrepantes al respecto”; los aira-
to fin. Se comprobó que la otra pieza fun- dencia a romper nuestras alianzas y a em- dos periodistas pensaron que me burlaba
damental, los documentos que presunta- barcarse en aventuras militares? No obs- de cada uno de ellos en particular.
mente demostraban que Irak había com- tante, resulta cada vez más claro que todo Para ser justo, cuando uno trata con
prado uranio a Nigeria, era una burda eso son cosas que la derecha desea hacer. movimientos políticos corrientes, tiene

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PAUL KRUGMAN

sentido imaginar que hacen de buena fe que la iniciativa de los “bosques sanos”, cionario, que no considera legítimo el sis-
sus propuestas, correctas o equivocadas. según la cual las empresas de tala de árbo- tema existente, no se siente obligado a res-
Pero cuando uno se enfrenta a un movi- les podrían derribar más ejemplares, no petar las reglas del juego. ¿Hay indicios de
miento revolucionario, que como tal no tiene como fin prevenir los incendios fo- escándalo sobre los funcionarios del Go-
acepta la legitimidad del sistema vigente, restales. Cuando se sabe que el líder de la bierno? No importa: Fox News, The Was-
no hay razón para suponer tal cosa. Esos mayoría en el Congreso ha declarado que hington Times y The New York Post no tra-
movimientos, que no se preocupan por las su propósito en el cargo es promocionar tarán la historia; hostigarán, por el contra-
reglas del juego, no tienen escrúpulos en una “visión bíblica del mundo”, uno su- rio, a otros medios de comunicación si
presentar sus metas con falsedades. David pone que las iniciativas “basadas en la fe” éstos intentan transformarla en un caso.
Wessel, de The Wall Street Journal, escribió no poseen como objetivo principal la pres- ¿Hay quejas con respecto a la forma en
acerca de un asesor de la Casa Blanca que tación de servicios sociales con más efica- que se está llevando la seguridad interior?
dijo una cosa de forma oficiosa y lo con- cia. Cuando uno se entera de que los que Una ola repentina de alertas terroristas
trario oficialmente. Cuando Wessel protes- planearon la guerra de Irak llevan una dé- ahogaría el asunto. “¡Pero ellos no harían
tó, el asesor le dijo: “¿Por qué he de mentir cada ansiando derribar a Sadam, puede fi- eso!”, protestan las personas sensatas, y la
yo? Porque es lo que se espera de mí. Men- gurarse que esa guerra no tiene nada que verdad es que un régimen normal no lo
tir a la prensa no le causa remordimientos ver con una respuesta al 11 de septiembre. haría. Sin embargo, no estamos tratando
de conciencia a nadie”. Una vez más, les resulta difícil a los con un régimen corriente, sino con un po-
periodistas enfrentarse a eso: no quieren der revolucionario.
2. Haga algunos deberes para averiguar los dar la impresión de ser unos locos de la
objetivos reales teoría de la conspiración. Pero no hay na- 4. Dé por hecho que un poder revolucionario
No existía ninguna teoría económica am- da de insano en investigar los verdaderos responderá a las críticas atacando
pliamente aceptada, ni de derechas ni de objetivos del ala derecha; por el contrario, Un poder revolucionario, que no acepta la
izquierdas, según la cual el tipo de recortes no es realista pensar que en este caso no legitimidad del sistema en vigor, tampoco
impositivos propuesto a inicios de 2003 exista una especie de conspiración, aunque respeta el derecho de los demás a criticar
–que acabaría de forma gradual con los su organización y metas sean muy claras. sus actos. Todo aquel que le cuestione
gravámenes sobre las rentas de capital, pe- puede esperar un contraataque sin mira-
ro inyectaría muy poco dinero en la eco- 3. No presuponga que son aplicables las re- mientos.
nomía en el primer año– tenga algún sen- glas políticas habituales Hubo un ejemplo espectacular en
tido como medio para crear empleos a Washington tiene, hace tiempo, una ruti- abril de 2003. John Kerry, uno de los can-
corto plazo. Sin embargo, los funcionarios na para los escándalos. Se descubren didatos mejor colocados para las próximas
del Gobierno promocionaron su plan co- unos hechos embarazosos acerca de algún elecciones a la presidencia de los demócra-
mo si fuese una estrategia para la creación funcionario y la prensa se lanza sobre la tas, afirmó en público: “Lo que necesita-
de puestos laborales. ¿Estaban mal infor- historia; poco después, se le solicita dis- mos ahora no es sólo un cambio de régi-
mados? No, en realidad no lo estaban. cretamente al funcionario que dimita, y men con relación a Irak y Sadam Husein,
Fuera lo que fuera lo que dijesen esos fun- la vida sigue. sino también en Estados Unidos”. Según
cionarios, su meta no era el crecimiento Por consiguiente, cuando varios fun- las normas usuales de la retórica política
económico. cionarios del Gobierno Bush empezaron a –incluso en tiempos de guerra–, no se tra-
Y, además, no resultaba difícil imagi- tener problemas, se esperaba que ocurriera taba de algo extraordinario. Por ejemplo,
narse cuál era el verdadero objetivo. Como lo mismo, pero eso no sucedió. Stephen en las elecciones de 1944, es decir, en el
señalé más arriba, los conservadores de ex- Griles, perteneciente al grupo de presión clímax de la Segunda Guerra Mundial,
trema derecha defienden hace tiempo la de la industria carbonífera, fue nombrado cuando millones de soldados norteameri-
desaparición de los impuestos sobre el capi- secretario adjunto de Interior e intervino a canos se dejaban la piel en numerosos
tal, y eso era, en efecto, lo que lograría la favor de un antiguo cliente en un conflic- frentes, Thomas E. Dewey tildó durante
propuesta gubernamental. Por tanto, la for- to en torno a una explotación energética; la campaña a Franklin D. Roosevelt de
ma de entender esa propuesta política sería todavía sigue ahí. Thomas White, antes “viejo cansado”. Que yo sepa, nadie lo
verificar lo que deseaban aquellos que la un ejecutivo de Enron, fue nombrado se- consideró una traición. Al fin y al cabo,
habían elaborado antes de procurar la acep- cretario del Ejército; luego se descubrió no es posible tener elecciones libres si no
tación pública de sus planes. que su departamento en aquella empresa se puede criticar al titular del cargo, y ¿no
Ése es un principio general para com- había generado beneficios ficticios; pero él era por la libertad por lo que luchábamos?
prender lo que está ocurriendo: hacer al- todavía sigue ahí. Se averiguó que Richard La tradición de tolerancia hacia las
gunos deberes para averiguar lo que en Perle, presidente del Consejo Asesor de la críticas, incluso en tiempos de guerra, ha
realidad quieren esas personas. No me re- Política de Defensa, tenía negocios que le- persistido. Por ejemplo, Tom DeLay fue
fiero a profundos motivos ocultos; por lo vantaban fuertes interrogantes sobre un un crítico acerbo del presidente Bill Clin-
general, sus verdaderas metas son del do- conflicto de intereses, pero fue rebajado ton durante la campaña de Kosovo de
minio público. No hace falta más que en- simbólicamente, de presidente a miembro 1999, culpándole por las muertes de civi-
terarse de lo que aquellos que defienden del mismo órgano, y todavía sigue ahí. Y les e instándole a suspender la lucha. Al-
esa propuesta política dijeron antes de in- tanto el presidente como el vicepresidente gunos alzaron las cejas, pero la carrera de
tentar venderla a la población general. han desestimado, por supuesto, cualquier DeLay no se vio perjudicada. Sin embar-
Cuando se descubre que el funcionario inquietud acerca de sus más que cuestio- go, ahora que un poder revolucionario
que hoy está al cargo de la política forestal nables carreras como empresarios. ocupa la Casa Blanca, las reglas han cam-
pertenecía antes al grupo de presión de la ¿Por qué no se aplican las normas biado. “El senador Kerry se excedió grave-
industria maderera, uno puede suponer acostumbradas? Porque un poder revolu- mente cuando se atrevió a opinar que el

Nº 140 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA


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11
EL GRAN ENGAÑO

comandante en jefe norteamericano debe- cortes les resultó difícil explicar las razo- las circunstancias, se los considera equili-
ría ser sustituido, en un momento en que nes por las que se oponían a más de lo brados y sanos”. Pero, hasta ahora, los
Estados Unidos está en guerra”, declaró el mismo. alarmistas han tenido razón en todas las
presidente del Comité Nacional Republica- Sólo ahora, la opinión respetada em- ocasiones. ¿Qué podemos hacer?
no, el cual fue secundado por numerosos pieza a reconocer que el objetivo real del
políticos de ese partido que pusieron en Gobierno ha sido, desde el principio, eli- La gran reacción
duda el patriotismo de Kerry. (Se da el ca- minar la tributación de las rentas del ca- Cada vez más personas empiezan a darse
so de que Kerry es un excombatiente con- pital y reducir drásticamente, cuando no cuenta de la seriedad de la situación. Qui-
decorado de la guerra de Vietnam). suprimir, la progresividad del sistema tri- zá fuera Andy Rooney, del programa 60
Lo ocurrido con Kerry no fue más butario; y que el aplacamiento inicial de Minutes de la CBS, quien lo expuso me-
que el último de una serie de episodios en los moderados eliminó el principal obs- jor: “La única noticia realmente buena se-
los que se demoniza a aquellos que censu- táculo para la consecución de esos fines. rá que ha terminado esta época terrible de
ran o critican al Gobierno, se pone en du- Además, no estoy seguro siquiera de que la historia norteamericana”.
da su ética y, si posible, se destruye su la desaparición de los impuestos sobre el ¿Qué hacer para que esa buena noti-
carrera. Como mencioné con anteriori- capital y el cese de la progresividad fiscal cia se adelante?
dad, el partido republicano repartió pan- sobre los salarios marquen el límite de las Para albergar esperanzas de que ocurra
fletos que vinculaban a Tom Daschle, el ambiciones gubernamentales. ¿Suprimir un cambio de sentido, uno ha de que
líder de los demócratas en el Senado, con impuestos, cualquiera de ellos? creer que la mayoría de los norteamerica-
Sadam Husein; se preguntaban, con éxi- De forma análoga, unos cuantos mo- nos en realidad no apoya el programa de
to, acerca del patriotismo del senador derados apoyaron la guerra contra Irak, la derecha; que el país en su conjunto es
Max Cleland, que perdió tres miembros tomándola como una medida excepcional más generoso, más tolerante y menos mi-
de su cuerpo en Vietnam. para hacerle frente a un dictador brutal y litarista que aquellos que hoy lo gobier-
Todo eso era previsible. El Gobierno peligroso. Pero cada vez resulta más claro nan. Y pienso que eso es verdad; si no
Bush se ha vuelto famoso por su intole- que el núcleo del Gobierno considera esa fuera por lo bien que la derecha oculta
rancia hacia la disensión, incluso la prove- guerra nada más que como el comienzo sus objetivos y hace alarde de patriotis-
niente de aquellos que, casi siempre, están de la “doctrina Bush”, según la cual el po- mo, creo que la mayor parte de los esta-
de su parte. Según The Washington Post, der de Estados Unidos se empleará con dounidenses mostraría una fuerte discon-
“los legisladores del partido republicano y agresividad en gran parte del mundo. Y, formidad con la dirección que está to-
los grupos de presión dicen que el Go- una vez dado el primer paso, les resulta mando el país.
bierno Bush ha empleado con los amigos difícil a los moderados explicar por qué Tengo el sueño –quizá sólo la espe-
y los aliados tácticas extraordinariamente no respaldan el derrocamiento de otros ranza– de que ocurra una gran reacción:
feroces y vengativas”. Hasta cierto punto, dictadores. Pax Americana, ahí vamos. de que el pueblo norteamericano constate
eso puede reflejar los valores familiares del Debe haber límites en alguna parte a lo que está sucediendo, se dé cuenta de
presidente; pero también es lo que se es- lo que la derecha en verdad intentará lle- que han abusado de su patriotismo y su
peraría de un poder revolucionario. He var a cabo. Es posible que nos conduzca a buena voluntad y ponga fin a esta ofensi-
aquí otra cita de Kissinger: “La caracterís- un sistema tributario en el que los pobres va de destrucción de gran parte de lo me-
tica distintiva de un poder revolucionario paguen una proporción más elevada de su jor que tiene este país. Cuándo y cómo
no es el que se sienta amenazado... sino renta que los ricos, pero no puede llevar- llegará este momento, no lo sé. Pero algo
que nada puede tranquilizarlo [las cursivas nos a uno en el que los ricos paguen efec- está claro: eso no sucederá a menos que
son de Kissinger]. Sólo considera una ga- tivamente menos que los pobres... ¿o sí? todos nos esforcemos por ver y contar la
rantía suficiente para la seguridad absolu- Es posible que el enfrentamiento se ex- verdad de lo que está pasando. n
ta la neutralización del adversario”. tienda de Irak a Siria e Irán, pero no es
posible amenazar con una fuerza militar a [Versión abreviada del prefacio y la introducción
5. No crea que existen límites para los obje- países que ya son democráticos... ¿o sí? del libro El gran engaño, Editorial Crítica, 2004.
Traducción de Isabel Campos Adrados].
tivos de un poder revolucionario. No sé hasta dónde va el plan de la dere-
Cuando se presentó el recorte de impues- cha, pero he aprendido a no dar nunca
tos de 2001, muchos moderados minimi- por sentado que se la podrá apaciguar a
zaron su importancia, considerándolo través de concesiones parciales. Los ana-
una pequeña reversión de las subidas de listas que previeron que el Gobierno Bush
impuestos de la década de 1990; incluso se moderaría se han equivocado de forma
si discrepaban de la medida, supusieron sistemática. Kissinger, otra vez: “La esen-
que no era una mala idea permitir que cia de un poder revolucionario consiste
Bush consiguiera lo que quería. Cuando en ser consecuente con sus convicciones,
las proyecciones del presupuesto emplea- y en estar dispuesto a llevar, incluso con
das para justificar los recortes demostra- impaciencia, su ideario hasta su realiza-
ron ser en exceso optimistas, los modera- ción definitiva”.
dos instaron al Gobierno a reconsiderar Así que esto es lo que hay. Sospecho
sus planes, creyendo que les escucharía y que a muchos lectores, pese a todo lo
se llegaría a un acuerdo. El Gobierno res- ocurrido, éste les parecerá un cuadro alar-
pondió proponiendo bajadas impositivas mista. Como escribió Kissinger: “A los Paul Krugman es profesor de economía en la Uni-
adicionales, y a los senadores que habían que avisan del peligro, se los toma por versidad de Yale. Autor de El retorno de la economía
votado a favor en la primera ronda de re- alarmistas; a los que aconsejan adaptarse a de la depresión.

12 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 140


n
LA REVOLUCIÓN DE LOS AYATOLÁS
ANTONIO ELORZA

A
llí donde el carisma hierocrático es o debió en Irán antes a la autodestrucción de la El resultado de la actuación de tales fac-
va siendo más fuerte, intenta degradar legitimidad por parte del Antiguo Régimen tores fue complejo pero nunca caótico, lo cual
a la organización y al poder políticos. que al empuje de los actores sociales que pro- nos informa acerca de la importancia de las ra-
Y como éstos recurren a un carisma rival pro- movieron su eliminación. Es éste un punto de íces históricas de la revolución islámica en
pio, son considerados directamente una obra encuentro general entre los analistas. “En ra- Irán. Si la coyuntura interviene en el desen-
satánica”. Las anotaciones de Max Weber en zón de su odio compartido contra el Shah, la cadenamiento de la crisis, el desencadena-
Economía y sociedad proporcionan una des- coalición revolucionaria de 1978 reunió al miento de la misma representa el final de un
cripción adecuada del enfrentamiento entre el grueso de la población urbana” (Arjomand, largo recorrido en que los principales actores
poder del clero shií y la monarquía patrimo- 2000, 100). O mejor: “La revolución es la han ido acumulando recursos y también de-
nial del shah que sirvió de base a la revolución consecuencia de la modernización represiva bilidades. La especificidad del proceso remite
islámica. También se ajusta al caso iraní la del periodo imperial” (Khosrokhavar, 1997, al estudio de los medios a la disposición de
evolución posterior, prevista por Weber, de 9). La coyuntura económica también entró en quienes protagonizan el movimiento revolu-
una subordinación radical del poder político juego, y en el sentido ya descrito por Toc- cionario; y en el plano ideológico el principal
en cuanto instrumento de Dios, con la con- queville para Francia: la revolución iraní no es sin duda haber utilizado una teoría del po-
secuencia de transformar la organización po- fue el fruto de la miseria, sino de las tensiones der, la del “gobierno del faquí” elaborada por
lítica en un feudo de la casta eclesiástica. La te- provocadas por un crecimiento acelerado en el imam Jomeini, inédita en la historia del is-
ocracia lamaísta del Tíbet sería una muestra una sociedad marcada por la desigualdad. Y lam pero del todo congruente con la tradición
de que la conquista del poder político por la siempre en la línea de otras revoluciones mo- shií. ‘‘El que gobierna es el vigilante de Alá so-
jerarquía shií en Irán y la subsiguiente confi- dernas, el cambio traumático no tuvo lugar bre la tierra’’, había sentenciado Alí.
guración de un sistema hierocrático no cons- por efecto de una acción puntual, sino como
tituyen una novedad absoluta en la historia. punto de llegada de un proceso caracterizado Recursos disponibles
La revolución de los ayatolás señala una por la acumulación progresiva de fuerzas en el y oportunidad política
divisoria en la historia del siglo XX en la me- sector insurgente merced a una serie de gran- El origen de la revolución islámica de Irán ha
dida que por primera vez un sector del islam des movilizaciones de masas. Ascenso de la de rastrearse en una concepción del poder re-
va ha hacerse con el control de un Estado y de oposición que acabó imponiéndose, como so- ligioso-político, el imamato, definitoria del
una sociedad relativamente modernos. El im- bre un tablero de ajedrez, a la resistencia mon- islam shií. La fracción islámica mayoritaria, el
pacto de la revolución de 1979 resulta decisi- tada en torno al enroque tras el cual se prote- sunnismo, tropezó siempre con grandes difi-
vo para la resurrección del islamismo, com- gía inmóvil el shah. Las piezas claves que ar- cultades para elaborar una construcción pro-
parable a la influencia ejercida por la Revolu- ticularon el avance de los peones, las masas pia que permitiera conjugar cualquier fórmu-
ción rusa sobre las organizaciones socialistas de revolucionarias, fueron las minorías activas la de gobierno con el imperio de la religión. A
todo el mundo. Del mismo modo que en- de oposición al régimen, con un protagonis- partir de una interpretación ortodoxa del Co-
tonces el sueño de un Estado obrero se hizo mo evidente del clero shií, que contaba con rán, no resultaba posible encajar la figura de
realidad y ejemplo, los islamistas vieron que una plataforma de recursos económicos, or- un intermediario entre Alá y los creyentes, en
no era inalcanzable la meta de someter una so- ganizativos e ideológicos, de la cual carecían ninguna de las variantes que servirán al pen-
ciedad compleja al dictado de sus creencias. La los actores subordinados, el Partido Comu- samiento de raíz cristiana para hacer del mo-
originalidad alcanzó al orden institucional, ya nista (Tudeh), los moyaidines izquierdistas y narca o emperador el representante de un
que el establecimiento del régimen hierocrá- los residuos del Frente Nacional de Mossadeq. Dios que le confiere el ejercicio del poder. El
tico en Irán no sólo supuso una innovación El mundo shií disponía además de un lide- único mediador entre la divinidad y los hom-
radical en la teoría política islámica sino que razgo carismático ejercido con suma eficacia bres fue Mahoma, el Mensajero de Alá, una fi-
introdujo el ensayo de una Constitución mix- desde su exilio por el ayatolá Jomeini, decidi- gura irrepetible. Por supuesto, del poder no
ta de hierocracia y democracia en la cual difí- do a convertir la partida en decisiva, subordi- podía prescindirse. De ahí que fuera tomada
cilmente hubiera pensado Montesquieu. nando todos y cada uno de los movimientos la imagen bíblica, adscrita allí a David, del vi-
Esa fractura no excluye el enlace con las al objetivo predefinido de derribar la monar- cario o delegado de Dios, de un califa que
formas precedentes de cambio revolucionario. quía e instaurar un régimen islámico. Tam- puso Alá sobre la tierra (Corán, 38,25). La
Al igual que en tantas otras revoluciones mo- poco inventaron los ayatolás, en fin, que la fórmula sirvió como fundamento al gobierno
dernas, como la francesa de 1789-1793 o la consolidación de un poder revolucionario in- ejercido por los sucesores del Profeta, que la
rusa de 1917, el trasvase violento del poder se cluye con frecuencia la deriva terrorista. reforzaron asumiendo el título de “califa de

14 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 140


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allá del Corán, con la concepción del poder
del monarca como emanación de Dios (farr-
e izadi), forjada en el Imperio persa (Ahmadi,
1998, 133). El principio sasánida de que “re-
aleza y religión son hermanos gemelos” se
convierte así en clave del islam, aun cuando el
shiísmo a lo largo de su historia viva casi siem-
pre ese vínculo como negación ante unos go-
bernantes injustos (Arjomand, 1883, cap. III).
Alí, el imam fundador, habría sido un perso-
naje sobrehumano, como lo serán sus suceso-
res hasta la desaparición del duodécimo en el
siglo X. Al ocultarse definitivamente ese últi-
mo imam descendiente de Alí, se abre la es-
peranza en su resurrección, destinada a im-
plantar la justicia sobre la tierra en anticipo del
reino de dios (Sachedina, 1988, 91). El imam
es por esencia el Gobernante Justo, lo cual de
nuevo enlaza con el antecedente sasánida. El
shiísmo asumía así una dimensión soterioló-
gica, legitimada por la creencia en ese Imam
Oculto que ha de desempeñar el papel de
mahdi o redentor universal.
Tal elemento mágico, recogido en la ac-
tual Constitución iraní como factor de legiti-
mación del Gobierno del Faquí (vilayat-e fa-
qih), es susceptible de generar una relación
circular: si el imam heredero de Alí posee un
Alá” (Crone & Hinds, 2003, 4-5). No obs- La concepción shií del poder abría otras conocimiento perfecto de la religión, mientras
tante, si el origen la confería solidez, la con- posibilidades. Ante todo porque los shiíes sí dura su ausencia, la posesión de grandes co-
dición de califa resultaba débil por la ausen- sabían quiénes eran los únicos titulares legíti- nocimientos teológicos equivale a una mani-
cia de atributos y funciones. De hecho, el mos del poder: el imam Alí, primo y yerno de festación expresa de preferencia divina. Lo re-
único fundamento del poder en el Corán Mahoma, y sus sucesores. Sin detenerse en la coge la designación de los grados más altos de
procedía desde abajo, a partir de la obedien- contradicción que ello representaba con la la jerarquía shií: hoyatoleslám, el que lleva el
cia que ha de prestar el creyente a toda auto- profesión de fe, el shiísmo exaltó al personaje signo o la prueba de Alá, y el superior de aya-
ridad, en la cual debe suponer la voluntad de de Alí hasta asignarle cualidades comparables tolá, el portador del signo milagroso de Alá. Ya
Alá (Corán, 4, 59). Es el llamado “versículo a las de Mahoma, con la facultad de ser infa- en el siglo XVI los monarcas safavidas preten-
de los emires”, que prescribe el mandato di- lible, poseer un conocimiento perfecto de la dieron ser la encarnación en la tierra del Imam
vino de la obediencia siempre que el gober- religión, hallarse en proximidad de Alá y ha- Oculto, recuperando la asociación entre shiís-
nante se atenga a la ley sagrada. Con lo cual, ber recibido, signo de preferencia divina, la ca- mo y poder político eclipsada hasta entonces
tal y como razonan los juristas del islam, la pacidad de hacer milagros y de formular pre- durante siglos. Nada impedirá que frente a un
eliminación del gobernante infiel puede ser dicciones seguras (Kitab al-Irshad, VII). A la poder monárquico ostensiblemente alejado
incluso un deber (Ibn Taymiyya). Pero no condición excepcional del imam responderá la de Dios por su vocación laica a lo largo del si-
hay regla alguna para su sustitución desde la asignación de un liderazgo carismático, válido glo XX los hombres de religión intenten cubrir
comunidad de creyentes. Será lícito matar al tanto para la intelección de las escrituras sa- ese vacío, planteando primero su derecho a la
gobernante infiel o hipócrita. Nada hay dis- gradas como para el ejercicio de un poder tutela del poder político, en razón de su co-
puesto para reemplazarle. personal, cuyas características enlazan, más nocimiento religioso, y luego, con el viraje

Nº 140 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA


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15
LA REVOLUCIÓN DE LOS AYATOLÁS

definitivo dado por Jomeini, la exigencia de su tenientes de las fundaciones religiosas y anun- viéndose de la religión, en apariencia com-
sustitución. Si el califa había sido la sombra de ciaba una laicización, especialmente en el tra- patible con la libertad, en calidad de agente
Alá, el ayatolá en funciones de imam Jomeini tamiento de la mujer. Jomeini marcó ya en- de cohesión ideológica. Figuras como el aya-
asumirá implícitamente el papel atribuido al tonces la diferencia situando el conflicto en el tolá Taleqani, demócrata y muy popular, ser-
Imam Oculto. Jomeini actuó en todo mo- terreno religioso-político, en defensa de la tu- vían de puente con la era Mossadeq. Salvo el
mento como su precursor de carne y hueso. tela de la religión sobre las instituciones polí- eventual obstáculo de una dictadura militar,
A lo largo de su vida, Jomeini se presen- ticas (otra cosa significaba rebelarse contra los recursos disponibles inclinaban la balan-
tó siempre como defensor de la preeminencia Alá), y contra toda incorporación de la mujer za del lado revolucionario.
clerical pero fue la evolución del contexto a la vida pública. Estaba ya también sobre la También intervino en el mismo sentido
político lo que le llevó a sustituir la inicial as- mesa el tema del hiyab, cuya ausencia era sig- la coyuntura de oportunidad política. En pri-
piración tutelar por un poder revolucionario no de emancipación femenina para el shah y mer plano, con la enfermedad del shah, des-
islámico. Para ello contaba con dos tipos de de desnudez de la mujer según Jomeini. Las conocida de todo el mundo y que al consis-
recursos de muy distinto signo pero conver- movilizaciones subsiguientes en 1963 fueron tir en un cáncer incurable explica su tenden-
gentes: de un lado, el sólido poder económi- un anuncio del proceso revolucionario desa- cia al aislamiento y las constantes vacilaciones
co y cultural del clero shií, una base socioló- rrollado 15 años más tarde: la oposición reli- en su conducta. Su indecisión bloqueó in-
gica importante para que sus protestas fueran giosa estaba en condiciones de activar un des- cluso el recurso a la represión armada tras
respaldadas; de otro, el tipo de moderniza- contento de masas. instalar en noviembre de 1978 un Gobierno
ción autoritaria y laica puesta en práctica por El destierro de Jomeini, mantenido des- militar. Hasta su salida del país, el 16 de ene-
el shah de 1953 a 1958 en un marco de con- de 1964 hasta el regreso triunfal de 1 de fe- ro de 1979, el Ejército permaneció unido
vulso progreso económico del país. En esa brero de 1979, contribuyó a su imagen de tras su persona, pero el shah nunca tomó una
coyuntura de crecimiento y crisis, el ayatolá símbolo viviente de la oposición a un régi- decisión clara, con lo cual la represión inter-
Ruholá Jomeini llevó a cabo una revolución men dictatorial, represivo, corrupto e incapaz mitente y brutal ejercida contra las manifes-
teórica en el shiísmo (Arjomand, 1988, 177- de aprovechar los enormes ingresos proce- taciones sirvió sólo para destruir los restos de
183) y, casi octogenario, desarrolló una lúcida dentes del petróleo para aminorar la desi- su popularidad y para crear los mártires que
e implacable estrategia de conquista del Esta- gualdad. Entre tanto, su alejamiento le con- la mentalidad shií necesitaba para el asalto fi-
do tendente a la implantación de un régimen fería a Jomeini un aura en la estela del Imam nal al régimen. En cuanto a la potencia tute-
islámico. Al lado de Lenin, Jomeini figura en- Oculto y la política laica de la autocracia pro- lar, el Gran Satán norteamericano no actuó
tre los contados políticos del siglo XX que des- piciaba la convergencia entre el clero y la pro- como tal. El presidente Carter, defensor de
de la puesta en marcha del proceso llevaba testa popular. El destierro no impidió, por los derechos humanos, no era Nixon ni Rea-
las líneas generales del proyecto revoluciona- otra parte, que los sermones de Jomeini lle- gan. Además, el centro de decisiones en Was-
rio en la cabeza y tenía claros unos objetivos garan, primero desde Irak transportados por hington se encontraba mal informado y par-
en cuanto a las formas de poder y de sociedad fieles, finalmente, en los cuatro meses de exi- tido en dos en cuanto a las medidas a adop-
perseguidas: la dictadura del proletariado ejer- lio parisino mediante miles de casetes. Desde tar. No supieron nada de la enfermedad del
cida por el partido-vanguardia para forzar la fines de los sesenta, a la militancia izquierdista shah, menospreciaron hasta muy tarde la im-
transición a la sociedad comunista, en el pri- clandestina se había sumado la formación de portancia y el significado del islamismo –el
mer caso; el monopolio del poder en manos grupos de activistas clericales en cuyo seno embajador Sullivan comparó una vez a Jo-
de una jerarquía clerical con el fin de islami- fueron formándose futuros dirigentes, como meini con Gandhi–, y nunca pensaron lo
zar la sociedad iraní, en el segundo. Jamenei o Rafsanjani. En ese ambiente, cre- mismo quienes rechazaban una reedición del
En ambos procesos, un poder autocrático ció la popularidad de propagandistas como golpe de Pinochet y optaban por la
preexistente favoreció el desencadenamiento Ali Shari’ati, que daban un tinte de revuelta democratización (Vance), y los realistas o hal-
de un proceso revolucionario del cual queda- social y de antioccidentalismo al pensamien- cones para quienes era prioridad absoluta
ron de antemano eliminadas las clases me- to shií. (Rahnema, 2000, 289). conservar la posición geoestratégica por me-
dias, y con ellas toda perspectiva democrática. Entre 1974 y 1978, por efecto de la su- dio del golpe militar (Brzezinski, 1983, 354-
La vocación personal autoritaria y los intere- bida en flecha del precio del petróleo, el cre- 398). En el vacío político así creado, el Ejér-
ses de las potencias petrolíferas llevaron al cimiento económico se disparó y con él las cito iraní, privado de la doble dirección del
shah en 1953 a truncar las expectativas de las tensiones, en tanto que la monarquía patri- monarca y del Gobierno americano, y des-
clases medias y populares urbanas. La elimi- monial del shah hacía espectaculares exhibi- concertado ante el vigor de las manifestacio-
nación de Mossadeq y la etapa de poder au- ciones de despilfarro para acabar encontrán- nes millonarias, permaneció finalmente neu-
tocrático y represivo subsiguiente tuvieron el dose en un callejón sin salida político al haber tral. Para cerrar el círculo, ni siquiera esta in-
mismo efecto que el incendio de un bosque roto los puentes con la burguesía democráti- hibición salvó a los militares de sufrir una
de montaña para los futuros desastres provo- ca del Frente Nacional. Faltaba sólo un deto- inmediata represión –35 generales, 25 coro-
cados por una lluvia torrencial. “El creci- nante para que comenzaran a moverse las neles y 20 comandantes fusilados–, ni a Es-
miento y la consolidación del Estado buro- piezas sobre un tablero donde un shah desle- tados Unidos de ver cómo se agravaba su sa-
crático autoritario tras el golpe debilitó para gitimado únicamente contaba con la adhe- tanización, culminada con la humillante ocu-
siempre a la oposición secular” (Moaddel, sión del Ejército y con el apoyo de Estados pación de su Embajada y la toma de rehenes
1993, 141). La revolución nacionalista resul- Unidos. Frente a él se alzaba un amplio es- en noviembre de 1979.
tó aplastada y el shah, sin saberlo, quedó solo pectro de oposición larvada, desde la juven- En los años de exilio, Jomeini había sa-
frente a un único adversario potencial: el cle- tud desarraigada por su emigración masiva a bido afinar sus posiciones políticas y superar
ro shií. Hubiera debido ya apreciarlo cuando las ciudades hasta la burguesía tradicional del los límites de su inicial tradicionalismo, man-
ayatolás y molás se movilizaron masivamente bazar, afectada por las reformas fiscales de teniendo sin embargo las ideas centrales. Se-
en 1962 contra su proyecto de revolución 1975. En estas condiciones, una minoría ac- mejante fidelidad a los orígenes resultaba ló-
blanca, que amenazaba la condición de terra- tiva, el clero shií, encabezó el proceso sir- gica, dado que la inicial oposición a las re-

16 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 140


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ANTONIO ELORZA

formas del shah en la revolución blanca no te- la revolución islámica, todas las aportaciones Sólo cuando se trate de definir el contenido
nía para él fundamento democrático alguno. son positivas, siempre que reconozcan la pri- de la nueva sociedad, esa misma unanimi-
El rechazo del futuro imam respondía al clá- macía del factor religioso y la exigencia de dad requerirá para ser alcanzada un grado
sico planteamiento de tantos intelectuales una ruptura tajante con el shah. El antiim- muy alto de coerción.
musulmanes, y en particular de los hombres perialismo sirve de base al rechazo de la cul-
de religión: frente a un proceso de moderni- tura occidental y actúa como polo de atrac- Los dos cuerpos del poder
zación que no entienden, y que sin embargo ción de cara a nacionalistas e izquierdistas. In- El cambio de régimen había sido el producto
condenan por ser contrario a su mentalidad y cluso el papel de la mujer es reconocido, de una gigantesca movilización de masas, im-
a sus intereses, proceden a demonizar todo habiéndose ganado la presencia en el espacio pulsada y dirigida, tanto en el orden práctico
cambio introducido en la realidad. Buscan público con su movilización, siempre que como en el simbólico, por el ayatolá Jomeini,
refugio entonces en un imaginario agresivo respete los códigos de comportamiento y ves- al frente desde el exilio de una minoría activa
ante el riesgo de la pérdida de su propia tido que la religión impone. La movilización reclutada mayoritariamente entre los miem-
identidad, a la cual exaltan apoyándose en masiva del pueblo a favor del cambio de ré- bros del clero shií. La revolución tuvo así dos
una tradición sacralizada. Es lo que gimen legitima la incorporación del sufragio componentes que en febrero de 1979 coinci-
alguien ha calificado de esquizofrenia cul- universal y de las instituciones democráticas, dían sin dificultad en el objetivo de acabar
tural, la cual incorpora asimismo una di- una vez más en condiciones de subordinación para siempre con la monarquía patrimonial y
mensión pragmática, ya que a partir del respecto del velayat-e faqih. El diseño estraté- de instaurar una república islámica, encarga-
mencionado rechazo se desarrolla una es- gico anunciaba los perfiles del orden religio- da, eso sí, de dar cauce a las demandas demo-
trategia de recuperación del poder (Shayegan, so-político posrevolucionario. cráticas de la población. Era un estado de es-
1992, 171). En la variante integrista o salafí, El factor religioso presidía el impulso píritu recogido en el eslogan coreado con mo-
proponiendo el regreso a los orígenes, la edad hacia el cambio. La secuencia es conocida: tivo de la multitudinaria recepción a Jomeini
áurea del Profeta; en la paseísta, caso de Jo- consistió en una escalada de movilizaciones del 1 de febrero: “Independencia, libertad, re-
meini, aceptando el progreso en los órdenes que a lo largo de 1978 tuvieron lugar por pública islámica”. Pronto le sucederá el ter-
tecnológico y económico a cambio de que el iniciativa del clero rebelde o del propio minante: “¡No hay más partido que el de Alá
mismo tenga lugar bajo una estricta sumisión Jomeini, con un doble mensaje muy claro (hezbolá) ni guía que Jomeini (Ruholá)!”. El
a los valores tradicionales. de acabar con el régimen y de implantar un tránsito de una a otra consigna refleja la asi-
Esa vocación de acceso al poder convier- orden islámico. En los primeros meses están metría observable entre ambos contenidos
te simultáneamente al imam en un “reaccio- presentes aún consignas tales como el regre- de la revolución. De cara al referéndum de
nario radical” (Arjomand, 2000, 103) y en so a la Constitución de 1906 o la celebración marzo de 1979, Jomeini dejó las cosas claras:
un “populista” (Abrahamian, 1993, 37), al de elecciones, pero a partir de junio al ataque si alguien intentaba añadir “democrática” a la
construir su argumentación sobre un doble cada vez más duro a la monarquía acompa- denominación de “república islámica”, era
eje maniqueo en el cual coexisten denomi- ñan sólo consignas islamistas (Heikal, 1983, un enemigo de Alá. Por muchas que fueran
naciones coránicas con términos y significa- 162). El ritmo de las movilizaciones se atiene las expectativas de libertad, carecían de so-
dos captados de la protesta antioccidental y al calendario de las festividades religiosas, una porte político organizado, y en todo caso
anticapitalista. Así a la fórmula política que vez puesto en marcha el mecanismo por la nunca hubieran podido competir con el pres-
hace posible el gobierno de Alá sobre la tierra, protesta que en enero suscita un artículo de tigio del líder carismático. Jomeini era un
el vilayat-e faqih o gobierno del jurisconsulto inspiración oficial difamatorio del exiliado guía de la revolución que además tenía per-
islámico, encargado de imponer la sharia, is- Jomeini, y culmina lógicamente en el gran fectamente claro el objetivo de instaurar una
lamizando las instituciones y el conjunto de día de duelo, la Ashura, en que es conme- hierocracia bajo su propio mando y con la
la sociedad, se contrapone el concepto corá- morado el martirio de Hussein, el hijo de etiqueta por él acuñada de vilayat-e faqih.
nico de taghut, ídolo o falso dios, aplicado a Alí. Las manifestaciones millonarias de la Sólo admitía concesiones temporales tácti-
los tiranos en general y al shah en particular. Ashura, el 10 y el 11 de noviembre, marcaron cas. Al modo de Lenin, Jomeini contempla-
También del Corán, vía Shari’ati, toma Jo- el punto de inflexión en el proceso, al retro- ba el proceso revolucionario como una ope-
meini los términos que definen un segundo ceder el shah ante el riesgo de desencadenar ración militar tendente a garantizar la for-
eje, el social, con el polo positivo de los mus- un baño de sangre si mantenía la prohibi- mación de un régimen basado en su propia
tazafin, los oprimidos, para cuya defensa sur- ción de manifestarse, en tanto que los ciuda- concepción del poder. En modo alguno esta-
ge la revolución islámica, y con el negativo de danos, presididos por el ayatolá Taleqani, ex- ba dispuesto a permanecer como simple ga-
los mustaqberin, opresores, con el que desig- presaban la voluntad de celebrarlas desafian- rante de un régimen de inspiración demo-
na clases dominantes del Antiguo Régimen, do a la muerte en nombre de Hussein. A lo crático-religiosa dirigido por otros.
aliadas con el shah. Abre así la posibilidad pa- largo de la fase crucial, de octubre de 1978 La coherencia de la política desarrollada
ra llevar ese enfoque dualista –gobierno de a febrero de 1979, la tradición shií de los por Jomeini en la fase constituyente de la re-
Alá y oprimidos frente a tiranos y opresores– mártires desempeñó un papel decisivo a la volución responde tanto a la firmeza de la di-
a un plano de confrontación más amplio, de hora de determinar el compromiso ilimita- mensión teleológica de su proyecto como a la
afirmación nacionalista, contra el imperialis- do de los manifestantes con la causa pro- conciencia de inseguridad respecto de los me-
mo cultural y político de Occidente, perso- pugnada por Jomeini. En el pasado, el mar- dios a emplear. La trayectoria recuerda la se-
nificado en Estados Unidos. tirio había sido el signo del sufrimiento de la guida por Fidel Castro en Cuba entre 1959 y
No se trata por parte de Jomeini de asu- comunidad de verdaderos creyentes; ahora 1960, y como ella se basa en la instalación for-
mir sino de captar, ya que la invocación de los adquiría el sentido de ser la culminación de mal de un doble poder, de manera que el ti-
oprimidos le resulta compatible más tarde la lucha personal por la victoria de la causa tular aparente depende para todo de un cen-
con un mensaje de orden y de defensa de la sagrada. El objetivo común hacía posible la tro de decisión que bajo la superficie de la vi-
propiedad privada, dirigido a la burguesía unanimidad espontánea de todos los secto- da política dirige el futuro dictador hasta que
tradicional del bazar. A la hora de promover res revolucionarios bajo la guía del clero. éste decide prescindir de los gobernantes títe-

Nº 140 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA


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17
LA REVOLUCIÓN DE LOS AYATOLÁS

res, llámense Miró Cardona y Urrutia en Cu- mente agresivo de la comunidad de creyentes
ba o Bazargan y Bani-Sadr en Irán. Al des- y en caso de infracción grave sufrir en silen-
plazamiento del eje del poder hasta su ejerci- cio el castigo, aceptando, de ser requerido, el
cio absoluto por parte del Líder Supremo mecanismo de la confesión pública de los
acompaña una clarificación ideológica que propios crímenes o errores para así servir de
supone la subordinación de los objetivos de- ejemplo al conjunto de la sociedad. El pro-
mocráticos respecto de la dictadura de un lí- cedimiento estalinista de las confesiones pú-
der carismático, orientada hacia un populis- blicas se convirtió muy pronto en un recurso
mo procomunista en un caso y hacia la teo- habitual del poder iraní en su lucha contra los
cracia shií en el otro. Para ésta, el punto de disidentes de todo tipo, utilizando hasta hoy
inflexión se sitúa en “golpe clerical” que con la confesión televisada para los casos de ma-
la ocupación de la Embajada norteamericana yor gravedad (por ejemplo, en la revuelta es-
provoca la caída del Gobierno moderado de tudiantil de 1999).
Bazargan y otorga el poder al Consejo de la En el plano político, la elaboración y el
Revolución. En Cuba, es la dimisión forzada contenido final de la Constitución de 1979
del presidente Urrutia el acontecimiento que ilustra la deriva irresistible desde la
inaugura la dictadura personal de Fidel. El expectativa de la democracia islámica hacia el
proceso es traumático, ya que requiere un gobierno teocrático, siempre con el imam
consenso forzado para justificar las exclusio- como centro indiscutible en la adopción de
nes, y ello sólo se logra esgrimiendo una su- las grandes decisiones. Una vez aprobada
puesta traición al líder, lo cual da pie a una unánimemente en referéndum casi por una-
política represiva con ejecuciones incluso de nimidad la instauración de la república islá-
colaboradores de primera fila y con la utili- mica, una comisión designada por el Go-
zación del llamado terrorismo de vigilantes, bierno Bazargan redactó un proyecto cons-
más mitigado en Cuba con los Comités de titucional inspirado en la Constitución
Defensa de la Revolución que en Irán con los francesa de 1958 y en la iraní de 1906, sin
pasdarán o guardianes de la revolución y su mención al vilayat-e faqih ni a forma alguna
hijuela los jóvenes basidjis. En ambos casos el de poder religioso. En principio, una asam-
recurso a los vigilantes confiere una impor- blea constituyente hubiera debido adoptar el
tante iniciativa al sector adicto para ejercer el texto definitivo. Ni una ni otra opción fue-
control, la represión y la puesta en práctica de ron aceptadas por Jomeini, quien hizo elegir
las consignas revolucionarias, generando me- una Asamblea de Expertos con predominio
canismos propios de un totalitarismo capilar clerical. El resultado es la Constitución de di-
o totalismo. ciembre de 1979, que consagra el principio
La dimensión totalista de la revolución teocrático y hace del vilayat-e faqih la clave
no es algo espontáneo sino que responde al de bóveda del edificio constitucional, perso-
propósito del imam: conseguir que los par- nalizando incluso su protagonismo en la fi-
ticipantes en el proceso revolucionario im- gura de Jomeini, reconocido como primer
pusieran su concepción del orden islámico faquí en el preámbulo y en el artículo 107.
al conjunto de la sociedad. El concepto de La tradición del imamato culminaba al con-
“vía del imam” se dirige, antes que las ins- encia religiosa que la inspira, cuyos símbolos sagrar una dictadura vitalicia ejercida por el
tituciones, a la masa de seguidores cuasidivinos –“el León de Alá” (Alí), el Már- líder supremo de la revolución, y de modo
encargados de lograr que todo iraní se con- tir por excelencia (Hussein), la Mujer Ejem- explícito, dado que la preeminencia del faquí
vierta en sujeto activo de la revolución islá- plar (Fátima la Impecable), ahora el nuevo se justificaba por la ocultación del duodéci-
mica: “Es ahora un deber obligado para to- Imam (Jomeini)– determinan formas de re- mo imam (art. 5).
dos por la razón y la religión proseguir este ligación muy intensas, que se mediante con- Más allá de esa circunstancia personal, la
movimiento” (Khomeini, 1994, 107). El ductas marcadas por la histeria y el maso- novedad del experimento iraní consistía en
criterio fundamental reside en la distinción quismo. El correlato humano de esa esfera que por vez primera en la historia una Cons-
entre lo puro y lo impuro, representada la mágico-religiosa es la figura del mártir, el cre- titución venía a regular el funcionamiento
pureza por la fe activa en el islam y, en cuan- yente que entrega gozoso su vida por la cau- de una teocracia, con el complemento no
to al comportamiento social y personal, por el sa de los símbolos divinos. Y que por consi- despreciable de que ésta recibía su legitimidad
concepto de nâmous, traducible como pudor guiente no duda en asumir el papel de suje- del voto popular en el referéndum de marzo
comunitario, en sus dos vertientes de virtud to activo en la lucha por el monopolio de 1979. De este modo queda esbozada la re-
de la mujer, cuya manifestación externa es el absoluto del espacio público para el propio lación circular: una vez afirmado el principio
vestido islámico, y honor masculino obligado sistema de poder religioso, reproduce las con- teocrático de la soberanía de Alá (arts. 2 y
ineludiblemente a interiorizar la exigencia de signas del lenguaje estereotipado que de él 56), el mismo revierte formalmente sobre el
mantener aquél y rechazar lo impuro. Todo emanan y somete todas sus acciones a las exi- pueblo que “ejerce ese derecho divino” (art.
lo que es contrario, ajeno o infractor de la pu- gencias planteadas por quienes marcan “la 56), sólo que en los términos fijados por el si-
reza de la comunidad debe ser íntimamente vía del imam”. Al individuo o al grupo social guiente artículo que atribuye “la supervisión”
rechazado primero, y luego eliminado. Esa afectado por la impureza únicamente le cabe (“absoluta” desde la reforma de 1989) al ju-
pretensión de pureza se ve reforzada por el asumir la propia inexistencia civil, con el fin risconsulto supremo y guía de la umma. En
carácter indiscutiblemente sagrado de la cre- de esquivar el comportamiento inevitable- su calidad de musulmán, el ciudadano se

18 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 140


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ANTONIO ELORZA

convierte en creyente y por consiguiente en si las restricciones anteriores no fueran sufi- sible de aceptación o disidencia, constituirá el
subordinado a la autoridad religiosa. El fun- cientes, el Parlamento es suplantado, como blanco favorito de su actuación. Primero, por
damento teocrático legitima en apariencia la lo fuera en la fase constituyente de 1979, iniciativa propia alegal de pasdaranes y vo-
democracia, pero subordinando ésta a una por una Asamblea de Expertos de composi- luntarios de la represión, según la consigna de
hierocracia constituida a partir del liderazgo ción religiosa aunque elegida por sufragio “el velo o el palo”, rusâri yâ tusâri (Adelk-
carismático ejercido por Jomeini. universal en el tema crucial de decidir la elec- hah, 1991, 47). Luego en aplicación del có-
La admisión del principio de división de ción del Guía y su eventual sustitución (arts. digo de vestido, que implica penas de flage-
poderes, apuntando incluso a un ejecutivo 107 y 111). Fue esta Asamblea la que en lación y de cárcel para las infractoras, for-
presidencialista, con el límite en 1979 de un 1985 designó sucesor (“delegado”) al ayato- mándose grupos parapoliciales de mujeres
primer ministro, queda de este modo literal- lá Montazeri y la que en 1989 le privó de tal islamistas –las patrullas de Zahra– que reco-
mente envuelto por la trama del poder reli- condición por iniciativa de Jomeini. rren las calles para descubrir quiénes llevan
gioso cuyo vértice ocupa el Guía de la Revo- El orden constitucional iraní define una simplemente mal ajustado el velo (Chafiq,
lución. En manos del Guía y gran juriscon- forma política que puede ser calificada de 1991, 105). Se trataba “de reducir a la socie-
sulto se encuentran, según el artículo 110, los hierocracia vigilante, del mismo modo que la dad al silencio, de colocarla en la imposibili-
principales poderes: determinación de la “po- República de Venecia fue desde la Edad Me- dad de expresar su desacuerdo” (Khosrokha-
lítica general”, fuerzas armadas, poder judi- dia, una oligarquía vigilante, en la medida var, 1997, 120). Los aspectos más aparatosos
cial, seguridad interior, medios de comuni- que la configuración institucional atiende so- de esta represión se amortiguaron en los años
cación social, derecho de intervención en bre todo al objetivo de controlar los centros noventa, al mismo tiempo que tenía lugar
cualquier momento sobre instancias inferio- de decisión y mantener intacto el sistema de una integración creciente de la mujer en el
res, hasta la deposición del presidente. El gran poder. El texto constitucional consagra ese plano profesional; pero la prohibición sigue
Faquí está, además, libre de la carga que su- carácter, ampliando el deber de la vigilancia al en pie, lo mismo que los pasdarán como gru-
pone la gestión corriente de los asuntos pú- conjunto de la sociedad, en aplicación de la pos paramilitares de acción, dispuestos a gol-
blicos, asumida por presidente, Gobierno y máxima coránica de “ordenar el bien y prohi- pear dentro o fuera de la ley a cualquier opo-
Parlamento. De este modo, una ordenación bir el mal”, de manera que todos los creyen- sitor, disidente o supuesto infractor de las
institucional de carácter democrático se en- tes se convierten en guardianes los unos de los normas islámicas, siguiendo las directrices
cuentra sometida a y cercenada por la supre- otros (Corán, 9, 71; Constitución, art. 8). del Guía.
macía del Guía de la Revolución, el cual, Por si los ciudadanos flaquean en ese de- La movilización social represiva, puesta
además, encuentra los instrumentos para esa ber, la revolución islámica convierte desde en marcha por un Jomeini que deseaba un
“supervisión absoluta” en un sistema de con- un primer momento la floración espontánea país compuesto en su integridad de vigilantes
sejos que le permiten sustraer las principales de comités de acogida a Jomeini en comités y delatores, abona la citada caracterización
decisiones a los órganos representativos, ve- revolucionarios que asumen la tarea de per- como hierocracia vigilante e informa acerca
tar las decisiones de los mismos e incidir res- seguir a todos los adversarios reales o imagi- de la importancia de la dimensión totalista de
trictivamente sobre su composición. La pie- narios del régimen. Es decir, de “la vía del la revolución islámica, por cuanto los mili-
za clave es el Consejo de los Guardianes, cu- imam”, seguida e impuesta en primer plano tantes de la misma desempeñan un papel
ya composición depende directa o por sus fieles que integran el “partido de Alá” fundamental en la eliminación de la “impu-
indirectamente del Guía y que pudo desde (Hezbolá). Paralelamente, se pone en mar- reza” y en la configuración de un espacio pú-
un principio vetar toda ley que juzgara “con- cha un aparato represivo que compite en ar- blico sometido a un estricto control desde la
traria al islam o a la Constitución” (arts. 72 bitrariedad y en recurso la violencia y la tor- ortodoxia religiosa. Conviene recordar que
y 94). Inoperante en sus primeros años, el ór- tura con su antecedente, la SAVAK o policía el Partido de la Revolución Islámica, dirigido
gano de los Guardianes ha sido decisivo pa- secreta del shah, y que la supera con creces en por Jomeini, es el vértice de esa pirámide de
ra reducir a la impotencia los proyectos de re- ejecuciones (Abrahamian, 1999, 124-176). violencia propiciada por el imam, que en el
forma presentados por Jatami y aprobados El regreso en los castigos a la ley coránica tie- segundo año de revolución alcanza el nivel de
por la Asamblea. En caso de desacuerdo, re- ne lugar de la forma más brutal, con lapida- un terrorismo de vigilantes frente a cualquier
suelve otro consejo, el de la adecuación o ciones, flagelaciones, mutilaciones e incluso oposición o conducta desviada. Las torturas y
arbitraje, designado por el Guía. Pero es que ejecución directa por los herederos de la víc- las ejecuciones sumarias en las cárceles hicie-
además los Guardianes tienen derecho de tima (Arjomand, 1988, 186). A partir de ma- ron el resto, con el Tribunal Islámico Revo-
“supervisión” sobre las elecciones (art. 99); y yo de 1979, el impulso de control totalista lucionario en primera línea, donde el ayato-
lo han ejercido no sólo para convalidar los re- que nace con los comités es institucionaliza- lá Jaljali impuso su credo de que “la revolu-
sultados, sino sobre todo para instalar un fil- do mediante la creación de los pasdarán, el ción es sangre y castigo, la religión es sangre
tro que impide presentarse como candidato Cuerpo de Guardianes de la Revolución Is- y castigo” (Naipaul, 1998, 214). Fue así en-
a quien no juzguen adicto al sistema, tanto lámica que, dirigido por Jomeini, desempeña teramente sofocado el pluralismo político e
para el Parlamento como para la Presidencia un papel crucial en la caza y captura de te- ideológico de los primeros meses, ya que “el
de la República. A los Guardianes corres- rroristas de izquierda, opositores de todo tipo miedo se convierte en ingrediente de la vida
ponde también interpretar la Constitución y sectores sociales reticentes a cumplir las cotidiana bajo un régimen que no duda en
(art. 98). En principio, el régimen queda así normas islámicas, en tanto que los comités reprimir ferozmente a quienes no caminan en
literalmente blindado frente a toda posibili- son coordinados desde 1984 en el marco de su dirección” (Khosrokhavar, 1997, 157).
dad de reforma democrática, y la experiencia Comité de Vigilancia para Combatir lo El único antecedente histórico en que
de estos cuatro últimos años lo prueba de Prohibido (Arjomand, 1988, 165 y sigs.). De control religioso y representación política
modo fehaciente. El único recurso sería acu- hecho, con un protagonismo de los pasdarán, aparecen unidos de modo comparable es la
dir al referéndum por iniciativa de dos ter- ambos grupos convergen en la tarea de ho- organización del poder que diseña Calvino
cios de la Asamblea, pero de nuevo toca al mogeneizar la sociedad iraní; y en la medida para la ciudad de Ginebra entre 1541 y 1543.
Guía su convocatoria (arts. 6, 59, 110). Por que el vestido de la mujer es el signo más vi- También allí coexistían órganos representati-

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LA REVOLUCIÓN DE LOS AYATOLÁS

vos y un entramado polisinodal orientados a ciativas de cambio emergen desde el interior política de ese pueblo a no ser desde el ángu-
un doble fin: primero, garantizar el imperio de la hierocracia. lo de la vigilancia y de la represión. Se trata de
de la religión y de la moral en ella inspirada imponer al conjunto de la sociedad el princi-
sobre la vida de los ciudadanos y, segundo, La hierocracia en cuestión pio de la “unidad de palabra” ya vigente para
servir de cauce al poder político de una bur- Al disiparse la amenaza de una derrota mi- el estamento clerical.
guesía. La categoría de los ancianos, encar- litar en la guerra con Irak, y consciente de la El viejo imam percibe además muy bien
gados de vigilar en cada distrito la vida y proximidad de la muerte, Jomeini se preo- cuál puede ser la principal fuente de oposición
moralidad de sus convecinos, integrados en cupó ante todo por la consolidación de su a la hierocracia shií, cuya impopularidad po-
un consistorio que recibe denuncias y en república islámica. Tal es el sentido de sus tencial reconoce: la formación de nuevas éli-
consecuencia persigue conductas y creen- dos manifestaciones políticas más significa- tes de orientación laica. “En cuanto a las uni-
cias heterodoxas, encaja perfectamente con tivas en las postrimerías de su vida: la re- versidades, advierte, el plan consiste en desviar
el diseño de control general institucionali- dacción entre 1982 y 1983 del testamento a los jóvenes de la cultura, de los usos y de los
zado que impulsó Jomeini. La rama religio- político-espiritual, reelaborado hacia 1986 y valores que les son propios, arrastrándoles ha-
sa del gobierno de la ciudad asume el casti- destinado a ser difundido tras el óbito, y la cia el Este o hacia Occidente, para luego ele-
go de la irreligión y de la inmoralidad. La di- destitución como sucesor del ayatolá Mon- gir entre ellos a los hombres de Estado y dar-
ferencia estriba en que el ordenamiento iraní tazeri en marzo de 1989, semanas después les el gobierno de los destinos del país, entre-
superpone la estructura religioso-política a la de promulgar la fatua por la que condenaba gando éste al expolio y a la occidentalización,
democrática, con un doble efecto de limita- a muerte a Shalman Rushdie. de manera que el clero, aislado, detestado (sic)
ción de competencias y consiguiente recha- En ambas ocasiones la actitud del imam y vencido no se les pueda oponer”. De ahí que
zo a toda evolución autónoma de las insti- es sumamente agresiva en la defensa y exalta- la depuración de las universidades sea siempre
tuciones representativas, en tanto que en el ción del propio legado. El testamento aspira a un objetivo prioritario, impidiendo la deriva
modelo calvinista los consejos religiosos ejer- demostrar la exigencia de mantener a toda intelectual en dirección a Occidente. Tam-
cen un control sobre los ciudadanos como costa la revolución, en cuanto instrumento bién los medios de comunicación deben ser
individuos y así afirman la preeminencia de político al servicio de Alá, frente a la conjura sometidos a estricta vigilancia a fin de extirpar
la religión sobre la representación política, de los enemigos satánicos que dentro y fuera “la libertad bajo su forma occidental”, en tan-
pero los consejos políticos no se hallan con- de Irán tratan de destruirla. En la revisión de to que en la justicia ha de acentuarse el sesgo
dicionados como tales por el consistorio. La los sucesivos temas impera un maniqueísmo islamista. Únicamente en el plano económico,
vía para la democracia queda abierta; en el radical, con los verdaderos musulmanes y los a pesar de la crítica contra el capitalismo, se
caso iraní, bloqueada. desposeídos del mundo en el polo del bien y mantiene el equilibrio al respetar la propiedad
A pesar de ello, la inserción del compo- los tiranos, los intelectuales y clérigos opues- privada. El papel del Guía de la Revolución es,
nente democrático en una hierocracia no de- tos al régimen, más los imperialistas al servicio pues, eminentemente defensivo, manejando
ja de ser un factor de inestabilidad en el orden de Estados Unidos, agrupados en el polo del todos los resortes de control y represión a su
constitucional iraní y por eso los órganos re- mal. Es un escenario apocalíptico donde la re- alcance para que el pueblo siga unánime-
presentativos se encuentran sometidos al cer- volución islámica sólo puede ser entendida mente su palabra. No queda ningún resquicio
co del Consejo de los Guardianes que muy como fruto de “las asistencias divinas sobre- abierto para una eventual democracia islámi-
pronto convierte a los miembros del clero en naturales”, constituyendo un “depósito de ca. La reforma introducida en 1989 sobre el
únicos candidatos elegibles para los puestos Alá” que la otorga una condición excepcional artículo 57 de la Constitución, al adjudicar la
clave. Sin saberlo, los ayatolás reproducen el “por la gracia y ayuda divinas”. Insensible- condición de absoluto (motlaqeh) al poder de
mecanismo de desnaturalización de la de- mente, la tradición shií evoca su origen sasá- supervisión del Guía, constituye la expresión
mocracia puesto en práctica por los Medici nida. Sólo que el sujeto al que es conferida esa más diáfana de ese enroque político. No era si-
en la Florencia del siglo XV: los procedimien- misión se desdobla. En calidad de depositario no la adopción del concepto de mandato ab-
tos de elección se mantienen, sólo que a quie- inmediato, figura el pueblo de Irán, lo que sir- soluto (velayet-e motlaqeh) acuñado un año
nes son contrarios al régimen se les excluye de ve ante todo para plantear la obligación de un antes por Jomeini. La supervisión se convier-
la condición de elegibles. La única escapato- seguimiento colectivo sin vacilaciones ni re- te en dictadura.
ria es que si bien el régimen hierocrático res- servas; la tarea de encauzar esa actuación co- En las páginas finales del testamento, Jo-
ponde al conjunto de intereses y a las expec- rresponde al dirigente religioso, tal y como meini sorprende a sus lectores al atacar a su
tativas de poder de la jerarquía shií, ésta dis- explica la teoría del vilayat-e faqih. En cuanto propio colectivo, o mejor, a aquella parte del
ta de ser un cuerpo homogéneo y sectores al primero, Jomeini recuerda que “los dos mismo que se opone subrepticiamente a la
de la misma se verán inclinados, bien a re- fundamentos principales del secreto de este república islámica “en nombre de Alá”. El
chazar frontalmente una innovación casi he- triunfo son, por una parte, la motivación di- enemigo inmediato es, en consecuencia, el
rética como es el concepto político de vilayat- vina y el sublime objetivo del gobierno islá- sector reformista del clero; y ello explica la
e faqih, bien a reaccionar frente al riesgo evi- mico, y por otra la unión del pueblo, de un la- eliminación del ayatolá Hossein Alí Montazeri
dente de una deriva dictatorial y del do a otro del país, con una palabra única pa- como sucesor, decidida sólo tres meses antes
falseamiento radical de la participación del ra esa motivación y ese objetivo”. Unidad del de su propia muerte. Discípulo y hombre de
pueblo. El temprano enfrentamiento de Jo- pueblo significa, entonces, eliminación de confianza de Jomeini en el pasado, Montaze-
meini en el poder con el gran ayatolá y “ejem- cualquier factor de discordia, de los intelec- ri no ponía en cuestión el principio del vila-
plo a imitar” Shariatmadari, de inmediato tuales pervertidos por “la colonización occi- yat-e faqih, del cual había sido uno de los te-
eliminado, fue una muestra de lo primero. En dental”, de quienes proponen la marginación óricos, pero creía compatible su presencia co-
dos momentos sucesivos, las propuestas de re- de los clérigos, en fin, de todo tipo de “per- mo garante de la doctrina, siempre privado del
forma del sucesor frustrado, Montazeri, y versiones satánicas”. A la vista de semejante poder absoluto que le dará la reforma consti-
con mayor claridad del actual presidente, Ja- conspiración universal, no hay espacio para el tucional de 1989, en la línea de una estricta
tami, parecen demostrar que las únicas ini- pluralismo ni para pensar en la participación supervisión (nezarat), con el protagonismo

