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MUSEO
DE AMÉRICA
XVII/2009
Bandeja de barniz de Pasto, siglo XVII. Audiencia de Quito (Colombia)
Anales
del
Museo de América
XVII/2009
www.mcu.es
www.060.es
MINISTERIO DE CULTURA
Edita:
© SECRETARÍA GENERAL TÉCNICA
Subdirección General
de Publicaciones, Información y Documentación
NIPO: 551-10-109-4
MINISTERIO
DE CULTURA
Ángeles González-Sinde
Ministra de Cultura
Ángeles Albert
Directora General de Bellas Artes y Bienes Culturales
ÍNDICE
Pág.
Leyendas de un artista. A propósito del pintor quiteño Miguel de Santiago ....................................................................8
Ángel Justo Estebaranz
La vida de Santa Rosa de Lima en los lienzos del convento de Santa Catalina de Córdoba (Argentina) ..................28
Carlos A. Page
Filología de un “corpus” pintado (siglos XVI-XVIII): de códices, techialoyan, pinturas y escudos de armas ..........78
María Castañeda de la Paz
La simbología prehispánica e histórica del Noroeste Argentino y su relación con los cambios
paleoambientales...........................................................................................................................................................................96
Julián P. Gómezgier y Mario A. Caria
Misiones jesuíticas: el espacio de las máquinas. El factor de la adaptabilidad indígena a los telares
mecánicos en la etapa de la pre-revolución industrial (provincia del Paraguay, siglo XVIII) ...................................106
Norberto Levinton
Los negros en la Cuba colonial: un grupo forzado a la marginalidad social que sufren desprecio,
prejuicio y discriminación.........................................................................................................................................................112
Ismael Sarmiento Ramírez
Notas sobre algunas colecciones arqueológicas precolombinas procedentes de Puerto Rico ..................................130
Jorge A. Rodríguez López
Legends of an artist.
About the painter from Quito
Miguel de Santiago
Resumen Abstract
Miguel de Santiago es el principal Miguel de Santiago is the main painter of
pintor de la escuela quiteña virreinal. the colonial school of painting in Quito.
Su figura es la que más ha interesado His figure has interested as much to his-
tanto a historiadores como a escritores torians as to Ecuadorian writers from
ecuatorianos desde mitad del siglo XIX half of the 19TH C. until the present
hasta la actualidad. Pero la mayoría de time. However, most of those writings
los escritos sobre este artista no se han about this artist have not been abided by
atenido a los hechos reales, sino que se the real facts; on the contrary, they have
han basado en numerosas leyendas que been based on numerous legends that
han enmarañado la comprensión de su have entangled the understanding of his
vida y de su actividad artística. Este life and artistic activities. This article is
artículo es un análisis crítico de dichas a critical analysis of these legends: they
leyendas, comparándolas entre ellas y are all compared among each other and
con las de otros artistas, y refutándo- also among those of other artists. It also
las con documentación inédita sobre el refutes them with unpublished docu-
pintor, que ayuda a aclarar su verda- mentation about the painter that helps
dera naturaleza. to clarify his true nature.
Palabras clave: Miguel de Santiago, Keywords: Miguel de Santiago,
leyendas, pintura virreinal, Quito. legends, colonial painting, Quito.
de San Francisco16. En esta ocasión se pues, al igual que en el caso del San
trata de un hombre de mediana edad, Lucas, no es obra de Miguel de San-
de nuevo representado con sombrero, tiago, lo que anula la posibilidad del
además de barba y bigote, mirando al autorretrato. Además, este pretendido
espectador, y sosteniendo con su mano autorretrato estaría relacionado con la
derecha una paleta y un pincel. No identificación de Miguel de Santiago
obstante, y aunque puede ser obra de como pintor cristiano, relacionada con
la segunda mitad del siglo XVII, no es la anteriormente aludida de San Lucas,
de Miguel de Santiago, pues difiere de que pensamos que no tiene cabida en
su estilo, y además el rostro no es el de el Quito de la época.
un indígena ni el de un mestizo, sino el Estos supuestos autorretratos pro-
de un europeo. Es muy interesante la porcionarían una determinada imagen
representación de San Lucas como un del artista, a quien se dotaba de un ros-
pintor del siglo XVII en el Quito de la tro fácilmente identificable en el ámbito
época, por ser algo excepcional, pero ecuatoriano. Otras leyendas quisieron
pretender que sea un autorretrato de matizar estos rasgos al teñirlos de una
Miguel de Santiago o de cualquier otro continua tristeza, que envolvería a
pintor quiteño supondría una conside- Miguel de Santiago por la prematura
ración del mismo y del propio arte pic- muerte de sus seres queridos, quienes
tórico en unos términos que dudamos irían muriendo en la plenitud del pin-
se diesen en el Quito del momento tor, dejándolo solo19. Por ejemplo, Are-
(fig. 4). De hecho, en España, donde llano (1988: 401) afirmaba, sin docu-
sí se conserva un importante número mentación que lo contrastase, que sus
de autorretratos de pintores del siglo hijos varones murieron jóvenes y que
XVII, no hay más que dos representa- su hija Isabel enviudó joven, siendo
Figura 4: Anónimo: San Lucas (convento de San
ciones pictóricas de San Lucas que se este caso totalmente falso. Además, es
Francisco de Quito, siglo XVII)
puedan considerar como autorretratos: especialmente reseñable el hecho de
San Lucas pinta a la Virgen María, de que la mujer de Miguel de Santiago,
16
Francisco Ribalta, y Cristo en la cruz doña Andrea de Cisneros y Alvarado,
Esta atribución fue señalada por Moreno, con un pintor, de Francisco de Zurba- vivió al menos hasta 1692, menos de
A. (1982): “Santiago Matamoros, una rara rán (Waldmann, 2007: 109-120)17. tres lustros antes de la muerte del pin-
pintura de Miguel de Santiago”. Conferencia No obstante, no son éstas las únicas tor, quien en ese momento rondaría
pronunciada en el Instituto de la Cultura atribuciones de autorretratos que se los 60 años de edad ( Justo Estebaranz,
Hispánica, Quito, 4 de mayo de 1982, p. 5, encuentran en las publicaciones qui- 2008 A: 182). Por lo tanto, Santiago no
quien dice que la pintura es una tabla. teñas que han tratado sobre el pintor. quedó viudo y teniéndose que hacer
17
Aunque estos ejemplos son extraordinarios, Como si fuese una verdadera obsesión cargo de sus hijos pequeños, sino que
no lo fueron los retratos “a lo divino” de en la historiografía del arte ecuatoriana, su esposa lo acompañó hasta una edad
distintos personajes contemporáneos. La gran cantidad de escritores se afana- muy avanzada para su época.
representación del pintor como San Lucas ron en localizar el rostro de Miguel de La leyenda más difundida por la
llevaría aparejada, según Waldmann, la Santiago entre su producción pictó- literatura ecuatoriana sobre el perso-
aparición de una conciencia artística, así como rica. Así, Vargas (1977: 153) y Moreno naje de Miguel de Santiago ha sido sin
la definición del pintor como pintor cristiano. (1982: 5) añadieron un autorretrato del lugar a dudas la del Cristo de la Agonía.
18
También circulan otras atribuciones de artista en el cuadro de La Regla del Dicha leyenda, negada por el Marqués
autorretratos del pintor en cuadros del convento agustino de Quito18. Ade- de Lozoya, por Llerena y por Delgado,
convento de San Agustín, como la del rostro más, Moreno (1982: 5) señaló como cuenta con numerosas variantes, que
de Bonifacio en la pintura de la Ordenación posible rostro del pintor el del após- relatamos a continuación20. Pérez Con-
de San Agustín. tol Santiago del lienzo que representa cha (1942: 91) ya aludió a la variedad
19
Autores como Damián Leonardo Sotalín se a Santiago Matamoros, conservado de interpretaciones sobre la muerte del
expresaban en este sentido. Véase http:// en una colección particular española. discípulo del pintor, distintas según
fondoquito.blogspot.com/2008/05/breves- Como fundamento de la atribución, el los autores. Lo primero que llama la
fichas-biograficas-de-pintores-y_22.html historiador franciscano aduce la seme- atención es que éstos no se ponen de
20
Contreras, J. De, Marqués De Lozoya (1945): janza del sombrero del santo con los acuerdo en el momento en que se pro-
Historia del Arte Hispánico…, op. cit., p. 302. de sus otros posibles autorretratos así dujo el incidente. Si unos abogan por
El escritor dice que esta leyenda también como que, en su testamento, Miguel de los comienzos de su carrera, teniendo
se ha atribuido a otros artistas. Llerena Santiago dejaba dos sombreros, uno de que recluirse en el convento de San
la considera un cuento simpático. Véase castor y otro de vicuña, que le gusta- Agustín y pintando entonces la serie
Llerena, J. A. (1954): Quito colonial y sus ría lucir en sus mejores momentos. A sobre la vida del santo, Pareja Díez-
tesoros artísticos. Editorial “Fray Jodoco esta atribución cabe hacerle objecio- Canseco y Palma dirán que es al final
Ricke”. Quito, p. 20. Delgado (1938: 18) nes aún mayores que a las anteriores de su vida21. Sea cual fuere el momento
Figura 6: Claustro del convento de San Agustín de Quito, legendario refugio de Miguel de Santiago en
caso de conflictos con la Justicia
la circunstancia para pintar los cuadros del taller de Miguel de Santiago tiene
del obispo de Hipona. Esto muestra las también un precedente muy cercano
contradicciones propias de las distintas en el mismo Virreinato: la de Grego-
leyendas sobre el pintor28. rio Vásquez de Arce y Ceballos del
Otro oidor sería quien encargase, taller de los Figueroa en Bogotá en
siguiendo la leyenda, otro retrato a 1658, debido a los celos que despertó
Miguel de Santiago. Terminada la pin- en su maestro.
tura y teniendo que viajar el maes- Mera (1861: 143) refiere aún otra
tro quiteño a Guápulo, éste dejó anécdota sobre el carácter de Miguel
a su esposa al cuidado del lienzo, de Santiago, pues se dice que destruyó
mientras se secaba en el patio de la un lienzo de San Pedro que había pin-
casa. Por un descuido de la mujer, tado para el oratorio de un magnate
un cerdo manchó la pintura. Nico- por no haber sabido éste apreciarlo
lás Javier de Goríbar, pintor que en debidamente en el obrador del pintor.
esos momentos estaría formándose Al verlo colocado en el oratorio, el
en el obrador de Santiago, retocó el comitente pudo apreciar la acertada
cuadro. A su vuelta, el maestro se composición y perspectiva del lienzo,
percató de lo sucedido. Una vez que pero Miguel de Santiago lo destrozó 28
Zárate Vallejo afirma que Fray Basilio de
averiguó la causa, despidió a Gorí- ante sus narices, pues el lienzo era Ribera invitó a Miguel de Santiago a vivir
bar y castigó a su esposa cortándole demasiado bueno para él, arrojándole durante tres años en el convento de San
una oreja con la espada. Llegó el el dinero que le había pagado por la Agustín. Véase Zárate Vallejo, A. (1995): “El
oidor y reprochó al artista su forma obra 30. Esta anécdota, según Iglesias arte y la orden agustiniana en el Ecuador”.
de proceder, contestándole el pintor (1909: 8), también está tomada de otra En M. Rosero y N. Gómez, Arte y Fe. Instituto
espada en mano, y echándolo de su que circulaba sobre Van Dyck. Pareja Nacional de Patrimonio Cultural y Convento
taller. Entablada la acusación de ofi- Díez-Canseco (1952: 55-56) novela la Máximo de San Agustín. Quito, p. 11.
cio, Miguel de Santiago se refugió en misma historia, si bien introduciendo 29
Vargas (1970: 39-40) e Iglesias (1909: 3-5)
San Agustín durante un año, pintando cambios pues, en su caso, el comi- no dan credibilidad a la anécdota. De
los cuadros durante ese tiempo 29. tente fue un regidor, que contrató el hecho, el segundo se dedicó a investigar
Pareja Díez-Canseco (1952: 89-90) cuadro en 10 pesos, y Miguel de San- los fondos del archivo de San Agustín
refiere la misma anécdota, pero con tiago, debido a la necesidad, aceptó correspondientes al primer provincialato
la variante de que el pintor no llegó el dinero, aunque de mala gana31. de fray Basilio de Ribera (1653-1657) y no
a cortarle la oreja a su mujer. Nava- La destrucción de la pintura de San encontró ninguna alusión al supuesto delito
rro (1952: 57-58) introduce algunos Pedro ante los ojos del oidor se nos de Santiago. Véase también Vargas, J. M.
cambios dando más protagonismo a revela totalmente imposible, pues el (1955): Los Maestros del Arte Ecuatoriano.
Goríbar, pues sería éste quien que- funcionario hubiera dado cuenta a Publicaciones del Instituto Municipal de
dase encargado de la pintura y lle- las autoridades eclesiásticas del sacrí- Cultura, Volumen II. Imprenta Municipal.
garía a retocarla sin que Miguel de lego acto, con funestas consecuencias Quito, p. 54; Pérez Concha, J. (1942): “Miguel
Santiago advirtiera la intervención del para Miguel de Santiago. Además, la de Santiago”…, op. cit., pp. 91-92; Mera, J.
discípulo. Sería Goríbar quien, en un anécdota se repite en las vidas de L. (1861): “Miguel de Santiago”…, op. cit., pp.
momento de euforia, dijese al maes- otros artistas, siendo ejemplo la de 143-144, y Pérez Pimentel, R: http://www.
tro que él había subsanado los des- Pietro Torrigiano, el escultor floren- diccionariobiograficoecuador.com/tomos/
perfectos ocasionados por el cerdo, tino de comienzos del siglo XVI que, tomo2/s7.htm
lo que provocó el enfado de Miguel ya en España, destruyó una imagen 30
Esta anécdota también es abordada por
de Santiago y su expulsión del obra- de la Virgen que le había encargado
Pérez Concha (1942:92). Villamil (1964:135)
dor. Según Iglesias (1909: 7), esta el Duque de Arcos por considerarse
dice que el cuadro estaba destinado a la
anécdota está tomada de otra sobre despreciado en la valoración econó-
parte superior del oratorio, pero no alude al
Rubens y Van Dyck. La diferencia mica de la misma. Por ello sería acu-
tema del lienzo.
estriba en que no fue un cerdo, sino sado de hereje ante la Inquisición y 31
uno de los colaboradores de Rubens, llevado a la cárcel, donde moriría en Según hemos podido comprobar en la
Diepenbeke, quien dañó el cuadro, y 1528 (Hernández Perera, 1957: 24)32. documentación de archivos quiteños, el
que éste representaba a la Magdalena Hay otras leyendas sobre el artista precio supuestamente concertado entre
y la Virgen. Como queda patente por cuya repercusión pública y desarrollo el regidor y Santiago queda muy por
esta historia, Miguel de Santiago no en la literatura ecuatoriana han sido debajo de la realidad, pues éste era uno
sólo utilizó los grabados provenientes menores. Es el caso de aquélla que de los pintores más valorados de su época,
del taller de Rubens para sus compo- señala que Santiago tenía guardadas cobrando más por sus pinturas.
32
siciones, sino que hasta su leyenda, dos espadas en su cajón con el dinero Según las descripciones que de él se
con las inevitables transformaciones, que le pagaban por sus obras, y si el conservan, a Torrigiano también se lo
pasó a convertirse en la del pintor comitente minusvaloraba la calidad de presenta como hombre de carácter
quiteño. Pero la expulsión de Goríbar sus pinturas, le tendía una espada para orgulloso y colérico, con aire de soldado.
batirse en duelo con él (Mera, 1861: archivos quiteños revela una situación
143). Esta anécdota reincide en el carác- distinta, mostrando a un artista que
ter pendenciero del pintor y se vin- gozaba de la estimación de los comi-
cula con las anteriormente planteadas tentes, cobrando por sus obras un
sobre sus relaciones con los oidores. precio mucho mayor que el resto de
A estas leyendas sobre la vida, la obra pintores quiteños contemporáneos, y
y la forma de comportarse del pintor que tenía en su casa varias pinturas
cabe añadir una relativa al lugar donde españolas, así como varias posesiones
vivió. Es sabido que Miguel de San- de bienes raíces ( Justo Estebaranz,
tiago habitó unas casas en el Alto de 2008 A: 193-194).
Buenos Aires de la quiteña collación
de Santa Bárbara, tal como declara el
artista en su testamento. La Casa de la III. Consideraciones finales
Peña, una de las viviendas coloniales
más conocidas de la ciudad de Quito, Todas estas historias fantasiosas han
fue considerada como la morada del contribuido a crear una imagen total-
pintor (fig.7), pero dicha afirmación mente falsa del pintor, que ni con-
carece de fundamento alguno, como cuerda con su aspecto físico, pues
supo ver Ortiz Crespo (2004, Vol. II: lo presenta como un soldado euro-
298). Parece que en esa casa se esta- peo cuando fue un pintor indio, ni
bleció la “Escuela Democrática Miguel con el verdadero devenir de su vida
Figura 7: Casa de la Peña, donde se creía de Santiago”, motivo por el cual se que, según hemos podido demostrar
erróneamente que vivía Miguel de Santiago extendió en la ciudad la creencia de en nuestros estudios, fue lo bastante
que fue la casa que perteneció al interesante y rica en sucesos curio-
artista, cuando nada tiene que ver con sos como para no tener que acudir
él. De hecho, Ortiz Crespo opina que a relatos inventados. No obstante,
más bien podría haberse construido ya es evidente que todas estas falsas
en el siglo XVIII, cuando había falle- historias le adjudican la vivencia de
cido el pintor, según se desprende del situaciones comunes a otros artistas
estilo de la casa, cuyas características europeos, con lo que se trata de miti-
pueden observarse en la fotografía ficar su imagen y asimilarla a la de
que se aporta (Ortiz Crespo, 2004, las grandes figuras europeas, de la
Vol. I: 173). misma manera que se hizo con éstas
A esta residencia habría que aña- en el Viejo Continente.
dir, si se atiende a las aseveraciones A pesar de ello, hay que reconocer
de Gómez Pazos (2001: 122), la de que todas estas anécdotas publicadas
Guápulo, en la que Miguel de San- en novelas, artículos y libros de histo-
tiago residiría durante algunas tempo- ria y de arte ecuatoriano, por más que
radas. No obstante, el hecho de que el hayan enturbiado la figura de Miguel
artista quiteño hubiese pintado tanto de Santiago, son muestras del interés
los lienzos de la sacristía, como el que el pintor despertó en el ámbito
nicho y las puertas del sagrario de la intelectual quiteño y han contribuido
iglesia, no quiere decir que lo hiciera a darlo a conocer, aunque de manera
33
Tobar Donoso insiste en la creencia de allí mismo, pues lo más lógico es que deformada, entre la sociedad ecuato-
que Miguel de Santiago pasó su vida entre dichas obras se realizasen en su obra- riana. Por ello, nuestra contribución
frailes, añadiendo que siempre estuvo al dor con la participación de varios es refutarlas con distintos argumentos:
calor del Sagrario. Dicho dato lo saca del colaboradores. Como se ha comen- en primer lugar, la documentación,
otro Miguel de Santiago, el cerero, quien tado más arriba, hubo varios autores referida a su situación económica,
hasta el momento había sido confundido que pensaron que Miguel de Santiago sus viajes y su familia. En segundo,
con el pintor homónimo, y que fue enterrado residió durante algún tiempo en el a las contradicciones en que recaen
en la capilla de San Miguel de dicha convento de San Agustín, en donde los autores que le adjudican autorre-
parroquia quiteña. Véase Tobar Donoso, buscaba refugio cada vez que come- tratos, que no concuerdan ni entre
J. (1953): La Iglesia, modeladora de la tía una supuesta tropelía, algo muy ellos, ni con la raza del pintor. Y en
nacionalidad. La Prensa Católica. Quito, improbable33. tercer lugar, a la repetición de varias
p. 366. En nuestra Tesis Doctoral (Justo Aún cabe citar otra leyenda con anécdotas, generalmente turbulentas,
Estebaranz, 2008 A: pp. 153-206) pudimos cierta difusión en el ámbito quiteño, en la vida de otros artistas europeos,
diferenciar a los dos Miguel de Santiago, que señalaba a Miguel de Santiago que constituyen lugares comunes y
discerniendo qué documentos pertenecían como un pintor pobre. Pero de nuevo que tampoco tienen su correlato en
a cada uno. la documentación encontrada en la documentación notarial quiteña.
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España, V (1534-1800). Imprenta del Clero. Quito. PALMA, R. (1893): Tradiciones peruanas, Vol. I. Agustín. Quito.
Resumen Abstract
Aunque durante la presencia española During the Spanish presence in Ame-
en América existieron algunas referen- rica some references about the parti-
cias acerca de las particularidades de cularities of the local pictorial schools
aquellas escuelas pictóricas en los cír- in the peninsular circles existed, but
culos peninsulares, no sería hasta trans- it would not be until the convulsed
currido el convulso período indepen- period of independence, when to ends
dentista, cuando a finales del siglo XIX of the 19th C. the first academic stu-
aparecieran los primeros estudios aca- dies about the main exponents of these
démicos acerca de los principales expo- schools would appear. Furthermore,
nentes de éstas. Junto a ello, diferentes different commemorative exhibitions
exposiciones conmemorativas y algunos and some studies allowed to go in
estudios particulares permitieron avan- depth in this field, which would cul-
zar en el conocimiento de esta disciplina minate in the establishment of the first
que culminaría con el establecimiento professorship of the latin american art
en 1929 de la primera cátedra de arte in Seville in 1929.
hispanoamericano en Sevilla. Keywords: development, histo-
Palabras clave: evolución, historio- riography, Spain, Colonial paintings,
grafía, España, pintura virreinal, Amé- America, study.
rica, análisis.
Al mismo tiempo, los conflictos políticos palabras serán las pautas que marcarían hecho a América”. Tras casi diez años
y las revoluciones bélicas que azotaron los prolegómenos de los críticos espa- de estancia americana regresó a España
a las nacientes repúblicas americanas ñoles de la materia en la época, siem- para retirarse a escribir sus veinte volú-
originaron que los descendientes de pre ensalzando la importancia “nacional” menes de la colección Estudios Críticos
antiguos terratenientes coloniales tuvie- en los inicios de aquella escuela, entre de la Dominación Española en América,
sen que emigrar de nuevo a la “madre el aprendizaje de los indios a partir de dedicando el número trece a las Bellas
patria” trayendo consigo gran parte de los modelos occidentales y la llegada de Artes, en sus vertientes de pintura, escul-
los ajuares y riquezas acumuladas en los primeros pintores europeos emigra- tura, música y grabados (Cappa, 1895).
sus posesiones. Uno de estos casos ha dos. Tras casi cincuenta páginas dedica- La falta de formación sobre dicha temá-
sido documentado recientemente en das a enumerar autores y obras –“hasta tica, que analizaría básicamente desde
Sevilla, donde una familia descendiente aquí llegan las noticias que he tomado lo visto, oído y leído, le hizo comenzar
de hacendados poblanos tiene en su del Diálogo del Sr. D. José Bernardo su estudio reconociendo que no preten-
colección particular además de casi una Couto”– arrastrando los mismos errores día examinar la trayectoria de los maes-
decena de estampas guadalupanas, un e informaciones defectuosas, Arrangoiz tros sino “acercar” al lector lo que hubo
par de lienzos novohispanos muy llama- aportaría en las páginas finales algunas acerca de las bellas artes en aquellos
tivos por sus particularidades iconográfi- noticias inéditas acerca de la arquitec- virreinatos. De entrada expondría una
cas (Montes, 2008). tura y de la escultura más reciente en doble dificultad para el lector respecto a
La publicación del Diálogo sobre la aquel país. El impacto de este volumen, la tarea emprendida, tanto desde el enfo-
historia de pintura mexicana de José que podría confundirse perfectamente que del observador interesado como del
Bernardo Couto en 1872, fruto en gran con su fuente primaria, fue relevante en crítico. Por una parte, la lejanía de los
parte de sus colaboraciones a la versión la comunidad académica al tratarse del lugares donde se hallaban los objetos
mexicana del Diccionario Universal de primer manual español sobre la materia, documentados y no conocidos impedía
Historia y Geografía (1853-1856), supuso siendo incluso laureado su autor por la que pudiera emitir un dictamen personal
la primera aportación fundamentada “honradez y entusiamo” en la manipula- –es evidente la ausencia de un catálogo
sobre esta materia, de la que simple- ción de los datos de Couto. En la misma fotográfico para la época– y, por otra, el
mente existían notas sueltas y una breve línea, Agustín Fernández Villa publica- requerimiento de “la competencia en la
reseña escrita por un médico aficionado ría en León en 1884 sus Breves apuntes materia sobre quien recae el juicio”, que
llamado Rafael Lucio (Lucio, 1863). En sobre la antigua escuela de pintura en obligaba a los profanos –como el mismo
el prólogo escrito por Toussaint para la Mexico y algo sobre la escultura, confe- se nombra– a “aceptar la autoridad de los
edición conmemorativa de los setenta sando como Arrangóiz que simplemente inteligentes y tener por bueno, mediano
años de su aparición alababa el mérito se limitaba a compilar lo anteriormente o malo, lo que de tal ellos califican” (Id.
que supuso el Diálogo como “estímulo dicho. El folleto de la primera edición pp. 4-5). A pesar de ello, las carencias
a otros escritores deseosos de dar a fue reeditado en México en 1919 con la formativas de Cappa se verán compen-
conocer diversas manifestaciones de la incorporación de una novedosa nómina sadas en la utilización de un acertado
pintura colonial” (Couto, ed. 1947: 10). de pintores no exenta de rotundos erro- elenco de recursos bibliográficos publi-
Aparte de las reediciones mexicanas, en res biográficos, como la incorporación cados hasta el momento, declarando en
España vio la luz una de las primeras del mismísimo Juan Pantoja de la Cruz ocasiones cómo aprovechaba los volú-
impresiones, apenas siete años después, (Fernández, 1919: 75). menes mas recientes para profundizar su
escrita por Francisco Arrangóiz bajo el Si estos dos historiadores propor- obra. Un ejemplo será la Historia ecle-
título Historia de la Pintura en México. cionaron las primeras noticias sobre siástica y civil de Nueva Granada escrita
Al propio autor no le costó reconocer lo la evolución de las bellas artes en el por José Manuel Groot en 1869, que
que en un primer momento podía con- ámbito de la Nueva España, la obra del adquirió en Quito cuatro años más tarde,
vertirse en una acusación de plagio, y padre jesuita Ricardo Cappa (1839-1897) sirviéndole para su capítulo de pintura
que para Toussaint debían haber sido supuso la toma de conciencia sobre la neogranadina.
elogios al convertirse en el primer porta- plástica en las antiguas provincias del La riqueza de estos Estudios no sólo
voz europeo de la escuela novohispana. Perú y La Plata. Este erudito religioso de radica en su corpus científico, tanto en
En el párrafo inicial aclararía: “De dicho origen malagueño tuvo una apasionante diccionarios, documentos y libros sino
Diálogo he tomado las siguientes noti- vida primero como militar, luchando en también en las descripciones realizadas
cias. Por ellas verán los lectores cuán las campañas africanas y del Pacífico, de los lugares de aquellos territorios
grande es el error de las muchas perso- y posteriormente como religioso de la visitados personalmente y de los que
nas que ignoran que en la antigua Nueva Compañía en Perú, de donde regresó ofrece detallada cuenta, junto a ciertos
España se cultivaron las Bellas Artes, y de “exiliado” por las polémicas levanta- comentarios de otros críticos. Las apre-
ellas con buen éxito la pintura, y cómo das con sus reivindicaciones históricas ciaciones que dirige a la lamentable
con la religión, con las ciencias y con las (Mateos, 1966: 649-651). El objetivo de situación en que se encuentra el patri-
industrias mecánicas llevaron los misio- sus primeras publicaciones no fue otro monio pictórico americano, que estaba
neros franciscanos aquellas otras nobles –apunta Mateos– que “emprender una sufriendo el saqueo constante de expo-
especulaciones, siendo uno de ellos el revisión que vindicase la verdad y el liadores extranjeros –detalla el caso del
primero que enseñó allí el arte de Ape- honor de España, y mostrase los muchos naturalista francés Mr. Alcides d´Orbingy
les” (Arrangóiz, 1879: 5-6). Estas últimas beneficios que en diversos órdenes había y de un almirante español que luchó en
la guerra del Pacífico, probablemente el destinada a mostrar “los diversos gra- la “época postcolombina” agrupó una
onubense Luis Hernández Pinzón– ofre- dos de cultura que tenían los indígenas cuidada selección de piezas virreinales
cerán el lado más crítico y personal de cuando los españoles y portugueses lle- procedentes en su mayoría del Museo
su obra. Sin duda alguna, Cappa dejaría garon allí por primera vez, así como los Arqueológico Nacional y de fondos par-
un legado de incalculable valor histórico, restos y vestigios de antiguas y ya enton- ticulares que se presentaban en primicia
fundamentado objetivamente en recur- ces extinguidas civilizaciones”, mientras al espectador. Entre la multitud de reper-
sos científicos y en sus propias experien- que la segunda haría lo mismo en cuanto torios presentados prevalecieron los de
cias. los “trabajos ibéricos anteriores al Descu- índole antropológica –sobre todo ajua-
Solamente habría que esperar dos brimiento” (Cabello, 2001: 210). Los dos res domésticos– frente a una irrelevante
años desde la aparición de este volumen países que se distinguieron por la riqueza presencia de testimonios pictóricos.
para que fuera evidenciado el descono- y abundancia de sus colecciones fueron Por ejemplo, en las vitrinas dedicadas a
cimiento existente en España en torno Colombia y México. Del primero todavía México, la cerámica, con el espectacu-
a la identificación de los artistas de la se conserva una muestra de los esplen- lar fondo de la Condesa de Oñate, o las
escuela hispanoamericana y su confu- dores aportados a través del Tesoro de esculturas de cera prestadas por el Mar-
sión con los de la escuela nacional. En los Quimbayas, que regaló su gobierno qués de Prado Alegre, trasladaron a un
el artículo de Poleró titulado “Firmas a la Reina María Cristina, mientras que modesto segundo plano a las represen-
de pintores españoles. Copiadas de sus del segundo el legado que puede cer- taciones plásticas. La serie escogida mos-
obras y nombres de otros desconoci- tificar la magnitud de su presencia son traba las iconografías religiosas sobre
dos” se publicaba una nómina de auto- los dos voluminosos tomos del catálogo soportes orgánicos, exponentes del exo-
res erróneamente considerados como con el estudio previo realizado por Fran- tismo que, tan atractivos y valorados,
tales que deberían integrarse en un cisco del Paso y Troncoso (Catálogo, hicieron a estos objetos formar parte de
apartado dedicado a los talleres virrei- 1892). En dichas líneas pueden seguirse aquellas cámaras de maravillas. Las pie-
nales (Poleró, 1898: 21). Concretamente detenidamente, casi a modo de crónica, zas exhibidas en este apartado fueron las
se enumeraban diversos cuadros auto- todos los preparativos y tareas que llevó siguientes (Catálogo, 1893):
grafiados por “Michel Cabrera” y “Juan a cabo el gobierno mexicano, presidido 62. Seis cuadros, pintados sobre
Correa” datados en el siglo XVII, otro de por el ambicioso general Porfirio Díaz. placas de cobre con papel y pluma;
“Nicolás Enríquez” en 1771, uno de “M. La finalidad era mostrar a Europa un representan la Virgen de Guadalupe, la
Pérez Holguín” en el siglo XVIII y por deslumbrante escaparate de su potencial Purísima Concepción, San Miguel, San
último otro de “Francisco Martínez” en histórico con miles de piezas originales Ignacio de Loyola, y dos con San José.
1739. A pesar de estas equivocaciones y reproducciones de objetos de las cul- 63. Imagen de Nuestra Señora de
es importante resaltar el hecho de que turas que conformaron aquel país antes Guadalupe, pintada sobre una tabla con
tales obras son apreciadas estéticamente, de la llegada de los españoles. Galindo y incrustaciones de nácar, por Juan Gonzá-
incorporándolas a un selecto grupo de Villa, miembro de la comisión nombrada lez, en México, fines del siglo XVII.
artistas peninsulares. para organizar la muestra mexicana, des- 64. Imagen de Nuestra Señora de la
Con motivo del IV Congreso Inter- cribió en una breve memoria dicha parti- Antigua, cuyo original se venera en Sevi-
nacional de Americanistas en 1881 se cipación, donde la ausencia de cualquier lla, pintada al óleo sobre un hermoso
organizó en Madrid una galería donde vestigio del virreinato se hizo patente trozo de obsidiana, al parecer en el siglo
se expondría al público un repertorio de frente a la exaltación de las civilizacio- XVI.
piezas precolombinas procedentes del nes prehispánicas: “Y para que nada fal- 68. Cinco fragmentos del caracol
Museo Arqueológico Nacional. Las defi- tase exhumáronse cráneos y osamentas, Strombus gigas, con santos pintados
ciencias organizativas impidieron que se armáronse panoplias, trajéronse vestidos en su parte interior, representando San
pudiera realizar un catálogo razonado, de los propios indios, y de esta suerte Pablo, Santa Catalina, Santa Rosa, San
apareciendo únicamente una “lista”, el público inteligente que visitó nuestros Sebastián y San Pedro Nolasco.
donde a simple vista se enumeraba el salones, pudo formarse cabal juicio del 79. Veinte y cuatro cuadros en tabla
material presentado sin ningún estudio adelanto y cultura que habían adquirido con incrustaciones de nácar, que repre-
previo (Lista, 1881). Sin embargo, el gran los pueblos del Anáhuac en el momento senta diferentes episodios de la con-
acontecimiento que mostró a la comu- de descubrirse el Continente, y cuando quista de México por Hernán Cortés,
nidad internacional el ideario historicista el genio español despedazó los blasones firmados por Miguel y Juan González,
español y la búsqueda del definitivo her- de la dinastías mexicanas con la punta 1698. México.
manamiento con sus antiguas posesio- de su espada” (Galindo y Villa, 1893: 80. Seis grandes cuadros en tabla,
nes de ultramar fue la celebración del IV 301-323). pintados, con incrustaciones de nácar
Centenario del Descubrimiento y Colo- Entre esta marea de antigüedades, que representan pasajes de la conquista
nización de América en 1892. Con tal la “nación española” fue la encargada de México por Hernán Cortés. México.
motivo se organizó una magna exposi- de contrarrestrar dicho exhibicionismo Expositor, D. José Fernández Mendiburo.
ción en el flamante palacio de la Biblio- patriótico organizando una sección 81. Seis cuadros pintados en tabla
teca y Museos Nacionales del madrileño sobre el descubrimiento y la conquista con incrustaciones de nácar que repre-
Paseo de Recoletos dividida en dos que mostrara los adelantos aportados sentan asuntos de la vida de la Virgen,
secciones: histórico europea e histórico al continente americano gracias a las con marcos así mismo incrustados de
americana. La primera de ellas estaba influencias europeas. Este apartado de nácar y pintados. México.
También los países de América del panoamericanas pasaron totalmente bida. En la misma línea que el ejemplo
Sur aparecieron representados en esta desapercibidas, incluso las reconocidas gallego, Antón Solé comentó el caso
sección con numerosos objetos etnográ- Guadalupanas. Asimismo, se seguirían de los dos lienzos marianos de Cabrera
ficos, destacando únicamente dos lotes confundiendo autorías por desconoci- en la catedral de Cádiz, que a pesar de
pictóricos de importancia que aún en miento o equivocadas transcripciones, estar autografiados, pasaron por el ano-
la actualidad permanecen en los fon- como la que hace Romero de Torres del nimato en diversos inventarios hasta que
dos museográficos nacionales. Así, en rótulo de los lienzos de Juan Correa –del Angulo los documentó en su obra sobre
el área de Ecuador se encontraba el que cita Conca– en la ermita de la Vir- Murillo, rechazando falsas atribuciones
lienzo de Los mulatos de Esmeraldas gen de la Oliva de Vejer de la Frontera de otros historiadores, caso de Romero
descrito de la siguiente manera: “Cuadro de Cádiz (Romero de Torres, 1934: 245). de Torres y Pemán, quienes en 1930 aún
al óleo con los retratos de tres indios Aunque habría casos más preocupantes los situaban en el círculo del gaditano
principales llamados D. Pedro Zzaos, D. relacionados con otros intelectuales de Clemente de Torres (Antón, 1995: 194-
Francisco y D. Domingo Arrobe, hecho la época, como el de Sánchez Cantón, 197).
a expensas del Dr. D. Juan del Barrio, que al reseñar en 1915 el magnífico Sin embargo, las notas más llamati-
Auditor de la Chancillería de Quito en lienzo de Miguel Cabrera conservado vas acerca de la identificación de pin-
1599.- Dedicado a Felipe III y firmado en el monasterio de San Juan del Poyo tores virreinales, la puso Gestoso en su
ADR SHS GAQ, pintor de Quito fecit”. de Pontevedra, apela a su autor como Ensayo de un diccionario de los artífi-
Por su parte, el muestrario peruano “pintor desconocido”, cuando desde ces que florecieron en Sevilla desde el
contenía veinte y cuatro cuadros “con mediados del siglo anterior se hallaba siglo XIII al XVIII, donde incluyó en la
figuras de medio cuerpo, representando perfectamente identificado no sólo en nómina local, tras el reconocimiento
tipos de los diferentes cruzamientos el Diccionario Universal de México de algunas de sus obras repartidas por
de la raza europea con las Indias, eje- sino en el mismo manual de Arran- la provincia, a los mexicanos Antonio
cutados con notable buen estilo en el góiz. Además de cuestionar su calidad de Torres y Nicolás Rodríguez Juárez
siglo XVIII”, pertenecientes al legado artística acabaría por contextualizar (Gestoso, 1900: 106-108). De estas afir-
del Virrey Amat, que prestó el Museo de el estilo de la pieza en la escuela madri- maciones cabría resaltar cómo al pri-
Ciencias. Éstos se completaban, bajo un leña. Éste sería el breve comentario mero lo confunde tras observar sus
criterio geográfico equivocado, con los dedicado a la obra: Frmado “Michel lienzos guadalupanos, pensando que
seis lienzos del quiteño Vicente Albán Cabrera pinxit anno 1749 Mexici hay debieron ser copiados por éste de los
pintados en 1785 con diferentes frutos un hermoso cuadro en el convento, hoy originales existentes en la ciudad. Aun-
de la región junto a “otros seis cuadros, de Mercedarios, de San Juan de Poyo. que no sólo llegó a plantear una inter-
con los mismos asuntos y, al parecer, del Cristo, tendido al pie de la cruz sobre vención local sobre un motivo iconográ-
mismo autor”, propiedad de D. José de un paño blanco, apoyado el cuerpo en fico sobradamente conocido, sino que
la Torre y Collado. Además de la partici- las rodillas de María, que mira al cielo; a del segundo de estos desconocería su
pación española en este ámbito virreinal la derecha, San Juan; delante y de rodi- procedencia al mencionar la siguiente
de la exposición, otros países invitados llas, uno de los piadosos varones; a la nota: “D. Elías Méndez, vecino de Mai-
llevaron algunas muestras, en su mayoría izquierda, Nicodemus, sentado; entre rena del Alcor, tiene un lienzo como
proporcionadas por coleccionistas parti- María y San Juan, un ángel llorando (lo de una vara de alto por tres cuartas de
culares. Éste sería el caso de Ecuador, mejor de la pintura). La entonación azul, ancho, con la Magdalena penitente. En
que tuvo como expositor al vicecónsul el colorido diestramente manejado; se un rompimiento, vense dos ángeles con
español en Guayaquil con cuatro “cua- revela su autor como experto dibujante; la cruz y otros símbolos de la Pasión.
dros de costumbres de los Indios” o al el cuadro, aunque italianizante, por la Está firmado ‘Nicolás Rodríguez Xuarez
célebre médico y naturalista francés Mr. sobriedad del color recuerda la escuela fac.’. Sin año. A juzgar por sus caracteres
Auguste Cousin que llevó treinta y cinco en Madrid en sus tiempos de menos artísticos puede atribuirse al siglo XVII.
imágenes en lienzo, cobre y madera con barroquismo. No he visto noticia de este Es bueno de color, pero endeble de
diferentes temáticas religiosas, entre el pintor en ninguno de los Diccionarios dibujo” (Id. 1908: 387).
valioso material de sus vitrinas. Como generales de artistas. Sólo se escribió No serían estas equivocaciones u
última nota de este acontecimiento es un libro, titulado: Maravilla americana olvidos casos aislados, pues en otros dic-
preciso señalar, gracias al dato apor- y conjunto de raras maravillas obser- cionarios de autores anteriores como el
tado por García Sáiz, que también en vadas con la dirección de las reglas del de Ceán Bermúdez se repetiría el caso
la muestra histórico europea figuraron Arte de la Pintura en la prodigiosa Ima- de Palomino en su Parnaso Español,
algunos lienzos americanos, como una gen de nuestra señora de Guadalupe donde habría pintores relacionados con
serie de siete lienzos de castas firmados de México.-México, 1756, en 4.º,-S.C.” las Indias de los que directamente se
por Arellano que fueron tasados en cien (Sánchez, 1915: 163-164). Cierto es que obviaría su trayectoria, se confundiría su
pesetas (Catálogo, 1893). Cabrera fue uno de los pintores que más estancia de ultramar o simplemente ni se
A principios del siglo XX comen- despistó a los historiadores de la época citarían. Uno de ellos será Alonso Váz-
zaron a publicarse las primeras guías por su filiación estilística con Murillo, en quez, de quien no se trataría su ingente
artísticas de provincias españolas inte- cuya estela fue identificado numerosas tarea en la Nueva España como precur-
grantes en el Catálogo Monumental de veces, lo que habría provocado que su sor de algunos prototipos iconográficos
España, en las que muchas obras his- maestría hubiese pasado casi desaperci- occidentales, o del sevillano Sebastián
en una exposición, como la arquitec- al Obispo Fray Juan de Zumárraga las pertenecientes a particulares conforma-
tura, las artes industriales, la imprenta, rosas que la Virgen de Guadalupe le ron la gran novedad, como el biombo
la cartografía y las ciencias náuticas envía, junto con su imagen, para que del Duque de Almodóvar, los modelos
entre otras. En cuanto a la sección de levante un templo en la colina del Tepe- guadalupanos, la Santísima Trinidad de
las Bellas Artes y Artes Industriales los yacac. Arte hispanocolonial. México, Miguel Cabrera y el cuadro del Traslado
organizadores se volvían a lamentar de fines siglo XVIII. D.ª Carmen Sanz. de la Virgen de Guadalupe de México
la falta de participación de países ameri- 40. Tríptico, parte central, pintura conservado en el palacio del Duque de
canos o de las dificultades halladas para sobre cobre. “Coronación de la Virgen Alburquerque. Quizás, este último fue la
trasladar ciertas piezas. Sobre la pintura, y otros santos”, los lados laterales y el gran sorpresa dada su calidad artística y
Navarro apuntaría en un pequeño apar- marco trabajo filipino del siglo XVIII, el valor histórico-simbólico de la escena
tado unas líneas generales centradas con incrustaciones de nácar. Sres. Conde contenida. La muestra pictórica se com-
sobre todo en sus conocimientos de la de Casal. pletaría con otras láminas recogidas en
escuela quiteña, que comenzaban con 41. La Virgen de Guadalupe, con las exploraciones naturales del siglo
esta cruda y realista afirmación: “Poco escenas de su vida y milagros. A devo- XVIII y una serie de retratos de ilustres
se conoce en Europa la pintura de la ción de D. Francisco Moreira y Montº. militares conservados en el Museo Naval
América colonial. Casi nada: Aún más: Firmado: Joseph de Paez. Fect. en de Madrid.
Sobre ella se dicen verdaderas herejías o México. Cuadro al óleo. D. José Jáude- El panorama creado por ambas expo-
se pontifica sin conocimiento de causa. nes siciones y la institucionalización de los
Y lo peor es que lo hacen a veces críti- 43. Cuadros al óleo con frutos del estudios americanistas propiciaron las
cos e historiadores de nota, con lo cual Perú: Guanábana. Naranjita de Quito.- bases para la publicación de la primera
lo único que sacan es la desviación del Plátano de Guinea. Plátano de la tie- historia del arte hispanoamericano den-
criterio público”. Las ausencias repeti- rra. Piña. Fruta de Montaña. Id. (Museo tro la biblioteca de iniciación cultural de
das fueron enmendadas con una serie Nacional de Ciencias Naturales). la Colección Labor en 1935. En su adver-
de aportaciones de propietarios parti- 44. Cuadro al óleo. “Ejemplares de tencia preliminar, Miguel Solá, que com-
culares y de otras instituciones del país. fauna americana”. Firmado: Buenaven- piló con demasiada exactitud los estudios
Junto a los ajuares domésticos, la pin- tura Jph. Guiol Fecit, en México. Arte existentes hasta el momento, apuntaba
tura fue la disciplina más representativa hispanocolonial. D. José Domínguez. algunas de sus escasas líneas de origina-
con la nómina de obras siguientes: 45–56. Doce cuadros al óleo demos- lidad: “Solo hemos de agregar que el arte
34. Cuadro al óleo “San Francisco trativos del resultado de los cruzamien- que nos ocupa es un magnífico renuevo
recibiendo la redoma sagrada”. Firmado: tos de sangre en América. Arte hispano- del gran arte español, que, después de
José Juárez, 1658. México. Arte hispano- colonial. Siglo XVIII. Exp.: Sr. Conde de adquirir nuevas personalidades en tierras
colonial. Exp.: D. Juan Martínez de la Peromoro. americanas, lo vemos repasar el océano
Vega. 57. Biombo de diez hojas pintado al para asegurar en la metrópoli el triunfo
35. Cuadro al óleo representando “La óleo, representando en el anverso doce de las formas barrocas, mientras que los
Santísima Trinidad”, por Miguel Cabrera, episodios de la conquista de México por artífices de las lejanas colonial mués-
pintor mexicano, nacido en Oaxaca Hernán Cortés, y en el reverso, vista, en trense como los mejores discípulos de
el 27 de mayo de 1695 y muerto en perspectiva caballera, de la ciudad. Sr. los maestros peninsulares, con quienes
México el 16 de mayo de 1768. D. Julio Duque de Almodóvar. llegan hasta confundirse; pero el arte
B. Meléndez. 58. Placa de obsidiana que lleva pin- hispanoamericano no debe valorarse en
36. Cuadro al óleo representando tada una imagen de la Virgen. (México). este sentido, sino en sus excelencias y
la Procesión de traslado de la imagen Museo Arqueológico Nacional. características propias, bien definida de
de Nuestra Señora de Guadalupe, de 59. Seis cuadros maqueados, pintura un extremo a otro de América, puesto
México, a su nuevo santuario, el día sobre nácar, hecha por Miguel González que ella fue quien le dio su genio”. El
30 de abril de 1709, siendo Virrey el en 1698. Representaciones de escenas valor de este breve compendio, casi
Excmo. Señor D. Francisco Fernández de la Conquista de México por Hernán enciclopédico, radicó en el mérito de
de la Cueva, Duque de Alburquerque. Cortés. Id. ofrecer la primera visión compacta de
Sr. Duque de Alburquerque. 60. Seis cuadros maqueados, pintura la temática y sobre todo una completa
37. Cuadro al óleo representando la sobre nácar, con escenas de la vida de bibliografía del material existente hasta
Virgen de las Mercedes, y a su alrededor la Virgen. Id. el momento. Por hacer una matización
diversas escenas votivas. Obra de Fran- 61. Cabalgata del Gremio de Plateros respecto al tema tratado, hay que decir
cisco Vallejo, pintor quiteño del siglo de la Ciudad de México, con motivo de que el capítulo de la pintura virreinal
XVIII. Arte hispanocolonial. Ecuador. la coronación del Rey D. Luis I. Dibujo a mexicana fue directamente un “calco”
Marco de la época. D. Ricardo Crespo. la aguada en colores. D. Felix Boix. de lo recogido en el libro de Manuel G.
38. Cuadro al óleo representando a 62. Procesión de Semana Santa en Revilla, arrastrando los mismos errores y
San José y escenas de su vida. Arte his- Manila. Acuarela. D. Antonio Graiño. con las ilustraciones trasladadas mecá-
panocolonial. Ecuador, fines siglo XVIII. Como puede apreciarse de esta rela- nicamente en el orden idéntico (Revilla,
Marco tallado y dorado, siglo XVII. Id. ción algunas piezas ya habían figurado 1893).
39. Cuadro al óleo representando al en la muestra de 1892, sobre todo las También en el campo de la presen-
indio Juan Diego en el acto de entregar embutidas en nácar, mientras que otras cia de objetos hispanoamericanos en la
península se darían algunos pasos fal- de la Frontera y se había embarcado el “vuelco decisivo” que dio la labor
tos de cientificidad pero necesarios en junto al Virrey O’Donojú para regresa de Juan Larrea para que alcanzasen la
la configuración de una serie de fuen- posteriormente con el estallido de las categoría de arte, el gobierno aceptó las
tes especializadas en el tema. El diplo- revueltas independentistas. La nove- propuestas emanadas del XXXVI Con-
mático e intelectual mexicano Genaro dad del estudio de Estrada radica en greso Internacional de Americanistas
Estrada había seguido los pasos de que no se limita a elaborar una simple de Sevilla de 1935 y dos años más tarde
Romero de Terreros como uno de los relación de objetos, sino que incorpora firmó el decreto de un Museo-Biblioteca
primeros investigadores extranjeros en las opiniones y los datos referidos con de Indias, germen del futuro Museo de
preocuparse sobre esta materia. Para anterioridad acerca de estas piezas. Por América, que englobaría principalmente
ello adaptó el catálogo ilustrado de ejemplo, el cuadro de José Juárez proce- las piezas de las sección etnográfica del
1930, con la adición de un corpus cien- dente del convento de San Francisco de Museo Arqueológico Nacional (Cabe-
tífico, viendo la luz la primera publica- México que documentara Méndez Casal, llo, 2001: 315). Esta institución no sólo
ción específica sobre la presencia de citado por Arrangóiz y Revilla, de cuyas supuso la apertura de un nuevo capítulo
objetos artísticos hispanoamericanos en líneas extrajera un párrafo para defen- en la catalogación y estudio de las colec-
colecciones peninsulares en el quinto der el grado de ejecución frente a una ciones americanas, sino la aparición en
volumen de la Enciclopedia Ilustrada descalificada escuela peninsular: “Claro el panorama académico de una nueva
Mexicana. Hasta ese año de 1937 no está que no es obra digna de figurar al generación de historiadores. Desde la
habían aparecido este tipo de estudios, lado de las producciones de los grandes cátedra hispalense, D. Diego Angulo Iñi-
a excepción de la muestra referida ante- maestros europeos; pero recordemos guez y D. Enrique Marco Dorta hicieron
riormente, por lo que el autor se atrevió la formación de los modernos países que la revista Arte en América y Filipi-
a afirmar que de este patrimonio “no americanos, y se comprenderá perfec- nas abriera paso a una de las etapas
hay noticias en España misma, en donde tamente la alta estima que un lienzo más fecundas de esta disciplina, a la que
sólo se sabe de las que el público logra como éste, pintado a medidados del ambos habían comenzado a contribuir
ver en los museos” (Estrada, 1937: 5). siglo XVII, debe merecer. No olvidemos con interesantes monografías, como fue-
Sus palabras introductorias no pudieron que aquí en España y ya avanzado el ron los Planos de monumentos arquitec-
ser más contundentes: “¿Una publica- siglo XVIII, no se habían producido en tónicos de América y Filipinas existen-
ción sobre el arte mexicano en España? algunas regiones pintores de la solidez tes en el Archivo de Indias (1939) o La
¿Se trata en ella de las rarísimas piezas e importancia de José Juárez” (Méndez, arquitectura del renacimiento en Tunja
que al decir de los cronistas enviara Her- 1926: 120). Junto a ésta Estrada recoge- (1942), respectivamente. Además, la His-
nán Cortés para asombro de la Corte de ría el resto de piezas añadiendo algunos toria del Arte Hispanoamericano, para la
Carlos V? ¿O se hablará de cosas que los comentarios críticos o experiencias per- que contaron con el historiador y arqui-
colonizadores sustrajeron de estas tie- sonales, como el haber observado in situ tecto argentino Buschiazzo, supuso un
rras y de las que no se tenía noticias?” el lienzo de la procesión guadalupana hito en la historiografía del momento, así
(Id.). La sección pictórica dedicada por en el palacio de los Duques de Albur- como un manual de referencia vigente
Estrada en su catálogo contendría buena querque. Por último, incorporaría un hoy en día en cualquier comunidad aca-
parte de las piezas recogidas en 1930, y par retratos de sor Juana Inés de la Cruz démica. Así, Angulo lo advirtió en el
otras inéditas descubiertas por él mismo publicados anteriormente por Abreu prólogo del primero de los tres tomos
en colecciones privadas. Así, el primer Gómez en su monografía sobre la reli- editado en Barcelona en 1945: “Precisa-
lienzo comentado trataba sobre la pri- giosa y repasaría las series de enconcha- mente por lo virgen que se encuentran
sión de Cuauhtémoc y estaba firmado dos a las que dedicó en 1933 su estudio muchos de los capítulos del Arte Hispa-
por el entonces desconocido pintor Joa- en Las Tablas de la conquista de México noamericano, la publicación que ahora
quín Fernández Cruzado. Según el autor, en las colecciones de Madrid (Abreu, se comienza aspira a ser no sólo el texto
la importancia del hallazgo radicaba en 1934: 169-188). de fácil lectura y de cierta amenidad des-
ser “uno de los poquísimos cuadros de Coincidiendo con el año de esta tinado al gran público interesado por las
historia de México hechos por extran- publicación y aprovechando el interés cosas de arte, sino también la obra de
jeros que conservan fuera del país”, estatal por las colecciones precolombi- consulta que durante algún tiempo auxi-
ya que el artista había nacido en Jerez nas, que en palabras de Cabello, motivó lie al investigador en sus trabajos”.
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ñola de Amigos del Arte Madrid. Atrio, n.º 4, pp.147-152. Sevilla. ciación Cultural, Barcelona.
Resumen Abstract
Presentamos una serie de doce lienzos A series of twelve paintings preserved
que se conservan en el convento de in the convent of the Dominican Sisters
las hermanas dominicas, recientemente are presented here. They have been
expuestos al público en esta ciudad recently exhibited to the public in this
(Córdoba). Prácticamente desconocida city.
en la iconografía hispanoamericana These paintings are almost unknown
representan la vida de la Santa limeña, to the Spanish-American iconography;
estrechamente ligada a los primigenios they represent the life of the Holy Lima,
textos hagiográficos. Por tanto se repa- closely related to the original texts. The-
san esos escritos, vinculándolos con refore these submissions are reviewed
las obras presentadas y a su vez se las and related to these works. At the same
relaciona con la excepcional iconografía time they are related to the unique ico-
desarrollada en Italia, España y espe- nography developed in Italy, Spain and
cialmente América, donde los frutos de especially America, where the fruits of
santidad se expandieron por diversos holiness expanded by various means,
medios y, entre ellos el arte, aparece including art, displayed as main prota-
como protagonista principal. gonist.
Palabras clave: Santa Rosa de Lima, Keywords: Santa Rosa de Lima, colo-
pintura colonial, pintura religiosa, nial painting, religious painting, Cuzco,
Cuzco, Lima, iconografía. Lima, iconography.
Figura 3. Grabado de Nicolás Billy aparecido en la hagiografía de Hansen. Biblioteca de la Agencia Española de Cooperación Internacional.
Figura 4. Retrato mortuorio de Santa Rosa Figura 5. Ermita de Santa Rosa de Lima, litografía de Daumont del siglo XVII.
tomado por Angelino Medoro. Santuario de
Santa Rosa en Lima.
