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NORMAS PARA LA ELABORACIÓN Y REDACCIÓN DE RECENSIONES

DE OBRAS FILOSÓFICAS

1. INTRODUCCIÓN: Peculiaridades de las obras filosóficas.

Las obras de los filósofos son siempre la expresión de un pensamiento racional


comunicable que intenta desvelar la realidad del

universo, del hombre, o de la vida; y que por lo tanto, pretende ser


verdadero. No son pues obras artístico-literarias que reflejen

simplemente una actitud ante la vida, o una experiencia vital, de un modo


simbólico e imaginativo; sino que a diferencia de éstas,

las obras filosóficas pretenden comunicar y transmitir unas teorizaciones sobre


la realidad en su conjunto --o sobre algún aspecto

concreto de la realidad-- que presentan como adquisiciones universalmente


válidas de la razón, y por lo tanto como verdaderas; de

ahí que se expresen en un lenguaje conceptual y abstracto, y de escaso valor


literario en muchos casos. Por lo tanto, toda obra

filosófica tiene una pretensión de verdad para el contenido sapiencial que


transmite y expresa en un lenguaje conceptual riguroso,

en virtud de la cual no puede ser sin mas considerada como una obra literaria
mas, ni siquiera de un género literario menor

(:ensayo).

Ahora bien, como todo hecho de cultura, y como todo producto del espíritu
humano, también toda obra filosófica está

condicionada por multitud de factores históricos, sociales, culturales, que


actúan sobre su autor, y que se expresan consciente e

inconscientemente en ellas; de modo que una comprensión profunda de una


obra filosófica debiera desvelar esos

condicionamientos, y establecer su influencia a través del pensamiento del


autor. Por otra parte, los filósofos han escrito sus obras

no sólo para los hombres de una época concreta (:sus contemporáneos), sino
que han pretendido comunicar una verdad fruto del

pensamiento reflexivo, asumible por cualquier espíritu pensante en general;


por ello, la comprensión profunda de una obra
filosófica requiere acceder a esa situación ideal de diálogo, transhistórica e
intemporal, del discurso racional, desde la cual es

posible que en la Historia de la Filosofía quepa algo asi como un diálogo


suprahistórico de todos los pensadores.

Las obras filosóficas son mas-particularmente, en tanto que expresan una


parte de un sistema filosófico, las unidades historiables

mínimas de la Historia de la Filosofía; de modo que podría considerarse que la


Historia de la Filosofia es la exposición critica y

diacrónica desde esa sítuación ideal de diálogo, del contenido de todas las
obras de los diversos sistemas y fílósofos. Resulta

entonces que la recensión de una obra filosófica es el ejercicio mínimo de


Historia de la Filosofia, que implica por parte de quien

la escribe la consideración y determinación de dos dimensiones fundamentales


que toda obra filosófica en tanto que hecho

histórico-cultural ofrece:

1. su historicidad: expresada en sus condicionamientos epocales, esto se, los


factores

históricos, sociales, culturales, y políticos, que subyacen a la obra y la


explican.

2. su teoricidad: el contenido sapiencial que comunica, y que pretende ser


universalmente válido, en tanto que

se presenta como tesis definitivamente verdadera sobre la realidad.

2. Qué es una Recensión de una obra filosófica:

Una recensión es en general la reseña de una obra literaria, filosófica,


científica, o de ensayo, que ofrece a un hipotético

lector una exposición sucinta del contenido de la obra; y que al mismo tiempo
le muestra las peculiaridades relevantes de la

obra, tales como el enfoque particular del tema por parte del autor, las
innovaciones que aporta al tratamiento de la cuesti

ón, el estilo en que está escrita la obra, etc... En cualquier caso, la finalidad de
una recensión en general es indicar de un
modo breve y preciso tanto el contenido de una obra como sus valores y
características particulares; de modo que un

hipotético lector que no conociera la obra, dispusiera de una guía e


introducción que le facilitara una comprensión previa tal,

que habiendo leido la recensión, al comenzar a leer la obra pudiese apreciar


ab initio todos los aspectos relevantes, de

contenido y de forma, de esa obra. 2.1. Carácter especifico de las recensiones


de obras filosóficas:

En el caso de las obras de filosofía escribir una recensión equivale a hacer un


pequeño trabajo de Historia de la Filosofía.