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ANTONIO ELORZA

de la representación popular en las institu- ción política la que determinó el ascenso reli- dos de izquierda como a partir de 1997, cuan-
ciones representativas. Esta posición llevaba de gioso a ayatolá y, a fines de 1994, a marja-e do despunta el riesgo de una movilización de-
inmediato al reconocimiento del presidente de taqlid. Hoy es imam. mocrática de masas tras la elección como pre-
la república como instancia superior del poder La elección de Jamenei permitió garanti- sidente del hoyatoleslán Jatami.
político. Era más que suficiente para desatar la zar el inmovilismo institucional. Clérigo y de Bajo la rigidez de un discurso político
cólera de Jomeini, quien condenó a Montazeri familia de clérigos, se había distinguido por centrado en la exaltación y la defensa de la Re-
en una célebre carta de marzo de 1989 por in- sus actividades conspirativas en el periodo volución, la presidencia de Jamenei en la re-
tentar “la entrega de este país, de nuestra que- prerrevolucionario y por haber encabezado a pública islámica entre 1981 y 1989 estuvo
rida revolución islámica y del pueblo musul- partir de 1979 tanto la puesta en marcha del marcada por una intensa labor punitiva desde
mán de Irán a los liberales”, y a través de ellos Partido de la Revolución Islámica como la el Estado y por la implicación de éste en ac-
a los hipócritas, a los falsos creyentes. Con “el organización de su fuerza de choque, los ciones terroristas tanto en el plano interno
corazón roto y el pecho lleno de dolor de ago- Guardianes de la Revolución, que se mantie- como a escala internacional. Lo había anun-
nía”, Jomeini le avisaba contra todo intento de nen aun hoy como algo parecido a su escolta ciado muy pronto, en marzo de 1981: “No
mantener una vida política, adelantando la personal. La política incluyó siempre para Ja- somos liberales como Mossadeq y Allende, a
suerte que esperará a Montazeri, con años y menei una necesaria esfera de actuación vio- los que la CIA pudo expulsar con un soplido.
años de prisión domiciliaria. El imam no per- lenta y clandestina, tanto a la hora de prepa- Adoptaremos drásticas medidas para defender
dona, advertía para terminar. Posiblemente rar el cambio político-religioso como cuando nuestra recién nacida República Islámica”
había soportado hasta entonces a Montazeri el objetivo consistió en consolidar el nuevo ré- (Abrahamian, 1999, 137). El alcance de estas
para tener a la disidencia eclesial bajo con- gimen. Su actuación represiva conjuga siem- medidas desbordaba las fronteras de Irán: la
trol; al sentir la proximidad de la muerte, Jo- pre el nivel de la aplicación inexorable de la ley ejecución de opositores por comandos terro-
meini decidió poner al descubierto su juego, con el recurso indiscriminado a la violencia, ristas de patrocinio estatal se mantiene a lo lar-
eliminando de un lado el riesgo de una suce- en el límite de un terrorismo de vigilantes, sir- go de los años ochenta hasta que después de
sión reformadora, y por otro aprovechando el viéndose de los guardianes de la revolución varios intentos el ex primer ministro Shapur
impacto de la crisis para designar a un perso- (pasdarán) y de sicarios, reclutados entre ellos Bakhtiar es asesinado en París, en 1991. Es la
naje tan leal como mediocre en el plano teo- y los basidjis, tanto en los difíciles años ochen- intención mala o buena del ejecutor lo que
lógico, el hoyatoleslám Alí Jamenei, quien de ta contra opositores liberales y grupos arma- convierte o no un acto violento en terrorista,
otro modo difícilmente hubiese sido aceptado. según explica en 1987 el ayatolá Takashi en
La contradicción así introducida en el sis- dictamen recogido por la revista oficial al-
tema no era de las menores. La posición ex- Tawhid. El mismo razonamiento se aplica al
cepcional conferida al Guía de la Revolución Guía, cuya vinculación a la causa de Alá im-
se justificaba en el plano teórico por su pues- pide de antemano que su poder absoluto sea
to asimismo excepcional en la jerarquía reli- una dictadura. Por lo mismo, los crímenes
giosa, algo que en el shiísmo sólo puede ver- políticos y actos terroristas cometidos por
se justificado por el reconocimiento de sus miembros de instituciones de él dependientes
pares. Gracias a ello, la religión adquiría el tienen que quedar impunes, pues implícita-
derecho de prevalecer sobre la política. Ahora, mente ha de suponerse que responden a una
sin embargo, el ascenso de Jamenei tenía co- finalidad sagrada que el Guía sólo está en con-
mo base la prioridad de los intereses del Esta- diciones de apreciar.
do sobre las preferencias que pudieran deri- Al ser elegido Jatami, con el apoyo de
varse de la competencia teológica (Menashri, buena parte de la prensa y de los intelectuales,
2001, 17). La reforma constitucional de 1989 el método Jamenei tuvo que adoptarse a las
refrendó esa mutación al mencionar en el ar- nuevas circunstancias. Aprovechando su po-
tículo 107 la competencia en temas sociales y sición excepcional como Guía, impuso el ve-
políticos como requisito para la elección del to de los consejos a toda reforma favorable a la
Guía, al mismo tiempo que se evaporaba la autonomía del legislativo y a la libertad de
alusión al reconocimiento de sus méritos por prensa; y bajo la cobertura de su aparato de
la mayoría del pueblo. Desaparece la presen- poder desencadenó una oleada de asesinatos
cia de los más altos teólogos (los “ejemplos a de intelectuales y cierre de periódicos, espe-
imitar”, marja-e taqlid) en el procedimiento cialmente durante los meses que siguieron a la
sucesorio, para otorgar prioridad a la capaci- victoria electoral de los reformadores. Cual-
dad política. En una palabra, la consolida- quier duda acerca de la asimetría de los pode-
ción de la hierocracia en cuanto sistema de res en la relación entre Guía (Jamenei) y pre-
poder llevaba tanto a suprimir la ficción de un sidente (Jatami) quedó resuelta en julio de
enlace entre preeminencia religiosa y voluntad 1999 cuándo éste se vio forzado a aprobar la
popular como a pasar por alto el propio fun- represión ejercida sobre los estudiantes rebel-
damento doctrinal del establecimiento del vi- des tras una crisis desencadenada por el cierre
layat-e faqih. Si partimos de que el gobierno del diario Salam y la agresión sangrienta que
político depende de la instancia religiosa, ¿có- protagonizaron los grupos paramilitares al ser-
mo aceptar la concentración del poder abso- vicio del primero. Jamenei sólo interviene en
luto en manos de alguien a quien nadie reco- los momentos decisivos, y entonces lo hace sin
nocería capacidad para emitir un dictamen, vacilar. Así, en 2000, apenas instalado el Par-
una fatua? En el caso de Jamenei, fue la posi- lamento de mayoría reformadora que intenta

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LA REVOLUCIÓN DE LOS AYATOLÁS

volver atrás sobre la ley restrictiva de la im- permanente proceso de islamización; y como bio y expresión de malestar se materializase en
prenta que le legó la cámara precedente. Un la dinámica social opera en sentido contrario, un inesperado vuelco político.
simple mensaje suyo lo impide, dejando cla- la utopía desemboca en una represión a ul- Salvadas las distancias y los contenidos
ro quién manda en el país. tranza cada vez que la hierocracia se siente específicos, el proceso iraní de los noventa si-
Jamenei no es un creador de doctrina pe- amenazada. gue las pautas del español de los sesenta, in-
ro sus escritos y declaraciones permiten apre- No era ésta la situación al morir Jomeini. cluso en la confrontación entre la prensa co-
ciar con claridad la firmeza con que mantiene Entonces el único riesgo para el régimen pro- mo vehículo de libertad y un poder supremo
la imagen de fortaleza sitiada que acuñó el venía del hundimiento de la vida económica que responde a su esencia represiva. Provoca-
último Jomeini. En El sentido general del pen- a lo largo de los años ochenta, una vez logra- do por una variable económica externa, el re-
samiento islámico en el Corán, de 1984, bajo el da la paz con Irak. De ahí que en la siguiente greso de la modernización se da dentro de la
eufemismo de “comunidad integrada” que década, a la sombra de la recuperación eco- camisa de fuerza de un régimen arcaizante y
vence a los enemigos de Alá y de la nación ira- nómica, tuviera lugar un nuevo escenario de dictatorial, generando una dinámica de ten-
ní, justifica la subida al poder del clero para normalización institucional, con una reapari- sión creciente que los sectores continuistas
poner en marcha el orden islámico. Su fór- ción progresiva de la sociedad civil y un con- del mismo creerán posible controlar median-
mula de gobierno, el vilayat-e faqih, se sitúa en trol del terrorismo de los vigilantes. Tal es el te la supresión de todo atisbo de tolerancia. Es
la estela del imamato, dado que su bondad es fruto de los dos periodos de presidencia ejer- lo que representaba Nateq-Nuri, el candidato
indiscutible al ser la expresión y el instru- cidos entre 1989 y 1997 por el hoyatolestán oficial aplastado en las elecciones de 1997,
mento de los designios de Alá. Es, pues, un Rafsanjani, fiel a una revolución que ha co- con su propuesta de imponer a ultranza el
poder ilimitado en razón de sus fines y nece- protagonizado, dispuesto a defenderla con la uso del chador1.
sariamente benévolo por su naturaleza, propio misma energía que su colega Jamenei, pero al Un 69% de votantes, con una participa-
de un wali, administrador y guardián protec- mismo tiempo astuto y pragmático. A favor ción del 90%, llevó a Jatami a la presidencia
tor, y como tal ha de ser reconocido por el siempre de la variable exterior favorable (la en 1997 y, ya con participación en descenso,
pueblo, configurado como sociedad islámi- exportación de petróleo), el crecimiento eco- un 77% le confirmó en 2001. El éxito se vio
ca. Tal benevolencia no impide, sin embargo, nómico hizo posible bajo Rafsanjani una res- confirmado en las elecciones municipales de
que la tarea cotidiana del gobierno de Alá tauración de los equilibrios, imprescindible 1999 y en las parlamentarias de febrero de
consista en una lucha constante contra los para evitar los movimientos de protesta social 2000, con 200 jatamistas sobre 290 a pesar de
enemigos internos y exteriores, alentados por que a pesar de todo estallaran recurrentemente la criba y de las sangrías provocadas por la in-
las fuerzas satánicas que emanan de Estados (1992, 1994, 1995). Fue la peculiar moder- tromisión del Consejo de los Guardianes.
Unidos. El de Jamenei es un paraíso de obli- nización bajo el turbante, impulsada desde la Otra cosa bien diferente sucederá en el plano
gado cumplimiento, y esa faceta se acentúa recuperación del crecimiento, a pesar de la de las relaciones de poder. La movilización
cuándo a partir de 1997 tiene que vérselas rémora que suponían el altísimo grado de es- democrática sirvió para que salieran a la su-
con un movimiento social de masas en de- tatización de la economía y el lastre de las perficie las ansias de libertad con un amplísi-
manda de reformas, y no precisamente islá- fundaciones religiosas. A pesar de ello, bajo la mo respaldo que invalidaba las tesis de aque-
micas, legitimado por el voto mayoritario a fa- superficie ortodoxa, las clases medias urbanas llos intérpretes que veían en la teocracia de Jo-
vor de Jatami. Sus Puntos de vista culturales, de percibían la disfuncionalidad de la hierocracia, meini una aspiración casi unánime de la
2000, reflejan un combate imaginario contra el coste de un supuesto paraíso marcado por sociedad iraní. Los conflictos reales quedaron
“los enemigos” en todos los aspectos de la vi- los privilegios clericales y por un control ob- al descubierto; también la desigualdad en las
da social iraní. Siempre la nación, guiada por sesivo de las costumbres, particularmente gra- relaciones de poder entre las instituciones
los principios islámicos, se encamina hacia el voso para mujeres y jóvenes. Es entonces que giran en torno al Guía y las de corte de-
bien y los satanes de procedencia exterior tra- cuando aflora el tema de la discriminación mocrático. La hierocracia shií resultó desle-
tan de desviarla. El Gran Satán, Estados Uni- de la mujer, justo cuando se consuma el pro- gitimada pero sin consecuencias demasiado
dos, intenta promover una “invasión cultural” ceso de incorporación a la vida productiva graves, puesto que al mismo tiempo la pugna
difundiendo “la corrupción, la opresión, el que la coyuntura de guerra había lanzado. Y si interna entre sus partidarios –conservadores,
descreimiento y el libertinaje en las sociedades las reformas técnicas son compatibles con el pragmáticos, radicales– cedía paso a un fren-
islámicas”. La represión consiguiente es activa imperio del dogma, no sucede lo mismo con te defensivo dispuesto a utilizar, bajo la di-
en todos los niveles; por ejemplo, sólo es legal el pensamiento filosófico o social; de ahí el pa- rección de Jamenei, todos los recursos a su al-
la canción si su tema es el monoteísmo, mien- pel de vanguardia que tocará a los intelectua- cance para invalidar las propuestas de refor-
tras la música profana ha de ser prohibida. To- les, eclipsados desde 1980, y a unas universi- ma.
da forma de expresión es buena si contiene la dades en constante crecimiento. Además, la Con frecuencia, Jatami ha sido presenta-
promoción del islam; perversa si olvida ese década de reconstrucción prometida por Raf-
fin. “Libertad de prensa”, explica, “es diferen- sanjani no sirvió para mejorar la situación de
te de libertad de trabajar para el enemigo”. Sin las capas populares y su relativa tolerancia le 1 Simpatizante de “la revolución bajo el velo”, la

hiyab, la mujer carece de seguridad e impera enajenó a los conservadores, apoyo inicial de antropóloga F. Adelkhah viene insistiendo en la im-
portancia de los procesos de transformación internos de
“la desbocada mezcolanza de los sexos”. La su política, cuya referencia fue entonces y la sociedad iraní desde la revolución, pero es tan cues-
universidad debe ser islamizada, con la pers- siempre el Guía, y que se creyeron lo sufi- tionable su diagnóstico de conformismo como el de la
pectiva de una coincidencia de objetivos con cientemente fuertes como para bloquear su re- supuesta “racionalización del discurso islámico” –cuyo
ejemplo sería nada menos que Jamenei–, en virtud de lo
las escuelas de teología. De ahí la fusión de elección en 1997, llevando a uno de los suyos cual el triunfo electoral de Jatami no hubiera respondi-
universidades y centros religiosos, que ha te- a la presidencia. Una vez marginados los ra- do a expectativas de cambio democrático sino a la afir-
nido el resultado opuesto a su finalidad al so- dicales intransigentes, la fractura entre prag- mación de un concepto de hombre íntegro (javânmard)
meter los estudiantes de teología al influjo de máticos y conservadores, luego reconstruida al y bien preparado, en una sociedad altamente diversifi-
cada (Adelkhah, 121, 177). En sentido contrario, ver
la filosofía laica (Kian, 2002, 57). Jamenei se sobrevenir el aldabonazo de Jatami, hizo po- Azar Nafisi, ‘‘News with a View’’ (1999), página en la
atiene al diseño utópico de una sociedad en sible que la conjugación de impulsos de cam- red de Zan.

22 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 140


n
ANTONIO ELORZA

do como el Gorbachov iraní. La comparación la pérdida de legitimidad, que también afec- BIBLIOGRAFÍA CITADA
es pertinente, ya que en ambos casos el pro- tó a sus oponentes democráticos, con lo cual ABRAHAMIAN, Ervand: Khomeinism. Londres-Nueva
yecto político fue bifronte y contradictorio, al la única alternativa puede proceder de una York, 1993.
basarse en un conocimiento profundo de los movilización popular contra el régimen car- ––: Tortured Confessions. Un. of California Press, 1999.
ADELKAH, Fariba: Being Modern in Iran. Londres, 1998.
aspectos negativos del sistema, de cuya cons- gada de riesgos. Los sobresaltos de julio de ––: La révolution sous le voile. París, 1991.
tatación emerge el planteamiento sincero de 1999 y de junio de 2003 parecen mostrar AHMADI, Nader, y AHMADI, Feresteh: Iranian Islam.
la reforma. Ahora bien, con no menos since- una oposición política en ascenso que tal vez Nueva York, 1998.
ridad, tal reforma es planteada como una ra- pueda buscar apoyo en el clima de malestar ARJOMAND, Said Amir: The Shadow of God and the
cionalización a efectuar desde el interior de social. Sólo que llegados a este punto entra en Hidden Imam. Un. of Chicago Press, 1984.
aquél, partiendo de una exigencia de lealtad juego otra variable exterior, ahora con orien- ––: The Turban for the Crown. Oxford. Un. Press, 1988.
a la revolución fundadora. Jatami no es un tación restrictiva: la ocupación norteameri- ––: ‘Iran Islamic Revolution in Comparative Perspecti-
ve’, en Six Theories About the Islamic Revolution’s Victory.
clérigo liberal que llega desde fuera a cambiar cana del vecino Irak proporciona al régimen
Teherán, 2000.
el régimen sino un producto del mismo, fiel de los ayatolás el socorrido argumento de la
BANI-SADR, Abol Hassan: My Turn to Speax, Mc Lean,
a una interpretación abierta de su maestro defensa conjunta de los intereses nacionales y 1991.
Jomeini, del mismo modo que Gorbachov religiosos contra “el Gran Satán”. Así las co-
BRZEZINSKI, Zbigniew: Power and Principle, Memoirs…
veía en la perestroika un regreso al último Le- sas, y a pesar del eclipse inminente del movi- Londres, 1983.
nin. Nuestro propósito, afirma Jatami en el miento reformador, la supervivencia de las CHAFIQ, Chahla: La femme et le retour de l’Islam. L’ex-
primer aniversario de su victoria, “es estabili- elecciones representa la única baza para un fu- périence iranienne. París, 1991.
zar la República islámica en el marco de la turo cambio cuyo advenimiento, por lo de- CRONE, Patricia, y HINDS, Martin: God’s Caliph. Cam-
Constitución”. El partido de Jatami, el Fren- más, sólo puede provenir de la reproducción bridge Un. Press, 2003.
te por la Participación dirigido por su herma- de tensiones en el vértice, al modo de aque- DIGARD, J. P.; HOURCADE, B., y RICHARD, Y.: L’Iran au
no, insiste en que las reformas caben en la llas que abrieron la puerta a la gran ilusión XXe siècle. París, 1996.
Constitución de 1979-1989. La experiencia surgida en 1997. Existen demasiados intere- HEIKAL, Mohamed: Khomeiny et sa révolution. París,
prueba lo contrario. Si como el propio Jatami ses no sólo políticos y religiosos sino tam- 1983.
escribe en su libro Islam, libertad y desarrollo bién económicos como para que la “nueva HOOGLUND, Eric, ed.: 20 Years of Islamic Revolution.
(1998) los efectos negativos del dogmatismo clase”, el clero shií, abandone sin resistencia Syracuse Un. Press, 2002.
religioso sobre la sociedad iraní son más gra- su posición hegemónica y para que el sector IMAM, Alí: Nahj al-Balaaghah (Sermons, Letters and So-
ves que los de una eventual secularización, fal- nacionalista mantenga sus planteamientos yings), 2 vols. Qcm, 2002/1423.
ta el respeto a la libertad de pensamiento y el políticos en nombre de un acto de normali- KEDDIE, Nikki, R., y HOOGLUND, Eric, ed.: The Iranian
balance de las últimas décadas consiste en zación democrática hoy ya tardío. Revolution and the Islamic, Republic. Syracuse Un. Press,
1986.
una sucesión de intentos fallidos para experi- A pesar del régimen de los ayatolás, la so-
KHOMEINI, Imam: Pithy Aphorisms. Teherán, 1994.
mentar la libertad, nada es posible esperar ciedad iraní ha cambiado profundamente
de quienes tienen todo que perder en una desde los años ochenta, como hiciera la es- KIAN-THIÉBAUT, Azadeh: Les femmes iraniennes entre
Islam, État et famille. París, 2002.
transición democrática. Más aún si, a dife- pañola bajo Franco en 1960; pero conviene
KHOSROKAVAR, Farhad: Anthropologie de la révolution
rencia de Gorbachov, el presidente iraní ni si- advertir que ese proceso de modernización iranienne. París,1997.
quiera cuenta formalmente con los princi- bajo el velo no eliminó las consecuencias ne-
KHOSROKAVAR, F., y ROY, O.: Iran: Comment sortir
pales resortes del poder, en manos del Guía, gativas de la implantación de la sharía ni ha d’une révolution religieuse. París, 1999.
y es un simple gestor que además evita en los hecho posible una reforma siquiera mínima MARTIN, Vanessa: Creating an Islamic State. Khomeini
momentos de conflicto plantear el recurso a del régimen dominado por la hierocracia. El and the Making of a New Iran, Londres, 2003
su fuente de legitimidad: el respaldo del cuer- resultado no es el conformismo de que habla MENASHRI, David: Post-revolutionary Politics in Iran.
po electoral. Pasados seis años desde su vic- F. Adelkhah sino el desencanto ante la de- Londres, 2001.
toria, cada intento de cambio en las relacio- mocracia falseada, lo que supone el riesgo MOADDEL, Mansoor: Class, Politics and Ideology in the
nes de poder institucionales se vio saldado de muy verosímil de un regreso a la situación Iranian Revolution. Columbia Un. Press, 1993.
un plumazo con la derrota, bien por el veto conservadora previa a 1997, controlada bien AL-MUFID, Shayk: Kitab al-Irshad, The Book of Gui-
del Consejo de los Guardianes o del propio por pragmáticos al estilo de Rafsanjani, bien dance into the Lives of the Twelve Imans. Qom, s.a.
Guía, bien por la acción punitiva de sus apa- por zelotas que intentarán hacer pagar su fac- NAIPAUL, V. S.: Beyond Belief, Londres, 1998.
ratos de represión, en sus vertientes judicial y tura a los reformadores y a las mujeres. El RAHNEMA, Alí: An Islamic Utopia. A Political Biography
paramilitar. Nada tiene de extraño el desen- 69% de los votantes en 2000 descendió a un of Alí Shari’ati, Londres-Nueva York, 2000.
canto de las masas de seguidores. Tal y como 28% en las municipales de 2003, con la con- RICHARD, Yann: L’islam chi’ite, París, 1991.
ocurriera en el régimen soviético, el sistema siguiente derrota de los progresistas en Tehe- SACHEDINA, Abdulaziz: The Just Ruler in Shi’ite Islam.
iraní es irreformable desde el interior. rán, donde el porcentaje fue aún menor. En Oxford Un. Press, 1988.
La hierocracia vigilante ha salido airosa de las elecciones parlamentarias del 20 de febre- SHAYEGAN, Daryush: Cultural Schizophrenia. Islamic
la prueba a que se viera sometida a lo largo de ro, el colapso reformador puede consumarse, Societies Confronting the West. Londres, 1992.
la “primavera de Jatami”. Incluso reforzada al y existen sobradas razones para que ello ocu-
haber sobrevivido a sucesivas manifestaciones rra. Las elecciones volverán a ser un ritual
de la población en su contra, particularmen- suntuario de cara a lograr el consenso popu-
te en el terreno electoral. Al controlar Ejérci- lar. Ahora bien, ningún resultado electoral
to, policía, justicia, grupos paramilitares y me- está en condiciones de afectar por sí mismo a
dios de comunicación, y recibir el respaldo del la conformación del régimen. De ahí que el
Consejo de los Guardianes, el Guía bloqueó fin del espejismo Jatami suponga la consoli-
sin excesivas dificultades el intento de cambio dación de la hierocracia y el anuncio de una Antonio Elorza es catedrático de Ciencia Política en
desde la legalidad. El único precio pagado fue nueva era de conflictos. n la UCM.

Nº 140 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA


n
23
GUERRA CIVIL, FRANQUISMO
Y DEMOCRACIA
PALOMA AGUILAR FERNÁNDEZ

La articulación y ruptura Las herencias que suelen mencionarse padece nuestra sociedad4, al haberle sido im-
del “pacto de silencio”. pueden ser, bien institucionales (debidas a la puesto un “pacto de silencio” sobre la guerra
Transcurrido ya más de un cuarto de siglo ausencia de purgas en las administraciones ci- civil y la dictadura.
desde la muerte de Franco, varios autores se vil y militar, a la presencia de élites políticas Los títulos de algunos libros recientes son
han propuesto hacer balance del funciona- anteriormente vinculadas al régimen autorita- suficientemente elocuentes: El pasado oculto,
miento de la democracia en España. Entre los rio, o a la mera existencia de un jefe de Esta- La memoria incómoda, La memoria insumisa,
más críticos destacan quienes tildan al nuevo do designado por Franco); culturales (como El silencio roto (coincidente, sólo en el título,
régimen de incompleto o de baja calidad; el antipoliticismo o el antipartidismo, que se con la película sobre el maquis dirigida por
consideran que la transición ha sido injusta- asocian con valores inculcados por la dictadu- Montxo Armendáriz), La voz dormida, Disre-
mente mitificada y, conectando ambos fenó- ra, o como el predomino de una ciudadanía membering the Dictatorship, etcétera. Sin em-
menos, atribuyen las deficiencias que dicen poco participativa y la presencia de partidos bargo, la denuncia de la supuesta “amnesia”
constatar a lo que se hizo o más bien se dejó políticos apenas transparentes y rígidamente actual de los españoles en no pocas ocasiones
de hacer, en dicho periodo. centralizados), o sociales (enfatizándose la se confunde con la del indiscutible silencio al
Los detractores de la transición suelen pervivencia de desigualdades socioeconómicas que fueron sometidos los vencidos a lo largo
sostener que ciertos legados del pasado fran- y las deficiencias en la provisión de determi- de la dictadura. Mientras que la primera está
quista perviven en nuestros días por la mode- nados servicios públicos)2. sujeta a debate y ha cobrado gran fuerza en
ración de las demandas de la oposición duran- La mayoría de estos autores, además, nuestros días, la segunda es incuestionable y
te el cambio de régimen. Hay otros que, como considera que la transición nació de una ne- consta de una larga historia5.
Josep M. Colomer, aun comprendiendo las gociación entre élites de la que fueron delibe- En este artículo me propongo analizar las
razones de la mesura con que se actuó, pien- radamente apartados los ciudadanos, basán- presencias y ausencias de la guerra civil y del
san que “las virtudes de la transición se han dose en la presencia de pactos secretos que li- franquismo a lo largo de la democracia espa-
convertido en vicios de la democracia” (Colo- mitaron las posibilidades de debatir
mer, 1998:181). Según este argumento, las abiertamente sobre el pasado e impidieron la
instituciones que fueron pensadas para estabi- adopción de medidas que habrían hecho jus- pueblo español (...), ni ha desarrollado una profunda con-
ciencia antidictadura ni, por lo tanto, una sólida concien-
lizar el régimen en un momento de gran in- ticia a las víctimas de la dictadura. En este cia democrática que le inmunice frente a los errores del
certidumbre –durante el cual pocos dudan de sentido, hay una cuestión que siempre acapa- pasado”. Para muchos autores, tener presente el recuerdo
que desempeñaran adecuadamente dicha ta- ra la atención de los autores que más critican de lo acontecido es la única forma de evitar su repetición,
mientras que, para otros, recordar constantemente dificul-
rea– no tienen por qué ser las ideales en una a la democracia por las herencias de la transi- ta la construcción de un futuro democrático estable. Esta
época de normalidad democrática, donde no ción: la “amnesia” de los españoles3 o los pro- última es, como veremos, la posición del Partido Popular.
4 Con frecuencia se tacha a nuestra sociedad de “am-
hay por qué obsesionarse con la inestabilidad blemas de “memoria histórica” que dicen que
nésica”, e incluso se emplean metáforas biologicistas para
gubernamental ni con evitar el debate público
referirse a ella, como si de un cuerpo enfermo se tratara. En
sobre asuntos sensibles1. La democracia, bien este sentido, Vidal Beneyto afirmó en 1980 que “[p]ara
2 Éste es precisamente el sentido de las críticas de
entendida, tiene más que ver con la articula- evitar la ruptura democrática y sustituirla por la autorrefor-
ción pacífica del conflicto que con el consen- Navarro (2002), quien en su libro Bienestar insuficiente, ma del franquismo se les practicó a los españoles la abla-
democracia incompleta, trata de ligar, de forma poco con- ción de la memoria histórica, lo que produjo en ellos efec-
so, si bien éste es fundamental en las primeras vincente a mi juicio, el argumento sobre la conspiración tos análogos a los que la lesión de los lóbulos frontales, sede
fases para lograr un compromiso amplio en de silencio en torno al pasado que afirma que existe en de la capacidad rememorativa, produce en los primates:
torno a reglas y valores básicos. nuestro país con las deficiencias que dice observar en el pérdida de las barreras defensivas, invalidación de las pau-
funcionamiento del Estado de bienestar español. Éste es tas innatas de comportamiento, ruptura de la propia es-
uno de los autores que más ha incidido en la idea de una tructura de la personalidad, engendradoras, todas ellas, de
“democracia incompleta”, un “déficit democrático” o una incertidumbre, peligrosidad, confusión y desgana” (citado
“democracia vigilada”, y que ello ha de achacarse a la “des- por Reig Tapia, 1999: 332).
1 O’Donnell y Schmitter ([1986]1988: 106) señalan memoria histórica”, resultado, a su vez, de una “transición 5 Basta la célebre novela de Luis Martín Santos Tiem-
algo parecido, aunque sin referirse al caso español, cuando incompleta”, fruto de una desigual correlación de fuerzas po de Silencio, que, publicada en 1962, hasta 1981 no vería
afirman que “condiciones que en el corto plazo pueden entre izquierdas y derechas. la luz en su edición íntegra, una vez restituidas las páginas
conducir a una transición ordenada y continua hacia la de- 3 Para Sartorius y Alfaya (1999: 13) en las dos últi- suprimidas por la censura franquista. Esta obra, a su vez,
mocracia (...) más tarde pueden también impedir la conso- mas décadas se ha tratado de abolir el recuerdo de la dicta- inspiraría el título del libro de Michael Richards (1999),
lidación si sus reglas y garantías restrictivas generan mucho dura, “como si el conjunto de la sociedad española hubiese Un tiempo de silencio, que trata de la brutal represión cultu-
desencanto y llevan a un estancamiento en materia de pro- padecido un fenómeno de amnesia colectiva sobre su más ral ejercida por el primer franquismo.
cedimientos”. reciente pasado”. Y la consecuencia de todo ello es que “[e]l 6 Por razones de espacio, los ámbitos social y cultural

24 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 140 n


ñola en el ámbito político6. En primer nuestro país, manteniendo que sólo un
lugar, tras plantear una serie de reflexio- cambio estratégico por parte de las élites
nes generales en torno al sentido de los parlamentarias (ámbito político), junto
compromisos entre las principales fuer- con el fundamental relevo generacional
zas políticas que tienen lugar en los pro- (ámbito social), pueden explicar la cre-
cesos de cambio político, intentaré ex- ciente visibilidad pública del pasado
plicar cuál fue el alcance real del pacto franquista, sobre todo por lo que se re-
de silencio de la transición, las razones fiere a sus aspectos más represivos, que
en que se basó y sus muy distintas im- tiene su correlato en una serie de inves-
plicaciones, según se tratara de la con- tigaciones históricas, novelas, películas y
tienda o de la dictadura. Además, consi- exposiciones (ámbito cultural). Aunque
dero que el anterior acuerdo, que evita- los cambios experimentados en aspectos
ba la instrumentalización partidista del cruciales de la cultura política de los es-
pasado, fue ampliamente respaldado pañoles han abierto más posibilidades
por una ciudadanía que temía abrir un de debate y las nuevas generaciones se
debate sobre el mismo y, por tanto, no sienten más libres y seguras para inda-
fue sólo fruto de la imposición de unos gar, sin traumas ni culpas, en el pasado,
políticos empeñados en soslayarlo. Las la ruptura del pacto de no instrumenta-
razones por las que los españoles de la lización política de éste no parece ha-
transición no se mostraron proclives a berse debido tanto a presiones ejercidas
hurgar en el pasado, especialmente en desde la sociedad civil como a una deci-
sus partes más espinosas, son muy com- sión interesada de las élites parlamenta-
plejas. El trauma colectivo derivado del rias, provocada por un importante cam-
recuerdo de la guerra y del franquismo bio en la correlación de fuerzas políti-
se basa también en la conciencia de que cas.
tanto los crímenes de la contienda como las demostrar que es falso que nunca se haya
represalias de la dictadura no habrían adquiri- atendido a las víctimas del bando vencido y El “pacto de silencio” en el ámbito político
do las escalofriantes dimensiones que tuvie- del franquismo, si bien es evidente que toda El tantas veces mencionado “pacto de silen-
ron sin un importante grado de implicación disposición, tras tantos años de discrimina- cio” de la transición requiere una atención
social. Los españoles sabían que no podían ción y sufrimiento, resulta insuficiente y tar- pormenorizada. En primer lugar, no deja de
culpabilizar de todo a las élites políticas, ya día. Es cierto que no siempre ha habido vo- ser paradójico un pacto de silencio del que
que, por un lado, los peores episodios de la luntad política para aprobar medidas com- nunca ha dejado de hablarse ni de escribirse.
guerra habían tenido lugar en la retaguardia y, pensatorias satisfactorias dirigidas a los En segundo lugar, el alcance de este pacto de-
por otro, la complicidad de una parte impor- vencidos, y menos aún a los represaliados por be ser matizado con mucho cuidado, pues su
tante de la sociedad con la dictadura contri- la dictadura7, pero no debe decirse que no mención se ha acabado convirtiendo en un
buía a explicar su longevidad. han existido en absoluto, pues la voluntad de lugar común que arroja más sombras que lu-
En segundo lugar, analizaré las mencio- reparación, con todas sus limitaciones, está ces. En tercer lugar, es sorprendente que haya
nes parlamentarias de la contienda y la dicta- presente desde el principio de la democracia. tantas alusiones a una conspiración de silen-
dura. Además de examinar la evolución –apa- Finalmente, trataré de constatar cuándo y cio sobre el pasado cuando la guerra civil ha
riciones y desapariciones– de los componen- por qué se rompe el “pacto de silencio” en ocupado un lugar preferente en la literatura,
tes relacionados con dicho pasado, intentaré el cine y la producción histórica españolas.
La escasez de estudios sobre determina-
dos aspectos del pasado no tiene por qué de-
7 Como tendremos ocasión de demostrar más adelan-
6
berse a una suerte de “silencio impuesto” en
Por razones de espacio, los ámbitos social y cultural te, todo lo relacionado con la guerra, incluidas sus víctimas,
no se contemplan aquí, pero se mantienen en la versión ín- suscitaba mucho más consenso y menos polémica que lo todos los ámbitos de la vida española. Nada
tegra del texto. relativo a la dictadura. impidió que los testimonios personales sobre

Nº 140 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA


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25
GUERRA CIVIL, FRANQUISMO Y DEMOCRACIA

la guerra y el franquismo recopilados en fe- reglas del juego democrático (Aguilar, 1997). democracia son deudoras de la correlación
chas recientes fueran recogidos con anteriori- En definitiva, parece que existe un acuerdo de fuerzas y de las prioridades políticas en-
dad. Prueba de ello son el excelente libro de tácito entre las élites parlamentarias para no tonces existentes. Para algunos, el éxito final
Ronald Fraser, que data de 1979 y que, preci- instrumentalizar políticamente el pasado, es- del proceso o, lo que es lo mismo, la consoli-
samente, fue elaborado con fuentes orales8, y pecialmente durante la transición, y un pacto dación de la democracia en España, no de-
el impresionante documental de Cecilia y Jo- explícito, que se refleja en la citada ley y que bería impedirnos evaluar de forma crítica la
sé Bartolomé titulado Después de (1981). impide juzgar las posibles violaciones de dere- transición. Otros llegan incluso a afirmar
Además, como ya se ha mencionado, cuando chos cometidas por cualquier parte antes del que hasta que no se afronte el pasado bélico
se habla de amnesia, de desmemoria o de si- periodo de vigencia de la amnistía; pacto éste y autoritario, ubicando en la transición el
lencio impuesto en el contexto de la demo- con implicaciones mucho más profundas, germen del proceso dilatorio que denuncian,
cracia española, suelen confundirse al menos pues viene a ser una ley de punto final que, a la democracia será deficiente e incompleta.
dos cosas. En primer lugar, está la distinción diferencia de otras célebres, antecede a cual- Visto desde la perspectiva de hoy, resulta
clave entre diversos ámbitos como el político, quier proceso judicial. evidente que el recuerdo del pasado condi-
el social y el cultural, dado que en estos dos En los pactos habituales en las transicio- cionó, al menos parcialmente, la forma del
últimos no tendrían por qué respetarse los nes entre aquellas élites políticas del pasado cambio político en España, esto es, la manera
pactos que se hubieran alcanzado en el prime- que están de acuerdo en avanzar hacia un ré- en que se sustituyó la dictadura por la demo-
ro; prueba de ello es la locuacidad que ha sus- gimen de libertades y la oposición moderada, cracia. La presencia de la memoria de la gue-
citado dicho acuerdo y las denuncias vertidas se suelen establecer una serie de reglas y, so- rra durante la transición fue abrumadora, lo
sobre el mismo. Y, en segundo lugar, la dife- bre todo, de “garantías mutuas (...) tendentes cual es sumamente comprensible; por un la-
rencia fundamental que existe entre el recuer- a evitar algún desenlace desgraciado”. Me- do, se evocaba con un fin aleccionador, como
do de la guerra civil y el del franquismo, pues diante dichos pactos se aspira a reducir la aquello que nunca más debía repetirse; por
se trata de dos fenómenos que, por mucho conflictividad, ya que consisten en un “com- otro, el recuerdo de los vencidos, silenciado
que aparezcan ligados en nuestra mente y se- promiso negociado por el cual los actores durante tantos años, comenzaba a abrirse pa-
an cronológicamente consecutivos, generan concuerdan en renunciar (...) a su capacidad so tras la muerte de Franco. La dictadura, sin
muy distintos niveles de recuerdo, de trauma de perjudicarse mutuamente”. Lo normal es embargo, estaba demasiado próxima como
y de consenso. que se establezcan “ciertas cláusulas en las para que fuera posible reflexionar con sereni-
Lo que ha ocurrido en el ámbito político que se estipula que no se recurrirá a la violen- dad sobre ella; además, se anticipaba que no
tiene una doble vertiente. Por un lado, sí es cia”. Los acuerdos de esta naturaleza no tie- se alcanzaría un consenso equivalente a este
cierto que se acordó no instrumentalizar el nen por qué estar formalizados; en muchos respecto9. En cualquier caso, el carácter trau-
pasado fratricida con fines políticos, aunque casos no son más que arreglos informales mático de ambos recuerdos (el de la guerra y
las evocaciones latentes a la contienda, en sen- pactados en discretas conversaciones. Suelen el del franquismo), aconsejaba la máxima
tido aleccionador (esto es, como algo que de- surgir cuando “[n]ingún grupo social o polí- prudencia.
bía evitarse a toda costa), fueron muy abun- tico es lo suficientemente predominante co- La aversión al riesgo, sustentada en el
dantes y casi siempre estuvieron basadas en mo para imponer a los otros su ‘proyecto ide- miedo a un nuevo enfrentamiento fratricida,
un consenso fundamental, resumido en la fra- al’, y típicamente el resultado de esto es una se vio incrementada por las tensiones y la
se “todos tuvimos la culpa de las atrocidades ‘segunda alternativa’ con la que ninguno de violencia registradas en la transición. La cris-
que entonces se cometieron” (Aguilar, 1996). los actores se identifica por completo y que pación de los setenta hizo resurgir los temo-
Obsérvese que este consenso no se refiere ni a no es la que ninguno de ellos anhelaba, pero res a un golpe de Estado que desatara otra
quién fue el culpable de que se desatara la en torno a la cual todos concuerdan y parti- larga y cruenta guerra civil. Los más críticos
guerra ni a qué tipo de represión fue más san- cipan” (O’Donnell y Schmitter, [1986]1988: con el modelo de transición español suelen
guinaria, la de los franquistas o la de los repu- 63-5). desatender el alto grado de incertidumbre del
blicanos. El consenso que en torno al pasado Ya que los pactos suelen tener la enorme periodo, así como los peligros de amenaza
se alcanzó en la transición era de carácter muy utilidad de acabar con los recelos y suspica- golpista, proyectando desde un presente sin
general y estaba estrictamente circunscrito a cias existentes entre fuerzas políticas antes problemas de estabilidad política la invectiva
una lectura de la guerra civil en clave de tra- enfrentadas, así como la de establecer las re- hacia un pasado que se imagina carente de li-
gedia colectiva que nunca más debía repetirse glas del juego, deberían ser examinados con mitaciones.
y en la que ambas partes habían cometido cuidado y no condenados a la ligera. El he- Si la izquierda fue más allá de lo estric-
atrocidades injustificables, sin entrar en más cho de que se trate de acuerdos entre élites tamente necesario en su talante negociador
detalles. También es verdad que, a través de la tampoco significa necesariamente que no in-
Ley de Amnistía de 1977, se acordó pasar por corporen las opiniones del ciudadano medio.
alto las trayectorias políticas e ideológicas an- Para entender muchas de las decisiones cru- 9 Si comparamos el caso español con el argentino, el
teriores a la muerte de Franco, siempre y ciales que se adoptaron en la transición no contraste es llamativo. Frente a la ausencia de protesta so-
cuando se aceptaran sin ambages las nuevas podemos prescindir del sistema de valores cial ante a la Ley de Amnistía española de 1977 –que, ade-
más de liberar a los presos políticos de la dictadura, impe-
predominante entre los españoles. La mayo- día cualquier futura persecución de personas vinculadas a la
ría suscribía las políticas de moderación y misma–, en Argentina nos encontramos, tras la Junta Mili-
8 Este libro fue reeditado por Grijalbo-Mondadori en
cautela adoptadas por las élites políticas que tar, con una sociedad civil sumamente movilizada para exi-
1997 y por Crítica, la editorial original, en 2001. También gir responsabilidades por las violaciones de derechos huma-
mayor protagonismo tuvieron en el periodo. nos, con una primera campaña electoral que gira alrededor
habría que destacar la célebre obra de Torbado y Leguine-
che (1977) sobre los “topos”, reeditada al menos 12 veces Es innegable que los pactos imponen lí- de este asunto y, finalmente, con la enérgica protesta de la
por Argos Vergara, y también en 1978 por el Círculo de mites al debate público y que las formas que ciudadanía frente a las leyes de Punto Final y Obediencia
Lectores y en 1999 por El País-Aguilar. La reaparición de adoptan las transiciones dejan una serie de Debida que, pocos años después, acabarían aprobándose.
las obras de Fraser y de Torbado-Leguineche demuestra el Es obvio que el amplio consenso social que existía en Ar-
renovado interés que existe, a partir de finales de los noven- legados sobre el nuevo régimen. Las reglas gentina en la condena a la dictadura no tuvo equivalente en
ta, por el pasado bélico y franquista. de juego que rigen el funcionamiento de la el caso español.

26 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 140n


PALOMA AGUILAR FERNÁNDEZ

y si por causa de dicha actitud se enajenó el por la izquierda. Tan estigmatizados queda-
apoyo de ciertos grupos sociales, prematura- ron los pocos que demandaban justicia que,
mente desencantados con la democracia y/o “¿Cómo harán los que quieren promover la tran- al final, una vez estabilizada la democracia, la
con la izquierda10, son preguntas importan- sición para evitar un golpe sin quedar paralizados de te- izquierda se olvidó de recoger sus soslayadas
mor hasta el punto de desilusionar a sus partidarios y
tes sobre las que aún habría que debatir. de reducir su capacidad de dar nuevos pasos hacia de-
inquietudes, en parte también porque no
Con todo, la reflexión en torno a qué habría lante? En verdad, si llevan muy lejos esta reacción anti- existía una demanda social fuerte y visible
ocurrido si la izquierda hubiera adoptado cipada, los promotores del golpe habrían alcanzado sus que presionara en esa dirección15.
una actitud más belicosa respecto al pasado, objetivos sin actuar siquiera” (O’Donnell y Schmitter La debilidad de lo que algunos autores
además de pertenecer al reino de la especu- [1986]1988: 44). han denominado “social agency” para dar
lación, no debe pasar por alto los obstáculos cuenta de las iniciativas populares destinadas
presentes entonces para llevar a cabo una Es imposible encontrar un punto de a rememorar a las víctimas (Winter y Sivan,
política de depuración de responsabilidades equilibrio que satisfaga plenamente a los dis- 1999) ha sido, hasta hace poco tiempo, nota-
bajo la dictadura11. Y no sólo habría que tintos sectores sociales, pues con frecuencia ble en el caso español. Y si la sociedad no ha
considerar los límites verdaderamente exis- existen demandas irreconciliables. En España liderado el proceso rehabilitador, a diferencia
tentes (legitimidad residual del régimen y se optó por seguir la pauta marcada por la de lo ocurrido en otros países (recuérdese el
protagonismo de sus élites reformistas), sino gran mayoría de la población, que parecía papel desempeñado a este respecto por las
también los que los actores percibían como desear un cambio moderado e incluyente y, asociaciones de derechos humanos en Améri-
reales12, pues nadie fue capaz de anticipar, desde luego, no pedir cuentas por el pasado, ca Latina), ¿qué han hecho las autoridades
hasta muy avanzado el proceso, ni la debili- huyendo de cualquier posición que pudiera políticas? En el caso español, además de deci-
dad electoral que caracterizaría hasta nues- parecer rencorosa o revanchista. En este caso, dir no instrumentalizar el pasado en los de-
tros días a la extrema derecha, ni las divisio- el tiempo transcurrido desde la etapa más bates parlamentarios, comenzaron a aprobar
nes en el seno del Ejército13. La obsesión de violenta y represiva del régimen contribuye a una serie de medidas que, con el tiempo,
las élites políticas que protagonizan las tran- explicar, junto al deseo obsesivo de evitar equipararían –con deficiencias– a las víctimas
siciones por evitar los golpes de Estado les otra guerra civil, la falta de atención explícita de ambos bandos en cuanto a derechos eco-
plantea un difícil dilema: prestada al pasado, en abierto contraste con nómicos, siendo, sin embargo, la rehabilita-
el énfasis en un futuro esperanzador de de- ción simbólica de los represaliados de la dic-
mocracia e integración europea. En otros ca- tadura mucho más tardía, incompleta e insa-
10 Aunque su respaldo electoral era insignificante tras sos, sin embargo, “[e]l consenso entre los di- tisfactoria.
la muerte de Franco, los partidos que aludían en sus siglas a rigentes para enterrar el pasado puede resul- Las ya mencionadas limitaciones de la
la República o al republicanismo no fueron legalizados para tar éticamente inaceptable a la mayoría de la transición para llevar a cabo estas medidas no
las primeras elecciones democráticas. Así ocurrió, por ejem-
plo, con Acción Republicana Democrática Española (AR- población”, porque “[a]lgunas atrocidades estuvieron siempre vigentes. Por tanto, otros
DE) y con Esquerra Republicana de Cataluña (ERC), no son demasiado inenarrables y permanecen motivos han de explicar lo que dejó de hacer-
autorizadas hasta después de los primeros comicios. Según demasiado frescas en la memoria del pueblo se una vez estabilizada la democracia, alejada
José Varela Ortega, durante la transición “buena parte de
las decisiones institucionales (...) reflejan una comprensible
como para permitir que se las ignore” la amenaza militar y con mayorías absolutas
pero obsesiva preocupación de los constituyentes de 1978 (O’Donnell y Schmitter, [1986]1988: 53)14. de izquierdas en el Parlamento para compen-
por evitar los problemas de la España liberal y democrática Varios autores se han planteado cómo sar a los vencidos en la guerra y, sobre todo
anterior a la guerra civil, que atribuyeron erróneamente a
un exceso de parlamentarismo y pluripartidismo, subesti-
hacer justicia con el pasado sin echar a perder –pues algunas medidas respecto a éstos co-
mando así el impacto de las arbitrarias manipulaciones de el presente, resucitando el célebre dilema we- menzaron a adoptarse desde muy temprano–
gobiernos débiles y divididos. De ahí que, paradójicamen- beriano entre la ética de los principios y la a las víctimas del franquismo. No se trataba
te, el contramodelo político de los padres fundadores de la ética de las convicciones. Este interrogante tanto de enjuiciar directamente a la dictadura,
democracia no fuese el régimen franquista, sino más bien la
Restauración de 1875 y la II República” (citado por Po- fundamental también se lo planteó la iz- para lo que seguramente no se habría encon-
well, 2001: 634). quierda en España. Con todo, el énfasis en la trado respaldo social suficiente, sino de rendir
11 Felipe González recientemente reconocía que en la
justicia retrospectiva nunca fue muy fuerte tributo a los que más habían padecido su re-
transición, por el recuerdo traumático de la guerra civil, no
hubo revolución, sino “un cambio pactado”, un “compro-
en nuestro país y ello en parte a causa de que presión. Las “reglas mordaza” de las que habla
miso, que fue muy positivo, pero que excluyó, por ejem- las presiones internacionales en ese sentido Stephen Holmes ([1988] 1993), que se adop-
plo, la explicación (no digo ya la exigencia de responsabili- no eran tan acusadas como ahora, pero tam- taron en la transición para impedir utilizar el
dades) sobre lo que había pasado durante el franquismo, a
través de comisiones de la verdad, como se ha hecho en
bién porque toda tentación de revisar el pasa- pasado como arma arrojadiza, nada dicen
otros países. No había fuerza suficiente para pedir no ya do había sido extirpada de raíz en las filas de acerca de la imposibilidad de homenajear de-
justicia, ni siquiera explicaciones sobre el pasado” (Gonzá- la oposición democrática desde tiempo atrás
lez y Cebrián, [2001] 2002: 45–6). (Aguilar, 2002). Cualquier proposición en
12 González, inquirido sobre si la dictadura estaba

acabada a la muerte de Franco, afirma, tras recordar que esa línea era inmediatamente tildada de “re- 15 Ya nadie recuerda que en 1978, por iniciativa de la
Franco murió en la cama, que “Si el poder estaba destrui- vanchista” por la derecha y de “inoportuna” Convención Republicana de los Pueblos de España, se for-
do, no lo percibíamos desde la oposición, por mucho que mó el Tribunal Cívico Internacional con la finalidad de
se especulara sobre su debilidad desde hacía un montón de juzgar los crímenes del franquismo. La mencionada agru-
años. No se percibía aunque fuera verdad” (González y Ce- pación procedía del entorno del PCE (M-L) y del FRAP.
brián, [2001] 2002: 47). 14 Sólo muy recientemente se ha empezado a hablar
Sin embargo, aunque el fusilamiento de tres militantes de
13 Reig Tapia (1999: 337) afirma que “todos sobre- en España de “desaparecidos”. La Asociación para la Recu- éste en septiembre de 1975 no es ajeno a esta iniciativa
valoraron la capacidad de resistencia del búnker conside- peración de la Memoria Histórica (ARMH), para la que –absolutamente insólita en la época– también hay que des-
rándolo mayoritario y con mayor capacidad de resistencia existen más de 30.000 cuerpos no identificados en fosas co- tacar que otras personas aisladas y ajenas a dichos grupos la
de la mostrada (...). Como los hechos se encargaron de po- munes de toda España y unos 2.000 casos documentados apoyaron pensando en constituir un órgano parecido al
ner de manifiesto, el bloque franquista no era tan coheren- de desaparecidos, fue pionera en llamar la atención sobre Tribunal Russell, anticipándose a una serie de iniciativas
te como se pensaba”. Siendo esto cierto, no puede obviarse este asunto. Gracias a los datos aportados por esta organiza- contrarias a la impunidad que no se generalizarían hasta un
que los actores políticos y sociales adoptan sus decisiones ción, la ONU ha aceptado que España figure entre los paí- par de décadas después. Los integrantes de la Junta Promo-
en función de lo que perciben como amenazas y posibilida- ses con casos de desapariciones forzadas pendientes (véase tora del mencionado tribunal fueron detenidos el 28 de
des reales en cada momento. Silva y Macías, 2003). noviembre de 1978 y liberados pocos días después.

Nº 140 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA


n
27
GUERRA CIVIL, FRANQUISMO Y DEMOCRACIA

bidamente a las víctimas de un periodo auto-


ritario. Aunque no es cierto que no se haya INICIATIVAS PARLAMENTARIAS
60
hecho nada para tratar de compensarlas, sí lo
es que quedan importantes lagunas por cu-
brir, que el retraso en la adopción de ciertas 50
medidas ha contribuido a agravar las injusti-
cias y que paradójicamente algunas de las
iniciativas más espectaculares sólo se han 40

adoptado una vez que el Partido Popular ha


llegado al poder, aunque con grandes reti- Guerra civil
Franquismo
cencias por su parte. Podría pensarse que un
exceso de prudencia, debido a la proximidad
30

* *
s
República
Exilio
Guerrilleros

del fallido golpe de Estado, explica que el


20
primer Gobierno socialista no promoviera
determinadas “políticas de la memoria”. Sin *
embargo, el silencio de los sucesivos gobier-
10 * *
nos socialistas resulta mucho más difícil de
entender. * *
Felipe González ha declarado reciente- 0
*
s
s
s
s
s
s

*
mente que de lo único que se arrepiente en Constituyente I Legisladura II Legisladura
(1977-1979) UCD (1979-1982) UCD (1982-1986)
III Legisladura
(1986-1989)
IV Legisladura
(1989-1993)
V Legisladura
(1993-1996)
VI Legisladura VII Legisladura
(1996-2000) PP (2000) PP
sus años de gobierno es de no haber rendido PSOE PSOE PSOE PSOE

el homenaje debido a los exiliados y a las


víctimas del franquismo: “[m]e siento (...) sólo en el ámbito político –donde su presen- franquista y el homenaje a sus víctimas (in-
responsable de no haber suscitado un debate cia se dispara–, sino incluso también en el cluida la obligación de las administraciones
sobre nuestro pasado histórico, el franquis- social. En este último se asiste a la creación, públicas de facilitar el acceso a las fosas co-
mo y la guerra civil, en el momento en que a finales de 2000, de la Asociación para la munes y de ayudar en la identificación de
probablemente era más oportuno”. Ni si- Recuperación de la Memoria Histórica los restos), se acordó también, por un lado,
quiera lo hubo durante el 50º aniversario del (ARMH)16, uno de cuyos objetivos funda- “mantener el espíritu de concordia y de re-
comienzo y del final de la guerra civil (1986 mentales es la identificación de los restos de conciliación que presidió la elaboración de
y 1989); González dice: “[n]o hubo, no ya las múltiples fosas comunes en las que fue- la Constitución de 1978 y que facilitó el
exaltación, ni siquiera reconocimiento, de ron enterradas las víctimas de la represión tránsito pacífico de la dictadura a la demo-
las víctimas del franquismo, y por eso hoy franquista, sobre todo durante la guerra cracia” y, por otro, evitar que lo aprobado
me siento responsable de parte de la pérdida civil. Dicha asociación defiende la creación “sirva para reavivar viejas heridas o remover
de nuestra memoria histórica, que permite de una Comisión de la Verdad para devol- el rescoldo de la confrontación civil”17.
ahora que la derecha se niegue a reconocer el ver la dignidad a las víctimas del franquis- Las iniciativas de la ARMH han tenido
horror que supuso la dictadura, y lo haga sin mo, así como la apertura de los archivos mi- gran resonancia e incluso varios partidos po-
ninguna consecuencia desde el punto de vis- litares, imprescindible para reconstruir con líticos se han hecho eco de muchas de ellas.
ta electoral o social” (González y Cebrián, detalle la historia de la represión. El hecho El hecho de que algunas hayan salido adelan-
[2001] 2002: 37-8). de que el principal impulsor de la ARMH te se debe, en parte, a un clima general mu-
Tras decir en al menos cuatro ocasiones sea una persona nacida en la década de los cho más proclive a combatir la impunidad
que lamenta la ausencia de dicho debate, sesenta demuestra que, como ya se ha indi- que disfrutaban las dictaduras salientes en los
afirma no haberlo promovido por sentido de cado, las partes más espinosas del pasado só- años setenta. La legislación penal internacio-
la responsabilidad. La única prueba que pre- lo han podido ser abordadas con el adveni- nal se ha desarrollado mucho en las dos últi-
senta a este respecto es de la época en que miento de una nueva generación libre de mas décadas y abundan los que consideran
Suárez aún era presidente de Gobierno. Por miedos y de sentimientos de culpa. La cons- que las violaciones más graves de los dere-
toda explicación González cuenta que Gutié- tatación de que la anterior no está tan chos humanos deben ser cuando menos in-
rrez Mellado le auguró que un día él llegaría emancipada del trauma del pasado se perci- vestigadas, y algunos defienden que condena-
a la presidencia y que entonces le pidió que, be en el hecho de que al aprobarse, el 20 de das judicialmente. Pero el impacto de dichas
cuando esto sucediera, no removiera el pasa- noviembre de 2002, la condena al pasado medidas no se debe tan sólo al cambio de cli-
do y dejara correr el tiempo hasta que la ge- ma internacional, sino también a una serie
neración que había protagonizado la guerra de cambios producidos en nuestro país. Uno
civil hubiera muerto, porque, según el gene- 16 La creación de esta asociación y el éxito de sus pro- de ellos es la mencionada mayoría absoluta
ral, “debajo del rescoldo sigue habiendo fue- puestas han supuesto un verdadero punto de inflexión en el del partido cuyos orígenes están más vincula-
hasta entonces exiguo papel desempeñado por la sociedad
go” (González y Cebrián, [2001] 2002: 37). civil para liderar propuestas destinadas a “rescatar” la me-
dos al régimen anterior. El otro es que, como
moria de represaliados y vencidos. Es verdad que, con ante- ya se ha mencionado, junto con la estabiliza-
La irrupción del pasado en el Parlamento rioridad, distintas agrupaciones relacionadas con el bando ción de la democracia se ha producido un re-
Como resultado de las elecciones del 12 de republicano y los represaliados del franquismo (mutilados, levo generacional importante, y que hay
ex militares, huérfanos, viudas y ex guerrilleros) habían
marzo de 2000 el PP obtuvo la mayoría ab- conseguido hacer llegar algunas de sus reivindicaciones al multitud de jóvenes que no conocen bien la
soluta en el Congreso de los Diputados. A ámbito político, pero el impulso proporcionado por la
partir de entonces, en la VII legislatura, asis- ARMH ha hecho que las asociaciones proliferen, que lo-
gren trasladar sus propuestas a los gobiernos y que diversos
timos a una verdadera avalancha de memo- sectores de la sociedad se presten a colaborar en la localiza- 17 BOCG. Congreso de los Diputados núm.
ria. La emergencia del pasado no se produce ción de restos. D-448 de 29-11-2002, pág. 14.