Santa Rosalía y otras Santas que llevarán de Santo Domingo junto al cuerpo inco-
el mismo atributo de las rosas. Incluso rrupto de la virgen limeña, colocado en
casi siempre está representada con el un nicho al lado derecho del altar por
hábito de monja dominica cuando, en el arzobispo de Lima, Bartolomé Lobo
realidad, nunca dejó de ser una beata Guerrero en 1619. Luego pasó al Santua-
laica de extremo ascetismo devocional. rio de la Santa concluido en 1684 junto a
Pero como señala Bernales Balleste- la casa donde nació y vivió Rosa (fig. 5).
ros (1982: 284), la vida de la Santa fue Si bien no tuvo la calidad de sus
mucho más rica en matices de humani- contemporáneos italianos, Medoro se
dad. Bien lo expresan sobre las pintu- destacó por la particularidad de crear
ras europeas, las realizadas en América, modelos que influenciaron en otros
donde los artistas eran más libres de artistas. No sólo Santa Rosa, sino por
cánones y limitaciones. ejemplo también la Virgen María del
De los aspectos iconográficos se convento de San Agustín en Lima (Var-
ocupó intensamente el jesuita Vargas gas Ugarte, 1967: s/p). Con el retrato
Ugarte (1967: s/p) y luego el mencio- de Santa Rosa se vislumbra claramente
nado Bernarles Ballesteros (1989: 283- el rostro de una bella joven de rasgos
324)2; aunque sus trabajos son muy com- finos y expresiva mirada sin disimular el
pletos y reúnen un importante número aspecto cadavérico del momento, donde
de obras que representan a la Santa, no sólo se añadirá la corona de rosas como
incluyeron esta excepcional serie que sello iconográfico fundamental el cual
aquí tratamos ubicada en el convento de tendrá continuidad en el tiempo. Viste
Santa Catalina de la ciudad de Córdoba el hábito de la Tercera Orden de Santo
2
en Argentina. Domingo, es decir, túnica con escapu- Recientemente Ramón Mujica Pinillas (2001)
Todos los autores coinciden en que lario, toca y velo blancos, símbolo de publicó el libro Rosa limensis: mística,
el primer retrato de la Santa fue la efigie pureza virginal. política e iconografía en torno a la patrona
mortuoria que tomó Angelino Medoro Las biografías apuntaron a enalte- de América, Institut Français d'Études
(1567-1633), inscripto en el manierismo cer una imagen de ascetismo y de éxta- Andines - Fondo de Cultura Económica.
italiano junto a artistas de su tiempo que sis místico, que fue inmediatamente Sigue el autor con sus anteriores trabajos
también se radicaron en Perú como el representada por los artistas, quienes específicos sobre iconografía como los que
jesuita Bernardo Demócrito Bitti y Mateo mostraron el dolor y gozo simultá- escribe junto a Luis Eduardo Wuffarden y
Pérez de Alesio. Su retrato (fig. 4) que neo en franca expresión de santidad. Pedro Guibovich Pérez: “Iconografía de
para algunos autores es un boceto y para Siempre hubo una vinculación estre- Santa Rosa de Lima” en José Flores Araoz
otros es parte de un lienzo mayor que se cha entre los textos hagiográficos y las (1995): Santa Rosa de Lima y su tiempo.
había quemado, se ubicó en la iglesia representaciones artísticas. Banco de Crédito del Perú, Lima.
Considerada una de las primeras inter- quien se afincó en Lima a fines del siglo
pretaciones novohispanas de Santa Rosa, XVIII y nos legó el lienzo que ocupa el
está representada con su corona de rosas, retablo mayor del santuario limense, pin-
una rama de lirio en una mano simboli- tado probablemente hacia 1800.
zando la pureza y el Niño en la otra. La En la iglesia de Cayma en Arequipa,
composición está rodeada por una serie en alegoría eucarística, aparece en anó-
de franjas semejando un arco iris. Tam- nimo lienzo del siglo XVIII, Santa Rosa
bién en México se encuentran dos ciclos junto con Santa Catalina y Santa Teresa
de la vida de la Santa, uno de ellos atri- al pie de la Fuente de la Vida que con
buido a Cristóbal de Villalpando. Y, en sangre del Corazón de Jesús riega el
cuanto a conjuntos se trate, también se huerto místico (fig. 9). También en la
destaca el del monasterio de las domini- iglesia de Caquiaviri (La Paz, Bolivia) en
cas de Santiago de Chile pintado por el medio de la Corte Celestial se yergue
quiteño Laureano Dávila en la segunda la Santa limeña, obra de 1739. O tam-
mitad del siglo XVIII. bién de autor anónimo la capilla de San
Pero indudablemente destacan las Francisco del convento grande y en los
obras de la escuela cuzqueña donde monasterios de Santa Rosa, y de Santa
se pueden apreciar las representacio- Catalina de Lima, en este último un pin-
nes de varios de sus milagros en forma tor de nombre Nielo firma una gran tela
temprana, siguiendo a Medoro o a los representando los Desposorios Místi-
grabados italianos y luego los españoles cos (Vargas Ugarte, 1967: s/p y Berna-
que siguen a Murillo. les Ballesteros, 1982: 284). También en
Destacan en este sentido el gran el convento franciscano de Santa Rosa Figura 8. La Virgen y el Niño junto a Santa Rosa
y otros dominicos, obra de Lorenzo Sánchez.
muralista cuzqueño, de ascendencia de Ocopa, donde entre varios cuadros
Monasterio de Santa Catalina de Siena de Cuzco.
noble incaica, Tadeo Escalante, que sobre la vida de la Santa se destaca uno
pinta a la Santa en el mural de la iglesia de grandes dimensiones que representa
de Huaro (Cuzco) en 1802, donde apa- a Rosa con el Niño y ángeles que por-
rece Rosa sosteniendo un ancla con la tan la corona de flores. El entierro de la
ciudad de Lima, símbolo de defensa ante Santa fue multitudinario y Teófilo Cas-
una eventual invasión pirata. tillo retrató a la Lima virreinal viviendo
También en Cuzco, Lorenzo Sánchez ese momento. Precisamente el tema de
de Medina pinta en 1669 el lienzo de la muerte fue muy difundido como lo
grandes dimensiones titulado Glorifica- fue el entierro en particular.
ción de Santa Catalina del monasterio Así como el cuadro de Medoro fue la
homónimo, donde con reminiscencias primera representación pictórica de Rosa,
de El Greco y de Zurbarán, Rosa es se cree que el grabado del flamenco
representada al pie de la Virgen y el Niño Juan Bautista Barbe, de 1649, haya sido
junto a algunos santos dominicos (fig. 8). posiblemente la primera estampa que se
En la misma iglesia hay otro lienzo con conoce, aunque hay referencias docu-
Rosa y el Niño en brazos, coronada por mentales, que circulaban ya por 1631.
ángeles. La iconografía de Santa Rosa El grabado de Horacio Marinari de 1668
incluye el tema de la Defensa de la Euca- aparece en coincidencia con la beatifi-
ristía contra todo tipo de herejía en un cación dada por Clemente IX, o la de
singular cuadro cuzqueño donde Rosa Francisco Collignon hecha también en
sostiene las armas de Carlos II frente a Roma en 1670, y la del mencionado Billy,
los vencidos turcos, ejecutada entorno a cuya estampa circulaba junto a otras
los años de la canonización. Siguen un posiblemente más antiguas. Siguiendo
sinnúmero de artistas anónimos de la aquellos grabados son los cuadros de
escuela cuzqueña y del arte popular que Basilio Pacheco que narra el nacimiento
se suman a la lista. de Rosa, o el de autor anónimo del con-
Mientras, del presbítero Matías Maes- vento de Santa Clara del Cuzco que sigue
tro, y a su vez pintor, escultor y arqui- a Collignon. Figura 9. Alegoría Eucarística donde al pie de
tecto, se conserva un gran mural en Por todo el mundo y en todos los la Fuente de la Vida se encuentran las santas
el templo de Santo Domingo de Lima tiempos se expandió la iconografía de la Teresa, Rosa y Catalina. Iglesia de Cayma en
donde en la capilla del Rosario se repre- Santa limeña. De figura esbelta Francisco Arequipa.
senta a la Santa con el Niño en medio de Lazo la pinta en el siglo XIX, al igual que
una monumental ornamentación arqui- el ecuatoriano Antonio Salas o Daniel
tectónica. Posiblemente tuviera colabo- Hernández. En el siglo XX Fernando
ración del pintor sevillano José del Pozo Botero la retrató con su tradicional estilo.
Figura 12. Detalle de flora y fauna representada Figura 13. Nacimiento de Santa Rosa. Monasterio de Santa Catalina de Siena en Córdoba, Argentina.
en casi todos los cuadros. Monasterio de Santa
Catalina de Siena en Córdoba, Argentina.
Figura 23. Santa Rosa recoge agua de una fuente. Monasterio de Santa Catalina de Siena en Córdoba, Argentina.
Figura 24. Muerte de Santa Rosa. Monasterio de Santa Catalina de Siena en Córdoba, Argentina.
Figura 25. Funerales de Santa Rosa en presencia de autoridades civiles y eclesiásticas. Monasterio de Santa Catalina de Siena en Córdoba, Argentina.
enaltecer sus personajes. Aunque sobre ese profundo e inocultable amor hacia donde fueron celosamente custodiados,
todas las cosas se levantan como instru- Él, queriendo emular su vida y ejem- mostrando la importancia del arte virrei-
mentos que conmueven el sentimiento plos de dolor y entrega a la humanidad. nal, pero también como testigo sobre-
católico y estimulan a los creyentes. El No hubo en ella un momento de cambio viviente de todo ese gran expolio que
repertorio de efectos plásticos y de imá- en su vida que signara una profesión nuestro patrimonio cultural ha sufrido.
genes irreales no dejan de hacer de cada religiosa, sino que toda su vida se per- Finalmente podemos decir que por
una de ellas un verdadero paraíso, ese petuó para alcanzar la Cruz y todos los ser mujer y americana, por ser Santa y
siempre tan soñado al que en todos los significados que ello contiene. Lo hizo joven (murió a los 31 años), por haber
tiempos se aspiró alcanzar. con exceso y absoluto ensimismamiento sabido discernir y luchar, puede ser un
Rosa de Santa María se singulariza entre ella y Él, su enamorado esposo ejemplo estimulante para nosotros a
por una vida casi eremítica y de esca- con quien convivía en extraordinaria pesar de la distancia de los siglos. Como
lofriantes maceraciones (Bruno, 1982: santidad. primer fruto de santidad en América, ins-
183), cargada con matices más propios Córdoba se honra en poseer esta par- piró a los hombres y el arte guardó un
de tiempos pasados que afloran desde ticular serie de cuadros que dan vida a lugar expectante para esta Santa limeña
su nacimiento. Atormentó su cuerpo Rosa de Santa María. Más aún al ser exhi- cuya vida admiramos a través de estos
con agobiantes penitencias y autoflage- bidas por primera vez después de tres lienzos que coronan a un ser ejemplar
laciones en nombre de Jesucristo y de siglos de permanencia en el convento, en la historia de la humanidad.
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rica, 23: pp. 114- 135. Revista de la Junta Provincial de Historia
de Córdoba, 17: pp. 203-208.
Resumen Abstract
El presente trabajo analiza distintos The present work analyzes different
aspectos de la Real Expedición Anticua- aspects of the Real Expedición Anti-
ria de México llevada a cabo por tierras cuaria de México, carried out along
del virreinato novohispano entre los territories of the New Spain’s Vice-
años de 1805 y 1808, y dirigida por el royalty between 1805 and 1808, and
capitán retirado de Dragones Guillermo which was headed by retired Capi-
Dupaix. Nuestro análisis se centra espe- tán de Dragones Guillermo Dupaix.
cialmente, en distintos pormenores de la Our analysis is centered on several
producción gráfica y de los textos escri- details of the graphical production
tos durante y después del desarrollo de and the written texts during and after
la expedición; la relevancia de dicha the expedition; on its relevance in
expedición en el estudio y divulgación the study and spreading of Mexican
de la anticuaria mexicana; la influen- antiques; on the influence of images
cia de las imágenes realizadas por el made by sketcher Castañeda in the
dibujante Castañeda en las ediciones English and French editions, and on
inglesa y francesa; y la trascendencia de the importance of this expedition in
esta expedición en la construcción del the construction of an imaginary indi-
imaginario indianista desarrollado en la genist in the 19th Century Europe.
Europa del siglo XIX. Keywords: New Spain, Antiques,
Palabras clave: Nueva España, Anti- Guillermo Dupaix, Americanism, Palen-
cuaria, Antigüedades, Guillermo Dupaix, que.
Americanismo, Palenque.
los investigadores españoles Josefina Clavijero o el polígrafo José Antonio Revillagigedo (Matos, 1998: 17-33), apa-
Palop Martínez y Alejandro Cerdá Esteve Alzate se convirtieron internacional- recieron dos “enormes piedras” que fue-
estudiaron la documentación relativa a la mente (Italia y Francia) en defensores ron identificadas posteriormente como
expedición encontrada en el Museo Naval de y divulgadores de este pasado7. Para la diosa azteca Coatliue y el llamado
Madrid, comparándola con otros documentos ellos –en contra de las críticas vertidas Calendario Azteca (León y Gama, 1978).
que sobre la misma se encuentran en por los savants europeos (Gerbi, 1993)– El descubrimiento suscitó gran alboroto
la Biblioteca Nacional de Madrid y el las antigüedades del mundo indígena y entusiasmo, seguido de una calurosa
manuscrito encontrado en Sevilla y hoy mexicano demostraban que las antiguas polémica sobre su origen y significado
depositado en la Universidad de esa ciudad. culturas americanas habían alcanzado entre el astrónomo León y Gama y el
Los resultados de este estudio aparecen en: un alto nivel de civilización y progreso. propio Alzate. Polémica que volvió a
“Nuevos documentos sobre las expediciones
El mismo José Antonio Alzate se había colocar el problema de las antigüeda-
de Guillermo Dupaix por México 1805-
ya encargado de mostrar públicamente des y sus interpretaciones como parte
1808”, en Revista Española de Antropología
sus avances arquitectónicos y artísticos del conflicto sobre el origen del hom-
Americana, 27, Servicio de Publicaciones de
entregando como obsequio, tras una bre americano, que ya tenía un fuerte
UCM, Madrid, 1997, pp.129-152.
4
relevante visita en el año de 1777 a las eco en algunos círculos intelectuales del
La figura del dibujante José Luciano ruinas de Xochicalco, el informe de la viejo continente (Alzate, 1831: 280-284).
Castañeda ha estado muy poco estudiada. misma al capitán Alejandro Malaspina, Llegado el año de 1804, un año antes
Los datos sobre su trayectoria como
director de la Expedición Alrededor del del desarrollo del primer viaje de la
profesor de dibujo y de arquitectura de la
Mundo que por entonces realizaba su expedición dirigida por Dupaix, el exje-
Real Academia de San Carlos de la Nueva
estancia en tierras del Virreinato8. Malas- suita expulso novohispano Pedro José
España no son abundantes. Rastreando
pina no solamente recibió el informe Márquez –socio entonces de las Acade-
en el archivo de la Academia de Bellas
de Alzate con gran interés, sino que mias de Bellas Artes de Madrid, Floren-
Artes de San Fernando de Madrid, este
señaló a Antonio Pineda que mantu- cia y Bolonia10– publicó en Italia su obra:
investigador ha consultado la obra de
viese contactos frecuentes con el polí- Due Antichi Monumenti di Architecttura
Genaro Estrada (1935): Algunos papeles para
grafo novohispano, tratando de cumplir Messicana11, la cual pronto obtuvo gran
la historia de las Bellas artes en México.
a cabalidad con el encargo hecho a la divulgación, tanto en Europa como en
Documentos de la Academia de Bellas Artes
expedición por parte del Cosmógrafo de América, haciéndose eco de las inves-
de San Fernando, de Madrid, relativos a la
Indias, Juan Bautista Muñoz, de recopi- tigaciones anteriores. La obra de Már-
Academia de Bellas Artes de San Carlos, de
lar toda la información posible sobre los quez incluye una serie de grabados
México. México. En ella hace referencia el
autor a un tal “José Castañeda”, quien para
antiguos pobladores de México (Pedro en relación con algunos monumentos
el año de 1796 participó como alumno de
de, 2006). significativos de México, entre los que
la Academia de San Carlos, en un concurso
Unos años antes, en 1785, ya había se encuentra el representativo friso de
abierto a los alumnos de la Academia
iniciado Alzate su particular cruzada en Xochicalco, al que Dupaix y Castañeda
mexicana por su homónima de Madrid. En defensa de los “indios viejos”, publi- prestarían mucha atención al regreso de
dicho concurso, el tal José Castañeda, quien cando en la mencionada Gaceta de su primer viaje.
parece ser el mismo que luego trabajaría Literatura otra de sus visitas a las ruinas Ya en ese mismo siglo XVIII, el inte-
con Dupaix ya que éste se llamaba José prehispánicas: en este caso, las ruinas rés metropolitano español por las anti-
Luciano Castañeda, había participado en del Tajín. Ambas visitas, las de Tajín y güedades indígenas americanas terminó
dicho concurso en las secciones de pintura Xochicalco, se convirtieron, con poste- por concretar un conjunto de instruccio-
y de dibujo. En la primera con una “Alegoría rioridad, en un referente fundamental de nes para su búsqueda, identificación y
de las artes con una columna, un busto y la “conciencia cultural criolla” y en cla- recolección. Antonio de Ulloa, marino,
una calavera (…) un estudio de una cabeza ros precedentes de la arqueología mexi- político y científico, elaboró unas Ins-
y una mano” (Estrada, 1935: 67). Para la cana. Ya que, por primera vez, un eru- trucciones al respecto en el año de
sección de dibujo, este mismo alumno había dito criollo describía y ofrecía dibujos 1777, curiosamente el mismo año en
enviado ocho dibujos, de los que Genaro del mundo arqueológico indígena en un que Alzate realiza su visita al sitio de
Estrada no hizo más comentario. Todas medio impreso que era conocido y leído Xochicalco12. Las Instrucciones tenían
las obras enviadas desde México fueron tanto en la Corte de Madrid como entre por cometido servir a los funcionarios
expuestas en la “Sala de Funciones” de la los círculos de intelectuales de Francia reales en América en su labor de acopio
Academia matritense el 11 de noviembre e Italia, con los que Alzate mantenía de materiales con destino al Real Gabi-
de 1796, por espacio de un mes. En la junta frecuentes contactos e intercambios de nete de Historia Natural, fundado por
particular celebrada en San Fernando el información9. Carlos III en el año de 1771 en Madrid.
4 de diciembre de 1796 se dio cuenta del Además por esos años, más concre- El cuestionario era minucioso y bastante
dictamen del jurado que fue bastante crítico tamente en 1790, la vida de la capital detallado en materia de antigüedades13:
con los trabajos expuestos, considerándolos mexicana se había vuelto a conmocio- contemplaba la descripción de ruinas
de poco valor y con muchas deficiencias nar tras la aparición de nuevos hallaz- de edificios, enterramientos o sepultu-
(Estrada, 1935: 68-69). De manera que gos arqueológicos. Al realizar traba- ras, restos de vasijas y herramientas para
de concordar ambas identidades, la de jos de remodelación en la Plaza de la cultivar la tierra, armas y otros útiles
José Castañeda con la de José Luciano Catedral –hoy mundialmente conocida para la guerra, dijecillos o ídolos, ador-
Castañeda, éste sería todavía alumno de como Zócalo– encargados por el Virrey
Internationale Zeitschrift for Humboldt-Studien.
nos, divisas o insignias; así pedía que
se diese noticia de los tejidos de Pita ilustrado con cuatro dibujos que él San Carlos de México para el año de 1796.
y de los trajes modernos “que usan los mismo realizó y que envió a Estache- Por otra parte, Humboldt señala en Vues
Indios, asi hombres como mugeres, y ría en diciembre de ese mismo año16. Al pittoresques des cordillères et monumens
la materia de que son hechos” (Ulloa, año siguiente, en enero 1785, Estachería des peuples indigenes de l’Amerique, que
1777: CXLVIII). redactó “unas muy detalladas instruccio- las planchas I y II que incluye en esa obra,
El cuestionario de instrucciones nes, estructuradas en 17 capítulos, para grabadas en París por Massard y que son
obró a partir de entonces en las oficinas que se siguiesen en una posterior pros- el resultado de su visita al gabinete de “M.
de virreyes y gobernadores americanos, pección” (Cabello, 1992: 34). Y redactó Dupé” en México, representando un busto
y contribuyó a reglamentar las investi- un informe al Secretario de Estado de que él denomina Buste d’une Prétesse,
gaciones posteriores tanto en Nueva Indias, José de Gálvez, poniéndolo en fueron realizadas en base a los dibujos
España como en el Perú, donde las antecedentes sobre las gestiones realiza- de un alumno de la academia de San
investigaciones arqueológicas se suce- das hasta ese momento en relación con Carlos, bajo la atenta mirada de “M. Dupé”
dían, incluidos los intensos trabajos de las ruinas de Palenque, adjuntándole (HUMBOLDT, 1989: 6). El naturalista alemán
exploración y descripción de las ruinas los originales del informe de Calderón visitó Nueva España entre 1803 y 1804. Y
este último año tuvo una intensa actividad
de Palenque (Cabello, 1992: 16-22). y las instrucciones que había redactado
en la ciudad de México conectando con
En este sentido, si en el centro de (Cabello, 1992: 34).
muchos intelectuales y coleccionistas de
virreinato novohispano se intensificó Al mismo tiempo, aprovechando
esa ciudad: lo que nos hace pensar que
la afición por las antigüedades a fina- que en la nueva ciudad de Guatemala
fuese entonces cuando visitase a Dupaix y
les del siglo XVIII, más al sur –en la –trasladada de sede tras el derrumbe
obtendría los dibujos que luego grabaría en
Audiencia de Guatemala– el interés de la antigua Guatemala rodeada de
París. Si el autor o no de los mismos fuese el
por estos asuntos también encontró un volcanes– se encontraba trabajando un
mismo Castañeda, no lo sabemos; pero de
notable eco; sobre todo a raíz del des- arquitecto real (el italiano Antonio Ber-
ser así, Castañeda era todavía considerado
cubrimiento de las ruinas mayas del sitio nasconi), le comisionó para que levan- por Humboldt como alumno un año antes de
de Palenque en 1745 por parte del cura tase un plano del lugar y del conjunto que Dupaix partiese con él en la expedición.
de la localidad de Túmbala (Chiapas), de las ruinas. El 25 de febrero Bernas- Es interesante que las planchas I y II de
Antonio Solís14. Pero no fue hasta 1773 coni inició su misión, y cuatro meses la obra de Humboldt representan una de
que el teniente Esteban Gutiérrez de la después, el 13 de junio, redactó un las figuras que también van a parecer en
Torre –por entonces teniente de alcalde informe bastante parco, sin haber cum- la obra de Dupaix/Castañeda; incluso una
de la Ciudad Real de Chiapa– realizó plido completamente con las instruccio- representación frontal de la misma aparece
una exploración hasta cierto punto sis- nes de Estachería; sin embargo, incluyó en el frontispicio alegórico de la obra, junto
temática del lugar, llevando a cabo un también cuatro dibujos realizados por con la pirámide y el águila. Lo que, sin duda,
pequeño informe del sitio: ello tendría él mismo: un plano del lugar en el que nos dice mucho de lo destacado de la pieza
lugar por inducción del cura Ramón se indicaba los principales monumen- y del gran interés que ésta tuvo tanto para
Ordóñez y Aguiar, sobrino de Antonio tos (que eran los mismos que Calderón Dupaix como para Humboldt, siendo la pieza
Solís, quien desde niño había sabido de había visitado); luego dos casas o tem- que inicia su estudio sobre los monumentos
la existencia de las ruinas, quedando plos en alzado, planta y corte transver- americanos. Por último, la investigadora Paz
fascinado con el relato de su tío. Gutié- sal; un plano del llamado “Palacio”, en Cabello, afirma que los dibujos en los que se
rrez taló una gran proporción de terreno alzado, planta y corte transversal; y por basó el grabador de la obra de Humboldt,
y logró penetrar a una gran sala que – último unos dibujos de piedras graba- eran de Castañeda Cabello, 1992: 44).
por la descripción– parece coincidir con das que hacían referencia a las piezas 5
La edición inglesa incluye el texto de Dupaix
lo que luego sería denominado “el salón dibujadas por Calderón y algunos grifos solamente en castellano, sin traducción al
del trono” del palacio15. (Castañeda, 1946: 32-38)17. El informe de inglés, mientras que la edición francesa
Diez años tardaría en informar Bernasconi fue enviado a España en ese introduce el texto de Dupaix en castellano
Ordóñez al presidente de la Real mismo año 1785 y el rey decidió que junto con su traducción al francés. Ambos
Audiencia de Guatemala, José de Esta- Estachería continuase con la investiga- textos, el castellano y el francés, aparecen
chería, ante el silencio del alcalde mayor ción y que toda esta información fuese en dos columnas por página, junto con
Gómez de Andrade para comunicar la enviada a Juan Bautista Muñoz, que algunas notas a pie de página realizadas por
exploración de Esteban Gutiérrez a sus en esos momentos ya desempeñaba el el editor o colaboradores de la obra.
superiores. Inducido por la curiosidad importante papel de nuevo “Cosmógrafo 6
En un reciente artículo, Irina Podgorny (“The
y siguiendo los protocolos administra- de Indias” y redactaba por encargo real reliability of the ruins”. Journal of Spanish
tivos del momento, Estachería decidió una nueva Historia del Nuevo Mundo. Cultural Studies. n.º 2, Vol. 8, July, pp. 213-
en 1784 comisionar al alcalde del pue- Muñoz se mostró muy interesado por 233, 2007) señala que en la primera mitad
blo de Palenque, el lugar mas próximo los descubrimientos arqueológicos y del siglo XIX Francia e Inglaterra compiten
a las ruinas, José Antonio Calderón, envió un informe a Gálvez con fecha por el conocimiento del mundo antiguo, al
para que le informase detalladamente del 7 de marzo, en el que manifestaba que ya se había incorporado, de manera
de todo ello. Calderón redactó efectiva- la necesidad de que Estachería conti- atractiva y sugerente, el mundo de las
mente un informe en el que detallaba nuase con sus investigaciones, pero por grandes civilizaciones precolombinas; en
cómo había hecho el oficio y catalogado medio de investigaciones más detalla- especial, los restos del mundo maya que
todas las construcciones detectadas, das y precisas. Igualmente señalaba que desde la segunda parte del siglo XVIII
venían siendo estudiados por iniciativa de Palenque debió ser la capital de una recibidas por Estachería. Conocía lo
las autoridades españolas de Guatemala, y gran potencia algunos siglos antes de la realizado anteriormente por Calderón
que tenían como centro de especial interés conquista, y que debió tener relaciones y Bernasconi, y “fue repitiendo
las ruinas del sitio de Palenque (Podgorny, y comunicaciones con las construccio- exactamente los mismos pasos de
2007: 228). nes zapotecas de Mixtlan y, sobre todo, sus predecesores, ampliándolos en
7
La investigadora alemana, Ursula Thiemer- con otras ciudades en ruinas situadas en los puntos y lugares que se le habían
Sachse afirma que parte de la impresionante Honduras de las que se tenían noticias señalado” (Cabello, 1992: 38). Del
colección que logró reunir Lorenzo de en las crónicas del siglo XVI, ya que los Río midió los monumentos, describió
Boturini a modo de un “Museo histórico monumentos arquitectónicos guardaban su aspecto y tomó “muestras” de los
indiano” (la colección se formó entre 1736 y mucha similitud18. mismos20. Además, se preocupó por
1743, también con materiales procedentes El 15 de marzo de 1786 Juan Bau- obtener el mayor número de materiales
de Sigüenza y Góngora) y que tras su tista Muñoz pidió a Estachería que se posibles, realizó excavaciones en más
muerte terminó por dispersarse, fue a parar a realizasen investigaciones más deta- de un lugar y redactó una memoria
manos de criollos como Mariano Fernández lladas y precisas del lugar, y que se final que ha tenido mucha difusión
de Echeverria Veitia (1718-1779), quien había contase con algún dibujante para ese internacional21.
sido colaborador del italiano; Antonio León trabajo. En especial, Muñoz estaba inte- La labor del dibujante Armendáriz,
y Gama (1735-1802); el padre José Antonio resado en que se hiciese una distinción por su parte, fue también de mucho
Pichardo (1748?-1812); y también de Clavijero precisa entre puertas, nichos y venta- provecho y precisión: realizó 25 dibu-
y Alzate, quienes prestaron muchos de estos nas, así como el uso de construcción en jos sobre la decoración de los edifi-
materiales a Humboldt en su visita a México, piedra; pero sobre todo le alertaba la cios, dibujos que fueron repetidamente
para su estudio y compra. Incluso, según
presencia inesperada de arcos y bóve- copiados por el propio artista y luego
esta misma investigadora, Jean Frédérick de
das: “[…] examinando lo que se halle de por otros autores (García, 1994).
Waldeck (1766?-1875) que posteriormente
piedras de sillería, como las que dice, Las labores en Palenque de ambos
visitaría México y tendría una actuación muy
de cal i canto y de mezcla; haciendo comisionados terminaron en junio de
destacada en la divulgación de las ruinas
puntual descripción y dibujos de las 1787, fecha en que aparece firmado el
mayas, especialmente de Palenque, logró
figuras, los tamaños i cortes de piedras informe de Del Río en Palenque; poco
hacerse con algunas piezas del legado de
y ladrillos o adobes, con particularida- después volvió a Guatemala y entregó
Boturini. Otro francés, que vivió en México
des en los llamados arcos y bóvedas” su informe a Estachería (Podgorny:
entre 1821 y 1840, Joseph Marius Alexis
(Castañeda, 1946: 43-44). 223)22. Éste puso a un ingeniero, José
Aubin (1802-1891), también se hizo con una
Precisamente este interés de Muñoz de Sierra, a preparar copias del informe,
buena parte del material de Boturini, que
por los detalles arquitectónicos estaba dejando una copia en sus archivos23.
tras su regreso a Francia vendió en 1889
a Eugène Goupil. Éste encargó a Eugène
relacionado con el hecho de hallar, de Un año después todos estos materiales
Boban un catálogo en 1891; finalmente
alguna manera, conexiones entre este fueron enviados a España al sucesor de
Goupil donó la colección que lleva su
tipo de ruinas prehispánicas con los des- Gálvez (ya que éste había fallecido el
nombre y el de su precedente dueño cubrimientos de Pompeya y Herculano años anterior), el ministro Antonio Val-
(Colección Aubin-Goupil) a la Biblioteca realizados durante el reinado de Carlos dés, notificándole de los resultados de
Nacional de Paris, donde se encuentra III en Nápoles. Efectivamente, las ruinas las excavaciones y enviándole los dibu-
actualmente. (THIEMER-SACHSE, U. (2003): romanas se convirtieron entonces en un jos de Armendáriz y un arco con siete
“El ‘Museo histórico indiano’ de Lorenzo referente comparativo que presidió ini- flechas de los indios lacandones (Cabe-
Boturini Benaduci y los esfuerzos del cialmente la descripción de las distintas llo, 1992: 41). Las piezas fueron envia-
erudito alemán Alejandro de Humboldt para investigaciones españolas del sitio de das también al Real Gabinete de Histo-
preservar sus restos para una interpretación Palenque. Referente romano que toda- ria Natural. El informe y los objetos de
científica”. HiN. Alexander von Humboldt im vía estará presente, aunque de manera las excavaciones llegaron al gabinete,
Netz. Internationale Zeitschrift for Humboldt- residual, en las posteriores investigacio- no así los dibujos. Se sabe que éstos
Studien. Universität Potsdam, IV, 6). Véase nes de Dupaix y Castañeda19. quedaron en las oficinas de la Junta de
la versión electrónica de la revista en: http:// Estachería decidido seguir las Estado junto con el informe original, ya
www.uni-potsdam.de/u/romanistik/humboldt/ instrucciones y recomendaciones de que Floridablanca mandó realizar una
hin/index.htm. Muñoz. La muerte de Bernasconi le copia de ambos: “Aunque Floridablanca
8
El informe sería publicado por Alzate en complicaba las cosas al no tener a mano mandó copiar los dibujos de la expedi-
su Gaceta de Literatura en el año de 1791, otro ingeniero de su talla y experiencia. ción de Antonio del Río y enviarlos al
poco después del paso de Malaspina por Circunstancia que le obligó a recurrir Real Gabinete, que se los habían recla-
el virreinato. Xochicalco se convirtió a lo a un militar: el capitán de artillería mado, y luego fueron entregados al
largo del siglo XIX en un lugar de obligada Antonio del Río, quien se trasladó funcionario encargado de gestionar los
referencia para algunos de los iniciadores inmediatamente a Palenque junto con el asuntos de este museo, estos dibujos no
de los estudiosos de la arqueología dibujante Ricardo Armendáriz, llegando están hoy en el Museo de Ciencias Natu-
mexicana, siendo visitado por Dupaix y el 3 de mayo de 1787. Sin ningún tipo rales –nombre actual del Gabinete–. Por
descrito y analizado por Humboldt en su de experiencia en estos asuntos, pero lo que la única colección completa de
obra sobre los monumentos del antiguo como buen militar, Del Río siguió los dibujos que queda hoy, que está en
México de 1810, quien no pudo visitar el al pie de la letra las instrucciones la Biblioteca de Palacio, es una copia”
(Cabello, 1992: 42-43). Castañeda por el Rey Carlos IV para rea- sitio, pero retomó los comentarios y dibujos
Más tarde Ramón Ordóñez, promotor lizar una Real Expedición Anticuaria. Los de Alzate para señalar que se trataba de
de los primeros viajes al sitio de Palen- años siguientes la continuarán, siempre una edificación de carácter defensivo,
que, se hizo con una copia del informe partiendo desde la ciudad de México, coincidiendo con la tesis del polígrafo
Del Río y de los dibujos de Armendá- hasta darla por terminada en marzo de criollo. Viajeros posteriores como Frédérick
riz, compilando a su vez, con ayuda de 180826. de Waldeck o Stephens y Catherwood
eso y otros materiales por él obtenidos, El resultado de los tres viajes fue- también lo incluyeron en sus inspecciones
un manuscrito titulado La historia de ron varios manuscritos y 145 láminas arqueológicas, convirtiéndose en uno de los
la creación del cielo y de la tierra, en de dibujo27. En el primero de los viajes lugares emblemáticos para la historia de la
arqueología indígena mexicana.
el que especulaba sobre el origen tra- visitaron las poblaciones de Orizaba, 9
satlántico del pueblo prehispánico de Cholula y Xochicalco. Al año siguiente Alzate era socio de la Academia de
América Central (Brunhouse, 2000: 19) Xochimilco, el lago de Chalco, Ozumba Ciencias de París, corresponsal del Real
Por el mismo tiempo en que Ordóñez y Oaxaca. Y en el último viaje Tehuan- Jardín Botánico de Madrid y miembro de la
se ocupaba de estos asuntos, el italiano tepec, Guiengola, Ocosingo y, por Sociedad Vascongada de Amigos de País
Paul Félix Cabrera se hallaba en Guate- último, Palenque. Este último sitio fue (Hernández Luna J. J. (s/f): Estudio Biográfico
mala, ocupado en consultar también el la única ruina maya de importancia que y selección de Juan Hernández Luna.
informe de Del Río y obteniendo pres- reconocieron. Secretaría de Educación Pública, México).
10
tado el manuscrito del cura Ordóñez. Ante los graves acontecimientos Nacido en San Francisco del Rincón
Poco después publicaría Teatro crítico políticos ocurridos en España –en par- (Guanajuato) el 22 de febrero de 1741;
americano, siendo acusado por Ordóñez ticular, la invasión napoleónica de su ingresó a la Compañía el 4 de marzo de
de plagiar su trabajo. territorio– y con el levantamiento del 1761 y regresó a México restablecida ya
Pasado el tiempo, todo este mate- cura Miguel Hidalgo en Dolores como la Compañía, siendo el prima maestro de
rial cayó en manos de un “cierto doctor inicio del proceso de independencia novicios hasta su muerte el 2 de septiembre
McQuy” (Brunhouse, 2000: 19) que fue mexicano, hubo gran confusión para de 1820.
11
quien se los llevó a Inglaterra, donde los el envío de los materiales de la expe- La obra fue publicada en Roma por Presso il
compró Henry Berthoud –librero londi- dición a España, que quedaron, según Salomoni en 1804.
nense, a pesar de su nombre– y los hizo Charles Farsi28, durante la guerra de 12
Quiero resaltar el hecho de que en ese
traducir al inglés para publicarlos en independencia mexicana, en manos de mismo año de 1777 Alzate realizó su visita
otoño de 1822. Berthoud contrataría al Castañeda, quien los depositaría (no se al sitio de Xochicalco. De si éste tenía o
artista Jean Fréderick Waldeck para gra- sabe cuándo) en el gabinete de Historia no ya conocimiento de las Instrucciones
bar las 16 láminas que acompañaban al Natural de México29. de Ulloa, lo desconocemos; sólo cabe
informe de Del Río. Lo cierto es que comenzaron su resaltar que las investigaciones de Alzate
Con posterioridad se realizaron periplo europeo copias de las láminas se ajustaron bastante a los requisitos que
dos ediciones más en un plazo de 15 de dibujo de Castañeda, conjuntamente Ulloa establecía. (véase: PEDRO de, 2006:
años: una francesa llevada a cabo por con borradores de Dupaix, dando ori- 316-323)
la Société de Géographie de Paris en el gen por lo menos a dos ediciones de 13
Ulloa había fundado en 1752 un gabinete
año de 1825 y dirigida por Warder24, y indudable valor para la historia de la privado en materia de Historia Natural cuyas
otra edición en Alemania en 1832 (Brun- anticuaria mexicana, y de la difusión de colecciones pasaron al Gabinete Real de
house, 2000: 20). En la edición francesa, los monumentos mexicanos en Europa: 1771 (Cabello, 1992: 16-19)
Warder daba a entender que las ilustra- la primera, la señalada de Lord Kings- 14
Las ruinas eran conocidas por la población
ciones eran obra de Castañeda, el artista borough del año 1831, y la segunda indígena del lugar con el nombre de “Casas
que acompañaría a Dupaix en sus viajes, en 1834 realizada por el abate francés de Piedra”.
aunque estas circunstancias no apare- Henry Baradère, dedicada ya espe- 15
Paz Cabello señala que hay una variante
cían claras (Brunhouse, 2000: 21; García, cialmente a este viaje, bajo el nombre: de esta versión, según se hace eco de
1994: 99-109). Antiquités Mexicaines. Relation des trois una carta del dominico José Miguel de
expéditions du capitaine Dupaix ordon- San Juan –ubicada por el investigador
nées en 1805, 1806 et 1807 par le roi Ballesteros (1960: 23)– quien relataría
III. La Real Expedición Charles IV, pour la recherche des anti- que sería Fernando Gómez de Andrade,
quités du pays, notamment celles de
Anticuaria de México Mitla et de Palenqué. Esta edición exclu-
alcalde mayor de Chiapa e hijo de un
ministro decano de la Audiencia de Quito, el
y la influencia de su obra siva sobre la expedición de Dupaix está primero en visitar las ruinas, registrándolas
en el americanismo compuesta por dos volúmenes, prolo- y limpiando el terreno de árboles y malezas.
gados por Charles Farsi30 y con estu- Para Paz Cabello lo que realmente pasaría
europeo del siglo XIX dios de Alexandre Lenoir y de Warden, es que Ramón Ordóñez, sobrino del cura de
conjuntamente con un trabajo de Cha- Tumbala, debió dar parte de la existencia
En el año de 1805, un año después de teaubriand. También, en esta edición, se de las ruinas al alcalde de Chiapa –Gómez
aparecer en italiano la obra del jesuita incluye el texto de Juan Galindo –miem- de Andrade– y debió haber una primera
Pedro José Márquez25, fueron comisio- bro del ejército de la República Mexi- visita de este al sitio y una segunda, ya con
nados Guillermo Dupaix y José Luciano cana y comisionado por la República excavaciones e informe, del teniente de
alcalde Gutiérrez. Visitas que, según Paz para inspeccionar Palenque–, así como cial interés por las antigüedades mexica-
Cabello, Ordóñez confundió al no estar un texto de Alexander von Humboldt en nas y que se había desatado en Francia
presente y ser en la segunda en la que el que trata sobre antigüedades america- la “fiebre del americanismo” (Mongne,
estuvo su hermano; o quizás sintetizó en nas, y otro texto de St. Priest. 2005: 41-64).
una sola, la de Gutiérrez, para no restarse La edición incluye las descripciones En 1841 aparecerá la primera publi-
protagonismo (Cabello, 1992: 31-32). de Dupaix en francés y castellano, y todos cación en la que colaboran el norte-
16
Los dibujos de Calderón constituyeron los dibujos de Castañeda reinterpretados americano John Lloyd Stephens y el
la primera muestra gráfica de las ruinas y litografiados por diversos artistas fran- dibujante inglés Frederick Catherwood
de Palenque. Y, si bien son la obra de un ceses: Delaporte: 77 láminas, L. Vitasse: (Brunhouse, 2000: 83-107). La obra llevó
hombre poco dotado para el dibujo, sí 40 láminas, E. Robillard: 39 láminas, H. por título (traducido del inglés): Inciden-
son muy ilustrativos de lo que Calderón Robillard: 29 láminas, Vanderburchi: 9 tes de viajes a Centro América, Chiapas
describía en su informe. Los dibujos se láminas, Will de Willberg: 7 láminas, C. y Yucatán, y tuvo una excelente acogida
encuentran actualmente en el Archivo Farcy: 5 láminas (Alcina, 1969: 33). Los entre el público europeo, reeditándose
General de Indias de la ciudad de Sevilla, dibujos originales de Castañeda, que sir- en 1843. En ésta, Stephens reconocía
bajo la signatura: M y P Guatemala, fol. vieron para confeccionar las litografías y que los propios dibujos de Catherwood
256 (1); 256 (2) bis; 256 (3); 256 (4). Están grabados, le fueron entregados al editor reafirmaban los objetos y monumentos
también reproducidos en Cabello, 1992: Baradère por Isidro Ignacio Icaza –Con- contenidos en la obra de Dupaix y dibu-
láminas: 5, 6, 7 y 8. servador del Museo Nacional de México– jados por Castañeda. Un año después, en
17
La documentación original se encuentra el 7 de diciembre de 1828. 1844, Catherwood publicaría una obra
en el Archivo General de Indias de Sevilla, En 1838, cuatro años después de la recopilatoria de sus trabajos, eligiendo
signatura: m y P Guatemala, 257, 258, 259, aparición de esta edición, J. F. Waldeck un título muy humboldtiano: Vistas de
260. publicó su viaje a la provincia de Yuca- los monumentos Antiguos de Centro
18
Paz Cabello señala que Muñoz debía tán: Voyage pittoresque et archéologique América, Chiapas y Yucatán, con 25 lito-
referirse a las construcciones de la ciudad dans la province d’ Yucatán (Amerique grafías en color.
maya de Copan, ya que ambas pertenecen Centrale) pendant les années de 1834 et Habrá que esperar hasta 1863 para
al Período Clásico Maya (CABELLO, 1992: 1836. Obra editada en París por Bellizard que viese su aparición otra obra emble-
36-37). Dufour, con 21 láminas y un mapa, y le mática sobre la arqueología maya. En ese
19
En este sentido, señala Irina Podgorny: fue dedicada a Lord Kingsborough, men- año Desiré Charnay, un fotógrafo expe-
“Bernasconi […] could not ascribe the cionado como su protector31. dicionario que seguía los pasos de Ste-
architecture of the ruins to any of the ancient En esta obra (de importante resonan- phens y Catherwood, fascinado por las
or modern orders he knew. But he ventured cia en relación con la arqueología del ruinas de esta antigua civilización, dio a
to point out that the vaults were shaped like mundo maya, especialmente Palenque, luz su interesante obra: Cités et ruines
Gothic arches, while the presence of doors aunque ha tenido numerosos críticos Americaines. Mitla, Palenque, Izamal,
and windows contrasted with the lack of all considerando que sus conjeturas for- Chichón-Itza, Uxmal, publicada en París
the other elements of the architecture of man parte más de la fantasía que de la en dos tomos (Mongne, 2005). En ella
an ancient city [..] Bernasconi’s testimony, realidad) Waldeck criticaba las obras de aparecen por primera vez “fotografías”
however, discounted the possibility of an todos sus precursores inmediatos (Alzate, sobre las ciudades visitadas y sus monu-
ancient Roman settlement in America: the Humboldt, Del Río, Dupaix, Castañeda, mentos. Como dato relevante, la obra
images represented in the statues, the art Aglio, Galindo). Y criticaba especial- venía acompañada por un estudio intro-
of construction, and the lack of order in mente al nuevo equipo de explorado- ductorio sobre los monumentos anti-
the tracing of streets and blocks led him to res de la zona, Stephens y Catherwood, guos mexicanos del arquitecto Eugène
conclude that the city had been founded by mientras se declaraba como “le premier Emanuelle Viollet-le-Duc, donde afirma
natives” (PODGORNY, 2007: 220). Américaniste” (Brunhouse, 2000: 69). En su celebrada tesis de que a cada tipo de
20
En su afán de cumplir con lo ordenado, todo ello, estaba Waldeck haciendo gala sociedad le correspondería una técnica
Antonio del Río tomaría algunas muestras siempre de una egolatría e imaginación específica de construcción, que le iden-
de frisos y grifos, tal y como había hecho interpretativa que la historia de la disci- tificaría33.
también Bernasconi. Las piezas se plina ha terminado por desmentir32. El viaje de Charnay a México lo rea-
conservan hoy en el Museo de América de Posteriormente a 1860, parte de lizó entre 1857 y 1860. En la obra resul-
Madrid (Cabello, 1992: 38). los trabajos inéditos de Waldeck sobre tado del mismo, ya reconoce el autor una
21
De ella se hace la primera edición en Palenque –en concreto 56 dibujos– fue- larga tradición previa en el estudio del
Londres en 1822, con el título: Description of ron seleccionados para ilustrar el texto mundo maya, mencionando las expedi-
the Ruins of an Ancient City. Discovered near de Charles Étienne Brasseur de Bour- ciones de Antonio del Río y de Guillermo
Palenque…from de Original Manuscript Report bourg de 1866: Recherches sur les ruines Dupaix como las más significativas de la
of Captain Don Antonio del Río: Followed by de Palenque, una vez fueron examinados etapa colonial española. También resalta
Teatro Crítico Americano… by Doctor Paul por miembros de la creada Comisión toda la tradición inglesa, francesa y nor-
Felix Cabrera… Esta obra fue ilustrada con 15 Científica de México y comparados con teamericana en el conocimiento de esa
grabados realizados por Jean F. Waldeck, las fotografías que sobre el sitio ya había cultura, hasta llegar a las aportaciones del
basándose en los dibujos de Armendáriz. realizado Désiré de Charnay, aprove- abate Brasseur de Bourbourg con la edi-
En cambio, la primera española no ocurre chando que Napoleón III tenía un espe- ción en 1866 de los dibujos de Waldeck34.
IV. Los textos y dibujo las piezas, distribución de las mismas en hasta 1939, por Manuel Ballesteros. En 1946
el espacio, rasgos estilísticos, etc.) sino Castañeda Paganini realiza otra edición
conservados en España también –al compararlas con los graba- castellana en México, ya mencionada en
de la R.E.A.M. dos ingleses y franceses– apreciar cómo este artículo; y en 1985 hay una nueva
han ido “alterando” éstos el modelo de edición de Caballero. La Biblioteca Nacional
En la Biblioteca Nacional de Madrid representación establecido por Dupaix de Madrid guarda un ejemplar de la obra
se encuentra uno de los manuscritos y Castañeda. Y, establecer en base a original de Antonio del Río, con 15 de los
conservados del primer viaje realizado qué supuestas intenciones –científicas, 26 dibujos. Hay también una obra completa
por Dupaix y Castañeda en 180535. El estilísticas y estéticas– se justifican estas en la Biblioteca del Palacio de Madrid. El
manuscrito contiene en nueve hojas “alteraciones”. informe original se encuentra en el Archivo
tamaño folio, las incidencias del viaje Lo primero que hay que señalar con del Museo de Ciencias Naturales, pero
y las descripciones de las láminas que respecto a los materiales gráficos depo- hay otro manuscrito en la Academia de la
acompañan a esta primera salida, así sitados en la BN y el MN, es que pare- Historia, también de Madrid.
22
como una copia de las primeras treinta cen admitir una misma autoría, es decir, Del Río insistió en las similitudes góticas y
y dos láminas de dibujo realizadas por son obras atribuibles a José Luciano Cas- romanas de la arquitectura de Palenque,
Luciano Castañeda36. tañeda. En el caso del material de la BN afirmando la presencia de ventanas en
Por su parte, en el Museo Naval – esta afirmación parece confirmada por aquellas construcciones, e incluyendo un
también de Madrid– aparece otro el mismo Dupaix en el interior del docu- informe sobre las redes de comunicación de
manuscrito de la expedición; pero, a mento manuscrito que las acompaña. esta ciudad con otras regiones (Podgorny,
diferencia del anterior, sólo está el cua- Por su parte, el material del MN no 2007: 223)
23
dernillo de las treinta y dos láminas cuenta con un apoyo firme de autoría, La contribución de los ingenieros militares
atribuidas a Castañeda (Palop y Cerdá, al menos del mismo nivel del caso ante- en el descubrimiento del mundo antiguo
1997). El volumen aparece con un título rior. Pero es cierto que tanto el estilo europeo y americano ha sido puesta de
adherido a la tapa de cartón, en un trozo como la manera de concebir la compo- manifiesto por Peter Burke (2003): “Images
de papel recortado en el que se señala: sición, el mismo trazo: “algo brusco”, así as Evidence in Seventeenth-Century
“Real expedición Anticuaria practicada como una cierta dificultad para desarro- Europe”. Journal of the History of Ideas.
en el Reyno de México por el capitán llar los principios de la perspectiva, nos n.º 64, Vol. 2, pp. 273-296. Igualmente
don Guillermo Dupaix [sic]. Principal”37. permiten compartir con otros investiga- destacable es la contribución del geógrafo
Existe una tercera copia, la ya men- dores la opinión de que estas láminas hispano Horacio Capel Sáez (1994): “La
cionada de la Universidad de Sevilla, y también pertenecen a Castañeda (Palop invención del territorio: ingenieros y
que Alcina identifica como “Manuscrito y Cerdá, 1997). arquitectos de la Ilustración en España y
de Sevilla”. En este caso aparecen com- En relación con las láminas de la América”. Anthropos: Boletín de información
pletos tanto el texto como las láminas US, la cosa no parece tan evidente. Si y documentación, n.º 43, pp. 98-115.
de los tres viajes realizados por Dupaix bien es cierto que Alcina no ha dudado Asimismo, véase: Horacio Capel Sáez, Omar
y Castañeda38. ni un momento en atribuirlas al artista Moncada y Joan-Eugeni Sánchez (1988): De
Los materiales mencionados consti- mexicano, lo cierto es que las láminas Palas a Minerva: la formación científica y
tuyen los tres tipos de manuscritos que (en número mayor que los otros dos la estructura institucional de los ingenieros
sobre la expedición han aparecido en grupos) son imágenes confeccionadas militares en el siglo XVIII. CSIC, Madrid.
24
España al día de hoy. Ahora bien, en de una manera “distinta”, como anali- Warden fue antiguo Cónsul General de
este artículo, nuestro interés principal es zaré inmediatamente40. los Estados Unidos en Francia y miembro
el de centrarnos en el estudio de algu- Los investigadores Alcina, Palop y del Instituto de Francia, refutado experto
nas de las imágenes realizadas en el Cerdá realizaron una interesante com- en materia de restos arqueológicos de
transcurso de la expedición de Dupaix paración entre los tres grupos de mate- las culturas americanas, especialmente
–particularmente, en el material corres- riales. Sin duda, el estudio ha ayudado de la llamada “culturas de las praderas”
pondiente al primer viaje– y realizar una mucho a los especialistas a compren- norteamericanas.
25
comparación primera entre las lámi- der muchas peculiaridades y caracte- Véase nota 11.
nas existentes en España: la Biblioteca rísticas de cada grupo y cómo se iban 26
En el momento del inicio de la R.E.A.M.
Nacional de Madrid, el Museo Naval y produciendo cambios en el proceso ocupaba el cargo de Virrey el controvertido
la Universidad de Sevilla39. Asimismo, de “copiado”, aunque todavía no se ha José de Iturrigaray y Aróstegui (1803-108).
posteriormente compararemos parte podido decidir cuáles son los dibujos A lo largo de su conflictivo virreinato, que
de estas láminas con los grabados y originales; o si los tres son, a su vez, terminó en su destitución tras los sucesos
litografías de las mismas que aparecen “copias” de otro original hoy desapare- de julio y agosto de 1808, se desarrolló la
en las publicaciones sobre este primer cido, o por lo menos no identificado. Lo expedición. Ésta también se vio afectada por
viaje de parte de Lord Kingsborough y que sí han dejado claro los estudios de los acontecimientos en España y México: la
de Baradère. Este análisis comparativo estos tres investigadores es que entre los invasión de los franceses, el secuestro del
busca no sólo encontrar similitudes y tres grupos de materiales hay algunas sucesor a la Corona y el levantamiento de
diferencias entre las láminas de las dis- diferencias significativas. Y que final- Hidalgo en Dolores. Iturrigaray fue sustituido
tintas copias existentes en España y atri- mente el material de Sevilla, en especial, provisionalmente por el Mariscal Pedro
buidas a Castañeda (manera de dibujar es el que muestra mayores diferencias Garibay y, sin duda ante la incertidumbre, la
Figura 1. Frontispicio. Dibujo (grafito y tinta Figura 2. Frontispicio. Dibujo (grafito y aguada Figura 3. Lápida. Dibujo (grafito y tinta sobre
sobre papel). José Luciano Castañeda. R.E.A.M. sobre papel). José Luciano Castañeda. R.E.A.M. papel). José Luciano Castañeda. R.E.A.M.
Manuscrito del Museo Naval, Madrid. Manuscrito de la Universidad de Sevilla. Manuscrito del Museo Naval, Madrid
expedición se dio por finalizada. A causa de con los otros dos; incluido con el propio probable. No obstante –y en esto debo
esta situación extraordinaria y la precipitada manuscrito atribuido a Dupaix que apa- coincidir con Alcina– el conjunto de
salida de Iturrigaray de México, éste no reció junto con las láminas. Circunstan- láminas que se encuentran deposita-
dejo la consabida Memoria de su períodode cia ésta que, en su momento, le llevó a das actualmente en la US, tanto por su
mandato a su sucesor, como venía siendo afirmar a Alcina Franch: “[…] el manus- número como por intenciones estéticas
tradición en el virreinato, y en ese sentido es crito de 1820 evita la mención tácita de y artísticas, resulta un conjunto más
inexistente la información sobre la R.E.A.M. las medidas de las piezas al incorporar elaborado formalmente, con ciertas
de manos de su patrocinador. De lo que sí escalas en las láminas, […] por lo que características definitivas para llevarlo
tenemos constancia es que en las Memorias estaríamos ante una copia manuscrita a una impresión. Y me atrevo a hacer
dejadas por su antecesor, el Virrey Félix similar a la que (Baradère) recogió en la esta afirmación en función de algunos
Berenguer de Marquina (1800-18003), se Ciudad de México en 1828 junto con las aspectos relevantes que quisiera anali-
hace reseña del interés que tiene la Corona, láminas de Castañeda” (Palop y Cerdá, zar ahora.
por medio de “dos reales órdenes, una 1997: 148-149). Si comparamos algunas láminas
de 2 de agosto y otra de 6 de noviembre Esto quiere decir, en pocas palabras: del manuscrito del MN con el de la
de 1800” de propiciar la recolección de ¿que Alcina estaría admitiendo tácita- US (por ejemplo, las imágenes 1 y 2),
“varias y preciosas producciones de mente que las imágenes de Sevilla son en seguida nos percatamos de que
historia natural que se encontraran en esos dibujos más elaborados que los otros en el sevillano hay superadas ciertas
dominios, y que por su rareza y utilidad dos grupos y que, por tanto, estaríamos “deficiencias técnicas” presentes en
merecierán el aprecio de los inteligentes, ante una copia “definitiva” enviada para el de Madrid41. Caso más significativo
y añadirse a las interesantes colecciones su publicación a España? es el uso particular de los principios
de este especie, ordenándose su remisión de perspectiva en las láminas del MN
a nuestra península, con la seguridad y (también en las de la BN), que aquí lo
brevedad correspondiente” (Navarro De V. Análisis comparado representan torpemente: en la repre-
Anda, 1991: Vol. II, pp. 1405-1406). Como se sentación de la pirámide (fig.1) se
de las diferentes imágenes destacan claramente estas dificultades,
puede apreciar, el interés de España por
el coleccionismo americano no decayó en en especial en la representación de la
ningún momento y más bien se manifiesta Pueden considerarse como preparato- escalera lateral, que aparece mostrada
como una política continuada que nutriría rios de un manuscrito mucho mayor casi frontalmente. Por su parte, en la
de fondos y piezas excepcionales al Real –que albergaría un conjunto de lámi- lámina de Sevilla (fig. 2) esta dificultad
Gabinete de Historia Natural de Madrid. nas finales– los materiales madrileños, desaparece.
