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UNIVERSIDAD NACIONAL DEL SANTA

FACULTAD DE EDUCACIÓN Y HUMANIDADES

“ LENGUA Y LITERATURA”

CURSO :
REALIDAD LATINOAMERICANA
TEMA: Los Retos De America Latina
En educacion Economia Política Social Y Ecologia

DOCENTE :
WILFREDO CONTRERAS ARANDA

CICLO :
III

INTEGRANTE:
 CASTILLO ROSAS ANDRÉ
 CHIRINOS VASQUEZ ELISEO
 ESTRADA ASTIQUIPAN MIRIAM
 MANPIS BENITO JANET
 OLIVA POBEDA EDWARD

NUEVO CHIMBOTE, 27 DE AGOSTO DE 2010


INDICE

Índice………………...…………………………………………………………..…. 2
Presentación………………………………………………………………...……...3
Introducción………………………………………………………………..……….4

1. Origen de filosofía………………………………………………………..………6
1.1 . Primero…………………………………………………………..……….6
1.2 . Segundo…………………………………………………………….……6
1.3 . Tercero……………………………………………………………..……...7
1.4 . ¿Por qué el hombre se pone a filosofar?……………….……….….….8

2. Conceptos de filosofía………………………………………………..………10
2.1. La definición nominal de la ciencia……………………………..……..11

3. La actitud filosófica………………………………………………………...….16

4. Características de la filosofía…………………………………………...……18
4.1. Radicalidad……………………………………………………….…..…..18
4.2. Critico ………………………………………………………………...…...19
4.3. Analítico……………………………………………………………..…..…20
4.4. Sistemático ……………………………………………………….…..…..20

5. Disciplinas filosóficas………………………………………………………….21

5.1. La metafísica………………………………………………………………21
5.2. La ontología………………………………………………………...……..21
5.3. La gnoseología……………………………………………………………21
5.4. La epistemología………………………………………………………….22
5.5. La teología…………………………………………………………………23
5.6. La cosmología …………………………………………………………….23
5.7. La antropología filosófica ………………………………………………...23
5.8. La teología …………………………………………………………………23
5.9. La lógica …………………………………………………………...………23
5.10. La ética ………………………………………………………...…………..24
5.11. La estética ………………………………………………………...……….24
5.12. La axiología …………………………………………………………...…...25
5.13. La semiótica ………………………………………………………..……...25
5.13.1 Semántica …………………………………………………..…….25
5.13.2 Sintaxis……………………………………………………….……25
5.13.3 Pragmática………………………………………………………...25

6. La filosofía como ciencia……………………………………………………….26

7. La filosofía en la actualidad……………………………………………………31

8. Conclusiones……………………………………………………………………..32

9 Referencias bibliografiítas……………………………………………………..34

2
PRESENTACION

Ahora le presentamos el la siguiente monografía que estamos seguros que será


contribuirá a toda la comunidad estudiantil universitaria.
La irresponsabilidad por la investigación en los jóvenes, una realidad en nuestra
sociedad, ha sido nuestro respaldo para que discutiéramos un tema, largo e
interesante llamado “FILOSOFIA”. Estamos convencidos de que podemos cambiar
nuestras técnicas de estudio, y a la vez ir cambiar el pensamiento que tienen los
demás de nuestro país.
La “Filosofía” nos invita a pensar sobre su contenido, a analizar lo que nos da a
entender, y a practicarla. Sabemos también que este trabajo tendrá errores, pero
estamos seguros que nos servirá para nuestro aprendizaje.

INTEGRANTES
 RODRIGUEZ NINAQUISPE LUCIA
 CHIRINOS VASQUEZ ELISEO
 SALINAS SAMAMÈ ALDO ROBERT
 CHAVARRIA ANGULO ALBERTH
 VENEGAS VALENCIA IVON

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INTRODUCCION

No hay que confiar en nuestros sentidos por que las percepciones son subjetivas.
Descartes a partir de la duda descubre muchas cosas, es la duda la que la lleva a
investigar.

Sócrates Aportó el método o mayéutica (dar al luz). Aportó 3 principios:


- solo se que no se nada
- conócete a ti mismo
- una vida sin examen no merece ser vivida

El objetivo de Sócrates es alcanzar el arete (la virtud a que llegaban aquellos que
pensaban, decían y obraban de la misma manera).
La Actitud Filosófica.- No se refiere a ciertas actitudes externas si no a la actitud
disposición, a la actitud espiritual, a la vivencia.

El verdadero filósofo no adopta una filosofía, no se adhiera a un sistema, sino que


se asombra de los entes en el ser. Esto no quiere decir por supuesto, que sea inútil
tener en cuenta lo que han escrito los filósofos, solamente son una ayuda.

No solo filosofar es decisión y compromiso, es también y ante todo búsqueda


amorosa y difícil del fundamento ultimo de los entes.

Filosofar nunca ha sido fácil. Todo loo contrario filosofar es casa grave. Ya Platón
decía que hay que volverse con toda el alma, a partir de lo que deviene, hacia la
contemplación de lo que es, hasta lo que se pueda fijar de mirada en lo que hay de
mas luminoso en el ser. Significa que filosofar requiere de una preparación, una
ascesis de los entes al ser, una actitud moral.

Esta actitud moral para el autentico filosofar ya fue puesta de relieve en la


antigüedad por Platón.

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El filosofo es el que liberándose de las cadenas vuelve la mirada a la luz el ser es
la luz y se asombra de que haya sombras y comienza a saber que las sombras son
sombras de algo, que los entes son ontofanias.

El filósofo es el que al romper las cadenas entra en desequilibrio y se afana por


abandonar la caverna. Para ellos es un desequilibrio y no saben que el filósofo se
aparta de los humanos afanes y se ocupa de lo divino. El filosofo es tenido por el
vulgo como un perturbado, pero el vulgo no sabe que esta poseído por la divinidad.
Así pensaba Platón.

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ORIGEN DE FILOSOFÍA

Este origen es múltiple. Del asombro sale la pregunta y el conocimiento de la duda


de los conocido el examen critico y la clara certeza de la conmoción del hombre y la
conciencia de estar perdido la cuestión de si propio. Representamos ante todo
estos tres motivos.

PRIMERO: Platón decía que el asombro es el origen de la filosofía. Nuestros ojos


nos hacen ser partícipes del espectáculo de las estrellas, del sol y de la bóveda
celeste. Este espectáculo nos ha dado el lujo e impulso de investigar el universo, de
aquí brotó para nosotros la filosofía, el mayor de los bienes deparados por los
dioses a la raza de los mortales. Y Aristóteles: pues la admiración es lo que impulsa
a los hombres a filosofar; empezando por admirarse de lo que les sorprendía por
extraño, avanzaron poco a poco y se preguntaron por las vicisitudes de la luna y del
sol y por el origen del universo.
“El admirarse impele a conocer. En la admiración cobró conciencia de no saber.
Buscó el saber, pero el saber mismo, no para satisfacer ninguna necesidad común”.

El filosofar es como un despertar de la vinculación a las necesidades de la vida.


Este despertar tiene lugar mirando desinteresadamente a las cosas, al cielo y al
mundo, preguntando qué será todo ello y dónde todo ello venga, preguntas cuya
respuesta no serviría de nada útil, sino que resulta satisfactoria por sí sola.

