Sunteți pe pagina 1din 16

Derecho, legisladores, jueces y juristas ante la bioética y la deontología médica

DERECHO, LEGISLADORES, JUECES Y JURISTAS


ANTE LA BIOÉTICA Y LA DEONTOLOGÍA MÉDICA

LAW, LEGISLATORS, JUDGES, JURISTS FRONT


BIOETHICS AND MEDICAL DEONTOLOGY

Antonio del Moral García


Fiscal del Tribunal Supremo
Domicilio. C/ Pastor, 4,
28003. MADRID. España.
tfnos.: 91 3970070; 610567 460

«Las respuestas a la pregunta ¿Qué es bueno para el ser


humano? no las encontramos ni en la naturaleza ni en nuestras
posibilidades técnicas. Sólo podemos hallarlas si formulamos
principios éticos para nuestra vida personal y para la convivencia
en sociedad, que respetemos y vivamos en primera persona. Inde-
pendientemente de lo que hagamos o dejemos de hacer, tomamos
siempre decisiones evaluadoras —sea deliberada o irreflexivamen-
te, consciente o inconscientemente—… Las cuestiones relacionadas
con la vida y la muerte nos afectan a todos. Por eso no pueden
dejarse únicamente en manos de los expertos. No podemos dele-
gar nuestras respuestas: ni en la ciencia, ni en comisiones, ni en
consejos... Tenemos que definir dentro de un proceso de decisión
permanente qué límites estamos dispuestos a traspasar y qué
límites queremos aceptar... El futuro está abierto. No es un sino
inexorable. No se nos viene encima. Podemos modelarlo, con lo
que hagamos o dejemos de hacer. Tenemos muchas posibilidades,
posibilidades formidables. Aprovechémoslas para un progreso y
una vida a medida humana» (Johannes Rau, ex-Presidente de la
República Federal de Alemania).

Cuad. Bioét. XVI, 2005/2ª 175


Antonio del Moral García

Resumen

Aproximación, a través de meros apuntes o ideas madre, a algunas de las cuestiones


derivadas de las relaciones entre derecho, ley, ciencia, tecnología, ética y deontología
y de las interactuaciones y conflictos entre unos y otros campos. Principio rector de
esas relaciones ha de ser el respeto al ámbito de cada uno de esos sectores —una
vez identificados sus respectivos fines—, combinado con una armoniosa intercomu-
nicación. Se denuncian algunas situaciones que pueden reflejar la quiebra de esos
principios (la ciencia como criterio ético; el derecho ignorante de los conocimientos
científicos…). Se enuncian soluciones para algunos casos de conflicto (v.gr.: ética
contra derecho: objeción de conciencia).
Palabras clave: bioderecho, deontología, derecho, objeción de conciencia.

Abstract

This is an approach, by just pointing out a few key ideas, to some questions de-
riving from the relations between Law, Science, Technology, Ethics and Deontology,
and from the interactions and conflicts among them. The leading principle of such
relations must be that of mutual respect of their own domains —after identifying
their natural goals— combined in a harmonious intercommunication. Some situations
are denounced which might reflect the violation of these principles (science as ethic
criterium; law ignoring scientific knowledge…). Some solutions are also suggested
for such situations of conflict (eg. ethics versus law: objection of conscience).
Key words: law, deontology, objection of conscience.

1. Introducción su correcta dimensión. La confusión de


planos conduce a desenfocar los proble-
Se pretende en estas líneas marcar mas, a darles respuestas inidóneas o a
con trazos gruesos un visión panorámica falsificar los debates.
de las relaciones entre derecho, ciencia, La diferenciación es importante. Igual
tecnología, ética y deontología. Delimitar importancia, en el reverso de la moneda,
en una primera apoximación los terri- tiene la intercomunicación. El derecho no
torios y espacios de cada una de esas puede permanecer ajeno a la ciencia y ha
áreas o ámbitos; y desentrañar a conti- de ser fiel a los datos que le proporciona.
nuación los principios que deben regir Pero al mismo tiempo, la ciencia no puede
sus frecuentes interactuaciones. Dibujar erigirse en criterio jurídico: las leyes han
ese mapa con sus fronteras, tránsitos y de ser hechas por el legislador contando
aduanas ayuda a resolver los inevitables con la opinión de la Sociedad y no solo
conflictos y, sobre todo, a situarlos en dando forma jurídica a las pretensiones

176 Cuad. Bioét. XVI, 2005/2ª


Derecho, legisladores, jueces y juristas ante la bioética y la deontología médica

de los científicos, como si estos fuesen prescinde de todo aparato bibliográfico,