27
El número de láminas difiere en los distintos tanto del texto escrito por Dupaix También llama nuestra atención
casos en que fueron utilizadas por las como de los dibujos de Castañeda per- cómo en el de la US se ha producido
ediciones tanto la inglesa y la francesa como tenecientes a la BN y al MN. Afirmar un ahorro en la representación de los
la realizada en el año 1969 por Alcina Franch. que los materiales de Sevilla fuesen la objetos, teniendo como resultado una
En el estudio introductorio de este último, copia que Dupaix y Castañeda hubie- imagen más austera, menos abigarrada.
se da una completa información al respecto. sen decidido enviar al rey como resul- El autor de estas láminas es como si
En un estudio comparativo realizado por tado de su trabajo para su impresión, hubiese querido primar especialmente
este investigador español, se señala que grabación y edición, es un tanto arries- aquellos elementos simbólicos que
en la edición de París de 1844 faltan 18 gado y, hasta hoy, no del todo com- consideraba imprescindibles: el águila
Figura 4. Esculturas. Dibujo (grafito y tinta sobre Figura 5. Cabeza. Dibujo (grafito y tinta sobre Figura 6. Lápidas y esculturas. Dibujo (grafito y tinta
papel). José Luciano Castañeda. R.E.A.M. Manuscrito papel). José Luciano Castañeda. R.E.A.M. sobre papel). José Luciano Castañeda. R.E.A.M.
de la Universidad de Sevilla, Sevilla. Manuscrito del Museo Naval, Madrid. Manuscrito de la Universidad de Sevilla, Sevilla.
representación que podíamos deno- habitantes del lugar. Así lo hizo tam- del Louvre en 1850. Luego pasaron al Musée
minar “de línea clara”: dibujo “limpio”, bién tiempo después Charnay cuando d’Ethnographie y el Musée de l´Homme,
nítido y bien perfilado, que permite la fotografió por primera vez las ruinas de hasta llegar, hace un año, al recién creado
identificación de las figuras y de los Mitla, Palenque o Izamal. En las fotogra- Musée du Quai Branly (“Reconstruyen
objetos de una manera “total”, en un fías recogidas en su obra de 1863, Cités historia de colección prehispánica mexicana
solo golpe de vista. Una representación et ruines americaines, el fotógrafo y resguardada en París”. Declaraciones del
que no hace alarde de grandes contras- viajero francés introdujo personajes de investigador del INAH, Leonardo López
tes, como sucede, por el contrario, en el los lugares visitados haciéndolos posar Luján, 5 de diciembre de 2007. www.
caso de la imagen inglesa. En la “sevi- tal y como iban vestidos: delante de un conaculta.gob.mx/saladeprensa/sectons/
llana” se mantiene el interés por ofre- edificio, al lado de una columna o en showPrint.ph.). López Luján no señala nada
cer al espectador, con la mayor nitidez el medio de una panorámica. Su obje- respecto a los 120 dibujos: si éstos fueron
posible, la “figura” y “forma” del objeto tivo, sin duda: establecer una escala de vendidos con las piezas o Latour Allard se
representado: con claras referencias a su tamaño, pero también –y en ello podían quedó con ellos vendiéndolos en Londres
tamaño por medio de la introducción coincidir ambos modelos– para acen- a un anticuario –como señala Alcina– y
de una escala, al pie de la figura, y con tuar ese carácter lejano y exótico de teniendo el recorrido señalado más arriba.
30
un ahorro de recursos expresivos que mundo americano. Véase nota 28.
afecta preferentemente al paisaje circun- Habría, no obstante, una tercera 31
Lord Kingsborough se convirtió en su
dante a modo de escenografía. interpretación que no podemos descar- gran apoyo financiero en pleno desarrollo
Por el contrario, en el caso de la ima- tar para la inclusión de las figuras tanto de las labores de este investigador en
gen de la edición inglesa la situación es en los grabados de la edición inglesa de Palenque, tras la cancelación del proyecto
bien distinta. El mismo objeto no está la obra de Dupaix, como en las foto- por el presidente de México, Santa Ana.
concebido con la misma nitidez y lim- grafías de Charnay. Con la inclusión de Su mecenas irlandés le concedió 4.387
pieza: hay una preponderante intención los habitantes de esas regiones en un pesos para continuar sus investigaciones,
de que el dibujo evite un “acercamiento tiempo posterior a la construcción de las bajo la única condición de que Waldeck
directo” a los objetos, y éstos se mues- mismas, dos mundos se ofrecen repre- enviase a Oxford todos los medallones que
tran “difusos” y poco perfilados. De otra sentados al lector o espectador de estas encontrase; Brunhouse señala que Waldeck
parte, aunque aparece en su base una obras: el pasado remoto, convertido en parece que no envió ninguno (Brunhouse,
figura humana introducida en la repre- una ruina inquietante por los misterios 2000: 72-73).
sentación a “modo de escala” con res- desconocidos que encierra, y el mundo 32
Aunque a decir de algunos expertos
pecto al tamaño de la pirámide, ésta del presente de los habitantes de aque- posteriores, la famosa obra de Waldeck
aparece muy separada de la misma; con llas tierras, que se les supone partícipes estaba llena de “improperios y baldones”,
lo cual, si estuvo presente en la mente cotidianos de un mundo destruido y así como “inexactitudes y absurdos”
del artista utilizar este recurso como olvidado. Las imágenes y las fotos jun- científicos (García, 1994: 107). No obstante,
referente de medida y proporción, el tan en un mismo espacio la posibilidad la teorización y la práctica de los dibujos de
objetivo no se logra satisfactoriamente. de referenciar ambos mundos, uno visto Waldeck sí tuvieron una enorme influencia
Pero podría haber otra razón para como la continuidad de otro; a la vez durante todo el siglo XIX –y también
introducir la figura humana. Sería el que uno es incapaz de explicar al otro. durante buena aparte del siglo XX– en otros
hecho de poder ofrecer al “lector lejano” Pero volviendo a retomar nuestro científicos y americanistas posteriores. Baste
(estas imágenes son inicialmente para análisis comparativo entre las imágenes señalar aquí cómo en la famosa controversia
un lector europeo) la imagen de un de la US y las de la edición inglesa de sobre la aparición de los elefantes en
típico habitante mexicano con su som- Lord Kingsborough, hay que destacar sus representaciones sobre Palenque
brero y su sarape, lo que tendría por que en el caso de la representación de eran todavía tomadas muy en serio por
finalidad marcar el carácter “extraño” las pirámides, éstas no aparecen repre- los defensores del “difusionismo”, como
de esta cultura en comparación con sentadas de la misma manera. En la ima- teoría explicativa del origen del hombre
la europea. Como afirma Peter Burke: gen de Sevilla se muestra claramente su americano y sus contactos con pueblos de
“Cuando se produce un encuentro entre “forma”, los perfiles de su “figura”, las Asia y África. Arqueólogos posteriores han
culturas distintas, lo más probable es escaleras de acceso a la cumbre y los identificado las figuras de “nariz larga” –que
que las imágenes que una hace de la elementos del paisaje están ubicados de dieron origen a los “elefantes de Waldeck”–
otra sean estereotipadas” (Burke, 2001: manera que no entorpezcan la visión como mascarones del dios de la lluvia; lo
158). Los grabadores ingleses que traba- “total” del objeto. que apoyaba la tesis de que los mayas
jaron en esta obra tomando los dibujos Por el contrario, en el caso de la ima- habían desarrollado una cultura cargada
de Castañeda como referencia, actuaban gen inglesa hay una especial preocupa- de rasgos autóctonos, contrariamente a los
como un viajero trasladado a esos leja- ción por la representación paisajista. El temores difusionistas.
33
nos lugares que, de seguro, muchos de artista se ha esmerado en ofrecernos un Desiré de Charnay y Viollet-le-Duc
ellos veían por vez primera representa- “repertorio” de las especies vegetales formarían parte de la Comisión Científica
dos. De manera que su ideal de cons- más representativas del paisaje mexi- Francesa a México (1864-1867); junto con
trucción de una imagen distinta, lejana y cano: cactus, palmeras, nopales. Ade- un nutrido grupo renombrado de científicos
hasta cierto punto “exótica”, conllevaba más, la pirámide aparece “invadida” por e intelectuales de la Francia imperial de
la inclusión de figuras de los posibles estas formas vegetales, lo que dificulta Napoleón III, que soñaba en convertir
Figura 9. Pirámide. Grabado. Edición de Lord Kingsborough. Antiquities of Mexico. Vol. V, Londres. 1831-1848.
Figura 10. Pirámide. Dibujo (grafito y tinta sobre papel). José Luciano Castañeda. REAM. Manuscrito de la Universidad de Sevilla, Sevilla.
el conocimiento desarrollado por los conjugándolo con otros elementos y la sola mención de los eufónicos nom-
franceses como un referente fundamental señalados por Gilpin como la natura- bres de las plantas parece querer sedu-
en la construcción del americanismo leza “áspera” y “accidentada”; los frag- cir: “Hiedra en grandes cantidades ha
decimonónico (AA.VV., 1865-1867. Archives mentos amontonados alrededor del tomado posesión de buena parte del
de la Comisión Scientifique du Mexic. 3 monumento; y unos efectos de luz y muro, creando un alegre contraste con
Tomos, Imprimerie Impériale, París). sombra no uniformes, muy contrasta- la piedra grisácea utilizada para la cons-
34
Brasseur era para la época toda dos45. Si en relación con la creación de trucción del edificio [..]. Y esto no carece
una personalidad del americanismo jardines pintorescos Gilpin recomen- de decoración. Musgo de diversas tona-
decimonónico. Había publicado ya algunas daba la inclusión de “citas arquitectó- lidades, con líquenes, culantrillo, dal-
obras sobre los antiguos pobladores nicas”, colocando en el mismo jardín bergia sisso y otras plantas comunes
americanos y, sobre todo, había adquirido columnas, frisos, frontones clásicos repartidas por la superficie [..] que en
fama por la publicación de muchos de los o cualquier elemento arquitectónico su conjunto crean aquellas tonalidades
manuscritos de la imponente colección de romano, egipcio o templetes chinos, floridas que otorgan el más rico aspecto
J. M. A. Aubin; labor que realizó desde la con el fin de “animar” el lugar y el a la ruina”. Pero aquí el contraste, lo pro-
recién fundada Société des Américanistes. “carácter de cada posible escena” que piamente pintoresco, surge de la oposi-
Aunque, en honor a la verdad –y como se le presentase al paseante, en una ción entre las ruinas y la vegetación. En
señala Brunhouse– en el momento que reivindicación de la jardinería como Gilpin, esta categoría estética suele plas-
escribió el libro sobre Palenque e incluyó hermana de la pintura (Maderuelo, marse precisamente cuando descubre el
los dibujos de Waldeck, Brasseur todavía no 2004: 19), la naturaleza americana con encuentro de elementos pertenecientes
había estado en Palenque, aunque estaba sus ruinas indígenas insertadas en el a dos o más ámbitos de la realidad, o
familiarizado con el área y la lengua maya; paisaje ofrecía, sin duda, una fuente cuando la concepción pictórica evoca
y sin duda estas imágenes de Charnay
inagotable de motivos para el gusto y ideas que van más allá de la mera expe-
debieron ser un referente esencial para sus
la estética europea de finales del siglo riencia visual” (Diener, 2007: 185-309).
explicaciones y conclusiones (Brunhouse,
XVIII y primeras décadas del siglo Ahora bien, ¿a qué se deben unas
2000: 108-127).
35
XIX que se movía entre las categorías diferencias tan acentuadas entre las imá-
Aparece bajo el título: Investigación de de lo pintoresco y lo sublime. De este genes de la edición inglesa y las imá-
varios monumentos antiguos del Reyno de modo, las imágenes de la edición de genes realizadas por Castañeda? ¿Es que
México descubiertos por el Capitán Don Lord Kingsborough, y también en gran acaso las imágenes de Castañeda, tal y
Guillermo Dupaix, y dirigidos por el Virrey medida las composiciones de la edición como habían sido concebidas, no eran
de Nueva España. francesa de Baradère, se convierten en “suficientes” para que el lector inglés
36
El cuadernillo de las láminas viene precedido escenas fijadas dentro de estos referen- tuviese una clara referencia de ese
de una lámina introductoria en la que tes estéticos. El mismo Humboldt, en la mundo indígena?
aparece sobre la base de una gran pirámide, Introduction de su obra Les vues des Quizás, y en función de las contra-
a modo de frontispicio, el siguiente lema Cordillères et monuments des peuples dicciones reveladas por estas interro-
significativo: “Un edificio y una estatua, de l’Amerique, señala la necesidad de gantes, las variaciones “imaginarias” de
muestran el gusto, estilo y conocimientos conjugar el estudio de los monumentos la recepción de una obra (los artistas
en las artes de la Nación, que las mando que interesan al estudio filosófico del de la edición inglesa en relación con
hacer” (fig. 1). Frase clave del programa hombre con las vistas pintorescas de las imágenes originales de Castañeda)
arqueológico de Dupaix, que precede a la
los diferentes sitios: “A la représentation no deberán verse en base a una “lógica
famosa de Violet le Duc, citada en la nota 33.
37
des monumens qui intéressent l’étude imitativa”, sino más bien –al contrario–
En relación sobre las características de philosophique de l’homme sont jointes creativa y adaptativa, en función de un
conservación, medidas, tipo de papel, les vues pittoresques de différents sites, contexto cambiante y fronterizo entre
marcas de agua, medidas de las láminas, les plus remarquables du nouveau distintas concepciones estéticas presen-
etc., de este volumen del Museo Naval y de continent” (Humboldt, 1989: I). tes en esta primera mitad del siglo XIX.
los manuscritos de la Biblioteca Nacional, De este modo, y como señala Pablo Lo que es ahora posible destacar a la
consúltese: Palop y Cerdá, 1997. Diener: “Humboldt sugiere una idea de luz de lo señalado más arriba, es que
38
Alcina menciona que esta copia posee lo pintoresco concebida desde los ele- entre las imágenes de Castañeda (en sus
la forma definitiva del primer viaje y mentos naturales. Es precisamente en tres referentes manuscritos: BN, MN y
borradores de los viajes segundo y tercero este aspecto que se expresa la innova- US) y las imágenes de la edición inglesa
que no le dio tiempo a Dupaix en poner en ción en relación con las formulaciones hay una enorme brecha entre “como
limpio (Alcina, 1969: 31) de Gilpin, en cuanto a que confiere describir” y “cómo nombrar” el mundo
39
A partir de ahora se denominarán estos carácter pintoresco a un motivo. En un arqueológico novohispano. Las diferen-
manuscritos de acuerdo al lugar que están trecho de sus descripciones de viajes, el tes que se manifiestan de manera formal
depositados: BN, MN, US. pastor inglés se detiene en la localidad en la aparición de las formas represen-
40
No obstante, debo adelantar que no poseo de Tintern y describe cómo la vege- tadas, son diferencias de carácter esté-
en el momento actual de mi investigación tación se ha ido adueñando de unas tico que afectan a lo que “debe ser” la
ningún tipo de información que desmienta ruinas, dándoles lo que él llama de el representación del objeto y por ende
la autoría de Castañeda; al contrario, todo ornamento del tiempo”. El lenguaje que a su conocimiento; y lo que se quiere
parece indicar que él es el autor, y que mis usa es muy próximo al de Humboldt, trasmitir como tal.
En este sentido, hay que señalar que una “historia” patrimonio de un reyno, la “dudas” al respecto son sólo apreciaciones,
Castañeda y Dupaix hacen un notable Nueva España, que está en busca en el resultado del mero análisis comparativo
esfuerzo por “presentar” los objetos pasado de sus orígenes indianos46. artístico-formal que he realizado de ellas
arqueológicos, como “objetos” observa- en función de los tres tipos de fuentes
documentales de que se trata. Espero, en
dos, descritos, medidos y catalogados.
un momento más avanzado de mis estudios,
Sus representaciones son las imáge- VII. El caso francés poder aportar mayor información –si es
nes del “levantamiento” de un enorme
que la hay– que desmienta o reafirme esta
Catálogo de la Anticuaria Mexicana que Como respuesta y emulación arqueo-
autoría.
recoge los cientos, los miles de retos lógica a la edición inglesa sobre el 41
desperdigados por la geografía virreinal. mundo antiguo mexicano, surgió la ver- Dejo ahora aparcadas mis dudas sobre la
Esta “representación de catálogo” con- sión francesa conocida como “edición autoría de Castañeda, como ya lo mencione
vierte el “objeto antiguo” perteneciente Baradère”47. El volumen que contiene la en texto, pero sí quisiera señalar que es
a una cultura antigua ya desaparecida, edición de los 145 dibujos de Castañeda precisamente esta “superación” técnica que
aparece muy evidente en estas láminas,
en un “objeto inventariado”; es decir, –entregados a Baradère en México en
así como en ciertos rasgos del diseño de
en un “objeto” que ha pasado a formar 1828 por Isidro Icaza– es obra colectiva
los objetos, la que me ha hecho dudar
parte de un “inventario de posesiones” de varios autores franceses, expertos
de que fuese el autor de esta “copia”. El
que tiene como finalidad ofrecer claves en la técnica de la litografía. La obra
“artista de Sevilla” –permítanme que por
“seguras” para la reconstrucción de la de Baradère aspiraba en conjunto a
ahora lo identifique así–, parece ser un
historia del “Nuevo Mundo” antes de convertirse en un referente fundamen-
artista mejor dotado técnicamente que
la llegada de los españoles a América. tal para el reconocimiento universal de
el confirmado Castañeda del manuscrito
En ese sentido, para “representarlo”, y la anticuaria mexicana, naturalmente
de la Biblioteca Nacional de Madrid; y,
“presentarlo” como un objeto antiguo marcado por la impronta francesa. Así
es un poco dudoso aunque no del todo
y respetable (que forma parte de esa se precisa en los preliminares, según
descartado, que Castañeda hubiese
“historia antigua” desconocida pero en afirmaba su editor en la dedicación de superado sus deficiencias como dibujante
proceso de revelarse), se debe presen- la obra al Congreso de la Federación en el manuscrito de Sevilla. El “artista de
tar visualmente en “medida” y “propor- Mexicana: “[…] América no tiene nada Sevilla” es un artista más hábil, menos naif
ción”; describir con detalle su “figura” y que envidiar al resto de la tierra […] a de cómo lo consideró Farcy en la edición
su “forma” –estableciendo elementos de los monumentos de Egipto y la India, de Baradère (Baradère, 1844: XIII), y más
auxilio visual, como “escalas” que nos y pronto llegarán a verse las relaciones versado en los secretos de la perspectiva
ofrezcan una idea más o menos precisa que deben existir entre todos los miem- de lo que es el artista del manuscrito de la
de su tamaño y ubicación–, o al menos bros de la familia humana, de la que Biblioteca Nacional de Madrid y también el
las formas de su estructura. México fue separada por demasiado autor del manuscrito del Museo Naval.
Por el contrario, la intención de la tiempo” (Baradère, 1844)48. 42
Con respecto al texto de la cartela, éste
edición inglesa (y también lo será en En este sentido quería dejar claro recoge sin duda la tradición anticuaria
el caso de la edición francesa) es la de Baradère que su edición –incluso en española desarrollada por Antonio de
confeccionar una imagen que “repre- cuanto al carácter de las imágenes que Ulloa, para quien la anticuaria americana
sente” un “hallazgo”: es decir, se repre- reproducía– constituía la obra más com- tenía un interés especial. Incluyamos aquí
senta el objeto, hasta entonces descono- pleta de cuantas se habían realizado las palabras del navegante y coleccionista
cido y lejano, como un objeto fascinante hasta el momento. A eso se dirigían cui- español al respecto, que se asemejan muy
y novedoso. Imágenes imperiales, pro- dadosamente los comentarios introduc- mucho a lo que aparece en la cartela de la
ducto de la “mirada del explorador torios de parte de Charles Farsi y el aval primera imagen que sirve como frontispicio
europeo”, que se adentra por mundos por escrito de Humboldt; el estudio en de la expedición de Dupaix y Castañeda:
lejanos en busca del “hallazgo extraor- paralelo entre el mundo egipcio, indio “[…] las memorias de la antigüedad son
dinario”. Y que, a cada nuevo descubri- y americano realizado por Alexandre las demostraciones verídicas de lo que
miento que se produce en el paisaje, Lenoir; la investigación sobre los orí- fueron las gentes en los tiempos a que se
resulta ser un descubrimiento único, genes del hombre americano realizado refieren. Por ellas viene a averiguarse lo que
excepcional y fascinante. por el Sr. Warden –antiguo cónsul gene- alcanzaron, el modo en que se manejaron,
La mirada de Castañeda no tiene ral de los Estados Unidos y miembro de su gobierno y economía; y a este respecto
nada de fascinante. Su visión y represen- la Real Sociedad de Anticuarios France- lo que han adelantado o perdido, lo
tación de los monumentos, de las piezas ses–; la inclusión de algunos textos del numeroso de sus gentes, la industria, el
encontradas a lo largo del viaje, consta- viaje de Chateaubriand por América; de valor y las máximas de manejarse: sin los
tan e inventarían las obras, los objetos de Antonio del Río a Palenque (publicados monumentos, que sin embargo de la ruina
un mundo con herencias propias y que en Londres, 1822), etc. Todos ellos se de los tiempos se conservan en alguna
“justifica” la existencia de un patrimo- incluyeron como referentes de una edi- parte, no habría documentos formales de
nio cultural. Es esta “apropiación” visual ción inigualable, en un momento his- donde inferirlo” (Ciudad, A. y Iglesias, M.ª
de algo considerado ya patrimonio, lo tórico que Francia –junto con Inglate- J., 2005: 232). Texto tomado de Noticias
que hasta cierto punto hace “familiar”, rra– aspiraba a ser la primera potencia americanas (Madrid, 1772).
“cotidiano”, lo “no estudiado”. En suma, en ocupar un lugar fundamental como 43
Comparativamente, en la mayor parte de las
imágenes de inventario; imágenes para difusora del mundo antiguo americano, expediciones españolas realizadas durante
intención de convertirse en un instrumento sí estuvo sobre el terreno varios años), indígena mexicano desaparecido, enten-
de una “imaginación fascinada”. ¿qué se podía esperar de unos artis- didos taxonómicamente como antigüe-
47
Un ejemplar de esta edición se puede tas franceses que jamás habían pisado dades, y realizados por una expedición
consultar en la Biblioteca Nacional de aquellos lejanos parajes, y cuyo cono- que actúa por encargo de la Corona
Madrid. Los dos volúmenes de los que cimiento personal procedía solamente española. Las imágenes de esos objetos
consta la edición aparecen con fechas de los “curiosos dibujos” de un artista y monumentos se convierten, a su vez,
diferentes: el volumen con las láminas, mexicano, también para ellos desco- en objetos preciados de alto valor en sí
el número dos, aparece con la fecha de nocido? Por ello, el problema de la mismo, tanto estético (objetos artísticos)
1834; mientras que el volumen uno, con representación de lo “que” era correcto como científico (antigüedades).
los textos de Dupaix aparece con la fecha e incorrecto, científico o no científico Asimismo, y en relación con aque-
de 1844. Josefina Palop y Alejandro Cerdá representar, sólo era posible superarlo lla realidad americana que pretende
ya hicieron observación de este detalle, a partir del mismo momento en que significar, las imágenes se presentan
señalando que les parece que la fecha del se decidía “cómo hacerlo”. Pero para en “lugar de”, como un duplicado de
volumen de los textos “sea producto de una ello, todo editor necesitaba el respaldo, “aquello otro” que Dupaix y Castañeda
errata de impresión, aunque este extremo lo más amplio posible, de la “comuni- han vivido y visto. En este sentido, son
no ha podido ser confirmado” (Palop y dad de sabios”. Y de ello Baradère era imágenes que también “son ello”, por
Cerdá, 1997: 137) consciente, tal y como había diseñado seguir aquí con la argumentación de la
48
“[…] l’ Amérique n’a rien à envier au su obra con ayuda de las certificacio- semiótica de Peirce, 1965-1966, y Eco,
reste de la terre [rivalizando con los más nes y avales que mostraba. A fin de 1990, dado que toda imagen es, a su
célebres] monuments de l’Egypte et de cuentas, lo que se estaba estableciendo vez, “referencia” y “significación” de ella
L’Inde, et hâteront les rapports qui doivent para un público europeo, más allá de misma y de otras: se parte de ellas en
exister entre tous les membres de la la validez o no de los dibujos de Casta- tanto objetos, y culminan en ellas en
famille humaine de laquelle le Mexique ñeda, era la construcción de un nuevo tanto que mundo construido o signifi-
fut trop long-temps séparé”. Es curioso ideario para referirse a otro pueblo no cado.
que para probar esta conexión universal occidental; el “cómo ver” y “cómo debía En segundo lugar: “¿quiénes divul-
de México, negada supuestamente por el ser representado” la herencia americana gan y cómo?” Quienes divulgan, prefe-
imperio hispano, se acuda a un documento del indio americano. Y en este proceso rentemente, son ahora autores ingleses
colonial de esa procedencia. ¿No será la competencia directa con Francia ya y franceses. España, siendo la nación
por esa evidencia –imposible de tapar– no era España ni tampoco las naciones que “inaugura” –por así decir– en el
que la iniciativa francesa requiere cierta americanas, que a la postre se conver- caso maya, este proceso de conoci-
originalidad, cierta “plusvalía”, y que la tirían en consumidoras de lo que los miento sobre el antiguo mundo mexi-
Sociéte de Géographie de Paris haya europeos –especialmente franceses e cano y americano, quedará relegada
convocado por varios años un premio ingleses52/53– “decidiesen mostrar” como durante el siglo XIX a un papel secun-
prestigioso (uno de cuyos convocantes tal. La competencia por la hegemonía dario. Lo mismo ocurrirá con las nacio-
participa en esta edición de Baradère, Mr. de la divulgación de ese “americanismo” nes independientes hispanoamericanas,
Warden), que nunca se pudo conceder era Inglaterra. Y la suerte de sus prime- quienes se convertirán posteriormente
plenamente? ros pasos americanistas, de sus primeros en un continuado campo de explora-
49
Para calibrar la importancia del orientalismo momentos de gloria simbólica y global, ciones de viajeros franceses e ingleses
sobre el americanismo francés, cf. también se decidía no sobre control del terreno (todas subrayan la novedad del fenó-
el ensayo inédito de Nadia Prevost, “El selvático de Palenque –en ese mundo meno de apertura territorial del Nuevo
papel equívoco de los textos escritos en el desconocido de Mesoamérica– sino en Mundo a los europeos, que se inaugura
americanismo francés, o las modalidades el control de la divulgación del mismo con la excepcional permisividad infor-
de la ciencia etnográfica en búsqueda de a través de la imagen impresa de este mativa ofrecida por la Corona española
su cientificidad (1850-1895)”, a publicar en mundo. a Alexander con Humboldt). Y más
Pino, F. del y Riviale, P. (2009): Entre textos e aún, ocurre esta revolución imaginativa
imágene: Representaciones antropologicas delante de los estadounidenses, quienes
de la América Indígena. CSIC, Madrid. Fue realizarán su propia reinterpretación
presentado al LII Congreso Internacional de
VIII. A modo del fenómeno, ofreciendo al mundo
Americanistas (Sevilla, en julio del 2005). de conclusión dialogante visiones y explicaciones distintas sobre
50
Es precisamente este carácter de la el origen de sus propias realidades
luminosidad, del uso medido de los Para finalizar, quisiera detenerme bre- arqueológicas, con claros matices com-
contrastes clarooscuristas, el aspecto más vemente en algunas cuestiones que me parativos con otros mundos antiguos
diferenciador con la edición inglesa. En este parecen importantes dejar planteadas, dentro de un contexto americanista en
sentido, si bien ambas imágenes comparten a la vista del análisis comparativo que construcción.
un cierto gusto por la estética “pintoresca”, hemos realizado en este texto. El americanismo decimonónico ori-
las imágenes francesas “huyen” de los En primer lugar, debemos pregun- ginario situó a la América precolombina
efectos luminosos que ofrecen tosquedad tarnos: “¿qué se divulga?” Se divulgan en el contexto de los discursos culturales
a las figuras y se consagran en detallar imágenes y textos escritos respecto de ajenos, inevitablemente “eurocentristas”.
la forma de las piedras, las oquedades objetos y monumentos de un mundo Haciendo de sus hallazgos una cues-
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Resumen Abstract
La serpiente de fuego es conocida en el The xiuhcóatl is the Nahuatl name of
mundo prehispánico de Mesoamérica the well known “Fire Serpent” of the
con el nombre náhuatl de xiuhcóatl. Sin prehispanic Mesoamerican culture.
embargo, forma parte de un complejo Nonetheless, the Fire Serpent belongs
simbólico que tuvo una distribución to a symbolic complex with an exten-
más amplia. En la Mixteca antigua se le sive distribution in other regions of
conoce como yahui y es a través de los Mexico. In the ancient Mixteca it is
códices y de la iconografía, principal- known as yahui, and it is through
mente, como podemos tener acceso a the iconography and the codices that
su significado y al profundo simbolismo shows its deep symbolism, which
que aún hoy en día mantiene en diversas nowadays remains in several Mixtec
comunidades mixtecas. El yahui forma communities. The yahui belongs to
parte de la religión y de un sistema de the Mixtec religion and a system of
creencias todavía poco trabajadas en esta beliefs poorly studied in this part of
porción del sur de México. the South of Mexico
Palabras clave: Mixteca, códices, Keywords: Mixteca, codices, fire ser-
serpiente de fuego, yahui, xiuhcóatl, pent, yahui, xiuhcoatl, nagualism.
nagualismo.
De esta manera, para los mexicas significa “su doble: una serpiente de
la xiuhcóatl era el arma letal de Huitzi- turquesa”, esto es, que el término alude
lopochtli, que parece contrastar con la indudablemente al concepto de nahua-
imagen del animal fantástico que hemos lli que tratamos anteriormente. No sola-
analizado en los códices mixtecos. Sin mente la xiuhcóatl aparece como el
embargo, la figura del dragón a la que nagual del dios del fuego, sino también
hicimos referencia, sí se encuentra en de Huitzilopochtli, pues en las imágenes
muchas imágenes del mundo mexica. y textos de los Primeros Memoriales tam-
Efectivamente, la gran cabeza de ser- bién se encuentra la serpiente de fuego
piente con fauces del monstruo de la acompañando a la deidad patrona de los
tierra y cuya mandíbula se alarga hacia mexicas (véase fig. 4).
la parte de arriba, la hemos encontrado En la Historia general Sahagún (2002,
en diversos códices como el Borbónico, lib. I: 69) claramente menciona la facul-
el Vaticano A-Ríos, el Telleriano-Remen- tad de transformación que tenía Huitzi-
sis y en la Piedra del Sol, junto con otros lopochtli pues lo califica de “nigromán-
monolitos que sobrevivieron a la con- tico o embaidor, que se transformaba en
quista española como el relieve conser- figura de diversas aves y bestias”.
vado en el Museo Británico (fig. 5). De esta manera, el poder de trans-
Los ejemplos del Códice Borbó- figurarse en otros seres, sobre todo Figura 5. Relieve de piedra de una serpiente de
nico (1991) son muy claros, pues en la animales, era una de las características fuego. Pieza del Museo Británico de Londres.
página 20 (fig. 6) se observa la cabeza inmanentes de Huitzilopochtli, por lo
de serpiente con la mandíbula superior que la práctica nagualística de la dei-
alargada en forma semirredondeada y dad era parte de su esencia. Aunque
con un grupo de ojos estelares sobre las fuentes que hemos consultado no lo
la encía del animal. Además, el cuerpo dicen expresamente, es muy probable
de la xiuhcóatl está compuesto de tres que el arma conocida como xiuhcóatl
diseños rectangulares o trapezoidales haya experimentado la posesión com-
que terminan con la punta en forma de pleta de la deidad, pues si recordamos
rayo o trapecio. Esta serpiente de fuego los textos indígenas del Códice Floren-
está colocada en la nuca y espalda del tino, en el enorme dardo estaba “colo-
dios Xiuhtecuhtli como parte de su ves- cada la voluntad de Huitzilopochtli” por
timenta o atavíos que lo identifican. lo que, al parecer, ambas entidades fue-
Otras láminas del Códice Borbónico ron consideradas una misma cosa.
(1991: 9, 22, 23, 26, etc.) muestran a Es posible, entonces, que la práctica
la serpiente de fuego acompañando a del nagualismo ejercida por la deidad
Tezcatlipoca pero, sobre todo, a Xiuhte- no haya sido únicamente para tomar la
cuhtli, señor del fuego. Estas imágenes forma de algunos animales, sino tam-
coinciden con los datos de Sahagún, bién para introducirse en varios objetos,
pues de acuerdo con el franciscano la en este caso, en un arma que se conver-
figura del dios del fuego tenía a cues- tía en una xiuhcóatl. Figura 6. Serpiente de fuego en la espalda y nuca
tas “un plumaje hecho a manera de Un ejemplo que parece mostrarnos del dios Xiuhtecuhtli (Códice Borbónico, 1991: 20).
una cabeza de un dragón, labrado de la transfiguración de las deidades en
plumas amarillas, con unos caracolitos una serpiente de fuego, se observa cla-
mariscos” (Sahagún, 2002, lib. I: 89). ramente en la denominada Piedra del
La descripción de Sahagún de la Sol. En este conocido monolito se hallan
serpiente de fuego como un dragón, en bajo relieve dos gigantescas serpien-
nos corrobora la idea de que se trata tes de fuego que enmarcan el perímetro
del mismo ser fantástico analizado en de la piedra circular. Ambos cuerpos de
los códices mixtecos pero, sobre todo, la serpiente rodean al gran disco solar,
nos llama la atención la designación cuyas cabezas se colocan una frente a
que el fraile registró en los Primeros la otra en la parte inferior de la piedra.
Memoriales. En dicho documento, Saha- Las dos enormes fauces de las serpien-
gún señala que uno de los atavíos de tes de fuego muestran su mandíbula
Xiuhtecuhtli es el xiuhcoanaual, que superior alargada y redondeada en
se encuentra dibujado precisamente forma de rosca, tienen grandes dientes
como una gran cabeza de serpiente y colmillos además del colmillo curvado
cuya trompa se levanta en la parte en la comisura de la boca. El cuerpo
superior (fig. 7). Según la traducción de de las serpientes está conformado por Figura 7. La Xiuhcóatl como atavío del dios Xiuhtecu-
León-Portilla (1958: 126) xiuhcoanaual once diseños rectangulares colocados htli-Ixcozauhqui (Primeros Memoriales, 1993: 262v).
a modo de cadena en cuyos interiores de pectoral de concha colocado en la con la imagen de este animal fantástico.
están elementos flamígeros. Las colas cabeza del animal (véase fig. 6). Se trata de la entrada “cometa errática
de ambas serpientes terminan en forma Estos elementos, que difieren en que corre” concepto que el fraile domi-
de rayo o trapecio de las que parecen ambas tradiciones, nos muestran distin- nico registró como yahuinduvua (Alva-
salir unas bandas rectangulares (Matos tas concepciones sobre un mismo ser rado, 1962: 49v). Esta noción coincide
y Solís, 2004). De las fauces de las ser- fantástico al que se le añadieron nuevos con el término xiuitl anotado por fray
pientes de fuego se asoman dos rostros símbolos bajo perspectivas particulares. Alonso de Molina para “año, cometa,
humanos con las bocas abiertas cuyas Para los mixtecos, la serpiente de turquesa y hierba” (Molina 2001: 159v).
lenguas terminan en forma de cuchillos fuego o xiuhcóatl no fue un arma pode- Si la glosa xiuitl significa también
de pedernal. rosa de alguna deidad, sino que aparece cometa, entonces, la palabra xiuh-
Es muy probable que, en este con- como un nombre personal o sobrenom- cóatl de los nahuas sería la “serpiente-
texto, las serpientes estén estrechamente bre de numerosos gobernantes; también cometa” y el yahui de los mixtecos tam-
relacionadas con el Sol y podrían, quizá, la hemos encontrado como un título o bién simbolizaría un cometa dibujado
simbolizar los rayos o el fuego del Sol. cargo sacerdotal que podía ser desem- en la forma de nuestro animal fantás-
Los rostros que aparecen en las fauces, peñado por algunos soberanos; incluso, tico. No obstante, reconocemos que este
tal vez, representen a las dos deidades parece haber sido objeto de culto nombre no se encuentra bien documen-
mexicas que podían transfigurarse en debido a la dedicación que se le hace tado en las fuentes, ya que Sahagún, por
una serpiente de fuego, Huitzilopochtli en un templo; finalmente, la serpiente ejemplo, da el término bien conocido
y Xiuhtecuhtli, cuyo poder nagualístico de fuego llegó a ser una de las entidades de citlalpopoca, “estrella que humea”
hemos podido cotejar en las fuentes. favoritas para tomar su forma por parte a los cometas. Incluso, en el Vocabu-
Por lo tanto, es posible que para los de los naguales o de aquellos que prac- lario de Alvarado (1962: 49v) “cometa
mexicas la serpiente de fuego o xiuh- ticaban el nagualismo. encendida” se escribe como teñooyoca-
cóatl haya representado el fuego solar o En primer lugar, el nombre mixteco nañuma, que significa “estrella que saca
los rayos del sol que tomaban la forma de la serpiente de fuego es yahui o yaui, humo”.
de un animal fantástico al momento en vocablo que fue identificado por Mary Pero nos llama también la atención
que descendían del cielo a la tierra. Tam- Elizabeth Smith (1973: 62) al realizar la que Molina (2001: 27v) mencione que
bién, la xiuhcóatl fue concebida como paleografía de las glosas escritas en los “cometa grande o gran llama” es xiuitl
un arma, la más poderosa de todas, que códices Muro y Sánchez Solís. en náhuatl; de la misma forma que
podía recibir la posesión de Huitzilopo- La palabra yahui no tiene el mismo yahuinduvua es “cometa y flecha” en el
chtli en forma de nagual para colocar en significado que el de la xiuhcóatl o “ser- mixteco de Alvarado (1962: 49v y 111v).
ella su voluntad. piente de turquesa” para los nahuas, Si, efectivamente, la serpiente de
No obstante, estas características pues el término parece señalar el nom- fuego es una representación simbólica
observadas entre los mexicas, no pare- bre o apelativo de un tipo de mago o de un cometa, entonces el nombre adju-
cen coincidir con las creencias de los chamán que existía entre los mixtecos. dicado por algunos magos al yahui,
mixtecos que quedaron plasmadas en En efecto, Smith (1973: 63) encon- indudablemente refiere a este astro
los códices. Efectivamente, desde los tró que en el diccionario de Alvarado luminoso bien conocido por los anti-
elementos iconográficos y hasta el signi- (1962) la entrada para “hechizero, otro guos mesoamericanos. Pero el problema
ficado mismo de la serpiente, los grupos embaidor que por los ayres bolava”, es es que tenemos pocos datos para cercio-
mixtecos parecen haber desarrollado su yahui, yaha yahui, que parece referir al rarnos sobre el significado que los pro-
propio complejo simbólico en torno a nombre de una clase específica de mago pios mixtecos daban al nombre yahui o
este peculiar animal. que tenía la facultad de poder volar. a la imagen del dragón-animal fantástico
Este nombre registrado por Alvarado que hemos analizado.
coincide con otro que se encuentra en Por lo pronto, vamos a explorar la
IV. El yahui como nagual la gramática de Antonio de los Reyes noción de yahui como un apelativo
(1976: 79), pues el dominico señala en o nombre de una clase de mago cuya
Iconográficamente, la serpiente de su lista de los nombres reverenciales característica principal es la transfigura-
fuego mexica se distingue de la mix- que “Nigromántico señor” se dice (entre ción o la práctica nagualística.
teca en algunos rasgos; por ejemplo, otros vocablos), yaha yavui. Si bien, existen en los códices mix-
en la trompa redondeada de la ser- Sin embargo, en ninguna de estas tecos numerosos señores y gobernantes
piente mexica se encuentran sobre la fuentes fundamentales para estudiar la con el sobrenombre de yahui, enton-
encía numerosos círculos u ojos que lengua mixteca del siglo XVI se puede ces creo que podemos pensar que para
representan estrellas. La cola termina en hallar el significado preciso de la pala- ellos dicho término evocaba a una enti-
una especie de punta o rayo-trapecio a bra yahui, que indudablemente refiere, dad más de su amplia cosmovisión. El
diferencia del cuchillo de pedernal que como lo demostró Smith, a la imagen nombre personal de yahui fue tan recu-
remata en la cola del animal en la mayo- de la serpiente de fuego que se conoció rrido y solicitado como los sobrenom-
ría de las representaciones mixtecas. Por entre los nahuas como xiuhcóatl. bres de jaguar, águila, coyote, quetzal y
último, en las imágenes de xiuhcóatl Únicamente he encontrado una refe- serpiente que ilustran abundantemente
en el Códice Borbónico (1991) aparece rencia en el propio Vocabulario de Alva- las denominaciones dadas a los gober-
un tipo de tocado o yelmo en forma rado que, quizá, pudiera relacionarse nantes a lo largo de los códices.
Figura 11. Captura de 4 Viento y su transformación en una lagartija (Códice Bodley, 1960: 33-III).
la lluvia lleva sobre su nariz un cuchi- tienen la facultad de transfigurarse en facultad de practicar el nagualismo en
llo de pedernal semejante al icono del otros seres, no es exclusiva de la Mix- situaciones que para ellos eran necesa-
yahui que ya conocemos, además de teca. Entre los quichés, por ejemplo, es rias. Es probable que el señor mixteco 4
estar acompañado del nombre 4 Viento bien conocido el pasaje del Popol Vuh Viento haya tenido que echar mano de
(véase fig. 10). Pensamos, de este modo, (2002: 125) que habla del señor Gucu- su habilidad para transformarse en otros
que el señor 4 Viento se convirtió en matz como un rey prodigioso que tenía seres y poder escapar así de sus enemi-
una especie de iguana o lagartija para el poder de subir siete días al cielo y gos que amenazaban con matarlo. Pero
escapar de las manos de 4 Jaguar, pues descender después a Xibalbá, y por una vez que se vio librado de tales peli-
la relación entre el nombre calendárico períodos de siete días cada uno se con- gros, pudo convertirse en un poderoso
y el animal representado en el códice es vertía en culebra, en águila, en jaguar y soberano cuyas facultades de transfigu-
tan estrecha que el signo del día parece en sangre coagulada (Garza, 1987: 198). ración seguramente le sirvieron como
referirse directamente a la iguana. O también el muy famoso pasaje del rey arma política y le ayudaron a legitimar
En otro de los pasajes de esta histo- Tzutzumatzin de Coyoacán cuyos asom- su nueva posición.
ria, 4 Viento huye de 4 Jaguar y parece brosos poderes nagualísticos espanta- Ya habíamos señalado, al principio
que se convierte en otro tipo de lagar- ron a los emisarios de Ahuitzotl. Según del apartado, que buscaríamos los ele-
tija que se sube a un árbol arriba de un refiere fray Diego Durán (2002 I: 427- mentos iconográficos que pudieran dar-
templo. El nombre de 4 Viento, que se 433), el rey Tzutzumatzin de Coyoacán nos alguna luz sobre la manera en que
encuentra a la derecha del animal, está sabía “artes mágicas y hechicerías”, y se presenta el fenómeno del nagualismo
unido por medio de un lazo gráfico a la como “brujo” realizó algunos encan- en los códices mixtecos. Pues bien, el
cola de la lagartija que está subida en tamientos que puso en práctica contra caso del señor 4 Viento que acabamos
el tronco del árbol. A pesar de que la los enviados de Ahuitzotl que iban a de analizar creo que es bastante ilustra-
línea negra está borrada en la escalinata ahorcarlo por su desobediencia ante el tivo, pero no es el único. En efecto, si
del templo, parece ser que sí existió una Huey tlahtoani mexica. El señor Tzutzu- alguno de los gobernantes que osten-
sola línea, lo que comprobaría la trans- matzin puso gran resistencia a su cap- taba el nombre de Yahui desde su naci-
formación de 4 Viento en otro animal tura al transformarse en águila, jaguar, miento implicaba su predisposición
(fig. 11). serpiente y llamaradas de fuego, que o facultad innata al nagualismo, ¿qué
Reconocemos el carácter meramente evitaron momentáneamente su sacrifi- sucedía con aquellos dignatarios que no
hipotético de la serie de lecturas que cio. Sin embargo, Ahuitzotl lo amenazó habían recibido este sobrenombre? ¿Era
hemos ofrecido en la vida de 4 Viento, con atacar su ciudad y devastar a toda la posible que ellos también practicaran el
pero al menos dejamos constancia de población si no se entregaba. Tzutzuma- nagualismo? Según la información ver-
la relación que bien pudo existir entre tzin finalmente se dejó ahorcar por los tida en los códices esto parece que sí.
los gobernantes que llevaban el nombre mexicanos pero profetizó una enorme Es decir, es factible pensar que a través
de yahui y su posible implicación con inundación que destruiría a la ciudad de del aprendizaje y los rituales ascéticos,
alguna práctica nagualística. México. el gobernante haya llegado a dominar la
Esta descripción que aparece en De esta manera, podemos apreciar práctica del nagualismo que le era nece-
los códices acerca de gobernantes que cómo algunos gobernantes tuvieron la saria para adquirir el poder.
adicionales los apelativos yaha yahui, El señor 4 Viento había nacido bajo este
pues a un lado de la banda celeste, sobrenombre, razón por la cual podía
están dibujados sobre dos vasijas las transformarse en cualquier animal y en
figuras de un águila y un yahui con las cualquier objeto.
características añadidas del caparazón En el caso de los individuos que no
de tortuga. Además, unidos por medio habían nacido con el nombre de yahui,
de una línea o lazo gráfico, están rela- llegaban a adquirirlo tras una prepa-
cionados un cuchillo de pedernal, una ración especial, al término de la cual
soga y una mano, que probablemente podían adoptar la forma de la propia
evocan el significado de sacrificio. Otra serpiente de fuego o de cualquier otro
representación de un yahui con conno- animal. Tal es el caso precisamente del
taciones sacrificiales (fig. 16), aparece señor 9 Flor “Flecha-Copal”, hermano
en la página 19 del Códice Nuttall (2008) de 8-Venado, quien podía convertirse
en la que un individuo ataviado con los también en una serpiente, según se
Figura 16. Personaje ataviado de yahui atravesando
iconos ya conocidos y con un capara- observa en el Códice Bodley (1960), una formación rocosa (Códice Nuttall, 2008: 19b).
zón de tortuga sostiene dos cuchillos de página 12-IV, en el que recibe de manos
pedernal en el momento de atravesar de la señora 10 Zopilote un corazón
una formación rocosa. para alimentarse (fig. 18).
Escenas de personajes que se intro- El caso del señor 8 Venado es tam-
ducen en cuevas o penetran en peñas bién muy sintomático, pues se trata
y acantilados se encuentran en otros de un individuo que no pertenecía al
manuscritos como el Vindobonen- linaje real de Tilantongo, ni era des-
sis (1974) y el Rollo Selden (1955) que cendiente por línea directa de los anti-
muestran la figura de un sacerdote guos fundadores de la dinastía, por lo
yahui en su ascenso y descenso de la que, para poder tener acceso al trono
tierra al inframundo con cuchillos de vacante de Tilantongo, tuvo que realizar
pedernal en sus manos (fig. 17). una serie de rituales y actos de guerra
Esta interesante asociación del yahui con los cuales podía respaldar su legiti-
con cuevas y piedras llevó a Maarten mación para convertirse en gobernante.
Jansen (1997: 88) a pensar que se tra- Es por eso que vemos a 8 Venado en
taba de un ritual específico o una expe- constantes ritos y prácticas sacerdotales Figura 17. Sacerdote-yahui que entra y sale del monte
de las Siete Cuevas (Rollo Selden 1955: lámina II).
riencia visionaria que se realizaba en para llegar a ser un hombre sacralizado.
fechas asociadas a los días 6-Zopilote y Lo vemos así entrando en cuevas, rea-
7-Movimiento, de manera que para este lizando ofrendas, visitando deidades y,
autor ( Jansen 1997: 76) el yahui es un sobre todo, tomando el cargo de sacer-
símbolo general del poder nagualista dote sacrificador para poder adquirir el
del sacerdote y que hoy en día se le nombre de yaha yahui que le permitía
identifica con las bolas de lumbre que transfigurarse en cualquier ser o fenó-
vuelan por los aires, cuya facultad de meno natural (fig. 19).
perforar paredes de piedra es un poder Las representaciones de sacerdo-
especial para penetrar con la vista las tes-sacrificadores en los códices son
superficies duras y ver hacia adentro de numerosas. Estos personajes aparecen Figura 18. Transformación de 9 Flor en serpiente
montes, casas, etc. completamente pintados de negro lle- (Códice Bodley, 1960: 12-IV).
Si bien, son muy innovadoras las vando sobre sus espaldas u hombros
propuestas de Jansen sobre el signifi- un anillo del que cuelga el cuchillo de
cado del yahui para los mixtecos, cree- pedernal con volutas o “cola de yahui”
mos, por otro lado, que el complejo (fig. 20). Ellos suelen realizar una gran
simbólico es mucho más rico y signi- diversidad de actividades sacerdotales
ficativo según la información analizada tales como entregar ofrendas, quemar
en los códices. El hecho de que los tabaco, sacrificar codornices y otros
yahui aparezcan entrando en cuevas o animales, encender fuego, llevar hojas
montañas quizá refiere al dato expre- de abeto y, sobre todo en un grado o
sado por Alejandra Cruz (1998: 85), en nivel superior, ejecutar los sacrificios
que los lugares que ocupan los brujos humanos. Por esto pensamos, regre-
para transformarse son precisamente las sando a la vida de 8 Venado, que este
cuevas. Ya vimos, por ejemplo, que el personaje tuvo que pasar por una serie
nombre de yahui refiere a un apelativo de iniciaciones antes de convertirse en
de un tipo de mago o chamán que tenía gobernante y legitimar su posición ante Figura 19. 8 Venado “Garra de Jaguar” como
la facultad de transfigurarse en otro ser. los dioses. yaha-yahui (Códice Nuttall, 2006: 44-III).
actividad del yahui nos recuerda a los 3. Como sobrenombre o nombre per- los mixtecos prehispánicos y descubrir la
primeros gobernantes quichés según el sonal de un gobernante que nacía con la forma en cómo se representaban, esto es,
Título de Totonicapán (1983: 177-178), facultad de transfigurarse. Es muy proba- que el nagualismo era una práctica llevada
pues eran tanto jefes políticos como ble que todo aquel gobernante que tuviera a cabo por sacerdotes y gobernantes en
sacerdotes. De acuerdo con este texto como sobrenombre un yahui, le fuera los que, al parecer, ocurría una transforma-
Balam Q’uitsé, Balam Ak’ab, Majucotaj natural la capacidad innata de practicar el ción completa del individuo en otro ser o
e Iquí Balam son señalados como sacri- nagualismo y llegar a convertirse en cual- en la que también únicamente se revestía
ficadores y grandes naguales, por lo que quier animal o fenómeno de la naturaleza. de la piel de ese ser sin llegar a perder del
seguramente entre los mixtecos exis- En suma, creo que a través de la ico- todo su forma humana. Pero serán nece-
tieron varios gobernantes que llegaron nografía y de los datos provenientes de los sarias muchas más investigaciones sobre
a desempeñar también la función de códices, es posible percibir los elementos esta materia para llegar a posiciones más
sacerdotes y sacrificadores. que existieron sobre el nagualismo en concluyentes.
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Resumen Abstract
En el presente trabajo se analizarán In this essay a variety of intimately
varios documentos íntimamente rela- related documents will be analized. Due
cionados. Gracias al análisis filológico to a philological and codicological analy-
y codicológico ha podido determinarse sis it has been possible to determine that
que algunos de estos documentos fueron some of these documents are copies that
copias realizadas en la segunda mitad were made in the second half of the 17th
del siglo XVII, a partir de pictografías del C., based on 16th C. or earlier picto-
siglo XVI, o quizás más tempranas. Estas rials. These copies and other unknown
copias, y otros manuscritos que descono- documents were then used to produce
cemos, fueron entonces usados para ela- new documents which are characterized
borar nuevos documentos, los cuales se by historical discourses utterly different
caracterizan por contener unos discursos from that of the 16th C. original texts.
históricos muy alejados de los del siglo These discourses are the result of cer-
XVI. Estos discursos son resultado de tain legitimating objectives of the owners
ciertos objetivos legitimadores por parte of these late 17th C. and early 18th C.
de las personas que tenían en su poder documents: cacique families in the State
estos documentos de fines del siglo XVII of Hidalgo.
y principios del siglo XVIII: familias de Keywords: Philology, codices, coats
caciques del Estado de Hidalgo. of arms, historical reelaboration, falsi-
Palabras clave: filología, códices, fications, Central Mexico.
escudos de armas, reelaboraciones histó-
ricas, falsificaciones, centro de México.
GRUPO IXHUATEPEC
- Plano papel de amate
- Documento de astronomía
- Afirmación parental (Moctezuma II)
- Conquistas de Itzcoatl y Axayacatl Don Pedro
- Guerra de Tenochtitlan contra Tlatelolco (1473) Escudos de armas Escudos de Tetepang
- Gobernantes de Tenochtitlan y Tlatelolco
- Mapa de tierras (Xochimilco)
- Mapa de tierras (Itztapalapa)
- Mapa de tierras (Ixhuatepec) + Carta-reclamo*
Figura 2. a) Aztlan en la Tira de la Peregrinación (facsimilar de la autora); b) Tenochtitlan en el Códice Chavero (Cortesía American Museum
of Natural History Library); c) Aztlán en el Códice Azcatitlan (lám. II) (Cortesía de la BNF).
Figura 7. Escudo de armas otorgado a D. Diego de VI. Los escudos de armas cacicazgo de Tlatelolco. Pero el motivo
Mendoza de Axacuba: a) Escudo del ADA (cortesía de referirme aquí a estos blasones es
del ADA); b) Escudo en la BNAH (Reproducción Entre los documentos tardíos de Tlate- porque el de D. Diego de Mendoza (de
autorizada por el INAH); c) Detalle del Códice lolco tenemos varios escudos de armas. Axacuba) se terminó plasmando en el
Techialoyan García Granados (Reproducción Algunos de ellos están dentro de los Códice Techialoyan García Granados
autorizada por el INAH).
papeles de los descendientes del caci- que luego analizaremos (fig. 7).
que D. Diego de Mendoza, pero otros
están en los legajos de los pretendientes Escudos de nueva creación
a su cacicazgo. Son en total cinco escu-
dos, aunque todos ellos son tardíos y de La temática común de estos escudos va
origen diferente: dos son copias de bla- a ser la guerra que Axayacatl de Teno-
sones del siglo XVI y tres son de nueva chtitlan entabló con Moquihuix de Tlate-
creación. lolco en 1473. Las consecuencias de esta
guerra fueron nefastas para Tlatelolco
Escudos de armas tardíos porque a partir de entonces su casa real
fue apartada del poder y pasó a estar
Las copias que en la segunda mitad bajo el control de los señores de Teno-
25
Es muy probable que el escudo de Axacuba del siglo XVII y primera mitad del siglo chtitlan. Sin embargo, no parece que
lo heredara o usurpara doña Magdalena, que XVIII se hicieron de los escudos de este acontecimiento del pasado fuera
como ya vimos, se decía cacica de Axacuba. armas van también acompañadas de su una desventaja a partir de la segunda
Para el análisis sobre la apropiación indebida correspondiente cédula real, donde se mitad del siglo XVII por sus reiteradas
de estos dos escudos y sus cédulas véase dice que el rey de España le concedía referencias, no sólo en los escudos sino
Castañeda de la Paz (2008a). Los escudos a D. Diego de Mendoza dichos blaso- en los códices analizados.
del siglo XVI se hallan en el Archivo Ducal nes por su participación en la conquista Sea como fuere, en las glosas que
de Alba (en adelante ADA), carpeta 238, de los territorios del norte de la Nueva acompañan a estos blasones se dice que
no 2, doc. 45 y doc. 57. Las copias tardías España. Sin embargo, hoy sabemos que estos escudos fueron otorgados a Mocte-
del primero de estos escudos están en el estos escudos no estaban destinados al zuma II o a su hijo D. Pedro, descendien-
AGN (Tierras, 1586, no 1, f. 1r) y la BNAH (AH, cacique tlatelolca, sino al cacique de tes de Axayacatl. Ahora bien, excepto el
Col. Antig. 223, f. 132r). La reproducción a Axacuba –también llamado D. Diego escudo atribuido a D. Pedro, ninguno
color del escudo del AGN está en Cultura y de Mendoza–, y al cacique de Tlaxcala de los otros está entre los papeles de
derechos. (1997: 99-100). Las del segundo llamado Luca Ponce de León25. Esto los descendientes de Moctezuma II,
escudo se encuentran también en el AGN implica que en algún momento, alguien sino que se encuentran entre los docu-
(Tierras, 1593, no 1, f. 1r) y la BNAH (AH, Col. se apropió de esos escudos, de ahí que mentos de los aspirantes al cacicazgo
Antig. doc. 223, f. 123r). Referencias a la existan reiteradas referencias (incluso tlatelolca. Unos aspirantes que debían
existencia del cacique de Axacuba véase en copias) de la cédula y del escudo mismo conocer el Códice Cozcatzin, o docu-
AGN (Tierras, 2354, exp. 1). entre los papeles relacionados con el mentos similares, de donde tomaron
ciertas imágenes que incorporaron en cipal de estos escudos. Así lo corrobora Figura 8. a) Escudos de armas atribuido a D. Pedro
los distintos cuarteles del escudo, los el sexto cuartel, donde queda patente de Moctezuma (Reproducción autorizada por el
cuales se leerán de izquierda a derecha cómo su pintor se inspiró en el Códice INAH); b) Escudos de los caciques de Tetepango
y de arriba abajo (fig. 8). Cozcatzin, o un documento similar, (Cortesía del AGN).
para dibujar la imagen del nopal ves-
Escudo atribuido a tido, la cual es muy próxima a la del
D. Pedro de Moctezuma (fig. 8a)26 fol. 3v de dicho documento (fig. 9b). El
texto alfabético que acompaña a la ima-
El escudo está dividido en nueve cuar- gen dice que el vestido del nopal era
teles. Los tres de la derecha hacen alu- un traje de guerra (yaotlatqui), como de
sión a Tenochtitlan (cuarteles 3, 6, 9), hecho confirma el Códice Cozcatzin al
mientras que los tres de la izquierda dibujar ese mismo nopal vestido junto
no está muy claro si hacen referencia a a un escudo con flechas (símbolo de
Tlatelolco (cuarteles 1, 4, 7)27. Por esto conquista) y un texto que precisamente
mismo, comenzaremos comentando los habla de las conquistas de Axayacatl. 26
del lado tenochca. En el noveno cuartel, y bajo el nopal, BNAH (Col. Antigua, núm. 196, fojas 313-327).