SEGUNDO: una vez que he satisfecho mi asombro y admiración con el


conocimiento de lo que existe, pronto se anuncia la duda.
A buen seguro que se acumulan los conocimientos, pero ante el examen crítico no
hay nada cierto. Las percepciones sensibles están condicionadas por nuestros
órganos sensoriales y son engañosas o en todo caso no concordantes con lo que
existe fuera de mi independientemente de que sea percibido o en sí. Nuestras
formas mentales son las de nuestro humano intelecto. Se enredan en
contradicciones insolubles. Por todas partes se alzan unas afirmaciones insolubles.
Por todas partes se alzan unas afirmaciones frente a otras. Filosofando me apodero
de la duda intento hacerla radical, mal o bien gozándome en la negación mediante

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ella, que ya no respeta nada, pero preguntándome donde estará la certeza que
escape a toda duda y resista ante toda critica honrada.

La famosa frase de Descartes: pienso luego existo, era para él indubitablemente


cierta cuando dudaba de todo lo demás, pues ni siquiera el perfecto engaño en
materia de conocimiento, aquél que quizá ni percibo, puede engañarme acerca de
mi existencia mientras me engaño al pensar.

TERCERO: Entregado al conocimiento de los objetivos del mundo, practicando la


duda como la vía de la certeza, vivo entre y para las cosas, sin pensar en mí, en
mis fines, mi dicha, mi salvación, las bien estoy olvidado de mi y satisfecho de
alcanzar semejantes conocimientos…
Cerciorémonos de nuestra humana situación. Estamos siempre en situaciones. Las
situaciones cambian, las ocasiones se suceden. Si estas no aprovechan, no
vuelven mas, puedo trabajar por hacer que cambie la situación. Pero hay
situaciones por su esencia permanentes, aun cuando se altere su apariencia
momentánea y s cubra de un velo su poder sobrecogedor: no puedo menos de
morir, ni de padecer, ni de luchar; estoy sometido al ocaso, me hundo
inevitablemente en la culpa. Estas situaciones fundamentales de nuestra existencia
las llamamos situaciones límites. Quiere decirse que son situaciones de las que no
podemos salir y que no podemos alterar. La conciencia de estas situaciones límites
es después del asombro y de la duda, el origen más profundo aún, de la filosofía.
En la vida corriente huimos frecuentemente ante ellas cerrando los ojos y haciendo
como si no existieran. Olvidamos que tenemos que morir, olvidamos nuestro ser
culpables y nuestro entregados al acaso.

Entonces sólo tenemos que habérnoslas con las situaciones concretas, que
manejamos a nuestro gusto y a las que reaccionamos actuando según planes en el
mundo, impulsados por nuestros intereses vitales. A las situaciones limites
reaccionamos, en cambio ya velándolas, ya cuando nos damos cuenta realmente
de ellas, con la desesperación y con la reconstrucción de la conciencia de nuestro
ser.

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Las situaciones limites – la muerte, el acaso, la culpa y la desconfianza que
despiertan el mundo. Me enseñan lo que es fracasar. ¿Qué haré en vista de este
fracaso absoluto, a la visión del cual no puedo sustraerme cuando me presento las
cosas honradamente?
“Es decisiva para el hombre la forma en que experimenta el fracaso; el
permanecerle oculto, dominándole al cabo sólo tácticamente, o bien el poder verlo
sin velos y tenerlo presente como limites constantes de la propia existencia, o bien
el echar mano a soluciones y una tranquilidad ilusorias o bien el aceptarlo
honradamente en silencia ante lo indescifrable. La forma en que experimente su
fracaso es lo que determina en que acabara el hombre”.

¿Por qué el hombre se pone a filosofar?

Contadas veces se ha planteado este cuestión de este modo suficiente. Aristóteles


la ha tocado de tal manera que ha influido decisivamente en todo el proceso ulterior
de la filosofía. El comienzo de su metafísica es una respuesta a esa pregunta:
Todos los hombres tienden por naturaleza a saber. La razón del deseo del conocer
es, para Aristóteles, nada menos que su naturaleza. Y la naturaleza es la sustancia
de una cosa, aquello en que realmente consiste; por tanto, el hombre aparece
definido por el saber; es su esencia misma quien mueve al hombre a conocer. Y
aquí volvemos a encontrar una mas clara implicación entre saber y vida, cuyo
sentido se ira haciendo más diáfano y transparente a lo largo de este libro. Pero
Aristóteles dice algo más. Un poco más adelante escribe; por el asombro
comenzaron los hombres, ahora y en un principio, a filosofar, asombrándose
primero de las cosas extrañas que tenían
más a mano, y luego, al avanzar así poco a poco, haciéndose cuestión de las cosas
más graves tales como los movimientos de la luna, del sol y de los astros y la
generación del todo.
Tenemos, pues, como raíz mas concreta del filosofar una actitud humana que es el
asombro. El hombre se extraña de las cosas cercanas, y luego de la totalidad de
cuanto hay. En lugar de
moverse entre las cosas, usar de ellas, gozarlas o temerlas, se pone afuera,
extrañado de ellas, y se pregunta con asombro por esas cosas próximas y de todos
los días, que ahora, por primera vez, aparecen frente a él, por tanto, solas, aisladas

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en sí mismas por la pregunta: “¿Qué es esto?” En este momento comienza la
filosofía.

Es una actitud humana completamente nueva, que se ha llamado teorética por


oposición a la actitud mítica (Zubiri). El nuevo método humano surge en Grecia un
día, por primera vez en la historia, y desde entonces hay algo radicalmente nuevo
en el mundo, que hace posible la filosofía. Para el hombre mítico las cosas son
poderes, propicios o dañinos, con los que vive y a los que utiliza o rehuye. Es la
actitud anterior a Grecia y a la que siguen compartiendo los pueblos en donde no
penetra el genial hallazgo helénico. La conciencia teorética, en cambio, ve las
cosas en lo que antes eran poderes. Es el gran descubrimiento de las cosas, tan
profundo que hoy nos cuesta trabajo ver que efectivamente es un descubrimiento,
pensar que pudiera ser de otro modo. Para ello tenemos que echar mano de modos
que guarden solo una remota analogía con la actitud mítica, pero que difieren de la
nuestra europea: por ejemplo, la conciencia infantil, la actitud del niño, que se
encuentra en un mundo lleno de poderes o personajes benignos u hostiles, pero no
de cosas en sentido riguroso. En la actitud teorética, el hombre, en lugar de estar
entre las cosas, esta en frente de ellas, extrañado de ellas, y entonces las cosas
adquieren una significación por si solas, que antes no tenían. Aparecen como algo
que existen por sí, aparte del hombre, y que tiene una consistencia determinada:
unas propiedades, algo suyo y que le es propio. Surgen entonces las cosas como
realidades que son, que tiene un contenido peculiar. Y únicamente en este sentido
se puede hablar de verdad o falsedad el hombre mítico se mueve fuera de este
ámbito. Solo como algo que es pueden de las cosas verdaderas o falsas. La forma
mas antigua de este despertar de las cosas en su verdad es el asombro. Y por esto
es la raíz de la filosofía.

CONCEPTOS DE LA FILOSOFIA

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Por filosofía se han entendido principalmente dos cosas: una ciencia y un modo de
vida. La palabra filósofo ha envuelto en si las dos significantes distintas del hombre
que posee un cierto saber y del hombre que vive y se comparta de un modo
peculiar.

