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Herramientas conceptuales. N° 4
Herramientas conceptuales. N° 4
Facilitadores Zonales:
Enrique Babilonia (Arturo Claussi)
Mariana Cerna
Germán Velásquez (Isabel del Águila)
Rafael Lomas (Juan Vela)
Néstor Marín
Guillermo Pastor
Walter Solano
Nerio Reátegui (Vicente Rodríguez)
Rolando Reátegui
Rister Torres
Partimos de la premisa que el MFC es un concepto externo. Una pretensión externa con
determinados atributos al que queremos llamarle MFC. Eso no significa que en muchos
casos las comunidades originarias no hayan realizado el manejo forestal sólo que su
orientación era distinta. En esos casos primaban más bien el manejo de aspectos
ecológicos integrado a aspectos culturales antes que a fines económicos, orientación que
aparece con la inserción de la economía de mercado.
Pero cierto es que también la orientación económica ha ido cobrando fuerza. El problema
es que frecuentemente la relación con el mercado no se ha dado en términos de equidad
y son las comunidades, sus bosques y su gente los que han salido perjudicados. A ello se
presta un sistema institucional que privilegia la legalidad a lo legítimo y no pocos casos de
corrupción interna a nivel de las propias comunidades.
Quiere decir entonces que nosotros llegamos a un contexto en el que se conjugan tanto
aspectos que animan como aspectos que desaniman para construir una propuesta de
MFC. La idea es cómo hacer para que las fuerzas constructivas predominen sobre las
fuerzas destructivas. Por lo tanto no es sólo cuestión de trabajar con las fuerzas
constructivas únicamente sino también con todo aquello que implique limitaciones y
retrasos de la propuesta.
Para tener éxito en un emprendimiento cualquiera no basta con tener una buena visión
sino que también es importante saber comunicar la visión y saber vivir el concepto. Sólo
en la medida en que sepamos comunicar vamos a poder compartir la fuerza de la
propuesta y lo que implica como posibilidad de vida para las comunidades nativas.
Bajo estas circunstancias entonces es válido que podamos emplear la lógica del
marketing al vender una idea: el MFC es viable. Entonces tenemos que desplegar los
mejores esfuerzos para dar a conocer las bondades de nuestra propuesta.
Pero no basta con presentar únicamente lo positivo de nuestra propuesta. Hay que estar
muy predispuesto a evaluar tanto los alcances como las limitaciones, desventajas o
riesgos de la propuesta. Esto es muy importante para no pecar por omisión. Pero también
porque un mejor inventario de falencias nos permitirá definir cursos de acción orientados a
replegar esta situación. También porque conocer lo que proponemos y sus límites nos
obliga a investigar permanentemente cómo podemos revertir aquellas condiciones
negativas.
En esa misma lógica también es importante que podamos identificar el mercado objetivo y
el público objetivo. Se trata de segmentar el mercado y priorizar un segmento (o varios
segmentos) que consideramos clave. En nuestro caso tenemos que realizar las
investigaciones del caso para precisar cuál es el estrato etáreo predominante al que nos
estamos dirigiendo. Probablemente nos estemos dirigiendo a toda la comunidad pero
“toda la comunidad” no es una buena forma de identificar el estrato etáreo pertinente. Es
posible que este factor no sea común en el caso de todas las comunidades porque la
estructura demográfica no es uniforme.
A manera de hipótesis podríamos decir que nosotros estamos trabajando con hombres y
mujeres que oscilan, generalmente, entre los 18 y los 50 años. Pero aún así esto puede
variar de comunidad a comunidad. En algunos casos será importante la vitalidad que da la
energía juvenil, en otros casos será importante la experiencia que da la madurez y en
otros casos será importante tener un buen balance entre entusiasmo y sapiencia.
Pero aún tengamos un estrato etáreo más definido será importante trabajar con niños y
niñas en el espacio público tanto porque nos interesa que haya una generación más
dispuesta a estos emprendimientos forestales como porque a partir de los niños y niñas
se puede convocar a los grupos etéreos motivo de nuestro interés productivo.