27
Gracias a su texto alfabético sabe- el tlacuilo pintó un escudo o rodela En los cuarteles centrales (2, 5, 8) están los
mos que lo que se representó en el ter- con la decoración de un brazo del que elementos relacionados con la nobleza.
cer cuartel era un teponaxtle (tipo de cuelga una mano, además de otros ele- En el cuartel 2 una xiuhhuitzolli que ya
tambor) con cacaxtles incrustados, que mentos. El texto dice: “[…] otra rodela parece una tiara de obispo y una corona
quizás hagan referencia a rituales rela- de color leonado guarnecida de cuero real sobre ella. En el 5 está el escudo de los
cionados con la guerra, temática prin- de tigre y oro y en ella un brazo con Moctezuma y en el 8 un león.
Figura 10. Representación de Acamapichtli: a) Códice Azcatitlan (fol. XIV) Figura 11. Representación de Cuacuauhpitzahuac: a) Códice Azcatitlan
(Cortesía de la BNF); b) Códice Techialoyan García Granados (Reproducción (fol. XIII) (Cortesía de la BNF); b) Códice Techialoyan García Granados
autorizada por el INAH). (Reproducción autorizada por el INAH).
VIII. Reflexiones finales Ahora bien, el hecho de que el ama- tir en que, como el análisis filológico ha
nuense de los tres documentos fuera el venido a demostrar, ésta es también una
El presente trabajo demuestra que el arte mismo obligó a realizar un análisis pic- reelaboración histórica tardía.
de escribir y de pintar resurgió con fuerza tográfico que determinara si los códices En un interesante artículo, Stepha-
en el período Colonial Tardío. Todo eran de la segunda mitad del siglo XVI nie Wood (1989: 254-259) identificó a
parece indicar que en la segunda mitad o de la primera mitad del siglo XVII. D. Diego García como el arriero itine-
del siglo XVII ciertas personas pudieron Para ello fue clave el Códice Azcatitlan, rante que pintaba códices techialoyan
acceder a documentos más tempranos el cual ya incluía un discurso histórico por encargo de los pueblos, aunque ya
–algunos de origen tenochca–, los cuales muy característico de los documentos hemos visto que sus padres, D. Roque
se copiaron (Códice Cozcatzin) e incluso de finales del siglo XVII y principios García y D.ª Magdalena de Mendoza, ya
reelaboraron, dándole un nuevo enfoque del siglo XVIII: que el origen del linaje estaban involucrados en el negocio de
a su contenido histórico (Códice Azcatit- de Tenochtitlan y Tlatelolco estaba en hacerse con ciertas pictografías para él
lan). En este proceso, y como aquí se ha el de Tezozomoc de Azcapotzalco. Este argumentar que su esposa, además de
demostrado, los pintores de los códices hecho, que ya se manifestaba abier- cacica de Axacuba, lo era también de
Azcatitlan y Cozcatzin tenían también tamente en pinturas tardías como la Tacuba, Tlatelolco y Azcapotzalco a tra-
consigo manuscritos que hoy no conoce- Genealogía de la familia Mendoza Moc- vés de su parentesco con D. Diego de
mos, de donde se inspiraron y tomaron tezuma, además de la similitud de rasgos Mendoza. Y claro, con los documentos
algunas escenas o detalles iconográficos. entre estas pinturas, me llevó a fechar el que adquirieron, los parientes colatera-
El Códice Ixhuatepec fue obra de un ter- Códice Azcatitlan en la segunda mitad les de ella –también caciques de otros
cer pintor, cuyo trabajo se limitó a copiar del siglo XVII, como un antecedente del pueblos del Estado de Hidalgo– se
el plano de las tierras en Ixhuatepec con- género techialoyan. En consecuencia, el hicieron asimismo otras copias.
tenido en el Códice Cozcatzin, además Códice Cozcatzin y el Códice Ixhuate- Es entonces muy probable que fue-
de la carta de los naturales de la Ciudad pec debían ser del mismo tiempo. ran ellos quienes reelaboraron la docu-
de México contra su gobernador. Pero la máxima expresión a nivel mentación tardía con documentos más
Pero aunque aquí hablamos de tres compositivo se encuentra en el Códice tempranos, actividad con la que luego
pintores diferentes, el estudio de los Techialoyan García Granados, donde prosiguió su hijo. Sus objetivos eran
textos y las glosas de los manuscritos confluyen todos los documentos anali- acceder a los cabildos de varios pueblos
demuestra que el que trabajó en éstas fue zados para este trabajo y, por tanto, el del centro de México, entre ellos Azca-
sólo uno. De esto puede concluirse que discurso anterior. Un discurso que aquí potzalco (trabajo en preparación), pero
los tres códices fueron realizados dentro se sitúa todavía más allá en el tiempo, también convertirse en los poseedores
de un breve períodode tiempo y suge- remontándose al gobierno de Xolotl. No legítimos de varias posesiones territo-
rirse que su propietario fue el mismo, al obstante, el García Granados incluyó riales de los descendientes legítimos de
menos en cierto momento. Sin embargo, un discurso más, en el que tanto insis- D. Diego. Como las tierras representa-
la manipulación de la glosa en el fol. 8v ten los documentos alfabéticos tardíos das en el Grupo Ixhuatepec eran tierras
del Códice Cozcatzin indica, por otro de los archivos: que el cacique tlate- de Tenochtitlan, sus aspiraciones sólo
lado, que el documento llegó a manos lolca D. Diego de Mendoza era hijo de eran viables a través de esa reelabora-
de un descendiente de D. Diego de Men- Cuauhtemoc y D.ª María, hija de Moc- ción histórica. Quizás de ahí la insis-
doza, o incluso a las de algunos de los tezuma II. Asimismo, que la esposa de tencia de representar la guerra de 1473,
caciques del actual Estado de Hidalgo, D. Diego era una principal de Azcapo- mediante la cual Tlatelolco y Tenochtit-
aspirantes al cacicazgo tlatelolca. Como tzalco llamada D.ª Magdalena Cuacuau- lan estuvieron unidas bajo una misma
aquí hemos visto, éstos no sólo se hicie- hpitzahuac. Y aunque la representación corona. Un hecho que luego volvía a
ron con cédulas reales del siglo XVI, sino de todos ellos está en el techialoyan, y ser factible a través de la figura de D.
también con otros papeles que avalaban de manera indirecta en las Genealogías Diego de Mendoza, del que decían que
a los descendientes legítimos en el caci- de los Mendoza Moctezuma (donde las era hijo de padre tenochca-tlatelolca y
cazgo. mujeres están ausentes), hay que insis- madre tenochca.
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Resumen Abstract
Metodología de trabajo Andes Centrales. Muchas de las fluctua- valles desérticos ubicados al occidente
ciones ambientales detectadas para esta (Santa María-Calchaquí). Estos grupos,
Para este trabajo se utilizó información región, en el pasado y en el presente, de mayor complejidad socio-política
paleoambiental previamente publicada responden a cambios y alteraciones en ocuparon gran parte del área, adaptando
y otra especialmente obtenida para el el sistema de circulación océano-atmos- la configuración de sus asentamientos a
mismo; la información analizada se férico imperante (Stine, 1998). Entre las las características particulares de este
obtuvo de una secuencia de muestreos manifestaciones más visibles en el regis- nuevo ambiente.
que involucraron sitios arqueológicos y tro paleoambiental que pueden ser ras- El establecimiento de estos nuevos
perfiles geológicos en sectores represen- treadas, reconocidas y correlacionadas grupos parece sustentarse en conso-
tativos desde el punto de vista ambiental en diferentes regiones del globo, entre nancia con este cambio ambiental en
para el área de estudio. ellas el Noroeste Argentino, se encuen- la necesidad de la explotación directa
Proxy paleoedáficos, paleogeomor- tran algunas como “El Período Húmedo de los recursos del bosque que habrían
fológicos, sedimentológicos y de micro- del Holoceno Tardío”, “La Anomalía disminuido en el valle de Santa María.
fósiles se combinaron conjuntamente Medieval Cálida” y “La Pequeña Edad Trabajos recientes corroboraron la exis-
con la información arqueológica e his- del Hielo”. tencia de amplias redes de circulación
tórica para construir una caracterización de bienes (obsidiana) que vinculan esta
paleoambiental durante los diferentes El Bosque Seco Oriental área, a través del tráfico caravanero, con
momentos del desarrollo cultural del espacios localizados en lugares tan aleja-
área. Los muestreos y descripciones de Para el Bosque Seco Oriental, la ocu- dos como la puna meridional en la Pro-
suelos fueron realizados en los parajes y pación humana reconoce una antigüe- vincia de Catamarca (Caria et. al., 2009).
sitios arqueológicos de Ticucho y Ace- dad de al menos 3.500 años. Desde el Esta interacción, a través del intercambio
quia (Cuenca Tapia-Trancas), El Tolar 3500 AP y hasta el año 1000 AP, los y reciprocidad con ambientes vecinos,
y El Infiernillo (valle intermontano de grupos humanos allí asentados exhibie- constituye una estrategia efectiva para
Tafí) y El Bañado y Encalilla (valle seco ron una economía cazadora-recolectora minimizar el “riesgo” ante situaciones de
de Santa María). con práctica agrícola complementaria y estrés ambiental (Veth, 1993).
Paralelamente se realizó un análisis ocuparon asentamientos pequeños de Explotación directa a través del esta-
de la iconografía de los grupos prehispá- carácter semisedentario localizados pre- blecimiento de “colonias” fuera del área
nicos asentados en el área. Este análisis ferentemente en lomadas (glacís) y terra- nuclear, e intercambio y reciprocidad
puso especial atención en aquellos ele- zas fluviales (Caria, 2007). con grupos establecidos en ambientes
mentos y motivos previamente asocia- Información palinológica y edafoló- próximos, pueden pensarse como estra-
dos en la literatura arqueológica, etno- gica obtenida para el área mostró que en tegias destinadas a superar los inconve-
histórica y folklórica, con fenómenos este lapso –con anterioridad al año 1000 nientes derivados de un medioambiente
de orden ambiental (agua, lluvia, tor- AP– la misma estuvo caracterizada por cambiante (Gómez Augier et. al., 2008a).
mentas, sol, rayos, viento, nubes, etc.), un ambiente de condiciones húmedas
y esto sirvió para establecer relaciones y cálidas como se infiere del espectro El Valle de Tafí
entre símbolos y significados en pers- polínico mayoritariamente perteneciente
pectiva histórica en relación a la temá- a especies arbóreas tales como Schinus, Para el Valle de Tafí observamos una
tica ambiental. Además, se analizaron Prosopis y Acacia, vegetación arbustiva ajustada correlación entre cambios
soportes, contextos de procedencia, y herbácea (Poaceae y Cyperaceae) y ambientales y ocupación humana para
lugares de emplazamiento y posibles a esporas monoletes y triletes (Caria y los últimos 3.000 años. Al igual que en
ceremonias y cultos asociados a estos Garralla, 2003; Caria, 2004, 2007). gran parte de los Andes Meridionales, el
símbolos, buscando entrever elementos Hacia el año 1000 AP, la informa- surgimiento y establecimiento de socie-
indicadores de cambio en la cosmovi- ción paleoambiental sugiere un cambio dades aldeanas de base agrícola en Tafí
sión debido a modificaciones en las importante en las condiciones ambienta- parece estar vinculado al mejoramiento
variables ambientales. Finalmente, se les respecto al momento anterior (Sitio climático. El “Período Húmedo del Holo-
articuló el marco paleoambiental, pre- Ticucho I). Así, los taxas característicos ceno Tardío”, que se extiende entre
viamente establecido por nosotros, con de ambientes húmedos son reemplaza- aproximadamente 3000 AP y el 1200 AP,
los procesos de transformación opera- dos por otros propios de regiones áridas adquiere especial relevancia por su rela-
dos a nivel simbólico. y frías, principalmente vegetación arbus- ción con la expansión de estos grupos
tiva y xerófila. La alta concentración en el ámbito regional. Particularmente
Aspectos paleoambientales de loess en las capas correspondien- ilustrativo de esta relación entre mejora-
identificados para el área tes a este momento enfatiza la idea del miento climático y expansión agrícola es
desarrollo de condiciones ambientales la presencia de un paleosuelo datado en
de estudio más secas y frías respecto al momento 2480 ± 110 AP en el contexto agrario del
Los datos para el área árida de la pro- anterior (Caria y Garralla 2003; Caria, sitio El Tolar (Sampietro, 2002).
vincia de Tucumán y alrededores se 2004). En coincidencia con este cambio Para el Formativo en el sitio Que-
corresponden en líneas generales con ambiental hacia el año 1000 AP, el regis- brada del río de Los Corrales “palaeoen-
la tendencia general climática observada tro arqueológico muestra una marcada vironmental data available for the region,
para otras regiones del NOA y de los influencia de grupos provenientes de los suggest generalized humid conditions,
more appropriated for plant cultivation En el Valle de Santa María las con- como se infiere de los materiales de sus
than those presents today. The existence diciones de aridez habrían comenzado depósitos, hasta alcanzar una morfo-
of great quantity of diatoms in sediments a manifestarse a partir del 1200 AP logía dunaria en superficie que en la
corresponding with those layers rich in (coincidente con el Período Medieval actualidad cubre parcialmente los rema-
phytoliths, hold the idea of this humid Cálido), intensificándose en las centu- nentes de un antiguo bosque de alga-
period since no irrigation structures has rias siguientes, de acuerdo a la descrip- rrobo (prosopis) (Gómez Augier et. al.,
been detected for the site up to the pre- ción y fechados efectuados por Strec- 2008a). Actualmente el Valle presenta
sent” (Gómez Augier et. al., 2008: 64b). ker (1987) en sedimentos de la margen un severo cuadro de deterioro ambien-
Un perfil palinológico asociado al izquierda del río Santa María, en cer- tal resultado de un manejo incorrecto
área mostró que desde el 2000 ± 50 canías de la localidad de El Bañado. El de suelos, agua y vegetación a lo que se
AP y al menos hasta el 875 ± 20 AP se incremento de esta aridez habría oca- ha agregado un incipiente aumento en
encuentra presente polen de especies sionado un drástico cambio en la forma las condiciones de aridez producto del
típicas del bosque montano subtropical, de organización sociopolítica y en la calentamiento global (Gómez Augier y
sugiriendo un cambio en las condicio- esfera económica para el Valle. Surgen Collantes, 2006).
nes frías y secas de la base del perfil así complejas jefaturas que reemplazan
–datadas antes del 2000 AP– por otras las antiguas aldeas familiares, al tiempo Los Valles áridos de La Rioja
mas húmedas (Garralla, 1999). Existe que desarrollan un manejo más inten- y Catamarca
aquí una discrepancia entre los datos sivo de agua y suelo orientado a la pro-
obtenidos para el Valle de Tafí, lo que ducción agrícola a gran escala. Estos González (1998) ha vinculado el
podría deberse a las diferencias topo- cambios han quedado reflejados en el colapso de la entidad sociocultural
gráficas que inciden, e incidieron en el patrón de asentamiento para poblados Aguada con modificaciones en el clima
establecimiento y las características de y tierras de cultivo (Gómez Augier et. regional hacia aproximadamente el 800
las comunidades de plantas y animales al., 2008a). AC. Estos cambios habrían impactado
que pudieron colonizar esos ambientes La ocupación imperial incaica pri- negativamente en el sistema socioeco-
a lo largo del tiempo (Gómez Augier et. mero (siglo XV) y la conquista espa- nómico –principalmente los sistemas
al., 2008a). ñola luego (siglo XVI) interrumpieron hidráulicos– que sustentaba las mani-
A partir del 1200 AP y hasta la definitivamente el desarrollo cultural festaciones a nivel de superestructura
actualidad, en el valle de Tafí, el perfil de los pueblos originarios que sufrie- y que daban coherencia espacial a la
polínico arroja una dominancia de las ron el desarraigo y la ocupación de sus entidad. De acuerdo a González este
especies herbáceas en detrimento de tierras a manos de los invasores. colapso sería correlacionable con even-
las arbóreas y arbustivas sugiriendo una Un clima árido-semiárido estacional- tos similares para otras regiones del
disminución de humedad respecto al mente contrastado, materiales superfi- NOA y los Andes centrales, y podrían
período anterior. Esta situación ambien- ciales altamente susceptibles a la remo- estar causados por un evento como la
tal podría estar vinculada al abandono ción por el viento y el agua, pérdida o Anomalía Medieval Cálida (esto queda-
del Valle por parte de los grupos “Tafí” acentuada disminución de la cobertura ría por ser establecido).
al impactar negativamente en los sis- vegetal natural a causa del desmonte o El caso de Aguada resulta intere-
temas de cultivo (andenes). El registro actividades extractivas diversas, sobre- sante para ilustrar la magnitud de los
arqueológico muestra que el Valle sólo pastoreo, manejo incorrecto del suelo eventos de cambio climático que pue-
vuelve a ser ocupado en forma efectiva y el agua a lo largo de varias centu- den haber operado en la región durante
a partir del año 800-700 AP por grupos rias de ocupación, sumados al desco- el pasado.
procedentes del Valle de Santa María. nocimiento del funcionamiento de las Aguada ha sido definida en el
variables ambientales propias de este pasado, junto con Ciénaga, como “Cul-
El Valle de Santa María ecosistema, generaron un deterioro tura de los Barreales” en virtud de la
progresivo en la vegetación y en los localización más frecuente de los vesti-
Desde el año 4000 AP, hasta el 2500 AP suelos del Valle de Santa María (Gómez gios de sus asentamientos. Analizando
aproximadamente, el Valle habría expe- Augier y Collantes, 2006). los barreales, se puede deducir el reem-
rimentado condiciones de mayor aridez Un perfil analizado y datado en cer- plazo de una morfogénesis de acumu-
como se deduce de la formación de canías de la localidad de Amaicha del lación responsable de la instalación del
costras calcáreas sobre artefactos líticos Valle (sitio Encalilla) corrobora la situa- depósito por una morfogénesis actual
arqueológicos, en equilibrio con condi- ción antes descripta y aporta a este cua- de erosión que conduce a la destruc-
ciones climáticas como las actuales (Gar- dro de deterioro antropogénico el regis- ción de los mismos por acción de las
cía Saleme y Durango, 1985). Posterior- tro de la ocurrencia para el área de La aguas corrientes y de lluvias y, por
mente, la presencia de una capa de arenas Pequeña Edad del Hielo, la que habría ende, el consiguiente deterioro de las
ricas en materia orgánica en las terrazas acentuado el proceso de desertificación instalaciones prehispánicas existentes
de ambas márgenes del río homónimo, en el Valle (Gómez Augier et. al., 2008). sobre ellos. Esto puede corroborarse
datada en 2190 ± 530 AP, confirmaría que La misma ha sido fechada 165 ± 15 AP del examen de diversos sitios arqueo-
el Período Húmedo del Holoceno Tardío ya casi en el techo del perfil coinciden- lógicos. El cambio de un sistema mor-
(más benigno) alcanzó los valles áridos temente con la disminución progre- fogenético por otro es factible asignarlo
del oeste (Strecker, 1987). siva en las condiciones de humedad a un cambio climático (Sayago, 1982).
Hacia el año 800 AP, las condiciones ques (magia y religión) de lo sobrena- artefactos han sido utilizados para plas-
ambientales mejoran sensiblemente y tural tiene tremendas consecuencias marlos: urnas, vasos, vasijas, petroglifos,
los cambios operados en la estructura sociales. El énfasis religioso en el sobre- placas y campanas de metal, entre otros.
social y productiva favorecen ahora un naturalismo conduce a la subordinación Los contextos arqueológicos e históricos
crecimiento demográfico sostenido. Al del pueblo a los dioses y al poder de donde han sido utilizados incluyen “hua-
igual que en el resto del área, surgen los funcionarios del culto: el chamán y cas” y centros ceremoniales, andenes y
verdaderos poblados de características el sacerdote. Algunas religiones organi- campos de cultivos, enterratorios, espa-
semiurbanas y conflictos entre los gru- zadas emplean siempre una cierta canti- cios domésticos y otros destinados a la
pos, que se manifiestan a través de la dad de magia en sus rituales. celebración de festividades.
existencia de grandes asentamientos La cruz. Uno de los símbolos más
fortificados en los cerros y en el acceso Los símbolos del agua recurrentes temporal y espacialmente
a quebradas y gargantas para el control en el Noroeste Argentino árido asociados al agua y a la atmósfera es el
del agua y la tierra (Pucarás). Asimismo, de la cruz. Su utilización como símbolo
pueden observarse enormes necrópolis Reyes (2008) sostiene que la simbólica ligado a estos elementos en el conti-
para la inhumación de infantes, quizás del agua plantea niveles de identifica- nente americano es bien conocida y se
como consecuencia de estos mismos ción e interpretación. La “identificación” encuentra relacionado a deidades como
conflictos (Gómez Augier et. al., 2008a). de los símbolos nos permite reconocer Quetzalcoatl, Tláloc, Atticci, Viracocha,
alusiones a ella –desde referencias evi- Huayrapuca, Gucumaz, Ahulneb, Hura-
dentes y universales como las ondas de cán, Cuculcán y Catequil, entre otros, ya
III. La magia y la religión un río o laguna, las gotas de la lluvia o sea como su atributo, emblema o sím-
los animales acuáticos–, hasta expresio- bolo de la divinidad misma. Este símbolo
en el contexto de las fuerzas nes más complejas como la cruz en la ha tenido una serie de significados en
sobrenaturales tradición andina o el dios Tlaloc en la diferentes partes del continente, depen-
antigua iconografía náhuatl. En cuanto diendo del pueblo y del momento; no
De acuerdo a Hoebel y Weaber (1985) a la “interpretación” del sentido que obstante el común denominador ha sido
la religión y la magia son conceptos en cada caso tienen estas alusiones al su vínculo al elemento agua. En Amé-
basados en la forma en que el indivi- agua, nos encontramos con una serie de rica Central fue insignia de los dioses del
duo se comporta en relación con las niveles de análisis, que van desde casos aire y figuró como un emblema acuático,
fuerzas sobrenaturales en las que cree. simples hasta situaciones más comple- representaba a las nubes que traían a la
Constituyen dos formas de la objetiva- jas que requieren un conocimiento de lluvia. Símbolo acuático para los pueblos
ción externa de las creencias. La distin- los mitos, los valores u otras circuns- Aymaras, se volvió astrolátrico cuando
ción entre ambas reside en la valoración tancias ideológicas. Así un primer nivel dominó la Inca; transformándose en sím-
de las fuerzas motivadoras que se hallan de análisis sería la referencia al agua bolo atmosférico combinado de doble
detrás de lo sobrenatural. ¿Está el indivi- como invocación, conjuro o esperanza valor acuático y luminoso. La cruz, en
duo subordinado al capricho y la volun- de riego en los pueblos agricultores términos arqueológicos, puede denomi-
tad de los seres sobrenaturales? Si la res- para quienes el agua es una expectativa narse símbolo atmosférico, emblema de
puesta es afirmativa, las relaciones del constante y, particularmente, en culturas las nubes, de los vientos y de los fenó-
individuo con estos seres serán de natu- de regiones áridas o semiáridas, como menos metereológicos producidos por
raleza religiosa. ¿Puede el individuo, en las del Noroeste Argentino. Un segundo la acción del sol que producen lluvia.
determinadas circunstancias, controlar nivel es la referencia al agua que remite La cruz aparece portada por los dioses
y dominar las fuerzas sobrenaturales? a los orígenes cósmicos, que se abre a del aire y los mitos de la atmósfera, lle-
Si la respuesta es afirmativa, las relacio- significados ontológicos, antropológicos vándola como cetro, emblema, insignia
nes entre el individuo y lo sobrenatural y teológicos (Reyes, 2008). En este tra- o adorno en sus manos, pecho o en sus
serán de naturaleza mágica. bajo, el análisis se enfocará en el pri- flotantes y sutiles vestiduras (Quiroga,
Lo que distingue a la religión de la mero de estos niveles. 1942).
magia no es la bondad de una o la mal- En el NOA la cruz constituye un
dad de la otra, sino el estado mental del Símbolos asociados al agua emblema sintético o símbolo figurativo
creyente y sus comportamientos corres- y a la atmósfera de los fenómenos atmosféricos que pro-
pondientes. Ésta es la diferenciación que ducen la lluvia. Este símbolo aparece
estableció Frazer (2006). En el estado Los símbolos asociados al agua y a la representado con gran recurrencia para
mental religioso, el individuo reconoce atmósfera que hemos podido identificar culturas del Período Tardío del Noroeste
la superioridad de los poderes sobre- para los pueblos que ocuparon la región Argentino, principalmente en la alfare-
naturales de cuyas acciones depende árida del NOA abarcan motivos abstrac- ría funeraria de las culturas prehispáni-
su bienestar. La actitud del creyente es tos y figurativos como la cruz, el suri, cas del Valle de Santa María. La figura
principalmente de sumisión y respeto. los batracios y los ofidios, entre los más antropozoomorfa de las urnas funerarias
La conducta seguida es de súplica, peti- recurrentes y significativos. Estos símbo- puede interpretarse como una represen-
ción y apaciguamiento mediante la ora- los pueden presentarse solos o combi- tación simbólica de la tormenta o tem-
ción, las ofrendas y los sacrificios. nados entre ellos o con otros símbolos pestad con todos sus atributos, donde
La diferencia entre estos dos enfo- o motivos. Una variedad de soportes y la cruz se encuentra representada junto
a otros símbolos acuáticos y atmosféri- Un hecho interesante lo constituye o pequeñas vasijas en culturas como
cos reafirmando su significado. Un caso el hallazgo de restos de huevos de suri Candelaria o Aguada. Es común en Can-
interesante de la vigencia de estos sig- colocados sobre “urnas” funerarias típi- delaria encontrarlo modelado en bor-
nificados para tiempos poscontacto es cas del Período Tardío del NOA a modo des de recipientes en una postura que
el de las cruces colocadas sobre pirguas de ofrendas. Numerosos contextos parecería indicar que el mismo desearía
o trojes para el almacenamiento de las excavados de este tipo han puesto en introducirse en su interior o que aquél
cosechas y que han sido documentadas evidencia esta práctica a tal punto que debería ser llenado con agua. Durante el
para numerosos lugares de los valles del el hallazgo de los mismos se ha trans- Tardío, en cambio, se encuentra repre-
NOA. En este caso, las cruces se encon- formado en un indicador confiable para sentado en forma más abstracta con un
trarían sustituyendo a los menhires pre- establecer cronología relativa para el alto grado de convencionalismo formal
hispánicos como símbolos protectores área (Andrés Izeta, comunicación per- y compartiendo atributos con las ser-
de las cosechas y como elemento pro- sonal, 2008). pientes, principalmente, pero también
piciatorio de la lluvia. Dicho de otro Durante el Período Tardío y hasta con suris y con saurios. Generalmente
modo, la cruz sobre las pirguas equivalía tiempos históricos es conocida la uti- se halla pintado y ocupando campos
a un amuleto protector confundiéndose lización de plumas de aves y “varillas completos en la decoración o compar-
en el espíritu del poblador el valor cris- emplumadas” en ceremonias y ritos tiéndolos con otros signos considerados
tiano con el valor pagano del símbolo asociados a la lluvia, el trueno y el atmosféricos en urnas y pucos.
(Quiroga, 1942). rayo. Como la parte representa al todo, Al igual que en el caso del suri, es
La serpiente. El rayo ha sido frecuen- la utilización de varillas con plumas común encontrarlo con cruces pintadas
temente representado mediante líneas se utilizaba como alusión a las nubes sobre su lomo, lo que refuerza la idea
quebradas y flechas, pero principal- que traen la lluvia. Así las plumas eran de su carácter acuático y lo vincula ade-
mente a través de las serpientes. La idea tenidas como eficaces amuletos para más a prácticas y ceremonias destinadas
de agua es inseparable de la figuración la protección de las cosechas y contra a hacer llover o conjurar el granizo en
ofídica y se encuentra, generalmente, la seca, la piedra y el granizo. Guarda las que es utilizado conjuntamente con
combinada con otros símbolos de carác- relación con estas creencias la cono- la cruz hasta la actualidad.
ter atmosféricos como los batracios con cida “Fiesta del Chiqui” que se realizaba Así, “cuando en Calchaquí la seca
los que suele confundirse en su carácter hasta tiempos históricos para conjurar la se prolonga y la naturaleza comienza
figurativo (e. g., la figura de la cabeza es seca cuando esta se hacía prolongada a languidecer bajo la acción enervante
igual para ambos) y el suri que combi- en los valles áridos del NOA. Esta fes- del calor, remuévense las piedras conti-
nados representan la nube y el rayo en tividad guarda claras reminiscencia con guas a las vertientes y manantiales y no
abierta manifestación al preludio de una un antiguo ritual prehispánico asociado bien se da con un sapo debajo de ellas,
tormenta (Lafone Quevedo, 1900). a las deidades propiciatorias de la llu- tómase al animal (…) y se le estaquea
El suri. Los pueblos americanos via. En ella se sacrificaban animales, en el suelo, con el vientre abultado para
han adorado a las aves como seres que “excepto el suri”, en reemplazo de víc- arriba, a fin de que le abrase el sol cani-
viven en el aire, en la atmósfera, por lo timas humanas mientras se batían latas cular, castigándosele con un gajo de
que han incluido a muchos pájaros en a modo de “campanas” para llamar al ortiga o rupachico a fin de que preci-
la categoría de dioses atmosféricos y trueno por simpatía. pite el cambio meteorológico. Entonces
mensajeros del mundo de arriba. Es fre- El sapo. En el NOA, como en otras es cuando se dice que el fetiche cruci-
cuente la analogía establecida entre ave regiones de la Argentina y de América, ficado y castigado implora el auxilio de
y nube, la que para los pueblos nativos el sapo aparece íntimamente vinculado las nubes, produciéndose la lluvia, con
se constituían en hechos reales y no sim- al fenómeno de la lluvia y se le atribuye la que ya obtiene su liberación” (Qui-
ple coincidencias. En los valles áridos la virtud de hacer llover por acción pro- roga, 1942: 222-223).
del NOA el suri (Pterocnemia pennata) pia, atrayendo bajo ciertas circunstan- Espirales y otros símbolos. Otros
es “el pájaro de la tormenta o la nube, cias a las nubes. símbolos asociados al agua y a la atmós-
que lleva el agua en su seno y cuyo pico El sapo es seguramente uno de los fera son las denominadas espirales, “S”
lanza el rayo” (Quiroga, 1942: 146), lo símbolos con que se representa a los invertidas y “tocos”. Las dos primeras
que ha quedado reflejado en la icono- fenómenos de la tormenta, la lluvia han sido interpretadas como alusiones
grafía arqueológica, en los mitos y en el misma o la piedra o granizo por ser sóli- al ruido del trueno y aparecen repre-
folclore. Hasta el día de hoy el suri es el dos (Quiroga, 1942: 229). Aparece con sentadas sobre urnas, pucos, petroglifos
anunciador de la lluvia. Esta relación no relativa abundancia en la iconografía e instrumentos de metal como “cam-
parece casual y debe buscarse sin dudas tanto de los pueblos del Período For- panas” y discos de bronce de carác-
en la etología de este animal. La esta- mativo como en los del Tardío, aunque ter ritual casi siempre en combinación
ción húmeda en el Noroeste Argentino la forma en que se lo representa varía con cruces y otros símbolos alusivos al
coincide con su período reproductivo, considerablemente para un momento y agua. Algunas estatuillas antropomorfas
lo que genera cambios en el comporta- para otro. Así, es frecuente encontrarlo huecas que los portan, producen notas
miento que son observados por la gente modelado en forma de apéndices plásti- graves y agudas cuando se soplan, y
que le atribuye por asociación el poder cos –en forma más o menos naturalista– de acuerdo a datos etnohistóricos ser-
de llamar a la lluvia (Gustavo Namen, adosados a recipientes de cerámica, o virían para llamar al trueno por simpa-
comunicación personal, 2008). formando piezas completas como vasos tía entre los calchaquíes (Techo, cita en
Quiroga, 1942: 171). Los “tocos”, menos sacrificios humanos se han asociado tra- en torno a “Deidades Propiciatorias de
frecuentes y ligados a tradiciones religio- dicionalmente al culto solar. También se la Lluvia” –en sintonía con las necesi-
sas peruanas, son el símbolo de Tocapo destacan para este período la existencia dades derivadas de la creciente escasez
Viracocha, una de las tres personas del de verdaderos “centros ceremoniales” de agua– y sólo circunstancialmente a
Dios de las Aguas. En forma similar es con características como las estructuras temas de índole solar.
frecuente encontrar representados “ojos ceremoniales con plataformas y el típico En este contexto, para Quiroga
Imaymanas” como símbolos de la fertili- diseño en “U” de innegable filiación (1942: 127) las llamadas “urnas funera-
dad del suelo o gérmenes vitales los que andina temprana. rias” santamarianas deberían ser inter-
se colocan junto a otros símbolos como Hacia final de este período la icono- pretadas como vasos votivos para sacri-
el del suri o en forma aislada en alusión grafía evidencia una desestructuración ficios propiciatorios a las divinidades
al agua de lluvia como fuente de vida y el cambio abruto de temas y símbo- atmosféricas: “no son pues propiamente
(Lafone Quevedo, 1900). los plasmados hasta este momento, los hablando, urnas cinerarias, sino vasos
que son reemplazados por un repertorio votivos o vasos ceremoniales, mediante
nuevo y diferente. Estos cambios en la los cuales se conjuraría la seca o se
IV. El cambio de los iconografía estarían mostrando profun- propiciaría a los dioses benéficos (…)
das modificaciones en la cosmovisión para que hicieran llover sobre la tierra
símbolos a través del tiempo coincidentes con alteraciones sustan- sedienta”. Para este autor, la iconografía
ciales e igualmente abruptas a nivel de estas urnas representa a la divinidad
El Formativo paleoambiental en la región. Estas altera- atmosférica de la tormenta con todos
ciones muestran un cambio de las condi- sus atributos metereológicos, todos los
Durante este período (3000-1100 años ciones húmedas, propias del Formativo, símbolos reproducidos en ella son acuá-
AP) se da el surgimiento y desarrollo de hacia la aridez característica del Tardío ticos o atmosféricos (el suri, los ofidios,
las sociedades agrícolas en el Noroeste (Strecker, 1987; Sayago et. al., 2001). las cruces, las espirales, las líneas que-
Argentino. Para este período el esquema bradas, los batracios, etc.).
de creencias gira en torno a deidades El Tardío Otra diferencia importante respecto
relacionadas, principalmente, con el sol al período anterior es que, a excepción
y la tierra y existe una diferenciación El Tardío se diferencia del período ante- del alcohol (en forma de aloja), prác-
importante con las manifestadas previa- rior “por un fuerte crecimiento demo- ticamente no han sido documentados,
mente por los grupos de cazadores y gráfico y por la aparición de sociedades ni arqueológica ni etnográficamente,
recolectores. pujantes que poseían territorios bien casos de utilización de sustancias psico-
La iconografía muestra como temá- controlados y defendidos desde los activas, mucho menos la del cevil, que
ticas recurrentes las figuras del “felino”, pukara (…). La agricultura por irrigación, como vimos se encontraba fuertemente
“el sacrificador” y el “dios de los bácu- el control de los recursos y una explota- ligado al culto solar. Para este momento
los” o el “personaje de los cetros”, todas ción ganadera intensiva, así como rela- el trance chamánico parece ser inducido
representaciones ligadas a un antiguo ciones desiguales en la organización del a partir de la danza, la música y la per-
culto solar de raigambre Sur Andina. Los trabajo y la distribución y consumo de cusión repetitiva como se desprende del
recursos estilísticos usados se muestran bienes” (Tarragó, 2000: 259-260). Este análisis de murales y representaciones
convencionalizados y sugieren parti- período puede ubicarse temporalmente plásticas (utilización de “campanas” o
cipación en la misma esfera simbólica entre los 1100-550 años AP. tan-tanes de bronce) (Lafone Quevedo,
de Tiwanaku (González, 1997; Scattolin, La iconografía muestra ahora un 1900; González, 2004), dirigidas a propi-
2006; Kligmann y Díaz Pais, 2007). El cambio radical en los temas represen- ciar la lluvia.
arte es esencialmente figurativo y sim- tados al igual que las técnicas, los arte- También se percibe una escasa
bólico en todas sus variantes estilísticas, factos y las superficies escogidas para presencia de estructuras ceremoniales
con un repertorio iconográfico variado realizarlos. Las representaciones antro- planificadas y diseñadas, como sucede
debido a la constante combinación de pomorfas ligadas a las figuras del suri, durante el Formativo. Al parecer en el
elementos tanto realistas como fantásti- los ofidios, los batracios y los signos Tardío se aprovecha la topografía y las
cos cargados de simbolismos religiosos cruciformes son temas casi excluyentes formaciones naturales para “convertir”
(Kligmann y Díaz Pais, 2007: 51). en la representación para este período. algunos lugares en espacios públicos
Muchas de las representaciones fan- Predominan como recipientes las vasi- destinados a ser santuarios o centros
tásticas se realizaron bajo efectos de jas de tipo efigie, las urnas y los pucos. ceremoniales. Estos parecen guardar
sustancias psicoactivas (alucinógenos), Este cambio en la iconografía puede orientaciones especiales de índole astro-
principalmente el cevil (Anandenanthera interpretarse como un reemplazo en el nómica y vinculada probablemente al
colubrina), administradas mediante el Panteón de Deidades principales para establecimiento de calendarios y ciclos
uso de pipas o tabletas y tubos para este momento. La religiosidad parece agrícolas relacionados directamente con
inhalar, en las ceremonias y rituales, moverse así de un culto principalmente la disponibilidad de agua en las diferen-
tendientes a inducir el trance en los cha- solar a otro con foco en el agua y los tes estaciones. Aquí, las montañas asu-
manes (Llamazares y Martínez Sarasola, fenómenos atmosféricos asociados a mían una esencial importancia dentro
2006). La representación del felino, el ella, como el rayo, las nubes, el trueno del complejo meteorológico que daba
uso del cevil, los discos de bronce y los y la tormenta. Las creencias giran ahora origen al agua (como ríos y lluvias),
Figura 2: Esquema paleoambiental general para el NOA y los cambios iconográficos identificados.
imprescindible para los cultivos, aunque plagas; muchos de ellos producto del con características comunes con otros
también representaba amenazas (gra- manejo incorrecto del ambiente a partir centros religiosos del mundo andino, a
nizo y rayos) (González, 2004). Ejem- de tiempos coloniales con la introduc- otra donde cobran importancia ciertos
plos de ello lo constituyen la “Quebrada ción de cultígenos y animales exóticos. rasgos o elementos del paisaje natu-
del Puma” en el sitio arqueológico de De la misma manera, la actividad reli- ral, los que son enfatizados y utilizados
“Rincón Chico” en el Valle de Yocavil y giosa regula las actividades en lugares como escenarios ligados directamente a
la Sierra de Ambato, ubicada al oeste del con condiciones ambientales natural- los fenómenos de la naturaleza, princi-
Valle de Catamarca, la que debe su nom- mente rigurosas como los de la Puna o palmente el agua.
bre a la palabra “Ampato” que significa los valles desérticos del oeste que exigen Todos estos cambios observados a
“sapo”; esta denominación y su signifi- un manejo equilibrado de los recursos. nivel de la cosmovisión a través de sus
cado, aluden claramente a la montaña Así una variedad de aspectos particulares expresiones materiales se producen en
como fuente de agua de ríos y manan- del ritual y los tabúes permiten mantener coincidencia con un marcado cuadro de
tiales y por ello es considerada “huaca” las fluctuaciones de variables ecológicas aridización que va instalándose progresi-
desde tiempos prehispánicos. críticas –como pastos y tamaño de tropas vamente en la región del NOA.
de animales silvestres y domesticados– Sin embargo, cabría preguntarnos,
Período de contacto dentro de ciertos límites. En palabras ¿qué “efectos” en términos reales y con-
Hispano-indígena de Merlino y Rabey (1993: 160-161) “el cretos, producirían los rituales y símbolos
enfrentamiento a los ciclos ecológicos propiciatorios de la lluvia?, si no existiera
Para este momento, la información etno- refuerza el liderazgo chamánico, ejercido una relación exitosa entre rito y efecto
histórica muestra que el control de los a través del manejo de los momentos y buscado, entonces ¿cómo es que perdu-
fenómenos meteorológicos constituía circunstancias cruciales del ritual; mien- ran estas prácticas a lo largo del tiempo?
el motor de los rituales y ceremonias tras que las respuestas ante las catástro- El fracaso repetido en alcanzar el favor/
religiosas. González (2006: 230-231) ha fes refuerzan las tramas políticas locales efecto solicitado socavaría lógicamente
puesto de manifiesto que, hasta nuestros y su repliegue sobre los contenidos míti- el corpus de creencias y prácticas rituales
días, perdura una estructura de creencias cos tradicionales y su continua resigni- asociadas y utilizadas con este propósito.
relacionadas con el devenir de los ciclos ficación”. Debe entonces, necesariamente, existir
de la naturaleza y los modos correctos un círculo virtuoso que asegure la vigen-
de propiciar la reproducción de huma- V. Conclusiones cia de estas prácticas y rituales basados
nos, animales y plantas y aún de los en una experiencia fáctica, concreta y
minerales. Observamos a partir del registro arqueo- medianamente exitosa. La convergen-
En el NOA, al igual que en numero- lógico una interrupción abrupta en las cia observada entre cambio ambiental y
sos lugares del sur de los Andes Centra- temáticas de la iconografía durante la cambio en la religiosidad para nuestro
les, se produjo un sincretismo entre los transición Formativo-Tardío (1100 AP), caso de estudio constituye un argumento
elementos cúlticos del catolicismo y las donde sólo unos pocos temas como el fuerte en este sentido. Pero, ¿cómo expli-
creencias prehispánicas. Este sincretismo de las cabezas cercenadas y las figuras car entonces, en nuestro esquema lógico
integró la liturgia católica alrededor de serpentiformes parecieran tener cierto occidental/“cientificista” el funciona-
un núcleo sustentado en la cosmovisión grado de continuidad, ligadas aparente- miento aparentemente exitoso de ritos
indígena y se ha visto plasmado en la mente al uso ritual de discos y hachas de como el de la “cruz de ceniza” sobre el
iconografía religiosa mestiza. Esta reli- bronce. Sin embargo, temas típicos como suelo del campo como herramienta infa-
gión sincrética funcionó y funciona hasta el del “felino”, el “sacrificador” o “el per- lible para conjurar la tormenta de gra-
la actualidad como sustento de la iden- sonaje de los dos cetros” son abandona- nizo? ¿O el de la danza de la serpiente y
tidad étnica, pero más importante aún, dos y reemplazados por otros que giran la lluvia en las culturas del Sudoeste de
como un núcleo de conocimientos y en torno a símbolos ligados al agua y a Estados Unidos, por ejemplo?
prácticas sobre el que se constituye una los fenómenos atmosféricos como el suri Intentar responder a este tipo de
tecnología que permite la adaptación y la cruz. interrogantes implica una difícil apertura
de los grupos a su medio ecológico, allí La sustitución de símbolos puede mental que debe romper con arraigados
donde el sistema científico-tecnológico pensarse como una sustitución de ideas esquemas mentales que rigen y condi-
no ha desarrollado respuestas adecuadas en torno a la cosmovisión y la jerarquía cionan nuestra observación de la reali-
(Merlino y Rabey, 1993). de las deidades involucradas. Cobran dad. Observar, escuchar, vivir y compar-
Así, esta nueva expresión religiosa importancia entonces aquellas ligadas al tir la sabiduría milenaria de los pueblos
constituye una suerte de “respuesta suministro de los factores críticos afec- originarios constituye el único camino
adaptativa” orientada a restablecer el tados por el cambio ambiental, mientras posible para acceder a esta realidad. La
equilibrio con los fenómenos de la natu- que pasan a un segundo plano aquellas arqueología ha comenzado a cuestionar
raleza permitiendo generar reacciones anteriores y relacionadas menos directa- sus saberes basados en la lógica cien-
ante fenómenos naturales diversos, gene- mente con estos cambios (fig. 2). tífica que rige nuestra disciplina y ha
ralmente de características catastróficas, También se observa un modificación comenzado a incorporar en sus explica-
como las sequías prolongadas, las inun- en el uso del espacio ritual que pasa de ciones saberes populares y conocimien-
daciones, los aludes, el granizo y las una forma planificada y “estandarizada”, tos ancestrales.
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Jesuit missions:
the space of the machines.
The indigenous ability to adapt to the
mechanical looms in the previous
period to the industrial revolution
(Paraguay province, 18th century)
Resumen Abstract
Las relaciones de intercambio cultu- The relations of cultural exchange
ral planteadas entre indios guaraníes y raised between Guarani Indians and
jesuitas han asumido diferentes perfiles Jesuits have assumed different profiles
y parámetros según se trate del tipo de and parameters as the material item or
material o de la actividad. La idea de the activity treats itself. The idea of this
este artículo es poner en valor las expe- article is to value the experiences of
riencias de los indios previas al contacto the Indians before the contact indica-
señalando que, en la elaboración de teji- ting that, in the woven item, there was
dos, hubo un antecedente que facilitó el a precedent that made easier the mana-
manejo de una tecnología más compleja. ging of the most complex technology.
De esta manera es posible señalar que Hereby it is possible to indicate that in
en algunos casos existieron prácticas some cases adaptative practices existed
adaptativas y en otros se produjo direc- whereas in others a reintepretation of
tamente una reinterpretación de la forma the way of realizing a certain activity
de realizar una determinada actividad. took place directly.
Palabras clave: adaptación, reinter- Keywords: Adjustment, reintepreta-
pretación, máquinas, vestimenta, taller, tion, machines, gown, workshop, cotton.
algodón.
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Resumen
En este artículo se recogen aspectos de la la marginación, la discriminación social
vida cotidiana vinculados con la margi- y el racismo pervivieron dentro de la
nación social, el desprecio, los prejuicios sociedad colonial cubana; siendo, entre
y la discriminación que sufren los negros las herencias más marcadas de la escla-
esclavos y sus descendientes durante la vitud y de la cultura que a partir de éstas
Cuba colonial. Se parte de la intensidad se engendran en la Isla, las que más han
que alcanza la palabra NEGRO; ser mar- trascendido entre las sucesivas genera-
ginado desde sus orígenes, que el pro- ciones de cubanos.
pio sistema esclavista creó, al mezclar las Palabras clave: Cuba, colonia, esclavos,
distintas razas y culturas que llegaron a negros, marginalidad, discriminación.
América procedentes de África. Se men-
cionan los diferentes momentos en que
aumenta el visceral “miedo al negro”, Abstract
nacido dentro de las élites político-eco-
nómicas hispano-criollas; y se da cuenta This article deals with aspects of daily
del racismo manifiesto por los ideólogos life related to social marginalization,
de esta clase, anterior a 1868, inicio de la prejudices and discrimination suffered
Guerra de los Diez Años. by black slaves and their descendants in
Asimismo, se observa el papel segre- colonial Cuba. The starting point is the
gacionista jugado por la Iglesia católica intensity reached by the word NEGRO
en este sentido y se razona en torno a and the marginalization black people
la marginación sufrida por los negros suffered since the beginning. This mar-
insurrectos durante las guerras de inde- ginalization began when the slave sys-
pendencia (1868-1898). Conjunto de tem mixed different races and cultures
cuestiones con que se demuestra que that had travelled. There is a special
emphasis on the increase of the “fear wars (1868-1898). This set of questions
of the negro”, developed by the Spa- proves that marginalization, social dis-
nish and creole social and political eli- crimination and racism survived inside
tes; and mention of the racism shown the colonial Cuban society and have
by the ideologists of this class before become one of the most outstanding
1868, a date that marks the beginning inheritances of slavery, embedded in
of the Ten Year War. The article also the culture of the Island well into the
pays attention to the role played by the following generations.
Catholic church and the marginaliza- Keywords: Cuba, colony, slaves, black
tion of blacks during the independence people, marginalization, discrimination.
y miembros efectivos de las partidas de cubana de todos los tiempos. Sea por mismas quejas y el mismo motivo para
rancheadores que se internan en la manigua, uno u otro motivo, el terror y la sum- vivir disgustados” de los blancos; por-
en búsqueda y destrucción de los palenques isión le acompañará en su vida y estas que “todos son negros” (Arango, 2005:
esclavos y hasta en campañas fuera de Isla, presunciones servirán a sus adversarios I, 172). Y, solidarios, los unos con los
va en disminución desde el mismo momento
como pretexto justificativo de su exclu- otros, ponen en peligro la estabilidad
que ellos toman conciencia de la total
exclusión de que son objeto en el panorama
sión social. Y esto, más el sentido de de la élite criolla. Con tales argumen-
político-social. Resquebrajamiento que es inferioridad que se le atribuía, algo poco tos, Arango infunde el “miedo al negro”
más visible a partir de la década de 1830. rebatible ante las limitadas opciones de como categoría política y sociológica
La historia recoge como hecho significativo, superación que durante siglos ha tenido (Patterson, 1996: 51); al tiempo que soli-
dentro de los batallones de Pardos y Morenos la raza negra, dilató en demasía su cita, para prevenir este lance, se impida
Leales, la inconformidad manifiesta de varios plena inserción social, dando lugar a la el acceso y la participación de los negros
de sus miembros; como es el caso, en 1839, creación y divulgación de estereotipos libres en la vida sociopolítica del país.
de los movimientos sediciosos creados por sobre la población de origen africano. De hecho, Arango es el primero
el subteniente de bomberos Pilar Borrego que propone medidas para obstacu-
y el capitán del Batallón de Morenos León
lizar el ascenso paulatino del negro
Monzón, ambos vinculados, como casi todos
los demás afectados, en la denominada
II. El racismo entre como futuro grupo social de peso. A
él se debe la propuesta de eliminar del
Conspiración de Aponte (1811-1812): “un los ideólogos de la clase panorama urbano a los dos batallones
acontecimiento trasgresor y revolucionario”
–frase que corresponde a María del Carmen dominante de milicias de negros y mulatos libres
Barcia Zequeira (2008: 247) –. José Antonio que para entonces existían en la capi-
Aponte también formó parte del Batallón Salvo excepciones, los ideólogos de la tal del país (Arango, 2005: I, 170); una
de Morenos, al que ingresó en 1777, con clase dominante de la sociedad cubana institución incongruente para muchos
la graduación de cabo. Su incorporación anteriores a 1868, inicio de la Guerra de blancos y negros, pero, al fin de cuen-
respondía, como las de otros miembros de la los Diez Años, fueron racistas; lo mismo tas, fiel al régimen colonialista durante
institución, a una herencia familiar; en su caso,
que todos los movimientos políticos siglos, y de orgullo propio para quienes
del abuelo y el tío (Barcia, 2008: 249). En 1844,
tras la experiencia de la Conspiración de La
que estas clases inspiraron. Para una los integraban2. También, como antes
Escalera, se suprimieron los batallones de parte de ellos, todavía a mediados del anoté, Arango fue quien generó la idea
pardos y morenos y se vuelven a reorganizar siglo XIX, en una isla con un porcentaje de “blanquear” la isla, por medio del
en 1858, bajo el gobierno del capitán general elevado de “gente de color”, el negro estimulo de la inmigración blanca; por-
Gutiérrez de la Concha, ante la amenaza de no era considerado ni como cubano ni que, según su pensar, en 1826 “Cuba no
movimientos separatistas y el escaso número como ente activo en la forja de la nacio- puede tener completa seguridad si no
de leales españoles; según Real Orden nalidad; se le marginaba del resto de la es blanqueando a sus negros”. Por lo
de 30 de septiembre, como “elemento de sociedad, obligándole a vivir, contrario que había que “destruir la esclavitud” y
fuerza, y para atraerlas al lado español”. La a su voluntad, en una atmósfera de vili- “borrar su memoria” (Arango, 2005: II,
nueva disposición, explica Barcia, de quien
pendio, generadora de odios y vengan- 306-307).
tomo la anterior cita, fue “acompañada de un
Reglamento concebido, a diferencia del de
zas. Quiero –y así lo expresa subrayando
1769, solamente para los milicianos negros Destacadas figuras de la época, su idea– por lo menos, que por sabios
y mulatos. Las diferencias con las Milicias de como Francisco de Arango y Parreño, artífices se trace al instante, el plan que
Voluntarios Blancos eran notables, el salario, Domingo del Monte, José Antonio Saco, se debe seguir para “blanquear nuestros
por ejemplo, era de 34 pesos para los blancos, Gaspar Betancourt Cisneros (El Luga- negros”; o sea, para identificar en Amé-
10 para los pardos, y 8 para los negros”. Y, reño), Francisco de Frías y Jacott (Conde rica a los descendientes de África con
finalmente, esta autora concluye, explicando de Pozos Dulces) y José A. Antonio Eche- los descendientes de Europa. Quiero,
el destino que tomaron las nuevas milicias: verría, entre otros, son claves esenciales al propio tiempo, que con prudencia se
“Fueron rechazadas por los negros y mulatos, en el estudio de esta problemática; uno, piense en destruir la esclavitud (para lo
que no se sentían prestigiados por pertenecer
Arango y Parreño porque propugnó la cual no hay poco hecho), se trate de lo
a este cuerpo, por esta causa el reclutamiento
fue forzoso y se hizo a través de sorteos
mezcla de razas para borrar la “memo- que no se ha pensado, que es borrar su
públicos. Las deserciones fueron masivas. Este ria” de la esclavitud; los otros, porque memoria. La naturaleza misma nos indica
cuerpo quedó desactivado tras el estallido de jerarquizaron la supremacía blanca a el más fácil y más seguro rumbo que
la primera guerra de independencia, en 1868” través de la eliminación total del negro hay que seguir en esto. Ella nos muestra
(Barcia, 2006: 15-16). Fidelidad al régimen del panorama social cubano, ya sea por que el color negro cede al blanco, y que
colonial de los negros y morenos libres que consunción o por el destierro (Cepero, desaparece si se repiten las mezclas de
también llega a patentizarse durante la guerra 1971: 125-139). ambas razas; y entonces también obser-
independentista. Muchos esclavos y negros En el caso de Arango y Parreño, vamos la inclinación decidida que los
libres participan como personal auxiliar del importante teórico de la sacarocracia frutos de esas mezclas tienen a la gente
Ejército español en operaciones, en funciones
cubana, asegura en su Discurso sobre la blanca. Ensanchemos, pues, tan ventu-
de bases muy similares a las realizadas por
iguales grupos dentro del Ejército Libertador
agricultura en La Habana y medios de rosa senda. Protejamos esas mezclas, en
(Sarmiento, 2006). fomentarla, pronunciado en Madrid, el vez de impedirlas, y habilitemos sus fru-
3
Juan Francisco Manzano nace en 1797
24 de enero de 1792, que negros y escla- tos para el complejo goce de todas las
(Manzano, 1937: 20); alcanza la libertad en vos “poco más o poco menos tienen las ventajas civiles (Arango, 2005: II, 376).
