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1. INTRODUCCIÓN
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V y la última sección al presentar las conclusiones de esta exposición.
Con ello, esperemos que el lector adquiera un cuadro más completo de
un campo de la física teórica y aplicada, todavía plagado de problemas
sin respuesta.
H= -w 2 + p p _ 1 + ^ = const (3)
84
La ecuación (2) fue deducida por vez primera por Saint Vennant
en el año de 1843 y por G. G. Stokes en 1845 a partir del tensor de los
esfuerzos
T = 2TJ (grad u)s — 1— div u 1 (4)
3
donde ( ) es la parte simétrica sin traza del tensor correspondiente
y 1, el tensor unitario. La ecuación (4) a su vez había sido obtenida por
Navier en 1822 y Poisson en 1829 a partir de modelos sobre teorías
de fuerzas intermoleculares sobre fricción interna. Así pues surge la
pregunta, ¿por qué la ecuación de conservación de la energía total e?,
expresada por
^ + div4 = 0 (5)
at
no aparece en la formulación de la hidrodinámica? En la ecuación
(5) JeT es el flujo de energía total y suponemos que no hay fuentes ni
sumideros. La respuesta a esta pregunta aunque ya aparece tratada de
manera un poco más evidente en algunos textos contemporáneos, [6]
[7] realmente se da hasta mediados del siglo xx, fenomenológicamente
con la elaboración de la termodinámica irreversible lineal (TIL) que
veremos en la sección subsecuente y a partir de la teoría cinética de los
gases, en forma muy sui generis por Maxwell en el siglo xix y en forma
muy sistemática en el siglo xx por Enskog, Chapman y Cowling [8] [9].
Estos trabajos los discutiremos en la sección IV.
dS_f^>0 (6)
donde dQ es el calor intercambiado por el sistema con una fuente tér
mica a la temperatura T. A d'Q le llama el "calor no compensado"
y afirmó que su origen debería provenir de los efectos disipativos (fric
ción) en el sistema, pero no dio mayores explicaciones. Claramente,
85
si el proceso es reversible d'Q = 0 y (6) se reduce a la bien conocida
ecuación,
r
La primera teoría matemática completa y consistente dando la expre
sión para d'Q y manteniendo al máximo los conceptos más importantes
de la termostática, fue propuesta por J. Meixner entre 1941 y 1943
y para sistemas químicos de manera independiente por Prigogine en
1946. Sin entrar aquí en detalles históricos ni técnicos que el lector
puede consultar en la literatura [10]-[13], la teoría de Meixner está
basada en sólo dos hipótesis, i) la validez de las ecuaciones de conser
vación e. g., ecuaciones (1), (2) y (5) y ii) en la llamada hipótesis del
equilibrio total (HEL). Esta hipótesis, ampliamente discutida en la lite
ratura [12]-[14] establece que, por ejemplo, si en un fluido escogemos
p(r, t), ü{f, t) y T(f, t) como variables de estado, cualquier otra variable,
como la entropía S(f, t) guarda la misma relación matemática con p y T,
las variables escalares en equilibrio. Así,
v _= £,
l
e, = €¡(T,p) la energía interna, por la misma hipótesis. Usando
las ecuaciones de conservación y la ecuación (8) es fácil ver que [12],
[13],
p— + ái\Js = <T (9)
dt
si Js = Jq/T donde Jq es el flujo de calor y <r, el calor no compensado
de Clausius local, a(r, t) está dado por
1 - 1 • 1
o- = -j^Jq • gradT - - T : (gradí?)* - - r d i v i ? (10)
86
donde (°) J es la parte simétrica sin traza de un tensor y r = 1/3 t r r ,
esto es,
grad u = (grad u)s + div w 1 (11)
a es entonces una forma bilineal que contiene la suma de los flujos
físicos (Jq, T, T, etc.) multiplicados por las fuerzas que los producen
(grad T, (grad u)s, div ü, etc.)