En el interés de avanzar hacia una propuesta de comunicación del proyecto además nos
interesa realizar un diagnóstico de medios tanto externos como internos y un análisis de
preferencias de medios. No debemos descuidar la diversidad de medios locales de
comunicación como altoparlantes, reuniones formales e informales, pizarras, avisos a los
niños (as) de las escuelas, campanadas desde la escuela, entre otros. Los afiches o
avisos en sitios estratégicos también son importantes a considerar.
Una propuesta de simplificación del lenguaje implica que haya un punto de encuentro
entre pensamientos de tipo concreto. No obstante es importante que también se
fortalezca, gradualmente, el pensamiento abstracto porque significa empoderar a las
comunidades en sus propios procesos de análisis de la realidad y capacidad de
propuesta. Esto no quiere decir que en las comunidades no haya pensamiento abstracto,
lo que estamos tratando de decir es que hayan procesos deliberados de construcción de
pensamiento abstracto como parte del proceso de fortalecimiento de capacidades. Por
ello es que en algunos casos no se habla de comunicación o educación a secas sino de
procesos de educomunicación.
Estamos en una cultura oral, que duda cabe, no obstante occidente privilegia la cultura
escrita (la cultura del letrado diría Carlos Brenes). Tenemos que manejarnos en ambas
vertientes pero por ahora tenemos que privilegiar la oralidad y la imagen. De ahí la
importancia de trabajar con dibujos y colores que no es sólo cuestión de niños sino
cuestión de apelar al lado derecho de nuestro hemisferio. No es sólo cuestión de
compartir conocimientos sino también de activar lo emocional. Es activar el cerebro entero
para motivar a una mayor identificación con una propuesta de MFC. De ahí la importancia
del inventario comunal de talentos, de incorporar dibujantes, caricaturistas, músicos,
animadores en todo este proceso.
En este mismo sentido van los intercambios entre pares entre comunidades socias del
proyecto y comunidades que ya están certificadas. Eso implica generar las condiciones
para hacer viable estos procesos de formación de indígena a indígena.
Quiero terminar diciendo que podemos tener diferente terminología aún entre nosotros
mismos. No es una cuestión de seguir la moda sino el entender por qué lo hacemos.
Puede haber diferentes nombres para el MFS, relativizarlo o cuestionarlo. Lo que sí es
importante tener en cuenta es que la palabra no sólo refleja la historia sino que hace la
historia. Por eso es importante concordar una terminología. La sostenibilidad no existe y
de repente nunca la alcancemos. Pero es importante recuperar la fuerza del mensaje de
los 60s: Seamos realistas, hagamos lo imposible. O aquella que dice si bien es cierto la
sostenibilidad es una utopía, pero es una utopía que sirve para caminar con sentido.
Los medios que se emplean al interior de las comunidades son: altoparlante, pizarrines, actas y
carteles. Los medios que se emplean para la comunicación exterior son teléfono, radiofonía y en
algunos casos Internet. La interacción directa es la que se da cara a cara. La comunicación directa,
como ya se ha señalado antes, tiene que ver con aspectos verbales y no verbales.
La comunicación es un aspecto que debe ser gestionado al interior de las comunidades nativas.
Uno de los factores para construir una organización sólida es favorecer una comunicación
frecuente, asertiva y transparente. Para impulsar el desarrollo comunal es muy importante tener
una visión clara y saber comunicar esa visión. Así mismo, es importante que el comportamiento de
los directivos sea coherente con la visión.
Por lo tanto, tenemos que ver las formas de usar mejor los medios locales de comunicación que
contamos. Aunque es importante poder dotarnos de mejores medios de comunicación la idea no
es hacernos dependientes de estos medios que no tenemos. Lo lógico, lo sensato es que
aprovechemos mejor lo que tenemos.
En este caso los talentos de la comunidad que saben hacer dibujos, caricaturas, teatro, mímica
también pueden incorporarse ventajosamente en estos propósitos de diversificación de medios
efectivos de comunicación.
