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ENTRE LA REALIDAD Y LA ILUSIÓN:

ILUSIÓN: EL MODELAJE EN MEDELLÍN Y SUS


RESTRICCIONES AL CUERPO DE LA MUJER

LADY NATALIA CASTAÑEDA BETANCUR

UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIA

FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES Y HUMANAS

DEPARTAMENTO DE ANTROPOLOGÍA

MEDELLÍN

2007
ENTRE LA REALIDAD Y LA ILUSIÓN:
ILUSIÓN: EL MODELAJE EN MEDELLÍN Y SUS
RESTRICCIONES AL CUERPO DE LA MUJER

Trabajo de Grado para optar al título de Antropóloga

Asesor: Fernando Uribe Merino

Medellín

Universidad de Antioquia

Facultad de Ciencias Sociales y Humanas

Lady Natalia Castañeda Betancur

2007
TABLA DE CONTENIDO

RESUMEN 6

INTRODUCCIÓN 9

I. Construcción de un ideal 14

II. Medellín: moda, modelos y belleza 28

III. Adherencia a un ideal y lucha por alcanzarlo 42

IV. Qué hay detrás 53

V. Una realidad que duele 69

A MODO DE CONCLUSION 79

BIBLIOGRAFÍA 87
DEDICATORIA

A mis padres por apoyarme desde el primer momento en que decidí dedicarme
a lo que me gusta. Sin sus esfuerzos por darme todo lo necesario, nada de
esto sería posible. Son las personas más maravillosas del mundo y le doy
gracias a la vida por tenerlos conmigo. Los quiero muchísimo.
AGRADECIMIENTOS

Y bueno, llego la hora de dar las gracias a todas aquellas personas que
estuvieron conmigo durante cinco maravillosos años. Gracias a los que me
acompañaron, a los que me enseñaron y a los que me aguantaron. Esta tesis
es motivada por ustedes y para ustedes.

Ahora que finaliza esta primera etapa de mi formación profesional, no queda


más que esperar que este ejercicio académico le sirva para algo a todo el que
lo quiera leer. Es el reflejo de un esfuerzo por producir un buen texto, y para mí
un disfrute y sufrimiento a medida que escribía cada línea… una tesis que tiene
dentro de ella unas ganas inmensas de inquietar y de reflexionar sobre lo que
somos y lo que la sociedad pretende que seamos.

Gracias a mi familia, a mis amigas, a los que me ayudaron en este cuento y a


cada una de las personas que dedicaron una parte de su tiempo para compartir
conmigo sus experiencias e historias. Sin ellos este escrito no sería posible.
Gracias de verdad.
RESUMEN

“Podemos mentir en el lenguaje de la moda, o intentar


decir la verdad, pero a menos que vayamos desnudos
y seamos calvos, es imposible estar callados”
Alison Lurie1

La moda, y todo lo que conlleva, adquiere cada vez más vigencia en nuestra
ciudad, y con el pasar de los días cientos de mujeres ingresan al mundo de la
imagen, girando sus vidas alrededor del ideal de belleza. Es de ello que se
trata este escrito, en la medida en que pretende mostrar que la modernidad
impone ideales e indica la manera adecuada de llevarlos a cabo, aún a costa
de adecuar el cuerpo a nuevos estilos de vida, y causarles desgaste.

No niego que para lograrlo tenía muchos objetivos, algunos de ellos imposibles
de lograr, pero que a la hora de la verdad fueron de gran ayuda para hablar
sobre la moda y su influencia en los cuerpos de hombres y mujeres,
convirtiéndose este fenómeno en una construcción cultural. Identificar la
problemática desde su lado social, acercándome a personas que quisieron
contarme sus historias, y ver en ellas el reflejo de una situación compleja que
nos aqueja a todos, esa fue mi intención. Se trataba de entender la moda y el
modelaje como agentes de regulación, como nuevas presiones ante las cuales
el cuerpo se convierte en objeto de alabanza y admiración; orientándome a
hallar el desgaste al que están expuestos los cuerpos de mujeres de todas las
edades que corren el riesgo de verse involucradas y afectadas, mientras se
aferran a un ideal de belleza im puesto por el modelaje.

La corporalidad de la mujer sufre intensas modificaciones bajo el artificio de la


imagen y su importancia para desempeñarse en el campo del modelaje; “hablar
del desgaste es convertir la esencia social de los fenómenos biopsíquicos

1
LURIE, Alison. El lenguaje de la moda. Una interpretación de las formas de vestir. Ediciones Paidós
Ibérica, S.A., Barcelona, 1994. Pág. 294.

6
humanos en eje interpretativo”2. Y dentro de esa interpretación la belleza ha ido
cambiando, obedeciendo a muchos intereses, teniéndose que acomodar la
mujer a todos esos ideales que le son puestos en frente. Las concepciones que
se tienen del cuerpo cambian, al igual que los estándares de belleza, haciendo
que nuestros cuerpos también se vean obligados a ello. Eso de que las
agencias de modelaje descubren, preparan y proyectan a las mujeres queda en
entredicho, sobre todo cuando después de buscar en el fondo de la
problemática se descubre que lo que se esconde detrás es mucho más
peligroso que la ilusión y el deseo mismo de ser modelos.

Obtener la información requiere de una metodología determinada, ya que “los


métodos son instrumentos diseñados para identificar y analizar el carácter
inmutable del mundo empírico y, como tales, su valor existe sólo en la medida
en que son apropiados para la realización de esta tarea”3; es gracias a ellos
que podemos lograr una aprehensión de la realidad que estamos estudiando.
Por ello, acudí a las entrevistas y a las conversaciones informales con quienes
se mueven en el medio de la moda, siendo precisamente éstas las que me
ofrecieron mayor información y gratificación. El contacto directo con personas
cercanas a mi interés dio mayor sentido a mi ejercicio académico y acudí en
muchas ocasiones a una de las tantas academias de modelaje que hay en
Medellín con la firme intensión de aprehender mucho más la realidad. De
hecho, obtuve información muy importante de esas visitas. Hacer parte de la
rutina de niñas y jóvenes que cada ocho días se dedicaban a aprender algo
nuevo sobre la forma en que deben llevar sus cuerpos, fue una excelente
oportunidad para direccionar aún más los motivos que movieron este trabajo.
Fue una estrategia para hacer frente a la realidad, viéndola y sintiéndola desde
dentro. Seres humanos contándome historias que se están volviendo comunes
en Medellín, y que permitieron este escrito.

2
LAURELL, Assa Cristina y MÁRQUEZ, Margarita. El desgaste obrero en México. Proceso de
producción y salud. Ediciones ERA, S.A. México D.F., 1983. p. 9.
3
MOLINA, José Luis. El análisis de redes sociales. Una introducción. Ediciones Bellaterra, S.L.
Barcelona, 2000. p. 25.

7
En cuanto a la escritura, cada uno de los capítulos de esta tesis incluye
fragmentos teóricos que ayudan a sostenerme en el tema de investigación. Son
el soporte a lo que encontré y un alivio a la hora de hallar argumentos al
contexto que me enfrentaba. Asimismo están consignadas muchas partes de
las conversaciones con quienes fueron y son parte importante para el resultado
de este proceso, como una forma de expresar mi relación con la realidad; y son
las palabras de ellos y ellas las que alimentaron las ganas de escribir sobre un
problema que va mucho más lejos de lo que se puede imaginar. El orden de los
capítulos sigue la secuencia y la reconstrucción de la información que recogí y
de lo que pretendo revelar. Muchas veces, incluso, la lectura puede parecer
repetitiva, pero más que el afán de redundar, tenía la convicción de poder
mostrar cómo una imagen que se imita puede acabar con muchas vidas de
mujeres, al parecer hechizadas, como si de un cuento de hadas se tratara. El
tema mismo no se cansa de ser una repetición de historias, y la insistencia en
algunas de ellas, tiene como fin reflejar una problemática cada vez más grande.

Queda faltando mucho por indagar, esto es sólo el comienzo de una larga
historia entre el cuerpo y el ideal de belleza, y que anhela reflejarse en un buen
escrito para el final de mi carrera. Lástima que se siga repitiendo la historia::
“érase una vez una pequeña águila a quien sus cariñosos padres educaron
para volar muy alto, pero bajo las condiciones limitadas de un corral propio
para el corto vuelo de una gallina”4, libertad para llevar el cuerpo, pero
parámetros bajo los cuales se le rige y limita. Libertad amarrada a ideales y
sometida a presiones, vaya contradicción.

4
No comer cuento. Guía para procesos de formación y multiplicación. Campaña de prevención de la
Anorexiabulimia en mujeres. Una historia de Medellín. Medellín, 2005. p. 62

8
INTRODUCCIÓN

P artiendo de una ciencia como la antropología, que según su etimología


más sencilla es aquella que estudia al hombre, puedo acercarme a
diferentes procesos socioculturales que hacen parte de la vida de los seres
humanos. Detenerme a indagar sobre cómo se comportan las personas
atendiendo a un contexto particular, fue mi tarea a la hora de realizar el
presente trabajo, enfocando mi interés hacia una pregunta en particular: cómo
la lucha constante por alcanzar el ideal de belleza genera desgaste físico y
emocional en las mujeres, en un sistema social organizado detrás del que se
esconden imaginarios que encantan y desencantan.

Para nadie es un secreto que desde que comenzamos a formar parte de este
mundo, y más aún desde que somos tenidos en cuenta como parte de una
sociedad, como seres humanos con la capacidad de elegir y de pensar, nos
vemos en la obligación de atender a reglas que nos son impuestas y frente a
las cuales debemos tener un comportamiento en particular; estando de esta
manera en la necesidad de encajar en el lugar en que nos encontramos y ser
aceptados por quienes nos rodean. Si pertenecemos a la religión católica, por
ejemplo, debemos actuar bajo los parámetros que la iglesia nos impone, y si
somos liberales debemos seguir las doctrinas que le rigen, de ahí que formar
parte de una u otra religión, así como de un sistema político determinado, hace
que tomemos diferentes decisiones que afectan positiva o negativamente
nuestras vidas, aunque en el momento mismo esto no resulte tan evidente. Lo
mismo pasa con la moda y la belleza; si estos son los motores que impulsan
nuestras vidas, actuaremos conforme a ellos.

Nuestra corporalidad no es ajena al proceso de acomodación y sobrevivencia


en la sociedad, pues es precisamente ella la que refleja lo que aprehendemos y
lo que se nos impone. Hoy en día los cuerpos de hombres y mujeres son objeto
de muchas indagaciones, más aún cuando se relacionan con la vida social y
cultural de cada uno. El cuerpo marca y define las pautas para acercarnos a él,
independiente de que lo miremos como objeto de manifestación ritual, como

9
elemento de distinción o como herramienta de trabajo. De hecho, “por su
estado moldeable y ampliamente receptivo a conceptos sociales, Bordieu
considera al cuerpo un capital físico o un recipiente de poder social. El cuerpo
es realmente un tipo de capital que abrir o cerrarle las puertas a la persona”5;
representa la presión que se ejerce sobre él e incorpora las categorías que han
de calificarle y ubicarle socialmente. Es por ello que considero necesario mirar
las condiciones en las que nos encontramos e identificar esa dinámica,
teniendo en cuenta que los cuidados y la categoría de belleza que le damos en
la actualidad a nuestros cuerpos ha ido adquiriendo una importancia tal que
cualquier otro tipo de manifestación corporal pasa a un segundo plano.

Todos y todas siempre hemos tenido que enfrentarnos a las necesidades y a


los requerimientos de la sociedad en que vivimos. Los tiempos cambian cada
vez con mayor rapidez y la industrialización y el capitalismo han traído consigo
nuevas formas de ver la vida, al igual que cambios en las concepciones y los
intereses que antes giraban en torno a ella. Y es el cuerpo, como unidad
fundamental en la que se evidencian las manifestaciones culturales, el que
sufre muchas de esas modificaciones, siéndonos posible identificar en él las
marcas de los parámetros que rigen una sociedad. El cuerpo es un canal de
comunicación, que al tiempo que se expresa con palabras, actitudes y
comportamientos, son ellos mismos los que nos revelan que son aprehendidos
dependiendo del contexto. En la corporalidad podemos leer lo que una
sociedad considera bueno o malo, lo que está de moda y lo que no; pero lo que
es mejor aún, en los cuerpos se reflejan las exigencias culturales.

En Medellín diariamente vemos cuerpos aceptados y rechazados, exaltados y


estigmatizados, todos evidenciando la estética de la ciudad y su grado de
importancia; entendiendo “la percepción del cuerpo, además de su cuidado y
de su empleo, como símbolo de la condición (social)”6. Si son más las mujeres
bellas que las mujeres feas, o más las flacas que las gordas, eso ya nos dice

5
PAIPILLA AUZA, Oscar. Entre lo evidente del cuerpo doliente y los arcanos de su patetismo. Maestría
de Antropología Social. Departamento de Antropología. Universidad de los Andes. Bogotá, 2004.
6
TURBAY CEBALLOS, Sandra. El cuerpo humano como objeto de reflexión etnológica. En: Revista de
la Facultad de Trabajo Social. Vol. 20, No. 20 (ene-dic), 2004, Medellín-Colombia. p. 51.

10
algo. Lo relevante es capturar acertadamente lo que los cuerpos nos muestran,
pues si logramos identificar la figura que moldea e intenta imperar,
conoceremos lo que la gente piensa de ellos. Esa es precisamente esa mi
tarea a lo largo de un año de indagación. Por qué un ideal de belleza corporal
llega a causar daños físicos, emocionales y/o sociales en las mujeres, y lo que
es peor, cómo la cultura medellinense vive alrededor de dicho ideal; “con la
modernidad el hombre se halla excesivamente “egocentrado” con su
experiencia… ”7, y parece ser que esta ciudad poco se aleja de dicha
apreciación.

Medellín, catalogada como la ciudad de las mujeres bellas, es un contexto en el


que la figura esbelta y la imagen corporal adquieren un carácter de prioridad,
especialmente para las mujeres, y esto fue lo que despertó en mí gran
curiosidad. El modelaje se ha convertido en un estilo de vida, en un medio
profesional en que desenvolverse, y por ende con características y exigencias.
Desenvolverse en él crea necesidades y establece reglas interpretadas por las
mujeres de diferentes maneras. “El tipo de escenario materializa los
estereotipos”8, de ahí que la capital antioqueña tenga estándares distintos a los
de otras ciudades, creando ideales de belleza prácticamente inalcanzables
para quienes la habitan. Agencias, academias de modelaje, además de
eventos como Colombiamoda y Colombiatex, hacen de Medellín un contexto en
el que la imagen si vale más que mil palabras. Sólo es cuestión de indagarlo.

Surgen insatisfacciones, frustraciones, al igual que sentimientos frente a los


cuales ser bella deja de ser una simple ilusión para convertirse en una
completa pesadilla. Hoy la moda está llena de presiones sociales y culturales,
lo que crea cada vez más interrogantes; preguntas frente al por qué de su gran
repercusión en la vida de cientos de mujeres y las exigencias que le plantean,
dudas respecto a la economía que se mueve en torno a ella, cuestionamientos

7
VICENS, Jesús. El valor de la Salud. Una reflexión sociológica sobre la calidad de vida. En: Siglo
Veintiuno de España. Editores, S.A. 1995. p. 107.
8
GOFFMAN, Erving. La presentación de la persona en la vida cotidiana. Editorial Amorrortu. Argentina,
2001. p.52.

11
sobre la forma en que debe llevarse el cuerpo y las medidas según las cuales
se rige, todo ello relacionado con la moda en Medellín.

Ser modelo es una nueva alternativa que encuentran las mujeres que sueñan
con ser siempre bellas, e incluso se ha convertido en una excelente oferta
laboral. Cuerpos perfectos y éxito profesional, en esta nueva percepción de
modelos influyen las imágenes que vemos en televisión, los comentarios de
amigos y familiares e incluso la fama que con gran peso ha sido creada y que
acrecienta el orgullo de los hombres: Medellín, tierra de las mujeres bellas. Y
es que no se trata sólo de juzgar a la moda y a las tendencias que vienen con
ella. Se trata de mirar la complejidad de su problemática y la rapidez con la que
impone estilos cuya vigencia es cada vez menor. Así, el tiempo que demora en
establecerse un estilo, al igual que el espacio en que logra imperar, son
también elementos importantes a la hora de reflexionar sobre la moda y sus
implicaciones, no dudemos que lo que tan comúnmente calificamos como in o
out depende de quién lo recibe y de la época en que le tocó vivir.

Precisamente hoy nos enfrentamos a una gran problemática, pues sometemos


los cuerpos a costa de lo que deseamos. Recibimos información de todos
lados, pero nos inclinamos por la que domina el general de las personas.
Pocas mujeres se detienen a analizar la información que les llega, y es esa la
otra parte de la historia que me interesó desde un principio, pues se ha
mantenido oculta y esconde lo que realmente nos afecta. Detrás de esa
idealización generalizada del cuerpo hay mucho que indagar. Gordura o
delgadez, sea cual sea el molde a seguir, son palabras que significan algo más
que exceso de grasa o falta de ella; son imágenes, restricciones, presiones
sociales, vanidad femenina… todos ellos aspectos que obligan a cuestionar
sobre lo que realmente logra un ideal y las consecuencias que acarrea.

Belleza o fealdad, no está de más indagar cuál incomoda y exige más. Son
bellas las mujeres que encajan en lo que se nos impone como tal, feas las que
no caben en esa valoración. Bonitas y envidiadas las que cuentan con un
cuerpo delgado, poco agraciadas las que no lo tienen y por ende, menos

12
admiradas por los hombres de esta cuidad. He ahí la cuestión más importante,
cómo muchas mujeres se empeñan en lograr una forma corporal
estandarizada, y cómo detrás de ello se oculta lo que refleja la presión de la
moda, dándose a conocer cuando ya el problema se ha llevado consigo
muchas vidas. Lo que pretendo es mirar una problemática que nos afecta a
todos, una situación frente a la que nos estamos quedando con las manos
cruzadas y que requiere más atención de la que se está prestando.

13
CAPÍTULO I
CONSTRUCCIÓN DE UN IDEAL

“En sueños, una tablilla representa a una mujer,


ya que ésta recibe la impresión de
todo tipo de escrituras”
Artemidorus9

C
uerpo, mente y sociedad son tres elementos que se relacionan en la vida
de cualquier persona y de los cuales no podemos olvidarnos al estudiar
un contexto social. Ya sea hombre o mujer, el ser humano reconoce dicha
correspondencia y aprende a identificar en ella lo que cada elemento le otorga,
tomando para sí lo que más le guste y mayores beneficios le atribuya. Y
aunque en apariencia el cuerpo ha alcanzado alguna independencia, biológica
y culturalmente está a la deriva de lo que el sistema social le impone; a pesar
de que ahora son el hombre y la mujer quienes deciden el momento adecuado
para formar una familia, el campo profesional en que desempeñarse y la
manera en que desean llevar sus cuerpos, indudablemente se encuentran en
un contexto al que no puedan escapar completamente.

Papel de la antropología
En todos los tiempos la forma en que se lleva el cuerpo ha jugado un papel
importante en la vida de los individuos. Y ha sido, desde hace algunos años,
objeto de estudio por parte de las ciencias sociales, entre ellas la antropología,
de ahí que sea relevante partir de ella para identificar la significación del cuerpo
en una sociedad en particular, atendiendo a determinadas condiciones
socioculturales y mostrando además su función dentro de cualquier contexto.
La religión, la política, los mecanismos de intercambio, además de las
manifestaciones culturales, son elementos identificados por los antropólogos
para indagar sobre la manera en que ellos y ellas viven, orientando su mirada

9
SOLEY BELTRÁN, Patricia. Supermodelos como emblema cultural. En: Historia, Antropología y
fuentes Orales. N. 22 (jul – dic 1999), Barcelona. Segunda época. p. 105.

14
desde diferentes posturas a la realidad que pretenden encontrar. La
antropología del cuerpo se ha convertido en un discurso, en la medida en que
delimita su campo de acción en la corporalidad de las personas y en la
información que ellas mismas y sus cuerpos nos brindan, no está de más
recordar que el cuerpo de los seres humanos siempre ha tenido muchas
historias que contarnos.

Si parto del concepto de cultura corporal, podría comenzar a encontrarle


sentido al problema a abarcar. Ya sea el cuerpo visto como unidad que forma
parte importante dentro de la sociedad, o la sociedad como eje focalizador de
comportamientos y prácticas corporales; ambas percepciones coinciden con la
idea de que en un cuerpo puede leerse la cultura y al mismo tiempo reflejarla.
Para Bryan S. Turner, “la idea de la corporificación es fundamental en las
evaluaciones críticas y radicales de la sociedad… experimentamos nuestros
cuerpos como límite y como medio que constriñe y restringe nuestros
movimientos y deseos”10. Así como la cultura, la corporificación es
aprehendida, es tomada como ejemplo y como parte de la formación de
cualquier individuo dentro de una sociedad. Las técnicas corporales de las que
habla Marcell Mauss en “Sociología y Antropología”11, por ejemplo, muestran la
manera en que se toman para sí aspectos como religión, economía o política,
igualmente cómo se imitan formas, proporciones y/o medidas, haciendo que
hombres y mujeres, en este caso específico la mujer, asuma su corporalidad
como un elemento importante que manifiesta sus inquietudes y refleja sus
respuestas frente a las necesidades que se le imponen.

De igual manera, para Michel Bernand “es lícito plantear esta cuestión de la
socialidad de nuestro cuerpo puesto que toda nuestra educación tiende en
cierta medida a modelarlo, a formarlo o, más exactamente, a dar a nuestro
cuerpo una determinada hechura de conformidad con las exigencias
normativas de la sociedad en que vivimos”12. Es precisamente sobre el cuerpo

10
TURNER, Bryan S. El Cuerpo y la Sociedad. Exploraciones en teoría social. Fondo de cultura
económica, México, DF. 1989. p. 13.
11
MAUSS, Marcell. Sociología y Antropología. Editorial Tecnos, S.A. Madrid, 1971.
12
BERNAND, Michel. El Cuerpo: un fenómeno ambivalente. Editorial Paidós, Ibérica. España, 1994. p.
173.

15
que recaen las exigencias de una época determinada; la belleza y la fealdad,
junto a lo que se considera bueno o malo, siempre han revelado la real
importancia de la imagen corporal. En el cuerpo de todo individuo se reconocen
los designios culturales, así como las manifestaciones particulares de cada
cultura (Turner; 1989: 19).

La relación entre cuerpo y cultura está manifiesta en todos los contextos


sociales, haciendo que lo corporal se exprese de diversas maneras en distintas
épocas y sistemas socioculturales. No podemos pensar que sólo en las
comunidades tradicionales se evidencia la dependencia entre una región y la
forma y el comportamiento de un cuerpo, ya que en las sociedades modernas
esta dualidad también puede identificarse. Es importante reconocer en estos
días la dimensión del ideal estético, pues “la imagen del cuerpo que el individuo
forja o que un colectivo impone, muestra toda una serie de valores, prácticas y
usos del cuerpo, haciendo así de la apariencia estética un elemento regulador
de la cultura corporal”13. Para todas las sociedades el cuerpo tiene un carácter
y una consideración tal, que es el que muestra qué condiciones son las que
establecen las oposiciones, al igual que la figura que debe lograrse.

A diferencia de las primeras sociedades, en la actualidad es otorgada completa


relevancia a la imagen corporal y a su significado dentro de las esferas en que
el individuo se desenvuelve. Si bien antes los cuerpos adquirían importancia a
la hora de realizar una actividad ritual, ahora la apariencia es la que determina
todos los ámbitos en la vida de una persona. A muchos nos gusta ver cómo en
las comunidades indígenas ciertos rasgos definen posiciones sociales
específicas; disfrutamos viendo en los canales de televisión las historias que
nos cuentan sobre sus manifestaciones culturales, sobre cómo los cuerpos de
jóvenes son expuestos a sacrificios bastante dolorosos para aceptar su paso
de una etapa de vida a otra, pero no pensamos que en nuestra sociedad ocurre
algo similar. No se nos pasa por la cabeza que nosotros también vivimos

13
ARBOLEDA GÓMEZ, Rubiela. El cuerpo en boca de los adolescentes. Estudio interdisciplinario de la
cultura corporal en adolescentes de la ciudad de Medellín. Universidad de Antioquia. Instituto
universitario de educación física. Línea de investigación cultura somática. Medellín, 2002. p. 199.

16
cambios poniendo a prueba nuestros cuerpos, modificando nuestras
concepciones y asumiendo nuevos ideales.
Así, las categorías que usamos para calificar algo como adecuado o no,
muestran los aspectos que rigen en un momento determinado y para una
sociedad específica. A medida que pasan los años, y atendiendo al contexto, la
construcción de un ideal tiene características propias que al mismo tiempo
crean estándares a seguir y determinan el grado de importancia que puede
llegar a tener. En las sociedades tradicionales la corporalidad era entendida
como colectiva, mientras que en las modernas, la decisión de cómo llevar el
cuerpo se presume es individual, premisa ésta que deja mucho que pensar,
sobre todo cuando hoy en día todas las mujeres quieren verse igual, quedando
en entredicho lo individual de esa elección. No es sino mirar alrededor para
darnos cuenta del constante deseo de homogeneizarnos, de vernos igual.

A lo largo de la historia, cientos de ideales han surgido en la vida de los seres


humanos y hemos tenido que enfrentarnos a lo que se nos presenta como
nuevo y al gusto o disgusto que ello genere. Política, religiosa, social y
culturalmente hablando debemos asumir estilos de vida y afianzar nuestro
carácter, siendo entonces moldeados por las normas que imperan y que nos
son naturales; cada sociedad tiene su propio proyecto de vida, que atiende a
las necesidades de quienes le habitan. Hace algún tiempo eran evidentes las
diferencias culturales, pero ahora “el embate de los cambios ha
empequeñecido al mundo”14 y todos contamos con características similares,
especialmente aquellas que se relacionan con la percepción del cuerpo y la
manera de llevarlo, no está de más reconocer que la belleza se ha
estandarizado y ya no es tan fácil diferenciar los referentes culturales. Estamos
viviendo una especie de unificación de imágenes y de estilos de vida, que
trascienden fronteras.

Así, usamos nuestros cuerpos para desenvolvernos y asumir junto con ellos un
modo particular de vida, un papel que representar, y no podemos echarlos a un

14
PINZÓN CASTAÑO, Carlos. El cuerpo-imagen. El cuerpo como espacio de confrontación cultural.
En: Revista Maguare, Santa fe de Bogotá. No 14, 1999. p. 191.

17
lado, pues son ellos los que nos brindan un lugar en el mundo, es gracias a
ellos que nos diferenciamos, son el apoyo en el trabajo y la imagen que
exteriorizamos ante los demás; el cuerpo actúa entonces como un “localizador
social del individuo”15. Blancos o negros, altos o bajos, bonitos o feos, estas
características suelen ser ajenas a nuestra elección, y aunque en principio
nada podemos hacer para cambiar la corporalidad con la que nacimos, hoy en
día, y frente a la inconformidad que ello produce, hacemos hasta lo imposible
para transformarla. La funcionalidad y la significación del cuerpo han cambiado
y el mantenimiento de la imagen bella marca las pautas para habitar en el
mundo contemporáneo.

Hoy nos enfrentamos a “un delirio perfeccionista: cambia la manera de percibir


el cuerpo”16 y el valor que nuestra sociedad le asigna a la apariencia es una
realidad que no podemos negar. Para Sandra Turbay, por ejemplo, “el cuerpo
constituye nuestra exterioridad, pero también da cuenta de aquello más
íntimo”17, lo que se ve por fuera es una muestra de lo que tenemos por dentro;
ahora estamos en la obligación de igualar nuestras formas corporales, y cada
una de las personas que nos rodea se encarga de recordárnoslo. Son muchos
los actores que intervienen en la creación de una percepción de nuestra
corporalidad, promoviendo la imagen ya determinada e imponiendo un nuevo
estilo de vida. No acogernos a él sería como escapar a la realidad que nos
acosa y nos delimita. Amigos, vecinos, medios de comunicación, todos ellos
hacen que asumamos esa nueva cualidad como propia y nos pongamos en la
tarea de lograr la esbeltez que se promueve.

De esta manera, no está de más caer en la cuenta de que nos hemos


acostumbrado a recibir las cosas de una forma pasiva, aunque la moda misma
sea de naturaliza dinámica, móvil, cambiante. Consideramos “normales” cada

15
SALAZAR FERRO, María. En pos de un ideal. Excursiones de adolescentes de cuerpo e identidad en
la clase alta tradicional de Bogotá. Maestría de Antropología Social. Departamento de Antropología.
Universidad de los Andes. Bogotá, 2004.
16
JOHNSTON, Joni. Por qué no me gusto. Cómo dejar de preocuparnos por nuestro aspecto físico.
Editorial Paidós, Ibérica, S.A. Barcelona, 1996. p. 27.
17
TURBAY CEBALLOS, Sandra. El cuerpo humano como objeto de reflexión etnológica. ”. En: Revista
de la Facultad de Trabajo Social. Vol. 20, No. 20 (ene-dic, 2004), Medellín-Colombia. p. 55.

18
una de las imposiciones que surgen diariamente, y la necesidad de ser bellas
no escapa a esta realidad. La moda nos inquieta al igual que sus presiones,
pero le recibimos aún sin comprenderla del todo, e incluso le damos más
relevancia de la que merece, “los humanos damos apasionada importancia a
nuestra apariencia. A través de la historia y en todas partes del mundo hemos
buscado la elegancia, nos hemos emperifollado, hemos posado y en ocasiones
hemos puesto en riesgo nuestra salud, todo por un ideal que difícilmente
podemos definir”18. Eso es lo que me cuestiona, la manera en que nuestro
cuerpo es expuesto a prácticas que cada vez le son más comunes: exceso de
maquillaje, dietas, ejercicio, cirugías estéticas, todo para modelarlo de una
forma específica.

El ideal de belleza reflejado en la imagen corporal ha sido siempre un referente


cultural, sólo que ha ido variando con el pasar de los años y atendiendo al
contexto. No está de más insistir que con el surgimiento de la moda como
forma de vida y como fuente de ingresos, hoy en día ser bella está determinado
por la figura delgada y los rasgos perfectamente marcados. La belleza ha
cumplido y cumple una función idealizante, problema éste propio a la
investigación en torno a la estética corporal. Acercarnos a ella es vivenciar su
complejidad, reconociendo así que la imagen que poseemos y la que queremos
proyectar comienza a jugar en medio de ideales, y que las características
corporales son demasiado rigurosas en lo que a las proporciones y a las
formas se refiere.

Con el pasar de los años hemos visto que el ideal femenino es la figura
corporal bella, el masculino, el de la condición física. La mayoría de ellos sólo
han querido verse más grandes y con mayor masa muscular, mientras que
gran parte de ellas han deseado verse más delgadas y con la menor cantidad
posible de masa en sus cuerpos, arriesgando incluso sus vidas. Los hombres
son fuertes y las mujeres bonitas, ese es el común denominador en nuestra
ciudad; pero este es un asunto de género que trataré más adelante. Por ahora

18
NEWMAN, Cathy. El enigma de la belleza. En: Revista Nacional Geografic en español. Vol 6. No 1
(enero), 2000. p. 121.

19
basta con saber que la industria de la moda nos impulsa a que la delgadez se
convierta en un imperativo, y que solo vivamos en torno a ella. La belleza
obedece a muchos intereses, y una considerable cantidad de mujeres se han
tenido que acomodar a todos esos ideales que le son instalados, pues, según
la psicóloga del proyecto anorexibulimia promovido por la alcaldía de Medellín,
Gloria Pérez, “el cuerpo no cambia, pero la mujer si se tiene que cambiar,
entonces ha habido épocas en donde los senos son gigantes, otras veces son
chiquitos, las caderas son gigantes, otros tiempos en que se reduce la figura…”

Todo esto influye directamente en la cotidianidad de los habitantes de Medellín,


en la medida en que el tema de la belleza es constante y existen muchos
prejuicios frente a las personas que se alejan de dicho ideal. Las mujeres
somos las más afectadas por esta dinámica, pues las modelos que vemos a
diario son realmente hermosas, y como lo plantea Edgar Morín, “la
“mitificación” se efectúa ante todo sobre las estrellas femeninas: son las más
fabricadas, las más idealizadas, las menos reales, las más adoradas. La mujer
es un sujeto y un objeto más mítico que el hombre. Por esta razón, nuestras
descripciones de la estrella han sido hechas a menudo en femenino. Hemos
femineizado, naturalmente, a la estrella, palabra, ella misma, femenina”19. Y
ello es muestra de que la imagen se ha convertido en el centro alrededor del
cual gira la existencia de muchas mujeres, siendo una utopía pensar que la
moda no nos afecta. Actualmente ella domina todos los ámbitos de la
existencia humana y crea diferentes reacciones en los seres humanos: gusto,
disgusto, obsesión y hasta decepción por la propia imagen. Su característica
principal es la demanda de consumo, puesto que es necesario mantener una
apariencia que agrade a los demás para obtener el prestigio y la supremacía
propia a los modelos que se imitan. En palabras de Squicciarino, “la moda es
solamente la expresión exagerada y superficial de una transformación profunda
de la vida social”20; los valores cambian y el rechazo no se hace esperar, más
vale estar a la moda o la misma sociedad se encargará de excluirnos.

19
MORIN, Edgar. Las Stars. Servidumbres y mitos. Editorial DOPESA. Barcelona, 1972. p. 80.
20
SQUICCIARINO, Nicola. El vestido habla. Consideraciones psico-sociológicas sobre la indumentaria.
Ediciones Cátedra, S.A. Madrid, 1990. p. 171.

20
Idealizar a las modelos
La manera de concebir el cuerpo siempre ha sufrido cambios evidentes, pero
los siglos XX y XXI podrían considerarse un caso aparte, en la medida en que
están “marcados por una crisis de los valores, por una entronización de lo
superficial, lo efímero. Es un tiempo de hedonismo, de consumo llevado al
máximo, de culto al cuerpo”21, es por ello que debe analizarse la problemática
que actualmente nos acompaña e impone reglas a nuestra cotidianidad, son
precisamente “los cambios sociales y culturales contemporáneos, (los que) han
generado modificaciones en el estilo de vida”22. Ser envidiablemente hermosas
se ha convertido en la premisa y en el deseo de gran parte de las mujeres que
habitan la ciudad de Medellín. Para bien o para mal, las incesantes referencias
que recibimos hacen que lo individual y lo colectivo permanezcan en comunión,
viéndonos entonces obligadas a vivenciar la imagen corporal como una
necesidad más para desenvolvernos en el medio social. Hoy en día perfilamos
nuestra fisonomía siguiendo modelos que se van imponiendo y que cierran las
opciones a la hora de vernos bien, acorde a nuestras formas corporales, “lo
representativo en la imagen lo es desde una perspectiva determinada, con
unos rasgos muy concretos, con unas intensiones que, en cada caso, pueden
ajustarse a los estados anímicos del hombre o bien a las necesidades y retos
del momento”23, a los nuevos estereotipos.

Molde, modelo, modelaje, palabras éstas bastante comunes y que traen a


nuestra mente la figura de mujeres jóvenes, delgadas y hermosas; mujeres
realmente bellas, según las características que las definen como tal en nuestra
sociedad. Desde que Medellín se convirtió en la capital colombiana de la moda,
categoría ésta dada por los medios de comunicación y repetida mucha veces
por los conocedores del tema, el imaginario corporal es el de la esbeltez.
Diseñadores y periodistas que cada año forman parte de las ferias de moda en

21
JIMÉNEZ BARTIETT, Alicia. La deuda de Eva. Del pecado de ser feas y el deber de ser hermosas.
Grupo Editorial Random House Mondadori, S.L. Barcelona, 2002. p. 71.
22
ARBOLEDA GÓMEZ, Rubiela. El cuerpo en boca de los adolescentes. Estudio interdisciplinario de la
cultura corporal en adolescentes de la ciudad de Medellín. Universidad de Antioquia. Instituto
universitario de educación física. Línea de investigación cultura somática. Medellín, 2002. p. 13.
23
DUCH, Lluís. Antropología de la vida cotidiana. simbolismo y salud. Editorial Trotta, S.A. Madrid,
2000. p. 88.

21
Medellín, lo reivindican; es gracias al crecimiento de esta industria y a la
proliferación de modelos, que se evidencia la estrecha relación que se da con
el éxito y el ascenso en cualquier campo, con mayores resultados en el del
modelaje y la televisión.

Pertenecer a determinados espacios sociales comienza a mirarse desde otra


perspectiva, y nos enfrentamos a nuestro cuerpo como objeto de manipulación,
a través del cual nos será posible pertenecer o no a determinados contextos.
Para Bryan Turner “por medio del (trabajo corporal) mantengo y presento de
forma constante a mi cuerpo en un marco social en donde mi prestigio, mi
persona y mi status giran todos de manera fundamental alrededor de mi
presencia corporificada en el espacio social significativo”24. La cultura corporal
ha tomado tanto peso en la actualidad, que nos es prácticamente imposible no
darnos cuenta de su magnitud y no reconocer que “los atributos corporales son
exaltados como nuevos valores para la participación en la vida social”25; no es
una falacia decir que obtenemos determinados trabajos y reconocimientos
según la forma corporal que tengamos. Sólo una mujer con buenas medidas, lo
que es equivalente a que sea realmente delgada, puede llegar a ser una
excelente modelo, de lo contrario deberá hacer todo lo que esté a su alcance
para lograrlo, o enfrentarse a la frustración de no poder serlo e inclinarse por
otro campo en que desempeñarse y figurar.

Adoptar ese ideal


A mi modo de ver, la necesidad de tener un ideal de belleza y ser presionado
por él, ya que debe alcanzarse según las reglas impuestas, ha recaído siempre
sobre las mujeres. Como lo explicaré más adelante, el papel que hemos jugado
a lo largo de la historia muestra como la belleza ha estado asociada a la
feminidad, cualidad ésta ligada a la equivalencia mujer-objeto para lucir y
mostrar, “la idealización de la mujer se centra en lo físico, mientras que la del

24
TURNER, Bryan S. El Cuerpo y la Sociedad. Exploraciones en teoría social. Fondo de cultura
económica, México, DF. 1989. p. 14.
25
ARBOLEDA GÓMEZ, Rubiela. El cuerpo en boca de los adolescentes. Estudio interdisciplinario de la
cultura corporal en adolescentes de la ciudad de Medellín. Universidad de Antioquia. Instituto
universitario de educación física. Línea de investigación cultura somática. Medellín, 2002. p. 16.

22
hombre incluye cualidades morales”26. Y aunque es cierto que muchas mujeres
han ocupado roles importantes en la vida social, económica y política, aún sin
ser lo suficientemente bellas, también es cierto que no ha dejado de pedírseles
que se acomoden a los parámetros del deber ser corporal socialmente
establecido. Una madre de familia me dijo alguna vez: “Así sea la mujer más
segura, la mujer más extrovertida, la mujer más tranquila, el ideal de belleza le
influye… cómo no lo va a tener por Dios, si todas lo tenemos, a todas las
edades”, la presión existe y no es posible dejarla a un lado tan fácilmente.

La personalidad y el carácter con el que cada uno cuenta determina la manera


en que recibe o rechaza lo que le llega del medio social en que se
desenvuelve; y por ello no es extraño escuchar que son los y las adolescentes
los que más se ven enfrentados a incertidumbres respecto a lo que han de
elegir. Para algunos el ideal de belleza crea en “la etapa de la adolescencia
una distorsión de la imagen”27, hay una necesidad de aceptación de los demás
que les hace aferrarse a la primera opción que encuentran, y esa
autorrealización choca con lo que se impone. Cada una de las experiencias
individuales se enfrenta al lugar en que se habita, puesto que todo ideal
“penetra las esferas de la expresividad del sujeto y se articula en un contexto
que lo sustenta”28.

Quienes han trabajado este tema en la ciudad, dicen que la inconformidad con
el cuerpo “se origina obviamente a partir de condiciones individuales que
podamos tener, a partir de condiciones individuales psicológicas que tengamos
y que nos hagan propensas a esa situación, pero también a partir de unas
presiones sociales muy altas que se les generan a las adolescentes”29. La
cultura y la estética que debe tener un cuerpo se manifiestan en todo momento

26
JIMÉNEZ BARTIETT, Alicia. La deuda de Eva. Del pecado de ser feas y el deber de ser hermosas.
Grupo Editorial Random House Mondadori, S.L. Barcelona, 2002. p. 33.
27
MORA, Laura, MUÑOZ, Gabriela, VILLARREAL, Cecilia. La imagen corporal en adolescentes:
expresión de los aprendizajes socioculturales adquiridos sobre el ser mujer. En: Educación, Revista de la
universidad de Costa Rica. Vol 25. No 1, 2001. p. 113.
28
ARBOLEDA GÓMEZ, Rubiela. El cuerpo en boca de los adolescentes. Estudio interdisciplinario de la
cultura corporal en adolescentes de la ciudad de Medellín. Universidad de Antioquia. Instituto
universitario de educación física. Línea de investigación cultura somática. Medellín, 2002. p. 9.
29
Gloria Pérez, psicóloga del proyecto anorexibulimia, promovido por la alcaldía de Medellín.

23
de nuestras vidas, haciendo el trabajo de identificación todavía más complejo.
Por más carácter que se tenga y por más control que se ejerza sobre el cuerpo
y sobre lo que quiere imponerse en él, el imperativo de la delgadez debilita la
identidad ya formada y pone en peligro la tranquilidad corporal de las personas.
Es un sentimiento generalizado el que se vive al respecto; estar
despreocupadas y poder comer lo que se les antoje, por ejemplo, eso no es
permitido para aquellas que desean ser modelos. El hecho de aferrarse a sus
deseos de ser delgadas intranquiliza sus vidas y les cohíbe de muchos
placeres. Una de ellas me decía “por más que vos tengás un carácter definido y
todo eso, eso como que lo atropella a uno un poquitico… cada uno ha perdido
su identidad”. Tener que ser en extremo delgadas es atentar contra nuestro
cuerpo y causar inseguridad a nuestro ser. Según las misma madre de familia
de hace algunas líneas, “todos tenemos caracteres distintos y hay gente que
somos más influenciables que otros”, está en nuestras manos asumir la
corporalidad que deseamos o la que nos es exigida.

Con base a lo anterior, es innegable la influencia que tiene la ciudad de


Medellín en todos sus habitantes; hombres y mujeres hemos visto como ha
cambiado la concepción frente al cuerpo y a los cuidados que han de dársele.
Nuevas medidas, formas y tallajes se imponen y se convierten en meta a
alcanzar. Los cuerpos de las modelos paisas son considerados casi perfectos,
envidiados y deseados por muchas, y fuente de frustraciones a nivel físico y
emocional para muchas más. Mantenerse bellas se convirtió en una meta en la
vida de las que se preparan para ser modelos; hacer ejercicio, evitar los dulces
y las grasas, además de ayudarse con una que otra cirugía plástica, forma
parte de la rutina de cientos de mujeres en esta ciudad. En las conversaciones
se habla de la belleza con tanta frecuencia, que esa parece ser la única
temática que tiene importancia e incidencia en el comportamiento de muchas
mujeres. Kilos perdidos, ejercicios practicados, dietas recomendadas; aspectos
que afectan nuestra cotidianidad y tocan todas las esferas en que nos
desenvolvemos. Familiares, amigos, vecinos, todos los que se encuentran a
nuestro alrededor no hacen más que recordarnos lo bien o mal que nos vemos,
siendo bastante usadas las palabras gorda y/o flaca para calificar un cuerpo en

24
particular, “la imagen corporal es un asunto social. Puede hallarse alojado en
su cabeza, pero se basa en las experiencias diarias que la rodean”30, no es
extraño escuchar, esta vez en palabras de una estudiante universitaria, “y mira
lo que estoy haciendo, como estás de gorda, te tomaste toda la sopita, estás
como repuestica, hay como estás de bien, como estás de flaca…”, frases estas
que se repiten a diario en nuestra ciudad y que nos afecta a todas.