Filosofía como ciencia y filosofía como modo de vida, son dos maneras de
entenderla que han alternando y a veces hasta convivido. Ya desde los comienzos,
en la filosofía griega, se ha hablado siempre de una cierta vida teórica, y al mismo
tiempo todo ha sido un saber, una especulación. Es menester comprender la
filosofía de modo que en la idea que de ella tengamos quepan, a la vez, las dos
cosas. Ambas son, en definitiva, verdaderas, puesto que han constituido la realidad
filosófica misma. Y solo podrá encontrarse la plenitud de su sentido y la razón de
esa dualidad en la visión total de esa realidad filosófica; es decir, en la historia de la
filosofía.

Hay una indudable implicación entre los dos modos de entender la filosofía.

El problema de su articulación es, buena parte, el problema filosófico mismo. Pero


podemos comprender que ambas dimensiones son inseparables, y de hecho nunca
se han dado totalmente desligadas. La filosofía es un modo de vida, un modo
esencial que, justamente, consiste en vivir en una cierta ciencia y, por tanto, la
postula y exige. Es, por tanto, una ciencia la que determina el sentido de la vida
filosófica.

La religión, el arte y la filosofía dan al hombre una convicción total acerca del
sentido de la realidad entera; pero no sin esenciales diferencias. La religión es una
certeza recibida por el hombre, dada por Dios gratuitamente: revelada; el hombre
no alcanza por si mismo ese certidumbre, no a la conquista ni es obra suya, sino al
contrario. El arte significa también una cierta convicción en que el hombre se
encuentra y desde la cual interpreta la totalidad de su vida; pero esta creencia, de
origen ciertamente humano, no se justifica a si misma, no puede dar razón de si; no
tiene evidencia propia y es, en suma, irresponsable. La filosofía, por el contrario, es
una certidumbre radical universal que además es autónoma; es decir, la filosofía se

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justifica a sí misma, muestra y prueba constantemente su verdad; se nutre
exclusivamente de evidencia; el filósofo está siempre renovando las razones de su
certeza.

La definición nominal de la filosofía

Es una observación común la de que el verdadero conocimiento de las cosas se


logra con la experiencia de su frecuente trato, cuando hemos llegado adquirir con
ellas una cierta con naturalidad, por la que es efectiva y propiamente se realiza su
personal asimilación. Esto, que en general acontece en todo orden de asuntos,
vale, de una manera especial, para la esfera de los cocimientos científicos, que son
los más difíciles de conseguir.
De ahí que la compresión de la naturaleza y sentido de una ciencia sea más un
resultado tardío y reflexivo – sobre la base de un previo cultivo de la misma -, que
no una labor enteramente apriorística y montada el aire.

Sólo, pues, tras haber filosofado, y no de cualquier modo, sino de una manera
insistente y tenaz, puede llegarse a la posesión de una idea auténtica, realmente
vivida, de lo que es la filosofía.

Sin embargo, tan cierto como esto es que, sin una “idea previa”, todo lo modesta
que se quiera, de lo que es una determinada actividad científica, se nos hace
imposible acometerla, cualquiera que sea el grado o la medida en que ellos se
intente. De ahí la conveniencia, en nuestro caso, de una inicial aproximación a la
esencia del saber filosófico.

En general, toda definición puede verificarse de una doble manera: como definición
nominal o como definición real, según se atienda, respectivamente, a la palabra o
nombre con que designamos a una cosa, o a la propia y formal constitución, cuya
esencia se busca de la cosa nombrada. La definición nominal ofrece, pues, la
significación de una palabra; en tanto que la definición real es expresiva de la
esencia de una cosa.
Conviene, pues, que antes de elucidar la noción esencial de la filosofía, se
considera aquí la significación de la palabra con la cual la nombramos. Pero la

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propia definición nominal es susceptible, a su vez, de 2 modalidades: la
etimológica y la sinonímica, según que el método de que nos valgamos para
manifestar la significación de un término sea el recurso a su origen, o la aclaración
por otras voces más conocidas y de pareja significación.

La definición etimológica e suna especie de genealogía verbal; una cierta


hermenéutica histórica de las palabras. La de la voz castellana “filosofía” no es otra
que su procedencia de la latina philosophia, eco, a su vez, de la voz griega de
análogo sonido.

Mas la anécdota vale en cualquier caso como emblema de noble y desinteresado


afán que conduce la búsqueda del saber y que se ha conversado, durante
milenios, como uno de los rasgos esenciales de la actitud filosófica.

El verbo “filosofar” se encuentra en HERODOTO, quien atribuye a CRESO la


siguiente frase, dirigida a SOLON: “he oído que, por el placer de la especulación,
has recorrido filosofando, mucho países” .Y TUCÍDIDES pone en boca de
PERICLES, quien se dirige a los atenienses, estas otras palabras: “amamos la
belleza con simplicidad y filosofamos sin timidez “.

La articulación mas coherente de los dos elementos que entran en la voz “filosofía”
y, al propio tiempo, su más penetrante exégesis , es la que hace PLATÓN en el
“banquete “. Apoyando en la mitología de EROS, el discípulo de SOCRATES hace
decir a éste, al que finge inspirado por la sacerdotisa de Mantinea, que el amor no
es un dios, sino un ser intermedio entre dioses y hombres. Hijo de POROS (la
abundancia) y PENIA (la escasez o penuria), participa, a la vez, del opuesto
carácter de sus progenitores. No es, pues, ni la opulencia misma, ni la pura miseria;
ni la cabal posesión, ni la indigencia estricta y absoluta. La filosofía, por tanto, no es
ignorancia ni sabiduría, sino algo que no tiene el ignorante (que no siquiera llega a
percatarse de su propia ignorancia), y de los cual está dispensado el sabio. En
rigor, la “modestia” socrática, por la q’ se concibe a la sabiduría como algo divino,
mas allá de los limites de nuestra natural capacidad, es la expresión de la filosofía
como justa medida de la posibilidad intelectual del hombre. La ignorancia total es
infrahumana; únicamente la filosofía es natural y propiamente humana.

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Esta versión de la filosofía como vislumbre de algo que no llega alcanzarse por
completo, como un remoto atisbo de la sabiduría, es la más honda significación de
la teoría platónica del reflejo o participación de ella, que al hombre le es posible
conseguir. De tal suerte, por tanto , que lo que este saber tiene de “humano”, le
falta de “saber”, y es así ,esencialmente, una tensión ,mas que una posesión o un
verdadero logro.

Nuestra lengua carece de una correspondencia sinonímica estricta de la palabra


“filosofía”. En compensación, muestra cierta abundancia vocablos y giros
relativamente afines. Como es natural, todos ellos traducen de algún modo
corrientes y doctrinas filosóficas que han impregnándola literatura y el idioma usual.

Por lo demás, es muy explicable que lo que ha trascendido al lenguaje común sea
mas bien la resonancia practicas y las acepciones concretas, que no los contenidos
puramente teóricos de esas concepciones. Por su especial influjo merecen
destacarse entre ellas el antiguo estoicismo, la tradición escolástica y, por ultimo, la
corriente moderna positivista.

La huella del estoicismo se advierte en nuestra lengua en los giros y términos que
expresan una idea de la filosofía como actitud serena ante la vida las vicisitudes de
la existencia humana.

