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Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales – México

Doctorado en Investigación Social con mención en Sociología


Teoría política moderna en perspectiva contemporánea
Docente: Dr. Francisco Valdés Ugalde
Alumno: Jorge Vergara Gerstein1
Diciembre - 2010

1
Debo agradecer de manera especial a mis compañeros del DCS, Mtro. Danilo Miranda y Mtro. Javier
Torres, por sus valiosos aportes y comentarios los cuales permitieron la realización y culminación del
presente trabajo.
Sobre las formas de gobierno y el contenido de la doctrina2 propuestas por
Nicolás Maquiavelo, Thomas Hobbes, John Locke y J.J. Rousseau.

Introducción

La finalidad de este documento es señalar los fundamentos de la teoría política y las


principales formas de gobierno en las propuestas de Maquiavelo, Hobbes, Locke y
Rousseau, en sus textos abordados para el curso de Teoría Política del DCS de la
FLACSO. Considero pertinente este enfoque, como comunicador social y como
estudiante del curso, porque permite describir la racionalidad de la explicación de los
autores mencionados, reconocidos como los padres de la concepción moderna de la
política, así como resumir y comparar las formas de gobierno que han influenciado el
sistema político contemporáneo.
El conocimiento de los temas abordados tienen importancia doble ya que de un lado
sirven para ubicar varias categorías generales, mientras que por otro lado nos
permiten establecer entre las diversas formas de gobierno, que han sido y sostenidas y
fundamentadas en el tiempo, similitudes y diferencias. Es cierto que existen diversos
estudios sobre las formas de gobierno, sin embargo es válida esta propuesta ya que
permite un acercamiento a estos principales paradigmas, con el fin de explorar la
naturaleza y el funcionamiento de la política como fenómeno del mundo actual.
El pensamiento político de la edad moderna en un primer momento ha sido
determinado por los conceptos que sobre el Estado tenían filósofos griegos como
Sócrates, Platón o Aristóteles. En un segundo estadio, pero no menos importante, el
pensamiento político ha sido influenciado en gran manera por los autores
seleccionados y por algunos otros de igual importancia3. Por razones de economía de
espacio y tiempo no serán expuestos todos estos pero de manera indirecta sí serán
considerados. Entonces queda claro que estas fuentes teóricas, de las que beberán los
pensadores del Renacimiento y parte de la Ilustración, son las que fundamentan el
presente trabajo.

2
“La doctrina puede ser definida como un cuerpo sistemático de enseñanza…” En Vekemans, Roger,
Doctrina, ideología y política. Pág. 61.
3 Erasmo de Rótterdam, Lutero, Calvino, Juan Bodino, Hugo Grocio, Montesquieu, David Hume, etc.

2
Los principados de Nicolás Maquiavelo (1469-1527)
A partir de Maquiavelo se inician muchos temas importantes en el pensamiento
político. Él aborda las formas de gobierno en El Príncipe así como en otra obra
titulada Discursos sobre la primera década de Tito Livio. Para la época, las formas de
gobierno eran concebidas bajo una visión tradicional4 de tres clases: monárquico,
aristocrático y popular. Estas eran también denominadas como las buenas formas.
Las malas formas, tres que dependen de las primeras, les son tan semejantes y
cercanas que es fácil pasar de una a otra ya que el principado podría volverse tiránico,
la aristocracia puede evolucionar en oligarquía y el gobierno popular convertirse en
licencioso. De esta manera si la persona que dirige de una república ordena la ciudad
según uno de los regímenes buenos, lo hace por poco tiempo, puesto que de forma
irremediable degeneraría en su contrario, por la semejanza y las cortas distancias entre
la virtud y el vicio.
Si nos centramos de manera específica en El Príncipe, Maquiavelo analiza y describe
una de las formas de gobierno, los principados, como una de las formas de república.
Esta obra, dividida en cuatro partes, examina primero las distintas clases o formas de
adquisición y soberanía; en la segunda parte aborda la necesidad de los ejércitos; en la
tercera se explaya describiéndonos los patrones generales de conducta para que el
príncipe conserve el poder; finalmente en la cuarta parte encontramos la exhortación
para liberar a Italia de la opresión extranjera.
Desde las primeras líneas de El Príncipe5, observamos la presencia de un tema
fundamental: el Estado. Considerando que probablemente esta obra haya sido escrita
en 1513, cabe señalar en este punto que más de cien años después, 1648, para algunos
teóricos recién nace el Estado Nación a través del tratado de paz de Westfalia.
Maquiavelo presenta la primera y embrionaria concepción moderna de Estado6, así