Para poder convertir a las ecuaciones de conservación en un con
junto completo de ecuaciones, es necesario introducir los análogos de
las ecuaciones de estado en termostática, esto es, las ecuaciones que
relacionen a los flujos con las fuerzas. Para ello tenemos que recurrir
al experimento o a modelos moleculares; estas relaciones son ajenas
a la teoría misma. Si elegimos relaciones lineales, también llamadas
ecuaciones constitutivas lineales
Jq = —K grad T (Fourier) (Ha)
o
o- = |>(grad Tf + ^ ( g r a d Ü ) s : (gradÜf + | ( d i v u ) 2
-r+pdiv« = 0 (1)
dt r v
'
87
P =
Yt — ^ ~ S r a d P - ^ r - g r a d r + 2i7V 2 í?- í %V ~ €) graddivw
(20
pCv— = -^divu + KV2T + 2y(gradu)s : (gradw)' + £(divw)2 (13)
dt Kj
x(r, t) = x0 + 8x(r, t)
88
en 5, las ecuaciones se reducen a
du _ __o _
^ =0
dt
para una fuerza externa igual a la fuerza gravitacional. Esto ilustra en
parte la ambigüedad del texto en el primer párrafo de este artículo, ¿qué
vamos a entender por las ecuaciones de NS? La discusión subsecuente
va a proporcionar una perspectiva totalmente diferente del problema
pero difícilmente su esclarecimiento.
4. TEORÍA CINÉTICA
89
todos los eventos, colisiones entre moléculas involucrando tres o más de
ellas son muy poco probables y por lo tanto, despreciables. Si ahora,
llamamos f{f, v, t) dr dv el número de partículas que al tiempo t se
encuentran en elemento de volumen dr dv de un espacio euclideano
de seis dimensiones, llamado espacio ¡xt la ecuación de movimiento de
esta función tiene la forma
U.^Jf^M,J{m KJJ
(15)
v
dt dr m dt ' '
—* *
si F es la fuerza externa. Esta es la célebre ecuación de Boltzmann
introducida a la teoría cinética en 1872. Es una ecuación de balance
que establece que el cambio en / por el arrastre propio de las partículas
en un volumen dr dv tiene que ser igual al cambio que sufre / por
colisiones. Este cambio, plasmado en el término / ( / / ) fue calculado
por Boltzmann suponiendo que la probabilidad de un evento binario
en fi (colisión) es un proceso al azar, su famosa hipótesis del caos
molecular, esto es se puede expresar como un producto de / ' s . Esto
hace a (15) una ecuación integro-diferencial no lineal en / cuyo estudio,
a pesar de haber transcurrido casi 130 años, sigue siendo un tema de
suma relevancia.
No es el propósito de este artículo ni dar la deducción de la ecuación
(15), ni de discutir a fondo sus propiedades ampliamente tratadas en
innumerables obras sobre el tema; [8] [9] [16] [20] sólo vamos a señalar
aquí los aspectos más importantes que la relacionan con la hidrodiná
mica clásica. Una de las propiedades más importantes de la ecuación
de Boltzmann es que si la multiplicamos por m, mvy l/2mv2, donde v
es la velocidad molecular, definimos las variables locales como:
n(r, t)
i
( 1 ^
n(r, t)u{r, t) = \f{r,v,t)dc (16)
n(r, í)e,(r, t)
-i\[¿«j
donde c = v — ü{r, t) es la llamada velocidad térmica o caótica y p(r, t) =
mn(r, t), m la masa molecular se obtienen, respectivamente las ecuacio
nes de conservación de la masa y del ímpetu y la ecuación de balance
90
de la energía interna e¡(r, i). La diferencia entre estas ecuaciones y las
fenomenológicas, es que los flujos de ímpetu (o tensor de los esfuer
zos) T y el flujo de calor quedan ahora expresados en términos de la /
misma,
T =m / fccdc
91
es una función de distribución maxwelliana local, solución de la parte
inhomogénea de la ecuación (15),
■ /(/(°>/(0>) = o
que se cumple sólo si se imponen las llamadas condiciones subsidiarias,
92
b) La conductividad térmica K y la viscosidad cortante 17 no son
parámetros desconocidos en el caso cinético. Pueden calcularse
dado un potencial intermolecular y para diferentes potenciales es
tán tabuladas en la literatura [9] [23]. En las ecuaciones (2') y (13)
tienen que fijarse arbitrariamente. Lo mismo ocurre con j8, Kj
y Cv que en el caso fenomenológico dependen de la ecuación de
estado elegida. En el caso del gas diluido, de la teoría se obtiene
que p = pk¡,T y Cv = |/? donde R es la constante universal de los
gases. Esto implica que las ecuaciones de NSF para un gas diluido
no contienen parámetros arbitrarios, sus soluciones sólo dependen
de condiciones iniciales y de frontera. Esta diferencia va a destacar
en la discusión de la sección 5.