En un lejano eco del viejo ideal practico del “sabio”,ya formulado en Grecia y que
Roma acogió con entusiasmo; idea en la cual la sabiduría, mas que un sistema de
especulaciones, constituye un estilo y un tono existencial. En su virtud, es filosofo
solo aquel “sabe” conservar el dominio de si mismo, tanto en el éxito como en el
infortunio; el que mantiene imperturbable el animo en cualquier ocasión. “Tomar las
cosas con filosofía” es unas frase que deriva de esta actitud; lo mismo que el
empleo de nuestro termino como sinónimo de “calma” y de “paciencia”, ya aun de
una cierta idea, no exenta de ironía en ocasiones, de sosegada resignación y
consuelo.

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La tradición del escolacitismo, castiza en nuestra patria, se manifiesta con el
empleo de términos tales como los de “ciencia” y “sabiduría” en su acepción
puramente secular, contra distinta del sentido y origen sobrenatural y divino de la fe
y la sagrada teología. La filosofía es, así, mera sabiduría del siglo, por opocision a
la teología de la fe, se ampara en el dato revelado.

Es verdaderamente notable la riqueza que tiene nuestra lengua en vocablos de


origen escolástico y de la más clara e intencionada acepción metafísica. Pero la
misma idea del saber filosófico, tal como esa tradición entiende, no es traducido
siempre con el mismo acierto, en ocasiones se le designa denominando al todo por
la parte, como cuando se le hace equivalentes a la de la “metafísica”; otras veces
se atiende demasiado a las connotaciones practicas del termino y se llega a
identificar con las “prudencia”, que aunque es, sin duda, un vocablo de muy ilustre
abolengo en la escuela, solo se designa una especial virtud, y aun en este sentido
no se mantiene puro en nuestro idioma, si no que se halla en una cierta
promiscuidad con las ya mencionadas resonancias estoicas; etc.

En general, no obstante, y como fruto y presencia de la concepción escolástica, la


voz “filosofía” se toma en castellano como designativa de la suprema ciencia natural
humana.

Por ultimo, el “positivismo” a dejado sus huellas en este genero de sinonimias a


través de la idea peyorativa, que, respecto al primero de la metafísica y mas tarde
de la filosofía en general, estuvo en Boga en pasado siglo. Así, es frecuente utilizar
el término “filosofía” para expresar todo lo que parece una “elucubración sin
fundamentos”, una “mera abstracción” o hasta una “logomaquia”. Es muy curioso el
uso del plural para estas acepciones; algo parecido con lo que acontece con el
termino “historia”.

El “dejarse de historias” y el “todo eso son puras filosofías” constituyen dos dichos
típicamente ejemplares.

Independiente del positivismo, aunque a veces mezclada con el, existe en


castellano una acepción del termino “filosofo” que significa, en general, todo hombre

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abstraído y, por lo mismo, despreocupado de la mas inmediata y urgente
realidades.

Que no se trata siempre de una acepción despectiva, pruébalo del hecho de que
con frecuencia el “sabio distraído” es sujeto mas bien de una benévola y
complaciente hilaridad. La anécdota de Tales de Mileto, quien por ir contemplando
las estrellas se precipito en un pozo, es más risueña que moralizante

LA ACTITUD FILOSÓFICA

La realidad circundante, el entorno esta allí cual espectáculo cuyo escenario es la


naturaleza. Pues bien, hay quienes en actitud espontánea y natural la observa y la
describe tal y como se da. Hay así mismo quienes en la actitud especulativa, caso
del científico, para entender mejor esa realidad la separan por estadios. Hay
también quienes admirados de esa realidad se extrañan de que las cosas se den
tales como ahí están y totalizando dicha realidad intentan hablar los principio y el
fundamento de las mismas. Esa disposición de la mente impulsada por factores

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psicológicos que se traducen en asombró y curiosidad en lo que se denomina
actitud filosófica.

La filosofía es un que hacer permanente en busca de la verdad primera, y ultima. La


actitud filosófica que es la que mueve este que hacer, pasa por tres fases, la
primera consiste en la presentación del problema al que lo ha llevado el asombro y
la curiosidad por lo total. La segunda esta constituida por la recepción mental de los
datos y la organización de los mismos; y la tercera se realiza, cuando la voluntad
reflexiva discrimina lo que de universal y permanente tienen esos datos con el
objeto de construir el conocimiento total.

La primera fase de este proceso se denomina disposición problemática y por ella se


problemátiza todo lo que ha conmovido el asombro y la curiosidad del hombre
cuando pregunta extrañado del como y el por que de esa realidad. La segunda, la
disposición teorética, se pone en marcha cuando intenta responder a las preguntas
arriba mencionadas. Observa y contempla acumulando los datos en forma teórica y
luego se fija pautas, esto es, métodos para darle coherencia a dichos datos y poder
llegar saber total de los mismos. Así, contemplando en forma critica y organizando
especulativamente aquellos datos, la disposición teorética construye todo un
sistema de ideas. La tercera, la mas filosófica, es la voluntad de abstracción, que
finalmente permite separar de todo los datos, lo universal de lo particular y lo
esencial de los circunstancial dándole unidad y sentido al sistema de ideas sobre la
realidad.
Retomando el ejemplo que nos está ilustrando, si la misma pregunta sobre qué es
la realidad se la formulamos a un filósofo, un hombre de preparación de alto nivel,
nos responderá que la realidad la constituyen el universo, el hombre, la cultura y
también dios, pues incluso para los pensadores ateos éste ultimo problema no lo
pueden soslayar. Como se puede advertir, a diferencia del hombre vulgar y del
científico, el filósofo pretende explicar la realidad por sus causas primeras y ultimas,
construyendo a través de una profunda reflexión fundamental una combinación de
asuntos, esto es, un sistema que haga posible la explicación total de esa realidad y
nos descubra el velo del por qué las cosas están ahí y por qué así suceden los
fenómenos.

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El conocimiento filosófico, fruto de la actividad filosófica que hemos descrito, resulta
si caracterizado en primer lugar por ser problemático en tanto todo lo cuestiona,
desde los conocimientos adquiridos hasta los métodos utilizados para obtenerlos,
poniéndose en tela de juicio, dudando metódicamente.

El conocimiento filosófico es así mismo crítico, pero crítico no en el sentido


científico que establecer críticas respecto de las posibilidades de llegar a la verdad
por la experiencia y la comprobación, si no en sentido filosófico en tanto plantea
críticas respecto de las posibilidades de la razón, para determinar el valor de los
datos de la realidad integrados es un conocimiento total y no especial como el
científico.

La ciencia es evidentemente limitada y condicionada por su propio campo


específico donde se mueve y los métodos especiales que utiliza. Se traza un
objetivo determinado y va en línea hacia él. El conocimiento filosófico es cambio,
totalizando, rompe los esquemas que coactan a la ciencia y comienza su trabajo a
partir de donde aquella llega.