4
La visión de Platón, Aristóteles y Polibio.
5 “Todos los Estados, todas las dominaciones que han ejercido y ejercen soberanía sobre los hombres,
han sido y son repúblicas o principados.
Los principados son, o hereditarios, cuando una misma familia ha reinado en ellos largo tiempo, o
nuevos. Los nuevos, o lo son del todo, como lo fue Milán bajo Francisco Sforza, o son como miembros
agregados al Estado hereditario del príncipe que los adquiere, como es el reino de Nápoles para el rey
de España. Los dominios así adquiridos están acostumbrados a vivir bajo un príncipe o a ser libres; y
se adquieren por las armas propias o por las ajenas, por la suerte o por la virtud.”
Capítulo I, De las distintas clase de principados y de las formas en que se adquieren, en Maquiavelo,
Nicolás, El Príncipe. Alianza Editorial, Madrid 1981 -3ª. Reimpresión 2000.
6
“…puede aceptarse que el Estado en Maquiavelo no alcanza aún a ser clara y unívocamente
definido; pero esto, en la inteligencia de que él es el primero que lo intenta, abriendo todo un proceso
de búsqueda y de investigación que habría de durar varios siglos, un proceso que ni siquiera hoy
podemos dar por concluido.”

3
como una bipartición en lugar de la clásica tripartición aristotélica-polibiana7. La
distinción de Maquiavelo, en este punto, correspondería mejor a la realidad de su
época más que a la clasificación de los antiguos.
Para Maquiavelo los Estados se rigen considerando que el poder reside en la voluntad
de uno solo, y se tiene por tanto el principado, o el poder radica en una voluntad
colectiva, la cual se expresa en una asamblea. La diferencia entre una asamblea
restringida, en el caso de una república aristocrática, y la de una asamblea popular,
como en una república democrática, no será tan relevante como la diferencia que
existe entre la voluntad del único soberano y la de un soberano colectivo.
Pero advierte también que es como un círculo en que giran todas las repúblicas, casi
ninguna puede tener vida tan larga como para pasar muchas veces esta serie de
mutaciones y permanecer en pie. Podría suceder que en uno de esos cambios se
vuelva súbdita de algún estado próximo pero mejor organizado, y si no sucediera esto,
un país podría dar vueltas por tiempo indefinido en la rueda de las formas de
gobierno8.
Luego sugiere una clasificación de los principados. La primera distinción es entre
principados hereditarios y principados nuevos. En los hereditarios es a el poder se
obtiene través de una ley constitucional de sucesión. En los segundos es conquistado
por un Señor que antes no era príncipe.
Por otra parte define dos clases de principados hereditarios, una clase de príncipes que
gobiernan sin intermediarios, donde su poder es absoluto y lo súbditos son los siervos
del príncipe. La segunda clase es la del príncipe que no tiene poderes absolutos,
gobierna con la intermediación de la nobleza, sin embargo conserva sobre todos un
poder eminente.
Sobre los principados nuevos distingue cuatro categorías. Estas dependen de la forma
de conquista del poder: por virtud, por fortuna, por maldad o violencia y, como cuarta
categoría, por consenso de los ciudadanos. A su vez estas cuatro categorías
conforman las parejas antitéticas virtud-fortuna y fuerza-consenso (temas centrales en
la concepción maquiaveliana de la historia).
Dicho esto, podemos sustentar que en Maquiavelo las formas de gobierno
básicamente son consecuencia de dos factores:

En Córdova, Arnaldo, Sociedad y Estado en el Mundo Moderno, México, Grijalbo, 1976. Pág. 77.
7
Democracia, Aristocracia y Monarquía.
8
Parafraseando a Polibio en relación con la cita: “Esta es la rotación de las constituciones; esta es la
ley natural por la cual las formas políticas se transforman, decaen y regresan al punto de partida.”

4
• En quienes se apoya el líder político para obtener el poder y para
conservarlo.
• En la intensidad de las desigualdades imperantes en la sociedad.

Este segundo factor nos permite visibilizar la figura del “príncipe” entre
desigualdades sociales y económicas, donde sus ciudadanos necesitan de él y del
Estado. Situación en la cual el príncipe aparenta ser compasivo, fiel, religioso, etc.
Pero debe estar dispuesto a ser todo lo contrario9. Moral y política son dos campos
que hasta la fecha un gobernante nunca debe confundir, a pesar del debate público que
pueda existir sobre la legitimidad de los medios que se utilicen para la obtención y
conservación del poder.
Finalmente, en otros escritos10 Maquiavelo parece dar el remedio al fracaso de las
constituciones simples o formas puras: el gobierno mixto. Una constitución donde
coexisten el principado, los notables y el gobierno popular, otorgándole a cada uno de
estos estamentos el poder de vigilar y contrarrestar los abusos de los otros.
Estas primeras formas abordadas realmente son en mi opinión, por decir lo menos,
desalentadoras. Las buenas tienen una vida muy breve y las malas son de naturaleza
perversa. De modo que, según Maquiavelo, los legisladores prudentes huyen de cada
una de estas formas en estado puro, eligiendo un tipo de gobierno mixto, pues así cada
poder controla a los otros.

