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El almirante Piri Reis , era un militar otomano que en 1507 había capturado siete
buques españoles. En uno de ellos, halló en poder de un marinero mapas que
se atribuían a Colón, dado que le había acompañado en tres de sus viajes. En
1513, Piri Reis ofreció como regalo al sultán Selim I un mapamndi, dado que en
aquel entonces ya gozaba de un justo reconocimiento como cartógrafo, pues
anteriormente había confeccionado hasta 210 mañas, que conformaban una
colección o bahriye denominada “El libro de los Mares”.
Charles H. Hapgood, tal vez uno de los mayores científicos del siglo XX, que
gozó de la amistad y el apoyo de Albert Einsten en sus teorías, supo apreciar en
su justo valor dichas afirmaciones. Como gran estudioso de los períodos
glaciares, así como de las grandes alteraciones climáticas del planeta debidas a
los cuatro grandes cambios de posición de los polos, confirmó que las tierras de
la Antártica, habían disfrutado de climlas templados al menos cuatro veces en el
último millón de años. En el período más reciente, entre 6000 a 15000 años
estuvo sometida a temperaturas más templadas, y según explica en su libro “La
corteza terrestre se desplaza” se debe considerar que las tierras de la Antártica
estuvieron totalmente libres de hielos, aproximadamente, hace unos 10.000
años. Los ríos debían correr en aquel entonces por la superficie del continente
austral, tal como se refleja exactamente en el maña de Piri Reis, lo cual ha sido
debidamente contrastado por la existencia de sedimentos de aluvión.
Debe hacerse notar, que esa zona, aunque fuera atravesada anteriormente por
Magallanes, no fue bien explorada hasta 1578 por el pirata Drake, ni tampoco
fue descubierta oficialmente la Antártica hasta 1820. Por todo ello, Hapgood
decía que estos mapas debían provenir de antiguas culturas o civilizaciones hoy
desconocidas.
En el seno del Año Géofísico Internacional, ante la evidencia de tantas pruebas,
la comunidad científica admitió la existencia de un continente en mitad del
Océano Atlántico, aunque no se pudiera demostrar todavía que estuviera
habitado. Por lo tanto, aunque suele desconocerse este dato, oficialmente, se
admitió la existencia del continente atlante entre América y las costas de Europa
y África.
[Platón ya afirmaba que la isla principal era mayor que Libia y Asia reunidas, que
de ellas los viajeros podían posar a otras islas y desde éstas a un vasto
continente situado más allá…¿Se correspondería su forma con la isla dibujada
en el centro del océano, a la cual Piri Reis denomina como Antilla?...¿Son las
Antilas parte de aquel otro archipiélago original?... ¿Serán llamadas, entonces,
las Islas Canarias como “islas afortunadas” por haber eludido el catecismo
atlante?]
Es sorprendente comprobar que, en los mapas de Piri Reis, las distancias entre
los continentes ribereños, del Atlántico presentan una gran exactitud, a pesar de
las dificultades para medir la longitud y la latitud en alta mar aún en el siglo XVI.
Además, dichos mapas, aparentemente deformados, cuando se lleva su
representación a la curvatura esférica de la tierra encajan perfectamente con las
distancias reales, lo cual implica un conocimiento práctico y cotidiano de la
esfericidad del planeta. Mas sorprendente puede resultar la afirmación de
Maurice Chantelain, científico espacial francés, quien indica que las tierras se
hallaban representadas en el mapa de Piri Ral como aparecerían vistas desde
una distancia considerable, es decir, como si fueran el fruto de una moderna
planimetría lograda mediante una foto aérea, realiza con un vuelo cuyo enfoque
se hallara situado, a una altura de 4.300 m. sobre la zona de El Cairo.
Por tanto los mapas de Piri Reis son mapas actualizados, mucho más
avanzados que las cartografías europeas de su época y los mapas medievales
disponibles hasta entonces, como el de Martín Behaim, Toscanelli, etc… y bien
podrían ser una representación actualizada con los últimos descubrimientos,
sobre una base cartográfica de antiguas civilizaciones.
Aunque Piri Reis en todo momento afirma que su procedencia es sobre todo de
los mapas de la época de Alejandro el Grande, o del mapa intervenido a Colón,
nada nos impide pensar que ellos – al igual que los cartógrafos citados- tuvieron
acceso a mapas anteriores, y aunque ello no resta mérito al valor de sus
aventuras y descubrimientos, agranda las sombras de la historia, y deja muchas
preguntas sin respuesta….