Por eso se afirma que la filosofía empieza en el punto donde la ciencia termina. El
conocimiento filosófico resulta así entonces irrestricto y por eso es un saber
incondicionado

CARACTERÍSTICAS DE LA FILOSOFÍA

1. Radicalidad.
Pensemos en un matemático. Este trabaja con números (naturales, reales,
racionales, irracionales, etc.) sin embargo en tanto y en cuando matemática no se
pregunta acerca de la naturaleza del numero, la pregunta “¿Qué es el numero?” y la
respectiva respuesta es algo que escapa de su ámbito. A lo mucho da una
respuesta intuitiva u operacional: “los números son símbolos que representan

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cantidad”. Con ello se da, en cuanto matemática, por satisfecho; esto ya n se
preocupa por analizar si dicha respuesta es o no es ala adecuada basta que
“parezca” verosímil, que permita el proseguir de su labor matemática.

Sin embargo el filósofo no trabaja así sino que una vez hecha la pregunta y dada y
comprometida la respuesta, la pone a prueba sea empírica o sea conceptualmente.
Por ejemplo, una persona que pensara filosóficamente diría respecto a la respuesta
del matemático de nuestro ejemplo; el termino “dos” son tres letras que simbolizan
una cantidad (la cantidad dos, esto es, dos unidades) sin embargo no es un
numero. Ello contradice pues la definición del número dado por el matemático. Y se
volvería a preguntar “¿Qué es el número?”. Y buscaría ayuda, no ya solo en su
propio pensar sino que también investigaría lo que otras personas han respondido
respecto al mismo asunto y pondría a prueba cada una de esas respuestas y, si
ninguna le satisface, buscaría dar su propia respuesta en base a las dificultades
encontradas por el en las respuestas anteriores.

Ahora bien, como ya hemos dicho, el preguntarse por la esencia o ser del numero
no es un problema del matemático como matemático, pero si del filosofo de las
matemáticas.

Veamos otro caso. La mecánica de Newton sostiene en su famosa ley la inercia


que un objeto mantiene una velocidad y trayectoria uniforme a menos una fuerza
distinta actué sobre el. Ello supone una concepción del espacio como una entidad
vacía y a la vez homogénea (puesto que sino es vacía en algún momento el móvil
se detendría y, si no es homogénea entonces la velocidad de este ni podría
mantenerse constante). Sin embargo el físico, en tanto que físico, no problematiza
sobre ello, sino que simplemente lo da por sentado, como un supuesto. Pero el acto
de problematizarlo si es labor del filósofo de la física.

En ese sentido podemos decir que una característica del pensamiento filosófico es
el ser radical, es decir que va a la raíz de las cosas es por ello, no una manera de
pensar sino una manera de pensar sobre como pensamos, en el sentido que piensa
los supuestos o las bases que el pensar mismo da por sentadas en distinta áreas.

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2. Critico.

El argumento de autoridad no es algo que se acomoda muy bien con el


pensamiento filosófico, en ese sentido no se acomoda a la labor filosófica decir que
algo es verdadero porque lo dijo Einstein o porque lo dijo Ortega y Gasset o porque
lo dijo Augusto Salazar Bondy sino que las ideas, las tesis de dichos pensadores
son estudiadas, vueltas a pensar y discutidas antes de ser aceptadas, en ese
sentido se dice que el pensamiento filosófico tiene como otra se sus características
el ser critico.

Cuando decimos que el saber filosófico es critico, obviamente no lo decimos en el


sentido del “criticón”, de aquel que busca defectos y errores por todas partes, sino
en el sentido de la persona que goza de su autonomía intelectual, que gusta de
ejercitar su propia racionalidad y su propio pensar antes de aceptar algo porque
alguien famoso lo dijo o porque todos lo piensan así. Obviamente tampoco se trata
del “rebelde” o “radical” que se va a extremos o que busca siempre ir contra la
corriente sino de la persona que ama su libertad intelectual y que no permite que
otros piensen por el cuando el mismo puede hacerlo.

Este ideal de saber critico es algo que ha estado presente desde los orígenes del
pensamiento filosófico y fue expresado de manera magistral en el siglo XVIII por
Kant con las siguiente palabras “ten el valor de servirte de tu propia razón”.

3. Analítico.

Así pues, el pensamiento filosófico, por el mismo hecho de ser radical y critico, no
puede dejar de estudiarlo todo, de problematizarlo todo y para ello tiene que ir
desmontando delicadamente un asunto, tiene que ir dividiendo un tema, tesis u
opinión, en sus partes mínimas constitutivas para estudiarlas y discutirlas una a
una, en ese sentido se dice que es analítico.

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Por ello se puede decir que el pensamiento filosófico secciona o disecciona un
problema o un asunto, va desmontando pieza por pieza y parte por parte un asunto
o tema de estudio.

4. Sistemático.

Por lo anterior no es un pensamiento desordenado sino que sigue un orden, una


manera de pensar y estudiar las cosas que puede ser comprendida por cualquier
persona y, también, discutida por ella. Es debido a ello que se sostiene que es
sistemático.

Debido a lo señalado, el pensamiento filosófico, aunque suene un poco


contradictorio, no es patrimonio exclusivo del filósofo profesional sino que cualquier
persona con bagaje suficiente podrá pensar de manera filosófica incluso en áreas
profesionales distintas a las de la filosofía propiamente dicha.

DISCIPLINAS FILOSOFICAS

En primer lugar abría que mencionar que actualmente con la diversificación,


especialización y explosión tanto desde un punto de vista cuantitativo como
cualitativo el ramillete de disciplina filosófica se a ampliado. Así los progresos
gigantescos realizados en inteligencia artificial a dado origen a una disciplina
filosófica relativamente nueva llamada filosofía de la inteligencia artificial. La
separación de la lógica de la filosofía y el cobro de su autonomía del siglo XIX a
dado origen a la filosófica de la lógica, etc.

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A pesar de lo anterior, habido una serie de temas que han estado presentes en las
discusiones filosóficas desde antiguo. Estas temáticas eran objetos de estudio de
las así llamadas “disciplina filosóficas tradicionales”. Veamos las siguientes
disciplinas filosóficas:

La metafísica: Estudia los seres ultrasensibles, los que están mas allá de los seres
físicos. Es una disciplina que pretende formular una concepción integral de la
realidad y de los principios más generales que la rigen. Son temas metafísicos los
diferentes niveles o estratos que constituyen lo real, tales como el nivel de los
objetos materiales, como lo cuerpos físicos el nivel de los objetos conceptuales,
llamados ideales, como los números, etc.

Ontología: Estudia al ser en cuanto ser y sus propiedades esenciales. Es la


disciplina que se encarga del estudio del ser de las cosas y de la realidad. El tema
antológico fundamental es el referente al problema planteado por la pregunta ¿Cuál
es el fundamento ultimo de la realidad?

Gnoseología: O teoría del conocimiento. Se ocupa de estudiar los principales


problemas del conocimiento y la verdad. Es la disciplina que se ocupa del estudio
de la validez del conocimiento y de las formas como se establece esta validez.

Aborda tradicionalmente es el del conocimiento en general, por ejemplo, los


problemas de que es lo que podemos conocer, con que grado de certeza o
certidumbre conocemos, el problema de si conocemos la realidad tal y como es en
si mismo o tal y como esta se nos presenta a nosotros en tanto seres humanos.
¿Cómo sabemos que nuestro conocimiento acerca de un hecho, seceso o
fenómenos es correcto? Es también otro problema abordado por esta disciplina.

Un caso talvez ayude mejor a entender la relevancia de este punto. Cuando


estamos en la escuela, la universidad o el colegio usualmente estamos seguros de
que nuestra casa sigue en donde esta, casi nunca nos asaltan dudas sobre si se
mantiene en pie o ha desaparecido, no obstante ¿Qué pruebas tenemos de que
sigue donde esta?

