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Abstract:

La producción audiovisual, y en particular la televisión han cambiado a lo largo


del tiempo a partir de las tecnologías que han tenido influencia en su desarrollo.
En particular en los últimos años, las nuevas herramientas tecnológicas han
posibilitado la emergencia de nuevos partícipes en la producción y en la
definición de la manera en que esos productos son consumidos. Es por ello
que en este trabajo intentaré conocer y analizar las formas en que la
incorporación de nuevas tecnologías afecta y viabiliza cambios en la
producción, distribución y consumo de los productos audiovisuales; como
también buscaré indagar en las posibilidades que brindan las nuevas
tecnologías para la aparición de nuevos medios, a la par de las maneras en
que los “viejos medios” se adaptan y coexisten con estas nuevas maneras de
“hacer”.

Palabras claves:
Televisión – Audiovisual – Consumo – Usuarios – Contenidos – Producciones –
Dispositivos – Tecnología - Medios

Gisela Botta 2
Índice

Usted está aquí ................................................................................................. 4

Parte 1: El proyecto .......................................................................................... 5


Interviniendo el audiovisual. Introducción............................................................................... 6
Emprendiendo el viaje. Hacia dónde vamos ............................................................................ 9
Hacer 2010. Redibujando prácticas......................................................................................... 11
Equipaje de mano. Consumos culturales y medios: algunos conceptos claves ...................... 13

Parte 2: La televisión ..................................................................................... 20


Había una vez… Breve historia de la TV .................................................................................. 21
Dime qué haces y te diré que TV miras. De las prácticas y usos de la TV en el tiempo ......... 26
Consumos alternativos. Nuevos medios: Portabilidad e individualización del consumo ....... 28

Parte 3: Los usuarios ..................................................................................... 33


Haciendo TV. Cambios en las industrias audiovisuales .......................................................... 34
Yo-Tube. El sujeto productor ................................................................................................... 40
Cine miniatura. El audiovisual minimizado ............................................................................. 48
Llegando a diferentes puertos. Todo lo que debe saber para hacerlo Ud. mismo ................ 58

Parte 3: El final ............................................................................................... 66


Conclusión inconclusa. Nunca está dicha la última palabra .................................................. 67

Anexo .............................................................................................................. 73
Innovaciones televisivas. La TV digital ................................................................................... 74

Bibliografía...................................................................................................... 79

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Usted está aquí

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Parte 1: El proyecto

Gisela Botta 5
Interviniendo el audiovisual
Introducción

“Pero es una oportunidad extraordinaria para los individuos, los países, las
entidades pequeñas, poderse comunicar unos con otros, expresarse,
manifestar su identidad; y de hecho, en las redes está ocurriendo lo contrario
de lo que todos habían profetizado hace 4 o 5 años; en lugar de una especie de
homogeneización de las redes se está produciendo una explosión de la
diversidad, a veces desconcertante”
Joël de Rosnay (De Rosnay, 2002)

Todos somos potenciales emisores y receptores, pudiendo ser partícipes


activos en la construcción de la cultura de la que somos parte. Lejos del tiempo
en que la oferta cultural nos estaba limitada y condicionada, hoy a través de la
tecnología contamos con un acceso a dicha oferta que nos abre múltiples
ventanas por las que ver al mundo, y por las que mostrarle al mundo nuestra
propia mirada de lo que nos rodea y nos afecta. Es por esto que podemos decir
que los avances de la tecnología influyen en nuestro ecosistema de medios, y
modifican nuestra percepción y forma de consumo de bienes culturales.

Hoy vemos que las formas en que consumimos dichos bienes culturales,
particularmente los audiovisuales, encuentran diversificaciones con las que no
contaba en los comienzos del cine y la TV. A raíz de eso, en el siguiente
trabajo, buscaremos indagar en las nuevas formas de relación entre los
productos audiovisuales, y los dispositivos tecnológicos que hacen a su
consumo. Además veremos cómo estas tecnologías tienen participación en la
producción y la distribución de esos productos.

Todo esto en el marco de los consumos culturales, y a la luz de conceptos


claves, considerando la idea de medios que caracteriza Eliseo Verón y la idea
de tecnología que define Carlos Scolari en “Hipermediaciones” (Scolari,

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Hipermediaciones, 2008). La elección de estos conceptos en particular radica
en la inclusión dentro de ellos de una dimensión inclusiva de la acción. Tanto la
idea de medios como la de tecnología, sobre las que nos explayaremos más
adelante, son abarcativas de los dispositivos, pero también de las acciones que
con ellos realizamos, aún en estado potencial, es decir “lo que podemos hacer”,
inclusive en el caso de que esto de hecho no suceda. Resulta interesante
observar la importancia atribuida en cada caso a la acción humana y social.

A la luz de estos conceptos observaremos qué se produce dentro de los


consumos culturales que tienen lugar (y varían “en función de”) cuando un
medio, como la TV, se redefine por el uso de nuevas tecnologías. Estos
conceptos guía servirán como parámetros para pensar el desarrollo del trabajo
en el que se buscará indagar en profundidad este tema.

Teniendo en cuenta que somos productos de un proceso continuo, de


evolución, desarrollo y transformaciones, daremos una breve descripción de lo
que sería la historia de la TV, conociendo las etapas que Umberto Eco
caracteriza como Paleo-televisión, y Neo-televisión; y a la que se incorpora más
tarde, a partir de las nuevas variaciones que tienen lugar en nuestra
actualidad: la Post-televisión. Esta última se refiere a un momento de
convergencia mediática y de surgimiento de nuevos medios que resultan
formas alternativas para el consumo de los mismos productos, o como
espacios divergentes de generación y distribución de contenidos alternativos,
dotados de características propias.

La amplitud de la descripción que implica caracterizar este momento,


amerita un análisis pormenorizado, por lo que observaremos por separado lo
que atañe a la producción, tanto a nivel de grandes productoras, como a escala
de “gente común” que introduce sus producciones al circuito de consumos
culturales; a la distribución, incluyendo las distintas formas mediante las cuales
se puede acceder a los productos audiovisuales; para finalmente llegar al
consumo, indagando acerca de todas las maneras de consumo, distintos al
“centrado en” y “regido por” la TV, a partir del acceso masivo a dispositivos

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tecnológicos (en especial a las PC y a dispositivos de telefonía móvil de
utilidades amplias).

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Emprendiendo el viaje
Hacia dónde vamos

En esta época de redefiniciones del campo de los consumos culturales,


conocer las nuevas pautas que rigen dichos consumos cobra relevancia para el
campo de la comunicación. Como comunicadores debemos estar atentos al
surgimiento de nuevos nichos por los que pasan los consumidores de medios,
las maneras en que se apropian de ellos y las prácticas que hacen a su
funcionamiento. No es un detalle menor a considerar el saber que poco a poco
la televisión como medio masivo va dejando espacio a nuevos dispositivos y
modalidades de apropiación, que le dan más lugar a la participación del
espectador. El esquema de la comunicación en estos nuevos medios abre
muchos más canales en muchas más direcciones. Según Roberto Igarza:

“El punto clave es que el proceso real de comunicación


depende de la interacción entre el emisor y el receptor,
mientras que los medios masivos son un sistema de
comunicación de una sola vía”. (Igarza, Burbujas de ocio, 2009)

Cada día el espectador/consumidor pasa a ser más artífice de lo que


consume: elige cuándo, dónde, cómo y qué. Ya no se limita a lineamientos
externos, con lo cual también se redefine el papel de quien está por detrás de
la pantalla. Por lo tanto, si dicho espectador espera algo nuevo de quiénes
producen (aún más, pretende producir a la par), es interesante como
comunicadores el reconocer esas nuevas expectativas, que se constituyen en
nuestra demanda a satisfacer (o no, dado que empiezan a satisfacerse por
medios alternativos), y que al mismo tiempo nos condicionan a la hora de
plantear estrategias comunicativas para quienes pretenden llegar a esas
audiencias. Lo que antes se consideraba como audiencia televisiva en
determinado horario y canal, hoy se encuentra desperdigada en muchas
microaudiencias.

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Por todo esto, nuestro objetivo principal será el conocer y analizar las formas
en que la incorporación de nuevas tecnologías afecta y viabiliza cambios en la
producción, distribución y consumo de los productos audiovisuales; como
también indagar en las posibilidades que brindan las nuevas tecnologías para
la aparición de nuevos medios, a la par de las maneras en que los “viejos
medios” se adaptan y coexisten con estas nuevas maneras de “hacer”.

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Hacer 2010
Redibujando prácticas

Estas variaciones conllevan, sin duda, consecuencias que abarcan desde las
prácticas sociales, culturales, e incluso políticas y económicas. La familia
reunida frente al televisor poco a poco va desapareciendo ante la posibilidad
del consumo independiente y disgregado, y con ello una práctica social.

Hoy en día, y sin ir demasiado lejos, es común el encontrar televisores en los


diferentes ambientes de la casa, dispersando el reducido auditorio a las
diferentes habitaciones. Sin contar que la “descarga” de contenidos, y su
traslado en los diferentes dispositivos, afianzan aún más la portabilidad y la
individualización del consumo. (Secretaría de medios de la Nación , 2008)

A esto debemos sumar el consumo en celulares, la movilidad como hito


principal y representativo de hacia dónde vamos. El objeto que sin duda mejor
inconiza el futuro es el iPhone, dispositivo tecnológico en donde convergen el
ordenador, el teléfono, la web y el mp3 (Pisani, 2009) sin perder de vista su
rasgo diferencial: la movilidad. En palabras de Danah Boyd:

“No querremos estar bloqueados frente a nuestro ordenador


(…) Las barreras nos son tecnológicas. Más bien nos las
imponen los operadores de telefonía móvil. Hay muchas cosas
que nos gustaría hacer y que no podemos hacer” (Pisani, 2009)

Podría decirse que se están plantando las bases para un consumo televisivo
caracterizado por una recepción fragmentada, ubicua y asincrónica, en la que
se consume un programa diferente en cada aparato a la misma hora, (aún en el
seno de una misma casa) fragmentando el consumo televisivo en miles de
situaciones individuales en las que cada usuario accede a un contenido
diferente (Scolari, Hacia la hipertelevisión, 2008).

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Hay 3 rasgos que deberían ser tomados en cuenta, a la hora de identificar a
las nuevas formas de consumo: portabilidad, en cuanto a los dispositivos;
individualización, en cuanto a los contenidos; y fragmentación en cuanto al
tiempo destinado al consumo. Portabilidad, ya que las nuevas tecnologías traen
consigo aparatos cada vez más pequeños, los cuales son fácilmente
trasladables, generando de esta manera un acceso ubicuo y permanente por
parte de los usuarios. Empezando por los teléfonos celulares, emblemas de la
época, los cuales incluyen entre sus aptitudes la de capturar y reproducir
videos, mucho más a partir de la incorporación de tarjetas de memoria que
amplían su capacidad de almacenamiento; hasta los reproductores portátiles
de mp4, mp5, blackberry´s, Palm´s, iPhone´s que día a día se incorporan de
manera creciente al mercado y al universo de usabilidad de los consumidores.
Por otro lado, la individualización de contenidos por parte de cada espectador a
partir de la contratación de canales específicos, la descarga de contenidos, el
almacenamiento personal, y demás formas de selección propia de aquello que
se va a ver. Y por último, la fragmentación del tiempo destinado al consumo, en
una época caracterizada por la fluidez (Bauman, 2003), en la que los
momentos cada vez más escasos, a causa de un ritmo de vida cada vez más
acelerado, dejan poco espacio para el consumo cultural pausado y reflexivo. Es
por esto que la caracterización de los contenidos se acerca cada vez más a
ese tipo de productos, breves, concisos, de procesamiento rápido.

“Esta experiencia de fruición hipertextual ha construido un


tipo de lector acostumbrado a la interactividad y las redes, un
usuario experto en textualidades fragmentadas con gran
capacidad de adaptación a nuevos entornos de interacción.
Los medios de comunicación han debido adaptarse a estos
nuevos espectadores.” (Scolari, Hacia la hipertelevisión, 2008)

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Equipaje de mano
Consumos culturales y medios: algunos conceptos claves

Vivimos inmersos en productos culturales, que consumimos constantemente.


De allí parte la importancia del concepto de Consumos Culturales. Hablar de
estos consumos es referirnos, según Néstor García Canclini, a

“el conjunto de procesos de apropiación y usos de


productos en los que el valor simbólico prevalece sobre los
valores de uso y de cambio, o donde al menos estos últimos
se configuran subordinados a la dimensión simbólica” (Canclini,
1993).

Es decir, hablar acerca de qué hacemos con los productos de carácter


principalmente cultural, de qué manera nos apropiamos, y de qué manera
hacemos uso de ellos, de acuerdo a nuestros intereses y necesidades, sin dar
principal relevancia a su valor de uso y cambio. Se considera a cada producto
como una manifestación que posee su valor en tanto tal (como obra en sí), y su
valor de cambio se encuentra subordinado a la primacía de dicho valor (es
decir, en primer lugar vale en tanto obra simbólica, cultural, y a continuación en
función del uso que se le dé o no). Los productos televisivos forman parte de
este grupo, a pesar de la dimensión económica que conlleva de manera
concatenada a través de la publicidad, ya que su principal valor radica en el
consumo de bienes simbólicos por parte de la audiencia. Dicho consumo y
apropiación de los productos culturales televisivos se ha modificado a lo largo
de los últimos años, en un trayecto que parece haber arrancado para no
detenerse, principalmente en lo que a dispositivos de acceso se refiere.

Cabe diferenciar variaciones en el acceso de dos tipos. Por un lado, el


acceso a los dispositivos tecnológicos, que va cambiando al ritmo del mercado
que vuelve accesibles los costos, permitiendo que más personas puedan
contar con los aparatos necesarios. Y por otro lado, el acceso en cuanto a

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competencias de uso, que se refiere a las capacidades cognitivas para ejecutar
y dar uso a dichos dispositivos. En este aspecto, la variación es principalmente
evidente en los más jóvenes, en quienes el auge tecnológico tiene una llegada
más notoria que en los mayores, quienes manifiestan en muchas
oportunidades una resistencia a la modificación de sus hábitos. Las nuevas
poblaciones cuentan con nuevas competencias digitales más evidentes que en
grupos etarios mayores, por lo tanto, sus formas de consumo cultura se
diferencian. Inmersos en un entorno tecnológico, resulta indispensable la
mediatización digital de sus formas de contacto con la cultura.

Otro concepto importante a tener en cuenta es el de Tecnologías.


Siguiendo a la caracterización que brinda Carlos Scolari podemos decir que

“la tecnología y la tecnocultura incluyen todos los


significados y sistemas que ofrecen y permiten las máquinas y
artefactos digitales que circulen en la cultura”. (Scolari,
Hipermediaciones, 2008)

Desde esta mirada, todas las tecnologías de comunicación son sociales


porque imprimen valores a sus productos, desatan procesos de consumo y
establecen concatenaciones con otras tecnologías; y al mismo tiempo son
cognitivas, ya que transforman nuestra percepción del mundo y poseen la
capacidad de reprogramarnos como usuarios, de acuerdo a lo que nos dejan o
no hacer.

Otra definición de tecnología, esta vez de la mano de Raymond Williams,


llega diferenciándola de la “técnica”:

“Una técnica es una habilidad particular, o la aplicación de


una habilidad. Un invento técnico es, por consiguiente, el
desarrollo de dicha habilidad, o el desarrollo o invento de uno
de sus ingenios. En contraste, una tecnología es, en primer
lugar, el marco de conocimientos necesarios para el desarrollo

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de dichas habilidades y aplicaciones y, en segundo lugar, un
marco de conocimientos y condiciones para la utilización y
aplicación de prácticas de una serie de ingenios. (…) Lo que
importa en cada nivel es que una tecnología siempre es, en el
sentido más amplio del término, social. Esta necesariamente
ligada, de forma compleja y variable, a otras relaciones e
instituciones sociales (…)” (Williams, 1992)

Es por esto que no se la puede considerar de manera aislada, sino de la


mano de todo aquello que desencadena e implica.

Por otro lado, y de la mano del concepto anterior, no debemos dejar de tener
en cuenta a qué nos referimos cuando hablamos de medios. Citando a Eliseo
Verón:
“el concepto de ´Medios´ designa un conjunto constituido
por una tecnología sumada a las prácticas sociales de
producción y apropiación de esta tecnología” (Verón, 1997)

Es decir que se incluye en la consideración, tanto la tecnología que se


emplea, como las prácticas sociales que a ella se enlazan. Por lo tanto,
podríamos pensar que desde esta óptica, están surgiendo nuevos medios, más
allá de las tecnologías que se mantengan en el mercado, o los contenidos que
se generen. Existen nuevos medios, porque existen nuevas maneras de
emplearlos. El hecho mismo que una serie no se consuma en la televisión, sino
en un medio portátil, indica que esa conjunción es un medio que aflora.

Otro concepto en esta dirección es el de Lisa Gitelman citada por Henry


Jenkins, quien ofrece un modelo de medios que funciona en dos niveles: en el
primero, un medio es una tecnología que posibilita la comunicación; en el
segundo, un medio es un conjunto de “protocolos” asociados o prácticas
sociales y culturales que se han desarrollado en torno a dicha tecnología. A
diferencia de los sistemas de distribución, que son únicamente tecnologías, los
medios son también sistemas culturales que persisten como capas dentro de

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un estrato de información y entretenimiento cada vez más complejo. En este
sentido, los sistemas de distribución, los dispositivos, son las herramientas
que utilizamos para acceder al contenido de los medios. Varían, vienen y van,
quedan obsoletas y son reemplazadas. Los protocolos, es decir las prácticas,
expresan relaciones sociales, económicas y materiales y son variantes,
cambian con las sociedades. Así por ejemplo,

“el cine incluye todo, desde los extremos perforados de la


película hasta el sentimiento ampliamente compartido de poder
esperar a ver en casa las “películas” en video.” (Jenkins, 2008)

En relación a esto, Pisani y Piotet citan a Jenkins y afirman:

“nuestra atención no debería centrarse en las tecnologías


emergentes, sino en las prácticas culturales emergentes. Mas
que establecer la lista de las herramientas, debemos
comprender la lógica subyacente que impulsa en este
momento a los medios de comunicación en transición”. (Pisani,
2009)

Poniendo el énfasis en las prácticas, se resalta la importancia de


“compartir”, generando así una nueva cultura de redistribución y remezcla.

La relevancia de estos conceptos es crucial para el desarrollo de este


trabajo, ya que versará sobre las maneras en que las tecnologías empleadas
para desarrollar las nuevas prácticas afectan a los nuevos medios,
redefiniéndolos a partir de las nuevas prácticas que posibilitan.

La televisión ha sido por años un medio de central importancia, ya que en


torno al aparato tecnológico se asociaban diversos modos de apropiación que
definían al medio como tal. El medio “televisión” era la suma del aparato, más
la reunión en torno a él a la hora de comer, el diálogo familiar en relación al
programa visto, el disfrute compartido de lo que se estaba mirando, solo por

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mencionar algunas de las prácticas que se generaban en torno a ese aparato y
que hacían que se considerara un medio.

Hoy, varios años más tarde, pero no tantos como podría suponerse, ese
medio se esta redefiniendo porque también el mundo en el que nos
desarrollamos esta cambiando. Nuevas formas de consumo cultural tienen
lugar gracias a las nuevas tecnologías y las posibilidades que estas brindan,
así como los nuevos mecanismos y condiciones que imponen. Por esto
resultan de particular interés dos conceptos que contextualizan el entorno en el
que emergen estos nuevos mecanismos: el de redes distribuidas y el de
alquimia de multitudes. La idea de redes distribuidas caracteriza la
estructura de la información que supone Internet, en tanto red global distribuida
de comunicaciones entre ellas, combinada con el acceso a herramientas
informáticas, particularmente las PC (De Ugarte), pero también aquellos
dispositivos móviles que cuentan con prestaciones similares. David De Ugarte,
en su libro parte de una clasificación de Paul Barán que distingue entre 3 tipos
de redes: centralizada, descentralizada y distribuida (De Ugarte). De ellas, es la
del tipo distribuida la que nos interesa, ya que se caracteriza por la
independencia de sus miembros:

“nadie depende de nadie en exclusiva para poder llevar a


cualquier otro su mensaje. No hay filtros únicos (…) un emisor
cualquiera no tiene que pasar necesariamente y siempre por
los mismos nodos para poder llegar a otros” (Ugarte)

Lo que posibilita esta clase de organización de la información es el acceso


diversificado a la información, y por consiguiente, de la misma manera, a los
productos audiovisuales. Si antes teníamos que acceder a una película
únicamente mediante a las distribuidoras de Films, o a los canales de TV que
accedieran a sus derechos de emisión, hoy se puede llegar a ella mediante
algún rodeo que nos la acerque mediante algún otro nodo de la red.

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De la mano de esto va la idea de alquimia de multitudes. Esta alquimia es
posibilitada, según Pisani y Piotet, gracias a

“las herramientas de creación de blogs, de mensajería


instantánea o de telefonía (que) empujan a un número
sorprendentemente elevado de usuarios a convertirse en
webactores (…). Conectadas en redes, permiten crear
vínculos, tejer relaciones entre datos, entre personas y entre
personas y datos. La dimensión relacional de la web se ha
acelerado debido al fuerte aumento del número de usuarios y
de las herramientas a su disposición.” (Pisani, 2009)

Pensando en el marco de este entorno, se entiende que la idea raíz de todo


el planteo es la participación de los webactores. En miras a nuestro objetivo,
podemos considerar el hecho de que son las multitudes las que gracias a su
aporte, dentro de las redes que posibilitan el contacto, generan la posibilidad de
nuevas formas de acceso a los productos culturales, generando así nuevas
formas de consumo, nuevas prácticas que se materializan, en combinación con
nuevos dispositivos, en el surgimiento de nuevos medios. En un ejemplo
sencillo: es el usuario de las redes que cuelga un video copiado de un dvd
original, o filmado en un cine de manera clandestina, que lo pone a disposición
de cualquier cibernauta para que lo descargue y consuma a través de la
pantalla de su celular, su ipod, su PC, o inclusive en su mismo TV mediante un
reproductor de DVD, antes de ser emitido por alguno de los canales a los que
accede (aún antes del estreno local en la sala de cine más cercana) quien
genera la emergencia de ese nuevo medio que surge de la práctica de
consumo en el dispositivo alternativo de productos audiovisuales descargados
de Internet.

Por último, y como nexo posibilitador de lo anterior, materia prima de las


nuevas formas de comunicación, se hace necesario considerar aquello que
posibilita que un video (así como cualquier información) este circulando en la
red a disposición de todos, facilitando su transmisión a larga distancia, sin

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perder información en el trayecto. Se trata de la digitalización. Esta consiste
en un proceso a través del cual

“las señales eléctricas pasan de un dominio analógico a uno


binario. (…) La señal analógica original se convierte en un valor
numérico (…) y se registra como una masa de valores
numéricos” (Scolari, Hipermediaciones, 2008)

Esta digitalización permite que además, los textos (entendiendo por textos
tanto documentos escritos, gráficos, audiovisuales, etc) sean infinitamente
modificables y reproducibles. Es esta digitalización la base de Internet y todos
los medios tradicionales traducidos en formato digital. La digitalización también
afecta al proceso de producción, que también debe darse dentro de estas
características. Si bien este concepto no aporta demasiado a la caracterización
de los nuevos medios desde lo teórico, resulta ineludiblemente un elemento
fundante en lo que a el surgimiento de estos se refiere.

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Parte 2: La televisión

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Había una vez…
Breve historia de la TV

Muchas veces el tiempo para la tecnología se ve determinado por ciclos en


que los hallazgos surgen y revolucionan, hasta que son opacados por alguna
novedad superadora. Esto es así desde la radio hasta el cine 3d, todo es un
gran descubrimiento por un tiempo hasta que pasa al armario de los recuerdos
empolvados a manos de productos más novedosos. Si bien no es desechado
del todo, pierde la preponderancia con la que contaba, a causa del rápido flujo
en el que circula.

La televisión no escapa a este peculiar mecanismo. Llegó para popularizar el


consumo audiovisual monopolizado por el cine, y hoy quizás está pisando su
ocaso, a manos de las nuevas pantallas que la amenazan. Sin embargo, si hay
algo que la diferencia y la caracteriza, es el tiempo que lleva en vigencia. Su
nacimiento data de principios del siglo XX, y desde aquel primer intento por
transmitir imágenes, a la TV digital que se avizora en un futuro no muy lejano,
mucha agua ha pasado bajo el puente.

Tanto tiempo no ha sido en vano, muchos cambios han tenido lugar en


particular dentro del contenido que se transmite. El concepto y la función que
desempeñó la televisión a lo largo de los años fue variando de la mano de lo
que la sociedad esperaba de ella, pero también de las características que esta
sociedad iba tomando. Umberto Eco, en su trabajo “La estrategia de la ilusión”
(Eco, 1983) dedica un capítulo, “TV: La transparencia perdida”, para analizar el
cambio que aconteció en la TV de entonces.1 A principios de la década de los
´80, la televisión (principalmente la europea) pasó de ser pública y estatal, para
ser privada y diversificada, y esto representó un gran cambio en lo vinculado a
la programación, desatando una abierta competencia por ganar adeptos. Es
por esto que Eco dividió la historia de la TV en un antes y un después a este

1
El texto citado data de 1983.

Gisela Botta 21
momento, y llamó a cada etapa “paleo-televisión” y “neo-televisión”
respectivamente.

De acuerdo a esta división, la paleo-televisión abarcó toda la primera etapa


de la televisión, los primeros años, que van desde su surgimiento hasta
aproximadamente la década del 80. Se trataba de una TV más relativa al
mundo exterior que a sí misma, que buscaba ante todo ocultar el artificio, tratar
de manifestar la mayor transparencia posible al mostrar el mundo al
espectador. La televisión se constituía en una ventana invisible.

Por otro lado el público al que se dirigía, además de ser un público único, era
concebido como ideal, moderado, católico, culto, conservador, al que se
buscaba, además de informar y entretener, educar mediante la TV. El modelo
que regía este medio era unidireccional, la tele hablaba y el espectador
escuchaba/veía. No había espacio para el feedback, sino distancia. Además de
esto, el contar con un canal único que concentrara a toda la audiencia, no era
un detalle menor.

“En los años sesenta por ejemplo, cuando había una o dos
cadenas, estas dos cadenas eran recibidas por el conjunto de
hogares equipados con televisores, y podía decirse que el
conjunto de un país era sensible a un discurso” (Ramonet,
2002)

Es por esto que era el estado quien manejaba los canales y hacía uso,
lógicamente, con miras a sus fines.

Pero, como suele suceder el tiempo pasó, y algunas cosas fueron


modificándose. Alrededor de la década del ´80 la televisión estaba cambiando
a partir de la apertura del monopolio de la programación, por mucho tiempo en
manos del Estado, a manos de televisiones privadas. Es en este momento
histórico donde Eco ubica el paso de la Paleo-televisión a la Neo-televisión.
Esta multiplicación de cadenas y su privatización conllevó muchas

Gisela Botta 22
características que fueron modificadas como consecuencia. En primer lugar, la
diversidad de personajes y programas se multiplicó, diferenciándose en este
punto de la programación controlada y reconocible de la paleo-televisión. Lejos
del único canal estatal que monopolizaba y controlaba la única programación,
la diversidad de canales privados, llevó a la consiguiente multiplicación de
contenidos a raíz de lo cual se incrementó la particularización, y la
segmentación del mercado de espectadores, a quienes se los seduce
ofreciéndoles contenidos acordes a las necesidades específicas de cada grupo.

Estos contenidos, dejaban ya de hablar del mundo exterior, para pasar a


hablar de la TV misma, y de su contacto presente con el público. En la lucha
por obtener la atención del espectador, lo que se buscaba era hacerlo sentir
parte. “Estoy aquí, yo soy yo y yo soy tu” manifiesta Eco (Eco, 1983) como
mensaje de la TV que intenta retener al espectador. Era entonces el
espectador quien tenía el poder, a través del control remoto, de silenciar al
emisor y cambiarlo por otro.

Otro rasgo que marcó el cambio de periodo de evolución de la TV, fue la


hibridación de géneros. Aquello que antes marcaba la diferencia entre
programas de información y ficción, ahora daba lugar a géneros que los
mezclaban constantemente. Cada vez se dejaba más a un lado la idea inicial
de la TV que educa para dar lugar a la TV que entretiene. La publicidad
también se iba incorporando cada vez más a la TV en un lugar central, dentro
del flujo de la programación, inclusive dentro de los mismos programas. Sin
duda, el interés se enfocaba en lograr una mayor audiencia, y un consiguiente
incremento del ingreso publicitario.

Por otro lado, la intencionalidad de transparencia poco a poco también iba


desdibujándose. El énfasis se ponía en la veracidad de la enunciación, de eso
que sucedía en la pantalla. Lo importante en esa televisión era el efecto de
verdad, la autenticidad sostenida del acto de enunciación.

Gisela Botta 23
“Cuenta siempre menos el hecho de que la televisión diga la
verdad que el hecho de que ella sea la verdad, es decir, que
esté hablando de veras al público y con la participación del
público” (Eco, 1983)

La televisión pasó así de ser “espejo” de la realidad, a ser “productora” de la


realidad. El espectador ya no pretendía ver el mundo exterior, sino que
replegado sobre sí mismo, le bastaba el verse como espectador, en ese vinculo
dialógico entre la TV que es artificio efectivo que se basta con ser eso, y el
espectador que se sabe espectador de un artificio, y solo pretende que le dé
garantías de que ese artificio realmente está teniendo lugar.

La importancia y el foco de la atención de la televisión estaba puesta sobre


ella misma, y sobre la relación que tejía con su público, al que buscaba fidelizar
a través de la participación que le posibilitaba mediante el contacto que
entablaba, estimulándolo a que llame por teléfono, que opine, que mande
cartas, etc. El público ya no era un “instruido”, sino un evaluador y partícipe de
la TV.

Hoy estamos en camino a una nueva televisión, que poco a poco va


reemplazando a la neo-televisión. Se ha denominado Post –Televisión y es la
que surge con la confluencia de la TV de cable, satelital y terrestre
enriquecidas con la tecnología digital, ampliadas con la telefonía y la Internet.
Este paradigma rompe con los modelos unidireccionales a través de una nueva
interactividad. El centro cambia radicalmente hacia el usuario. Al que ya no se
intenta seducir para que elija una señal entre otras sino que está ubicado en el
centro mismo de los intercambios. Sin duda que traerá cambios en lo que se
refiere a los usos y a los contenidos, ya que las acciones y las producciones
llegarán desde diversos lugares. Esto se evidencia desde el poder enviar
material producido por los usuarios, a la asincronía de consumo que se
posibilita, pasando por la oferta yuxtapuesta de productos audiovisuales y el
poder del usuario para la puesta en funcionamiento de uno u otro contenido.

Gisela Botta 24
Surgen con ello nuevos formatos, formatos micro, televisión de a fragmentos
que se dan a elegir al consumidor.

