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ESFÍNTERES:
LA RETIRADA DEL
PAÑAL.
GUÍA RÁPIDA
Departamento Psicopedagógico
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CONTROL DE ESFÍNTERES: LA RETIRADA DEL PAÑAL: GUÍA
ÍNDICE
3. El papel de los niños. Primeros signos que demuestran que está preparado.
Elegir el momento
Consideraciones previas
A lo largo del proceso de control de esfínteres y la retirada del pañal, se van a ir produciendo una serie de
circunstancias y situaciones que van a hacer que el adulto tenga un papel fundamental básico.
Entre las principales funciones del adulto durante éste proceso podemos destacar que:
El adulto como promotor del desarrollo integral, no sólo para alcanzar el control de esfínteres, sino en
cualquier área de desarrollo del niño.
El niño encuentra en el adulto un modelo, un guía, un apoyo para éste momento del desarrollo.
Del mismo modo, para la consecución adecuada del control de esfínteres, a lo largo de todo el proceso, los padres
han de tener en cuenta una serie de condiciones que lo facilitan:
Capacidad de observación: averiguar cuándo está preparado e identificar cuando algo no va bien
(correcto desarrollo)
Ternura y firmeza: exigencia comprensiva. Pasos suaves y consistentes. Que sientan que les guía una
mano segura.
Los esfínteres son los músculos encargados del proceso. Inicialmente aparecen como un reflejo voluntario, pero
poco a poco deberá ser controlado de forma voluntaria. Para ello, el niño debe contar con unas adecuadas
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condiciones de maduración, que generalmente ocurre entre los 24 y los 30 meses, en 3 aspectos, en los que cada
niño tiene su propio ritmo:
1) Ya no se siente tan atraído por permanecer en movimiento todo el tiempo: Necesita permanecer
más tiempo sentado para aprender nuevas tareas.
2) Lenguaje receptivo: es capaz de ejecutar órdenes que implican dar dos pasos y se siente orgulloso
cuando lo ejecuta.
3) Puede decir “¡No!”: es capaz de tomar la decisión de si quiere hacer algo o no. Lo adecuado es no
precipitar nada y dejar que el niño lo elija por sí mismo (respetar su propio ritmo).
4) Empieza a dejar las cosas en su sitio: recoge sus juguetes, aprende dónde van las cosas y muestra
interés por ordenar y organizar.
5) Imita el comportamiento de sus padres: quiere usar el lavabo como sus padres.
7) Empieza a ser consciente de su propio cuerpo: se puede señalar los pañales cuando se moje y
utilizará las mismas palabras que sus padres para nombrarlas (pipí, caca…) además, empieza a ser
consciente de sus propios órganos sexuales cuando le cambian los pañales e incluso puede tocarse.
Debemos mantener una actitud de normalidad ante éstas conductas.
Otras señales que nos pueden indicar que está preparado: otros signos que nos pueden indicar la
predisposición natural del niño pueden ser:
Hablar en el lavabo: cuando el niño anuncia orgulloso que ha hecho pipí o incluso se tire de
los pañales.
Jugar en el lavabo: jugar a imaginar puede ayudarle a resolver las dudas sobre los
“desechos” de su propio cuerpo. Uso del juego simbólico.
Vestirse y desvestirse solo: “sin ayuda de nadie”, los calcetines o bajarse los pantalones.
Interés en su propio cuerpo.
Conciencia sobre cómo los demás utilizan el lavabo: y necesidad de hacer lo mismo.
No está incómodo con el pipí o la caca, sino que se muestra sonriente y feliz.
Se niega, dice “No” cuando alguno de sus padres comenta que ya está listo para hacer solito
sus necesidades en el inodoro.
1) ELEGIR EL MOMENTO
Debemos ser modelo a imitar para nuestros hijos, deben saber y haber visto que los niños
más mayores y los adultos hacemos pis y caca en el inodoro.
Tenemos que jugar con ellos a “ser mayores” y a ir al baño para sentarnos en el inodoro,
invitándoles a que se bajen los pantalones y se quiten el pañal. Lavarse las manos después de
haber estado un ratito sentados (un minuto o dos, no más porque estamos jugando)…todo
ello con el fin de adquirir una serie de hábitos y rutinas.
También se les pueden leer cuentos ilustrados que traten el tema del control de esfínteres.
Podemos jugar a llevar a los muñecos al baño para que se sienten en el inodoro.
Hay que aprovisionarse de ropa interior y de pantalones cómodos.
Debemos comprar un adaptador para el inodoro y un elevador antideslizante que le permita
subir y bajar con facilidad.
También debemos comprar unos empapadores o “salvacamas” para cuando llegue el
momento de retirar el pañal de la noche.
Debemos darles autonomía siempre que sea posible y que se vayan haciendo ellos
responsables de todo lo que conlleva ir al baño.
No regañarles cuando haya escapes ni castigarles (hablándoles con voz suave pero firme),
No darle más importancia de la que tiene,
No compararles con los demás niños o con los hermanos
No ridiculizar a los niños,
No tener prisa (presionarle nos llevará a la frustración del niño)
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4) DEJAR EL PAÑAL PASO A PASO
Retirar los pañales del día y no ponerlos “nunca más”, aun cuando la circunstancia parezca
justificarlo (viaje, visita,…) La única excepción sería si una vez iniciado el proceso el niño
padece una enfermedad que le mantenga en la cama o sufre una gastroenteritis
Invitarles a sentarse en el inodoro, si conocemos el ritmo de micciones y defecaciones de
los niños. Si tras unos minutos no ha hecho nada, se le levanta y se vuelve a intentar más
tarde.
Invitarles a ir al baño cada hora u hora y media, sin generarles ansiedad o angustia.
Nunca formulando una invitación con pregunta en negativo (¿No quieres….? ¿No te
apetece?....).
El mensaje formulado de forma positiva que hay que dar al niños es “tenemos que ir al
baño”, “es hora de hacer pis” …
Hay que establecer una rutina para ir al baño:
― Nada más levantarse
― Cuando llega del colegio
― Después de las comidas
― Antes de salir de casa
― Antes de acostarse.
En el caso de que cuando se siente logre hacer algo, hay que felicitarle sin manifestaciones
excesivas, para que integre que es algo normal. Al principio avisará y no le dará tiempo a
llegar, pero de la misma forma hay que felicitar por el intento.
Debemos estar atentos a las señales de los niños (bailoteo, tocarse el pantalón, quedarse
quieto…) para llevarles al baño.
Para ayudarles durante el proceso es positivo modificar la dieta, evitando darles alimentos
diuréticos
Hay que ponerles a hacer pis justo antes de acostarse, intentando que no beban mucho
líquido durante las horas previas.
Cuando haya transcurrido una semana aproximadamente sin que se haga pis encima durante
el día, ya se puede quitar el pañal durante la noche. Es importante que entre la retirada del
pañal diurno y nocturno no transcurran más de 15 días.
Es probable que los primeros días se levante mojado, en ese caso, podemos levantarles justo
antes de acostaros vosotros para que vuelvan a hacer pis.