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Pues bien, problemas como estos y otros similares son abordados por la disciplina
filosófica de la gnoseología.

Epistemología: Analiza los fenómenos de la naturaleza y los métodos científicos


que se emplea para conocerlos. Es una disciplina más específica que la
gnoseología y estudia la validez del conocimiento científico, la estructura de las
teorías científicas, la naturaleza del método científico, el lenguaje de la ciencia, etc.
Esta disciplina esta muy ligada a la gnoseología y, prácticamente, ellas no se
pueden cultivar separadamente.

Actualmente nadie duda de la importancia d la ciencia y su derivado; la tecnología o


tecno-ciencia. Los científicos trabajan con leyes científicas y un conjunto de
creencias y teorías científicas rigen su accionar en tanto científicos pero ¿Qué es
una ley científica? ¿Cuál es la estructura lógica de una teoría científica? ¿Qué es
una hipótesis científica? ¿Cómo se formula una hipótesis científica?

Igualmente, todos sabemos que la ciencia física actual es distinta que la de la


época de Aristóteles o que la astronomía actual es radicalmente distinta de la
astronomía de la Europa Medieval. Esto lleva a formular preguntas como ¿Por qué
la ciencia cambia? ¿Los conocimientos científicos actuales han surgido como un
desarrollo de los conocimientos científicos pasados o son más bien
inconmensurables con estos?

Teología: Estudia lo problemas referente a la divinidad. Pruebas de la existencia de


Dios. Es la disciplina filosófica tradicional que se encarga del estudio de los
problemas referente a la divinidad. Una cuestión teológica clásica es la relacionada
con la búsqueda de pruebas racionales de la existencia de Dios.

Cosmología: Ciencia que estudia las leyes generales de la estructura del universo
considerado como un todo sistemático.

Antropología filosófica: Ciencia que estudia el mundo material del hombre, como
ser existente en el mundo y su historia. Es la disciplina que se encarga del estudio

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de los problemas que plantea la existencia humana concreta en relación con las
condiciones históricas, económicas, sociales y culturales. Esta muy relacionada con
la interpretación filosófica de la historia (filosofía de la historia) y con el análisis y
critica de la cultura (filosofía de la cultura).
La historia de la filosofía es una disciplina que, aunque de carácter histórico, es
considerada filosófica, por que todo estudio del pensamiento filosófico a través del
tiempo requiere interpretaciones y análisis filosóficos.

Teleología: Teoría de los fines. Es el estudio de los fines o de la finalidad modo de


explicar el acontecer natural mediante causas finales (telos = fin, y logos =
tratados).

Lógica: Estudia las leyes que regulan el pensamiento. Es una disciplina que se
ocupa del estudio de los procesos deductivos o demostrativos. Tradicionalmente se
le ha definido como el estudio de la inferencia.

Es indispensable puntualizar que la lógica puede ser considerada una disciplina


filosófica, porque es un instrumento de análisis de la ciencia al cual recurren los
epistemòlogos y porque es su seno todavía tienen lugar problemas filosóficos
tradicionales como los relativos al establecimiento de una teoría de la verdad.
Sin embargo, la parte de la lógica que contemporáneamente se llama lógica
matemática es una ciencia formal o estructural cuya precisión y exactitud solo
encuentra semejanza en la matemática y su objeto de estudio es la demostración o
la prueba. Por tanto, la lógica matemática pertenece completamente al nivel
científico.

La ética: Se ocupa de los actos humanos considerados buenos o malos,


relacionados con la conducta.
Es la disciplina que tiene como objeto de estudiosos sistemas morales y las normas
que lo integran.

Otro problema importante es el problema de la bueno y lo malo o, si queremos


resumirlo, el problema del bien. Por ejemplo, en algunos grupos esquimales es una

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costumbre arraigada el que si un amigo muy querido va ah visitarnos y este se tiene
que quedar en casa a pasar la noche, el dueño de la casa le “preste” a su mujer
para que pase la noche con el, el no hacerlo seria considerado una conducta
impropia.
¿Qué es, pues, el bien? ¿Cuál es su fundamento? ¿Es relativo o absoluto? Estas y
otras preguntas son abordadas por la disciplina de la ética.

La estética: Estudia lo bello y valores estéticos así como los problemas del arte. Es
una disciplina filosófica que se encarga del estudio de las expresiones artísticas,
estudia, entre otras cuestiones, en que consiste el valor del arte.

Un problema filosófico tradicional es el problema de la belleza. A todos nos debe


haber sucedido que frente a un cuadro o escultura de un artista de renombre no a
embargado una emoción sobrecogedora, pero también en algunos casos, no
hallamos sentido nada en especial mientras que otros espectadores se sentían a
diferencia de nosotros, sobre cogidos por la belleza de estas.

También a muchos les debe parecer la Venus de Milo la escultura de una señorita
(o señora) algo gruesa y les debe maravillar que en alguna época halla sido
considerada el paradigma de belleza femenina. Seguramente la modelo que sirvió
de inspiración al escultor, si reviviera, calificaría a nuestras actuales bellezas, como
unas flacuchas y escuálidas y se sentiría ofendida si no se la dejara participar en
Miss Mundo.

¿Qué es pues lo bello? ¿Por qué hay diversas concepciones acerca de la belleza?
¿Por qué lo que hará un individuo, un pueblo o una cultura o una sociedad o un
grupo humano es bello para otros no lo es? Estas y otras interrogantes
relacionadas todas con el problema de la belleza son abordadas por la estética,
disciplina filosófica que se ocupa de este asunto.

La axiología: Es la disciplina cuyo objetivo de estudio son los valores, tales como
“lo bueno”, “lo justo”, “lo bello”, etc. Son temas axiológicos lo referentes a la manera
como conocemos los valores y el fundamento y validez de las afirmaciones

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valorativas, llamadas también juicios valorativos. La axiología esta íntimamente
ligada a la ética y prácticamente no puede tratárselas independientemente.

Imaginemos que se nos presenta la siguiente disyuntiva; nuestro ser mas querido
necesita un transplante de corazón para poder seguir viviendo y los médicos
determinan que el nuestro es el único fisiológicamente compatible de entre todos
los donantes potenciales; ¿Qué haríamos en una situación semejante?

Obviamente depende de cuales sean los valores que prioricemos. Este y otros
problemas son estudiados por la axiología, disciplina filosófica tradicional que se
ocupa del problema del valor.

La semiótica: Disciplina que estudia el sistema de los SINOS dentro de la vida


social. Corresponde:

*SEMANTICA: Estudia el sentido de los SIGNOS.


*SINTAXIS: Estudia las reglas de la combinación de los signos.
*PRAGMATICA: Estudia el uso de los signos.

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LA FILOSOFIA COMO CIENCIA

Por lo pronto, concebimos al filósofo principalmente como conocedor del conjunto


de las cosas, en cuanto es posible, pero sin tener la ciencia de cada una de ellas en
particular. En seguida, el que puede llegar al conocimiento de las cosas arduas,
aquellas a las que no se llegan sino venciendo graves dificultades, ¿no lo
llamaremos filósofo? En efecto, conocer por los sentidos es una facultad común a
todos y el conocimiento que se adquiere sin esfuerzos no tiene nada de filosófico.
Por último, el que tiene las nociones más rigurosas de las causas, y que mejor las
enseña es más filósofo que todos los demás en todas las ciencias. Y entre todas las
ciencias, aquella que se busca por sí misma, sólo por el ansia de saber, es más
filosófica que la que se estudia por sus resultados; así como la que domina a las
demás es más filosófica que la que está subordinada a cualquiera otra. No, el
filósofo no debe recibir leyes, y sí darlas; ni es preciso que obedezca a otro sino
que debe obedecerle el que sea menos filósofo.