93
encuentra que tanto ella como la forma misma de la entropía local S(r, t)
dependen de los gradientes. Hay una fuerte inconsistencia entre dicha
hipótesis y las condiciones subsidiarias expresadas por la ecuación (20).
En el caso fenomenológico, uno puede calcular cr, que tiene la forma
tradicional dada por (10) pero ya no se puede probar que <r > 0, esto
es, que haya consistencia con la segunda ley. La primera dificultad
señalada originalmente por Prigogine [29] (ver referencias [12] y [13])
subsiste hoy en día sin que se le haya dado solución; la segunda plantea
la pregunta de cual es la termodinámica irreversible con la que son
compatibles las ecuaciones de Burnett y las de orden superior.
Por muchos años se pensó que estas cuestiones no eran muy im
portantes ya que desde la aproximación de Burnett, su uso era muy
limitado, sino inútil, por la complejidad matemática de su estructura
pues son de tercer orden en las derivadas espaciales. Esto es falso. Su
utilidad para mejorar la concordancia de las ecuaciones de NSF con el
experimento en situaciones como el flujo de enjambres de partículas
[30], dispersión y absorción de sonido [31], flujo de Couette [32] y muy
recientemente en proporcionar los mejores resultados en el cálculo de
los perfiles de densidad, velocidad y temperatura en ondas de choque
a números de Mach de 4,8, y 134 [33] [34], es manifiesta. Esta situación
deja abierta una gama de preguntas muy interesantes e importantes so
bre la estructura de las ecuaciones de la hidrodinámica más allá del
régimen de NSF. Esto constituye un reto para el futuro.
94
hidrodinámica (ver referencia [1] p. 575) hace ver las dificultades que
eso promueve, ¿cómo escoger para un fluido una ecuación de estado y
una viscosidad, usualmente función de la temperatura, que sean con
sistentes entre sí? Este problema se agrava en el caso de las ecuaciones
de NSF, pues ahí aparece la consistencia entre los coeficientes de trans
porte entre sí, de los parámetros de equilibrio entre sí y de unos con
otros. Recordemos que dada una ecuación de estado, Cv ya no es ar
bitrario pues la segunda ley de la termodinámica impone la condición
que
(£)T"'-r(!r)
ecuación que limita la forma de Cv = (ff>) si u es la energía interna por
unidad de masa. Esta condición, a menudo ignorada en la aplicaciones
de la termostática conduce a flagrantes contradicciones.
