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Yoga vs droga

Cuando hablamos de droga hacemos referencia a cualquier estimulante;


sea hierba, fórmula química o líquido fermentado que influye en el
sistema nervioso después de ser ingerido, inyectado u olido, causando
un efecto de cambio en la conciencia de quien la consume. Esta
conciencia artificial y temporal manifiesta muchos síntomas que
generalmente tienen consecuencias adictivas sobre la persona. Un
síntoma no evidente de las drogas es que el consumidor pierde una de las
características principales del ser humano que es la capacidad de
discriminar entre el bien y el mal.

La droga es un escape, un refugio en la ignorancia más oscura. Las


motivaciones para el consumo pueden ser muchas, pero se pueden
resumir en una simple fórmula: "La incapacidad de encontrar felicidad en
la vida en estado normal.” El consumo de tóxicos y estimulantes no es
nada nuevo. El aumento de la intoxicación siempre fue el síntoma de la
decadencia de un pueblo opulento y exitoso materialmente; los romanos
son un buen ejemplo.

Las drogas en sus múltiples formas, no sólo causan daño físicamente


afectando la vida material de las personas sino, sobre todo, porque
imposibilitan al ser humano para cumplir con el verdadero propósito de la
vida: la auto-realización. En otras palabras, imposibilitan al hombre
encontrarse a sí mismo, para encontrar la alegría permanente y natural, y
para adquirir el conocimiento que va más allá de las observaciones
sensuales relativas y que le permite disfrutar de su existencia eterna.

Por otro lado, el consumidor de drogas pierde todo sentido de conducta


responsable propia de un hombre civilizado. ¿Cuántos padres de familia
toman alcohol sin pensar en alimentar a sus propios hijos? Y, ¿cuántos
jóvenes, incluso de buenas familias, se han vuelto delincuentes para
financiar su vicio?

Tradicionalmente la intoxicación ha estado en conflicto con las religiones


genuinas que siempre han denunciado la droga como un obstáculo en el
camino espiritual y como una forma evidente de destruir lentamente el
cuerpo que nos dio Dios. Lamentablemente nuestra sociedad moderna,
materialista y atea, trata de deshacerse del sentido de culpabilidad ante la
voluntad divina; cuya base filosófica dice que cuando el cuerpo muere
todo se acaba y que debido a eso la moral religiosa es sólo un obstáculo
que impide disfrutar de la vida.
Con todas estas desviaciones es fácil que alguien se pregunte ¿Para qué
vivo yo si no es para disfrutar? Y aquí la droga nos da su aparente
respuesta: "Disfruta ya, pues mañana puedes estar muerto; haz como
todos los demás, haz de la vida una fiesta".

No se trata de aliviar el exceso de una cosa aparentemente agradable y


buena; ¡No! Se trata de liberarnos de un concepto erróneo que nos hace
perder la preciosa oportunidad de tener este cuerpo humano y que nos
vuelve desagradecidos, irresponsables, animalísticos y bárbaros
desafortunados. Debemos buscar valores libres de la tendencia de
explotar a los demás. El materialismo nos dice que: "La fuerza es la que
da el derecho, y no el derecho el que da la fuerza," pero ésta no puede ser
la base de una vida humana civilizada; más bien es la ley de la selva
donde garras y colmillos substituyen bondad y justicia.

Vemos también que en algunas culturas antiguas, las drogas como el


yahe, los hongos, la coca o la mescalina, formaron parte de rituales y
cultos, atribuyéndoles fuerzas superiores a sus efectos. Esta también es
una justificación muy usada por personas adictas. Para comprender este
tema científicamente, tenemos que acudir a la información dada por
nuestro maestro espiritual Srila Prabhupada. Él vino a Occidente para
abrirnos los ojos con la antorcha del conocimiento y nos inspiró para
tratar de seguir una vida pura en el servicio a Krishna (Dios), y en el
servicio a todos los hijos de Krishna, sin discriminación de raza, sexo,
religión, etc. En el Bhagavad-gita, uno de los libros más antiguos del
mundo se explica que nuestro cuerpo está dividido en dos partes, las
cuales sólo funcionan con la presencia del alma (espíritu), que lo provee
de conciencia y que pertenece a la energía antimaterial. Las dos
divisiones del cuerpo material se conocen como cuerpo burdo y cuerpo
astral (sutil). El cuerpo burdo está constituido por cinco elementos (agua,
aire, éter, fuego y tierra), los cuales combinados forman todas las células
del organismo. El cuerpo astral está formado por el ego falso, la mente y
la inteligencia. En general, el cuerpo sutil (astral) está atrapado bajo las
demandas del cuerpo burdo; y por ello casi no percibe la existencia del
mundo astral, en el que se encuentran incluso muchos espíritus que
perdieron sus cuerpos burdos a causa de una vida pecaminosa y están en
el campo astral esperando una oportunidad de recibir nuevamente en un
cuerpo burdo. Ciertas drogas utilizadas por los aborígenes americanos
abrían a los intoxicados la comunicación con seres del mundo astral,
como en el caso del médium espiritual; y debido a su ignorancia sobre la
posición del alma eterna y de la posibilidad de liberarse de las redes de
esta existencia material, ellos le atribuían un carácter divino a sus
conexiones con el plano astral.