Los altorparlantes comunales también pueden usarse de mejor manera no sólo para música,
anuncios de visitas y avisos de trabajos comunales sino también para hacer campañas específicas
sobre temas clave para la comunidad. Por lo mismo la radiofonía también puede servir para
discutir y hacer propuestas. Cada medio tiene sus posibilidades, alcances y limitaciones. Lo
importante es que lo podamos aprovechar en beneficio de la comunidad.
Los pizarrines en lugares estratégicos, tiendas, centros de concentración, puertos u otros lugares
donde sabemos siempre hay personas circulando. Lo importante es usar mucha imaginación más
allá de la escasez de recursos materiales.
La comunicación es fundamental para favorecer la cohesión organizativa por lo que tenemos que
apelar a medidas organizativas para tener una comunicación efectiva.
Las comunidades nativas se manejan dentro de una cosmovisión particular por lo que el
lenguaje que utilizan también corresponde a esa cosmovisión. Ahí tenemos un problema
de códigos cuando no entendemos que a veces se manejan diferentes escalas o
magnitudes. La “exageración” que a veces se puede encontrar en cuantificación de
magnitudes no tiene una orientación de falsedad sino énfasis. Por ejemplo es conocido el
famoso tema de “aquicito nomás”. Por eso es recomendable cruzar información. Aquí no
estamos hablando de participación sólo en el sentido literal. Tampoco estamos hablando
de desconfianza sino de ajuste de sintonía semántica.
No basta con tener una buena propuesta dirigida a las comunidades o tener buenas
intenciones es importante también saber comunicar y sobre todo saber escuchar. Sin
embargo hay que anotar que la comunicación en el MFC no debe usarse para influir,
persuadir o convencer sino para que los comuneros tengan los mejores elementos para
que tomen las mejores decisiones. Esto es importante cuidar para no caer en la
manipulación puesto que ésa no es nuestra intención.
Los procesos se toma de decisiones se elevan cuando existe mayor y mejor información,
pero sobre todo cuando se genera en el receptor la voluntad de escuchar y esto es válido
cuando ha habido una voluntad previa de alcanzar empatía, interesarse vivamente por el
otro.
Seguramente usted ha escuchado ese refrán popular “Dime con quién andas y te diré
quién eres”. Ese refrán, que refleja la sabiduría popular, también es aplicable a una
diversidad de situaciones. Por ejemplo podríamos decir: “Dime cómo son tus chistes y te
diré quién eres”. En nuestro caso particular podríamos decir también: “Dime qué hablas y
cómo hablas y te diré quién eres”.
En efecto, la cultura produce el lenguaje y el lenguaje configura una cultura, esto es, en
otras palabras somos lo que hablamos. Si por ejemplo nuestro lenguaje está cargado de
palabras negativas o pesimistas nuestro carácter será también negativo y pesimista. Por
el contrario si nuestras palabras son en su mayoría alegres, optimistas, esperanzadoras
también nuestro carácter será positivo, entusiasta, optimista.
Esto podría parecer muy obvio pero no siempre nos hemos detenido a reflexionar sobre el
impacto de las palabras que usamos, su efecto entre los que nos rodean y el efecto de las
palabras que se usan en el medio en nuestro carácter.
Eso quiere decir que si nuestro lenguaje es negativo arrastramos esa negatividad a toda
la familia. Lo mismo es válido si estamos hablando de una comunidad negativa.
Arrastramos a una negatividad perjuiciosa que no nos deja avanzar en el desarrollo
comunal.
Si estamos en una comunidad donde predomina la queja, el lamento, el victimismo,
entonces ése será el carácter predominante de la comunidad. Por el contrario si estamos
en una comunidad donde todos y todas usan palabras de aliento, de esperanza, de lucha,
de constancia, de perseverancia, de alegría, entonces esa comunidad crea una mejor
predisposición para que todos y todas puedan trabajar con entusiasmo por el desarrollo
comunal.
También es importante darnos cuenta si nuestro lenguaje nos ayuda a demostrar que
nosotros tenemos el control. Lo contrario es usar un lenguaje que te paraliza, te debilita,
te anula o dejas el control a terceras personas. No es lo mismo decir por ejemplo “yo tomo
masato” (yo tengo el control) que decir: “ellos me hacen tomar masato” (otros tienen el
control, yo me dejo llevar).
