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por R. L. Hymers,
Algunos de los que leen mis sermones en el Internet dicen que soy Calvinista.
Ellos ven que en mis sermones a menudo cito a Calvinistas famosos del pasado,
tal como el Dr. John Gill, gran comentarista Bíblico Bautista del siglo dieciocho,
a John Bunyan, autor de El Progreso del Peregrino, y especialmente a C. H.
Spurgeon, el “príncipe de los predicadores.” Estos tres hombres eran Bautistas y
todos en sus teologías eran completamente Calvinistas.
Cuando la gente lee mis sermones se da cuenta de que le tengo gran respeto a
estos tres hombres. También ven que le doy mucha honra a George Whitefield, a
quien considero ser el evangelista más grande de todos los tiempos, en el mundo
de habla Inglesa. Whitefield era un Calvinista de los cinco-puntos. También, a
menudo hago referencia a los grandes misioneros pioneros, tal como William
Carey, Adoniram Judson, y David Livingstone, todos eran Calvinistas de los
cinco-puntos.
Hablando desde esta posición, diré los cinco puntos del Calvinismo y una corta
descripción de por qué yo no estoy completamente de acuerdo con tres de ellos.
Los cinco puntos del Calvinismo forman las siglas TULIP [en Inglés]. Yo sé que mi
explicación no placerá a todos. De hecho, tal vez no placerá a ¡nadie! De igual
manera, creo que debo dar mi punto de vista respecto a TULIP antes de
defender el centro básico del Calvinismo.
1. La depravación total. Este punto, yo creo, es completamente Bíblico. Enseña
que la gente inconversa están “muertos en delitos y pecados” (Efesios 2:1), que
tienen “el entendimiento entenebrecido, ajenos de la vida de Dios por la
ignorancia que en ellos hay, por la dureza de su corazón” (Efesios 4:18). Estas y
muchas otras Escrituras demuestran que el hombre está totalmente depravado,
muerto en pecado, sin nada en su naturaleza depravada capaz de responderle a
Dios. Cuando los discípulos le preguntaron a Jesús: “¿Quién, pues, podrá ser
salvo?” Él les contestó: “Para los hombres es imposible” (Marcos 10:27). Así,
estoy en acuerdo completo con el Calvinismo en el primer punto – la depravación
total. Yo creo que esta es la verdadera condición del hombre presentada en la
Biblia.
3. La expiación limitada. Para mí, este es el punto más débil del Calvinismo
completo. La Biblia dice claramente: “Y él es la propiciación por nuestros
pecados; y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo”
(I Juan 2:2). “Porque de tal manera amó Dios al mundo [no solamente los
elegidos], que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no
se pierda, mas tenga vida eterna” (Juan 3:16). Yo sé que los Calvinistas
completos tienen respuestas para estos y otros versos como este, pero no me
han convencido por ellos. John Goodwin (1593-1665), autor y predicador
Calvinista Puritano, escribió un libro contra la expiación limitada titulado:
Redemption Redeemed: A Puritan Defence of Unlimited Atonement (Wipf and
Stock Publishers, re-impresión de 2004). Bien vale la pena leer su rechazo de la
expiación limitada. Yo creo que Cristo “por la gracia de Dios gustase [gusto] la
muerte por todos” (Hebreos 2:9).
No cabe duda que hoy día ha habido un resurgimiento del Calvinismo en la vida
Bautista. El Dr. Ergun Caner, presidente de Liberty Theological Seminary, dijo:
Recientemente en un periódico Bautista, leí: “Otra iglesia se parte por el
Calvinismo.” Las agencias noticieras Bautistas ya están investigando este
creciente tema. A los candidatos a la presidencia de la Convención Bautista del
Sur se les pregunta agudamente: “¿Considera usted amenazador el tema del
Calvinismo?” Regresaba yo de una diligencia el pasado mes cuando encontré a un
director de misiones. Conversando, se me acercó y susurró: “El movimiento
Reformado [Calvinistas] no desaparecerá. Lentamente se van tomando iglesias
importantes” (National Liberty Journal, Junio/Julio 2006, pagina 1).