“La post televisión es una televisión fragmentada, que se


conforma ‘de a pedacitos separados’, pero tienen ‘principio y
final por sí solos’, son fragmentos ‘autónomos’” (Aramayo)

Las nuevas modalidades televisivas poco a poco se van corriendo de la


pantalla tradicional a las pantallas alternativas: la PC, el celular, etc.

Gisela Botta 25
Dime qué haces y te diré que TV miras
De las prácticas y usos de la TV en el tiempo

Si hablamos de medios, que se caracterizan por los modos de apropiación


de las tecnologías por parte de las audiencias, estamos refiriéndonos a las
prácticas que se llevan a cabo a partir de las diferentes configuraciones
sociales y culturales que tienen lugar en el seno de cada sociedad. Si nos
remontamos a los inicios de la TV, cuando el “aparato” no estaba al alcance de
todos, las prácticas de su consumo eran muy distintas a las que podemos
observar hoy en día. Ver TV era prácticamente un evento social, ya que en
ocasiones, se reunían no solo todos los miembros de la familia, sino también
amigos y vecinos que no contaban con un aparato propio. El consumo de esta
manera se daba en un núcleo familiar ampliado y bajo circunstancias
especiales, no en la cotidianeidad casi permanente a la que estamos
acostumbrados.

Años más tarde, no muy lejos de nuestra contemporaneidad, el hecho de


tener un TV en casa dejó de ser privilegio de pocos, y se popularizó de tal
manera que resultaba extraño llegar a una casa carente de él. Sin embargo, la
manera de consumir productos televisivos tenía sus rasgos particulares. El
lugar del TV era el centro de la sala y la familia se reunía en torno a él, a mirar
de manera compartida la programación (que no presentaba demasiadas
opciones, ya que la oferta de canales no era la que estamos acostumbrados a
partir del ingreso de la TV por cable). Todos reunidos frente a “la” pantalla,
como en una especie de ritual compartido, y repetido en cada hogar. No había
lugar para consumos divergentes en el seno de la familia, porque las
condiciones técnicas no lo posibilitaban (si bien en todas las casas había un
TV, no era habitual tener más de uno) y porque las costumbres y los hábitos
culturales no consideraban correcto que parte de la familia se revelara y optara
por hacer algo distinto. Por lo general (en una sociedad patriarcal como podría
decirse que fue la nuestra durante bastante tiempo) era el padre quien

Gisela Botta 26
determinaba que se veía, y pensar en un hijo pretendiendo un consumo
independiente se hacía poco común.

Varios años pasaron, los precios de los TV posibilitaron una expansión total,
no solamente en todas las casas, sino también en su interior, desperdigados en
los distintos espacios. Que los padres tengan un TV en su habitación no es una
circunstancia aislada, ni siquiera es extraño el hecho que los hijos tengan TV
propia. Según la investigación de Rosana Morduchowicz (Morduchowicz,
2008), realizada sobre un total de 3.300 jóvenes de entre 11 y 17 años, de la
República Argentina durante el año 2006; en la habitación de los jóvenes de
entre 11 y 17 años, el 40% del total tiene un TV, mismo porcentaje que posee
una radio o un celular, por encima de un 10% que tiene una PC, por mencionar
un dato comparativo. De esta manera, la cantidad de los que ven TV solos, se
eleva a un 27%. Estas proporciones de propiedad de TV independiente, coloca
a nuestro país por encima de Francia (Argentina entre 30 y 50 % de acuerdo al
nivel de recursos, frente al 19 y 34% correspondiente de Francia), y cercano al
Reino Unido, con quienes la diferencia se ensancha en el sector de menores
recursos (54% del sector de mayores recursos, frente al 71% del de menores).

Además, se han multiplicado los dispositivos que emulan a la TV, y permiten


el consumo de productos audiovisuales, tanto en su transmisión en vivo, como
mediante la construcción de una programación propia a través de la descarga
de contenidos.

Todo esto se da en el marco de una sociedad en la que se ve con mayor


gusto la independencia y la individualidad, y en la que el ritmo de vida urbano
obliga a cada uno a acelerar su paso. Una sociedad en la que se permite a
todas las voces una participación en la programación de los consumos que
tendrán lugar en el hogar. Y si no se llega a un acuerdo, la solución es simple:
ver TV por separado.

Gisela Botta 27
Consumos alternativos
Nuevos medios: Portabilidad e individualización del consumo

“La programación del consumo pasa de la producción a la


recepción” (Verón, E. en Scolari, C.; Carlón, M., 2009)

Noche en casa, cena cotidiana. El televisor al fondo de la escena, el


reproductor de DVD encendido, y una serie de DVD´s para elegir sobre la
mesa.

Juan: -Vos cual capítulo viste? Yo me quedé en el 7


Ana: -Yo a ese lo vi anoche, y vi el 8 también
Pedro: - Ah no, no vale, yo me quedé en el 6!, bueno, no importa lo miro en
la PC

La discusión es acerca de qué capítulo de la serie que está de turno vamos


a mirar. Nada resultaría trascendente, a no ser que uno lo mire en lo que podría
considerarse una perspectiva casi histórica. Lejos quedaron aquellos tiempos
en que la discusión se agotaba en la elección entre uno y otro canal, a costa de
la pérdida irremediable de la emisión no elegida. Lejos también las caras largas
del que proponía la opción que tenia menor quórum. Hoy en día, cada uno
puede optar por mirar lo que quiere, cuándo quiere y dónde quiere. Mientras
unos miran un programa en el tele, otros descargan capítulos de una serie
extranjera que no se emite en ningún canal, al tiempo que otro mira en la PC
una película recién estrenada en el cine.

A partir del avance tecnológico del que somos testigos y partícipes en los
últimos años, han surgido muchas nuevas formas de acceder y consumir
productos audiovisuales.

“La televisión era el único sector productor de contenidos.


Gracias al Protocolo Internet, los 3 sectores (la informática, las
telecomunicaciones, y la televisión) convergen hoy tecnológica

Gisela Botta 28
y comercialmente. De servicios separados, pasamos a
servicios integrados; de plataformas independientes a
plataformas multiuso; de proveedores separados a
proveedores multiservicio.” (Verón, E. en Scolari, C.; Carlón,
M., 2009)

Lejos de las únicas salas de cines que en un principio monopolizaban las


proyecciones cinematográficas, hoy en día no resultaría extraño ver jóvenes
consumiendo series a través de las pequeñas pantallas de sus i-pod´s en una
situación, espacial y temporal, de lo más disímil. Existe una especie de red
conformada por el sistema de los medios y sus interfaces, en la que, en
determinados momentos, algunos nodos se activan y relacionan con otros
dando lugar a otras configuraciones que posibilitan la aparición de nuevas
especies (nodos), y modificando la ecología del conjunto, mediante la
adaptación de algunos elementos o la aparición de híbridos que combinan lo
viejo con lo nuevo (Scolari, Hacia la hipertelevisión, 2008). Entonces resulta
interesante detenernos a observar estos cambios que están teniendo lugar y
que generan este entorno digital, que permite nuestros diversos accesos a los
productos audiovisuales. Con tan solo pensar que andar en colectivo mirando
una película, no resulta una utopía, ya que hoy es posible viajar mientras se
consume un film tailandés que no se exhibiría más que en algún recóndito
circuito alternativo (descargado previamente vía redes); o mirar capítulos o
programas que se transmitieron en nuestra ausencia frente a la pantalla del
televisor. Esto que antes se perdía y era prácticamente imposible de ver, a
menos que la empresa de cable tuviera el beneplácito de repetirlo, hoy está a
un clic de distancia para ser obtenido y consumido en cualquier otro momento y
lugar. Todo esto conlleva un desafío acerca de donde estamos parados en
cuanto a tecnologías de acceso, y ante las posibilidades que, en lo que a
consumo se refiere, se abren. Las lógicas colaborativas en las que los usuarios
participan en la generación de contenidos, y su distribución online al estilo
Youtube, se suman a las formas de consumo asincrónico posibilitadas por los
dispositivos de grabación digital o por la incipiente difusión de la televisión
móvil (Scolari, Hacia la hipertelevisión, 2008).

Gisela Botta 29
Las formas de consumo televisivo a lo largo de los últimos años han
observado cambios. Las concentraciones en determinados momentos del día
(reminiscencia de la antigua cultura oral en la que la tribu se reunía en torno al
anciano que relataba los mitos de la tribu), se han ido desperdigando conforme
a las modificaciones de los tiempos, y los hábitos de acuerdo a la tecnología.
Hoy no es extraño que buena parte de los espectadores de programas
televisivos, los consumen mediante la PC, de hecho, según la investigación
“Televidente 2.0”, el 73% de los contenidos descargados son observados a
través del procesador, frente a un 51% que se consume mediante el TV (aún
tratándose de contenidos descargados mediante la PC) (The Cocktail analysis,
2009).

Los medios tradicionales poco a poco, van dejándole espacios a nuevos


medios que los cubren, fortaleciendo cada vez más su presencia dentro del
consumo total y la PC se posiciona al centro del sistema.

Los teléfonos móviles también resultan emblemáticos en este sentido, ya


que se desarrollan cada vez más dotados de características computarizadas y
se ubican cerca de la centralidad del ordenador. Dotados con la tecnología 3G
que posibilita nuevas y más dinámicas formas de acceso a la red desde el
dispositivo móvil, sumado a su expansión veloz dentro de la sociedad, brindan
conectividad y acceso a buena parte de la población. Pensemos que esa
conectividad expande el acceso a Internet móvil, y las consecuentes descargas
de contenido. De esta manera se posiciona al celular como el plato fuerte en lo
que a consumo audiovisual se avizora a futuro, colocándose 2do en recepción,
ya que permanece siempre con nosotros, brindando acceso en las fisuras de
tiempo que tienen lugar a lo largo del día. En el 2009 ya un 66% de los
madrilenses consultados en la investigación “Televidente 2.0” contaba con
acceso a tecnología 3G. Si bien aún el consumo televisivo por esta vía no se
ha instalado en el ámbito popular, no resulta un futuro muy lejano. A pesar de
esto y por fuera de el consumo de TV en el móvil, el consumo de contenidos
audiovisuales en el celular es ya una práctica asentada. El principal origen de
dichos productos se ubica en la producción propia de contenidos y la

Gisela Botta 30
distribución mediante Bluetooth con un 49% en cada caso sobre un total de
1196 usuarios de telefonía móvil (The Cocktail analysis, 2009). Buena parte de
la población cuenta con estos dispositivos, los jóvenes en prácticamente su
totalidad.

Los dispositivos están dotados a cada momento con nueva y mejor


tecnología. Gracias a esto se da un cambio de dispositivo, acompañado de un
cambio de género y formato, generando nuevos alineamientos.

“La televisión del siglo XXI le está hablando a un espectador


formado en otras experiencias mediáticas, lo cual le obliga a
modificar sus dispositivos gramaticales y narrativos” (Scolari,
Hacia la hipertelevisión, 2008)

Fin del Broadcasting

La televisión ha sido la ocupante de un lugar destacado en la variada oferta


de medios y formas de consumo cultural, a lo largo de años. Sin embargo, en
este nuevo ecosistema de medios, ya hay quienes pregonan su muerte. Pero
esta muerte, lo es en cuanto medio, es decir, en cuanto a tecnología unida a
práctica de consumo. Lo que deja de existir es el medio, no porque deje de
estar o emplearse el aparato eléctrico entronado en el centro del living, sino
porque se extingue la práctica social que lo acompañaba: la reunión
determinada por la agenda televisiva, a la hora pautada por la grilla de
programación, que congregaba a la familia completa frente a la pantalla.

Cada vez estamos más lejos de aquella grilla televisiva única, determinada
por quien está al mando del canal, y gobernada por los lineamientos políticos
acordes a la funcionalidad que se le otorgaba a la TV. Hoy en día, a partir de la
posibilidad de particularizar lo que se ve, la distancia frente a los contenidos
determinados empieza a crecer paulatinamente.

Gisela Botta 31
“La generalización del cable, con la consiguiente
multiplicación de la oferta, combinada con el control remoto,
generó el fenómeno del zapping. A lo largo de la segunda
mitad del siglo pasado, se pasó de un receptor pasivo,
prisionero de la grilla de programación de una oferta
escasísima, a un receptor autónomo y activo, que consume el
audiovisual que desea consumir en el momento que él elige
para hacerlo.” (Scolari, C.; Carlón, M., 2009)

Este no es un planteo menor teniendo en cuenta las disputas que tienen


lugar en lo que se refiere a normativas y propiedades de los medios. Si se
piensa que la población está en camino a ser cada vez menos dependiente de
la programación de un canal u otro, poco importaría la disputa por la propiedad
de los mismos o la posibilidad de su direccionamiento. Podría pensarse que
poco va a importar en un futuro no muy lejano que es lo que emite o deja de
emitir un canal. Si no lo puedo ver en TV, lo descargo en Internet. Si no me
dejan transmitir en un canal, abro uno propio en Youtube. Las audiencias
productoras, poco van a depender de lo que se vea en la TV porque el uso de
canales alternativos está ganando terreno día a día. El que no esté en la
pantalla chica ya no es una limitación, ya que las pantallas se van multiplicando
y ganando terreno cada vez mas.

La “pantalla chica” no es sólo cada vez más grande, sino que se transforma
en un espacio multimediático, controlado por el receptor. Si bien siempre
existirán productos audiovisuales, lo que dejará de existir es la programación.
La máxima separación entre oferta y demanda en lo que a consumo de medios
se refiere coincide con la “convergencia” tecnológica que Internet hace posible
(Scolari & Bertetti, La televisión, ese fenómeno "masivo" que conocimos, esta
condenada a desaparecer", 2008)

Gisela Botta 32
Parte 3: Los usuarios

Gisela Botta 33
Haciendo TV
Cambios en las industrias audiovisuales

“Convergencia creciente en producción, divergencia


creciente en la recepción: la distinción entre producción
y reconocimiento es hoy más necesaria que nunca”
(Verón, E. en Scolari, C.; Carlón, M., 2009)

Las industrias audiovisuales no han quedado exentas de caer en la


influencia de estos nuevos dispositivos. De una forma u otra, los efectos
provocados por las nuevas posibilidades que poseen los usuarios no han
pasado desapercibidos por las industrias tradicionales. Y la necesidad de dar
respuesta ante estos cambios, si se pretende mantener en pie la industria de
manera competitiva, se hace ineludible y hasta urgente.

Una muestra de esto es la comercialización de los DVD's originales


acompañados de las denominadas "Digital copy". Estas pretenden ser un modo
de aliciente para los consumidores, quienes estimulados por la posibilidad de
acceder al material que estas copias digitales brindan, opten por comprar el
original antes que descargárselos desde Internet.

La "Digital copy" consiste en una versión electrónica legal y de gran calidad


de una película o episodio de televisión que puede ser vista en un ordenador
personal o dispositivo portátil compatible. Esta copia se materializa a través de
un código que acompaña al DVD o BlueRay original, que debe ser ingresado
en un sitio de Internet desde donde se puede descargar el material
seleccionado.

Probablemente se trate de una respuesta dada por las industrias


audiovisuales ante la necesidad de revalorizar el comercio legal de películas, el
cual se ve en gran parte amenazado por las descargas vía web (tanto por
redes P2P o sistemas de descarga directa). De acuerdo los datos aportados

Gisela Botta 34
por la investigación denominada Televidente 2.0 (The Cocktail analysis, 2009)
realizada por la agencia The Cocktail analysis2 en el año 2009 en Madrid, a
través de una encuesta online a una muestra de individuos de ambos sexos, de
entre 18 y 55 años, representativa de la población internauta española, de un
total de 1205 individuos; se llegó a la conclusión de que las descargas de
contenido como práctica frecuente alcanzan a un 71% de la población
consultada. En función de esto, la media de horas consumidas de productos
descargados, en 2009 llegaba a 6,1 hs por semana (The Cocktail analysis,
2009)

El lanzamiento de las Digital Copy es un intento de las industrias por tratar


de frenar el avance de estas prácticas y conservar aunque sea parte del
mercado que por largo tiempo fue cautivo a través de la seducción que brinda
el poder acceder a contenidos exclusivos y de calidad garantizada. Sin
embargo, su lanzamiento al mercado es relativamente cercano en el tiempo, y
no pueden observarse aun los resultados y la efectividad de la estrategia.