Todos estos aspectos de la comunicación y el lenguaje son importantes a tomar en
cuenta en la gestión de la comunidad pues no sólo se refiere a obras materiales o
gestiones de ayuda externa. Nosotros en la comunidad también tenemos que cuidar que
haya una atmósfera positiva para que todos tengamos el suficiente entusiasmo y ganas
de hacer las cosas.
A los padres de familia se les pide revisar su lenguaje no vaya a ser que estén dejando en
herencia niños y niñas frustrados o pesimistas. Eso no ayuda a superarse. Lo mismo le
decimos a las autoridades cuidemos nuestro lenguaje no vaya a ser que estemos
generando sólo actitudes de revancha, de odio. La conclusión es que las emociones son
contagiosas y si queremos un desarrollo comunal generemos las condiciones materiales y
subjetivas (psicológicas) para que nosotros seamos los artífices de nuestro propio
desarrollo.
En gran medida somos lo que hablamos, el lenguaje nos moldea. Si nosotros hablamos
como triunfadores entonces seremos triunfadores. Por el contrario, si hablamos como
derrotados entoncemos terminaremos perdedores. Por ello es importante que revisemos
cuál es el tono de nuestro lenguaje, si es proactivo, si es paralizante o negativo. Por eso
es muy importante que como comunidades también desarrollemos un lenguaje de
optimismo y de desarrollo. Si nos quedamos en el lenguaje de la queja entonces
viviremos una vida de reclamos. En cambio, si modificamos para que nuestro lenguaje
sea de movilización social y de grandes logros, grandes logros conseguiremos.
Como padres de familia, como líderes o como maestros en las comunidades tenemos la
obligación de que nuestros niños y niñas reciban el aliento de un lenguaje proactivo y no
únicamente defensivo. Cuánto daño estamos haciendo cuando trasladamos nuestras
frustraciones a los niños y niñas. Podríamos estar legitimando un círculo de pobreza sin
saberlo.
Invitamos entonces a que tengamos un lenguaje más empoderado, más proactivo, más
optimista, más esperanzador. El desarrollo comunal no sólo está en nuestras manos,
figurativamente hablando sino también en nuestro lenguaje, en nuestro cerebro, en
nuestra mente.
8. El valor de las afirmaciones:
El lenguaje no sólo es una expresión comunicativa sino que también crea realidades. De
lo que hablamos termina siendo nuestra realidad. Si nosotros tenemos un lenguaje
marcado por el pesimismo y la derrota entonces terminaremos derrotados. Si nosotros
hablamos de éxitos y de logros entonces terminaremos haciendo realidad nuestros
sueños.
¿Esto es posible? Claro que sí. Sólo que estamos hablando de pasar del lenguaje simple
a las afirmaciones. La palabra afirmación viene de firme que a su vez significa sólido, con
convicción, con fuerza, con coraje, con determinación. Quiere decir entonces que no
basta decir quiero salir adelante, sino que hay que decirlo con fe, con ganas, con
resolución. No basta que nuestro oído lo escuche sino que nuestro corazón y alma “lo
escuchen”. Sólo cuando hemos llegado al corazón y al alma, además del cerebro por
supuesto, tenemos altas probabilidades de hacer realidad nuestras afirmaciones.
Si nosotros como padres torpemente le decimos a nuestro hijo reiteradamente que es un
inútil y un incapaz él terminará por creérselo y efectivamente actuará como un inútil y un
incapaz. Por el contrario si le decimos que es inteligente, que es generoso él terminará
siendo inteligente y generoso. Lo que en el fondo con las palabras lo que estamos
haciendo es “programar” el cerebro de nuestro hijo. Es por eso que tenemos que tener
mucho cuidado con nuestro lenguaje y nuestras afirmaciones.
Con el lenguaje, con el ejemplo, con las afirmaciones positivas, preparémonos para crear
las condiciones para el desarrollo comunal. De ahí que las palabras y afirmaciones de
aliento y estímulo son muy importantes. De nosotros depende favorecer el desarrollo
comunal. Las palabras también crean realidades.