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Tales son, en suma, los modos que tenemos de concebir la filosofía y los filósofos.
Ahora bien: el filósofo, que posee perfectamente la ciencia de lo general, tiene por
necesidad la ciencia de todas las cosas, porque un hombre de tales circunstancias
sabe en cierta manera todo lo que se encuentra comprendido bajo lo general. Pero
puede decirse también, que le es muy difícil llegar a los conocimientos más
generales; ya que las cosas que son su objeto están mucho más distantes del
alcance de los sentidos.

De todo lo que acabamos de decir sobre la misma ciencia, resulta la definición de la


filosofía que buscamos. Es imprescindible que sea la ciencia teórica de los primeros
principios y de las primeras causas. Y que no es una ciencia práctica, lo prueba el
ejemplo de los primeros que han filosofado. Lo que en un principio movió a los
hombres a hacer las primeras indagaciones filosóficas, que como lo es hoy, la
admiración. Entre los objetos que admiraban y de que no podían darse la razón; se
aplicaron primero a los que estaban a su alcance; después, avanzando paso a
paso, quisieron explicar los más grandes fenómenos; por ejemplo, las diversas
fases de la luna, el curso del sol y de los astros, y, por .último, la formación del
universo. Ir en busca de una explicación y admirarse, es reconocer que se ignora. Y
así puede decirse, que el amigo de la ciencia lo es en cierta manera de los mitos,
porque el asunto de los mitos es lo maravilloso. Por consiguiente, si los primeros
pensadores filosofaron para librarse de la ignorancia, es evidente que se
consagraron a la ciencia para saber, y no por miras de utilidad.

El fin que nos proponemos en nuestra empresa, debe de ser una admiración
contraria, si puedo decirlo así, a la que provocan las primeras indagaciones en toda
ciencia. En efecto, las ciencias como ya hemos observado, tienen siempre su
origen en la admiración o asombro que inspira la realidad de las cosas; como, por
ejemplo, las maravillas que se presentan a nuestros ojos, el asombro que inspiran
las revoluciones del solo lo inconmensurable de la relación del diámetro con la
circunferencia a los que no han examinado aún la causa. Es algo que sorprende a
todos que una cantidad no pueda ser medida ni aun por una medida pequeñísima.
Pues bien, nosotros necesitamos participar de una admiración contraria: lo mejor
está al fin, como dice el proverbio. A este mejor, en los objetos de que se trata, se

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llega por el conocimiento, porque nada causaría más asombro a un geómetra al
comprobar que la realidad del diámetro con la circunferencia es conmensurable.

Evidentemente es preciso adquirir la ciencia de las causas, puesto que decimos


que se sabe cuando creemos que se conoce la causa primera. Se distinguen cuatro
causas. La primera es la esencia, la forma propia de cada cosa, porque lo que hace
que una cosa sea, está toda entera en la noción de aquello que ella es la razón
primera, es, por tanto, una causa y un principio, la segunda: es la materia, el sujeto;
fa tercera: el principio' del movimiento, la cuarta: es la causa final de las Cosas: el
bien que es el fin de toda realización".

El proceso que hemos descrito permite formarse una idea de la filosofía. La filosofía
comienza cuando surge el afán de utilizar la razón para tratar de resolver los
grandes interrogantes que encuentra el hombre en su existencia. El primer gran
problema que intenta resolver de manera racional es el de descubrir la verdadera
realidad. Desde tiempos inmemorables se tenía conciencia de que hay cosas
aparentes y cosas reales. Por ejemplo, el espejismo es una apariencia de agua,
pero no es agua real, agua verdadera. Asimismo, el hielo es completamente
diferente del agua. Si una persona que nunca ha visto hielo lo ve por primera vez,
tiene la impresión de que se trata de una materia distinta.

Sin embargo si lo observa suficientemente y se da cuenta de que se derrite con el


calor y se transforma en agua, comprenderá que se trata de la misma sustancia.
Pero, antes de los primeros filósofos griegos, no se sabía tratado de comprender en
que consistían la apariencia y la realidad ni por qué una misma sustancia podía
adquirir aspectos diferentes. Y sin embargo se trata de un problema fundamental,
porque mientras no se resuelva nunca se puede estar seguro de la verdad de
nuestros conocimientos. Un conocimiento es verdadero cuando lo que se conoce
es, efectivamente, como se cree que es. Pero si no se puede distinguir entre lo
realmente es y lo que sólo es en apariencia, entonces no puede distinguirse entre lo
verdadero y lo falso y el conocimiento no puede constituirse.

Los viejos mitos helénicos no ofrecían ninguna garantía de verdad. Se creía en


ellos de manera ingenua, pero si se analizaba por medio de la razón si

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correspondían, es decir, que eran falsos. Fue ese descubrimiento trascendental lo
que dio, seguramente, origen a las primeras manifestaciones de la filosofía.

El descubrimiento de la falsedad del mito produjo desconcierto y angustia, porque el


mito era considerado como el fundamento ultimo que permitía comprender el origen
y la estructura de la realidad. Por eso es necesario tratar de encontrar un nuevo
fundamento por medio de la razón, de manera que pudieran hallarse conocimientos
más sólidos. La multiplicidad y la fugacidad de los fenómenos de la naturaleza
hacia pensar que no revelaban la verdadera realidad. Los colores, las formas, la
consistencia, la estructura misma de las cosas, cambiaba con el transcurso del
tiempo y a veces, hasta con las horas del día. Más allá de estos cambios y de estas
apariencias debía existir algo real verdadero, que no cambiase pero que permitiese
comprender el cambio. Este fundamento ultimo de las cosas, esta verdadera
realidad fue llamada “Arje” (comienzo, origen) por Tales de Mileto y los primeros
filósofos griegos y luego “ser” por sus continuadores. La filosofía inicia, así, su
marcha, buscando el ser de las cosas, la realidad verdadera y última.

Pero pronto los filósofos se dan cuenta de que se trata de un problema que
presenta enormes dificultades. Aunque la razón es capaz de descubrir verdades
importantes en el campo de la matemática y de la astronomía, cuando se trata de
descubrir el ser de las cosas, la realidad subyacente a los fenómenos huidizos y
variables, se encuentran dificultades abismáticas. La razón parece perder piso, no
puede llegar a conclusiones definitivas. Para unos filósofos como Tales el origen
de todo es el agua, para otros como su discípulo Anaxìmenes, es el aire. Para
Empedoclès hay cuatro elementos que constituyen la realidad, de los cuales
derivan todas las sustancias: el agua, el aire, el fuego, la tierra. Para Anaxàgoras
hay infinitos elementos diferentes que al mezclarse entre sí en diversas
proporciones dan origen a las diversas materias. Demòcrito plantea, por vez
primera, una teoría atómica rudimentaria, adelantándose en más de dos milenios a
la ciencia moderna.