Producciones de usuarios

En la contracara de las industrias que luchar por permanecer con su


negocio, el consumo va de la mano de la producción, y esta se ve
democratizada a través de la posibilidad que brinda la tecnología de crear, y
también de difundir, los productos audiovisuales propios. Basta con una
cámara, o un teléfono celular dotado de una (que no es nada difícil de
conseguir ya), una PC, y una conexión a Internet, y nuestra obra ya estará
circulando en la Web. Cada día más, el consumidor pasa a ser “prosumidor”
aún sin tener la intención expresa, mediante el hecho de ser parte colaborativa
de la construcción de aquellos productos culturales que consume, aún cuando
su aporte se limita a compartir su mirada del mundo, mostrar “su arte”. Scolari
lo define en los siguientes términos:

2
http://www.tcanalysis.com/

Gisela Botta 35
“En los medios digitales los usuarios tienden a convertirse en
productores textuales3 y, al interactuar en red, aumentan la
entropía del sistema. Si el control remoto de los televisores
generó una polifonía textual y aumento el rol del espectador en
la neotelevisión (Eco, 1983), la interactividad de los medios
digitales consolida ese recorrido y acentúa aún más la
disolución de algunas categorías de análisis (por ejemplo
emisor y receptor). Este nuevo tipo de subjetividad se puede
resumir en la figura híbrida del prosumidor, una combinación
entre el productor y el consumidor” (Scolari, Hipermediaciones,
2008)

Mara Balestrini se refieres a los prosumidores citando a Bourriaud y afirmando:

“Reutilizar imágenes implica ‘inventar protocolos de uso para


los modos de representación y las estructuras formales
existentes’ (Bourriaud; 2004:14). Se trata de apoderarse de los
códigos de la cultura, de las obras del patrimonio colectivo y
ponerlas en funcionamiento. Recepción y práctica, consumo y
producción se mezclan, ya no hay espectadores pasivos sino
prosumidores” (Balestrini, 2010)

Las nuevas tecnologías han permitido a los usuarios acceder no solo a


nuevos productos o nuevas formas de redistribución, sino también a la
producción audiovisual. Han permitido crear y difundir las producciones propias
mediante diversos dispositivos y a partir de distintos insumos: machinimia,
películas suecadas, celumetrajes y demás creaciones, confluyen en el gigante
YouTube y otras plataformas de videosharing.

3
Cabe aclarar que entiende como texto cualquier tipo de documento escrito, gráfico o audiovisual, según
aclara en la Pág. 81

Gisela Botta 36
Un párrafo aparte merecen estas clases de productos audiovisuales
mencionados, que en su especificidad se diferencian a partir de rasgos que
marcan su producción. Así las machinimias, son cortos realizados a partir de
imágenes producidas con video juegos, empleadas para narrar una historia que
no está necesariamente atada al relato original del juego. Las denominadas
películas suecadas, surgen a partir de la película dirigida por Michel Gondry
“Be kind rewind” (2008), cuyo argumento narra las acciones de dos personajes
que ruedan sus propias versiones de clásicos del cine de manera amateur y
descuidada, al mejor estilo casero. A partir del estreno de esta película se
multiplicaron las “versiones” de películas exitosas a manos de sus fans,
caracterizadas ante todo por una estética y un uso de los planos y del sonido
muy artesanales, rozando la mayoría de las veces lo bizarro, pero siempre de
la mano del humor que provoca ver la creatividad al servicio de los pocos
recursos. Los celumetrajes, por su parte, se definen antes que nada por el
dispositivo empleado para su realización: los celulares. A causa de esto, se
generan productos diversos en su imagen, su narrativa y la línea ideológica que
los atraviesa. A esta lista cabe agregar los mashups, productos de la remezcla
de materiales audiovisuales prexistentes, a los que se les da un nuevo sentido
a partir de la integración; y los recuts, trailers de películas realizados a partir
del original, reeditado, dándole un giro al sentido propio, cambiando el género
de la película a la que refiere, solo a causa de una alteración del orden y
musicalización de las imágenes.

Más adelante especificare detalladamente acerca de YouTube y los


celumetrajes. El primero por su importancia y trascendencia en cuanto a
difusión y fuente de insumos para futuros remixes y mashups; y sobre los
celumetrajes debido al potencial q encierran, tanto a nivel creativo como
ideológico en función de la estética low-fi.

De YouTube a la pantalla mediana y grande

Todas estas formas de producción generan una capilaridad que en


ocasiones trascienden desde estos medios incipientes, a los medios

Gisela Botta 37
"tradicionales". Uno produce un video con su celular, lo cuelga en Internet, y
luego participa de algún concurso de celumetrajes. O realiza una serie de
videos caseros, los cuelga en Youtube, las visitas estallan, y un productor lo
convoca para participar en algún programa de TV, o un director de Hollywood
lo convoca para trabajar bajo su amparo por cifras millonarias. Este último
caso es el de los creadores de "Ataque de Pánico"4, un grupo de realizadores
uruguayos que con un presupuesto acotado, realizaron un video que subieron a
Youtube, y las visitas estallaron. Tras replicarse en foros y blogs, en el extenso
recorrido que transitó, llegó a los ojos de Sam Raimi (director de la saga Spider
Man), quien decidió contratarlos para que realicen la versión completa del
video, por un contrato millonario. (El acontecer)

Otro caso que sigue esta línea es el de Malena Pichot, más conocida como
"La loca de mierda". Malena comenzó filmándose en su casa hablando de
temas cotidianos de veinteañeras, dotándolos de su particular gracia e
histrionismo. Estos videos, en su comienzo subidos a Youtube, fueron
recopilados en un blog, y los comentarios estallaron. De ahí a pasar a MTV, la
historia es similar a la de la de los uruguayos: unos productores llegaron a sus
videos tan aceptados por la gente y vieron en ella un potencial que valía la
pena explotar, y le propusieron trabajar para su canal: nada más y nada menos
que MTV (La loca de mierda a MTV, 2009). “La loca de mierda” paso a contar
con una emisión televisiva y un micrositio alojado en la página principal de
MTV5 además de empezar a recorrer el país con su show de Stand up. Desde
una cámara personal a Youtube, de Youtube a un blog, del blog a la fama.

Vemos cada día a nuestro paso diferentes formas de interacción,


contaminación e hibridación entre nuevos y viejos medios, dentro del
ecosistema mediático en el que coexisten. Estos recorridos que enlazan viejos
y nuevos medios, parecen ser la moneda corriente en lo que a nuevas
producciones se refiere. Y es que la televisión no puede permanecer al margen

4
Ver video en http://www.youtube.com/watch?v=-dadPWhEhVk
5
Ver http://www.mtvla.com/especiales/lalocademierda/

Gisela Botta 38
de lo que la gente quiere ver y que mejor conocerlo, sino mirando lo que ella
misma produce y lo que espontáneamente acepta y eleva.

Gisela Botta 39
Yo-Tube
El sujeto productor

Con la llegada de la IPTV (televisión por PC) y contenidos


audiovisuales compartidos por ejemplo, por plataformas como
YouTube, la videomanía encontró en la PC un escenario
privilegiado. (…) los usuarios distribuyen el tiempo entre las
diversas ofertas mediáticas a disposición. (Igarza, 2009)

Si hay un punto revolucionario en la historia de la convergencia y la


expansión de la producción y consumo audiovisual, que incluso ha
revolucionado modos de hacer y consumir, ese punto es la creación de la
plataforma YouTube. Si bien no es la única plataforma que se desempeña
como espacio de alojamiento e intercambio de videos, es la que mayor
notoriedad ha cobrado, tanto por la cantidad de usuarios que pasan por sus
páginas, ya sea para ver, como para subir o tomar como materia prima a los
productos allí visibles; como por la cantidad de videos que se encuentran
online.

Convertido en ícono del consumo audiovisual en la PC, sin duda marcó un


antes y un después de su aparición. Junto con las descargas (vía redes P2P o
páginas de descargas directas) han llegado para revolucionar el consumo. Si
las descargas de películas llegaron para abrir alternativas a productos de
extensa duración, generando posibilidades de consumos diversos de lo que
antes era centralizado por el cine o la TV; YouTube llegó para dar lugar a
productos breves, efímeros, videos de corta duración en espacios de tiempo
reducidos. Las denominadas “burbujas de ocio”, como las llama Igarza (Igarza,
Burbujas de ocio, 2009), se convierten en el nicho especial para los productos
de YouTube. Los intersticios de tiempo se complementan con la brevedad de la
extensión de los videos online.

Mientras que los formatos televisivos requieren de un


involucramiento temporal superior a la media hora, la

Gisela Botta 40
microficción se adapta mejor a los micros espacios de la vida
cotidiana en los grandes centros urbanos. El nomadismo exige
brevedad, la fruición en gotas. (Igarza, Burbujas de ocio, 2009)

Pero por otro lado, YouTube va cobrando protagonismo también en el propio


uso de la Web. Cada vez más es empleado como buscador, acompañando a
las preferencias propias de los usuarios inmersos en entornos primordialmente
visuales. Hablamos de las nuevas generaciones, los “nativos digitales”, que
acostumbrados a “mirar” no se conforman con letras que les cuenten aquello
que podrían observar por sí mismos. YouTube se ubica así como la ventana
por la que observar al mundo.

“YouTube es tal vez el Google de la próxima generación. No


es algo definitivo, pero en la web lo audiovisual esta derrotando
el texto. (…) La generación Google va camino a ser suplantada
por una serie a la que le resulte más fácil y rápido utilizar
YouTube como buscador. (Igarza, Burbujas de ocio, 2009)

Esta funcionalidad aumenta el volumen de tráfico que se desplaza por sus


ventanas, pero sus ventajas y utilidades no se acaban allí. Al consumo
fragmentado y el uso como buscador en imágenes, debemos considerar
también la posibilidad de los usuarios de tomar y re-crear los contenidos. El
“Rip, mix and burn” en su máxima expresión. La apropiación de contenidos que
circulan en la Web, su modificación y posterior divulgación marca la época por
la que transitamos, y genera conflictos acerca de los derechos de propiedad
intelectual (no son nuevos, se reproducen en cada caso en que el contenido se
filtra por las fisuras de la web, permitiendo consumos paralelos, clandestinos).
Pensemos sino en las numerosas parodias de la escena de “La caída”, re-
subtitulada por los usuarios en función de los más diversos acontecimientos,
que fuera bajada en cada caso de la web por la compañía propietaria a causa
de emplear las imágenes sin autorización ni propiedad. 6

6
http://www.tecnologiablog.com/post/1920/tribunal-airea-los-trapos-sucios-de-google-youtube-y-viacom

Gisela Botta 41
Finalmente, dejando lo más importante para el final, lo revolucionario de la
plataforma es la posibilidad que brinda a cualquier usuario de compartir aquello
que produce. Ese rasgo es el que da lugar a los numerosos casos de creativos
independientes que trascienden la pantalla Web y saltan a medios más
tradicionales. Desde parodias, videos cotidianos, bloopers, videos musicales,
imitaciones, ficciones, publicidades hasta programas emitidos por TV son
recuperables de las páginas de los usuarios de YouTube, donde la diversidad y
la variedad es el rasgo determinante. Inclusive, existen casos de programas de
TV en los que la “repetición” vía YouTube recauda más espectadores que la
emisión televisiva. Tal es el caso de “Peter Capusotto y sus videos”; el
programa de Diego Capusotto, que se emite por canal 7. En su emisión
tradicional logra puntajes de rating que apenas rondan los 10 puntos. Sin
embargo, sus fans se encargan de registrar sus emisiones y colgarlas en la
Web, principalmente en YouTube. Allí las visitas explotan, y se viraliza a lo
largo de las diversas redes, expandiendo aún más el público virtual.

Cómo funciona?

La tecnología de la que se vale YouTube para permitir visualizar los videos


es básicamente la de Streaming. Si bien muchas veces este término se
emplea para referirse a transmisiones “en vivo” vía web, si indagamos en el
mecanismo de funcionamiento que emplea, descubrimos que abarca también
las transmisiones “en diferido”. Se trata de un sistema de entrega de datos -en
especial, vídeo- donde el flujo es continúo y no se descarga nada al ordenador.

Su rasgo particular es que permite escuchar y visualizar los archivos


mientras se están descargando. Si bien el video que pretendemos observar no
se descarga a la memoria física de nuestra PC, permite su reproducción al
tiempo que se completa su almacenamiento en una “memoria virtual”. Su
funcionamiento se da de la siguiente manera. Tras elegir el video que vamos a
visualizar, nuestra PC se conecta con el servidor que almacena dicho video.
Este servidor comienza a enviar a nuestra PC el fichero del archivo elegido.
Nuestro ordenador, al recibir esa información, va construyendo un buffer

Gisela Botta 42
(según Wikipedia (Wikipedia, 2010), un buffer es una ubicación dentro de la
memoria reservada para el almacenamiento temporal de información digital,
mientras que está esperando ser procesada) donde empieza a guardar la
información. Cuando este buffer logra acumular una pequeña parte del archivo,
podemos empezar a visualizarlo, mientras se sigue descargando. Es por esto
que está estrechamente relacionado con la calidad de la conexión, ya que tanto
la velocidad, la estabilidad de la conexión, el ancho de banda, son elementos
claves e influyentes en la posibilidad de una descarga completa y eficiente, y
por consiguiente, una visualización fluida y continua, sin molestas
interrupciones de almacenamiento del buffer. Si la conexión se corta por un
lapso breve, es equiparada la reproducción con la información almacenada,
pero si el corte o la merma de la conexión se dan por un tiempo prolongado, la
descarga puede detenerse hasta que se reanude el flujo de internet.

La “competencia directa” del streaming son las descargas directas. Para


poder ver un video de esta manera, es necesario descargar primero el archivo
entero en nuestro ordenador y más tarde ejecutarlo, para finalmente ver y oír lo
que el archivo contenía. Lo que el streaming permite y que marca la diferencia
(y de allí surge su carácter revolucionario) es que estos dos tiempos (descarga
y visualización) se den en una concordancia temporal y simultánea.

YouTube sin duda marcó un despliegue en el empleo del streaming, y al


mismo tiempo, fue el streaming (entre otras cosas) lo que permitió a YouTube
lograr su primacía. El impulso generado por las cadenas que optaron por
retransmitir sus programas en canales de YouTube le brindó un envión muy
importante. Pero también tuvo mucho que ver la posibilidad de que los propios
usuarios pudieran subir sus videos a un entorno compartido con esa
programación de alta producción y renombre.

Volviendo a la importancia de las características de la conexión en el


funcionamiento del Streaming, aparece como una causa/consecuencia casi
lógica la relación entre el boom de YouTube y la expansión de la denominada
conexión de “banda ancha”. Intimamente relacionados, el crecimiento de la red

Gisela Botta 43
y el acceso a conexiones más amplias, fue un importante afluente de usuarios
de la plataforma visual.