Actores que intervienen en la construcción del ideal


La influencia viene de todos lados, en la radio y en la televisión la belleza de la
imagen corporal es el pan de cada día; muchos actores se interponen en esta
dinámica y para nadie es un secreto que además de las personas que se
encuentran cerca de nosotros y que hacen constantes comentarios respecto a
la figura del cuerpo, los medios de comunicación, especialmente la televisión,
se encargan de mostrar diariamente mujeres hermosas con cuerpos perfectos,
que encajan en los estándares de belleza ya conocidos por todos. Es ella
entonces el canal mediante el cual esta información se obtiene, se filtra, se
procesa, se expresa, se comunica, y recomienda también las prácticas que
están a la moda para conseguir dicha figura. El lenguaje en que es transmitida
una noticia de este tipo llama la atención y el interés a un grupo amplio de
personas y desafortunadamente tiene gran trascendencia en él. La televisión,
como el principal medio de comunicación masivo, abarca casi todos los
espacios de la vida cotidiana y hoy es prácticamente imposible prescindir de
ella. En palabras de Jean Cazenueve: “este instrumento de difusión posee
verdaderamente, entre otras funciones, la de crear e imponer un orden de
valores a partir de lo espectacular, en el campo de los estatutos sociales como
ya existe, según hemos visto, en el de las cosas y los acontecimientos”31, nos
muestran y nos venden el ideal de la delgadez y ese es el punto de partida
para sólo pensar en conseguirlo.

30
FREEDMAN, Rita. Amar nuestro cuerpo. Guía práctica para mujeres. Cómo gustarnos a nosotras
mismas. Ediciones Paidós, Ibérica, S.A. Barcelona, 1991. p. 21.
31
CAZENUEVE, Jean. El Hombre Telespectador. Editorial Gustavo Pili, S.A. Barcelona, 1977. p. 62.

25
Los noticieros dedican cada vez mayor espacio a la farándula y sus
presentadoras son mujeres bastante delgadas dedicadas además al medio del
modelaje, profesión ésta que se convirtió en el sueño deseado por una
considerable cantidad de mujeres adolescentes e incluso niñas de corta edad.
Considerar en este punto que el cuerpo humano, en todos los tiempos, ha sido
un elemento de transmisión de mensajes, hace que comprendamos que esas
ornamentaciones, esos movimientos y esas prácticas culturales muestran cómo
nuestros cuerpos son instrumentos de comunicación: las modelos se cuidan, se
maquillan, posan ante una cámara, y esto es imitado por muchas más, es
seguido al pie de la letra como si de una ley sagrada se tratara.

En esta medida, el papel de los medios de comunicación es determinante pues


idealizan la apariencia femenina e invitan a las mujeres para que mejoren sus
cuerpos y alcancen la figura perfecta, afín con los intereses de los anunciantes,
“la reiterada aparición de este tema en los medios de comunicación testifica su
importancia y justifica el análisis de las modelos de moda como reflejo y
representación de los valores culturales de la sociedad que los produce”32. Su
función es la manipulación del cuerpo en su vertiente estética con la pretensión
de garantizar la plena belleza y, en caso de que se trate de personas adultas,
la recuperación de la juventud ya perdida.

Las academias y las agencias de modelaje están en cada esquina de la ciudad


e igualmente son actores que motivan a mujeres de todas las edades para que
tengan al alcance de la mano la tan soñada opción de ser modelos. Caminar
por las calles de esta ciudad es caminar por un lugar donde la belleza es la
marca, y la presión que esto ejerce se siente a cada paso. Según decía una de
las psicólogas con las que hablé de ésto, “aquí hay más agencias de modelaje,
no sé si se pueda decir per capita en ese caso, pero aquí hay más agencias de
modelaje por persona que en París, por habitante que en París”, y continuaba,
“es que las agencias de modelaje son uno de los sectores que propaga, porque
el ideal de belleza que la agencia exige, es desde esa belleza de una mujer

32
SOLEY BELTRÁN, Patricia. Supermodelos como emblema cultural. En: Historia, Antropología y
fuentes Orales. N. 22; jul – dic 1999. Barcelona. Segunda época. p. 105.

26
alta, muy delgada, pero al mismo tiempo muy atlética, un cuerpo muy
trabajado, unos senos grandes, y ese es el ideal que exigen los grandes
modistos, y que exigen los grandes diseñadores”. La delgadez impera y las
paisas están en la obligación de verse siempre hermosas. Para todas o para la
mayoría, la presión que ejerce la moda y la belleza es tal que nos ha tocado
aprender a vivir con ella.

27
CAPÍTULO II
MEDELLÍN: MODA, MODELOS Y BELLEZA

“La moda, hoy, no es en absoluto nada misterioso;


misterioso;
como bien económico es un producto más cuyo
consumo y aceptación dependerá de los
resortes utilizados para su
promoción…”
Margarita Rivière33

P ara nadie es un secreto que en la ciudad de Medellín la industria de la


moda ha crecido de una manera exagerada. Económicamente genera
muchas ganancias, y de igual manera trae consigo presiones e inseguridades
frente a lo que se impone a nuestros cuerpos y a lo que realmente somos. Hoy
en día la ciudad atiende a diferentes intereses, uno de ellos es el de la industria
de la moda, acelerando su dinámica y mostrando una corporificación individual
y social. Cada cual lleva su propio cuerpo, pero bajo la influencia de la manera
en que lo lleva el colectivo de las personas.

Algo de historia
El surgimiento de la moda en la capital antioqueña puede remontarse desde
hace ya más de medio siglo, cuando los más veteranos amantes de lo que se
lleva puesto empezaron a tejerla, a puro pulso, en los años 50, hilando cada
hebra de la moda colombiana en pequeños talleres de costura o en modestos
estudios de televisión. En ese tiempo la naturalidad y la espontaneidad de las
primeras modelos les permitió cotizarse mundialmente al punto de convertirse
en preferidas de diseñadores y artistas internacionales. Se trataba de usar las
prendas nuevas, mostrarlas al mundo y exponer la indumentaria mas no la
figura de quien las llevaba puestas. Eran bellas mujeres, niñas de familias

33
RIVIÈRE, Margarita. Moda: comunicación o incomunicación. Editorial Gustavo Gili. España., 1977. p.
105.

28
tradicionales, sin ningún tipo de cirugías estéticas, que se atrevieron a desafiar
a la sociedad y fueron los maniquíes de los primeros diseñadores.

El modelaje comenzó como un negocio de pocos que fue tomando fuerza hasta
crear en la cuidad la necesidad de formar mujeres para que exhibieran sus
cuerpos vestidos, justo a quienes iban a comprar los diseños. Era preciso que
no sólo una sino varias modelos dedicaran su tiempo a este ejercicio de
ponerse y quitarse prendas, estando siempre disponibles para cualquier desfile.
Esto llevó a que las agencias y las academias de modelaje se convirtieran en la
principal herramienta en el surgimiento de este nuevo negocio, pues a finales
de los años 60 fueron un esfuerzo de los expertos en el tema por cazar talentos
y forjar sus sueños de moda y belleza. Junto a la proliferación de modelos en la
ciudad de Medellín, la apariencia física se convirtió en un boom constante que
ha influido de manera directa en quienes la habitamos, trastocando la
percepción de los cuerpos y su importancia a la hora de movernos en el medio
social.

Ya para el año de 1968 tendrían lugar los primeros eventos en los que se
mostraron los alcances del talento de los diseñadores paisas: fue el verdadero
inicio de la historia de la moda nacional. Se comenzaron a romper esquemas,
haciendo que los hitos del diseño que se escribieron en Colombia no fueran
ajenos a los que se marcaron en la moda internacional. El fenómeno de la
moda iba haciéndose cada vez más grande, al mismo tiempo que en otros
lugares del mundo. Lo que en principio pocos se atrevían a llevar puesto, se
fue convirtiendo en uso colectivo, en deseo mutuo para los nuevos amantes de
la moda. Cada vez más mujeres se vinculaban al movimiento de la moda y los
cuidados que debían imprimir a sus cuerpos. Esta ciudad se iba convirtiendo en
el claro ejemplo de que “la moda traduce la irrupción explícita y permanente de
la iniciativa individual en materia de apariencia, el poder de los grandes de este
mundo para interrumpir arbitrariamente la continuidad de los usos, para
impulsar los cambios de formas, de volúmenes, de colores”34.

34
LIPOVETSKY, Gilles. El imperio de lo efímero. La moda y su destino en las sociedades modernas.
Editorial Anagrama, S.A. Barcelona, 1990. p. 20.

29
Hasta la fecha son muchísimos los desfiles que se han realizado en la ciudad, y
ser la sede de Colombiamoda y de Colombiatex, dos de los eventos de belleza
y moda más importantes del país y del mundo, es el orgullo de los antioqueños.
Cientos de modelos se preparan todo el año para poder participar en eventos
como éstos y se enfrentan a la incertidumbre y a la alegría de ser llamadas
para desfilar la ropa hecha por diseñadores famosos, que anualmente visitan la
ciudad de Medellín y vienen a mostrar sus creaciones, al mismo tiempo que
conocen el talento local.

El hecho de producir los materiales con los que se realizan los vestidos hace
de este lugar una opción a la hora de invertir en la moda, de ahí que la industria
textilera y de confección vaya de la mano con la imposición de ella como estilo
de vida para todos y cada uno de los que la habitamos. El mundo de la belleza
se fija en la cotidianidad de todos y se generaliza la obsesión por la apariencia.
Formas, proporciones y modelos hacen hoy, parte de cada espacio que se vive
en la ciudad y ponen de relieve el papel de la figura delgada y de la belleza,
aspectos que se han vuelto característicos a la sociedad antioqueña.

No es gratuito entonces que ferias como Colombiamoda y Colombiatex,


además de que un sector de la ciudad se llame el Centro de la Moda, hayan
convertido a Medellín en la capital de la moda colombiana. Los mismos dueños
de las agencias de modelaje lo dejan bien claro, uno de ellos me decía:
“Medellín es una ciudad de vocación textilera, en donde la moda es uno de los
principales negocios, Itagüí, el Hueco, Coltejer, Fabricato, pues, Medellín es
una ciudad de vocación textilera, empresas muy importantes de la confección y
de la moda están aquí. Hay dos ferias de moda muy importantes, de aquí
salen, la mujer antioqueña tiene una fama a nivel mundial diría yo, de que es
tan bella y tan hermosa”. No está de más resaltar que la belleza del cuerpo
femenino ha tenido un papel significativo en toda la historia de la humanidad,
principalmente en aquellos lugares donde la moda es un elemento importante
para la industria y la cultura. “Medellín es la raíz de las modelos”, proseguía
aquel director de una de las tantas academias que tenemos en esta ciudad.

30
Volviendo al hecho de que al comienzo las modelos eran naturales, mujeres
simplemente hermosas que sólo se limitaban a desfilar las prendas que se les
indicase, y cuyos cuerpos nada tenían de retocados o de modificados por
prácticas que para ellas eran desconocidas, es evidente el contraste que se
presenta en la actualidad, pues los tallajes se han hecho más pequeños, al
igual que la cintura de las modelos. A medida que pasan los años “los cuerpos
de las mujeres se alargan progresivamente, pierden redondez en las formas y
muestran una extrema delgadez en un marco socialmente admitido y
valorado”35; alcanzar la figura, la fama, el reconocimiento y la admiración del
resto de las mujeres se vuelve la meta de niñas, jóvenes y adultas. Todo desde
que el modelaje se convirtió en un ejercicio profesional.

Modelos: hay que prepararse para serlo


Las etapas de la moda, que pasan por un largo proceso y llevan a lo que hoy
se nos impone como novedoso, deben considerarse como resultado de un
camino histórico. De hecho, en las últimas décadas la moda tiene tanto poder e
influencia que se ha convertido en un fenómeno social, incidiendo en la
percepción respecto a la apariencia física y a su importancia en el mundo
actual. La profesionalización de la moda como componente de distinción social
o simplemente como ejercicio laboral en que el cuerpo es el instrumento de
trabajo y de decoración, ha marcado diferencias y lleva a que se impongan
estilos y se estandarice su uso. Llegar a ser una top model requiere de
dedicación, de renuncias, de aprendizaje y de carácter, en la recepción de toda
la información que se nos bombardea diariamente. La moda y la belleza se
encuentran en todos los espacios de la vida en Medellín y las academias
instituyen su dinámica, haciendo que “muchachas formidables, mujeres
sensacionales, (adquieran) un culto en el que la admiración ocupa el lugar de
veneración”36. Así, además de que se idealiza al modelaje, se le vuelve posible.

35
CRUZ SÁEZ, Soledad, MAGANTO MATEO, Carmen. Índice de masa corporal. Preocupación por la
delgadez y satisfacción corporal en adolescentes. En: Revista de psicología general y aplicada. Vol 55. N
3 (julio), 2002. p. 456.
36
RIVIÈRE, Margarita. Moda: Comunicación o incomunicación. Editorial Gustavo Gili. España., 1977.
p. 32

31
Son muchas las mujeres a nivel mundial reconocidas y envidiadas por su
desempeño en el modelaje; cientos de niñas y jóvenes se aferran a la ilusión
de ser completamente delgadas y alcanzar un poco de la fama que a las
supermodelos les sobra. El poder que tienen quienes se mueven en el
modelaje frente a aquellas que simplemente desean acercarse a él es cada vez
mayor. Es un juego de ilusiones; es como contar un cuento de hadas a una
niña de 3 años para que consiga dormirse, “alguien comienza a meternos el
cuento por los ojos, entonces vos llegás y te dejás empelicular por alguien que
si lo haya vivido”. La moda regula la vida de cientos de mujeres y distorsiona
sus concepciones del cuerpo y la belleza, determina valores, usos y formas
corporales, poniendo un nuevo centro de gravedad en sus vidas: el mandato
por la delgadez.

El modelaje como profesión se instituyó hace rato en Medellín y es una meta


especialmente femenina; no es que a los hombres no les afecte la moda y
mucho menos que no modelen o no sean catalogados como bellos, es sólo que
sobre ellos no recae la presión de verse obligados a serlo siempre. Tener el
cuerpo y las medidas perfectas es la meta más deseada; pues en los colegios,
en las universidades, en los lugares públicos, puede observarse cómo la
imagen es uno de los aspectos que llaman más la atención, y cómo las
modelos reconocidas en revistas y en televisión se convierten en fuente de
imágenes y figuras a imitar. La figura que impera “queda fijada como si de un
molde se tratara”37, haciendo que irremediablemente el cuerpo adquiera
valores más físicos que de cualquier otro tipo. Acudir al gimnasio todos los días
para marcar el abdomen, endurecer la cadera, levantar el busto, hacer dietas
evitando las harinas, no comer dulces ni grasas, y practicarse una que otra
cirugía correctiva, junto al exceso de maquillaje, adornos y afeites, son
imposiciones que las modelos dan a sus cuerpos moldeándolos como desean y
cumpliendo con sus expectativas.

37
ARBOLEDA GÓMEZ, Rubiela. El cuerpo en boca de los adolescentes. Estudio interdisciplinario de la
cultura corporal en adolescentes de la cuidad de Medellín. Universidad de Antioquia. Instituto de
educación Física y Deportes. Medellín. 2002. p. 203.

32
Según aquel mismo director de la academia, “es la verdad, las modelos en
Medellín son muy hermosas. Fuera de eso que las mujeres de ahora yo no sé
que están, cómo se están preparando, porque que cuerpos tan bellos
tienen…”, y una modelo agrega, “el trabajo de nosotras es hacer ejercicio,
cuidarse, broncearse, o sea, yo cuando estaba muy, muy metida en eso, pues
que estaba modelando mucho: cámara bronceadora, gimnasio, dieta, un
montón de cosas o sea, te volvés esclava“”. Si, las modelos se vuelven
esclavas de sus propios cuerpos y los convierten en objetos de trabajo, “detrás
de la insatisfacción corporal vienen otros tipos de problemas, el cuerpo como
herramienta de trabajo, el cuerpo como vehículo, como camino”38, se dedican a
moldear sus cuerpos, aún a sabiendas de que el imperativo es casi imposible
de lograr, se engañan tanto y se rechazan de tal manera que los sentimientos
las confunden y no encuentran alternativas que les sirvan como vías de escape
para esta realidad que les carcome.

El negocio de la moda
La moda hoy en día cuenta con un gran componente comunicacional y
publicitario que le brinda la posibilidad de llegar cada vez a más mujeres,
creando en ellas la necesidad de ser delgadas, sinónimo esto de belleza. La
modelo misma es una especie de diosa, “el público la convierte en tal. Pero (la
academia) la prepara, la adereza, la forma, la propone, la fabrica… es una
institución específica del gran capitalismo”39. Ahora el cuerpo es un instrumento
que todos los individuos arreglan a su antojo modificándolo constantemente. La
moda toca todas las esferas de la vida social, estando ligada a factores
sociales, dependiendo de la economía y presentándose a través de los medios
de masas (Rivière; 1977: 177).

La ciudad de Medellín es el contexto que refleja la influencia del industrialismo


y es en ella donde se evidencia la dinámica de la moda y la belleza, puesto que
“los lugares donde la fuerza de la industria del modelaje está presente, hacen

38
Entrevista a Gloria Pérez. Psicóloga del proyecto anorexibulimia en la cuidad de Medellín.
39
MORIN, Edgar. Las Stars. Servidumbres y mitos. Editorial DOPESA. Barcelona, 1972. p. 85.

33
de la belleza femenina una ardua competencia en la que muchas mujeres se
ven presionadas a participar… una consideración del propio cuerpo como su
capital principal y la intervención del mismo como requisito para el éxito
laboral”40. El cuerpo como medio a través del cual se asciende en el campo
laboral, es convertido en un objeto de manipulación que recibe
transformaciones y es expuesto a peligros antes ni siquiera concebidos. Poner
en riesgo la propia vida es un ejemplo que nos llega a diario por medio de los
noticieros. Y aunque pueda no parecernos una problemática cercana, la
presión es para todas, sin importar la edad; niñas, adolescentes, profesionales,
madres de familia, todas sentimos esa fuerza arrasadora de la imagen bella.
Como me lo contó una mujer bastante aterrada frente a esta situación, “te digo
que es muy duro porque en el caso mío, yo ya tengo casi 50 años, y mi marido,
yo me siento a ver televisión y salen aquellas mujeres y yo digo que vergüenza
por Dios, cuando yo me tenga que quitar la ropa y que me vea, (sonríe), eso es
horrible. Y eso todo el día te lo están recordando, te lo están restregando”, y
agrega, “las modelos que salen en la televisión todas son iguales, mírenlas”.
Esa similitud es la que centenares de mujeres se empeñan en obtener, el
deseo de homologarse a las modelos reconocidas es más frecuente de lo que
podría pensarse y no sólo es producto de los medios de comunicación.

Agencias y academias de modelaje hay en esta ciudad por cantidades, en


algunos sectores se encuentran una en cada esquina, para que niñas, jóvenes
y mujeres adultas se preparen y lleguen a ser modelos. Es realmente un
negocio el que gira en torno a la moda; prendas costosas, maquillaje, pasarela,
comercio, toda una industria que atrapa a cientos de personas y que convierte
al cuerpo en único objeto de trabajo, en una herramienta que pulir
constantemente para que genere ganancias. Gloria Pérez, una de las
psicólogas del proyecto delgadez, patrocinado por la Alcaldía de Medellín y
cuyo objetivo es el de promover la diferencia en cuanto a las formas corporales
se refiere, me decía alguna vez que “el negocio de la belleza es el cuarto

40
VIGODA GONZÁLEZ, Nicole. La intervención del yo y de la corporalidad a través de la medicina
estética y la cirugía plástica. Maestría de Antropología Social. Departamento de Antropología.
Universidad de los Andes. Bogotá, 2004. p. 5.

34
renglón económico, entonces todo ese tema de la globalización, ha creado un
ideal de belleza”. Y no es sino mirar a nuestro alrededor para confirmarlo.

Entre más bella sea una modelo, más posibilidades de trabajar tiene, más
admirada es y más reconocimiento alcanza: “la estrella es una total mercancía:
no hay ni un solo centímetro de su cuerpo, ni una fibra de su alma, ni un
recuerdo de su vida que no pueda ser lanzado al mercado… La multiplicación
de sus imágenes, al contrario de alterarlo, aumenta su valor, y la hace más
deseable”41. Envidia, ambición, frustración, son tan sólo algunos de los
sentimientos que se reproducen, pues además de ser un negocio, la moda es
una máquina de sueños y de pesadillas. Sueños hechos realidad para aquellas
que logran desempeñarse en el campo de la moda y la genética les ha dado un
ayudita frente a la delgadez; pesadilla para las que no alcanzan la figura ideal y
se ven enfrentadas a los comentarios de quienes les rodean y al ascenso de
las que cuentan con mayor suerte.