ciudadanos de mayor categoría. que incluso desentonaría en unas notas
Del mismo modo el Derecho no tiene cuyas ambiciones son limitadísimas.
por qué juridificar todos los criterios
éticos. Pero tampoco puede vivir al mar- 2. Ética y Derecho
gen de la ética. Detrás de toda discusión
jurídica sobre los grandes principios Las relaciones entre bioética y derecho;
siempre hay un debate ético que no puede entre deontología y derecho, son aspec-
obviarse. tos particulares del tema más general y
El mensaje que pretende trasladarse clásico de las relaciones entre moral y
con estas breves líneas, si se buscase un derecho o ética y derecho; aunque pre-
eslogan publicitario, podría resumirse con senten algunos aspectos singularizables.
un lema que por su expresividad, dis- Por eso el marco adecuado para afrontar
culpa la licencia, aunque pueda desdecir los problemas que se agazapan bajo esas
del tono académico característico de un rúbricas genéricas estriba en un correcto
trabajo de este tipo: «No a la promiscui- entendimiento de las relaciones entre
dad. No al autismo». Ciencia, Derecho, derecho y moral.
Ética, Deontología, Técnica no pueden La premisa de partida insoslayable,
vivir a espaldas unos de los otros. Ni los no siempre bien entendida, ni siempre
científicos, juristas, moralistas o técnicos asumida es que un supuesto derecho éti-
pueden ignorarse. Pero tampoco es lícita, camente neutro no es posible. No es que
ni buena, ni fecunda una mezcolanza de no sea bueno o conveniente u oportuno. Es
los criterios suministrados por unos y que no es posible. Una regulación jurídica
otros, situándolos en un mismo plano. de los temas bioéticos que no responda a
Con esas diferentes perspectivas se una concepción del hombre edificada sobre
puede contemplar la misma realidad —la valoraciones axiológicas es un mito. No se
vida—, pero con finalidades diversas: la puede esconder o adulterar el debate ético
ciencia para conocer; la técnica para ac- ineludible bajo la falacia de una imposible
tuar; el Derecho para preservar el ámbito neutralidad. Derecho y moral no se con-
de convivencia; la ética para hacer feliz funden pero guardan estrechas relaciones
al hombre, dando sentido a su vida. La que ni siempre se han planteado en térmi-
deontología, por fin, es una ética aplicada nos correctos ni siempre se comprenden.
a la actividad profesional que en algunos Los planteamientos que se autoatribuyen
puntos puede haber llegado a convertirse la condición de ideológicamente neutrales
en norma jurídica. constituyen un engaño: lo que en último
Se presentan unos meros apuntes o re- término hacen es presentar una determi-
flexiones en ese marco general esbozado. nada concepción del hombre e imponerla
Se trata tan solo de una aproximación que con la falsa apariencia de una neutralidad
se conforma con sentar unas líneas ge- inexistente por imposible. La legalización
nerales, orillando los matices. Por eso se del aborto en determinados supuestos

Cuad. Bioét. XVI, 2005/2ª 177


Antonio del Moral García

responde a unas valoraciones determina- guardar una estricta neutralidad moral.


das. Tanto —ni más ni menos— como la Las normas morales pertenecen al ámbito
postura de quienes postulan la protección de lo privado y deben permanecer en la
jurídica de la vida humana desde el mo- intimidad. Las concepciones morales no
mento de su concepción. pueden ser traspasadas al ordenamiento
La distinción entre derecho y ética jurídico pues supondría imponer coactiva-
radica en su diferente finalidad. Derecho mente lo que ha de decidir libremente cada
y Moral tienden a regular la vida humana uno en su conciencia. Implicar al Derecho
pero lo hacen desde dos diferentes planos en batallas morales comportaría según
y con fines no coincidentes, aunque no esta concepción incurrir en una suerte de
contrapuestos. La Moral tiene pretensiones integrismo rechazable e incompatible con
totalizadoras, en el sentido de que regula el valor del pluralismo social.
toda la conducta del hombre —interna y Ambos errores han de ser rechazados.
externa— para alcanzar su fin último. El La regulación jurídica de los temas de
derecho es y tiene que ser menos ambi- bioética y biomedicina (o también la falta
cioso. Busca simplemente implantar las de regulación jurídica), como en último
normas que resultan indispensables para término y de forma más o menos latente
permitir la convivencia entre los hombres la de todas las cuestiones que afectan al
y para crear las condiciones que propician hombre, presuponen necesariamente unas
que cada persona despliegue su proyecto previas opciones morales. De uno u otro
vital. Derecho y Moral ni son lo mismo, ni signo, pero no eludibles. Por eso ninguna
pueden confundirse. El Derecho no puede de las posibles regulaciones legales será
concebirse como un núcleo o parcela de la «neutral» ideológicamente. No existen
moral, según una imagen (círculos con- soluciones «aideológicas» —en el sentido
céntricos) que en su época gozó de gran más noble de la palabra «ideología»—.
predicamento. Y la vigencia de las normas Cualquiera de las opciones que asuma
morales no necesita del refrendo jurídico. un legislador implica «imponer» una
Dos errores extremos surgen a la hora concepción a la sociedad, aunque haya
de plantear las relaciones entre moral y muchos o pocos que hubiesen preferido
derecho. De un lado, la confusión entre otra solución más acorde con sus valores
moral y derecho: las normas éticas, como personales. Hay que fomentar ese debate
son justas, han de ser respetadas por axiológico y no hurtarlo presentando una
todos y se imponen a todos poniendo al de las concepciones como la «neutral», lo
servicio de esa sumisión todo el aparato que es una forma muy poco honesta de
del Estado. descalificar las otras sin darles la oportu-
De otra parte, la separación tajante nidad de ofrecer sus argumentos.
entre lo ético y lo jurídico, planteamiento Presupuesto de la solución legal es
heredero del liberalismo. El Estado, la siempre un debate ético previo. Prime-
legislación, no podría asumir ninguna ramente, para decidir si un determinado
concepción moral, para imponerla. Ha de tema ha de ser o no abordado por el dere-