Para los anexionistas y reformistas más por ignorancia, tanto a los negros
de mediados del siglo XIX, sólo eran esclavos como a los negros y mulatos
“cubanos” los blancos naturales de la libres se les creían inferiores a los blan-
Isla; los negros nacidos en Cuba tenían cos e incultos por naturaleza; sin reli-
otra categoría, la de “negros criollos”. El gión y sin arte. Se tenía el criterio de
Lugareño, el más destacado entre los que los negros sólo habían nacido para
anexionistas, se vio dominado por el realizar los trabajos más rudos y que
mito racial y vivió convencido de que eran hacedores de brujerías y practican-
todos los males que aquejaban a la colo- tes del folklore.
nia tenían sus causas en las mezclas de Mucho de los intelectuales blancos,
razas; por eso, fue su mayor empeño cuando no azuzaban con sus discursos
eliminar al negro de la sociedad por a que se mantuviesen in extenso estos
medio de constantes corrientes migra- prejuicios raciales, en sus retóricas deja-
torias de norteamericanos. Idea que ban escapar cualquier frase paternalista,
dejó expresada en diferentes cartas que propia de la ideología del despotismo
escribe a José Antonio Saco (Fernández ilustrado; para de esta forma volver a
de Castro, 1923: 89, 94, 105, 114 y 120). incurrir en la creencia popular de la
También Saco vio en la “causa negra” inferioridad del negro. Porque, más que
su gran pesadilla; para él, los negros hablarse de derechos se trataba de favo-
esclavos y libres de color tampoco for- res y existía la condescendencia en vez
maban parte de la patria y sólo eran los del respeto. De hecho, o se practicaba la
blancos quienes conformaban la nacio- sumisión o se era malagradecido.
nalidad cubana (Saco, 2001: 182-183; En la otra vertiente del paternalismo
1928: I, 224). Estricta clasificación de ilustrado se sitúa un grupo de blan-
“cubanos” que no admitía a los pocos cos que paradójicamente salvaba a los
libres “de color” que habían alcanzado negros de la infame esclavitud por tener
una posición económica aventajada; y, el “alma blanca”. Entre los pocos negros
una tenaz barrera que no pudieron sal- privilegiados en el disfrute de este bene-
tar ni los pocos negros y mulatos que plácito está el caso del esclavo-poeta
se insertaron en el proceso económico Juan Francisco Manzano, que hasta el
de la comunidad urbana, “hasta llegar a momento en que Domingo del Monte
representar el doble papel de esclavo y organiza una colecta y compra su liber-
esclavista, dualidad que le permitieron tad –esto, por nacer con el “don divino”
las contradicciones del régimen y la de la poesía: una cualidad creíble en
adaptación, por su parte, a los patrones exclusividad para blancos–, “no le valie-
de los colonialistas” (Deschamps, 1970: ron ni su talento literario ni sus modales
138). A fin de cuentas, ellos también refinados: sufrió, como todos los escla-
eran tratados como gentes inferiores y vos [palabras de Ivan A. Schulman (Man-
sus posibilidades de acceso social eran zano, 1975: 15), quien prosigue con una
igualmente limitadas (Sarmiento, 2005: cita de Fernando Ortiz (1916: 321)], los
193-223). Al decir de Cepero (1971: “desastrosos resultados morales que en
128): “El negro por el color de su piel la raza negra había de producir una con- 1836, a la edad de 39 años (Vitier, 1973: 19); y
estaba condenado, en todo sistema dición social tan abyecta”. muere en 1854, con 57 años (Manzano, 1975:
50).
social, a ocupar el estrato inferior y más Manzano lo dijo en carta a Del Monte, 4
explotado. El color lo apartaba del reino el 25 de junio de 1835, donde hace uso Colaboró en 1837 en El Aguinaldo Habanero y
en 1838, en El Álbum; en 1842 escribió el drama
de la libertad. Darle la libertad civil no del más preciso de los sentidos meta-
Zafira.
era darle la libertad real”. fóricos: “El esclavo es un ser muerto” 5
Prosigue la cita: “dado el carácter fundador de
(Manzano, 1937: 84). Una muerte que
estas obras, en lo adelante la literatura cubana
también se hizo extensiva y que se pro- hablará de la problemática sociocultural que
III. Los negros, los más longó entre los negros libres de color, configura la coexistencia del negro y el blanco,
con iguales sufrimientos de marginación
sufridos y marginados social que los esclavos; y de la que el
en una sociedad dominada por el poder
azucarero y la violencia racista, como la de
de la sociedad colonial poeta no pudo evadirse, aún después mayor magnitud dentro de la nación” (Benítez,
de haber obtenido la “ansiada libertad”. 1997: 80).
6
Como se expresa, los negros constituían Juan Francisco Manzano, mientras vivió, Para J. Castellanos e I. Castellanos (1988:
un sector marginal, separado por razo- no superó el trauma de la esclavitud, algo I, 266), Saco simplemente refleja la visión
nes culturales y de explotación econó- visible en su Autobiografía; como tam- antropológica del tiempo que le tocó vivir;
mica, que sufría desprecio, prejuicio y poco encontró en su nueva y corta etapa hoy condenada por etnocentrista y falsa, y
discriminación. En la cotidianidad, lo de hombre libre –sólo le duró 18 años3– que en su tiempo era tenida por acertada
alicientes para nuevas creaciones poé- llos versos que comienzan “… el negro
ticas: el poeta se esfumó. Después de y el cubano, juntamente, / al cruel espa-
narrar tan triste y desgarrador testimo- ñol hagamos guerra…” (Moreno, 1995:
nio, su inspiración se fue silenciando 224), y se comprenderá mejor lo tan
poco a poco4; y, ante la necesidad de arraigado que estaba el prejuicio racial
nueva existencia, apareció el liberto- a todos los niveles de la sociedad, más
poeta desempeñando diferentes oficios: la permanencia en el imaginario popular
sastre, pintor, dulcero y cocinero. de la distinción entre negros y cubanos.
Durante todo el período colonial, en
Cuba fueron múltiples y continuos los
esfuerzos de los negros por integrarse a IV. El papel
las normas sociales comúnmente admi-
tidas por la sociedad dominante; pero
segregacionista jugado
la marginación social que éstos sufrían, por la Iglesia católica
por el solo hecho del color de la piel, respecto a los negros
no les permitió avanzaran en ese sen-
tido. Tardó tiempo el hacer entender a la
población prejuiciada que la esclavitud Con relación al papel de la Iglesia y
era un vehículo de inferioridad del ser contrario a la tradición católica, no han
humano; y aún, abolida la institución, sido pocos los curas errados en sus pre-
permanecía en la mente de los expro- juicios raciales; muchos de ellos impo-
pietarios de esclavos y vigente entre tentes ante la situación circundante y
muchos blancos de las restantes capas otros tantos forzados por las normas
sociales, las mismas ideas que marcaban de convivencia que imponía la propia
las diferencias y ahondaban en la mar- sociedad civil dividida por clases. Una
ginación social del negro como parte sociedad donde la estrecha vinculación
íntegra de la sociedad. En palabras de entre el color de la piel y la condi-
Moreno (1995: 224): “El trauma escla- ción social de los actuantes contribuía
vista y de color lo permeaba todo: el al mantenimiento de estos prejuicios
colegio, el hogar, la oficina, los cuarte- raciales; antes y después, para justifi-
les, la universidad, la calle… La cultura, car primero la esclavitud y segundo las
los conceptos jerárquicos, el sentido desigualdades sociales. En este sentido,
nacional, estaban llenos de racismo”. la moral cristiana se ha mostrado par-
Conjunto de realidades en el vivir tidista e intransigente en defensa de
y pensar del negro cubano, en su afán los intereses de un determinado grupo
y conquista del disfrute de una misma social: el de la alta burguesía.
ciudadanía, en igualdad al blanco crio- Durante siglos la Iglesia jugó un
llo, que no pasa inadvertido en la litera- papel segregacionista en Cuba, lo que
tura cubana de la época; para justificar se ha atribuido, como excusa, al estricto
con creces sus aportaciones tanto en el control del poder colonialista sobre la
nacimiento como en la cristalización de institución; pero es que, a su vez, el
la identidad cultural cubana. En la obra poder eclesiástico influyó con igual
de José María Heredia, Juan Francisco intensidad en todas las esferas de la
Manzano, Cirilo Villaverde, Félix Tanco, vida colonial cubana y éste se equipa-
Ramón de Palma, Anselmo Suárez, raba en su absolutismo con el mismí-
José Morillas, José María de Cárdenas simo gobierno. Mucho se ha insistido
y Gertrudis Gómez de Avellaneda, “el en el papel controlador que jugó el
entre muchos de los precursores científicos. negro –al decir de Benítez (1997: 80)–, Patronato Regio dentro de los precep-
Aspectos que pueden ampliarse en García
cualquiera que sea su condición, apa- tos católicos en Cuba. El gobierno civil
González (1994: 45-64).
7
rece en mayor o menor grado incluido patrocinaba la institución, un patrocinio
Todavía se desconoce de manera cierta la
dentro de la nacionalidad. Ciertamente, que implicaba que todas las iniciativas
composición racial del Ejército Libertador.
Las cifras del período 1868-1880 (Guerra
aparece como un súbdito de segunda de la Iglesia, incluso los nombramien-
de los Diez Años y Guerra Chiquita) son las clase y dentro de un discurso racista, tos de los obispos, debían ser aproba-
menos trabajadas, y las que corresponden al pero aparece como cubano, y eso pro- dos por los capitanes generales; y tras
período 1895-1898 (Guerra de Independencia) bará ser crucial”5. estas directrices, la Iglesia mantuvo una
se presentan como inacabadas; siendo, Diferenciación que impuso el sistema actitud permisiva o de conveniencia,
en determinados casos los cálculos de los colonial entre los cubanos que también por ejemplo, ante la esclavitud, siendo
últimos tres años, aproximaciones un tanto se deja ver en la poesía popular de la su pronunciamiento casi nulo. Inicial-
ponderadas (Pérez Guzmán, 2005: 4). Lo Guerra de los Diez Años; léanse aque- mente, la actuación de los eclesiásticos
La atención médica tampoco escapó en manos de la Iglesia católica. Por lo 1900; Boletín de la Cámara de Comer-
de la discriminación racial. En los hos- general, las instauraciones de los plante- cio…, 1891-1892: 73).
pitales, mayoritariamente bajo el control les educacionales se llevaba a cabo por Entre otros tantos ejemplos de la
de la Iglesia, los reglamentos distinguían las congregaciones católicas, quienes cotidianidad que vinculan a la Iglesia
las atenciones de blancos y negros libres en sus reglamentos no incluían indica- católica con la marginalidad social de
y de españoles y criollos, estando pro- ciones expresas de la no admisión de los negros, los prejuicios y la discrimi-
hibida la admisión de los esclavos. En negros en estas escuelas privadas, cosa nación, aquí me referiré a dos casos
el hospital para mujeres de San Fran- que en la práctica sí impedían, bajo el legislativos concretos que, pese a los
cisco de Paula, hacia 1789, se prohibió pretexto de que los padres de los alum- años de diferencias en su promulga-
el ingreso de las esclavas enfermas, aún nos blancos no admitían que sus hijos ción, se mantienen concatenados bajo
cuando sus amos estuvieran dispuestos estudiaran junto a los negros; además, la premisa absolutista de sostener la
a pagar el costo de su curación y man- de ser colegios caros, sin subvenciones negativa a que los negros y mulatos for-
tenimiento. El reglamento admitía a las oficiales y con cuotas inalcanzables, maran parte del clero católico cubano:
mujeres blancas, previa carta de reco- incluso para la economía de muchos de uno, el Sínodo de la Iglesia de Santiago
mendación emitida por el cura de su los habitantes blancos. De esta valora- de Cuba, de 1681; y otro, los Estatutos
feligresía, y a las de color libre, tras rigu- ción se exceptúan las escasas escuelas del Real Seminario de San Carlos y San
roso proceso selectivo en el que tenían gratuitas que estos colegios mantenían, Ambrosio, de 1769.
que aportar la siguiente documentación donde sí se admitían a negros y mulatos. Los sínodos se refieren a la disci-
acreditativa: “(…) el documento de La asistencia de los negros a las plina de los clérigos y religiosos pero
libertad observando en esto toda pru- poquísimas escuelas públicas que en constituyen una excelente fuente para
dencia que exija la caridad, pues aunque Cuba existían era igual de limitada, analizar la sociedad y la Iglesia en la
seguro la práctica ha precedido para la siendo su instrucción sólo hasta el nivel época colonial. La información que
admisión un año de término contando elemental en muchos de los casos y ofrecen, examinada bajo la observación
la fecha de la libertad a la que se pre- períodos. Las pocas escuelas del Estado de ciertas reglas hermenéuticas y con
senta la Enferma; con todo parece que que impartían la enseñanza elemental el debido cotejamiento documental de
el caso exije otras reglas de misericor- se concentraban en las ciudades y en otras fuentes auxiliares, puede ayudar al
dia, y en consecuencia, el Administra- determinados pueblos; por lo que las investigador en su análisis sistemático y
dor, con presencia de aquel documento, áreas rurales quedaban marginadas de a la hora de evaluar determinados pro-
consulta del Médico y Cirujano, y exa- este servicio. En 1860 existían en Cuba cesos históricos; por ejemplo, muchas
men privado que practique justificara si 285 escuelas públicas y 179 escuelas de las sanciones que en los sínodos se
la enfermedad fue adquirida en tiempos privadas, con una asistencia total de aplican son resultado de las circunstan-
de la esclavitud; o adquirida después; 17.519 alumnos. En este año la pobla- cias locales, influidas por la presión de
y no presentando inconveniente será ción total de la isla era de 1.199.429 determinados grupos sociales y hasta
admitida a favor del alivio de la desva- habitantes y de ellos sólo estudiaban el de la jerarquía eclesiástica, contrarios a
lida” (Le-Roy, 1958: 207). 0,14 por ciento. Las familias campesinas las leyes vigentes y a los postulados de
Luego de admitidas, las mujeres de con cierta solvencia económica envia- Cristo.
color libres se ubicaban en salas separa- ban a sus hijos a las escuelas más cerca- En el Sínodo de la Iglesia de Santiago
das de las blancas; uniéndose sólo en la nas o pagaban un maestro en casa, pero de Cuba (1681) se decidió no adminis-
sala San Francisco de Borja cuando eran estos casos fueron los mínimos. Otro trar el sacramento del Orden Sagrado
“enfermas de contagios” y si las enfer- grupo de campesinos, igual de redu- a los negros, mulatos y mestizos, “ni
medades las habían contraído en el pro- cido, aprendieron a leer y escribir en a otros de mala raza como los judíos”.
pio hospital. En el caso de las mujeres sus propios hogares, y existieron indivi- Y respecto a los primeros, la Constitu-
blancas éstas también eran ubicadas en duos que se esforzaron y de forma auto- ción XII así lo manifiesta: “no deben
las salas del hospital atendiendo a sus didacta adquirieron los conocimientos ser ascendidos a los sacros órdenes los
recursos económicos y orígenes de sus más básicos; pero la gran mayoría de hijos de los que fueron castigados por
nacimientos: las españolas, catalogadas los campesinos eran analfabetos. Pro- el santo oficio, siendo descendientes
como “distinguidas”, en las salas San blemática acentuada en los más humil- en primero y segundo grado respecto
Pedro y San Juan; y las criollas, clasi- des y dentro de ellos, todavía más, en del padre, y en primero respecto de la
ficadas en “ordinarias”, en la sala San los negros y mulatos. En 1887, a un año madre, ni los negros, mulatos y mes-
Antonio (Le-Roy, 1958: 138). Estricta de la desaparición definitiva de la escla- tizos, por la indecencia que resulta al
división clasista donde la clasificación vitud, el 87,7 por ciento de la población estado eclesiástico, escándalo y otros
de los habitantes de la Isla iba mucho “de color” era analfabeta; y tras finali- inconvenientes que se han experimen-
más allá de la tradicional discriminación zar la guerra, en 1899, se mantenía un tado en las Indias de haber ordenádose
por motivos del color de la piel; aún 72 por ciento en estas condiciones. Es semejantes personas, salvo si tuvieren
cuando esto último era el punto de par- decir, sólo sabía leer el 28 por ciento dispensación de la sede apostólica, y
tida o la primera línea divisoria. de los negros y mestizos, para un total fueren sus virtudes y letras conocidas,
Tal situación de marginación era de 520.400 habitantes no blancos (Bole- que entonces el prelado reconocerá lo
igualmente visible en la educación; un tín Oficial de Hacienda, 1881: I, 461; que fuere mas conveniente y útil a la
sector que estaba mayoritariamente Informe sobre el censo de Cuba, 1899, iglesia, y se guarde por lo que resulta
en autoridad y decencia del clero de señor D. Santiago José de Hechavarría impone las diferencias entre los hom-
este obispado” (Sínodo, 1982: 27). y Elguezúa, Obispo de Cuba, Jamaica bres por el tipo de raza o color y de
En este Sínodo también se incluyen y provincias de la Florida, etc., concibe condición o religión. Como antes se
a los mestizos. Prohibición contraria a y redacta los Estatutos del Seminario ha expresado, los criterios de que la
lo que se dispone en el Libro I, Ley 7.a, de San Carlos y San Ambrosio (1769) raza negra era inferior a la raza blanca
Título VII, de la Recopilación de leyes de donde se mantiene intacta esta prohi- siempre se hicieron valer y en América,
los reynos de las indias (1588), donde bición de no dejar entrar en el Real y desde los inicios mismos de la con-
se encarga a los arzobispos y obispos Conciliar Colegio a negros y mulatos. quista y colonización, éstos quedaron
de las Indias que “ordenen de Sacer- En los artículos referentes a las cuali- enraizados en todo el continente. Pri-
dotes a los Mestizos de sus distritos, dades que debían tener los colegiados mero, el negro fue objeto y no sujeto
si concurriesen en ellos la suficiencia para ser admitidos en el Seminario, se activo de la sociedad y luego no pasó
y calidades necesarias para el Orden advierte que no podían ser colegiales: de ser ciudadano de segunda.
Sacerdotal; pero esto sea procediendo “Los que no descendieran de cristianos
diligente averiguación e información de viejos, limpios de toda mala raza, de
los Prelados sobre vida y costumbres, y judíos, moros, o recién convertidos a V. La respuesta
hallando que son bien instruidos, hábi- nuestra santa fe católica. Los que proce-
les, capaces y de legítimo matrimonio dan de negros, mulatos o mestizos, aun-
de los negros y la evolución
nacidos” (Recopilación, 1943: I, 55). que su defecto se halle escondido tras de la autoconciencia
Indicación que igual se hace extensiva de muchos ascendientes, y a pesar de étnica cubana
al género femenino: “si algunas Mesti- cualesquiera consideraciones de paren-
zas quisieran ser Religiosas y recibidas tescos, enlaces, respetos y utilidades,
al Hábito y Velo en los Monasterios de porque todo es menos que la autoridad, Ya a finales de la década de l860, la
Monjas, provean, que no obstante qua- decoro y buena opinión del Seminario, total e igualitaria integración del negro
lesquiera Constituciones, sean admiti- que vendría a caer en desprecio, y a en la sociedad colonial cubana había
das en los Monasterios y a las profesio- merecer una sospecha general contra dejado de ser una posibilidad viable.
nes, precediendo la misma información todos sus alumnos, si tal vez se abriera Los reformistas extremaron sus princi-
de vida y costumbres” (Recopilación, la puerta a semejantes sujetos, fuera pios racistas, se opusieron a ultranza a
1943: I, 55). de otros inconvenientes, que nuestro la convivencia armónica de dos razas
Como bien indica Antonio García Sínodo, y propia experiencia nos per- distintas, en un plano de igualdad, y
García, en la introducción al Sínodo de suaden haberse tocado de resultas de dieron, de pleno, un no rotundo a la
la Iglesia de Santiago de Cuba de 1681 iguales gracias. Los descendientes de concesión igualitaria de derechos políti-
(edición facsimilar de 1982): “en este penitenciados por el Santo Oficio, o cos. En vez de disminuir, aumentaba el
obispado [de Santiago de Cuba] parece reconciliados por los delitos de herejes, sentimiento social de hostilidad defen-
que debe correr esta constitución no y apostasía hasta la segunda generación siva del blanco contra el negro; y éste,
obstante lo que la ley dispone” (Sínodo, de la línea masculina y hasta la pri- sumido en asfixiante situación de mar-
1982: 27); y remite al lector a la Ley 4ª, mera de la femenina. Los que traen ori- ginalidad, al estallar la insurrección, el
del sobredicho título, en la citada Reco- gen de personas infamadas con algún 10 de octubre de 1868, sólo tuvo una
pilación (1636 y 1681), donde se ruega otro castigo, o ministerio vil de aqué- opción: la incorporación inmediata a
a los prelados “excusen ordenar tantos llos que producen afrenta y mancilla el la lucha armada en la manigua revolu-
Clérigos como ordenan, especialmente linaje. Finalmente, los hijos de oficiales cionaria. Así –expresión de Fernando
a mestizos e ilegítimos, y otros defec- mecánicos. Y por punto general los Ortiz (1997: 27)–, “el elemento negro
tuosos, y no dispensen en los intersti- que carecen de cualquiera de las cali- se abrazó al ideal mambí no sólo como
cios, ni consientan en sus Diócesis a los dades necesarias, o se hayan atado con lábaro que había de llevarlo a su eman-
expulsos de las Religiones y escandalo- algún impedimento canónico para reci- cipación civil, sino también a la política”.
sos…”. (Recopilación, 1943: I, 54). bir órdenes sagradas” (Estatutos, 1835; La alta participación de los negros en la
Ante lo escrito, la posibilidad de apud., Bachiller, 1965: I, 285-286). guerra independentista cubana, como
los negros y mulatos de tener la “dis- Conjunto de actitudes que hacen a miembros del Ejército Libertador, con-
pensación de la sede apostólica” y el la Iglesia católica partícipe moral –y de firma la premonición del padre Varela,
reconocimiento del prelado para orde- ningún modo entidad excluyente– en en 1822, cuando dijo: “estoy seguro de
narse como sacerdotes se convirtieron esa impuesta carencia de aceptación que el primero que dé el grito de inde-
en letras muertas durante cerca de 450 de los negros, donde la discriminación pendencia tiene a su favor a casi todos
años. Hasta donde conozco, no se dio y el racismo tendrían que analizarse los originarios de África” (Varela, 1886:
ningún caso de negro admitido como desde los presupuestos de una heren- 546). Aseveración en que Ortiz abunda
sacerdote hasta 1942, en la figura de cia cultural; proceso en el que la jerar- de la siguiente manera: “Los negros
Armando Miguel Arencibia Leal (Sar- quía eclesiástica, implicada en el envío debieron sentir, no con más intensidad,
miento, 2009). de esclavos africanos a América, no pero quizás más pronto que los blan-
Próximo a cumplirse un siglo de puede deshacer tan sólido andamiaje cos, la emoción y la conciencia de la
aparecer el Sínodo de la Iglesia de que, al tiempo de impulsar el desarrollo cubanía. Fueron muy raros los casos de
Santiago de Cuba (1681), el ilustrísimo económico de las naciones implicadas, retorno de negros al África. El negro
8, 15 y 22 de marzo
Impromadrid Teatro presenta “Teatruras”, un espectáculo de improvisación teatral dirigido a niños de 6 a 12 años
que trata de acercarles al teatro de una forma original, atractiva y divertida
29 de marzo, 5 y 19 de abril
Educarte presenta “La flauta mágica”, versión de la ópera de Mozart adaptada a niños a partir de 3 años, donde el
niño se adentra en el mundo de la ópera y en su rico fondo de emociones
12 de abril
La Tartana Teatro presenta “Piratas”, un espectáculo de títeres con barcos fantasmas y galeones hundidos
26 de abril, 3 y 10 de mayo
El callejón de Lola Teatro presenta “El Popol Vuh o El libro sagrado de los indios Quichés”, espectáculo dirigido
a los más pequeños para que de una manera lúdica y divertida tomen conciencia de valores tan universales como el
respeto a otras culturas, la fraternidad entre los hombres y el valor de la amistad y la colaboración en grupo
Visitas guiadas a la exposición temporal “Mantos para la Eternidad. Textiles Paracas del antiguo Perú”
Jueves en dos turnos: a las 17 h. y a las 18 h. Previa inscripción en grupos.mamerica@mcu.es
VI. Marginalidad, prejuicio y ni confirma que entre los mambises dueños o mía” (Pérez, 2005: 79); igual
prevaleciera esta práctica. En cambio, sucede con un bando, de fecha 12 de
discriminación de los negros reconoce en los españoles a un pue- noviembre de ese año y que dispone
insurrectos durante las blo de mínimo racismo y asiente que que: “serían juzgados y ejecutados los
guerras de independencia la Guerra de 1895 no tuvo un carácter soldados y jefes de las fuerzas liberta-
racista. Sus reflexiones albergan ciertas doras que: […] se introdujeren en las
pretensiones de ruptura con los estu- fincas ya sea para sublevar o ya para
Por último, veamos entonces si tales dios precedentes pero no van más allá extraer sus dotaciones de esclavos”
predicas0 martianas, basadas en la de su enunciación, quedando muchas (Pérez, 2005: 79). Disposiciones que
igualdad para todos, se materializan a de ellas como sólo interrogantes. No fueron violadas múltiples veces y en
plenitud en el campo de la insurrec- obstante, advierte que en “una sociedad ocasiones el propio presidente las con-
ción, dentro de las filas del Ejército dividida por el color y el origen de los sentía o hacía caso omiso. Pensemos
Libertador; aún cuando, hoy en día, hombres, la incorporación de los prime- que eran decisiones que se tomaban en
los temas inherentes a la esclavitud, ros negros y mulatos debió haber sido plena guerra, muchas de ellas salidas de
la emancipación de los esclavos, las traumática”; que, pese a lo mucho que un caudillo local, y que son aspectos
aspiraciones de los negros y la margi- se ha escrito sobre la guerra, “no hay que la historiografía no ha sabido captar
nación, discriminación social y racismo testimonios válidos de cómo se fue sal- e interpretar cuando ha efectuado valo-
que este sector sufre durante el período vando el abismo entre blancos y negros raciones de las actitudes de los revolu-
que duró la Guerra de Independencia en la primera etapa de la lucha” y de cionarios del 68.
(1868-1898) son materias que siguen “cómo fue posible que un movimiento En este sentido, son interesantes las
sin investigarse como un estudio único iniciado por patricios lo cerrase un reflexiones que realizan Abreu (2005:
concatenado de la historia social de general mulato” (Moreno, 1995: 245). 77-93) e Ibarra (1967: 55-57) de la Guerra
Cuba. Retraso en el debate, proba- Él considera la batalla contra la escla- de los Diez Años, en las jurisdicciones de
blemente, porque aún no se tiene un vitud, el combate a la desigualdad y Bayamo, Holguín, Manzanillo, Tunas y
corpus, lo más completo posible, del el menosprecio, y la exaltación de los Santiago de Cuba (Departamento orien-
comportamiento de este fenómeno valores patrios como las aspiraciones de tal de la Isla), y fundamentalmente aque-
durante toda la contienda bélica (1868- mayor peso entre los no blancos. Ade- llas que plantean el vivir más inmediato
1898), que parta de la base constitutiva más, afirma que “la Guerra de los Diez de amos y esclavos durante los prime-
del Ejército Libertador. Digamos que Años fue fundamental porque derribó, ros meses de insurrección. Información
la marginalidad, la discriminación y el o al menos, quebró dentro del campo válida para interpretar mejor el dilema
racismo, entre las herencias más mar- insurrecto la contradicción de color que esclavitud-insurrección y para penetrar
cadas de la esclavitud y de la cultura había mantenido divididos a los cuba- en el espacio, todavía oscuro, de las
que a partir de ésta se engendra en nos” (Moreno,1995: 273). Planteamiento relaciones amo-esclavos, esclavos-libres,
Cuba, aún cuando afectan a determi- al que agrego el siguiente comentario: esclavos-negros libres, negros-blancos y
nados líderes de la raza negra, fue un las nuevas posibilidades reales a las que jefe-subordinados.
problema que mayoritariamente perju- se enfrentan negros y mulatos, a partir Abreu distingue en el comporta-
dicó a los negros insurrectos más des- del 10 de octubre de 1868, no derriba miento de los amos, los que se incor-
poseídos. Tanto a los soldados rasos, esta contradicción y más que quebrarla poran a la insurrección con sus esclavos
los más de infantería, como al resto de sólo la disminuye. Con las guerras no de los que pierden sus dotaciones al
la masa desarmada que conformaba el se liquidaron las grandes contradiccio- ser liberadas por las partidas rebeldes.
sustrato del Ejército mambí, la llamada nes de la sociedad cubana, dígase en En los esclavos un análisis todavía más
fuerza auxiliar (convoyeros, jolongue- este sentido los problemas raciales; por- complejo, por abarcar: desde los sujetos
ros, asistentes, forrajeadores, agricul- que –haciendo uso de su propio razo- que se alzaban con sus amos y man-
tores en los predios más apartados y namiento– “prejuicios y patrones for- tenían una relación más plausible en
un etcétera de toda clase de servicios mados en siglos no se borran en unos el trato; situación favorecida que nada
subalternos); y por esto es más difícil años, pero disminuyeron en su intensi- tenía que ver con los llamados esclavos
de detectar, ejemplificar y hasta llegar dad y forma y se alteraron las priorida- del Estado, los incorporados a las fuer-
a considerar como un mal que con- des” (Moreno, 1995: 255). zas libertadoras cuyos amos no seguían
vive de forma perenne en las filas de Con relación a la esclavitud y la igual camino; hasta la forma en que
los revolucionarios cubanos durante las insurrección, las órdenes emitidas por fueron tratados durante y después de
tres guerras. También, puede ser que el gobierno revolucionario en la prác- los reclutamientos, la marginación que
esta limitante o este vacío historiográ- tica se cumplían muy poco. Entre ellas, padecían, sus condiciones de vida en
fico se dé porque todavía en Cuba no la publicada en El Cubano Libre, el 29 los campamentos, los variados tipos de
se han logrado superar los problemas de octubre de 1868, y en la que Car- ocupaciones que desempeñaban y las
del racismo y por tal motivo se cuide los Manuel de Céspedes dice: “Queda posibles causas de las deserciones. Para
un tanto la posible susceptibilidad de prohibido desde este momento a todos concluir, “que una parte de los esclavos
quienes más lo padecen. los jefes y subalternos del Ejército que resistían en los territorios sublevados
Moreno (1995), las veces que se Libertador admitir esclavos en sus filas, permanecieron en las fuerzas revolucio-
refiere al tema del racismo, no desmiente a menos que sea con facultad de sus narias” (Abreu, 2005: 93). Una evidencia
contrastada al final de la Guerra de los poco tiempo, arrepentirse del paso que hicieron vida independiente en las mani-
Diez Años, al comprobarse el elevado voluntaria o involuntariamente habían guas más inaccesibles como cimarrones;
número de ex esclavos que terminaron dado. Algo verificado en sus declaracio- y todavía mayor el número de deserto-
como miembros del Ejército Libertador8. nes como prisioneros de las autoridades res que se entregaban al ejército español
A una parte de los esclavos les obli- colonialistas. El propio Abreu incor- en operaciones. La documentación en
garon se incorporaran a las fuerzas lib- pora en su ensayo uno de estos testi- este sentido es copiosa. Los despachos
ertadoras; donde muy poco cambió sus monios. El del esclavo presentado en el de las tropas españolas recogen parte de
vidas, al continuar recibiendo el trata- campamento de Sevilla que se quejaba las presentaciones de los ex esclavos, en
miento habitual al que estaban acostum- porque lo tenían afilando machetes y las que alegaban eran maltratados por
brados. El castigo del cepo se trasladó formado en el batey, de dos en dos, por sus jefes y preferían volver a la escla-
de la plantación a los campamentos la mañana y por la tarde (Abreu, 2005: vitud que cumplir con la causa cubana
mambises (Gómez, 1897; Flint, 1983; 86). De seguro, entre los jefes insur- (Sarmiento, 2007). No obstante, se debe
Sarmiento, 2007) y comenzaron a vivir rectos no faltó interés por disciplinar tener especial cuidado en su lectura;
los maltratos que sufrían sus similares en a los esclavos; el problema estaba en porque, bajo la presión de los interro-
las plantaciones de Occidente; “para una la forma y en los métodos empleados. gatorios, no faltaron individuos que exa-
parte de estos esclavos no había diferen- Este mismo autor es consciente de que geraran al narrar los acontecimientos.
cia sustancial entre los españoles y los existieron campamentos a los que los También, el propio ejército español, en
cubanos. Todos eran blancos, sinónimos jefes trasladaron la estructura represiva su afán de mostrar a una fuerza rebelde
de amo” (Abreu, 2005: 87). Por esto, se de los ingenios. Otro inconveniente para debilitada, falseaba y dramatizaba, toda-
les tenía desconfianza y permanecían los insurrectos, con mayor énfasis en los vía más, lo dicho por presentados y
vigilados. Hubo muy poco respeto por esclavos, fue la inadaptabilidad. Una prisioneros. Pero, como bien manifiesta
esta gente. Salvo que, a diferencia de parte pasaba de tener una vida más soli- Abreu (2005: 84): “en ocasiones, hasta la
sus vidas en las plantaciones, entre las taria, formada en un ambiente patriarcal, mentira puede ser de alguna utilidad en
cuatro paredes de los barracones, en los a la no siempre aceptada o bien llevada los análisis históricos. Al mentir se busca
campamentos mambises sobraban los convivencia en colectivo. una realidad que puede ser creíble. La
testigos que podían dar cuenta de sus Ha de suponerse que en los inicios, realidad de los esclavos maltratados por
vicisitudes y del extremo de sus humil- al constituir las masas de esclavos el los insurrectos, durante su incorpora-
laciones como humanos. José Martí, con grueso de los insurrectos, fueron enor- ción a las fuerzas libertadoras, es creíble
dolor e impotencia a la vez, recoge en su mes los obstáculos que la vanguardia entre los españoles, pues esa situación
Diario de campaña la salvaje anécdota revolucionaria tuvo que vencer; tanto racista se refleja en la documentación
contada por Máximo Gómez, personi- para incorporar a las dotaciones en el personal de algunos líderes insurrectos”.
ficada por el general Eduardo Mármol: ejército como para luego disciplinar- Quien escribe estas páginas pudo
“Dormía la siesta un día, y los negros las en la vida militar. Dentro de este revisar, en el Servicio Histórico Mili-
hacían bulla en el batey. Mandó callar y ambiente, así como existieron pro- tar de Madrid, una parte considerable
aún hablaban ¿Ah, no quieren entender? pietarios de esclavos que se negaron de estos interrogatorios, quejas u otras
Tomó el revólver –él era muy buen tira- al decreto de emancipación, también demandas vinculadas con los mambi-
dor–: y hombre al suelo, de una bala se dieron casos de dotaciones que se ses, principalmente con esclavos en los
en el pecho. Siguió durmiendo” (Martí, resistieron a formar parte del naciente primeros años de la insurrección. En
1985: 63). Ejército Libertador (Ibarra, 1967: 51-53). una primera lectura, la narración de los
Los esclavos como parte del ejército En las fuentes archivísticas abundan los hechos parece convencer al investiga-
insurrecto estaban marginados, forma- testimonios que refieren el doble trabajo dor y hasta le resulta curiosa la forma
ban las fuerzas auxiliares y realizaban los de los jefes mambises, el de luchar con- en que imitan el habla coloquial de los
trabajos físicos más duros, en condicio- tra el ejército español y el de discipli- esclavos. Pasado el momento emotivo,
nes deplorables; la gran masa se desti- nar a “la negrada”, en frase de la época el investigador se reincorpora al análi-
naba a la construcción de fortificaciones (Sarmiento, 2007). Segunda labor que sis y descubre el trasfondo de los incisi-
y barricadas al estilo más primitivo, abrir no siempre tuvo un resultado satisfac- vos planteamientos en no pocos de los
trincheras, derribar árboles y trasladarlos torio, lo que obligó a muchos jefes que testimonios. Tras la pista descubre, por
junto con las piedras para obstaculizar emplearan drásticas medidas. Ya antes ejemplo, que un mismo hecho, desde
el paso del enemigo por los caminos; un se ha dicho: como en las plantaciones la aparición de una primera narración
número menor se situaba en las cocinas, esclavistas, los castigos del cepo y el gri- hasta que se transcribe como parte ofi-
cortando leña y otros trabajos secundar- llete se encontraban entre las medidas cial a los mandos superiores, es contado
ios. Sin embargo, estoy en desacuerdo disciplinarias aplicadas; la más extrema, de forma diferente. En el caso de negros
con Abreu cuando afirma que era una el fusilamiento. Del uso del látigo no he presentados o prisioneros: se multiplica
rareza verles en tareas propiamente mil- encontrado ninguna referencia y el robo el número de ellos y de los muertos en
itares. Muchos de los castigos impues- estaba entre las indisciplinas más juzga- combate; se les añadía a sus declaracio-
tos a los esclavos fueron precisamente das por los mandos insurrectos. nes que eran obligados por sus amos a
porque se negaban a prepararse para la Fueron muchos los esclavos que se alzarse; que los amos para preservar sus
guerra. La disciplina militar impuesta en fugaron de los campamentos rebeldes propiedades de la destrucción de los
determinadas partidas les hacía, en muy y retornaron al control de sus amos o rebeldes cedían parte de la dotación a
las partidas; y un etcétera más de argu- del regimiento de Bayamo, que revela rias impuestas por la guerra y el agra-
mentaciones que podían ser ciertas o no, la existencia de una oposición cerrada decimiento explícito por salvarle la
como se ha comprobado que muchas lo en estas zonas al ascenso de los jefes vida el uno al otro, por compartir en
han sido, pero que no se incluyen en los de extracción popular” (Ibarra, 1967: un momento determinado un trozo de
primeros partes de operaciones. 55). Se refería a Antonio Maceo y tras- boniato, como único alimento del día,
La situación hasta ahora descrita era mitía en el papel el odio que no podía entre otras bondades, necesariamente
muy diferente para los negros y mestizos por sujeción manifestar libremente: “Tú incidía en que mejorasen las relaciones
libres que se incorporaban a las fuerzas mismo me has contado que no estaría personales entre blancos y negros. Ade-
libertadoras. Son menores, al nivel de las lejos el día en que éste al frente de los más, que en ocasiones unos sobrevalora-
pequeñas partidas, las muestras de dis- negros nos quitaría la cabeza” (Ibarra, sen las cualidades humanas de los otros.
criminación hacia esta otra parte de los 1967: 55-56). Comportamientos, todos, Ahora bien, aún cuando es cierto
insurrectos no blancos. Planteamiento racistas, que estaban muy aparejados a que fueron principalmente los penin-
que se avala con el ejemplo de la fami- otros, ya de índole más clasista. “En 1878 sulares y los cubanos pro-españoles, en
lia Maceo. Lo que sí se dan son algunas y en 1880, los jefes militares regionales sus campañas de desmoralización del
diferencias en el ejército mambí entre los habían capitulado porque no concebían Ejército Libertador, quienes presentaron
esclavos y los negros y mestizos libres. otra dirigencia ideológica que la de los la lucha cubana por la independencia
Diferencias marcadas o consentidas por cuadros políticos e intelectuales vincu- como una guerra de razas, no faltaron
no pocos de los mandos rebeldes; por lados orgánicamente a la clase terrate- líderes mambises que en su afán de
ejemplo, mientras a los negros y mes- niente” (Ibarra, 1967: 57). protagonismo y rápidos ascensos ali-
tizos libres les permitían dormir junto a Conforme a lo expresado por Iba- mentaran esta idea; viendo a los oficia-
los blancos, en la casa campamento, los rra (1967: 56) “todo hace indicar que el les negros y mulatos, y principalmente
esclavos lo hacían fuera, casi siempre a alcance del movimiento racista estuvo –como ya se ha anotado– a la figura de
la intemperie o en improvisados bohíos limitado a las zonas de Bayamo y Man- Antonio Maceo, como obstáculos en sus
(Abreu, 2005: 88). Igual pasaba con el zanillo, aun cuando es posible que estos aspiraciones.
acto de compartir el momento dispuesto prejuicios hayan influido de un modo Cuando se habla del mayor general
para las comidas; los esclavos siempre generalizado e indirecto en la conducta Antonio Maceo Grajales necesariamente
sin mezclarse (Sarmiento, 2008: I, 152- de algunos de los hombres del Zan- aflora el tema del color. No porque el
314). El negro y el mestizo libre se ini- jón”. Juicio que crea sobre la base de héroe se refiriera a esta problemática de
ciaba siendo mambí como soldado, el la documentación a que tuvo acceso, manera continua, cosa que hizo cuando
esclavo como esclavo. Los libres adqui- validado, además, con opiniones como las circunstancias lo merecieron, sino
rían un arma blanca más rápido que un la de Manuel de la Cruz: “Ocurrió que porque, al constituir paradigma de la
esclavo y sus ascensos eran lentos pero algunos insurrectos, de los menos pro- gran masa de negros y mulatos insu-
menos trabajosos. También por estas minentes por cierto, creyeron necesa- rrectos, el tema racial le afectaba en
condescendencias de los caudillos con rio, acaso por personalísimas exigencias todos los sentidos. No obstante, Maceo
los negros y mulatos libres hubo sus de sus conciencias, explicar y justificar demuestra, la mayoría de las veces, estar
enfrentamientos, recelos y traiciones. actos que no necesitaban explicación ni por encima de los prejuicios raciales.
Ibarra también se refiere a otros justificación, y con más o menos desen- Pudo ubicar y aquilatar, en la medida
sucesos que dan cuenta de la margina- voltura y habilidad echaron a volar la de lo posible, cuál era el lugar más pro-
ción del negro en la dirigencia revolu- especie de que no era posible continuar pio para los racistas: ignorarlos. Ecua-
cionaria durante la Guerra de los Diez la guerra, porque ya los negros se iban nimidad y compasión que logra alcan-
Años y la Guerra Chiquita, en ciertas sobreponiendo a los blancos” (De la zar gracias a su máxima inteligencia y
zonas de Cuba libre, “donde el virus Cruz, 1895; apud., Ibarra, 1967: 56). a la prioridad de defender la patria por
del racismo empezaba a hacer estragos” A Ibarra no le faltaron razones para encima de su propia personalidad y
(Ibarra, 1967: 55); por ejemplo, las con- hacer ver y comprender la compleja de cualquier conflicto solapado (Martí,
versaciones del coronel cubano Enrique situación a la que se enfrentaron los 1975: IV, 451-454).
Céspedes con el coronel español Mella: negros y mulatos incorporados a la insu- Si por algo Antonio Maceo sintió
“Según Pirala [de donde toma la cita], rrección. De la misma manera en que dolor e impotencia a la vez, aun igno-
hablaron largamente del estado de la destaca la utilidad y lo mucho que ganó rando muchos de los comentarios y
guerra y manifestó Céspedes que su este amplio sector de la población al teniendo un poco de ecuanimidad y
continuación en el campo insurrecto así convivir, atraído por los mismos ideales, compasión con y por sus adversarios,
como la de otros jefes que veían la ruina con los mambises blancos en los cam- fue por las continuas acusaciones que
en el elemento de color en que se apoya- pos de Cuba libre; el territorio donde le hicieron de ser portador de prejuicios
ban, se basaban en los odios personales se asentó la soberanía revolucionaria y raciales, querer la venganza del negro
y en el temor de la dictadura presentán- donde se crearon, sin dar lugar a duda contra el blanco, fomentar la guerra de
dose” (Pirala, 1895: I, 360; apud., Ibarra, alguna, nuevas relaciones sociales. razas y tener el propósito de crear una
1967: 55). Pensar que no era aislado, tal En los campamentos mambises, al república negra.
como se confirma en “la carta del coro- tiempo que no se borró la línea sociológica Estas inculpaciones, en mayor o
nel Antonio Bello, Jefe del regimiento que dividía al mambisado por el tipo menor medida, se las hicieron a Maceo
Luz de Yara, al general Juan J. Rus, Jefe de clase a la que pertenecía, las penu- en las tres guerras y durante el período
de tregua (1880-1895): el gobierno colo- señor acabaremos de confesar quien es nes les acusaban, “denunció algún com-
nialista, en su afán de dividir a los mam- o no? Permítame calificarlo a mi enten- plot de racismo negro en la manigua,
bises y debilitar la insurrección, impor- der: llamémosle Hicotea..”; el diputado durante la Guerra Grande; llamó a los
tantes personalidades del Consejo de Marcos García de Sancti Spíritus: que cubanos de su raza a unirse a los blan-
Gobierno, militares de gran prestigio y las intenciones o tendencias de Maceo cos, para, dirigidos por éstos, alcanzar la
algunos otros líderes y mandos inter- han sido siempre “ser el hombre fuerte libertad y sus derechos plenos” (Maceo,
medios del Ejército Libertador; incluso de la revolución y el racismo negro”; 1998: I, 139; Mourlot, 2005: 108); y en los
hombres cercanos a él, en los que los el teniente coronel Ángel Pérez, en su comentarios que hace a propósito de una
motivos eran tan múltiples como super- destino como agente revolucionario en carta que escribe al general Camilo Pola-
fluos y donde afloraba, tras el prejuicio Colombia, escribe a su antiguo jefe gene- vieja, desde Kingston ( Jamaica), el 14 de
racial, los celos de mando, ambiciones ral Carlos Roloff, “con alusiones relativas junio de 1881, expone su visión de la
de jefaturas, pases de cuenta, desconfiar a que aceptar al Héroe de Baraguá sería relación que existe entre los prejuicios y
del talento de Maceo y acusaciones a sus aceptar el dominio de la ‘gente de color’, la libertad (Portuondo, 1971: 51-62).
posibles arrogancias (Pérez, 2005: 16). y esto equivaldría a tener una Cuba afri- Sin embargo, la figura de Antonio
En los testimonios recriminatorios cana”; del brigadier Flor Crombet, por Maceo como máximo aglutinador de
son muy pocas las afirmaciones y nin- cierto mulato, al mayor general Calixto un pueblo, más allá de blancos, negros
guna de ellas logran empañar el cristal García: “Nuestro hombre [Maceo] apoyó y mulatos; “su personalidad, sin divi-
con que se cubre la hoja de servicios del a Gómez, añadiendo que nunca creía sión de color entre sus soldados, y su
Titán de Bronce. Las acusaciones corres- que los blancos tenían ni más derecho, relación con peninsulares y cubanos
pondientes al bando cubano inician con ni más deberes que los de su raza; pero blancos, fue lo suficientemente fuerte
el “dicen que”, “se comenta que”, “se que, de momento, veía difícil tan gigan- como para diluir en lo posible la ima-
susurra que”, etcétera, etcétera; y “tales tesca empresa, por la razón de no contar gen racista de la guerra” difundida por
términos indican, más que acusaciones con dinero y elementos indispensables”; los peninsulares (Monero, 1995: 246).
concretas, especies echadas a rodar, con el abogado Ignacio Belén Pérez, desde Tal vez por esto, “la muerte de Antonio
el fin deliberado de crear una imagen Panamá, escribe a Gómez: Maceo cree Maceo no tuvo una repercusión nega-
negativa, una atmósfera de prevencio- “que va a ser rey, como si Cuba fuera tiva en las filas independentistas” (Pérez,
nes” (Mourlot, 2005: 55-56). En esencia, África”; el brigadier Serafín Sánchez 2005: 23); ni en los blancos ni en los
la base de tan mayúsculo malestar en un intentó inculcar a José Martí: “Que nin- no blancos; y, para completar la idea de
grupo de la oficialidad blanca radicaba gún sentimiento de patriótica bondad Francisco Pérez Guzmán: “Esta actitud
en “lo ‘inconcebible’ de que alguien de cambiaría en Maceo su ciego empeño también revela un nivel de conciencia
la llamada ‘raza de color’ pudiera, al fin, de favorecer el predominio de la raza de identidad nacional, verdadero sen-
estar trepando tan alto” (Mourlot, 2005: negra” y “que Maceo no se conformaba tido de la participación de la mayoría
55-56). Y en efecto, el mulato Antonio con la igualdad republicana y democrá- de los negros y mulatos cubanos que se
Maceo lo logró. Vencedor de obstáculos, tica, sino que quería la venganza del incorporaron a la Revolución de 1895,
su exitosa trayectoria militar y su com- negro contra el blanco, por medio de la por encima de intereses particulares por
portamiento lineal y transparente como represalia bárbara, a fin de lograr el pre- el color de la piel y que, por otra parte,
hombre de honor y de bien le hicieron dominio absoluto”; y el doctor Fermín evidencia confiabilidad en otros jefes
acreedor, peldaño a peldaño, de la más Valdés Domínguez anota en su Diario militares blancos, como Máximo Gómez,
alta graduación otorgada por el Ejército de soldado: “quedó con su miseria y su quien había defendido ideales socia-
Libertador: el mulato pasó de ser un alma más negra que la piel” (Mourlot, les muy similares a su ídolo, el general
anónimo soldado a Mayor General. 2005: 53-118). Antonio Maceo” (Pérez, 2005: 23).
Se dice que fue el coronel Ignacio Durante el año 1876, hubo un Ya desde antes, tras la Protesta de
Mora Pera quien inició la campaña nega- momento que, por todos estos ata- Baragúa –encuentro en el que partici-
tiva hacia Antonio Maceo; le llamaba “un ques personales, Antonio Maceo llegó pan como principales figuras un blanco
hombre ambicioso”. Difamaciones en las a presentar su renuncia al Presidente y un negro: los generales Arsenio Martí-
que participan a lo largo de treinta años de la República, Tomás Estrada Palma nez Campos y Antonio Maceo Grajales–,
figuras como el coronel Matías Vega Ale- (Maceo, 1998: I, 68). Y ya con el tiempo, y con un período de paz, posterior a la
mán, quien manifestó en carta al doctor algunos de los hombres que hablaron Guerra Chiquita, próximo a los quince
Miguel Bravo Santíe “que Maceo había mal de él se retractaron, por medio de años, obviamente los negros y mulatos
hecho creer a los hombres a su mando sus acciones, del daño moral causado al libres, principalmente los que lucharon
que el problema de Lagunas de Varona Héroe de Baraguá. Sin embargo, estos en uno y en otro bando, aumentaron su
era una cuestión de raza”; el brigadier comentarios insidiosos de índole racista autoestima. El sacrificio de diez años de
José de Jesús Pérez de la Guardia, quien no dejaron de existir en la base del guerra convertía a estos últimos en verda-
dice: “El referido Maceo es hombre peli- Ejército Libertador; afectación que se deros hombres y mujeres libres y a todos
groso en la posición que ocupa; no soy hizo extensiva y que más sufrieron los ellos por igual les crecieron las expectati-
más claro por no fiar en la pluma ideas soldados negros y mulatos, quienes vas en cuanto a su posición en un futuro
diabólicas por él emitidas”; el brigadier constituían la gran mayoría de la mem- igualitario. Fue a partir de entonces
Juan Fernández Ruz, escribe al general bresía mambisa. cuando el gobierno colonialista se trazó
Vicente Aguilera: “¿Dígame, general, este Maceo por su parte, contrario a quie- como política “ganar a los negros” y para
ello encaminó un conjunto de acciones que los blancos. Inhabilidades que pue- inadvertidos. Realidad que alcanzó mayor
específicas, enfocadas a la promoción den ejemplificarse a través de un testi- notoriedad entre los negros y mulatos,
cultural de la gente de color y contra la monio, extraído por Pérez Guzmán de hasta verse como seña de discriminación
discriminación racial. Esfuerzos oficiales las Actas de las Asambleas de Represen- racial (Pérez, 2005: 89).
que inician sus prácticas en 1879, paradó- tantes y del Consejo de Gobierno, que Así, entre los muchos casos de
jicamente, antes de abolirse la esclavitud afecta al coronel Prudencio Martínez y negros implicados en la negación de un
(1886): “Por ejemplo, aun en contra de que tiene como mentor al general Calixto rango superior o un puesto, habría que
los liberales criollos, se eliminó todo obs- García, entonces jefe del Departamento analizar, sobre la base de las hojas de
táculo legal al ingreso de los negros en Oriental. En síntesis: sucedió a inicios de servicios y las posibles circunstancias
la enseñanza incluyendo por igual a los 1898. García propuso al General en Jefe que apremiaban en ese momento, si la
niños de las escuelas primarias así como el ascenso a brigadier del coronel Pru- no concesión respondía a la ausencia
los institutos de segunda enseñanza y la dencio Martínez; éste a su vez, después de méritos suficientes o si en las deter-
universidad; se prohibió la segregación de aprobar la propuesta, la trasladó al minaciones del Consejo de Gobierno
en los trenes, restaurantes y cantinas; Consejo de Gobierno, quien la deses- predominaban los conceptos racistas.
se eliminó en el registro civil la existen- timó sin dar explicaciones. García insis- El anterior caso del ya brigadier Pru-
cia de libros para blancos y otros para tió de nuevo y el Gobierno mantuvo su dencio Martínez, la polémica que suscitó
negros, y esta última medida se aplicó a determinación. Entonces, García amplió la no concesión del cargo como máximo
las iglesias” (Moreno, 1995: 262). la fundamentación de su propuesta y la jefe de Oriente al general José Maceo,
José Martí denunció inmediatamente dirigió a la Secretaría de la Guerra; en más la sustitución del negro Martí Duen,
la finalidad que perseguía este decreto esa oportunidad, además de relatar los jefe fundador del Regimiento de Betan-
colonial, por el que se introducía cambio méritos militares de Martínez, expuso: ces, por el blanco Guillermo Schweyer,
en la vetusta legislación segregacionista. “Hace largo tiempo que viene mandando miembro de una distinguida familia de
Su conocido artículo “El plato de lente- la Brigada de Guantánamo y la circuns- la provincia de Matanzas, y el proceso
jas”, publicado en Patria, el 2 de enero tancia de ser un jefe de la raza de color judicial contra Quintín Bandera, entre
de 1894, es una enérgica respuesta que exige que no le posterguen injustamente. otros actos aislados y de diversa índole,
desenmascara la falsedad del gobierno Aún como medida política se hace con- hoy pueden ser catalogados como racis-
español en la Isla (Martí, 1975: III, 26-30). veniente y al Gobierno no se le ocultará”. tas, y de hecho algunos de los autores
Acciones del gobierno colonial en la Sólo así García pudo encontrar una vía así lo creen (Ferrer, 2003: 141-162); sin
Isla que, pasada la fiebre de captación para que a Prudencio Martínez se le con- embargo, Pérez Guzmán considera que
de “adeptos a conveniencia”, no circula- cediera el ascenso a brigadier. El mensaje “son informaciones significativas, pero
ron más allá de los límites comunicativos. se captó en la cúpula del gobierno y en insuficientes para explicar con objetivi-
La sociedad cubana continuaba siendo el segundo consejo se aprobó la pro- dad la complejidad del problema de los
un ámbito de sectores profundamente puesta. Martínez, además de ser el jefe negros y mulatos en las filas del Ejército
racistas y en muy poco estos grupos de la Brigada de Guantánamo y partici- Libertador” (Pérez, 2005: 87).
cambiaron después de cesar la esclavi- par en todas las operaciones realizadas Es por esta escasez de elementos
tud. Entonces, los negros y mulatos se en Oriente, era negro, hacendado y man- probatorios que Pérez Guzmán critica
enfrentaron a nuevos conflictos, adap- daba en una zona habitada mayormente a los historiadores que han tratado la
taciones y desafíos, dándoles respuestas por negros y mulatos. El texto, como bien temática de la marginación de la raza
que tampoco hicieron esperar; porque expresa Pérez Guzmán, “es muy revela- negra dentro del ejército mambí, cons-
ha de reconocerse que, en la forja de la dor para entender la realidad histórica triñendo el espacio de observación y sin
conciencia ciudadana de estos negros y de un ejército multirracial y multiclasista, profundizar en el número de mambises
mulatos, la aparición del decreto colo- como el mambí. Su alerta [la del general no blancos que ocuparon importantísi-
nialista, aunque fuese en parte teoría, no Calixto García] de que se trataba del jefe mas responsabilidades en el mando mili-
sólo sentaba precedentes sino que les de la Brigada de Guantánamo y su con- tar. En este sentido, ofrece una relación
legitimaba públicamente cuáles eran sus dición de ser negro, plantea un novedoso de los más representativos y continúa
derechos fundamentales. enfoque sustentado en el vínculo región, con el siguiente razonamiento: “Resulta
En la Guerra de 1895, la posibilidad localidad y raza” (Pérez, 2005: 85). innegable que en el Ejército Liberta-
de ascender como oficiales y hacia la Expresión de Pérez Guzmán que dor brotaron actitudes discriminatorias
jerarquía militar del Ejército Libertador encuentra su advertencia en lo dicho por hacia los mambises no blancos, como
registró acentuadas limitaciones para él en otra parte de su monografía: “La de cierta manera, también, se observa
quienes no exhibían un nivel de ins- negación de un grado o una jefatura a con aquellos blancos pobres e incultos.
trucción y de cultura elevado. Barrera un mambí no blanco no puede aceptarse Ahora bien, para despejar el problema
que afectaba lo mismo a blancos que a de forma tácita como una evidencia de y eludir las confusiones, es preciso des-
negros analfabetos y humildes, y dentro discriminación. Pues los conflictos perso- lindar los casos de racismo real de otros
de estos mayormente a los segundos por nales y las ambiciones políticas influye- hechos en los cuales factores culturales,
constituir mayoría y ser los más margina- ron de forma decisiva” (Pérez, 2005: 88). actitudes de mando, indisciplina y méri-
dos. Por tanto, en la carrera por obtener También, porque existieron casos de tos militares, constituyeron las causas
altos grados militares, los mambises no oficiales blancos que fueron igualmente determinantes” (Pérez, 2005: 87).