La industria de la moda y la belleza es una compra y venta de modelos, es un


mercado en el que la modelo es la mercancía, de hecho la prenda puede pasar
en ese momento a un segundo plano. Lo importante es conseguir a la modelo
que se ajuste a las necesidades: “Ellos me dicen más o menos y yo ya
preselecciono, observo qué niñas tienen ese prototipo de modelo que necesitan
ellos y después se las llevo a la audición y allá seleccionan. Eso es lo que
hace”; no es nada extraño que se escuche decir: “vos te parás en una audición
es a vender”. Incluso se regatea: “no porque es que mirá que la muchacha no
está en buenas condiciones…”. Es triste la realidad, pues eso me lo decía un
profesor de modelaje, “la imagen se compra y se vende, tuve una alumna que
se ganó la chiva, le dieron una moto, la vendió y se colocó siliconas. O sea, es
así, este cuento es así”. Se juega con las ilusiones y se prometen imposibles,
“nosotros estamos aquí para cumplir sus sueños, y si usted quiere salir en una
revista yo la pongo en la revista, y si usted quiere salir en Colombiamoda, yo la
pongo en Colombiamoda, pero hay que sacrificarse, entonces de una les decís
es que hay que hacer dietas, hay que hacer ejercicios…”

41
MORIN, Edgar. Las Stars. Servidumbres y mitos. Editorial DOPESA. Barcelona, 1972. p. 87.

35
El tenerse que mantener bellas lleva a que se incremente el consumo en
productos para mejorar la imagen y acoplarse en una sociedad en la que ésta
se vende. La cadena económica se refuerza y “los productos de belleza, antes
símbolo de lujo de las clases altas, han alcanzado, gracias sobre todo a las
falsas promesas de los medios de comunicación, un alto índice de consumo”42.
La moda y la emisión diaria de mensajes relacionados con ella por parte de los
medios de comunicación, se han adoptado como parte de un nuevo estilo de
vida. La delgadez es vendida a diario de una manera sorprendente, geles,
fajas, pastillas y demás, “la industria de la dieta se ha multiplicado y el consumo
se incrementa provocando la necesidad de que nuevos bienes sean
introducidos en el mercado”43.

Y hay más
Otro aspecto que debe considerarse dentro de la actividad económica que gira
en torno a la moda, es la capacidad adquisitiva de quien desea ser modelo. Es
necesario contar con el dinero suficiente para poder conquistar la imagen
anhelada, “el cuidado del propio cuerpo (las dietas, la actividad física, los
intentos de mantener el cabello y los esfuerzos para hacer desaparecer la
grasa del abdomen o la celulitis, así como los cuidados de la piel) llegan a ser
deberes que hay que cumplir, pero que a menudo tropiezan con la
imposibilidad de gastar dinero y de invertir tiempo, o con la desgana y las
debilidades de la gula”44. Cuando una mujer no tiene la capacidad económica
para sostener la belleza, es ahí cuando la preocupación se hace mayor y se
acude a procedimientos no tan costosos, pero que prometen el mismo
resultado.

Muchísimas mujeres se apresuran a la primera opción que tienen a la hora de


moldear sus cuerpos y acuden a las clínicas de garaje como su mejor elección.
En periódicos como el Espacio, la Chiva y el Colombiano, puede leerse que

42
SQUICCIARINO, Nicola. El vestido habla. Consideraciones psico-sociológicas sobre la indumentaria.
Ediciones Cátedra, S.A., Madrid, 1990. p. 64.
43
Ibíd., p. 177.
44
MORRA, Gianfranco. En: Atavíos: raíces de la moda colombiana. Villegas Editores. Bogotá, 1996. p.
64.

36
esta triste problemática es reflejo de la realidad. Estos medios de comunicación
han mostrado en sus columnas los fracasos de las cirugías estéticas y los
problemas de salud que ello trae consigo, todo por el afán de ser delgadas y
por la falta de dinero suficiente para la realización de una operación en manos
de profesionales calificados para ello. Titulares como “El calvario de las
cirugías plásticas”45 no hacen más que hablar de casos en los que los
resultados no son los esperados. Fotos de cuerpos deformes a causa de
exceso de silicona, cinturas sin forma y abdómenes para nada planos que en
lugar de ser delineados son por completo amorfos, resultan de una inadecuada
intervención, cuando la única ilusión era la de ser expuestos ante los ojos de
los demás y admirados por todos y todas.

Esas imágenes pueden verse en la prensa de nuestra ciudad, imágenes que


reflejan el peligro que se corre cuando en lugar de aceptarnos como somos,
nos empeñamos en ser como nos lo imponen. “Con nosotros trabajan también
instituciones, son instituciones muy serias, uno le aconseja, se hace un estudio
previo, antes de, y ya”, palabras éstas del director de la academia, poniendo en
evidencia que además de formar a las mujeres para desenvolverse como
modelos, tienen el lugar exacto al cual enviarlas en caso de necesitar un
retoque.

Es precisamente el miedo a engordar el que hace que las cirugías estéticas se


vuelvan cada vez más comunes, y es que “a diferencia de cualquier cirugía, la
estética parte de una premisa, que no es imprescindible para que la persona
pueda seguir llevando una vida normal”46. Aunque ésto parece no importarle a
algunas mujeres adineradas, pues pueden llegar a hacerse retoques sobre
retoques, cuando lo consideran necesario; mientras que las que no tienen
suficiente dinero acuden a lugares más económicos, poniendo en riesgo sus
cuerpos y sus propias vidas. Según Gloria Pérez, “son muchísimos casos; el
cirujano plástico con todos los títulos no está al alcance de todas las niñas,
pues el problema y la búsqueda de delgadez sí está introyectado en todas las

45
Tomado de: Informe Especial de la Revista la Chiva. N. 772, Marzo, 2007. p. 8.
46
Tomado de: Salud Coomeva. N. 4 (dic), 2001. p. 26.

37
niñas, entonces la que tiene los millones de los millones se podrán hacer la
cirugía con toda la seguridad, pero hay quirófanos de garaje, o métodos de
intervención de garaje en unas condiciones pues tenaces”.

De esta manera se presenta ante nuestros ojos la realidad socioeconómica de


la ciudad, marcando diferencias en cuanto al acceso a los métodos de belleza,
mas no en cuanto a los referentes que mienten sobre las proporciones que
distorsionan las miradas frente a las medidas indicadas. Cirugías en las que se
exagera el tamaño del busto y se adelgaza al máximo la cintura, eso es común
en Medellín, mujeres que quieren adelgazar sus caderas, delinear sus cinturas
y entrar en la competencia de las formas, independiente del estrato
socioeconómico al que pertenezcan.

Vivir bajo presión


Belleza, moda y modelos son tres palabras inscritas en la mente y en el
vocabulario de todas las mujeres. Ver diariamente a aquellas que son
admiradas por los hombres e incluso por nosotras mismas, eso ya genera
suficiente presión y hace que las prioridades cambien y la belleza se convierta
en el foco central en la vida de muchas de nosotras; “todas quisieran tener el
cuerpo de una modelo, todas, queremos, soñaríamos, cualquiera, tener un
cuerpo de esos, una cara de esas tan divinas”, dice exaltada esa misma madre
de familia que no deja de sorprenderse con la realidad que la envuelve. Las
modelos están buscadas, esculpidas, creadas dentro de unas exigencias
férreas. Todo está reglamentado en sus cuerpos: la altura, el peso, las medidas
anatómicas, la forma de la cara… es imposible cualquier interrelación de su
belleza, cualquier resquicio por el que podamos colarnos. La moda si
incomoda, nos limita, nos señala, nos restringe: no usamos lo que nos gusta
sino lo que se nos impone, no aceptamos la imagen corporal que tenemos sino
que hacemos hasta lo imposible por cambiarla, obligando a los cuerpos a
alcanzar una figura que va en contra de nuestra propia contextura.

38
No podemos evadir nuestras curvas tan distantes de la imagen que nos
empeñamos en obtener. Pretendemos cambiarlas por formas lineales tomando
como propios moldes que, en palabras de Gloria Pérez, son “completamente
longilíneos, de brazos muy largos, de piernas muy largas y con una cintura muy
pequeña; esa figura antes era completamente alejada de la realidad, hoy en día
se ha vuelto alcanzable”, alcanzable pero perjudicial ya que afecta a un
conjunto de personas que vive en esta ciudad, y les cohíbe a la hora de percibir
y pensar sus cuerpos. Es gracias a esas “imágenes prefiguradas (que) la
industria ha estigmatizado y capitalizado la obsesión por la apariencia.
Comportamientos globalizados, representaciones y prácticas con una
raigambre regional difícil de erosionar”47.

Se van desgastando
Es claro entonces que hay trastornos de salud que giran en torno a la imagen
bella. La ciudad de Medellín, junto con todos los actores que intervienen en
ella, impulsa la obsesión por el cuerpo, el rechazo a lo diferente y el encierro en
la propia corporalidad. Sólo tiene importancia la imagen que se desea lograr:
provocarse de manera exagerada el vómito o pasar mucha más tiempo del
requerido en un gimnasio, es muestra de esta situación; “la salud-enfermedad
es una expresión particular de las condiciones de vida históricamente
determinadas que sobrellevan los grupos sociales”48. De ahí que las
complicaciones del esfuerzo por lograr la delgadez y ser modelos no sean sólo
físicas sino también comportamentales. Junto con la negación del problema, se
pone en peligro su integridad personal y física; “no estoy enferma, no tengo
ningún problema, no estoy tan delgada”, bla, bla, bla, frases estas que se
vuelven comunes y son repetidas por ellas al pretender despistar o tranquilizar
a sus familiares o amigos, Aparecen malestares físicos y desajustes
emocionales como manifestación del desgaste, los cuales no pueden obviarse
tan fácilmente en la medida en que el modelaje como profesión se vuelve una

47
ARBOLEDA GÓMEZ, Rubiela. El cuerpo en boca de los adolescentes. Estudio interdisciplinario de la
cultura corporal en adolescentes de la ciudad de Medellín. Universidad de Antioquia. Instituto
universitario de educación física. Línea de investigación cultura somática. Medellín, 2002. p. 227.
48
BREILH, Jaime. La lucha por la salud de la mujer: Fetichismo y Verdad. En: Investigación y educación
en Enfermería. Vol VII. N. 1 (mar), 1990. p. 85.

39
cuestión a considerar: “donde aparece la insatisfacción, ahí es donde aparece
el trastorno, en esa discrepancia que hay entre el ideal que te están vendiendo
y la realidad que tienes”. Los cuerpos se desgastan, aunque algunas mujeres
se engañen creyendo que sus nuevas figuras son el mejor reflejo del
cumplimiento de su cometido.

Es por ello que el modelaje, como ejercicio cada vez más fuerte dentro del
capitalismo, tiene unas características que le son propias. Si bien el trabajo nos
condiciona y se convierte en un indicador, en este caso funda la necesidad de
ser siempre bellas, y no está de más reconocer que “la mayor parte de las
molestias y enfermedades crónicas o agudas pueden explicarse en función de
las características del proceso laboral”49. Hay un desgaste que se manifiesta en
el cuerpo de quien se esfuerza por alcanzar el ideal, aunque no se excluyen
otros aspectos que también son importantes para su presentación.

La belleza es una ley que nos fue impuesta y bajo la que una considerable
cantidad de mujeres se encuentran regidas. Moda y delgadez, son temas
bastante arduos y la problemática no es ajena a nadie, haciéndonos ver que
más que alcanzar un sueño, ser modelos se convierte en una terrible pesadilla.
Fotografías, pasarelas, comerciales y todas las actividades que giran en torno a
la belleza, pueden llegar a convertirse en opresión para las mujeres, ya que las
modelos deben cuidar su imagen y, necesariamente, mantenerla.
Acerquémonos más bien a lo que nos afecta y que está destruyendo la vida de
muchísimas mujeres en nuestra ciudad. No desconozcamos que los medios de
comunicación, especialmente la televisión, no hacen más que alimentar
ilusiones; figuras tan perfectas no siempre son posibles: poner una cara, unas
piernas y un abdomen diferentes en un mismo cuerpo, eso puede pasar
fácilmente. Según un profesor de modelaje “vos podés coger, tomarle la foto a
una nena de cuerpo y colocarle la cabeza de otra, y ya”, puede ser la
combinación de cuerpos que pertenecen a diferentes mujeres y aún así nos

49
LAURELL, Asa Cristina. El trabajo como determinante de la enfermedad. En: Cuadernos médicos
Sociales. N. 56. (jun), 1991. p. 31.

40
empeñamos en querer ser tan delgadas y tan bellas como las que vemos en
televisión. Nos enfrentamos diariamente a ese espejismo y nos acostumbramos
al engaño de soñar con conseguirlo, “la publicidad dice: ésto es alcanzable,
usted puede, bonita, flaquita, feliz, si usted logra ésto, alcanzó la felicidad
absoluta, la van a querer, es bonita, es exitosa, y evidentemente lo consigue a
veces”.

41
CAPÍTULO III
ADHERENCIA
ADHERENCIA A UN IDEAL Y LUCHA POR
ALCANZARLO

“Las mujeres juegan con su belleza,


como los niños con un cuchillo,
y se lastiman”
Víctor Hugo50

D ecir que algo anda mal en la sociedad, es decir que las prioridades han
cambiado, al igual que los valores bajo los cuales ella se rige. No niego
que “es evidente que la cultura corporal, como subcultura, no puede ser
analizada e interpretada, sino en el contexto social que la genera y
retroalimenta”51, es sólo que en Medellín todos y todas hemos sentido
modificaciones que reflejan algunas de esas influencias, creando nuevas
concepciones frente al cuerpo y a la belleza. Para bien o para mal, la imagen
bella ha logrado establecer estándares que hace algún tiempo no se
consideraban aceptables. Años atrás la extrema delgadez era sinónimo de
enfermedad y ahora para muchas y muchos es la única condición de una
buena figura. “La apariencia ideal compromete características corporales cada
vez más rigurosas en lo referente a proporciones y formas”52, lo contradictorio
es que precisamente esas formas corporales con las que contamos las mujeres
en este país son bastante diversas: baja estatura, busto pequeño, caderas
anchas, piernas cortas, rasgos que nos son propios, al igual que diferentes
comportamientos frente al cuerpo, pero que no coinciden con la imagen que
nos están vendiendo.

50
No comer cuento. Guía para procesos de formación y multiplicación. Campaña de prevención de la
Anorexiabulimia en mujeres. Medellín, 2005. p. 81.
51
BOLÍVAR BONILLA, Carlos. Interpretaciones sobre la cultura corporal de los adolescentes escolares.
Trilce Editores. Santa fe de Bogotá, D.C. Chapinero, 1998. p. 17.
52
ARBOLEDA GÓMEZ, Rubiela. El cuerpo en boca de los adolescentes. Estudio interdisciplinario de la
cultura corporal en adolescentes de la cuidad de Medellín. Universidad de Antioquia. Instituto de
educación Física y Deportes. Medellín. 2002. p. 211.

42
La ciudad de Medellín, después de alcanzar reconocimiento como la capital de
la moda colombiana, ha tomado para sí, parámetros bajo los cuales se califica
la belleza o perfección de un cuerpo y los estandariza, haciéndonos ver que “el
cuerpo es el espacio del sujeto y el vector con el entorno”53. Mujeres bellas, si,
con cuerpos envidiados, por supuesto; pero a costa de qué?, de adherirse a
una idea impuesta por el negocio de la moda, aun sin imaginar las penosas
consecuencias a las que ésto puede llevar. Aferrarse a una figura
preestablecida y hacer hasta lo imposible para lograrla, eso es lo que puede
verse hoy en día en Medellín; niñas, jóvenes y mujeres adultas que creen que
tratando de alcanzar la belleza física van a lograr la fuente de felicidad y de
aceptación social. No sólo se modela en las pasarelas, se hace en todos los
lugares y a todas horas: “por decir uno va a una universidad o va a cualquier
parte y las niñas ya se visten es como si fueran para fiestas, o como si fueran
modelos”; no está de más indicar que “cuando un individuo aparece ante otros,
proyecta, consciente e inconscientemente, una definición de la situación en la
cual el concepto de sí mismo constituye una parte esencial”54.

El mantenerse bien y cuidarse de no subir de kilos es una preocupación


constante entre quienes se desenvuelven en el mundo de la belleza, y en el
modelaje como profesión, esto puede evidenciarse. La manera en que se
muestra el cuerpo habla de su importancia y de la cantidad de tiempo que
dedica a su mantenimiento. Para Nicola Squicciarino, por ejemplo, el modo en
que llevamos nuestros cuerpos trae consigo la caracterización y valoración de
los mismos y de las personas, en la medida en que la moda y “la aparición del
espectáculo como forma predominante de la expresión cultural y de identidad
personal, corre el riesgo de reducir a una mentira un fenómeno
antropológicamente relevante como el vestido, lo que facilita que el hombre se
haga inaccesible no sólo respecto a sí mismo, sino y también para los
demás”55. Llevar determinadas prendas que se ajustan a nuestras formas

53
ARBOLEDA GÓMEZ, Rubiela. El Cuerpo. Entre la vieja y la nueva cultura. En: Educación física y
deporte. Vol 20. N. 02 (ene- jul), Medellín, 1999. p. 27.
54
GOFFMAN, Erving. La presentación de la persona en la vida cotidiana. Editorial Amorrortu.
Argentina, 2001. p. 258.
55
SQUICCIARINO, Nicola. El vestido habla. Consideraciones psico-sociológicas sobre la indumentaria.
Ediciones Cátedra, S.A. Madrid, 1990. p. 190.

43
corporales es otra manera de imponer estilos e igualar figuras, no sólo miramos
a las modelos y emitimos comentarios frente a sus cuerpos, hay otros ámbitos
que se ven afectados, ya que “la imagen corporal comprende muchos
aspectos: visual (lo que ve cuando se mira), mental (lo que se piensa sobre la
apariencia), emocional (lo que se opina acerca de su peso-estatura),
cinestésico (percibir y controlar su cuerpo) e histórico (experiencias de toda la
vida)”56.

Los cuerpos nos hablan, contándonos sus historias y sus percepciones de ellos
mismos, son elementos discursivos en que leemos los dispositivos culturales,
de manera que si cambia la corporalidad, cambian también sus
representaciones; se ve alterada la manera en que los percibimos, los
aceptamos y entonces nos enfrentamos a ellos. Recibimos fantasías y
respondemos a ellas, aunque sea a costa de sufrir modificaciones y cambios,
pues el ser humano proyecta sobre imágenes sus deseos y temores. Esta vez
el cuerpo tiene que cargar el peso de una sociedad en la que la apariencia
mueve a los individuos y el lugar que han de ocupar en ella. La juventud y la
belleza van de la mano y son con mucha frecuencia un carácter, no secundario
sino esencial, de la época actual.

Cambios corporales, renuncias, insatisfacciones


insatisfacciones
Es mediante el cuerpo que todo ser humano negocia su adaptación o rechazo
a los dispositivos de control en que los está inserto. Todos decidimos lo que
nos gusta y rechazamos lo que está en contra de nuestras necesidades, pero
en el caso de la moda, la presión parece ser superior a la fuerza de voluntad y
a la capacidad de decisión. Todo lo que ideamos se refleja en nuestro cuerpo,
en la forma de movernos y en las actitudes que tomamos. Lo superfluo se ha
apoderado cada vez más de nuestro pensamiento, lo pasajero atrae más que lo
realmente fundamental; ahora tiene mayor valor para las adolescentes
prepararse como modelo que desempeñarse en cualquier otro ejercicio laboral,

56
FREEDMAN, Rita. Amar nuestro cuerpo. Guía práctica para mujeres, Cómo gustarnos a nosotras
mismas. Ediciones Paidós Ibérica, S.A. Barcelona, 1991. p. 21.

44
pues ello promete óptimos beneficios económicos, y al parecer, creen ellas,
con menor esfuerzo.

Pero cuando alguien dice “vos tener que renunciar a, o sea vos ver que tu valor
no está en lo que vos sos por dentro, en lo que realmente vales sino en cómo
te ves, eso desgasta, y yo creo que desgasta es el alma…”, es ahí cuando no
podemos obviar lo que hay detrás del modelaje; éste va más allá de simples
cuidados del cuerpo y de la imagen, requiere sacrificios que muchas mujeres
están dispuestas a realizar, trae consigo malestares y cuestionamientos, lleva
irremediablemente a la insatisfacción y hace de los cuerpos centros
moldeables, objetos de consumo, de placer visual: “hasta cierto punto te
puedes cuidar, pero ya llega un espacio que se sale de tu control, entonces es
una niña que siempre va a estar destinada a estar sufriendo con su cuerpo, a
estar insatisfecha corporalmente, y a desarrollar otro tipo de trastornos, una
depresión…”. Son presas de una obsesión que pone en riesgo la integridad
física y emocional, incluso una madre de familia me lo decía con temor, “es que
ahora estamos es obsesionados, estamos es obsesionados ya con eso, y eso
ha sido lo más triste, una obsesión, y la gente como que no escarmienta”.
Detrás de esto hay algo más que belleza y cuerpos perfectos, ya que la
situación cambia cuando en Medellín en vez de vivir la moda, se padece: “la
importancia de la corporeidad para nuestro sentido del yo es amenazada por la
enfermedad, pero también por la estigmatización social, nos vemos forzados a
realizar trabajos faciales y reparaciones corporales. Nuestros cuerpos son un
entorno natural, no obstante están a su vez socialmente constituidos; la
desaparición de este entorno es a sí mismo mi desaparición”57. El desgaste
que este trabajo genera en los cuerpos de las modelos, así como sus
exigencias y restricciones, hacen que la imagen corporal bella se mueva en su
gran dinámica. Si no se cuenta con los atributos suficientes para ser modelo,
simplemente no es posible serlo; pero ésto en lugar de tomarse como un
rechazo ante una opción que ya no puede ser, es asumido como un reto y una
pelea contra el cuerpo. Se atenta contra él, exponiéndolo a casos tales que
apenan, enfermedades que terminan en la muerte, cirugías mal realizadas que

57
TURNER, Bryan. El cuerpo y la sociedad. Fondo de Cultura Económica. México, D.F., 1989. p. 32.

45
crean mayor inconformidad, exceso de ejercicio que agota e impide hacer otras
actividades… “y la gente se imagina que ser modelo es lo más fácil de este
mundo, pero pues yo creo que es de las cosas templadas que hay pa´ hacer…
por la presión, o por todo lo que viene detrás, hay que mantenerse en forma,
hay que prepararse, hay que estar en constante entrenamiento, no es
simplemente hay yo quiero ser modelo y ya”. No es un juego, es una realidad
que nos encierra y nos cohíbe, nos limita y nos agobia. Es una obligación, un
deseo impuesto convertido en necesidad.