178 Cuad. Bioét. XVI, 2005/2ª


Derecho, legisladores, jueces y juristas ante la bioética y la deontología médica

cho por tratarse de cuestión que se reputa modelos (publicidad antitabaco; repudio
esencial para la convivencia humana. Si del suicidio o del consumo de drogas).
la respuesta es afirmativa, para dilucidar La ética ha de repercutir en el derecho
cómo se regula. Pretender que todo lo que pero no se confunde con él. Lo ético no
es justo según una determinada concep- se agota en el derecho y el derecho no
ción ética se imponga jurídicamente res- puede autoerigirse en criterio último de
ponde a una ideología fundamentalista. moral. Hay una evidencia histórica: leyes
En el extremo opuesto, sostener que el que pueden ser injustas y que contradicen
derecho debe desaparecer obedece a la los principios éticos. No es algo superado.
ideología anarquista. Una concepción Por eso es bueno siempre mantener esa
liberal invita a reducir el ámbito de lo tensión crítica hacia el derecho desde plan-
jurídico a temas muy básicos y esenciales. teamientos éticos. Si no, se caerá en lo que
En todo lo demás cada individuo acomo- se denominó el «fetichismo» de la Ley, una
dará su conducta a sus creencias. No es perniciosa actitud que expresa bien lo peor
ese un enfoque «neutro»: el permisivismo del positivismo jurídico. Una conducta por
es una posición tan ética, tan ideológica, ser conforme a derecho no necesariamente
como cualquier otra. El Derecho siempre es éticamente aprobable.
impone: también cuando no impone. El
«no derecho», es decir, la anarquía es 3. Planteamientos éticos en el bioderecho
también una regulación jurídica (basada
en la premisa de que el derecho no debe En este sentido y con grandes dosis
existir) que se impone. de simplificación, podría decirse que son
Constatar que la regulación jurídica de dos las líneas orientadoras de la regula-
estas materias en que está comprometida ción sobre bioderecho en las legislaciones
la vida responde siempre a unas previas occidentales.
valoraciones éticas no lleva a confundir Una de ellas otorga primacía a la
derecho y moral como sucedería desde libertad individual, al valor «libertad».
una perspectiva fundamentalista. El de- En esa filosofía entronca la legislación
recho solo debe regular aquello que se del Reino Unido. Una ética utilitarista o
reputa necesario para la convivencia de consecuencialista es la atmósfera donde
los hombres. En esa regulación cuenta se adoptan decisiones sobre bioderecho.
con numerosos instrumentos graduales En ese ambiente, por ejemplo, aparece
de dispar eficacia y contenido. Desde el como congruente —tras sopesar ven-
manejo del derecho penal que adminis- tajas e inconvenientes, sacrificios y re-
tra gravísimas sanciones para quien no sultados— la permisión de la clonación
adecua su comportamiento a lo acordado terapéutica, pues la muerte de embriones
(represión del tráfico de drogas o del que en principio no sería deseable puede
homicidio); hasta medidas puramente ceder ante los beneficiosos resultados que
promocionales que, sin castigar a quien podrían derivarse. La bondad de una
hace lo contrario, fomentan determinados acción se mide por sus consecuencias.

Cuad. Bioét. XVI, 2005/2ª 179


Antonio del Moral García

El cálculo de utilidades es parámetro de mismo feto de manera dolosa, basándose


moralidad. en esas lesiones, la conducta resulta im-
La otra bascula más sobre la digni- pune y amparada por el derecho.
dad de la persona. Parte de una ética
ontologista. De esta segunda tradición 4. Ciencia, tecnología y derecho: ¿el
uno de los ejemplos más señalados es la jurista al servicio del técnico?
legislación Alemana. La Ley Fundamental
alemana de 1949 empieza, lo que tiene El abordaje jurídico de los temas de
una evidente explicación histórica, por biomedicina requiere partir de las evi-
el reconocimiento del absoluto respeto dencias biológicas y edificar sobre sólidas
del derecho a la vida, basado en la dig- concepciones antropológicas y sin perder
nidad inconmensurable que cada hombre de vista las raíces filosóficas de estas
tiene por ser hombre, desde el principio decisiones.
hasta el final de la vida. En dos ocasio- Damos así un paso más. Las evi-
nes —valga la referencia— el Tribunal dencias biológicas las proporcionan los
Constitucional Federal de Alemania ha científicos, pero las decisiones últimas
aplicado este artículo 1 de la Constitución no les corresponden a ellos. Pretender lo
para rechazar que de su ámbito pueda ser contrario es disfrazar de «ciencia» una
excluido el embrión. concepción ética determinada (ideología
La legislación española se mueve en cientifista). El cientifismo es un tipo de
un terreno de notable ambigüedad, con ética. Tan ética como lo es la kantiana
datos contradictorios que evocan una u o la antropología de raíz cristiana, o la
otra tendencia.Lo importante es sentar las Tomista. Sin embargo, ¡qué frecuente es
premisas y ser coherentes con ellas en el en los debates sobre estos temas presentar
desarrollo legislativo. la opción cientifista como la única respe-
Frente a esa necesidad de un pensa- table por ser «aideológica»!
miento armónico sobre lo que es el hom- Esa concepción —muy extendida y
bre y el comienzo de su vida que sirva muy usada para pasar de contrabando
de punto de partida y sobre los criterios las propias ideas camufladas de criterios
que han de regir para valorar la bondad objetivos— lleva a convertir la bioética
o no de determinadas actuaciones, en y el derecho en meras comparsas de los
la normativa española pesan mucho avances científicos que han de limitarse
argumentos emotivistas; sociológicos; o a buscar los argumentos para bendecirlos
economicistas. El básico y previo debate a medida que se producen.
antropológico, de esa forma, se escamotea Ahí entronca la figura del científico
y se propician incoherencias en el seno metido a legislador e invadiendo el cam-
del propio ordenamiento. Un ejemplo: po del jurista, del filósofo, y de todos,
el derecho penal español sanciona las pues las decisiones sobre esos grandes
lesiones imprudentes causadas al feto. Sin temas de la vida social han de ser toma-
embargo, si se produce la muerte de ese das por todos los ciudadanos tras un de-