Thomas Hobbes y el Leviatán (1588-1679)


Thomas Hobbes en su concepción del “estado de naturaleza” se aparta del sentido
divino, que a ese estado, asigna el pensamiento teológico. Separa claramente dos
etapas: una situación de barbarie y de guerra de todos contra todos, y por otra parte,
un estado creado y sostenido por el Derecho. Esto es un estado con suficiente poder
para iniciar y reformar su estructura.
Para este autor dos de las tesis que han caracterizado la teoría de las formas de
gobierno no son válidas. Primero, la diferenciación entre buenas formas de gobierno y
las malas, segundo, las formas de gobierno mixto. Para Hobbes el poder soberano es
9
Digamos primero que hay dos maneras de combatir: una, con las leyes; otra, con la fuerza. La
primera es distintiva de los hombres; la segunda, de la bestia. Pero como a menudo la primera no
basta, es forzoso recurrir a la segunda. Un príncipe debe saber entonces comportarse como bestia y
como hombre.
Capítulo XVIII, De qué modo los príncipes deben cumplir sus promesas. Ibid.
10
En Discursos sobre la primera década de Tito Livio.

5
absoluto11. Caso contrario, no es soberano. Ambas tesis derivan lógicamente de los
dos atributos principales de la soberanía: el ser absoluta y el ser indivisible. Si es
absoluta, cabe la pregunta de ¿cómo es posible que existan buenas formas y malas
formas?. Por otro lado, si es mixta ¿dónde queda la indivisibilidad como característica
elemental?. Preguntas que con el desarrollo del texto trataremos de encontrarle mayor
sentido, no respuestas.
Hobbes admite la monarquía, aristocracia y democracia. Pero muestra preferencia por
la forma monárquica, por considerarla más provista de recursos prácticos y de
cualidades intrínsecas para actuar en el medio social. Sin embargo también es
evidente una dicotomía entre la soberanía que reside en un hombre o en la asamblea
de más de uno. Esta asamblea puede ser conformada por la aristocracia o no, puede
que todos tengan derecho a formar parte de ella. El hecho es que las decisiones ya no
son tomadas por un soberano absoluto, allí es evidente la dicotomía y Hobbes la
nota12.
Hobbes señala también que se puedan emitir tres clases de gobierno: cuando el
responsable es un hombre, el gobierno es una monarquía. Cuando lo es una asamblea
de todos cuantos quieren concurrir a ella, una democracia o gobierno popular.
Tercero, en caso la asamblea es de una parte solamente se denomina aristocracia.
Quienes están descontentos bajo la monarquía la denominarán tiranía. Aquellos
quienes les desagrada la aristocracia la llaman oligarquía. Los que se encuentran
agraviados bajo una democracia la llaman anarquía. Por ello, el razonamiento de
Hobbes es riguroso: la distinción entre buenas formas y malas formas de gobierno
partirá de la distinción entre soberanos que ejercen el poder respetando las leyes y
soberanos que no las respetan.
Cabe la reflexión en este punto. Si la soberanía es absoluta y no existe nada ni nadie
sobre él ¿cómo se distingue un soberano que respeta las leyes del que no lo hace? Esa
imposibilidad de contar con criterios objetivos para diferenciar al buen rey de el tirano
tienen una dirección concreta, las pasiones de los hombres.

11
Mientras el antiguo gobierno romano estaba formado por el senado y el pueblo de Roma, de hecho
ni el senado ni el pueblo tenían todo el poder, cosa que causó primero las sediciones… y, después, las
guerras entre el senado y el pueblo…
Cap. XXIX, Hobbes, Thomas, Leviatán, México, Fondo de Cultura Económica, 1998.
12
Es por ello que el Leviatán genero la proscripción de su autor.

6
A pesar de ello, para Hobbes es inevitable instaurar una autoridad absoluta cuya ley
sea la jerarquía máxima y tenga que ser obedecida por todos sin excepción13. Así, el
Estado es un artificio que surge para remediar un “estado de naturaleza” en el que
los hombres, guiados por el instinto de supervivencia, el egoísmo y por la ley del más
fuerte, estaban inmersos en una guerra de todos contra todos. Este Estado daría
cabida al establecimiento de sociedades organizadas.
Según Hobbes el hombre encuentra dentro de sí la necesidad de establecer unas leyes
que le permitan vivir en paz y en orden. Necesidad que se realiza mediante un pacto o
contrato social, a través de cual los poderes individuales se transfieren a un solo
hombre o a una asamblea. El Estado o Leviatán que, como el monstruo bíblico, de
esta manera se convierte en el soberano absoluto, cuyo poder subsume todos los
poderes individuales.
Este Estado político o artificial, opuesto a la naturaleza humana, es susceptible de
garantizar la supervivencia de todos a costa de la pérdida de su autonomía y
libertad14. En relación con las libertades, aunque Hobbes estuvo a favor de la libertad
religiosa e ideológica y favoreció el proceso de secularización de Europa, defendió el
poder absoluto del Estado, a cuyos intereses ha de subordinarse toda minoría.
Para concluir este acápite, cabe anotar una diferencia central entre Maquiavelo y
Hobbes. A nuestro juicio, el primero no convirtió nunca su creencia en el legislador
omnipotente en una teoría general del absolutismo político como lo hizo
posteriormente Hobbes15. Éste unió su admiración por el déspota y el pueblo libre que
se gobierna a sí mismo, con las teorías de fundación de un Estado y su conservación.