El tener que mantenernos en forma hace que las exageradas exposiciones a


ciertas actividades nos perturben, modificando la apreciación sobre nuestros
cuerpos y creando desórdenes en ellos. Muchos son los casos a nivel mundial
de mujeres que se entregan por completo a la tarea de adelgazar, de
ejercitarse diariamente y someterse a prácticas que en lugar de ayudarles a
lograr su cometido, las encierra en un laberinto sin salida. Los noticieros
cuentan, con frecuencia, las historias de todas aquellas jóvenes que sufren e
incluso mueren a causa de su extrema delgadez; mujeres que se dedican
desde niñas a la vida del modelaje, no ven más allá de él y no se dan cuenta
del daño que se hacen, “en qué van a caer, en un juego, en un vicio, o sea, que
no pude colocándome las siliconas entonces me voy a hacer la
abdominoplastia, entonces que me voy a operar la nariz, entonces que…”

Gozar de figuras estilizadas y ser observadas y admiradas por los hombres,


hace que la motivación sea aún mayor para quienes ven en ello su felicidad.
Qué pasa entonces cuando un simple deseo, motivado por agentes sociales
(familia, amigos, medios de comunicación), se convierte en fascinación y sólo
se piensa en tener medidas para muchos enfermizas? Diariamente nos venden
la imagen de las modelos como la silueta ideal; para algunos es evidente el
engaño de los medios de comunicación y el sufrimiento creado por la presión
de imponer la delgadez como eje focalizador en la vida de cualquier mujer, sin
importar su edad, su color y mucho menos su posición social. Es imposible
negar el alto porcentaje de mujeres que en la ciudad de Medellín le creen al
modelaje, para ser precisamente éste el que en poco tiempo perturba y

46
destruye sus vidas, “ella estaba aburrida con su vida y con como era… ella
creía que tenía que ser más delgada… ella estaba cegada dentro de su
obsesión y sus anhelos”.
La tiranía de la belleza aparece y se encarga de recordarles que nunca se está
lo suficientemente delgada como las modelos que se observan en televisión, ni
lo suficientemente bellas para atraer las miradas de todos los hombres; “tú no
estás en ese concepto, esa es la forma más sutil de decirle espere que
después le va a ir bien, o sea es como un engaño”. Se juega de esta manera
con la vanidad femenina y se mueven emociones que en lugar de fortalecer
caracteres, crean frustraciones y sentimientos de culpa. Por un tiempo se vive
en un mundo de fantasías, en un cuento de hadas, que luego se vuelve una
terrible realidad.

Numerosas historias que hablan de mujeres cuyas vidas no son las mismas
desde que convirtieron el ideal de belleza en un imperativo, han sido
divulgadas en diferentes medios de comunicación y son un claro reflejo de la
problemática que nos angustia. De hecho, algunos casos me fueron contados
por terceros y se ajustan a lo que pretendo describir, mostrando además que
es una problemática real y no producto de la imaginación de algunos como yo,
que se cuestionan frente a la imposición de un único ideal de belleza. Y aunque
más adelante me referiré a ellas, es hora de comenzar a acercarme e
identificar la contradicción entre esas mujeres que al envolverse en sueños se
vieron ahogadas en la dura realidad, obligadas a despertar cuando ya era una
completa pesadilla. La fantasía de ser bellas, admiradas e incluso deseadas, se
instala en las mujeres, para luego ser un peso sobre sus espaldas, una carga
que les impide avanzar. Son cuerpos observados, inseguros, modificados,
asfixiados, que expresan la inconformidad y la presencia de un peligro
eminente: el desgaste físico, emocional y social que enferma, deprime y mata.
Lo que se inicia como una ilusión y como la posibilidad de convertirse en una
excelente opción laboral, puede muchas veces tener un triste final: “Ve, a ella
por ejemplo se le baja el potasio y cae al suelo redonda, pero redonda, tú le
ves el pelo y el pelo es opaco, opaco, opaco, la piel, la piel es hermosísima, es
una mujer hermosa impresionante, es una gitana lindísima, pero la piel vuelta

47
nada, uno le ve la columna ya medio salida, impresionante, muy delgada, los
bracitos delgados, ehhh los dientes, ya de tanto vomitar…”

Las consecuencias no demoran en evidenciarse, y los cuerpos ya desgastados,


e incluso aquellos que aún no lo están, son la muestra de un nuevo estilo de
vida que cambia la visión de las cosas y propone alternativas, cada vez más
ilógicas, para alcanzar la figura deseada, algunas de ellas son imposibles de
superar debido a que han acabado con gran parte de sus vidas. “Es tal, o sea
es tal en cuento en el que ellas están metidas, es que es como si alrededor de
ellas hubiera como una nube, ellas no ven”. La realidad las enfrenta a las
princesas que querían ser y ni las mismas condiciones que las agobian pueden
hacerles entender que nunca podrán serlo. La ceguera las aparta, las debilita y
las envicia, les hace ver hacia un punto fijo, una sombra que las acompaña a
todos lados e impulsa los actos de su cotidianidad. Entran a un estado en el
que sencillamente la finalidad es la de ganar y mantener una apariencia para
ellas perfecta. En este proceso se atormentan y se engañan al momento de
proyectarse, “no, es que yo quiero ser más famosa que Natalia París”; se
desgastan físicamente al ejercitarse más de lo que deberían, “dentro de su
flacura, hacía dieta”, y no queda más que tomar una decisión y las medidas
para generarla, “entonces te diste cuenta que tenías que transformar tu cuerpo
para alcanzar esa felicidad…”. De lo contrario ni se es feliz ni se obtiene trabajo
como modelo.

Y es que tantos esfuerzos y sacrificios no son en vano. La belleza se vende y el


cuerpo debe someterse a esas transformaciones y moldeamientos para
desempeñarse bien y no desaparecer del medio de la moda, “o sea, en esto es:
sirven o no sirven, ya... si en seis meses no me he dado cuenta de que no
sirvo, no me voy a dar cuenta nunca”. De hecho, un profesor decía “es que el
cuento es este: yo puedo llevar a las audiciones las mujeres que sirven para las
audiciones, si vos no servís para la audición cómo te voy a llevar”. Es un
comercio constante, en el que las modelos son el objeto de consumo. Así, las
mujeres se ven direccionadas hacia el perfeccionamiento de sus cuerpos.
Incluso los cambios drásticos les causan graves complicaciones, pues algunas

48
veces las cirugías estéticas, los diferentes tipos de dietas o las excesivas horas
de ejercicio, tienen efectos contrarios a los esperados y se desgastan. “Es un
ideal inalcanzable, o sea el ideal que nos están mostrando muy poquiticas
mujeres lo pueden alcanzar, las otras niñas qué hacen, empiezan una carrera
loca, me pongo senos, me quito abdomen, me quito muslos, me pongo glúteos,
ehhh me meto en la cámara bronceadora, me pongo inyecciones de no sé que
aquí, me hago cirugía aquí, y nunca acabo, es crear una necesidad para poner
a consumirla”58, es ponerlas a caminar por el mismo sendero.

Las mujeres de Medellín tenemos cuerpos con características del fenotipo


latino, curvas pronunciadas, medidas que no podemos cambiar simplemente
con creer que es fácil hacerlo, hasta que sean cuerpos lineales; es
anatómicamente imposible que mujeres con senos pronunciados y caderas
anchas puedan lograr ser absolutamente delgadas, tan delgadas como las
modelos europeas cuyas costillas resaltan y cuyas piernas parecen doblarse a
cada paso que dan. Son como muñecas de cristal que pueden quebrarse con
un mal movimiento, como las barbies con las que de niñas se jugó y ahora se
pretende imitar, “entonces hay formas corporales que no se ajustan tanto, lo
vemos, yo lo veo también como un deseo de homologar y de igualar y de
clonar a todo el mundo, siempre la cultura como muy mediática y un afán como
de alienar a todos y ponernos a todos igual”. Imponer una figura
completamente opuesta a la nuestra es una verdadera contradicción, considero
que en lugar de ser atractivo, es una agresión a la estética, a la corporalidad y
un atentado contra la salud, contra la propia vida, “esas características juntas
son imposibles, generan una insatisfacción muy grande en las niñas…”. La
forma natural que se tiene, se ve hoy en la obligación de cambiarse hasta
lograr tener el cuerpo en extremo delgado, la única forma atractiva en nuestros
días.

La cosmética, los gimnasios, las dietas, las cirugías plásticas, todas son
fuentes de belleza y promueven la extrema delgadez. Son muchas las mujeres
que acuden a estos métodos para lograr ser bellas, pero esto no quiere decir

58
Entrevista a Gloria Pérez. Psicóloga del proyecto anorexibulimia en la cuidad de Medellín.

49
que sean los únicos culpables de los problemas físicos y emocionales a los que
ellas se enfrentan; también hay otra causa determinante, y de hecho lo es
mucho más: el contexto en que nos movemos. Medellín influye de manera
directa, tanto que desde temprana edad nos vemos frente a la necesidad de
ser bellas y esforzarnos en ello. La culpa es entonces de alguien en especial?,
de unos pocos que pretenden estandarizarnos, y de muchas que se dejan
llevar? La ciudad, la moda y la vanidad se hacen presentes a cada instante, al
igual que el desgaste manifiesto en los cuerpos de las que se empeñan en ello,
siendo inevitable que salud y belleza se entrecrucen, mostrándonos que en
este plano “la salud de la mujer es el resultado de la oposición de un conjunto
de fuerzas contradictorias que experimenta en su vida; unas que la protegen y
mejoran y otras que la deterioran y la destruyen… en cada sociedad y en las
distintas clases sociales que la componen van surgiendo condiciones
destructivas que deterioran y envejecen a la mujer”59.

En la dinámica del modelaje como ejercicio profesional es evidente que el


desgaste y el deterioro se van haciendo cada vez más comunes. Mujeres que
reflejan esta problemática y ponen en tela de juicio lo saludable del modelaje y
la aparente vida feliz de las modelos. Se llora, se sufre, se somete a
comparaciones, a rechazos, a excesos, y aun así hay quienes se empeñan en
ser modelos; es como si algo les vendara los ojos y no pudieran dimensionar lo
peligroso y la dañino de este trabajo. Es un ejercicio profesional que destruye,
que atenta contra la integridad personal y las deja sin la tranquilidad y la
libertad de ser bellas sin tener que parecerse a alguien más.

Pero la situación se complica cuando se intenta despertarlas de una realidad


que no les pertenece; “lo que les dijo es que se dieran cuenta que ellas no
servían para modelos, o sea les puso un ejemplo con una niña, ella miren como
es de bonita, miren como es de alta, miren el cuerpo que tiene, entonces a ella
sí la llaman, a ustedes cómo las van a llamar…”, estas palabras hieren,
maltratan y son comunes en las escuelas de modelaje. No se lleva a audicionar

59
BREILH, Jaime. Trabajo Femenino y Salud en la construcción del nuevo ser humano. En: Gaceta de la
Salud. N. 12 (jul), 2002. p. 10.

50
a quien no cuente con las condiciones propias para ello, se enmascara el
rechazo por la falta de la figura corporal indicada con la siguiente frase “si vos
no tenés actitud no servís”. Pero es que la actitud la tienen todas, sólo es
cuestión de potencializarla, lo que no poseen todas es el cuerpo
completamente delgado, ese sólo lo tienen unas pocas; incluso un
administrador de una academia se empeña en mentirse a sí mismo, replicando:
“fuera delgadez, adiós delgadez, niñas bien proporcionaditas, bien lindas, bien
bellas... gracias a Dios nos va muy bien con las empresas”.

Otros problemas
problemas asociados
Todos estos hábitos y prácticas, que se incorporan con grandes sacrificios
físicos, psicológicos y hasta económicos, son considerados imprescindibles
para gozar del supuesto bienestar que se les propone a la hora de lograr la
ansiada felicidad, la realización personal y llegar al status social pretendido.
Algunas prácticas llegan incluso a volverse obsesivas, el exceso de ejercicio,
por ejemplo, en muchos casos es reflejo de la desproporción entre lo que se
quiere y lo que se puede hacer, “el deporte que desgasta zonas corporales o
reduce áreas específicas es utilizado sobremanera, evitando y rechazando
cualquier deporte que desarrolle la musculatura, en general”60.

La enfermedad también se hace presente y “es la antesala de algo nuevo,


donde lo viejo no se sostiene ya”61, lo nuevo atrae y motiva, aunque no sea de
la mejor manera. En este caso, la anorexia y la bulimia son igualmente dos
padecimientos que están estrechamente relacionados con la vida de las
modelos: son dos de sus principales consecuencias y, en palabras de una
persona que convive con una bulímica: "eso es una enfermedad, es una
esclavitud, es una esclavitud, o sea no son dueños de ellos mismos, es que
cuando ella me dice es que a mí se me van las manos, no soy capaz de
controlar las manos, yo le decía cómo, pero cómo va a ser posible, y me dice

60
MAGANTO MATEO, Carmen y CRUZ SAEZ, Soledad. La insatisfacción corporal como variable
explicativa de los trastornos alimenticios. En: Revista de Psicología. Vol. 20, N. 02 (jul-dic), 2002. Perú.
p. 456.
61
No comer cuento. Guía para procesos de formación y multiplicación. Campaña de prevención de la
Anorexiabulimia en mujeres. Historia de Angie. Medellín, 2005. p 67

51
no, me pueden, a mí las manos me controlan, y a mí me parece tan duro…”.
Esas enfermedades son señaladas a diario, y todas las campañas que se
llevan a cabo para combatirlas no bastan. No basta con advertir, con señalar, y
mucho menos con rechazar; hay que observar, indagar, pues hoy en día los
cuerpos desgastados a causa de la idealización de la belleza, “son los
extremos de una escala donde el eje central es el ideal corporal de esbeltez de
las sociedades del capitalismo tardío”62. Son personas estigmatizadas, en la
medida en que se les señala cuando el objetivo principal era el de trabajar su
cuerpo para lograr verse bellas, aún a costa de su salud.

No se trata de estar en desacuerdo con las mujeres que se cuidan y se


mantienen bellas, es sólo que la manera de intentar lograrlo no siempre es la
indicada. Según Gloria Pérez: “en lo que estamos en contra del proyecto es en
un ideal de belleza que solamente se representa a través de una figura delgada
excesiva,” en ese aferrarse a un imposible, arriesgando la integridad. Eso es lo
realmente preocupante, y a lo largo de este escrito he intentado justificar el por
qué. Es demasiada la cantidad de tiempo que se dedica al mantenimiento del
cuerpo, y aunque parezca increíble, “la lista parece no terminar y somos
conscientes de que las adolescentes piden a sus padres liposucciones y
lipoesculturas como regalo de quince años, sin importarles-al igual que a
cientos de otras mujeres-, los casos, cada vez más frecuentes, de mujeres
muertas por complicaciones postoperatorias tras una cirugía cosmética”63.
Vemos así que la problemática va en aumento y al parecer nada podrá
detenerla.

62
KOGAN, Liuba. La construcción social de los cuerpos o los cuerpos del capitalismo tardío. En:
Persona. Revista de la Facultad de Psicología. N. 06 (dic), 2003. Lima. p. 11.
63
Tomado de www.univalle.edu.co. El desamor por la propiedad y el anhelo de la otra edad, el caso
Colombia, 15 de noviembre de 2001.

52
CAPÍTULO IV
QUÉ HAY DETRÁS

“La moda no se discute, se sufre”


Margarita Rivière64

Insistir en que la moda nos acosa y nos envuelve es redundar, es volver a la


misma historia con las quejas y consecuencias que ya le son propias. Ahora
sólo nos queda mirar un poco más allá de lo que tenemos en frente y reconocer
que la situación se nos ha salido de las manos, aún cuando alardeemos de
tomar las decisiones adecuadas en lo que a la manera de llevar el cuerpo se
refiere; debemos cuestionarnos en qué sentido se consideran o no acertadas
las decisiones que atentan contra la propia integridad. Si tenemos en cuenta
que “las perfecciones del cuerpo son culturalmente objeto de alabanza y
admiración”65, podemos justificarlas, pero si nos detenemos a mirar la realidad
las cosas se complican un poco, pues esos perfeccionamientos también son
objeto de sufrimiento y desilusión.

Después de ver los peligros a los que se expone una mujer que quiere ser
delgada, cuyo único objetivo es desempeñarse como modelo, quedan puertas
abiertas y algunos laberintos sin salida. El aparente simple hecho de que un
modelo diga “el modelaje tiene un lado oscuro por completo… esto es algo muy
sucio, la verdad”; eso ya nos pone ante un grave problema, nos habla de que
hay muchas cosas detrás, aunque nos empeñemos en ignorarlas. Y cuál es la
razón, pues que “se tiene que mantener el aire divino del modelaje…”, hay que
continuar con el engaño para que el negocio no muera y seguir fomentando la
figura extremadamente delgada por mucho más tiempo.

64
RIVIERE, Margarita. Moda: Comunicación o incomunicación. Editorial Gustavo Gili. España, 1977. p.
179.
65
TURNER, Bryan S. El Cuerpo y la Sociedad. Exploraciones en teoría social. Fondo de cultura
económica, México, DF, 1989. p. 231.

53
Ver desde afuera el problema y considerarlo ajeno es usar la indiferencia como
escudo para protegerse de la realidad; pensar que no nos va a tocar y que no
nos enfrentaremos a él, eso es estar en una posición equivocada. Es negar la
existencia del desgaste físico y emocional en el que caen cientos de jóvenes en
Medellín, y huirle a la presión que nos manipula a todas y todos, siendo más
vulnerables las mujeres. Si seguimos ignorando los comentarios que a diario
nos hablan de las que no lograron su cometido y por ello se sienten menos
bellas y hasta menos mujeres, caeremos en el mismo abismo y ya para ese
entonces la solución no estará en nuestras manos.

Dolor, frustración, cambios corporales, diferentes estados de ánimo, todos


estos sentimientos se encuentran en el cuerpo de una misma mujer, en un
mismo ser humano que día tras día se consume y no dimensiona la oscuridad
que la retiene, que la desprende de la realidad y la introduce en un mundo de
ilusiones, fantasías, peligros e incluso de muerte. Y no es que el problema sólo
se evidencie en los casos más avanzados, de hecho éstos son los que menor
información proporcionan; el asunto es que los casos de aquellas mujeres que
apenas comienzan a involucrarse son el reflejo de lo que realmente acontece
en Medellín y nos sirven de ejemplo para mostrar que a medida que avanza el
boom del modelaje, avanza el problema. “La estigmatización de mi persona
obra a su vez en el nivel de la degradación corporal”66, no olvidemos que de la
manera como nos vemos así seremos tratados, esa es la ley de nuestra
ciudad, generando nuevos sentimientos y patrones comportamentales frente a
nuestra corporalidad.

Casos reales, historias que cuesta creer y hasta novelas, han resultado de las
nuevas formas de tallar el cuerpo y de las consecuencias que no demoran en
aparecer. Presiones, restricciones, rechazos, ideales; niñas, jóvenes y mujeres
adultas que luchan gran parte de sus vidas por ser delgadas, mas cuando
sienten tener el mundo en sus manos se les cierran las puertas. Su exagerada
delgadez ya raya con la enfermedad y no están en condiciones para aparecer

66
TURNER, Bryan S. El Cuerpo y la Sociedad. Exploraciones en teoría social. Fondo de cultura
económica, México, DF, 1989. p. 14.

54
en el mundo de la moda y la belleza. No es acaso ésta una contradicción?, se
les pide ser en extremo delgadas, para luego ser excluidas y rechazadas: “no
faltaría más que después de tantos años durante los cuales nos vienen
diciendo que si no somos flaquitas y bonitas no nos quieren, ahora nos vengan
con el cuento de que enflaquecer es peligroso y hasta mortal ¿al fin qué?
¿flacas o no? porque eso de estar muy flaca pero saludable es puro cuento”67.

Se les excluye de las pasarelas, se les señala como enfermas y se les juzga
por considerarse bellas cuando se miran en un espejo, y no se dan cuenta de
que la imagen que reflejan ante los demás es la de mujeres absorbidas por un
ideal, opacadas por la falta de vitalidad y de salud. Ellas se autoengañan y se
empeñan en hacernos entender que están bien y que nada les sucede, que
sólo se trata de unos kilos perdidos y de una buena época en la que logran su
objetivo, desconociendo que sus vidas están en peligro, y robando la
tranquilidad de quienes les rodean.