28 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 140 n


PALOMA AGUILAR FERNÁNDEZ

historia del franquismo pero sienten gran cu- una u otra forma, con el reconocimiento de ción del pasado sellado por los protagonistas
riosidad por ella, conscientes del cambio tan las víctimas de la guerra civil y del franquismo de la transición. Desde el Parlamento se han
espectacular que ha experimentado el país en (por su sacrificada contribución al régimen de planteado diversas iniciativas acerca de la
tan poco tiempo18. libertades actual), la necesidad de reparar su condena del alzamiento militar del 18 de ju-
De todas las iniciativas parlamentarias sufrimiento (y el de sus familiares) tanto sim- lio, la rehabilitación económica y moral de
que, desde 1977 hasta 2002, contienen las bólica (exhumación de fosas comunes y ente- los familiares de los fusilados por el franquis-
palabras “franquismo”, “franquista” o “Fran- rramiento digno de los restos) como econó- mo, el homenaje a los exiliados y el reconoci-
cisco Franco”, el 57% ha tenido lugar a lo micamente (protección a los exiliados y a los miento moral de los guerrilleros del maquis,
largo de la última legislatura. Como puede niños de la guerra), y con el homenaje a los que se suman a medidas anteriores, mucho
observarse en el gráfico, estas iniciativas no fusilados durante la dictadura. Finalmente, menos discutidas, que concedían pensiones a
llegan a 10 por legislatura, hasta la penúltima había un asunto algo más espinoso, que con- los mutilados, a los militares, a las viudas y
del PSOE (que es cuando, según mi inter- sistía en la condena unánime, como pedían huérfanos del bando vencido, así como ayu-
pretación, se rompe el pacto de no instru- los proponentes, de la dictadura. das económicas a los presos políticos de la
mentalización del pasado franquista), y se Este debate puede interpretarse como un dictadura. Asimismo, en varios medios de
disparan en la VII, en la que el PP gobierna intento de refundación del consenso de la comunicación se han adoptado recientemen-
con mayoría absoluta, habiendo, hasta el transición en torno a reglas básicas del juego te iniciativas para homenajear a los exiliados
momento de redactarse este texto, 5419. político. De hecho, tuvo lugar en el seno de o a las víctimas de la dictadura. Finalmente,
Las menciones a la guerra civil, sin em- la Comisión Constitucional, y recuerda y como ya se ha señalado, algunas organizacio-
bargo, siempre estuvieron presentes en las elogia explícitamente el talante conciliador nes sociales están llevando a cabo iniciativas
iniciativas parlamentarias, siendo sólo supe- de los constituyentes. En aquel entonces, da- para la apertura de fosas comunes que datan,
radas por las relacionadas con el franquismo, da la correlación de fuerzas y el deseo de la sobre todo, de la guerra civil.
en la última legislatura del PSOE y la recien- ciudadanía de huir precipitadamente del to- Además de las posibilidades insospecha-
te del PP. Las legislaturas clave respecto a la davía tibio cadáver de la dictadura, se entien- das que ha abierto el desarrollo del derecho
rememoración del pasado en su conjunto de que el consenso en torno al pasado sólo penal internacional, hay otros factores que
–incluyéndose todas las categorías relativas al afectara al reparto de culpas por las barbari- contribuyen a explicar por qué en el caso es-
pasado son, claramente, la IV (1989-1993) y dades cometidas en la guerra civil por ambos pañol el pasado ha adquirido tal protagonis-
la VII (2000). Ahora bien, como puede apre- bandos. Esto es lo único que suscitaba un mo en tiempos recientes. Según mi opinión,
ciarse en el gráfico, no es cierto que el pasado acuerdo bastante unánime respecto al pasa- el cambio observado ha sido el resultado
haya estado ausente del Parlamento durante do, siendo el consenso mucho más amplio y combinado de un giro estratégico por parte
la democracia. Después de la legislatura sustantivo en torno al futuro: establecimien- de las élites políticas y de las iniciativas de
constituyente en la que efectivamente apenas to de un régimen democrático e integración una sociedad rejuvenecida y curiosa, con am-
hubo iniciativas al respecto, durante el se- en Europa. plios deseos de saber lo que ocurrió y no tan
gundo gobierno de UCD (I legislatura), épo- Ciertamente, el nuevo régimen no de- temerosa como sus mayores a la hora de rei-
ca en la que se rompe el consenso constitu- pendía, para su funcionamiento efectivo, de vindicar la apertura de archivos o la identifi-
cional, se produce una primera avalancha de la condena explícita del anterior, pero no hay cación de fosas comunes20.
iniciativas, pues había que prestar atención a que desdeñar la importancia de las políticas Aunque el pacto político en torno a la no
situaciones de gran injusticia, pospuestas por simbólicas; y el reciente acto de reprobación instrumentalización del franquismo se dio de
la necesidad de elaborar un texto constitucio- de la dictadura ha permitido, en cierta for- igual forma que el relativo a la guerra civil,
nal de consenso y que debían ser urgente- ma, rematar un consenso fundacional que conviene subrayar que mientras que el prime-
mente tratadas, dada la edad de los principa- había quedado incompleto debido a la proxi- ro estaba basado en un equilibrio fundamen-
les colectivos afectados. Lo que resulta suma- midad de la dictadura y a la falta de acuerdo tal entre las partes contratantes (dado que
mente sorprendente es la poca atención que respecto a su valoración. Hoy día, aunque si- ambos bandos habían sido culpables de bar-
reciben estos asuntos en las dos primeras le- ga siendo delicado abordar el estudio del baridades durante la guerra), en el segundo
gislaturas del PSOE, e incluso en la última comportamiento de los españoles en las últi- nunca se obtuvo una armonía equivalente,
de este partido. mas décadas del franquismo, y aunque buena pues mientras que todos estaban interesados
Entre las menciones al pasado que tienen parte de la población siga teniendo una valo- en no hurgar en la contienda, si se trataba de
lugar a partir del año 2000 ha habido una ración ambivalente de la dictadura, ya casi la dictadura era evidente que la separación en-
que ha acaparado más atención que las de- nadie niega su carácter represivo, pues su ex- tre víctimas y victimarios era mucho más níti-
más. En el debate registrado en la Comisión traordinaria brutalidad a lo largo de su pri- da. En realidad, al final el equilibrio del pacto
Constitucional del 20 de noviembre de 2002 mera década (incluso si la comparamos con de silencio en torno a la guerra se ha mante-
se trataron siete proposiciones no de ley rela- otros regímenes autoritarios, como el italiano nido porque ambas partes perdían si se rom-
cionadas entre sí, suscritas por distintos gru- y el alemán en época de paz) está fuera de to- pía. Sin embargo, el hecho de que los benefi-
pos parlamentarios. Todas tenían que ver, de da duda, y cada vez disponemos de una evi- cios de mantener el mismo acuerdo en torno
dencia empírica mayor sobre sus dimensio- a la dictadura estuvieran repartidos de forma
nes, por mucho que algunos autores recien- tan desigual, pues unos ganaban (los que ha-
18 En este contexto se ha de aludir al éxito abruma-
tes, de clara vocación polémica, se empeñen bían colaborado activamente con la dictadu-
dor de Cuéntame cómo pasó, que comenzó a emitirse en en minimizarlo. ra), mientras que otros perdían (los que se ha-
septiembre de 2001. Dicha serie ha sido líder de audiencia
durante mucho tiempo, llegando a superar los cinco millo- bían opuesto a ella, limitando sus posibilida-
nes y medio de espectadores. Además, ha sido galardonada Las razones de la ruptura
con varios premios. del pacto político
19 La última búsqueda la realicé en febrero de 2003,

cuando aún quedaba algo más de un año para que siguie- En los últimos años hemos asistido a la rup- 20 Santos Juliá (2003) también ha insistido en la im-

ran acumulándose. tura del pacto político de no instrumentaliza- portancia del relevo generacional.

Nº 140 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA


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29
GUERRA CIVIL, FRANQUISMO Y DEMOCRACIA

des de extraer réditos políticos de ello), expli- sión, no sólo Alfonso Guerra llega a decir cesidad de un acuerdo básico en cuatro o
ca su ruptura posterior. que el PP encarna “la peor derecha de Euro- cinco temas fundamentales” (González y Ce-
Se ha dicho repetidamente que el punto pa”, sino que la pervivencia de la democracia brián, [2001] 2002: 44). Los socialistas con-
de inflexión en la resurrección del pasado en peligra si este partido llega al poder22. sideran que el cambio introducido por el PP
España, el momento en el que se pone fin al El acuerdo de no instrumentalización en esa relación les autoriza moralmente a
“pacto de silencio”, es 1996, con motivo del política del pasado fue roto por el PSOE am- romper el otro pacto, el de no instrumentali-
60º aniversario del inicio de la contienda es- parándose en que el PP, a su vez, había que- zación del pasado franquista, con el fin de
pañola. Otros lo ubican en 1995, al cumplir- brado, con su forma de hacer oposición, el extraer réditos electorales en un momento de
se 20 años desde la muerte del dictador y pu- pacto fundacional de la democracia. Según gran debilidad para el PSOE. También re-
blicarse una serie de libros sobre él21. Yo, sin unas declaraciones que Marí-Klose (1998: cuerdan que al PP, mientras fue AP, no le en-
embargo, sostengo que el acuerdo para no re- 17) recoge en su investigación, Rosa Conde tusiasmaba la Constitución ni la forma en
mover el pasado se rompe anteriormente: en sostuvo que “el PP rompe las reglas del juego que se hizo la transición y que, sin embargo,
vísperas de los comicios electorales de 1993, democrático”. Algo muy parecido dirá poste- después ha pretendido apropiarse del legado
cuando, por primera vez, tras tres legislaturas riormente Felipe González quien, en su con- de lo hecho entonces. El PP, a su vez, acusará
con mayoría absoluta, el PSOE teme perder versación con Juan Luis Cebrián, entiende al PSOE de haber roto el pacto de no instru-
el poder. Ante esta posibilidad, decidió aca- que fue el PP quien rompió un acuerdo bási- mentalización del pasado, pues son muchos
bar con el citado acuerdo político y hacer co de gobernabilidad y estabilidad política los socialistas que, incluso hoy en día, sostie-
una campaña contra el Partido Popular en la con su manera agresiva e irresponsable de nen que ese partido tiene comportamientos
que la instrumentalización de su pasado fran- ejercer la labor opositora. Para González, el propios del régimen anterior24.
quista desempeñó un importante papel. Di- consenso de la transición supuso la supera- En 1996, los nuevos comicios darían la
cha campaña, en la que también se enfatiza- ción de “la política del rencor” y “la reconci- victoria al PP y, si bien es cierto que el PSOE
ron los logros de los gobiernos socialistas an- liación entre los vencedores y los vencidos en volvería a intentar emplear la misma manio-
teriores, tendría un éxito inesperado que, la guerra civil”. Este “espíritu de consenso”, bra que tres años atrás, ya no pudo capitali-
según mi interpretación fue, al menos par- según él, se mantuvo “hasta el comienzo de zar, por diversos motivos, los votos de última
cialmente debido a la movilización del miedo los años noventa, cuando Alianza Popular se hora que había logrado en la campaña ante-
al “retorno” de la derecha. convierte en PP y sus nuevos dirigentes reins- rior. La repetición del mismo mensaje resultó
En un interesante trabajo no publicado tauran la política del rencor. Iniciaron una esta vez mucho menos creíble, puesto que el
sobre la campaña electoral de 1993 se dice oposición crispada, una política de ruptura PP había desplegado con cierto éxito una
que dichas elecciones marcan un punto de de los acuerdos básicos” (González y Ce- imagen de moderación ideológica, presen-
inflexión en la vida política española pues, brián, [2001] 2002: 24; 28)23. Para él, la tándose como heredero de la tradición cen-
“por vez primera (...), nadie puede anticipar ruptura del consenso perpetrada por el PP es trista de la UCD. El vídeo de campaña del
el desenlace”. En el PSOE primó la estrategia la que explica que Aznar hable de la necesi- PSOE en 1996, con las criticadas imágenes
destinada a estigmatizar al PP como partido dad de una “segunda transición”. de los dóberman, tuvo más bien un efecto
derechista, de “pasado inconfesable” y cuyo Es interesante este entendimiento distin- boomerang25. En una clara alusión a esta
“verdadero proyecto” permanecía oculto. Los to del pacto fundacional de la democracia, campaña negativa, un diputado del PP soste-
socialistas trataron, y en parte consiguieron, cuya reivindicación, por otra parte, tan bue- nía que “[l]os ciudadanos han condenado
movilizar de esta forma al antiguo votante nos frutos electorales daba. Por un lado, la iz- electoralmente a quienes han pretendido uti-
del PSOE, indeciso ahora a causa de los es- quierda considera que el PP ha sido el prime- lizar las descalificaciones originadas o relacio-
cándalos surgidos y de la elevada tasa de de- ro en romper las reglas del juego al acabar nadas con nuestro pasado más triste”26.
sempleo. “La gran novedad de la campaña con la moderación y el espíritu de consenso Tras el ascenso al poder del PP en 1996
estribó en la agresividad desplegada por el que tanto abundaron en la transición. Según y, muy especialmente, tras la mayoría abso-
PSOE contra su principal contrincante, sin González: “El consenso constitucional se ba- luta que dicha formación obtuvo en
parangón en la historia de la democracia es- só, tras los pactos de la Moncloa, en un estilo 200027, el resto de las fuerzas políticas, que
pañola”. De hecho, con anterioridad, “se res- de relación entre Gobierno y oposición de
petó un acuerdo tácito por el cual la izquier- respeto y reconocimiento mutuo, y en la ne-
24 González afirma que “[l]as mejores esencias del
da no debía cargar demasiado las tintas en re-
franquismo se están reproduciendo”, mientras que Cebrián
lación al pasado (...). Nada parecido sucede sostiene que “la derecha actual sigue siendo heredera del
en 1993, con el régimen democrático ya 22 Pau Marí-Klose (1998): “Elecciones críticas, vo- franquismo” o que “los del PP están felices porque son la
consolidado, cuando el PSOE, por primera tantes críticos, campañas críticas. Consecuencias electorales derecha de siempre, la que colaboró con la dictadura deci-
vez desde 1982, se ve obligado a remontar de la campaña del PSOE en 1993”. En la prensa se recogió didamente porque la engendró, pero encima, legitimada
la indignación de Julio Anguita con esta estrategia del democráticamente”. Para acabar con lo siguiente: “De al-
unas encuestas desfavorables”. En esta oca- PSOE. En 1994, el líder de IU afirmó que González debe- gún modo es como si Franco se hubiera presentado a las
ría dimitir por utilizar el miedo al franquismo e incluso til- elecciones y las hubiera ganado” (González y Cebrián,
dó de “miserables” a los que lo empleaban con fines electo- [2001] 2002: 49; 39; 53).
rales. Ese mismo año Alfonso Guerra pediría la retirada de 25 La parte del vídeo en que se contemplaba lo que
21 Este apogeo editorial no supone que antes no se la candidatura de Mercedes de la Merced por “fascista”. ocurriría en caso de que triunfase el PP estaba filmada en
hubieran hecho indagaciones de calidad sobre el dictador. 23 Según González: “A la muerte de Franco, había un blanco y negro, con música estridente y en las imágenes in-
Por ejemplo, la biografía de Juan Pablo Fusi, una de las razonable temor al enfrentamiento histórico que habíamos cluso se planteaba una cierta identificación entre Aznar y
pioneras y de gran éxito editorial, se publicó el mismo año vivido durante los siglos XIX y XX, y eso aconsejaba un es- Franco. También aparecían paisajes apocalípticos y unos
en que se cumplían 10 años de la muerte de Franco (Fusi, fuerzo de prudencia, de aproximación al otro. Esa actitud dóberman mostrando sus fauces. Dicho vídeo de campaña
1985). En el prólogo del libro, Edward Malefakis subraya- fue la mejor para poder conseguir, por primera vez en la suscitó airadas protestas en el PP e incluso Mariano Rajoy
ba el “sorprendente olvido público en el que cayó Franco historia de España, una convivencia democrática pacífica. pidió por escrito a Cipriá Ciscar su retirada.
Uno de los fundamentos de ésta es, sin duda, el temor a re- 26 BOCG. Congreso de los Diputados nº D–135 de
inmediatamente después de su muerte. Francisco Franco se
convirtió en el gran olvidado, y sus oponentes no sintieron basar ciertos límites, rompiendo las reglas del juego, un te- 19/02/2001 p. 5.
mor clavado casi genéticamente en nosotros” (González y 27 Según Federico Jiménez Losantos, cuando Aznar
urgencia especial alguna para vengarse de su recuerdo” (en
Fusi, 1985: 7-8). Cebrián, [2001] 2002: 25). supo de su abultada victoria en las elecciones de marzo de

30 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 140


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PALOMA AGUILAR FERNÁNDEZ

junio y uno en mayo de 2001, otro en fe-


brero de 2002 y, finalmente, otro a finales
de ese mismo año. Dos de los primeros se
refieren al maquis (27 de febrero y 16 de
mayo), otro a la condena del alzamiento
militar (13 de febrero), el cuarto a la restitu-
ción moral de los fusilados del franquismo
(21 de junio de 2001) y, finalmente, el del
19 de febrero de 2002, a la reparación mo-
ral y económica de los presos y represaliados
del franquismo.
Para la izquierda, el recuerdo del pasado
se ha convertido en un argumento político
importante. Se trata de la “memoria necesa-
ria”, puesto que la izquierda considera que
no se ha reconocido suficientemente su pa-
pel en la lucha contra la dictadura ni las
concesiones que se vio obligada a realizar en
la transición para secundar el espíritu de re-
conciliación nacional. Por un lado, los co-
munistas han hecho la lectura de que su
transigencia de entonces y su aceptación in-
condicional de la política de consenso tuvo
para ellos un coste electoral muy alto del
que no acaban de recuperarse. Sin embargo,
afirman, la única oposición partidista y sin-
dical que tuvo cierto protagonismo durante
la dictadura fue la comunista. Ellos, como
han demostrado Sartorius y Alfaya, fueron
los que más condenas recibieron y los que
más protestas contra la dictadura organiza-
ron, sobre todo a través de Comisiones
Obreras. Luego, tras la muerte de Franco,
hicieron gala de una gran contención y de-
mostraron su voluntad conciliadora al acep-
tar la Monarquía y renunciar, por tanto, a la
República y a su bandera.
El Partido Socialista, a pesar de haber
gobernado durante 14 años (varios de ellos
ya habían comenzado a emplear el pasado aprovecharon una serie de aniversarios cru- con amplias mayorías parlamentarias), no
como arma electoral unos años antes, se ciales, como los de 1996, 1999 y 2000, para impulsó muchas de las medidas que luego ha
emplearán a fondo para tratar de combatir intentar estigmatizar a la derecha por su defendido. Sin embargo, una vez que se ha
al PP mediante su asociación con la dicta- mácula franquista de origen, cuando, con visto desalojado del poder, ha utilizado el re-
dura, planteando debates parlamentarios en anterioridad, se habían desatendido efemé- cuerdo de la dictadura como arma arrojadiza
torno a la rehabilitación de diversos grupos rides clave, como las de 1986 y 1989, en las contra el PP, con el fin de que nadie olvide su
de víctimas del franquismo que pondrán en que el PSOE había dispuesto de mayorías estigma filofranquista de origen. Los partidos
situaciones sumamente delicadas al partido absolutas y el riesgo involucionista ya estaba nacionalistas vascos y catalanes se han suma-
gobernante. En este cambio de estrategia ausente del panorama político. do a esta estrategia. En el debate parlamenta-
sumarán sus fuerzas las dos principales for- En los ámbitos social y cultural, el pasa- rio de febrero de 2001 sobre la condena del
maciones de izquierda (PSOE e IU) y los do había comenzado a resurgir con fuerza alzamiento militar, el portavoz del Grupo
partidos nacionalistas. Sólo entonces se en 1995. Sin embargo, en el Parlamento no Parlamentario Vasco comienza diciendo que:
lo haría hasta 1996, con motivo de la llega- “Observa en esta sociedad síntomas de recu-
da del PP al poder. Ese mismo año también peración de un espíritu totalitario, uniforma-
2000 comentó en voz alta: “Ha terminado la guerra civil”.
se conmemoraría el 60º aniversario del dor [y] excluyente” y que “dirigentes políti-
Según el periodista, la razón de dicho comentario estribaba principio de la guerra y de la llegada de las cos de la dictadura se han sacudido los com-
en que los socialistas “habían recurrido una vez más duran- Brigadas Internacionales, mientras que plejos, si alguna vez los tuvieron, e imparten
te la campaña electoral al fantasma de la Guerra Civil”.
Y, de acuerdo con este testimonio, no sólo en las últimas
1998 señalaba el 20º aniversario de la clases de democracia a diestro y siniestro”; fi-
elecciones, sino en las dos anteriores (1993 y 1996) el Constitución y 1999 los 60 años desde el fi- nalmente afirma que su grupo observa, “en-
PSOE había utilizado una estrategia consistente en cavar nal de la guerra. Tras la mayoría absoluta tre indignado y sorprendido, múltiples acti-
“nuevamente la trinchera de las dos Españas, cultivando el que obtuvo el PP en 2000 se han producido tudes políticas obstinadas en resucitar fantas-
recuerdo manipulado de la guerra, invocando rencores y
terrores casi olvidados ” [http://www.libertaddigital. al menos seis debates parlamentarios suma- mas del pasado, de un pasado negro,
com:83/ilustracion_liberal/n6–7/a01.htm]. mente interesantes: dos en febrero, uno en abyecto, fascista y antidemocrático”.

Nº 140 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA


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31
GUERRA CIVIL, FRANQUISMO Y DEMOCRACIA

Frente a esta “memoria necesaria”, que pasado. Los acuerdos entre el PSOE e IU ran que ello no les iba a perjudicar electoral-
reclaman la izquierda y los nacionalistas vas- fueron tildados de conjunción “social-comu- mente. Además, resulta obvio que sobre la
cos y catalanes, está una visión de la “memo- nista”, en clara alusión al Frente Popular. Es- violencia de la posguerra no hay reparto de
ria redundante”, que es la que sostiene el PP ta etapa de la historia fue evocada para inten- culpas posible, pues de los muchos miles de
y en la que se ha mantenido para negar su tar convencer al electorado de que algo pare- personas ejecutadas o duramente represaliadas
apoyo a las medidas destinadas a condenar cido podría ocurrir en España de vencer la tras la contienda sólo uno de los bandos en-
públicamente el pasado. Todo ello hasta fe- citada coalición28. frentados era responsable.
brero y, más inequívocamente, hasta no- Además de las mencionadas razones de la
viembre de 2002, en que por fin aceptó con- Conclusiones quiebra del pacto político y del cambio de
denar el franquismo. Según el PP, las apela- He intentado demostrar que el pacto de si- sensibilidad operado a nivel internacional en
ciones al pasado resultan innecesarias y las lencio fue un acuerdo de no instrumentaliza- torno a la necesidad de poner fin a la impuni-
críticas a la dictadura redundantes pues no ción política del pasado, auspiciado por una dad de las dictaduras, también ha resultado
hay mejor demostración de que nadie apo- sociedad traumatizada por el mismo, temero- crucial la transformación experimentada en la
yaría hoy una dictadura que la exitosa expe- sa de las consecuencias de volver sobre él y cultura política de los españoles, cada vez me-
riencia democrática vivida hasta la fecha, así deseosa de mirar hacia el futuro. El hecho de nos obsesionada con el orden y la paz, y me-
como la práctica ausencia de minorías anti- que los principales acuerdos institucionales nos atenazada por la culpa y el miedo. La lle-
sistema pues, si dejamos de lado a formacio- de la transición fueran negociados entre élites gada de una nueva generación a la esfera pú-
nes políticas como HB, los partidos de ex- no quiere decir que las prioridades de un sec- blica ha facilitado, sin duda, que se fueran
trema derecha y de extrema izquierda no tie- tor mayoritario de la ciudadanía no se tuvie- abriendo nuevas posibilidades de diálogo con
nen representación parlamentaria ni apoyo ran en cuenta en absoluto. De hecho, según el pasado. Hoy día, los únicos límites a este
social en España. Para el PP, la única secuela algunos autores: respecto vienen contemplados en el célebre
de la dictadura, el único legado del franquis- Proyecto no de Ley aprobado con el consenso
mo que dificulta la convivencia democrática “Las interpretaciones de la transición española sue- de todas las fuerzas políticas el 20 de noviem-
es precisamente la existencia de ETA. len subrayar la importancia de las élites y minusvalorar bre de 2002: la indagación histórica y la com-
el papel de la sociedad (...). Sin embargo, según todas
Por otra parte, el PP es totalmente con- las evaluaciones los dirigentes españoles se esforzaron
pensación a las víctimas no ha de servir como
trario a poner en cuestión el modelo de cam- conscientemente por conducir los acontecimientos de arma arrojadiza ni para reabrir heridas mal ci-
bio político, pues, en vista de lo popular que modo que se minimizara el potencial de conflicto, con catrizadas. El pasado ha de afrontarse para
resulta entre los españoles la transición y del el fin de diseñar una transición que no agitara los demo- que no siga cerrado en falso; pero, según la
orgullo que suscita su recuerdo, dicho partido nios de la memoria histórica. Para su estrategia de con- mayoría de los españoles, el espíritu de con-
senso se necesitaban atender cuidadosamente las ideas
ha intentado apropiarse de su legado, recla- senso y moderación de la transición debe ser
de los españoles de a pie, sus reacciones ante los aconte-
mándose heredero de la UCD y albacea de la cimientos, así como sus aspiraciones y miedos. Ninguna recuperado, pues se trata del periodo de la
Constitución de 1978, siendo hoy día uno de otra transición se ha conducido con tanta atención ha- historia de España del que más orgullosa está
los principales adversarios de su reforma. En cia la opinión pública y las encuestas como la española” la ciudadanía.
el debate ya aludido, de febrero de 2001, Ro- (McDonough, Barnes y López Pina, 1998: pág. X). Al margen del grado de acuerdo que nos
bles Fraga, diputado del PP, sostiene abierta- suscite este juicio tan ampliamente difundido
mente: “Tengo que decir que la reivindica- Por lo que se refiere a la guerra, el pacto (que para algunos no es sino el fruto de la in-
ción que nosotros hicimos de la reconcilia- político ha sido respetado, pues aquí se aplica teresada mitificación de la transición por par-
ción nacional, de la transición, de los debates el lema común de “nunca más”, una extendi- te de las élites políticas), deberíamos pregun-
constitucionales, del texto constitucional y de da conciencia de culpabilidad compartida; y, tarnos qué cuentas pendientes tiene la España
todo lo que hemos hecho desde entonces, fue además, son muchos los que piensan que to- democrática actual con su pasado. Sin preten-
sin duda una de las razones por las que mi dos tienen algo de que avergonzarse si se re- der, en absoluto, que las líneas siguientes
partido obtuvo un magnífico resultado elec- trotraen a ese periodo. Sin embargo, el acuer- constituyan un listado exhaustivo de tareas,
toral que sin duda ustedes conocen”. A conti- do de no instrumentalización del pasado dic- quisiera llamar la atención sobre algunos as-
nuación menciona: “Los fantasmas totalita- tatorial tenía un carácter asimétrico que lo pectos.
rios del pasado que los españoles decidieron hacía especialmente inestable, pues unos polí- Es cierto que la Ley de Amnistía de 1977
enterrar muy hondo hace 25 años”. Más tar- ticos disponían de pasado franquista o de afi- no permite juzgar a los responsables de los
de, el debate pasa a centrarse en el terrorismo nidades familiares o ideológicas con el mis- crímenes del franquismo, pero nada impide
de ETA, al que el PP considera el único ana- mo, y otros no. Mientras que todos tenían al- que se realicen investigaciones históricas rigu-
cronismo de hoy y el peor vestigio del pasado. go que perder si rompían el pacto de silencio rosas sobre determinados episodios y persona-
Ésta es la argumentación del PP: el único pa- respecto a la guerra civil, aquellos que no dis- jes. Se han escrito algunos trabajos de gran ca-
sado peligroso, el único que merece la pena ponían de una pasado franquista tenían gran- lidad sobre la represión del maquis, los cam-
debatir en el Parlamento y condenar, es el que des incentivos para traicionar el acuerdo y pos de concentración, las cárceles del
sigue vivo; por tanto, el único legado del pa- utilizar la dictadura como arma arrojadiza franquismo, el sistema judicial bajo la dicta-
sado que merece la pena atender es el terroris- contra el adversario, siempre y cuando previe- dura, el Tribunal de Orden Público o la Bri-
mo de ETA. gada Político-Social, pero aún queda mucho
El PP ha mantenido esta actitud hasta por hacer. Además, aunque no pueda juzgarse
las elecciones locales y autonómicas de mayo 28 Curiosamente, IU ha acusado recientemente al PP de penalmente a los torturadores del franquis-
de 2003, momento en el que, temiendo por haber roto el consenso de la transición y de recuperar la mo, que por causa de la citada ley gozan de
vez primera (como el PSOE en 1993), per- idea de “enemigo” en la contienda política (El País, 1 de inmunidad total, nada debería impedir que
der su masivo respaldo electoral a menos de julio de 2003). Por otra parte, en la campaña electoral de fueran debidamente documentados sus deli-
las segundas elecciones autonómicas madrileñas de 2003,
un año de las elecciones generales, recurrió a Esperanza Aguirre acusó a la izquierda de estar empleando tos, pues muchos son los testimonios orales
la descalificación del adversario utilizando el un lenguaje “guerracivilista”. que podrían recopilarse al respecto y muchas

32 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 140


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PALOMA AGUILAR FERNÁNDEZ

las investigaciones históricas que podrían cos de la Iglesia. Otro buen contraejemplo de HOLMES, Stephen: ‘Gag Rules and the Politics of
alumbrar. En relación con esto, las fichas po- la actitud oficial de la Iglesia española la en- Omission’, en Jon Elster y Rune Slagstad, Constitutio-
liciales del franquismo deberían explotarse de contramos en Argentina, donde en septiem- nalism and Democracy. Cambridge University Press,
Cambridge, [1988] 1993.
forma exhaustiva para determinar el funcio- bre de 2000 la Iglesia pidió perdón por sus
namiento del aparato represivo y evaluar el “pecados” durante la Junta Militar. Las auto- JULIÁ, Santos: ‘Echar al olvido’, en CLAVES DE RAZÓN
PRÁCTICA, 129, págs. 14-24, 2003.
grado de implicación social con el mismo. El ridades religiosas españolas no sólo no piden
problemático acceso a los archivos policiales y perdón por sus graves responsabilidades, sino MARÍ-KLOSE, Pau: ‘Elecciones críticas, votantes críticos,
campañas críticas. Consecuencias electorales de la cam-
militares sí que ha constituido, durante mu- que incluso han solicitado, con el apoyo entu-
paña del PSOE en 1993’, trabajo no publicado presen-
cho tiempo, un obstáculo difícil de salvar por siasta del PP, la canonización de Isabel la Ca- tado al VI Congreso Español de Sociología, 1998.
los investigadores. También es cierto que al- tólica, iniciativa que fue originalmente impul-
MCDONOUGH, Peter; H. BARNES, Samuel, y LÓPEZ PI-
gunos archivos fundamentales fueron destrui- sada por el régimen de Franco en 1958 y que NA, Antonio (1998): The cultural dynamics of democrati-
dos tras la muerte de Franco y que personas había quedado paralizada durante todos estos zation in Spain. Cornell University Press, Ithaca, 1998.
que serían clave para dilucidar ciertos aspec- años en Roma. NAVARRO, Vicenç: Bienestar insuficiente, democracia in-
tos aún no suficientemente claros del fran- Finalmente, aunque ya ha comenzado a completa: sobre lo que no se habla en nuestro país, Anagra-
quismo y la transición se niegan a conceder ser rigurosamente investigado, el asunto más ma, Barcelona, 2002.
entrevistas o a escribir sus memorias. delicado sigue siendo la connivencia social O’DONNELL, Guillermo, y SCHMITTER, Philippe C.:
La falta de reconocimiento, sobre todo con la dictadura, tanto en sus inicios (cuando Transiciones desde un gobierno autoritario. Conclusiones
en el ámbito local, de las víctimas del bando además de numerosas delaciones había un sis- tentativas sobre las democracias inciertas, Paidós, Buenos
vencido resulta aún sangrante. A nadie se le tema de control social muy exhaustivo), co- Aires, [1986]1988.
oculta la gran asimetría que sigue existiendo, mo en sus últimos años (cuando los infor- POWELL, Charles: España en democracia (1975-2000).
en multitud de pueblos y ciudades, a la hora mantes de la policía también desempeñaron Plaza & Janés, Barcelona, 2001.
de rendir homenaje a las víctimas de la guerra un papel que, si bien nunca tuvo la impor- REIG TAPIA, Alberto: Memoria de la guerra civil. Los mi-
civil29. Además, falta claramente voluntad tancia ni las dimensiones que adquiriría en tos de la tribu. Alianza Editorial, Madrid, 1999.
política para rendir tributo público y visible a los países ex comunistas, también debería ser RICHARDS, Michael: Un tiempo de silencio: la guerra civil
los que perdieron la guerra y a los represalia- esclarecido). Por desgracia, como bien dice y la cultuta de la represión en la España de Franco, 1936-
1945, Crítica, Barcelona, 1999.
dos por la dictadura. Tampoco se ha prestado Francisco Ayala: “Lo peor de las tiranías co-
la misma atención que en otros países a los mo la padecida en España (...) es que su exce- SARTORIUS, Nicolás, y ALFAYA, Javier: La memoria insu-
misa. Sobre la dictadura de Franco. Espasa, Madrid,
valiosos testimonios orales de ese periodo siva presión sobre los particulares, si bien hace
1999.
que, en ocasiones, constituyen la única fuente brotar las cualidades más excelsas de unas
disponible para reconstruir con minuciosidad cuantas almas excepcionales, extrae en cam- SILVA, Emilio, y MACÍAS, Santiago: Las fosas de Franco.
Temas de Hoy, Madrid, 2003
el funcionamiento de la maquinaria represora bio del común de los mortales, que no tene-
del franquismo. La responsabilidad de la Igle- mos madera de héroes ni de santos, nuestras WINTER, Jay, y SIVAN, Emmanuel (eds.): War and Re-
membrance in the Twentieth Century, Cambridge Uni-
sia católica en el mantenimiento de esta desi- posibilidades más ruines” (Ayala, [1982] versity Press, Cambridge, 1999.
gualdad de trato es, en muchos casos, 2001: 465). No creo ni que el manto de si-
manifiesta. Dicha institución, por otro lado, lencio político con que se cubrió el franquis-
ha desaprovechado numerosas oportunidades mo durante varios años ni que la falta de inte- [Este texto es una versión resumida de un capítulo del
libro coeditado por Julio Aróstegui y François Godi-
de pedir perdón por su activa implicación a rés que durante tanto tiempo ha mostrado la cheau: Memoria y Nueva Historiografía de la Guerra
favor de uno de los dos bandos en la guerra sociedad acerca de dicho periodo sean ajenos Civil, Marcial Pons, Madrid, 2004, de próxima pu-
civil y por haber contribuido al sostenimiento a todo ello. n blicación. Agradezco a Jesús Cuéllar sus comentarios
de una dictadura sangrienta30. Esta situación y sugerencias].
es absolutamente anómala en el contexto del BIBLIOGRAFÍA
último papado, que es en el que en más oca- AGUILAR FERNÁNDEZ, Paloma: Memoria y olvido de la
siones ha pedido perdón por fracasos históri- guerra civil española. Alianza Editorial, Madrid, 1996.
––: ‘Collective Memory of the Spanish Civil War: The
Case of Political Amnesty in the Spanish Transition to
29 Santos Juliá, en un artículo publicado en esta mis-
Democracy’, Democratization, núm. 4, págs. 88-109,
1997.
ma revista, subrayaba la existencia de exhumaciones desde
––: ‘Justicia, política y memoria: los legados del fran-
los años ochenta y citaba un monolito erigido en 1980 a
quismo en la transición española’, en Alexandra Bara-
los “caídos por la libertad y la democracia” (Juliá, 2003:
18). Siendo ello cierto, y habiéndose realizado avances im- hona de Brito, Paloma Aguilar Fernández y Carmen
portantes en este mismo sentido en los últimos años, es evi- González Enríquez (eds): Las políticas hacia el pasado.
dente que aún persiste una gran discriminación, sobre todo Juicios, depuraciones, perdón y olvido en las nuevas demo-
a nivel local, hacia las víctimas del bando vencido, tanto en cracias, Istmo, Madrid, 2002.
los cementerios, como en las iglesias y en los monumentos AYALA, Francisco: Recuerdos y olvidos. Alianza Editorial,
conmemorativos. Por otra parte, lo que muchos hemos en-
Madrid, [1982] 2001.
contrado al tratar de entrevistar a supervivientes de la gue-
rra, especialmente en poblaciones pequeñas, es la persisten- COLOMER, Josep Maria: La transición a la democracia: el
cia, más de 60 años después, de un miedo atroz a hablar modelo español. Anagrama, Barcelona, 1998.
del conflicto y de la primera posguerra. Resulta obvio que
este trauma atenazante ha limitado de modo considerable
FRASER, Ronald: Recuérdalo tú y recuérdalo a otros: histo-
las posibilidades tanto de homenajear debidamente a los ria oral de la guerra civil española. Crítica, Barcelona,
vencidos en la guerra y a los represaliados por la dictadura 1979.
como de llevar a cabo determinadas investigaciones. FUSI, Juan Pablo: Franco. Ediciones El País, Madrid,
30 No obstante, ciertos grupos se han desvinculado de
1985.
la posición eclesiástica oficial, como los 10 teólogos que, en Paloma Aguilar Fernández es Profesora Titular de
diciembre de 1999, pidieron perdón para la Iglesia españo- GONZÁLEZ, Felipe, y CEBRIÁN, Juan Luis: El futuro no Ciencia Política en la Universidad Nacional de Educación
la por su “implicación evidente” en la guerra civil. es lo que era. Punto de Lectura, Madrid, [2001] 2002. a Distancia y Doctora Miembro del Instituto Juan March

Nº 140 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA


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33
BREVE HISTORIA DEL SISTEMA
ELECTORAL EN ESPAÑA
JOSEP M. COLOMER

1. El sistema electoral más duradero en Los escaños de cada distrito eran monarquía parlamentaria como en otros
España ha sido el establecido por el Go- asignados a la candidatura más votada, países europeos. Pero el correspondiente
bierno conservador de Antonio Cánovas que recibía el número de escaños por los proceso legislativo se retrasó por motivos
en 1878, a principios de la restauración que cada votante había podido votar (o fútiles y acabó fracasando cuando el Rey
de la Monarquía. En aquel tiempo los sea, alrededor de 2/3), y a la siguiente y los militares reaccionaron al malestar
derechos de voto eran muy limitados, ya candidatura en votos, que recibía el esca- social y al terrorismo anarquista con un
que habían sido concedidos apenas a un ño o los escaños restantes. Así pues, alre- golpe de Estado y el establecimiento de
5% de la población total. El sistema elec- dedor de un 75% de los escaños del Par- una dictadura en 1923. (Carreras 1973,
toral, basado en la regla de la mayoría re- lamento eran elegidos en distritos unino- 1983, Ull 1976, y Tusell 1997; véase
lativa, permaneció prácticamente intacto minales, mientras que hasta un 93% eran también el temprano apoyo a la represen-
hasta 1920, pese a la introducción del su- asignados a las candidaturas con una ma- tación proporcional de los regionalistas
fragio masculino universal por un Go- yoría relativa de votos en cada distrito. catalanes conservadores en Vidal Guar-
bierno liberal en 1890 y la reducción del Cuando los partidos de oposición queda- diola et al. 1910, y de los catalanistas re-
fraude gracias a las reformas introducidas ban en primer lugar en los distritos mul- publicanos de izquierda en Rovira Virgi-
por otro Gobierno conservador a partir tinominales solían proclamar su “victoria li, 1910).
de 1907. moral”, pese a recibir sólo una minoría
El sistema electoral aplicaba la regla de escaños en el Parlamento. (Cálculos 2. La Segunda República española fue
de la mayoría relativa en una combina- del autor con datos de Martínez, 1969, establecida en abril de 1931, como reac-
ción de distritos uninominales con voto 1973). ción al apoyo del Rey a la dictadura mili-
único y unos pocos distritos multinomina- La introducción de la representación tar durante el periodo 1923-1929, en el
les con voto limitado, una combinación proporcional en España fue discutida en que no se habían convocado elecciones
inspirada en el modelo usado en Gran los años inmediatamente posteriores a la competitivas. El Gobierno provisional de
Bretaña entre 1867 y 1885, que sería Primera Guerra Mundial, es decir, cuan- la República, formado por liberales, re-
también imitado en otros países de Euro- do la mayor parte de los parlamentos en publicanos y socialistas, aprobó por de-
pa latina y de América Latina en años Europa empezaban a ser elegidos con este creto unas nuevas reglas electorales para
posteriores. Concretamente, había, por nuevo tipo de reglas. Los nuevos regíme- convocar elecciones a una Asamblea
un lado, 307 distritos uninominales, ma- nes europeos tendieron a establecer reglas (Cortes) Constituyente. Pero no reanu-
yormente en zonas rurales, en cada uno del juego que dificultaran la formación daron sus propios intentos de establecer
de los cuales solía ganar un candidato de un solo ganador, de modo que fueran una representación proporcional, sino
conservador o liberal, y, por otro lado, 26 aceptables tanto para los tradicionales que básicamente mantuvieron los crite-
distritos multinominales con magnitudes grupos conservadores y liberales como rios de las reglas del juego existentes, que
entre 3 y 8 escaños, con un total de 90 para los nuevos partidos emergentes, es- eran, como se ha observado, más bien ex-
escaños, en zonas urbanas, en los que, pecialmente socialistas y católicos. cluyentes.
además de los candidatos conservadores y Análogamente, los liberales españo- En el nuevo sistema electoral fueron
liberales, también consiguieron represen- les, con el apoyo en aquel momento de suprimidos casi todos los distritos unino-
tación algunos candidatos republicanos, los republicanos, los socialistas y los re- minales, que habían sido la base de do-
catalanistas y de otros grupos de oposi- gionalistas catalanes, presentaron en el minio tradicional de los partidos monár-
ción a medida que se fue extendiendo el Parlamento una serie de proposiciones quicos. A cambio, se establecieron por
sufragio y reduciendo el fraude. En los para la adopción de la representación todo el país distritos multinominales de
distritos multinominales cada votante te- proporcional en 1919, en 1921 y en magnitud pequeña o media con voto li-
nía un voto limitado, es decir, podía vo- 1923. En las dos primeras ocasiones, el mitado, parecidos a los que tradicional-
tar por varios candidatos, pero en un nú- Gobierno conservador del momento em- mente habían permitido a los partidos
mero inferior al de escaños del distrito pezó a preparar el correspondiente pro- republicanos y de oposición obtener re-
(las proporciones entre los votos de cada yecto de ley que habría creado un marco presentación y “victorias morales”, en la
votante y los escaños del distrito eran más pluralista e integrador y tal vez ha- expectativa de que ampliarían los mismos
2/3, 3/4, 3/5, 5/7 y 6/8). bría establecido y salvado una verdadera efectos, ahora a favor de los nuevos parti-

34 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 140


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da por algunos partidos de oposición de
derechas, habría obligado a los grupos
minoritarios a formar coaliciones electo-
rales con otros partidos. Mostró, pues,
un gran desconocimiento del tema, hasta
el punto de confundir las coaliciones
electorales, que son incentivadas por los
sistemas de mayoría como el que se dis-
cutía, con las coaliciones poselectorales
que se forman en el Parlamento para in-
vestir un gobierno, típicas de la represen-
tación proporcional. Azaña descartó con
pocas palabras el peligro de que el siste-
ma electoral fabricara una mayoría parla-
mentaria artificial por su “indestructible
convicción de que los republicanos y los
socialistas constituían la mayoría del
país”. Ante las protestas de algunos dipu-
tados católicos y regionalistas de que,
aunque así fuera, las minorías serían
aplastadas, Azaña, sin embargo, recono-
ció que “aún no sabía a quiénes vamos a
aplastar ni siquiera quiénes seremos los
aplastadores y quiénes los aplastados”. (El
debate esta reproducido en Mori 1933,
dos gobernantes. El nuevo sistema era in- ras más votadas, las cuales se situarían vol. XIII, págs. 345 y sigs.).
cluso más restrictivo que el anterior, ya ahora del lado republicano. Como vere- Los elementos básicos del sistema
que podía crear mayorías parlamentarias mos, los partidos realmente beneficiados electoral fueron confirmados por la Ley
artificiales con un apoyo electoral mino- acabaron siendo tanto los republicanos de Reforma Electoral de julio de 1933.
ritario con mayor probabilidad que el sis- de izquierdas como los monárquicos de La alternativa más visible fue un antepro-
tema basado en pequeños distritos uni- derechas en diferentes elecciones. En dos yecto de representación proporcional ela-
nominales. ocasiones el sistema electoral produjo in- borado en 1932 por una Comisión Jurí-
Los gobernantes republicanos confia- cluso resultados no-monótonos en los dica Asesora que había sido nombrada
ban en acabar con la supuesta falsifica- que un bloque de partidos unidos en una por el Gobierno republicano para elabo-
ción de la verdadera España producida candidatura de coalición consiguió más rar un anteproyecto de constitución y
por el caciquismo y el fraude electoral escaños que otro bloque de partidos con otras leyes. Este anteproyecto de repre-
durante el anterior régimen y en mante- más votos en total pero con candidaturas sentación proporcional fue convertido en
ner indefinidamente un apoyo social separadas. proyectos de ley por los ulteriores gobier-
muy amplio. Sin embargo, sobreestima- La discusión en las Cortes Constitu- nos apoyados por los católicos y los re-
ron el componente coercitivo que atri- yentes del proyecto de ley electoral pre- gionalistas catalanes en tres ocasiones en
buían al caciquismo tradicional y subesti- sentado por el Gobierno republicano fue 1934 y 1935, pero no llegaron a ser
maron el apoyo social de los partidos muy reveladora. El jefe del Gobierno, aprobados. (Carreras 1983).
monárquicos. Por ello reformaron sólo li- Manuel Azaña, lo defendió pobremente. El sistema electoral improvisado en
geramente las reglas electorales existentes Llegó a decir que, en contraste con el sis- 1931 sustituyó los antiguos 333 distritos
en la expectativa de que darían de nuevo tema de mayoría en discusión, la repre- de la época monárquica por 63 distritos
una sobrerrepresentación a las candidatu- sentación proporcional, que era defendi- multi-nominales con magnitudes hasta

Nº 140 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA


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BREVE HISTORIA DEL SISTEMA ELECTORAL EN ESPAÑA

18 escaños. En cada distrito el elector si un gran partido o coalición presentaba ferencias electorales expresadas por los
podía indicar sus preferencias por varios dos listas separadas, con alrededor de un votantes, para cada distrito se ha dividi-
candidatos, pero en un número inferior 57% de los votos (100 – 43) convenien- do el número total de votos obtenidos
al de escaños del distrito, es decir, tenía temente repartidos, podía recibir todos por cada candidatura por el número de
un voto múltiple limitado y preferencial, los escaños, tanto por “la mayoría” como candidatos por los que cada votante po-
similar al que se había usado durante la por “la minoría” (57 x 6/8 = 43). La es- día votar1.
Monarquía en un pequeño número de trategia de competir por la mayoría y por Cabe distinguir seis bloques multi-
distritos (y comparable al que se usa para la minoría fue desarrollada en algunos partidistas de izquierda a derecha: 1. Co-
la elección del Senado español desde distritos por la Conjunción republicano- munistas; 2. Socialistas; 3. Republicanos
1977). Las proporciones entre los votos socialista en 1931 y por la católica CE- (incluidos los radical-socialistas); 4. Libe-
de cada votante y los escaños del distrito DA y sus aliados en 1933. rales (incluidos los radicales, los liberales
fueron las mismas que se habían usado Así pues, una candidatura con alre- y los centristas, así como los regionalistas
durante el régimen anterior (ampliadas dedor de un 57% de los votos y una óp- y la mayoría de los candidatos indepen-
ahora a 7/9, 8/10, 8/11, 9/12, 9/13, tima distribución de los mismos en el te- dientes); 5. Católicos (incluidos los agra-
11/14, 12/15, 12/16 y 14/18). rritorio podía conseguir el 100% de los rios); y 6. monárquicos (incluidos los fas-
Los escaños de cada distrito se repar- escaños; una candidatura que obtuviera cistas). No habría sido imposible que una
tían entre las dos listas más votadas, lla- más de un 40% de los votos, si era la más amplia coalición centrista de republica-
madas “la mayoría” y “la minoría”. La lis- votada porque los rivales estuvieran sufi- nos, radical-socialistas, radicales y libera-
ta con una mayoría relativa calificada de cientemente divididos en varias candida- les, que constituían el núcleo del apoyo
al menos un 20% de los votos (un 40% turas, podía conseguir un 75% de los es- inicial a la nueva República, hubiera ob-
desde 1933) recibía el número de escaños caños (todos los de las “mayorías”); pero tenido una mayoría relativa de los votos y
por el que cada votante había podido vo- si los rivales estaban suficientemente uni- la consiguiente mayoría parlamentaria
tar (es decir, entre el 67% y el 80%) y la dos, con casi un 43% de los votos podía sobrerrepresentada en sucesivas eleccio-
segunda lista más votada recibía los esca- no conseguir ningún escaño. La conse- nes. Pero el centro político, aunque era
ños restantes. De este modo, la segunda cuencia estratégica de estos efectos mecá- ampliamente popular entre los electores,
candidatura en votos, llamada “la mino- nicos del sistema electoral fue la forma- estaba débilmente organizado y muy di-
ría”, recibía sólo entre un 33% y un 20% ción de grandes coaliciones capaces de vidido en un gran número de pequeños
de los escaños en cada distrito, aunque garantizar la representación, así como de partidos y grupos personalistas. Los dos
hubiera obtenido proporciones superio- conseguir la sobrerrepresentación conce- grupos mejor organizados fueron el so-
res de votos. En total, las “mayorías” reci- dida a la candidatura mayor en cada dis- cialista PSOE, a la izquierda, y, a partir
bían un 75% de los escaños del parla- trito. Aun en un marco de alto multipar- de las segundas elecciones, la católica
mento (355 de 473). Si no había un nú- tidismo, estas estrategias generaron una
mero suficiente de candidatos con el gran polarización política.
apoyo mínimo requerido, tenía lugar una El análisis de los resultados electora- 1 Este método había sido usado por diferentes
segunda vuelta por mayoría relativa sim- les que se presenta en el Cuadro se basa autores para las elecciones de 1936 (Linz y De Miguel,
ple para los escaños pendientes. en un método de recuento de votos que 1977) y de 1933 (Irwin, 1991) y ha sido completado
Veámoslo con un sencillo ejemplo. da el mismo valor a cada votante, a pesar por el autor para las elecciones de 1931. Otros estudios
han presentado la suma o la media de todos los votos
Supongamos un distrito con 8 escaños en de que los votantes de diferentes distri- preferenciales obtenidos por los candidatos o han recu-
el que cada votante podía votar por 6 tos podían votar por diferentes números rrido a adjudicar a cada candidatura los votos de su pri-
candidatos (es decir, valores muy próxi- de candidatos, como se ha explicado. mer candidato o los del candidato más votado (la mo-
da), pero estos procedimientos distorsionan gravemente
mos al distrito medio). Si tres candidatu- Con objeto de ponderar los votos con el las preferencias de los votantes porque dan mayor valor
ras obtenían el 41%, el 30% y el 29% de supuesto de que cada individuo cuenta a los votantes de los distritos grandes que tenían la posi-
los votos, recibían, respectivamente, 6, 2 por igual, es decir, para conocer las pre- bilidad de votar por un mayor número de candidatos.
y 0 escaños. Así pues, una candidatura
con poco más del 40% de los votos podía
obtener un 80% de los escaños, mientas España: Resultados electorales 1931-1936
que otra con casi el 30% de los votos po- Comunistas Socialistas Republicanos Liberales Católicos Monárquicos Otros
día no obtener representación. Votos Votos Votos Votos Votos Votos Votos
El umbral de exclusión o proporción
Año v/s v/s v/s v/s v/s v/s
máxima de votos con los que era posible
no obtener ningún escaño puede calcu- 1931 43.242 [880.274 + 1.516.835 + 1.245.492] [230.718 + 117.633] 52.002
larse con la fórmula: Excl= k/k+M, don- 1/ 0 84 / 89 15 / 11
de Excl: umbral de exclusión; k: número 1933 190.244 1.685.318 1.199.976 [2.548.939 + 2.059.290 + 777.254] 32.259
de votos por los que el votante podía vo-
2/0 20 / 13 14 / 8 30 / 37 34 / 42
tar; M: magnitud en escaños del distrito.
Así, en un distrito medio como el que 1936 [294.608 + 1.625.404 + 2.540.146] 2.091.710 [2.237.066 + 783.974] —

acabamos de mencionar, con 8 escaños y 47 / 60 22 / 15 31 / 25


6 votos por votante, una candidatura só- Nota: Comunistas: PCE, BOC, POUM, PCP, sindicalistas. Socialistas: PSOE, USC. Republicanos: AR, RS, IR, UR, ERC, PCR, AC,
lo tenía garantizada la representación si PNCR, UR, ANV, IV, ORGA, EV, federalistas, independientes. Liberales: PRR, DL, PC, LC, PNV, ASR, PLD, PC, PP, autonomis-
tas, independientes. Católicos: CEDA, DRV, PNA, AN, social-cristianos. Monárquicos: RE, CT, FE, AO. Obsérvese que las coalicio-
superaba el umbral de exclusión, el cual nes [+] están sobrerrepresentadas.
se sitúa en torno a un 43% de los votos Fuente: Cálculos del autor con datos de Venegas (1942), Tusell (1971, 1982), Linz y De Miguel (1977), Linz (1978), Irwin (1991).
Votos: Número de votos; v/s: Porcentaje de votos/Porcentaje de escaños.
(U = 6/6+8 = 42,85). Esto significa que

36 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 140n


JOSEP M. COLOMER

CEDA, a la derecha. Los numerosos y co obtuvieron ajustadas mayorías absolu- En esta ocasión fue el Frente Popu-
pequeños partidos intermedios tendieron tas o relativas en un alto número de dis- lar el que obtuvo menos votos pero re-
muy rápidamente a unirse a alguno de tritos y fueron recompensados con sobre- cibió más escaños que los partidos aho-
los dos partidos más grandes, de modo rrepresentación. En cambio, los republi- ra menos unidos de centro-derecha y
que se formaron dos grandes coaliciones canos de centro-izquierda y los socialistas derecha, si éstos se cuentan conjunta-
de acuerdo con los incentivos ofrecidos de izquierda, que en esta ocasión se pre- mente, como se indica en el cuadro 17.
por el sistema electoral antes analizado. sentaron por separado, se convirtieron en Concretamente, mientras que los parti-
Las dos coaliciones en competencia tam- frecuentes “minorías” de distrito y fueron dos separados de centro-derecha y dere-
bién incluyeron a los pequeños partidos muy perjudicados por el sistema electoral cha obtuvieron (23+31) el 54% de los
más extremos, los comunistas y los mo- que favorecía las candidaturas grandes. votos, recibieron sólo (15+24) el 40%
nárquicos, respectivamente, los cuales Tras las elecciones de 1933, se formó de los escaños. Si los partidos de cen-
produjeron una creciente polarización. un Gobierno bastante moderado encabe- tro-derecha y derecha se hubieran pre-
Las reglas electorales indujeron, pues, un zado por el partido radical de centro-iz- sentado unidos y hubieran obtenido los
alto grado de confrontación política en- quierda, gracias al apoyo parlamentario mismos votos que obtuvieron por sepa-
tre dos bloques, muy superior a la que se de la derecha. El mayor partido en votos rado, habrían reunido una mayoría de
habría podido esperar con un sistema de y en escaños, la católica CEDA, no parti- votos, pero todavía menos escaños que
representación proporcional que hubiera cipó directamente en el Gobierno. A pe- el Frente Popular, según cálculos a nivel
dado a cada partido su correspondiente sar de esto, y en la creencia de que la CE- de distrito (Tusell, 1976, pág. 111). Es-
cuota de escaños. DA acabaría ganando más influencia, en to indica que los resultados perversos
Más concretamente, en las primeras octubre de 1934 la extrema izquierda de fueron sólo ampliados por las habilida-
elecciones en junio de 1931, los partidos los socialistas y los anarquistas organiza- des asimétricas de los líderes partidarios
que apoyaban la nueva República (inclui- ron una rebelión armada a la que fueron en la formación de coaliciones electora-
dos los republicanos de izquierda, los ra- capaces de atraer a algunos republicanos les, pero eran básicamente un efecto
dical-socialistas, los radicales y los libera- de centro-izquierda. La rebelión fue re- mecánico de las reglas de mayoría y el
les), los cuales formaron candidaturas primida por el Ejército, lo cual produjo mal aporcionamiento de escaños en el
conjuntas con los socialistas, obtuvieron más de 1.500 muertos (en ambos ban- territorio. Como consecuencia tanto de
una mayoría muy amplia y más bien cen- dos) y unos 15.000 prisioneros. las reglas electorales como de las estra-
trista frente a los monárquicos. La consi- Las elecciones de febrero de 1936 tegias de coalición, cambios relativa-
guiente sobrerrepresentación de los repu- fueron una especie de revancha. Los re- mente pequeños en las decisiones de los
blicanos les concedió una amplia mayoría publicanos de centro-izquierda, junto votantes en sucesivas elecciones, produ-
de escaños por sí mismos, incluso sin los con los socialistas y los comunistas, for- jeron grandes vuelcos en la representa-
socialistas. En cambio, los grupos desuni- maron un “Frente Popular”. Esta vez fue ción institucional.
dos que habían apoyado la Monarquía el centro-derecha el que flaqueó frente a Tras las elecciones de 1936 se formó
(incluidos los católicos, los agrarios y los la amplia coalición de los partidos de un Gobierno bastante moderado enca-
regionalistas vascos y catalanes) estuvie- centro-izquierda e izquierda. Además, el bezado por los republicanos de centro-
ron subrepresentados. temor a desperdiciar los votos indujo a izquierda sin participación directa de los
En las segundas elecciones de no- un número significativo de ciudadanos a socialistas ni otros partidos izquierdis-
viembre de 1933, el centro republicano votar estratégicamente, bien por el Frente tas. Sin embargo, menos de cinco meses
se escindió en dos facciones. Mientras Popular, bien por un Frente Nacional de- después de las elecciones se consumó un
que los republicanos de izquierda y los rechista formado por los católicos, los levantamiento militar, inicialmente apo-
radical-socialistas permanecieron en el agrarios y los monárquicos. yado por los católicos y los agrarios. La
centro-izquierda, los radicales y los libe- La creciente polarización promovida división de España en dos campos que
rales se mostraron dispuestos a colaborar por los incentivos ofrecidos por el siste- apoyaban la República y a los militares
con los monárquicos en recuperación. ma electoral no correspondía al grado de rebeldes coincidió a grandes rasgos con
Así llegaron a arreglos pre-electorales polarización que podría encontrarse entre la división territorial de los votos en las
irregularmente distribuidos y a veces in- las preferencias sinceras de los votantes. elecciones anteriores. Los dos bloques,
formales en la mayoría de los distritos Mediante el voto preferencial que permi- no obstante, fueron pronto dominados
con una derecha reforzada que fue capaz tía la papeleta, los ciudadanos dieron más por la iniciativa de los comunistas y los
de organizar un nuevo gran partido, la votos a los candidatos moderados dentro fascistas, respectivamente. Durante una
CEDA, con los católicos y los agrarios. de cada coalición o bloque. Concreta- guerra civil de casi tres años de duración
Las candidaturas de centro-derecha y de mente, los republicanos de centro-iz- murieron varios centenares de miles de
derecha obtuvieron menos votos pero re- quierda obtuvieron mayor apoyo que los personas y otras tantas escaparon al exi-
cibieron más escaños que los partidos socialistas o los comunistas presentes en lio. La explosión de un conflicto polari-
más divididos de centro-izquierda e iz- las mismas listas, mientras que los católi- zado por inducción de las reglas electo-
quierda si éstos se cuentan conjuntamen- cos recibieron más votos que los monár- rales, más que del malestar social, sor-
te, como se indica en el cuadro. Concre- quicos. De hecho, algunos de los candi- prendió mucho a un gran número de
tamente, mientras que los partidos de datos moderados que se presentaron en españoles. La falta de comprensión de
centro-izquierda y de izquierda separados coaliciones opuestas habían formado par- las causas de la guerra civil alimentó un
obtuvieron (22+14) el 36% de los votos, te de la misma candidatura electoral (o gran miedo de que, en el futuro, pudie-
recibieron sólo (13+8) el 21% de los es- incluso del mismo partido) sólo unos po- ra reaparecer un conflicto similar. La
caños. Esto fue debido a que los partidos cos años antes. (Jackson, 1965, págs. subsiguiente dictadura militar del gene-
en la parte derecha del espectro ideológi- 518-525; Linz, 1978). ral Franco duró casi 40 años.