13
“En segundo lugar, este rey cuyo poder es limitado, no es superior a aquel o aquellos que tienen el
poder de limitarlo; y quien no es superior, no es supremo, es decir, no es soberano. Por consiguiente,
la soberanía residía siempre en aquella asamblea que tenía derecho a limitarlo; y como consecuencia
el gobierno no era monarquía, sino democracia o aristocracia, como en los viejos tiempos de Esparta
cuando los reyes tenían el privilegio de mandar sus ejércitos, pero la soberanía se encontraba en los
éforos.”
Cap. XIX, Ibid.
14
Cabe en este punto citar un párrafo del “principio de Hobbes”: “Al darse cuenta de que cualquier
ejercicio de libertad en este sentido redundaría en conflictos irresolubles, Hobbes descubre
prácticamente una situación de imposibilidad que equivale en sus propios términos a la imposibilidad
de un liberal paretiano…”
Pág. 114, en Valdés Ugalde, Francisco, “Consideraciones sobre la epidemia de Pareto, el ‘principio de
Hobbes’ y el contrato social”, en Elisabetta di Castro y Paulette Dieterlen (Comps.), Racionalidad y
ciencias sociales, Instituto de Investigaciones Filosóficas, UNAM, 2003.
15
“… this argument is that in a political society there is a single source of power, beyond which no
subject can appeal, and which is authorized to decide any question, resolve any dispute, no matter the
content, the history, or the parties involved. This single source of power, called Sovereign must be a
kind of human will: either it is a single human will or collective of human wills acting as one.”

7
John Locke, constitucionalismo liberal (1632-1704)
Se suele considerar el origen del liberalismo en el siglo XVII, y a John Locke como el
primer pensador liberal, siendo su Segundo tratado sobre el Gobierno Civil la obra
seminal de esta postura política.
En su obra, Locke, sigue la tradición aristotélica en cuanto a la división de los
gobiernos en monárquicos, aristocráticos y democráticos16, pero introduce una
variante. Esta variante la desenvuelve en una teoría acerca de la coexistencia de
poderes, entendido como el juego de los poderes del Estado. Lo que garantiza un
equilibrio y un contrapeso de los derechos del pueblo. Para Locke los poderes de los
hombres al ser delegados se encauzan en tres sentidos:
• El legislativo, que establece por medio de normas en qué forma debe ser
aplicada la fuerza del Estado. Esto para asegurar la conservación de la
sociedad y de todos sus miembros.
• El ejecutivo, que tiene a su cargo la administración y la justicia, asegurando
internamente el cumplimiento de las leyes.
• El federativo, vinculado al ejecutivo, encargado de las relaciones exteriores
como los tratados, la guerra y la paz.

El legislativo17 es para Locke el alma del cuerpo político, dejando a cargo al ejecutivo
como al federativo en diferentes personas, debido a que su concentración en una sola
o en un grupo conduciría al abuso, camino por el cual se llega indefectiblemente al
absolutismo, que es en Locke un espectro que debe eliminarse con fuertes resguardos
democráticos.
Un segundo corolario de la doctrina de Locke es el “estado de naturaleza”,

... este argumento indica que en una sociedad política hay una sola fuente de poder, más allá de la cual
ningún sujeto puede apelar y que está autorizada para decidir sobre cualquier cuestión, resolver
cualquier conflicto, no importa el contenido, la historia, o las partes implicadas. Esta fuente de poder,
llamada soberano debe ser una especie de voluntad humana: o bien se trata de una sola voluntad
humana o un colectivo de las voluntades humanas actuando como una sola.
Pág. 15, en Hampton, Jean, “Democracy and the Rule of Law” en Ian Shapiro, (Ed.), The Rule of Law,
New York University Press, 1994.
16
Cabe señalar que Locke introduce por primera vez la democracia como un derecho de los ciudadanos
libres.
17
“La constitución del poder legislativo es el primero y fundamental acto de la sociedad; y mediante
este acto, se asegura la continuidad de la unión de sus miembros bajo la dirección de ciertas personas
y de lo que mandan las leyes que han sido hechas por los legisladores con el consentimiento del pueblo
y por encargo suyo.”
Cap. XIX. Locke, John, Segundo ensayo sobre el gobierno civil: un ensayo acerca del verdadero
origen, alcance y finalidad del gobierno civil, Buenos Aires, Losada, 2002.

8
definiéndolo como un estado de paz, benevolencia y ayuda mutua. Es claro observar
que consideraba que en el estado de la naturaleza los hombres debieron gozar de
perfecta libertad para ordenar sus actos y para disponer de sus propiedades y de ellos
mismos como mejor les parecía. Todo ello dentro de los límites de la Ley Natural, sin
necesidad de pedir permiso y sin depender de la voluntad de otra u otras personas.