Los Vedas enfatizan con ejemplo que no somos este cuerpo. Tanto el
cuerpo sutil como el burdo son distintos del alma eterna. Así como un pez
fuera del agua, no puede ser feliz con una buena cuenta bancaria, del
mismo modo; el alma en el cuerpo no puede ser feliz mediante arreglos
materiales, ni en esta vida ni en la próxima.

Cuando el alma descubre su naturaleza eterna y establece con bondad y


pureza su posición naturalmente feliz como sirviente de Krishna (Dios),
puede liberarse del ciclo de repetidos nacimientos y muertes; y volver a
su dulce hogar, "el mundo espiritual”.

El cuerpo astral, especialmente nuestra mente, nos causa muchos


problemas a la hora de decidirnos por una vida con alternativa espiritual.
Sin embargo, si la inteligencia entra en contacto con la educación y la
guía apropiada de un maestro espiritual fidedigno, entonces se capacita
para controlar la mente y los sentidos y usarlos en forma maravillosa para
ayudar a los demás en la espiritualización de sus vidas. De esta manera,
un drogadicto se puede deshacer de su desesperación y tener un
entusiasmo extraordinario de amor espiritual.

La pregunta de "¿Para qué vivimos?" Se responde así: Nuestra vida


debería estar dirigida hacia Dios, y una de las formas es mediante el canto
del Maha Mantra Hare Krishna que conecta al aspirante con la plataforma
espiritual y le da fuerza para vencer cualquier vicio mediante la formación
de una firme voluntad. A la persona sin voluntad fuerte, no se le puede
ayudar a dejar la droga.

La droga es un enemigo aunque parezca atractiva. La droga trae consigo


muchos y variados problemas. La propia salud física y mental se destruye
rápidamente. Las responsabilidades como miembros de una sociedad se
descuidan. Las drogas, en muchas ocasiones, traen desastrosos
resultados a los hijos procreados bajo sus efectos. Y todo esto no es más
que las reacciones inmediatas que podemos ver manifestadas ante
nuestros ojos.

Pero hay otros efectos más serios todavía, que son revelados por las
escrituras de la India. De acuerdo con los Vedas, nuestra vida es como
una escuela en la cual tenemos que aprender muchas lecciones.
Lecciones de amor, bondad, compasión, pureza, sacrificio, honestidad y,
sobre todo lecciones de cómo alcanzar la comprensión de nuestra
posición eterna, lograr la auto-realización.

Comprender la posición eterna en el mundo espiritual y establecer su


correcta relación con Dios como su sirviente eterno, lo hace a uno
graduarse en la escuela de la vida y el beneficio es que uno puede
terminar con la dura escuela de los nacimientos y muertes repetidos; y
puede así, volver al hogar espiritual. Esta es la perfección de la vida, si no
la logramos ahora, tendremos que recibir en nuestro próximo cuerpo las
reacciones tanto buenas como malas de todo lo que hacemos durante
esta vida con base en el principio "por cada acción hay una reacción". El
propósito es muy simple, si pensamos que otros deben sufrir cuando
queremos conseguir nuestro propio disfrute, después deberemos
padecer la misma situación o mas grave en nuestro propio cuerpo. La
enseñanza es con el fin de que podamos abandonar algún día nuestra
tendencia a la explotación y al abuso.

Esta es la ley del karma (acción y reacción, la justicia infalible), y la ley de


la reencarnación, que han sido aceptadas desde hace miles de años por
culturas enteras y por importantes pensadores de la cultura occidental
como Platón, Sócrates y el famoso padre de la Iglesia , Orígenes.

El uso de la droga en la vida humana se puede comparar con el estudio


en la escuela: se pierde el curso por no atender, y como resultado una
gran oportunidad que se echa a perder. El principal perjudicado es quien
consume. Así, alguien que utiliza esta vida humana para gratificar los
sentidos con drogas ni siquiera va a recibir otro cuerpo humano en la
próxima existencia, mas bien tendrá que encarnar en especies inferiores.
"Uno no sabe valorar lo que tiene hasta que lo pierde;" si uno no aprecia
este maravilloso regalo que es el cuerpo humano y no busca la auto-
realización, mucho sufrimiento tendrá que experimentarse. Y ni qué decir
de las personas que mueren en un estado intoxicado; los Vedas afirman
que por mucho tiempo ellos quedan privados de la oportunidad de tener
un cuerpo material burdo, que es necesario tanto para disfrutar como
para avanzar. En la forma de fantasmas, ellos persiguen
desesperadamente las propensiones de sus cuerpos muertos; lo mismo
sucede con los que se suicidan. Estos tipos de peligros con las drogas no
son tomados en cuenta por la sociedad moderna. Las drogas simbolizan
el escape, el escape de una vida ordinaria y aburrida, una vida sin ánimo y
sin filosofía. En lugar de comprender la naturaleza opuesta de las drogas
para la vida humana, los materialistas tratan de discriminar entre una
droga y otra, considerando sus efectos. Drogas legales traen impuestos
para el gobierno y las ilegales dan dinero a los traficantes, pero ambas
traen miserias al consumidor.