Es en la frontera de los años 90 y la llegada del tercer


milenio, cuando el audio de calidad media (128 Kbps)
comprimido llega a la Red España mediante enlaces a archivos
mp3, pasándose así del real audio al streaming de audio. Se
trata de un boom de incalculables consecuencias (…) Solo nos
faltaba el video para “cuadrar el círculo”. Su inclusión en la
Web se debió fundamentalmente a dos factores
interrelacionados: el incremento del ancho de banda (ADSL
Net, 2001) en los hogares y la popularización de Internet, lo
cual también acabó con la preponderancia de soportes
anteriores, dejando tras de sí una larga estela de CD´s
olvidados, DVD´s que solo se vieron una vez, cintas VHS sin
etiquetar y algún casete de audio que con toda seguridad
jamás volveremos a escuchar por falta de medios analógicos.”
(Serrano, 2010)

Las primeras experiencias de video online data de años cercanos a 2003


(Taller de Celumetrajes ) En esa época se trataba de clips de muy baja calidad,
con imágenes que eran generalmente pixeladas, y cuya fluidez de streaming
era muy escasa (generalmente de entre 12 o 15 cuados por segundo, a causa
de las características de las conexiones). Esto se debía a que la relación
directa con el ancho de banda implicaba que las imágenes que se transmitían
debían ser mucho más pequeñas, con su consiguiente reducción de calidad
debido a la compresión a la que debían ser sometidas. Es entendible que esta
particularidad acarreaba una necesaria conceptualización del video que
pretendía ser visualizado en este medio, y la indispensable adopción de
criterios de filmación y edición adecuados a la visualización de ese formato (sin
duda que no necesariamente todos los usuarios que aportan sus producciones
lo hacen siguiendo parámetros de rodaje, acción evidente en la diversidad de
material que puede encontrarse en la plataforma).

Gisela Botta 44
Hoy la ampliación del ancho de banda (tema clave en cuanto al video online)
generó la apertura de muchísimas posibilidades en la web, principalmente en la
transmisión de video. La evolución de las técnicas ha permitido que desde
internet se pueda llegar a visualizar contenidos de video en vivo (streaming en
vivo), a pantalla completa y con una calidad sorprendente.

Tres, dos, uno, AIRE!

Uno de los bastiones en los que se refugiaba la TV tradicional, que la ha


caracterizado desde sus orígenes, diferenciándola entonces del cine y en estos
últimos años de las nuevas formas de consumo de los productos televisivos, es
la posibilidad de transmitir en vivo. El “live”, tanto de noticias, sucesos,
conferencias, eventos deportivos, es lo que mantiene un paso adelante (o al
costado) a la TV en relación a los nuevos canales.

“La televisión tiene dos dispositivos y lenguajes: el grabado y


el directo o live. El directo (llamado así porque es el lenguaje
de la toma directa), estuvo desde el origen y constituye el
núcleo de lo televisivo: es aquello que lo diferenció de su ilustre
antecesor, el cine. (…) El directo es la extraordinaria novedad
que en el siglo XX instauró la televisión” (Scolari, C.; Carlón,
M., 2009)

Sin embargo, esa brecha se achica cada vez más. Los canales alternativos
van ganando espacio paso a paso, avanzando y desarrollando nuevas
posibilidades para los usuarios. Es así que, sumado a la potestad de subir a la
red videos personales, re-ediciones, copias o grabaciones de programas
televisivos, la red suma y sigue, incorporando la vía de transmisión online. El
“vivo” llega a la Web. Servidores como “Ustream.tv”7 permiten que el usuario,
armado con una pc, una cámara y una conexión a internet (sin distinción de

7
http://www.ustream.tv/

Gisela Botta 45
profesionalidad de los equipos) pueda estar transmitiendo en tiempo real, sus
contenidos audiovisuales al mundo. Un nuevo campo de posibilidades se abre,
para dar espacio a la participación también en el espacio “directo”. El servidor
brinda todas las herramientas e infraestructuras necesarias. Solo falta posar
frente a la cámara, poner “broadcast now”, y nuestra imagen está siendo
transmitida al resto del mundo. Cualquiera podrá vernos con la misma sencillez
que mira TV, ya que no hay más requerimiento que el conocimiento de la URL.
No es necesario descargar ningún software ni tener ningún dispositivo de
recepción particular.

Uno de los potenciales de esta aplicación, probablemente pase por el


contacto directo con los espectadores mediante el chat alojado junto a la
ventana de transmisión. En este aspecto, se posiciona un paso delante de la
transmisión tradicional, al menos hasta que se generalice la TV digital con
canal de retorno. Así, la experiencia de visionado, pasa a ser un evento social
en el cual están involucradas todas las partes.

Además, Ustream TV es un gran servicio para la gente que busca nuevo


contenido de video online, ya que existen tantos “shows” como usuarios
interesados en transmitir están registrados. La diversidad de temas que esto
posibilita, hace que la “grilla” sea mucho más extensa que la de la TV, y sin
costo adicional.

Junto a ello, la retransmisión de programas de TV también se incluye entre


los shows que puede ver el usuario, convirtiéndose de esta manera en una
opción frente al visionado de los programas en su emisión original. Quien gusta
de ver un programa televisivo particular puede optar por esa plataforma o
servirse de ella para verlo si no cuenta con el acceso al canal televisivo (por
falta del aparato televisor, conexión al servicio de cable, o falta de alcance de la
emisión de aire).

Y si esto no fuera suficiente, y consideramos necesaria la incorporación de la


movilidad para brindar una cobertura más amplia y permanente, la aplicación

Gisela Botta 46
puede ser ejecutada desde Iphone, permitiéndonos retransmitir desde él vídeo
en tiempo real desde donde sea que estemos. Esta es una alternativa llena de
potencial y funcionalidad. Para hacer esta tarea tan sólo necesitamos abrir la
aplicación y pulsar el botón “live”, y en cuestión de segundos estaremos
retransmitiendo en tiempo real el vídeo generado desde nuestro terminal. Con
eso cubrimos el espectro de imágenes que podría escaparse estando sin
nuestra pc y cámara. El potencial sigue creciendo de la mano de aquello que
permite pensar. La cobertura que puede crearse, si se dispusiera de
dispositivos como el Iphone de manera generalizada, seria de un porcentaje
altísimo. Literalmente, podríamos estar viendo cualquier cosa que esté
pasando. Desde un accidente de tránsito a un concierto de Rock. Cualquier
situación pasa a ser transmisible a partir de plataformas de este tipo. Hace
algunos años esto sería imposible, pero con el auge de los servicios web de
transmisiones en vivo, era cuestión de tiempo antes de que saltaran al mundo
móvil. Tal es así que se multiplican cada vez más los sitios que permiten esta
convergencia entre captura de imágenes mediante móviles y transmisión Web.
El único inconveniente que presenta (por fuera de los costos económicos de las
compañías operadoras de las líneas telefónicas) es la mala calidad de las
transmisiones. Esto sucede en parte por el equipo que usemos, pero
principalmente por la tasa de transferencia de la línea telefónica. Usar Internet
en el celular y en la PC son cosas muy distintas respecto a velocidad, al menos
hasta ahora.

Sin duda, Ustream.tv no es la única plataforma que brinda este servicio.


Otras que se alinean en este servicio pueden ser “Justin TV”8 y “Live stream”9
para transmisiones en general, y en particular para la transmisión desde
celulares, “Qik”10 y “Bambuser”11. La lista no se agota aquí, sino que
permanentemente surgen nuevas y superadoras propuestas desde donde
lanzar nuestras producciones.

8
http://www.justin.tv/
9
http://www.livestream.com/
10
http://qik.com/
11
http://bambuser.com/

Gisela Botta 47
Cine miniatura
El audiovisual minimizado

Desde siempre el video fue un formato espontáneo, distante de la televisión


y el cine, y dotado se sus propias características y potencialidades. Más
cercano a la posibilidad de expresión de ideas y miradas propias, que al
mercado y los modelos establecidos de producción, el video es desde la
década del 80, sin duda el antecedente por excelencia de las producciones de
usuarios de hoy en día. Tanto los celumetrajes, como los videos difundidos vía
Web, encuentran en los videos caseros su ancestral parentesco. Sin embargo,
un importante cambio ha llegado de la mano de la digitalización. Como afirma
Lucas Bambozzi en “El vídeo explosionado y sus fragmentos planeando sobre
nosotros” (Bambozzi, 2008)

El formato digital ha proporcionado diversas facilidades en practicidad,


funcionalidad y accesibilidad a los medios para la producción. Es este gran
cambio el que marca el quiebre entre el video y los numerosos nuevos
formatos. Y es esta posibilidad revolucionaria la que implica la necesidad de no
replicar viejos lenguajes en nuevos soportes; sino que abre la posibilidad a
nuevas formas de expresión en todos los aspectos de la producción. La
posibilidad de apropiarse de estos nuevos formatos conlleva una mirada
particular que rompa con los esquemas pre armados, buscar nuevos mensajes
y nuevos modos de decir, por fuera de un simple decir lo mismo con otra voz.

“Crear, producir, y trabajar con herramientas actuales implica


enfrentarse a paradigmas también actuales. No se trata
meramente de diseñar o planificar siguiendo ideas anteriores a
este medio. Hay que darse cuenta de lo que la era digital ha
traído consigo y eso implica necesariamente una renovación –
que no es exactamente el mantenimiento de lenguajes
considerados ‘modernos’-” (Bambozzi, 2008)

Gisela Botta 48
Hoy, ya lejos de los 80, el video como expresión y arte, ha dejado de
limitarse y encorsetarse en los circuitos tradicionales (salas independientes,
concursos especiales, circuitos de distribución específicos), y puede
encontrarse en múltiples lugares, como son las redes sociales, los canales de
video online, los teléfonos móviles, los media móviles (reproductores de mp4, y
demás reproductores portátiles), etc.

Lo particular y distintivo de nuestra época, es que no existe una formación


técnica específica para la manipulación y empleo de los dispositivos para la
realización de un video; y la PC desempeña un papel central en todo el
proceso.

“Hay una verdadera explosión del lenguaje y de la utilización


del ordenador como instrumento de convergencia de
procedimientos distintos como consecuencia de la absorción de
nuevos conceptos, técnicas y estéticas.” (Bambozzi, 2008)

Celumetrajes
“Hablar del video y de la evolución del lenguaje en el
ámbito de la imagen electrónica y digital, implica hablar,
sobre todo, del giro hacia la baja resolución”
(Bambozzi, 2008)

Dentro del conjunto de trabajos de usuarios que toman parte en la


producción, y alineados bajo los lineamientos del Microcine, podemos incluir,
entre tantos otros, el “género” de los celumetrajes. En torno a ellos, Mara
Balestrini ha realizado un amplio trabajo, tanto en producción, investigación y
difusión de esta nueva forma de arte. Como realizadora audiovisual, se ha
abocado en el último tiempo al trabajo con nuevas técnicas, en especial
experimentando con los Celumetrajes y ha dictado talleres relacionados a dicho
formato de realización.

Gisela Botta 49
Los Celumetrajes son cortos realizados con teléfonos celulares y se
encuadran dentro de un nuevo tipo de formatos: los microformatos. Se
caracterizan principalmente, por estar grabados con celulares, por lo tanto sus
contenidos son de baja resolución en cuanto a calidad de imagen. Suelen
emplear formatos de video como el 3gp o mp4, y ser editados o no, siendo
presentados a través de un único plano secuencia en el que se desarrolla toda
la acción. Al mismo tiempo, son pensados para ser vistos en la misma clase de
dispositivos, o via streaming por Internet, por lo que dicha falta de calidad no
representa una carencia, sino que inclusive se constituye en una elección
estética particular. Por estas dos características, es que más allá de las
diversas temáticas que abordan, se identifican por una narrativa sintética, y por
una estética low-fi (en contraposición al Hi-Fi, alta calidad). Al tiempo que la
tecnología avanza hacia formatos de más calidad como el HD y el BlueRay,
muchos realizadores se inclinan también hacia la realización con formatos de
celulares, como una elección política y artística.

El teléfono celular, se ha convertido en un hito de la historia de las


tecnologías, ícono de la convergencia y penetración tecnológica en la sociedad,
dada su rápida expansión. Hoy en día existen alrededor de 4.600 millones de
líneas móviles activas (Balestrini, 2010). No cabe duda que ha tomado lugar
entre los consumos de masa. Y si pensamos que buena parte de esos móviles
cuenta con prestaciones ampliadas, que permiten realizar acciones diferentes
al solo hablar y mandar mensajes de texto, y entre ellas se incluyen las de
filmar y sacar fotos, estamos ante una expansión masiva del acceso a la
producción audiovisual.

“el celular puede empuñarse como herramienta de


comunicación, de representación, de creatividad, en el marco
de un campo que excede el alcance de las
telecomunicaciones” (Balestrini, 2010)

Gisela Botta 50
De esta manera, el celular se resignifica en su función principal, dando lugar
a nuevas posibilidades de realización.

Su antecedente principal son las cámaras hogareñas, lanzadas en la década


de 1980. El camcoder o camascopio, acoplaba una cámara de televisión a un
magnetoscopio que permitía grabar la información en casettes. Con el avance
de la tecnología de captación de la imagen (antes tubos, luego CCD´s), el
tamaño de las cámaras, y su peso, se disminuyeron notablemente (Wikipedia),
generando así toda una revolución creativa dado que abrió las puertas del
rodaje a los aficionados. Años más tarde, el celular con cámara y su difusión
masiva en todos los estratos sociales, tiene un rol similar, desarrollando
fenómenos culturales, particularmente en el campo de las artes visuales.

Tanto aquellas producciones de antaño, como estos mencionados


celumetrajes, se enmarcan dentro de un género que los reúne: el microcine,
término acuñado a principios de los 90, en el festival “Total mobile home
microcinema” de San Francisco. Esta idea de microcine reúne aquellas
producciones audiovisuales de bajo presupuesto, realizados en sus comienzos
con equipos Hi-8, DV o cine 16 mm. Hoy, los videos realizados con móviles
entran en ese campo. Lo interesante de este género, es el corrimiento de la
óptica antes puesta en el virtuosismo técnico, ahora puesta a la

“búsqueda de configuraciones novedosas en cuanto a los


dispositivos alternativos de visualización y difusión” (Balestrini,
2010)

Históricamente, la producción audiovisual tuvo dos grandes limitaciones que


enfrentar: por un lado, el acceso a los dispositivos de registro y procesamiento
de las imágenes; por el otro la posibilidad de distribución y difusión del material
producido. A partir de la generalización de los dispositivos móviles, la
producción de microformatos, y el acceso a plataformas de videosharing
(principalmente YouTube, pero también muchas más), se han gestado las

Gisela Botta 51
condiciones necesarias para dar acceso a la producción y difusión a una
pluralidad de realizadores, tanto profesionales como amateurs. Está en manos
de cualquiera el poder generar contenidos, producirlos, procesarlos y darlos a
conocer al resto del mundo a través de la web.

De esta masividad es factible esperar una explosión de miradas y formas de


mostrar diferentes. Y es en el campo de la realización con celulares donde esta
explosión se ve más factible de ser explorada. Tomando en cuenta las
características propias del dispositivo que posibilita su realización, además de
las cuestiones técnicas, se hacen viables nuevas posibilidades estéticas y
narrativas. Gracias a las posibilidades que brinda un "dispositivo de bolsillo",
que permite un abordaje espontáneo de situaciones desde una mirada más
cercana, se ponen en juego nuevas formas de creatividad y maneras de contar
una historia. En palabras de Balestrini:

"Los microformatos ingresan allí donde una cámara


convencional acaso no ingresa, al menos de modo natural. Se
trata de dispositivos de bolsillo cuya portabilidad permite un
abordaje instantáneo e incluso “íntimo” de la “realidad”. Una
toma en un baño público, un hecho que sucede de improvisto,
una confesión… las personas reaccionan de forma muy
diferente ante la presencia de una cámara tradicional y ante la
de un objeto tan familiar como lo es un celular".
(Celumetrajes!!!, 2009)

La mirada que se pone en juego es mucho más personal, mas subjetiva; y el


vínculo con aquello que “retrata” es casi de intimidad. La específica manera en
que el autor muestra aquello que desea mostrar, es huella propia de su
percepción. Por un lado la familiaridad con la que se opera el dispositivo, pero
por otra también las posibilidades de juego e innovación que brinda, dan lugar
a formas de realización más cercanas al video experimental que a los cánones
más tradicionales. Además se ponen en juego la astucia y la creatividad a la

Gisela Botta 52
hora de salvar inconvenientes técnicos como puede ser la escasez de luz, el
encuadre en la pantalla del móvil, o las bajas resoluciones.