180 Cuad. Bioét. XVI, 2005/2ª


Derecho, legisladores, jueces y juristas ante la bioética y la deontología médica

bate social abierto. Juristas son solo unos conocimiento de la naturaleza— cierta-
pocos (legisladores, jueces…); científicos, mente no pueden ponerse más barreras
otros pocos. Pero filósofos morales somos que las derivadas de la eticidad de los
en último término todos: todos tenemos instrumentos o métodos que usa. Un es-
nuestras ideas y convicciones sobre los calón diferente ocupa la tecnología que a
principios que deben regir la sociedad. veces se presenta unida a la ciencia pero
Un buen ejemplo de las consecuencias que no coinciden. La tecnología trata de
de esa usurpación de territorios es la lla- hacer útiles los conocimientos científicos,
mada Ley Palacios (Ley 35/1988, de 22 de aplicarlos. ¡Claro que ha de tener límites
noviembre, sobre Técnicas de Reproduc- la tecnología!: como escribió Laín Entralgo
ción Asistida) de la que un ilustre civilista al menos desde la invención del hacha de
nada sospechoso de prejuicios morales sílex sabemos que no todo lo que se puede
ha dicho que es una «obra maestra de la hacer se debe hacer. El hecho de que algo
torpeza y la incmpetencia técnico-jurídica» pueda hacerse no significa necesariamente
como consecuencia de haber sido redacta- que el derecho deba consentirlo. Como
da por un experto en Medicina: «¿habré de ha apuntado Savater con un criterio tan
repetir —apostilla— que es tan absurdo obvio como a veces ninguneado, el dere-
que un médico redacte proposiciones de cho está para prohibir cosas posibles. Lo
Ley como que un jurista realice fecunda- imposible no es preciso prohibirlo. Sería
ciones in vitro?» (Pantaleón). absurdo castigar en la actualidad el robo
El cientifista, al grito de «nosotros o de la luna. El dato de que algo pueda al-
las cavernas», tilda a toda limitación a la canzarse —piénsese en la clonación— es
actividad científica o a su uso de entorpe- precisamente lo que debe llevar a pre-
cimiento del progreso. La pretensión de guntarse si debe aceptarse socialmente.
que el Derecho se rinda ante sus avances, Si la respuesta es negativa, para eso está
se extiende también a la Bioética que se el derecho, para tutelar esa concepción
pretende convertir en una bioética com- social. Hay que huir de esa mentalidad
placiente, como se ha denunciado (Leon cientifista tan extendida que proclama que
Kass), que se limita a ir justificando ideo- es inútil tratar de impedir lo que la tecno-
lógicamente las prácticas de los científicos logía, antes o después, conseguirá. Sería
conforme se van desarrollando. Cualquier como poner puertas al campo. Es verdad:
nueva propuesta, pasado un tiempo, es posiblemente sea insuficiente, como no
aceptada. El papel de la bioética se ve basta que exista un delito de homicidio
reducido a ir construyendo explicaciones para que se acaben los homicidios. Pero
que hagan digeribles conductas que pocos eso no disculpa, antes bien, la refuerza, la
años antes despertaban escándalo. necesidad de enfrentarse a la cuestión y
Llegados a este punto, resulta con- decidir si es adecuado o no prohibir esa
veniente detenerse en la distinción entre conducta. Más allá de que, aún prohibida,
Ciencia y Tecnología que no se identifican. algunos, más o menos desaprensivos; con
En la labor del científico —avanzar en el mejor o peor intención, puedan llevarla a

Cuad. Bioét. XVI, 2005/2ª 181


Antonio del Moral García

cabo en la clandestinidad, pero nunca con Otra muestra bien elocuente de esa
el respaldo y apoyo del derecho. Cuando manipulación de la realidad viene repre-
se afirma, de forma más o menos eufe- sentado por el concepto de «preembrión»
mística, que el Derecho no puede erigirse que, pese a su falta de base científica,
en dique de los avances científicos y que ha adquirido carta de naturaleza en el
ha de limitarse a abrir los cauces para la derecho y en la jurisprudencia españolas
labor de los científicos y tecnólogos, al (vid. Ley 35/1988, de 22 de noviembre
margen de cualquier referencia a valores sobre Técnicas de Reproducción asistida,
superiores éticos, se está incurriendo en sentencia del Tribunal Constitucional
un sofisma, al tiempo que se alienta una 116/1999, de 17 de junio o Real Decreto
Bioética y un Derecho complacientes o al 2132/004, de 29 de octubre que establece
servicio de la tecnología, presentando los los requisitos y procedimientos para el
avances tecnológicos falsamente identifi- desarrollo de proyectos de investigación
cados con los avances científicos: ciencia con células troncales obtenidas de preem-
y tecnología, como ya se ha dicho, son briones «sobrantes» de las técnicas de re-
ámbitos diferentes. producción asistida). Como conoce cual-
quier estudioso de estos temas la palabra
5. ¿Derecho contra ciencia?: manipulación «preembrión» no designa nada distinto
de la realidad de la expresión «embrión». Surgió como
necesidad de justificar la instrumenta-
En el otro lado de la moneda, la lización de embriones en sus primeras
legislación ha de partir de las realida- fases de desarrollo. Su introductora, Drª
des biológicas que va descubriendo la Mclaren, al igual que el Dr. Davies tam-
investigación científica. En otro caso bién miembro de la comisión que redactó
encontraremos un rechazable Derecho el informe Warnock donde aparece por
manipulador de la realidad que también primera vez el término, han admitido que
emerge en esta temática con demasiada esa designación especial para el período
frecuencia. El jurista se cree todopoderoso de desarrollo que va desde el cigoto hasta
y se afana en reinventar la realidad o aco- el día 15 obedeció a «cierta presión ajena
modarla a sus ideas. Algunos ejemplos a la comunidad científica» que quería
son la ficción del reconocimiento jurídico condicionar la discusión ética. «No es que
del cambio de sexo que se abrió paso en al saber nuevas cosas sobre el embrión
la jurisprudencia dando pie a convertir hayamos decidido dar una nueva carac-
en mujer a efectos jurídicas lo que es un terización biológica a una de sus etapas,
varón o viceversa; o, en un tema muy de es que ante la posibilidad de utilizarlos
actualidad, el refrendo legal del matrimo- en nuevas técnicas algunos se deciden
nio entre homosexuales, que es como la a construir una etapa minusprotegida»
cuadratura del círculo: solo es posible si el (Serrano Ruiz-Calderón).
círculo deja de ser un círculo. El Derecho La manipulación semántica ha dado
no puede reformatear la realidad. ya el siguiente paso y se ha traducido