blancos afrontaron mayores obstáculos perjudicados; sólo que ellos pasaron Los componentes nivel educacio-
nal y nivel cultural son cuestiones que dicaciones colectivas, por sólo citar y mulatos, además de para muchos
ayudan a explicar la baja presencia de tres de los ejemplos, seguido del nom- blancos, en la figura paradigmática del
negros y mulatos en los mandos milita- bre se acompaña una nota que dice: general Antonio Maceo. Manera de ser
res y civiles de la revolución. Factores “no sabe firmar”; o se incorpora, en el y sentir que, en el mayor de los casos,
que, como bien refiere Pérez Guzmán, espacio destinado a la firma, la huella entiendo se circunscribía a las ansias
han sido muy poco mencionados en dactilar del dedo pulgar, como indi- de libertad y a las aspiraciones socia-
los estudios que abordan el problema cativo que es analfabeto. Información les que se materializarían terminada la
de los negros y mulatos en el Ejército fácilmente comprobable al revisar una guerra; para los negros y mulatos, prin-
Libertador. muestra de los archivos pertenecientes cipalmente, manifestada en la igualdad
El bajo nivel cultural existente en la a los Centros de Veteranos del país, y y las mejoras sociales.
membresía mambisa, si bien no impi- al observar en los museos los docu- Otra cuestión que interesa relacio-
dió que determinados jefes y oficiales mentos pertenecientes a los miembros nar es la de los sectores y grupos crea-
ascendieran, en el mayor de los casos del Ejército Libertador. dos dentro del Ejército Libertador. En
les limitó y se convirtió en una con- Si partimos de que el analfabetismo la Guerra de 1895 no existieron con-
dicionante en aquellos que aspiraban predominó entre los mambises se ten- tradicciones en cuanto a la ideología
a puestos de mayor envergadura. “Las drá que admitir que muy pocos de los patriótica de los mambises; todos esta-
palabras ilustración y cultura en los ava- soldados pudieron actualizarse de la ban unidos por el independentismo. Sin
les de los insurgentes se convirtieron en realidad circundante en Cuba y mucho embargo, lo que sí se mantuvo fue la
atributos complementarios para obte- menos en el extranjero; además del diferencia de clase como herencia del
ner un grado militar o una determinada que leer estuviese reservado para unos sistema colonial; actitud que prevale-
jefatura” (Pérez, 2005: 91). Tal vez haya pocos privilegiados, que el hacerse ció en las relaciones personales y en la
sido esta limitante una causa más para de un libro en la manigua constitu- vida de campamentos durante las ante-
que, en proporción a los que participa- yera una rareza y que los periódicos y riores guerras, y que muy poco cambió
ron en las guerras, el número de jefes proclamas impresos en los campos de en el período 1895-1898. En el escena-
y oficiales negros y mulatos fuese tan Cuba no contaran con las distribucio- rio bélico se unieron todas las clases
reducido; y que en el vivir del día a día nes suficientes y sistemáticas, para que de forma solidaria, el blanco estaba al
se hiciera notar esta y otras diferencias pudieran llegar a todas las unidades lado del negro y los ricos se mezclaron
entre los individuos que constituían la combativas. En la práctica, las leyes con los pobres; pero, en el vivir coti-
base del ejército y la oficialidad. que salían del gobierno insurrecto se diano, durante la marcha, a la hora del
La mayor parte de los registros y analizaban en círculos muy reduci- rancho y en el momento del descanso,
plantillas de finales de la Guerra de 1895 dos, sin la asistencia mayoritaria de la se tendía a la división y a la prevalencia
no recogen si los libertadores sabían oficialidad, y el soldado lo poco que de la supremacía que marcaba el esta-
leer y escribir; por lo que la informa- captó de ellas fue cuando realmente se tus social de la llamada clase superior.
ción resulta insuficiente e impide que sentía afectado; y tal vez ni eso, porque No faltaron tropas en las que se expe-
se realicen cómputos generales. Sin se luchaba por un único ideal: el de rimentara in extremis las relaciones de
embargo, el empleo de otras fuentes la independencia, dentro de un sector servidumbre, con afectaciones directas
sugiere pensar que el analfabetismo donde reinaba la ignorancia. A José en los negros más humildes e iletrados.
predominó entre los mambises, princi- Martí se le conocía por las narraciones Ellos eran quienes, cumpliendo con un
palmente durante el período 1868-1880, que circulaban entre los insurrectos sinfín de actividades, auxiliaban a las
y que fueron los negros y mulatos los y no por sus escritos editados en el fuerzas durante las marchas y en los
más afectados. Con relación a las tres extranjero. Tal fue el extremo del des- campamentos. En lo particular, muy
guerras, es abundante la documenta- conocimiento, propiciado por el alto poco se conoce de estos hombres; en
ción que refiere la falta de instrucción índice de analfabetismo y el bajo nivel la bibliografía lo más que se dice, de
de los negros, pese a los esfuerzos que cultural, que existieron partidas que forma general, es que pertenecían a la
se hicieron para alfabetizarlos. En la terminaron la guerra sin saber cuáles fuerza auxiliar del Ejército Libertador y
manigua se llegaron a constituir escue- eran sus máximos líderes más directos; que constituían un número elevado de
las y se editaron manuales para ense- para muchos de los soldados sólo lo conscriptos desarmados. No obstante,
ñar a escribir y leer a los mambises y a fueron Maceo y Gómez: los jefes más debemos a lo escrito por mambises,
la población civil que habitaba en los populares. Igual, otras partidas de des- a las descripciones de oficiales espa-
campos de Cuba Libre (Fajardo, 1897). pistados que se enteraron del cese de ñoles prisioneros de los insurrectos y
En los testimonios el “no firma por- la guerra tiempo después de firmarse a las locuciones de civiles cubanos y
que no sabe escribir” es una constante la paz entre España y Estados Unidos. extranjeros que visitaron los campos
que se repite en un número elevado Por lo general, la educación política de Cuba Libre, durante las guerras, lo
de documentos; en el período 1895- del mambisado partía de la convic- poco que hoy se sabe de los asistentes
1898 menos constatado, pero no por ción particular de cada individuo, sin y convoyeros (Sarmiento, 2008).
esto erradicado. En los expedientes contarse con previa instrucción, enri- Léanse los testimonios de Rosal
relativos a los veteranos del Ejército quecida con las aptitudes y los ejem- (1874) y de Gómez (1965), entre otros,
Libertador, díganse cédulas, actas de plos de quienes simbolizan ser sus que hablan de los mambises que
reuniones, nóminas de pago y reivin- ídolos revolucionarios; para los negros auxiliaron a la oficialidad del Ejército
Libertador y se comprobará que unido los negros y mulatos en el Ejército fuegos. Y en occidente, en zonas como
a una relación de afecto, en ocasiones Libertador, más las valoraciones que de Matanzas, con representatividad de
casi paternalista, se refleja el sentido sus análisis se deriven, no son proble- negros y mulatos, la partición de éstos
de sujeción y los límites que marcan el máticas que puedan referirse a todos en la guerra fue menor; lo mismo que
estatus social y jerárquico de determi- los departamentos; manifestaciones en Pinar del Río, la jurisdicción con
nados líderes. que también pueden variar dentro de menos habitantes de la raza negra de
Por cada oficial, había de uno a seis una misma zona, si partimos de que la Isla. Además, como bien expresa
negros en el servicio auxiliar, como se tuvo una intervención muy desigual. Pérez (2005: 159), el hecho de “existir
asistentes. No he encontrado casos de No es lo mismo hablar de la macro- regimientos compuestos por mambises
mulatos y blancos como asistentes o rregión oriental, portadora del mayor de toda Cuba, ello no significaba que
convoyeros. El apelativo negro precede número de combatientes de toda Isla, tuviera una integración nacional, por-
o sigue al nombre o al denominativo que de las microlocalidades occidenta- que la fusión fue parcial y en algunas
asistente, convoyero, jolonguero, etc.; les, donde los grupos de mambises, a provincias casi no se produjo”.
por ejemplo: “Juan el negro asistente” mediados de la última guerra, consti- Tal vez convenga enfocar la bús-
y “el negro Simón convoyero”. Con lo tuyeron una mezcla, con oriundos de queda de nuevos indicios racistas entre
que podemos afirmar, sin intención de todo el país. En el oriente del país, en los mambises siguiendo las huellas del
hiperbolizar, que fue una tarea desarro- Guantánamo y Santiago, predominó vivir cotidiano de las columnas orien-
llada sólo por negros, al parecer por los una población negra; no siendo así en tales que marcharon a Occidente; e
más humildes e iletrados. Holguín, Tunas, Bayamo y Manzanillo. insistir aún más en los encuentros de
Visto con la lente enfocada en la En las áreas del centro, desde Cama- los recién llegados a nuevas zonas de
regionalidad y la localidad, la margi- güey a Santa Clara, el número pobla- operaciones con los mambises oriun-
nación, la discriminación social y los cional de blancos fue mayor; menos dos de esas localidades.
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dinado por GARCÍA ÁLVAREZ, A. y NARANJO necesidad de extinguir la esclavitud de los negros
Notes on
some archaeological precolombian
colections from Puerto Rico
Resumen Abstract
En Puerto Rico la arqueología científica se Scientific archaeology has been prac-
ha estado practicando por más de un siglo. ticed in Puerto Rico for over a Cen-
Como resultado de ésta se han descubierto tury. As a result, many archaeologi-
numerosas colecciones arqueológicas que, cal collections have been discovered.
sin embargo, después de haber sido des- Nonetheless many of them, after being
critas y analizadas, quedan relegadas a fon- analyzed, they have been relegated
dos de museos, instituciones educativas y to deposits of museums, educative
gubernamentales. Esto se debe fundamen- and government institutions. The fun-
talmente a que no ha habido una práctica damental reason is that there hasn’t
generalizada entre los arqueólogos de la been a generalized practice between
región del Caribe de re-examinar estas Caribbean archaeologists to consult
colecciones “históricas.” Afortunadamente these “historical” collections as part of
la tendencia se ha ido revertiendo debido their research. Fortunately this practice
al reconocimiento por investigadores que has been changing due to the recogni-
las mismas son muy tion made by
útiles como material de comparación some researchers of these collec-
y como herramienta para resolver proble- tions as a useful tool to tackle theoreti-
mas teóricos y prácticos que surgen en la cal and practical problems in contem-
práctica arqueológica contemporánea. Tal porary archaeology. That is the case
es el caso de las colecciones de Puerto for Puerto Rican collections deposited
Rico depositadas en el Museo Peabody de at the Peabody Museum at Yale Uni-
la Universidad de Yale en EEUU, junto a versity USA, and national educative
otras depositadas en instituciones educa- and government institutions as well.
tivas y gubernamentales a nivel nacional. Keywords: Collections, archaeo-
Palabras clave: Colecciones, arqueolo- logy, museum, ceramics, style, Irving
gía, museo, cerámica, estilo, Irving Rouse. Rouse.
I. Introducción
Las culturas precolombinas del Caribe
Insular nos dejaron un valioso legado
cultural que abarca diversos ámbitos
de nuestra vida cotidiana, dentro de la
lingüística, gastronomía, arquitectura,
toponimia, entre muchas otras (fig. 1).
Sin embargo, en ocasiones todo este
cuerpo cultural pasa a un segundo plano
en el imaginario y la conciencia popular
cuando entra en consideración el legado
arqueológico.
No cabe duda que la cultura material
de los llamados Taínos de las Antillas, por
exigua que nos pudiera parecer a prima
facie, continúa causando fascinación en
unos, e interés científico en otros.
Un importante componente de ese
legado cultural se manifiesta en la cultura
material representado por las colecciones
arqueológicas. No obstante, a pesar de
que son numerosas las colecciones anti-
llanas depositadas en diversos museos
estadounidenses y europeos, a través de
los años han sufrido el olvido y hasta el
discrimen de los investigadores. Y es que
hay una característica, casi universal, que Figura 1. Mapa de las Antillas o Indias Occidentales y la región del Gran Caribe. Fuente: www.google.
se reproduce en las arqueologías practi- maps.com
cadas a lo largo y ancho del planeta: la
satisfacción del descubrimiento.
Y desde esa perspectiva, las coleccio-
nes arqueológicas excavadas por otros
investigadores, que en ocasiones podría-
mos llamar históricas, no pueden proveer
esa sensación. Otra característica que ha
prejuiciado el reacercamiento a estos
materiales, es que al haber sido excava-
dos por otros investigadores, ya fueron
analizadas y, por lo tanto, no hay más
nada que decir sobre ellas.
Este trabajo trata brevemente una
temática discutida con mayor profun-
didad en la tesis La presencia del estilo
Boca Chica en la región sur-central de
Puerto Rico (Rodríguez López, 2008)
acerca de la re-evaluación de coleccio-
nes arqueológicas previamente excava-
das y su utilidad para resolver problemas
teóricos y prácticos. Se expondrá sobre
la relevancia científica e histórica de las
colecciones arqueológicas, obtenidas
tanto por métodos científicos, como por
coleccionistas.
Para ilustrar estos planteamientos
se han utilizado diversas colecciones
arqueológicas procedentes de la costa
sur-central y sur-occidental de Puerto Figura 2. Mapa del Archipiélago de Puerto Rico.
Rico (fig. 2).
Estas colecciones están depositadas diversas colecciones históricas y otros sido igualmente fundamentales en el
en diversas instituciones, tanto públicas, esfuerzos de documentación de colec- desarrollo de las tipologías y esquemas
como privadas, como el Museo Peabody ciones arqueológicas provenientes de cronológicos. Al punto que el análisis
de la Universidad de Yale, la Universi- Puerto Rico, y que se encuentran en modal de Rouse, aplicado al análisis
dad de Puerto Rico y el Instituto de Cul- distintos museos de Estados Unidos cerámico, fue construido originalmente
tura Puertorriqueña. (Rodríguez, 1989; Meléndez Maíz, 1999; para la lítica (Rouse, 1939).
Schiappacasse, 2002; Dávila, 2003). Pero cabe preguntarnos: ¿Qué ocu-
Sin embargo, estos trabajos se enfo- rre con esas colecciones después de
II. Trasfondo histórico can hacia aspectos específicos de esas ser analizadas y haber sido utilizadas
colecciones, o a su historia como con- para contestar preguntas científicas?
La utilización de colecciones arqueoló- junto. Aparte de esos esfuerzos, no se ¿Dejan de ser útiles? Usualmente estas
gicas excavadas en otras épocas como le ha hecho un acercamiento de análi- colecciones terminan en los fondos
instrumento y evidencia empírica para sis sistemático a dichas colecciones en de museos, instituciones educativas o
hacer inferencias e interpretaciones varias décadas que permitan hacer una gubernamentales, y que cuando son
sobre procesos históricos y modos de nueva valoración de las mismas. consultadas es para darle relevancia a
vida pasados no es nada novedoso. aspectos específicos. Esto se debe en
Podemos remontarlo al trascendental gran parte a que al haber sido analiza-
análisis que hiciera C. J. Thomsen en III. Las colecciones das, investigadores posteriores entien-
1816 de los materiales recolectados por den que ese material está “procesado”
toda Dinamarca por Rasmus Nyerup y
arqueológicas como y que no hay mucho más que se pueda
que dieron paso a su división de las tres herramienta teórica decir sobre ellas, aparte del aspecto
edades de la historia antigua de Europa descriptivo.
Occidental: piedra, bronce y hierro (Tri- Las colecciones arqueológicas han Tal es el caso de las colecciones
gger, 2006: 123). tenido a través de la historia de la procedentes de Puerto Rico, algunas
En el caso del Puerto Rico, esta arqueología diversas funciones como obtenidas por coleccionistas y otras a
práctica tampoco es novedosa, ya que herramientas teóricas, para resolver través de más de un siglo de arqueolo-
fue realizada por historiadores y aficio- preguntas específicas, de interpreta- gía científica en el país. Estas coleccio-
nados desde la segunda mitad del siglo ción histórica, de clasificación, sobre nes, depositadas tanto en instituciones
XIX. Estos investigadores y aficionados cronología, entre otras. Usualmente y museos de Estados Unidos y Europa,
provenían de una tradición de anticua- los arqueólogos realizan excavacio- como en instituciones educativas y cul-
rios y coleccionistas de antigüedades, nes diseñadas para contestar pre- turales a nivel nacional, han sido vistas
algunos con mayor conocimiento de guntas específicas utilizando el ajuar o revisadas por contados investigado-
las tendencias científicas de la época obtenido durante las mismas para sus res. Aun así, éstas conservan todo su
que otros. Entre los más relaciona- interpretaciones de carácter histórico potencial investigativo y su pertinencia
dos con diferentes escuelas de pensa- y de desarrollo cultural. Sin embargo, como “documentos” históricos.
miento, tanto europeas, como estado- la metodología tradicional radica pre-
unidenses, se encontraban Cayetano cisamente en obtener las colecciones
Coll y Toste (1975), y ya para princi- de sus propias excavaciones, porque IV. Colección de Puerto Rico
pios del siglo XX, Adolfo De Hostos éstas son recuperadas de acuerdo a
(1941), quienes además de realizar sus parámetros científicos, en particu-
depositada en el Museo
sus excavaciones propias, examinaron lar en lo concerniente a su procedencia Peabody de la Universidad
colecciones privadas para sus interpre- vertical y horizontal. Desde luego, este de Yale
taciones históricas. método no es sólo válido, sino también
Durante la primera mitad del siglo necesario para establecer cronología
XX Irving Rouse revisó numerosas relativa o absoluta, así como para que Actualmente existen varias colecciones
colecciones arqueológicas procedentes otras colecciones que no se conoce su arqueológicas procedentes de Puerto
de las Antillas Mayores y Menores, exca- procedencia vertical tengan mayor uti- Rico depositadas en esta institución, las
vadas por investigadores previos para su lidad en caso de ser consultadas. cuales se enmarcan dentro de períodos
trascendental trabajo en Puerto Rico en En el caso del Caribe, las coleccio- históricos y componentes culturales dis-
la década de 1930. Entre las colecciones nes arqueológicas, particularmente las tintos. Para este trabajo se utilizaron las
analizadas se encontraban las obteni- cerámicas aunque no las únicas, han colecciones cerámicas por excavadas
das durante las excavaciones de John A. servido para desarrollar y definir con- por Rouse y utilizadas para desarrollar
Mason y compañía en Caguana, de los ceptos de los modelos de interpretación los estilos cerámicos para el Caribe. Fue-
trabajos de Gudmund Hatt en las Anti- cultural. Estos modelos de interpreta- ron excavadas en el transcurso de tres
llas Menores, y las colecciones de Puerto ción cultural influyeron directamente temporadas de campo llevadas a cabo
Rico excavadas por Froelich Rainey en la a su vez, en la creación y definición en distintas regiones de la isla entre los
década de 1930 (Rouse, 1952: 321). de los estilos cerámicos de la región. veranos de 1936, 1937 y 1938. Como
Desde la década de 1970 hasta Aunque es importante señalar, que objeto de estudio se escogieron los mate-
principios de siglo XXI se han revisado las colecciones de material lítico han riales procedentes de los yacimientos
Boca Chica para su fase temprana, y por sitios más grandes que se conocían en
la presencia de cerámica europea en el área, en el momento de la visita de
su fase tardía (fig. 10). Estos hallazgos Rouse, en 1936. Y para su descripción
fueron fundamentales para la elabora- de los materiales procedentes de este
ción de su hipótesis sobre la llegada de yacimiento utilizó la muestra obtenida
poblaciones dominicanas a Puerto Rico por Rainey, debido a que no publicó un
siguiendo la ruta de “Amona”. Además, informe sobre sus trabajos en el lugar
aunque reconoció la presencia de algu- (Rouse, 1952: 532).
Figura 10. Cerámica del siglo XVI hallada por Rouse
nos ejemplares Ostiones, interpretó que El yacimiento está ubicado en una
en Sardinero. Se destacan los tipos Columbia para ese período histórico este tipo de leve pendiente entre un llano y el
Plain, Green Basin y el Melao. Fuente: Museo alfarería había dejado de producirse y antiguo lecho de un río, en el Barrio
Peabody de la Universidad de Yale. Goggin, John. fue muy claro al decir que el depósito Jacagüas de Juana Díaz. El mismo se
Spanish Majolica in the New World. Yale University estaba constituido por un solo evento de encuentra en la zona del pie de monte,
Publications in Anthropology, n.º 72. 1968. ocupación (Rouse, 1952: 368). aproximadamente a 5,0 km. al norte del
Buenos Aires. Sitio ubicado en el Mar Caribe. Rouse identifica dos conche-
límite sureste del pueblo de Coamo, ros principales, Conchero A y Conchero
en un llano cercano al río del mismo B. En el Conchero A, impactado por un
nombre. Esta aldea secundaria en época camino, Rainey ubicó dos trincheras a
precolombina, se convirtió en el núcleo ambos lados del mismo. La Excavación 1
habitacional de la fundación del poblado consistió de una trinchera de 2,0 × 4,0 m
de San Blas de Illescas en 1579. Fue en la parte sur, mientras que la Excava-
excavado por Rouse durante su última ción 2 era una trinchera en forma de “L”
temporada de campo en 1938. Debido a de 6,0 × 10,0 m.
su cercanía al casco urbano y la activi- Ésta resultó ser una de las coleccio-
dad agrícola, el sitio presentaba diversos nes más grandes de las analizadas en
Figura 11. Materiales cerámicos Saladoides y niveles de impacto. Rouse excavó dos Yale, con un total de 1.169 fragmentos,
ostionoides procedentes de Buenos Aires. Fuente: unidades de 2,0 × 2,0 m en las seccio- y constituye el 25 por ciento del total de
Museo Peabody de la Universidad de Yale.
nes central y sur del sitio, nombrándolas los materiales analizados. Rouse reportó
Pozo 1 y Pozo 2, respectivamente (1952: en el Scientific Survey que esta colec-
319). Este sitio, al estar más cerca de la ción alcanzaba un total de 1.219 frag-
costa sur, Rouse lo ubicó también en la mentos (Rouse, 1952: 536), lo que evi-
esfera de influencia ostionoide, pues dencia una diferencia de 50 ejemplares.
dicho material ciertamente predominó Los materiales cerámicos del sitio
en la muestra, en especial en el Pozo 1. Collores han sido de gran utilidad para
El tamaño de la muestra analizada observar la variabilidad del material
consistió de 329 ejemplares en el Pozo 1 ostionoide, debido a que ponen de
y 355 en el Pozo 2, para un total de 684 manifiesto cómo los mismos interactua-
fragmentos. Rouse publicó en el Scienti- ron de manera contemporánea durante
fic Survey que la muestra analizada por ciertos períodos de tiempo. Este mate-
él era de 836 ejemplares en el Pozo 1 rial recoge de manera más integral la
y 604 ejemplares en el Pozo 2, para un definición que hiciera Rouse del estilo
Figura 12. Material cerámico ostionoide temprano
total de 1.440 fragmentos, lo cual signi- Ostiones, debido a que muestra sus dis-
procedentes de Collores. Fuente: Museo Peabody
de la Universidad de Yale.
fica una reducción de más de la mitad tintas variantes cronológicas y estilísti-
de la colección originalmente reportada. cas, interesantemente evidenciadas en
Rouse, basado en su modelo, inter- un mismo yacimiento (fig. 12). La colec-
pretó la época de habitación del sitio ción también contiene otros artefactos
comenzando en el Período IIb y conclu- asociados como adornos en concha
yendo en el IIIa, debido a que el mate- (fig. 13).
rial ostionoide no presentaba incisiones. Carmen. Éste era de los sitios más
Por tanto, aunque acertó en identificar grandes y conocidos de Salinas y, antes
los materiales cerámicos como Cuevas de la llegada de Rouse, había sido exca-
y Ostiones, la supuesta división cro- vado por numerosos investigadores
nológica no era real debido a que los como Samuel K. Lothrop y Herbert Spin-
materiales de ambos estilos aparecieron den en 1916, entre otros. Está ubicado a
mezclados a través de toda la secuencia unos 300 m. al este de la ribera del Río
Figura 13. Adorno en concha procedente del estratigráfica (fig. 11). Nigua, en la antigua Colonia Carmen de
sitio Collores. Fuente: Museo Peabody de la Collores. Este yacimiento era amplia- la Central Aguirre, a 1,0 km al sureste
Universidad de Yale. mente conocido por aficionados y aca- del pueblo de Salinas. Según Rouse, el
démicos, además de por ser uno de los sitio tuvo varios concheros, los cuales
sin embargo, no había otras formas de el país, éstas constituyen un patrimonio Una de las implicaciones más perti-
decoración. En ambos casos predomina- elocuente que da perspectiva a la pro- nentes de este desarrollo ha sido cómo
ron los ejemplares sin ningún tipo de pia historia de la arqueología en Puerto la nueva evidencia arqueológica, surgida
decoración. Rico. Reafirman la complejidad de los a partir de esas nuevas técnicas inves-
Esta colección evidencia la validez de sitios arqueológicos, particularmente su tigativas, ha puesto de manifiesto las
que los arqueólogos quieran realizar sus resistencia a impactos pasados y con- serias carencias de técnicas de campo
propias excavaciones para obtener resul- temporáneos, humanos y naturales. y modelos de interpretación anteriores.
tados controlados, ya que en este caso, En el caso de las colecciones depo- También ha sido importante el cambio
no se puede constatar la procedencia de sitadas en el Museo Peabody de la en la mentalidad de los arqueólogos de
los materiales que la componen. Aun así, Universidad de Yale, se pone de mani- la región, particularmente en la aplica-
su utilidad para efectos comparativos con fiesto que éstas fueron depuradas de ción de modelos de clasificación cerá-
otros yacimientos de la costa sur resultó algunos de sus componentes origina- mica como el de Rouse, para explicar
sumamente importante, más aun consi- les. Esta depuración tuvo varias etapas, procesos históricos para los que estos
derando la evidente importancia de este en las que sólo se conservaron, para modelos no fueron diseñados y que no
yacimiento a nivel regional. formar la muestra final, los ejempla- proporcionan las herramientas necesa-
res más representativos según Rouse rias para ese tipo de análisis.
de los estilos cerámicos característicos Fue precisamente esa aplicación
VII. Conclusiones de la región del Caribe insular. En el absoluta del modelo de Rouse lo que
caso de las colecciones del Instituto impidió a muchos arqueólogos durante
La utilización de colecciones previa- de Cultura Puertorriqueña y la Univer- décadas cuestionarse sobre otras dinámi-
mente excavadas como material compa- sidad de Puerto Rico, ese proceso de cas, en el proceso histórico del Caribe
rativo y de apoyo no es un fenómeno depuración no se dio, fundamental- precolombino. Por ejemplo, ¿cuál era el
nuevo. Sin embargo, en la actualidad mente por circunstancias relacionadas significado histórico de que hubiese dos
muchos arqueólogos de la región del con su excavación y por el propósito estilos cronológicamente separados com-
Caribe no visualizan esta estrategia por el que fueron excavadas. Éstas, al partiendo el mismo estrato? ¿Qué impor-
como un complemento a sus investiga- ser recuperadas posteriormente y en tancia tenía el resto del ajuar, en rela-
ciones. Desde luego, el hecho de que circunstancias muy disímiles, fueron ción a la cerámica? ¿Por qué se utilizaba
las mejores colecciones se encuentren relegadas a los fondos en espera de ser la cerámica para determinar longitud de
en el extranjero profundiza el problema, consultadas. períodos de ocupación, cuando metodo-
ya que muchos investigadores no cuen- Como han planteado estudios ante- lógicamente la misma no es fiable por
tan con los recursos para desplazarse a riores, este trabajo confirma la impor- las diversas variables involucradas en el
los lugares donde se encuentran depo- tancia y pertinencia de las colecciones proceso social e histórico? Desde luego,
sitadas. arqueológicas, tanto las históricas como Rouse intentó contestar estas preguntas,
Aun así, las colecciones sirven como las excavadas recientemente. Estas con- pero utilizando herramientas insuficien-
referente histórico de cómo fueron servan sus atributos y su utilidad cien- tes. Aun así, su contribución al desarrollo
configurados los distintos modelos cro- tífica para resolver problemas teóricos teórico y metodológico de la arqueolo-
nológicos y en base a qué atributos o y prácticos que han ido surgiendo a gía del Caribe es incuestionable, y así lo
características. Además de los informes partir del desarrollo metodológico de atestiguan las colecciones excavadas por
sobre hallazgos arqueológicos a lo largo la arqueología en el Caribe, especial- él, no sólo en Puerto Rico, sino también
de un siglo de práctica arqueológica en mente a partir de la década de 1970. en el resto del archipiélago.
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Resumen Abstract
El texto aborda las transformaciones The text refers to the transformations
que en su vida cotidiana experimen- experienced by the Santiagerians in
taron los ciudadanos santiagueros a their daily life during the end of the
fines del siglo XIX y principios del 19th C. and the early 20th C. The 1868
XX. La guerra independentista comen- independence war was the cause of
zada en 1868 provocó el declive de the decline of the dynamic socio-
la dinámica actividad sociocultural cultural life that had characterized
que había caracterizado a Santiago de Santiago de Cuba, mainly during the
Cuba sobre todo en la década de 1850. 1850 decade. After the 1878 – 1895
Luego del período de paz acaecido period of peace, there were several
entre 1878 y 1895 hubo intentos por attempts to rescue that lost cultural
recuperar ese ambiente cultural per- ambience. However, after the end
dido, sin embargo, luego del fin de la of the Spanish colonial dominion in
dominación colonial española en 1898 1898 the society started to live under
la sociedad comenzó a vivir bajo otras the behaviorist influences of Ameri-
prácticas conductuales de ascendencia can descent - like behavior practices.
norteamericana. Keywords: Santiago de Cuba,
Palabras clave: Santiago de Cuba, 19th-2th Centuries, daily life, public
siglos XIX-XX, vida cotidiana, espacio space, sociability.
público, sociabilidad.
I. Cultura y ciudad o agrupado en las puertas como espec- escenario las plazas públicas donde se
tadores” (Piron, 1995: 151). reunían los separatistas para conspirar,
en el ocaso del ochocientos Sin embargo, también pudo perca- mientras el gobierno colonial usaba el
tarse de la transformación del contenido espacio ciudadano para aclamar a las
En los últimos decenios decimonónicos, social de sus espacios y de la variación tropas españolas y sus jefes, glorificar
el centro urbano santiaguero fue tes- del carácter de los santiagueros en vís- figuras destacadas en la lucha contra los
tigo de las turbulencias que sacudían a peras de la guerra. Comunica: “Desde insurrectos –como acaeció en 1878 ante
la sociedad civil. Se manifestaron agu- aquel día en que regresé de Santa Mar- la llegada del general español Arsenio
dos problemas sociales insolubles bajo garita a Santiago, el 28 de julio de 1868. Martínez Campos– o para celebrar fies-
la condición colonial. Un nuevo modus ¡Cuántos cambios han tenido en la ciu- tas como las dedicadas al Cuarto Cen-
vivendi cobraba fuerza en detrimento dad y sus alrededores! Me parece que tenario del Descubrimiento de América.
de los comportamientos que habían estos recuerdos que acabo de evocar En las postrimerías del siglo XIX las
signado el hábitat cotidiano. Primero, datan de ayer, y sin embargo, grandes pocas diversiones que matizaban un
la severa crisis económica entronizada acontecimientos han ocurrido en la isla tanto la vida miserable de los humil-
en Santiago de Cuba desde inicios del desde entonces” (Piron, 1995: 152). des –espectáculos circenses, peleas de
decenio 1860, y más tarde, los efectos La realidad cotidiana de los lugare- gallos, representaciones teatrales, mas-
de la insalvable divergencia ideológica ños ya era diferente antes de 1868, pero caradas– eran rigurosamente controla-
entre criollos y peninsulares que tuvo a partir de la contienda se afectó con das por el Gobierno. Según refiere Emi-
como desenlace la contienda separatista creces. Se fueron perdiendo los ritua- lio Bacardí, desde 1879, los carnavales
en octubre de 1868, trajeron como coro- les que otrora cualificaban el espacio fueron más vigilados, las comparsas
lario la decadencia de la vida cultural, el urbano: inveterados actos de sociabi- sólo podían actuar en zonas periféri-
abandono de los espacios de uso comu- lidad como el paseo dominical y las cas y los directores debían entregar a
nitario y el deterioro de la arquitectura. retretas, festejos de tanto boato como la alcaldía una lista con los nombres de
Ése fue el legado de la ciudad finisecu- el Corpus Christi y Semana Santa, ferias los integrantes (Bacardí, 1925: VI, 124).
lar a la nueva centuria. como los caneycitos fueron diluyéndose Más tarde, las Ordenanzas Municipales
Tradicionalmente, los espacios públi- en aquel contexto. de 18811 prohibieron los juegos de azar
cos centrales habían congregado a una La tristeza había invadido el espí- y las carreras de caballos. Las activi-
muchedumbre palpitante, deseosa de ritu de la población ante los frecuentes dades en los gimnasios, las academias
participar en diversos eventos en los encarcelamientos, destierros y fusila- de declamación y los teatros caseros
cuales mostraba su alegría, su tempe- mientos de los patriotas. Instituciones comenzaron a ser inspeccionadas. Las
ramento franco y extrovertido, en fin, como la Sociedad Filarmónica y Teatro funciones debían ejecutarse con previa
su idiosincrasia, percibida y comentada de la Reina, de tan bien ganado prestigio autorización gubernamental y en ellas
invariablemente por los extranjeros que debieron clausurar sus puertas. Cuando no se permitían trajes ni cantos alusivos
visitaban la ciudad e incluso por perso- en la década de 1870 se reanudaron a personas del gobierno.
nas afines a ella como el creole Hipó- algunas festividades los santiagueros Este languidecimiento del universo
lito Piron (1995). Así, éste nos descubre mostraron apatía: la concurrencia y el sociocultural del santiaguero se reflejó
algunas características de la fiesta del entusiasmo fueron escasos. El reinicio en el deterioro de esos antiguos núcleos
26 de julio: “La plaza de Santa Ana se de las ferias del Campo de Marte, de las polivalentes de Santiago de Cuba. Los
encontraba repleta por una multitud abi- Cruces de Mayo, de las fiestas de San paseos públicos y las plazas de Armas de
garrada de miles de colores, entre la cual Luis de los Caneyes y Noche Buena, Santo Tomás, de Santa Lucía, de Marte,
distinguimos máscaras. Se trataba de la fueron aprovechados por los ciuda- de Nuestra Señora de los Dolores y de la
fiesta de Santa Ana, el último día del car- danos para propagar los éxitos de las Santísima Trinidad se fueron devaluando
naval cubano. (…) Bandas numerosas, tropas libertadoras y atacar a los espa- aún cuando el Ayuntamiento y algunos
llamadas comparsas, se detienen y bai- ñoles con parodias y cánticos. Se dice contribuyentes intentaron higienizarlas y
lan con la música de violines y flautas que los carnavales se convirtieron en la ornamentarlas.
o de tambores; los espectadores hacían oportunidad encontrada por insurrec- Durante el decenio de la Guerra
un círculo en torno a ellas. Nos resultó tos y vecinos para comunicarse. Afirma Grande, en la Plaza de Marte sólo se rea-
difícil atravesar todo ese gentío ruidoso, Manuel Palacios Estrada que “La más útil lizaron dos obras de embellecimiento:
agitado, sobreexcitado por una alegría de todas las comparsas que se vieron en se colocó una fuente pública y se instaló
extraordinaria, por las libaciones de los Santiago durante la Guerra de los Diez una glorieta para funciones recreativas
días de fiesta, por sus danzas, por sus gri- Años fue la de ‘Las Auras’, compuesta (AHMSC, Gobierno Municipal, Colonia,
tos, por sus propios disfraces. (...) al atra- no por alegres mamarrachos de ocasión, Comisión de Ornato [31]: 447, 1871 y
vesar las calles, nos volvíamos a encon- sino por verdaderos combatientes dis- 1878). La plaza había sido un lugar muy
trar a cada instante con las comparsas, frazados que llegaban a la ciudad para ameno al cual afluía diariamente un
que marchaban detrás de la música, lle- traer y recibir mensajes, así como visitas crecido número de personas en busca
gando la indispensable farola adornada familiares” (Palacios, 1987: 94). de distracción. Era foco de festividades
con cintas y seguida de los chicos que Luego de la guerra, el encarnizado populares; comentarios de la época la
chillaban de alegría. (...) todo el pueblo antagonismo entre los cubanos inde- definen como el “centro del folclor o
estaba repartido en bandas tumultuosas pendentistas y los españoles tuvo como el lugar predilecto de las mascaradas”.
Ramón Martínez señala que era “el Reconstrucción de La Alameda con finan-
punto de partida para el montompolo, zas obtenidas por suscripción voluntaria
reunión de todas las comparsas en una o del peculio de los asociados.
sola el último día del carnaval para reco- Sin embargo, estas y otras interven-
rrer toda la ciudad en un jolgorio mul- ciones no formaban parte de un pro-
titudinario” (Martínez, 1931: 32). Emilio grama coherente de renovación urbana
nos comenta que, en los meses de julio, capaz de abarcar toda la ciudad. Se
la plaza “vestíase de barracas, cubríase reducía a unos pocos sitios y sólo se eje-
de toldos, y las pencas de las palmas cutaban en dilatados lapsos. Cuando se
y cañas de bambú, entrelazándose con centraba la atención en el remozamiento
telas de colores rojos y amarillos daban de una plaza, las demás se desatendían,
un aspecto pintoresco al sitio de general de modo que la desvalorización de los
regocijo” (Bacardí, 1974: 184). espacios de uso colectivo se acrecentó
Aunque era centro de una barriada y alcanzó niveles inquietantes a raíz del
de gente humilde, allí acudían también recomienzo de la gesta separatista en
individuos de los grupos sociales privile- 1895 y de la acción naval de julio de 1898.
giados, quienes se divertían en las llama- La degeneración física del centro
das “noches placemarteras”, en las cuales urbano no se limitó al estado de las
se ofrecían serenatas, bailes y otras acti- plazas, alcanzó también a las estructu-
vidades. Sin embargo, la función recrea- ras arquitectónicas privadas. Muchas de
tiva se redujo y la plaza se desmejoraba las viviendas de mayor calidad estética
a ojos vista hasta que en 1893 un grupo y constructiva de la ciudad, pertene-
de ciudadanos gestionó su reconstruc- cientes a las familias linajudas, fueron
ción (AHMSC, Gobierno Municipal, destruyéndose cuando los propietarios
Acta Capitular, libro 119: 1893). Para arruinados se vieron obligados a rentar-
allí fue trasladada la fuente de Minerva las por partes a individuos pobres. Ello
del paseo de La Alameda, fueron colo- trajo como consecuencia la proliferación
cados doce lujosos faroles, se sembraron de las cuarterías o ciudadelas. Ése era
nuevos árboles, se emparejó el piso con el destino de las residencias que habían
relleno y se colocaron herrajes para los simbolizado el prestigio social de sus
respaldos de los bancos. dueños en otros tiempos.
El paseo de La Alameda había sido Las Ordenanzas Municipales de 1881
igualmente un lugar muy concurrido prohibieron las ciudadelas porque “afea-
decenios antes. Piron así lo describe: ban el ornato”, pero ya no era posible con-
“Por la tarde fui a dar una vuelta por La tener esta realidad; eran muchos los cam-
Alameda, un paseo con grandes árboles pesinos llegados desde las zonas rurales
situado a orillas de la bahía. Al llegar, los avecindados en el centro, los soldados
carruajes, alineados en una larga y única españoles residentes en la ciudad, los
fila, transitaban por la amplia senda que negros manumitidos, coartados y luego
les está reservada, mientras los jinetes de 1886, libertos, quienes malvivían en
ocupaban un sendero paralelo. Los pea- las antiguas mansiones. Santiago de Cuba
tones se mantenían un tanto apartados se convirtió en un refugio de pobres.
y contemplaban a las señoras en calesas La “contaminación social” del cen-
y a los jinetes. Una banda militar tocaba tro y algunas formas foráneas de vida
en un pequeño lugar adornado con que comenzaban a impregnar el pen-
una fuente y dejaba escuchar un trozo samiento de la élite se tradujeron en su
de opera, que alternaba con valses y desinterés por habitar la zona. No sólo
rigodones” (Piron, 1995: 28). se quejaba de las “escenas inmorales”
Ya a fines de la centuria era evi- que tenían lugar en las cuarterías, sino
dente su deslucimiento. El arbolado, los además de su falta de higiene, de la pro-
bancos y las fuentes estaban mal con- miscuidad que las caracterizaba y de “las
servados y los daños aumentaban con algarabías de los negros en épocas de
el frecuente tránsito de carretas porque festejos”. Ante esta situación, una parte
allí se efectuaba la carga y descarga de de la clase privilegiada dibujaba en sus
1
las mercancías antes de las reformas mentes la evasión desde el centro hacia
Ordenanzas Municipales de Santiago de realizadas en esa parte del litoral por otras áreas. Este ideal lo hacían realidad
Cuba de 1881. Material mecanografiado de la Junta de Obras del Puerto. Como ya por aquellos días pasando temporadas
la Oficina del historiador de la ciudad de hemos planteado, este paseo también se en los poblados campestres de El Caney
Santiago de Cuba. hermoseó por parte del Comité de y Cuabitas porque en las condiciones
de las Cuevas, José Martínez Badell, “El manto de la virgen” y así se iniciaba
entre otros patriotas. Finalmente, el 11 una gran campaña contra la intención
de mayo de 1890 –víspera del aniversa- de comprar un manto de seiscientos
rio de la muerte del poeta– se inauguró pesos para la efigie de la Virgen de los
la casa. Dolores, ubicada en el templo homó-
Quizás la asociación de pensamiento nimo, en momentos cuando –según su
más avanzado de su tiempo en Santiago opinión– ese dinero podía servir para
de Cuba haya sido el Grupo de Libre- trabajos más urgentes como el arreglo
pensadores “Víctor Hugo”. El proverbial de calles y plazas (Bacardí, 1925: VII,
humanismo del literato francés, su pen- 243). Ello naturalmente desencadenó
samiento democrático, su confianza en enconadas controversias entre el Grupo
el hombre y en el poder de la ciencia y los religiosos de la ciudad.
calaron tan hondo en aquellos patriotas Las discrepancias también se mani-
que en 1887, dos años después de su festaron cuando el Ayuntamiento sub-
muerte, se cobijaron bajo la sombra de vencionó con 25 pesos mensuales una
sus ideas. biblioteca pública creada por la aso-
La actuación del Grupo de Libre- ciación con el objetivo de que “todos
pensadores “Víctor Hugo” dentro de la los habitantes, sin distinción de clases
sociedad santiaguera finisecular fue muy ni de religión ensancharan la esfera de
significativa, en tanto se convirtió en sus conocimientos” (AHMSC, Gobierno
catalizador de renovación, de progreso, Municipal, Acta Capitular, libro 116,
en una ciudad estancada en lo econó- 1889). Sin embargo, tan filantrópico pro-
mico, lo político y lo social. Estaba for- yecto encontró la oposición del vicario
mado por una treintena de jóvenes entre gobernador del arzobispado, Mariano
los que destacan Emilio Bacardí Moreau, de Juan Gutiérrez quien calificó al grupo
Temístocles Ravelo, Antonio Bravo de “nocivo” (AHMSC, Gobierno Muni-
Correoso, Federico Capdevila Miñano cipal, Acta Capitular, libro 116, 1889).
y Felipe Hartmann. Se pronunciaron en Ante tal acusación respondieron a través
contra de la Iglesia católica a la que con- de su prensa: “Si desde el momento en
sideraban puntal ideológico del régimen que en el término municipal se mani-
colonial. fiestan –por la tolerancia de cultos que
En sesión celebrada el 13 de enero la constitución prescribe– además de la
de 1892, abjuraron de las religiones y católica, los protestantes, y fundan una
especialmente de la católica (AHPSC, institución de reconocida utilidad para
Juzgado de Primera Instancia [533]: todos los demás conciudadanos como
1892). Allí declararon que “solo admitían son: escuelas, hospitales, bibliotecas,
como verdad lo aceptado por la razón, cementerios (…) deber es: si es que
sin imposición de dogmas, y lo enseñado hay en los señores concejales verdadero
por la ciencia sin alterar el orden natural amor a la difusión de instrucción (…)
de las cosas”. Rechazaron igualmente la a lo que es progreso y adelantamiento
intervención de la Iglesia católica en los en nuestro siglo XIX, que no solo no
actos de la vida civil, los cuales desea- pongan obstáculos, sino muy al contra-
ban practicar sin las ataduras impuestas rio faciliten y auxilien los medios que
por los ritos y ceremonias de la milena- estén a su alcance (…) para el desarro-
ria institución. Por último, solicitaron no llo de esas instituciones benéficas con
ser sepultados en cementerios católicos. los fondos que satisface la colectividad”
De ese modo se oponían sin tapujos al (AHMSC, Gobierno Municipal, Asuntos
absolutismo ejercido por el que consi- varios [135]: 1889).
deraban el mayor obstáculo del avance También se propusieron los libre-
en la sociedad ochocentista, opuesto a pensadores crear escuelas laicas cos-
toda autonomía de pensamiento, a todo teadas por los propios afiliados y era
cambio de mentalidad. imprescindible para ellos que allí se
Este Grupo encauzaba sus inquietu- admitiera la discusión libre y el análi-
des a través de su propio periódico, El sis científico para que “a pesar de ser el
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Archivo del Museo Emilio Bacardí de espíritu del siglo XIX. El discurso crítico catolicismo monte de granito contra el
Santiago de Cuba, El espíritu del siglo XIX exteriorizado en sus páginas era perfec- cual se estrellaban los esfuerzos huma-
(periódico democrático, órgano oficial del tamente afín con los objetivos demo- nos, fuera desmoronándose ante la
Grupo de Librepensadores “Víctor Hugo”), cráticos que perseguían. Emilio Bacardí piqueta de la ciencia”3. Se ocuparon de
n.º 5, año VI, 16 de febrero de 1890. señala que en 1889 se publicó el artículo construir un cementerio civil anexo al
existente para enterramiento de “perso- Ante esa situación y el surgimiento parían palcos de teatro ni lunetas entre
nas congregadas en las sectas disidentes” de nuevas prácticas sociales como con- los hombres, tampoco debían frecuentar
o “heterodoxos”. En 1888 colocaron una secuencia, el Consistorio santiaguero se hoteles o restaurantes. Con todo, ellas
verja en el frente del terreno y en 1890 empeñó en la redacción de un nuevo continuaron sus actividades licenciosas
comenzaron las obras de construcción corpus legislativo con la finalidad de hasta el punto de que el Cabildo debió
de la portada (AHMSC, Gobierno Muni- controlar de mejor modo la actividad delimitar la llamada zona de tolerancia
cipal, Actas Capitulares, libro 114, 1888). ciudadana en la nueva coyuntura his- en las proximidades del puerto apenas
En la calle Santo Tomás baja, número tórica. Las Ordenanzas Municipales se inició el siglo XX.
35 –sede de la asociación– se celebraban comenzaron a regir en 1881. Estaban Las leyes intentaron controlar tam-
veladas y otros tipos de reuniones cul- conformadas por cuatro capítulos que bién la corrupción en las casas destina-
turales donde se propagaban las ideas aglutinaban 1.484 prescripciones de das al juego. Fueron prohibidos los de
de justicia, moral, libertad de persona, obligatorio cumplimiento (Ordenanzas suerte o azar, sólo se podía jugar billar,
de filosofía, el papel de la ciencia en el Municipales de Santiago de Cuba de damas, ajedrez, dominó y tablas reales,
desarrollo humano, la importancia de la 1881, 1882). Este documento incluyó desde las diez de la mañana los domin-
ley del matrimonio civil decretada por una división interna de la ciudad, diver- gos y días de fiesta, y los días de trabajo
el Estado, así como la necesidad de la sas medidas relacionadas con la vida desde la oración de la tarde hasta las
instrucción gratuita, obligatoria y laica. cotidiana y los servicios públicos, así diez de la noche. Se impedían asimismo
Aunque estos grupos cívicos prota- como otra legislación constructiva. las carreras de caballos, pero se permi-
gonizaron una loable labor en aras de Su articulado refleja el convulso uni- tían las peleas de gallos y lidias de toros.
revitalizar los valores espirituales de la verso social que servía de escenario a Otras interdicciones validaron el res-
sociedad, no pudieron detener la deca- hombres y mujeres cuyas mentalidades peto a la moral pública, porque muchos
dencia de Santiago de Cuba en los últi- evolucionaban en sintonía con su actua- vicios se entronizaban en Santiago y
mos decenios del siglo. Su acción se ción como protagonistas o partícipes de escandalizaban a buena parte de la
debilitaba ante los mecanismos obsta- los profundos procesos experimentados entonces puritana sociedad finisecular.
culizantes del progreso social impuestos por la Islaa fines del siglo XIX. Parece ser que estaba de moda entre la
por el obsoleto régimen colonial espa- Las Ordenanzas Municipales de gente humilde el popular baile llamado
ñol que rehusaba los reclamos de los 1881 devienen testimonio del acontecer can-can y las ordenanzas lo prohibieron
cubanos. De modo que finalizando el cotidiano de los santiagueros y ofrecen debido a “sus alardes de obscenidad
XIX, Santiago experimentaba un declive evidencias en torno a los agudos proble- y lascivia”. Igualmente se proscribían
socio-urbano evidente. mas sociales que aquejaban a la Cuba todos aquellos tildados por la opinión
de entre siglos. La prostitución, el juego, pública como “equívocos o disimula-
la vagancia, la mendicidad y el analfa- dos” que tenían lugar en algunas casas
II. Las Ordenanzas betismo eran los principales azotes de de espectáculos y fiestas privadas. Se
la sociedad; sin embargo, la actuación dispuso que “en esos sórdidos ámbi-
Municipales de 1881: gubernamental se limitaba a establecer tos” debían darse los bailes –con dis-
expresión de la sociedad civil interdicciones sin que ello conllevara fraz o sin él– a puertas abiertas, con los
una pretensión de transformar el estado salones bien iluminados y no se daría
Las Ordenanzas Municipales constituye- de cosas desde la esencia. Así, el margi- entrada a menores sino acompañados
ron uno de los mecanismos utilizados por nalismo social ofreció la tónica a la vida por sus padres. Esos lugares eran según
el sistema para mantener un centralizado de muchos cubanos humildes. las leyes muchas veces proclives al ejer-
control financiero y político sobre las La precariedad económica de gran cicio de la prostitución, el proxenetismo
riquezas y los habitantes del país. Basán- cantidad de mujeres, unida a su posi- y la pornografía.
dose en las Ordenanzas de la Capital de ción subalterna con respecto a los La promiscuidad en hoteles y posa-
1855 se formularon en Santiago de Cuba hombres, empujaba a muchas de ellas das también se condenaba. Las indis-
las de 1856 (Ordenanzas Municipales de hacia la prostitución. Debían vender sus ciplinas en teatros, carnavales y otros
Santiago de Cuba de 1881, 1882), que cuerpos para subsistir en un medio que festejos eran punibles igualmente. Los
como plantea María Elena Orozco estu- no les ofrecía suficientes opciones. Las ciudadanos estaban obligados a obede-
vieron acompañadas de una nueva divi- “toleradas” pululaban por calles, plazas cer a los agentes de la policía y a los
sión de la ciudad y de un análisis bastante y mercados santiagueros con el objetivo miembros del Consejo Capitular, así
exacto de las principales calles, edificios de ganar el sustento diario, y aunque como tributar respeto a los cultos católi-
públicos y plazas, un listado de los mayo- el ejercicio del añejo ministerio no era cos y personalidades eclesiásticas, mili-
res contribuyentes (Orozco, 2008: 160). penado por la ley, sí fueron promul- tares y políticas.