Sin embargo, lo que le da trascendencia a esta clase de formatos, es la


seducción casi contestataria de la baja resolución, la denominada estética
Low-Fi.

“La baja resolución se estandariza y es aceptada por un


número cada vez mayor de personas. Y no estoy hablando de
democratización, esa palabra tan gastada, sino de brechas que
se abren para que se revisen los patrones estéticos”
(Bambozzi, 2008)

Sin importar los avances tecnológicos de los dispositivos celulares, las


realizaciones producidas con ellos siempre van a presentar una calidad inferior
a los soportes especializados. Es por esto que el registro puede considerarse
como desprolijo, rebelde y alternativo a la alta definición. Más allá de ser
accesible a muchos, la elección de esta estética tiene implicancias políticas e
ideológicas, marcadas por una huella de transgresión, de oposición a los
formatos promovidos por el mercado. Es su contrapartida, su versión popular.
Como dice Mara Balestrini “el low-fi es al HD lo que el Romanticismos al
Neoclasicismo” (Balestrini, 2010)12

Al respecto, Lucas Bambozzi afirma:

“En comparación con los años 80, diría que hoy somos más
condescendientes con la imagen precaria, con la aceptación de

12
El neoclasicismo fue un estilo inspirado e imitador de la antigüedad clásica, de ahí los temas históricos
y mitológicos. Es un arte lleno de normas, donde lo importante es el dibujo mientras el color se considera
secundario. Normalmente se huye del movimiento y, cuando está presente, parece congelado, estable y
predecible. El romanticismo surge como reacción al neoclasicismo, es un arte de sentimiento, arrebatado
y fogoso, lleno de fuerza y libertad. Los artistas reivindican la libre creación, sin someterse a normas; la
pasión se expresa con violencia, se busca el movimiento desenfrenado. Frente a la razón, predominante en
el neoclasicismo, se opone ahora el sentimiento y por ello es un estilo individualista. Información
obtenida de http://www.cossio.net/actividades/pinacoteca/p_05_06/neoclasicismo_romanticismo.htm
consultado el 31/05/2010

Gisela Botta 53
formatos de menos calidad, incluso con la difusión de estéticas
no establecidas por la industria del entretenimiento o por la
televisión.” (Bambozzi, 2008)

Talleres de Celumetrajes

Sin duda que en esta línea el avance tecnológico es una pieza fundamental,
piedra basal de donde surgen estas nuevas posibilidades, pero también es
fundante la inquietud por parte de los usuarios en cuanto a la realización. Esto
se torna evidente en los talleres de Celumetrajes dictados por Balestrini. Estos
surgieron en el año 2008, como una pre-instancia del concurso de celumetrajes
“Manos libres”, realizado en el marco del festival “Cortópolis”13, que se lleva en
Córdoba, cada 2 años.

“Por tratarse de un soporte audiovisual bastante nuevo y que no muchas


personas saben utilizar más allá de lo intuitivo -que ya es mucho-, existía la
necesidad de pensar en un taller desde el cual fuera posible abordar
cuestiones técnicas, estéticas y narrativas propias de la realización con
microformatos; o que al menos sirvieran para pensar si existen tales atributos
específicos” afirma Balestrini y agrega: “el Concurso de Celumetrajes Manos
Libres fue, desde sus orígenes, una apuesta que busca motivar el uso del
teléfono móvil para mucho más que el envío de sms y la realización de
llamadas” . La suma entre el dispositivo de bolsillo, mas la creatividad y la
voluntad de contar una historia fue lo que produjo como resultado estos
talleres.

El taller comenzó a dictarse en Córdoba, pero no agotó allí su recorrido, sino


que fue realizado también en la Rioja, Rosario, Buenos Aires e inclusive en
Perú y Colombia. También fue parte de los campamentos digitales realizados
en Santa fe que lo llevaron por diferentes ciudades de la provincia.

13
Cortópolis es el festival nacional de cortometrajes que tiene la ciudad de Córdoba desde 2006 y que
está organizado por el Cineclub Municipal Hugo del Carril, el Centro Cultural España Córdoba y el
Cineclub El Corto.

Gisela Botta 54
Estas nuevas tecnologías abren el juego a gran parte de la sociedad, al
poner la realización en manos de cualquiera que posea un dispositivo tan
cotidiano como es el celular. Por esto, la realización audiovisual es mucho más
accesible, a través de tecnologías familiares al usuario, cuyo uso no implica un
aprendizaje profundo, sino que en muchos casos se da casi por intuición. Es
por esto que una de las características destacada en la observación de estos
talleres es la diversidad en su concurrencia, desde estudiantes de secundario,
hasta profesionales diversos, pasando por amas de casa y curiosos del tema; y
es esta heterogeneidad lo que le aporta la riqueza a los cuerpos de
producciones, haciendo de los talleres un espacio ecléctico y plural.

Poco a poco muchos festivales de cine van abriendo espacios para las
producciones realizadas con microformatos (solo por nombrar algunos: el
Celufilms Fest14, primero en su tipo en Argentina; el Pocket Films Festival15,
en París, primero en su tipo en Europa, el Sundance Film Festival: Global
Short Film Project16, la versión de cortos para celulares del famoso festival de
cine independiente, entre otros). Probablemente esta acción tenga que ver con
lo ineludible del hecho de que cada vez hay más personas interesadas en esta
forma de expresión, que permanece en proceso de expansión y desarrollo.

Microformatos

“Cada nuevo soporte de alguna manera inaugura estéticas


particulares que no necesitan ceñirse a las reglas de formatos ya
establecidos.” (Balestrini, 2010)

Los formatos de video realizados con y para las nuevas tecnologías cuentan
con ciertas particularidades, atributos, restricciones y posibilidades, tanto en lo
que tiene que ver con cuestiones tecnológicas como con hábitos y modos de

14
http://www.celufilmfest.com/home.html
15
http://www.festivalpocketfilms.fr/
16
http://sundance.gsm.org/index.html

Gisela Botta 55
consumo de los usuarios, que los reúnen bajo la denominación de
microformatos. En ellos se incluyen tanto los videos que son visualizados en
la web (YouTube o cualquier otra plataforma de streaming) asi como también
los realizados con/para celulares (celumetrajes).

Tanto la producción como el consumo, están siendo avasallados por las


nuevas formas tecnológicas, dándole a los productos finales características
propias que necesitan ser tomadas en cuenta a la hora de la producción: si van
a ser consumidos en dispositivos portátiles (como celulares o MP4) es
necesario tener en cuenta el tamaño de la pantalla en que se va a visualizar; o
en el caso que sean exhibidos vía YouTube o similar, serán consumidos vía
streaming, es decir “descargas progresivas de Internet” (Taller de
Celumetrajes), lo cual implica que su calidad se verá alterada por cuestiones
tales como el ancho de banda del espectador, la cantidad de usuarios en
simultaneo, la compresión que se le da, y demás cuestiones técnicas. Todo
esto lleva a que esos factores sean tomados en cuenta a la hora de la
realización, tanto en el rodaje como en la edición, de manera que la historia
producida logre ser entendible para el espectador. Implica un repensar los
modos de producir, tanto técnica como estéticamente: el encuadre, los
movimientos de cámara, y el manejo de la luz.

De la misma manera que cada modalidad de consumo (y cada consumidor)


precisa de productos “adaptados” de algún modo a sus necesidades, los
dispositivos precisan de rasgos específicos para sus contenidos. Es por esto
que podríamos mencionar algunos “criterios para el rodaje de estas
producciones” (Taller de Celumetrajes):

• Los paneos, travellings y zooms no se ven bien en las transmisiones


Web, ya que se pixelan y hacen que la imagen se vea desprolija. Esto
es así porque en el momento en que se comprimen para disminuir su
“peso” en Mb, elimina redundancias, es decir información de la imagen
que se repite. Lo mismo sucede con los celumetrajes, al disminuir el
peso del video, la calidad de la imagen se reduce, perdiendo nitidez y

Gisela Botta 56
fidelidad al reproducir movimientos. Es por eso que resulta más
conveniente emplear planos fijos, sin demasiado movimiento, en lugar
de largos planos secuenciales.
• Los planos generales pierden definición, tanto en las “cajas” de video
empleadas en la Web (450 por 380 píxeles en los videos de YouTube
en tamaño standard) como en las pantallas de los celulares (más
chicas por lo general) ya que resultan pequeñas para una correcta
apreciación de un plano amplio. Por el contrario, los planos detalles,
al perder información mediante la compresión, pueden no ser
comprendidos claramente. Siempre es necesario encontrar un
equilibrio entre ambos tipos de plano empleando más planos cortos,
sin llegar a planos detalles.
• En vistas de estas observaciones, es recomendable utilizar planos
simples, lo más claros posibles, de manera que no sean afectados ni
por la compresión ni por el tamaño de la ventana de reproducción,
manteniéndose claros y nítidos a pesar de la perdida de color y detalle
provocada por la compresión.
• Los tiempos del video deben adecuarse a los hábitos de consumo del
medio en cuestión (Internet o celulares). Los videos para Web no
deben ser de una duración superior a 3 minutos, ya que la atención en
Internet es dispersa y los usuarios no acostumbran a permanecer
atentos. De la misma manera, en los celulares, si bien el consumo
puede darse en un lapso extendido de tiempo (por ejemplo durante un
viaje largo), se ve condicionado por cuestiones técnicas como por
ejemplo el rendimiento de las baterías y las interrupciones que pueden
ocurrir por llamadas o mensajes de texto.

Gisela Botta 57
Llegando a diferentes puertos
Todo lo que debe saber para hacerlo Ud. mismo

A partir de las nuevas posibilidades de producción y distribución de


contenidos televisivos, se hace necesario explicitar los mecanismos que lo
posibilitan. Que un programa o película esté disponible en la red, requiere de
todo un proceso, algunas herramientas, y unos mecanismos que lo subyacen.

Si seguimos paso a paso el proceso, en primer lugar tenemos la


digitalización de los contenidos. Pongamos por ejemplo un programa de TV,
emitido por una señal de cable. Para que ese programa sea re-transmitible, es
necesario que pueda ser manipulado por la PC, es decir tiene que ser
digitalizado. Para esto hay algunas posibilidades. La primera es la de contar
con una placa sintonizadora de TV en la PC, que permita ver los programas y,
de esta manera, brinde la posibilidad de grabarlos. El mecanismo alternativo es
el de usar una grabadora de DVD conectada a la TV, y grabar el programa en
un DVD (como antiguamente con las grabadoras de VHS, solo que estas
grababan a través de un mecanismo magnético, una señal analógica, y en el
caso de los DVD se trata de un registro digital). De esta manera, obtenido el
registro digital (vía PC o vía grabadora, el archivo obtenido ya no es analógico,
sino que se convierte en un archivo más de los que procesa la PC) podemos
pasar al siguiente paso.

Ese archivo, según su origen, va a poseer un formato (de video) específico:


avi, mpeg, mov, wmv, rmvb, vob, etc. Aquí se hace necesaria la definición de la
“compresión”: nos referimos a un caso particular de la codificación, cuya
característica principal es que el código resultante tiene un menor tamaño que
el original. Se pretende transportar la misma información, pero empleando una
menor cantidad o velocidad de datos. En nuestro caso nos estamos refiriendo a
una serie de configuraciones que se le da al dispositivo que captura/convierte
la señal en digital, y que determina características que va a poseer el archivo
final. Cada formato, (condicionado por la mencionada compresión), posee sus

Gisela Botta 58
características propias en cuanto a calidad y peso (en bytes), y principalmente
en la relación entre estos dos atributos:
• Un archivo “.avi” (Audio Video Interleaved, desarrollado por Windows)
sin compresión (el que se baja de las cámaras de video de formato
digital -DV-, no el de las películas que se descargan) es el de mayor
calidad de imagen, pero de un peso elevado en Mb, ya que guarda
pistas de audio y video en capas consecutivas sin pérdida de cuadros.
Es el video estándar, que se reproduce en cualquier ordenador con
sistema Windows, y es el más empleado para la edición, ya que al no
perder cuadros de imagen en la compresión, otorga una mayor fidelidad
y calidad del producto terminado.
• Un “.mov” sería el equivalente, creado por la marca Apple y empleado
principalmente en plataformas Mac.
• Un “.rmvb” es el formato del reproductor “Real media player” y puede
tener una buena calidad según la compresión que se le dé, a un bajo
peso en Mb.; ya que trabaja sobre el flujo de datos variable, (Variable Bit
Rate) es decir sobre la cantidad de información que suministra, pero de
manera variable, dependiendo de la complejidad del video a reproducir,
o sea, las variaciones entre cuadro y cuadro.
• Un “.wmv” es el formato desarrollado por Microsoft que funciona con
Windows (Windows media video seria la traducción de la sigla), y suele
ser empleado principalmente para el streaming para Web, ya que, al
igual que el “.rmvb”, según la compresión que se le de puede ser muy
versátil a la hora de equilibrar peso y calidad.
• Un “mpeg”, es un formato de compresión que utiliza un método que
consiste en la similitud de contenidos: si percibe una parte común a todo
guarda un ejemplar eliminando el resto. Esto lo realiza cada 15 cuadros.
De esta manera se consigue una reducción de espacio. Estos “.mpeg”,
pueden ser MPEG-1, MPEG-2, MPEG-3 y MPEG-4 (si bien, no se
evidencia esta diferencia más que en el momento de comprimir el
archivo y en la calidad de imágenes, la resolución de la pantalla y el

Gisela Botta 59
tamaño del archivo). Los más empleados son el MPEG-1 y MPEG-2, y
MPEG-4.
o El MPEG-1: su principal finalidad fue la de poder introducir el
video en un cd-rom. Su calidad es parecida a la de los VHS, y es
empleado en los denominados VCD (el formato de los CD´S
pirateados de películas que incluyen varias en el mismo) y es el
de menor calidad en la escala, y también de peso en Mb.
Actualmente se emplea también para visualización en Internet.
o El MPEG-2: es un formato que ofrece una mayor calidad de
imagen y, en lugar de parecerse a la de los VHS, se asemeja a la
TV. Se emplea para los DVD de video y la televisión digital (tanto
satelital como por cable)
o El MPEG-4: es el formato empleado para los DivX y XviD, ofrece
una muy buena calidad, muy parecida al del formato DVD, a
cambio de un factor de compresión mucho más elevado que otros
formatos, dando como resultado archivos o ficheros más
comprimidos que otros e ideales para poder transmitir los datos a
través de Internet. Logran la máxima calidad en el mínimo
espacio y la inmensa mayoría de reproductores de DVD,
teléfonos móviles y otros dispositivos multimedia portátiles son
capaces de reproducirlos.
• Un “.vob” es una archivo que leen solo los reproductores de DVD, o
programas que lo emulen (como el “Power DVD”), es un “producto
terminado” que no sirve para ser editado (si bien es posible, la calidad
que se obtiene no lo hace muy recomendable), y es el que se obtiene
por ejemplo, grabando con un dispositivo externo directamente en DVD.