182 Cuad. Bioét. XVI, 2005/2ª


Derecho, legisladores, jueces y juristas ante la bioética y la deontología médica

en manipulación jurídica. El legislador forma de propaganda social y acaban


decide por su cuenta y riesgo que el informando las legislaciones.
preembrión es distinto del embrión y Algo parecido sucede con la termi-
no tiene la condición de ser humano. nología «embriones sobrantes». El cali-
En contra de las evidencias biológicas, y ficativo «sobrantes» parece invitar a su
adoptando la postura caprichosa de una destrucción, a considerarlos material de
preadolescente («si la realidad es de otra desecho. O cuando se habla de «píldora
forma, ¡peor para ella!»). postcoital» con el confesado propósito de
Esas manipulaciones semánticas, con evitar las más claras palabras «píldora
vocación de dar el salto a lo jurídico abortiva» porque se considera que la
proliferan en esta materia. Merece la palabra «aborto es demasiado trágica».
pena detenerse en otros ejemplos aun- O la locución «Interrupción Voluntaria
que comporte algo de excurso. Piénsese del Embarazo». Baulieu ha llegado a
por ejemplo en la mal llamada clonación escribir que debe eliminarse la palabra
terapéutica. El adjetivo «terapéutica» «aborto» porque es tan traumática como
como opuesto a «reproductiva» no es el propio aborto (¡!). ¡Pero si precisamen-
exacto y encierra una doble manipula- te lo que busca el lenguaje es tratar de
ción. También la clonación terapéutica mostrar lo más adecuadamente posible
es reproductiva: se crea un embrión la realidad! Reflejarla y no esconderla o
humano. La diferencia no estriba en que edulcorarla.
en una clonación exista «reproducción» y O, por fin, cuando se ha propuesto
en la otra no. En ambas hay reproducción (Palacios) utilizando de nuevo la semán-
si se entiende por tal la aparición de un tica como disimulado ariete dialéctico,
nuevo ser distinto y potencialmente capaz sustituir la denominación de embrión
de llegar a ser una persona. La distinción por la de «nuclóvulo» tratando de eludir
radica en otro punto. En la clonación todo el Estatuto Jurídico del Embrión
terapéutica ese nuevo ser es destruido y el debate sobre su condición en la
para obtener material biológico, útil para consideración el embrión obtenido por
investigar y en un futuro incierto poder transferencia nuclear.
contribuir a la salud de otras personas. En «En estos temas de manipulación de
la reproductiva se deja al nuevo ser desa- los embriones una de las primeras mani-
rrollarse según lo que sería su evolución pulaciones que se han realizado ha sido
natural. Caricaturizando hiperbólicamen- la que se refiere a la semántica. Por un
te la semejanza con ese criterio también lado se instaura una total arbitrariedad
sería terapéutica la clonación destinada en el uso de términos y significados;
a crear un bebé al que a continuación se por otros, se revierte a una especie de
le extraerían determinados órganos para sistema mágico por el cual una vez re-
trasplante. Hay que estar atentos en estos denominada una acción o una entidad
terrenos para desenmascarar esas poco cambia su naturaleza moral» (Serrano
honestas estrategias que comienzan como Ruiz Calderón).

Cuad. Bioét. XVI, 2005/2ª 183


Antonio del Moral García

6. El principio de precaución Bastante de esas ideas se detecta en


un fragmento del discurso sobre Biopo-
A falta de evidencias biológicas, ha lítica de Rau del que se extraían unas
de jugar el principio de precaución. En palabras que servían de encabezamiento
la duda sobre un determinado asunto y a este artículo: «No podemos permitirnos
en tanto la ciencia no proporciona los co- renunciar, inconsciente o tácitamente, a
nocimientos necesarios el Derecho ha de convicciones éticas o declararlas mero
adoptar un criterio de cautela, de sopesar asunto privado... En nuestro país no está
riesgos y contraponerlos a los beneficios. permitido experimentar con embriones.
Cuando los riesgos sean grandes, no Así lo decidieron los diputados del Par-
conviene adentrarse por las sendas de lamento Federal alemán en 1990 a partir
la incertidumbre. El principio está am- de las más diversas convicciones. Estable-
pliamente aceptado y opera en muchos cieron que, a efecto de protección legal de
ámbitos de la biotecnología, como todo el la dignidad humana, ésta comienza con
relativo a los alimentos transgénicos. Hay la fecundación del óvulo. Quien no com-
que prevenir riesgos también cuando no parta esta apreciación sobre el momento
hay una certeza científica concluyente. en que comienza la vida humana, debe
Una traslación del principio al ámbito responder a la pregunta: ¿a partir de qué
de la protección jurídica del embrión ha otro momento debería protegerse absolu-
sido efectuada desde la doctrina germana tamente la vida humana? ¿Y por qué pre-
y reproducida en nuestro país por Pérez cisamente a partir de ese otro momento
del Valle con un ejemplo muy plástico. posterior? ¿No sería arbitraria cualquier
Un cazador ve algo moviéndose entre otra delimitación, no quedaría expuesta
los arbustos. Sólo puede disparar si sabe a ulteriores rectificaciones?... Parece que
que lo que se mueve es un animal. Si se no todo el mundo tiene claro lo que esto
representan la posibilidad de que sea un significa más allá de ese debate puntual.
niño jugando, ha de abstenerse de dis- Significaría que la responsabilidad ética
parar, aunque su familia necesite comer, se iría adaptando permanentemente a las
mientras subsista la duda. El riesgo es posibilidades tecnológicas. Por elevados
tan grande que el mal que puede causar que sean los objetivos de la investigación
(la muerte del niño) jamás podría estar médica no pueden determinar el momen-
justificado por el bien que se propone. to a partir del cual debe protegerse la
Pues bien, si se afirma la existencia de vida humana».
dudas científicas sobre la cualidad de ser
humano del embrión, ha de imponerse 7. Deontología y derecho
su protección. La carga de la prueba
corresponde a quien aliente su falta de Llega el turno a la deontología para
tutela jurídica. Estaría así consagrándo- completar la panorámica anunciada.
se una especie de principio in dubio pro La deontología es una parte de la ética
embrione. aplicada a determinadas actividades