Nº 140 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA


n
37
BREVE HISTORIA DEL SISTEMA ELECTORAL EN ESPAÑA

3. En el siguiente intento de democrati- liente, con la restricción de permitir una


zación, mucho más afortunado, que se representación multipartidista que indu-
inició en 1976, se estableció un sistema jera a los partidos de oposición a partici-
electoral de representación proporcional par en las elecciones.
para la cámara baja del parlamento, así Sin embargo, en las primeras eleccio-
como para las elecciones locales y regio- nes de junio de 1977 la UCD obtuvo un
nales. Como se ha reiterado, la memoria 34,6% de los votos populares, no distri-
de la guerra civil y la dictadura fue un im- buidos de modo óptimo, y se quedó a
portante factor de la inducción de estrate- unos pocos diputados de distancia de la
gias cooperativas y pactos entre los gober- mayoría absoluta. Esto indujo a los líde-
nantes salientes del régimen del general res de la UCD a negociar una reforma
Franco y la oposición democrática. Mu- política más amplia de lo planeado que
chos actores políticos en el decenio de incluyó el pacto de una nueva Constitu-
1970 también procuraron que se aproba- ción democrática con los socialistas, los
ra un sistema electoral que fuera capaz de comunistas y los nacionalistas catalanes
evitar algunas de las peores consecuencias (Colomer, 1990, págs. 93-102, 1998,
del que se había usado en el decenio de 2001).
1930. En el proceso ulterior, el sistema elec-
El sistema electoral para las primeras toral de 1977 dio sobrerrepresentación a
elecciones después de la muerte del dicta- la UCD y a su sustituto en el lado dere-
dor, el cual sería confirmado por ulterio- cho del espectro político desde finales del
res gobiernos democráticos, fue negocia- decenio de 1980, el Partido Popular
do por un Gobierno no electo sino nom- (PP), pero también al partido mayor de
brado por el rey Juan Carlos, presidido la izquierda, el socialista PSOE. La des-
por Adolfo Suárez, quien se convertiría proporcionalidad entre los votos y los es-
en líder del partido centrista UCD. Suá- caños obtenidos por los partidos ha osci-
rez se situaba entre los duros del fran- lado entre un 5% y un 15%, con lo que
quismo y la oposición antifranquista. Por ha alcanzado los valores medios más altos
un lado, negoció con el núcleo de los entre los sistemas de representación pro-
miembros de las Cortes autoritarias la porcional en Europa occidental. En cua-
aprobación de una ley para la reforma tro de las primeras ocho elecciones, un
política que incluía la convocatoria de solo partido recibió una mayoría de esca-
unas elecciones multipartidistas –las pri- ños en el Congreso de los Diputados con
meras que tendrían lugar en más de 40 una minoría de los votos populares (entre
años–. El grupo pivote de los miembros el 39% y el 48%), mientras que en las
de la asamblea, agrupado en la Alianza otras cuatro elecciones ningún partido
Popular (AP), que se convertiría en el recibió una mayoría de escaños, por lo
origen de uno de los partidos políticos que los correspondientes Gobiernos tu-
principales en el futuro, propuso un sis- vieron que negociar apoyos parlamenta-
tema electoral para un parlamento bica- rios más amplios. En 1985, el PSOE,
meral que debería ser aprobado por las correctivos”. De hecho, las reglas electora- que contaba entonces con una mayoría
mismas Cortes no-democráticas. Por otro les fueron aprobadas por decreto por el absoluta de escaños y gobernaba en soli-
lado, la oposición, formada principal- Gobierno de Suárez en abril de 1977 tras tario, hizo aprobar en el Parlamento una
mente por los socialistas, los comunistas, haber disuelto la asamblea autoritaria. In- nueva ley que básicamente confirmó, a
los nacionalistas catalanes y vascos y al- cluyeron un número relativamente bajo un nivel legal superior, las disposiciones
gunos cristiano-demócratas, los cuales se de 350 escaños en la cámara baja, llamada del decreto de 1977.
coordinaron en una plataforma multipar- Congreso de los Diputados, y el aporcio- En conjunto, el sistema electoral que
tidista, anunciaron que no participarían namiento de un mínimo de dos diputa- se ha usado en la democracia española
en las elecciones si no se introducía un dos por provincia. Esto dio sobrerrepre- desde 1977 ha favorecido a los dos parti-
sistema de representación proporcional. sentación a las 38 provincias menos po- dos más grandes de ámbito español, así
En noviembre de 1976 el jefe del Go- bladas, todas ellas con magnitudes de como a los partidos regionales grandes en
bierno Suárez pactó con la AP una fór- distrito menores de 9, en las que se elegi- los distritos correspondientes, mientras
mula de parlamento bicameral en la que ría una mayoría de escaños a pesar de reu- que ha perjudicado a los partidos meno-
la cámara alta, que tendría poderes muy nir apenas un 40% de los votantes. Con res de ámbito español (todos los que han
limitados, sería elegida por un sistema de una distribución óptima de votos en estas obtenido menos de un 20% de los vo-
mayoría, mientras que la cámara baja se provincias, un partido podría recibir una tos). Esto ha inducido una competencia
basaría en una representación proporcio- mayoría absoluta de escaños en el Con- bipolar por la jefatura del Gobierno na-
nal. Para ésta, sin embargo, las 50 provin- greso de los diputados (176 de los 350 es- cional. Sin embargo, en contraste con el
cias administrativas se convertirían en dis- caños) con un 33% de los votos popula- sistema electoral del decenio de 1930, no
tritos electorales con un mínimo de dipu- res a nivel nacional. La ley estaba diseña- se han desarrollado dos coaliciones dis-
tados cada una, independientemente de la da a medida para el partido centrista tantes con inclusión de los partidos más
población, y habría otros “mecanismos UCD, organizado desde el Gobierno sa- extremos, sino una competencia centrí-

38 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 140


n
JOSEP M. COLOMER

peta por los votantes moderados. El siste- COLOMER, Josep M.: El arte de la manipulación TUSELL, Javier: Las elecciones del Frente Popular.
ma electoral también ha favorecido el flo- política. Votaciones y teoría de juegos en la política Madrid, Cuadernos para el diálogo, 1971.
recimiento de múltiples partidos regiona- española. Barcelona, Anagrama, 1990. ––: ‘The Popular Front Elections in Spain, 1936’,
—: La transición a la democracia: el modelo español. in Stanley G. Payne ed. Politics and Society in
les y las correspondientes presiones a fa- Barcelona, Anagrama, 1998. Twentieth Century Spain. Nueva York: New View-
vor de la descentralización política y el —: The 2000 General Election in Spain, Electoral points, 1076.
reforzamiento de los gobiernos regionales. Studies, 20, 2001. ––: Las constituyentes de 1931: Unas elecciones de
El principio de la representación propor- I RWIN , William J.: The 1993 ‘Cortes’ Elections. transición. Madrid, Centro de Investigaciones So-
cional no ha producido, pues, un amplio Origin of the ‘Bienio Negro’. Nueva York, Garland, ciológicas, 1982.
1991.
multipartidismo, pero sus “correctivos” ULL PONT, Eugenio J.: ‘El sufragio universal en
JACKSON, Gabriel: The Spanish Republic and the España (1890-1936)’, Revista de Estudios Políticos,
tampoco han reducido la competencia Civil War. Princeton, Princeton University Press, núm. 208-209, págs. 105-130, 1967.
política a sólo dos partidos o bloques. El 1965. (Trad. La República y la guerra civil. Barce-
lona, Crítica). VENEGAS, José: Las elecciones del Frente Popular.
grado de inclusividad del sistema existen-
Buenos Aires: Patronato Hispano-Argentino de
te, aunque es mucho menor que el de LINZ, Juan J.: ‘From Great Hopes to Civil War:
Cultura, 1942.
otros sistemas de representación propor- The Breakdown of Democracy in Spain’, in Juan
J. Linz y Alfred Stepan eds. The Breakdown of De- V IDAL G UARDIOLA , Miquel; B ASSOLS , José M.;
cional en democracias parlamentarias mocratic Regimes. Baltimore, Johns Hopkins Uni- JORDÀ, Carlos; TALLADA, José M.; SANZ BUIGAS,
bien establecidas, ha permitido, en cual- versity Press, vol. 2, págs. 142-215, 1978. Fernando, y PUIG DE LA BELLACASA, Luis: La re-
quier caso, evitar la reproducción de la LINZ, Juan J., y DE MIGUEL, Jesús: ‘Hacia un aná- presentación proporcional. Barcelona, Joventut Na-
confrontación fatal y las reacciones anti- lisis regional de las elecciones de 1936 en España’, cionalista, 1910.
sistema del pasado y ha generado una Revista Española de la Opinión Pública, núm. 48,
págs. 27-67, 1977.
aceptación general de los resultados elec- [Este artículo forma parte del libro de próxima publi-
MARTÍNEZ CUADRADO, Rafael: Elecciones y parti- cación Cómo votamos. Los sistemas electorales del mun-
torales. n dos políticos en España, 1868-1931. Madrid, Tau- do: pasado, presente y futuro, Editorial Gedisa, 2004].
rus, 1969.
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Segunda República española. Tesis doctoral, Uni- de la Segunda República Española. Madrid, Agui-
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Segunda República’, Revista de Estudios Políticos, cional en el sufragi universal. Barcelona, Centre en Ciencia Política en el Consejo Superior de In-
núm. 31-32, págs. 165-197, 1983. Nacionalista Republicà, 1910. vestigaciones Científicas.
EL NACIONALISMO ‘LIGHT’
MARÍA JOSÉ VILLAVERDE

L
a gran oposición entre particularismo y particularistas que, como todos sabemos, han rales que se piensan a sí mismos como nacio-
universalismo que, de una u otra forma, afectado también a algunas de las naciones nes dentro de un Estado8.
ha recorrido la historia occidental, repunta más antiguas de Europa, una de las alternati- Según Schnapper, la definición de la na-
en nuestros días. Aunque algunos politólogos la vas ha consistido en impulsar el patriotismo ción como una etnia consciente de sí misma o
consideran superada1, lo cierto es que el auge cívico y reforzar los vínculos entre los ciuda- la confusión entre ambos términos no son ino-
de la etnicidad y la explosión de reivindicacio- danos en torno a los principios constitucio- centes. Esta ambigüedad terminológica escon-
nes étnico-culturales que vivimos e incluso, co- nales. Iniciativas en este sentido han sido dería una legitimación más o menos implícita
mo dice Ralf Dahrendorf2, la invención de lo promovidas por diversos autores estadouni- de la voluntad de las etnias de convertirse en
“local” hoy tan de moda en el debate sobre las denses y europeos como Richard Rorty, Ben- entidades políticas, es decir, en naciones. Aun-
“regiones homogéneas”, chocan con el avance jamin R. Barber, Viroli, Dominique Schna- que ambas son comunidades históricas y cul-
imparable de la globalización3, con el proceso pper, etcétera. Schnapper, por ejemplo, ha turales, la nación moderna, surgida como una
de construcción de Europa y con la creación de interpretado este despertar del patriotismo comunidad de ciudadanos libres e iguales a
instancias supranacionales. Según Dominique cívico frente a los embates de los particularis- raíz de las revoluciones americana y francesa, se
Schnapper4, si hasta los años sesenta del pasado mos modernos como una resurrección del distinguiría de la etnia por la voluntad de los
siglo las formas sociales propias de la Gemeins- viejo antagonismo del siglo XIX entre nación ciudadanos de participar en la vida pública
chaft parecían abocadas a la desaparición, a par- cívica y nación étnica o cultural, como lo de- prescindiendo de sus arraigos particulares. Este
tir de los años setenta los conflictos étnicos se finía Meinecke en 1907. Pero Schnapper se contenido universalista de la ciudadanía con-
dispararon en Europa, espoleados más tarde niega a utilizar el término de nación étnica trastaría con los vínculos particulares que
por el rompimiento de Yugoslavia y de la que, en su opinión, aúna dos concepciones unen a los miembros de las etnias. En el mar-
Unión Soviética. Danilo Zolo5 calcula que so- opuestas, de forma que lisa y llanamente ha- co de la nación, ese “lugar vacío” donde reina
lamente en África existen hoy unos 500 grupos bla de contraposición entre etnia y nación, la pura representación, en palabras de Claude
étnico-culturales que reivindican su autonomía dos conceptos que un gran número de soció- Lefort, el ciudadano deja de estar determina-
política, mientras que los Estados africanos re- logos y politólogos actuales como Hugh Se- do por su pertenencia a un grupo concreto
conocidos por Naciones Unidas no pasan de ton-Watson, John Amstrong, Suzanne Ber- que lo encierra en una cultura y en un destino
50; y, a escala mundial, serían varios miles –Er- ger, Walker Connor o Anthony Smith con- impuestos por su nacimiento y queda vincula-
nest Gellner hablaba de 8.000– los que de for- funden. Por ejemplo, Walker Connor afirma do a sus conciudadanos por el respeto a un
ma más o menos explícita reclaman su recono- que la nación es la etnia consciente de sí mis- contrato político. Frente a la especificidad del
cimiento político, mientras que el número de ma y Seton-Watson, después de asegurar que hombre privado, el universalismo del ciudada-
Estados no sobrepasa los 200. no hay definición científica posible, acaba no consiste en “elevarnos (...) por encima de
por proponer la siguiente: “Una nación exis- las limitaciones inherentes a nuestra pertenen-
Patriotismo cívico, patriotismo te cuando un número considerable de perso- cia a un pueblo particular”, realizando la esen-
constitucional e identidad posnacional nas de una comunidad considera que forma cia universal del hombre. En palabras de Berg-
Ante esta proliferación de reivindicaciones una nación o se conduce como si la son, se trataría de “un esfuerzo en sentido in-
formase”6. Yael Tamir, por su parte, define a verso a la naturaleza”(Citado por Schnapper,
la nación como un grupo que comparte ras- 93). Esta concepción de la nación como un
1 Por ejemplo, en nuestro país sustenta esta tesis gos objetivos como la lengua, la historia o el medio de trascender los vínculos tribales no
Ferrán Requejo en ‘El federalismo liberal y la calidad de territorio y que tiene conciencia de su dife- pretende negar, sin embargo, las tensiones
las democracias plurinacionales. Déficits actuales y posi-
bles mejoras’, en Revista Española de Ciencia política,
rencia7. También Kymlicka se refiere a las permanentes que se producen entre la univer-
núm. 3, octubre 2000, pág. 40. minorías nacionales como grupos etnocultu- salidad de la esfera pública y las diversidades
2 Después de la democracia. Crítica, Barcelona,
reales, étnicas y sociales de la sociedad nacio-
2002, pág. 32.
3 La globalización ya fue anunciada en los años

veinte del siglo pasado por Marcel Mauss, como señala 6 Citado por Schnapper, pág. 31. También Ferrán
Schnapper. Requejo, entre los politólogos españoles, considera que
4 La comunidad de los ciudadanos. Acerca de la idea 8 Will Kymlicka, Christine Straele, ‘Cosmopolita-
la autoconciencia es uno de sus rasgos fundamentales.
moderna de nación. Alianza, Madrid, 2001, pág. 189. ‘El federalismo liberal...’, op. cit., pág. 32. nism, Nation-States and Minority Nationalism: A Criti-
5 Cosmópolis. Perspectiva y riesgos de un gobierno 7 Liberal Nationalism, Princeton University Press, cal Review of Recent Literature’, European Journey of
mundial. Paidós, Barcelona, 2000, págs. 208-209 Princeton, 1993, pág. 66. Philosophy, núm. 7, marzo 1999.

40 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 140


n
dos exclusivamente a tales principios, con ex-
clusión de cualquier referencia a un territorio y
a una comunidad histórica y cultural concre-
tas. Siguiendo esta misma línea, y también a
comienzos de los años noventa, Jacqueline
Costa-Lascoux proponía impulsar, mediante la
armonización de las diferentes legislaciones na-
cionales, una ciudadanía europea que tendría
como ejes los derechos del individuo y un
“contrato de ciudadanía” que permitiría a las
distintas poblaciones seguir unidas a una cul-
tura particular, siempre y cuando las prácticas
sociales generadas por dicha cultura no resulta-
sen incompatibles con los principios suprana-
cionales de los derechos del hombre.

Cosmopolitismo
La creación de una ciudadanía y de un Estado
federal europeos podría ser el punto de parti-
da, según los eurofederalistas, para el estableci-
miento de un régimen político mundial basa-
do en tratados internacionales. Para ello sería
necesario impulsar las ONG y crear partidos
nal, ni tampoco la oposición entre el principio secuencia, la ciudadanía alemana, por ejemplo, europeos con intereses transnacionales con el
universal en el que se fundamenta la nación quedaba desligada de Alemania como nación, fin de fraguar una identidad colectiva que
democrática y las acciones y conductas de ca- con un pasado y unas tradiciones determina- trascendiese las fronteras estatales. La futura
da nación concreta a la hora de afirmar su es- das, para adherirse solamente a principios ra- Constitución europea podría ser un paso en
pecificidad frente a las demás. cionales. Esta iniciativa que, como es conoci- este sentido. El horizonte último de estas for-
Si con esta reflexión sobre la nación do, tenía como objetivo romper con una histo- mas de superación de la identidad nacional se-
Schnapper pretendía demostrar la validez de ria y una herencia de trágica memoria, fue ría el sueño imaginado por Kant, la integra-
esta forma política en un mundo cada vez más seguida por otros pensadores que, como el ción universal de la humanidad. Ésta es la
globalizado y sometido a las acometidas de los propio Habermas, están firmemente convenci- propuesta que encabeza, entre otros autores, la
particularismos, Habermas9 iba más lejos. Con dos de que el futuro de nuestras democracias norteamericana Martha Nussbaum 11 que
su noción de patriotismo constitucional trata- occidentales pasa por convertirse en sociedades abraza con entusiasmo la herencia estoica y
ba de trascender el marco del estado-nación posnacionales y de que no hay alternativa a la kantiana y aboga, sin complejos y sin tapujos,
vaciándole de sus componentes étnicos y diso- deriva universalista10. Así, por ejemplo, Jean- por la creación de una cosmópolis como alter-
ciando la colectividad histórico-cultural de la Marc Ferry desarrolló a comienzos de los años nativa al mundo de la globalización. Aunque
organización política. De este modo, los lazos noventa la idea de “identidad posnacional”, el ensayo de Nussbaum no provocó grandes
cívicos quedaban desvinculados de todo conte- basada en los principios de universalidad, au- entusiasmos en Estados Unidos y sí más bien
nido histórico, cultural, sentimental, para ha- tonomía y responsabilidad constitutivos de la algunas críticas aceradas, tuvo la virtud de
cer referencia exclusivamente a los principios democracia y del Estado de derecho. Según es- provocar un debate y algunas manifestaciones
abstractos del Estado de derecho. Como con- te pensador, los ciudadanos quedarían vincula-

11 Los límites del patriotismo. Identidad, pertenen-


9 Habermas, La constelación posnacional. Paidós, 10 Habermas, Identidades nacionales y postnaciona- cia y “ciudadanía mundial”. Paidós, Barcelona, 1999,
Barcelona, 2002, págs. 81 a 146. les. Tecnos, Madrid, 1989, pág. 117. pág.17 y sigs.

Nº 140 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA


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41
EL NACIONALISMO “LIGHT”

de apoyo12. Nussbaum ataca tanto el chauvi- la protección de los derechos humanos. Este cosmopolitas o constitucionalistas globales
nismo13 y los nacionalismos estatales como los sería el significado de sus tesis. como se denomina a David Held20, Richard
particularismos pero, como otros cosmopolitas Pero los críticos del cosmopolitismo re- Falk, Norberto Bobbio, Antonio Cassese o
como Kwame Anthony Appiah o Amartya chazan la pretendida universalidad de los dere- Kenichi Ohmae, propone una serie de medi-
Sen, aboga por el respeto a las diferencias cultu- chos humanos y aducen que se inscriben siem- das concretas para la creación de un “gobier-
rales siempre que éstas, a su vez, sean respetuo- pre dentro de una tradición determinada y que no mundial” cuyo embrión serían las institu-
sas con los derechos humanos. no pueden ser ni generalizados ni “exporta- ciones de la Organización de Naciones Uni-
Las críticas que han suscitado el patrio- dos”. Tal es la tesis que sostienen con ligeras das convenientemente reformadas21. Este
tismo constitucional y el cosmopolitismo variantes Zolo, Requejo, Judith Butler14 e in- organismo internacional estaría legitimado
han procedido tanto de las filas del llamado cluso Gertrude Himmelfarb15. Butler conclu- para usar la fuerza con el fin de establecer una
nacionalismo de las minorías como de los ye que ello invalida las tesis cosmopolitas de paz estable y universal, la justicia distributiva,
partidarios del patriotismo cívico. Schna- Nussbaum; y Etienne Balibar llega aún más le- la definición y protección de los derechos hu-
pper, por ejemplo, se muestra escéptica ante jos al sostener que nuestras nociones actuales manos, la integridad ecológica del planeta y el
la posibilidad de que el concepto de identi- de universalidad están impregnadas de equilibrio entre los recursos disponibles y el
dad posnacional pueda cohesionar a los ciu- racismo16. Por el contrario, Amartya Sen17, en crecimiento demográfico, es decir, para crear
dadanos. Según esta socióloga y miembro su réplica a Himmelfarb, niega que se trate de un “orden político óptimo”. Según estos au-
del Tribunal Constitucional francés, ningún valores exclusivamente occidentales y alega co- tores, ésta sería la única alternativa no sólo
sentimiento de pertenencia puede forjarse mo prueba la abundante y desconocida litera- para hacer frente a la guerra y a la anarquía
sin una historia común, aunque ésta sea par- tura escrita en chino, árabe, sánscrito y pali so- internacionales sino, incluso, para detener la
cial o totalmente inventada, como suele ser bre estos temas, así como, por ejemplo, las ins- destrucción del planeta y la posible extinción
el caso. Por otra parte, ¿qué porvenir espera- cripciones indias del siglo IV a. de C. referidas de la especie.
ría a las naciones vinculadas en torno al pa- a la cuestión de la justicia. Pero tal proyecto no está exento de críti-
triotismo constitucional sin mitos ni tradi- Sin entrar en un debate de enorme actua- cas. Una de las más duras es la de Danilo Zo-
ciones ni lengua ni raza ni territorio sagrado lidad en la ciencia política actual en el que lo, que sólo ve riesgos en la instauración de lo
al que apelar? ¿Cómo podrían sobrevivir sin han participado Habermas18, Charles Taylor, que califica de “Leviatán despótico y totalita-
lazos afectivos y emocionales y basándose en Mc Carthy y otros autores, es indudable que rio” cuya autoridad sería “intensamente inva-
la pura racionalidad en un mundo domina- la percepción que todos tenemos de lo que siva e intervencionista”. Tal sistema político
do por el fervor y el furor de los sentimien- significa la justicia o la dignidad humana se sería “evolutivamente regresivo” en la medida
tos étnicos? ¿Y cómo construir un senti- enmarca dentro de nuestras respectivas tradi- en que reduciría “la complejidad y diferencia-
miento de pertenencia a la humanidad ciones culturales. Ello no debería ser un obstá- ción del sistema internacional” (pág. 206-
cuando, por definición, el “nosotros” se crea culo, sin embargo, para alcanzar una defini- 207). Otros autores, por el contrario, conside-
siempre en oposición a los demás? ción aceptable por todos y evitar así que las ran que tal amenaza es inexistente. Habermas,
Los defensores de los particularismos de críticas a la universalidad de los derechos hu- por ejemplo, afirma que ni la reforma más
raíz cultural, como Danilo Zolo o Ferrán Re- manos sirvan, como ocurrió en la Conferencia ambiciosa de las instituciones de la ONU y de
quejo en nuestro país, han coincidido con de Viena de 1993, para que algunos Estados sus funciones, que se limitan hoy a cuestiones
Benjamín R. Barber, por ejemplo, en criticar asiáticos justifiquen el incumplimiento de di- de seguridad (fundamentalmente a la “domes-
la “incomprensión” de los universalistas ante chos derechos en sus países19. En nombre del ticación” de la guerra y a la prevención de ca-
los lazos que los individuos forjan con los respeto a peculiaridades culturales o a dere- tástrofes humanitarias y riesgos globales), per-
grupos y las comunidades a las que pertene- chos colectivos no parece legítimo cerrar los mite augurar tal peligro. Es más, la organiza-
cen. Pero Nussbaum desmiente menospreciar ojos ante la penalización de la infidelidad con ción cosmopolita forjada en torno a los
los lazos familiares, vecinales, locales e incluso la pena de muerte o ante prácticas como la derechos humanos nunca alcanzaría el grado
nacionales; tan sólo trata de recordar, en línea ablación del clítoris que atentan contra los de- de cohesión y solidaridad de los Estados na-
con los estoicos, que, desde una sensibilidad rechos de la persona. En estos casos ¿no estaría cionales, ni siquiera en el caso hipotético de
cosmopolita, es una prioridad interesarnos justificado tratar de “exportar” el respeto a la lograr un consenso en torno a dichos princi-
por la humanidad y por el respeto a los dere- dignidad de las personas a aquellos países que pios, lo que no parece fácil en el mundo inter-
chos humanos más allá de nuestras fronteras. la ignoran de manera flagrante? cultural de hoy22. David Held también deses-
Esto significa que un cosmopolita de la época Otra corriente cosmopolita en la que se tima las implicaciones tiránicas que podría
nazi no cerraría los ojos ante las matanzas de podría englobar a los “globalistas”, pacifistas conllevar un Estado mundial centralizado. Tal
los judíos y que un cosmopolita de hoy no
miraría para otro lado cuando se cometen
atentados contra la dignidad humana dentro 14 ‘La universalidad de la cultura’, en Los límites del 20 Held se diferencia de los “hiperglobalizadores”,
o fuera de sus fronteras. La defensa de las pe- patriotismo, op. cit., pág. 60. como los llama, porque considera que el Estado-nación
15 ‘Las ilusiones del cosmopolitismo’, en Los límites
culiaridades nunca puede estar por encima de seguirá ejerciendo un papel como representante de los
del patriotismo, op. cit., pág. 94. ciudadanos, aunque tenga que compartir el espacio polí-
16 ‘La universalidad de la cultura’, op. cit., pág. 61. tico con otras instituciones como ONG, organizaciones
17 ‘Humanidad y ciudadanía’, en Los límites del pa- internacionales, etcétera. Democracy and the Global Or-
triotismo, op. cit., pág. 142-143. der. From the Modern State to Cosmopolitan Governance.
12 De las 29 réplicas, Paidós sólo reprodujo 11, en- 18 ‘Le débat interculturel sur les droits de l’hom- Polity Press, Cambridge, 1995, págs. 267 y sigs.
tre las cuales hay sólo dos de apoyo a Nussbaum, la de me’, en L’intégration républicaine. Essais de théorie politi- 21 Held, por ejemplo, propone la creación de una
un asiático, Amartya Sen, y la de un africano, el ghanés que. Fayard, 1998, págs. 245 y sigs. segunda cámara en la ONU integrada por ONG, orga-
Kwame Anthony Appiah. 19 Singapur, Malasia, Taiwán y China, en una de- nizaciones internacionales no gubernamentales, mino-
13 Según Michael Walzer, Nussbaum ha percibido
claración conjunta en Bangkok, invocaron los valores de rías etnoculturales, etcétera, de forma que, al ampliar el
“el potencial chauvinista del patriotismo de Richard las culturas de Extremo Oriente, marcadas por el confu- grupo que toma las decisiones, los ciudadanos pudieran
Rorty”, ‘Esferas de afecto’ en Los límites del patriotismo, cionismo, para justificar las infracciones cometidas con- estar mejor representados.
op. cit., pág. 154 tra los derechos humanos. 22 La constelación posnacional, op. cit.,págs. 138 y sigs.

42 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 140 n


MARÍA JOSÉ VILLAVERDE

Estado presupondría la existencia de una cul- bos y racistas24. Pretende así conciliar el con- ante la posición adoptada por Stuart Mill en
tura homogénea, una ciudadanía global y un flicto histórico entre nacionalismo y liberalis- Consideraciones sobre el gobierno representativo.
universo discursivo común, lo que parece bas- mo o, como dice Gellner, entre pasión y razón. En una época en que las tesis nacionalistas
tante improbable en la actualidad. Según este Pero el nacionalismo liberal es una especie apelaban a la idea de libertad y despertaban
autor, para ser viable la comunidad cosmopo- de cajón de sastre donde cabe desde el sionis- las simpatías de los pensadores liberales, Ac-
lita tendría que dotarse de una forma política mo de Tamir, que ella define como respetuoso ton deslindó tajantemente los campos entre
mixta entre federación y confederación, pues con los derechos individuales y las aspiraciones ambas ideologías, afirmando que eran idea-
no sólo las comunidades locales y nacionales nacionales25, al nacionalismo de Estado o al rios opuestos y que el nacionalismo atentaba
serían reacias a ceder su soberanía sino que, nacionalismo de las minorías. Las diferencias contra la libertad28. En su opinión, el respeto
además, una única autoridad no podría gober- entre los nacionalistas liberales son, por lo tan- al hecho diferencial y el pluralismo eran prin-
nar todo el planeta e incluso sería inconve- to, notables e incluso algunos como David Mi- cipios liberales opuestos a la exigencia de ho-
niente que lo hiciera. El propio Kant así lo ller o Margaret Canovan son reacios a aceptar mogeneidad de los nacionalistas, que era pro-
percibió. (Held, pág. 229 y sigs.). tal denominación. Otros, como Kymlicka, fundamente antidemocrática y conducía al
Pero la crítica de Zolo no va acompañada Margalit y Raz, prefieren llamarse “culturalis- despotismo. Frente al patriotismo visceral ba-
de soluciones positivas. Su propuesta de “paci- tas” para subrayar la importancia de los dere- sado en aspectos raciales, la patria era para
fismo débil” consiste únicamente en renunciar chos nacionales a la hora de proteger las cultu- Acton sinónimo de leyes y de libertad. Por
a extirpar el conflicto en el seno de la sociedad ras minoritarias. Kymlicka distingue asimismo otra parte, consideraba que las tesis naciona-
mundial por ser consustancial con la naturale- entre los partidarios de un nacionalismo de la listas eran regresivas porque pretendían vol-
za del hombre. Y su objetivo de contener la mayoría y quienes defienden los derechos de ver a los tiempos en que las diferencias de re-
hegemonía cultural de Occidente, de reforzar las minorías nacionales. Las reflexiones de estos ligión, de lengua y de cultura constituían
las identidades étnico-culturales y de desarro- autores han producido una masa ingente de obstáculos insalvables para la convivencia en-
llar una cultura de la diversidad humana no artículos y libros sobre la teoría política del na- tre los pueblos. Pero las sociedades democrá-
conduciría, en mi opinión, más que a abrir cionalismo desde los años noventa*. ticas habían abolido dichas barreras y las dife-
nuevos focos de tensión en el mundo si, como En mi opinión, hablar de nacionalismo li- rentes razas y nacionalidades podían convivir
él mismo dice, existe una explosión de reivin- beral (y en este trabajo me refiero exclusiva- en paz bajo un mismo Estado sin perder sus
dicaciones étnicas “innegociables en la medida mente al nacionalismo de las minorías, según señas de identidad. Desde la aceptación de
en que están ancladas en el código de la perte- la expresión de Kymlicka) es contradictorio, a las diferencias étnicas y culturales era posible,
nencia y las identidades colectivas” (pág. 187) pesar de que Margaret Canovan26 sostenga según Acton, la unión de los ciudadanos en
¿Por qué, entonces, renunciar a la búsqueda que prácticamente todos los teóricos liberales torno a un valor ético que todos podían sus-
de la paz que persiguen los cosmopolitas, por han sido nacionalistas por las tesis implícitas cribir: la libertad. De ahí su oposición al de-
difícil que parezca, para internarnos en el ca- que contienen sus teorías. Afirmación que, co- recho de autodeterminación que los naciona-
llejón sin salida del conflicto al que nos enca- mo mínimo, puede calificarse de chocante. No listas exigían, no en nombre de los intereses
minan las tesis de los particularistas? creo que los autores a los que hace referencia reales de los ciudadanos, sino de entes abs-
–Kant, Acton y Rawls–, estuviesen de acuerdo tractos y ficticios como “el pueblo”.
Nacionalismo liberal con tan peregrina idea. Acton, como es sabido, Pero el nacionalismo liberal no compar-
Zolo coincide en buena medida con los parti- abordó el tema del nacionalismo en dos ensa- te estas tesis. Desde sus filas –Kymlicka29,
darios del pluralismo étnico y cultural. Éstos yos de 1861 y 1862, Cavour y Nacionalidad27, por ejemplo– se sigue haciendo hincapié en
ya no se reclaman del nacionalismo de Her- la importancia del “pueblo”, del “sujeto po-
der o Fichte, sino que su argumentación ha lítico colectivo”, del “nosotros”, del “espíri-
variado ostensiblemente en los últimos tiem- 24
tu común”, es decir, de la identidad colecti-
Trata de introducir los valores nacionalistas
pos; es más refinada y maneja argumentos –el énfasis en la pertenencia, la lealtad y la solidari- va, aún cuando, en teoría, dice perseguir la
más sofisticados. Éste es al menos el talante dad– en el discurso liberal, basado en la autonomía autonomía y la libertad individuales. Pero
de los pensadores que se agrupan en torno a personal. Ver pág. 6. los intereses colectivos y los intereses indivi-
25 Tamir define así al sionismo en la dedicatoria
lo que, conforme al título del libro de Yael del libro.
duales son difícilmente conciliables, como
Tamir, se ha llamado el nacionalismo * Por ejemplo, en 1993 Yael Tamir publicó Liberal ya puso de manifiesto Rousseau. El nacio-
liberal23. Es significativo que una de las im- Nationalism, en 1995 se editó On Nationality, de Miller, y nalismo no puede plantear sus reivindica-
Multicultural Citizenship: A Liberal Theory of Minority
pulsoras de esta corriente sea esta autora judía Rights, de Kymlicka; en 1996 Nationhood and Political
ciones desde instancias individuales (por
que tiene detrás de sí toda la tradición de la Theory, de Canovan; en 1997 The Morality of Nationalism, mucho que hablen del derecho individual a
Ilustración judía del XVIII y del XIX, así como de McMahan y Mc Kim; en 1998 apareció National Self- la cultura) sino como derechos de los gru-
la herencia cosmopolita de los judíos centro- Determination and Secession, de Moore, y Rethinking Natio- pos. Yael Tamir lo reconoce implícitamente
nalism, de Couture, Nielsen y Seymour, así como Philo-
europeos del XX, desde Stefan Zweig a Berta sophy of Nationalism de Gilbert y Theories of Secession, de al diferenciar la perspectiva “cultural” (es
Szeps. Esta profesora de Filosofía de la Uni- Lehning, en 1999 se publicó Theorizing Nationalism, de
versidad de Tel-Aviv y miembro fundador de Beiner, y desde entonces no han parado de salir nuevos títu-
los y de celebrarse simposios sobre el tema.
la organización israelí Paz Ahora trata de con- 26 ‘The Skeleton in the Cupboard: Nationhood, 28 “La nación está por encima de los derechos y
jugar el liberalismo con el sionismo y, en un Patriotism and Limited Loyalties’, en Caney, George, deseos de los habitantes, absorbiendo sus intereses diver-
sentido más amplio, con la tradición naciona- Jones, National Rights, International Obligations. Boul- gentes en una unidad ficticia, sacrifica sus inclinaciones
der, Westview, 1996. y deberes diversos a la exigencia prioritaria de la nacio-
lista, vaciándola de sus componentes xenófo- 27 ‘Nacionalidad’, en Ensayos sobre la libertad y el
nalidad, y aplasta todos los derechos naturales y todas
poder. Edición a cargo de Paloma de la Nuez, Unión las libertades establecidas con el fin de reivindicarse a sí
Editorial, Madrid, 1999, págs. 333 y sigs. Y ‘Cavour’ misma”. ‘Nacionalidad’, Ensayos sobre la libertad y el po-
(págs. 267 y sigs.), y ‘Nacionalidad’ (págs. 233 y sigs.), der, op. cit., pág. 350.
23 En realidad, según estos autores, el nacionalis- en Ensayos sobre la libertad, el poder y la religión. Edición 29 ‘Cosmopolitanism, Nation-States, and Minority

mo liberal se remontaría a John Stuart Mill. Ver Yael de Manuel Alvarez Tardio, Centro de Estudios políticos Nationalism: A Critical Review of Recent Literature’,
Tamir, Liberal Nationalism, op. cit., págs. 142. y constitucionales, Madrid, 1999. op. cit.

Nº 140 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA


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43
EL NACIONALISMO “LIGHT”

decir, nacionalista) que concibe a la nación publicanismo y nacionalismo. Pero eso no es


como una comunidad que comparte una se- cierto. Como dice Jean-Marc Ferry, el republi-
rie de rasgos objetivos y entiende el derecho canismo francés fue siempre ambiguo y com-
de autodeterminación como el derecho co- portó elementos étnicos. La Francia jacobina,
lectivo de preservar la existencia del grupo y cuyo referente fue Rousseau, fue en efecto
de su vida comunal, de la versión “democrá- hostil al pluralismo, ignoró los intereses de las
tica”, según la cual la nación es un grupo de minorías (como lo prueba, por ejemplo, la fe-
individuos cuya autodeterminación consiste roz represión contra la revuelta de la Vendée)
en el derecho a autogobernarse, principio li- y continuó con la política de homogeneiza-
beral que recoge la Declaración Universal ción y de unificación lingüística que había co-
de Derechos Humanos de 1947 (Tamir, menzado en el siglo XVI, que prosiguió en la
pág. 69). Ambas perspectivas, como puede Tercera República y culminó con la práctica
observarse, son opuestas. Tamir se pregunta desaparición de las 14 lenguas que aun se ha-
por qué razón hay que conceder a las liber- blaban en Francia en 1914 (Schnapper, págs.
tades individuales más valor que a la perte- 175 y 134).
nencia a un grupo; dicho de otro modo, El modelo cívico por excelencia se en-
por qué la autonomía personal tiene que cuentra, por el contrario, en la tradición plu-
prevalecer sobre el sentimiento de pertenen- ralista británica, respetuosa con la diversidad
cia. Obviamente se trata de opciones perso- de orígenes y vínculos particulares y defenso-
nales, de elegir entre los valores de la demo- ra, no de la libertad con mayúsculas, sino de
cracia o los valores colectivistas. Pero hay las libertades concretas de los ciudadanos. Y,
que ser conscientes de adónde ha conduci- desde el punto de vista teórico, en el ideal
do históricamente cada opción. Los nazis, kantiano definido como un sistema republica-
por ejemplo (y no olvidemos que el término no, representativo, basado en la separación de
nazi procede de nacionalista), apelaban a la poderes y en el respeto a los derechos indivi-
libertad de la nación para justificar la falta duales. Si como dice Clifford Geertz, la na-
de libertad de los ciudadanos y no tenían ción (cívica) se caracteriza por concebir el in-
empacho en denominar Congreso del Parti- terés público como algo no necesariamente su-
do de la libertad a uno de sus congresos de perior, sino independiente y en ciertos
Núremberg30. El derecho de autodetermi- momentos en conflicto con los intereses priva-
nación por el que abogan los nacionalistas dos y los demás intereses colectivos, no parece
liberales no tiene nada que ver, como dice la que el concepto de voluntad general de Rous-
propia Yael Tamir (págs. 71 y sigs.), con los seau, ese ente abstracto que no es ni la volun-
derechos civiles ni con la participación polí- tad de la mayoría ni siquiera la voluntad de
tica porque no garantiza la libertad de aso- no puede decidir hasta que alguien decide todos, se ajuste a estos criterios. Si el lema
ciación ni la de reunión ni las restantes quién es el pueblo32. kantiano podría traducirse como “ten el valor
libertades ni tampoco el autogobierno. Es de servirte de tu razón para ser libre”, la máxi-
decir, no tiene nada que ver con la demo- Nación étnica y nación cívica ma del Contrato social podría resumirse como
cracia. Expresa simplemente el deseo de ser Louis Dumont ha definido de manera muy “sólo obedeciendo a la voluntad general serás
gobernados por gente con la que nos senti- gráfica estas dos ideas de nación a que se refie- libre”34. Mientras Kant concibe al individuo
mos más identificados o más cercanos por re Tamir –que Renan y Fichte simbolizaron como un fin, Rousseau le sacrifica al interés de
ser de la misma raza, cultura, religión o cla- en el siglo XIX33– como una “colección de in- la colectividad. Frente al mundo sin fronteras
se social, aún a costa de ver mermadas nues- dividuos” y como un “individuo colectivo”. que soñarán Kant y los cosmopolitas, e inclu-
tras libertades civiles o nuestros derechos Mientras la nación étnica incorporaría nume- so frente al proyecto europeísta de l’Abbé de
políticos. Según Berlin, se trataría de una rosos elementos holistas, la nación cívica esta- Saint Pierre, Rousseau sólo es capaz de imagi-
búsqueda de estatus o de reconocimiento, ría íntimamente ligada al individualismo co- nar una confederación de pequeñas repúblicas
no de igualdad de derechos. mo valor. El error en el que incurren los na- blindadas hacia el exterior y replegadas sobre
Por otra parte, los defensores del dere- cionalistas liberales al sostener que liberalismo sí mismas. No puede haber dos visiones más
cho de autodeterminación son partidarios y nacionalismo son compatibles es que se ba- opuestas del republicanismo; la de Kant libe-
de que todo grupo que se ve a sí mismo co- san en el modelo francés. En efecto, histórica- ral, democrática y cosmopolita; la de Rous-
mo una nación tenga su propio Estado31. mente se ha dado por hecho que Francia era el seau, precursora del totalitarismo35 y del na-
Pero las cosas no son tan sencillas. Como paradigma del modelo cívico que aunaba re- cionalismo naciente, como lo prueban sus dos
decía el constitucionalista británico sir W. últimas obras políticas, el Proyecto de Constitu-
Ivor Jennings, a primera vista parece razo- ción para Córcega y las Consideraciones sobre el
nable que el pueblo decida, pero el pueblo 32 Citado por Juan J. Linz, op. cit., pág. 255.
33 De manera un tanto maniquea, pues el Fichte
de El fundamento del derecho natural, de 1797, tenía una
idea de nación cercana a la nación cívica e, incluso en 34 La frase de Rousseau dice así: “Quien se niegue
30 Juan J. Linz, ‘Teoría de la democracia’, en Del 1806, mantuvo su posición de que la nación está abierta a obedecer a la voluntad general será obligado por todo
Águila, Vallespín, La democracia en sus textos, Alianza, a todos los que participan en los valores comunes. Por el cuerpo político, lo que significa que se le obligará a ser
Madrid, 1998, pág. 255. su parte Renan, que en sus primeros escritos apelaba a la libre”. Oeuvres complètes III, Gallimard, Paris, 1964,
31 Tamir es partidaria del más alto grado de auto-
raza, sólo se convirtió en defensor de la nación cívica a pág. 364. La traducción es mía.
determinación posible en cada circunstancia, incluida la raíz de la guerra de 1870 y de la anexión de Alsacia y 35 He desarrollado esta tesis en mi libro Rousseau y
secesión, op. cit., pág. 75. Lorena por el Reich alemán. el pensamiento de las Luces, Tecnos, Madrid, 1987.

44 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 140 n


MARÍA JOSÉ VILLAVERDE

Gobierno de Polonia, auténticos catálogos de diversidad y que, en lugar de plantearse tras- do, la disyuntiva que plantean estos pensado-
medidas para fortalecer la identidad nacional cender los vínculos nacionales, se propusiera, res llevada a sus últimas consecuencias es: o
que harían las delicias de los políticos naciona- por el contrario, impulsar las identidades na- bien el nacionalismo de Estado aniquila las
listas de hoy. Medidas encaminadas a inculcar cionales. Dicho marco transnacional sería el demás identidades nacionales que compiten
el espíritu patriótico que “es un espíritu exclu- idóneo para ejercer los derechos nacionales38 con él, o bien el Estado multinacional se des-
sivo que nos hace mirar como extranjeros y (Tamir, págs. 165-166). compone en tantos Estados-nación como gru-
casi como enemigos a quienes no son nuestros pos nacionales existan, a través de la secesión y
compatriotas” 36. ¿Es éste el modelo de nación Autodeterminación de la redelimitación de fronteras, como sugie-
cívica forjada sobre valores universales o el Tampoco hay conciliación posible entre libe- re Michael Walzer. Una tercera posibilidad, la
prototipo de una república despótica y exclu- ralismo y nacionalismo en el tema de la auto- de que las minorías nacionales estuvieran dis-
yente? El patriotismo de Rousseau, al hacer determinación. Acton, como hemos visto, lo puestas a renunciar a su sentido de “pertenen-
hincapié en el “nosotros” frente al “ellos”, fo- rechazaba ya en el siglo XIX. Lo mismo hace cia nacional” e integrarse en la nación domi-
menta la intransigencia y la hostilidad entre hoy, por ejemplo, Habermas quien, en La nante a cambio de garantías de que su cultura
las naciones, conduce a la exclusión y a la xe- constelación posnacional, lo califica de “extrava- sería respetada, como plantea Miller, parece
nofobia y muestra el lado perverso de todo gancia”en referencia al País Vasco39. Los “cul- totalmente descartada dada la intensidad cada
nacionalismo. turalistas” Kymlicka y Straehle sugieren, por el vez mayor que están adquiriendo las exigen-
Pero, a pesar de lo que pudiera creerse, el contrario, que entra dentro de la lógica del na- cias nacionalistas.
cerrado modelo de Rousseau es compartido cionalismo liberal apoyar las reivindicaciones La solución que proponen se puede for-
hoy, en cierta medida, por algunos nacionalis- de las minorías para conseguir el autogobier- mular, pues, en los siguientes términos: puesto
tas liberales. Michael Walzer37, por ejemplo, no, sin descartar el derecho a la secesión. Ta- que las identidades minoritarias merecen res-
rechaza también el ideal de un mundo sin mir tampoco lo descarta. Kymlicka opone el peto y reconocimiento, los Estado multinacio-
fronteras y subraya la necesidad de establecer proceso de construcción nacional llevado a ca- nales tienen que renunciar a su pretensión de
barreras entre los pueblos. Si valoramos las di- bo en “los dos últimos siglos” en Occidente ser una nación y de compartir una lengua y
ferencias, dice, tenemos que aceptar las fronte- por los Estados-nación para forjar una identi- una identidad comunes, es decir, deben desis-
ras; y si las fronteras entre los Estados desapa- dad nacional, una cultura y un lenguaje co- tir de continuar su propia forma de construc-
reciesen, las comunidades locales se encargarí- munes (lo que denomina nacionalismo de Es- ción nacional y deben transformarse en una
an de establecer las suyas. En las ciudades tado), con el nacionalismo de las minorías que federación de pueblos autogobernados. Sólo
cosmopolitas de los imperios multinacionales han luchado para no ser asimiladas por las así las minorías se sentirán seguras dentro de
o en las ciudades con gran flujo de inmigran- mayorías y para formar sus propias comunida- los Estados y marginarán (¿durante cuánto
tes, añade, son los barrios los que se transfor- des, bien como Estados independientes o bien tiempo?) sus deseos de independencia. Pero
man en fronteras. También Tamir acepta im- como regiones autónomas dentro de los Esta- tales exigencias olvidan que en muchos casos
plícitamente el universo cerrado nacionalista, dos a los que pertenecen. Planteado en estos el proceso de construcción de los Estados-na-
al afirmar sin crítica alguna que los grupos na- términos, el conflicto entre el “nacionalismo ción europeos (que en algunos casos tiene
cionales o culturales que quieren preservar su de Estado” y el “nacionalismo de las minorías” mucho más de los dos siglos de antigüedad
identidad crean barreras invisibles de tipo reli- no tiene visos de solución aunque la actuación que le concede Kymlicka) ha ido tejiendo una
gioso, ideológico, lingüístico e incluso psicoló- estatal se enmarque dentro del más estricto red de lazos intelectuales, culturales, religiosos,
gico entre ellos y los extraños (pág. 166). respeto a los derechos individuales y aunque lingüísticos, económicos, sociales, etcétera, en-
Tamir reconoce asimismo que la identi- se garantice plenamente el derecho a la cultu- tre los distintos grupos étnicos que conforman
dad nacional se preserva mejor en un marco ra. Porque si la identidad de las personas, co- un Estado, lazos que habría que deshacer para
“homogéneo, pequeño y relativamente cerra- mo proclaman estos autores, está estrictamen- satisfacer el sentimiento de identidad de las
do” (pág. 142) y que actualmente hay dos op- te vinculada a su grupo etnocultural, si los in- minorías o de algunos miembros de dichas
ciones excluyentes; el mundo pacífico, integra- dividuos únicamente pueden “llevar vidas con minorías. Porque la amnesia de quienes nie-
do y posnacional de los cosmopolitas o el sentido” dentro de su propia cultura nacional gan tales vínculos no es inocente. Los nexos
mundo balcanizado de pequeños Estados en- y si lo que convierte a la libertad individual en de unión que una historia común de cientos
vueltos en una guerra incesante de los nacio- “significativa” es la participación en una cultu- de años ha trenzado no pueden ser aniquila-
nalistas. Pero ninguna de estas dos opciones le ra nacional, sólo cabe el reconocimiento de di- dos simplemente por la voluntad o los intere-
parece convincente a esta autora, a quien no le cha cultura para que la “dignidad y autorres- ses de unos cuantos individuos empeñados en
gusta que el nacionalismo liberal sea identifi- peto de sus miembros” no se vea amenazada y fomentar las peculiaridades de cada grupo.
cado con esas sociedades cerradas y aisladas, y éstos puedan sentirse “cómodos”. En definiti- ¿No puede el derecho a la cultura encontrar
que huye de los aspectos etnocéntricos y xenó- va, para que las minorías no se vean a sí mis- satisfacción más que a costa de romper lazos
fobos del nacionalismo. De modo que propo- mas como “naciones atrapadas”, los Estados- históricos centenarios? ¿Qué nuevo valor es
ne una tercera vía para superar estos rasgos: la nación tienen que renunciar a crear un senti- ese de la “comodidad” al que se refieren cons-
integración de las minorías nacionales (que miento común de pertenencia nacional que tantemente en sus reivindicaciones? ¿Se trata
tendrían grandes dificultades en ejercer de “socava” el nacionalismo de las minorías y que acaso de una nueva versión de los derechos
otro modo su derecho a la autodetermina- destruye cualquier “sentido preexistente” dife- humanos?
ción) en una Unión Europea respetuosa de la rente de dichas minorías. Dicho de otro mo- El derecho individual a la cultura que
tanto invocan no parece que pueda justificar
los costes de todo tipo, económicos, políticos,
36 Lettre à M. Vsteri (10 de abril de 1763), Corres- 38 Un ejemplo del respeto y el reconocimiento de sociales, incluso afectivos, que un proceso de
pondance Générale de Jean-Jacques Rousseau, IX, Librairie la Unión Europea hacia los sentimientos nacionalistas ruptura puede comportar. Más aún si la cultu-
Armand Colin, Paris, 1924, pág. 265. es, según Tamir, la existencia de una oficina para fo-
37 Spheres of Justice, Oxford University Press, Ox- mentar las lenguas étnicas (pág. 152). ra, que para ellos es el elemento definitorio de
ford, 1983, págs. 36 y sigs. 39 La constelación posnacional, op. cit., pág. 97. la “nación”, no es algo fijo e inmutable como

Nº 140 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA


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EL NACIONALISMO “LIGHT”

pensaban los nacionalistas del siglo XIX, sino griegos, cuando conquistaron su independen- para. Visto así, no parece que se pueda consi-
que consiste en un continuo “hacerse y reha- cia en 1862, buscaron sin éxito inventar una derar la mayoría de las demandas del naciona-
cerse”; si es un “escenario de ámbitos super- lengua “pura” vaciada de todas las influencias lismo democrático no estatal (como el catalán,
puestos, de fronteras imprecisas, de fluc- turcas. Algo parecido ha sucedido con el eus- el escocés o el quebequés), como pretende Fe-
tuación” a la vez que de “adaptación”, “reela- kera, que en los dos siglos anteriores a 1880 rrán Requejo (pág. 41), como “una profundi-
boración” y “relectura”; si las identidades no no produjo más de media docena de títulos42. zación de las premisas del liberalismo político
son ni naturales ni dadas sino que responden Es cierto que el nacionalismo liberal se y, particularmente, de los valores de igualdad,
a la voluntad de los movimientos nacionalistas opone al nacionalismo “duro”, al que impone libertad y pluralismo”. Si hemos de creer a
que “mediante su organización, movilización la limpieza étnica, al que reclama que toda Ralf Dahrendorf, uno de los grandes valores
y discurso” fraguan la nación; si la etnicidad nación (o etnia, según la terminología de de la democracia consiste en que gente diversa
no es sino el “resultado de la producción de los Schnapper) tenga su propio Estado soberano, desde el punto de vista étnico, religioso o polí-
intelectuales a través de un proceso de filtrado un Estado “nacionalizador” que aplique al tico pueda convivir y compartir valores comu-
y selección de tradiciones, mitos y símbolos de conjunto de la población su cultura y su len- nes, sin necesidad de vivir recluida en nichos
entre el repertorio étnico disponible”, como gua mediante políticas de asimilación e inte- con sus iguales (pág. 32). Pero en este “federa-
afirma Ramón Máiz40. ¿Por qué entonces ha- gración. Los nacionalistas liberales se deslin- lismo multinacional sin soberano”, ¿qué valo-
bría de aceptar toda una población la volun- dan de esta vertiente nacionalista vaciando el res compartirían las distintas “naciones” si re-
tad de un grupo de individuos obstinados en concepto de “nación” de todos los elementos pudian la lengua, la historia y la cultura co-
acentuar las diferencias hasta convertirlas en étnicos inaceptables hoy por la democracia li- munes e incluso ponen en cuestión la
un foso que puede destruir una convivencia beral, como la raza (que reduce a la nación a preeminencia de los derechos individuales?
de siglos? ¿Por qué tendrían que ser conside- una dimensión biológica), el territorio y el es- ¿Qué espacio político común podría configu-
radas esas diferencias como un valor digno de píritu del pueblo o Volkgeist. Depurada así de rarse si dejan de compartir el mismo senti-
protección? ¿Qué bien proporcionan para los rasgos deterministas y antiliberales, de su miento de pertenencia?
que exijan ser preservadas como si fueran es- “núcleo duro”, la “nación” quedaría reducida Habermas cree que las demandas de se-
pecies en vías de extinción?, se pregunta a aspectos meramente culturales como la len- gregación e independencia son con frecuen-
Habermas41. gua, la historia y el sistema mítico-simbólico. cia fruto de problemas de insolidaridad entre
E incluso como la cultura puede tener un regiones ricas y regiones pobres, como ocurre
Universalismo y particularismo contenido demasiado “denso”, los nacionalis- en Italia con las reivindicaciones de la Liga
Por mucho que digan los nacionalistas libera- tas liberales son partidarios del “adelgaza- Norte45. Pero también cabe pensar, bajo una
les de hoy, no parece que pueda haber recon- miento del concepto de cultura”, que consis- óptica weberiana, que el nacionalismo es el
ciliación posible entre nacionalismo y libera- tiría en renunciar a imponer a los miembros resultado del ansia de grupos locales por con-
lismo como no la hay entre universalismo y de la “nación” valores comunes (Máiz, págs. quistar cada vez más poder recurriendo a to-
particularismo. La afirmación de la identidad 64-66). “Adelgazada” y depurada de esta gui- do tipo de legitimaciones histórica, ideológi-
que requiere todo particularismo conduce ine- sa, la idea de “nación” que defienden estos au- ca, etcétera, para lograrlo. El ensayo de Nuss-
vitablemente a subrayar las diferencias, aún tores exige, sin embargo, no sólo la autono- baum al que antes me he referido, en su
cuando ello no implique necesariamente, co- mía cultural sino el autogobierno, única vía sencillez, pone el dedo en la llaga al señalar
mo ocurre en el caso del nacionalismo “duro”, para que estas minorías no pierdan “autoesti- una de las perversiones del nacionalismo. Al
inculcar el odio al diferente, al “maketo” que ma y autorrespeto”43 y se sientan “cómo- citar en su artículo la sentencia de Plutarco
no comparte nuestra cultura o nuestra lengua. das”44 en términos de identidad (Requejo, “debemos de considerar a todos los seres hu-
Aún así no parece que ésa sea la mejor forma págs. 38-39). La forma política propuesta pa- manos como nuestros conciudadanos y con-
de reforzar los lazos de fraternidad que nos ra Estados con minorías “nacionales”, como vecinos” no pude por menos que recordar las
unen a nuestros semejantes. Los cosmopolitas el español es un federalismo multinacional palabras de Rousseau en Emilio: “El patriota
entienden que el lugar de nacimiento es un con un Estado sin soberano, es decir, con so- es duro con el extranjero que sólo es un
mero accidente y que no debemos permitir beranía compartida entre las distintas “nacio- hombre, que no es nada”. Tendríamos que
que las diferencias de nacionalidad, de clase, nes”, que garantice la pluralidad cultural y el ser conscientes de si estamos educando a
de pertenencia étnica o de género erijan fron- derecho a usar la propia lengua mediante el nuestros jóvenes para ser “hombres o patrio-
teras entre nosotros y nuestros semejantes. Ni acceso a la vida pública, a las instituciones tas”. Y aunque haya planteamientos naciona-
siquiera la lengua. Porque las diferencias se económicas, políticas y educativas. listas con los que estemos de acuerdo, la pie-
pueden ahondar o minimizar. Se puede decir, Esta nueva visión del nacionalismo, que dra de toque para adherirnos o no a ellos
como los obispos catalanes dijeron en su día, dice respetar los valores del liberalismo demo- consiste, a mi entender, en saber si su objeti-
que la lengua es la patria o, como afirmaba crático, termina, sin embargo, al igual que el vo es unir a los seres humanos o separarlos. n
Renan, que la lengua invita a unir pero que nacionalismo étnico, incidiendo en lo que se-
no fuerza a ello. Porque la lengua, como la
identidad, no es algo dado. Los dirigentes de
la República Democrática Alemana trataron 42 ‘A modo de introducción a la literatura vasca’.
de crear una lengua nueva para distanciarse de Prólogo de Ibon Sarasola a Obabakoak de Bernardo At-
la RFA y de la herencia nazi; y también los xaga, Ediciones B, Barcelona, 1989, pág. 13.
43 Es la tesis que sostienen Margalit y Raz en ‘Na-

tional Self-Determination’, Journal of Philosophy 87/9,


págs. 439 y sigs.
40 ‘‘El lugar de la nación en la teoría de la demo- 44 Kymlicka insiste mucho en que el ciudadano

cracia y el ‘nacionalismo liberal’ ’’ en Revista Española de medio sólo se siente “cómodo” debatiendo cuestiones
Ciencia Política, núm. 3, octubre 2000, págs. 66-68. políticas en su lengua vernácula, lengua que confiere al
41 Citado por Fernando Vallespín, El futuro de la ciudadano una “nueva dignidad”. María José Villaverde es profesora titular de Ciencia
política. Taurus, Madrid, 2000, pág. 86. 45 La constelación posnacional, op. cit., pág. 98. Política en la Universidad Complutense.