Un ejemplo en números: una hora de video en formato “.avi” crudo (es decir
sin compresión) pesa alrededor de 12Gb, mientras que la misma cantidad de
video en formato mpeg2 (es decir, el de los DVD) pesa nada más que 2Gb con
una pérdida casi imperceptible, mientras que en “.rmvb” puede pesar desde 40
a 800 Mb según la compresión que se le dé, variando con ello también la
calidad.

Gisela Botta 60
Aclarado esta diferenciación, nuestro archivo de video, capturado de la señal
original, va a poseer un formato determinado (configurado por nosotros en
algún caso, o configurado por el dispositivo de captura en otro), y nuestra
preferencia a la hora de la distribución va a ser probablemente distinta.
Principalmente porque los formatos más típicos para la subida de archivos
requieren un equilibrio muy ajustado entre peso y calidad. Quienes optan por
las descargas, buscan ávidamente bajar la mejor calidad posible, pero en un
lapso de tiempo lo más corto posible. Si bien el ancho de banda cada vez
mayor es una realidad para cada vez más usuarios, la búsqueda de archivos
de menor peso sigue siendo predilecto por los usuarios. Entonces en el
mercado de la red de archivos podemos encontrar los formatos:
• Avi en Compresión XviD/ DivX/ MPEG-4, (también encontrado en la
mayoría de las películas como DVD rip, que son copias de DVD´s
originales) que parte de la compresión de un “.avi”, y cuenta con la
mayor calidad a bajo peso.
• Rmvb: Si cuenta con una compresión buena, puede brindar una buena
calidad con un peso muy escaso.
• Wmv: con calidad similar a la que puede brindar un .rmbv, de acuerdo a
su compresión, es mayormente empleado para streaming y visualización
online, pero puede encontrarse también para descargas.

Definido el archivo que tenemos, y el que queremos tener, el siguiente paso


es “convertirlo”. Esta acción no es muy complicada, ya que existen diversos
programas que nos brindan esta aplicación: Total Video Converter, Easy
Realmedia Producer, Canopus Procoder, Winavi Video Converter, por
mencionar algunos de la amplia lista de programas que se pueden emplear.
Por lo general, el mecanismo de funcionamiento de estos programas consta de
seleccionar el archivo a convertir, elegir el formato de salida a partir de una lista
de posibilidades que brinda, y elegir la ubicación de destino (es decir, la
carpeta de nuestro sistema donde va a guardar el producto terminado).
Cumplimentados estos pasos, solo resta darle “aceptar” y esperar que termine
el proceso.

Gisela Botta 61
Indiferente a si su origen es una generación de contenidos propia, o una
copia de un DVD original, o una grabación de un programa emitido por TV, los
pasos a seguir son los mismos. Con todo esto, ya tenemos listo nuestro archivo
para compartir y difundir en la Web. A continuación debemos elegir por cual vía
optamos para esto.

Redes P2P

Las redes P2P, per to per, o redes de pares denominan a un sistema de


construcción de redes de usuarios en las que se comparten contenidos sin
intermediación de servidores, sino que todos se comportan de igual a igual,
actuando en ambos roles al mismo tiempo (proveedor y cliente). Varios
ordenadores se comunican vía Internet y comparten información de forma
sencilla: ficheros, música y videos, así como flujos multimedia continuos
(streaming) (Pisani, 2009). De esta manera, al ser un sistema descentralizado,
independiente de servidores que nucleen la transferencia limitando el ancho de
banda disponible, se emplea la disponibilidad de banda de los participantes y el
número de intercambios entre usuarios es potencialmente ilimitado. Además, al
ser todos los nodos iguales (al menos en la mayoría de los casos), permite que
ninguno sea indispensable para el funcionamiento de la red. Si bien existen
redes P2P centralizadas y mixtas, además de las totalmente descentralizadas,
son estas últimas las más difundidas. Algunos de los programas utilizados para
el funcionamiento de estas redes son el Gnutella, Kademlia, BitTorrent,
eDonkey, Ares Galaxy, entre otros.

El mecanismo es sencillo: cada usuario, conectado a la red, puede


compartir los archivos de su equipo (puede optar por todos los discos, alguno,
o limitar el acceso a alguna carpeta solamente). Siempre es necesario
compartir algo, ya que la filosofía que subyace a este tipo de redes es la de que
todos los usuarios deben aportar algo, de manera que subsista la red. No se
trata tanto de inteligencia colectiva (si bien se da por el aporte común) sino más
bien de que realmente la red sea provechosa para quienes acceden, y que se

Gisela Botta 62
diversifiquen los contenidos. Cada una de las redes será más atractiva para los
usuarios cuanto más efectiva sea a la hora de buscar contenidos, y la manera
de nutrirse es a través de los aportes de los mismos. De esta manera se busca
evitar el solo “tomar sin dar”, aunque sea por obligación. En algunos casos,
inclusive hay todo un sistema de méritos, según los cuales los usuarios que
mas aportes brindan, obtienen mayor acceso al mismo tiempo.

La utilidad de estas redes es diversa ya que se usan para compartir


archivos de diversos tipos: audio, video, imagen, software, e incluso es
empleado en telefonía VoIP (transmisión de voz por Internet a través de
protocolos de IP). Dado que su mayor empleo es en la búsqueda e intercambio
de ficheros, cada vez más compañías europeas y americanas lo tomaron en
cuenta y a partir del 2006 empezaron a ver estas redes como una alternativa a
la distribución convencional de películas y programas de televisión, ofreciendo
parte de sus contenidos a través de las mismas (Wikipedia).

El alcance de estas redes es mundial, y cada vez aumentan los usuarios


que las emplean. Esto es sumamente beneficioso, ya que cuantos más
usuarios sean, mayor es la cantidad de contenidos disponibles, y mejor el
funcionamiento del intercambio. Según Roberto Igarza los archivos que son
intercambiados mediante estas plataformas equivalen a 500 millones de DVD`s
mensuales, a pesar de que su crecimiento en cuanto a uso ha sido menor al
que tuvo lugar en años anteriores. Esto podría explicarse por un mayor
consumo de contenidos en plataformas de videosharing, ya que el consumo de
videos online tiende a ser la principal fuente de distribución de audiovisual en
los próximos años ya que en algunos países supera el 75% de los usuarios de
Internet (Igarza, Burbujas de ocio, 2009). Como afirman Pisani y Piotet, estos
programas, a pesar de que tecnológicamente son muy sencillos, están
transformando el modelo económico de industrias bien establecidas (como son
las compañías discográficas), por lo cual tendrán un gran impacto económico.
(Pisani, 2009)

Gisela Botta 63
Siguiendo con nuestro ejemplo: al programa que habíamos grabado de la
emisión por cable y convertido con alguno de los programas mencionados,
para difundirlo mediante estas redes, solo bastaría con conectarnos a una de
ellas y compartir la carpeta en la que se localiza. Con este simple mecanismo,
nuestro archivo ya se encuentra a disposición de cualquier usuario de la red
que lo desee.

Almacenamiento online y descargas directas

Otra manera de distribuir nuestros contenidos y compartirlos con el resto de


internautas potencialmente interesados en eso que ponemos a disposición, es
mediante lo que se conoce como "descarga directa". Es una forma de descarga
desde un servidor en el que el usuario no tiene que esperar colas, a diferencia
del P2P en el que se producen esperas. La velocidad de transferencia está
condicionada, no por la cantidad de usuarios conectados, sino solo por el
ancho de banda de subida del emisor y del ancho de banda de bajada del
receptor. Además, en sus requerimientos solo se encuentra un navegador
(Explorer, Mozilla, Opera, Chrome). Si bien existen programas que funcionan
como gestores de descargas, que optimizan y facilitan la reanudación de la
misma, no son indispensables, con lo que puede decirse que no implican la
necesariedad de un programa, como si lo es en el caso de las P2P, que
requieren el uso de programas específicos (Ares, eMule, Torrent).

Este sistema parte de la base de la existencia de servidores o hosts, que


funcionan como sitios de almacenamiento de contenidos (tanto audiovisuales
como de cualquier tipo), actuando como una especie de disco rigido on line.
Entre los servidores más conocidos, podemos mencionar Rapidshare,
Megaupload, GigaSize, Mediafire, 4shared, FileFactory, entre otros. Cada
empresa ofrece diferentes tipo de almacenamiento y descargas, los que varían
en el tipo, tamaño, tiempo de permanencia del archivo, y el número de veces
que se puede descargar. Así mismo, ofrece siempre un servicio gratuito (que
suele tener un máximo de usos por día o un tiempo de espera entre descargas)
y uno de pago o Premium (Wikipedia). Por lo tanto cada usuario puede "subir"

Gisela Botta 64
(es decir almacenar online) cuantos archivos quiera, respetando las
limitaciones que impone la empresa que emplea. Es por este condicionamiento
que ante archivos de mayor tamaño que el aceptado, se los divide en pedazos
de aproximadamente 100mb, facilitando además el acceso gratuito a su
descarga. Una vez subidos los archivos, los usuarios "clientes" pueden
descargárselos con tan solo un clic a partir de una dirección web. Esta
dirección es particular de cada archivo a disposición y difícil de obtener sin su
conocimiento previo. Es decir, se hace necesario que quien subió el archivo,
comparta la dirección de la descarga, para que alguien pueda acceder a él. De
aquí la popularidad de los foros en lo que es la difusión de estos enlaces.
Taringa por ejemplo, brinda acceso a miles de programas y películas, mediante
los aportes de sus miembros, quienes "suben" sus archivos a alguno de estos
servidores y comparten en sus posteos las direcciones para acceder a ellos.

Esta manera de acceso a archivos se ha ido popularizando a partir de las


ventajas que posee en cuanto a la independencia de los usuarios, y el no
requerimiento de aporte colaborativo para la participación. Sin embargo,
también tienen sus desventajas: por ej., si el servidor tiene algún problema, se
imposibilita la descarga, los enlaces caducan en el tiempo y se hace imposible
recuperarlos, además de las esperas en el sistema gratuito entre descarga y
descarga suelen ser tediosas, y se incrementan entre una y otra descarga,
complicando de esta manera la obtención de archivos de mayor tamaño,
generalmente almacenados en varias partes.

Gisela Botta 65
Parte 4: El final

Gisela Botta 66
Conclusión inconclusa
Nunca está dicha la última palabra

A lo largo del trabajo, hemos recorrido los diversos caminos que transitan (o
pueden transitar) los productos audiovisuales. Tanto las variaciones que eligen
las grandes industrias para mantenerse en pie, como los nuevos rumbos que le
dan los usuarios a esos productos, y los trayectos por los que las producciones
individuales pueden llegar a ir cabeza a cabeza con productos de mayor
producción y renombre.

Observamos el ecosistema mediático que se va resignificando y sus actores,


reubicándose en nuevos roles. También nos encontramos con incógnitas,
teorías y supuestos frente al devenir de los “medios” ya instaurados. ¿Qué
pasará con la TV?, ¿Se terminará?, ¿Se reubicará?, ¿Qué provocarán los
productos de usuarios?, ¿Cómo se ubicarán al interior de los medios actuales?,
¿Surgirán nuevos?, ¿Cuáles son nuevos?, ¿Cuando dejan de ser nuevos?
Recorrimos las alternativas emergentes y nos vemos inmersos en un panorama
mucho más complejo que empieza a asomar.

Entonces empezamos a pensar qué es lo que define a cada medio, y qué


tiene de intransferible cada función. Cuánto de ello puede ser delegado a
nuevas alternativas y cuáles serán los que hagan a su permanencia.

El medio sobre el que caen fundamentalmente las incógnitas y las


especulaciones, es la TV, principalmente por la preeminencia con la que se
ubica (o se ha ubicado en los últimos años) al interior de la cotidianeidad de los
usuarios, tan inmersa como esta en nuestra rutina diaria.

Las nuevas tecnologías llegan para obligar a replantear su ubicación a esos


medios que por años han encabezado la producción, distribución y consumo
mediático audiovisual, dado que le otorgan al usuario una participación directa
y definitiva en todos esos procesos. Se abren nuevos espacios y nuevos

Gisela Botta 67
modos de “hacer”. Y son estas nuevas posibilidades las que permitirán a los
viejos medios el permanecer o no, de acuerdo a la opción que tomen:
reubicarse, redefinirse, asociarse, hibridarse o perecer.

De la misma manera ha sucedido antes con el cine, sufriendo diversos


embates a lo largo de su historia que lo llevaron a repensarse y cambiar su
oferta. Uno de los grandes golpes fue por la década del 50 con la llegada de la
TV. Pensado como una muerte del cine (Scolari, C.; Carlón, M., 2009) no ha
dejado más que en evidencia que el cine, como el ave Fénix, renace de las
cenizas, con una nueva idea conceptual en cuanto a su lugar en el entorno
mediático. El paso del cine clásico al cine moderno, y de este al cine
contemporáneo, no son más que muestras de las diversas mutaciones que ha
adoptado la industria fílmica para sobrellevar los cambios del mundo a su
alrededor. Al igual que entonces, hoy también es afectado e impulsado a
redefinirse y reubicarse, por las nuevas competencias emergentes.

Hoy en día está buscando nuevas armas de seducción de los usuarios


mediante el generar nuevas experiencias de visualizado, ahora con el nuevo
impulso a las salas 3D, reflotadas de la experiencia de hace algunos años
atrás, incorporando nuevas tecnologías, tratando de retomar aquella premisa
que pretende que el usuario “se olvide durante 2 hs. del mundo exterior”. Creo
que en ese caso, la industria cinematográfica de algún modo comprendió como
es la dinámica con la que se da este juego mediático y tomo parte en él, de
acuerdo a las nuevas reglas, buscando alternativas que lo diferencien del
visualizado limitado al contenido, tratando de seguir en carrera sin que el
mundo lo pase por arriba, o lo deje a un costado. Si bien el consumo
cinematográfico conserva sus adeptos a causa de la propia experiencia que
implica el “ir al cine”, tropieza con una fuerte competencia por medio de las
descargas vía Internet, que hace que el espectador se encuentre al menos en
la disyuntiva, entre ir al cine o ver el contenido en casa. Es posible, por lo tanto,
existe la amenaza de que el destinatario opte por ese uso o por otro.

Gisela Botta 68
En el caso de la TV, el panorama es quizás más complejo, por un lado por la
diversidad de roles que desempeña (entretener, informar, difundir, acompañar,
etc.). Y es en cada una de sus funciones que encuentra, o no, “competencia”
por parte de los nuevos medios. De allí que surgen diversos interrogantes,
acerca de cómo se reconfigurará en el nuevo entorno. La principal diferencia es
que ya no ocupa un lugar monopólico como supo detentarlo en algún tiempo.
Ni en sus funciones, ni en sus contenidos. En la participación de usuarios en la
creación de los contenidos se hace evidente que el lugar de la producción ya
está siendo compartido de alguna manera, quizás incipiente. El germen de la
producción diversificada ya está entre nosotros. Desde el momento en que un
contenido es tomado de YouTube, encontramos un rasgo impensado en años
del origen de la TV (más allá de que no se disponían los medios, no era
considerable que producciones de categoría profesional co-existieran con
producciones amateurs). La TV debe volverse más permeable a lo que sucede
por fuera de sus paredes, afuera hay una revolución.

Por otro lado, la posibilidad de diferir el consumo genera un amplio abanico


de posibilidades que analizar en cuanto a sustento económico (¿en dónde
ubicamos la publicidad si el usuario no va a estar atado a ver nuestro “corte
comercial”?, y al mismo tiempo, ¿cómo cotiza un programa en cuanto a rating,
si la audiencia está dispersa en el espacio y el tiempo, por fuera del canal?).
Nuevas maneras de “monetizar” el consumo deberán aparecer para seguir
haciendo rentable la industria de contenidos. Desde que la grilla televisiva
amplió el número de canales, y los aparatos de TV incorporaron el control
remoto, el zapping fue el primer embate a los espacios publicitarios. Sin
embargo, algún rastro se filtraba aunque sea, al final del recorrido por los
canales. Hoy en cambio, con la posibilidad de grabar contenido para
visualizarlo más tarde, o directamente descargar contenidos de Internet, sin
ataduras de horarios ni lugares (puedo descargar una serie que dejo de
emitirse, o que se transmite en el otro extremo del planeta con la misma
facilidad), se plantea un nuevo desafío a la publicidad televisiva.