184 Cuad. Bioét. XVI, 2005/2ª


Derecho, legisladores, jueces y juristas ante la bioética y la deontología médica

profesionales. Deontología sanitaria es el choca con las propias convicciones éticas.


conjunto de principios éticos que deben Nos adentramos así en el terreno de la
informar la actuación de los profesionales objeción de conciencia. El ámbito de las
de la sanidad. profesiones sanitarias, por su estrecha
No toda la deontología es derecho. Sí relación con las cuestiones más esenciales
lo será la deontología normativizada, pero de la vida, es campo bien abonado para
ahí no se agota la deontología profesional. su aparición. El rechazo a tratamientos
Hay una ética fuera del derecho y no es médicos por motivos religiosos (es co-
recomendable ni beneficioso juridificar nocido el caso de los Testigos de Jehová:
todo lo deontológico. En la deontología vid. sentencia del Tribunal Constitucional
encontramos junto a normas jurídicas de 18 de julio de 2002); o la objeción de
(estatutos profesionales), cuyo incumpli- conciencia a la dispensación de fármacos
miento dará lugar a la correspondiente abortivos son algunos ejemplos típicos.
sanción y que imponen comportamientos La colisión entre los imperativos de la
jurídicamente exigibles, lo que significa conciencia individual y los dictados de la
afirmar la coercibilidad, otro conjunto normativa positiva es una realidad que
de normas o pautas de actuación que no en una sociedad pluralista puede surgir
reciben ese refrendo jurídico. con más frecuencia. Su solución no puede
Dentro de estas segundas todavía hacerse de forma apresurada y precipi-
pueden distinguirse dos grupos. Unas tada proclamando la imperatividad del
obedecen a criterios generados por una derecho. Ha de partir de la necesidad de
tradición o por usos sociales o criterios respetar, en principio, la libertad religiosa
corporativos. Otras son normas que se de- e ideológica, que supondrá el derecho de
rivan de principios éticos más generales. toda persona a mantener un comporta-
No son más que el resultado de aplicar miento acorde con los propios impera-
a una concreta actividad profesional las tivos de conciencia. Esa libertad de con-
exigencias de la ética. ciencia es parte del derecho positivo. El
La deontología es una ciencia del dilema que debe resolver el ordenamiento
deber-ser. Por eso los Códigos deonto- jurídico estriba en armonizar el máximo
lógicos tienen una función promocional: de respeto a la conciencia individual con
no se trata de que levanten acta de lo que la necesidad de no fragmentar más allá
se hace, sino de que propongan lo que de lo indispensable la imperatividad y
debería hacerse. unidad de la normativa legal.
Se ha dicho, y suscribo plenamente esa
8. Ética contra derecho: objeción de opinión, que la libertad de conciencia ha
conciencia de proteger también —y quizás de mane-
ra especial— la actuación de aquellas per-
La ética profesional y el derecho sonas cuya conciencia es calificada como
aparecen a veces enfrentados. El dere- heterodoxa por la sociedad, aunque su
cho impone una obligación jurídica que número sea insignificante desde un punto

