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País:

“Sería inadmisible que la prohibición no


alcanzase al cónyuge de un presidente”
No es la primera vez que la esposa de un mandatario pretende lanzar su
candidatura. En 1989 Raquel Blandón consultó a la CC si la ley se lo prohibía.
Asier Andrés

Diputados y alcaldes de Quiché solicitaron ayer a Sandra Torres que sea la candidata de la alianza UNE-Gana.

La historia en ocasiones se repite de manera asombrosa. La vida política del segundo semestre de
1989 estuvo dominada por 2 figuras que buscaban la presidencia. Ambos habían comenzado a
hacer propaganda de su candidatura y habían recibido apoyo popular para lanzarse, pero los 2
afrontaban problemas legales. Una era la esposa del presidente en el poder. El otro, un líder que
ya había sido jefe de gobierno.
Eran Raquel Blandón y Efraín Ríos Montt; y el paralelismo entre aquella situación y las actuales
candidaturas de Sandra Torres y Álvaro Arzú salta a la vista. Las preguntas que entonces se
plantearon fueron muy similares a las que hoy se escuchan. Los argumentos para defender a cada
candidato se repiten.
Como ocurre en la actualidad todas las miradas se dirigieron hacia la Corte de Constitucionalidad
(CC), a la que el 12 de septiembre de 1989 el Congreso le solicitó que se expresara sobre la
viabilidad de las candidaturas. La respuesta llegó el 16 de noviembre en forma de una opinión
consultiva –no vinculante por tanto–, que hoy cobra más vigencia que nunca.
En el caso de Raquel Blandón, los magistrados opinaron que su matrimonio con el entonces
mandatario Vinicio Cerezo le impedía ejercer la Presidencia. La CC argumentó que el Artículo 186
de la Constitución, que prohíbe la candidatura de cualquier persona vinculada con el presidente
dentro del cuarto grado de consanguineidad o segundo de afinidad, “incluye con absoluta certeza
al cónyuge”. En el texto elaborado por la CC se defiende que el parentesco entre las personas
tiene su origen en el matrimonio y que por ello, carece de sentido considerar que la relación de
afinidad que un sujeto mantiene con su esposa es diferente a la de consanguinidad que sostiene
con sus hijos o hermanos. “Sería inadmisible que la prohibición alcanzara a los consanguíneos del
Presidente y que la esposa quedara excluida de la prohibición, logrando con ello eludir la
finalidad de la Constitución: evitar la transmisión dinástica del poder o que un candidato de
elección popular pudiera participar en un evento electoral en condiciones de superioridad frente
a los otros”, se lee en el documento.
El ex presidente Vinicio Cerezo sostuvo que desde que se produjo este pronunciamiento, su
partido lo acató. “La CC estaba integrada por unos magistrados que sabíamos que eran muy
capacitados”, aseguró. Cerezo añadió que si en la actualidad persiste la misma duda, se debería
de nuevo recurrir a la Corte.
Sobre la candidatura de Ríos, quien además de haber sido anteriormente presidente de facto,
había ejercido el cargo a través de un golpe militar; las magistrados estaban tan seguros que
simplemente escribieron: “la claridad del precepto constitucional excusa examinar su
teleología”. Según sostuvieron, la Carta Magna deja más que claro su espíritu anti reeleccionista.
Puntualizan que la prohibición sobre los parientes de un presidente o un golpista solo pesa en el
periodo inmediatamente posterior a su mandato. Por ello, de acuerdo con la CC de 1989, ni la
candidatura de Zury Ríos tendría objeción en la actualidad, ni la de Sandra Torres; dentro de
cuatro años.

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