Así, el derecho a la libertad que se deduce de las intenciones de un Hacedor y de la


necesidad de auto conservación, no conoce otro límite que la Ley Natural. Esta ley
gobierna el estado de la naturaleza18, y que debe ser entendida como manifestación de
la voluntad de Dios, enseña que nadie debe dañar a otro en su vida, salud y libertad.
Para locke, todos los hombres están dotados de la razón y la libertad suficiente para
conocer un orden del mundo que los lleva a cooperar con la preservación de sus
derechos. Por tanto, mediante la razón el hombre conoce la Ley Natural y por ello le
asiste el derecho de imponer a los demás su cumplimiento. Cabe señalar que hace la
salvedad que el hombre cuando interpreta la ley para asuntos propios se convierte en
juez y parte.

Finalizaremos la exposición de las ideas de John Locke señalando dos comparaciones


con los primeros pensadores desarrollados. Primera, una de las principales críticas al
sistema de Hobbes: el “estado de naturaleza” no es un estado de guerra. Sin embargo,
la salida del estado de guerra es la misma para Locke y para Hobbes, la institución del
Estado mediante un pacto social. Para Locke, el Estado parte de la paz inicial, en la
cual el equilibrio se mantiene hasta que los hombres espontáneamente observen la
razón o ley natural. Esto se contrapone al “estado de guerra” de Hobbes que deviene
de la violación del orden natural-racional, y que continúa alimentado indefinidamente
por las pasiones de los hombres.

Segunda, para Maquiavelo el poder es la capacidad de obligar a otros a la obediencia.


En Locke el ejercicio del poder no rechaza las normas éticas ni morales, el estado
natural del hombre es la paz y la libertad. Sin embargo, el temor a las arbitrariedades
hace que los hombres se sientan más seguros viviendo en sociedad, para lo cual

18
“El estado de naturaleza tiene una ley de naturaleza que lo gobierna y obliga a todos; y la razón que
es esa ley enseña a toda la humanidad que quiera consultarla, que siendo todos los hombres iguales e
independientes, ninguno debe dañar a otro en lo que atañe a su vida, salud, libertad o posesiones.
Pues como los hombres son todos obra de un omnipotente y sabio Hacedor, y todos siervos de un
señor soberano…”
Cap. II, Ibid.

9
determinan un contrato social de forma limitada. Se establecen así leyes que tanto el
ciudadano como el gobierno deben respetar. Dicho de otra manera, es una
combinación, indisoluble en Locke, y que se refleja en dos conceptos fundamentales:
libertad y responsabilidad.

El contrato social de J.J. Rousseau (1712-1778)


En esta obra Rousseau responde a la cuestión fundamental de la política, la
reconciliación entre la libertad del individuo y la autoridad del Estado (la voluntad
general). Esta reconciliación es necesaria porque la sociedad ha evolucionado a un
punto donde las personas, sin ayuda, ya no pueden cubrir sus necesidades a través de
sus propios esfuerzos. Deben contar con la cooperación de los demás.
Para Rousseau la sociedad es profundamente injusta y hace perverso al hombre. Es la
sociedad quien ha perdido la libertad y hace que el hombre la pierda. Todo ello,
debido a la existencia de la división del trabajo y de la propiedad privada, que
provocan el dominio del hombre por el hombre. Un proceso por el cual las
necesidades humanas se expanden y se profundiza la interdependencia. En un llamado
de las ideas de Locke y una visión al futuro de Marx Rousseau sostiene que este
estado sería un Estado de clase, guiados por el interés común de la falta de libertad, de
ricos propietarios y la imposición y subordinación de los pobres y débiles.
Para Rousseau el contrato social tiene por objeto establecer una alternativa en la que
cada persona pueda gozar de la protección de la fuerza común, a la vez que son tan
libres como lo fueron en el estado de naturaleza. La clave de esta reconciliación,
citada en el primer párrafo, es la idea de la “voluntad general”19, de la voluntad
colectiva de la ciudadanía en su conjunto. La voluntad general es la fuente de la ley20,
es acogida por todos y cada uno de los ciudadanos. En cumplimiento de la ley cada
ciudadano es, por lo tanto, sujeto a su propia voluntad. De esta manera, según
Rousseau, el hombre es libre.
19
“La primera y más importante consecuencia de los principios establecidos, es la de que la voluntad
general puede únicamente dirigir las fuerzas del Estado de acuerdo con los fines de su institución, que
es el bien común; pues si la oposición de los intereses particulares ha hecho necesario el
establecimiento de sociedades, la conformidad de esos mismos intereses es lo que ha hecho posible su
existencia.”
Libro Segundo, Cap. I, Rousseau, Juan Jacobo, El Contrato Social, México, Editorial Porrúa, 1975.
20
“Es preciso, pues, convenciones y leyes que unan y relacionen los, derechos y los deberes y
encaminen la justicia hacia sus fines. En el estado natural, en el que todo es común el hombre nada
debe e quienes nada ha prometido, ni reconoce como propiedad de los demás sino aquello que le es
inútil. No resulta así en el estado civil, en el que todos los derechos están determinados por la ley.”
Libro Primero, Cap. VI, Ibid.