Cuad. Bioét. XVI, 2005/2ª 185


Antonio del Moral García

de vista puramente estadístico. Siempre el punto de vista estatal de mantener la


con el límite del orden público, pero sin inderogabilidad singular de la norma.
hacer de éste un lecho de Procusto que En ese juicio entrarán en juego muchos
se agranda o empequeñece según la con- factores. Por una parte, dilucidar si es po-
veniencia y que es capaz de acoger las sible una conducta sustitutoria. Por otra,
razones más menudas. El orden público valorar el posible efecto multiplicador de
es un valladar infranqueable: la conducta la objeción que podría hacer desmoronar-
amparada por la objeción y contraria a se la eficacia de la norma (piénsese en la
las obligaciones legales no puede aten- objeción de conciencia fiscal). Junto a ello,
tar contra principios que la Comunidad sopesar los diversos intereses en juego
considera básicos e irrenunciables. Pero para decidir cuál debe ser sacrificado en
fuera de ese límite no se puede tener una la medida necesaria.
visión chata o alicorta de la libertad de Pero en general creo que en esta mate-
conciencia que en mi opinión a veces es ria sería necesaria una mayor flexibilidad
contemplada en nuestros ordenamientos y generosidad para la admisibilidad de las
como una cenicienta en el conjunto de las objeciones de conciencia cuando pueden
libertades constitucionales. consentirse sin un daño real grave para
En trance de decidir sobre la admisi- el orden jurídico. Aunque pequen de una
bilidad de una determinada objeción de aparente excentricidad. Constituyen —se
conciencia el Estado no puede evaluar ha escrito con razón— una inyección de
la sensatez o razonabilidad de la op- moralidad y contribuyen a que la sociedad
ción religiosa. Se impone la más estricta se guíe más por razones de conciencia que
neutralidad: no cabe ningún juicio de de conveniencia (Martínez Torrón).
valor desde ninguna perspectiva que no
sea la marcada por la comprobación de 9. Algunos ejemplos
si desborda o no los límites del orden
público, ni desde cánones intelectuales, Descendamos de estos planteamientos
ni políticos, ni prácticos, y ni siquiera generales a algún ejemplo concreto. En
estadísticos. primer lugar la objeción de conciencia al
Sí es admisible que se compruebe la aborto en aquellos casos en que el derecho
sinceridad de los imperativos de con- prescinde de su penalización; es decir, la
ciencia que se alegan. Sinceridad que es negativa a ejecutar o cooperar directa o
concepto diferente a la verdad. Habrá, indirectamente en la realización de prácti-
pues, que constatar que la vida del que cas abortivas motivada por la convicción
objeta se ajusta en general a esas creencias de que tal proceder contraría la ley moral,
aducidas. Solo así se podrá evitar que la los usos deontológicos o, en su caso, la
objeción de conciencia se convierta en un norma religiosa.
mecanismo de fraude a la ley. La mayoría de las legislaciones que
Hay que indagar, en otro orden de han despenalizado el aborto en determi-
cosas, sobre la imprescindibilidad desde nados supuestos han acogido simultánea

186 Cuad. Bioét. XVI, 2005/2ª


Derecho, legisladores, jueces y juristas ante la bioética y la deontología médica

o posteriormente la posibilidad de ob- La casuística jurisprudencial sobre esta


jeción de conciencia. Así en USA todos materia no es uniforme. La sentencia del
los Estados han establecido cláusulas de Tribunal Supremo de 20 de enero de 1987
conciencia en las legislaciones sobre el analizaba el supuesto de ocho enfermeras
aborto desde su admisión por el Tribunal pertenecientes al servicio de tocología de
Supremo Federal. La jurisprudencia es un Hospital de la Seguridad Social que
muy tuitiva al respetar la legitimidad de manifestaron su deseo de no intervenir en
la negativa a participar, aunque solo sea prácticas abortivas. Se les amenazó con el
indirectamente, en un aborto. traslado de planta, a lo que replicaron que
En el derecho español, a diferencia de su dedicación al trabajo no disminuía en
la generalidad de las legislaciones euro- modo alguno puesto que proporcional-
peas, no se cuenta con un respaldo legal mente las tareas en las que sí intervenían
directo de esta objeción de conciencia. Sin eran abrumadoramente superiores a las
embargo, eso no significa que no deba intervenciones abortivas. Pese a ello se
ser tutelada por aplicación directa de la les cambió de servicio. La sentencia del
Constitución. Así lo afirmaba el Tribunal Tribunal Supremo resuelve la reclamación
Constitucional en su sentencia de 11 de de varias de esas enfermeras. Aunque les
abril de 1985 que rechazaba el recurso de reconoce la legitimidad de su actuación
inconstitucionalidad interpuesto frente a niega que pueda hablarse de represalia
la ley: «La objeción de conciencia forma por un cambio de destino que no afecta
parte del contenido del derecho funda- a la categoría profesional, ni a las retribu-
mental a la libertad ideológica y religiosa ciones, ni al lugar de residencia. La com-
reconocida por el art. 16.1 de la Consti- paración con el supuesto similar resuelto
tución y como ha indicado este Tribunal por la Corte de Apelación de Florida en el
en diversas ocasiones, la Constitución es caso Kenny, fallado el 28 de julio de 1981
directamente aplicable, especialmente puede llamar la atención. El Tribunal ame-
en materia de derechos fundamentales» ricano consideró que un Jefe médico debe
(vid. igualmente sentencias del Tribunal razonablemente adaptarse a las creencias
Supremo de 16 y 23 de enero de 1998). La religiosas de sus empleados a menos
objeción de conciencia al aborto debe con- que esto cause graves perjuicios. Como
siderarse, por tanto, constitucionalmente la enfermera Kenny era apta para cola-
garantizada. Además con una protección borar en el 84 % de las operaciones que
reforzada en cuanto se refiere a un bien se realizaban en el servicio de quirófano,
que en términos del propio Tribunal no parecía lógico hablar de perturbación
Constitucional, tiene relevancia consti- grave del servicio del Ambulatorio.
tucional: la vida del nasciturus ha de ser Parece apartarse de los criterios del
protegida por exigencias constitucionales, Tribunal Supremo la sentencia de 18 de
sin perjuicio de que puedan admitirse diciembre de 1991 del Tribunal Superior
excepciones como las introducidas en la de Justicia de Aragón que revocaba la
legislación del aborto. dictada por un Juzgado de lo Social