Tuvieron vigencia hasta 1880, cuando en gadas varias disposiciones de rechazo En los últimos decenios del ochocien-
virtud de la Ley Municipal Española apli- a las meretrices y eran vigilados sus tos, muchos niños no alcanzaban a matri-
cada a la Isla (Ley Municipal Española de movimientos cuando de alteración de cular en las escuelas gratuitas y no podían
octubre 2 de 1877, apud. Carrera, 1905) la moral se trataba. Según los artículos asistir a las públicas por causa de la
y al calor de los acontecimientos vividos del reglamento, estas mujeres “desgra- pobreza de padres o tutores. De modo que
por Cuba a raíz del movimiento indepen- ciadas” no tendrían entrada en plazas ni abundaban los muchachos vagabundos
dentista, se impuso su renovación. alamedas en las horas de paseo, no ocu- o llamados popularmente “mataperros”,
hábitos de vida colectiva, hacía que Evidentemente, la vida cotidiana se ido diluyendo un tanto durante las gue-
dichas disposiciones fueran letra muerta había tornado muy difícil para todos los rras independentistas, pero apenas se
en la mayoría de los casos. Esa gente ciudadanos, pero sobre todo para los de hizo un hecho la penetración norte-
marginada, sobre la cual pesaban abru- menores recursos económicos, de modo americana en Cuba, recibió una nueva
madoras cargas, había perdido la volun- que la imagen de organización y tran- inyección. El arraigado sentimiento de
tad de compromiso cívico que permitió quilidad que España pretendía ofrecer rechazo a los negros profesado por los
en otros tiempos la unión de la comuni- quedaba desmentida por esta legislación, yanquis profundizó el abismo racial
dad en aras del bien general. testimonio palpable de una sociedad en que caracterizó a la sociedad neoco-
Igualmente se refrendó la existen- crisis que en julio de 1898 se libraría del lonial. A los negros y mestizos les era
cia en el rastro, el mercado Concha y dominio metropolitano para comenzar a negada su participación en las mani-
el cementerio Santa Ifigenia, de regla- vivir bajo otros paradigmas culturales. festaciones tenidas por cultas y elitistas
mentos que contemplaban la limpieza como el estudio de la música, tampoco
de los edificios y del personal que allí tenían derecho a desempeñar cargos
laboraba. El traslado y la venta de los III. El ambiente sociocultural públicos y mucho menos codearse con
productos también tenía sus normas: las los blancos en espectáculos culturales,
carnes frescas debían conducirse desde
de principios del siglo XX de modo tal que se vieron obligados a
el matadero a los puestos de venta en fundar sus propias instituciones.
carros con persianas, desinfectados y Esa precaria vida cotidiana experi- En una casona colonial, de la calle
pintados. Ya en los puntos fijos –que mentó ciertas transformaciones apenas Máximo Gómez, remodelada y dotada
sólo en el mercado principal estarían comenzó el siglo XX, aunque algunos de motivos eclécticos por el maestro de
ubicados– se debía vender la carne en comportamientos continuaron con obras Gerardo Vega, en 1918, los negros
paños pulcros. Dichas casillas estarían determinados matices. La cotidianidad instalaron el Club Aponte (Reglamento
bien ventiladas y provistas de agua pota- comenzó a reflejar las nuevas relacio- del Club Aponte, 1901: 1), el cual había
ble. nes de dependencia establecidas por sido fundado en 1901. Ellos no conta-
En relación con el alumbrado público la clase dominante en lo económico, ron con los recursos financieros nece-
se crearon nuevas disposiciones. La político y cultural respecto a Estados sarios para alzar una construcción en la
empresa del gas no debía negarse a dar Unidos y el surgimiento en ella de sede y en esta vivienda remozada ofre-
servicio a los vecinos de las calles donde nuevos ideales artísticos, tecnológicos, cían fiestas públicas, veladas literarias y
estuvieran establecidos sus ramales y los urbanísticos y culturales en un afán de realizaban reuniones patrióticas.
pobladores no podían descubrir las cañe- borrar las huellas del pasado colonial y La Sociedad Luz de Oriente Barrero
rías ni romper faroles, lámparas y llaves encontrar la anhelada modernidad. (Barrero y Castillo, 1984: 14), ubicada
de presión so pena de ser multados seve- Como hemos visto, desde finales en la vivienda número 2 de la calle
ramente. del siglo XIX las relaciones sociales Heredia, muy cercana al parque Cés-
En lo atinente a la conservación de la establecidas por la clase dominante pedes, agrupaba a los mulatos. Allí
vía publica, las medidas eran las siguien- en los espacios de uso colectivo se realizaban actividades instructivas,
tes: se impedía la apertura de zanjas y fueron desplazando hacia los ámbitos recreativas, festivas, políticas, artísticas,
pozos sin previa autorización, el aco- interiores de las sociedades porque no literarias y benéficas. Los socios eran
pio en la calle de los escombros de las deseaba “contaminarse” con individuos plateros, sastres, herreros, barberos
viviendas en construcción o demolidas y ajenos a su mundo socio-económico y y albañiles, quienes al ser numerosos
la sustracción de losetas y piedras de las buscó sus sitios privados: sociedades y cobrar una remuneración, pudieron
aceras. Para regular el tránsito de carrua- culturales, deportivas y teatros exclusi- hacer determinados aportes para embe-
jes, se dispuso que las arterias Marina vos donde se celebraban veladas, expo- llecer la sociedad con ropaje ecléctico.
baja (Aguilera), San Tadeo (Aguilera siciones, bailes, conciertos, recitales, El Casino Cubano (AHPSC, Gobierno
alta) y San Francisco (Sánchez Hecha- representaciones teatrales y conferen- Provincial, Sociedades de Recreo [2661]:
varría) fueran de bajada, y las restantes cias. De estas asociaciones gustaba más 2, 1900), fundado en 1900 y ubicado
para el tránsito de ascenso. Las paradas que de las retretas del parque Céspedes en Hartmann, también se instaló en
de los carros de alquiler debían estar o de los festejos en las plazas. una casa recién remozada a nivel de
ubicadas en las inmediaciones de los A principios del siglo XX los estra- fachada con el lenguaje ecléctico. Allí,
muelles, en la estación del ferrocarril, en tos humildes también se agruparon en mulatos más pobres que los socios de
las plazas de Armas, Santo Tomás, Dolo- asociaciones de beneficencia y soco- la Luz de Oriente recibían conferencias
res, Marte y en los altos del Tivolí. Así, rros mutuos, aglutinando a las dos y realizaban recitales de música y poe-
se evitarían congestionamientos en las grandes vertientes conformadoras de la sía.
vías principales y se conservaría mejor población de la Isla: las capas negras El Grop Nacionalista Radical Cata-
su empedrado. y mestizas y los inmigrantes españo- lunya (Barrero y Castillo, 1984), surgido
El análisis de todas estas disposiciones les como plantea Barcia (1998: 29), de el 1 de octubre de 1907, fue la institu-
contenidas en las Ordenanzas Municipa- manera que las diferencias sociales, ción hispana de mayor influencia social
les muestra la existencia de una sociedad raciales y nacionales dieron la tónica a en Santiago en la cual personalidades
distinta e indica cómo fueron variando la vida de las agrupaciones durante la de la cultura cubana como Regino Boti,
las costumbres a raíz de la guerra. etapa republicana. El racismo se había Max Henríquez Ureña y Emilio Bacardí
Moreau pronunciaban conferencias con las primeras clarinadas del día 20” dio en el barrio Los Olmos hacia 1905,
sobre temas históricos o literarios y músi- (2006: II, 313). aunque se utilizaban también diferentes
cos catalanes como Magín Carbonell También los teatros adquirieron gran terrenos para los juegos como el parque
Regual, Enmanuel Alen y Ernesto Cer- resonancia en el panorama cultural de Santiago o el área deportiva de la Escuela
vera ofrecían brillantes conciertos; la Santiago de Cuba (AHMSC, Gobierno Normal para Maestros; los campeonatos
Colonia Española se construyó en 1900 Municipal [República], Fondo de Planos. se hicieron frecuentes e influían tanto
(AHPSC, Gobierno Provincial, Socieda- Proyectos de teatros, Exp. S/N). La ciu- en la vida de los ciudadanos de diversa
des de Recreo [2657], 4, 1899-1942; Esta- dad sólo poseía al inicio de la República procedencia social hasta el punto de
tutos del Centro de la Colonia Española el de La Reina, que tomó el nombre de convertirse en nuestro deporte nacional.
de Santiago de Cuba, 1915). Allí los Oriente, insuficiente para satisfacer el En aquellos años, como ahora, el entu-
individuos de esa ciudadanía recibirían gusto de la población por la actividad siasmo por las contiendas de los equi-
asistencia médica, instrucción y recrea- teatral palidecida en las postrimerías del pos hacía que una gran porción de la
ción al igual que en el Centro Gallego, XIX, pero que los santiagueros tanto población dedicara parte de su tiempo
erigido en 1914, según expresa Forment extrañaban. El primer teatro construido a estar pendiente de la evolución de
(2006: II, 152). en 1905 fue el Novedades; el Alhambra, las novenas y ello incluía también a las
Todas estas sociedades ejercieron en 1910, donde la población humilde mujeres que participaban como madri-
una gran influencia sobre su clase social podía disfrutar de espectáculos de varie- nas, “poniendo una nota decorativa de
y por su función cultural incidieron sig- dades del género lírico. Por su parte, la belleza en el ambiente” (Forment, 2006:
nificativamente en el contexto urbano. clase de ingentes recursos acudía al fas- II, 82), y hasta se comenzó a publicar
Los santiagueros que vivieron aquellos tuoso teatro Vista Alegre construido en la revista Store dedicada a temas de
años recuerdan con satisfacción la vita- 1915 por el arquitecto Carlos Segrera en béisbol. Así nos refiere, nuevamente,
lidad que supieron insuflarle a la vida el barrio burgués como recoge en sus Forment en crónica de febrero de 1920
del centro, transformando el letargo en crónicas Forment (2006: II, 250). Pero esa pasión deportiva: “El base-ball está
el cual había caído a fines del siglo XIX, del tema, los edificios más importantes en el período de su máximo desarrollo.
pero de ellas la de mayor importancia de la ciudad por sus dimensiones, tra- En el curso de este mes, Cuba y Cen-
fue el Club San Carlos (AHPSC, Gobierno tamiento decorativo, calidad construc- tral, los eternos rivales, hacen magnífi-
Provincial, Sociedades de Recreo [2661], tiva y ubicación urbana fueron el teatro cas demostraciones en que intervienen
2, 1900; Reglamento Orgánico de la Heredia (1905) y el Aguilera (1915). Cuba, Gimnasio y Central y que ter-
Sociedad Club San Carlos, 1900), el cual Las proyecciones cinematográficas minará el 22 de mayo próximo. En los
tenía una historia desde la época colo- formaron parte igualmente del universo cafés, parques, paseos y en plena vía
nial. Había sido el centro cultural de la cotidiano del santiaguero de todas publica, se comenta con la vehemencia
burguesía santiaguera finisecular y en el las clases sociales (AHMSC, Gobierno característica de nuestro temperamento
siglo XX continuó aglutinando a los indi- Municipal [República]. Teatros y Cines, y a “grito pelado” los incidentes de cada
viduos de mayor posición económica y 2797). La visita a los cines de barrio juego” (Forment, 2006: II, 539).
social de la ciudad, ya se tratara de las constituyó tal vez uno de los mejores Según este cronista, la Cancha para
familias de más rancio abolengo, ya fue- recuerdos de la infancia y juventud de Lawn-tennis, levantada en 1919, en el
ran los nuevos ricos. Lo cierto es que muchas personas que vivieron esos reparto Vista Alegre, por Carlos Segrera,
los socios decidieron erigir un lujoso años. Su popularidad se explica además satisfizo la preferencia burguesa por esta
edificio sede y para ello fue demolida por el bajo precio de la entrada. Si bien manifestación deportiva (Forment, 2006:
la antigua construcción. El nuevo club en la ciudad no fueron levantados cines II, 509), mientras en la pista de patinaje
fue proyectado por el arquitecto Carlos propiamente dichos en los dos primeros o Skeiting ring, construida en 1915, bajo
Segrera entre 1910-1917. Allí se realiza- decenios del siglo, es bueno decir que proyecto del mismo arquitecto, se rea-
ban: recepciones, bailes de etiqueta, de los teatros fungieron como tales hasta lizaban, además de las competencias
disfraces, reuniones políticas, actos de que fueron construidos los cines Estrada de patines, banquetes y otras reunio-
homenaje, actividades conmemorativas Palma, hoy Trocha (1918), Rialto (1921), nes sociales (Forment, 2006: II, 269).
y banquetes. El cronista Carlos E. For- Cuba (1922) y Capitolio (1923) bajo la Advierte Gómez de Cárdenas (1952: 2)
ment nos detalla lo acontecido, el 19 de guía estética del eclecticismo. que el yatismo se practicaba en el Club
agosto de 1916: “Epílogo brillante de la Desde inicios del siglo XX se impu- Náutico, el cual continuó las actividades
temporada de carnaval ha sido el baile sieron en la ciudad los clubes exclusivos desarrolladas en el siglo anterior hasta
que esta noche celebró el Club San Car- de la burguesía relacionados con depor- finalizar el período colonial.
los con numerosa y distinguida concu- tes de procedencia norteamericana en Las áreas de uso colectivo también
rrencia, que al dar las doce campana- los cuales se celebraban además otros experimentaron cambios relacionados
das la Catedral, se rompió la piñata que eventos sociales. Los jóvenes acauda- con sus funciones. Algunas costum-
estaba colocada en el centro del salón; lados que habían estudiado en Estados bres heredadas de la época colonial
al tirar de la cinta la bella señorita Berta Unidos y los norteamericanos residen- se mantuvieron, aunque matizadas
Taquechel, descubriendo numerosos y tes en la Isla introdujeron el yatismo, el por el carácter y el ritmo de la nueva
finos regalos que se repartieron entre las golf, el tenis y el béisbol, entre otros. época. Sin embargo, ya esos centros
damas. Luego se sirvió un buffet esplén- Este último deporte adquirió tal popula- no fueron en el nuevo siglo, escenarios
dido y comenzó el baile que terminó ridad que fue preciso construir un esta- privilegiados de los fastos urbanos;
pues no congregaron más a aquel cre- se da a conocer que luego se tiraban esquina, los cinecitos, se convirtieron
cido número de participantes en las luces de Bengala y comenzaba a actuar en focos locales de intercambio social
celebraciones sociales de tanto boato la banda municipal de música. espontáneo. Un ejemplo de ello fue el
como el Día de Reyes, la procesión del Aunque el carnaval continuó siendo parque de Vista Alegre, nuevo núcleo
Corpus Christi, las fiestas de Semana un espacio para que la alegría multi- de atracción de los vecinos burgueses
Santa o ferias populares como los tudinaria irradiara por toda la ciudad, residentes en ese suburbio. En sus alre-
caneycitos. En las nuevas circunstan- sutiles cambios acontecieron, pues la dedores fueron construidos edificios
cias históricas, la sociedad santiaguera temporada del mismo se inauguraba como la pista de patinaje, el teatro Vista
comenzó a vivir bajo otros valores y en el parque Céspedes para luego Alegre y el café-restaurante, construc-
este hecho se manifestó en el uso que introducirse en las sociedades y clubes ciones que a través de sus funciones
hacía del espacio comunitario. Las a través de bailes de disfraces. le confirieron al parque determinada
procesiones religiosas, universo vital La antigua plaza de Marte se con- vitalidad, reforzada con el montaje allí
del ciudadano santiaguero durante la virtió en parque de La Libertad a partir de tiovivos, canales, tiros al blanco y
Colonia, continuaron efectuándose, de 1899. Este espacio reafirmó la cen- todo el aparataje propicio para juegos.
pero sin la pompa y el carácter multi- tralidad adquirida en el siglo XIX y se Toda esa zona se convirtió en un gran
tudinario de otrora. Estos sitios acogie- convirtió en un importante punto de complejo de distracciones.
ron además: desfiles patrióticos, festi- enlace de la ciudad tradicional con las Como hitos urbanísticos vinculados
vidades de carnaval, retretas y el paseo nuevas urbanizaciones surgidas hacia al devenir de la sociedad experimen-
dominical, entre otras. De cierto modo, el este. La existencia de la Columna taron variaciones funcionales. Fueron
algunas de las nuevas celebraciones se de los Veteranos levantada en 1902 le mudos testigos de los nuevos patrones
fueron imbricando con las antiguas. otorgó un carácter simbólico al par- de conducta social practicados por los
Por ejemplo, la antigua plaza de que, escenario no sólo de actividades pobladores, y aunque algunas funcio-
Armas, y desde 1902, parque Céspe- recreativas y comerciales sino tam- nes fueron mantenidas primaron las
des, se convirtió en centro de actos bién conmemorativas, pues se reali- transformaciones en los usos.
conmemorativos de fechas históricas zaban innumerables mítines políticos. Efectivamente, la relación cultura
y una singular actividad quedó insti- Allí también continuó celebrándose la y entorno se manifestó en Santiago de
tuida oficialmente a partir de ese año reunión de todas las comparsas que Cuba durante ese período bisagra de
en el recinto, la fiesta tradicional de la luego salían en desfile por la calle finales del siglo XIX y principios del
bandera, iniciada por el alcalde Emi- Enramadas durante los carnavales, el XX, en consonancia con las condicio-
lio Bacardí Moreau. Cuando el 31 de paseo dominical y atracciones infan- nes políticas, económicas, sociales y
diciembre las campanas de la catedral tiles al aire libre, tradiciones que aún los modelos culturales –de ascendencia
tocaban las doce de la noche, en la hoy subsisten. hispano-francesa en uno y de carácter
puerta del Ayuntamiento se izaba la Es útil destacar que con el surgi- norteamericano en el siglo XX– exis-
bandera cubana, en un intento de este miento de nuevas zonas residencia- tentes en aquella sociedad que con-
alcalde de recordar al pueblo que la les, la población desplazó un tanto el servó a ultranza o modificó consciente
nuestra seguía siendo, a pesar de todo, desenvolvimiento de su vida cotidiana o inconscientemente sus pautas de
la bandera de la estrella solitaria. En hacia esas áreas. Los parques de barrio, comportamiento sociocultural.
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b) Fuentes
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Resumen Abstract
La Guerra de Sucesión, surgida en The Succession War, which took place
Europa a comienzos del siglo XVIII, in Europe at the beginning of the 18th
motivó que la economía de las colonias C., brought about the American colo-
americanas se viera debilitada, debido a nies weakening due to some conces-
las concesiones otorgadas, por Felipe V, sions given by Philip V to the belli-
en los tratados de paz firmados al tér- gerent nations in the peace treaties
mino del conflicto. Esa circunstancia, signed at the end of the conflict. This
unida a la gran corrupción existente en circumstance, added to the considera-
todas las áreas gubernativas y a incon- ble corruption existing in every gover-
trolados ataques de piratas ingleses, pro- nment area and also to the unbridled
vocaron que, en 1740, el antes esplen- attacks committed by English pirates,
doroso Virreinato peruano se hallara led the magnificent Peruvian Vicero-
sumido en el caos y la pobreza. En las yalty into chaos and poverty. Along
presentes páginas, mediante el estudio these pages, through unprecedented
de documentación inédita, se ponen de data research, it is shown how Viceroy
manifiesto los esfuerzos realizados por el Villagarcía, the forerunner of indepen-
virrey Villagarcía para contener el con- dence, tried hard to restrain the con-
trovertido clima social, precursor de la troversial atmosphere which was occu-
independencia, que ya entonces se vivía. rring at that moment.
Palabras clave: Villagarcía, Felipe Keywords: Villagarcía, Philip V, Ver-
V, Vernon, Anson, Jorge Juan, Ulloa, non, Anson, Jorge Juan, Antonio de
Pizarro, Lima, Portobelo, Cartagena de Ulloa, Pizarro, Lima, Portobelo, Car-
Indias, Paita, La Habana, México, navíos, tagena de Indias, Paita, La Habana,
corregidores, minería, azogue, inquisi- Mexico, ships, mayors, mining, quick-
ción, impuestos. silver, Inquisition, taxes.
I. Introducción de San Francisco, Observantes de Noya, poco tiempo, preparó los objetos per-
Santa María la Real de Arévalo, Cister sonales necesarios para su nueva vida,
España comienza el siglo XVIII con de Armentera y Agustinas Recoletas de dejó ordenadas las administraciones
una guerra internacional surgida en Vista Alegre. El rancio abolengo de su patrimoniales y organizó el séquito que
Europa a causa del problema dinástico familia y las altas funciones desempe- debía acompañarle.
del último monarca de la Casa de Aus- ñadas por sus antepasados hizo que En abril de 1735 Villagarcía salió
tria, que llevó consigo la entronización fuera preparado para prestar servicios hacia Cádiz junto con el séquito y su
de un Borbón, de la cual salió muy a la Corona. Fue “menino” de Carlos segundo hijo Mauro Fernando, pero no
debilitada por la pérdida de Gibraltar, II y, al alcanzar la mayoría de edad, pudo llegar hasta el 10 de mayo debido
Menorca y las posesiones de Flandes. ocupó cargos de gran responsabilidad, a las lluvias y a los malos caminos.
Ciertamente, los territorios americanos entre ellos, el de capitán de infantería En la ciudad, donde se hallaban pre-
quedaron al margen de la contienda, del Tercio de Lombardía, el de Caba- parados los navíos Nuestra Señora del
pero se vieron afectados por las con- llos Corazas en el Estado de Milán y, en Carmen, “el Conquistador”, y “el Incen-
cesiones realizadas en los tratados de dos ocasiones, el de asistente, superin- dio”, en los cuales iba a viajar, tuvo que
paz firmados a su término y por la casi tendente y capitán general de Sevilla, esperar dieciocho días; mas por fin, el
total incomunicación con la metrópoli en cuyo desempeño hubo de contro- 28 levaron anclas los dos buques. En
durante los años iniciales del conflicto. lar el despacho y recibo de las flotas “el Conquistador”, al mando del capi-
Estas circunstancias hicieron que la que transitaban a América. Por haber tán Francisco de Liaño, viajaba el virrey
pesada administración colonial, instau- demostrado absoluta fidelidad y honra- con el teniente de navío Jorge Juan
rada desde la conquista, continuase sin dez en estos trabajos, Felipe V le nom- y en “el Incendio”, a las órdenes de
cambios en la primera mitad del siglo, bró Mayordomo de Semana de Palacio Agustín de Iturriaga, Antonio de Ulloa;
a pesar de los graves acontecimientos y, por último, Virrey del Perú el 16 de ambos marinos se dirigían a Quito para
surgidos en todo el sur del continente, diciembre de 1734, cuando ya había integrarse en una misión científica fran-
de los que se desprendía la necesidad heredado el título de Marqués de Villa- cesa, que tenía previsto medir el grado
de establecer urgentes reformas en las garcía. en el meridiano.
antiguas estructuras gubernamentales. Según correspondía a su noble Al cabo de 43 jornadas de nave-
Como consecuencia de esa situa- estirpe, Antonio José contrajo nupcias gación llegaron sin ningún obstáculo
ción, la sociedad peruana se encon- a los 26 años, el 15 de febrero de 1694, a Cartagena de Indias. Allí descansa-
tró marcada por innumerables facto- con la ilustre dama extremeña Clara ron unos días y el 25 de julio “el Con-
res negativos, los cuales sumieron a Benita de Monroy y Barrionuevo, Mar- quistador” se hizo de nuevo a la mar.
la mayoría de las gentes en el caos y quesa de Monroy y de Cuzano, también Aunque encalló en el bajío de las Tor-
la pobreza, excepto a algunas fami- “menina” y dama de la reina madre tugas, no muy distante de Cartagena,
lias dineradas que continuaron mante- Mariana de Austria. De la unión nacie- gracias a la pericia del capitán Liaño,
niendo el control de la economía. Las ron ocho hijos, pero sólo lograron vivir el mismo día continuó navegando.
reformas administrativas no se llevaron tres pues, a pesar de su privilegiada Ya sin ningún contratiempo, el navío
a cabo hasta la segunda mitad del siglo, situación social, no pudieron sobrevivir arribó a Portobelo, en Panamá, el 4 de
por lo que en las cinco primeras déca- a las frecuentes epidemias de tifus, pes- agosto y seguidamente puso rumbo
das, a los gobernantes no les quedó tes y gripes que entonces se producían. a esta capital. Sus tripulantes aguar-
más opción que valerse de las decanta- daron allí, desde el 16 de agosto al 4
das instituciones locales y de los recur- de septiembre, a la nave “Almiranta”
sos a su alcance, sin apenas contar con III. El viaje a Perú de la Armada Real de las Indias, que
ayuda de la Corona. Bajo esas adversas llegaba a las órdenes del comandante
circunstancias, el Marqués de Villagar- No cabe duda de que Felipe V debió general Jacinto de Segurola para tras-
cía se vio obligado a gobernar el Virrei- de valorar muy positivamente la efica- ladar al virrey a tierras peruanas. Aun-
nato peruano de 1736 a 1745. cia demostrada por Villagarcía en los que el trayecto era corto, por las fuertes
importantes empleos que le entregó corrientes y los vientos contrarios, “la
durante su juventud y madurez; de otra Almiranta” no pudo arribar a Paita, la
II. El Marqués de Villagarcía forma no le habría elegido para gober- primera ciudad costera del Virreinato,
nante de un territorio tan levantisco hasta el 21 de noviembre y como no
Antonio José de Mendoza Caamaño como siempre había sido Perú, máxime se había previsto el retraso, los viaje-
y Sotomayor, Marqués de Villagarcía, cuando tenía ya una edad avanzada: ros apenas tuvieron víveres durante
nació el 13 de marzo de 1667 en el sesenta y siete años, lo que en esa ese tramo. A partir de Paita, el virrey
pueblo segoviano Vegas de Matute. Era época significaba ser un anciano. Qui- recorrió en literas, proporcionadas por
Caballero de la Orden de Santiago, ter- zás por tal motivo, Antonio José rechazó los corregidores de las provincias que
cer Marqués de Villagarcía, Vizconde el nombramiento, pero se vio obligado atravesaba, los entonces inhóspitos
de Barrantes, Conde de Monroy y de a aceptarlo ante fuertes presiones reci- caminos del norte peruano; finalmente,
Cusano; Señor de Vista Alegre, Ruvia- bidas del Monarca. Desde luego, Felipe el 3 de enero de 1736 entró en Lima.
nes, Lamas, Fuentes, Valdesar y Villana- V no se equivocó; el nuevo virrey Había tardado siete meses y veintidós
sur, y además patrono de los conventos estaba pletórico de energías, ya que, en días desde que salió de Madrid.
IV. Recibimiento en Lima la corrupción de los funcionarios esta- Lima y, sobre todo ello, la incorregible
tales. La producción minera se hallaba corrupción de las autoridades aduane-
Pero Villagarcía no entró aquel día en en mínimos debido a la falta de mano ras, que permitían la entrada de mer-
la capital del Virreinato. El protocolo de obra barata para el laboreo de las cancías extranjeras y el impago de aran-
ordenaba que primero se instalase en minas y, por idéntica razón, también celes sobre las llagadas desde España.
un palacio militar, situado en el puerto las haciendas agrícolas veían mermadas
de El Callao, con objeto de que fuera sus cosechas. Obviamente, estas cir-
cumplimentado por las autoridades cunstancias habían acarreado el empo- VI. El gobierno de Villagarcía
gubernativas. Es de suponer que llegaría brecimiento del erario público y una
muy cansado, sin embargo a las pocas fuerte disminución en los tributos rea- Toda esta problemática evidencia que
horas comenzó a presidir actos oficia- les. Además, desde comienzos del siglo en 1736 había una fuerte crisis comer-
les. Dos días después se desplazó a la se habían venido sucediendo continuas cial en el Virreinato peruano. A pesar de
Capilla de la Legua, situada a mitad de sublevaciones indígenas por los abu- ello, Felipe V pidió a Villagarcía que la
camino entre El Callao y Lima, donde el sos que infringían los encomenderos a superase abriendo los tradicionales mer-
virrey anterior, José de Almendariz, Mar- los indios; de ahí que sus comunidades cados de Portobelo; de ahí que el virrey,
qués de Castelfuerte, le hizo entrega del estuviesen muy convulsionadas. Pero, en cumplimiento de la orden, desde que
bastón de mando. En la tarde del 6 pasó sin duda, los máximos problemas pro- comenzó a gobernar, pusiese el máximo
secretamente a Lima; iba conducido por venían de los incontrolados ataques de empeño en realizar una nueva feria.
Castelfuerte, por los miembros de la piratas y corsarios extranjeros, quienes Con objeto de prepararla, se reunió fre-
Real Audiencia y por los del Tribunal de impunemente destruían ciudades, roba- cuentemente con los comerciantes lime-
Cuentas, quienes le hicieron una gran ban sus riquezas y sembraban el terror ños y les apremió a que invirtiesen sus
ceremonia de bienvenida. Cuando hubo entre la población capitales; éstos decían que no tenían
terminado se instaló en el palacio que La Corona, conocedora de la difícil dinero suficiente, dado que aún les que-
sería su morada, ubicado en la Plaza de situación que existía en el Caribe y en daban artículos sin vender de la feria
Armas, que era la antigua casa de Fran- todo el cono sur americano, entregó a anterior, celebrada en 1731; pero, ante
cisco Pizarro. Villagarcía instrucciones encaminadas a la insistencia de Villagarcía, consiguie-
Al día siguiente el Cabildo de la ciu- conseguir un mejor funcionamiento en ron reunir 11.641.575 pesos.
dad le ofreció un fastuoso recibimiento, las áreas gubernativas. De ahí que, nada El 13 de febrero de 1537 salieron
que Villagarcía contempló bajo un riquí- más llegar, el virrey enviase órdenes a de Cádiz rumbo a Panamá los navíos
simo palio; desde él pudo advertir que las autoridades para que cumplieran de registro, que transportaban las mer-
muchos vecinos adinerados compe- con sus obligaciones, especialmente a cancías españolas a cargo del teniente
tían en el lujo de sus carrozas y en los los oficiales responsables de las Cajas general D. Blas de Lezo; sin embargo,
ostentosos trajes de sus criados. A esta Reales, que eran los administradores de hasta el 27 de junio de 1739 el virrey
ceremonia siguieron otras, revestidas la Hacienda, quienes presentaban muy no pudo participar a Felipe V que se
también de una impresionante parafer- confusas sus recaudaciones de impues- había hecho a la vela la Armada del Sur
nalia, en las que las instituciones perua- tos. Al no conseguir que las aclarasen, desde el puerto de El Callao, rumbo a
nas le dieron la bienvenida. Ante aque- ni con multas, no le quedó otra opción la ciudad de Panamá, llevando el cre-
lla atmósfera de opulencia, cualquiera que revisar personalmente las cuen- cido caudal destinado a la feria de Por-
podía pensar que se hallaba en el país tas que éstos enviaban cada mes, pero tobelo1. Esta alta cantidad hacía presa-
más poderoso del mundo, y el virrey, ni aún así logró contener sus trampas, giar que las ventas iban a ser ventajosas
adulado por las autoridades de máxima pues en mayo de 1745, el Tribunal de para el comercio de España, puesto que
jerarquía y por gentes de gran estatus Cuentas le informó de un fraude come- al haber podido liquidar los mercaderes
social y económico (Antonio de Ulloa, tido en la Caja de Lima por valor de los géneros atrasados, durante el largo
1748: 55. T. II), debía de sentirse como 30.437 pesos. tiempo transcurrido, habían aumentado
una especie de dios terrenal. Ahora Por otra parte, el monopolio del sus capitales de forma considerable, y en
bien, la realidad del Virreinato no era la comercio peruano, que tradicional- aquellos momentos eran mayores que el
que Lima mostraba en el recibimiento, mente había sido el gran negocio de valor de las mercancías que se hallaban
sino otra muy distinta que Villagarcía muchas familias y de la propia Corona, cargadas en los navíos de registro. Mas,
iba a conocer nada más comenzar su se encontraba en total declive. Varias desgraciadamente, tampoco entonces se
gobierno. causas habían potenciado su empobre- cumplieron las halagüeñas previsiones
cimiento: la concesión hecha a Inglate- porque, cuando todavía se hallaban los
rra, en el Tratado de Utrech, del llamado navíos esperando para poder pasar a
V. Un Virreinato en quiebra Navío de Permiso, mediante el cual los Portobelo, el 22 de noviembre de 1739,
británicos podían comerciar libremente la ciudad fue invadida por una escuadra
En aquellos momentos, los comercian- en los territorios americanos; el tráfico inglesa al mando del almirante Wernon,
tes se quejaban de que sus beneficios ilegal, que estaba apareciendo en Bue- quien seguidamente, en abril de 1740,
eran muy escasos por los altos impues- nos Aires, procedente de la colonia por- se apoderó también de Chagres y del
tos que soportaban y por el enorme tuguesa de Sacramento; una red de con- castillo de San Lorenzo, que era su for-
contrabando comercial que generaba trabando que operaba desde Panamá a taleza defensiva.
el sur del Pacífico. Debió de convencer 500 soldados, cuyo mantenimiento cos-
con facilidad a sus miembros ya que taba 30.000 pesos al mes. También hubo
aprobaron el proyecto y, con gran rapi- de hacer frente a nuevos gastos produ-
dez, construyeron un barco que se llamó cidos por la compra de cañones para El
“Santa Rosa”, el cual el 28 de febrero de Callao, la paga de los soldados, el abaste-
1740 partió a las islas de Juan Fernández cimiento de dos barcos de la Armada del
con la misión de comprobar si se habían Sur, enviados a Panamá, y 16.000 pesos
introducido buques británicos por la que entregó a los misioneros del Cerro
zona del Cabo de Hornos. La exploración de la Sal. Financió estas cantidades con
aportó un poco de sosiego a la inquieta 300.000 pesos donados por el Consu-
sociedad peruana, pues el “Santa Rosa” lado, quien gravó a un tres por ciento el
regresó el 5 de abril sin haber avistado oro y la plata del tesoro de los comer-
ningún navío enemigo. ciantes conducido a Quito, y con 200.000
Algo después, el 2 y el 5 de julio, pesos, gravados al uno y medio por
Villagarcía volvió a reunirse con los ciento, provinentes de cantidades dadas
comerciantes y les pidió que constru- por diferentes particulares, cajas de cen-
yeran dos nuevos buques. Éstos, por sos, amortizaciones y monasterios12.
temor a poner en peligro el comercio Ahora bien, las necesidades eran
en Guyaquil y Tierra Firme, acordaron muchas y cada día se planteaban nue-
armar un navío: “el Socorro” y carenar vos problemas que sólo se podían resol-
“el Sacramento”10. Por la misma época ver con dinero; véase: el 25 de octubre
el virrey vio la necesidad de restaurar de 1740 el Virrey de Nueva Granada,
el presidio de El Callao y también debió Sebastián de Eslava, había pedido
continuar los trabajos de fortificación 300.000 pesos para asistir a las fuerzas
en Buenos Aires. Además, junto con navales y a las tropas de tierra, que al
el dinero que hubo de mandar para la mando de D. Rodrigo de Torres habían
defensa de Cartagena, después del ata- llegado a Cartagena el 23 de ese mes;
que de Wernon, el 28 de febrero del el Rey ordenó que dicha cantidad fuera
mismo año remitió también mil pesos a proporcionada por Villagarcía. El 21 de
Panamá. Esta última cantidad ya no tuvo febrero del siguiente año comunicó a
más remedio que sacarla del patrimonio Felipe V que había enviado los 300.000
perteneciente al Rey11. pesos; en cambio, el 30 de marzo le
Por otro lado, en enero de 1740 hizo saber la gran dificultad que tenía
Villagarcía había conseguido la fabrica- en remitir a Santa Fe de Bogotá 100.000
ción de ocho galeotas de remo y vela pesos más, como parte de otros 300.000
en Lima y seis más en Guayaquil, todas que el Virrey Eslava había vuelto a
ellas provistas de artillería menor, que pedir para la manutención de los 12
podía ser manejada con facilidad por la navíos que conformaban la escuadra del
tripulación. Estas galeotas estaban des- teniente Rodrigo de Torres13, ya que las
tinadas a vigilar las costas e impedir el arcas estatales se hallaban exhaustas por
desembarco de los enemigos. Con objeto haber tenido que enviar, urgentemente,
de que dirigiesen su construcción, hizo 50.000 pesos y algunos géneros que fal-
ir a Lima a los dos tenientes de navío, taban en la Concepción (Chile) para el
Jorge Juan y Antonio de Ulloa, quienes sustento de la escuadra de José Pizarro,
se hallaban en Quito. En esa ocasión, antes de que ésta llegase a dicho puerto.
la maquinaria gubernativa dio muestras Hasta entonces el virrey, según las
de gran eficacia, porque los trabajos se necesidades que fueron apareciendo,
realizaron tan rápidamente que las ocho había cubierto los gastos quitando
galeotas, construidas en Lima, se halla- dinero de un sitio para ponerlo en
ban ya navegando en 1741. otro y apelando al Consulado de Lima,
Aunque apenas contaba con recur- pero como escribió en su Relación de
sos monetarios, el virrey volvió a dar Gobierno a su sucesor, José Manso de
muestras de su eficacia al formar, por Velasco, llegó un momento en que ya
aquellos mismos días, dos regimientos no hubo ninguna posibilidad de obtener
de caballería de 500 soldados cada uno, más fondos del Consulado ni de parti- 10
Papeles Importantes, lg. 25, expt. 19. AHAL
de los cuales 120 hombres estuvieron a culares; a la vez, el Erario se hallaba tan 11
cargo del Tribunal de la Santa Cruzada. agotado que ni siquiera se podían pagar Audiencia de Lima, lg. 642. AGI.
12
Asimismo, preparó otro regimiento de las cargas ordinarias del reino y mucho Audiencia de Lima, lg. 1468. AGI.
13
infantería, igualmente compuesto por menos las extraordinarias; sin embargo, Audiencia de Lima, lg. 642. AGI.
su salida, se desató una fuerte tormenta intensos. Llegó un momento en que los
con viento norte que le causó grandes cascos y las arboladuras de los buques
destrozos: hundió uno de sus buques estaban destrozados; como consecuen-
y algunos otros quedaron tan afecta- cia, uno de ellos se hundió y perecie-
dos que cuatro tuvieron que regresar ron todos sus tripulantes; los demás, en
a la boca de Portobelo para ser repa- malas condiciones, arribaron al Río de
rados, por hallarse desarbolados15. El la Plata y a Buenos Aires; Pizarro, total-
mismo Wernon hubo de girar al oeste mente maltrecho, a Montevideo16.
con su propio navío al haber quedado Por su parte, la escuadra de Anson,
ladeado, pero al fin pudo reparar los después de soportar enormes calamida-
buques y dirigirse a Jamaica. En dicha des, consiguió pasar el Cabo de Hornos
isla se volvió a preparar y a primeros y llegar al Pacífico Sur el 7 de marzo
de abril regresó a Portobelo; desde allí de 1741. El 19 del mismo mes también
tomó el castillo de Chagres, tras lo cual se desataron terribles tormentas y tem-
nuevamente se refugió en Jamaica. Ade- porales, que duraron siete semanas, a
más, Inglaterra envió una impresionante consecuencia de los cuales algunos de
escuadra, de 1.400 hombres, contra las los navíos se fueron a pique y otros
provincias españolas de Ultramar, al quedaron inservibles para seguir nave-
mando del almirante Anson, compuesta gando. Solo tres, muy deteriorados,
por 6 navíos provistos de 226 cañones entre los que se hallaba “el Centurión”
(R. Vargas Ugarte, 1956: 188-189). de Anson, pudieron llegar en julio a las
Al conocer la Corona española el islas de Juan Fernández con 626 hom-
despliegue naval efectuado por los bres, muchos de ellos enfermos.
británicos, preparó una flota de cinco Incomprensiblemente, los navíos bri-
buques en el puerto de El Ferrol, que tánicos estuvieron en dichas islas, hasta
fue puesta bajo el mando del teniente el mes de septiembre, sin ser vistos, ni
general de marina Frey José Alfonso molestados por barcos españoles pese
Pizarro, Caballero de la Orden de San a la vigilancia establecida por el virrey.
Juan y gentilhombre de cámara del Casi tres meses más tarde, cuando
Rey. La escuadra, que transportaba 500 Anson tuvo recompuestos los buques y
hombres de tierra, oficiales, armas y un fortalecida la tripulación, sabiendo que
escuadrón del regimiento de Portugal, la escuadra de Pizarro no había remon-
destinado a servir en Chile, salió del tado el Cabo de Hornos y que todavía
puerto de Santander en octubre de 1740. las autoridades virreinales no tenían
Las intenciones del general Pizarro eran noticias de su presencia en la isla de
seguir el rastro de Anson en el Pacífico Juan Fernández, situó sus barcos en la
sin combatir en aguas europeas y ade- ruta de Valparaíso a Paita, con el fin de
lantarse a pasar el Cabo de Hornos para apoderarse de todas las naves que trafi-
atacar a los buques británicos en el sur caban con Chile y Panamá. En esa ruta
de dicho océano; de ahí que zarpara capturó un navío con carga de 24.000
una semana antes que los ingleses con pesos; pero para el inglés, más impor-
provisiones para cuatro meses. tante que el dinero, fue la información
La flota española arribó al Atlántico que le proporcionaron los pasajeros
americano el 5 de enero de 1741; se sobre los derroteros de los barcos espa-
hallaba en Buenos Aires para reponer ñoles.
víveres, cuando supo que Anson tam- En los días siguientes el comodoro
bién se encontraba en aquellas aguas. acondicionó el buque hispano y se
Sin esperar los víveres, se dirigió al Cabo deshizo de uno suyo que estaba muy
de Hornos y lograron pasarlo sin gran- deteriorado. Después dispuso que otro
des dificultades, mas el 7 de marzo se de sus navíos fuera a la zona de Paita,
desató una terrible tempestad que dejó mientras que él con “el Centurión” y el
los barcos a la deriva y de nuevo fueron apresado se situaba frente a El Callao.
arrastrados al Atlántico. En un alarde de El 18 de septiembre el buque, que se
valentía, los marineros, sin apenas ali- hallaba por Paita, capturó un barco
mentos, aguantaron las gélidas tempera- español de 600 toneladas; como estaba
turas y los bamboleos provocados por en buen uso, el capitán inglés también
la mar, esperando que se calmara para decidió deshacerse de su maltratada 15
Dionisio Alcedo y Herrera. Ms. 1622. BPRM.
volver al Pacífico; pero los vientos y las nave y trasladarse a aquél con sus hom- 16
corrientes contrarias fueron cada vez más bres. Así reforzado, navegó rumbo norte Audiencia de Lima, leg. 642.
y a la altura de Barranca se apoderó de ante un posible ataque. Los buques arri- pertrechados con una gran cantidad de
otro buque español que hacía la ruta de baron el 22 de marzo al puerto de Perico armas y municiones.
Guayaquil a El Callao. Más tarde Anson sin hallar rastro de Anson; mas, poco Los buques había llegado el 23 de
se unió a ellos y juntos avanzaron hasta después, llegó la noticia de que, para octubre de 1740, pero como el peligro
las islas de Lobos; en la ruta apresaron atacar a Panamá, el 15 de abril había se cernía por todo el Caribe, Rodrigo
un navío de 270 toneladas, que bajo vuelto a aquel puerto y al de Chagres, de Torres tuvo que internarse en las
bandera española iba capitaneado por procedente de Jamaica, la armada del Antillas. A Cartagena sólo se destinaron
el veneciano Marcos Mesona. El vene- almirante Wernon, compuesta de 53 seis navíos mandados por el guipuz-
ciano, al ver a los dos navíos españo- navíos de todos los tamaños, con 2.500 coano Blas de Lezo17, los cuales, obvia-
les, confundido, se aproximó sin ningún hombres y 500 negros. En efecto, el mente, no eran suficientes para repeler
recelo; se acercó tanto que fácilmente almirante inglés, conociendo las haza- a los ingleses y tampoco para controlar
fue aprehendido por los británicos, junto ñas realizadas por Anson en el Mar del a los numerosos barcos que ejercían
con sus 43 tripulantes. Uno de ellos, Sur, supuso que éste tendría ya sitiada contrabando en aquellas aguas. Por su
que era un prisionero irlandés, comu- la ciudad y que sería fácil saquearla si parte, el virrey, que hacía tiempo sos-
nicó a Anson que en Paita se encontra- él atacaba al mismo tiempo por tierra; pechaba los propósitos de Wernon,
ban almacenadas grandes cantidades pero Wernon no sabía que Anson ya no había enviado otra escuadra compuesta
de plata y mercancías procedentes del se encontraba en aquellos parajes: el por una fragata y cuatro navíos, la cual
comercio ilícito, que la ciudad tenía comodoro había llegado a Panamá y, sin en esas fechas se hallaba en el puerto
escasa población y muy pocas defensas. decidirse a tomarla, se abasteció de agua de Perico. Cuando se advirtió que era
Asimismo le informó de que en su bahía y continuó hacia México. inminente el ataque de los ingleses a
se hallaban fondeados seis barcos y que Nada de esto se sabía en Lima, de Cartagena, de cada buque se sacaron
alguno transportaba caudales a México. ahí que el 11 de junio de 1742, Villa- 35 hombres, un total de 150, y se envia-
La captura de este buque había garcía mandase a las costas del Pacífico ron a la palaza con la misión de ayudar
tenido lugar el 10 de noviembre de 1741. otro socorro compuesto por dos com- a los defensores.
En San Miguel de Piura y en Paita nadie pañías con 50 hombres y algunos víve- Wernon aguardaba en Portobelo la
se había preocupado por el suceso. No res al mando del jefe de escuadra José llegada de Anson; suponía que el almi-
sospecharon que Anson se podía pre- Pizarro que había llegado desde Buenos rante todavía se hallaba en aquellos
sentar acto seguido en la bahía de Paita. Aires a Chile atravesando los Andes. No parajes y que entre los dos saquearían
Mas el comodoro, deseoso de adquirir alcanzó a desplazar mayor número de con facilidad los territorios antillanos.
un buen botín, rápidamente fondeó en tropas porque había pocos hombres y Creyendo que se repetiría el éxito que
ella y, durante la noche del 14, aunque armas disponibles y no podía dejar sin había obtenido en Portobelo, despachó
se hallaban varados los seis barcos espa- defensas al El Callao, la ciudad de Lima, cartas a Inglaterra diciendo que pronto
ñoles, sólo se apoderó del que transpor- los puertos cercanos a la capital, ni a sería dueño de Cartagena de Indias.
taba el dinero a México, y lo incorporó otros lugares del Mar del Sur. Los dos Para realizar su propósito, en marzo de
a su flota; luego hundió una barca de buques estuvieron un año patrullando 1741, se presentó en la ciudad con 50
tres palos y dos barcazas de remos que por el sur de Chile y por los alrededores navíos de guerra, 100 de transporte y
también se hallaban en el puerto. de la isla de Juan Fernández y en enero 28.000 hombres entre marinos y solda-
El saqueo y quema de Paita eviden- de 1743 se les unió la fragata destacada dos; en cambio, los defensores sólo eran
ció la presencia de Anson en el Mar del en Chile, la cual había sido el único unos 3.000 y únicamente disponían de
Sur. El éxito obtenido por el inglés, más barco de la flota de Pizarro que había seis buques.
la dirección tomada después de retirarse logrado pasar el Cabo de Hornos. Desde Conociendo la alta desproporción
de aquellas costas, hicieron suponer a el 24 de febrero los tres barcos unidos existente entre unos y otros, los británi-
Villagarcía que Panamá podía ser su navegaron por el Pacífico sin encontrar cos se hallaban tan seguros de la victoria
próximo objetivo. Con el propósito de ningún rastro de los enemigos. que hasta acuñaron monedas con la ins-
protegerla, el virrey preparó apresurada- Sin embargo, Wernon, al ver la facili- cripción: “el orgullo español abatido por
mente una nueva flota, compuesta por dad con que había obtenido las fabulo- el almirante Wernon”. Pero no contaron
siete barcos y, al mismo tiempo, envió sas riquezas de Portobelo, no renunció a con que Cartagena se encontraba muy
otros dos a las islas de Juan Fernández continuar saqueando otras ciudades del bien preparada para la defensa, pese
y a las costas de Chile para que, unidos engranaje comercial caribeño; de entre a la manifiesta minoría de sus tropas.
a una fragata, que allí se hallaba desta- ellas Cartagena se presentaba como una Al frente de ellas se hallaba el propio
cada, impidieran a los enemigos cruzar plaza muy golosa. La Corona y el virrey Virrey de Nueva Granada, Sebastián de
el Cabo de Hornos. sabían que necesitaba ser protegida Eslava, su gobernador Melchor de Nava-
La escuadra del virrey salió de El rápidamente, por cuyo motivo, al poco rrete, y el general Blas de Lezo quien,
Callao el 3 de febrero de 1742 con la tiempo de haber sido invadida Portobelo, para cerrar la boca del puerto, había
orden de enfrentarse al enemigo en desde Madrid se envió directamente al hecho cavar trincheras y fortalecer los
cualquier paraje donde lo encontrara Caribe al teniente general Rodrigo de castillos con cañones de grueso calibre.
y, en caso de no hallarlo, dispuso que Torres con una escuadra compuesta por Ante la certeza del triunfo, el 13 de
entrase en Panamá y desembarcasen las doce navíos, un paquebote y un brulote, mayo de 1741 dos navíos ingleses fon-
tropas, armas y víveres para socorrerla a bordo de los cuales iban 2.500 soldados dearon en la ciudad sobre la punta de
de 30 soldados cada uno, se situasen en había escrito al Rey diciendo que Villa-
los límites de la selva con el fin de res- garcía no había conseguido sujetar a los
guardarlos. indios levantados y que su rebelión se
A partir de ahí se entabló una gue- había extendido a Tarma, distante 45
rra de guerrillas en la que Juan Santos leguas de Lima, unos 132 kilómetros.
se apoderó de varios pueblos, asaltó las Decía también que de estos aconteci-
haciendas y mató a mucha gente. Ante mientos y de las lentas providencias
la caótica situación, el Virrey destacó practicadas derivaba una gran aflicción
dos compañías más de caballería con en aquel reino, dado que nadie sabía en
100 hombres, provistas de cuatro caño- qué podía acabar el movimiento rebelde,
nes de campaña. También envió gran a menos que la Divina Providencia diera
cantidad de municiones y el dinero sufi- algún feliz suceso a las armas de Su
ciente para la supervivencia de la tropa Majestad. Por otra parte, el 22 de sep-
y escribió a los capitanes del Rebelde tiembre, el general Rodrigo de Torres
conminándoles a que le abandonasen a también había escrito, desde La Habana,
cambio de indulto, salvoconductos y un a Felipe V diciendo que el Virrey Eslava
premio generoso; pero estas medidas no le había hecho saber el peligro existente
tuvieron el efecto deseado, por el con- en el Virreinato peruano.
trario, los sublevados continuaron arra- Ante esos informes, en Madrid se
sando pueblos y matando gente19. pensó que Villagarcía ocultaba la dra-
En vista de esos sucesos, el virrey mática situación descrita por las altas
mandó un ejército de 212 soldados, el autoridades y, automáticamente, fue
cual tras peinar la zona por dos lados, destituido del cargo. Luego se demostró
estableció un fuerte en Quirimiri, lugar que no eran ciertos, porque su sucesor,
colindante con la selva. Seguidamente, Manso de Velasco, Conde de Superunda,
el ejército se retiró dejando en el fuerte envió un gran ejército en busca de San-
96 hombres con municiones y víveres tos Atahualpa y tampoco logró encon-
suficientes hasta que llegara una nueva trarlo. Nunca más se volvió a tener noti-
remesa; pero Santos Atahualpa se apo- cias de su persona.
deró de los víveres cuando eran lleva- Villagarcía había pedido a Felipe V
dos al fuerte y después lo sitió. Al cono- su cese de gobernante en el año 1741,
cer Villagarcía estos hechos, envió 250 aduciendo, entre otros achaques, que
soldados y volvió a prometer el perdón tenía 75 años y que había perdido audi-
a quienes abandonaran a Santos; sin ción. El Rey contestó en enero de 1742
embargo, cuando los soldados llegaron diciendo que enviaría una persona para
a Quirimiri, encontraron todo destruido sustituirle en el cargo y, efectivamente,
y a los defensores muertos (Mario Castro en noviembre del mismo año fue nom-
Arenas, 1973: 35). brado Virrey del Perú Sebastián Eslava,
Ante tales hechos, Villagarcía pensó mas éste no aceptó el nombramiento
que no había forma de encontrar a los argumentando razones de salud, por lo
rebeldes dentro de su intrincado territo- que Villagarcía hubo de seguir al frente
rio, puesto que protegidos por la pro- del intricado gobierno virreinal, a pesar
pia selva, atacaban y luego huían. En de sus problemas físicos.
cambio, los soldados que enviaba, iban De repente, el Monarca reaccionó
a una muerte segura al no conocer, ni cesando a Villagarcía, inesperadamente,
estar acostumbrados a vivir en tan difí- mediante una Real Cédula, fechada el 24
cil entorno. Por ello, decidió reforzar las de diciembre de 1744, en la que nom-
guarniciones destacadas en Tarmas y braba para sustituirle “sin la menor dila-
Jauja, levar un batallón de infantería con ción” al gobernador de Chile José Anto-
100 hombres de la zona y colocarlos en nio Manso de Velasco. A Villagarcía no se
puntos estratégicos, desde los que se notificó entonces su cese, ni el nombra-
pudieran impedir los ataques de San- miento; no supo nada del relevo hasta el
tos Atahualpa. Estas medidas surtieron 9 de julio del año siguiente, fecha en la
efecto, pues en octubre de 1744 el virrey que fue informado por el embajador del
comunica a Felipe V que no había nove- nuevo virrey, cuando a éste sólo le falta-
dad digna de añadirse sobre la revuelta. ban tres jornadas para llegar a El Callao.
Sin embargo, el 15 de mayo de 1744, Con tan escaso tiempo Antonio José
el Virrey del Nuevo Reino de Granada, de Mendoza hubo de prepararse para
19
Audiencia de Lima, leg. 983. Sebastián de Eslava, desde Cartagena entregarle el bastón de mando y realizar
la Memoria de Gobierno. La imprevista a España. Durante ese tiempo se vio sufrir un accidente del cual no podría
llegada no sólo sorprendió a Villagarcía obligado a vivir con ciertas limitacio- recuperarse: falleció a los 79 años y
sino también al pueblo peruano, por lo nes, ya que no se había enriquecido nueve meses. Sólo su corazón, custo-
que la gente lanzó el bulo de que, al con las adjudicaciones de empleos, y diado por su hijo Mauro, pudo llegar
efectuarse la ceremonia del relevo en El hubo de seguir sufragando los gastos a España; su cuerpo sirvió de comida
Callao, el viejo virrey quiso apedrear al de su equipo personal sin recibir nin- a los peces del Océano Atlántico. No
nuevo (Ricardo Palma, 1953: II: 258). guna paga. Al fin, el 10 de agosto de cabe duda de que Antonio José de
A partir del cese, Villagarcía esperó 1746 embarcó en “el Héctor”. Entonces Mendoza fue un hombre honrado e
un año la llegada de un buque que ofre- no podía sospechar que cuatro meses íntegro, que puso toda su vida al ser-
ciera algunas garantías para regresar más tarde, frente a Buenos Aires, iba a vicio de su Rey Felipe V.
Bibliografía
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toral. Sevilla. conde de Superunda (1745-1716). CSIC. Madrid. 3.107. Biblioteca Nacional, Madrid.
b) Documentos
AGI. Audiencia de Lima. Lg. 642, 415, 639, 983, Biblioteca Nacional, Madrid. Ms. 19704-16. Ms.
1468. 3107. Ms. 3109.
Archivo Histórico Arzobispal de Lima. Papeles Biblioteca del Palacio Real. Madrid. Ms. II 1622.
Importantes, lg. 25.
Woods in cuban
aboriginal objects
Resumen Abstract
Los aborígenes cubanos empleaban Cuban aborigines used many utilita-
muchos artefactos utilitarios en made- rian wooden artefacts. At the time of
ras. A la llegada de los colonizadores, the coming of the European settles,
el territorio estaba casi cubierto por bos- the Cubans territory was almost com-
ques de diferentes tipos, con numerosas pletely covered by different types of
especies de árboles y arbustos en aso- woods, with a great number of species
ciaciones heterogéneas. of trees and bushes in heterogeneous
Los primeros pobladores cubanos associations.
tenían medios muy primitivos de super- The earliest Cubans inhabitants had
vivencia y muy poco pudieron haber very primitive means of subsistence
afectado los bosques, pero el desarro- and little could they have affected the
llo de la industria azucarera fue el factor woods. The development of the sugar
decisivo en la degradación de los mis- industry was a decisive factor in the
mos, lo que ha producido cambios en degradation of Cuban woods. This
los ecosistemas, con respecto a los que brought about significant changes in
existieron en épocas anteriores al des- the ecosystems as against those exis-
cubrimiento y por tanto, de las especies ting in timer prior to the Discovery
que hoy día se encuentran en los sitios and accordingly in the species found
arqueológicos estudiados. at present in archaeological sites.
Usando el método de la Anatomía By using the method of Compa-
Comparada se ha logrado identificar un rative Anatomy, it’s been possible to
gran número de las maderas que fue- identify great number of the woods in
ron usadas en la confección de objetos y precolombian objects and elements.
elementos precolombinos En el presente The present work presents the main
trabajo se exponen los caracteres anató- anatomical features for the identifica-
micos fundamentales para la identifica- tion of the above-mentioned species
ción de las especies antes referidas y sus and theirs microphotographs.
microfotografías. Keywords: wood anatomy,
Palabras clave: anatomía maderas, archaeology, baton for ceremony, coa,
arqueología, bastón ceremonial, coa, Cuba, dujo, guayo, idol.
Cuba, dujo, guayo, ídolo.
I. Introducción y 1827 se taló el 60 por ciento de ellos estudiados y abarcan un gran número
para la siembra y el consumo de los pre- de piezas de las diferentes colecciones
Los aborígenes cubanos empleaban carios trapiches (Matos, 1972). En 1926, (figs. 1, 2, 3, 4, 5, 6), sin embargo, somos
muchos artefactos utilitarios en maderas los bosques cubanos se redujeron al 20 conscientes que no son las únicas espe-
(Tabío y Rey, 1966). Fabricaron con ellas por ciento y han tenido su cifra mínima cies que fueron usadas. Su perdurabili-
buenas canoas, coas o palos aguzados en 1990, a raíz de la crisis energética dad hasta la actualidad debe mucho a
para la siembra, azagayas y macanas generada por la disolución del campo la calidad, fundamentalmente determi-
de maderas duras, guayos con esquirlas socialista, llegando a ser del 15 por nada por su alta densidad y durabilidad
de piedras incrustadas, grandes ídolos ciento con una recuperación posterior natural, y a la naturaleza de los sitios
antropomorfos como el llamado “Idolo al 18 por ciento. arqueológicos donde fueron halladas.
del Tabaco”, cemíes y dujos estrechos Todo esto ha provocado cambios Si se observa una madera con una
para ceremonias o jefaturas (Herrera en ecosistemas con respecto a los que lente de aumento o al microscopio se
Fritot, 1940). También bastones ceremo- existieron en épocas anteriores al des- pueden destacar particularidades de su
niales como los de Cienaga de Zapata, cubrimiento y, por tanto, de las espe- estructura anatómica, que permiten iden-
Malpotón y Cayo Jorajuria. cies que hoy día se encuentran en los tificarlas con un alto grado de exactitud.
Los primeros pobladores cuba- sitios arqueológicos estudiados. La Es por esto que el método que fre-
nos tenían medios muy primitivos de introducción de especies foráneas en cuentemente se usa para identificar las
supervivencia y muy poco afectaron los los planes de rehabilitación forestal y maderas es la anatomía comparada, ya
bosques, calculándose que el territorio las malas políticas de reforestación que que la estructura de madera es la misma
estaba casi cubierto por diferentes tipos no han contemplado la regeneración de desde su formación en el tronco y se
de ellos (Borhidi, 1991, citado por Del los bosques con especies nativas, difi- mantiene mientras no sea degradada.
Risco, 1995). La llegada de otros grupos culta hoy día el estudio de las maderas La madera, de cada especie o grupo
humanos, como los taínos y subtaínos, arqueológicas cubanas, al no poseer de ellas, está caracterizada por ciertas
que desarrollaban ya cultivos agríco- patrones de identificación o ser difícil particularidades de naturaleza y dispo-
las, tampoco lo afectaron pues la baja su obtención para crearlos. sición de las células que la constituyen.
población, las limitaciones materiales Por ejemplo, la introducción y pre-
y la importancia que daban al bosque, sencia indiscriminada de Casuarina
hicieron que a la llegada del conquista- equisetifolia y Eucalyptus spp, ha cobrado
dor, éstos cubrían entre el 88 y 92 por un alto precio al paisaje actual cubano y
ciento del territorio nacional, de los cua- a la reserva forestal nacional, por detri-
les el 75 al 80 por ciento eran bosques mento de la existencias de las especies
tropicales. autóctonas y endémicas cubanas.