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DIÁLOGO

JÜRGEN HABERMAS
Sobre la guerra, la paz y el papel de Europa

EDUARDO MENDIETA

En la última década hemos sido testigos de varias intervenciones bélicas em- o lo que une a los europeos. Europa: en defensa de una política exterior co-
prendidas presuntamente en defensa de los derechos humanos, la búsqueda mún’ (en El País, 4-6-2003, págs. 10-11). Este llamamiento contenía ele-
de la paz y bajo la cobertura del derecho internacional. Sobre ellas, el filóso- mentos polémicos, sobre todo al señalar la existencia de líneas de fractura en-
fo alemán Jürgen Habermas se ha pronunciado en repetidas ocasiones, ana- tre los países de la “vieja Europa” y los candidatos a la UE procedentes del an-
lizando las razones esgrimidas en cada caso y distinguiendo la naturaleza de ca- tiguo bloque del Este que han levantado ampollas. Un desarrollo más
da intervención. Siguiendo el espíritu de la tradición kantiana, ha buscado pormenorizado de todas estas ideas puede encontrarse en el libro de Giovan-
siempre reafirmar los principios y normas del derecho internacional y las na Borradori: La filosofía en una época de terror. Diálogos con Jürgen Habermas
instituciones de las Naciones Unidas. Habermas considera que la Unión y Jacques Derrida (Taurus, Madrid, 2003).
Europea está llamada a desempeñar un papel clave en la actual conformación La entrevista que aquí se presenta se inició en Estambul en el marco del
del mundo de modo que pueda llegar a reequilibrar el unilateralismo hege- XXI Congreso Mundial de Filosofía celebrado en agosto de 2003 y se con-
mónico de Estados Unidos. Postula por ello un fortalecimiento de los lazos in- cluyó, tras varios intercambios epistolares, el pasado 26 de noviembre. Estu-
traeuropeos mediante el establecimiento de una auténtica Constitución. En- vo conducida por Eduardo Mendieta, profesor de la Universidad del Estado
tre los numerosos textos que ha dedicado a estos temas destacan los siguien- de Nueva York (SUNY) en Stony Brook y representante cualificado de la te-
tes: ‘La idea kantiana de paz perpetua’ (en Isegoría, núm. 16, 1997, págs. oría crítica en EE UU. Su último libro en español es la edición y presentación
91-117) y ‘¿Necesita Europa una Constitución?’ (en La inclusión del otro, Pai- de una colección de escritos de Habermas: Israel o Atenas. Ensayos sobre reli-
dós, Barcelona, 1999, págs. 137-143). Recientemente ha publicado, junto con gión, teología y racionalidad (Trotta, Madrid, 2001).
Jacques Derrida, un manifiesto de marcado sesgo europeísta: ‘El 15 de febrero Juan Carlos Velasco

EDUARDO MENDIETA. Profesor Ha- mania, hundida moral e intelectual- mo y justificó una forma de “huma- rectamente inminente por parte de
bermas, permítame que comience mente, uno podría confrontarse me- nismo militarista”, por usar los tér- Irak. Esto vale con independencia
expresándole mi felicitación por la jor con lo que Jaspers denominaba minos de Chomsky. ¿Qué es lo que de que en Irak se lleguen a encontrar
concesión del Premio Príncipe de “situaciones límites” mediante el len- diferencia estos dos casos: por un la- o no armas de destrucción masiva.
Asturias así como por la Medalla guaje de Marx y Dewey que con la do, Irak y Afganistán y, por otro, Para un ataque preventivo no hay
de Oro del Círculo de Bellas Artes jerga de la autenticidad. Kosovo? ninguna justificación ulterior: nadie
de Madrid. Usted ha debido sor- está autorizado a emprender una
prender a muchos españoles, igual E. M. Volviendo a la concesión del J. H. Sobre la intervención en Afga- guerra por sospechas.
que a mí, al expresar su admiración Premio Príncipe de Asturias, ¿puede nistán me expresé en la entrevista En esto puede usted apreciar la
por Miguel de Unamuno y Miguel usted decir algo acerca de que tam- con Giovanna Borradori en térmi- diferencia con respecto a la situación
de Cervantes, esto es, por dos apa- bién Susan Sontag, Gustavo Gutié- nos comedidos. Tras el 11 de sep- en Kosovo, cuando los occidentales
sionados escritores existencialistas. rrez y el presidente brasileño Luiz tiembre (11-S) el Gobierno de los ta- tuvieron que decidir tras toda la ex-
Inacio da Silva se encuentren entre libanes se negó a romper con clari- periencia obtenida en la guerra de
JÜRGEN HABERMAS. Este amor se los premiados, esto es, figuras ine- dad el apoyo que prestaba al Bosnia –¡piense usted en la matanza
remonta a mis tiempos en la escuela quívocamente de izquierdas que han terrorismo de Al Qaeda. Hasta en- de Sebrenica!– si contemplaban co-
y en la Universidad. Entonces, tras la levantado su voz contra la guerra de tonces el derecho internacional no mo observadores una nueva limpie-
II Guerra Mundial, dominaban en el Irak? estaba diseñado para tales situacio- za étnica de Milosevic o si interve-
teatro alternativo las obras de Sar- nes. Las objeciones que tenía a la sa- nían –en este caso además no eran
tre, Mauriac y Claudel: el existen- J. H. Este premio goza en el mundo zón no eran, como en el caso de la reconocibles intereses propios–.
cialismo expresaba nuestro senti- de lengua española de una asom- campaña de Irak, de naturaleza jurí- Ciertamente el Consejo de Seguri-
miento vital. Un libro del filósofo brosa notoriedad. Si se piensa en dica. Prescindiendo de las manio- dad se encontraba bloqueado. Con
de Tubinga Friedrich Bollnow, que ello, la coincidencia sería algo más bras de mentiras del actual Gobierno todo, existían dos razones legitima-
por cierto, ahora, como Adorno, que una mera casualidad. En España norteamericano que entretanto han torias, una formal y otra informal,
cumpliría 100 años, me llamó en- las protestas en la calle contra la po- ido saliendo a la luz, la última guerra aun cuando estas razones no podían
tonces la atención sobre el Don Qui- lítica de Aznar con respecto a Irak del Golfo es una palmaria violación el reemplazar la aprobación del Con-
jote de Unamuno. Por un camino fueron aún más imponentes que en derecho internacional, una ruptura sejo de Seguridad prevista obligato-
similar llegué también a Kierkega- los demás países europeos. con la que ya amenazó Bush a la riamente por la Carta de las Nacio-
ard, al Schelling tardío y al Heideg- ONU desde septiembre de 2002. nes Unidas. Por un lado, se podía
ger de Ser y tiempo. El hecho de que E. M. Usted es también muy crítico No se daba ninguno de los dos he- apelar al deber erga omnes –dirigido
me alejara del “ser” y me dedicara con la guerra llevada por EE UU chos que hubieran podido justificar a todos los Estados– de auxilio en ca-
más bien a la teoría social, política y contra Afganistán e Irak. Sin em- una intervención semejante: ni la so de amenaza de genocidio, que,
jurídica obedece a una sencilla ra- bargo, durante la crisis en Kosovo correspondiente resolución del Con- de todos modos, es un elemento
zón: en la República Federal de Ale- usted apoyó ese mismo unilateralis- sejo de Seguridad ni un ataque di- arraigado del derecho internacional

48 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 140


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consuetudinario. Por otro lado, tam- tintas maneras ha sido caracterizada
bién se podría poner en el plato de tanto desde las palabras profético-
la balanza que la OTAN representa agitadoras del Monte Sinaí como
una alianza de Estados liberales que desde la ilustración filosófica de un
en su estructura interna tienen en Sócrates. Si Derrida y yo entende-
Jürgen Habermas
cuenta los principios de la Declara- mos mutuamente nuestros diferen-
ción de Derechos Humanos de las E. M. El 31 de mayo Derrida y usted tar presente en la empresa y me pro- tes trasfondos motivacionales, una
Naciones Unidas. Compare usted publicaron un manifiesto titulado puso el modo conforme al cual he- diferencia de interpretación no tiene
esto con la “coalición de volunta- “El 15 de febrero o lo que une a los mos procedido. Yo estaba satisfecho que significar una diferencia de fon-
rios” que ha dividido a Occidente y europeos. En defensa de una políti- con ello. Nos habíamos encontrado do. Sea como fuera, “armisticio” o
que incluye a Estados violadores de ca exterior común: primero en el nú- la última vez en Nueva York tras el “reconciliación” no son ciertamente
los derechos humanos tales como cleo europeo”. En el prefacio, Derri- 11-S. Habíamos retomado el diálo- las expresiones adecuadas para el tra-
Uzbekistán y la Liberia de Taylor. da declara que suscribe el manifiesto go filosófico hace ya unos años: en to franco y amistoso existente entre
Igual de importante es la perspecti- redactado por usted. ¿Cómo se ex- Evaston, en París y en Francfort. Así ambos.
va desde la que por entonces países plica que dos figuras del pensamien- que ahora no resulta necesario nin-
de la Europa continental como to, que durante las dos últimas dé- gún gran gesto. Por su parte, con E. M. ¿Por qué dieron al artículo el tí-
Francia, Italia y Alemania justifica- cadas se habían mirado con descon- ocasión del Premio Adorno, Derrida tulo de “El 15 de febrero” y no, co-
ron su participación en la interven- fianza desde ambas orillas del Rin había pronunciado en la Paulskir- mo algunos norteamericanos ha-
ción en Kosovo. Pendientes de una –y que, como algunos afirman, ha- che de Francfort un discurso muy brían propuesto, el de “El 11 de sep-
aprobación ulterior del Consejo de blaban sin entenderse–, de repente se sensible que manifestaba expresa- tiembre” o “El 9 de abril”1? ¿Fue el
Seguridad, entendieron esta inter- presten a publicar en común un im- mente la afinidad existente entre 15 de febrero la respuesta en térmi-
vención como “anticipo” de un de- portante documento? ¿Una conce- nuestras dos formas de pensar. Algo nos de historia universal al 11 de
recho cosmopolita efectivo, esto es, sión de indulto, un armisticio, una así no le deja a uno indiferente. Más septiembre en lugar de las campañas
como un paso en el camino que reconciliación, un regalo filosófico? allá de lo político, con Derrida me bélicas contra los talibanes y Sadam
conduce desde el derecho interna- une por cierto la referencia filosófica Husein?
cional clásico hacia aquel “Estado J. H. No tengo ni idea de cómo res- a un autor como Kant. Sin embargo,
cosmopolita”, apuntado por Kant, pondería Derrida a esta pregunta. nos separa –los dos somos más o J. H. Esto son palabras demasiado
que otorgaría protección jurídica a Para mi gusto, con tales fórmulas menos de la misma edad, aunque grandes. La redacción del Frankfur-
los ciudadanos incluso frente a los usted coloca la cuestión a un nivel con muy diferentes trayectorias bio- ter Allgemeinen Zeitung publicó el
propios Estados criminales. Yo ya demasiado alto. En primer lugar, se gráficas– el Heidegger tardío. Derri- artículo bajo el rótulo ‘Nuestra re-
entonces había constatado (en un trata por supuesto de una toma de da se apropia de su pensamiento des- novación. Tras la guerra: el rena-
artículo publicado en Die Zeit el 29- postura política en la que coincidi- de la perspectiva de inspiración judía cimiento de Europa’: quizá así se
4-1999) un rasgo diferencial entre mos Derrida y yo, algo que, por cier- de un Levinas. Considero a Heideg- quería quitar importancia a las ma-
los europeos continentales y los an- to, ha sucedido con frecuencia en ger como a un filósofo que en cuan- nifestaciones del 15 de marzo. La re-
glosajones: “Una cosa es si EE UU, los últimos años. Tras la termina- to ciudadano fracasó en 1933 y, so- ferencia a esta fecha debía evocar las
siguiendo los pasos de una tradición ción formal de la guerra de Irak, bre todo, después de 1945. Pero mayores manifestaciones que desde
política siempre admirable, desem- cuando muchos temían que los go- también como filósofo me resulta el final de la II Guerra Mundial ha-
peña un papel instrumental en rela- biernos “indeseables” se echarían a sospechoso, pues en los años treinta bían tenido lugar en ciudades como
ción a los derechos humanos como los pies de Bush, invité por carta a entendió a Nietzsche como un neo- Londres, Madrid, Barcelona, Roma,
garante hegemónico del orden. Otra Derrida –como también a Eco, pagano, tal como a la sazón estaba Berlín y París. Estas manifestaciones
cosa diferente es si entendemos la Muschg, Rorty, Savater y Vattimo– a en boga. A diferencia de Derrida,
precaria transición desde la política una iniciativa común (Paul Ricoeur que otorga al “rememorar” una in-
de poder clásica a un estado cosmo- fue el único que por consideraciones terpretación procedente del espíritu 1 El 15 de febrero de 2003 se celebra-

polita […] como un proceso de políticas prefirió abstenerse; Eric de la tradición monoteísta, conside- ron en muchísimas ciudades occidentales
y de manera coordinada, masivas movili-
aprendizaje llevado a cabo de ma- Hobsbawm y Harry Mulisch no pu- ro el rancio “pensar del ser” como zaciones ciudadanas en rechazo de una
nera colectiva. La perspectiva am- dieron participar por razones perso- una nivelación de aquellos umbrales guerra contra Irak. El 9 de abril de 2003
pliada requiere también una caute- nales). Derrida no podía escribir nin- epocales de la historia de la concien- es la fecha en que se dio por terminada
la mucho mayor. La autorización gún artículo porque en ese momen- cia que Jaspers llamaba tiempos-eje. formalmente la Guerra de Irak por parte
del Gobierno norteamericano, simboliza-
que la OTAN se dio a sí misma no to debía someterse a desagradables Desde mi perspectiva, Heidegger da en el derribo de una estatua de Sadam
puede convertirse en regla”. pruebas médicas. Pero él deseaba es- traiciona aquella cesura que de dis- Husein (N. del T.).

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49
JÜRGEN HABERMAS

no eran ninguna respuesta al ataque mo, de presentar a Francia, los Esta- los integracionistas y sus adversarios. y cada vez más como un instrumen-
del 11-S, que había provocado dos del Benelux, Italia y Alemania El “núcleo europeo” es una respues- to de una política de poder unilate-
inmediatamente entre los europeos como fuerzas motoras en la profun- ta a ambos: a la ardiente polémica ral determinada por sus propios in-
elocuentes muestras de solidaridad. dización de las instituciones de la intraeuropea sobre la “finalidad” del tereses nacionales. La fortaleza pro-
Expresaban, más bien, la indigna- UE. Entretanto, en la cumbre de je- proceso de unificación, que existía pia de la OTAN podría consistir en
ción furiosa e impotente de una fes de Gobierno de la UE celebrada con completa independencia de la no agotarse en la función de una
multitud muy heterogénea de ciu- en Niza se decidió, incluso oficial- guerra de Irak, así como a la actual alianza militar contundente, sino en
dadanos, muchos de los cuales nun- mente, la posibilidad de una “coo- estimulación de dicha contraposi- vincular la contundencia militar con
ca habían salido a la calle hasta en- peración reforzada” entre algunos ción provocada desde fuera. Las re- el valor añadido de una doble legiti-
tonces. La apelación de los oposito- Estados miembros sobre determina- acciones al lema “núcleo europeo” mación: veo la razón de existir de la
res a la guerra se dirigía sin lugar a das políticas concretas. Hoy este me- son tanto más nerviosas cuanto las OTAN únicamente como alianza de
dudas contra la política embustera y canismo ha sido adoptado bajo el presiones internas y externas más in- Estados inequívocamente liberales
contraria al derecho internacional nombre de “cooperación estructu- vitan a dar esta respuesta. El unilate- que de manera declarada actúa tan
tanto de los gobiernos propios como rada” en el proyecto de Constitu- ralismo hegemónico del Gobierno sólo en concordancia con la política
de los aliados. Estimo que estas pro- ción Europea. De esta opción han norteamericano desafía a Europa di- de derechos humanos de la ONU.
testas masivas son tan poco “antia- hecho uso Alemania, Francia, Lu- rectamente a aprender a hablar por
mericanas” como en su tiempo fue- xemburgo, Bélgica y recientemente fin de cuestiones de política exterior E. M. “Los americanos provienen de
ron nuestras protestas contra la gue- incluso Gran Bretaña para la cons- con una sola voz. Pero en vista de Marte, los europeos de Venus”, afir-
rra de Vietnam, con la triste trucción en común de unas Fuerzas que la profundización se encuentra ma Robert Kagan en su ensayo que
diferencia de que entre 1965 y 1970 Armadas europeas propias. La Ad- bloqueada en la UE sólo podemos por parte de los discípulos neocon-
nosotros tan sólo necesitábamos ad- ministración de EE UU ejerce cier- aprender esto si de una vez empeza- servadores de Leo Strauss ha encon-
herirnos a las expresivas protestas tamente una considerable presión mos con ello en el centro. Francia y trado enorme atención en la admi-
que tenían lugar en los propios sobre Gran Bretaña para impedir el Alemania ya han asumido con fre- nistración Bush. Se ha de entender
EE UU. Por eso yo también me ale- establecimiento de un cuartel gene- cuencia este papel a lo largo de dé- este ensayo, que originariamente iba
gro de que mi amigo Richard Rorty ral europeo no asociado con la cadas. Ir hacia delante no significa a llamarse “Poder y debilidad”2 co-
haya participado espontáneamente OTAN. El “núcleo europeo” es, excluir. Las puertas están abiertas pa- mo un manifiesto que luego ha sido
en la iniciativa de los intelectuales pues, ya una realidad. Por otro lado, ra todos. La áspera crítica que prin- reelaborado por Bush como doctri-
del 31 de mayo con un artículo que, dicho término es hoy, en la Europa cipalmente en Gran Bretaña y los na de seguridad nacional. Kagan dis-
por cierto, política e intelectual- dividida y debilitada deliberada- países de la Europa Central y del Es- tingue entre norteamericanos y eu-
mente resultaba ser el más enérgico. mente por Rumsfeld y sus compin- te se ha formulado contra nuestra ropeos, llamando a unos “hobbesia-
ches, una palabra provocadora y es- iniciativa se explica también, por su- nos” y a los otros “kantianos”. ¿Han
E. M. Volvamos al título original que timulante. La idea de una política puesto, por la provocadora circuns- ingresado los europeos realmente en
convoca a una política exterior co- exterior y de seguridad común im- tancia de que el empuje hacia una el paraíso posmoderno de la paz per-
mún europea “primero en el núcleo pulsada por el núcleo europeo des- política exterior y de seguridad en petua kantiana, mientras que los
europeo”. Sugiere que existe un cen- pierta ciertos temores en una situa- torno al núcleo europeo llega en el norteamericanos permanecen fuera
tro y una periferia: unos que son ción en la que, tras la ampliación justo momento en que en toda Euro- en el mundo hobbesiano de la polí-
irremplazables y otros que no. Para hacia el Este, la UE apenas es go- pa la mayoría de la población recha- tica de poder para mantener la guar-
algunos esa expresión es un tétrico bernable; temores, sobre todo, en los zaba participar en la aventura de dia en aquellos bastiones que no
eco de la distinción que Rumsfelds países que se resisten –por buenas Bush en Irak. Este provocador ele- pueden ser defendidos por sus be-
hizo entre la vieja y la nueva Europa. razones históricas– a una integración mento se me hizo patente con nues- neficiarios europeos?
Estoy seguro de que la adscripción de mayor alcance. Algunos Estados tra iniciativa del 31 de mayo. Des-
de tal parentesco causará consterna- miembros quieren asegurar su espa- graciadamente no se ha desarrollado J. H. La comparación filosófica no
ción tanto a Derrida como a usted. cio de acción nacional. Están más con ello una discusión fructífera. nos lleva muy lejos: Kant era en cier-
Usted se ha empleado con energía a interesados en el modo interguber- ta medida incluso un fiel discípulo
favor de una Constitución de la namental preponderante existente E. M. Sabemos, por supuesto, que de Hobbes; en cualquier caso, des-
Unión Europea en donde no haya que en el fortalecimiento de institu- EE UU ha ejercido su influencia en cribió el moderno derecho coerciti-
lugar para semejantes categorizacio- ciones supranacionales con un fun- la OTAN para poner la “nueva” vo y el carácter del dominio estatal
nes geográficas. ¿Qué entiende usted cionamiento regulado mediante de- Europa contra la “vieja”. ¿Se vincula de modo no menos crudo que
por “núcleo europeo”? cisiones por mayoría en un ámbito el futuro de la UE más bien con el aquél. La asociación panfletaria que
de políticas siempre cada vez más debilitamiento de la OTAN o con su Kagan establece entre, por una par-
J. H. “Núcleo europeo” es, en primer amplio. Así, mientras que los Esta- fortalecimiento? ¿Debería y podría te, estas tradiciones filosóficas y, por
lugar, un término técnico que los dos candidatos del Este y del Centro suplirse la OTAN por otra cosa? otra, mentalidades y políticas nacio-
expertos en política exterior de la de Europa están preocupados por su nales, deberíamos dejarla de lado.
CDU Schäuble y Lamers pusieron soberanía nacional apenas alcanzada, J. H. La OTAN desempeñó durante En las diferencias de mentalidades,
en juego a inicios de la década de Gran Bretaña teme por su special re- la guerra fría y también más tarde un que se pueden apreciar entre anglo-
los noventa para recordar –en un lationship con EE UU. papel positivo; incluso aunque una sajones y europeos continentales, se
momento en el que el proceso de La política norteamericana de di- acción individual como la interven- reflejan experiencias históricas a lar-
unificación europea se encontraba visión ha encontrado en Aznar y ción en Kosovo no debiera repetirse.
de nuevo bloqueado– el papel pio- Blair acólitos voluntarios. Esta des- De todos modos, la OTAN no ten-
nero de los seis miembros fundado- fachatez se produce en Europa justo drá ningún futuro si EE UU la con- 2 R. Kagan, Poder y debilidad, Taurus,
res de la Comunidad Europea. En- en la línea divisoria existente desde sidera cada vez menos como una Madrid 2003. Título de la edición origi-
tonces se trababa, como hoy mis- hace tiempo de modo latente entre alianza con obligaciones de consulta nal: Of Paradise and Power. (N. del T.).

50 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 140


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EDUARDO MENDIETA

go plazo; pero no veo ninguna co- y 1989 precisaba de una política de cosmopolita o si recaía en el papel contramos hoy con otro tipo de
nexión con estrategias políticas que equilibrio de terror. Durante la gue- imperial de buen poder hegemónico terrorismo. No sé que hubiera pasa-
cambian a corto plazo. En su inten- rra fría, la competencia entre ambos situado más allá del derecho inter- do si las Torres Gemelas hubieran
to por separar los lobos de los cor- sistemas equipados con armas ató- nacional. George Bush, el padre del sido derribadas en Berlín o en Franc-
deros, Kagan apunta, no obstante, micas configuraba el trasfondo para actual presidente, tenía ideas del or- fort. Por supuesto que el “paquete de
ciertos hechos: el dominio de terror la influencia predominante que la den mundial diferentes a la de su hi- seguridad” que también se nos ha
de los nazis sólo fue vencido me- escuela “realista” de las relaciones in- jo, aunque, sin duda, tan sólo vaga- impuesto tras el 11-S no tiene el es-
diante el empleo de la fuerza militar ternacionales podía ejercer en Was- mente esbozadas. pesor asfixiante y las proporciones
y, a la postre, con la intervención de hington. Pero para ello no tendría- El comportamiento unilateral del inconstitucionales de las alarmantes
EE UU. Los europeos pudieron mos que olvidar el empuje que el actual Gobierno y la ascendencia de medidas norteamericanas, que mi
construir durante la guerra fría su presidente Wilson dio tras la I Gue- los miembros y consejeros conserva- amigo Ronald Dworkin ha analiza-
Estado de bienestar sólo bajo el es- rra Mundial a la fundación de la So- dores más influyentes recuerda cier- do y desmenuzado de manera con-
cudo atómico de EE UU. En Euro- ciedad de Naciones, ni tampoco la tamente a los precursores en el re- tundente. Si en este aspecto hubiera
pa, y en particular en su centro, con influencia que los juristas y políti- chazo del convenio sobre el clima, el diferencias de mentalidad y praxis a
una población más rica, se han ex- cos norteamericanos desempeñaron acuerdo sobre armas atómicas, bio- uno y otro lado del Atlántico habría
tendido las convicciones pacifistas. en París tras el regreso del Gobierno lógicas y químicas, la convención so- que buscarla más bien en el trasfon-
Por de pronto, los países europeos estadounidense a la Sociedad de Na- bre minas antipersonas, el protocolo do de experiencias históricas. Quizá
con presupuestos militares com- ciones. Sin EE UU no se hubiera de acuerdo sobre los denominados el muy comprensible shock tras el
parativamente débiles y Fuerzas Ar- llegado al Pacto Briand-Kellog, esto combatientes infantiles, etcétera. Pe- 11-S haya sido mayor en EE UU
madas mal equipadas tan sólo pue- es, a la primera proscripción inter- ro Kagan sugiere una falsa continui- que en un país europeo acostum-
den oponer huecas palabras al aplas- nacional de las guerras de agresión. dad. El definitivo abandono del in- brado a las guerras. ¿Cómo pode-
tante poder militar de EE UU. Con Pero sobre todo la política de los ternacionalismo estaba ya reservado mos comprobar esto?
todo, la interpretación caricaturesca vencedores de 1945 promovida por para el nuevo Gobierno de Bush: el Seguramente las emociones pa-
que Kagan hace de estos hechos me Franklin D. Roosevelt se acomoda rechazo del Tribunal Penal Interna- trióticas que siguieron al shock tuvie-
provocan los siguientes comentarios: mal a la imagen militante que Kagan cional instituido entretanto ya no fue ron un sesgo norteamericano. Pero la
l Que la victoria sobre la Alemania pinta del papel de EE UU. Roose- un delito deshonroso. Pero no se clave de las restricciones de derechos
nazi también hay que agradecérsela a velt exige en su ‘Undelivered Jeffer- puede presentar la ofensiva margina- a las que usted alude –la violación de
los combates –con enormes pérdidas son Day Adress’ de 11 de abril de lización de la ONU y el desconside- la Convención de Ginebra en Guan-
propias– del Ejército Rojo; 1945 “that the world must seek not rado desprecio del derecho interna- tánamo, la creación de un departa-
l Que la constitución social y el pe- only an “end to war”, but an “end to cional, de los que es culpable este mento de Seguridad Interior, etcéte-
so económico son factores de un po- the beginning of all wars” [que el Gobierno, como expresión conse- ra– la buscaría en otro lugar. La mi-
der “suave”, de un poder no-militar, mundo debe buscar no solamente cuente de una constante dominante litarización de la vida, hacia fuera y
que asegura a los europeos en la re- “un fin a la guerra”, sino un “fin al de la política exterior norteamerica- hacia dentro, la política belicista, que
lación global de fuerzas una influen- comienzo de todas las guerras”]. na. Este Gobierno –que tan ostensi- se dejaría contagiar por los métodos
cia no demasiado despreciable; En este periodo, el Gobierno esta- blemente ha errado en su objetivo del adversario y que nos devolvería
l Que hoy día en Alemania, tam- dounidense se colocó en la vanguar- declarado de perseguir el interés na- ahora al Estado hobbesiano en la es-
bién como consecuencia de la ree- dia del internacionalismo y en San cional– puede que no sea reelegido. cena mundial, donde la globaliza-
ducation norteamericana, predomina Francisco llevó la iniciativa para la ¿Por qué no puede ser relevado ya ción de los mercados parece poner el
un saludable pacifismo que, sin em- fundación de las Naciones Unidas. en el próximo año por un Gobierno elemento político completamente al
bargo, no ha impedido que partici- EE UU fue la fuerza motora que es- que condene la mentira de Kagan? margen, todo esto no hubiera sido
para en las intervenciones de la taba tras la ONU, que no por ca- aceptado por la población norte-
ONU en Bosnia, Kosovo, Macedo- sualidad tiene su sede en Nueva E. M. En EE UU la “guerra contra el americana políticamente ilustrada
nia, Afganistán y por último en el York. Encaminó la primera conven- terrorismo” se ha convertido en una con mayorías aplastantes si el Go-
cuerno de África; ción internacional de derechos hu- “guerra contra las libertades cívicas” bierno no hubiera utilizado el shock
l Y que es el propio EE UU quien manos, promovió la supervisión glo- y la infraestructura jurídica que hace del 11-S como instrumento de pre-
bloquea los planes de constituir unas bal, así como la persecución judicial posible una cultura democrática vi- sión, propaganda descarada y ame-
Fuerzas Armadas europeas indepen- y militar de las violaciones de los de- va se ha empozoñado. La orwelliana drentamiento dirigido. Para un ob-
dientes de la OTAN. rechos humanos, instó a los euro- Patriot Act es una victoria pírrica con servador europeo y un tipo en so-
peos, primero contra la resistencia la que se coloca a nuestra democra- breaviso como yo resultaba irritante
Sin embargo, con este intercam- de los franceses, a aceptar la idea de cia junto a los vencidos. ¿Ha afecta- la intimidación y el adoctrinamien-
bio de golpes se ubica uno en el fal- una unión política de Europa. Este do de una manera similar la “guerra to sistemático de la población y la
so nivel de la confrontación. Lo que periodo de internacionalismo sin pa- contra el terrorismo” también a la restricción del espectro permitido de
considero completamente falso es la rangón desencadenó en las décadas UE? ¿O la experiencia contra el opiniones que pude observar cuando
estilización unilateral que establece siguientes una ola de innovaciones terrorismo de los años setenta ha in- estuve en Chicago durante los meses
Kagan de la política de EE UU a lo en el derecho internacional que aun- munizado a los europeos contra la de octubre y noviembre de 2002.
largo del siglo pasado. La lucha entre que fueron bloqueadas durante la entrega de las libertades cívicas al Es- Ésa no era “mi” Norteamérica. Des-
“realismo” e “idealismo” en la políti- guerra fría han llegado a ser aplicadas tado de seguridad? de que tenía 16 años, mi pensamien-
ca exterior y de seguridad no discu- en parte a partir de 1989. En ese to político se nutrió –gracias a una
rre entre los continentes, sino en el momento no fue de ninguna mane- J. H. Realmente no lo creo. En Ale- razonable reeducation-policy en la
seno de la propia política norteame- ra decisivo si la superpotencia res- mania Occidental las reacciones ya época de la ocupación– de los idea-
ricana. Ciertamente, la estructura bi- tante reconducía su papel de guía fueron suficientemente histéricas en les norteamericanos de finales del si-
polar de poder mundial entre 1945 por el camino de un orden jurídico el otoño de 1977. Además, nos en- glo XVIII.

Nº 140 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA


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51
JÜRGEN HABERMAS

E. M. En su conferencia plenaria en el entre bandas y etnias de corruptos punto entusiastamente orgulloso del estas misiones. Entonces podría
Congreso Mundial de Filosofía, cele- señores de la guerra que operan en empleo de armas de precisión que cumplir sus funciones de modo no
brado este año en Estambul, usted las ruinas de una descolonización debían haber permitido mantener selectivo sólo bajo la condición de
ha dicho que en las actuales condi- fracasada, también es algo distinto las pérdidas por parte de la pobla- que dispusiera a través de sanciones
ciones de la constelación posnacio- que la criminalidad de Estados que ción civil en un nivel comparativa- de una supremacía intimidatoria con-
nal la seguridad internacional se ve emprenden la guerra contra su pro- mente bajo. Sin embargo, cuando tra los actores y Estados violadores
amenazada desde tres flancos: el te- pia población mediante limpieza ét- más tarde leo en la última edición de las reglas. Con ello la asimetría de
rrorismo internacional, los Estados nica y genocidio, o diferente a, por del 10 de abril de 2003, un informe fuerzas adoptaría otro carácter. La
criminales y las nuevas guerras civiles ejemplo, el régimen de los talibanes, sobre los muertos iraquíes y conozco inacabable y ardua transformación,
que surgen en los Estados en des- que apoya el terror mundial. Con la las reglas según las cuales Rumsfeld aún poco probable, de las guerras de
composición. A mí me interesa sobre guerra de Irak el gobierno de entiende las casualties en la pobla- castigo caprichosas y selectivas en ac-
todo lo siguiente: ¿el terrorismo es al- EE UU ha intentado poner en mar- ción civil, esta presunta explicación ciones de policía autorizadas por el
go a lo que los Estados democráticos cha un ensayo no sólo ilegal sino no ofrece consuelo alguno: “Air war derecho internacional exige no sólo
pueden declarar la guerra? inútil de reemplazar la asimetría en- commanders were required to ob- un tribunal imparcial que decida so-
tre un Estado tecnológicamente tain the approval of Defense Secre- bre los delitos penales suficiente-
J. H. Sea democrático o no, normal- muy armado y una red terrorista in- tary Rumsfeld if any planned airs- mente especificados. Precisamos
mente un Estado sólo puede declarar tangible, que hasta ahora trabajaba trike was thought likely to result in también que el jus in bello evolucio-
la “guerra” contra otro Estado, si es con cuchillos y explosivos, por una deaths of more than 30 civilians. ne hacia un derecho de intervención
que queremos dar un sentido preci- guerra asimétrica entre Estados. Asi- More than 50 such strikes were pro- que se parezca mucho más al dere-
so a esta palabra. Si un Gobierno, métricas son las guerras interestatales posed and all of them were appro- cho de policía en el interior de los
por ejemplo, emplea fuerzas milita- si ya a priori es un hecho la victoria ved” [“Pidieron a los comandantes Estados que a los convenios de La
res contra sublevados, estos medios del atacante, una victoria que no se de aviación que solicitaran la apro- Haya, que siguen estando cortados a
recuerdan a una guerra, aunque estas dirige a una derrota convencional, bación del secretario de Defensa la medida de las acciones bélicas y no
fuerzas cumplan otra función: en el sino a la destrucción de un régimen. Rumsfeld cada vez que hubiera ata- de las formas civiles de aplicación de
interior de sus límites territoriales, Piense usted en la marcha de las tro- ques aéreos planificados que pudie- las penas. Dado que en las interven-
el Estado se ocupa también de man- pas durante meses hacia las fronteras ran ocasionar la muerte de más de ciones humanitarias siempre está en
tener la paz y el orden si los órganos de Irak. No es preciso ser un exper- 30 civiles. Se presentaron más de 50 juego la vida de inocentes, la violen-
de la policía no se bastan para ello. to en terrorismo para saber que de ataques de este tipo y todos fueron cia necesaria debería estar reglamen-
Sólo cuando fracasa este intento de este modo ni se destruye la infraes- aprobados”]. No sé qué diría sobre tada tan detalladamente que las su-
un arreglo mediante la fuerza y el tructura de una red ni se toca la lo- ello el Tribunal Penal Internacional puestas acciones de un policía mun-
Gobierno mismo se rebaja al nivel gística de Al Qaeda y sus vástagos ni de la Haya. Pero en vista de que es- dial perdieran su carácter de mero
de ser una parte beligerante más, en- se agostan las fuentes de las que se te tribunal no es reconocido por subterfugio y pudieran ser acepta-
tonces es cuando se habla de “guerra nutre dicho grupo. EE UU y de que el Consejo de Se- das en todo el mundo. Un buen test
civil”. Pero esta analogía lingüística guridad tampoco puede tomar una son los sentimientos morales de los
con la guerra entre Estados es tan E. M. Siguiendo el derecho interna- decisión contra un miembro con de- observadores globales: no como si la
sólo cierta en este respecto: con el cional clásico, algunos juristas con- recho a veto, tiene que plantearse la tristeza y la compasión pudieran de-
desmoronamiento del poder estatal ciben el jus ad bellum como una res- cuestión completa de modo total- saparecer por entero, pero sí aquella
surge también entre las partes de una tricción inherente que en sí misma mente diferente. Entretanto, esti- indignación por algo obsceno que
guerra civil la simetría que es el caso conduce al jus in bello. Ya las deta- maciones cautelosas apuntan como muchos de nosotros hemos sentido
normal entre los Estados beligeran- lladas disposiciones de los convenios mínimo a un total de 20.000 ira- a la vista del cielo de Bagdad ilumi-
tes. No obstante, falta aquí el sujeto de La Haya tienen como objetivo li- quíes muertos. Esta monstruosa cifra nado durante semanas por el lanza-
propio de las acciones bélicas: el po- mitar la violencia ejercida en la gue- en comparación con las pérdidas miento de misiles.
der coercitivo organizado de un Es- rra contra la población civil, los sol- propias ponen en claro la obscenidad
tado. Perdone usted esta pedantería dados hechos prisioneros, el medio moral que sentimos con las imáge- E. M. Su proyecto kantiano le honra,
conceptual. Pero con el terrorismo ambiente y las infraestructuras de la nes televisivas tan cuidadosamente pero ¿no se convierte con ello en
internacional, esto es, con un terro- sociedad afectada. Las reglas para controladas, cuando no manipula- abogado de un “humanismo mili-
rismo que opera mundial y disemi- conducir la guerra también deben das, de los asimétricos sucesos béli- tarista”?
nadamente, con amplias dosis de posibilitar un acuerdo de paz acep- cos. Esta asimetría de fuerzas podría
descentralización y sólo ligeramente table para todas las partes. Pero la tener otro significado si en ella no se J. H. No conozco el contexto exacto
organizado como red, nos encontra- monstruosa desproporción en me- reflejara la superpotencia y la impo- de la expresión, pero sospecho que
mos ante un fenómeno nuevo que dios militares y técnicos entre tencia de los beligerantes, sino el po- alude al peligro de una moralización
no puede ser asimilado precipitada- EE UU y sus adversarios –en Afga- der policial de una organización de los antagonismos. Precisamente
mente con lo ya conocido. Sharon y nistán o en Irak– hace casi imposible mundial. en el nivel internacional una demo-
Putin pueden sentirse alentados por respetar el jus in bello. ¿No tendría A las Naciones Unidas se les ha nización del adversario –piense usted
Bush, porque éste mete todo en el que ser denunciado y perseguido encomendado, según su Carta, el en el eje del mal– no contribuye a la
mismo saco. Como si Al Qaeda no EE UU por los crímenes de guerra mantenimiento de la paz y seguridad solución de los conflictos. Hoy cre-
fuera algo distinto a la lucha partisa- perpetrados manifiestamente en Irak internacional así como la imple- ce por doquier el fundamentalismo
na de los movimientos terroristas de e ignorados dolosamente tan sólo en mentación a nivel mundial de la que convierte a los conflictos en irre-
independencia y resistencia (como Norteamérica? protección individual de los dere- solubles: en Irak, en Israel o donde
en Irlanda del Norte, Palestina, Che- chos humanos. Supongamos de ma- sea. Con este argumento Carl Sch-
chenia, etcétera). Al Qaeda es tam- J. H. El propio secretario de Defen- nera contrafáctica que la organiza- mitt defendió a lo largo de su vida
bién diferente a las luchas terroristas sa se mostraba precisamente en este ción mundial estuviera a la altura de un “concepto de guerra no discrimi-

52 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 140


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EDUARDO MENDIETA

natorio”. El derecho internacional no nos debe ocupar más tiempo. donando el escudo de la persecución tatal la observamos también en otras
clásico, así reza su argumento, ha Nos debe ocupar la premisa presun- unilateral de intereses y objetivos pro partes, como, por ejemplo, en la UE,
cumplido a la vez un importante re- tamente “realista” que defienden los occidentales pueda convertirse real- donde el derecho comunitario quie-
quisito para la civilización de los en- hobbesianos de derechas e izquier- mente en un instrumento efectivo bra el derecho nacional, a pesar de
frentamientos bélicos. La criminali- das: que el derecho, también en la para asegurar la paz? que los Estados nacionales siguen
zación de las guerras de agresión in- forma moderna de un Estado cons- disponiendo como siempre de me-
troducida por el Tratado de Versalles titucional democrático, es siempre J. H. Esto es un tema importante. dios acuartelados de aplicación legí-
hizo de la guerra misma un delito y sólo reflejo y máscara de un poder No se ha hecho nada en lo relativo a tima de la violencia. Ya sin contar
abrió una dinámica de “deslimita- económico y político. Bajo esta pre- las reformas institucionales. Una con su falta de financiación, la ONU
ción”, porque el adversario juzgado misa aparece el pacifismo legal, que composición del Consejo de Segu- padece sobre todo por su dependen-
moralmente se transforma en un quiere extender el derecho al estado ridad adecuada a las relaciones cam- cia de los Gobiernos que por su par-
enemigo detestable que ha de ser eli- de naturaleza entre los Estados, co- biantes de poder que hoy día se dis- te persiguen no sólo intereses nacio-
minado. Si en el curso de esta mora- mo una pura ilusión. Pero de hecho, cute, así como la limitación del nales, sino que dependen a su vez
lización ya no se respetan mutua- el proyecto kantiano de una consti- derecho de veto de las grandes po- de la aprobación de sus esferas pú-
mente como dignos adversarios (co- tucionalización del derecho interna- tencias, son ciertamente reformas blicas. Hasta que se cambie en el ni-
mo justus hostis), la guerra limitada cional se nutre de un idealismo sin necesarias, pero se quedan cortas. vel socio-cognitivo la autopercep-
degenera en guerra total. Incluso ilusión. La forma del derecho mo- Permítame entresacar un par de ción de los Estados miembros que se
aunque la guerra total tenga su ori- derno tiene como tal un núcleo ine- puntos de vista de este intrincado siguen comprendiendo como actores
gen en una movilización nacionalis- quívocamente moral que se hace complejo de problemas. soberanos, tiene que reflexionarse so-
ta de las masas y en el desarrollo de perceptible in the long run como gen- La organización mundial fue di- bre cómo puede lograrse un desaco-
las armas atómicas, biológicas y quí- tle civilizer (Koskenniemi) –como señada para una inclusión completa: plamiento relativo de los niveles de
micas, el argumento no es falso. un poder suavemente civilizatorio– está abierta a todos los países que se decisión. Los Estados miembros po-
Apoya sin embargo tan sólo mi tesis siempre donde el medio derecho se comprometen a cumplir el texto de drían, por ejemplo, tener a disposi-
de que la “justicia entre las nacio- aplique como un poder configurado la Carta y las declaraciones vincu- ción de los fines de la ONU ciertos
nes” no puede ser lograda por la vía en términos constitucionales. lantes del derecho internacional, con contingentes sin que se vieran limi-
de una moralización, sino tan sólo El universalismo igualitario, que total independencia de en qué me- tados sus derechos de disposición so-
mediante la juridificación de las re- resulta inherente al derecho y a sus dida su praxis interna concuerde de bre las propias Fuerzas Armadas.
laciones internacionales. El juicio procedimientos, ha dejado en cual- hecho con estos principios. En rela- Sin embargo, sólo cabe perseguir
discriminatorio sólo siembra discor- quier caso rastros empíricamente ción a las propias bases normativas, realistamente el ambicioso objetivo
dia si una parte se arroga según sus comprobables en la realidad política existe por eso un desnivel de legiti- de una política interior planetaria
propios criterios morales un juicio so- y social de Occidente. La idea del mación –a pesar de la igualdad for- sin gobierno global si la organiza-
bre el pretendido crimen de la otra trato igualitario que está inserta tan- mal de todos los miembros– entre ción mundial se restringe a sus dos
parte. No podemos confundir un to en el derecho de los pueblos como los Estados miembros liberales, se- funciones más importantes –el ase-
juicio subjetivo tal con el enjuicia- de los Estados puede cumplir fun- miautoritarios e incluso despóticos. guramiento de la paz y la implemen-
miento jurídico de un Gobierno no- ciones ideológicas únicamente si se Esto sale a relucir, por ejemplo, tación global de los derechos hu-
toriamente criminal y sus cómplices paga el precio de que entre en juego cuando un Estado como Libia asu- manos– y confía la coordinación po-
ante los foros de una comunidad como criterio de la crítica ideológica. me la presidencia del Comité de De- lítica de los sectores de la economía,
constituida estatalmente, pues ésta Por esta razón hoy los movimientos rechos Humanos. John Rawls tiene el medio ambiente, las comunica-
extiende su protección jurídica tam- de oposición y emancipación de to- el mérito de haber advertido el pro- ciones, la salud, etcétera, a unas es-
bién a las partes acusadas para las do el mundo apelan al vocabulario blema fundamental de la legitima- tancias intermedias de instituciones
que vale la presunción de inocencia de los derechos humanos. La retóri- ción gradual. El plus de legitimación y sistemas de negociación. Pero este
hasta que se demuestre lo contrario. ca de los derechos humanos, tan de los países democráticos, en el que nivel de global players capaces de ac-
A Carl Schmitt, por supuesto, no pronto como sirva a la opresión y a ya Kant había puesto sus esperan- tuar políticamente, que pueden lle-
le hubiera satisfecho la distinción en- la exclusión, se puede utilizar contra zas, apenas puede formalizarse. Po- gar a acuerdos entre ellos, está ocu-
tre moralización y juridificación de estos mismos abusos. drían configurarse costumbres y pado por el momento tan sólo por
las relaciones internacionales, pues prácticas que lo tuvieran en cuenta. algunas instituciones como la Or-
para él y para sus correligionarios E. M. Precisamente como incorregi- También bajo este punto de vista re- ganización Mundial de Comercio.
fascistas la lucha existencial por ble defensor del proyecto kantiano sulta significativa la necesidad de re- De ninguna manera tendrá lugar
la vida y por la muerte poseía un tiene que estar usted profundamen- forma del derecho de veto de los una reforma exitosa de la ONU si
aura vitalista singular. Por ello te decepcionado con el equipo ma- miembros permanentes del Consejo los Estados nacionales en las distin-
Schmitt pensaba que la sustancia quiavélico que con tanta frecuencia de Seguridad. El problema más ur- tas partes del mundo no acuerdan
de lo político, la autoafirmación de domina la praxis de la ONU. Usted gente es, por supuesto, la capacidad organizaciones continentales si-
la identidad de un pueblo o de un mismo se ha referido a la “mons- de acción limitada de una organiza- guiendo el modelo de la UE. En es-
movimiento, no puede ser domesti- truosa selectividad” con la que el ción mundial que no posee el mo- te sentido tan sólo hay modestos
cada normativamente y que todo in- Consejo de Seguridad percibe y tra- nopolio de la violencia y que espe- avances. Ahí, no en la reforma de la
tento de domesticación jurídica ta casos en los que tiene que inter- cialmente en los casos de interven- ONU, se encuentra el elemento
tiene que embrutecer moralmente. venir. Usted habla de la “descarada ción y nation-building depende del propiamente utópico de un Estado
Incluso si el pacifismo legal pudiera primacía de la que gozan los intere- apoyo ad hoc de los miembros más cosmopolita. n
tener éxito, nos despojaría de un ses nacionales sobre las obligaciones potentes. Pero el problema no estri-
medio esencial para la renovación globales”. ¿Cómo habrían de ser ba en la falta de monopolio de la [Traducción Juan Carlos Velasco Arroyo].
de una existencia auténtica. Bueno, cambiadas y reformadas las institu- violencia: la diferenciación entre Eduardo Mendieta es profesor de filosofía
este abstruso concepto de lo político ciones de la ONU para que aban- Constitución y Poder Ejecutivo es- de la Universidad del Estado de Nueva York.

Nº 140 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA


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53
HISTORIA

LA RESTAURACIÓN, REVISITADA
JAVIER TUSELL

L
a época de la Restauración pena estudiarla. Lo que en reali- hasta el momento, para saber obras en que se ha plasmado tal
española (1876-1923) ha dad existía era una dictadura y acerca de estas realidades. operación (por ejemplo, en el
sido objeto de interpreta- un bloque dominante de poder; Han pasado tres décadas des- caso de José María Marco) por-
ciones muy controvertidas otra versión fue la de que la his- de entonces y hoy se puede de- que no tienen verdadera rele-
desde el punto de vista de la his- toria política no interesaba y sí, cir que existe una coincidencia vancia científica. Sin embargo,
toriografía, así como del ensayis- en cambio, la social, pues sólo general entre los historiadores en manos de los políticos se aca-
mo histórico ligado a la inter- tras un cambio en este terreno en los tres puntos citados. En ba por producir una interpreta-
pretación del presente. En estas que hubiera hecho posible la los últimos cuatro años han apa- ción peculiar, distinta y dirigida
páginas no se va a pretender re- aparición del socialismo la pri- recido numerosas publicaciones, al inmediato uso partidista.
visarlas, pero se debe partir de la mera hubiera tenido sentido. Si todas ellas muy interesantes y El entonces vicepresidente
realidad descrita para tratar de en la visión del primer franquis- bien documentadas, hasta tal Álvarez Cascos, con ocasión de
analizar el sentido de las más re- mo acerca de la Restauración punto que merece la pena esta- prologar una exposición sobre
cientes aportaciones de la cien- hubo una herencia de Costa o, blecer un balance de ellas dirigi- Cánovas (Cánovas...,1997-
cia histórica. Baste con recordar en general, de la crítica intelec- do no sólo a historiadores sino 1998) llegó a la conclusión de
que en la época franquista hubo tual al sistema, paradójicamente también a un público no espe- que éste, con su actuación polí-
una inicial visión de ella que la algo parecido puede afirmarse cializado. Vaya por delante que tica, había permitido la conti-
identificaba –condenándola– de esta visión izquierdista. todos los trabajos a los que se nuidad de España, elaborando
con el liberalismo y la prolonga- El interés por la Restauración aludirá aquí son un testimonio un nuevo sistema constitucional
ción de la decadencia. Con el como régimen político nació de de la calidad alcanzada por la y haciendo posible un sistema
paso del tiempo, sin embargo, la iniciativa de algunos maestros historiografía española de la de convivencia. Todo eso resulta
entre los aperturistas de cierta de muy variados intereses y sig- época, en especial por el uso que en parte cierto pero, a la vez, es
vitola intelectual la Restauración nificaciones (Jover, Seco, hacen de fuentes inaccesibles muy forzado y lleno de inexacti-
fue descrita como un régimen Carr...); todos ellos podrían, no hace años. En general, puede tud el paralelismo entre la tran-
de convivencia aceptable y, so- obstante, ser descritos como li- decirse que en la actualidad se sición de 1876 y la de 1978.
bre todo, se ponderó su volun- berales y clásicos, en el sentido juzga la Restauración como un Como es obvio, en la primera
tad de evitar la completa ruptu- de no subyugados por alguna régimen de liberalismo oligárqui- hubo un golpe de Estado militar
ra con el pasado. En un perso- moda historiográfica inmediata. co (acéptese esta definición con- previo y no se llegó a una políti-
naje político como Fraga el En los iniciales años setenta fue- creta o no), es decir, como un ca democrática; en el segundo
canovismo apareció como un ron ellos quienes dirigieron tesis modo de vida política que fue caso tuvo lugar un radical cam-
punto de referencia obligado. doctorales en las Facultades de un estado anterior a la democra- bio en el sistema político. La in-
En cambio, para un periodista Historia sobre materias relacio- cia más que una corrupción de terpretación de Álvarez Cascos
situado en la izquierda la tenta- nadas con este periodo; aunque la misma, y que no se debió a resultó semejante a la que en su
ción canovista, título de un libro con enfoques muy variados, ninguna peculiaridad cultural o día pudo hacer Fraga. Desde ella
de crónicas parlamentarias por aquellas de las que fueron auto- social de los españoles sino que puede llegarse a juzgar que el
entonces publicado, se identifi- res Joaquín Romero Maura, José tuvo, en épocas parecidas o algo sistema político vigente era se-
có con una especie de reformis- Varela, Juan Pablo Fusi o el au- distintas, abundantes paralelis- mejante a la democracia y atacar
mo superficial que no llevaría a tor de la reflexión que el lector mos con lo sucedido en otras la- al mundo intelectual o político
una auténtica democracia. En tiene en sus manos resultaban titudes. En todos estos estudios que se alzó contra él.
paralelo a esta visión, la inter- coincidentes. Lo eran en el sen- que ahora revisaremos aparecen,
pretación de la historiografía tido de juzgar que en la descrip- de forma más o menos implíci- La gestación del sistema
que podemos considerar ligada ción del régimen político de la ta, estas consideraciones pero, de la Restauración
a lo que, de modo genérico, po- Restauración y la narración de además, profundizan en aspec- Precisamente, una cuestión que
dría ser denominado como la sus avatares había un interro- tos hasta ahora poco conocidos. ha quedado despejada gracias a
vulgata izquierdista, consideraba gante intelectual de nada simple En el campo del ensayismo la reciente bibliografía histórica
que aquel régimen no sólo no respuesta; en juzgar que la polí- que se aprovecha de las referen- se refiere a cómo se generó el
fue en absoluto liberal sino el tica, con independencia de la cias históricas se ha abusado, sin sistema político que perduraría
producto del dominio de la cla- economía o la sociedad, merecía embargo, de este cambio histo- entre 1876 y 1923. Resultan
se social dirigente, mientras que estudio autónomo; y, en fin, en riográfico en la interpretación muy acertados los términos em-
la vida política resultaba tan fal- el sentido de recurrir a fuentes del régimen de la Restauración. pleados por un libro reciente
seada que ni siquiera merecía la originales, no tenidas en cuenta No merece la pena aludir a las que en realidad recopila artícu-

54 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 140


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en absoluto puede decirse que
tan sólo desde la Restauración
fueran organizadas desde el po-
der. Lo habían sido antes siem-
pre con el previsible resultado
de una gran victoria por parte
de quienes ya lo ejercían. Esta
afirmación vale también para las
consultas celebradas durante el
periodo revolucionario que fue-
ron convocadas por sufragio
universal y ganadas por gran
Moret y Sagasta
mayoría del partido convocante.
Como muy bien ha señalado
los anteriores (Dardé, 2003): lo del dirigente conservador, Al- fe del Estado, al margen del que Dardé, durante la Restauración
que supuso, en realidad, la fonso XII, Martínez Campos, la le atribuía la Constitución (en la no hubo un movimiento popu-
Restauración fue la aceptación regente María Cristina y Sagas- práctica nunca ejerció el poder lar a favor del sufragio sino que
del adversario. Entiéndase co- ta. Fue, pues, una decisión del legislativo del que en teoría dis- éste se introdujo por los puros
mo tal el hecho de que ese otro conjunto de la clase dirigente a ponía), era determinar en qué intereses de los partidos, más en
siempre había existido pero no la que se llegó tras una elabora- momento una opción política concreto del partido liberal de
le quedaba otro amparo que ción dificultosa y frecuentes pa- debía ser sustituida por otra, lo Sagasta. Nunca fue considerado,
recurrir al pronunciamiento mi- sos adelante y atrás. El punto de que acontecía normalmente además, como un derecho, sino
litar para acceder al poder ante partida fue lograr un sistema cuando quien estaba en el po- como una ampliación de la re-
el exclusivismo de la Corona y político con rotación bipartidis- der se dividía. Como, por au- presentación. La consecuencia
del partido moderado. Ahora, ta en el poder semejante al bri- sencia de mayoría de edad del más importante que tuvo su in-
en cambio, se abandonó la que tánico, por todos considerado electorado, los resultados no ha- troducción en 1890 y su puesta
Cánovas denominaba como la como ‘‘modélico’’. Hasta cierto cían otra cosa que confirmar a en práctica en el año siguiente
política de la bolsa o la vida punto hubo cesiones por todas quien estaba en el poder, el Rey no fue sino que desaparecieron
consistente en exigirlo todo o las partes: el monarca autolimitó para tomar sus decisiones venía como peligro para el turno el re-
declararse en rebeldía fiando la sus poderes efectivos a partir del a ser algo así como un piloto sin publicanismo posibilista (Caste-
resolución de todos los problemas acuerdo entre los partidos, éstos brújula. Aun así, las convencio- lar) y la Izquierda Dinástica
políticos al triste recurso a la aceptaron al adversario y el Ejér- nes y la práctica siguieron cre- (López Domínguez) porque
fuerza. En vez de ello, a lo que cito quedó como garante aun- ando reglas para la convivencia: perdieron un arma de propa-
apelaron las distintas facciones que conservando, como la Igle- por ejemplo, la no aprobación ganda. Multiplicar por cinco el
políticas fue a la política del sia, un área de actuación autó- de una disposición vital o la po- número de españoles con voto
pacto que permitiera la alter- noma, a veces en conflicto con sible quiebra de la concesión de no hizo otra cosa que situar a
nancia pacífica en el poder ba- la civil. beligerancia al adversario cons- España en una favorable situa-
jo la Monarquía borbónica. Poco a poco, mucho más por tituían otros tantos factores pa- ción comparativa con otras lati-
Resulta una simplificación las prácticas y convenciones que ra explicar que acabara por per- tudes: el porcentaje de los ciuda-
considerar que a esta realidad se merced al texto constitucional, derse el poder. En principio se danos con voto era el 24%,
llegó de una forma súbita y ca- fue naciendo un sistema políti- consideraba que los presupues- mientras que en Francia era del
rente de problemas; ésta ha sido, co. Los partidos se concedieron tos podían prorrogarse tan sólo 29% y en Suiza el 22%; los in-
no obstante, la interpretación mutuamente beligerancia, en el un año. gleses eran el 16% y los italianos
tradicional. El libro de Ángeles sentido de admitirse como in- Todo lo que antecede se re- el 9%. Ahora bien, la amplia-
Lario (Lario, 1999) empieza por terlocutores únicos; con ocasión fiere al acuerdo establecido en el ción del electorado fue juzgada
probar que no es correcta la atri- de consulta electoral no aplasta- seno de la clase política. Ahora por la derecha conservadora co-
bución que se hace en exclusiva ban al adversario sino que le bien, ¿y los ciudadanos? Ya se ha mo un factor determinante de la
a Cánovas del origen del nuevo ayudaban a conseguir una repre- indicado que las elecciones no inautenticidad, en definitiva del
sistema político: en él colabora- sentación parlamentaria, aun- tenían como consecuencia la al- control de los resultados por
ron, de forma decisiva, además que minoritaria. El papel del Je- ternancia gubernamental, pero parte del Gobierno. Aunque el

Nº 140 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA


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LA RESTAURACIÓN, REVISITADA

juicio tiene importantes argu- de régimen. En el periodo dentes concediéndoles puestos do por parte de los historiadores
mentos a su favor, lo cierto es 1875-1881 tuvo lugar la larga ministeriales importantes. a la altura de los años setenta y
que no resulta tan seguro: no marcha hasta la formación del No cabe la menor duda del que no ha pasado de ser confir-
hay pruebas de que con un elec- partido liberal bajo su dirección. importante papel que la Jefatura mada por la sucesión de estu-
torado más reducido la manipu- Desde 1875 estuvo al frente de del Estado atribuyó a Sagasta: la dios aparecidos a continuación.
lación hubiera sido más difícil. los liberales de hecho, pero en prueba es que, remiso a aceptar Pero Varela y un equipo de cola-
Mas bien lo acontecido hasta el teoría el puesto se mantuvo va- un título nobiliario, le concedió boradores (2001) han tenido el
momento prueba lo contrario. cante; y ya en 1876, por vez pri- el Toisón de Oro, la dignidad indudable mérito y paciencia de
La figura de Cánovas ha sido mera, los dos partidos se pusie- que en los años setenta, tras otra reunir en un grueso volumen
objeto de innumerables biogra- ron de acuerdo en las elecciones, Restauración, recibió el más fiel esas aportaciones, exponerlas de
fías y de retratos ensayísticos. La obteniendo el de Sagasta 40 ac- en la causa monárquica, Pemán. acuerdo con un patrón común y
de Sagasta, en cambio, ha mere- tas por la benevolencia del con- Pero su fama en el mundo libe- llegar a unas conclusiones.
cido mucha menor atención, servador. Se evitaron, de este ral, político e intelectual duró Varias de ellas merecen ser
pero afortunadamente dispone- modo, los retraimientos y las poco. Antes de morir había debatidas para comprender la
mos hoy de una muy documen- alianzas contra natura. Una bue- mostrado su satisfacción por realidad del liberalismo oligár-
tada e inteligente (Milán, na prueba de la tolerancia gu- “poder anunciar al mundo que quico. En general, se puede de-
2001). Llama la atención en ella bernamental fue que Sagasta re- la Monarquía española es la mo- cir que el sistema de vida políti-
el hecho de que ya desde media- sultó elegido por Zamora por narquía más liberal y democráti- ca apenas experimentaba varia-
dos de los años cincuenta para 6.205 votos a 5. En adelante no ca de Europa. No ya Azaña, si- ciones a lo largo de la geografía
Sagasta el modelo ideal era el bi- participó en conspiraciones, pe- no el propio Canalejas se revol- española. Es intrascendente, por
partidismo al modo británico. ro todavía en 1878 se le consi- vieron contra un liberalismo ejemplo, que Teruel eligiera
Convertido en lugarteniente de deraba peligroso por proponer basado en el compromiso, en el conservadores y Huesca, en
Prim, este antiguo progresista la vuelta a la Constitución de pragmatismo y el pacto. Y, sin cambio, liberales. Hay, sin em-
radical aprendió lo que éste ha- 1869. Sin embargo, le había re- embargo, cuando triunfaron los bargo, razones que lo explican,
bía descrito como la política fi- plicado en una refriega parla- verdaderos antiliberales, la esta- como la existencia de redes
na, es decir, no cerrarse ninguna mentaria a Cánovas que se con- tua del prohombre político lo- clientelares, incluso desde etapas
vía para alcanzar sus objetivos, sideraba tan monárquico como groñés fue decapitada en su ca- remotas, en el segundo caso. Lo
jugar a todas las barajas y plegar- SS y declaró que el sufragio uni- pital natal (1941). Esa patente verdaderamente relevante es la
se a las circunstancias. Durante versal era poco menos que in- contradicción puede ser en par- diferencia entre el voto urbano,
el periodo revolucionario prosi- compatible con cualquier orden te explicada, porque entre el li- mucho menos controlable, y el
guió el propósito de llegar a un social. beralismo oligárquico y el libe- rural, con escasísimas excepcio-
sistema de alternancia en el po- Fue en el periodo 1881-1890 ralismo a secas se interponía el nes. Si se trata de examinar la
der –en especial lo hubiera dese- cuando la Restauración fue calificativo o, lo que es lo mis- cuestión desde el punto de vista
ado el rey Amadeo–, pero fue asentando sus prácticas políticas mo, una práctica que tenía que regional, tan sólo en el País Vas-
imposible de llevar a efecto por- como régimen; al mismo tiem- ver con él, al menos desde el co, Cataluña y Navarra se puede
que tanto Sagasta como Ruiz po se instaló el pragmatismo sa- punto de vista en que hoy lo en- considerar que los resultados
Zorrilla se consideraron herede- gastino. Los liberales, según el tendemos. Sobre el conocimien- globales no dieran mayoría a los
ros del partido progresista; el dirigente del partido liberal, to de este aspecto de la historia partidos del turno. En el primer
primero quería turnar con los siempre habrían gobernado fu- política también se ha avanzado y tercer caso se explica por el
unionistas y el segundo con los gazmente en España por no ha- en tiempos recientes. carlismo y las diversas tenden-
demócratas. Sagasta al menos ber sido conscientes de que no cias surgidas de él y, luego, a
no abusó, como su antagonista, hay nada sólido ni viable sin un El funcionamiento continuación, por la aparición
de las alianzas contra natura con gobierno fuerte. Ahora, sobre to- del caciquismo y del nacionalismo, que también
republicanos y carlistas. do a partir de 1885, lo podían sus protagonistas resulta el factor esencial en el se-
Las circunstancias hicieron hacer sin alarmas, sin trastornos, El liberalismo oligárquico supone gundo caso citado a partir de
que Sagasta se encontrara al fi- sin temores y sin perturbaciones. una real ausencia de protagonis- 1907. De cualquier modo, en
nal del periodo revolucionario Sagasta, por un lado, dilató todo mo por parte del elector, mayo- esos tres ámbitos geográficos,
en las mejores condiciones para lo que pudo las reformas libera- ritariamente desmovilizado, lo como en el contexto urbano,
convertirse en el álter ego de Cá- les para permanecer más tiempo que permite el control de los re- aparecen fuerzas (republicanos,
novas. Como ministro de la Go- en el poder y, al mismo tiempo, sultados electorales en las con- socialistas..) motivadas desde el
bernación había llegado a la se convirtió en defensor a ul- sultas convocadas desde el poder punto de vista ideológico y re-
conclusión de que la visión de la tranza del sistema del pacto. En a través de una combinación de presentantes por ello de una po-
izquierda acerca de los derechos cuanto a la dirección de su par- factores que incluye el peso de la lítica nueva. Ahora bien, no se
individuales los convertía en tido, no aceptó ningún desafío a Administración desde arriba, el debe pensar que esas fuerzas
inaguantables, pues pesaban co- su liderazgo y decidió siempre de los notables locales desde orientadas de modo distinto
mo losas de plomo. Además, en solitario en las cuestiones im- abajo y el pacto –encasillado– en siempre actuaran con tal moder-
cuando se produjo el golpe de portantes. Pero dejaba libertad el seno de la clase política. Esta nidad: hubo republicanismo
Estado en 1875 evitó el relevo absoluta a sus ministros en su definición puramente descripti- clientelar, antiguos caciques
del general Fernando Primo de actividad, por más que eso con- va vale para el conjunto de la ge- convertidos en nacionalistas y
Rivera en la Capitanía General tribuyera a la incoherencia del ografía española pero permite extrañísimas alianzas entre car-
de Madrid y de este modo facili- Ejecutivo, y fue muy generoso a matices importantes. Se puede listas y las fuerzas supuestamen-
tó de modo indirecto el cambio la hora de recuperar a los disi- pensar que a ella se había llega- te mas antagónicas en Navarra.