En efecto, una obra filosófica es siempre la exposición de un fragmento de un


sistema filosófico, que tratará de alguno de los

grandes y eternos problemas que el hombre no puede dejar de plantearse; y


por lo tanto habrá de presentar necesariamente

un contenido temático, integrado por unos planteamientos iniciales, unos


razonamientos o argumentaciones, y unas tesis

conclusivas ; relativos todos ellos a uno de los grandes problemas filosóficos; o


mas bien, al problema filosófico sobre el

que trata la obra en cuestión. Ahora bien, una comprensión profunda de este
contenido temático exige su consideración en

la doble dimensión que ofrece por su propia naturaleza todo pensamiento


filosófico: su teoricidad y su historicidad.

En primer lugar su teoricidad: en alguna parte de la recensión de la obra


filosófica habrá de aparecer el contenido temático

de la misma ---Planteamiento/ Argumentación/ Tesis--- expuesto y


valorado en cuanto a la verdad y al valor cognitivo

o sapiencial que la obra pretende tener y transmitir; y ello requiere que se


exponga y comente el contenido temático desde

la suprahistórica situación ideal de diálogo, realizando una exposición y crítica


de ideas filosóficas en sí mismas, analizando

el grado de verdad que pretenden tener, y que tienen de hecho en tanto que
resultan de experiencias intelectuales originales e
innovadoras, prescindiendo de cualquier otra consideraci n ajena a las ideas
mismas. En efecto, la mas elemental

experiencia hermeneútica pone de relieve que las obras de los pensadores que
consideramos clásicos manifiestan y

comunican una experiencía intelectual que, aún siendo limitada e


históricamente relativa, es originaria y única, y como tal

verdadera.

Y en segundo lugar su historicidad: posteriormente en alguna otra parte de la


recensión deberá ser mostrada la inserción

histórica de ese contenido temático; y ello en una doble dirección: tanto en


relación a los condicionamientos epocales en los

que está inserto el autor, como en relación a la transcendencia histórico-


filosófica o influencia ulterior de esas tesis en obras

posteriores.

2..2. Objetivo de la recensión de una obra filosófica:

El objetivo principal es referir de un modo breve y preciso a un hipotético lector


que no hubiera leido la obra recensionada el

contenido temático de la misma --en su doble dimensión teórica e histórica--


así como tambien darle cuenta de las

caractrísticas formales y el valor filosófico-literario de esa obra. De modo tal,


que el hipotético lector de la recensión

adquiriese al mismo tiempo una información escueta pero precisa, del


contenido temático, y una orientación crítica suficiente

en cuanto a las características formales y valores literarios de.la obra.

2.3. Contenido de una recensión filosófica:

2.3.1. El contenido temático:

Para precisar el contenido temático, es necesario establecer rigurosamente el


problema filosófico del que trata la obra

recensionada. En efecto, el contenido temático está constituido por:

1º. El punto de partida teórico del autor que es la experiencia intelectual de 1a


que deriva todo su pensamiento que
bien puede no estar expresada en esa obra concreta.

2º. E1 planteamiento concreto que el autor realiza del problema filosófico del
que trata la obra.

3º. Los razonamientos o argumentaciones que el autor expone sobre ese


problema del que trata la obra.

4º. Las tesis conclusivas que a modo de soluciones ofrece el autor y que
expresan la originalidad de su pensamiento.

2.3.2. La inserción histórico-filosófica:

Se trate de referir el contenido temático a las dos direcciones que cabe


discernir en todo hecho de cultura.

En primer lugar: los condicionamientos coetáneas de la obra, o sea, el


conjunto de factores sociales, históricos, y

culturales desde los que el autor píensa. Particularmente relevante es la


tradición filosófica inmediatamente anterior

al autor, es decir, las soluciones que los filósofos anteriores han dado a ese
problema.