El engaño se hace manifiesto a cada instante y aunque algunos se empeñen


en usar la palabra “promocionar” para referirse a esta dinámica, lo único cierto
es que las modelos se tienen que vender, por ello hay que mantenerse
delgadas. Venden su imagen, sus cuerpos, la manera de llevar las prendas y
pasan de ser personas a ser objetos de trabajo y máquinas de dinero; “juegan
dos cosas, las capacidades que vos tengás como modelo, pues el manejo de la
expresión, la forma como vos te reflejás en la pasarela y como haces que se
vea la prenda, y también la parte física”. Hay incluso una estratificación de los y
las modelos, y cada cual se empeña en llegar al peldaño más alto, al más
anhelado y al menos accesible, con rasgos más específicos y por supuesto con
mayores ingresos económicos. Esta profesión implica prestigio y exclusividad,
de ahí que, según la clasificación que me explicó el profesor de la agencia, los
primeros y menos importantes son los y las modelos de ropa de combate, es
decir de aquella que se produce en cantidades ilimitadas y es usada por el
común de la gente. Luego están los de la empresa porter, o sea, los que tienen

67
No comer cuento. Guía para procesos de formación y multiplicación. Campaña de prevención de la
Anorexiabulimia en mujeres. Una historia de Medellín. Medellín, 2005. p. 87.

55
mayores capacidades físicas y la actitud que se necesita para una ropa casual,
pero con algo de exclusividad. En el estrato más alto se encuentran las
modelos de alta costura, las más altas, estilizadas, con rostros hermosos y que
posan para marcas completamente exclusivas. Pertenecer a cada rango
entonces depende de la figura que se tenga, más delgada entre mayor
exclusividad posea la marca que se promociona.

Después de esto, cómo no aceptar que la moda es un negocio en toda la


extensión de la palabra, y la opción que tienen quienes se desenvuelven en
este medio es dedicarse a sus cuerpos, a su mantenimiento como si de una
máquina se tratara, para luego encajar en alguno de los estratos antes
mencionados: “desde que tengás con qué trabajar, trabajás, así sea modelando
ropa del hueco…entonces vos te definís”. Definirse atendiendo a las
necesidades de la industria de la moda, definirse atendiendo al cuerpo que se
tenga.

Problema sólo de mujeres?


mujeres?
A lo largo de este trabajo he mostrado mi interés particular en la problemática
de la moda relacionada directamente con las mujeres. Ellas superan en
cantidad a los hombres modelos, de manera que están más afectadas por el
imperativo de la belleza. Se hace mayor mención en los medios de
comunicación a las modelos, se les idealiza más y se muestran como ejemplo
de la imagen y el cuerpo a seguir. Las revistas de moda son casi en su
totalidad dedicadas a vender a las mujeres. A ellas se les exige más que a los
hombres en el negocio del modelaje, sus prendas son más ajustadas y con
menos tela, exigiendo una mayor exhibición del cuerpo; de ahí que entre mejor
cuerpo se tenga, mayores serán las opciones laborales y por ende más
prestigio y reconocimiento: fama y belleza son sus únicos motores, por ello la
que no tenga ni lo ni lo otro, deja simplemente de existir.

La exclusión de la mujer que no encaja dentro de los parámetros establecidos


es considerada por algunos como“un problema de discriminación social, de

56
discriminación a la mujer que es diferente, porque se le cierran las
posibilidades de trabajo, se le discrimina y se le burla, se le maltrata de muchas
maneras”68. Se pone en tela de juicio el valor de la mujer, pues se le reconoce
por la apariencia con la que cuenta, se le califica atendiendo a ella y se le
obliga a rechazar su propio cuerpo.

La insatisfacción corporal está asociada a muchos aspectos y actores, incluidos


la familia, la posición económica y la edad, como algunos de los más
determinantes; “cuando yo digo chicas lo digo es porque esta es una
enfermedad que en un noventa y pico muy alto por ciento se da es en mujeres,
y que se da es en adolescentes sobre todo, no quitando pues que alguna vez
se dé en hombres y en otras edades”69. Basta con ojear las revistas, los
magazines y las ediciones especiales dedicadas a las modelos y a la belleza,
para ver cómo exponen al público sus vidas y la manera en que mantienen sus
cuerpos. Basta leer las revistas especializadas en moda para reconocer que la
ola de las mujeres delgadas tiene gran fuerza y no da marcha atrás.

Existen cientos de casos de insatisfacción corporal por parte de las mujeres.


Todas lo comentamos a diario, que si subí un kilo, que si ya no me queda la
ropa, que cómo se ve de fea esa con la barriga por fuera… cuestiones que al
parecer son de género, pero que también traen consigo mensajes que le llegan
a los hombres, aunque en menores proporciones. Sólo que las diferencias
entre ellos y ellas se evidencian debido al fortalecimiento de la identidad, no
olvidemos que “a la par que cambia el cuerpo, cambian también las demandas
y expectativas propias del medio. Esto es válido para cualquier persona,
hombre o mujer; para cualquier edad, joven o viejo; y para cualquier cambio
corporal, temporal o duradero”70. Algunas veces, y recreando la forma en que
se hacen descripciones corporales de la mujeres, bonita, delgada, con senos
grandes, y usando incluso las palabras que forman parte del diario vivir de

68
Entrevista a Gloria Pérez, psicóloga del proyecto anorexibulimia, promovido por la alcaldía de
Medellín.
69
Entrevista a Clara Pérez, coordinadora del proyecto anorexibulimia., promovido por alcaldía de
Medellín.
70
No comer cuento. Guía para procesos de formación y multiplicación. Campaña de prevención de la
Anorexiabulimia en mujeres. En búsqueda de la identidad. Medellín, 2005. p. 91.

57
algunos jóvenes, “es una chimba la que tenga ésto, o no la que no tenga
aquello”; puede verse que todo ha de depender de la concepción que se tenga
del cuerpo. Los hombres nos señalan, pero el maltrato viene por parte de
nosotras mismas, nuestros comentarios son mucho más pesados y tienen
mayor finalidad de ofender a quien van dirigidos. Pastillas para adelgazar,
instrumentos para hacer ejercicio y consejos para bajar de peso van siempre
dirigidos al género femenino y están dentro de su imaginario, así como los
mensajes que exigen el lineamiento de los cuerpos, de manera que no pensar
en su influencia en las mujeres es negar que hay una diferencia de género en
esta problemática. Es negar que en esta ciudad las prioridades han cambiado y
que ser mujer se relaciona de manera directa con la delgadez.

Si bien es cierto que en Medellín lo primordial es tener una buena imagen para
mostrar, para resaltar; las modelos, además de lograr ser bellas, deben
mantenerse así, ya que la competencia es grande y la demanda también lo es.
Cada vez hay más mujeres modelos, por lo que cada vez es más difícil tener
vigencia en ese medio. “No, o sea, yo no necesitaba hacer nada más, pues a
mí el modelaje me daba todo, entonces empezás a olvidarte de los sueños y de
las cosas que querías… empezás a ehhh vivir con esa sombra”, palabras de
una persona para la que el modelaje no ha sido una simple ilusión. La
competencia existe y es precisamente ésta la que lleva a que un ideal se
vuelva obsesión, el cuerpo deja de ser un medio de expresión para convertirse
en un fin y se expone entonces a peligros, producto del afán de lograr la figura
perfecta, aún a costa de la salud física y/o emocional.

Qué pasa entonces cuando alguien dice “yo quiero llevar una vida normal”; qué
hacer frente a la gran cantidad de mujeres que están acabando sus vidas, pues
la belleza es su única motivación, cómo sobrellevar esto y dar repuesta a una
problemática que nos afecta a todos, cómo no considerar las palabras de una
madre diciendo “la belleza mata… hay no no no, pero te digo la flacura de esas
modelos, es que se le ven los huesos, y esto acá hundido (tocando con su
mano la parte superior de los hombros)”, cómo no querer ir más allá y
reconocer que estamos frente a un problema de gran magnitud, y que por más

58
que queramos no podemos hacernos los desentendidos con ella. Para Clara
Pérez, coordinadora del proyecto anorexibulimia, las consecuencias de la
presión y el sufrimiento por la extrema delgadez son múltiples, y llegan incluso
hasta la muerte, “ustedes lo debieron haber visto en algunas noticias en el
periódico, puede hacer que la chica quede infértil para toda su vida, hace que
desaparezca la menstruación durante varios meses, problemas psicológicos,
problemas obviamente nutricionales, emocionales, etcétera”. Voltearles la cara
e ignorarlas es permitir que nos aqueje más el problema de la imagen perfecta
y nos arrastre aún más a ese callejón sin salida. Por ello, es preciso mencionar
los casos de algunas de esas mujeres que se han enfrentado a sus cuerpos en
busca del ideal de belleza.

Tres historias, tres mujeres


Tres historias, tres mujeres, tres vidas que en un momento determinado
estuvieron en riesgo y que ahora ven la problemática con otros ojos. Jóvenes
que por el afán de ser delgadas y resaltar como modelos, se enfrentaron a su
propia corporalidad, comprometiendo su salud y su integridad. Encontrar lo
oscuro del medio del modelaje partiendo de la parte bella, esa fue mi intención
desde el comienzo, sólo era cuestión de observar y de escuchar, de acercarme
a esos cuerpos modificados bajo el imperativo de la belleza.

Redactadas con las palabras de quienes me las contaron, estas historias


pretenden mostrar la realidad de hoy y de muchas mujeres. Un problema que
no discrimina, pero que se da el lujo de escoger…

“ELLA tenía 17 años, más o menos, cuando llegó a la agencia con la ilusión
con la que llegan todas las niñas, con las ganas de ser famosas, y de verse un
día en una revista. Un día me la encontré llorando en un baño, me empezó a
decir que tenía muchos problemas en la casa. Ella era muy trocita, era muy
gordita, y todo el tiempo estaba el administrador de la academia encima de ella
diciéndole hey tenés que bajar, tenés que bajar, entonces ella empezó a
adelgazar, a hacer dieta, a hacer ejercicio. Cuando se estaba poniendo muy

59
bonita, estaba contenta, llamaron del hospital que se había intentado suicidar…
como que tomó algo, no recuerdo bien si era líquido, ella puso en bastante
riesgo su vida. A ella le pasó que cuando tenía el cuerpo que quería fue cuando
se intentó suicidar, ya venía consiguiéndolo, ya se veía muy diferente. Me
decía que estaba aburrida con su vida y con como era, porque es que “yo
quiero tener el cuerpo que necesito para poder trabajar como modelo”… Yo
creo que lo de tratar de suicidarse es una forma de llamar la atención. Ella
reclamaba. Ella trataba de suplir esas necesidades, esas carencias de afecto,
con halagos y con cosas que te podría decir la gente, o con el hecho de que
vos llegaras y te escogieran para un desfile, eso si es halagador. Asi se fue
yendo, pues ya ahorita tiene el cuerpo que quería tener. Ya tenía marcada esa
necesidad que tenía que ser de una forma para poder triunfar. Como a los dos
o tres meses se dejó envolver otra vez... Está feliz, vive de ser modelo, no hace
nada más. Se cuida con dietas, ejercicio, y ahora si que más”.

“A partir de algo feo, obtuvo el cuerpo que tiene y la aceptación que deseaba.
Ella se levantó como si no hubiera pasado nada. Se va generando una
necesidad tal de reconocimiento y de fama y de todas estas cositas que la
gente cree que es modelar, que se te olvida todo. Hasta de vos mismo.
Entonces a la gente no le importa hacer lo que sea por estar ahí. (En tono
irónico) “yo me intenté suicidar hace ocho días pero hoy quiero ser famosa… y
eses es mi propósito en la vida”.

Comprometer la propia vida con actos como el suicidio es una amenaza que
está latente en muchas mujeres. Seres humanos que confundidos en sus
sueños se aferran a una ilusión que les engaña y les pone enfrente opciones
que les violentan en el momento mismo en que las fantasías se alejan de sus
manos. “No sé cómo empezó todo; de un momento a otro todos decían que
estaba enferma porque no comía, mi mamá lloraba y me reclamaba, mi padre
decía que estaba loca y no servía para nada, mi hermana me gritaba: vacía,
vanidosa. De pronto me vi completamente sola y sin deseos de vivir”71.
Situaciones como éstas las viven muchas mujeres en Medellín, ya que después

71
Ibíd., p. 71.

60
de intentar ser delgadas y atentar contra sus cuerpos, se dan cuenta de que se
van quedando completamente solas.
Otra situación reflejada en una de las historias contadas, es la falta de opciones
laborales una vez las mujeres se gradúan de la academia, aún cuando las
promesas de promoción y contratos eran constantes.

“Vos también te tenés que mover, o sea vos tenés que buscar en agencias,
llevar tus fotos… Lo que pasa es que uno está confiado en que como en la
agencia o en la escuela nos decían no es como ustedes salen agenciados y los
vamos a estar llamando todo el tiempo, o sea, va un año de que se gradúo y no
la han llamado, le tocaba hacer ejercicio y hacer un montón de vainas pa estar
bien y ahorita no hace nada. Pues, estudié modelaje pa tener el cartón”… La
realidad es otra, de las 600 personas que se han graduado llaman por hay a
cinco. Hablemos de todo lo que hicieron esas 590 personas para ser modelos.
De 1000 o 2000, de ahí quedaron 600 que se graduaron, pues que tienen el
diploma. Todo el desgaste, todo el esfuerzo económico, todo el maltrato
psicológico, todos los látigos porque no eras de la forma que debías ser. Se
graduaron como modelos pero no sirven como modelos”.

El anhelo de estar en grandes pasarelas, de ser parte de desfiles organizados


por marcas reconocidas, todo queda en nada. Aspiraciones estas que se las
lleva el viento y se pierden en promesas que nunca se llevan a cabo. La
exclusividad muestra entonces su cara y las marcas grandes ya cuentan con
las modelos que les acompañan cada año en los eventos de gran envergadura.
“El estatus entra en juego y las marcas grandes no se meten con los y las
modelos que trabajan con marcas pequeñas. Una marca de esas no se
arriesga, se va a la fija… Yo no podía dejar que me vieran ahí, para que
después no me dieran trabajo los que realmente me interesaban…” Es ahí
cuando las modelos se dan cuenta de la alta competitividad del medio y que al
parecer el tiempo que le dedicaron a sus cuerpos no ha sido el suficiente, por
ello se ven obligadas a realizar prácticas que les afectan y que en lugar de
ayudarlas, las hunde en ese lado oscuro de la belleza.

61
“ELLA igualmente tenía 17 años, también de la agencia. Desde que llegó ella
se creía estrella. Era demasiado, demasiado flaca, muy, muy flaca; y venía con
muchas cosas, se creía sexy, se creía demasiado play. Venía con un
pensamiento ya construido. Se le murió el papá, la mamá tenía depresiones y
se volvió alcohólica. Ella también un poco. El anhelo de afecto, pues la falta de
muchas cosas, la figura del papá que adoraba, había que llenarlo con algo,
entonces ella tenía que mostrarse, que la gente le dijera que era muy bonita,
pues para sentirse bien. Ella sufrió de anorexia en la academia. Creía que tenía
que estar más delgada. Ya cuando pasa de ser simplemente de una necesidad
de verte, a un anhelo más profundo, y se te enraiza en el corazón, ya se vuelve
una obsesión. Hubo un tiempo que no comía, estuvo súper enferma, no volvió
a clase un tiempo. Después volvió, yo fui como de los únicos que supo que
había sido por anorexia, y yo si le decía muchas cosas, pero ella igual cegada
dentro de su ambición, y dentro sus anhelos… A la gente le parecía raro, pero
igual no; ella pensaba que le tenían envidia, es que ese es el cuento que todo
el tiempo “la gente te tiene envidia”.

“Entonces ella empezó a trabajar, se graduó como modelo profesional, todo el


tiempo trataba de ser la mejor, todo el tiempo era pendiente de cómo se veía.
Hizo unas cositas y se operó, entonces se veía muy desproporcionada porque
tremendas, exageró, y era muy delgada, igual no servía así. Porque una
empresa no contrata a una niña que sea más grueso el busto que el cuerpito…
Ella quedó contenta después de la cirugía, pero iba a la agencia a decir que
porqué no la llamaban, pero así no funciona, pues una niña así no funciona.
Entonces mirá hasta que punto el sacrificio que hace una niña por transformar
su cuerpo, para que no sirva. Mucho peor todavía, porque el desgaste
emocional debe ser, o sea ella se debe dar látigo todo lo que vos querás”.

Mujeres que modifican sus figuras para poder alcanzar mayor éxito, pero que a
la hora de la verdad el efecto es todo lo contrario; ya no se ven adecuadamente
para mostrar una prenda, ya sus curvas no concuerdan con las necesidades de
la marca, ya no sirven para ser modelos. Y es ahí cuando la mujer grita a los
cuatro vientos que está inconforme con su cuerpo y con su vida, y que

62
realmente necesita ayuda. Reconoce que tiene un problema, pero se encuentra
en un medio que le recuerda todos los días que debe verse bella. De hecho,
pocas mujeres logran hacer frente a la situación y queriendo salir de ella, se
empeñan por recuperar su salud, su tranquilidad y su vida.

“ELLA si lo tiene muy claro, “yo tengo una enfermedad”; ya tiene 28 años, pero
se mueve en un círculo donde la imagen es importante, entonces yo digo que
tiene su matiz, lo que pasa es que ella no lo quiere aceptar. Ella solamente
acepta ese otro lado psicológico, porque yo creo que en parte es más fácil, es
achacable a los demás… Ya llegó al punto en que ya vio que se descontroló, o
sea que ya estaba perdiendo el control, y yo creo que ella agarró el último
poquito de control que le quedaba y dijo no, yo quiero el día de mañana
poderme casar, poder tener una familia, poder tener al lado mío, yo poderle dar
amor a alguien… Recibe ayuda de psicólogos, dietista y de gimnasio. Hace
poco tuvo una recaída aterradora, pero aterradora que a mí me asustó
muchísimo, de hospitalizada, una depresión pero violenta, o sea yo llegué a
temer pa que no fuera a hacer una estupidez, y me dijo:“tuve por ahí una
manchita, pero chiquita, eso es una pequeña manchita que no vale la pena
frente a lo otro”.

“Ella dice que la bulimia no ha sido tanto ni por el patrón de la belleza, lleva
más o menos con la bulimia diez años, y tú la vez, y hoy en día
desafortunadamente pues está pegada de un prosac, el prosac es lo único que
la ayuda a ella a salir adelante, tiene unos problemas con el sueño tremendos,
entonces por la noche para poder dormir ella tiene que tomar una droga,
porque o si no por la noche la agarra la ansiedad, ella me dice, yo no controlo
mis manos, o sea yo soy incapaz de controlar mis manos, yo me tengo que
meter la mano y hacerme vomitar, porque es la única forma en que yo
encuentro alivio, pero al lograr hacer eso, vuelvo otra vez y me encierro en la
cocina, hago cinco o seis platos, me embuto toda esa comida y vuelvo a lo
mismo, entonces ella se puede pasar toda una noche cocinando y vomitando,
cocinando y vomitando, cocinando y vomitando…”

63
“Ella es vanidosa, porque sabe que es bonita, cuando ella está bien, y llega a
mi casa yo sé que está bien, llega maquillada, llega linda, arreglada, o sea, yo
sé que está pasando por una buena racha, porque además ella es muy
vanidosa, y no le gusta por ejemplo cuando está mal que yo la vea, ni que
nadie la vea y se encierra en el apartamento, entonces yo digo que si tiene su
matiz, aunque ella no lo acepte, tiene su matiz también de belleza. Yo sé que
es vanidosa de pies a cabeza, claro, además es una mujer lindísima, muy
bueno que sea vanidosa, pero que tiene ese ufff lo tiene. Está tan embuída en
su problema, en su cosa, que ella no ve eso, yo creo que la gente se puede
para al frente, llorarle, decirle, mostrarle y no le sirve… Sobre todo porque a
veces no son capaces como de, a veces como de tomar las riendas y no es
que no quiera, porque ella quiere controlarse, no es capaz…”

En este caso, se trata de una mujer que se enfrenta a su cuerpo, a su


enfermedad, a sus deseos de tener otra vida y de alejarse por completo de las
presiones que le acosan y le llevan a atentar contra ella misma. Es una lucha
constante entre su propia integridad y la fuerza de la enfermedad; es un gasto
de energía, de tiempo y de dinero.
“Además esto es muy costoso, el tratamiento es costoso, las citas no son
económicas, ni con la nutricionista, ese prosac que vale esta vida y la otra, más
las pastillas pa dormir por la noche, más toda la alimentación, porque la
alimentación entonces se la están manejando muy bien, no puedes comer esto,
no puedes comer lo otro, entonces miércoles la que no tenga pa pagar eso tan
costoso, pues, se queda ahí hundida, hundida hasta…”

Y concluye de la siguiente manera: “esto de la enfermedad es un


descubrimiento y ha sido algo para estar muy pendiente de mi hija, que
desafortunadamente va a ser hermosísima, va a tener el prototipo de la belleza,
del cuerpo y del tamaño de una modelo, y ya veo la gente alrededor de ella,
tiene 13 años, mide 1.76, mona, alta, hermosísima. Y entonces uno viene y
dice, bueno qué va a pasar con estas muchachitas cuando tengan 40, cómo
van a ser estos cuerpos, cómo irán a asumir por ejemplo una, yo no sé, una
vejez… ¿pa donde vamos a coger?” Sólo cuando tenemos casos cercanos

64
pensamos en que a nuestras familias también les puede pasar, que podemos
vernos envueltos en este círculo vicioso de la moda y la belleza, pues no sólo
las que se dedican al modelaje se ven afectadas, mujeres dedicadas a otras
actividades también pueden martirizarse a causa de la delgadez: “no solamente
influye dentro… si vos tenés un grupito de amigas que son modelos o que son
muy bonitas, necesitas verte como al nivel de ellas…”

A todas y cada una de las mujeres que habitamos en la ciudad de Medellín nos
ha tocado escuchar comentarios sobre nuestra apariencia y sobre lo que
deberíamos hacer para vernos bien, o mejor dicho, para que nuestros cuerpos
se adapten a las formas corporales que el medio no se cansa de imponernos.
Muchas respuestas se toman de todo esto, e igualmente diferentes causas son
argumentadas. Que la falta de afecto, que la soledad, que los medios de
comunicación, que la obsesión por la belleza…. muchas son las razones frente
a las cuales queremos encontrar culpables. La cuestión es que todos tenemos
algo de culpabilidad y debemos empeñarnos, más que en hallar responsables,
tomar una actitud de respeto por el cuerpo, por las expresiones que se hacen
manifiestas en él, y por la propia vida. Alguien me dijo: “mire yo estoy casi
segura que es preferible tener en la casa un drogadicto que tener una persona
con esto. No ven más allá de esa figura, de esa careta, de esa imagen que
todos llevamos, eso es lo triste hoy en día, entonces yo digo que en parte por
eso es la soledad de este mundo hoy en día, porque estamos viendo
solamente lo que hay por fuera, no estamos viendo lo que hay por dentro.
¡Además eso ya es un tema de sanidad pública!”.

