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El proceso de "aceración" del hierro, se dice, surgió por la necesidad de contar con un
material tan fuerte como el bronce. Para tener una ventaja notoria sobre el bronce, los
herreros tuvieron que ingeniárselas para introducir un 0.4% de carbono en el hierro. Esto
no fue nada fácil, los herreros antiguos empacaban a los objetos de hierro en polvo de
carbón de leña y los metían en un horno para que el carbono se difundiera en el hierro. A
temperaturas tan altas como 950°C, tom a nueve horas formar una corteza de acero (con
0.5% de carbono)de 1.5 mm de grueso alrededor de la pieza de hierro. Este proceso, con
algunas variantes, todavía se emplea en la actualidad y se conoce como cementación.
El primer proceso de obtención industrial del acero fue ideado por el relojero inglés
B.Huntsman en 1740; el proceso se llamó “al crisol”, porque consistía en cementar ( es
decir, enriquecer en contenido de carbono) el hierro con carbón vegetal y fundir
sucesivamente en un crisol el producto obtenido. La fundición se conocía en Europa ya en
el siglo XIV, como producto secundario de los hornos altos de producción de hierro; en un
principio sólo se utilizó como sustitutivo del bronce.
El acero producido al crisol era de óptima calidad, pero el coste de producción era muy
superior al fabricado por pudelado. Ambos métodos fueron abandonados al introducirse
los procedimientos modernos de producción en gran escala de Bessemer y de Tomas a
principios de la revolución industrial.
PROCESOS DE ACERACIÓN
Los procesos de fabricación de acero se conocen como “ácido” o “básico”, términos que
se refieren a la naturaleza química de las escorias y revestimiento del horno. Hasta las
investigaciones de Thomas y Gilchrist, que hicieron posible utilizar lingotes fosfóricos, sólo
podrían usarse lingotes de bajo fósforo y bajo azufre y, debido a que éstos eran
generalmente ricos en silicio, se producía una escoria ácida, cargada de sílice. Puesto que
la escoria era ácida, era necesario revestir el horno con un refractario ácido, similar
(ladrillos de sílice), con objeto de evitar cualquier reacción entre la escoria y el
revestimiento del horno.
Bessemer logró convencer a los grandes señores del hierro de la época victoriana para
que aplicaran industrialmente los procedimientos que él había desarrollado a escala de
laboratorio. Se invirtieron enormes recursos en el proyecto, cuyo resultado fue un
escandaloso fracaso. Bessemer fue obligado a reponer el dinero a los industriales y se
hundió en el mayor descrédito. Pero Bessemer no se dio por vencido. Le costó mucho
darse cuenta de que el arrabio que él había empleado en sus experimentos de laboratorio
era distinto al que explotaban industrialmente los fundidores ingleses. Por alguna razón,
Bessemer había empleado un arrabio de bajo contenido de fósforo que contrastaba con el
arrabio obtenido de muchos minerales nativos de Inglaterra y Europa que eran muy ricos
en este elemento.
La pared del convertidor de Bessemer estaba recubierta con ladrillos refractarios ricos en
óxido de silicio: sílice. En la jerga de los refractarios a éstos se les llama "ácidos" para
distinguirlos de los óxidos metálicos, que se denominan "básicos". La triste experiencia del
primer intento de Bessemer sirvió para demostrar que los refractarios ácidos entorpecen
la eliminación del fósforo del arrabio. Más tarde otros investigadores, también ingleses,
probaron que el convertidor de Bessemer transformaba exitosamente el arrabio en acero
si la pared del horno se recubría con refractarios "básicos".
Este proceso ha sido un factor muy importante del desarrollo industrial alcanzado en
Europa a fines del siglo pasado.
CONVERTIDOR
1.POSICION DE CARGA 2.POCISION DE TRABAJO
HORNOS MARTIN
Los hornos Martin-Siemens son hornos de reverbero y se utilizan principalmente para la
fusión y afino del acero destinado a la fabricación de lingotes, y representaron la forma de
fabricación de acero más extendido en Gran Bretaña y Estados Unidos. Su capacidad
puede variar entre 25 y 500 toneladas. Hace años se empleaban hornos más pequeños, de
15 a 30 toneladas, Sin embargo existen todavía en funcionamiento algunos hornos para
fabricar piezas coladas grandes, con pesos de 50 toneladas o más. El horno Martin-
Siemens es calentado con aceite, gas de coquería, gas de gasógenos o una mezcla de gas
de alto horno y de coquería, si se dispone de ella.