Cuad. Bioét. XVI, 2005/2ª 187


Antonio del Moral García

de Zaragoza. Éste había entendido que los facultativos de guardia objetores de


era conforme a derecho el traslado de conciencia de un Hospital frente a las ór-
un anestesista del servicio de medicina denes de la dirección médica. El objetor no
maternal al de traumatología por haber puede ser obligado a tareas encaminadas
planteado objeción de conciencia a los indirectamente (elaboración de dictámenes
abortos que se realizaban en el prime- preceptivos) a la producción del aborto.
ro. Sin embargo el Tribunal Superior Por lo demás no puede olvidarse que
apreció en ese traslado «la existencia de la generalidad de los Códigos Deon-
una vulneración del derecho fundamen- tológicos médicos se refieren de forma
tal a la no discriminación por razones explícita al derecho de los facultativos y
ideológicas o religiosas del objetor», a de otro personal paramédico a plantear
pesar de que el traslado no implicaba objeción de conciencia a las prácticas
cambio de sueldo o categoría. El traslado abortivas (art. 27 del Código de Ética y
«respondió a una encubierta represalia Deontología Médica de la Organización
llevada a cabo con patente vulneración Médica Colegial de España).
del derecho fundamental a la no dis- También el Código Deontológico de la
criminación por razones ideológicas o Enfermería española dispone que «la en-
religiosas que reconocen los arts. 14 y 16 fermera/o tiene, en el ejercicio de su profe-
de la Constitución» y «por hallarnos ante sión, el derecho a la objeción de conciencia,
una materia que constituye una verda- que deberá ser debidamente explicitado
dera piedra de toque para contrastar y ante cada caso concreto. Los Colegios
columbrar la efectividad de un estado de velarán para que ninguna enfermera/o
derecho basado en el auténtico respeto pueda sufrir discriminación o perjuicio a
al pluralismo ideológico que ampara la causa del uso de este derecho».
Constitución, las conductas sospechosas En Italia varios jueces promovieron
de encubrir un comportamiento antiju- una cuestión de inconstitucionalidad de
rídico deben ser analizadas con especial la ley de aborto de tal país por no prever
rigor y cuidado para evitar por todos los una cláusula de conciencia del Juez que
medios, que al socaire de actuaciones está llamado por la ley a suplir con su
formalmente ajustadas al ordenamien- autorización la petición de interrupción
to jurídico puedan filtrarse modos de del embarazo solicitada por una menor de
proceder que reduzcan a papel mojado edad. Una sentencia de la Corte Constitu-
aquellas garantías destinadas a la protec- cional de 1987 resolvió de manera harto
ción de los derechos fundamentales». confusa declarando que la cuestión no
Puede recordarse, por fín, la sentencia estaba suficientemente fundamentada
de la Sala de lo contencioso-adninistrati- puesto que la autorización que el juez
vo de la Audiencia Territorial de Oviedo había de emitir «no es decisoria sino
de 29 de junio que aborda el tema de la solamente atributiva de la facultad de
participación en dictámenes legales rela- decidir de la menor» y como tal «entra
cionados con el aborto que amparaba a únicamente en el ámbio de los esquemas

188 Cuad. Bioét. XVI, 2005/2ª


Derecho, legisladores, jueces y juristas ante la bioética y la deontología médica

autorizadores adversus volentem» (¿). La La ausencia de un Código deontoló-


decisión provocó perplejidad y críticas en gico farmaceútico (algún proyecto que
los autores italianos. Con posterioridad reconocía la objeción de conciencia ante la
se ha aducido que una interpretación dispensación de fármacos que «pudieran
extensiva de la ley procesal italiana ser utilizados para atentar contra la salud
—en concreto el art. 51 del Código de de alguna persona o la propia vida huma-
Procedimiento Civil— permitiría al juez na» no llegó a ser promulgado) debilita la
abstenerse, aduciendo «graves razones firmeza con que se puede presentar esa
de conveniencia» haciendo posible así conclusión y la enturbia. En mi opinión
trasladar a otro juez la concesión de la la claúsula «sin causa justificada» que
autorización prevista en el art. 12 de la menciona el citado artículo de la Ley del
Ley de aborto de Italia. Medicamento, sensu contrario, da respaldo
En España me parece que la solución a la objeción de conciencia. Su ejercicio
puede discurrir por esos cauces a través sería una causa justificada (el ejercicio de
de los preceptos paralelos de las leyes un derecho fundamental). De cualquier
procesales españolas (por ej., art. 342.2 de forma conviene traer de nuevo a colación
la Ley de Enjuiciamiento Civil). que el reconocimiento de la objeción de
En la actividad farmaceútica pueden conciencia se suele hacer de forma casuís-
manejarse pautas similares en relación tica y ponderando todas las circunstan-
a la píldora abortiva, con un discurso, cias del caso y los derechos en conflicto.
que mutatis mutandi es trasladable a En general los especialistas aducen que
otros supuestos. Legalmente, por vía de no hay razones para negar la objeción
principio, es obligatorio para un farma- de conciencia cuando la posibilidad de
ceútico la dispensación de los productos sustituir al objetor sin grave incómodo
catalogados administrativamente como es fácil, lo que en España, ante el número
«medicamentos», salvo «causa justifica- de oficinas de farmacia y su distribución
da» (art. 108 de la Ley del Medicamento). geográfica permite dar mayor amplitud
Pero puede negarse a esa dispensación a la objeción de conciencia. En relación a
cuando concurran razones de «ciencia» la píldora abortiva el Comité de Bioética
o «profesionales» que al igual que con Italiano ha reconocido por unanimidad el
cualquier otro producto le imponen la derecho a la objeción de conciencia de los
obligación de no dispensarlo (objeción médicos para la prescripción de la píldora
de ciencia). Cuando la negativa obedece abortiva. Respecto a la profesión farma-
a razones de conciencia también hay ceútica, se han producido declaraciones
que considerar tal negativa amparada por parte de Asociaciones profesionales
por el art. 18 de la Constitución según al americanas en la misma línea, llegándose
declaración del Tribunal Constitucional en algunos Estados a otorgarse reconoci-
ya citada. miento legal expreso a tal objeción.

Recibido 15-02-2005
Aceptado 28-02-2005

Cuad. Bioét. XVI, 2005/2ª 189

S-ar putea să vă placă și