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UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS
DEPARTAMENTO DE PSICOLOGIA

ALVARO ESTEBAN HOYOS O.

453850

EL SENTIDO INVESTIGATIVO

El intertextualizar tres fuentes que abarcan los mismos temas en un solo texto que
las condense en uno que implique una comprensión completa y sensata es algo que
parece ser difícil y tedioso de hacer pero al darse cuenta que la lectura de los textos van
un mismo fin y conclusión la preocupación desaparece. En fin hablar de un sentido
científico o investigativo que conlleve a resolución de un problema planteado,
descubrimiento o estudio de un fenómeno implicaba dos caminos en la edad media, (o por
lo menos Eco lo hace ver así) uno era una solución social, es decir, un camino por el cual
se estructura una realidad posible ante un fenómeno por medio de la interacción de los
participantes de una comunidad; y el otro camino es un camino mas imaginativo que
implica un repertorio simbólico el cual debe ser interpretado y reinterpretado. ¿Pero cual
es la necesidad de saber o conocer? Pues la respuesta a esto es la misma necesidad, es
decir, aquello que nos es insuficiente y que debemos complementar, logrando así una
subsistencia que a la postre garantizara que lo aprendido si fue necesario en ciertas
situaciones y que por lo tanto ha de mantenerse ese saber e igualmente debe ser
retransmitido a otras generaciones.
Pero había otra tendencia en la edad media y sobre todo desde el lado de la iglesia,
ya que era la forma de pensamiento dominante, y por ello mismo imponía ciertos patrones
y normas de conducta que debían seguirse o de lo contrario se le etiquetaba como
participante del “demonio” o hereje como los llamaban, manteniendo un orden y
prácticamente una ley que dictaba que se debía hacer y que no, llegando hasta limites
como el malleus maleficarum. Esto con el único fin de mantener un saber preservado sin
que se le conozca y sin poder de llegar a el; como dice el propio Hernández, P. en las
palabras de Adso en le nombre de la rosa: siendo esto posible por que se tiene la
conciencia de que el saber es desgastado y se ensucia, como un traje, porque saben que
el saber esta sujeto a la interpretación y a la manipulación, posibilitando las prácticas
hermenéuticas que se imaginen, peligrando la imagen divina en la cual se creía
fervorosamente y la cual tocaba proteger por encima de cualquier amenaza.
En este sentido la investigación debe ser encaminada a descubrir nuevos caminos
que conlleve a ideas inesperadas e insospechosas que lo aventuren a conocer más ese
campo, recreando, imaginando y emprendiendo nuevas ideas sobre el mundo,
construyendo marcos de referencia sin que se vuelvan leyes absolutas y universales en
contextos únicos, aplicando la teoría de Sanders, P.Ch, el cual dice que las conclusiones
siempre son de carácter especulativo, es decir, lo que el mismo llama como abducción
que es el proceso por el que se forma una hipótesis explicativa o lógica del
descubrimiento como también la llamo, que es mas un proceso inferencial pero de
carácter conjetural, por medio de la cual se puede llegar a una “verdad” (la pongo entre
comillas ya que no siempre será una verdad absoluta) a través de una serie de errores
seguros que se deben sobre pasar con inteligencia.
Así, pues el proceder investigativo, de una manera romántico, esta guiado por una
razonamiento analógico y de adivinación para confirmar la credibilidad sobre la verdad, la
extrañeza y la incongruencia como punto de partida, como dice Hernández, P. “porque en
toda extrañeza e incongruencia se produce un encanto, y solo los encantos dan placer.”