Los primeros asentamientos euro- Un ejemplo claro es la diversidad de
peos en la isla tenían una escasa pobla- maderas que se ha encontrado en obje-
ción con economía de subsistencia tos y elementos constructivos del sitio
muy pobre. Los árboles eran sólo para arqueológico Los Buchillones, entre
autoconsumo y aquellos de maderas la cuales se encuentran el guayacán
preciosas para las obras de la corona. (Guaiacum sp.), el jiqui (Pera bumeliae-
La construcción del monasterio de San folia), el ébano (Diospyros sp.), la caoba
Lorenzo de El Escorial implicó la tala (Swietenia mahagoni), el yaití (Gym-
y envío de cientos de metros cúbicos nanthes lucida) y el manglesillo (Bone-
de caoba (Swietenia mahagoni), cedro tia cubensis), entre otras, mientras que
(Cedrela odorata) y sabicú (Lysiloma en la actualidad, es una definida zona de
sabicu). Una evidencia de sus preferen- manglar con el mangle rojo (Rizophora
cias hacia estas maderas se corrobora mangle) como especie predominante y
con el uso que tuvieron en construccio- más hacia la costa, se encuentra la uva
nes de la época, como las que han sido caleta (Coccoloba uvifera) sin rastro de
recientemente estudiadas por el Gabi- las antes mencionadas.
nete de Arqueología de la Oficina del El desarrollo de la arqueología en
Historiador de la Ciudad, en los restos Cuba y los nuevos descubrimientos al
del Real Castillo de la Fuerza y en el respecto, han necesitado de pruebas
de la Cabaña en La Habana (Carreras y científicas que permitan conocer la
Dechamps, 1995). Según Matos (1972), identidad de la madera de estos objetos,
hacia 1774 el territorio nacional estaba y dar un nuevo concepto museográfico
cubierto de bosques hasta en un 83 por que brinde la información científica
ciento. necesaria a investigadores y estudiantes
El desarrollo de la industria azuca- vinculados a la arqueología.
rera fue el gran destructor de los bos- Las maderas que se exponen en este Figura 1. Guayo o raspador de Cedro. Museo
ques cubanos. Se calcula que entre 1775 trabajo son las identificadas en objetos
Antropológico Montané, La Habana.
De las investigaciones realizadas sobre madera dura, como las reportadas en este
un centenar de objetos aborígenes de trabajo, estén aún por hallarse en las nue-
madera, se concluye que la mayoría de vas excavaciones que se vayan realizando.
los objetos que han llegado a nuestros
días son de madera de guayacán, debido
fundamentalmente a características intrín- Créditos y agradecimientos
secas de la madera como el contenido
de resina (guayacol), preservantes de su Las fotografías de objetos aborígenes
duramen y a la estructura compacta y alta Museo Antropológico Montané fueron
densidad de las paredes de sus fibras, hechas por el fotógrafo Francisco Fidel
que le hacen estar entre las maderas más Navarrete, del Gabinete de Arqueología Figura 5. Bastón ceremonial. Madera de jiquí.
densas del mundo con una alta resisten- de la Oficina del Historiador de la Ciudad Museo Antropológico Montané, La Habana.
cia mecánica. de La Habana. Las fotografías de los cor-
Juan López de Velasco (1571) refi- tes microscópicos fueron realizadas por
rió: “Hay grandes montes de guayacán Eric Warner, en el laboratorio de micros-
o palo santo que llaman de las indias”. copia óptica adjunto a la sección de Pre-
No puede descartarse el uso prioritario historia, en el Museo Real del África Cen-
del guayacán en muchos de los objetos tral de Tervuren, Bélgica. Agradezco a la
ceremoniales en los que está presente, Lic. María del Pilar Zaldíbar Fernández,
y se relaciona con el conocimiento del Museo Antropológico Montané, la
que, sobre las propiedades curativas colaboración prestada para la realización
de esta madera, tenían los aborígenes de las fotografías de objetos del museo,
de las Antillas en el momento del des- que se exponen en este trabajo.
cubrimiento. Se informa que desde el
primer viaje se llevaron a España algu-
nos troncos de ella, atribuyéndole pro- Fichas anatómicas
piedades para la cura de la sífilis y la
lepra (no comprobado científicamente),
de las maderas
por lo que constituye una de las prime-
ras que fue objeto de comercio, a par- Para cada madera se anexan las imáge-
tir de 1508 (Rodríguez Domorizi, 1970). nes microfotográficas de las tres seccio-
La presencia de otras diez especies nes anatómicas (transversal, tangencial
leñosas en los objetos estudiados refleja y radial, respectivamente), así como la
parte del uso que daban los aborígenes fotografía de cada madera reportada en
cubanos a la rica flora maderable de su estado normal, a partir de muestra de
entonces y somos conscientes de que xiloteca Hbw del Instituto de Investiga- Figura 6. Ídolo de Chambas. Madera de ébano.
otras especies, fundamentalmente de ciones Forestales de Cuba. Museo de Chambas, Prov. De Ciego de Ávila.
1.-CAGUAIRAN
Descripción microscópica:
Porosidad difusa. Poros generalmente en grupos radiales cortos (de 2–3 vasos). Placas de perforación
simples. Punteaduras intervasculares alternas y ornamentadas. Depósitos en vasos del duramen
marrón oscuro.
Fibras y fibrotraqueidas de paredesblastalíferas del parénquima axial septadas.
Radios multiseriados, con 1–4–6 células de ancho, homogéneos compuestos por células procumbentes.
Información en la literatura sobre canales resiníferos de origen traumático, tipo axial, en líneas
tangenciales cortas que no han sido observados en las muestras estudiadas
2.-CAOBA
Descripción microscópica:
Porosidad difusa con poros agrupados generalmente en grupos radiales cortos de 2–3 . Placas de
perforación simples. Punteaduras intervasculares alternas. Depósitos de color castaño rojizo oscuro y
menos frecuentemente de color blanco en vasos de duramen
Fibras de paredes de espesor medio, exclusivamente septadas (pocas fibras no septadas). Fibras septadas
distribuidas uniformemente.
Parénquima axial marginal (o aparentemente marginal) como bandas finas, hasta 3 células de ancho o
gruesas, con más de 3 células de ancho, paratraqueal escaso a vasicéntrico
Radios multiseriados 1–2–4(–5) células de ancho, homogéneos y heterogéneos con células cuadradas y
erectas restringidas a hileras marginales.
Cristales prismáticos presentes, localizados en células de los radios y células del parénquima axial.
Se reporta y observa estructura estratificada en algunas muestras, con los radios, el parénquima axial y
los elementos de vasos dispuestos en estratos más bien regulares mientras que en otras muestras esta
ausente la estratificación.
3.-CEDRO
Descripción microscópica:
Madera de porosidad anular o semianular. Vasos agrupados generalmente en grupos radiales cortos
(de 2–3 vasos). Placas de perforación simples. Punteaduras intervasculares alternas, Depósitos en
vasos de duramen de color marrón rojizo oscuro.
Fibras no septadas de paredes finas.
Bandas de parénquima axial no marginales Parénquima axial apotraqueal difuso y en agregados y
paratraqueal vasicéntrico (raramente aliforme).
Radios multiseriados con 1–3(–4) células de ancho. Altura de los radios grandes hasta 500 μm.,
homogéneos a heterogéneos, estos últimos con células cuadradas y erectas restringidas a hileras
marginales.
Cristales prismáticos, presentes, localizados en células de los radios y células del parénquima axial.
4.-CUYA
Descripción microscópica:
Porosidad difusa, poros solitarios escasos, mayormente en grupos radiales de 3 a 12 células con
contenidos opacos ocasionales; punteaduras intervasculares alternas, ovales y palca perforada
simple.
Fibras libriformes muy gruesas, poligonales, con cierta orientación radial vista en sección transversal
Parénquima axial para traqueal difuso y en finas líneas de una sola célula de ancho, más bien reticulado.
Radios heterogéneos irregularmente dispuestos, con 1 a 2 células de ancho y abundante contenido
carmelita rojizo en su interior
5.-EBANO
Descripción microscópica:
Porosidad difusa con poros generalmente en grupos radiales cortos (de 2–3 vasos) o en grupos radiales
de 4 vasos o más. Placas de perforación simples. Punteaduras ínter vasculares alternas. depósitos en
vasos de duramen (negro, a veces marrón-rojizo).
Fibras libriformes de paredes gruesas.
Parénquima axial apotraqueal difuso en agregados y en bandas dispuestas en forma reticulada, finas
de hasta 3 células de ancho, predominantemente uniseriadas, algunas posiblemente marcando los
límites de crecimiento (marginal). Paratraqueal escaso, o vasicéntrico.
Radios exclusivamente uniseriados, heterogéneos con células cuadradas y erectas restringidas a
hileras marginales. Esporádicamente también radios biseriados.
Cristales presentes, prismáticos y células cristalíferas del parénquima axial septadas.
6.-GUAYACAN
Descripción microscópica:
Porosidad difusa con poros exclusivamente solitários. Presencia de dos clases distintas de diámetro
de poros. Placas de perforación simples. Punteaduras intervasculares alternas; depósitos en vasos de
duramen presentes (verde oscuro a negro, también en la zona de transición entre albura y duramen).
Fibrotraqueidas de paredes gruesas con punteaduras claramente visibles.
Parénquima axial Apotraqueal difuso y difuso en agregados. Paratraqueal escaso, vasicéntrico, y
unilateral (vasicéntrico incompleto)
Radios estratificados exclusivamente uniseriados compuestos por un solo tipo de células (homocelulares)
con células procumbentes.
7.-JIQUI
Descripción microscópica:
Porosidad difusa, poros mayormente solitarios y grupos de 2-3 escasos con placa perforada simple y
punteaduras alternas. Presencia de tílides escleróticas abundantes y goma rojiza en el interior de los
vasos
Fibras libriformes rectangulares, con distribución radial.
Parénquima axial apotraqueal difuso en pequeñas líneas finas muy abundante con contenidos opacos
Radios no estratificados, uniseriados, heterogéneos con contenidos opacos y cristales abundantes.
8.-MANGLESILLO
Descripción microscópica:
Porosidad difusa con poros redondos exclusivamente solitarios. Punteaduras intervasculares alternas.
Contenidos rojizos muy abundantes en el interior de los poros.
Fibrotraqueidas orientadas radialmente, de paredes muy gruesas con puntedaduras bien visibles en
sección tangencial.
Parénquima axial paratraquel escaso a apotraquelal difuso
Radios uniserados y biseriados poco frecuentes, macadamente heterogéneos con células cuadradas
y erectas, con mucho contenido rojizo en su interior.
9.-ROBLE PRIETO
Descripción microscópica:
Porosidad difusa. Poros en grupos de 3-4 y frecuentes conglomerados de pocas células. Punteaduras
intervasculares alternas, ovales y placa perforada simple.
Fibras libriformes poligonales distribuidas irregularmente y presencia eventual de Fibrotraqueidas.
Parénquima axial en finas bandas de una sola célula y paratraqueal difuso con contenidos carmelitosos
Radios no estratificados , débilmente heterogéneos con 2 a 4 células de ancho
10.-YAITÍ
Descripción microscópica:
Porosidad difusa. Poros solitarios redondos y grupos radiales muy frecuentes de 2-8 células. placa
perforada simple, punteaduras intervasculares alternas ovales.
Fibras libriformes septadas , de forma poligonal con tendencia a distribución radial en sección
transversal
Parénquima axial con bandas irregulares de pocas células y difuso.
Radios leñosos no estratificados, uniseriados, heterogéneos con células erectas y procumbentes.
11.-YANA
Descripción microscópica:
Porosidad difusa. Poros mayormente solitarios ovales, grupos radiales de 2-5 células y conglomerados
de hasta 8 células; Placa perforada simple, punteaduras ornadas alternas
Fibras libriformes poligonales a rectangulares con distribución débilmente radial
Parénquima axial paratraqueal aliforme y confluente
Radios no estratificados, uniseriados, homogéneos a débilmente heterogéneos
Presencia de cristales romboidales en parénquima axial y radial, fundamentalmente en esos últimos.
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Resumen Abstract
Este artículo trata sobre las técnicas This paper focuses on the techni-
desarrolladas en el Mundo Andino pre- ques developed in the pre-Hispanic
hispánico para la construcción de trom- Andean World for the construction
petas naturales y la función social de of natural trumpets and the social
estos instrumentos como emblemas de function of these instruments as power
poder. emblems.
Palabras clave: trompetas andinas Keywords: Pre-Hispanic Andean
prehispánicas, Arqueomusicología. trumpets, Archaeomusicology.
Tabla de museos
De concha marina
Longitudinales rectas
En esta categoría se agrupan las trom-
petas tubulares rectas, cuya abertura de
soplo o embocadura se halla en uno
de los extremos, en el mismo eje del
cuerpo acústico. Clasificación taxonó-
mica: 423.121.1 = Trompetas naturales,
longitudinales.
Longitudinales curvas
Figura 3. a: sección de corte de una concha de gasterópodo marino univalvo; b: sección de corte de una concha de la familia Strombidae; c-d: detalle de las
guardas decorativas de los ejemplares VA 49.801 [EM] y N.º 1.413 [MAM], respectivamente; e-f: embocaduras de los ejemplares VA 49.801 [EM] y VA 18.512 [EM],
respectivamente. Dibujos MG.
12
Véase ejemplos en Larco Hoyle (2001: 171-
172, fig. 180) y Morris y von Hagen (1993:
tecnología alcanzó niveles importantes les centroandinas, que los incorporaron 204).
13
en el período de apogeo de la cultura y reformularon según patrones estéticos Los estudios en el Museum für Völkerkunde
(100-500 d.C.), niveles que sin duda se propios. München se llevaron a cabo con fondos del
sustentaron en un prolongado e intenso Las trompetas de cerámica en forma Deutscher Akademischer Austauschdienst
proceso de materialización técnica de de caracol constituyen un claro ejemplo (Gudemos, 2003a).
14
principios acústicos concebidos con de la tradición constructiva Moche. No Este ejemplar posee asimismo restos de
una sustancia adhesiva, resinosa, en los
claridad. Como bien observa Sánchez obstante las variedades formales obser-
intersticios naturales de la concha marina
Montañés (1986: 125), el arte Moche no vadas, la estructura de estas trompetas como así también en las depresiones
representó un fenómeno aislado en la (figs. 1, 2 a, b y 3 c) presenta una com- y perforaciones talladas (flecha), en las
Costa Norte de Perú. Aparentemente, plejidad similar a la de sus referentes que seguramente se aplicaron piezas
la impronta estilística Vicús (280 a.C.- naturales, pero con ciertas “mejoras” decorativas.
15
655 d.C.) relacionó culturalmente el arte organológicamente muy interesantes Ejemplares VA 45.009, VA 45.010, VA
Moche con las fuertes tradiciones técni- que ponen en evidencia no sólo un 45.014, VA 45.020, VA 45.021, VA 45.025,
cas y estéticas Chavín y Chorrera, desa- excelente manejo técnico, sino tam- VA 45.026 y VA 45.027 [EM]. Los estudios
en el Ethnologisches Museum de Berlín
rrolladas en el milenio anterior a nues- bién y principalmente la intención de
se realizaron con fondos del Deutscher
tra era. Tanto las técnicas Moche como obtener una buena calidad de sonido. Akademischer Austauschdienst (Gudemos,
los principios acústicos y musicales que Las embocaduras, por ejemplo, que en 1997 y 2003a).
las promovieron se habrían difundido, algunos casos son verdaderas boquillas 16
Algunas de estas conchas aún conservan
principalmente por la Costa, hacia el (figs. 3 e, f y 4), permiten una mejor y trocitos de cuerda adheridos al orificio de
sur. Sus sistemas constructivos fueron más cómoda vibración de los labios, suspensión practicado en el borde de la
conocidos por otras tradiciones musica- al tiempo que dirigen correctamente abertura natural.
El problema estructural
trompeta, sin describir un círculo, como el siglo VIII, aproximadamente. Su área Figura 21. Trompetas longitudinales curvas de
en la mayoría de los casos. ¿Buscarían de expansión se centró principalmente cerámica. A: VA 13.066 [EM]; B: VA 47.962 [EM]; C:
los constructores Moche corregir la fragi- en torno al Río Santa, lo que contribuyó a VA 14.106 [EM]; D: VA 18.516 [EM]; E: VA 64.342 [EM];
lidad estructural de la rosca, aplastándola determinar su “carácter costeño y serrano” F: VA 3.201 [EM]; G: VA 719 [EM]; H: VA 4.142 [EM]; I:
VA 4.059 [EM]. Dibujos MG.
contra el cuerpo de la trompeta? Esta (Sánchez Montañés, 1986: 141)33.
trompeta quedaría en posición transver- No obstante esa adscripción cultural,
sal durante la insuflación, con la cabeza mantenemos nuestras reservas al respecto.
de felino “mirando” hacia el costado Aún poseemos insuficientes datos de
derecho del músico, o bien en posición procedencia como para hacer conjeturas
vertical, con la cabeza hacia arriba para sobre las posibles áreas de producción de
que ésta no quede “al revés”, mirando estos aerófonos. Marguerite y Raoul d’Har-
hacia abajo. Esto es curioso, porque en court publicaron en 1925 un ejemplar
la iconografía Moche, cuando se repre- semejante procedente de Lambayeque:
sentan estas trompetas “activas”, es decir, “Trompe en argile brune, au tube trois fois
en el momento en que son tañidas, gene- replié sur lui même (embouchure brisée).
ralmente el pabellón se representa hacia Long. 46 cm.” (Planches, X, N.º 6, pág. 5,
delante, como si las fauces fueran una Collect. Brüning, Lambayeque) y Cabello
proyección material y simbólica de la y Martínez en 1988 indicaron la Costa
boca del músico (fig. 28). Norte de Perú como lugar de procedencia
de los ejemplares del Museo de América
Trompetas de rosca aplastada que aquí estudiamos, a los que clasificaron
culturalmente Chimú e incluso post-hispá-
Las trompetas de rosca aplastada, como las nicos por su semejanza con las trompetas
que se encuentran en el Museo de Amé- europeas.
rica de Madrid (N.º 8.400 y N.º 8.405; figs. En nuestro trabajo sobre las repre-
30 y 31, respectivamente), han sido identi- sentaciones musicales en la decoración 32
ficadas culturalmente por otros estudiosos de los queros coloniales del Museo de Hickmann, 1990: 302; Morris y von Hagen,
como “Recuay”32. América34 realizamos nuestras conside- 1993: 211, figura 193.
33
El complejo cultural Recuay se desarro- raciones al respecto, por lo que no vol- Véase Apéndice 2.
34
lló en el primer milenio de esta era hasta veremos a tratar esta problemática. Sólo Gudemos, 2004.
Figura 22. Trompetas longitudinales curvas. A: VA 14.106 [EM], detalle; B: 23-32-1 [MVM]; C: VA 17.590 [EM]. Dibujos MG.
Figura 23. Trompetas longitudinales curvas, detalle de pabellones y embocaduras (n: detalle de embocadura de trompeta de cerámica Moche en forma de caracol).
Véase referencias en el texto. Dibujos MG.
Figura 24. A-B: detalles del ejemplar VA 4.142 [EM]; C: trompeta VA 719 [EM], detalle de su pabellón; D: trompeta VA 18.514 [EM]. Dibujos MG.
diremos que, a juzgar por los datos reca- fue modelado durante el proceso de
vados, que incluyen aquellos obtenidos en conexión de ambas secciones. Aunque
nuestros análisis musicológicos, este tipo por fuera parezca que el otro codo de la
de trompetas pertenecería a la tradición rosca (2) es la unión de dos secciones, las
constructiva de la Costa Norte de Perú en imágenes radiográficas indican que se trata
un estadio en algunos aspectos decadente. de un único tubo doblado y reforzado en
No obstante, estos instrumentos musicales ese lugar con una aplicación de pasta cerá-
aún requieren un pormenorizado estudio mica que, en el ejemplar N.º 8.400 [MAM],
de tipo contextual. Lamentablemente son se modeló en forma de cabeza de felino
pocos los ejemplares registrados hasta (fig. 30). Las roscas aplastadas se hallan
ahora, además, con insuficientes datos, lo aseguradas mediante pequeños travesaños
que perjudica una investigación sistemá- del mismo material. Figura 25. Imagen radiográfica de la trompeta VA
tica. Por ello, sólo analizaremos las carac- Si bien se resolvió el problema estruc- 18.514 [EM]. Fotografía gentileza EM.
terísticas constructivas de las trompetas tural de las trompetas de rosca suelta, la
seleccionadas y, a partir de ellas, intenta- calidad sonora de estos ejemplares no
remos enunciar hipótesis de tipo cultural. alcanzó la de aquellas. En efecto, aunque
Como se observa en la placa radio- los estudios acústicos de estas trompetas
gráfica del ejemplar N.º 8.405 [MAM] fueron satisfactorios, se constató que la
(fig. 31), el tubo acústico de estas trom- calidad de su sonido es sensiblemente
petas consta de dos secciones: a) de inferior a la de los ejemplares Moche,
igual diámetro, que forma la rosca aplas- más aún si la comparamos con la calidad
tada y a la que se adapta la embocadura- sonora de los strombusförmig. Sus pabel-
boquilla, y b) de diámetro creciente, que lones son muy estrechos y sus “emboca-
concluye en el pabellón. Estas secciones duras-boquillas”, pequeñas y poco profun-
se unieron con tanto cuidado que en un das, poseen formato de copa como vemos
comienzo informamos que el tubo acús- en la figura 23 l, m, pero sin la elaboración
tico, en toda su longitud, era una sola de la embocadura del ejemplar VA 17.590
pieza35. Posteriormente constatamos, al [EM] (fig. 32), por ejemplo. La pasta cerá-
analizar los contrastes en las placas radio- mica es de buena calidad, particularmente
35
gráficas, que el codo de la unión (1) en el ejemplar N.º 8.400 [MAM] (fig. 30). Gudemos, 2001a.
c) Trompetas rectas
Figura 29. Trompeta longitudinal curva (de rosca) Moche N.º 1.350 [MAM]. Fotografías MG.
¿Trompetas líticas
en el Noroeste Argentino?
Aunque al principio pusimos en duda
su condición de trompeta, la capacidad
acústica del ejemplar s/n [MAQ], proce-
dente de Catamarca51, nos instó a consi-
derar su función sonora (fig. 35 a). Esta
pieza de piedra negra pulida, de 55 cm Apéndice 5. Ayllus de San Pedro de Atacama.
de longitud y 4 cm de diámetro máximo, decreciente hacia uno de sus extremos. 1: Quitor; 2: Conde Duque; 3: Solcor; 4: Yaye; 5:
fue perfectamente perforada por barre- El barrenado y la perforación por rota- Larrache; 6: Chécar; 7: Séquitor; 8: Solor; 9: Coyo; 10:
nado y rotación. A juzgar por las mar- ción se practicaron por ambos extremos Poconche; 11: Cucuter; 12: Béter; 13: Tulor. Dibujo a
cas observadas en el interior del cuerpo del cilindro lítico, lo que se deduce del partir de la publicación de Hidalgo 1978: 88.
tubular, después del desprendimiento diámetro de la perforación, decreciente
de material para facilitar la introducción hacia la mitad del cuerpo tubular de la
de una punta de perforación a modo de trompeta. Esta característica organológica
mecha de taladro, se procedería a per- no es adecuada para una trompeta natu-
50
forar el cuerpo lítico con arena fina y ral, pero tengamos presente la dificultad Suris: ñandúes (Rhea americana)
51
agua52, tal como procedimos en nuestras que tiene la perforación de una pieza Noroeste Argentino. Posiblemente del período
experimentaciones para indagar el grado lítica como ésta. Uno de los extremos ha de Integración Regional (600-1000 d.C.).
52
de dificultad que tiene la construcción de sido pulido en forma roma, evitando un Agradezco aquí a Armando Mendoza (Museo
un objeto semejante. La mecha de per- borde cortante, lo que favorecería como Dr. Eduardo Casanova) y José Hierling (Museo
foración, probablemente también de pie- embocadura un cómodo apoyo y una de Antropología-UNC) por el asesoramiento
dra, tuvo un diámetro máximo de 32 mm correcta vibración de los labios. brindado al respecto. Véase Gudemos, 1998a.
Figura 35. Posibles trompetas líticas procedentes Figura 36. Trompeta recta de madera procedente de Séquitor (San Pedro de Atacama, Norte de Chile)
de la Región Valliserrana, Noroeste de Argentina. N.º 1.680 [MGLP]. Dibujos MG.
S/N [MAQ]. Dibujos MG.
cantidad de plumas de diversos colores, Esto daría fuerza y poder en un sen- Figura 40 (Izquierda). Posibles secciones de
y chuspas, que son las bolsas de indios, tido mágico, ya que el rugido de seres trompetas (húmeros de camélido), procedentes
de la Quebrada de Humahuaca (Noroeste de
que traen colgadas debajo del brazo, de gran potencia se proyectaba con el
Argentina); a: N.º 2.881 [MDEC]; b: N.º 2.180 [MDEC];
y chumbes, que son como vendas que aliento del trompetero. c: N.º 3.033 [MDEC]; d: N.º 2.308 [MDEC]; e: N.º
se revuelven las indias, y otras muchas Bien conocida es la presencia sim- 2.179 [MDEC]; f: N.º 2.566 [MDEC]; g: N.º 2.177
cosas” (Relaciones, 1918: 32-33). bólica del felino en los Andes. Una pre- [MDEC], detalle decorativo; h: N.º 3.033 [MDEC],
Vasos para sus bebidas, importante sencia que participaba del ceremonial decoración; i: N.º 2.878 [MDEC], decoración; j: N.º
2.881 [MDEC], decoración. Dibujos MG.
cantidad de tocados, objetos metálicos, andino a través del gesto en la danza, la
trompetas, tambores, plumas de colores, máscara, el sonido de los instrumentos Figura 41 (Derecha). a-b-c-d-e: Posibles estructuras
textiles de calidad, chuspas, fiestas en su musicales y el consumo de alucinóge- de trompetas naturales de la Quebrada de
honor, ganado.. una verdadera parafer- nos. Su figura o alguno de sus elemen- Humahuaca; f: dibujo del ejemplar publicado por
nalia denotativa de poder. tos representativos como una huella, Casanova (1936: 246). Dibujos MG.
una mancha de su piel, sus fauces, col-
millos o la curva de su cola bastaban
VIII. Guerra, trompetas iconográficamente para indicar su pre-
sencia62.
y felinos De exclusiva ejecución masculina,
La victoria en el campo de batalla podía las trompetas tenían como función en el
propiciarse a través de la iconografía campo de batalla agredir con su sonido
simbólica que ostentaban las trompetas al enemigo. El fragmento de trompeta
de guerra, cuyo sonido participaba de N.º 11.129 [MAM] (fig. 26) presenta un
las naturalezas asociadas a la ideología pabellón decorado con la figura mol-
andina, como la felina, adquiriendo de deada de un guerrero ricamente ataviado
ellas la magia de su fuerza. El modelado portando escudo y maza. Una iconogra-
y/o moldeado de cabezas de felinos o fía de intimidación que se propagaría 62
El uso de la trompeta de caracol entre
seres fantásticos en actitud agresiva, simbólicamente a través del sonido. La las huestes incaicas está ampliamente
utilizando el estereotipo plástico, rea- participación de las trompetas en la lucha documentado. El sentido y la función social
lista y simbólico de las fauces abiertas era considerada no sólo importante, sino de este instrumento musical entre los incas se
como límite formal del pabellón, tiene imprescindible, ya que el sonido era utili- proyectaron simbólicamente en la decoración
su lógica si se considera lo antes dicho. zado por los andinos como estrategia de de los queros coloniales (Gudemos, 2004).
Figura 42 (Arriba izquierda). Restos de estructuras ataque. El efecto psicológico del atro- El mismo poder del sonido como
complejas (Quebrada de Humahuaca, Noroeste de nador sonido de tambores, trompetas y elemento estratégico de lucha era uti-
Argentina). A: N.º 1.707 [MDEC]; B: N.º 1.609 [MDEC]; gritos sufrido por los españoles durante lizado contra toda manifestación nega-
C: N.º 2.166 [MDEC]; D: N.º 2.167 [MDEC]; E: N.º el sitio de Cuzco se refleja en la “Rela- tiva a la seguridad y al buen desarrollo
3.050 [MDEC]. Dibujos MG. ción del Descubrimiento y la Conquista de la comunidad. Trompetas, flautas,
de los Reinos del Perú” [1571] de Pedro campanillas y tambores eran utilizados
Pizarro: “(...) heran tan grandes las en las procesiones contra el hambre y
Figura 43 (Arriba derecha). Posible pabellón bozes y alaridos que dauan y bozinas las enfermedades, mientras se entonaba
de trompeta de Los Amarillos (Quebrada de
y fotutos que tocauan, que parecía que aya uaya uacaylli, y contra las fuerzas
Humahuaca, NO de Argentina) N.º 3.233 [MDEC].
Dibujo MG.
temblaua la tierra” (1944: 109)63. La uti- naturales que destruían los campos:
lización de “mudos”, seguramente “sor- “Procición de Granisos y del yeloide
domudos” (Gruszczyska-Ziółkowska, rrayos q’los echan con armas y tambo-
1995: 33), por el ejército de Atahualpa res y flautas y trompetas y campanillas
en el avance contra Huascar se mani- dando gritos diziendo astaya zuuaruna
fiesta como una inteligente estrate- uacchachae cuncayqui cuchuscayqui
gia contra el atronador ruido produ- amaricuscayquichu” (Poma de Ayala,
cido por gritos, trompetas y tambores: [1615] 1944, foja 285).
“(...) y assi llega al salir el sol con sus
seisçientos hombres y quarenta yndios
mudos, al lugar donde estauan guascar
ynga durmiendo, al fin por el guas[car]
IX. El problema
ynga leuanta luego y forma su campo de la contextualización
63 de orejones caçi con medios sueños y
Sitio arqueológico en la Provincia de Salta
los tauantin suyos en esa ora dizen que Datos de hallazgo
(Período Tardío). “(...) en este sitio existe una
cultura mixta: por un lado tiene elementos
todos en general estauan almorçando,
culturales calchaquíes y por el otro rastros de de manera que los capitanes de atao-
influencia incaica y especialmente puneña. guallpa ynga les prende a guascar ynga Respecto a la función social de la trom-
Esta cultura mixta ha sido denominada “cultura con poca façelidad, ymbiandoles a los peta en tiempos prehispánicos en los
de transición” y se localiza en la cabecera del mudos, por delanteras los cuales ençie- Andes Meridionales, la falta de sufi-
valle Calchaquí, la Puna oriental, Antofagasta rran sin temor ninguno con los orejones ciente información sobre los contextos
de la Sierra, Kipón y La Paya” (González y (...)” (Yamqui Salcamaygua [ca. 1613] de hallazgo (y en varios casos de pro-
Pérez, 1990: 89). 1986, fol. 41v/42). cedencia) es el principal inconveniente
de bronce, 1 arco de madera, 1 punta de detalladamente descritos por Le Paige, Figura 47. Quero colonial N.º 7.570 [MAM], detalle
lanza de madera, 10 bastones de madera, hemos logrado información que está de trompetero. Fotografía gentileza MAM.
5 cucharas de madera, 5 calabazas, 1 ins- relacionada a lo tratado en este punto.
trumento de madera de dudosa aplicación, Sólo citamos los ajuares funerarios de
1 corneta de hueso, 3 silbatos de madera, las trompetas analizadas en este trabajo
1 valva de molusco, 1 corneta de hueso, (N.º 1.677 y N.º 1.680 procedentes de
1 cincel de bronce, 1 cesto de paja tejida, Séquitor, Alambrado Oriental), registra-
restos de las armaduras de un telar, algu- dos por Le Paige en sus notas manuscri-
nos fragmentos largos de cañas y un collar tas, y un ajuar funerario de Coyo Orien-
constituido por canutillos de oro y perlas tal, publicado por el mismo investigador
de vidrio” (Debenedetti, 1918: 13). Si no en 1977, en el que una trompeta forma
hubo error de edición, habría dos “cor- parte de un contexto muy ilustrativo de
netas de hueso” en este ajuar de la fase la parafernalia emblemática andina.
Humahuaca Colonial (1536-1650?)65 que, A) “Séquitor, Alambrado Oriental66.
sumadas al resto de los materiales, indica- 9-XI-61 (id.). Cráneos 1.675-6-7 Tumba
rían la importancia de los inhumados. muy interesante, el muerto principal
De acuerdo a los hallazgos arqueoló- (1.677) sentado bajo dos palos vertica-
gicos, estas trompetas óseas serían pro- les reunidos por un palo horizontal largo
pias de la Quebrada de Humahuaca. Sólo muy bien amarrado con cordelas de
pocos ejemplares tallados en húmeros de fibras vegetales (¿parecía telar?) (1,50 m
llama fueron localizados en otras zonas, de profundidad a 2 m). Los otros dos cuer-
65
próximas a la Quebrada, por ejemplo en pos sentados al frente, pero sin relación Notas de G. Le Paige, hoja 8 [MGLP]. En
las quebradas salteñas, específicamente en con el ajuar ubicado al lado del 1.677 con: el original Le Paige coloca los objetos
Puerta de Tastil (Boman [1908] 1991: 360- 1 alfarería negra pulida. 6 huesos embu- enumerados en una columna. Por
362, plancha 29, fig. 78). tidos como para hacer un instrumento cuestiones de espacio, se citan aquí uno a
Estudiando los ajuares funerarios de ‘musical’, una Trompe. Uno tiene grabados continuación de otro.
66
la Región Atacameña del Norte de Chile, en la parte embutida. Las extremidades de Notas de G. Le Paige, hojas 9 y 10 [MGLP].
Figura 48. a: «Puerta del Sol». Tiahuanaco una ‘Trompe’ de madera muy liviana (des- de cuero (destruida) con espátula de
(Berenguer 1998). b: Detalle de trompetero. truida) (cf. número 1640). Pedazo de arco. hueso grabada sencillamente. 2 gran-
Pedazo de palo de flecha. 2 espátulas de des canastas dibujadas a la manera
hueso grabado (culebras). 1 ¿tableta? para de Quitor 2. 1 plato de canasta (esta
rapé de hueso delgadito (omóplato). Cuen- vez bajo alfarería negra pulida no
tas chicas y gruesas de malaquita. Caracol sobre). 1 linda canastita dibujada de
de agua dulce”. colores (muy conservada). 1 punzón
B) “Cráneo 1.680, Séquitor, Alam- de madera con cabeza de pájaro con
brado Oriental67 con: 2 alfarería negra ojos incrustados blancos. 1 espátula
pulida. 1 “Trompe” de madera liviano, grabada de hueso. 1 cajita cilíndrica
extremidad gruesa esculpida, antigua- de madera con “bouchon” en forma
mente enrollada de un (fino cuero), de cabeza. Algunos vestigios de teji-
fibra vegetal? 1 tableta para rapé con dos (cotón) y dibujos finos (parte lie
el mango en forma de mono. 1 cajita de vin) de cordelas vegetales. 4 cuen-
larga cilíndrica (de caña dura) con: tas (finas largas) de piedra malaquita
tubito fino lindo para rapé (tapada blanca y de piedra roja. 1 arco entero
la extremidad con hilo), 2 agujas con sus flechas y puntas (al lado
de cactus con hilo de lana, 1 espina mismo del muerto)”.
fina muy larga. 1 mango de hacha Ambos contextos funerarios son
(el instrumento debió ser de hierro, ampliamente ilustrativos de un dis-
pues queda vestigio negro). 1 palo curso simbólico utilizado como dis-
67
Fernández Distel, 2000. grueso de flecha (quebrado). 1 bolsa tintivo social, tal vez propio de quie-
nes tenían el control del caravaneo y tran que como trofeos se ostentaban
el intercambio, como cita Berenguer. no sólo cráneos, sino también miem-
Un discurso en el que las trompetas bros superiores e inferiores, dedos,
estarían incluidas como “objetos/sím- piel y cabellos (Vignati, 1930). Desde
bolos”. Esto nos remite a una larga el punto de vista social de la música,
tradición, que se remonta al comienzo lo que interesa aquí como elemen-
mismo del pastoreo andino, como tos de contexto son aquellos trofeos
decíamos al principio. que, transformados en instrumentos
Otro ejemplo es el ajuar funerario musicales, eran utilizados socialmente
de la tumba N.º 5.277 de Coyo Oriental: como elementos denotativos. Las cró-
“Cuerpo: un adulto acompañado nicas de Ovalle, Vidaurre y González
de un párvulo. de Nájera, entre otros, ofrecen valiosa
Ubicación. Sobre la superficie del información al respecto.
cementerio, saqueada por turistas. En la “Histórica relación del Reyno
Contexto cultural. El cuerpo del de Chile y de las misiones y ministe-
adulto tenía sobre el hueso nasal del rios que ejercita en él la Compañía de
cráneo una cinta de plata y sobre su Jesús” de Alonso de Ovalle (1888, XII,
rodilla derecha una planchita similar. pág. 161, citado en Vignati, 1930: 76)
En su brazo izquierdo otra como pul- se lee el siguiente párrafo: “Las flautas
sera. El párvulo tenía una pulsera en que suenan en estos bailes, las hacen
cada brazo. Además acompañaba a los de hueso y canillas de animales; los
cuerpos: dos cráneos sobre el cuerpo indios de guerra las hacen de la de los
del adulto y unidos estos por un gorro españoles y demás enemigos que han
en forma doble, 5 vértebras de pes- vencido y muerto en sus batallas en
cado, una concha de molusco, una taza señal de triunfo y gloria de la victo-
de madera con asa y con una figura ria”. Pero no sólo flautas, sino también
zoomorfa que representa a un cóndor- trompetas se hacían con los huesos
lobo, una canasta grande totalmente de los vencidos: “Conforme a la cos-
bordada en lana. Material de compa- tumbre de los indios, es que hicie-
ración temporal: una cerámica Tchecar ron trompetas de las canillas de sus
grabada (juego de la cola), una cerá- piernas” (Ovalle, 1888, XII, pág. 240,
mica Tchecar pintada, un fragmento de citado en Vignati, 1930: 76). Vidaurre
cerámica Tchecar (base), dos patas de en el “Compendio della Storia Geo-
auquénidos [camélidos] en la tumba grafica, Naturale e Civile del regno
del párvulo, una cerámica ‘negro casi del Chile” (Bologna, 1776, II parte,
pulido’ mitad negro y mitad rojo, cinco pág. 142, citado en Vignati, 1930:
fragmentos de cerámica tipo Tchecar, 76-77) informa que “i soldati allora,
piedrecitas de mineral de cobre en tagliano le gambe, e le braccia del
bolsas de tabletas para rapé (N.B.), cadavere, ne fanno dei flauti militari
canasta plana rectangular, tejido, mar- (...) al suono di que’ funesti flauti che
tillo o hacha simbólica en madera con hanno fatto delle ossa del morto”. Por
doble mango, fragmento de arco y su parte, Alonso González de Nájera
arcos quebrados en la tumba, 14 barbi- en “Desengaño y Reparo de la Guerra
quejos, canastas bordadas, 50 muestras del Reino de Chile” (1889, XVI: 53,
de tejidos (dos con figuras de escu- igualmente citado en Vignati, 1930: 76)
dos), martillo doble pintado de verde, comenta que a un prisionero de guerra
trompeta de madera, cintillo de plata, “le cortaron vivo las piernas y de sus
pata de auquénido como en Solcor, canillas hicieron cornetas o flautas,
fragmento de cerámica Tchecar.” (Le que usan a tocar en la guerra”.
Paige, 1977: 114). ¿Existiría en tiempos prehispánicos
una tradición andina de instrumentos
Instrumentos trofeo, musicales / trofeo?
instrumentos símbolos Volviendo a la decoración gra-
bada de la pieza N.º 3.233 [MDEC]
Cuando se habla de elementos “trofeo”, (fig. 43), ésta tiene, como dijimos, dos
refiriéndose a determinadas partes del motivos zoomorfos (ñandúes) ubica-
cuerpo humano, se menciona gene- dos en sentido opuesto a un motivo
ralmente la cabeza. Pero en los Andes antropomorfo. En la decoración del
Meridionales las evidencias demues- húmero de camélido N.º 3.033 [MDEC],
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Museo Arqueológico Rafael Larco Herrera, Lima. Relación de idolatrías en Huarochirí por el R. P. Madrid.
Índice
A.5. Publicaciones
A.5.1. Guías del Museo de América
A.5.2. Revista Anales del Museo de América
A.5.3. Catálogos de exposiciones temporales
A.5.4. Edición de folletos informativos
B.1. Estancias
B.2. Becas
El Caribe Precolombino
Conferenciante: Esteban Maciques Sánchez, Concejalía de Educación, Alcalá de Henares
Antonio Montesinos y Bartolomé de las Casas: punto de partida de la responsabilidad histórica española
8 de agosto
Conferenciante: Ana Belén García López, Licenciada en Historia de América
José Celestino Mutis: medicina, matemática y botánica en el Virreinato de Nueva Granada (Colombia)
26 de septiembre
Fausto Elhuyar y Andrés del Río: química y minería en México en los prolegómenos de la independencia.
3 de octubre
Leonardo Torres Quevedo: el lenguaje científico hispanoamericano (Argentina) y el transbordador del Niágara
(Canadá)
10 de octubre
El Real Gabinete de Historia Natural del siglo XVIII y el coleccionismo de “Producciones marinas” americanas
Conferenciante: Javier Sánchez Almazán, Museo Nacional de Ciencias Naturales
Pedro Franco Dávila, primer director del Real Gabinete de Historia Natural
12 de diciembre
Jornadas
Primeras jornadas de divulgación de Humanidades e Historia de la Neurología
26 de octubre
La retórica al servicio del pensamiento: Los Comentarios Reales
Rocío Oviedo y Pérez de Tudela (Universidad Complutense de Madrid)
La palabra poética y los mitos en los Comentarios Reales
Helena Usandizaga (Universidad Autónoma de Barcelona)
Garcilaso y la Sevilla del Renacimiento
Carmen de Mora (Universidad de Sevilla)
Influencia del legado de Garcilaso en la gran rebelión de Tupac Amaru
María del Carmen Martín Rubio (Universidad Complutense de Madrid)
27 de octubre
Humanismo y racionalidad religiosa en Garcilaso
Fermín del Pino-Díaz (Centro de Ciencias Humanas y Sociales, CSIC)
El inca Garcilaso y su influencia en la literatura peruana contemporánea
Concepción Reverte Bernal (Universidad de Cádiz)
El inca, traductor de mundos culturales
Amalia Iniesta Cámara (Universidad de Buenos Aires)
La cultura mestiza del inca, y su experiencia hispana
Carmen Bernand (Instituto Universitario de Francia)
11 y 18 de enero
Cuarteto Degani
Cuarteto de cuerda cuyo programa sirve de homenaje al brasileño Heitor Villalobos (en el 50 aniversario de su falle-
cimiento) y al compositor checo Antonin Dvorák (con una obra de su exilio americano)
25 de enero y 1 de febrero
Cuarteto Diferencias
Cuarteto que combina instrumentos de cuerda y viento para interpretar un amplio y variado repertorio de música
hispanoamericana
8 y 15 de febrero
Cuarteto Magerit
Cuarteto de trombón que interpreta un variado repertorio de música contemporánea con un especial hincapié
en la música americana
22 de febrero y 1 de marzo
Sara Van presenta “La maleta sonora”, un espectáculo musical que vincula la música española
e hispanoamericana
17 y 24 de mayo
Ballet Folklórico Mexicano Magia en Movimiento
31 de mayo y 7 de junio
Acobe presenta “Una Khantuta nacida en Madrid”. Un espectáculo de teatro, música y baile de Bolivia
14 y 21 de junio
Grupo Universitario Complutense de Danza Española presenta “España e Hispanoamérica en danza y su
zarzuela”
28 de junio y 5 de julio
Brasil baila y canta su mejor Folklore
Ciclo de jazz
6 y 13 de septiembre
Víctor Aguilar y Quintet Jazz
20 y 27 de septiembre
Quartetoscopio y su Mundijazz
29 de noviembre
Presentación y concierto de Jesús & Guillermo
“La piragua que nos lleva”
Con un acento heredado del folclore colombiano y latinoamericano, Jesús y Guillermo han venido
desarrollando una actividad musical continua plasmando parte de su repertorio musical en un trabajo
discográfico titulado “La piragua que nos lleva”, un viaje desde Colombia por distintos ritmos de
Latinoamérica
Navidad
Domingo 13 de diciembre
Concierto infantil de Navidad
Celebración de un Concierto infantil de Navidad, interpretado por niños de 4 a 15 años, alumnos del
Colegio Público Joaquín Dicenta. El repertorio está compuesto por una selección de villancicos y otras
músicas populares navideñas, interpretadas con violines y piano, y pensado para un público familiar
Domingo, 20 de diciembre
Coro Garoé
El Coro Garoé, de la localidad madrileña de Majadahonda, está integrado por un grupo de una veintena
de amigos aficionados a la música, que ya han ofrecido anteriores recitales en el Museo de América, con
la frecuente colaboración de solistas de diversos géneros musicales, que enriquecen sus interpretaciones,
a la par que apoyan a jóvenes cantantes que buscan una oportunidad para darse a conocer
8, 15 y 22 de marzo
Impromadrid Teatro presenta “Teatruras”, un espectáculo de improvisación teatral dirigido a niños de 6 a 12 años
que trata de acercarles al teatro de una forma original, atractiva y divertida
29 de marzo, 5 y 19 de abril
Educarte presenta “La flauta mágica”, versión de la ópera de Mozart adaptada a niños a partir de 3 años, donde el
niño se adentra en el mundo de la ópera y en su rico fondo de emociones
12 de abril
La Tartana Teatro presenta “Piratas”, un espectáculo de títeres con barcos fantasmas y galeones hundidos
26 de abril, 3 y 10 de mayo
El callejón de Lola Teatro presenta “El Popol Vuh o El libro sagrado de los indios Quichés”, espectáculo dirigido
a los más pequeños para que de una manera lúdica y divertida tomen conciencia de valores tan universales como el
respeto a otras culturas, la fraternidad entre los hombres y el valor de la amistad y la colaboración en grupo
Visitas guiadas a la exposición temporal “Mantos para la Eternidad. Textiles Paracas del antiguo Perú”
Jueves en dos turnos: a las 17 h. y a las 18 h. Previa inscripción en grupos.mamerica@mcu.es
Coordinadores:
Ernesto Barnach-Calbo, Consejo Español de Estudios Iberoamericanos (CEEIB)
Antolín Sánchez Cuervo, Instituto de Filosofía-CSIC
Ana Belén García López, Licenciada en Historia de América
Guillermo Pérez, Periodista
Ana Pinilla, Master en Cooperación Internacional-IUOG. Especialista en temas socioculturales
Ciclo - La presidencia de Obama: expectativas de una nueva política hacia América latina y protagonismo de
la presencia hispana en Estados Unidos
29 de enero
“Obama y la minoría hispana en EEUU”
Introduce la tertulia Rosa Townsend, Diario Sun Sentinel (Florida) y
Ernesto Barnach-Calbo, Miembro de CEEIB y Coordinador de Tertulias Americanas
12 de febrero
“La Política exterior de Obama: ¿Una relación diferente con América Latina?”
Introduce la tertulia Fernando Harto, americanista y profesor titular de Ciencias Políticas en la Universidad Com-
plutense de Madrid
26 de febrero
“Obama: Intento de explicación de un fenómeno”
Introduce la tertulia Fernando Vallespín, Catedrático de Ciencias Políticas de la Universidad Autónoma de Madrid
12 de marzo
“Las relaciones EEUU-América Latina en el marco de la nueva administración demócrata”
Introduce la tertulia Marcos Roitman, Sociólogo. Profesor en la Universidad Complutense de Madrid
26 de marzo
“Europa y EEUU: por una agenda común con América Latina”
Introduce la tertulia Áurea Moltó, Subdirectora de la revista Política Exterior
2 de abril
“Obama y América Latina: ¿Expectativas desmesuradas?”
Introduce la tertulia Luís Esteban G. Manrique, Periodista colaborador de las revistas “Política Exterior” y “Dinero”
5 de noviembre - “Movimiento indígena: Breve análisis del actor social más importante del Ecuador contemporáneo”
Introduce la tertulia Óscar Llerena
19 de noviembre - “Los movimientos sociales brasileños en la ‘era Lula’: decepción, cooptación y conflicto”
Introduce la tertulia Breno Marqués Bringel, Politólogo, Investigador en la Facultad de Ciencias Políticas de la
Universidad Complutense de Madrid
17 de diciembre - “Las estrategias de reivindicación de los pueblos indígenas en la educación boliviana. La incor-
poración de interculturalidad en la institucionalidad del estado boliviano (1990-2005)”
Introduce la tertulia César Alberto Córdova Ortiz, Licenciado en Comunicación Social. Especialista en políticas
aplicadas a pueblos indígenas
IX Semana de la Ciencia
Coleccionar, Investigar, Clasificar
A. 3. 3. Escuela de verano
Se realiza en cada año en la primera y segunda quincenas del mes de julio
Julio 2009
Descubriendo Estados Unidos de este a oeste
A lo largo de 10 días de 8.30 h. a 14.30 h.
El objetivo es motivar el interés de los niños por las culturas americanas, e impulsar disciplinas de trabajo en grupo tanto
en actividades lúdicas como productivas
A los niños se le implica en un marco de responsabilidades que deben asumir, relacionadas con la producción y comer-
cialización de productos relacionados con el ecosistema que se les adjudica, a la vez que deben implicarse en la dinámica
social que le permita compartir fiestas, comidas, teatros, prensa y otras actividades propias de un grupo social en una
situación de complejidad cultural
Las actividades de todos los días se inician con una visita al museo para estudiar uno de los aspectos históricos y sociales
que se trabajará en la escuela
A.5. Publicaciones
Participantes en el acto:
Concepción García Sáiz Directora del Museo de América, anfitriona del acto;
Encarna Hidalgo, Conservadora del Museo de América, moderadora;
Leoncio López-Ocón, director del Instituto de Historia;
Santiago Aragón Albillos, profesor de Biología en la Universidad de París VI
Javier Sánchez Almazán, conservador de la Colección de Invertebrados del MNCN (y uno de los autores del libro)
Presentación del libro La Marina Ilustrada. Sueño y ambición de la España del XVIII,
de David Casado Rabanal. Ediciones Antífona y el Ministerio de Defensa
4 de Junio de 2009
La Marina Ilustrada aborda la historia del siglo XVIII europeo, tomando como objeto de estudio la flota militar espa-
ñola. A lo largo de sus páginas conoceremos la situación política, económica y social que vivía la España de Felipe V,
Carlos III o Carlos IV, la realidad de las colonias americanas y el esfuerzo que los gobernantes españoles emplearon
en su empeño por mantener su prestigio en Europa
Participantes en el acto:
Concepción García Saíz, Directora del Museo de América
Jaime Gómez Martín, Escritor
Ignacio Pajón Leyra, Editor
Antonio Magariños Compaired (co-editor), Ministerio de Defensa
David Casado Rabanal, Autor
Presentación a los medios de comunicación de las crías de halcón nacidas este año en la torre del Museo
de América
8 de mayo
Reunión de FEAM
18 de junio
Reunión de FEAM
26 de junio
Asamblea de la FEAM.
23 de septiembre
Reunión de los responsables del Laboratorio Permanente de Público de Museos para dictar instrucciones
sobre la interpretación de datos de los estudios de público realizados desde abril de 2008
30 de septiembre
Con motivo de la fiesta de la Hispanidad, se retransmite, desde el Museo de América el programa de RNE,
“Hoy no es un día cualquiera” de Pepa Fernández
12 de octubre
Gala del XX Aniversario de la Convención sobre los Derechos del Niño, con la presentación del informe de
UNICEF sobre el Estado Mundial de la Infancia
20 de noviembre
Entrega del “Premio Joven de Artes Plásticas 2009”,otorgado por la Fundación General de la Universidad
Complutense de Madrid, e inauguración de la muestra colectiva de artes plásticas, que en su XII edición
reúne las 33 obras seleccionadas de otros tantos artistas.
26 de noviembre
Entrega de certificados de los beneficiarios de las ayudas de Cooperación Cultural con Iberoamérica
4 de diciembre
Fundación Codespa. Foro Cadenas de Valor, para crear vínculos comerciales para la reducción de la pobreza
14 y 15 de diciembre
Pensando a Fray Ramón Pané. Retrato de una subjetividad moderna. Ejercicios de diálogo interculutural
En paralelo a la exposición “El Caribe Precolombino. Fray Ramón Pané y el universo taíno” se realizaron tres talle-
res en las tres sedes de la exposición, con la idea de trabajar a partir de la figura de Fray Ramón Pané, monje jerónimo
que acompañó a Colón en su segundo viaje a América, analizando las implicaciones interculturales de su encuentro
con la cultura taína reflejadas en el texto “Relación sobre las antigüedades de los indios”.
Sedes: Museo Barbier-Mueller (Barcelona), Fundación CaixaGalicia (Santiago), Museo de América
Diálogos de la merienda
Proyecto realizado en colaboración con las Asociaciones de Padres de Alumnos de colegios con una mayoría de alum-
nos de procedencia extranjera, implicando a los padres que visitaron el museo para proponer actividades relacionadas
con las piezas o los temas que les parecen más adecuados para que sus hijos los trabajen en sus centros educativos,
con la intención de favorecer el diálogo intercultural en el aula
El Museo de América ha tenido además la responsabilidad de organizar y coordinar la “Conferencia final del pro-
yecto Grundtvig Mapforid”, celebrada en el museo del 13 al 17 de octubre de 2009, con el objetivo de compartir
el conocimiento a través de los dos años de proyecto con el resto de países europeos participantes, presentar todos
los proyectos realizados, comparar experiencias e intercambiar ideas, haciendo de la clausura del proyecto un lugar
de encuentro y punto de partida para futuras colaboraciones a nivel europeo
B. 1. Estancias
Tres estancias ofrecidas por el Ministerio de Cultura, a través del programa de Ayudas para la Cooperación Cultural con
Iberoamérica, con una duración de dos meses (5 de octubre - 4 de diciembre 2009)
Estancia 4-E: Actualización de directorios culturales: Euclides Álvarez Rodríguez (Cuba) y Eduardo Ramón
Barreto (Paraguay)
B. 2. Becas
Una Beca dirigida a profesionales de instituciones culturales de Iberoamérica con una duración de nueve meses, den-
tro del VII Programa de Becas Endesa de Patrimonio Cultural con Iberoamérica, organizado por la Fundación
Duques de Soria y el Ministerio de Cultura
Difusión y Acción Cultural: Perla Labarthe Álvarez (octubre 2008 - julio 2009)
Anales del Museo de América es una publicación del Museo de América de Madrid, editada por la Secretaría
General Técnica del Ministerio de Cultura. Tiene por objeto la publicación de investigaciones relacionadas con el
americanismo, el patrimonio cultural americano y las Indias.
El Consejo de Redacción se reserva la posibilidad de admitir trabajos publicados que, por su especial relevancia, sea
de interés darlos a conocer en los Anales del Museo de América.
2.1. Los originales deberán ir precedidos de una hoja en la que figure el título del trabajo, el nombre del
autor (o autores), el nombre de la institución a la que están vinculados, la dirección postal, el teléfono,
el fax y el correo electrónico.
2.2. Resumen y palabras clave. El texto irá encabezado con un resumen de unas 6 a 8 líneas, y un máximo
de 6 palabras clave (ambos en español e inglés).
2.3. Formato de página. Texto mecanografiado a 1’5 espacios, con letra de cuerpo 12 y en tamaño DIN 4.
El texto se presentará sin maquetar.
2.4. Divisiones del texto. Se recomienda que los artículos se dividan en apartados y subapartados, en el
caso de ser necesario.
Las fuentes manuscritas e impresas deberán constar en cursiva y con la signatura completa (archivo,
legajo, expediente, etc.).
2.6. Notas a pie de página. En el caso de ser necesarias se entregaran reunidas al final del manuscrito,
numeradas en el mismo orden en que aparecen en el texto.
2.7. Ilustraciones. Para ser reproducidas en fotomecánica deberán presentar una buena calidad de
reproducción y presentarse en soporte informático. Toda la documentación gráfica (fotografías, cuadros,
tablas estadísticas, mapas…) se debe numerar correlativamente para su identificación, y se habrá de
aludir a ella explícitamente en el texto (ejemplo, figura 1). Asimismo, deberá ir acompañada de su
correspondiente leyenda, fuente y/o fotógrafo al final del trabajo.
2.8. Entrega de originales. Para facilitar la publicación se entregarán dos ejemplares mecanografiados junto
con un CD-rom con la versión digital del artículo, preferentemente en procesador de textos Microsoft
Word, en el que se incluirán también los cuadros y el material gráfico.
2.9. Fecha de recepción. Aunque se aceptarán originales a lo largo de todo el año, el número del año en
curso se cierra en mayo, por lo que para su publicación en el mismo es conveniente entregarlos antes
de abril.
2.10. Derechos de autor. Una vez que el artículo es aceptado por la Revista, los autores ceden los derechos
para publicar y distribuir el texto tanto en formato impreso como electrónico, así como para archivarlo y
hacerlo accesible en línea. Los textos publicados son propiedad intelectual de sus autores y de la revista,
y pueden ser utilizados por ambos, citando siempre la publicación original. Los textos podrán utilizarse
libremente para uso educativo, siempre que se cite el autor y la publicación. Los lectores podrán distribuir
el artículo en formato electrónico con fines no comerciales, citando la fuente original. No se permite la
reproducción o copia del archivo y su posterior publicación en otro sitio web, a menos que se disponga
de la autorización expresa de sus autores y de la revista.
2.11. Aceptación de originales. El Consejo de Redacción revisará los originales presentados, aprobará o no
su publicación y podrá sugerir al autor (o autores) las modificaciones que crea oportunas tanto formales
como de contenido. Asimismo, cuando lo estime conveniente, podrá recurrir al arbitraje de personas de
reconocido prestigio ajenas al Consejo de Redacción.