Pitágoras pensó que el ser de las cosas estaba constituido por el número. Es difícil
después de tantos siglos captar plenamente el significado d esta afirmación. Lo más
probable es que Pitágoras considerara que comprenderse las relaciones entre los

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números podían comprenderse las relaciones reales entre las cosas. En esta tesis
esta en germen la moderna utilización de la matemática para alcanzar el
conocimiento preciso de la realidad. Al concebir el número como la verdadera
realidad, Pitágoras y su escuela, como ya hemos visto, dieron gran impulso a la
matemática y pronto esta ciencia adquirió un notable desarrollo. Se descubrió, así,
un hecho de fundamental importancia que ha gravitado con enorme peso sobre la
historia del pensamiento humano: cuando se trata de alcanzar el conocimiento por
medio de la razón, se encuentra que hay conocimientos que se pueden adquirir de
manera exacta y que presentan grandes dificultades. El conocimiento matemático
es del primer tipo, mientras que el conocimiento de la realidad última, del Arje o del
ser, es del segundo tipo.

En un principio no se distingue entre filosofía y ciencia, ambas denominaciones


remiten al conocimiento racional de los grandes temas que interesan al hombre.
Pero poco a poco se comienzan a diferenciar los temas que presentan dificultades
a veces insondables, al análisis racional, de aquellos que pueden ser conocidos de
manera segura, sistemática y permanente. De todos los temas, el más profundo y
el más difícil de analizar racionalmente es el conocimiento del ser de las cosas y del
origen de la realidad. Este tema que Aristóteles llama filosofía primera y que con el
tiempo comienza a llamarse metafísica, constituye tradicionalmente el campo
central de la filosofía. En cambo los temas que puedan abordarse mediante una
metodología segura y en cuyo conocimiento se puede avanzar y progresar cada
vez mas, comienzan a formar parte de la ciencia.

En la actualidad es usual establecer una diferencia nítida entre filosofía y ciencia.


Se reconoce naturalmente que tienen un origen común: la utilización de la razón
como medio para enfrentarse a los grandes problemas teóricos y prácticos que
atañen a la existencia humana. Pero se considera que, debido a que la primera
aborda temas de especial dificultad algunos de los cuales parecen no poder ser
resueltos de manera definitiva, mientras que la segunda puede avanzar de manera
segura, no se les puede identificar. La ciencia es una disciplina que puede alcanzar,
en alta medida, un conocimiento sólido de los temas que estudia mientras que la
filosofía es una disciplina que, en la mayoría de los casos, no puede avanzar de
manera segura.

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LA FILOSOFÍA EN LA ACTUALIDAD

La época actual se gesta hacia los años 40 cuando el campo de la


filosofía y la historia surgen grupos con la clara conciencia de permanecer a un
periodo posterior aquel que había visto nacer los grandes planteamientos
socialistas .En el caso de la filosofía se trata de un grupo compacto ,que ah sido
probablemente el mas brillante de la historia de esta disciplina en el Perú :
Cuesto ,Alarco, Wagner ,Miro-Quezada ,Peñaloza ,entre otros. N o llega a construir
una generación, porque no tiene un programa común, no obstante, plantea,
rigorizar el mayor sustento histórico. En el caso de la generación de la sociedad
peruana de historia, que se firmo en 1945 reuniendo dos promociones distintas, su
programa incluye nuevas condiciones de trabajo según una vocación autentica y
principios científicos, la renovación de los métodos de trabajo y la profesionalización
(C. PACHECO VELEZ).

Luego se aprecia una incisión fundamental en el desarrollo de la ideas en el Perú


hacia en año 60: en el área de la filosofía comienza su acción un nuevo grupo cuya
figura mas visible y carismática es Augusto Salazar Bondy; en el campo de la
matemáticas se inicia la vigencia de una grupo que se había formado gracias a las
enseñanzas de Alfred Rosenblatt; en la física peruana empieza una nueva época
cuando hacia 1962 se crea en la universidad de ingeniería la facultad de ciencias
físicas y matemáticas; en el sector de la investigación biomédica, comienza la

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fructífera acción de la universidad peruana de Ciencia Medicas y Biológicas
posteriormente Cayetano Heredia, la arqueología peruana se reanima debido al
impacto norteamericano de los años 50 y en la década del 60 empieza ah trabajar
la generación que según el vocabulario de Ortega esta actualmente en el poder:
Cardich, Lumbrers, Fung.

CONCLUSIONES

Como nos pudimos dar cuenta la filosofía se originó cuando el hombre se ve


impulsado a saciar un apetito puramente cognoscitivo, es decir, cuando busca
saber sólo por el saber, como un fin en sí mismo y no como un medio para obtener
alguna cosa.
La filosofía se plantea y trata de resolver interrogantes para satisfacer la curiosidad
despertada por los enigmas que obstaculizan una buena comprensión de la
realidad.
En nuestra época, la filosofía ha perdido partes de conocimiento, a medida que la
ciencia ha tomado cuerpo y se ha desarrollado en numerosas especialidades. Pero
aún así, siempre queda y probablemente quedará un margen para especular y
razonar sobre el sentido de la vida y del universo, y sobre ese margen el
pensamiento filosófico seguirá vigente.

1. Captar el sentido de la pregunta filosófica por el hombre.

2. Conocer las diferencias fundamentales de la vida humana con respecto a


cualquier otro tipo de vida y, en especial, la animal.

3. Comprender la naturaleza del conocimiento humano.

4. Diferenciar las tendencias y, sobre todo, deseo y voluntad.

5. Comprender el sentido de la libertad humana.

6. Comprender el papel preciso de los sentimientos en la vida del ser humano.

7. Asumir y valorar el cuerpo humano como rasgo esencial de la persona humana.

8. Entender la definición de persona.

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9. Valorar el concepto de dignidad humana.

10. Aceptar y vivenciar la igualdad hombre-mujer asumiendo su


complementariedad.

11. Vivenciar razonadamente la apertura al otro como nota constitutiva de la


persona humana.

12. Valorar el papel del amor y la amistad en la construcción social.

13. Reflexionar serenamente sobre el hecho de la muerte.

14. Comprender la racionalidad y existencialidad de la pregunta por el sentido.

REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

 MARIAS, J (2002) Historia de la filosofía. Barcelona –


España. Edit. Ariel.
 KATAYAMA OMURA, R (2003) Introducción a la filosofía.
Lima – Perú. Edit. Universitaria.
 MIRO QUEZADA, F (1981) Para iniciarse en la filosofía.
Lima – Peru. Edit. Printed in Peru.
 MILLAN, A (1955) Fundamentos de Filosofía. Madrid –
España.
Edit. Rialp.S.A.
 BOCHENSKI, I.M. (1947) La filosofía actual. México. Edit.
Impreso
México.ghewuygewyhdshgdhgshgfwfyyyegetfddvdfccddgsvscwtcw
ccfwwgfwgvdgvdhola aude
Ecule asofiats ta es een dondeun rio
Principales sofistas

Anaxagoras protagoras
Nacion aarbera
Spstien sque srecorrio grecia

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Durante 40 años enseñando atyena sdisfruto la animista
epericñles donde fuaacusado de ateismos dus ysb
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1 todas la cosas se encuentra n en flujo insesante un mismo
objeto puedo el hombre esla mediadas del las cosas homabre

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