Se carga con arrabio, procedente del horno alto. Este arrabio contiene hasta un 4%
de carbono, más ciertos elementos químicos considerados impurezas, algunos de los
cuales como elfósforo o el azufre son altamente perjudiciales para el acero, y otros como
el silicio o el manganeso, no son deseables en las cantidades contenidas en el arrabio.
Junto al arrabio se añaden material como la caliza.
Los hornos Martin-Siemens pueden ser fijos o basculantes, prefiriéndose los últimos para
el afino de arrabios altos en fósforo. Para fabricar aceros de calidad se emplean
generalmente los hornos Martin-Siemens con revestimiento básico, aunque aún se utilizan
en algunos lugares los con revestimiento ácido para obtener aceros de muy buena calidad
partiendo de materias primas muy selectas
La capacidad de estos hornos oscila de 15 a 200 t de metal. Se calienta
con gas, fueloil o brea, y las llamas salen primero por un extremo del horno y luego por el
otro. Los gases producidos pasan por recuperadores equivalentes a los empleados en los
hornos altos. Cuando se invierte la marcha de los gases, los recuperadores a través de los
cuales han estado pasando los gases calientes calientan al aire y el gas que entra en el
horno, mientras que los situados en el otro extremo comienzan a calentarse por el paso a
través de los mismos gases quemados.
Se carga con arrabio, procedente del horno alto. Este arrabio contiene hasta un 4%
de carbono, más ciertos elementos químicos considerados impurezas, algunos de los
cuales como elfósforo o el azufre son altamente perjudiciales para el acero, y otros como
el silicio o el manganeso, no son deseables en las cantidades contenidas en el arrabio.
Junto al arrabio se añaden material como la caliza.
Los hornos Martin-Siemens pueden ser fijos o basculantes, prefiriéndose los últimos para
el afino de arrabios altos en fósforo. Para fabricar aceros de calidad se emplean
generalmente los hornos Martin-Siemens con revestimiento básico, aunque aún se utilizan
en algunos lugares los con revestimiento ácido para obtener aceros de muy buena calidad
partiendo de materias primas muy selectas
En los hornos Siemens ácidos no se emplea castina, y la escoria está formada por las
impurezas del hierro, junto con parte del revestimiento del horno. Cuando se fabrican
aceros de alto contenido de carbono, el acero no se suele carburar como se ha explicado
antes, sino que se cuela cuando se alcanza el contenido de carbono deseado, el cual se
determina mediante análisis químicos rápidos.
La producción en Europa por este medio es del 35% y en España del 75%.
FUNCIONAMIENTO
La carga del horno eléctrico está constituida de chatarra principalmente. En el baño se lleva a cabo
una reacción de oxidación – reducción (proceso redox). Durante la fusión oxidante se elimina
el fósforo y durante la reductora el óxido de hierro disuelto en el baño y el azufre. Controlar el tipo
de atmósfera en el baño es fácil.
El calor se encuentra en la parte superior de la carga, siendo necesario en general usar bobinas
electromagnéticas a fin de inducir a una agitación en el recipiente para que el material más frío del
fondo alcance la parte superior igualándose de esta forma la temperatura y la composición
química.
Las ferroaleaciones se añaden tanto al horno eléctrico como en cuchara, siendo este proceso el
más adecuado para la fabricación de los aceros especiales. Aunque a veces pueden surgir
problemas con el carbono desprendido de los electrodos de alta pureza, cocidos al vacío y de
alta conductividad. Su tamaño es de 20-75 cm de diámetro y 1,5-3 m de longitud. Según se van
quemando se va añadiendo nuevo electrodo a su extremo opuesto.
El arco opera de forma similar sobre una masa fría de chatarra o sobre la superficie del metal
liquido. Este hecho y la facilidad de carga del recipiente le convierte en el sistema idóneo para
fundir chatarra de baja densidad tales como carrocerías compactas de coches o virutas y desechos
procedentes de tornos y talleres mecánicos.
LA COLADA
El producto obtenido por cualquiera de los procedimientos se cuela en cuchara y se vierte
en moldes especiales llamados lingoteras (moldes metálicos con conicidad lateral para
facilitar el desmolde).
Defectos: