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CULTURA
La cultura de la Hispania romana es inseparable del proceso de romanización e incluye
muchos aspectos que dependen de la diversidad de ritmos, intensidad y circunstancias
tanto de la conquista como de la integración de las regiones peninsulares en el ámbito
romano. El proceso de romanización se basa en dos pilares fundamentales: latinización
y urbanización. La lengua latina como vehículo de comunicación y la generalización
del urbanismo romano como modelo de espacio de convivencia social muestran la
integración progresia de las provincias hispanas en la cultura helenístico‐romana.
LATINIZACIÓN
A la llegada de los romanos la Península tenía muchas diversidades, incluída la
lingüística:
¾ lenguas ibéricas con sus numerosas variantes,
¾ lenguas indoeuropeas (protoceltas y celtas)
¾ las reliquias lingüísticas como el vasco primitivo
¾ lenguas mediterráneas introducidas y extendidas por las regiones costeras por
púnicos y griegos
Con la conquista se inició su progresiva sustitución por el latín. Las zonas de más
temprana y extensa implantación fueron el valle del Guadalquivir y las zonas costeras,
mientras que en buena parte del área ibérica la escritura y la lengua ibérica se siguieron
usando hasta la tardía República. Por lo tanto durante un tiempo existieron fenómenos
de bilingüismo en algunas zonas, lo que atestiguan las leyendas monetales, escritas en
ibérico y en latín, algunos pactos de hospitalidad o los bronces de Contrebia Belaisca
(Botorrita), contemporáneos pero escritos uno en latín y otro en celtibérico.
Agentes de la latinización
Los vehículos de extensión del latín fueron múltiples: ejército, administración,
comercio, emigración romano‐itálica. A ellos se añadió, quizá con mayor eficacia, el
deseo de las oligarquías de integrarse en el ámbito cultural de los conquistadores, lo
que fue potenciado por el otorgamiento de derechos municipales y por la política de
urbanización de César y Augusto. La latinización se completó a lo largo del primer
siglo del Imperio en paralelo con la urbanización. El uso de lenguas indígenas quedó
restringido a áreas rurales y estratos sociales humildes.
Sistema educativo romano
Con la lengua se introdujo el sistema educativo romano. Sertorio lo había ensayado en
Osca a principios del siglo I a.C., con la fundación de una escuela para niños de las
oligarquías indígenas. El sistema educativo romano se extendió al propio ritmo de la
urbanización. Hay abundante documentación epigráfica que testimonia la existencia de
muchos pedagogos y gramáticos en bastantes ciudades hispanas.
Escritores latinos de origen hispano
La cultura romana arraigó en Hispania sobre todo entre las elites indígenas, que se
identificaron con sus ideales, lo que explica que, desde comienzos del Imperio,
Hispania destacara en la literatura. El significado de Hispania en la historia literaria de
la Roma antigua no implica “hispanidad”, concepto que se ha utilizado confusamente.
La literatura latina es esencialmente romana y tiene a Roma como punto de referencia
en todos los aspectos. Los escritores nacidos en Hispania son romanos en todos los
sentidos aunque en algún caso, como Marcial, recuerden su lugar de nacimiento con
nostalgia.
Sin que pueda establecerse rasgo alguno que los identifique como hispanos por encima
de su carácter de romanos, durante el siglo I se desarrolla el núcleo más importante de
escritores latinos de origen peninsular:
¾ la familia de los Anneos cordobeses, a la que pertenecen:
Marco Anneo Séneca el Viejo, destacado retórico
su hijo Lucio, influyente preceptor de Nerón, filósofo y dramaturgo
el poeta Marco Anneo Lucano, autor de La Farsalia y sobrino de Lucio
¾ otros hispanos, amigos o protegidos de los Anneos:
Lucio Junio Moderato Columela, cultivador de la literatura técnica agrícola
Marco Valerio Marcial, el autor más importante del epigrama, de Bilbilis
(Calatayud)
¾ Marco Fabio Quintiliano, que estableció un modelo de latinidad con sus
Institutiones oratoriae
¾ Pomponio Mela, geógrafo