He estado meditando en amigos que todavía no analizan que la droga


sólo hace daño. El daño más grande es hacia uno mismo y por esta razón
se hace daño a las demás personas cercanas, porque si usted se daña a
si mismo entonces ya no podrá ser más un buen padre, hermano(a),
esposo o esposa. Que lastima amigo(a).

Muchos de los que consumen droga se vuelven depresivos, y tiene


también que empezar a tomar pastillas para no enloquecerse. De este
modo, causan mucho dolor a todos, hasta los amigos los tienen que
abandonar. La droga conduce a la gente a hacer cosas tan feas, como
robarle a los seres más queridos lo que necesitan, violar los sentimientos
de los demás y sus derechos. Así se cosechan reacciones que ni en el
infierno parece que se pudieran pagar. Ellos no tienen infierno pues lo
que crean alrededor de ellos ya es peor que el infierno.

La droga y sus adictos son el símbolo de la desviación del camino hacia


Dios. El afán de disfrute los lleva a destruir todo en la vida, hasta el amor,
ese precioso aspecto de cada uno que permite moldear el propio ser para
agradar a Dios y a otros seres. Este precioso amor para el drogadicto se
vuelve totalmente inasequible. Él, drogándose, su hijo sin comida, su
mujer en llanto, riéndose en su intoxicación, destruyendo el resto de vida
que le queda. Droga o Krishna (Dios) no es pregunta, no es comparación.
Krishna es lo único que nos puede salvar.

Tenga en cuenta que en este mundo casi TODOS toman algún


anestesiante en forma de píldoras, trago, yahe (ayahuasca), marihuana,
coca o inyectándose cosas. Pocos viven si intentan escaparse de esto y
hacer frente a su propia ignorancia, al egoísmo que nos tiene atados a la
existencia material.

La televisión es otro tipo de droga, una droga para vivir sin pensar, sin
tomar responsabilidad.

Así, amigo, ¡decídase ya! Nadie sabrá nada de Dios mientras siga
tomando drogas. Se hunde, se pierde, se vuelve peor que lo peor. Aun
puede cambiar el futuro. No se pierda. Deje esta horrible ilusión. No se
auto-engañe pensando que no esta tan mal; una hierba natural, es para
relajarme. Hay estudios que dicen que la droga ayuda para alguna
enfermedad, me quita el dolor de cabeza, etc. Quien se intoxique se esta
alejado del camino correcto. Aunque se corrija y recupere su sano juicio
demorara varios años, y generalmente se vuelve a caer por no saber
realmente con que se están metiendo. Locos sin inteligencia, no pueden y
no quieren abrir los ojos, o pretenden ser pseudo espiritualistas, quieren
usar su especulación para ignorar lo que los grandes Maestros de la
verdad como Srila Prabhupada nos han revelado.

Quien tiene guía en la vida tiene salida del peligroso océano de las
drogas. Barco sin timón es vida sin sentido.

Así, su alma y su conciencia, necesitan la protección y la guía de


personas que conozcan la esencia del ser y el verdadero objetivo de la
vida para recuperarse.

Consumir drogas pocas veces es suficiente para perderse. No juegue con


su vida.

El gran Maestro Swami Prabhupada nos reveló el secreto conocimiento


de las antiguas escrituras Védicas y así salvó a muchos de la droga.
Desde hace muchos años ha existido una ola para estar "en onda," "chic"
o "cool" y así la juventud gradualmente ha comenzado a exterminarse por
medio de suicidio, sobredosis, en la cárcel, en el manicomio y totalmente
frustrados. Ni los Beatles, ni Pink Floyd pudieron salvarlos de la
desgracia. Y por supuesto, los padres borrachos no andan mucho mejor.

De este modo debemos agradecer a quien nos han mostrado el camino


correcto para salvarnos de las drogas, tal como lo hizo Swami
Prabhupada, quien además nos ha mostrado el tesoro del amor divino.

En conclusión, la falta de conciencia espiritual y una mentalidad


materialista son una causa de la drogadicción. Nosotros esperamos que
con esta pequeña contribución, podamos despertar la conciencia de
muchos para que puedan comunicarles a todos sus amigos, familiares o
conocidos que tengan problemas de drogas, y que busquen verdaderas
soluciones para resolver todos los problemas de la vida.

Máximas:
“La gente se intoxica porque no aguanta su conciencia” “Nada hay más
peligroso que la libertad sin responsabilidad. Reconocer y buscar la
responsabilidad es madurar.”

Swami B.A. Paramadvaiti

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