Gisela Botta 69
Respecto a la función informativa, todavía no se puede negar el poder de
establecimiento de agenda temática que conserva la televisión. Sin embargo,
las nuevas tecnologías están aportando la posibilidad de una emergencia
polifónica de versiones. Esto no se limita a los productos audiovisuales, ya que
desde el surgimiento de la denominada Web2.0 los usuarios han ido cobrando
relevancia en distintos sucesos, merced a esta potestad de opinar, declarar y
denunciar desde espacios no tradicionales. No se puede ignorar el relevo de
actualizaciones de estado de Twitter del que se nutren los programas
televisivos, y en especial como estos se constituyen como fuente caudalosa y
espontánea de novedades que trascienden antes por las redes que por los
circuitos legitimados históricamente. Con las plataformas de videosharing, se
suma a esa posibilidad de la declaración por escrito, el acompañamiento
audiovisual, como manera de anclar o refuerzar mediante el testimonio de
aquello que se declara, trascendiendo el mero “opinionismo”.

Quizás el “caballo de batalla” del TV, está encaminado a ser el


entretenimiento. La unión a la gama de periféricos que amplían la calidad de
consumo (plasmas sumados a home theatre, parlantes, blueray´s, imágenes
digitales de alta calidad) habla de una orientación tendiente a generar un
espacio de visualización más similar al cine, que relativo a la TV tradicional. Es
posible que se corra el eje, de la función informativa a la función recreativa. Se
trata de una interesante alternativa como para reivindicar su lugar dentro de la
competencia mediática. Sin embargo, no estaría absuelto y posibilitado de
volver a ser monopólico, ya que en este caso, pasaría a competir directamente
con el cine, ya que la disyuntiva se deslizaría a ver una película en casa con el
home theatre o ir al cine. Y tal vez en esa circunstancia, quien va a tener que
redoblar la apuesta va a ser el cine, ya que tendrá que buscar como competir
con la comodidad del consumo local, sin desplazamientos y sin horarios pre-
fijados.

Por otro lado, y artísticamente hablando, creo que las nuevas tecnologías
dan espacio a una emergencia de elecciones técnicas y estéticas no
tradicionales, mas orientadas a la ruptura con los parámetros mercantiles,

Gisela Botta 70
establecidos por las grandes industrias respecto a lo que categoriza o no como
arte o como cine. Se generan espacios de difusión igualitarios, que permiten
escuchar/ver opciones divergentes a lo hegemónico, que de ser de otra
manera, nunca trascenderían del circuito íntimo o algún festival independiente.
Se les da una nueva visibilidad que abre puertas a otros entornos, inclusive a
circuitos que lo vinculan directamente al usuario. Y en esto la trascendencia de
plataformas como YouTube es crucial. Probablemente nunca antes las
producciones independientes habían tenido tanta visibilidad como ahora. Si
bien la marea de contenidos hace que cada producción quede dispersa en el
“maremágnum” de videos, es tan solo cuestión de agudeza por parte de quien
busca, y estrategia por parte de quien “muestra”, el lograr que su realización
llegue a los ojos de quienes pretende.

Pensar ya en un “usuario” y no en un “consumidor” es un corrimiento de la


mirada y el pensamiento. Plantear al sujeto como “hacedor” de algo con ese
producto, mas alla de solo “consumirlo” es poner un punto de relevancia a la
acción del sujeto, ya no mero espectador, sino más fuertemente actor en
cuanto a la industria de contenidos audiovisuales. El video/programa/película
ya deja de ser solo una pantalla para el espectador. Pasa a ser un insumo, una
inspiración, un entretenimiento para un momento y espacio determinado. Ya no
es algo dado a su uso determinado, sino una fuente de diversos procesos.

El incremento de la cantidad de dispositivos que permiten consumos de


maneras divergentes, es también productor de muchos cambios en los modos
de hacer de los usuarios. La posibilidad de cambiar la función original de un
programa, para llevarlo a un ámbito para el que no fue originalmente creado,
acarrea una serie de modificaciones que afectan a toda la cadena de
producción que recorre el producto. Tanto el que lo crea, como el que lo
financia, o el que vende con él, deben reorientar sus estrategias en función de
los nuevos usos y modos de empleo de sus productos.

Todo esto nos dibuja de algún modo, un panorama de la sociedad en la que


tiene lugar. No es casual que el sujeto consuma en tránsito, a menos que se

Gisela Botta 71
desplace permanentemente o en gran cantidad a lo largo del tiempo. No es
indiferente que el sujeto consuma por separado a no ser por una conducta que
privilegia la independencia al acuerdo. No solo el hacer condiciona el modo de
consumir, sino que este último es observable como rastro de las pautas que
rigen, de los valores que se imponen y de las conductas que se internalizan.

Nada está dicho en esta permanente movilización, hay mucho por observar,
analizar, experimentar y construir. Hoy más que nunca está en nuestras manos
la capacidad y el desafío de tomar parte activa en lo que consumimos.

“Bienvenidos a la cultura de la convergencia, donde


chocan los viejos y los nuevos medios, donde los medios
populares se entrecruzan con los corporativos, donde le
poder del productor y el consumidor mediáticos
interaccionan de manera impredecibles” (Jenkins, 2008)

Gisela Botta 72
Anexo

Gisela Botta 73
Innovaciones televisivas
La TV digital 17

En los últimos tiempos, se va escuchando con más asiduidad la idea de la


TDT o televisión digital terrestre. Desde el año 2009, en que nuestro país
adoptó la norma japonesa ISDVT (que nadie tuvo muy en claro de que se
trataba) hasta hoy, con la TV digital en puerta, son muchos los interrogantes
que se abren acerca de qué se trata, qué beneficios aporta, qué costo va a
tener, etc.

La TV digital parte de la compresión de los contenidos que se transmiten,


posibilitando de esta manera que se difundan más ocupando menos espacio de
aire (espectro). Así cada canal analógico podrá dividirse en varios canales
digitales.

Para poder comprimir esos contenidos, se sigue un determinado patrón o


norma. Existen en el mundo 3 que estandarizan la digitalización de la TV: una
estadounidense, que prioriza la alta definición, una europea, que pone el
énfasis en la multiprogramación, y una japonesa que además de la
multiprogramación aporta la posibilidad de la interactividad a través de un canal
de retorno. En nuestro país se optó por la norma japonesa, justificando dicha
elección mediante el argumento de la posibilidad de la interacción con la
emisión, la posibilidad de acceso vía dispositivos de telefonía móvil, y la unidad
geográfica dada la elección conjunta con varios países sudamericanos, lo que
permitiría una importación y exportación de productos audiovisuales. Sin
embargo, la TV existente, que ya dio un paso a la digitalización (hablamos de la
televisión satelital y la versión digital de la televisión por cable) lo hizo dentro de
la norma europea.

17
Información extraída de las “Primeras Jornadas de Televisión Digital Terrestre”, organizadas por la
UNR en la ciudad de Rosario, los días 6 y 7 de abril del 2010. Audios disponibles en
http://www.divshare.com/playlist/715188-818

Gisela Botta 74
Para la recepción de la señal digital es necesario contar con unos
dispositivos especiales, denominados “Set top box”. La función de estos
aparatos es básicamente la de “analogizar” la señal digital, de manera que los
antiguos televisores puedan proyectarla. Pero además, en su variedad, cuentan
con diversas funciones accesorias: hay simples, que solo se puede convertir la
señal, otros que cuentan con una conexión que posibilita el canal de retorno
(indispensable para la posibilidad de interactividad de la TV) e inclusive algunos
con prestaciones de acceso a Internet a partir del mismo dispositivo.

Las ventajas pasan por diferentes lugares. Por un lado, la posibilidad de


acceso en puntos donde la TV paga (cable o satélite) no llega o no es
consumida. El número de usuarios que accede solo a TV de aire es de
aproximadamente 4 millones de personas en nuestro país. Es
aproximadamente un 40% de los hogares (sin descontar a quienes usan TV
paga de manera clandestina e ilegal), cifra inferior a otros países, como Brasil,
donde la penetración de la TV paga es del 10%. Es por eso, que es relativo al
punto de vista el justificar el cambio. Para algunos es el gran objetivo el
multiplicar los canales a esa franja de consumidores. Para otros esa franja no
es lo suficientemente grande como para emprender el cambio.

La manera en la que se expandirán los canales parte de la compresión que


mencionaba al principio. En el espacio de aire otorgado a cada señal de TV
analógica, donde se emitía un solo canal, ahora podrán emitirse 2 canales en
alta definición o entre 4 y 6 de calidad estándar más canales de datos. De esta
manera, la TV de aire, hasta ahora solo canal 7, pasará a contar con 4 canales
como mínimo, con posibilidad de expandirse a un par más. Se multiplica la
cantidad de canales de aire, y también se multiplicará el espacio sobrante
dentro del espectro, ya que al emplearse menos espacio en la transmisión de
contenidos, podrá optarse tanto por habilitar nuevos canales, como también por
destinar ese espectro para otras funciones: canales de retorno, canales
especiales con contenidos para celulares, servicios extras (ya detallaré acerca
de esto).

Gisela Botta 75
Por otro lado, con la posibilidad de acceder a los contenidos televisivos para
celulares de manera gratuita y ubicua (es decir, con un celular capaz de recibir
la señal, y ubicados dentro del alcance de la transmisión) abre todo un nuevo
espacio para la producción y la cultura. Los contenidos para celulares
generaran la necesidad de producciones específicas, teniendo en cuenta sus
requerimientos de ritmo, duración, planos, etc. Sin embargo, en nuestro país
todavía no hay disponibles para la venta celulares con estas características. La
causa es meramente de mercado: a las compañías telefónicas les conviene
que hablemos por teléfono, no que miremos TV en el celular, más allá del costo
que paguemos por los equipos.

Como nuestro país no es el pionero en esta tecnología, ni mucho menos,


podemos tomar la experiencia de otros puntos del mundo. En Europa, se
intentó solventar la TV digital en celulares por medio del pago de abonos, y
transmitiendo por un espacio de espectro adicional. Para esto fue necesaria
una mayor cantidad de terminales, y representaba una mayor inversión, por lo
que la TV móvil no alcanzó un gran desarrollo. En Japón el caso fue otro. El
modelo implementado para financiar la TV móvil fue mediante la diversificación
de la publicidad. Si se tiene en cuenta los picos de consumo diferenciales en un
TV en casa frente a un TV móvil, se evidencia que las franjas horarias de
mayor recepción varían de uno a otro. El “prime time” en casa se da a la noche,
alrededor de las 21 o 22 hs, cuando los usuarios retornan a sus hogares y
pueden disponer de un tiempo libre para ubicarse frente a la pantalla. En
cambio el consumo pico en los terminales móviles, se da en el horario del
almuerzo, cuando se destina la pausa en las oficinas para el despeje, y los
horarios en los que la gente se desplaza masivamente en el transporte público,
alrededor de las 6 de la tarde, tiempo perdido que se puede aprovechar para
esta clase de consumos. La estrategia japonesa consistió en vender
publicidades específicas para esas franjas, duplicando de esa manera los
ingresos por publicidad y transmitiendo con un modelo “inband”, dentro de la
misma banda que se usaba en el modelo analógico. De los segmentos que se
divide cada banda, uno se destina a la TV móvil, con menor definición pero sin
necesidad de ampliar infraestructuras ni generar nuevas producciones.

Gisela Botta 76
Otro de los caballos de batalla, es la idea de la interactividad que se
posibilita. En este punto vale aclarar un par de cosas. Si bien la tecnología
habilita muchos desarrollos, el que se va a poder usar en nuestro país, al
menos en una instancia inicial no es precisamente el mas desarrollado. La
interactividad en las casas va a ser limitada, en primer lugar porque no
cualquier Set Top Box lo va a permitir, y en segundo lugar, porque aún con la
mayor tecnología, el desarrollo alcanzado en cuanto a funciones y posibilidades
es muy inferior al dado por la PC con Internet. Es por esto que las utilidades de
esta interactividad van a funcionar cuando se hibride la TV con Internet banda
ancha, o bien en los dispositivos móviles que si cuentan con la conexión
necesaria. En ellos existe de manera factible un mayor potencial.

La interactividad que se postula puede ser de dos tipos: una local


(interactividad con el aparato local, a través de la exploración de información
que se descarga en el mismo) o remota (mediante el canal de retorno, en
vínculo con el canal emisor). Al mismo tiempo, esos contenidos podrán ser
relacionados o no con el contenido en pantalla. Estos últimos incluirán servicios
públicos, información de interés para la comunidad, bolsas de trabajo, t-
learning (educación vía TV), t-comerce (comercio vía tv), etc. Lo bueno de esta
característica, más allá de sus limitaciones, es la posibilidad de dar acceso a
información, de manera similar en algunos aspectos a Internet, a quienes no
son asiduos usuarios, tanto por falta de acceso, como por desconocimiento del
uso. Se afirma que puede servir para achicar la brecha digital, y acercar a una
gran masa a la educación y al consumo. Por otro lado, se diferencia de
Internet, por las características del contexto en que se consume: se ve a
distancia, en conjunto, se trata de textos cortos, etc.

En miras de todo esto, conociendo las posibilidades que brinda la tecnología


cabe plantearse qué es lo que haremos con ella. Es necesario tener en cuenta
en contexto en el que se inserta, tanto en cuanto a infraestructura, pero
también y principalmente, en cuanto a los espectadores a los que se dirige. Se
trata de una nueva TV, que propone nuevas prácticas, pero que deben ser

Gisela Botta 77
pensadas en función de lo que quién consume está buscando. De nada sirve
una mayor calidad de imagen cuando el espectador no se sienta a mirar. Y
principalmente, en esta carrera por disputar la mirada de el público, quizás la
clave esté en pensar que valor agregado se puede ofrecer, seducir desde la
propuesta innovadora, no desde la competencia repetitiva, sino desde el
brindar experiencias distintas (tanto el cine como la TV) y ofrecer soluciones a
necesidades del usuario. El espectador ya no se limita a la TV, vive en mundos
convergentes, donde busca lo que quiere y no se limita a una sola oferta. La
publicidad pudo observar esto, y año tras año vuelca más y más de sus
estrategias al “mundo online”, principalmente en redes y buscadores. La
industria de contenidos reúne a todos y enfrenta a todos contra todos en la
disputa por la atención escasa que el espectador está dispuesto a destinarle.

La interactividad es la apuesta de la TV en su lucha por intentar ganar esa


disputa, y en teoría puede resultar una apuesta por demás interesante, ya que
representaría un salto conceptual y de usos mediante de posibilitar la
participación y la inducción a la acción que se está llevando a cabo en pantalla.
Posibilidad que hoy en día se efectiviza mediante las redes y sitios online,
revisados en los programas al tiempo en que se desarrollan. El salto
tecnológico apunta a aunar esas dos instancias (el ver en TV y el
comentar/influir mediante Internet) en un solo dispositivo.

Se está creando un piso, un punto de partida, habrá que ver qué hacemos
con él. Como comunicadores, este puntapié inicial no nos es para nada ajeno.
Estamos en el partido, habrá que ver cómo hacemos para plantear la mejor
estrategia dentro del campo de juego para anotar más tantos a favor de la
sociedad y los medios que queremos construir.

Gisela Botta 78
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