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JAVIER TUSELL

Una segunda conclusión que ponda a la realidad, en estrictos que actuaban en las coordena- comportamiento de Maura co-
se deriva del examen de la geo- términos, describir el sistema das de un sistema político que rrespondió mucho más estricta-
grafía caciquil es que la ley elec- político como ficticio: era real la no es susceptible a la vara de mente a los principios de libera-
toral al mismo tiempo servía los ausencia de la política de la ma- medir propia de la democracia. lismo que el suyo. Merece la pe-
intereses de los partidos del tur- yoría y el predominio en ella de La vida pública siempre tiene na tener en cuenta también lo
no y no era determinante del unos pocos. Éstos no tenían por sus impurezas al margen de los que, de modo benévolo, podría
sistema político. Parece obvio qué ser nobles de abolengo, pe- ideales, pero en el caso del libe- ser descrito como su sentido de
que las influencias locales se veí- ro siempre eran (o querían ser a ralismo oligárquico obligaba a la realidad. Alcanzó el poder en
an favorecidas por los distritos través de la política) notables: unas adaptaciones a la realidad 1905 por el procedimiento de
uninominales. Las circunscrip- burócratas, profesionales, hom- que pueden parecer por com- mostrarse dispuesto a la aproba-
ciones con posible representa- bres nuevos, nacidos de los nego- pleto desmesuradas, por no de- ción de una legislación que,
ción de dos listas facilitaban en cios, periodistas aupados por la cir desvergonzadas. aunque poco aplicada, atribuía
muchos casos el acuerdo entre pluma a la influencia social... La última biografía impor- a los militares un papel deter-
los partidos del turno (al que es- De cualquier modo, los partidos tante aparecida acerca de uno minante a la hora de sancionar
taba en la oposición se le solía políticos no eran lo que solemos de los protagonistas de la Res- los delitos en contra de la uni-
atribuir menor número de esca- entender por ellos en la actuali- tauración es la dedicada a Segis- dad patria o los símbolos nacio-
ños), pero también hicieron po- dad: se trataba de clientelas, más mundo Moret (Ferrera, 2002). nales. Es cierto, como apunta el
sible la representación de la opo- o menos amplias, vinculadas Abogado y catedrático, llegó a autor, que la resistencia a las de-
sición antisistema. El recorte de por tradición y por reparto de la responsabilidad ministerial mandas militares hubiera podido
los distritos (gerrymandering, en favores de todo tipo. No se crea durante el periodo revoluciona- desembocar en un golpe de Estado
denominación clásica) fue fre- que el término clientela es una rio de 1868. Defensor en textos militar o en una situación de
cuente, pero más aun la falta de exageración ni siquiera en su eti- de peso teórico del individualis- gran inestabilidad; pero situacio-
adaptación con el paso del tiem- mología más prosaica: Sagasta mo liberal fue también promo- nes como ésa se repitieron una
po, entre la población y el nú- colocó a 16 familiares como tor de de la Comisión de Refor- y otra vez y fueron siempre en-
mero de electos. Barcelona hu- parlamentarios en las Cortes de mas Sociales y de la Institución cauzadas por políticos escépti-
biera debido pasar de 7 a 14 di- la Restauración. Eso explica que Libre de Enseñanza. Durante la cos que creían poco o nada en
putados desde comienzos de quienes estaban en la cúspide Regencia le correspondió el pa- la posibilidad de que del libera-
siglo a 1923. Pero la ley electoral pudieran cambiar de adscrip- pel de insertar a España en el lismo oligárquico, sometido a
no lo explica todo y tampoco se ción política manteniendo la es- mundo internacional; y a co- presiones militares y clericales,
puede decir que sistemática- tructura de vínculos personales mienzos de siglo era el más pro- se pudiera pasar a otro modo de
mente impidiera la expresión de y haciendo, en definitiva, que bable entre los posibles suceso- vida política en que éstas pudie-
la voluntad popular allí donde los electores aparecieran repre- res de Sagasta en la dirección ran ser definitivamente supera-
existía. De hecho, en 1907 hu- sentados por quienes ahora tení- del partido liberal. De hecho, das. El escepticismo era todavía
bo una reforma electoral que an una significación ideológica fue presidente en tres ocasiones, mayor respecto de las posibili-
contribuyó, aun con toda mo- contraria a la precedente: éste pero nunca tuvo tras de sí al dades de mayor grado de inter-
destia, a la mayor veracidad fue el caso del duque de Tetuán partido que en teoría regía; y en vención popular en la política:
electoral; y en 1919 y 1921 hu- (O’Donnell de apellido) en Cas- realidad su presencia en el po- Moret sólo se acercó al anticle-
bo proyectos, patrocinados por tellón y de Maura en Baleares. der se liquidó siempre sin haber ricalismo y al republicanismo o
las opciones políticas más diver- Cosa diferente es que la polí- realizado una obra importante y incluso a la propaganda de ma-
sas, en favor de un recuento tica fuera clientelar u orientada con considerable costo político sas de forma muy leve y cir-
proporcional que sin duda ha- por el favor y que sus protago- personal y colectivo. cunstancial para expulsar del
brían beneficiado a las opciones nistas resultaran seres insignifi- Ferrera, como les suele suce- poder a Maura en 1909. Cuan-
orientadas desde un punto de cantes o carentes de cualquier der a los biógrafos, resulta con- do lo logró, sus propósitos polí-
vista más ideológico, que eran relevancia objetiva, como muy a descendiente en exceso con res- ticos no parecieron tan trascen-
las opuestas al régimen vigente. menudo fueron retratados por pecto al biografiado, pero a lo dentes.
No fue, por tanto, ni la ley la mayor parte de los observa- largo de su excelente libro se re- Si este tipo de comporta-
electoral ni una especial perver- dores intelectuales del momen- velan las limitaciones de los po- mientos resultaban a la vez co-
sión de la clase política que la to. No cabe la menor duda de líticos de la Restauración en ge- herentes y esperables, al margen
aprobaba en las Cortes lo que que con la multiplicación de neral y las suyas en especial. del juicio de valor que merezca
explica el caciquismo, es decir, el clientelas el nivel de quienes es- Hombre de fortuna, la logró, el personaje, es porque ese mo-
control de las elecciones y la vi- taban al frente de las mismas como también Sagasta, en ban- do de vida política resultaba
da política por unos pocos. Esta bajó y que los herederos de se- cos, ferrocarriles y sociedades mucho menos ficticio de lo que
condición oligárquica nacía del gunda o aun tercera generación mineras, negocios relacionados pretendieron sus críticos intelec-
hecho de que el voto, o bien ni resultaron mucho peores que con las concesiones estatales e tuales. Si volvemos al libro co-
siquiera era considerado como sus ascendientes. Pero protago- implantados en provincias en lectivo citado (Varela, 2001)
un activo individual y, a lo su- nistas como Maura, Canalejas o las que ejerció influencia políti- comprobaremos que en cual-
mo, era entregado de forma de- incluso Romanones no pueden ca. Quizá lo menos grato de quier punto de la geografía pe-
ferente al representante político, ser en absoluto desdeñados; so- Moret es su capacidad para la ninsular las máquinas clientela-
o bien se trocaba por favores sin- bre ellos disponemos de biogra- intriga ejercida en todas las di- res en que consistían los parti-
gulares o colectivos de los me- fías de calidad, aunque las fuen- recciones pero de modo especial dos de la Restauración tenían
diadores ante el poder político o tes originales resulten bastante en el entorno de Palacio; a este un indudable arraigo e incluso
el social. De ahí que no corres- variables. Sucede, sin embargo, respecto se puede decir que el perduraron con una indudable

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57
LA RESTAURACION, REVISITADA

solidez en muchas partes cuan- to en las capitales de provincia la posibilidad de sustituirle por y G. Queipo de Llano, 2001).
do se produjo el advenimiento en que esas fuerzas (u otras mo- otro. En esas circunstancias se Merece la pena someter a debate
de la segunda República, a pesar dernizadoras) no experimenta- explica que, cuando se agrava- los contenidos respectivos.
de que ésta impusiera una de- ron un crecimiento significativo. ron los problemas insolubles, la Desde un punto de vista crí-
mocracia efectiva aunque con- Un ejemplo de lo que en reali- sustitución del régimen liberal tico, al libro editado por More-
vulsa. El favor y la conexión dad significaba el dinamismo del fuera recibido positivamente por no Luzón se le pueden oponer
clientelar resultaron, pues, una liberalismo oligárquico fue lo la mayor parte de la opinión pú- algunos defectos. No ofrece in-
realidad no sólo evidente sino sucedido en Mallorca. Allí había blica en 1923. Desde el punto formación verdaderamente iné-
perdurable. existido un sólido clientelismo de vista legal no había obstácu- dita o inasequible hasta el mo-
La conclusión más discutible agrario y naval bajo la égida de los a que en esta fecha se produ- mento; a veces sus varios autores
de las que aparecen en el libro Maura. March lo desmanteló a jera una movilización como la se obsesionan con los plantea-
colectivo reseñado es la que se base de apoderarse del partido de 1931. Pero eso no quiere de- mientos previos a favor de algún
refiere al supuesto dinamismo liberal, otrora de Weyler, influir cir que en 1923 hubiera satisfac- personaje político (Maura o
del sistema político vigente y a en el medio rural mediante la ción y en 1931 ya no; en la pri- Moret). Como es lógico, dado
la afirmación de que el electorado parcelación de las fincas, arreba- mera fecha el liberalismo oligár- lo plural de los redactores, exis-
estaba satisfecho de lo que obtenía tando su apoyo a los conserva- quico era todavía estable y en la ten algunas leves contradiccio-
hasta el momento final. Según dores, seducir a los intelectuales segunda estaba por completo nes en el conjunto del texto. Se
los autores, la movilización polí- regionalistas e incluso regalar deteriorado transcurrida la etapa dedica un exceso de espacio a
tica y el cambio eran posibles; y una Casa del Pueblo a los sindi- dictatorial. polémicas que no tienen que ver
la prueba de que el sistema no catos. El caciquismo de March con la Historia sino que revisten
lo impedía totalmente reside en –cuya orientación ideológica se La Jefatura del Estado un carácter periodístico o refle-
que en 1931 el electorado des- situaba en el liberalismo izquier- y la prensa jan más bien el momento en
plazó con su voto al régimen dista de Alba– resultaba mucho La figura histórica de Alfonso que se produjeron y apenas se
político existente. más moderno que el de Maura XIII, el centenario de cuyo acce- compara, como debiera hacerse,
El supuesto dinamismo plan- pero, en definitiva, no hacía otra so al trono conmemoramos el a Alfonso XIII con otros monar-
tea la cuestión de la posible cosa que suplantar la voluntad, año pasado, ha sido objeto de cas europeos de la época. Pero,
transición desde un régimen li- la supuesta o real voluntad del muy controvertidas interpreta- en general, este libro es un exce-
beral a otro democrático, de la electorado. En ese sentido, nada ciones. Popular durante su pro- lente ejemplo del nivel de cali-
que se tratará más adelante, pe- significaba desde el punto de pio reinado, concluyó el mismo dad al que ha llegado la histo-
ro, de entrada, tendríamos que vista de la superación del libera- siendo objeto de durísimas críti- riografía española en una cues-
examinar en qué consistió ver- lismo oligárquico. cas, merecidas en parte e inven- tión que todavía pertenece al
daderamente esa capacidad de Éste, por otro lado, suponía tadas en otra porción. Hasta fe- campo del debate.
cambio. Por descontado, no se mucho más de lo que en la lite- cha temprana un género de po- Lo primero que resulta evi-
puede decir que el sistema de li- ratura intelectual de la época y lémica poco científica le ha dente tras la lectura del libro es
beralismo oligárquico no se trans- en parte de la posterior se le ha rodeado de tal modo que pare- la centralidad del personaje en la
formara, sino que lo hizo de- atribuido. El sistema del favor y ciera que los alineamientos se política española del primer ter-
mostrando una adaptabilidad de la mediación clientelar entre justificaran por razones ideoló- cio del siglo. Destinado a jugar
extraordinaria que no le hacía el político y los individuos pro- gicas: si la visión de la izquierda un papel importantísimo en un
modificar su esencia y, al mismo porcionaba más satisfacciones le demonizó (como también lo momento decisivo de la política
tiempo, tampoco ofrecía pers- de las que han solido achacárse- hizo la extrema derecha), los española, por una parte creó de
pectivas inmediatas de hacer po- le: sería incorrecto atribuirle un conservadores lo justificaron, a sí mismo y de la institución que
sible el salto hacia la democra- carácter por completo ficticio y veces por completo y con un to- representaba una imagen en
cia. Podemos comprobar el con- artificial. Pero de ahí a atribuirle no de cursilería monárquica. So- gran medida nueva y más mo-
tenido y los márgenes de ese la capacidad de satisfacción ab- bre el personaje acaba de publi- derna. En parte por el propio
dinamismo examinando algu- soluta de las exigencias ciudada- carse un libro colectivo (More- contenido de la Constitución
nos datos de carácter general y nas media un abismo. El sistema no Luzón, 2003) que tiene el pero también por los comporta-
otros relativos a una zona geo- político sin duda podía ser esta- mérito indudable de su elevada mientos políticas habituales y
gráfica concreta. El dinamismo ble pero estaba muy despresti- calidad. Está redactado por his- por las debilidades de la política
supuso, por ejemplo, que desa- giado, desde hacía mucho tiem- toriadores profesionales que han electoral liberal, a él se dirigie-
pareció la violencia electoral, po no sólo por la obra de los hecho ya aportaciones impor- ron repetidas apelaciones en el
que la política se hizo más pro- intelectuales (que querían un li- tantes a aspectos monográficos sentido de que interviniera co-
fesional y que el encasillado fue beralismo efectivo, frente a lo de la política del momento o del mo hoy no concebiríamos que
cada vez más difícil. Pero la mo- que se les ha atribuido reciente- personaje y que tratan –en gran que debe hacerlo un rey en una
vilización política, es decir, el mente) sino por la generalizada parte, consiguen– situar no ya Monarquía democrática. Sus re-
protagonismo de la mayor parte actitud de los medios de comu- tanto al monarca sino la época laciones con los dos partidos
de la población, siguió sin pro- nicación. Se siente la tentación en un plano de consenso en que que formaban el sistema político
ducirse e incluso retrocedió, co- de afirmar que en un clima re- sin duda habrá de permanecer de la Restauración no son fácil-
mo se demuestra por la dismi- generacionista hasta los propios mucho tiempo. Creo que exis- mente simplificables. Tuvo, por
nución de la presencia republi- profesionales de la política con- ten importantes coincidencias (y lo menos durante un amplio pe-
cana y la limitación de la sideraban poco digno de alaban- algunas discrepancias) con la riodo de su vida, más cercanía
socialista en las Cortes o por el za el sistema del y para el que vi- biografía en que colaboró el au- de lo que en principio se puede
propio comportamiento del vo- vían; tampoco tomaban en serio tor del presente artículo (Tusell pensar con el partido liberal, y

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JAVIER TUSELL

estuvo alejado de lo que enton- mocracia todavía muy lejana. Es gonismo de ese género, aunque política decisiva en su propio
ces se describía como clericalis- inimaginable que él hubiera po- posteriormente se les haya otor- reinado. De todas las maneras,
mo. Al principal líder conserva- dido acelerar de forma decisiva gado como consecuencia de una en el libro colectivo citado se in-
dor, Maura, le respetaba pero a el tránsito de uno a la otra; hoy mitificación colectiva. Se puede terpreta mal la relación entre
menudo no le siguió. Sus pode- parece también que tampoco le juzgar que en ocasiones el Rey monarca y dictador. Frente a lo
res en política exterior y acerca puso dificultades insuperables pudo contribuir a la erosión del que escribe Gómez Navarro,
del Ejército fueron grandes por- para alcanzarla. El golpe de sistema de partidos, pero ésta que debiera haber consultado
que se lo atribuía el texto consti- 1923 constituyó una ruptura fue obra principal de ellos mis- con mayor cuidado la bibliogra-
tucional, pero acerca de ellos, decisiva, pero él no fue su prota- mos e incluso cabe decir que los fía reciente, hubo repetidos
aunque su intervencionismo fue gonista, aunque lo aceptara (co- partidos de la Restauración, por desencuentros y una perpetua
palmario, se ha mitificado en mo tantos otros, incluido Orte- sus especiales características, es- tensión entre el Rey y el dicta-
exceso. Tuvo iniciativas a veces ga). Todavía en 1930 hubiera taban condenados al final que dor. El primero –y, en este caso,
muy desafortunadas pero habi- podido rectificar, en opinión de tuvieron. La personificación de es muy oportuna la interpreta-
tualmente coincidentes con el la mayor parte de los liberales de los males del liberalismo en Al- ción de Martorell– tuvo todavía
Gobierno en las relaciones con entonces. Pero a él y a los suyos, fonso XIII resulta, por tanto, in- una oportunidad en 1930 in-
otros países. Se entrometió en los todavía monárquicos, les fal- justificada. tentando experimentos hasta que
exceso en los nombramientos tó imaginación y programa. Tras Las colaboraciones en este li- no le quedó otro remedio que
militares y las operaciones en 1931 se hundió en una existen- bro colectivo resultan más flojas un gobierno de leales. Fue con él
Marruecos, aunque menos de lo cia triste, mediocre y sin expec- a partir del momento cronológi- con quien tuvo lugar el derrum-
que se le atribuye pero pagó las tativas. co en que se plantea la crisis del bamiento del régimen monár-
consecuencias como no podía Alfonso XIII es el abuelo de sistema político de la Restaura- quico.
menos de suceder. nuestro actual monarca y su ción, tras la guerra mundial. Re- Puede pensarse legítimamen-
En general la imagen que re- personalidad controvertida ex- sulta muy dudoso que a partir te que abordar al mismo tiempo
sulta de la lectura de este libro, plica que su centenario no haya de este momento el Ejército co- el papel del jefe del Estado y de
como la que se extrae de algún sido objeto de conmemoración. mo colectividad vetara una mo- la prensa en un régimen de libe-
otro de los mejores existentes en Pero un tratamiento matizado dernización política en que la ralismo oligárquico carece de sen-
el panorama editorial, es la de como el de este libro hubiera si- política civil o, al menos, una tido, pero no es así. En una de-
un Alfonso XIII a la vez dotado do muy útil no sólo desde el parte de ella, estaría empeñada, mocracia a un jefe del Estado le
de cualidades y defectos. Patrio- punto de vista histórico sino como asegura Boyd. En realidad corresponde un papel modera-
ta e identificado con el liberalis- también desde la propia con- el Ejército nunca dejó de inter- dor y arbitral; y a la prensa una
mo de entonces (no con la de- ciencia colectiva, porque hubie- venir desde comienzos de siglo, función crítica y autónoma que
mocracia) y con una cierta mo- ra permitido comprobar hasta cuando se atribuía la defensa de ha llegado a configurarla como
dernidad, evolucionó en sentido qué punto este azaroso camino la unidad nacional o se sentía un cuarto poder. En cambio, en
autoritario, pero lo hizo en los hacia la libertad en que consiste ofendido por la publicación de el liberalismo oligárquico el papel
años treinta más que en los nuestra Historia fue dificultoso un artículo de prensa relativo a del jefe del Estado está siempre
veinte. Sin duda, su intervencio- y resulta fácil de interpretar me- la ineficacia de su funciona- obligado a resultar mucho más
nismo en política menuda fue diante simplificaciones. Hoy se miento. Pero sólo se decidió a determinante a la hora de las
con frecuencia muy desdichado; podía haber intentado el esfuer- hacerlo en contra del sistema crisis gubernamentales, en polí-
no fue ni mucho menos una zo de comprensión al margen de político liberal cuando éste si- tica exterior y militar. La prensa
persona con la formación desea- unas polémicas que carecen de guió una política errática con se sitúa en un estadio transicio-
ble para un jefe del Estado. Pero sentido en el momento actual. respecto a Marruecos sin pro- nal entre la hoja de propaganda
aparte de que eso fue común a A nadie se le va a ocurrir acha- porcionar decisión y medios pa- del partido y el vehículo de in-
los monarcas de la época con los car al actual jefe del Estado los ra vencer en la guerra colonial ni formación o de opinión que só-
que resulta comparable incluso modos de actuación de su abue- tampoco optar por la retirada. lo atiende ante los lectores.
ventajosamente, muy a menudo lo, porque es evidente que, en Además, el Ejército no tuvo ni La historia de El Imparcial
la importancia de su actuación muchos aspectos, de ellos apren- mucho menos un liderazgo úni- (Sánchez Illán, 1999) testimo-
ha sido magnificada y, desde dió a no seguir su contraprodu- co: sólo actuó con una sola voz nia no sólo que éste fue el caso
luego, estuvo facilitada por la cente rumbo. en negativo contra la clase polí- sino que, además, la poderosa
falta de veracidad del sistema Moreno Luzón señala, sin tica en 1923. atracción del mundo clientelar
político y la debilidad de los embargo, que la mayor parte de Acerca del golpe de Estado, propia del régimen político llegó
partidos. los autores presentes en las pági- nuestros conocimientos actuales a afectar a una posible evolución
La curiosa derivación de esta nas de su libro opinan que Al- permiten afirmar que el Rey no en el sentido indicado. El Im-
conclusión es que probablemen- fonso XIII no favoreció el paso instigó o protagonizó el golpe. parcial fue fundado como diario
te a la figura de Alfonso XIII no del liberalismo a la democracia. En definitiva, como ha escrito liberal poco antes de la revolu-
quepa atribuirle tantos males Eso es cierto, pero la cuestión Mercedes Cabrera, poco impor- ción de 1868 y con el ánimo de
como ha sido habitual; pero está mal planteada; porque de la ta que conociera los preparativos provocarla. Su fundador era un
tampoco estaba en su mano la misma manera podría decirse o incluso que tratara de rodear hombre de los adscritos a esa ge-
capacidad de hacer tantos bie- que no fue la causa, al menos la su aceptación de Primo de Rive- neración, vinculado a la Institu-
nes. El Rey fue una pieza muy principal, de que ese tránsito no ra bajo una apariencia constitu- ción Libre de Enseñanza y que
importante en la vida pública de se produjera. A ningún monar- cional. Lo decisivo es que, al ya en la Restauración tardó en
un país que venía del liberalis- ca, incluidos los británicos de la vincular su destino con el dicta- identificarse con las institucio-
mo y caminaba hacia una de- época, cabe atribuirles un prota- torial, contribuyó a una ruptura nes vigentes, aunque murió

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LA RESTAURACION, REVISITADA

siendo ya senador fusionista. Su de la época. Lo decisivo es que momento de no ser por una zonte comparativo más evidente
hijo se hizo con la dirección en el diario perdió lectores, y cuan- perversión de alguno de los pro- del caso español se encuentra en
1889 y el diario tuvo su mo- do Gasset trató de enderezar su tagonistas (las clases directoras, los regímenes italiano y portu-
mento de esplendor en los años rumbo, en 1917, fue ya imposi- los políticos, los reyes, los inte- gués coetáneos a la Monarquía
del fin de siglo. Supuso, enton- ble. El Sol, su heredero, en espe- lectuales...). Ahora bien, como de Alfonso XIII que voy a exa-
ces, una auténtica novedad en cial en el mundo intelectual li- muy bien ha escrito Varela en minar brevemente, como ya se
dos sentidos: en primer lugar, en beral, nunca llegó a alcanzar la un libro reciente (2000), la de- ha hecho (Acton y Saz, 1001;
él apareció por primera vez una difusión de su progenitor. Prue- mocracia es un proceso y no un García Sanz, 2002; Los 98 ibéri-
cierta independencia del perio- ba, en definitiva, esta trayectoria suceso; avanza por pasos y no cos...). Ambos casos, como el es-
dista como profesional con res- hasta qué punto resultaban posi- por saltos únicos y definitivos. pañol, pueden ser descritos co-
pecto a las opciones políticas bles en la vida pública de la épo- Recuerda también que en aque- mo pertenecientes a un liberalis-
partidistas y, además, mantuvo ca los pasos adelante pero tam- llos países en los que habitual- mo oligárquico en que la
una línea independiente promo- bién atrás. Y esto nos introduce mente se considera que experi- movilización social y la autono-
viendo campañas populares y en la cuestión que probable- mentaron una evolución modé- mía del electorado con respecto
fomentando opciones al margen mente más apasiona a los histo- lica ésta se llevó a cabo con una al ejecutivo eran muy limitados,
de los gobiernos o de los progra- riadores actuales que investigan considerable parsimonia. Sólo pero existían opciones políticas
mas. Alcanzó así los 120.000- acerca de la Restauración. tras la Guerra de Secesión norte- distintas que se intercambiaban
140.000 ejemplares de venta, ci- americana las elecciones empe- en el poder y un considerable
fra abrumadora para la época. ¿Una posible evolución desde zaron a resultar veraces; en Fran- grado de libertades públicas. En
Pero la historia del diario el liberalismo a la democracia? cia los cambios políticos durante Portugal, el rotativismo nació a
prueba que era posible una reca- Como sabemos, la interpreta- la primera mitad del siglo XIX se mediados de la década de los
ída en el modelo de periodismo ción ideológica reciente que se produjeron por procedimientos cincuenta gracias a Saldanha,
tradicional. El Imparcial siguió ha hecho acerca de la Restaura- violentos y no electorales, y en una especie de paralelo luso de
de un modo tan acentuado la ción parte de la falta de excepcio- Gran Bretaña muchas de las O’Donnell. La vida política lo-
trayectoria de su propietario que nalidad española. De acuerdo prácticas electorales anteriores a cal en el mundo rural estuvo
de ser órgano de opinión se con ella resultaría, en su versión la legislación anticorrupción, a dominada por los caciques (em-
convirtió en boletín de clientela más simple, el liberalismo espa- finales de siglo, recuerdan a las pleando este mismo término o
personal en el seno de uno de ñol no sería distinto en lo sus- de la Restauración española. el de galopin). La pasividad del
los partidos del turno. Rafael tancial del existente en otras la- En todo ello tiene mucha ra- electorado determinó que, por
Gasset formó parte de uno de titudes; incluso se podría, de zón Varela pero, en cambio, ye- ejemplo, hubiera tan sólo dos
los movimientos regeneracionis- manera más o menos implícita, rra, en mi opinión, en otros escaños con lucha en 1901 de
tas del fin de siglo, el de carácter acusar a las oposiciones políticas puntos. Su libro, escrito con un un total de un centenar. Los
económico. De ahí su alinea- o intelectuales de la responsabi- especialista mexicano, no intro- partidos del turno se repartían
miento inicial con Villaverde y lidad fundamental de que Espa- duce una verdadera compara- los puestos parlamentarios en
su antimaurismo. A partir de ña no llegara a convertirse en ción sino una superposición de proporción semejante a la espa-
1905 Gasset se convirtió en ha- una democracia estable sin trau- casos muy distintos según todas ñola, pero el papel de la oposi-
bitual ministro de Fomento o mas. De hecho, así se ha hecho las apariencias. Da la sensación, ción antisistema era mucho me-
de Obras Públicas, apasionado por parte de un ensayismo además, de que piensa que hay nor. Sólo al final de la Monar-
por un programa de regadíos al –Marco, Moa...– que no debe modelos nacionales al contrapo- quía fueron elegidos 11
que casi nunca los ministros de ser tomado en serio al tratar la ner, por ejemplo, el caso de la republicanos, pero de ellos 8 ob-
Hacienda atribuyeron los fon- cuestión desde un punto de vis- Francia del segundo Imperio tuvieron su puesto por Lisboa.
dos suficientes. Con el paso del ta histórico. Pero al margen de –elecciones controladas por co- El republicanismo era un movi-
tiempo no sólo representó una interpretaciones simplistas per- acción– y el español de la Res- miento de plebe urbana pero el
tendencia en el seno del partido manece el interrogante acerca de tauración –elecciones pactadas–. derrocamiento de la Monarquía
liberal sino que también tuvo su lo que pueda significar esa falta Introduce, en fin, un elemento no hubiera podido tener lugar
clientela propia, reducida pero de excepcionalidad que, a su vez, adicional que parece más bien sin el Ejército. La Primera Re-
disciplinada, en diputados y se- encierra el interrogante sobre fundamentado en preocupacio- pública mantuvo la vida política
nadores. por qué si en otros lugares ocu- nes de actualidad: en España no del liberalismo oligárquico, a la
El diario siguió los intereses rrió esa transición del liberalis- habría habido un excesivo parla- que sumó inestabilidad y dema-
de su dueño y, como consecuen- mo a la democracia no tuvo lu- mentarismo, como con frecuen- gogia hasta concluir en una dic-
cia, se plegó a los pequeños mo- gar en España. cia se le ha atribuido, sino una tadura conservadora.
vimientos de la política menuda En realidad, cuando se hace omnipotencia del ejecutivo. De En Italia, durante el llamado
incluso con severas contradic- mención a la falta de excepciona- cualquier modo, le corresponde transformismo, los gobiernos no
ciones. Así, por ejemplo, pasó lidad no se está haciendo una toda la razón a su reflexión acer- controlaban las elecciones total-
de criticar a Canalejas a alabar- afirmación en absoluto original ca de qué bien haría la izquierda mente, sino tan sólo en la mitad
lo; más sorprendente es que de- o incluso se está cayendo en una en no denigrar la historia real sur de la Península, pero la com-
jara caer críticas al propio Rey y banalidad. Se parece partir de la del liberalismo español. Claro binación entre esos escaños y los
luego tratara y consiguiera que base de que existió en todas las está que, al mismo tiempo, sería controlados por los notables li-
éste acudiera a la inauguración latitudes un modelo homogéneo deseable que tampoco la dere- berales en el resto permitía la
del nuevo edificio del diario, pe- de liberalismo que habría dado cha la reinventara convirtiéndo- subsistencia de una clase política
ro éstos eran los métodos de lugar a la democracia de manera la en impecable. que durante mucho tiempo no
presión habituales en la política inevitable en un determinado a A mi modo de ver, el hori- tuvo incentivos para innovar.

60 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 140


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JAVIER TUSELL

Aun así las fuerzas antisistema na disposición era más aparente una democracia en crisis ni tam- ACTON, E. SAZ, I. (eds.): La transición
eran importantes: en 1900 ha- que real: de hecho, el cambio de poco la esperanzadora perspecti- a la política de masas. Universidad de
bía 33 diputados socialistas, a la ley electoral nunca fue la va de un estado de gravidez que Valencia, 2001.
los que había que sumar los re- prioridad por excelencia para permitiera esperar que naciera al Cánovas y la Restauración: Exposición
celebrada en el Centro Cultural del
publicanos, los radicales, los ca- nadie. Pero también hay que te- poco tiempo, como aseguró Conde Duque, 1997-1998.
tólicos y los nacionalistas de de- ner en cuenta que las actitudes Carr. Se trataba de un caso de
DARDE, Carlos: La aceptación del adver-
recha. La combinación entre el reformistas no estaban propicia- patología política de ese género sario.Política y políticos de la Restaura-
progreso económico, la movili- das por una demanda suficiente de liberalismo oligárquico ca- ción,1875-1900. Madrid, Biblioteca
zación social y la existencia de de cambio. No es que en Espa- paz de generar una larguísima Nueva, 2003.
esa oposición contribuyen a ex- ña no hubiera políticos como transición, en donde era posi- FERRERA, Carlos: La frontera democráti-
plicar que poco antes de la Pri- Giolitti, sino que lo inexistente ble encontrar al mismo tiempo ca del liberalismo: Segismundo Moret
mera Guerra Mundial el políti- era una suficiente exigencia de testimonios de lo nuevo y de lo (1838-1913). Madrid, Biblioteca Nue-
va-Universidad Autónoma, 2002.
co liberal Giolitti llevara a cabo cambio. Los republicanos eran antiguo, apariencias de moder-
GARCÍA SANZ, Fernando. (ed.): España
a la vez una reforma social y po- una fuerza decreciente, los so- nización y permanencia del
e Italia en la Europa contemporánea: des-
lítica que amplió la participa- cialistas apenas tenían siete es- clientelismo. La opinión públi- de finales del siglo XIX a las dictaduras.
ción (aun sin llegar al sufragio caños en un Congreso en 1923 ca urbana había avanzado hasta Madrid, Consejo Superior de Investiga-
universal). El resultado fue que de un total de casi 500, los ca- considerar detestable el sistema ciones Científicas, 2002.
en la elección de 1913 todas las tólicos acaban de nacer como vigente, pero no hasta el grado Los 98 ibéricos y el mar: Sociedad Esta-
fuerzas antisistema crecieron: partido y no se presentaron a las de ser capaz de sustituirlo. El tal Lisboa 98, 2000.
los católicos pasaron de 16 a 29 elecciones de 1923 y los nacio- mundo rural seguía en buena LARIO, Ángeles: El Rey, piloto sin brúju-
y los socialistas de 42 a 79; los nalistas controlaban sólo una medida ausente de cualquier la. La Corona y el sistema político de la
radicales de 51 a 73. Empezó región (Cataluña, pero ni si- protagonismo político. Las fuer- restauración (1875-1902), Madrid, Bi-
blioteca Nueva, 1999.
así una experiencia de democra- quiera el País Vasco). En suma, zas de cambio muy a menudo se
MILÁN, José Ramón: Sagasta o el arte de
cia que sólo se perfilaría de for- en el caso español no se había neutralizaban entre sí o colabo-
hacer política. Madrid, Biblioteca Nue-
ma definitiva en 1919-1922. llegado a ese umbral predemo- raban de modo indirecto a que va, 2001.
Entonces, en el tenso clima de crático alcanzado por Italia poco la frágil estructura política vi- MORENO LUZÓN, Javier (ed.): Alfonso
la posguerra, el protagonismo antes de la Guerra Mundial. In- gente siguiera en pie. La política XIII. Un político en el trono. Madrid,
de estas fuerzas que mantuvie- fluía en ello el nivel de desarro- había cambiado pero sólo muy Marcial Pons, 2003.
ron una posición antiliberal y llo económico-social pero tam- superficialmente y manteniendo SÁNCHEZ ILLÁN, Juan Carlos: Prensa y
no fueron capaces de pactar una bién una peculiaridad política: en lo esencial la herencia del pa- política en la España de la Restauración.
fórmula de convivencia conclu- los círculos viciosos de la oposi- sado, porque la solidez y la Rafael Gasset y El Imparcial. Madrid,
yó en una dictadura con preten- ción antisistema. Aquí sí pode- adaptabilidad del liberalismo oli- Biblioteca Nueva, 1999.
siones totalitarias, surgida de un mos encontrar una excepcionali- gárquico fueron siempre mucho TUSELL, Javier, y G. QUEIPO DE LLA-
NO, Genoveva. Alfonso XIII, el rey polé-
grupo antisistema nuevo (el fas- dad. El socialismo era débil por mayores de lo que los críticos mico. Madrid, Taurus, 2001.
cismo). la influencia del anarquismo, intelectuales pensaron. Así se
VARELA ORTEGA, José, y MEDINA PE-
Los dos casos mencionados pero esto mismo le impedía a produjo lo que uno de ellos, Pé- ÑA, Luis: Elecciones, alternancia y demo-
son aquellos que, por la seme- aquél ser posibilista y reformis- rez de Ayala, describió como cracia. España-México, una reflexión
janza de las respectivas socieda- ta. El nacionalismo periférico una anchurosa solución de conti- comparativa. Madrid, Biblioteca Nue-
des con la española, parecen los distaba mucho no ya de la iz- nuidad entre política y opinión va, 2000.
más propicios para la compara- quierda obrera sino del mismo a través de la cual llegó una so- VARELA, José, (director): El poder de la
ción; se podrían citar también republicanismo. No existía un lución en apariencia popular y influencia. Geografía del caciquismo en
España (1875-1923). Madrid, Marcial
los países balcánicos en que el catolicismo sino tres: el integris- breve, la dictadura. Aunque fue-
Pons-Centro de Estudios Políticos y
liberalismo todavía fue más ta, el asimilado al marco liberal- ran de factura distinta, lo mis- Constitucionales, 2001.
inauténtico y también en la conservador y el naciente que se mo sucedió en Portugal e Italia. VILLARES, Ramón: Política y mundo ru-
primera posguerra mundial se asemejaba al populista italiano. No hace falta decir que tras ella ral en la España contemporánea. Algunas
concluyó en dictaduras. Por Esta fragmentación no favorecía se produjo una ruptura histórica consideraciones historiográficas en La po-
tanto, alguna evolución pareci- sino la falta de reacción, la pará- de carácter trascendental. La litisation des campagnes au XIX siécle,
da era probable también en el lisis, en definitiva, de la clase di- consecuencia principal fue que Ecole Francaise de Rome, 2000.
caso español. Hay, en conse- rigente que no se sentía empu- el liberalismo oligárquico resultó
cuencia, que desdemonizar a la jada hacia una reforma conser- ya imposible. Las salidas fueron
clase dirigente, incluido el jefe vadora de lo esencial, como en diversas: una dictadura de apa-
del Estado, aunque tampoco se el caso de Giolitti, sino que po- riencia cívico-militar pero siem-
trata de convertirla en angélica. día permitirse el lujo de esperar pre tradicional (Portugal); una
Ya se ha indicado que en 1919 no se sabe bien qué, por más pretensión, al menos, de régi-
hubo un intento de modificar que fueran patentes cada vez men totalitario, con la acuña-
la ley electoral en un sentido más la ineficacia del sistema po- ción de este calificativo político
proporcional que hubiera he- lítico –no se aprobó ningún (Italia); y una supuesta dictadu-
cho más auténtico el sistema y presupuesto desde 1914– y su ra regeneracionista con vuelta
habría favorecido a la oposi- inestabilidad –hubo 23 cambios prometida pero imposible a su-
ción, principalmente a católi- de Gobierno en el período puesto régimen liberal purifica- Javier Tusell es catedrático de Historia.
cos, republicanos y socialistas 1917-1923. do (España). n Autor de Alfonso XIII. El rey polémico.
Se puede pensar que esa bue- En España, en 1923 no había BIBLIOGRAFÍA CITADA

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CONVERSACIÓN

RAZÓN ILUSTRADA CONTRA ROMANTICISMO Con Juan José Sebreli en Buenos Aires

IVÁN TUBAU

Leí a Juan José Sebreli muy tarde. En 1994 ya había dejado atrás mi medio cido en España. Dejando aparte la estupenda recensión de Giner y un par
siglo. Si fuera cierto que después de los 40 ya sólo se relee, nunca lo habría de textos míos en El Mundo, sólo recuerdo que se hayan ocupado de este
descubierto. Lo hice porque la Fundación March, acaso por mi condición argentino indispensable Fernando Savater, Sergio Vila-Sanjuán en La Van-
de antiguo becario, me mandaba la estupenda y muy útil revista Saber Leer guardia y una colaboradora de Babelia –cuyo nombre lamento no recor-
(cuya desaparición, para mí lamentable, me ha comunicado por cierto hace dar– a propósito de su libro Las aventuras de la vanguardia (2002). Ganas
poco). Ahí Salvador Giner habló de El asedio a la modernidad, en un texto me sobran de extenderme acerca de mi relación con Sebreli y su obra, pero
extenso y muy favorable. Quise de inmediato leer el libro de Sebreli, publi- el espacio asignado se acaba. Espero que en la conversación que sigue en-
cado en España por Ariel. No pude encontrarlo: “Está agotado”, dicen casi cuentren algunas buenas pistas sobre su pensamiento y sobre los libros en
todos los libreros cuando un libro ha dejado –si es que estuvo– el mostra- que lo expresa. Añadiré sólo que a este hombre nacido en 1930 lo vi y oí
dor de novedades, y aunque no se haya vendido ni la cuarta parte de una por primera vez en 1997 en el Museo Nacional de Bellas Artes de Buenos
edición corta, caso probable del de Sebreli. Por suerte para mí, Pere Gimfe- Aires, donde conferenciaba en el seminario “Pensar la Religión”. Le habían
rrer existía. Le llamé. A la mañana siguiente me hacía llegar el libro. Lo de- precedido Gregorio Klimovsky y Eugenio Trías. Sebreli, menudo, frágil,
voré, saboreándolo a lo largo de varios días y subrayando con furia entu- con una chaqueta entallada amarilla y una corbata rosa, empezó más o
siasta mis muchos puntos de acuerdo y unos pocos de desacuerdo. Sentí menos así: “Si oyeron la conferencia de Eugenio Trías, dispónganse ahora a
vergüenza porque un francotirador de la talla de Sebreli fuese casi descono- oír todo lo contrario...”

IVÁN TUBAU. Esto no va a ser una JUAN JOSÉ SEBRELI. Acá habría posestructuralistas, deconstructi- cuencia del iluminismo del siglo
entrevista. Es una conversación. que hacer un pequeño matiz. Hay vistas, posmodernas o como se las XVIII. No. Son consecuencia justa-
Pero prefiero grabarla porque sé una corriente interpretativa, que quiera llamar... Pero no creo que mente de lo opuesto. De Herder a
que un día la publicaré, con la ex- surge de la propia Escuela de eso surja dentro del mismo ilumi- Hitler hay una línea de continui-
tensión y la fidelidad canina que Frankfurt –de Adorno y Horkhei- nismo, como su consecuencia lógi- dad. No creo que la haya de los
tú te mereces. Que te mereces de mer en Dialéctica del Iluminismo1– ca, eso me parece equivocado. Se enciclopedistas franceses o de los
acuerdo con mis parámetros, cla- y considera que todos los horrores llega a decir que sí, que es una con- economicistas ingleses al zarismo.
ro. Porque tú has sido uno de los del siglo XX surgen en el interior secuencia, pero decirlo ya está ubi-
encuentros fundamentales de mi de la ilustración misma, que la dia- cado dentro de la línea del roman- I. T. Has hablado de estalinismo,
vida intelectual. Tardío, sí, pero léctica y el iluminismo llevan a eso. ticismo antiiluminista. no de leninismo. Yo más bien diría
más vale tarde que nunca. Aun- Yo no estoy tan seguro. Más bien El caso del estalinismo sí es más que sí podríamos hablar de una lí-
que si tuviera que caracterizarte en adopto la posición crítica que tiene confuso. Ahí hay que hacer inter- nea que lleva de Marx a Stalin, y esa
una presentación, por ejemplo, no la actual Escuela de Frankfurt. pretaciones más complicadas, por- línea se llama Lenin, se llama leni-
sabría muy bien qué decir. Por de que evidentemente el estalinismo nismo, del cual el estalinismo sería
pronto hay en ti, según algunos I. T. ¿Habermas? sale en cierto modo del marxismo la consecuencia lógica. Saltándote a
de tus compatriotas, cierta para- y de Hegel. Lo que pasa es que el Lenin pareces querer exonerarlo en
doja que para mí no lo es tanto: tu J. J. S. Sí, principalmente, respecto estalinismo es como una gran cierto modo de la monstruosidad
formación académica es filosófica a la posición de Adorno. Yo creo mentira, una falsificación histórica estalinista, que para mí no es otra
pero tu obra como escritor es más que desde el surgimiento mismo monstruosa. En el caso de todo el cosa que la aplicación estricta del
bien sociológica. De todos modos, del iluminismo existe una contra- irracionalismo de derechas es muy marxismo interpretado por Lenin.
pienso que la filosofía está siempre posición –pero desde fuera, no des- claro que forma parte de la corrien- O, si lo prefieres, del marxismo-le-
presente en tus libros, explícita o de dentro–, que es la corriente anti- te que fue antiiluminista desde el ninismo, como decían ellos.
implícita. Y la política, claro. Tú iluminista. El prerromanticismo del comienzo, fue un desarrollo de la
serías un ilustrado, una persona siglo XVIII primero (Rousseau en corriente irracionalista que surge J. J. S. Eso es muy complicado.
que considera que el pensamiento Francia, Herder en Alemania), des- cuando surge el racionalismo. En Acá, en este libro2, la mitad la de-
humano alcanzó uno de sus hitos pués el romanticismo del XIX, sobre la Edad Media no existía lo irra- dico a eso. Pero yo te digo que creo
máximos en el Siglo de las Luces, todo el alemán, y en la actualidad cional porque no había una co- que no exonero... Los pensadores
francés especialmente, pero que todas las corrientes estructuralistas, rriente que preconizara lo racional, no pueden controlar las conse-
ese pensamiento llevaba dentro la se consideraba que todo estaba cuencias de su pensamiento. Es de-
génesis de lo que después se le mezclado, que las cosas más irra- cir: Marx no podía controlar que
opondría frontalmente, el huevo 1 El título de la edición española es Dia- cionales estaban dentro de la ra- Stalin o Mao-Tse-tung3 fueran sus
de la serpiente, la línea románti- léctica de la ilustración. Para este y otros libros zón. Yo creo que hay un error his-
ca que llega hasta la proliferación que aparecerán en la conversación –salvo si se tórico que ahora se difunde, que es
trata de obras de Sebreli, en cuyo caso se re-
actual de nacionalismos y otras ferenciarán a pie de página– véase al final del decir que, bueno, todas las mons- 2 El vacilar de las cosas, Buenos Aires, Su-
aberraciones religiosas. texto las referencias bibliográficas. truosidades del siglo XX son conse- damericana, 19944.

62 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 140 n


lectores. Era incontrolable, del mis- yó en la do y, al final, Conspirar con Trotski y otros ilu-
mo modo que Nietzsche no pudo posibilidad de cuando ya estaba minados –no iluministas– para sus-
controlar que Hitler lo leyera y sa- establecer un so- enfermo, quiso parar tituir a sangre y fuego la dictadura
cara las consecuencias que quisiera. cialismo en Rusia, eso. Así que es una figura del zar por la suya, y llamarla dic-
Los autores son a medias responsa- nunca. Tomó el poder contradictoria. tadura del proletariado.
bles y a medias inocentes. A medias porque el poder estaba
responsables porque algo encontró allí y ningún político va a I. T. A mí me interesa J. J. S. Ah, no, no. Esa parte de res-
alguien en ellos: Hitler no encontró renunciar a tomarlo. A él le mucho el papel de Le- ponsabilidad sí, esa parte de res-
nada en Marx, encontró algo en interesaba la revolución ale- nin como personaje ponsabilidad la tiene evidentemen-
Nietzsche. Stalin encontró algo en mana básicamente, era la revolu- que impide a Rusia te Lenin. Pero como figura política
Marx... Entonces hay una parte de ción que estaba de acuerdo a la convertirse en una de- tenía una racionalidad, había una
responsabilidad pero una parte de teoría marxista. Lo que pasa es mocracia parlamentaria. racionalidad en todo lo que hacía.
inocencia. La responsabilidad no que cuando falla la revolución Me interesa mucho el Él consideraba que debía haber un
puede ser absoluta en lo intelec- alemana, Lenin estaba en el periodo que va de ma- partido político fuerte, el suyo, an-
tual, evidentemente. poder. ¿Qué hace? ¿Abandona yo a octubre de 1917. sioso de poder, que debía tomarlo:
el poder? No. Tuvo la luci- el poder estaba en la calle. El perío-
I. T. Volvamos a Lenin. Lenin es dez de hacer el quiebro hacia J. J. S. De febrero a do febrero-octubre era una cosa
primero un intelectual, un teoriza- el capital. Es algo que la Sebreli octubre para abarcar- muy caótica, Kérenski nunca tuvo
dor, escribe por ejemplo El Estado y gente olvidó completa- lo completo. Fue un el poder del todo, estaban los so-
la Revolución, esas cosas. Pero des- mente y la mayor parte incluso lo error. No un error moral solo, viets, había un poder dual. Era
pués, como político ejerciente, ya ignora. Olvidan que Lenin restau- fue un error total. También es muy caótico.
no como teórico, pone en marcha ra el capitalismo en Rusia. evidente que no hubo capacidad
la dinámica que llevará inelucta- política en Kérenski, pero de cual- I. T. La NEP –el giro capitalista co-
blemente a la barbarie estalinista. I. T. La famosa NEP. quier manera fue un error, eviden- mo dices tú– no hubiera sido ne-
Que para mí, insisto, es el leninis- temente un error, una culpabilidad cesaria si antes Lenin no hubiese
mo llevado hasta sus consecuencias J. J. S. La Nueva Política Económi- política de Lenin. Él estaba con- dado un golpe destinado precisa-
lógicas. ca. Si él hubiera vivido seguramen- vencido de que era el inicio de la re- mente a impedir que se transitara
te nos habríamos ahorrado todo ese volución internacional, ¿no?, y en- por esa vía pacífica y posibilista. Ya
J. J. S. Claro, pero es distinto. Ahí medio siglo horroroso... De cual- tonces ellos tenían que constituir cuando era solo un teórico Lenin
habría que hacer ya una interpreta- quier manera, era un hombre su- una especie de apoyo logístico... había atacado soezmente a Kautsky,
ción. También Lenín4 es a medias mamente realista. No se le puede por ejemplo, que representaba una
responsable y a medias inocente, eximir de haber instaurado una I. T. De febrero a octubre, vale. Pe- posibilidad razonable de hacer las
por varios motivos que yo explico dictadura, de haber roto el proceso ro vuelvo a mayo, o a abril si quie- cosas de modo razonable.
muy bien en el libro. Yo creo que democrático en ciernes, no se le res, que es cuando llega Lenin del
Lenin era un político muy lúcido y puede eximir de esas cosas. Pero exilio y se pone a conspirar. Para mí J. J. S. Eso sí, tenés razón. Todo
muy realista y muy pragmático que tampoco era un delirante, de nin- lo de Lenin no es una revolución, eso lo desarrollo muy bien en El
hacía sus cambios. En primer tér- guna manera, como después lo es una conspiración obstinada de vacilar de las cosas, que te voy a re-
mino, Lenin en ese sentido fue un fueron Stalin o el propio Trotski, cuatro criminales mesiánicos. La galar dedicado ahora mismo.
consecuente marxista. Nunca cre- que creían cosas absolutamente ilu- verdadera revolución, en buena
sorias. Lenin restaura el capitalis- medida espontánea y sin armas, es I. T. Muchas gracias, de verdad. Es
mo, ¿no? No hay vuelta de hoja. la de febrero. Lo esencial se ha con- un cromo que me faltaba en mi co-
3 Mao Zedong según las normas vigentes Ese proceso muy probablemente seguido sin sangre: amnistía gene- lección de sebrelis. Volvamos pues a
de transliteración del chino mandarín. habría seguido, porque condicio- ral, autonomía de Finlandia, los za- si eres filósofo o sociólogo.
4 Sebreli pronuncia Lenín, como solían
nes distintas –o sea, para otra cosa– res arrestados, independencia de
hacerlo muchos comunistas españoles anti-
guos por influencia francesa. Los franceses,
no se habrían dado. Él vio, consta Polonia, la jornada de ocho horas, J. J. S. Sí, eso que vos habías enca-
encima, para evitar males mayores, se ven en documentos y en cartas, que abolición de la pena de muerte... La rado de entrada. ¿Qué fue primero,
obligados a transliterar Lénine (como Pouch- había sido como el aprendiz de dictadura ha desaparecido y existe el filósofo o el sociólogo? A mí, du-
kine, etcétera). No obstante, a partir de aho- brujo, había lanzado fuerzas que la posibilidad seria de instaurar un rante mucho tiempo, me califica-
ra yo transcribiré Lenin en las intervencio-
nes de Sebreli, al igual que lo he hecho ya en después no podía controlar, las régimen socialdemócrata. ¿Qué ha- ron como sociólogo. Yo ni lo niego
las mías. fuerzas de la burocracia. Fue lúci- ce ahí el aguafiestas de Lenin? ni me identifico totalmente. Bási-

Nº 140 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA


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63
RAZÓN ILUSTRADA CONTRA ROMANTICISMO

camente, siempre he considerado quiera fueron traducidos sus libros. freudismo!, que es una cosa... bue- los cincuenta. El giro sobre el com-
que me interesaba el conocimiento y Recién hace poco se ha traducido al no, de la que no se puede sacar mu- portamiento sexual empieza a fines
que no se puede llegar a un conoci- francés el clásico sobre la pandilla, cho. Hubo, sí, una corriente an- de los sesenta. Hoy el mundo es
miento de la realidad humana sino a sobre la barra de la esquina. Yo los terior, que fue completamente completamente distinto. Hablar de
través de distintas disciplinas: la fi- leía en inglés, los encontré en la bi- borrada por el psicoanálisis. Un his- las represiones de la clase media hoy
losofía, la sociología, la economía blioteca de la Facultad de Filosofía, toriador del sexo interesante para su es absurdo. Pero en esa época...
política –las ciencias políticas en ge- para mí fue un hallazgo importan- época, Havelock Ellis, muy intere-
neral–, incluso la psicología social... te. Y después algunas cosas así muy sante, que yo había leído. I. T. ...Fue cuando Marcuse empe-
Decir esto en una época era muy sueltas, por ejemplo, otro sociólogo Pero lo fundamental para mí fue zó a hablar de “desublimación re-
descalificador. Cuando yo decía esas también marginal, que era Gilber- el descubrimiento de Kinsey. Por presiva”, fórmula que dice bien lo
cosas se me descalificaba. El nombre to Freire, el brasilero6... Y fun- las conclusiones que uno podía sa- que quiere decir y que por cierto
peyorativo era... bueno, “diletantis- damentalmente la literatura. Para car, que sólo estaban implícitas en me recuerda bastante un título tu-
mo” o “cultura general” entre comi- hacer una descripción de la vida Kinsey, porque él no era para nada yo, Mar del Plata, el ocio represivo8.
llas. Los que me trataban así, por cotidiana había que recurrir a la li- un teórico. Por ejemplo, los com- Marcuse lo desarrolla en Eros y ci-
supuesto, formaban parte de la cul- teratura, algo que los sociólogos portamientos sexuales distintos de vilización, me parece. En España
tura oficial o académica, ¿no? Hoy académicos me reprochaban. De- acuerdo a la clase social. Eso para se publicó muerto ya Franco, pero
las cosas han cambiado. La cultura cían que yo, al basarme en la nove- mí fue deslumbrante y lo apliqué. la edición original norteamericana
universitaria acepta esas relaciones y lística y la crónica periodística, ha- Algo que en su época escandalizó: debía de ser de mediados los cin-
las llama interdisciplinarias. cía literatura. Pero ese era el único les parecía que era un delirio hablar cuenta.
material que había, no había otro. de –qué sé yo– que los obreros te-
I. T. O transdisciplinarias. En la década de los sesenta no ha- nían un comportamiento sexual J. J. S. Eso es freudismo, no socio-
bía otro. Claro, hoy están las histo- más libre que la clase media; era logía.
J. J. S. Sí, finalmente se le dio es- rias de la vida privada, hoy están una cosa que parecía delirante. Pe-
tatus académico a lo que durante de moda. Pero en los sesenta no ro yo seguí por ahí, le hice caso a I. T. Freud por supuesto, pero He-
mucho tiempo fue menosprecia- había absolutamente nada de eso. Kinsey. gel y Marx también. Freudomar-
do porque era “hablar de todo”. xismo lo llamaron, ¿recuerdas?
Yo digo: llámenme ensayista. Lo I. T. De todos modos a mí, como I. T. A propósito de esto, y aprove-
prefiero: un término ambiguo, un diletante con comillas o sin, me da chando que tengo fresca la lectura J. J. S. Sí. El hecho es que en los
género ambiguo que me permite que la Escuela de Chicago está en- de Buenos Aires, vida cotidiana... cincuenta, en Buenos Aires, un jo-
seguir hablando de todo lo que raizada, transita en parte por la vía Hablas ahí de una aceptación bas- ven de clase media era completa-
me interesa sin necesidad de caer que abrió Veblen con su estupendo tante extendida de la ambivalencia mente inhibido. Y, evidentemente,
en una especialización sociológica libro sobre los americanos ricos, sexual homo / hetero en la clase los de las clases populares lo eran
o filosófica. Teoría de la clase ociosa, que yo co- obrera, en la etapa adolescente. A menos. Pero no por una conscien-
De cualquier manera, sin em- nocí, por cierto, gracias a tu com- mí me da la sensación de que eso te liberación sexual, de ninguna
bargo, hay etapas en mi obra. En la patriota Borges, un entusiasta suyo: tal vez lo idealizabas un poco, ¿no? manera, sino porque la interioriza-
primera me dediqué más a la so- decía que cuando lo leyó por pri- ción de la moral sexual por las cla-
ciología de la vida cotidiana, en la mera vez creyó que era una sátira y J. J. S. Bueno, sí, justamente, claro. ses populares era más relajada, me-
cual considero que fui el precursor. no una descripción sociológica im- Pero eso yo lo matizo después. Eso nos intensa. Por razones de educa-
No ha habido, no hay en lengua es- parcial. tenés que leerlo junto con el ensayo ción o de falta de ella, pero también
pañola trabajos en esa línea ante- Historia de los homosexuales en Bue- por una serie de problemas deriva-
riores a los míos, en los sesenta. J. J. S. Claro, Veblen. Un autor que nos Aires, que aparece en mi último dos de la desintegración familiar.
Ahora sí, ahora hay muchos, pero también me olvidaba, un autor que libro, Escritos sobre escritos, ciuda- Una familia menos integrada, ma-
en esa época, cuando empecé a es- yo admiro mucho desde la Teoría des bajo ciudades7. Yo ahí lo matizo. yor contacto del adolescente con la
cribir el libro sobre la sociología de de la clase ociosa precisamente. Pa- Eso por un lado se basaba en los es- calle y por tanto con distintas inter-
la vida cotidiana en Buenos Aires5, rece un clásico. No, no: es un clási- tudios de Kinsey, por otro en mis acciones, con distintos tipos de
los únicos antecedentes que encon- co, absolutamente. Un clásico. Por conocimientos empíricos de esa gente, con una serie de situaciones
tré fueron los de la Escuela de Chi- otra parte, la Escuela de Chicago realidad argentina. Pero por mi par- sociológicas que hacían que efecti-
cago de la década de los veinte. La era limitada porque era empírica, te había, sí, claro, un poco de idea- vamente fuera más desinhibido.
Escuela de Chicago no la conocía no tenía vuelo teórico. Otro autor lización. Una parte de verdad y una Aunque no como para que pudie-
nadie. Fuera de Estados Unidos, en que también me influyó mucho, parte... Una verdad a medias, es ra llegar conscientemente a una
Europa, no tuvo difusión. Ni si- que tampoco era para nada teórico, evidente. Ahora la cosa cambió práctica sexual heterodoxa, porque
fue Kinsey, con su famoso informe mucho, pero el estudio mío está es- había una serie de prejuicios muy
sobre el comportamiento sexual de crito en 1964, aunque práctica- grande que yo justamente analizo
5 Buenos Aires, vida cotidiana y alienación. los norteamericanos. mente estudiado en la década de en este estudio. Había una disocia-
La primera edición es de 1964. La que com- Para mí fue realmente abrirme ción. Por un lado, una moral muy
pré en Buenos Aires y ahora tengo ante mí, de hacia el estudio de la sexosociología, rígida; por otro, no cumplir con
Siglo Veinte, es de 1990. Curiosidades: en la
cubierta, además de la coma en el título tal co-
que no existía, lo único que estaba 7Escritos sobre escritos, ciudades bajo ciu- esa moral. Y esa moral estaba más
mo lo he transcrito, figura el epígrafe “So- en auge por acá era el freudismo, ¡el dades. 1950-1997, Buenos Aires, Sudameri- interiorizada en la clase media que
ciología”; en la portada, la coma ha desapare- cana, 1997. Esta miscelánea de 570 páginas en las clases populares. Esa es la
cido y el lugar de la “Sociología” lo ocupa la incluye completa la Historia de los homose-
“Filosofía”. Es accidental pero incita a pensar xuales en Buenos Aires (págs. 275-370), segui-
que los propios editores de Sebreli no tenían 6 Gilberto Freire (más frecuentemente da de un interesantísimo texto, muy personal,
claro dónde ubicarle. sobre “El joven Masotta” (págs. 373-394). 8 Buenos Aires, 1970.
grafiado Freyre), 1900-1987.

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IVÁN TUBAU

matización que yo hago. Y empíri- Buenos Aires hay menos, mucho marxista. Claro que ahora, ya, tam- turalista, posestructuralista, decon-
camente era cierto, completamen- menos. Los psicoanalistas, los más poco me animo mucho a hacerlo. trustivista, yo decididamente la re-
te cierto. Pero no había que ideali- inescrupulosos, están haciendo Lo de hegeliano uno puede decirlo chazo. ¿Qué pensador en el siglo
zarlo como una paganización de las una mezcla de psicoanálisis con aún, porque se puede decir tanto XX podríamos decir que supera o
costumbres, que era lo que yo hacía esoterismos, tao, orientalismos en de Hegel... Y además la gente –mu- que es otra alternativa que no sea la
ahí: sí, exageraba un poco. Ahora lo general... chos– no sabe lo que es Hegel. En- de estos antihegelianos furibundos,
matizo. tonces, en fin, uno puede definirse que crean una concepción total-
I. T. No obstante, fíjate, esa especie como hegeliano. Con lo de mar- mente irracionalista? ¿Qué pensa-
I. T. Hay otras cuestiones en tu de sopa Nueva Era, con carto- xista temo más. Hay que empezar dor podríamos considerar?
Buenos Aires que ni siquiera te plan- mancias y “psicologías humanis- aclarando: “Bueno, pero yo reivin-
teo porque tú mismo has aclarado tas” y todo eso, está viva para bas- dico de Marx algo que es todo lo I. T. Para ti supongo que, en cierto
que ya no estás donde estabas en- tante gente, por lo menos en la contrario de lo que fue el marxismo modo y hasta cierto punto, será
tonces, etcétera. Pero hay una sobre Europa que yo conozco. El otro en el siglo XX...”. Entonces ya me Sartre.
la cual sí quisiera que hablásemos día pensaba en ello mientras oía tu animo menos a decir hegelomar-
un poco: la universidad, los acadé- conferencia, que había sido prece- xista. Pero sí: Hegel un poco co- J. J. S. Bueno, exacto. Pero Sartre
micos que te tildaban de diletante, dida por una de Eugenio Trías, rregido por Marx y Marx comple- está dentro de la línea hegeliana to-
que te acusaban de no haber he- paisano mío como sabes. Al mar- tado por Hegel, esa fue mi forma- tal. Sí, sí, Sartre, justamente. Y
cho trabajos de campo. Aquí yo gen de mi simpatía personal por ción. En cuanto a Hegel hay Merleau-Ponty, por supuesto. Me
veo de entrada una cuestión, la es- Trías, que es mucha, pensaba que mucho que redondear y que ajor- había olvidado de mencionarlos
critura. Seguramente ellos no te esas corrientes irracionalistas que nar9. En cuanto a Marx, es un aunque implícitamente los tenía en
perdonan que sepas escribir. Yo de tú atacabas, que tienen antece- Marx que casi se puede decir que es cuenta, porque están dentro de la
hecho sería un académico –como dentes muy arcaicos, preilustra- la contraposición –excluyente– al línea en la cual yo mismo me in-
ellos se autodesignan pomposa- dos, propician adhesiones emo- marxismo. Por eso hoy me animo cluyo. Merleau-Ponty tal vez más
mente–, puesto que llevo más de cionales precisamente porque menos a calificarme como marxis- que Sartre. Y Max Weber, incluso
veinte años ejerciendo como profe- apuntan hacia la línea de flotación ta. Marxiano, diríamos, no marxis- Max Weber estaría ahí11.
sor en la Universidad, pero soy un definida por la claridad, la sensa- ta. Eso también está en ese libro, El
escritor profesional. Ellos, la ma- tez, el buen sentido; y no digo el vacilar de las cosas. I. T. No así Camus, en cambio.
yoría de los profesores universita- sentido común por aquello de que No encuentro en el siglo XX Aunque pensador tal vez tú creas
rios, no saben escribir. No tienen es el menos común de los senti- pensadores que superen esa línea. que no es un término adecuado
hacia el lector eso que Ortega le dos. En fin, más crudo: que tu dis- Los que yo rescato la han desarro- para él, a mí me da la sensación de
pedía al filósofo, la cortesía de la curso –bastante parecido al que yo llado. Por ejemplo la Escuela de que muchas de las cosas que dijo
claridad. mismo haría– tampoco parece es- Frankfurt, en su época clásica y con no han caducado, por lo menos
tar de moda. Con respecto a esa desviaciones, se podría ubicar en la políticamente, mientras que las de
J. J. S. La cortesía hacia el lector. No posmodernidad que tú criticas pa- línea hegeldialéctica, digamos. O Sartre sí. Fíjate en lo que está pa-
es solamente que no supieran escri- rece que nosotros, los modernos, hegelomarxista muy crítica. Son en sando en Argelia, por ejemplo, ese
bir, es que en la época del apogeo los partidarios de la razón, seamos cierto modo descendientes de ellos, nacionalismo árabe irracional
estructuralista casi se puede decir más bien un poco antiguos ya. lo mismo que el mejor Lukács y –bueno, para mí todos los nacio-
que la frase era sustituida por el grá- Karl Korsch10. Todos los pensado- nalismos se oponen a la razón– y
fico, por el dibujito. Llegó un mo- J. J. S. No, para nada. Yo les digo res que yo he leído tanto están den- ese fundamentalismo islámico co-
mento en que pareció que desapa- a los posmodernos que soy primo tro de esa línea. mo única alternativa. Todo eso es-
recería la prosa si seguía así: el dia- de ellos por más antiguo. Hay que El pensamiento contrario direc- taba ya en el FLN, Camus lo vio y
grama, el diagramita, todo eso que aclarar que la modernidad tal co- tamente lo rechazo: la línea estruc- advirtió del peligro, mientras que
impuso el estructuralismo, ahí to- mo yo la entiendo es una defensa Sartre ayudó a traerlo.
davía se degradó más la cosa. Yo tu- del iluminismo crítica y actualiza-
ve que empezar a escribir en ese da, obviamente. El iluminismo se 9 Pronunciado ayornar al modo porteño. J. J. S. Ah, no, no. Sí, política-
momento, con la corriente muy en quedó en la mitad, una parte no El verbo, que oí por primera vez en español mente tenía razón Camus. Ya te-
contra. Hoy en cierto modo la cosa se cumplió, es lo que dice Haber- en boca de Sebreli, deriva del sustantivo ita- nía razón cuando estaba contra la
liano aggiornamento, utilizado por el papa
es más plural... pero en ese mo- mas, lo que hay que hacer es cum- Juan XXIII para definir su propósito de que la Unión Soviética, claro. Pero su
mento era muy rígida: el que no plirla. Hay requisitos, presu- Iglesia revisase su funcionamiento, lo pusiera obra teórica –El hombre rebelde,
era estructuralista estaba totalmen- puestos que el iluminismo no al día respecto de la realidad, lo adecuase a las El mito de Sísifo– no se sostiene.
nuevas necesidades.
te marginado de la corriente oficial. cumplió por razones históricas, 10 Georg Lukáks (1885-1971) y Karl Es un irracionalista total: el mun-
Ése es un poco el enfrentamiento políticas y económicas. En vez de Korsch (1886-1961), al igual que Antonio do es un absurdo, directamente
que he tenido con la cultura oficial. resignarse diciendo que es un Gramsci, fueron redescubiertos por los mar- no existe. Y en cuanto a su litera-
xistas no estrictamente ortodoxos, en las dé-
mensaje no realizado, en vez de cadas de los sesenta y setenta del pasado siglo
tura, bueno, El extranjero es una
I. T. Hoy esa hegemonía del estruc- tirarlo todo, hay que desarrollarlo –donde sitúa Sebreli su reflexión–, como novela interesante, original. La
turalismo se ha atenuado. Como la y superarlo. principales teóricos de una línea algo menos
presencia del psicoanálisis, que ya dogmática que la oficial del Partido Comu-
nista. En España, por ejemplo, Lukács fue
solamente sobrevive, y más bien I. T. Tú sigues siendo un hegeliano, considerado como el sedimento estético-ide- 11 Max Weber (1864-1920); Maurice

maltrecho, en París, Buenos Aires y un poshegeliano si me permites de- ológico de la revista Nuestro Cine, cuyo co- Merleau-Ponty (1908-1961); Jean-Paul
Barcelona. cirlo así. mité de redacción estaba compuesto en su Sartre (1905-1980). Respecto a Albert
mayor parte por militantes del Partido –y Camus (1913-1960), cf. bibliografía para
J. J. S. Desaparecer no ha desapa- J. J. S. Sí. También críticamente. Si compañeros de viaje tan dogmáticos como las obras suyas que serán citadas en la con-
recido, pero se ha atenuado. En tuviera que definirme diría hegelo- ellos. versación.