10
Las formas del contrato social, como modos de defensa, permiten que en él se
determinen los valores morales, el derecho, las normas, el lenguaje, etc., adquiridos
por el hombre en sociedad. De esta manera son normas inventadas y por lo tanto se
pueden cambiar de acuerdo a las necesidades y contextos. Sin embargo, a pesar de
todos los males de la sociedad no es deseable volver a la situación primitiva, aunque
se hace necesario restaurar en la sociedad la libertad individual y eliminar las
desigualdades.
El contrato social supone la entrega de todos los derechos a la comunidad, no a un
soberano, por lo que la voluntad general busca siempre el bien común. La soberanía21
reside en la comunidad, el gobierno, la monarquía, la aristocracia o la democracia,
han de hacer siempre lo que la voluntad general demande. Las leyes deben aprobarse
en referéndum. Rousseau concibe la voluntad general como absoluta e infalible, pero
para ello es necesaria la educación, para tener una moral social común. Es el Estado
quien debe regular la actividad económica y así evitar excesivas desigualdades,
aunque las desigualdades sean inevitables. Este tipo de sociedad se puede conseguir
con la dirección de un grupo de ciudadanos virtuosos.
A pesar de la preocupación de Rousseau por la tolerancia religiosa, en el último
capítulo22, afirma que si es necesario se deben censurar las opiniones y la religión,
para evitar la corrupción ideológica. Es más, Rousseau sostiene que los que no pueden
aceptar los dogmas deberían ser desterrados del estado. Esto es porque él cree que los
ateos no son dignos de confianza. No es posible saber si los ateos obedecerán la ley en
tanto no creen que existen castigos divinos.
Para concluir, en El contrato social Rousseau revisó la cuestión contractual esgrimida

21
¿Qué es, pues, lo que constituye propiamente un acto de soberanía? No es un convenio del superior
con el inferior, sino del cuerpo con cada uno de sus miembros; convención 1egítima, porque tiene por
base el contrato social; equitativa, porque es común a todos; útil, porque no puede tener otro objeto
que el bien general, y sólida, porque tiene como garantía la fuerza pública el poder supremo. Mientras
que los súbditos están sujetos a tales convenciones, no obedecen más que su propia voluntad; y de
consiguiente, averiguar hasta dónde se extienden los derechos respectivos del soberano y los
ciudadanos, es inquirir hasta qué punto éstos pueden obligarse para con ellos mismos, cada uno con
todos y todos con cada uno.
Libro Primero, Cáp. IV, Ibid.
22
Para que la sociedad fuese apacible y pacífica y que la armonía se mantuviese, sería preciso que
todos los ciudadanos sin excepción fuesen igualmente buenos cristianos, porque si desgraciadamente
se encuentra un solo ambicioso, un solo hipócrita, un Catilina, un Cromwell, éstos harán un buen
negocio con sus piadosos compatriotas. La caridad cristiana no permite pensar mal del prójimo.
Desde que uno haya encontrado por medio de cualquiera astucia el arte de imponerse y de apoderarse
de una parte de la autoridad pública he allí un hombre constituido en alta dignidad; Dios quiere que
se le respete; si surge un poder cualquiera, Dios ordena que se le obedezca. Si el depositario de este
poder abusa de él, es la vara de Dios que castiga a sus hijos.
Libro Tercero, Cáp. VIII, Ibid.

11
y argumentada por Hobbes y Locke, defendiendo la preeminencia de la libertad civil
y la voluntad del pueblo frente al derecho divino de los soberanos. Posteriormente es
Kant quien continúa desarrollándola. Luego cayó en descrédito hasta que la idea fue
resucitada por John Rawls. Actualmente está en el centro de la obra y pensamiento de
políticos y filósofos como Samuel Freeman, David Gauthier, Brian Skyrms, Jürgen
Habermas, etc.

En resumen
• En la siguiente página y a manera de resumen presento un cuadro sinóptico que
tiene como fuente principal: las obras leídas, apuntes de clase, Enciclopedia
británica y la Enciclopedia filosófica de Stanford.
• En este cuadro se consideran los autores abordados en el presente trabajo y sus
correspondientes lugares y fechas de nacimiento.
• En la segunda columna figuran las obras que se aluden directamente en este
trabajo y que han servido de fuente principal para el análisis. También se
consignan las fechas en las que fueron escritas y publicadas.
• La siguiente columna presenta las formas de gobiernos propuestas por los autores
así como el contenido principal de cada doctrina.
• En la última columna se resalta, según nuestro criterio, el tema o temas más
relevantes y que de alguna manera han influenciado el pensamiento político
contemporáneo.

