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SOLIDIFICACIÓN
1. INTRODUCCIÓN
La solidificación es una transformación de fase (de líquido a sólido) que resulta familiar a
todos, aún cuando la única experiencia con este fenómeno consista en la formación de
hielo. La manufactura de casi todos los objetos creados por el hombre involucra a la
solidificación en algún momento. Los metales, los polímeros y el vidrio se forman en
general por solidificación del material fundido. Normalmente la solidificación de polímeros
y vidrios no involucra cristalización ya que los átomos no alcanzan a producir una
estructura ordenada antes del final de la solidificación. Por otro lado hay muchas
sustancias, incluidos los metales, que si bien presentan una estructura cristalina en
condiciones normales de solidificación, pueden solidificar sin un orden atómico si la
velocidad de enfriamiento es suficientemente rápida, proceso que es llamado
“vitrificación”. El vidrio puede llegar a cristalizar espontáneamente un tiempo después de
que el enfriamiento terminó. Algunos polímeros también pueden llegar a cristalizar con
bajas velocidades de enfriamiento y ciertos controles sobre la solidificación o bien con la
aplicación de tensiones direccionales.
2. MICROESTRUCTURA
Los metales son materiales muy empleados en la construcción y la industria. Aunque las
propiedades son muy diversas de unos a otros, concuerdan en algunos aspectos
característicos. Todos los metales poseen en mayor o menor grado altos calores específicos,
buena conductividad térmica y eléctrica, alta densidad, un brillo característico (brillo
metálico), y la más interesante propiedad, la de ser capaces de deformarse ampliamente y
con carácter permanente sin rotura.
La mayoría de las propiedades características de los metales se deben a una configuración
especial de los átomos metálicos. Los metales no están formados por una masa de sustancia
homogénea y continua, sino que existe una arquitectura o estructura en su seno por la que
toda la masa metálica está formada por un conjunto de partículas o granos íntimamente
unidos entre sí. Estos granos son de diversos tamaños y formas irregulares,
aproximadamente equiaxiales y unidos por finos contornos, ver Figura 1. Al ser todos los
granos de un mismo material parece extraño que se destaquen unos de otros. Un estudio
más profundo del problema revela que cada grano posee a su vez una estructura o
arquitectura propia en la que los átomos tienen una ordenación espacial geométrica que es
característica de cada metal. Esta particular ordenación espacial atómica, característica de
los cuerpos cristalinos, nos revela que los metales poseen carácter cristalino y que los
granos que forman el metal son verdaderos cristales irregulares o fragmentarios, cuyos
contornos se forman debido a las interferencias mutuas que impiden un desarrollo correcto
de los cristales. Estando formados estos granos por átomos idénticos y ordenaciones
geométricas iguales, sólo se diferencian unos de otros por la diferente orientación de las
agrupaciones atómicas que los constituyen. En la Figura 2 pueden verse dos tipos de
ordenamiento atómico que se presentan con frecuencia en los metales. Estos ordenamientos
se extienden espacialmente en todo el cristal.
Por lo tanto en los metales debemos considerar dos tipos de estructuras: la denominada
granular, que nos revela la forma y agrupación de los granos que constituyen el metal (que
depende del proceso de obtención), y la cristalina, que nos indica cómo se ordenan los
átomos en cada grano cristalino (que es propiedad de cada metal).
(a) (b)
x 100 x 300
Una de las más importantes particularidades de los metales es la facultad de unirse con
otros metales o con sustancias no metálicas, conservando el producto resultante el carácter
metálico. Se obtienen así materiales, llamados aleaciones, con mejores propiedades que las
del metal base. Es condición indispensable que el producto obtenido sea homogéneo o al
menos con un grado de homogeneidad suficiente para que en su empleo pueda considerarse
como tal. Ello exige obtener las aleaciones por fusión de los componentes y que éstos se
disuelvan en estado líquido, ya que así puede lograrse una íntima mezcla de los mismos que
más o menos subsistirá al solidificar. En la solidificación pueden ocurrir tres casos:
1- Los elementos conservan la solubilidad en estado sólido dando origen a una solución
sólida en la que la estructura cristalina es la del metal base pero conteniendo átomos de
los restantes componentes. Ver Figura 3. El aspecto microestructural sería el mismo que
presenta la Figura 1.
2- La solubilidad desaparece al solidificar, por lo que existen granos de cada componente
que, si bien estarán íntimamente mezclados, mantendrá cada grano el ordenamiento
atómico del elemento correspondiente. Los granos difieren en su orientación pero
también en su naturaleza. Ver figura 4.
3- Los componentes reaccionan entre sí y forman un compuesto químico. Los compuestos
químicos exigen proporciones definidas de los componentes, por lo que la aleación
quedará constituida por granos de compuesto químico y otros del componente en exceso.
La microestructura presentaría el mismo aspecto de la Figura 4. Los compuestos
químicos son también cristalinos pero sus redes espaciales difieren de la de los
componentes. Los compuestos químicos no tienen carácter metálico por lo que pueden
formar parte de una aleación pero no constituirla por sí solos.
Por lo tanto en las aleaciones pueden presentarse tres tipos de constituyentes: soluciones
sólidas, metales puros y compuestos químicos. Asimismo pueden estar constituidas por un
solo constituyente o por varios. En el primer caso, éste tendrá que ser una solución sólida.
En el segundo podrán ser distintas combinaciones de los tres tipos de constituyentes.