Cuando hemos indagado las razones nos han dicho que es por falta de confianza y de
costumbre. No siempre es un problema de idiomas, aunque también se puede dar el caso
cuando los externos no hablan el idioma de la comunidad. Además porque tienen temor
de quedar mal tanto con los comuneros como con los externos. Sienten que lo que
pueden decir no está bien o no se van a considerar sus opiniones.
Lo que encontramos entonces es que falta una comunicación asertiva por tener baja
confianza y baja autoestima personal. No es necesario que lo sepamos todo para poder
hablar o expresarnos, tampoco los externos lo saben todo, inclusive hasta atreverse a
hacer preguntas es importante para establecer puentes comunicacionales.
Es así cómo muchas veces en las comunidades se nombran autoridades a los que tienen
facilidad de expresión, sea porque han realizado el servicio militar, han estudiado en la
ciudad o porque ya tienen una larga trayectoria de gestiones en la ciudad. No obstante, al
no expresar nuestros pensamientos, sentimientos y propuestas frente a externos tal vez
estemos perdiendo oportunidades de construir conjuntamente opciones para el desarrollo
de la comunidad. Bueno es dar a conocer nuestras ideas, estemos o no de acuerdo con
las propuestas de los externos. No es malo que haya diferencias, las discrepancias
también son saludables en tanto nos permiten conocer de mejor manera cómo los actores
perciben determinada situación. Es en base al diálogo respetuoso y alturado donde
podemos encontrar caminos mutuamente compartidos.
El silencio puede ser también un medio de comunicación poderoso sin que nos estemos
dando cuenta. El silencio puede estar diciendo a gritos lo que no queremos hacerlo
explícito mediante la palabra hablada. Las dilaciones o demoras también están mandando
poderosos mensajes por lo que es importante que podamos administrar todos estos
aspectos de la comunicación.
Las personas como tales con todo su potencial biológico, psicológico y social son un
componente fundamental de las organizaciones. Sus conocimientos y experiencias son
recursos muy importantes. Se prefiere hablar de gestión de talentos antes que recursos
humanos porque las personas, a diferencia de las cosas, no tienen una finalidad
utilitarista. Las personas valen por el hecho de ser tales.
En nuestro trabajo con las comunidades hemos encontrado que no siempre existe un
concepto de gestión de la información, pues ésta se encuentra dispersa, perdida o incluso
en manos de terceros. Como podemos imaginar sin estos recursos informativos es muy
difícil tomar buenas decisiones o realizar seguimiento a nuestras actividades.
Significa entonces que tenemos que aprender a gestionar la información. Esto implica:
• Generar información
• Organizar la información
• Procesar información
• Enriquecer información
• Almacenar información
• Favorecer el acceso a la información
En varios casos hemos encontrado, por ejemplo, que cuando se produce cambio de
autoridades en la comunidad, no se entrega toda la documentación y hay
desconocimiento de acuerdos y compromisos. En otros casos se dice que tenemos
deudas con el maderero pero no se sabe exactamente el monto, cuánto fue el monto, bajo
qué condiciones se dio la relación. También hemos visto que muchas comunidades no
tienen un registro de la madera que ha estado llevando el maderero producto de un
acuerdo. Como pueden imaginar toda esta situación nos lleva a que la comunidad afecte
su desarrollo.
Cierto es que somos una cultura básicamente oral, eso no es negativo, así ha vivido la
humanidad durante muchísimo tiempo, sin embargo con la invención de la escritura
hemos podido capturar las palabras y nos permite pasar nuestra memoria a muchas
personas de las generaciones presentes y futuras. Por eso existen las bibliotecas, por eso
existen los archivos nacionales. Incluso ahora existen las bibliotecas virtuales a las que
podemos acceder vía Internet.
En todas las comunidades socias los Facilitadores Zonales están dispuestos a contribuir
en este proceso. De paso podemos hacer el inventario de documentos faltantes, hacer
gestiones para recuperarlos o en algunos casos realizar nuevas gestiones o
levantamiento de la información respectiva.