12
Tabla I: De las formas de gobierno, doctrina e influencias de Maquiavelo, Hobbes, Locke y Rousseau
Pensador Obra / fecha de
Formas y doctrina Influencia
período publicación
Nicolás El Príncipe • Principados, gobiernos de un Concepto moderno de Estado.
Escrita entre 1513 y solo hombre. La forma de gobierno propuesta
Maquiavelo podría quedar subordinada a la
1514 • Razón de Estado
Florencia Publicada en 1532 • Principados hereditarios: poder auténtica preocupación política de
Maquiavelo: la formación de un
absoluto y gobierno con
1469-1527 Estado moderno en la Italia de su
intermediarios. tiempo.
• Principados nuevos: virtud, Sin embargo, en la actualidad la
fortuna, maldad o violencia y por mayoría de personajes con afán
consenso político lo consideran.
Thomas El Leviatán • Monarquía El ideal es la vida pacífica en un
Publicada en su • Estado de naturaleza: estado de régimen autoritario, esa es la
Hobbes alternativa de gobierno. Situación
versión en inglés en guerra o condición opuesta al
Malmesbury 1651 equilibrio que razonablemente nadie desea
pero que necesita.
En 1668 se • Contrato social: cesión de todo el
Inglaterra Dicotomía irreconciliable sobre la
publicaría la versión poder al soberano o a la soberanía: monarquía o asamblea.
1588-1679 en latín asamblea Pensamiento puramente secular,
• Absolutismo crítico de toda religión.
John Locke Segundo ensayo • División de poderes: legislativo, Defensa de que los hombres son por
sobre el gobierno ejecutivo y federativo naturaleza, libres e iguales frente a
Wrington la teoría que Dios había hecho a
civil • Ley Natural y Derecho natural
Inglaterra El primer y segundo • Estado de naturaleza: estado de todas las personas sujetas a un
monarca. El derecho a la vida, la
tratados/ensayos paz
1632-1704 libertad y la propiedad.
fueron publicados • Contrato social: cesión del poder Introduce de manera brillante la
juntamente entre al soberano pero no es perpetua democracia como un derecho de la
1689 y 1690 ni irrevocable organización de la comunidad en
• Ejercicio del poder bajo formas cuerpo político.
éticas y morales
• Propiedad
• Liberalismo
J.J. Rousseau El contrato social • Democracia directa o de El contrato social presenta y deja
Ginebra Publicada en 1762 asamblea como legado una alternativa en la
1712-1778 • Estado de naturaleza: libertad, que cada persona goza de la
igualdad y bondad protección de la fuerza común, en
tanto vuelven a ser libres como lo
• Contrato social: acuerdo entre
fueron en el estado de naturaleza.
ciudadanos de estados pequeños La voluntad general es la clave, es
• Voluntad general la voluntad colectiva de la
• Critico de la representación ciudadanía en su conjunto, que
entendida en su acepción
contemporánea permite los sistemas
democráticos actuales.

13
Conclusiones, relaciones e influencias (Nov. 2010)
• Haciendo un breve recorrido por las obras estudiadas: en El príncipe, Maquiavelo
reseñó las condiciones que debían caracterizar al gobernante; en el Leviatán,
Hobbes expuso sus teorías acerca del surgimiento del Estado a partir del contrato
social; Locke defendió los conceptos de propiedad y monarquía constitucional;
Rousseau en El contrato social revisó esta cuestión argüida por Hobbes y Locke,
defendiendo la preeminencia de la libertad civil y la voluntad popular frente al
derecho divino de los soberanos. En las páginas de todos estos tratados, se
ocuparon de la forma en que una sociedad puede generar las condiciones
necesarias para el bienestar de sus ciudadanos en un momento o época de la
historia determinados.
• Bajo cierta mirada todos estos autores y textos siguen vigentes. Tan vigentes
como la preocupación por valores como la justicia, la igualdad, la libertad, etc. y
temas fundamentales para la preservación del hombre como el desarrollo, los
derechos, la división del trabajo, entre muchos.
• Para Maquiavelo, un país es afortunado cuando tiene unas leyes que le hacen
continuar cohesionado, que lo sostienen, a las que todos están sometidos y que
hace que siga funcionando como tal, como país. Ese es verdadero Estado de
Derecho para el autor. Es necesaria la ley y la moral del pueblo, pero el príncipe
está por encima de ella, en virtud de la razón de Estado.
• En relación a ello, a lo largo de El Príncipe, sobre todo en las últimas páginas, hay
una insistencia continua en que el obtener y preservar el ejercicio del poder no son
siempre compatibles con los dictados de la moral (en esa época la moral era la
moral cristiana). Más aún, Maquiavelo aconseja a los gobernantes ser
extremadamente cautos, aclarando que su función principal no era hacer el bien
sino era mantenerse en el poder. Para ello la racionalidad del gobernante giraría en
torno a un objeto: el poder.
• Hobbes plantea la teoría del contrato social, que bien puede considerarse una
ficción intelectual. Esta teoría le sirve para justificar la existencia del Estado.
Como todos los hombres tienen ansia de poder para satisfacer sus placeres y
buscar la felicidad, es imprescindible un contrato social que asegure la paz, ceder
el poder a un soberano: al Estado. Este define cuáles son los derechos y libertades
de los hombres, y debe ejercer un control total sobre la religión. En Hobbes el
estado natural es la guerra permanente.