Cuando una aleación está formada por más de un constituyente, por ser insoluble el uno en
el otro, es frecuente que se forme un eutéctico entre ellos. El eutéctico está formado por la
mezcla de pequeñísimos cristales de dos (o más ) constituyentes insolubles entre sí
entremezclados, ver Figuras 5 y 6, y tiene dos particularidades: que contiene proporciones
constantes de ambos constituyentes y que funde a más baja temperatura que ambos.
Al igual que en los metales puros en las aleaciones podemos considerar la estructura
granular, formada por la reunión de los granos constituyentes de la aleación, y la cristalina,
que en este caso vendrá representada por las redes espaciales de cada constituyente. Los
eutécticos aunque pueden considerarse como un constituyente de las aleaciones, no forman
en realidad un grano, ya que están a su vez formados por multitud de minúsculos granos
entremezclados de sus constituyentes.
Tanto en los metales puros como en las aleaciones el tamaño de grano depende de la
velocidad de enfriamiento en el proceso de solidificación. Un enfriamiento rápido conduce
a una estructura fina y uno lento a una estructura basta.
Figura 3: Redes espaciales en dos dimensiones. a) Grano de Cu. b) Grano de latón Cu-Zn
(solución sólida de Zn en Cu
3. CAMBIO DE FASE
Tabla 1
La energía libre de una solución o de una sustancia pura es una propiedad termodinámica
de la misma, es decir, se trata de una variable que depende del estado termodinámico del
sistema. Un sistema formado por dos o más fases está en equilibrio cuando está en un
mínimo con respecto a su energía libre.
α metaestable
β metaestable
Energía
β
α
temperatura de
transición
temperatura
Figura 7: Diagrama de energía de dos fases α y β de igual composición.
La Figura 7 muestra cómo varía la energía con la temperatura en dos estructuras cristalinas
α y β de una misma composición. La estructura α tiene menor energía que β a elevadas
temperaturas, por lo que en esas condiciones es la fase más estable, lo contrario ocurre para
bajas temperaturas. A la temperatura de transición ambas energías son iguales por lo que
las dos fases pueden coexistir.
Esencialmente todas las transformaciones de fase se presentan por una nucleación y por el
crecimiento de núcleos, siendo estos procesos los que determinarán la velocidad con la que
se llevará a cabo la transformación.
En muchas ocasiones una fase puede persistir aún cuando se halla atravesado la
temperatura de transición, convirtiéndose en una fase metaestable, si existe una barrera
energética que dificulte la nucleación de la nueva fase, esta barrera está constituida por la
energía necesaria para la formación de la superficie del nuevo núcleo. Esta oposición puede
vencerse aplicando energía adicional o con inoculación de cristales de la nueva fase.
En la Figura 7, α podría representar la fase líquida y β la fase sólida para un sistema de un
componente, siendo la temperatura de transición el punto de fusión de la sustancia.
Las estructuras granulares más finas, que en general tienen propiedades mecánicas
superiores, resultan de velocidades de solidificación más altas, esto se da normalmente en
las superficies del molde y en las secciones más delgadas, mientras que lo contrario ocurre
por ejemplo en el centro de piezas de gran volumen, en donde normalmente se obtienen
granos de gran tamaño. Por lo dicho es evidente que las propiedades pueden depender
marcadamente de la posición en la fundición. En muchas ocasiones, la influencia de la
estructura obtenida en la solidificación puede verse incluso después del trabajado del
material, ya que pueden existir defectos (heterogeneidades) difíciles de eliminar y que
tiendan a permanecer en las subsecuentes operaciones.
Cuando ocurre un enfriamiento direccional a una velocidad de enfriamiento intermedia, se
producen granos columnares cuyos ejes se orientan según la dirección del enfriamiento. Si
el enfriamiento es muy rápido se produce un gran sobreenfriamiento, lo que ocasiona un
gran número de núcleos que resulta en cristales pequeños sin un gran desarrollo dendrítico.
Cuando la velocidad de enfriamiento es muy baja, los núcleos que se desarrollan son pocos
y crecen lenta y uniformemente en todas las direcciones, estos cristales se denominan
equaxiales (dimensiones similares en los tres ejes). Estos tres tipos de crecimiento pueden
observarse en la solidificación de lingotes. La Figura 11 presenta un aspecto esquemático
general de los tipos de estructuras obtenidas en un lingote. Las tres zonas pueden verse a
veces en lingotes de materiales reales, especialmente en aceros de baja aleación o en
fundiciones de hierro. Sin embargo, en muchas oportunidades alguna de las zonas no se
presenta, por ejemplo en aleaciones de aluminio con grano bien refinado la estructura
granular es casi por completo equiaxial.
4. 3. Sistema de un componente
Si se forma un eutéctico, es lo normal que haya que considerar dos límites de saturación de
soluciones sólidas: el m% de B, que corresponde a soluciones sólidas α de B en A (átomos
de B intercalados en la red de A), y el n% de B, que corresponde a soluciones sólidas β de
A en B (átomos de A intercalados en la red de B). El eutéctico se forma con las dos
soluciones sólidas saturadas (αm + βn) con una dosificación e% de B fija en todo el sistema.
El diagrama presenta la configuración de la Figura 17. Siendo la línea de líquidus la AEB y
la de sólidus, la Am’En’B.
Figura 17: diagrama de fase de dos comp. con solubilidad parcial y formación de eutéctico.
Referencias bibliograficas