PIRI REIS Y EL MAPA DE COLÓN
Un famoso mapa otomano nos acerca a las fuentes utilizadas por el propio
cómo éste visualizó sus descubrimientos.
(señala Guanaaní)
Piri Reis pasó los dos años siguientes en Galípolis trazando un mapa del
mundo. Aunque Bayazid murió en 1512, es probable que este proyecto
contara con el apoyo del sultán, o que por lo menos fuera conocido en círculos
oficiales. Esto puede deducirse del hecho de que Piri utilizó 20 mapas
originales; es posible que hubiera coleccionado algunos de estos
personalmente, ya sea por captura o compra, pero es probable también que
los oficiales del sultán le proporcionaran cartas marinas portuguesas al día.
En una de las inscripciones del mismo mapa, Piri Reis cita estas fuentes y nos
dice cómo las utilizó:
"Un buque genovés que zarpó de Flandes fue llevado por una tormenta a
estas islas, y así se las llegó a conocer." Según lo que se sabe, las Azores
fueron vistas por primera vez alrededor de 1420 por un buque portugués, no
uno genovés. Sin embargo no hay que descartar la posibilidad de un
descubrimiento anterior por parte de los genoveses, aunque el conocimiento
de este hallazgo habría estado limitado a círculos genoveses.
La leyenda de las Islas de Cabo Verde parece reforzar la idea pues dice:
A bordo del buque portugués que descubrió las Islas de Cabo Verde en 1456
había un genovés al servicio de los portugueses que se llamaba Antoniotto
Usodamare. Las islas del archipiélago no fueron exploradas completamente
hasta 1460, cuando otro genovés, Antonio da Noli, fue nombrado gobernador
de la isla de Santiago. Como el capitán de Piri habla de un descubrimiento
aleatorio, el Messer Anton de su mapa original era probablemente Antoniotto
Usodamare, el primero de estos dos Antonios genoveses asociados con las
islas. Nuevamente, esto indica un origen genovés para la carta que estaba
copiando Piri: el orgullo local explicaría porqué se mencionó como descubridor
al capitán genovés y no al veneciano que fue el más importante.
Esto es lo que Piri Reís nos dice en una larga leyenda que se encuentra en el
mismo mapa:
El libro que "llegó a" manos de Colón era probablemente el Imago Mundi de
Pierre d'Ailly. Esta obra medieval tardía, impresa en Louvain, en lo que es
actualmente Bélgica, en tres volúmenes entre 1480 y 1482, era la lectura de
cabecera favorita de Colón. Su propio ejemplar, cuyos márgenes están llenos
de anotaciones de su propia mano, sobrevive en la Biblioteca Colombina,
fundada por su hijo Hernando, en Sevilla. Una sola cita del Imago Mundi
demostrará porqué enardeció la imaginación de Colón: "El fin de España y el
comienzo de la India no están muy lejos sino cerca, y es obvio que este mar es
navegable en pocos días con viento favorable".
Los españoles no sólo comerciaban cuentas por oro, sino trozos de loza rota,
puntas metálicas de lazos de botas y trocitos de correas de cuero. Es verdad
que los indios estaban dispuestos a cambiar su oro por estos bienes exóticos.
Las perlas se encontraron en el tercer viaje, frente a la costa de Venezuela,
pero en grandes cantidades fueron encontradas no por Colón sino por Alonso
de Ojeda y Pedro Alonso Niño en una expedición independiente en 1499.
Todos los que navegaban con Colón podían haberse enterado de esto, y del
palo brasil, que se utilizaba para hacer tinturas.
Nadie que mire la sección sur del mapa de Piri beis podrá dejar de admirar la
exactitud de la costa sudamericana. Esto es algo que Piri sacó de las cartas
marinas portuguesas, como lo indican los nombres de lugares. Una leyenda
explica:
Ila de Sara tiene una leyenda: "Estas islas están deshabitadas, pero abundan
las especias". Esto, las islas innombradas de la cercanía y la estilizada costa
indentada, parecen repetir los rasgos caribeños. Nuevamente cabe sospechar
que se ha cometido un error al tratar de reconciliar varias cartas marinas
divergentes. En la parte continental hay una inscripción que dice: "En este país
se encuentran criaturas de cabello blanco como ésta, así como ganado de seis
cuernos". Los portugueses habían escrito esto en sus mapas : ¿Qué es el
ganado de seis cuernos?