Hace pocos días estuve en la comunidad de Tarapoto en Iquitos y quisimos hablar sobre la historia
comunal. Fue ahí donde nos percatamos que las autoridades de la comunidad no tenían los
diversos documentos de la comunidad pues éstos se encontraban dispersos en las diferentes
autoridades que habían pasado por la comunidad. Tampoco había la seguridad que estuvieran
completos.
En nuestras visitas a las comunidades también hemos encontrado casos de compromisos con
madereros pero que los dirigentes no sabían dar razón quién tenía el documento.
Esta situación se explica porque no siempre existe un proceso ordenado de entrega de cargos.
Consecuentemente esto es algo que hay que abordar seriamente. Así como una persona debe
tener toda su documentación ordenada también la comunidad debe tener muy ordenada toda su
documentación.
El hecho es que en las comunidades no todos tienen DNI o no los tienen actualizados. Más aún,
hemos encontrado muchos casos donde adultos y niños, niñas no cuentan ni siquiera con partida
de nacimiento. Tal vez en la comunidad eso no signifique nada pero la verdad es que estamos
dejando de ejercer nuestro derecho a la identidad. Es importante tener los documentos para
ejercer nuestra ciudadanía.
En forma análoga es importante que nuestra comunidad cuente con todos sus documentos en
orden, en regla, que no sólo estén concentrados en un solo lugar sino que tomemos las
previsiones del caso para su apropiada conservación pues por efecto del tiempo, la humedad y los
insectos se pueden deteriorar. Si es que no tenemos la documentación al día entonces amerita
comenzar una campaña interna para la recuperación de documentos o completar la tramitación de
los que nos falta.
Por todos es reconocido el gran conocimiento de los pueblos indígenas sobre aspectos de
la diversidad de plantas y animales pues forma parte intrínseca de su cultura. Pese a que
hay avances importantes en legislación nacional sobre la protección de los conocimientos
colectivos tradicionales (Ley Nº 27811, Ley que establece el Régimen de Protección de
los Conocimientos Colectivos de los Pueblos Indígenas vinculados a los Recursos
Biológicos) todavía los avances son iniciales.
Es así como recientemente se ha logrado, con el apoyo del Proyecto de Gestión Comunal
de Bosques Inundables, que la Comunidad Nativa Caco Macaya inscriba dos
conocimientos tradicionales en INDECOPI constituyéndose en el primer registro nacional
y mundial. Esta situación abre un sinnúmero de oportunidades para que los conocimientos
tradicionales colectivos puedan constituirse en un factor clave de autodesarrollo comunal.
Objetivos de la Ley:
Todos estos registros están a cargo de INDECOPI que es el Instituto Nacional de Defensa
de la Competencia y de la Protección de la Propiedad Intelectual.
Propósitos de los Registros:
Estos registros tienen carácter de confidencialidad por lo tanto no podrá ser consultado
por terceros.
f) Acta en la que figura el acuerdo de registrar el conocimiento por parte del pueblo
indígena.
La solicitud deberá ser acompañada de una muestra del recurso biológico sobre el
cual versa el conocimiento colectivo objeto de registro. En aquellos casos en que
la muestra sea de difícil transporte o manipulación, el pueblo indígena que solicita
el registro podrá requerir al INDECOPI que le exima de la presentación de dicha
muestra y le permita presentar, en su lugar, fotografías en las que se puedan
apreciar las características del recurso biológico sobre el cual versa el
conocimiento colectivo. Dicha muestra, o en su caso, dichas fotografías, deberán
permitir al INDECOPI identificar de manera fehaciente el recurso biológico en
cuestión y hacer constar en el expediente el nombre científico del mismo.
Se mencionada además que los pueblos indígenas pueden organizar Registros Locales
de Conocimientos Colectivos, de conformidad con sus usos y costumbres. En tal situación
es obligación del INDECOPI prestar asistencia técnica para la organización de estos
registros, a solicitud de los pueblos indígenas.
Conclusión:
Caco Macaya, comunidad de Región de Ucayali ya ha dado un paso inicial pero muy
importante que señala la ruta a seguir a muchas comunidades. Este es un potencial que
no deberíamos descuidar. Forma parte de la riqueza cultural de nuestros pueblos.