¿Por qué se está volviendo el movimiento Calvinista tan popular entre muchos
Bautistas? Yo creo que hay dos razones principales.
Primero, la mayoría de nuestras iglesias están teológicamente sin timón. Muchos
Bautistas no saben qué creen sobre el tema de la salvación. Y vivimos en una hora
cuando la teología “decisionista” generada por Charles G. Finney se desmorona
alrededor nuestro. Damos una invitación, la gente viene, los bautizamos, y luego
nunca los volvemos a ver. Los pastores están tan desilusionados por esta teología
y método y quieren algo más sólido. Así que muchos de ellos se vuelven al
Calvinismo completo para hallar la respuesta, mientras que el viejo sistema
“decisionista” de Finney se desmorona a través de toda nuestra nación, y a
través del mundo entero.
Segundo, muchos pastores serios han comenzado a darse cuenta de que todos los
Bautistas casi hasta la época de Spurgeon, eran Calvinistas. No puedes esconder
estos hechos de aquel que estudia estos asuntos en la historia Cristiana y la
teología. Cuando los predicadores serios, estudiosos leen la historia Bautista, y
los libros antiguos de teología Bautista, empiezan a darse cuenta de que: “Todos
eran Calvinistas!” Ya no puedes ocultar eso de los hombres piadosos.
La otra noche leí una declaración doctrinal de una de nuestras escuelas
Bautistas. He aquí dicha declaración, dada en el catálogo de la escuela sobre “La
Gracia en la Nueva Creación”:
“Creemos que para ser salvos, los pecadores tienen que nacer de nuevo; que el
nuevo nacimiento es una nueva creación en Jesucristo, que es instantáneo y no
gradual; que en el nuevo nacimiento el muerto en delitos y pecados es hecho
partícipe de la naturaleza divina y recibe la vida eterna, el don gratuito de Dios;
que la nueva creación es hecha en una manera fuera del alcance de nuestro
entendimiento, no por la cultura, ni por el carácter, ni por la voluntad del
hombre, sino que sóla y completamente por el poder del Espíritu Santo en
conexión con la verdad divina, para asegurar nuestra obediencia voluntaria al
Evangelio; que su evidencia propia aparece en los santos frutos del
arrepentimiento, la fe, y la vida nueva.”
¡Sublime gracia! que salvo, A un miserable como yo! Perdido fui, mas hallado soy,
Ciego, mas hoy miro yo. (“Amazing Grace,” [Sublime Gracia] por John
Newton, 1725-1807).
Sin embargo, la primera estrofa da el corazón del Calvinismo, que el hombre está
en una condición miserable, totalmente depravada, que debe ser “hallado” por
Dios, y que su condición espiritualmente “ciega” solamente puede ser arreglada
por la gracia. La gracia es “sublime” porque no es merecida, no es por merito.
Como lo puso el catálogo Bautista en su declaración doctrinal:
En el nuevo nacimiento el muerto en delitos y pecados es hecho partícipe de la
naturaleza divina y recibe la vida eterna, el don gratuito de Dios; que la nueva
creación es hecha en una manera fuera del alcance de nuestro entendimiento, no
por la cultura, ni por carácter, ni por la voluntad del hombre, sino que sóla y
completamente por el poder del Espíritu Santo, para asegurar nuestra
obediencia voluntaria al Evangelio...
Allí tienes el corazón del Calvinismo, el cual creo que es fiel a la Biblia. El hombre
está “muerto en delitos y pecados.” El hombre luego es hecho “partícipe de la
naturaleza divina y recibe la vida eterna, el don gratuito de Dios.” La “nueva
creación [el nuevo nacimiento] es hecho de una manera fuera del alcance de
nuestra comprensión [entendimiento], no por...la voluntad del hombre, sino que
sóla y completamente por el poder del Espíritu Santo.” El Espíritu Santo le da al
pecador muerto “la obediencia al Evangelio.”