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RAZÓN ILUSTRADA CONTRA ROMANTICISMO

peste es pésima, espantosa, espan- como la liberación nacional de las centración rusos. En esa época no había nada en esa
tosa. Y su teatro es retórica pura. colonias y otras sandeces tercer- dirección. Pude encontrar la co-
mundistas en las cuales la izquier- I. T. De todos modos, ya en los lección completa de Socialismo o
I. T. Podría estar de acuerdo con- da se ha empantanado una y otra años veinte Gide había ido a la barbarie por un amigo que vivía
tigo en que La peste es nula y Ca- vez, como ya denunciaba él en- URSS como simpatizante y a la en Francia, fue muy importante
lígula retórica francesa. Pero en tonces y con las que tú también vuelta, en Regreso de la URSS, se para mí. Era una revista que la le-
cambio me parece que Los justos ajustas cuentas de manera impla- había mostrado muy crítico con erían cincuenta personas en Fran-
plantea acerca del terrorismo cable en El asedio a la moderni- aquello, y no puede decirse que cia, ¿no? Y acá nadie.
cuestiones que por desgracia no dad12. desde la derecha.
han perdido ni un ápice de su vi- I. T. Yo debía de ser una de esas
gencia, más bien al contrario. Y J. J. S. Ah, pero yo eso no lo he J. J. S. Ah, bueno, Gide, claro, por cincuenta personas. Tenía con-
esa novela corta que se desarrolla apoyado nunca, ¿eh? Yo nunca he supuesto. Bueno, yo nunca tuve ciencia de formar parte de una
en Amsterdam, ¿cómo se llama? sido nacionalista, ¿eh? Sí, el tema una posición de devoto frente a la minoría, aunque no tan selecta...
No me viene ahora el título, pero de la liberación... Ya en la década URSS, pero en ese momento con- Y desde luego compraba la revis-
es un individuo que deambula de los setenta yo había escrito un sideraba que la cosa era muy com- ta cuando estaba en Francia, to-
por los canales... La recuerdo co- libro, incluso se tradujo al italia- plicada. Era la época de la guerra dos los números que encontraba
mo un texto espléndido. no, que se llamaba Tercer Mundo, fría. Tampoco Estados Unidos era en Toulouse. O en La Joie de Li-
mito burgués, donde estaba total- una maravilla: apoyaba las dicta- re, la librería de Maspero, cuando
J. J. S. Yo rescato algunas cosas mente en contra de las posiciones duras militares de América del Sur. subía a París. Allí compraba tam-
suyas. Pero a veces se puede tener tercermundistas y de liberación Todo era muy difícil. Yo siempre bién Partisans, la revista de Mas-
razón por malas razones. Eviden- nacional. Tampoco caí nunca en tuve conciencia de que eso no era el pero, no sé si para contrapesar o
temente su posición era más co- la aberración de considerar que la socialismo, pero no tenía una teoría para complementar. Todavía re-
rrecta que la de Sartre, pero cuan- Unión Soviética, el socialismo re- realmente adecuada para decirlo cuerdo el titular que ocupaba to-
do trataba de explicarla filosófi- almente existente, era un mal me- bien. Después, bueno, me ayuda- da la cubierta de Partisans la pri-
camente era un desastre. Decir nor. Nunca tuve una posición di- ron un poco. La teoría adecuada mera vez que Mitterrand se en-
que Luis XVI era un buen hom- gamos que pietista o táctica res- me la dieron Castoriadis, Lefort, el frentó a De Gaulle, en 1965, por
bre y que aun así lo mataron... Es pecto a eso. La de decir: “Estamos grupo de Socialismo o barbarie15. la presidencia de la república:
ignorar la historia. Él ignoraba la contra el capitalismo, por lo tan- Cuando yo conseguí la colección “¿Peor que De Gaulle?”
historia, la filosofía... No, no, esos to aquello es como el mal menor”. de Socialismo o barbarie, que en ese
libros yo los tengo acá, tengo todo No, no, mi educación política no momento era muy Castoriadis y J. J. S. Bueno, ahí, en Castoriadis
Camus ahí detrás, lo he leído mu- pasó nunca ni por el Partido Co- Lefort, nadie les conocía. No era y Lefort, vi una idea de lo que era
cho porque es el autor de mi ju- munista ni por las sectas trotskis- como hoy, que se editan los libros. el capitalismo burocrático de Es-
ventud. tas ni por ninguno de esos gru- tado, llamado socialismo real, idea
púsculos de la extrema izquierda. que adopté inmediatamente. Des-
I. T. Y de la mía. ¡la Chute, La Yo me inicio en el marxismo a tra- 14 Españolización sebreliana de les Temps pués, a partir de ahí, bueno, en-
caída! El título de Camus que no vés de las polémicas entre Sartre y modernes, revista de literatura, filosofía y po- contré, descubrí toda una línea
recordaba es la Chute. Sombría Merleau-Ponty por un lado, Ko- lítica fundada en París en 1946. Además de muy interesante y la fui desarro-
los citados por Sebreli, figuraban entre sus
pero espléndida. Para mí fue un estler13 y Camus por otro. Eran fundarores Raymond Aron, Simone de Be- llando.
descubrimiento tardío, la contra- polémicas que estaban en otro ni- auvoir y Michel Leiris.
15 Sebreli se refiere a Socialisme ou barba-
partida exacta de los relatos lumi- vel, porque ni Merleau-Ponty ni I. T. Todo eso lo descubriste al
rie, revista originada en el grupo de igual
nosos de Bodas. Los ensayos y el Sartre fueron tampoco nunca idó- nombre, fundado en París en 1946 por Cor- margen de la Universidad.
teatro, en cambio, los había leído latras de la URSS. Siempre defen- nelius Castoriadis y Claude Lefort, discípulo
cuando era estudiante de Arte dían eso, pero no lo defendían ad- este de Merleau-Ponty. El primer número de J. J. S. ¡Pero sí! En la Universidad
la revista apareció en 1949. Llegaron a publi-
Dramático. Incluso había inter- mitiendo sus crímenes. Fueron al carse 40, el último de ellos en 1965. El grupo
eso no existe ni por asomo. Pero ni
pretado Calígula, El malentendido fin y al cabo los primeros que, en se disolvió en 1967. Considerado al principio hoy. Nunca. La idea de que en la
y Los justos. Como A puerta cerra- Tiempos Modernos14, sacaron el trotskista porque el blanco primero de sus Universidad se iba a leer Socialismo
da de Sartre, por otra parte. En el informe sobre los campos de con- dardos fue la burocracia estalinista, no tardó o barbarie... Todo era en círculos
mucho en dirigirlos sucesivamente al propio
Instituto del Teatro algunos eran trotskismo, al leninismo, al marxismo en blo- bohemios, así: bohemios, que uno
sartrianos feroces y otros éramos que y, finalmente, a Marx y a Hegel. Casto- viajaba y traía cosas, así completa-
camusianos furiosos, pero a todos riadis suele ser considerado como un pensador mente. La cultura acá se hizo en
12 Buenos Aires, Sudamericana, 1991.
marxista, aunque también aparece desde ha-
nos apasionaban los dos. Edición española: Barcelona, Ariel, 1992. La ce cierto tiempo en repertorios de pensa- esa forma. Los pocos que tenía-
edición argentina fue un éxito en su país, la miento libertario. Ignoro si Sebreli sabe que mos... Lo mismo yo que Masotta,
J. J. S. Sí, La caída. Ese es intere- española pasó desapercibida en España. Este en 1973 Castoriadis –en una pirueta que aca- Masotta se formó al margen com-
conversador no quisiera omitir a nadie, pero so le parecería desconcertante a su descono-
sante. Sí, sí, tal vez uno de los li- –dejando aparte sus propias columnas en la cido discípulo argentino– se hizo psicoanalis-
pletamente de la Universidad. Acá,
bros más interesantes de Camus. edición catalana de El Mundo– cree recordar ta. Nacido en Constantinopla en 1922, du- todos: Masotta y otros personajes
De cualquier manera, sí, hay pá- que sólo se ocuparon de la estupenda obra de rante muchos años economista en la OCDE, de los que hablo en ese libro, co-
Sebreli en medios impresos Salvador Giner y nacionalizado francés en 1970 y tardíamente
ginas enteras de Sartre que no se Fernando Savater.
mo Héctor Raurich, que fue un
integrado en el mundo académico –entre
aguantan, que ahora están cadu- 13 Arthur Koestler (Budapest 1905-Lon-
1980 y 1995 fue director de estudios en la gran pensador hegeliano. Todo al
cas. Cosa que también ocurre con dres 1983). Lo sustancial de su obra, empe- École Supérieure de Hautes Études en Scien- margen. Nada de eso había en la
Camus, es indudable. zando por la novela El cero y el infinito (Dark- ces Sociales Sociales (ESHESS)–, Castoriadis Universidad: ninguna investiga-
ness at Noon, 1941), constituye una crítica murió en París en 1997, muy poco después
I. T. En realidad a mí Camus me implacable del comunismo soviético, régi- de que esta conversación tuviese lugar en Bue- ción, ningún interés, ninguna cu-
servía para llevarte a cuestiones men totalitario basado en el terror. nos Aires. riosidad siquiera16. Alguna cosa

66 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 140


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IVÁN TUBAU

que venía de la Sorbona, del Collè- ban en ella. Pero sociología nortea- te relacionan una bibliografía que
ge de France, pero en su forma vul- mericana, ya hemos hablado un J. J. S. Avatares. Primero, porque la te felacionan o te subrayan textos.
garizada, no creadora. Una versión poco de eso, nada. Vastas zonas del Universidad argentina desaparece Tú pareces leer por cuenta propia,
baratieri de lo que venía de la Nor- conocimiento fueron ignoradas en con la famosa noche de los basto- de modo exhaustivo diría, y a par-
male y esas instituciones francesas, la cultura oficial. La sociología nor- nes largos, la dictadura de Onganía. tir de ahí, después, logras síntesis
una versión vulgarizada. No había teamericana estaba mal vista por Eso es en el año 1968. Desde 1968 iluminadoras.
otra cosa. La Escuela de Frankfurt ser norteamericana, y las formas de hasta 1983 yo no tenía espacio en
misma, se editaban los libros pero izquierda muy heterodoxa ni si- la universidad, decididamente. En J. J. S. ¿Iluminaciones, como
nadie la reivindicaba, yo era el úni- quiera se las conocía. Aparte, el Par- la época de la última dictadura... Rimbaud?
co que reivindicaba la Escuela de tido Comunista ejercía un control
Frankfurt. Ni aun en la época que muy severo. No porque todo el I. T. ¿El “Proceso”? I. T. Más bien como Benjamin, que
estuvo más o menos de moda, acá mundo fuera afiliado, ni mucho era de Frankfurt. Lo buscas todo
nadie daba la cara por ella, real- menos, pero indirectamente sen- J. J. S. Sí, el llamado Proceso. Yo en libros, en trabajos de campo ya
mente no la conocían. Esta es una tían que no había que quedar mal formé parte de lo que se llamaba la existentes, y logras panorámicas cla-
sociedad muy homogénea y muy con el estatus de la Unión Soviéti- universidad de la sombra. Se empe- ras, estupendamente escritas, con
masificada. Toda. Todo el mundo ca, no había que quedar mal. Aun- zaron a formar grupos de estudio. mucho nervio, tomando partido
viste igual en Buenos Aires, todos que no se fuera comunista. Porque, claro, los estudiantes en la pero sin sectarismo, y el lector en-
los bares tienen la misma decora- universidad no aprendían nada, era tiende aquello muy bien gracias a
ción, se imitan los unos a los otros: I. T. Eso también ocurría en la Es- un horror, los profesores puestos esa tarea de lectura y resumen que
todo el mundo piensa lo mismo. paña del tardofranquismo. Por un por la dictadura eran espantosos. tú has hecho por él. Y al final refe-
lado estaba la dictadura de Franco. Entonces empezamos a formar gru- rencias impecablemente, o sea que
I. T. Da la sensación, por los nom- Por otro, para los que nos sentía- pos. Yo fui uno de los que más cur- quien quiera puede ir a comprobar
bres que van saliendo, de que tan- mos de izquierdas, estaba la dicta- sos di en esa época. Acá, en esta ca- con pelos y señales de dónde has sa-
to los institucionales de la Univer- dura subrepticia pero muy dogmá- sa18, todos los días había cursos. cado lo que dices.
sidad como los francotiradores tica del Partido Comunista y sus Con una gran peligrosidad, porque
–Masotta, tú y tres o cuatro tutti- compañeros del viaje. Unos y otros un lugar donde entraban 10 y a ve- J. J. S. Fundamentalmente, es así.
quanti más– partíais más del pen- parecían tener como objetivo prin- ces hasta 13 o 14 muchachos, en ¿Dónde querés ir a parar?
samiento francés que del anglosa- cipal impedirnos pensar por cuenta general estudiantes, era muy peli-
jón. Yo mismo, que me eduqué en propia. Pero volvamos a Buenos Ai- groso. No pasó nada, cosas del azar. I. T. A que tu método tampoco es
Francia, cuando volví a España te- res, para terminar de una vez con el Bueno, me consagré en esos años a tan distinto del de los universitarios
nía siempre la sensación –mi tía, la asunto de la universidad. No eres la docencia clandestina, ¿no? La cuando son buenos. Es decir, cuan-
de Florencio Varela, me mandaba totalmente autodidacta puesto que universidad de la sombra, la uni- do tienen ideas claras, escriben bien
cosas de acá– de que Buenos Aires pasaste por ella como estudiante. versidad de la catacumba como re- y renuncian a jergas y oscuridades
era culturalmente algo así como la sistencia. Me sirvió mucho porque fútiles, cuando escriben para lecto-
sucursal americana de París. Des- J. J. S. Sí, pero poco. Es decir: no yo les serví. Venían a aprender algo res cultos desconocidos y no para
pués, casi todas las traducciones del me quedó mucho de lo que apren- que no podían aprender en otro si- colegas pejigueros que examinarán
francés que leía en el Instituto del dí allí. Lo fundamental lo hice por tio, pero era también un lugar de sus publicaciones con lupa de me-
Teatro eran de editoriales argenti- mi cuenta. reunión, no se podía en los cafés diocres aposentados sobre su culo
nas: Losada, Sur, etcétera. I. T. ¿Por qué no te quedaste –o por porque venía la policía permanen- en la cátedra. Tú escribes para el
qué no volviste– como profesor? temente. A mí me ayudó, en esos público y haces excelentes estados
J. J. S. Ah, sí, yo en eso me consi- años no podía publicar nada y fue de la cuestión, que Umberto Eco
dero incurso. Pensamiento anglo- una ayuda muy grande comuni- –profesor pero también escritor–
17 El epistemólogo Gregorio Klimowsky,
sajón había poco acá. En la Uni- carme con alguien. La forma fun- insiste en considerar tan importan-
profesor emérito de la Universidad de Buenos
versidad había un grupo pequeño Aires, formaba aún parte en 1996 del conse-
damental de comunicación para mí tes como la investigación primaria.
de filosofía analítica, pero realmen- jo editorial de EXACTA mente, revista de la es el libro, pero en esa época no En lugar de reducir el campo para
te muy pequeño. Es decir: la filo- Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de podía publicar ni un artículo si- ser el sabio principal de una parce-
sofía analítica, el positivismo lógico, su Universidad. En el número 5 (mayo de quiera. la pequeñita del saber, regalas al lec-
1996), la seccion Pseudociencia, dedicada a
estaban institucionalizados, tenían desenmascarar lo que el epígrafe indica, ana- tor amplios paisajes concienzudos.
su representación en la universidad. liza la intervención de astrólogos y psíquicos en I. T. Mi sensación es que el corpus Pintados a mano, si me permites
Más que la Escuela de Frankfurt o tareas encargadas por el Gobierno, la policía básico para tus libros, tan minu- decirlo así.
y el espionaje de Estados Unidos. En 1999,
cualesquiera otras cosas, más que Klimowsky participaba como ponente en un ciosos, lo obtienes a través de una
un marxismo heterodoxo, que no congreso brasileño dedicado a reinvindicar el lectura solitaria, de artesano pa- J. J. S. A mano literalmente, sí. Yo
lo había en la universidad. Bueno, empirismo científico como herramienta con- ciente, tan distinta de esas lecturas no tengo vocación para lo otro, pa-
tra la charlatanería reaccionaria new age. El 1
sí lo había, pero era como una línea de septiembre de 2000, en un congreso lle-
en equipo que se estilan en los de- ra la ultraespecialización. Abierta-
muy pequeña: Klimowsky17 y al- vado a cabo en Mendoza, declaraba: “Un em- partamentos universitarios, con mente, no. Aparte, es una cuestión
guna otra figura importante esta- brión humano clonado no es una persona. La ayudantes y becarios que lo mismo de tiempo. La cantidad de conoci-
Iglesia católica sostiene que sí, los científicos mientos que he acumulado a lo lar-
dicen que no porque no hay sistema nervio-
so, no hay tejidos organizados sistemática- go de toda una vida... Tengo en al-
mente. Es un organismo biológico pero no es 18 Un pisito modesto, ínfimo, con una guna forma que dejarlo, ¿no? Si no,
16 De todos modos, a propósito de lo una persona. El planteo de la Iglesia es respe- foto de Sartre y Simone de Beauvoir recorta- se pierde completamente en cur-
que aquí se dice, quien se la hubiese saltado table pero está basado en la fe y no tiene por da de un periódico y clavada en la pared con
hará bien leyendo la nota anterior, especial- qué imponerse a las personas que no lo com- chinchetas, amarilleada por el sol de muchos sos, en charlas. Mi única posibili-
mente el final. parten”. Genio y figura. años. dad de hacer algo con eso es con-

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RAZÓN ILUSTRADA CONTRA ROMANTICISMO

densarlo en pequeños ensayos, sa- filosofía política. Ahí yo ya entro tes del mundo, ¿no? Fenómeno ge- Beach, Palm Beach ya no va a ser
car conclusiones. Por ejemplo, El en un plano universal. Después vie- neral, por ejemplo, el deterioro del Palm Beach?” Hoy la gente viene a
asedio a la modernidad. Cada capí- ne El asedio a la modernidad. Y El centro. Desaparece el barrio y, al la Recoleta, y claro, la Recoleta ya
tulo sería un libro: no tengo tiem- vacilar de las cosas, que en cierto mismo tiempo, el centro se dete- no es más la Recoleta.
po de hacerlo. Entonces tengo que modo lo complementa, que es co- riora. No hay paseo. Hace muchos
sintetizarlo de esa forma. Lamenta- mo su fundamentación filosófica. años, la calle Florida era un paseo I. T. Ya lo decía Marx: “Nunca sería
blemente la vida humana es muy Y algunas partes de este último li- elegante; hoy es cualquier cosa, no miembro de un club que me ad-
corta, es muy corta, eso lo saben bro, Escritos sobre escritos, ciudades existe más. Y la calle Santa Fe lo mitiera como socio”.
bien todos los escritores que dejan bajo ciudades, que es una recopila- mismo... ¡Bueno!
sus libros sin terminar. Heidegger ción de ensayos, desde el primero J. J. S. Marx, sí. Groucho, por su-
dejó todo inconcluso, Sartre dejó hasta la actualidad, pero en la cual I. T. He paseado bastante por Flo- puesto. En estos momentos la ciu-
todo inconcluso, Marx dejó todo hay algunos inéditos de la última rida estos días, me he metido en dad de Buenos Aires está en una
inconcluso. El que se propone una época que considero que están entre esa maravillosa librería que se llama crisis muy grande. De cualquier
cosa grandiosa no deja más que bo- lo mejor que he escrito. El Ateneo. Donde por cierto he modo algunas cosas, vuelvo a re-
rradores. Y bueno, en vez de dejar comprado tu libro sobre el Buenos petir, son universales. Si uno lee,
borradores que después se pierden I. T. Aprovecharé el cambio de cin- Aires de entonces. por ejemplo, el ensayito de Phi-
o se publican mal... redondear un ta para decirte que hay tres miste- lippe Ariès20 sobre la muerte de
poco la cosa y sacar pequeños en- rios argentinos sobre los cuales me J. J. S. El Ateneo, sí. Quedó como las ciudades. Ariès, seguramente,
sayos: volver al género ensayístico. gustaría que hablásemos antes de una flor en el fango, no sé cuánto nunca vino a Buenos Aires ni sa-
dar esta conversación por cerrada. tiempo va a durar. Por Florida iba bría bien en qué parte quedaba del
I. T. Acabando con esto, tú antes Pero primero déjame preguntarte todo el mundo de paseo, ¡pero una mapa. Y uno lee su ensayo y pare-
me preguntabas cuál era la obra algo sobre Buenos Aires vida coti- cosa! Después de las seis, de las sie- ce que estuviera describiendo Bue-
que consideraba fundamental de diana, que aparte de que sea tu be- te de la tarde, la gente iba a pasear nos Aires: la muerte del centro, la
Fulano. Yo escurría el bulto como séler lo tengo muy fresco en la me- a Florida. Hoy, se acabó. Tiene vi- destrucción de ciertas formas de
podía, pero ahora voy a vengarme y moria porque acabo de leerlo aquí, da al mediodía, porque la gente tra- sociabilidad urbana, por ejemplo
te devuelto la pregunta. ¿Cuál es la paseando por los lugares en que se baja allí y sale, hay movimiento. el paseo, por ejemplo el café, que
obra fundamental, no de Fulano, desarrolla. Me parece que las carac- Pero después, cuando cae la noche, fue una de las típicas formas de
sino de Sebreli? ¿El asedio a la mo- terizaciones sociológicas, aparte de eso es un desierto invadido por el civilización urbana del siglo XIX y
dernidad? que su interés histórico sin duda se lumpenaje. La calle Lavalle, que es de la primera mitad del XX... Eso
ha acrecentado, siguen conservan- la de los cines, hoy es una calle ya no existe. Existe un poco en Pa-
J. J. S. Sí, yo creo que a partir de ahí do vigencia, aunque no la tenga ya lumpen, completamente. Algunos rís o en Madrid. En Buenos Aires
arranca lo mío más importante, lo el fundamento teórico del que barrios ya no tienen ninguna vida. existía muchísimo y hoy está mu-
de la última década. A pesar de que, arrancan. Por ejemplo, la caracteri- El barrio Norte, por venir hacia riendo prácticamente, de forma
claro, mi obra más conocida es Bue- zación por zonas o barrios sigue acá, la calle Santa Fe, hasta media- acelerada.
nos Aires vida cotidiana. Han salido siendo válida en buena medida; o a dos de siglo, cuando yo empecé a
más de treinta ediciones a lo largo mí, forastero, me da esa sensación investigar, en la década de los cin- I. T. Yo vivo en la avenida de Mayo,
de treinta años: es mucho. De mis cuando me muevo por allí. ¿Có- cuenta digamos, era un barrio her- casi al lado del café Tortoni. A veces
últimos libros apenas se han podido mo actualizarías eso en una edición mético completamente. Sobre todo desayuno allí y otros días voy por la
hacer seis / siete ediciones. Que puesta al día? Por ejemplo: esta zo- esta zona donde vivo, que ya es un tarde, y siempre lo encuentro bas-
también es mucho, acá. Claro, son na en la que vives ahora, ¿cómo la poco más lejos del centro. Venía tante lleno. Animado pero tran-
libros de una complejidad mayor. caracterizarías hoy? únicamente la gente que vivía en la quilo. Muchos se conocen, unos
La otra es un hito, influyó enorme- zona, los cines eran exclusivos de la leen los periódicos que están a dis-
mente. Pero bueno, yo tendría que J. J. S. Ante todo, la cosa ha cam- gente del barrio, un barrio de clase posición del público, otros parecen
reeditarla corregida y lo voy a hacer biado. La ciudad de Buenos Aires alta o media-alta. Bueno, hoy la ca- tener montada una tertulia... En
si tengo tiempo. Para mí, mi obra cambió mucho, mucho. Se homo- lle Santa Fe es la calle Corrientes, fin, lo que yo considero el ambien-
de madurez empieza con Los deseos geneizó. Primero, la vida de barrio un sábado por la noche hay multi- te clásico de un café. Y voy a otros,
imaginarios del peronismo19, un libro desaparece, desaparece completa- tudes. Cuando empecé a vivir acá, desconocidos, y también ahí hay
de año 1983 que a pesar de ser to- mente. Yo viví durante años en un Santa Fe era una cosa como rara, cierto ambiente, con habituales to-
davía un tema local es ya universal. barrio popular, Constitución. Hoy ¿no? En el intervalo, en los cines, la mando café o zumo de naranja. Y
Porque tomo el fenómeno del pe- prácticamente desapareció. ¿Por gente se saludaba, todo el mundo en Barcelona, sobre todo con los
ronismo como pretexto para hacer qué? La vida de barrio estaba dada, se conocía, todos eran la gente del Juegos Olímpicos, resucitaron bas-
un libro de filosofía política. Para por ejemplo, por la sociabilidad ur- barrio Norte. Eso desapareció. En el tante varios barrios.
hacer, sobre todo, análisis de un te- bana, por una serie de centros que barrio Norte hay multitudes. Vie-
ma que a mí me apasionó siempre ya no existen más. Dos fundamen- nen de los últimos barrios a pasear
mucho, que estudié mucho: el fas- tales: el café y el cine. Han muerto. por la Recoleta porque creen que es 20 Ignoro a qué libro de la muy amplia

cismo. Es un libro sobre el fascismo, El café de barrio y el cine de barrio una cosa elegante. Y dejó de serlo, obra del historiador francés Philippe Ariès
(1914-1884) alude aquí Sebreli. Especializa-
sobre el autoritarismo, sobre ese ti- desaparecieron. Entonces, el barrio ¿no? Es un poco como ese chiste do en estudiar mentalidades y comporta-
po de fenómenos, enfocados desde se diluye completamente. que se decía de un tipo de clase mientos de los humanos como entes históri-
un punto de vista sociológico y de Algunos fenómenos son especí- media-baja que decía: “Mi ilusión cos y como individuos, Ariès había manifes-
ficos de Buenos Aires, otros son ge- es poder ir a Palm Beach”. Y el otro tado –en conversación con la historiadora
lacaniana del psicoanálisis Françoise Dolto,
nerales, característicos de la crisis contestaba: “¿Pero no te das cuen- por ejemplo– su desconfianza hacia los mé-
19 Buenos Aires, Sudamericana, 1983. de la ciudad que se da en todas par- ta que el día que vos vayas a Palm todos y la terminología freudianos.

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una cuadrícula, por la única zona to a la civilización, que poco o na- porque había más argentinos en-
J. J. S. A mí me parece que donde donde hay curvas, donde las ca- da tendría que ver con las Luces. tonces. Mi hermana, que es psico-
estas cosas resucitaron más fue en lles están más o menos dispuestas Incluso es hasta pesimista con res- analista...
Madrid. en círculos. O sea: el barrio de pecto a la liberación sexual. Pero se
Palermo Chico, también llama- puso de moda y dejó que los jóve- J. J. S. Sí, sembraron la semilla más
I. T. Es que estuviste cuando la Mo- do Villa Freud. nes que no le entendían... que nada en Barcelona. Allí murió
vida. Bueno, vamos con los tres Masotta. Ahí, en Escritos, tengo pu-
misterios argentinos. Misterios de J. J. S. Villa Freud es lo que te de- I. T. Que ya era difícil entenderle... blicado un ensayo sobre Masotta.
persistencia diría yo, como obser- cía: la homogeneidad porteña. Cuando llegó a Barcelona ya se ha-
vador externo pero no turista. Pri- Bueno, era, porque ya... Había J. J. S. ... Dejó que entendieran bía convertido en un gurú y su-
mero: la persistencia del psicoanáli- hasta cafés psicoanalíticos, de to- cualquier cosa y conciliaran lo in- pongo que tenía algunos seguido-
sis. Especialmente en su versión la- do, y ya no hay. Yo creo que el conciliable. Pero hay cosas todavía res. Acá lo llamaban Lacanuchi.
caniana. En Barcelona hubo un del psicoanálisis es uno de los fe- más absurdas. Los jóvenes de la
momento, sobre todo cuando el nómenos que mejor ejemplifican década de los sesenta –y de los se- I. T. Cuando estaba de moda el Ta-
exilio de los fugitivos de la dictadu- la tendencia al contagio, a la ma- tenta, la década del self–, los mo- maguchi, supongo.
ra militar, en que porteño era casi sificación total que se da en Bue- vimientos juveniles en general,
sinónimo de freudiano: psicoanali- nos Aires, sobre todo en la clase exaltaban fundamentalmente la li- J. J. S. ¿Tu hermana lo conoció, a
zado o psicoanalista. A pesar de ex- media. En la clase media porteña, beración sexual. Y, al mismo tiem- Masotta?
cepciones como tú o algún otro sa- de pronto, hay un amor: todo el po, los países que consideraban
bio sensato llamado Mario Bunge, mundo tiene que estar ahí. Del modelo eran los más represivos; I. T. Creo que sí, pero ella es de
por ejemplo. Yo hice en la televisión mismo modo que todos los uni- como China, como Cuba, que otra secta, la kleiniana. La de la te-
de Barcelona, al final de los años versitarios eran estructuralistas, eran campos de concentración pa- ta mala y la teta buena. Ya sabes
ochenta, un programa de entrevis- todo el mundo tenía que psicoa- ra el sexo. que los adeptos de las diversas sec-
tas en catalán que titulé El divan nalizarse. Si no, estaba completa- tas freudianas no pueden verse en-
d’Ivan, donde tendía al entrevistado mente fuera. Es el fenómeno de la I. T. Fidel Castro encerró a monto- tre sí. Pero yo debo decirte que
en un diván, en medio de un deco- masificación total. Es una socie- nes de homosexuales en una isla... por Masotta sentía cierta admira-
rado Viena fin de siglo XIX, con fo- dad con pocos compartimentos ción desde los años cincuenta, no
tos de Freud y Woody Allen en las estancos. Ahora se empiezan a ver J. J. S. Por eso: eran incongruencias por Lacan sino por lo que en Es-
paredes. Todo ello un guiño para algunos más, pero no hay indivi- totales. Por la ignorancia o por... paña llamábamos tebeos y acá his-
justificar irónicamente que las pre- dualidad, hay mimetismo. No hay No se conoció, no había informa- torietas. Masotta organizó en el
guntas se refirieran a la vida privada. grupos autónomos que piensen ción, pero tampoco hubo ningún Instituto Torcuato Di Tella de
Pues recibí un par de cartas de psi- de forma distinta, todo el mundo interés. La agitación, el predominio Buenos Aires una gran exposición
coanalistas argentinos agradecidos, tiene que ser una cosa. Esa cosa, total de la acción sobre la teoría lle- sobre historietas y escribió los tex-
que se lo tomaban en serio. no otra. vó a eso, a la desinformación total. tos del catálogo, un maravilloso
La gente salía a la calle, se agitaban catálogo de gran formato que ya
J. J. S. Acá el psicoanálisis ha de- I. T. Ahí este misterio enlaza con cosas emotivas, se ignoraba por no recuerdo cómo me llegó y me
crecido mucho y va a decrecer mu- otro, del cual te has ocupado muy completo la realidad y se llegaba a hizo muy, muy feliz. Yo era en-
cho más aún. Más que de persis- bien en tus libros: la miopía per- esas incongruencias totales de ligar tonces adolescente, dibujaba y era
tencia yo hablaría de la intensidad sistente de la izquierda respecto a la liberación social con el castris- un loco del cómic. Que aún no se
con que se dio. Ahora está en deca- ciertos fenómenos y el gregarismo mo y el maoísmo, o ligar al laca- llamaba cómic, como te he dicho,
dencia acá como en todas partes, en de los progresistas haciendo suyas nismo y la izquierda, dos cosas que ni por acá ni por allá.
forma acelerada. Lo que pasa es que formas de pensamiento y acción no tienen absolutamente nada que De modo que antes de que me
tal vez acá se nota más porque co- que para nada tienen que ver con ver entre sí. Pero eso no es patri- ponga nostálgico pasemos al se-
mo te digo se dio con una intensi- el progreso. ¿Por qué se ha asocia- monio de los argentinos, en Francia gundo misterio de Buenos Aires:
dad profunda. Creo que, después do el psicoanálisis con el pensa- se dio exactamente igual. Y en Ita- lo judío. Digo lo judío, no el ju-
de Chicago –no: Boston, creo que miento de izquierdas y no con la lia también. Y en España. daísmo. Enlaza con el psicoanáli-
Boston era la ciudad del mundo derecha? El conductismo es sin sis porque como sabes mejor que
donde más psicoanalistas había de duda de derechas y así se le consi- I. T. Lo que ocurre es que España yo muchos psicos son de familia
acuerdo con el número de habi- dera entre la progresía, con algu- fue una dictadura hasta la muerte judía. Una vez le dije a Mario
tantes–, pues Buenos Aires ocupa- nas excepciones, pero en cambio el de Franco, o sea hasta mediada la Muchnik, un editor argentino
ba el segundo lugar. La intensidad psicoanálisis –también con algu- década de los setenta. Cuando fui a que vive en España, que para ven-
fue terrible, un poco por la cosa del nas excepciones, dos de la cuales Cuba, en 1976, me pareció evi- der un libro mío que le ofrecía
contagio del porteño, del argenti- están ahora en este pisito– suele dente que aquello era muy parecido publicar –finalmente lo edité con
no... No, no, del porteño, porque ser situado en la izquierda. al franquismo. Pues te aseguro que otro– habría que confiar en Dios.
no sé si habría tantos psicoanalistas la mayoría de quienes venían con- Me dijo que si acaso confiase yo,
por habitante en Jujuy, pongamos. J. J. S. Eso empezó, por lo que se migo en aquel viaje, gente catalana porque él era ateo: “¿Pero no eres
En Buenos Aires una cosa se insta- refiere a Lacan, claro, en Francia. El de izquierdas del mundo de la en- judío?” Me dijo que era judío pe-
la y de pronto, ¡todo es eso! ¡Todo, lacanismo es inconciliable con un señanza, no sabían verlo. No que- ro ateo, como muchos judíos ar-
todo, todo es eso! La homogenei- pensamiento de izquierdas. Pero rían verlo. De todos modos creo gentinos, y me recomendó un li-
dad total del porteño es terrible. bueno, dejó huella en la izquierda que esa miopía, también en lo que bro suyo sobre el asunto, que leí.
I. T. El otro día paseé por la única de allá y de acá. El de Lacan es un respecta a Lacan, se dio más que Ahora te toca hablar a ti sobre esa
parte de Buenos Aires que no es pensamiento pesimista con respec- en Madrid en Barcelona, tal vez otra persistencia, la de los argen-

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RAZÓN ILUSTRADA CONTRA ROMANTICISMO

tinos que se sienten judíos. forma automática para no tener algo bueno, y en consecuencia En cuanto al menemismo, no
que llamar, porque no se puede bastantes políticos consideran que solamente es distinto sino que es
J. J. S. Eso creo que se da en todas manejar un ascensor en día sába- todavía puede ser rentable poner- punto por punto todo lo opuesto al
partes, no es una cosa específica. do. ¡Hay cosas increíbles así en el se la etiqueta peronista. peronismo. El peronismo era un
Los que pasa es que a ustedes los barrio Once, que es el barrio ju- nacionalismo económico, protec-
españoles les sorprende porque en dío! Eso, antes, era inconcebible. J. J. S. Es una mera etiqueta. El pe- cionista y autárquico; el menemis-
España no hay apenas judíos. En Y la gente disfrazada con esa ropa, ronismo muere en mil nueve cin- mo es un liberalismo que propicia
Argentina hay muchos. Yo, claro, uno lo ve permanentemente. Uno cuenta y cinco21. Básicamente hay el libre mercado y la globalización.
conozco judíos desde que era chi- va al Once y ve a todos los chicos un peronismo clásico que dura has- Todo, punto por punto, opuesto.
co y te digo que eso cambió mu- jóvenes con el sombrerito de gue- ta 1955. Es una experiencia de tipo Menem no intentó más la movili-
cho. El cambio fundamental fue to: esas cosas no existían para na- típicamente fascista... zación de masas, una característica
después de la experiencia nazi, en da, absolutamente para nada en típica del peronismo. La burocracia
la segunda posguerra mundial. la Argentina de otra época. I. T. Cosa que no reconocías tú en sindical y el Ejército, los dos pilares
Los judíos argentinos cultos e in- Vida cotidiana, aunque después sí; del peronismo, son dos cosas que
telectuales eran bastantes, porque I. T. Conozco en Barcelona niños y en El asedio a la modernidad, por Menem las deja de lado. Así que el
en general, por muchos motivos, niñas argentinos de diez años, com- ejemplo. Al principio te resistías un peronismo, con Menem, es ya sólo
hay una predisposición de los ju- pañeros de colegio de mi hijo pe- poco a considerar al peronismo co- una etiqueta.
díos hacia la cultura: eran socia- queño, que son judíos porque sus mo uno más de los fascismos de
listas, ateos, indiferentes, laicos, padres lo son y se conocieron en los años treinta. I. T. Pero Duhalde, por ejemplo,
librepensadores... Los judíos que un kibutz. que es gobernador de la provincia
uno conocía de otra época. Hoy J. J. S. Sí, pero eso lo rectifico ya de Buenos Aires –he estado estos
son ya grandes, como yo o mayo- J. J. S. Sí, acá en un momento en Los deseos imaginarios del pero- días en uno de sus feudos porque
res aún, pero en esa época eran dado estuvo de moda ir a un ki- nismo, que al respecto te reco- mi prima política argentina es se-
jóvenes. La religión era una cosa butz. Era como una aventura. Co- miendo. Tal vez puedas encon- cretaria suya–, juega a enfrentarse
de los abuelos, una cosa como ri- mo se iba a la guerrilla, pero con trarlo en Cataluña. Pero después con Menem como adalid del pe-
dícula, mal vista. Lo que más po- menos riesgo. caminamos un poco por Santa Fe, ronismo auténtico. Eso a mí me
dían hacer era alguna concesión: tal vez lo podamos encontrar. Ya recuerda a ciertos falangistas que
ir el día de la fiesta judía, el fin de I. T. Sí, eran progresistas. Supo- en 1973, cuando vuelve Perón, el en España cuestionaban a Franco
año judío, a la reunión familiar. niendo que ir a la guerrilla fuera peronismo es otra cosa, ya Perón en nombre de la Falange Autén-
Pero, después de eso, no pisaban progresista. Te lo digo como ya no intentó reinstaurarlo. El pero- tica. Aunque ya sé que no es com-
una sinagoga. Se reían de los ra- supondrás sin la menor simpatía nismo de hecho siempre fue un parable.
binos, eran absolutamente indife- por tu compatriota Che Guevara. fenómeno a medias, Perón no lo-
rentes en materia religiosa, inclu- Ahora están a favor de Israel en el gró nunca coordinar esa sociedad J. J. S. Duhalde se parecería más a
so ya no ponían nombres judíos a conflicto de Oriente Próximo totalitaria que intentó. Pero bue- Perón, sí. Pero de momento el que
sus hijos, los matrimonios mixtos –bueno, de Oriente Medio dicho no, tampoco Mussolini logró tiene el poder es el menemismo,
–con no judíos– se daban cada desde acá. Por supuesto que a esos nunca realizar el fascismo plena- que no tiene nada que ver con el
vez más. pobres mártires musulmanes que mente, porque tenía que compar- peronismo. El propio Menem poco
Se produjo un retroceso enorme se inmolan con tal de matar ju- tir el poder con la Iglesia y con el y nada se acuerda de Perón y Evita.
con el nazismo. Hitler consiguió díos tampoco les tengo la menor rey y con el Ejército, que nunca Incluso en algunos momentos de
resucitar el judaísmo. El judaísmo simpatía, porque además de po- logró domesticar del todo, así que franqueza –en algunos reportajes
hubiera desaparecido. Yo estoy se- bres y asesinos son tontos, pero una cosa son las intenciones y otra que le han hecho por televisión–
guro de que si no fuera por la se- es que los argentinos sionistas pa- lo que se logra. Sin embargo, na- dice que la crisis económica em-
gunda Guerra Mundial hoy el ju- recen olvidar que también Israel die va a decir que Mussolini no pieza en 1950, en pleno apogeo del
daísmo no sería lo que es. Serían es un Estado confesional. era fascista. peronismo. Eso lo dijo Menem. O
grupos pequeñísimos, insignifican- El intento de Perón no se logró sea: el peronismo no es un fenó-
tes, que practicarían la religión ju- J. J. S. Totalmente. Y lo peor está del todo, primero porque él tam- meno inmutable y eterno.
día, y el resto se habría integrado por llegar. El día que tomen el po- poco consiguió subordinar total- El problema es que en Argenti-
totalmente. La tendencia era hacia der los fundamentalistas judíos va a mente a la Iglesia y al Ejército, y se- na no ha habido, no hay, partidos
la integración total y hacia la indi- ser exactamente igual que lo de Jo- gundo porque la mitad de la socie- políticos modernos. El único que
ferencia religiosa completa. Hubie- meini, no va a haber ninguna dife- dad era antiperonista. Así es la existe es el Partido Radical, que es
ra quedado como una cosa así, ar- rencia con Jomeini, por supuesto. realidad. Cuando Perón vuelve no un partido envejecido, anacrónico,
caica, limitada a lo mejor a una fies- Lo que pasa es que no tomaron el intenta ni por asomo reconstruir ya anacrónico en el comienzo de
ta al año por el hecho de que toda poder todavía. ese tipo de sociedad. El peronismo siglo XIX. ¿Y el Frepaso? El Frepaso
la familia tenía esa tradición, y pun- de 1973 es un conservadurismo no existe, son tres o cuatro dirigen-
to. Y punto. I. T. Tercer y último misterio. Más vulgar, tradicionalista y ya anacró- tes muy carismáticos y nada más.
Vuelvo a repetir que gracias a complejo, pero acaso más fácil: el nico para la época, no otra cosa. Los radicales, por el contrario, no
Hitler hubo un retroceso muy peronismo. Acá tengo la sensación tienen ningún dirigente. Los que
grande y ahora, bueno, hay ba- de que el peronismo sigue siendo tienen son un desastre, como Al-
rrios arcaicos así. ¡Es increíble! una etiqueta que circula aún, con fonsín, que nadie lo vota. En cam-
21 Sebreli suele escandir así las fechas, y a
Hay departamentos judíos, casas finalidades a veces contrapuestas. bio, tienen una estructura.
mí me encanta. Valga este botón como mues-
de departamentos donde se puede Es decir: mucha gente tiene aún tra única, sin embargo: seguiré grafiando gua- I. T. Pero entonces, ¿hacia dónde
descender y subir en ascensor en un recuerdo del peronismo como rismos. va la Argentina en estos momentos?

70 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 140


n
IVÁN TUBAU

la primera. década o dos. Una década o dos. gentinos...


J. J. S. No soy demasiado pesimis- Hay como la necesidad de que
ta, no soy catastrófico ni apocalíp- existan un partido socialdemócrata I. T. Dos décadas son mucho tiem- J. J. S. Me parece bien. Del mismo
tico. A partir de 1983 es otra Ar- y un partido conservador. En todos po. De momento, tal vez podamos modo que me parece bien la inter-
gentina, no hay nada absoluta- los países civilizados existe eso. decir que en algunos aspectos lo vención de Estados Unidos.
mente que añorar. En primer Existe en España, tardíamente pero peor ha pasado: la globalización es I. T. Eso no deja de ser peligroso,
término, y por primera vez, la esta- existe... Acá no, acá no llegamos menos mala que los nacionalismos, porque Estados Unidos se conver-
bilización de la democracia. Tal vez aún a eso. por ejemplo. tirá en el gendarme del mundo.
salvo de 1916 a 1930, en que po-
dríamos hablar de democracia. I. T. La sensación que tengo yo, ha- J. J. S. Eso sí. Todo eso yo ya lo J. J. S. Claro. El problema es que
bitante transitorio de Buenos Ai- vengo defendiendo desde épocas todavía las intervenciones se ha-
I. T. ¿Con Irigoyen? res, es la de una cierta puesta al día. en que aún no se hablaba de glo- cen de un país a otro. Eso no es
Una aceptación de las leyes del balización, desde los años setenta, deseable para nada. Tiene que sur-
J. J. S. El irigoyenismo... Irigoyen mercado salvaje a cambio de ciertas cuando estaba en auge total el na- gir una ordenación que sea supra-
no era muy demócrata, pero en fin, compensaciones sociales. Timidí- cionalismo. Ya sostenía eso en ese nacional, que realmente se meta
podríamos decir que funcionaba. simas, eso sí. libro, Tercer Mundo, mito bur- en lo que es un país donde hay
Pero entre 1930 y 1983 nunca ja- gués22. Siempre fui partidario de lo violación de los derechos huma-
más hubo democracia. Hubo alter- J. J. S. Pero no, el mercado salvaje supranacional. Considero –consi- nos, una organización como Na-
nancia entre dictaduras militares, no cubre nada lo social. Todo es deraba ya entonces– que estamos ciones Unidas pero con verdadero
dictaduras plebiscitadas como el muy confuso. Yo también lo creí viviendo en un mundo en que la poder de acción, no bloqueada por
peronismo, o semidemocracias, un poco, en un momento dado, técnica y la economía internacio- Estados Unidos. Que se metan y
pseudodemocracias como fue cuando el alfonsinismo, que el ca- nal son supranacionales, y que por destituyan al gobierno que viola
Frondizi, como fue Ilía. Realmente, pitalismo salvaje iba a ofrecer cier- tanto tiene que existir una organi- los derechos humanos y llamen a
una sociedad democrática empieza tas contrapartidas sociales. Pero no. zación política también suprana- elecciones, por ejemplo. Eso no lo
en 1983, primero con Alfonsín y El alfonsinismo finalmente era un cional, ¿no? puede hacer Estados Unidos, por-
después con Menem. Ese es un populismo anacrónico. Alcanzó lo- que realmente sería caer de nuevo
progreso fundamental. gros evidentes en el plano de la de- I. T. También lo consideraba Ber- en el imperialismo.
En la segunda etapa, la del me- mocracia, no se le puede negar, pe- trand Russell, que preconizaba un
nemismo, se llegó a una racionali- ro no intentó realmente moderni- gobierno mundial. Pero a la idea I. T. De cualquier modo, esas in-
dad económica que hacía cincuen- zar el radicalismo llevándolo hacia obsoleta de un mundo dividido en tervenciones no suelen ser in-
ta años que no existía en el país, y la socialdemocracia. naciones –como por otra parte a cruentas, nunca lo han sido hasta
que tampoco el alfonsinismo logró Pero además tiene que existir un las Iglesias– le cuesta morirse de ahora. Parece difícil intervenir con
hacer. Se han logrado dos cosas de- partido conservador, un partido de una vez. Incluso en muchos lugares eficacia sin que haya sangre, tal
cisivas: una estabilidad democráti- centro-derecha para que se dé la al- parece cobrar nueva vida: fíjate en vez mucha, tal vez más que la de-
ca, aunque con serias carencias, que ternancia. Es tan sencillo como es- Irlanda, fíjate en el descuartiza- rramada por el gobierno que viola
aleja –no sé si definitivamente pero to. Y el menemismo no es el parti- miento progresivo de Yugoslavia, los derechos humanos.
sí por un tiempo– el peligro de las do conservador democrático que en el terrorismo nacionalista vasco
dictaduras militares, y una racio- apunto, porque es un desorden, no de ETA en España, en India y Pa- J. J. S. Bueno, yo estaba a favor de
nalidad económica. Son logros fun- un partido. Está Menem, que tuvo kistán, en el nacionalismo musul- la guerra de Irán, por ejemplo. Y
damentales. esa idea, pero se terminó: todo el mán de los árabes y el judío de Is- de la guerra del Golfo, porque evi-
La parte que sigue estando en partido lo tiene en contra. Su par- rael... Puro romanticismo. Menos dentemente había que pararle el
retraso son los partidos políticos. tido, nominalmente peronista, son mal que por el lado de la razón se carro a Sadam. Ahí fue más o me-
Es muy difícil mantener un sistema gente muy, muy bruta, que quieren dan iniciativas como la de la Jus- nos internacional la cosa, fue co-
democrático sin partidos políticos. volver a 1945. La consigna es: vol- ticia española –tal vez fuera más mo un esbozo de lo que debería
El menem-peronismo o menemis- ver a 1945; como si el mundo aún justo decir la del prodigioso juez ser realmente. Muchos países, in-
mo, como le queramos llamar, no fuera el de 1945. Baltasar Garzón–, que pretende cluso árabes, se mostraron de
es un partido; nunca fue un parti- Menem no tiene principios procesar a los militares asesinos ar- acuerdo en que había que pararle
do político estable. Los radicales sí, morales pero es pragmático, la rea- los pies a Sadam.
pero ya te he dicho que son real- lidad la ve: sabe que eso es una lo-
mente anacrónicos y además están cura. Pero no ofrece otra cosa. Y el 22 Buenos Aires, 1974. Tal vez este libro
I. T. Pero ahora no secundarían eso.
muy atomizados. Y el Frepaso, por país no puede montar un movi- no está entre los predilectos de su autor, pues Yo debo decirte que ahí no te sigo.
ahora, tampoco es un partido. Hay miento político alrededor de un ti- no figura entre los relacionados en las solapas Estuve en contra y lo sigo estando.
una cierta expectativa de que el po que además de no ofrecer nada de los últimos. Posteriores a esta conversa- Aparte de que yo sea un pacifista
ción hay dos libros de Sebreli. Uno de ellos
duhaldismo pueda corregir los as- es muy predecible: más de lo mis- –La era del fútbol, Buenos Aires, Sudameri-
incurable, el hecho es que Sadam
pectos desagradables del menemis- mo, y lo mismo ya se ha visto que cana, 1998– no he logrado procurármelo e ig- sigue ahí, y Kuwait sigue en manos
mo –la corrupción, la ligazón con es cada vez peor. En fin, vuelvo a lo noro si reelabora Fútbol y masas, 1981. El de los jeques árabes del petróleo,
la mafia– y crear un estilo más so- dicho: tiene que surgir un movi- otro –Las aventuras de la vanguardia. El arte que no son mejores que Sadam.
moderno contra la modernidad, Buenos Aires,
brio, menos farandulesco. Bueno, miento conservador democrático Sudamericana, 2001– es un espléndido ajus-
por lo menos va a ser una alterna- por un lado, y por otro tiene que te de cuentas con el romanticismo en general J. J. S. Bueno, pero en ese momen-
tiva. Porque no puede ser, dos veces consolidarse una socialdemocracia. –de nuevo– y con todo el arte del siglo XX en to estuvo bien, porque hubo un
particular. En Barcelona se hizo de él, por
el menemismo: la segunda ha sido Ahora: esa es una tarea que va a cuenta de Sudamericana, una reimpresión de acuerdo internacional. Pero tiene
indiscutiblemente mucho peor que llevar, en el mejor de los casos, una 2.000 ejemplares en marzo de 2002. que ser algo permanente, que esté

Nº 140 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA


n
71
RAZÓN ILUSTRADA CONTRA ROMANTICISMO

ahí y que vigile permanentemente salir a la calle porque no tenía a por ejemplo. Pero nadie garantiza muy difícil.
la locura que hay en el mundo. nadie, a nadie con quien com- que sea en sentido progresista, te-
Una cosa como la de Yugoslavia, partir mi oposición a aquella gue- niendo en cuenta la mentalidad de I. T. Con esta matización llegas, por
por ejemplo, no puede existir, no rra absurda. No, no, fue una cosa la mayoría, como tú mismo obser- otra vía, a un pesimismo parecido
debe existir. Con todos los locos horrible. vabas a propósito de la guerra de las al mío. Nuestra única alternativa
sueltos que andan por el Medio Malvinas. En la mayoría de los es- es la duda.
Oriente... Los fundamentalistas ar- I. T. No te digo lo que me pasa a mí tados de Estados Unidos, después
gelinos que ganan elecciones y no en Cataluña, donde el nacionalis- de la Segunda Guerra Mundial, se J. J. S. Base de toda reflexión. n
toman el poder porque se lo impi- mo –catalán, por supuesto, no es- fue reinstaurando la pena de muer-
den los militares del FLN; los fun- pañol– no lo cuestiona ni uno solo te mediante votaciones democráti- [Esta conversación fue grabada en Buenos
Aires en noviembre de 1997 y transcrita,
damentalistas de Afganistán, donde de los partidos que están en el Par- cas impecables y por mayorías am- redactada y editada en Barcelona en agos-
la mujer no puede trabajar ni estu- lamento. Soy muy pesimista res- plísimas. Dar a las masas poder de to de 2003].
diar. Esas cosas no pueden existir. A pecto a todo eso. La sensatez re- decisión es muy peligroso, no dár-
mí me interesa más el drama de las quiere un margen de reflexión al selo es despotismo ilustrado.
mujeres argelinas o de las mujeres que sólo se somete una ínfima mi-
en Afganistán que la soberanía de noría. Los subsaharianos que vie- J. J. S. Ese es el problema. Muy RERERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
ese país. Si no surge del mismo nen al Maresme a recoger fresones complicado. Porque el despotis- [Por orden de aparición en el texto]
pueblo el impedir que eso prosiga, extirpan el clítoris a las niñas en mo ilustrado... Yo creo que va a ADORNO, Theodor W., y HORKHEIMER,
tiene que haber una organización nombre de Alá y una jueza catalana haber cada vez más libertades, por- Max [1947]: Dialéctica de la ilustración,
internacional que lo haga. ¿Sobera- dice que hay que respetarlo porque que la informática no impide pero trad. J. J. Sánchez. Madrid, Trotta, 1994.
nía para qué, para una dictadura? son sus costumbres. En el País Vas- sí obstaculiza que pueda haber co- HABERMAS, Jürgen: El discurso filosófico de
Yo estoy seguro de que en el siglo co, no digamos ya: el PNV, que se acción en el mercado. Y en una la modernidad, trad. M. Jiménez Redondo.
XXI se va a llegar... Se va a terminar declara un partido democrático, no sociedad basada en el mercado hay Madrid, Taurus, 1993.
con ese absurdo de la soberanía na- sólo no ha desautorizado nunca a mayor libertad de información, de VEBLEN, Thornstein [1899]: Teoría de la
cional. Lamentablemente, cuánto su fundador, Sabino Arana –un ra- expresión, de costumbres. Cada clase ociosa, trad. Vicente Herrero. México,
tiempo tardarán no lo sé. cista hitleriano avant la lettre que vez va a ser mayor. El individuo va Fondo de Cultura Económica, 1944.
proponía matar españoles–, sino a ser respetado, indudablemente, LENIN (Vladímir Illich Uliánov) [1917]:
I. T. Para mí, como para Omar Jay- que celebra cada año una cosa lla- va a tener su autonomía. Pero, por El Estado y la revolución. Barcelona, Ariel,
1981.
yam, la medida del tiempo es mi mada algo así como el “Día de Sa- otro lado, en cuanto a la partici-
vida. Esperemos, pues, que tanto bino”... En fin, tú has repertoriado pación en las decisiones, esa socie- KINSEY, Alfred C.: Sexual Behavior in the
tú como yo podamos verlo. muy bien cosas parecidas en El ase- dad va a ser elitista, porque hay Human Male, 1948; Sexual Behavior in the
Human Female, 1953. No hay traducción
dio a la modernidad. cosas muy complejas. Lo de la pe- española. Sí la hay de un libro de Daniel
J. J. S. Hay muchas cosas que, en na de muerte es una cuestión Guérin –Kinsey y la sexualidad, Buenos Ai-
función de la esperanza estadística J. J. S. Las mentalidades son difíci- emotiva, pero ahí, con una buena res, Leviatán, 1960– que seguramente Se-
de vida, uno no pensó que vería. les de cambiar. Es necesario que ha- propaganda y buna buena educa- breli leyó en su momento.
Yo nunca pensé que iba a ver la ya imposiciones institucionales. En ción, se podría cambiar. MARCUSE, Herbert [1955]: Eros y civiliza-
caída de la Unión Soviética de la Estados Unidos, finalmente, se ter- ción, trad. J. García. Seix Barral, 1976. Pe-
forma en que se dio. Nunca hu- minó con la discriminación racial I. T. Hace dos días, como sabes, ro es en El hombre unidimensional [1964]
–trad. Antonio Elorza, Planeta-De Agosti-
biera pensado eso. Hay muchas co- por imposición institucional. Los hubo un crimen horrible en una
ni, 1995, por ejemplo– donde Marcuse
sas que uno pensaba que no vería y norteamericanos siguen siendo ra- periferia del Gran Buenos Aires. desarrolla el concepto de desublimación re-
las vio. Esa expansión del nacio- cistas, qué se le va a hacer, pero por Esta mañana oía y veía por televi- presiva. Creo justo decir que ya en 1969 J.
nalismo en Argentina, por ejem- lo menos están obligados a cumplir sión a un par de señoras de la zo- M. Castellet había publicado Lectura de
plo, era una cosa impensable en la ley. Ya no hay separación entre na diciendo que a los asesinos no Marcuse (Barcelona, Ed. 62) y que P. Mas-
mi juventud. En la Argentina de blancos y negros porque la ley no lo sólo había que matarlos: había que set publicó en 1972 El pensamiento de Mar-
cuse (Buenos Aires, Amorrortu).
los milicos la gente se mataba por permite. Se logró la ley. La ley. torturarlos.
cuestiones de nacionalismo. Se ha- Ahora: la mentalidad no cambia. CAMUS, Albert: l’Homme révolté (El hombre
rebelde), 1951; le Mithe de Sisiphe (El mito
blaba de la privatización de los te- Mediante la ley hay que terminar J. J. S. Sí, es así. Si eso ocurre con
de Sísifo), 1942; l’Étranger (El extranjero),
léfonos, que no funcionaban ab- con lo injusto. Entonces, bueno, asuntos emotivos, imagínate con 1942; La peste, 1947; Caligula (Calígula),
solutamente, y eran capaces de sa- las leyes han de ser muy estrictas asuntos más complejos como la 1945; les Justes (Los justos), 1949; le Malen-
lir a matar para impedirlo. con respecto a determinadas cosas, economía: evidentemente, una de- tendu (El malentendido), 1944; la Chute
con respecto a los derechos huma- mocracia participativa no creo que (La caída), 1956; Noces (Bodas), 1938.
I. T. Con lo cual Galtieri pudo nos. Si una jueza considera que hay se dé en cuestiones complejas. GIDE, André, Retour de l’URSS (Regreso de
montar esa tontería de la guerra por que respetar la ablación, hay que Creo que se va a dar en el terreno la URSS), 1936.
las Malvinas. Le sirvió para tapar terminar con esa jueza. En tanto de las libertades individuales y ci-
problemas internos, pero según que jueza, claro. viles. En el plano de la participa-
creo recordar hubo manifestacio- ción en las decisiones, va a ser una
nes espontáneas a favor de la guerra. I. T. ¿Pero quién termina con ella? democracia elitista, un despotis-
¿Cómo? ¿Quién decide que las le- mo ilustrado. Claro, ahí también Iván Tubau es doctor en Filología fran-
J. J. S. Toda, toda la sociedad es- yes se modifiquen en un sentido es complicado, ya que algunas de- cesa y catedrático de periodismo cultural en
tuvo a favor. Fue una cosa horri- progresista? En los países democrá- cisiones pueden ser acertadas y la Universidad Autónoma de Barcelona.
ble, todo fue horrible. No se po- ticos las leyes pueden modificarse otras no. También las élites pue-
día hablar con nadie. Yo no podía por voluntad popular, un referendo den confundirse o equivocarse. Es