Cuando miramos alrededor y nos damos cuenta de que hay mujeres


hermosísimas, con cuerpos maravillosos, cierta nostalgia se apodera de
nosotras; el caso está en tener el carácter suficiente para manejar la situación y
no dejarnos manipular por ella. Y si es difícil en la vida cotidiana de cualquier
mujer, lo es aún más para la que se mueve en el modelaje:
“Es que tenés que darte cuenta que tu amiguita es más bonita que vos, y eso
me parece más teso a mí que cualquier otra cosa. O sea, eso es decirte, te
estuve ilusionando, te estuve tratando como una princesa, pero te tenés que

65
dar cuenta que ya no sos la princesa, sino que sos la criada de la princesa,
puesto que no vas a llegar a serlo. Y eso es lo que pasa con todas las escuelas
de modelaje en Medellín y de Colombia., más que todo en Medellín. O sea, las
niñas van, se alimentan de toda esta vaina, y llega un momento en que les
dicen: vos cómo me pedís que te lleve a una audición si vos no servís… qué se
va pensando una niña a la casa después de que le dicen eso, uno o se
desencanta por completo del modelaje, o la otra, trata de hacer lo que sea por
estar ahí”.

Las relaciones personales cambian al igual que los intereses. De ahí que
alguien se atreva a decir “todos los modelos sufren de alguna presión… usted
tiene un cuerpo muy bonito, pero si usted no hace ejercicio si usted no hace
dieta, ese cuerpo le cambia en cinco minutos y chao. LA BELLEZA NO ES PA
TODA LA VIDA, EL ROLLO ES QUE VOS TENÉS QUE ALARGARLE LA VIDA
A LA BELLEZ
BELLEZAA… hacer tantas cosas para verse bien tiene que ver con la falta
de afecto, o sea, viéndolo más desde el punto de vista espiritual, vos tenés un
anhelo muy grande de ser feliz, pero tratás de llenarlo con cosas de aquí, si o
no, con cosas materiales. Ese anhelo de compañía, esa falta de… un montón
de vacíos en el alma, que de una u otra forma los tenés que llenar;
dependiendo del lugar en que estés o del entorno en que te movás, vas a
buscar la forma de llenarlos. Entonces vos llegaste, por desgracia diste con el
mundo del modelaje, y entonces tenés que ajustarte a sus peticiones”;
acudiendo entonces a métodos poco sanos para lograrlo.

Ahora no hay límites, ni en las prácticas ni en la edad: cirugía tras cirugía,


arduas horas de gimnasio y cientos de dietas, son parte del diario vivir de
muchas mujeres en Medellín. El hecho de frecuentar el gimnasio hace más
fuerte esta necesidad. Para una joven que se empeña en ser modelo,
frecuentar un lugar en el que la belleza está latente y la intensidad física mueve
los motores de quienes asisten a él, es la manera más evidente de presionarse
o atormentarse, según sea el caso. Es un contexto que la empuja a querer
verse siempre bien, a complementar su trabajo con otras prácticas, y así
agradarle a los demás. “Otra cirugía para mi colección; estaba orgullosa porque

66
se había operado. Lipo, nariz, cola, colágeno, dientes. El cirujano, como el
mecánico, le había dicho que si se ponía eso iba a conquistar más, que se iba
a levantar lo que quería… estrategia de venta. Pero anda sola en este
momento, y vive súper triste”.

Para qué entonces gastar tantas energías si a la final no van a estar


completamente satisfechas, si se seguirán empeñando en que aún le falta más
a sus cuerpos para ser perfectos, sin imaginarse que los desgastan y se
maltratan ellas mismas.

El profesor de modelaje, ese mismo que me contó de algunas de las historias


de sus alumnas, me confesó: “yo tengo lesiones en el hombro, es lo que sufre
uno, o sea tengo lesiones en el hombro, en la rodilla, me he lastimado las
muñecas, me lesioné el cuello y me quedé tres meses con él mirando pa un
lado… se corren muchos riesgos, de hecho te puede dar un paro cardiaco, te
puede dar…” Es un peligro latente el que acompaña a todos y todas las que
viven del modelaje, él mismo prosigue “todo modelo y toda mujer que quiera
ser modelo, igual hombre mujer, se desgasta”.

Pero lo que es peor aún: qué hace una niña de corta edad asistiendo a una
escuela de modelaje? Una menor de 5 años yendo a una academia, me
cuestiona hasta qué punto hemos llegado imponiéndole a una niña la manera
de moverse, le limitamos su infancia, su inocencia:

“Le están metiendo unos ideales que la van a marcar. A las niñas les
enseñaban a modelar igualito que a las grandes. Tenemos que mostrar la
inocencia, la belleza de ser niño, la alegría, todo eso en pasarela. Entonces
llegaban las niñas disfrazaditas de adultas…. es que ustedes no pueden volver
a las niñas grandes de una vez, entonces la niña empieza a vivir otras muchas
otras cosas que nos son pa su edad”. Se les obliga a enfrentar dificultades que
no deberían por su corta edad, se les vende una imagen que mostrar desde
pequeñas, una imagen que se queda en sus cabezas y que les manipula y rige
en cada paso que dan en sus vidas; “desde chiquitas son las niñas que vas a

67
ver siempre en el reinado de la yuca, de la papa, de la arepa, en todos los
reinados. Son niñas que a la hora del té sólo van a servir pa eso. Si en la
adolescencia es jodido, ahora más desde niñas… se meten en una película
que no es la de ellas, y que en cierta forma no tienen como manejar”.

Esa es la triste realidad que nos acompaña, niñas que se aferran a ideales y
padres de familia que se sienten orgullosos de ello. Niñas que se creen adultas
y que toman la belleza como un cuento de hadas, sin imaginar que puede
convertirse en su peor pesadilla.

68
CAPÍTULO V

“Las
“Las modelos son Venus de “usar y tirar” que
se sienten ancianas y ojerosas
demasiado jóvenes”
Patricia Soley72

Diariamente los cuerpos adquieren múltiples significados y evidencian, cada


vez con mayor fuerza, su relación con la moda y la belleza. El peligro del
desgaste se disfraza y atiende a las necesidades de mantener un cuerpo bello,
la mujer “compulsivamente lo tatúa, lo despigmenta, lo mutila, lo perfora, lo
embellece con cirugías plásticas y dietas, etc. La cultura entonces se empecina
en mantener muchos casos a costa del dolor y el sacrificio, un ideal de belleza
externa que intenta evitar al sujeto”73. En el mundo del modelaje, la mujer
adquiere valor sólo por las medidas que tiene su cuerpo. A la sociedad
contemporánea no le interesa más que la imagen bella que debe reflejarse, y
Medellín, como cuidad de la moda colombiana, es un ejemplo de ese proceso
en el que lo que se vale como persona queda en segundo plano, lo que se
piensa pierde significación, para ser completamente relevante la imagen bella y
la figura perfecta; “el cuerpo adquiere de esta manera plena significación de
careta, de máscara, de fachada ante los demás, bajo el lema de “verse bien es
sentirse bien, desconociendo y desconectando cada vez más el adentro con el
afuera”74.

Las modificaciones corporales son constantes y la imagen, al igual que se


exalta, no deja de degradarse. En los casos en que hay insatisfacción con la
imagen del cuerpo, asociada a complejos problemas de inferioridad, la
dinámica de la moda sigue transformando la realidad al idealizar la figura.

72
SOLEY, Patricia. Supermodelos como emblema cultural. En: Revista de Historia, Antropología y
Fuentes Orales. Vol. 22, N 06, Junio de 2000. p. 108:
73
ALZATE, Claudia María. Expresión corporal como vía a la representación del sujeto. Tesis de
Pregrado. Departamento de Psicología, facultad de Ciencias Sociales y Humanas. Universidad de
Antioquia. Medellín, 1999. p. 28.
74
Ibíd.

69
Corregir la naturaleza para ser atractivas físicamente, y aumentar la autoestima
y la aceptación de los demás puede llegar a hacer insoportable la vida,
llevando a las mujeres a angustias y frustraciones; “la certeza de una
decadencia física inexorable expone a este peligro. La asociación natural entre
vitalidad y belleza, que actualmente se pone de manifiesto con machacante
frecuencia por la publicidad, actúa de forma determinante sobre todo en la
mujer”75. Para Squicciarino, por ejemplo, el cuerpo de la mujer funciona como
mástil de dos leyes, el imperativo de la moda y el imperativo de la muerte. “Las
formas de atentar contra el propio cuerpo hacen que nuestra cultura sea
violenta, y, más aún, con un ideal de belleza que está en el imaginario de la
mayoría de las mujeres”76.

Son muchas los sectores que se encargan de imponer el ideal de belleza


atendiendo a sus intereses, ya sea con buenas o malas intensiones. Por ello, lo
que quiero ahora es hacer como una especie de colcha de retazos en la que
puedan verse las dimensiones de un problema que se ha ido tratando a
pedazos, pues abarcarlo todo no es posible, mucho menos cuando se tienen
diferentes intereses al respecto.

La alcaldía de Medellín, con su campaña en contra del proyecto delgadez, ha


comenzado con la divulgación de la existencia de un problema latente entre las
niñas y adolescentes de nuestra ciudad. Sus estrategias publicitarias, además
de los seminarios dictados por profesionales de la psicología, son una forma de
denunciar aspectos frente a los cuales hay inconformidad: la cantidad cada vez
mayor, de niñas que se enferman a causa del ideal de belleza; quejas frente a
la idealización de figuras anatómicas completamente diferentes, obedeciendo a
estrategias publicitarias y comerciales, que no tienen nada que ver con la
realidad. Se cuestiona sobre la necesidad a la que responden los maniquíes,
pues crean insatisfacciones que inquietan y deterioran el cuerpo, cronificando
la enfermedad en la medida en que se padece hasta la muerte.

75
SQUICCIARINO, Nicola. El vestido habla. Consideraciones psico-sociológicas sobre la indumentaria.
Ediciones Cátedra, S.A., Madrid, 1990. p. 123.
76
Ibíd., p. 128.

70
Para la alcaldía está en discusión la real cantidad de mujeres que mueren a
causa de la anorexia y la bulimia. Revelando las altas cifras que llegan casi a
los 250 mil millones de pesos anuales, por consumo de métodos de belleza,
pretende evidenciar que cada vez se invierte más en promover la delgadez
como la más importante marca de belleza. El negocio de la moda es grande y
para esta entidad gubernamental todos formamos parte de esa red de
propagación. Por ende, la solución debe estar en nuestras manos; tenemos
una responsabilidad compartida. Es preciso reconocer que existen bellezas
diversas, y que“el trabajo no es con el caso sino con toda la red social que
propaga el mandato por la delgadez, pues qué secuelas tiene. Unas secuelas
tenaces, o sea ya en el campo del caso clínico, yo te cuento de mis casos, una
niña con insatisfacción corporal, miedo a engordar, impulso por la delgadez, es
una niña que primero empieza a tener restricciones con la alimentación y a
aparecer un trastorno de conducta alimentaria, pero también vienen de la mano
otros problemas, depresión, niñas prepago, cuerpo como objeto de trabajo…”77

El sector de los gimnasios también tiene historias que contar, quienes viven de
ellos saben que detrás de ejercitar y mantener el cuerpo se esconden cientos
de motivaciones e intereses. De hecho, alguien que trabaja en uno de los
tantos gimnasios que hay en la ciudad de Medellín, me habló de dos casos,
dos vidas de mujeres motivadas por la delgadez, una niña y una adolescente
que se van apagando en la medida en que se dedican a hacer dieta y ejercicio;
mujeres que desconocen lo que hay detrás y el futuro que les espera. Para el
encargado del gimnasio con el que hablé, la idea es encontrar el diagnóstico
real, un acompañamiento con otros profesionales, con personas que se
preocupen por lo mismo y estén dispuestos a ayudar a quien lo necesite. De
ahí que la asistencia a los talleres tenga como finalidad ayudar a la gente
hundida en el laberinto de la belleza, y que no sabe como manejarlo, como
encontrar una salida. La preocupación también les llega a quienes viven en el
negocio de la imagen bella, a ellos igualmente les inquieta hasta dónde puede
llegar una mujer con la firme intención de ser completamente delgada; hoy en

77
Entrevista a Gloria Pérez, psicóloga del proyecto anorexibulimia en la cuidad de Medellín.

71
día la problemática es muy diversa, mientras unos fomentan, otros denuncian,
la belleza nos está matando.

Por otro lado, el papel de los medios masivos de comunicación es de doble filo,
es preciso interpretar cada uno de los mensajes emitidos por ellos, pues la
publicidad es estratégica; ellos nos venden los ideales, está en nuestras manos
comprarlos o no. La trampa de la modernidad es la imposición cultural, hay una
imagen que vender, comprar y mostrar. La radio, la televisión y la prensa han
intentado igualmente denunciar la problemática, aunque en cierta medida tal
intención pueda verse afectada por los intereses que les mueven; es necesario
mostrar los productos que pagan para ser promocionados por ellos, aún a
costa de que dicha publicidad engañe e involucre a cientos de mujeres. La
contradicción entre lo que se vende y lo que se quiere promover es una
cuestión que nos afecta a todos, aunque pocos nos percatemos de lo que está
sucediendo.
Los programas de moda y belleza emitidos por televisión, sustentan un poco la
influencia de los medios de comunicación. Ellos muestran lo que la gente
quiere ver; usan determinados horarios y formatos dependiendo de la temática
y de la tele audiencia. Están directamente relacionados con el comercio y las
actividades que se impulsan o no en ellos, y que ponen en evidencia la imagen
bella de la mujer, todos hemos visto como se usa el cuerpo de la mujer de una
forma injustificada para ofrecer todo tipo de productos; mujeres para
promocionar licores, perfumes, productos de aseo para el hogar, entre muchos
otros que precisan de una mujer delgada y bella para incrementar las ventas.

El sector moda no es más que un negocio y eso es evidente. Las modelos


tienen que ser bellas para ser famosas; la fama trae consigo reconocimiento y
dinero, y el dinero no es más que una manera de acrecentar el negocio. De
esta manera, los eventos de la moda son promotores de ideales de belleza y al
mismo tiempo publicidad para las prácticas a favor de la extrema delgadez. En
palabras del periodista y fotógrafo bogotano Edgar Domínguez, “la feria
Colombiamoda, que se realiza cada año en Medellín, ha convertido la cuidad
en protagonista del círculo de moda latinoamericano y es uno de los factores

72
que ha cambiado los conceptos de belleza de las mujeres de la región, que
sueñan desde pequeñas con una figura delgada y una estatura para hacer
parte del mercado de los cuerpos…”78

Afortunadamente ya se ha alertado sobre el daño que se hace a la juventud


con estos prototipos de belleza femenina que llevan a muchas niñas a enfermar
e incluso a morir como consecuencia de los diferentes tratamientos y prácticas
para adelgazar. “El espectáculo de glamour y de belleza que alimenta a los
medios de comunicación, durante los días de feria, guarda en su interior largas
jornadas de prelación e incontables sacrificios de muchas mujeres para ser la
mejor, para escalar posiciones, en la fábrica de las apariencias”79.

Puede verse que los sectores que promueven el ideal de belleza y todo lo que
conlleva, también intentan prevenirlo aunque los resultados no sean tan
evidentes. Cada uno tiene su forma de intervenir y ojalá sólo sea cuestión de
tiempo, pues mientras unos proponen un sistema de vigilancia alimentaria y
nutricional, y otros el rechazo de niñas exageradamente delgadas en las
pasarelas, la problemática sigue en aumento.
El diario vivir refleja que nos encontramos frente a una contradicción, es ahora
cuando no debemos ser ni gordas ni excesivamente delgadas, y hace algunos
días sólo teníamos la segunda opción. Seguimos ante un juego, ante una
constante imposición de formas casi inalcanzables, rechazando a quien no las
logra. Ahora resulta que hay campañas europeas e incluso nacionales en
contra de las niñas y jóvenes anoréxicas en las pasarelas. Eventos de gran
envergadura, como Colombiamoda, que ahora dicen NO a las mujeres cuyas
medidas antropométricas indican deficiencias alimentarias y corporales.
Cientos de mujeres que si antes soñaban con ser delgadas ahora no pueden
desempeñarse como modelos, pues su excesiva delgadez ya no se los
permite. La nueva solución entonces es ganar unos kilos para así ser
aceptadas… “ahí yo no sé hasta qué punto sea tan bueno, porque es decirle a
la niña anoréxica, oiga usted ya no sirve, y ella creyó que con esa figura si iba a

78
DOMINGUEZ, Edgar. La fábrica de las apariencias. En: Folios (Medellín). Vol. 09, N. 09. Mayo,
2006. p. 26.
79
Ibíd.

73
servir. Entonces eso la va a hundir más, es que es una presión muy tesa y
tiene, no tiene salida…”

Hemos aceptado características físicas que rechazan, señalan e indisponen;


formas corporales que, apoyando la información recibida en los talleres de
anorexibulimia promovidos por la alcaldía de Medellín, nos hacen vivir nuevas
experiencias con el cuerpo. La construcción de la imagen corporal se convierte
así en un recibir cosas de afuera y tomarlas para adentro, “la sociedad actual
es tan contradictoria que parece creada para hacernos infelices…”80.

La pera, el triángulo invertido, la caja o el reloj de arena, son algunos de los


nombres que reciben las formas de los cuerpos de las mujeres. Cada uno
atiende a ciertas características, siendo el último el más apetecido; tener una
cintura pequeña y unas caderas y senos algo pronunciados es el reto de
muchas, y sólo el cinco por ciento de la población mundial tiene el cuerpo de
esta manera.

Siguiendo esas clasificaciones, podemos ver la existencia de diversidad; no es


posible homogeneizar los cuerpos de las mujeres, y mucho menos cuando la
calificación se hace dependiendo de la relación entre los hombros y las
caderas. “Si es más ancha en los hombros será como un triángulo invertido. Si
es tan estrecha de hombros como de caderas, con una cintura poco estrecha
será como una caja. La forma de reloj de arena tendría hombros y caderas en
medidas iguales y una cintura muy estrecha. La forma de pera tendría los
hombros más pequeños en relación con la cadera… la cintura escapular es
mucho más estrecha que el resto del cuerpo y se tiende a tener nalgas anchas
y muslos gruesos”81.

Todos los modelos corporales son transitorios, no veo por qué, cientos de
mujeres se empeñan en adherirse a ellos. Es cierto que “todo modelo de

80
JIMÉNEZ BARTIETT, Alicia. La deuda de Eva. Del pecado de ser feas y el deber de ser hermosas.
Grupo Editorial Random House Mondadori, S.L. Barcelona, 2002 .p. 78.
81
No comer cuento. Guía para procesos de formación y multiplicación. Campaña de prevención de la
Anorexiabulimia en mujeres. Una historia de Medellín. Medellín, 2005. p. 16.

74
belleza se alza como digno de imitar (poder de lo estético) determinado por las
circunstancias particulares y los momentos concretos de la vida de cada
comunidad”82, pero es decepcionante que una persona sea entonces calificada
como bella en la medida en que imite correctamente un modelo o, en otras
palabras, en tanto su imagen sea perfecta según lo previamente establecido.
Hoy en día:

“El ideal sobre el cuerpo femenino se concentra en el reloj de arena. Nuestra


forma corporal, la que genéticamente hemos heredado, no es bien vista en
nuestro medio y el reloj de arena sólo lo tienen el cinco por ciento de las
mujeres en el mundo; las supermodelos y ellas también se enferman de
anorexiabulimia. No nos podemos parecer a ellas, excepto por vías
antinaturales y bastante peligrosas. Además, aquí queremos que nuestras
mujeres mezclen tres ideales y esto es imposible fisiológicamente. No podemos
ser atléticas al estilo anglo y al mismo tiempo delgadas como lo manda la
cultura en este momento universal y al mismo tiempo sexy como lo dice el
imaginario latino. Como ser gorditas se condena, entonces se está sacando la
grasa con liposucciones y se apela a la silicona para poder completar el
aspecto de sensualidad”83.

Hacer frente a la problemática


Pasar a afrontar la problemática y discutir sus causas y consecuencias con
quienes desafortunadamente tienen que vivirlo, eh ahí la mayor dificultad, pues
al ellas negar el desgaste, niegan la realidad, no aceptan tan fácilmente lo que
están viviendo y se esconden bajo su propia ilusión; como me dijo el profesor
de una academia: “el modelaje tiene un lado oscuro por completo, sucio…
porque eso es, esto es algo muy sucio la verdad, es muy teso. Si vos vas a
hablar con un modelo o con una modelo sobre lo del desgaste y sobre todo que
el mundo del modelaje es muy sucio, o sea, te van a decir es que no, por qué,

82
ARBOLEDA GÓMEZ, Rubiela. El cuerpo en boca de los adolescentes. Estudio interdisciplinario de la
cultura corporal en adolescentes de la ciudad de Medellín. Universidad de Antioquia. Instituto
universitario de educación física. Línea de investigación cultura somática. Medellín, 2002. p. 202.
83
No comer cuento. Guía para procesos de formación y multiplicación. Campaña de prevención de la
Anorexiabulimia en mujeres. Una historia de Medellín. Medellín, 2005. p. 16.