De esta manera, si se resuelven ya sea las ecuaciones de NS o de
NSF aun haciendo £ = 0, bajo condiciones iniciales y a la frontera razo
nables y se obtienen soluciones que exhiben un comportamiento abe
rrante ¿a qué se deben?, ¿a las condiciones mismas, a los parámetros
arbitrarios o a una combinación de ambas cosas? La decisión o deter
minación no es fácil. Es por ello que para estudiar el comportamiento
de las soluciones, las ecuaciones deducidas de la teoría cinética son
mucho más consistentes; en el caso de un gas diluido, como ya dijimos
las ecuaciones de estado térmicas y calóricas así como las expresiones
para Kyq están dadas por el modelo, estas dos últimas dependiendo
sólo de la forma del potencial intermolecular. En estas condiciones hay
un teorema demostrado por Bobylev en 1982 que establece lo siguiente
[35] [36]:
Consideremos las ecuaciones de NSF obtenidas a partir del método
de Hilbert y Enskog para un potencial maxwelliano (esferas suaves,
4>(r) = r ). Tomemos como referencia el estado de equilibrio caracte
rizado por po, To y üo * 0. Ahora examinamos si la solución de
equilibrio es estable ante perturbaciones pequeñas,
95
con y = po o T, e es el parámetro perturbativo y
u(x,t) = \ eu (x,t)
y m
donde las cantidades primadas son adimensionales. Si ahora se in
troducen variables adimensionales para la posición y el tiempo que
llamaremos s y t' (ver referencia [36] ecuación (7)) e introducimos los
modos normales de las ecuaciones a través de
y'(s, t') = y exp{i'Oí' + iks)
lm(jfc) = 0 (23)
el análisis arroja como resultado una relación de dispersión Cl = íl (k,
coeficiente transporte) de la cual se obtiene que para las ecuaciones
de NSF la solución es estable para todos los valores de k no así para las
ecuaciones de Burnett cinéticas donde la estabilidad existe sólo si
0 < k < kc
donde
2.5 (moléculas de Maxwell)
*,=
3.65 (esferas duras).
Este comportamiento está exhibido en las figuras 1 y 2 donde
se ve claramente que Irak (o parte real de O) no es obtenible para
cualquier k. Como se muestra en el trabajo original kc es equivalente
a un valor crítico del número de Knudsen. Esto confirma una sospecha
muy citada en la literatura de que las soluciones de las ecuaciones de
Burnett no existen para parámetros de Knudsen arbitrarios.
La estabilidad a la que aquí nos referimos tanto en el caso de NSF
como el de Burnett, es la estabilidad lineal; la demostración de este
resultado a órdenes abritrarios en la perturbación es un problema
abierto, aunque hay resultados preliminares que son promisorios [37].
6. CONCLUSIONES
96
ov.v 1 1 I *
•
*•
•••
• _
18.0 ■
■
^p •
6.0
Re(íl)
-6.0 -
••
**
-18.0 *• -
••
••
•*
-.HOO 1 \ 1 1
0.0 1.0 2.0 3.0 4.0 5.0
Figura 1. Parte real de los eigenvalores (círculos)
como funciones de k para el modelo de Maxwell.
15.0
-15.0
0.0 1.0 2.0 3.0 4.0 5.0
Figura 2. Parte real de los eigenvalores (círculos)
como funciones de k para el modelo de esferas duras.
En primer lugar, el lector podría justificadamente cuestionar por
qué no se tocó el tema de la obtención de las ecuaciones de la hidrodi
námica a partir de primeros principios, esto es la ecuación de Liouville
de la mecánica estadística. La respuesta es muy simple: a partir de
la jerarquía BBGKY, que es el equivalente de la ecuación de Liouville
expresada en términos de funciones de distribución reducidas, uno
puede calcular las ecuaciones de conservación exactas para u n fluido
simple con expresiones generales para el flujo de calor Jq y el tensor de
esfuerzos r . El problema central es que las expresiones para estos flujos
está expresada en función de la función de distribución de dos partícu
las cuyo conocimiento requiere de conocer f$, f±,... etc. Hasta donde
se sabe, jamás se ha hecho u n cálculo de los respectivos coeficientes de
transporte que pueda compararse con el experimento [38].
Una crítica similar se puede aplicar a todos los llamados métodos
exactos de los procesos irreversibles, clásicos y cuánticos obtenidos de
primeros principios.
En segundo lugar subsiste el problema de que la estructura de las
ecuaciones de la hidrodinámica de orden superior no está bien estable
cida, especialmente su ubicación dentro de u n esquema termodinámico
para procesos irreversibles. Los esfuerzos que se han hecho hasta ahora
para abordar esta cuestión, no han sido muy convincentes [39].
Como consecuencia del contenido de este artículo uno se podría
preguntar sobre el premio Clay: ¿a qué ecuaciones de Navier Stokes se
refieren los proponentes? Como consecuencia, el atractivo del reto es
ahora más profundo.
En conclusión, la hidrodinámica clásica nacida en 1755 con el tra
bajo pionero de Euler [1], a pesar de tener 246 años, todavía está muy
viva.
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