72 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 140 n


POLÍTICA

LA IDEA DE ESPAÑA EN LA ICONOGRAFÍA


DE LA DERECHA ESPAÑOLA
JUAN FRANCISCO FUENTES

“España es una piel de toro y a ello bría la posibilidad de que la acuñaron en la Península Ibéri- presar su universalidad y gran-
hemos de atenernos”. función representativa y socia- ca una moneda que, bajo la deza, tal como sugiere, por
Blanco y Negro, lizadora desempeñada por Ma- inscripción “Hispania”, repre- ejemplo, el cuadro de Francis-
15 de noviembre de 1894
rianne en Francia correspon- sentaba a ésta como una mujer co Bayeu, fechado en 1794, ti-
De nombres y símbolos diera en España a la mítica recostada sobre los Pirineos, tulado La Monarquía española,
Contrariamente a lo que a ve- Carmen, pero no hará falta in- con una rama de olivo en una que se conserva en el Museo
ces se afirma, la España con- sistir demasiado en el hecho de mano y un conejo a los pies. del Prado.
temporánea ha tenido también que Carmen representa más un Esta alegoría de Hispania –re- Con estos antecedentes,
su Marianne si por tal entende- estereotipo de España que una tomada, como veremos, por el puede sorprender que el libera-
mos una imagen femenina ca- idea de nación española o una Gobierno provisional en 1868 lismo español hiciera de estas
paz de representar a los ojos de forma de gobierno, como la para ilustrar la primera peseta– dos figuras uno de los principa-
varias generaciones la idea de Monarquía o la República (ca- era una fórmula bastante con- les símbolos de la nación liberal
nación española, sobre todo en so de Marianne). Por lo demás, vencional que los romanos ha- que surge en las Cortes de Cá-
su sentido más liberal1. La os- Carmen no es ni siquiera la bían utilizado ya, ligeramente diz, integrándolas en una esce-
curidad que envuelve su exis- plasmación de un mito propia- adaptada a cada caso, para la nografía alegórica a la que a
tencia se debe en parte a que, a mente español sino la represen- acuñación de monedas en otras menudo se incorporan otros
diferencia de su homóloga tación folclórica, fraguada a regiones del Imperio, como elementos, esta vez genuina-
francesa, nuestra Marianne no medias por una reciente tradi- Britania o Helvecia4. La ima- mente liberales, como el libro
tiene nombre, a menos que ción nacional y por el romanti- gen conseguirá salvar varios si- de la Constitución. Sorprende,
consideremos a Mariana Pine- cismo europeo, de una supues- glos de historia y consagrarse en primer lugar, porque su es-
da, la célebre heroína liberal ta España eterna que contiene como principal alegoría de Es- casa originalidad dificulta la
ejecutada en 1831, la encarna- un fuerte componente meri- paña, generalmente acompaña- construcción de una simbolo-
ción sobrevenida de un viejo dional y hasta orientalizante, da de otros emblemas y símbo- gía nacional fácilmente recono-
símbolo femenino de España, una dimensión presente ya en los, sobre todo el león, que cible por contraste con la de los
cosa que nadie parece haber es- la propia etimología del nom- aparece ya en el escudo de los demás países y, también, por-
tudiado a fondo2. También ca- bre (karmel, “jardín” en he- reyes castellano-leoneses en el que la matrona y el león remi-
breo, o karm, “viña o viñedo” siglo XI5. La matrona y el león tían a la emblemática de la vie-
en árabe3). Digamos que mien- acabarán formando un tándem ja Monarquía, contra la que se
1 El principal estudioso de la Marian- tras Marianne pertenece mani- iconográfico que, con el paso alzaba la Revolución liberal. A
ne francesa es Maurice Agulhon, autor de fiestamente al mundo de la del tiempo, se asociará a la cambio, estos dos símbolos tra-
obras muy conocidas, como Marianne au simbología política, Carmen Monarquía española para ex- dicionales, convertidos por los
combat. L’imagerie et la symbolique répu-
blicaines de 1789, Flammarion, París,
corresponde más bien al ámbi- liberales en un sintagma icóni-
1979. Es interesante también, para lo que to de la cultura nacional en su co de indudable eficacia, confe-
4 Datos tomados del catálogo de la ex-
se va a ver en estas páginas, un breve, y acepción más antropológica, ría el prestigio de las cosas in-
mucho menos conocido, trabajo de este aunque pueda ser arriesgado y posición De la calle al museo. Homenaje a mutables y permanentes a las
mismo autor: ‘La représentation de la la peseta, Real Casa de la Moneda, Ma-
France: Quelques réflexions sur l’image un tanto artificial deslindar es- drid, febrero-julio de 2002; el libro-catá- instituciones creadas por la Re-
féminine en politique’, en Femmes, na- tos dos terrenos. logo, realizado por José María Aledón, lle- volución, que se revestían de
tions, Europe, obra colectiva dirigida por Existe, en efecto, una an- va por título Historia de la peseta, Real Ca- esta forma de la apariencia sa-
M.-C. Hoock-Demarle, Publications de sa de la Moneda-Instituto de Crédito
l’Université de Paris 7-Denis Diderot, Pa- tigua tradición iconográfica Oficial, Madrid, 2002 (pág. 20). De la grada de la majestad antigua de
rís, 1995, págs. 12-17. que identifica a España con misma época que la primera representa- los reyes. Así pues, mediante
2 Apunta esa posible identificación ción femenina de Helvecia, Britania e
una figura femenina; tan anti- esta apropiación simbólica, el
Danièle Bussy-Genevois en ‘Les visages Hispania (siglo I d. de C.) datan las pri-
féminins de l’Espagne ou la représenta-
gua, que se remonta al siglo meras imágenes romanas de Europa como
Estado liberal pasaba a ser la
tion introuvable’, recogido en la obra co- I d. de C., cuando los romanos matrona (cfr. el libro de Luisa Passerini Il plasmación política de la sobe-
lectiva Femmes, nations, Europe, op. cit., mito d’Europa. Radici antiche per nuovi ranía de una nación inmemo-
págs. 25-36. En una línea muy distinta simboli, Giunti, Florencia, 2002, pág. 14). rial que, tras la caída del abso-
discurre la innovadora interpretación de 5 Cfr. el estudio de Faustino Menén-
la heroína liberal que ofrece Carlos Serra- 3 Carlos Serrano, El nacimiento de
dez Pidal de Navascues ‘Los emblemas lutismo usurpador, recobraba
no en su estudio ‘Mariana Pineda (1804- Carmen. Símbolos, mitos y nación, Taurus, de España’, incluido en la obra colectiva felizmente sus derechos.
1831): Mujer, sexo y heroísmo’, en I. Madrid, 1999 (la etimología en págs. 36; España. Reflexiones sobre el ser de España, La rapidez con la que el li-
Burdiel y M. Pérez Ledesma (eds.), Libe- véase también la evolución histórica en la Real Academia de la Historia, Madrid,
rales, agitadores y conspiradores, Espasa, creciente utilización del nombre de Car- 1998 (lo referente al león, en pág. 442 y beralismo consiguió socializar
Madrid, 2000, págs. 99-126. men a lo largo del siglo XIX, págs. 41-42). sigs.). la nueva simbología nacional,

74 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 140


n
hasta el punto de ser identifica- personajes, generalmente mal- tradicional Mater dolorosa del l Entre 1808 y 1868 se produ-
do con unos símbolos que no tratados por los acontecimien- imaginario católico”7. Queda, ce la gestación –o, en su caso,
eran propiamente una creación tos y, sobre todo, por los go- por último, para terminar estas actualización– y consolidación
suya, se debe en gran parte a la bernantes y los políticos. La consideraciones previas, una de una iconografía nacional es-
voluntad del Estado de legiti- imagen de la “España crucifi- circunstancia que permite en- trechamente ligada a la idea li-
marse ante la sociedad como cada, torturada y saqueada”, tender un poco mejor los pro- beral de España y a las prácticas
encarnación de una tradición publicada por El Sancho Gober- blemas de identidad de la ma- de poder del Estado constitu-
histórica y, al mismo tiempo, nador en 1837, que ilustra el trona. Su figura constituye, sin cional.
de vertebrar la nación a través libro Mater dolorosa de Álvarez duda, una parte esencial de esa l Durante el Sexenio revolucio-
de los viejos y nuevos mecanis- Junco, compendia perfecta- “imagen de marca” de la na- nario (1868-1874) se registra
mos de que disponía la Admi- mente el conjunto de senti- ción forjada por el liberalismo un fuerte avance en la institu-
nistración Pública: escuela, mientos que, desde fecha muy y proyectada por el Estado en cionalización de la matrona y el
Ejército, periódicos oficiales, temprana, suscita la idea de Es- el ejercicio de eso que Bour- león como imagen de España,
sellos de Correos, monumen- paña y que van desde la emo- dieu, parafraseando a Max We- tanto por la necesidad de llenar
tos públicos, milicia nacional... ción patriótica hasta la sensa- ber, llama el “monopolio de la el vacío iconográfico que queda
Ésos serán los principales cana- ción de fracaso colectivo, pa- violencia simbólica legítima”8. tras la marcha de Isabel II, cuya
les de difusión de una simbolo- sando por la ira popular hacia Pero su imagen, acompañada efigie venía ilustrando sellos y
gía nacional en la que se fun- la clase gobernante, consagrada de su inseparable león, será monedas en los años anteriores,
den una iconografía ancestral rápidamente como contrafigu- también muy a menudo, como como por la unificación mone-
adaptada a las circunstancias y ra –y muchas veces verdugo– hemos visto, la expresión dolo- taria realizada por el Gobierno
el incipiente repertorio de mi- de la sufrida matrona. rida de los sentimientos de un provisional en 1868, que da lu-
tos y símbolos forjados por el Las razones por las que esta pueblo oprimido y engañado. gar a la acuñación de la primera
liberalismo. De todas formas, alegoría femenina quedó final- Servirá, pues, al mismo tiempo peseta, en la que figura una ver-
para lo que aquí vamos a tratar mente innominada no son fá- como símbolo y contrasímbolo sión ligeramente puesta al día
–la suerte futura de la matrona ciles de determinar, ni son pro- de la España oficial creada por de la imagen utilizada por los
y el león como alegoría de Es- piamente motivo de este traba- el liberalismo gobernante. De romanos para representar a His-
paña–, conviene tener en cuen- jo, aunque se pueda apuntar ahí su capacidad para denun- pania. En el Sexenio se aprecia
ta el protagonismo de la pren- un par de hipótesis. La prime- ciar abusos e injusticias y para ya, no obstante, un cierto desli-
sa, a partir de la incorporación ra, que, como señala M. Agul- servir de metáfora a otras for- zamiento hacia el campo repu-
de la imagen en los años hon, en algunas Monarquías la mas de gobierno y a otra idea blicano en el significado de la
1830/40, en la proyección de encarnación femenina de la pa- de España. matrona y el león, identificados
esa iconografía en la vida coti- tria tenía que competir con la a menudo con la República co-
diana de sectores cada vez más imagen –a menudo también Construcción y deconstrucción mo decantación última de la
amplios de la sociedad, pun- femenina, como en la España de un símbolo: nación liberal.
tualmente informados de los de Isabel II– del representante el ejemplo de ‘Blanco y Negro’ l El periodo comprendido en-
avatares del país gracias a las de la Corona, dotado de un Antes de llegar al crítico año tre 1875 y 1898 corresponde a
ilustraciones y viñetas con que rostro y un nombre fácilmente 1898, que parece marcar una lo que podríamos llamar “la
algunos periódicos caricaturi- reconocibles6; la segunda razón decisiva inflexión histórica en etapa del consenso”, en la que
zan una realidad en plena ebu- puede ser la tendencia, que se este proceso, el siglo XIX pre- con pocas excepciones todas las
llición. La matrona y el león, aprecia en una parte de la ico- senta varias etapas en la cons- ideologías en presencia (el re-
epítome de España y del pue- nografía política española del trucción del Estado-nación y publicanismo, el liberalismo
blo, respectivamente (como a siglo XIX, a identificar a la ma- de sus símbolos: conservador, el anarquismo, el
menudo se le dice a un lector trona con la Virgen María: la carlismo, el federalismo...) ha-
que está haciendo todavía el imagen de la patria era, en tales cen suyo el sintagma icónico
aprendizaje de este nuevo len- casos, como dice Álvarez Jun- 7 José Álvarez Junco, Mater dolorosa.
formado por la matrona y el
guaje simbólico), se irán con- co, “una transposición de la La idea de España en el siglo XIX, Ed. Tau- león como encarnación de una
virtiendo en figuras familiares rus, Madrid, 2001, pág. 568. idea de España ampliamente
8 Pierre Bourdieu, ‘Sur le pouvoir
a un pueblo que ve sublimadas compartida. Hasta 1898 po-
symbolique’, en Langage et pouvoir symbo-
sus esperanzas y frustraciones 6 M. Agulhon, “La représentation de lique, Éditions du Seuil, París, 2001, so- demos encontrar su imagen en
en las peripecias de estos dos la France”, op. cit., pág. 14. bre todo págs. 206-207. las páginas de los periódicos

Nº 140 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA


n
75
LA IDEA DE ESPAÑA EN LA ICONOGRAFÍA DE LA DERECHA ESPAÑOLA

ideológica y geográficamente declive en la utilización por el sobre todo en los segmentos ex- una trivialización de la idea de
más dispares, como la publica- semanario monárquico de la tremos del arco ideológico. España, despojada del carácter
ción carlista Calacuerda, la anar- iconografía nacional creada en El declive de esta iconografía épico, heroico o sacrificial, se-
quista La Tramontana, la repu- el siglo XIX. El mayor uso de la se verá compensado, en parte, gún los casos, que tuvo en el si-
blicana La Campana de Gracia alegoría coincide con dos años, por la lenta aparición de otras glo XIX y, por otro, hacia una
–estas dos últimas editadas en 1894 y 1898, en que el proble- figuras que servirán para repre- involución simbólica que per-
Barcelona– o el semanario con- ma colonial en Marruecos y sentar a España en las viñetas y mita reafirmar ciertos valores
servador y fervientemente mo- Ultramar tuvo una especial re- tiras cómicas con las que los tradicionales –la religión, el
nárquico Blanco y Negro, funda- sonancia en la opinión pública ilustradores de la revista aposti- Imperio, el folclore regional, la
do en 1891 por Torcuato Luca española. Se entiende que el se- llan y satirizan la actualidad na- España campesina, la Monar-
de Tena, creador unos años des- guimiento de esta cuestión por cional. No son necesariamente quía– como base de un nuevo
pués del periódico Abc. parte de los dibujantes de Blan- creaciones originales de estos patriotismo conservador. El
La trayectoria ininterrumpi- co y Negro diera un particular dibujantes, sino, más bien, des- cuadro, reproducido a conti-
da de Blanco y Negro desde su protagonismo a la popular ma- tellos de una iconografía inci- nuación, pretende inventariar
aparición hasta la guerra civil trona, utilizada a menudo co- piente que encontramos tam- este pequeño repertorio de sím-
ofrece la posibilidad de estable- mo personaje principal en esce- bién de vez en cuando en me- bolos y contextualizarlo históri-
cer una serie completa del uso nas de la actualidad presentadas dios ideológicamente muy camente.
de la matrona y el león, o de con una clara intención patrió- alejados de Blanco y Negro. Esta Sobre esta iconografía emer-
otra iconografía nacional alter- tica y moralizante. El efecto re- renovación del lenguaje icono- gente conviene precisar algunas
nativa, y descubrir posibles mo- vulsivo de las guerras coloniales gráfico del nacionalismo espa- cosas. En primer lugar, que no
mentos y factores de continui- será subrayado oportunamente ñol apunta, por un lado, hacia es privativa de los dibujantes de
dad y ruptura relacionados con por un redactor del semanario
el contexto general del país9. en un artículo, ilustrado por la Símbolos y alegorías de España en Blanco y Negro
Pues bien, el vaciado entre matrona con todos sus acceso- Imagen Descripción Función
1891 y 1936 del abundante rios –corona almenada, león al- Juan Español/Juan Pueblo Caracterizado como baturro Trasunto de la España
material gráfico del semanario tivo, bandera de España...–, (cachirulo, faja, calzón corto, regional y campesina,
–sobre todo de las tiras y viñe- que lleva por título ‘La guerra etcétera) o como andaluz depositaria de la
(sombrero cordobés, autenticidad nacional
tas cómicas semanales de los di- del moro’ y en el que se afirma chaquetilla, etcétera). frente al separatismo, la
bujantes de la casa, como Cilla, que, gracias a la guerra, “volvió la revolución, política y,
Sileno y Xaudaró– arroja el si- a ser la España valiente, decidi- en general, la España
urbana. A veces este
guiente resultado: en los ocho da y legendaria, en que no hay
personaje es identificado
años que van desde la funda- más colores que los nacionales”. como “El País”.
ción del semanario en 1891 Su conclusión no puede ser Mujer folclórica/ Mantilla y/o atavío Puede considerarse la
hasta la crisis de 1898, las pági- más rotunda ni, desde la óptica Mujer castiza a la andaluza. versión femenina de
nas de Blanco y Negro contie- de un patriotismo conservador, “Juan Español”: vuelta a
nen doce veces la alegoría de más acertada: “Si no existiese la lo regional y folclórico.
Tiene algo de
España representada por la ma- ofensa de Melilla, habría que trivialización de la idea de
trona, mientras que en los inventarla”10. Es significativo, España y de
treinta y ocho años siguientes, sin embargo, que las grandes “deconstrucción” de la
matrona tradicional.
hasta la guerra civil, sólo apare- crisis coloniales de principios Su notoria falta de
ce en seis ocasiones. La diferen- del siglo XX –1909 y 1921– no emotividad puede marcar
cia es aún mayor si tenemos en se tradujeran en un mayor uso la transición de una idea
matriarcal de España
cuenta que a lo largo de estos de la matrona por parte de los (la matrona) a otra
años la revista llega a multipli- dibujantes de Blanco y Negro. patriarcal (el futuro
car casi por diez su extensión Una prueba más, probable- Caudillo).
inicial. El año 1898 marca, por mente, de que el Desastre del Otras figuras femeninas Figuras religiosas (vírgenes) Reivindicación de la
tanto, el comienzo de un lento 98, al poner en crisis la idea de o históricas (Isabel España imperial y católica.
España construida a lo largo la Católica).

del siglo XIX, había mermado Mapa de España Sobre el mapa o en torno a Sirve como palestra de la
9Conviene tener en cuenta, no obs- él podemos encontrar todo lucha política y, sobre todo,
en igual medida el prestigio y el
tante, que la revista tiene en principio tipo de personajes y para dar dramatismo
una evidente función evasiva, que marca
valor de la matrona, por lo me- situaciones de la vida política. al peligro separatista
claramente sus contenidos, sus temas y nos entre los dibujantes del se- En una ocasión, el texto lo (mapa desgarrado
sus secciones: la vida social, la familia manario monárquico, aunque equipara con la piel de toro. por sus enemigos).
real, el deporte, el veraneo, la mujer y el
mundo del espectáculo, principalmente.
todo indica que se trata de un Bandera bicolor Inicialmente, acompaña a la Identificación entre
fenómeno bastante generaliza- matrona o al Ejército; con el España, 1. y la
De esta especie de inopia política sale tiempo, va ganando Monarquía, 2. y su
siempre que la actualidad lo reclama, do que hay que atribuir a la autonomía y en los años historia, 3. y el Ejército.
por ejemplo, durante las guerras colo- ruptura del consenso social so- veinte constituye un símbolo
niales, la I Guerra Mundial, la crisis de en sí misma.
1917 o II República. Es sobre todo en bre la nación y sus símbolos,
estas ocasiones cuando el semanario se Escudo de España Escudo oficial con las Reivindicación de la
muestra políticamente beligerante, tanto columnas de Hércules y, España eterna: religión,
en los artículos de opinión como en sus a veces, águila de Patmos Monarquía, Imperio.
10 ‘La guerra del moro’, en Blanco y
reportajes gráficos o en las tiras y viñetas y toisón.
cómicas sobre la actualidad. Negro (en adelante, ByN), 21-10-1893.

76 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 140 n


JUAN FRANCISCO FUENTES

Blanco y Negro, ni siquiera de pecto a las ideologías en pre- la incongruencia que parece tido al conjunto y que resulta
las publicaciones conservado- sencia, en un proceso muy len- existir entre ella y la ideología sobradamente justificada por
ras. El mapa de España, que, to y plagado de solapamientos habitual del semanario y que los demás elementos de la com-
significativamente, acabará que seguramente no concluye viene a demostrar la fuerte ad- posición: la túnica clásica se ha
siendo la alegoría más utilizada hasta la guerra civil. Algunos herencia de los símbolos al te- convertido en un ampuloso
por la derecha, llegará a ser ha- ejemplos permitirán entender rreno de las mentalidades y su vestido del Siglo de Oro; sobre
bitual en periódicos y revistas un poco mejor la naturaleza de capacidad para resistirse a un el pecho cuelga el toisón de
de toda significación política este proceso. La ilustración que cambio que, en todo caso, se oro; el contorno superpuesto
desde mediados del siglo XIX, en mayo de 1908 encabeza el produce con más lentitud en la de Europa y América evoca el
probablemente por su especial artículo de Blanco y Negro ‘Con simbología que en el discurso carácter transoceánico del viejo
utilidad para convertirse en es- motivo del centenario. Un re- político. De la misma forma Imperio y todo ello descansa
pacio escénico en que represen- cuerdo de Víctor Hugo’, mues- que el republicanismo tardará sobre las columnas de Hércu-
tar la actualidad nacional. Por tra todavía la fuerte inercia de en desprenderse de la bandera les, engalanadas con unas cintas
su parte, la bandera bicolor la iconografía liberal del siglo bicolor, adherida a él por la en que se lee “Plus Ultra”. Al
aparece todavía a principios del XIX12. La reconciliación entre fuerte emotividad patriótica fondo de la imagen, tras la fi-
siglo XX en medios muy próxi- España y Francia –“dos nacio- que acompaña a este símbolo, a gura femenina, se encuentra el
mos al republicanismo 11 . El nes que se estiman y se consi- la iconografía nacionalista de águila de Patmos con las alas
casticismo en el atavío de la deran como leales amigas y sin- una derecha progresivamente desplegadas, un icono que poco
mujer o, incluso, del león será ceras aliadas”– al cumplirse decantada hacia posiciones an- a poco se irá haciendo un hue-
frecuente en las ilustraciones de cien años del comienzo de la tiliberales le llevará su tiempo co en la iconografía nacionalis-
Luis Bagaría para España, revis- Guerra de la Independencia romper con el lenguaje simbó- ta de la derecha española hasta
ta de inequívocos principios li- nos presenta a los dos países lico creado por el liberalismo ser oficializado como parte del
berales y progresistas dirigida encarnados en sus respectivas durante el siglo XIX. escudo franquista en un decre-
sucesivamente por Ortega y matronas: la francesa con sus Un buen ejemplo del inten- to del 9 de febrero de 193814.
Gasset, Luis Araquistáin y Ma- clásicos atributos –el gorro fri- to de adaptación de la derecha Pero la deconstrucción de la
nuel Azaña. Lo mismo ocurre gio, el gallo, el escudo de la Re- española a sus nuevas necesida- iconografía del siglo anterior y
con la figura de Juan Español o pública– y unas chimeneas hu- des históricas –la construcción su sustitución por una nueva,
Juan Pueblo, un icono de gran meantes al fondo recordando de una alternativa autoritaria al depurada de toda reminiscencia
popularidad e inagotable poli- su actual pujanza industrial; régimen parlamentario y a la liberal, no se hace sin vacilacio-
semia (habitual también en las España, con el león a sus pies, tradición liberal– lo encontra- nes ni retrocesos. La matrona,
páginas de España), que sirve, la corona almenada, una rama mos en el dibujo, publicado en al más puro estilo decimonóni-
en general, para encarnar los de olivo en la mano izquierda, un número de mayo de 1911, co, reaparece en la portada del
sentimientos y valores más ge- el escudo coronado de Castilla que enmarca el poema ‘Antes primer número de 1917 rom-
nuinamente populares (el senti- y León y, no lejos, un cañón España muerta que viva y sin piendo las cadenas de la “Igno-
do común, la honradez, a veces evocador de las pasadas discor- honor’, del “notable poeta me- rancia” y la “Envidia”; y poco
el fatalismo) frente a la falsedad dias con Francia. Por lo demás, jicano M. Barrero Argüelles”13. después, en un registro menos
y la corrupción de la vida polí- las dos mujeres tienen la misma El autor de la ilustración es, solemne, “Doña España”, vesti-
tica, sobre todo en la Restaura- figura, la misma túnica, la mis- probablemente, Eulogio Varela, da a la moderna, pero con su
ción (de ahí la “transversalidad” ma expresión serena y apacible un dibujante con inclinaciones corona almenada en la cabeza,
ideológica de esta figura). y el mismo peinado, aunque prerrafaelistas un tanto tardías contempla impávida un sub-
El cuadro anterior muestra, tocado por una corona y por que colabora asiduamente en marino en una viñeta de La Se-
en todo caso, el realineamiento un gorro frigio en uno y otro Blanco y Negro. Su dibujo nos mana Cómica 15 . Aunque su
del lenguaje iconográfico res- caso: se diría que son hermanas muestra un empalagoso híbrido imagen hubiera sufrido una
gemelas hijas de una misma ci- entre la simbología decimonó- evidente metamorfosis, la ma-
vilización. No es, probable- nica y el revival imperialista trona era un personaje dema-
mente, una imagen muy repre- que empieza a seducir a la dere- siado popular como para que
11 Véase, por ejemplo, la aparatosa
sentativa de la idea de España cha más rancia. De lo primero los dibujantes renunciaran de
ilustración a todo color que figura en la
portada del libro de V. Blasco Ibáñez y F. del semanario Blanco y Negro, se conserva la mujer joven con repente a utilizar sus enormes
Pi y Margall Historia de la Revolución Es- más proclive a dar un toque corona almenada (ligeramente posibilidades expresivas en lo
pañola, Estadella, Barcelona, 1910, en la folclórico y tradicional a los es- disimulada por una corona de trágico o en lo cómico. La
que los símbolos republicanos que acom-
pañan a la matrona y al león (el gorro fri- tereotipos nacionales y a ofrecer laurel), el escudo de Castilla y cuestión marroquí da lugar, en
gio y las fechas de la Revolución de Sep- una visión menos idílica de las León en sus ropajes y el león junio de 1914, a una viñeta de
tiembre y de la proclamación de la I Re- relaciones con un país tradicio- que figura a su lado (aunque Sileno en que figuran tres per-
pública) coinciden, en una curiosa
amalgama, con los colores de la bandera
nalmente enemigo como Fran- el león parece tomado de la sonajes, que el propio dibujan-
nacional ilustrando el título y con una cia, con toda esa tradición laica estereotipada iconografía herál- te identifica con una inscrip-
bandera del mismo signo colocada sobre y republicana que la ilustración dica). Que no se trata de una ción: el “País” caracterizado co-
las piernas de la matrona, calzada con las refleja sin ninguna hostilidad. alegoría de la nación, sino del
clásicas sandalias y ataviada con un corpi-
ño morado, una capa roja por fuera y El valor paradigmático de esta Imperio, lo demuestra la ins-
14
blanca por dentro, el escudo de los cuatro imagen radica precisamente en cripción “Pro Raza” que da sen- Reproduce el decreto Antonio Mª
reinos en el pecho, una espada en la mano Puelles en su libro Símbolos nacionales de
derecha y la izquierda en un libro (su- España, Madrid-Cádiz, 1941, págs. 151-
puestamente la Constitución) sobre el 152.
12 ByN, 2-5-1908, pág. 17. 13 ByN, 14-5-1911, pág. 38. 15 ByN, 1-1-1917 y 25-3-1917.
que, a su vez, reposa el gorro frigio.

Nº 140 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA


n
77
LA IDEA DE ESPAÑA EN LA ICONOGRAFÍA DE LA DERECHA ESPAÑOLA

mo un tosco baturro; una mu- progresivamente abandonada león y, en el cartel gaditano, el el dibujo ‘Xente d’Uvieu’ lo
jer, en cuyo vestido figura la por la derecha política y perio- libro de la Constitución. protagoniza un grupo de rústi-
palabra “España”, vestida y pei- dística más conservadora y más En todo caso, conviene su- cos gaiteros, uno de ellos ador-
nada a la andaluza, que le da el beligerante. Prueba de ello es la brayar el desfase que existe en- nado con una banda con los
pecho a un bebé de tez negra y presencia de la figura femenina, tre la simbología oficial, más colores nacionales 24, un ele-
embutido en una especie de más o menos identificable con solemne, más historiada y más mento presente también en la
chilaba, en la que leemos “Ma- la matrona clásica, en monu- renuente al cambio, y las alego- plaza de toros que sirve de mar-
rruecos”. El texto se reduce a la mentos conmemorativos erigi- rías de España surgidas en la co a la escena ‘Verano. La fiesta
punzante observación que “el dos en el primer cuarto del si- prensa en el día a día de la vida del pueblo’25; la portada que
tío Pueblo” le hace a “la madre glo XX, como los dedicados a nacional. La primera evolucio- lleva por título ‘La España de
España”: “Me parece que como los “Soldados y marinos muer- na más despacio, en parte por- Carmen’ abunda, como no po-
no le quite usted el pecho se va tos en Cuba y Filipinas” que su carácter institucional la día ser menos, en el tipismo
usted a quedar sin gota de san- (1908), al capitán de navío Fer- hace incompatible con ciertas más estereotipado26, lo mismo
gre”16. El mismo dibujante se nando Villamil (1911), a “Las expresiones demasiado belige- que el poema ‘Mantilla españo-
sirve en otras ocasiones del ma- Cortes y Sitio de Cádiz” rantes o desenfadadas de la idea la’27. Su autora, Amelia Ramos,
pa y del escudo de España para (1912), al general Vara del Rey de España y la obliga a mante- había publicado poco antes
instruir al público sobre los pe- (1901) o al rey Alfonso XII nerse fiel a viejos clichés. Los unos sentidos versos a ‘La Ban-
ligros de la huelga general revo- (1902–1922) 18 . Lo mismo años de la dictadura de Primo dera’28, tema central, asimismo,
lucionaria y del separatismo ca- puede decirse de otras manifes- de Rivera registran, sin embar- de otro texto de esta época titu-
talanista, personificado en la taciones plásticas del patriotis- go, un auge sin precedentes de lado “España y Marquina. Le-
torva figura de Cambó17. mo oficial, como el cartel edita- un nacionalismo de masas (re- tra para el himno nacional”29.
Buscar una dirección lineal y do por el Ayuntamiento de cuérdese la importancia que ad- Pero tal vez la mejor prueba del
unívoca en este proceso sería, Madrid con motivo de la jura quirió la selección española de chovinismo un poco ingenuo
como se ve, forzar demasiado la de Alfonso XIII en 1902, el fútbol) que dejó una notable creado por la Dictadura sean
realidad. Se trata más bien de cartel conmemorativo del cen- impronta en el ámbito de los algunos anuncios de marcas co-
un magma en movimiento, for- tenario de las Cortes de Cá- símbolos y estereotipos nacio- merciales difundidos por la
mado por materiales diversos diz19 o algunos de los dibujos nales. Una publicación como prensa, como el de la ‘Pasta
(símbolos, mitos y estereoti- presentados en 1926 al concur- Blanco y Negro no podía dejar Deus’, que incluye una bande-
pos), que desciende lenta y pe- so de carteles para la Exposi- de ser sensible a ese nacionalis- rita nacional y hace un ostensi-
sadamente por el amplio cauce ción Universal de Barcelona, ya mo ambiental favorecido por el ble guiño a la perspicacia pa-
que le marcan los aconteci- sea el de Pérez Durias (matro- régimen de Primo de Rivera. triótica del público: “Sola-
mientos históricos. Ahora bien, na, león y escudo de Barcelona) Poco después de la instauración mente tiene un defecto: ¡Es
la apariencia aleatoria que pue- o el de Rafael Penagos (mujer de la dictadura, el semanario Española!”. Una bandera al
de tener en algún momento ese de apariencia medieval con es- monárquico cubría su portada viento sobre la bola del mundo
proceso, con sus bifurcaciones, pada, corona, león y escudo de con una exuberante versión del da prestancia también al anun-
remolinos y meandros, no im- Barcelona), que a la postre fue escudo de España, completado cio de la marca de pasta dentí-
pide que se reconozcan ciertas el ganador del certamen 20 . con los escudos de todas las frica Perborol, un producto del
tendencias significativas. Así, Cierto que en esta simbología provincias, dos coronas y un que, en grandes caracteres, se
los fragmentos de un imagina- oficial se aprecia ya una clara águila bicéfala21. El dibujo que, dice “¡¡Es español!!”, aunque,
rio en formación que discurren desnaturalización del modelo tres semanas después, ilustra el para evitar malentendidos, se
por la superficie, y que pode- original: el armiño que cubre a poema ‘Fraternidad. España. puntualiza: “Pero es conocido y
mos identificar con las imáge- la figura femenina en los dos América’ combina el tema de la apreciado en todo el mundo”.
nes utilizadas por los dibujantes primeros ejemplos citados, la hispanidad, tan del gusto de la El reclamo del agua de colonia
de Blanco y Negro, avanzan de serenidad del rostro y la desa- retórica primorriverista, con la ‘Jardines de España’ es la irre-
forma más rápida y desordena- parición de la corona almenada exaltación de la España sencilla sistible promesa de que “se
da que el material pesado cons- suponen un evidente desplaza- y provinciana, representada por transportará usted a un jardín
tituido por los símbolos e imá- miento hacia el universo sim- un campesino en traje regional español”30.
genes de la iconografía oficial, bólico de la Monarquía en de- de faena22. Otras ilustraciones
fruto de un largo proceso de se- trimento de la iconografía pri- nos anuncian una sólida alianza La II República:
dimentación histórica. Para de- migenia de la nación liberal, a simbólica, llamada a tener larga Un irreversible giro simbólico
cirlo claramente, hasta la caída la que no obstante remiten el vida, entre un nacionalismo El cambio político inaugurado
de la Monarquía de Alfonso muy focalizado en la bandera el 14 de abril de 1931 abrió
XIII son numerosos los ejem- bicolor y una concepción abier- un prolongado paréntesis en
plos que muestran la perviven- 18 Carlos Reyero, La escultura conme- tamente folclórica de España:
cia, en la práctica simbólica de morativa en España. La edad de oro del la portada titulada literalmente
23 ByN, 4-11-1928.
las instituciones, de una icono- monumento público, 1820-1914, Cátedra, ‘Españolada’ muestra a una
Madrid, 1999, págs. 118-120 y passim. 24 ByN, 19-8-1928.
grafía heredada del siglo XIX 19 Éste y el anterior se reproducen en mujer cargada de flores y cu- 25 ByN, 31-7-1927.
el libro de Jordi y Arnau Carulla La Gue- bierta con una larga mantilla23; 26 ByN, 5-1-1928.
rra Civil en 2000 carteles. República, Gue- 27 ByN, 5-2-1928.
rra Civil, posguerra, Postermil, Barcelona, 28 ByN, 8-1-1928.
16
ByN, 14-6-1914, pág. 45. 1997, 2 vols. (I, pág. 100). 29 ByN, 22-5-1927.
17 ByN, 3-2-1918, págs. 30, y 8-12- 20 Reproducidos en ByN, 10-10-1926, 21 ByN, 21-10-1923. 30 Reproducidos en ByN, 6-7-1924,
1918, pág. 14. con comentarios de Luis de Galinsoga. 22 ByN, 11-11-1923. 4-7-1926 y 5-8-1928.

78 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 140


n
JUAN FRANCISCO FUENTES

la construcción de un nacio- última instancia al liberalismo


nalismo identitario y casticis- y convertida, a partir de 1931,
ta, explícitamente deudor de en la “imagen de marca” de
la “españolada” más rancia y un régimen hostil. Si las remi-
previsible. Si acaso, la época niscencias liberales de esta
de Primo de Rivera dejó para simbología ya habían provoca-
la posteridad alguna aporta- do el despego de una derecha
ción novedosa en el terreno de cada vez más autoritaria, la
ese nacionalismo, hechura del identificación con la Repúbli-
propio dictador, fuertemente ca hizo imposible la recompo-
impregnado de los valores de sición de un cierto consenso
la masculinidad y de la raza, simbólico en torno a la idea
como el mito futbolístico de de España. Quedaba por ver,
la “furia española”. El contex- sin embargo, cómo se susti-
to de los años treinta requería tuía el viejo, y otrora útil, sin-
un discurso mucho más mili- tagma iconográfico formado
tante y agresivo, dotado de por la matrona y el león. Aun-
inequívocas referencias histó- que la transición iniciada en
ricas e ideológicas. La dura torno a 1898 no concluyó
confrontación política de la hasta la guerra civil, se puede
etapa republicana llevó, pues, decir que en los años treinta la
a la derecha a desarrollar un derecha adoptó definitiva-
nuevo tipo de nacionalismo, mente el mapa de España co-
puesto al servicio directo de mo principal epítome de la
un movimiento político y nación, sin que ello excluya
concebido como instrumento del todo otras imágenes ya co-
de movilización de las masas nocidas, como Juan Español
conservadoras, con una efica- (ByN, 29-9-1935), Isabel la
cia sólo comparable a la del Católica o el escudo con el
catolicismo. águila de Patmos (ambos en
Los años de la II República ByN, 31-12-1933), cada cual
supusieron una drástica pola- en su registro.
rización derecha/izquierda de Otros soportes de la propa-
la simbología nacional: bande- ganda antirrepublicana son si
ra, himno, alegorías, héroes cabe más ilustrativos de este
nacionales, conmemoracio- fenómeno que Blanco y Negro.
nes... El nuevo régimen repu- Así, en la revista satírica Gra-
blicanizó definitivamente a la cia y Justicia, publicada por
matrona y al león al envolver- Editorial Católica, podemos
los en la bandera tricolor y re- encontrar todavía algún vesti-
producir su imagen hasta la gio de la matrona con la coro-
saciedad en monedas, billetes, na almenada, pero en una
sellos y carteles, como símbo- proporción muy inferior al
los de la patria republicana31. mapa de España, que aparece
Esta circunstancia consumó en nueve viñetas, por tres la
un proceso que, como hemos matrona. El uso recurrente de
visto, venía de tiempo atrás: el la imagen de Juan Español o
progresivo alejamiento de la Juan Pueblo puede interpre-
derecha española de una ico- tarse como una apelación al
nografía nacional asociada en sano instinto popular frente a
la podredumbre republicana y
a los peligros que acechan a la
31 Discrepo de la afirmación de Pa-
patria; y, al mismo tiempo,
mela Radcliff de que “la República, en
como un síntoma de la ten-
términos simbólicos, emitía una señal dencia a la masculinización de
identificadora muy débil”, y, en general, los grandes símbolos de masas
de la tesis de su estudio ‘La representa-
ción de la nación. El conflicto en torno a
que parece registrarse en la
la identidad nacional y las prácticas sim- Europa de entreguerras, fasci-
bólicas en la Segunda República’, en R. nada por la fuerza bruta de los
Cruz y M. Pérez Ledesma (eds.), Cultura jóvenes y los trabajadores y
y movilización en la España contemporá-
nea, Alianza Editorial, Madrid, 1997, por el poder catártico de la
págs. 305-325 (la cita en pág. 313). violencia32. Por lo demás, al-

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79
LA IDEA DE ESPAÑA EN LA ICONOGRAFÍA DE LA DERECHA ESPAÑOLA

gunos carteles electorales de la texto de la ‘Oración a España’– blemático. botas de montar y la corona al-
CEDA en 193633 y de propa- o a su alrededor: una gran ban- Se comprenderá, para termi- menada, por una boina reque-
ganda franquista durante la dera bicolor, un grupo de com- nar, que no comparta la afirma- té. Queda, como no podía ser
guerra civil confirman la aplas- batientes a un lado, Jesucristo ción de Stéphane Michonneau menos, la gran bandera bicolor
tante hegemonía del mapa so- en la parte superior y a su dies- en su, por otra parte, magnífico que envuelve parcialmente el
bre cualquier otra representa- tra un retrato de Franco34. En libro Barcelona: Memòria i cuerpo de Franco, cuya figura
ción gráfica de España, hecha su propia irrelevancia, el mapa identitat, cuando asegura que se enmarca en un agreste paisa-
la salvedad de la bandera, que ofrecía, pues, la posibilidad de “fou la dreta la que aconseguí je español de notorias reminis-
cumple otro cometido. Todo lo articular un consenso simbóli- de feminitzar la imatge d’Es- cencias noventayochistas. La
contrario ocurre en el bando co entre las distintas “sensibili- panya” 36 . Mi conclusión es apropiación de los símbolos na-
republicano, en que la matrona dades” de la España nacional: exactamente la contraria: la de- cionales por el régimen, de la
constituye una referencia sim- la Monarquía, el Ejército, la recha española acabó con el tra- que el retrato de Zuloaga es só-
bólica omnipresente en la pro- Falange y el catolicismo, con la dicional ginemorfismo de la lo una muestra, no podía dejar
paganda del Frente Popular, no imagen del caudillo como en- idea de España, viejo trasunto de tener consecuencias para el
sólo en el material producido carnación y compendio de to- de la Monarquía que el libera- futuro.
por los órganos centrales del do ello. Un repaso sumario a la lismo convirtió en símbolo de Ocurrió, en efecto, que
Estado republicano o de los iconografía franquista, esparci- la nación liberal y la izquierda cuando desapareció el franquis-
grandes partidos, sino incluso da por las ilustraciones de los consagró como imagen de la mo la asociación entre la idea
en el de los comités locales y los manuales de enseñanza prima- República, en un curioso caso de España y la imagen de la
ayuntamientos; por ejemplo, ria, los sellos de correos o los de multitravestismo político- matrona y el león se había
en las alegorías que ilustran el carteles de propaganda –por simbólico. El lugar de la ma- borrado definitivamente de la
papel moneda puesto en circu- ejemplo, de los referendos de trona pasó a ser ocupado por memoria colectiva, incluida la
lación en pueblos y comarcas 1947 y 196635–, confirma el una mera y anodina referencia de los dibujantes de la prensa
durante la guerra. protagonismo que el régimen cartográfica (que a veces inclu- española, que utilizarán mayo-
No deja de ser curioso que la concedió al mapa como ele- ye las posesiones españolas en ritariamente el mapa como re-
derecha española, que hizo de mento básico de representa- África), acompañada a menudo presentación gráfica de España
la nación el eje fundamental de ción de España, culminando de imágenes religiosas, alegóri- en sus apostillas humorísticas a
su discurso movilizador y auto- así la búsqueda emprendida cas o masculinas, como el retra- la actualidad nacional. La desa-
legitimador, recurriera para re- tiempo atrás por la derecha tra- to de Franco, mientras el león, parición bajo el régimen de
presentarla a una imagen tan dicional de una alternativa disociado de su vieja compañe- Franco de la vieja iconografía
fría y trivial como el mapa de simbólica a la idea de nación ra, sobrevivía en un espacio del nacionalismo decimonóni-
España. Esta suerte de vacío fraguada por el liberalismo. marginal de la iconografía fran- co supondrá algo más que la
simbólico tenía, sin embargo, Probablemente no sea casuali- quista como evocación del im- pérdida irreversible de una par-
sus ventajas, como se observa dad que en la película Raza, perio y de las gestas guerreras te del capital simbólico acumu-
en un cartel de la guerra civil basada, como es bien sabido, del pueblo español. Claro que, lado a lo largo del siglo XIX: su-
titulado ‘Oración a España’, en en un guión escrito por Fran- igual que el liberalismo había pondrá también, probablemen-
el que la pobreza plástica y nula co, la palabra “nación” se utilice “nacionalizado” los símbolos de te, la liquidación definitiva de
emotividad del mapa que ocu- una sola vez (frente a diecisiete la Monarquía, el franquismo una cierta idea de España acu-
pa buena parte de la imagen se veces “España” y siete “patria”) podía darles la vuelta y adaptar- ñada por el liberalismo. n
ven compensadas con creces y se ponga en boca de un dipu- los a la nueva situación. Es el
por otros elementos iconográfi- tado, sin duda liberal, que abo- caso del retrato de Franco, de [Este trabajo se enmarca en el proyec-
cos situados en su interior –el gaba en las Cortes de la Restau- cuerpo entero, pintado por Ig- to de investigación, del que soy direc-
tor, titulado Iconografía de la idea de
ración por el abandono de Cu- nacio Zuloaga poco después de España en la época contemporánea.
ba. No se trata, claro está, de la guerra civil, delirante pasti- Nuevas bases metodológicas y documen-
32 La cuestión de la posible masculini- una elección léxica premedita- che concebido a partir de la tales para el estudio del nacionalismo es-
zación de la simbología política y social da, sino más bien de un signifi- sustitución, uno por uno, de pañol (Proyecto Complutense
en las primeras décadas del siglo XX mere- PR78–02/ 10941). Una primera ver-
cativo acto fallido, que muestra los tradicionales elementos de
cería capítulo aparte. Remito al artículo sión de este texto se presentó como
de Eric Hobsbawm ‘Man and Woman: cómo a los ojos de Franco y, en la simbología nacional, conser-
ponencia en el coloquio Institutions et
Images on the Left’, recogido en el libro general, de la derecha española vando el sentido general de la représentations du politique en Europe
Uncommon People. Resistance, Rebellion había voces, conceptos y sím- composición: donde estaba la méridionale, Université Blaise Pascal,
and Jazz, Weidenfeld & Nicolson, Lon-
dres, 1998, págs. 94-111; al libro de Ge- bolos fatalmente contaminados matrona, aparece el caudillo; Clermont-Ferrand, marzo de 2003].
orge L. Mosse La imagen del hombre. La por el liberalismo y cuyo encaje donde había una túnica greco-
creación de la moderna masculinidad, Ta- en la España nacida el 18 de ju- rromana, encontramos una ca-
lasa Ediciones, Madrid, 2000, sobre todo
el cap. titulado ‘Guerreros y socialistas’,
lio de 1936 resultaba muy pro- misa falangista y unos pantalo-
págs. 126-155; del mismo autor Le guerre nes militares; las sandalias son
mondiali. Dalla tragedia al mito dei cadu- sustituidas por unas lustrosas
ti, Laterza, Roma-Bari, 1998, y, para el
caso español, al art. de Mª Antonia Fer- 34 Cartel reproducido en La Guerra
nández ‘La revolución social en imágenes. Civil en 2000 carteles, op. cit., II, pág. 547. Juan Francisco Fuentes es profesor
Iconografía de la prensa anarquista y so- 35 Ibíd., II, pág. 622 (aunque en uno
36 de Historia Contemporánea en la Fa-
cialista española (1880-1920)’ (inédito). de estos carteles, del referéndum de 1947, S. Michonneau, Barcelona: memò-
33 Véanse ejemplos de ello en el libro reaparece la figura femenina, una especie ria i identitat. Monuments, conmemora- cultad de Ciencias de la Información
La Guerra Civil en 2000 carteles, op. cit., de Victoria de Samotracia portando la cions i mites, Eumo Editorial, Vic, 2002, de la Universidad Complutense.
I, págs. 145 (núms. 406 y 409). bandera bicolor). pág. 349.

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ARTES PLÁSTICAS

LA ‘MARILYN’ DE WARHOL,
LA CRISIS DE HOY MISMO
LUIS ANTONIO DE VILLENA

Respuesta en contradicciones pura expresión del arte pop. Y su


En uno de sus libros memorísticos, innovador sentido del color”. In-
nunca exentos de cotillería dorada, novador, creo, porque el color re-
Maestros sagrados, sagrados mons- dobla, subraya el significado de la
truos (2001), John Richardson ha- fotografía pintada. Todo es rojo en
bla en un capítulo de Warhol: los labios. Una mancha roja. Verde
Warhol en casa1. Nos cuenta ahí pistacho es la sombra enorme de
que el mundano no era tan mun- los ojos. Todo, casi todo, sombra
dano, que fue esencialmente frígi- verde. Y todo es rubio chillón en el
do, y que nunca dejó de ser católi- pelo. Dorado rubio amarillo li-
co (por influjo de su madre, Julia món. Todo rubio. Lo nuevo es el
Warhola) aunque contemplase, escopetón del color fácil al servicio
aparentemente impasible, todos de un ídolo (Marilyn) fácil tam-
los abismos y aún, aparentemente, bién, al parecer. ¿Una impenetra-
los propiciara. Déjenme confesar ble máscara de colores luminosos?
una pequeña vanidad. Me gusta ¿O no hay nada que penetrar, y
que la impresión de Richardson, Warhol lo sabe? ¿Nada tras la más-
que trató mucho a Warhol, coin- cara? ¿La mirada pop –ese gusto
cida con la mía, que apenas le vi aparente por lo plano– es la mira-
un par de ratos cuando vino a Ma- Andy Warhol
da de la modernidad, de la que to-
drid –enero de 1983– a inaugurar dos vamos a disfrutar? ¿O nos ad-
su exposición en la entonces míti- murió en 1987– escribir sobre Monroe era ya un mito y Warhol vierte de un peligro, incluso de
ca galería Vijande. Warhol pare- Andy Warhol es, ante todo, pro- –al borde del disparo de la ultra- un Apocalipsis, ese personaje que
cía llevar un peluquín caído al azar poner preguntas que van a quedar feminista Solanas– se preparaba el puede parecer un clown –hablo del
sobre su propio pelo (Richardson sin resolver, o que admitirán con- camino propio... propio Warhol– o el iluminado
habla de sus “incontables postizos testaciones duales. Pluralidades ca- Latas de sopa, facturas, cajas de yurodivyi de los rusos, payaso pero
capilares en grisalla”) y semejaba si por necesidad contradictorias. jugos o de palomitas, ídolos de la de Dios, y profeta, por tanto?
tímido, casi mudo y un tanto co- Aunque en los años sesenta cultura de masas. ¿Qué buscaba Andy Warhol ha pasado a la
mo ajeno... Richardson habla de –los grandes años de Warhol, los Warhol, qué quiso retratar bajo su posteridad no sólo como pintor,
“un mutismo propio de Harpo que edifican su mito moderno– a parasol de Papa del pop? Un mun- si no como cineasta experimental
Marx”, al tiempo que le acerca Warhol le interesaron diversos ico- do superficial –brillantemente su- además y aún (y no es poco im-
(por su origen eslavo) al fenómeno nos populares, los tres principales perficial– donde todo se abarataba, portante) como alentador y pro-
ruso del yurodivyi (el santo idiota), fueron Elvis, Jackie y Marilyn... en cualquier sentido, sin perder tector de todo tipo de moderni-
una ingenuidad semidivina, como Esta última (en sus diversos retra- glamour. ¿Un todo para todos? dades atrevidas. La Factory no só-
la que según otros alcanzó final- tos) resultó –ha resultado– la más ¿Una fácil –barata– felicidad? Mi- lo era una factoría –es decir, un
mente a Nijinsky. ¿O ese aire de emblemática. La primera Marilyn remos el retrato de Marilyn (1967) lugar donde podría producirse ar-
santo idiota –que no era idiota– Monroe multiplicada –20 imáge- que está en el Museo de Arte Mo- te para el consumo, arte indus-
provenía de su aludida frigidez? nes, acrílico y serigrafía pintada– derno de Nueva York. Es la diva, trial– sino un laboratorio que vol-
¿Era Warhol un apasionado de la es de 1962, y el cuadro parece re- sí. La ya mítica rubia, claro, pero vía ese consumo, al menos al prin-
vida, pero incapaz de imbricarse alizado, como los labios de la es- redoblada por el color, intensifica- cipio (que es cuando le interesaba
en ella? ¿Está ahí el secreto de su trella, Marilyn Monroe’s Lips, muy da por la fácil significación del co- a Warhol) el referente de una mi-
modernidad? ¿De esos cuadros que poco después de su suicidio. Su lorido. También lo sugiere John noría radical y exquisita, el radical
quieren ser iconos y también do- Marilyn más arquetípica (y quizá Richardson: “Su mejor obra es la chic o izquierda exquisita, como la
cumentos? final) con los colores vivos, pode- bautizó Tom Wolfe. Todo eso está
Creo que todavía –pese a que rosos, ingenuos, es de 19672. ya en el icono de Marilyn, precisa-
Gidal. Studio Vista/Dutton Pictureback, Lon- mente porque se trataba de ella.
don/Nueva York, 1971. La gran biografía es Una imagen pop y una nostalgia
la de Victor Bockis –gran estudioso del Nue- refinada, es el camp que puede
1 Cfr. Maestros sagrados, sagrados mons- 2 Un libro de conjunto sobre el Warhol
va York radical de ese tiempo– Andy Warhol.
truos. John Richardson. Trad. Miguel Martí- más clásico, el de los años sesenta, puede ser The biographie. (1990). Trad. Española: War- transitar también alguna de estas
nez-Lage. Alianza Editorial, Madrid, 2003. Andy Warhol. Films and paintings, de Peter hol. Arias Montano Editores. Madrid, 1991. producciones. Warhol protegió y

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81
LA “MARILYN” DE WARHOL, LA CRISIS DE HOY MISMO

prohijó al grupo más rupturista (repintadas) del star system, pero a en el viejo cristianismo de su fa- leyenda. Y esa historia tiene su ce-
del rock de fines de los sesenta: lo mejor empezamos a contemplar milia? Warhol acaso se presenta nit (en posibilidad interpretativa)
Velvet Underground, en el que co- también (no sin falso barniz de como un personaje plano y como en el retrato de Marilyn.
menzó Lou Reed. Creó –y prote- optimismo) las primeras ruinas del un pintor plano porque tiene mie- La mirada pop exalta románti-
gió– a un pintor, algo maldito, y orbe contemporáneo que caerá do a lo que hay detrás, a lo que camente lo que todos ven y está al
muy diferente a él, Jean-Michel por haber apostado –entre otras puede adivinar detrás, él, que ade- alcance de todos. Se queda con el
Basquiat (quizá el último produc- cosas– por la caída global de los va- más vivió junto a tantos buscado- encanto del glamour superficial.
to Warhol) que murió autodes- lores. Es decir, que la frivolidad res y buscadoras del límite... El Pero el artista pop –vendido a to-
truido, a los 28 años, uno después (sin dejar de ser tal, sin abandonar pop (diríamos) descubre que la fe- dos– vive con la tribu dorada de
que su protector. Warhol tampoco su colorín risueño) se vuelve tra- licidad es muy fácil, en el instante los pocos, modernos, atrevidos y
es separable de las películas de Mo- gedia. En 1975 Andy publicó un primaveral, pero que la felicidad exquisitos. Se mueve en la élite
rrisey con Joe D’Alessandro, que él libro delicioso que habla de todo se paga bastante cara. Porque la fe- (quiere moverse en cierta élite) al
patrocinaba. Ni de los travestis que esto, un libro algo frígido y falsa- licidad es un producto –a muchí- tiempo que su consumismo, su
alentó en sus inicios, ni de los gua- mente ingenuo: Mi filosofía de A a simos niveles– degradante. La fri- apetito clónico, su falso anhelo
pos que retrataba su revista Inter- B y de B a A3. Allí hay frases tan ra- volidad moderna (Marilyn) aboca mental de baratura va consiguien-
view un canon, muchos años, de la dicalmente modernas (y que aún a la tragedia moderna (Marylyn), al do –o ayudando a conseguir– que
modernidad –ni de sus noches–, a lo siguen siendo) como: “Piensa hecho insostenible de la frivolidad, todo baje y se deteriore y que la
finales de los setenta con Truman como un rico. Vístete como un porque el nada vale nada, lo abaja ausencia de valores estéticos se
Capote, en el mítico Studio 54, la pobre”. Pero también (en pleno todo. transforme (paradójicamente) en
discoteca emblema de un Nueva estilo pop) Warhol había declara- Warhol fue un moderno que ausencia también de valores rebel-
York que ya no existe: la capital de do: “Lo más hermoso de Florencia se dio cuenta de la tragedia que des. Rebelde sin camino, el artista
una cosmopolita libertad abolida. es el restaurante McDonald’s”. entrañaba –o hacia la que podía pop se estrella en un destartalado
Y he dicho que todo esto subyace Igualmente, cuando vino a Ma- caminar– la modernidad. Pero el muro de nada. El último artista
o planea al retrato de Marilyn –y a drid, Warhol sólo quiso ver del encanto de esa vida moderna, tan pop pierde lo popular y pierde el
su época– porque ante el arte de Museo del Prado las tarjetas pos- fugaz, tan intenso, tan cercano al arte, es –sólo– la televisión basura.
Warhol hay que preguntarse (más tales de los grandes lienzos. ¿Se suave es la noche de Scott Fitzge- Warhol fue un doble profeta en
preguntas): ¿se trata de un frívolo precipita la modernidad, en todas rald, le hizo guardar silencio. A su Marilyn. El del tiempo dichoso,
que pone colores y colorines al Sis- estas cosas –aquella modernidad, Warhol le dio pena (por todos divertido y aparentemente libre,
tema, o es un retratista sagaz –y en la que todavía agonizamos– ha- sus amigos) hablar de lo trágico que vendría inmediatamente des-
por ello aparentemente frío– del cia su propio desbarrancadero? que intuía en el carnaval frívolo pués. Y el del tiempo oscuro que
mundo contemporáneo? ¿Y por Andy Warhol no dejó nunca de del que gozó, siempre al borde vendría algo posterior a la frivoli-
qué no ambas cosas? procrear el mito de la superficiali- del abismo, como parte natural dad –después de la caída de los va-
En la pintura –y en el cine– de dad que proclamara Oscar Wilde. de la fiesta. lores– y que sólo dejó entrever en-
Warhol hay un testimonio: ser En una de sus Frases y filosofías pa- Más que a Wilde, Warhol se tre los colores felices y los precipi-
moderno es esto y esto es lo que ra uso de los jóvenes (1894) escribió pareció a Dalí. Alguien (Warhol) cios paradójicos... ¿Tuvo miedo el
nos gusta y nos emociona. Y hay Oscar: “Sólo las cualidades más que escribió El dinero es mi estado frívolo que pretendió ayudar a Ca-
un aleteo y un ruido de fondo en superficiales perduran. La más de ánimo debía (podía) estar cerca pote a dejar el alcohol y los barbi-
el país de los significados, de cara profunda naturaleza del hombre de Avida Dollars. túricos? ¿Miedo de la máquina de-
al espectador: ¿Vale algo lo que se descubre enseguida”4. Y War- Dalí pintó –o recreó– el rostro gradadora que él había puesto en
queda más allá de la mera crónica? hol declaró: “Si quieren saberlo to- de Mae West. ¿Fue esa su Marilyn? marcha? La sonrisa icónica de la
Marilyn Monroe –la real– fue una do sobre mí, miren la superficie Por cierto, que Salvador Dalí es Marilyn de Warhol nos presenta
mujer desdichada que acabó en el de mis cuadros. Allí está todo, no un pintor más clásico y en general el encanto de lo efímero y la tris-
suicidio, pero fue también el gla- hay nada más”. Warhol no era ni con mucha más enjundia que teza (anuncia la tristeza) de nuestro
mour mismo del reino popular de mucho menos tan wildeano como Andy Warhol, pero Dalí también actual vacío. De nuestra crisis de
Hollywood. ¿Qué nos atrae en pudiera parecer, pero de la frase sintió fascinación por los travestis, hoy mismo. Una Marilyn –como
ella? ¿El glamour que es visible y extraemos, otra vez, la esencia de creyó –o fingió creer– en el gran Warhol– doblemente profética.
real? ¿O la desdicha que conoce- un drama. ¿Marilyn –el cuadro– espíritu de la frivolidad, tuvo sus Por eso Andy Warhol fue un pin-
mos y que canta como pájaro de es Andy Warhol? Sí, porque quie- rarezas sexuales (Dalí voyeur si tor y un personaje. Y acaso el per-
allendidad, detrás de los colores re ser glamuroso, frívolo y coloris- Warhol frígido), adoró el dinero, el sonaje (¿quién lo diría?) haya sido
fulgurantes del retrato? ¿Vale algo ta, incluso ayudado por la cohorte ser moderno –aunque la moderni- el más profundo. El más futurista.
todo ese mundo contemporáneo, de guapos que solía rodearlo y dad más real de Dalí fue la de las ¿Cómo Wilde? ¿Cómo Dalí? ¿O
tan bonito pese a su baratura, tan acompañarle. Pero ¿no es Marilyn años veinte y treinta, cuarenta in- como los santos idiotas de la tradi-
lejano al gran arte, incluidos los también y además el entramado cluso–y ambos aspiraron a crear ción ruso-bizantina? Warhol, Papa
recovecos del expresionismo abs- de un drama, ante cuyo pavor un personaje (un dandi) que fuera del pop y anunciador, trompetero
tracto que el pop quiso dejar atrás? Andy se refugiaba en la caridad y tan obra de arte él mismo como (no del todo queriendo) de una
Marilyn es el testimonio de un sus cuadros. Incluso más que sus catástrofe.
tiempo, de un drama y de una tri- cuadros. Contar a Dalí –como
vialización, que afecta al drama y al 3 Cfr. Mi filosofía de A a B y de B a A. contar a Warhol– va más allá de
tiempo. Marilyn es una pequeña y Andy Warhol. Trad. Marcelo Covián. Tus- sus respectivas pinturas, y sin em-
quets Editores, Barcelona, 1993. (La primera Luis Antonio de Villlena es poeta y
dulce nada –como Jackie– que se bargo la pintura queda absoluta- ensayista. Sus últimos libros son La na-
edición Española es de 1981).
convierte en un pequeño y dulce 4Cfr. Wilde total. Luis Antonio de Ville- mente involucrada en el cuento. ve de los muchachos griegos y El bello te-
todo. Vemos en el retrato las ruinas na, Planeta, Barcelona, 2000. Warhol –como Dalí– es hoy una nebroso.

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