2.3.3. La historia efectual de la obra:

Estaría constituida por el conjunto de interpretaciones que se han llevado a


cabo sobre ese contenido temático, y las

reelaboraciones que han derivado del pensamiento del autor; y que, de un


cierto modo, se incorporan a la tradición

histórica de su pensamiento.

2.3.4. La influencia histórica posterior:

Se trata de determinar la influencia histórica posterior que ha ejercidoese


contenido temático en autores posteriores que

han tratado ese mismoproblema.

2.3.5. El valor estético o literario.

3. Procedimiento a seguir en la elaboración de una recensión.

3.1. Lectura de la obra. 3.2. Recogida de materiales a partir de literatura


secundaria (manuales, o monografías sobre el autor).
3.3. Elaboración de un esquema que muestre los diversos ingredientes del
contenido temático.

3.4. Cofección de un borrador o guión de redacción conforme a las partes de la


siguiente estructura.

4. Estructura formal de una recensión.

Toda recensión de una obra filosófica que aspira a cubrir si quiera de modo
parcial los objetivos que le son propios, debe

constar como mínimo de estas tres partes.

4.1. CONTEXTUALIZACION: se trata de destacar la obra recensionada sobre el


fondo histórico-filosófico de la

tradición a que pertenece, y perfilar asi su originalidad. La contextualizaci6n


ha de realizarse respecto de los

siguientes referentes:

4.1.1. Autor: descripción de la situación histórico-filosófica del autor, de sus


motivaciones

intelectuales, y de los condicionamientoa epocalos que actúan sobre él.

4.1.2. Obra: determinación de las respectividades históricas de la obra; esto


es, para quienes y

contra quien esta escrita; a qué otro sistema filosófico se opone y pretende
criticar. Igualmente es

pertinente en este apartado el proceder a determinar la importancia de la obra


en el conjunto de la

producción literario-filos6fica del autor.

4.2. EXPOSICIÓN DEL CONTENIDO TEMÁTICO: es la parte nuclear y mas


importante de la recensión, pues

implica la realización de un análisis preciso del contenido de la obra y la


diferenciación de sus elementos. La

exposición del contenido temático comprende los siguientes aspectos.

4.2.1. Planteamiento: se trata de exponer el punto de partida desde el cual


en la obra concreta, el

autor aborda el problema o la cuestión filosófica de que se trata.


4.2.2. Argumentaciones: se trata de exponer resumidamente los
razonamientos que el autor

expresa en esa obra, señalando cual es el razonamiento principal o aquel en el


que el autor hace

mayor énfasis.

4.2.3. Conclusión: se trata de referir las tesis propias del autor que
constituyen el mensaje que el

autor quiere transmitir y que presenta como "lo verdadero" de la cuestión.

4 .3. VALORACIÓN: es la parte de crítica personal que debe realizar el autor


dela recensión. Esta crítica debe com-

prender tanto los aspectos materiales como los formales de la obra.

4.3.1. Valoración de aspectos formales: implica en primer lugar una


caracterización formal de la

obra recensionada en el conjunto de la literatura filosófica (: qué tipo de obra


es , y qué estructura

presenta), especificando a que género literario-filsófico pertenece. Igualmente


se debe hacer una

valoración del lenguaje y del estilo.

4.3.2. Valoración del contenido: se trata de criticar las tesis conclusivas del
autor desde nuestra

perspectiva actual, evaluando lo que de verdad nos puede seguir pareciendo


a nosotros hoy.

Igualmente se debe criticar la estructura de la obra desde el punto de vista de


su coherencia y su

completitud.

4.3. Reflexiones personales que la lectura de la obra nos suscite sobre ese
tema: es un seguir

pensando nosotros a partir de la solución que el autor pueda haber dado a un


problema filosófico;

ésta debe considerarse una solución necesariamente provisional que


hemos de considerar

como un posible punto de partida para nosotros.

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