La gracia de Dios sóla produce temor al juicio de pecado. La gracia de Dios sóla
alivia aquellos temores cuando el pecador es llevado a Jesucristo sólo para la
salvación. Esa es la enseñanza central de los Bautistas de antaño. Nosotros no
contribuimos con nada en nuestra propia salvación. La salvación es toda de la
gracia de Dios en Cristo.
Anteriormente en el mensaje cité al Dr. Ergun Caner, quien dijo que el Calvinismo
es un “asunto creciente” entre los Bautistas. Estoy seguro que tiene razón.
Representa otra “moda” mientras los Bautistas y otros evangélicos revolotean,
tratando de entender cómo edificar iglesias sólidas. El énfasis carismático vino y
se fue. El movimiento “con propósito” llegó y ya está “pasando de moda.” Antes
de eso eran los “autobuses y la Escuela Dominical.” Antes de eso eran las grandes
campañas “evangelisticas.” Galopamos de una moda a otra – esperando que en
cierto punto averiguaremos cómo añadirle conversos sólidos a nuestras iglesias.
Ahora estamos probando el Calvinismo de los cinco puntos. Pero yo pronostico
que en el futuro se verá como otra moda pasajera. Nada le añadirá realmente
Cristianos sólidos a nuestras iglesias ¡excepto conversiones verdaderas! Y no
tendremos muchas conversiones verdaderas a menos que cambiemos nuestra
predicación de verso por verso a sermones de truenos de la ley y del evangelio –
y a menos que los predicadores mismos (no delegando!) hagan citas para atender
a las almas que inquieren, varias veces antes de bautizarlas. Entonces, y
solamente entonces, habremos encontrado la respuesta a nuestro dilema.
Este énfasis Calvinista de los cinco puntos no añadirá conversos verdaderos.
Simplemente añadirá más gente inconversa con gran conocimiento de la teología
Calvinista. El Dr. Martyn Lloyd-Jones escribió un capitulo muy bueno sobre ese
tema en su libro The Puritans: Their Origins and Successors (Banner of Truth
Trust, reimpresión de 1996, pp. 170-190). El capitulo se llama “Sandemanianism”
[Sandemanianismo]. Robert Sandeman era Calvinista de los cinco puntos, que
enseñaba que creer mentalmente en las doctrinas de la gracia salva al hombre.
Esa es la mentira del “Sandemanianismo.” Y me temo que ese error yace en el
corazón del resurgimiento del Calvinismo hoy.
Debo repetir que las meras doctrinas del Calvinismo llevan solamente a lo que el
Dr. Lloyd-Jones llamó la: “herejía del Sandemanianismo.” Toda esta doctrina
Calvinista, enseñada para su propia causa, llevará a nada más que confusión. No
añadirá conversos sólidos nuevos del mundo a nuestras iglesias. El Calvinismo
Sandemaniano es tan creciente hoy que solamente guiará a más partimiento y
divisiones de iglesia.
“Ellos se asombraban aun más, diciendo entre sí: ¿Quién, pues, podrá ser salvo?
Entonces Jesús, mirándolos, dijo: Para los hombres es imposible, mas para Dios no;
porque todas las cosas son posibles para Dios” (Marcos 10:26-27).
(Efesios 2:1, 5; 4:18; I Pedro 1:2; Tito 3:5; I Juan 2:2; Juan 3:16; Hebreos 2:9;
Marcos 10:26-27; Hechos 7:51; Juan 3:36; Juan 10:27-28)
I. Primero, la atracción al Calvinismo el día de hoy.
II. Segundo, las verdades centrales en el Calvinismo, Juan 1:13; Hebrews 12:2;
Jonás 2:9; Efesios 2:8-9; Juan 16:8-9, 14.
III. Tercero, la necesidad de aplicar estas verdades Bíblicas, Juan 11:39;
Romanos 8:7; Juan 11:43-44; Hechos 2:40; I Juan 1:7.