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Entendemos a la pareja como una construcción sostenida por ambos miembros a través
de:
a) La definición que cada uno da de sí mismo y da del otro (“Yo quiero que me veas,
me pienses, me sientas así”).
b) La definición que cada uno tiene del otro (“Yo te veo, te pienso, te siento así”).
c) La definición que cada uno recibe del otro.
O sea que pensamos a la pareja como un lugar primordial en nuestra sociedad, de sostén
de la identidad.
Podemos definir a la pareja actual como la pareja del postmodernismo, de un mundo
cambiante, donde los valores inmutables se han caído y se instaló la incertidumbre; sin
visos de tragedia, pero con menos idealizaciones, más perentoriedad y menos tendencia
a la eternización. Un mundo de coexistencias donde las nuevas ideas no reemplazan a
las anteriores, sino que se agregan y luego se entrelazan en la contemporaneidad.
Así es como la pareja sufrió cambios en diferentes niveles; a saber:
Cambios genéricos:
A) En la masculinidad:
• Mayor desarrollo de sensibilidades.
• Preocupación por lo corporal, más allá de la musculatura/ fuerza.
• Más expresión emocional.
• Disminución de la vergüenza ante la expresión de las emociones.
• Menos temor a ser confundidos en su virilidad.
• Más diferenciación en la vestimenta.
• Acercamiento a oficios y profesiones tradicionalmente femeninas.
• Desarrollo y valoración de lo intuitivo.
• Desarrollo de la capacidad de protección, más allá de lo económico/físico.
• Mayor capacidad de compartir (co-conducir).
• Agobio frente a los mandatos pretéritos (machistas).
• Mayor capacidad para conectarse más íntimamente con los hombres.
• Asunción de responsabilidades en áreas hasta ahora tradicionalmente
femeninas.
• Mayor capacidad para pedir ayuda.
• Mayor capacidad para reconocer límites.
• Mayor comprensión de las actitudes femeninas.
• Mayor conexión con los propios deseos, más allá de las obligaciones (en
terrenos masculinos).
B) En la femineidad:
• Revalorización de los propios criterios.
• Acceso a lugares de poder.
• Desarrollo económico autónomo. (como tendencia).
• Ruptura del sentido "madre/esposa" (único y/o mejor).
• Capacidad de elección.
• Desafío a los mitos (ej. el de la virginidad).
• Mayor desenfado erótico sexual.
• Disminución de la culpa en relación a diferentes temas: sexos, hijos.
• Capacidad de compartir aspectos eminentemente femeninos.
• Ruptura del estereotipo: cuidadora/protectora.
• Revalorización de los aspectos agresivos.
• Mayor soltura en lo corporal y estético.
• Acceso y desarrollo en oficios/profesiones eminentemente masculinas.
• Desplazamiento de la coquetería.
• Menos discriminación en la indumentaria.
• Mayor permiso para la agresividad (menos sumisión).
• Mayor simetrización.
• Disminución de la estereotipia sexual y/o genérica.
• Aumento de la autonomía económica.
• Aumento de la autonomía en múltiples decisiones.
• Co-competencia en diversas áreas.
• Complementariedad alternante.
• Mayor expresión de la crisis.
• Mayor tendencia a la disolución del vínculo.
• Aumento de la edad de formación de la unión.
• Desjerarquización de la legalización de la unión.
• Inversión de la complementariedad por factores externos (económicos).
• Aumento de la dependencia con las familias de origen.
• Preservación del lugar de la pareja.
Otra área en la que podemos pensar los cambios acaecidos en las parejas, como reflejo de
los cambios sociales, es el área de la sexualidad. Algunos de ellos pueden ser:
Sobre la pareja y sobre el matrimonio, siempre han existido mitos constitutivos que
también se han ido transformando en estos últimos años, producto de los grandes
cambios que el mundo ha ido viviendo. Las modificaciones anteriormente señaladas,
organizan transformaciones en las creencias míticas con que se encaran las relaciones
de pareja.
Algunos de estos cambios son:
Creencias anteriores:
Nuevas creencias:
Estos cambios definen las problemáticas que motivan las consultas en las parejas
actuales. Así encontramos nuevos problemas que se vehiculizan a través de los
síntomas tradicionales de desacuerdos y enfrentamientos. Estos problemas llevan a
momentos de fuertes crisis en las parejas, así como representan grandes desafíos para
los terapeutas.