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• Un dilema importante para Hobbes es que identifica dos posibles fuentes u
orígenes de la soberanía que son incompatibles: el del monarca absoluto o el de la
asamblea. Independientemente de la conformación de esta asamblea, el solo hecho
que sea asamblea e implique deliberación y no la imposición absoluta del
monarca, es evidentemente una dicotomía.
• John Locke formula también la teoría del contrato social, aboga por la existencia
de un gobierno limitado que garantice el orden y la paz. Este concepto del
gobierno limitado se debe a que para él en el contrato social que hacen las
personas con la sociedad no se otorga todo el poder, sino aquella parte que hará
posible la convivencia.
• Locke introduce, de manera brillante, la democracia como un derecho de la
organización de la comunidad en cuerpo político. Son los ciudadanos, ya no los
súbditos, quienes como miembros de la comunidad poseen la combinación
indisoluble de libertad y responsabilidad.
• Para J.J. Rousseau la forma de gobierno ideal es la democracia. Cabe señalar que
según Rousseau la democracia, tomada en su rigurosa acepción, no ha existido ni
existirá jamás pues supone un estado o nación pequeño, donde se pueda reunir a
todo el pueblo y que cada ciudadano pueda conocer a los demás; sencillez en sus
costumbres; igualdad en los rangos y fortunas; y poco o ningún tipo de lujo que
distinga los unos de los otros.
• El problema al que se enfrenta Rousseau es cómo se resuelve la relación entre
soberanía y gobierno, entre libertad y la organización de la decisión pública. El
tema es si existe la posibilidad de vincular el interés individual con el interés
general. Entonces ¿existirá la posibilidad de formar un gobierno derivado de un
contrato social? ¿todos los ciudadanos tendrán la oportunidad de participar de una
democracia directa? Si el contrato social es libre, se tiene que brindar a cada uno
de los ciudadanos la representatividad y esta tendría que ser simultánea. Situación
sumamente compleja.
• Para terminar, y como valoración personal, tengo que decir que este trabajo y el
curso en general son de vital importancia a la hora de concebir un panorama
global de las raíces de los regímenes de gobierno, constituciones, doctrinas, leyes,
normas, etc. Toda la información procesada es una guía que servirá para futuros
estudios e investigaciones personales.

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Bibliografía básica
• Córdova, Arnaldo, Sociedad y Estado en el Mundo Moderno, México, Grijalbo,
1976.
• Hampton, Jean, “Democracy and the Rule of Law” en Ian Shapiro, (Ed.), The
Rule of Law, New York University Press, 1994.
• Hobbes, Thomas, Leviatán, México, Fondo de Cultura Económica, 1998.
• Locke, John, Segundo ensayo sobre el gobierno civil: un ensayo acerca del
verdadero origen, alcance y finalidad del gobierno civil, Buenos Aires, Losada,
2002.
• Maquiavelo, Nicolás, El Príncipe. de Alianza Editorial, Madrid 1981 -3ª.
Reimpresión 2000.
• Rawls, John, Lecciones sobre la historia de la filosofia moral, compilado por
Barbara Herman; traducción de Andrés de Francisco Barcelona; México: Paidos,
2007.
• Rousseau, Juan Jacobo, El Contrato Social, México, Editorial Porrúa, 1975.
• Valdés Ugalde, Francisco, “Consideraciones sobre la epidemia de Pareto, el
‘principio de Hobbes’ y el contrato social”, en Elisabetta di Castro y Paulette
Dieterlen (Comps.), Racionalidad y ciencias sociales, Instituto de Investigaciones
Filosóficas, UNAM, 2003.

Bibliografía referencial
• Bobbio, Norberto, La teoría de las formas de gobierno en la historia del
pensamiento político, Fondo de cultura económica, México, 2007.
• Enciclopedia británica
http://www.britannica.com
Extraído el 22 de noviembre del 2010, 11:42.
• Filosofía moral y ciencia política
http://www.alipso.com/filosofia_moral_y_ciencia_Política
Extraído el 15 de noviembre del 2010, 14:02.
• Koenigsberger, H.G., Historia de Europa. El mundo moderno, 1500-1789. Crítica,
Barcelona, 1991.
Ocaiz Braña, José, Historia sencilla del pensamiento político. RIAP, Madrid,
1987.
Thomson, David, Las ideas políticas. Labor, Barcelona, 1973
Gettell, Raymond, Nueva historia de las ideas políticas, Mondadori, Madrid,
1992.
http://club.telepolis.com/pastranec/temascomp/Tema35.html
Extraído el 15 de noviembre del 2010, 13:57.
• Stanford Encyclopedia Of Philosophy
http://plato.stanford.edu
Extraído el 20 de noviembre del 2010, 20:15.
• Paradigmas
http://paradygmes.unblog.fr
Extraído el 15 de noviembre del 2010, 14:11.
• Vekemans, Roger, Doctrina, ideología y política, DESAL, Santiago de Chile,
1970.

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