75
porque es que igual se tiene que mantener el aire divino del modelaje…” De
este tema no se puede hablar abiertamente, mucho menos cuando está en
juego la imagen que es necesario mantener, y cuando la solución frente a las
exigencias del medio es ajustarse a ellas, “o sea yo tengo que cambiarme toda
porque o si no, no voy a servir, tengo que seguir igual de buena, para estar
acá”.

Es preciso que asumamos una realidad en la que la imagen bella es la fuente


de la felicidad y debemos estar al tanto del peligro que nos rodea. El deseo no
puede cegarnos de esa manera, mucho menos cuando no se reflexiona al
respecto. La niña que se volvió anoréxica o la que se practicó una cirugía por
tener más busto para poder mostrar la ropa interior de cualquier tipo de marca
y no le funcionó, ¿será que se ellas analizan sus comportamientos y
consecuencias? Pocas realmente lo hacen, “piense a ver si usted tiene algo
que ver con eso, si usted al decirle a su hija no comás más, es que estás más
gorda, es que es que solamente sos bella si sos delgada…”, a lo mejor así
encontremos una salida ya que no se trata de buscar culpables, sino de
responder a un tema que afecta a un alto porcentaje de jóvenes en la ciudad de
Medellín.

El desgaste se esconde sólo por algunos momentos, después es imposible


ocultarlo, sobre todo cuando afecta también a las personas que se encuentran
alrededor. Los familiares se preocupan, se cuestionan y ven como la situación
se les sale de las manos. Aún así las mujeres se siguen empeñando en lograr
una imagen corporal que atenta contra sí mismas. La familia y los amigos se
alejan, las puertas hacia el modelaje se cierran, “entonces mirá que ahí entra lo
del desgaste, porque fuera de que ya se desgastaron, fuera de que ya tuvieron
su operación y/o pasaron por la anorexia y todo esto, siguen desgastándose
más, pero no a nivel corporal sino a nivel mental”. En un nivel mucho más
complejo, pues es el que les impulsa a actuar de determinada manera,
llevándolas irremediablemente a ese lado oscuro, “y es que llega un momento
es que es tanta la presión, o sea, yo me tuve que inyectar esteroides,

76
anabólicos, para poder estar en el nivel que tenía que estar y al nivel donde yo
me movía…”

Así, el trabajo de una modelo, al igual que cualquier otro trabajo, genera
desgaste físico y trae consecuencias para quienes se desempeñan en ese
medio, aunque no en el mismo nivel ni de la misma manera que en otros
ejercicios laborales. El desgaste no se consideró aquí contando el número de
personas que se vieron o se ven afectadas por x o y instrumento de trabajo,
sino por otros aspectos, además de los materiales, que perturban al individuo, y
al momento del fracaso le llevan a un desajuste social. A las largas jornadas de
trabajo, a los grandes esfuerzos físicos, habrá de sumarse “un esfuerzo
psíquico creciente de la pérdida de control, del incremento en la velocidad y de
la creciente tensión”84, propios al modelaje. Las exigencias, entonces, generan
reacciones diferentes en los cuerpos de las modelos, o de las que desean
serlo.

El cuerpo se ha convertido en un elemento de trabajo y de símbolos, en la


medida en que constantemente el modelaje cambia la percepción que se tiene
de él y de los estándares de la moda, pues ésta “constituye una forma de
mostrar y ocultar el propio cuerpo”85. Diariamente surgen nuevos parámetros
que indican lo que es bueno y bello, a la vez que varía la concepción de lo
perfecto, culturalmente definido, convirtiendo al cuerpo en un objeto de
alabanza y admiración. Según Edgar Morín, la moda “es una auténtica fábrica
de figuras que agarra a la desconocida en la calle para, después de múltiples
manipulaciones, engarces, ensamblajes, eliminaciones y selecciones,
proyectarla convertida en una estrella sobre las pantallas del mundo… florece
la divinidad hundida en germen en la belleza”86. Una fábrica en la que las
mujeres son la materia prima de la que se obtienen beneficios, y cuyos cuerpos
sufren las consecuencias. Medellín es un vivo reflejo de cientos de
fabricaciones, acompañadas de daños físicos y emocionales. Es precisamente

84
LAURELL, Asa Cristina y MÁRQUEZ, Margarita. El desgaste obrero en México. Proceso de
producción y salud. Ediciones ERA S.A. México, D.F. 1983.
85
MORRA, Gianfranco. En: Atavíos: raíces de la moda colombiana. Villegas Editores. Bogotá, 1996.
86
MORIN, Edgar. Las Stars. Servidumbres y mitos. Editorial DOPESA. Barcelona, 1972. p. 47.

77
el entorno social el que lleva a la modelo a adquirir un precio, le obliga a
realizar prácticas que pueden llegar a afectarle, todo para no disminuir su valor.
Para seguir siendo muñecas de cristal que modelan diferentes prendas y que
únicamente son admiradas por la manera en que desfilan y llevan un vestido;
entre mejor les quede la ropa, hecha para mujeres en exceso delgadas,
mayores opciones laborales tendrán; así “las relaciones con el entorno pueden
significar un cambio de energía y, por tanto, de salud, o bien de desperdicio de
la misma”87.

87
VICENS, Jesús. El valor de la salud. Una reflexión sociológica sobre la calidad de vida. Editores S.A.,
Siglo Veintiuno de España, 1995. p. (XIII).

78
A MODO DE CONCLUSIÓN

“Ser una mujer hermosa es una meta


meta que se espera debemos
alcanzar y, por supuesto, mantener durante nuestras vidas”
Leah Erna88

Si partimos de la idea de que la estrecha relación entre el cuerpo y la sociedad


no puede obviarse, debe tenerse en cuenta que “los contornos de las
instituciones sociales y del significado cultural están ambiguamente trazados a
lo largo de la superficie de nuestros cuerpos”89. Es obligatorio recordar a
Goffman, quien hablaba de que la persona se presenta y hace su entrada en la
vida cotidiana a través del cuerpo, “la expresividad del individuo (y por lo tanto,
su capacidad para producir impresiones) parece involucrar dos tipos
radicalmente distintos de actividad significante: la expresión que da y la
impresión que emana de él”90. Una cosa es lo que proyectamos y otra muy
diferente lo que llevamos por dentro, nuestros cuerpos expresan muchas veces
deseos que pertenecen más a los demás que a nosotros mismos. He ahí una
primera conclusión, propuesta por muchos autores, pero que puede
corroborarse con este ejercicio académico. Dependiendo del lugar en que nos
movamos, tomaremos determinadas posturas y actitudes, en ese caso lo
corporal y lo cultural se unen creando necesidades y viviendo nuevas
experiencias.

La moda y la belleza nos tientan a todos. Tanto hombres como mujeres nos
hemos tenido que familiarizar con el tema, aunque pocos tomen cartas en el
asunto. Y ahora, cuando llega el momento de concluir, es casi imposible no
volver a lo que he dicho durante todo el escrito, las modas se imponen y las

88
ERNA, Leah. La belleza de la mujer: perversión y mutilación. En: Revista: Brujas. Las mujeres
escriben. N. 4. Abril, 1984. p. 55.
89
TURNER, Bryan. El cuerpo y la sociedad. Fondo de Cultura Económica. México, D.F., 1989.
90
Goffman, Erving. La presentación de la persona en la vida cotidiana. Editorial Amorrortu. Argentina,
2001. p. 14.

79
modelos, como su nombre lo indica, se vuelven ejemplos a seguir, “la imagen
del ídolo se volvió objeto de un culto que contenía contradicciones. Por una
parte, era el ejemplo a seguir, la identidad idealizada desde un punto de vista
cotidiano y humano. De otra, adquiría las cualidades de un fetiche. Su imagen,
su ropa, su estilo de vida empezaron a ser objeto de adoración colectiva”91.
Idealizamos formas y proporciones y nos vamos directo a un laberinto sin
salida, a un camino oscuro en el que la imagen bella se convierte en una
pesadilla. Aparece la insatisfacción y con ella el trastorno, justamente en esa
discrepancia entre el ideal que nos venden y la realidad que tenemos.
Desde el comienzo he intentado mostrar que la antropología, como ciencia
social, tiene mucho que ofrecernos a la hora de hablar sobre la importancia de
la imagen bella y su relación con el medio en que vive cada individuo. Médicos,
sociólogos, psicólogos y nutricionistas también se han interesado en el tema e
igualmente tienen mucho que aportar en cuanto al problema del modelaje y de
los peligros asociados al ideal de belleza delgado. Si bien es cierto que desde
la antropología hablamos de la belleza como un imperativo cultural y una
construcción propia de ella, a partir de ahí muchos sectores comienzan a
integrarse y a generar otras respuestas al problema.

En principio debemos admitir que en algo se ha adelanto, por lo menos ese


“acordate que una imagen vale más que mil palabras”, a pesar de ser una frase
que escuchamos casi a diario, ahora requiere de una mirada más profunda. Por
qué seguimos aferrándonos a la idea de que lo realmente importante es la
imagen, aun a sabiendas de que ella es producto de engaños publicitarios, de
mentiras y de ilusiones fundadas en estándares dañinos e irreales. Es
necesaria una “crítica a la tiranía de los modelos de belleza corporal, pues
éstos restringen la mirada y la fijan a unos cánones que no permiten ulteriores
exploraciones estéticas de éste”92. Es inquietante que se siga limitando nuestra
corporalidad y lo es mucho más que los cuerpos adquieran sólo valor y
reconocimiento por las medidas que tienen.

91
PINZÓN CASTAÑO, Carlos. El cuerpo-imagen. El cuerpo como espacio de confrontación cultural.
En: Maguare (Santa fe de Bogotá). N. 14, 1999. p. 216.
92
ARBOLEDA GÓMEZ, Rubiela. El cuerpo en boca de los adolescentes. Estudio interdisciplinario de la
cultura corporal en adolescentes de la ciudad de Medellín. Universidad de Antioquia. Instituto
universitario de educación física. Línea de investigación cultura somática. Medellín, 2002. p. 12.

80
Por otra parte, las agencias de modelaje se encargan de mantener vivo el
negocio de la moda, eso es bastante evidente. Son una parte importante y
hacen que se mantenga el furor de la moda y todo lo que hay detrás, “una niña
normal y corriente entra a una agencia de modelaje, lo primero que se hace es
meterle la preocupación por la delgadez”, así la ilusión y el engaño aumentan.
Deben seguirse ciertas reglas y empiezan las primeras conductas de riesgo
relacionadas en principio con la alimentación; dejar de comer, seleccionar
alimentos, no comer por las noches, saltarse comidas, tomar mucha agua,
entre otras. Restricciones que se vuelven cotidianas, y a las que se suman
otras prácticas, como exceso de ejercicio, cirugías estéticas, largas horas en
centros de belleza. Las personas que promueven estas opciones, gracias a las
cuales en apariencia es más fácil alcanzar la figura ideal, se vuelven incluso
salvadoras y se acude a ellas, acrecentando aún más el consumo de la
belleza.

Se forman nuevas mujeres, nuevos cuerpos que han sufrido algunas o muchas
modificaciones, y para muchos hombres adinerados “una mujer con estas
características es un símbolo de estatus, de prestigio para ellos, puede
adquirirla, la compra con regalos, la compra con cirugías, con viajes, con un
montón de señuelos”. Se caza a la presa y después no se le permite liberarse.
Se le vuelve esclava de su propio cuerpo.

Muchas mujeres han quedado atrapadas en el imperativo de la delgadez,


motivadas por la gran cantidad de modelos que hay en nuestra ciudad. Mujeres
de todas las edades se suman al boom de la belleza delgada y desde corta
edad se acude a agencias y academias de modelaje, relacionando la belleza
con cuidados, dietas restrictivas, limitaciones y rechazos hacia el propio
cuerpo. Ese es un punto que merece mayor consideración por parte de todos;
ese asociar belleza con prohibiciones y con exponer la salud. Hay que ser
conscientes de la situación, pues nosotras mismas nos limitamos y no hacemos
nada para despejar esa nube que se nos posa en frente.

81
“Mira, nosotros pensábamos que era un problema solamente de las
adolescentes, entonces que había una edad en que esas niñas eran más
vulnerables, porque estaban formando su identidad y empezaba pues todo el
inicio de la vida heterosexual, entonces que esas niñas recibían toda esa
influencia, esa presión pues del medio y que entonces en esa combinación de
presión y vulnerabilidad era donde aparecía el trastorno. Desde los 6 años, 7
años, las niñas están preocupadas por la delgadez, las primeras comuniones
que son a los 9 años creo, ya son con tortas dietéticas y helado dietético; hay
mujeres de 50, 60 y 65 años, hemos tenido grupos de tercera edad, que
confiesan estar insatisfechas con sus cuerpos y preocupadas por la delgadez y
con conductas restrictivas”93

No es secreto que principalmente en las mujeres se observa este fenómeno de


la moda y la belleza, somos más vulnerables a él, pues “una de las formas en
que las jóvenes obtienen aprobación es por medio de la imagen física, la cual
debe ajustarse a los parámetros de la moda para ser atractivas y por tanto
aceptadas… el ideal de la mujer está determinado por ciertos atributos físicos,
sociales y económicos que inciden directamente en la estima de las mujeres
creando necesidades de consumo y haciéndolas sentir que la belleza es un
medio muy importante para alcanzar la autorrealización”94. Su valor cambia, al
igual que la concepción de lo que es ser bello; el cuerpo se vuelve objeto de
manipulación y su valoración depende de la forma, adecuada o no, en que se
lleve una prenda. Pero lo que es más preocupante aún es que nada indica que
la obligación social de estar delgadas, maquillarnos y pasar por las manos de
un especialista en estética, vaya a desaparecer; ante tal cantidad de mujeres
estandarizadas como bellas, es imposible que haya pocas mujeres feas.

Es así como la moda y su relación con la imagen y la belleza no puede


evadirse tan fácilmente. Habrá de tenerse en cuenta en la medida en que habla
de un contexto y de unas características propias a él. No se trata simplemente

93
Entrevista a Gloria Pérez, psicóloga del proyecto anorexibulimia en la cuidad de Medellín.
94
MORA, Laura, MUÑOZ, Gabriela y VILLAREAL, Cecilia. La imagen corporal en adolescentes,
expresión de los aprendizajes socioculturales adquiridos cobre el ser mujer. En: Educación. Revista de la
Universidad de Costa Rica. Vol. 25 N. 01. 2001. p. 117.

82
de denunciar, sino más bien de poner de manifiesto los peligros latentes a los
que se acercan las mujeres que desean lucir bellas, incluso a costa de su
propia salud y tranquilidad emocional y social. Lo que pretendo mostrar es que
desde la disciplina antropológica es posible revelar la problemática que la
idealización de la imagen corporal ha generado en la cuidad de Medellín,
específicamente en el contexto del modelaje. Las mujeres que pertenecen al
medio de la moda son más que imagen, también son conocimiento y
representación de una cultura particular; no desde una postura feminista, no
pretendo hacer ver que la mujer está siendo denigrada, pues actúa bajo su total
elección, sino desde un lugar en el que el valor de la persona se pierde en la
medida en que los parámetros de calificación se basan en medidas corporales;
“por mucho que una mujer pudiera gozar atendiendo al propio acicalamiento,
es incuestionable que sufrir tanto tratamiento y preocuparse de tantos puntos
anatómicos constituía una esclavitud”95.

Ese exceso de atención a los cuerpos puede llevar a las mujeres a


consecuencias realmente graves, dándome así el modelaje elementos para la
comprensión de su dinámica como un fenómeno sociocultural en la actualidad,
y como un complejo sistema de relaciones y de intereses que requiere mayor
atención.
Encontrar responsables no es simplemente señalar. Todos los actores que
intervienen tienen algo de culpabilidad. Unos aportan más que otros,
dependiendo de las necesidades de cada uno. Comparo con la psicóloga
Gloria Pérez en que “los medios son los más renuentes, esos sí se lucran,
porque es que hay unos sectores que se lucran directamente del negocio, los
que venden, los cirujanos plásticos y estéticos y los nutricionistas, se lucran
directamente del negocio, hay otros sectores que no se lucran del negocio pero
que son propagadores como inconscientes, familia, docentes, amigos,
vecinos”. La presión seguirá en aumento y no es sólo señalar cuando se
encuentran culpables, es contraponer esos ideales que se consideran
correctos, y promover la tranquilidad física y emocional.

95
JIMÉNEZ BARTIETT, Alicia. La deuda de Eva. Del pecado de ser feas y el deber de ser hermosas.
Grupo Editorial Random House Mondadori, S.L. Barcelona, 2002 .p. 43.

83
La moda influye, y de manera directa; no se pone caretas y a la hora de la
verdad es la que más lleva a las mujeres a obsesionarse con la imagen bella.
Claro que con la ayuda de otros medios como la publicidad, pues ésta le presta
de sus herramientas para llegar a más mujeres. Y aunque la idea no es atacar
al sector de la moda, y mucho menos pedirle que deje de producir, lo correcto
sería que fabricaran para bellezas más reales, no imponiendo un único tipo de
belleza.

Puedo concluir entonces que la práctica del modelaje en la ciudad de Medellín


y la presión social que ella genera, muestra que “la moda no ha sido
únicamente una escena donde apreciar el espectáculo en los demás, sino que
ha supuesto asimismo una alteración del propio ser, una autoobservación
estética sin precedentes. La moda ha estado ligada al placer de ver pero
también al placer de ser mirado, de exhibirse a la mirada de los demás... la
moda es un sistema original de regulación y de presión sociales”96. Marcas que
entran y salen de la ciudad, modelos que aparecen en el mundo del
espectáculo y modas que se van aceptando como propias; la cuestión de la
dinámica del modelaje como profesión y de la inclusión en él, trae consigo un
deseo inmenso de reconocimiento y es preciso tener la dedicación necesaria
para lograrlo; asi pueden llegar a sentirse complacidas y disfrutar de este
ejercicio laboral.

En cuanto a los medios de comunicación, durante los últimos diez o quince


años, se ha puesto de moda en el mundo intelectual y en la población general
la crítica acerca de la influencia de ellos y su capacidad para interferir, seducir,
construir y reformular ideas, valores, visiones del mundo y, en consecuencia,
las pautas de comportamientos que son habituales de las personas. Según
Ángel Rodríguez Kauth “los mass media no respetan las características del
cuerpo con que cada uno de nosotros hemos sido dotados; si queremos estar
insertos en el mundo y ser exitosos, es preciso que estemos provistos y
sigamos meticulosamente los cánones que la moda crea y recrea para

96
Ibíd.

84
imponerla diariamente”97. La moda genera reacciones de todo tipo en niñas,
jóvenes y mujeres adultas, viéndonos directamente afectadas por ella.
La actualidad, caracterizada por el narcisismo, según Lipovetsky, sumado a la
influencia de los medios de comunicación, atribuye al atractivo físico toda
relevancia para suscitar admiración en los demás y en uno mismo, la real
finalidad es ser el centro de atención. El cuerpo de la modelo “ya no es un
objeto de deseo, sino un objeto funcional, un conjunto de signos donde se
combinan la moda y lo erótico… ya no es un cuerpo propiamente dicho, sino
una “forma”98. Todas sus implicaciones recaen directamente sobre el cuerpo y
es éste el que ahora ocupa un lugar central, mas no como dispositivo para
mejorar y mostrar la imagen real, sino como elemento que sufre modificaciones
y trastornos que afectan física, emocional y socialmente a muchas mujeres.

Otra conclusión bien importante es que el cuerpo se ha vuelto una maquinaria


comercial y nada le determina más que la apariencia y el dinero; es visto hoy
como mercancía y como instrumento que hay que mantener para evitar salir del
medio del modelaje; incluso llevando al cuerpo a sufrir algún tipo de desgaste.
En el contexto de la moda y de la belleza todo ser humano es calificado de
acuerdo a su apariencia física, debemos comprar aquello que nos acerca al
ideal y asimilar como propias figuras que de hecho nada tienen que ver con
nuestra corporalidad.
Y aunque intenté acercarme a esas mujeres en las que el desgaste era
evidente, me di cuenta de que, como lo planteaba la psicóloga del proyecto
delgadez Gloria Pérez, antes mencionada, “con los casos clínicos, ya
enfermos, es con los que menos hay pa hacer, son los casos más difíciles y de
muy difícil recuperación, hay mucho más para hacer con los casos que apenas
están empezando”. Las que apenas se están aferrando a la ilusión y a la
obligación de tener que ser bellas, las que se miran al espejo y ven la imagen
que no es, exigiéndole a sus cuerpos medidas que son anatómicamente
imposibles, y aquellas que volvieron cotidianas prácticas como hacer ejercicio,
dietas y hasta pasar por las manos de un cirujano plástico, he ahí una gran

97
RODRÍGUEZ, Ángel. Comunicación corporal en los medios. Tomado de: www.infoamerica.org
98
SQUICCIARINO, Nicola. El vestido habla. Consideraciones psico-sociológicas sobre la indumentaria.
Ediciones Cátedra, S.A. Madrid, 1990. p. 122

85
población en riesgo. Y es también ahí cuando, en palabras de Lluis Duch,
debemos sustentar que “toda buena antropología debería preocuparse de
manera prioritaria de las incesantes referencias, explícitas e implícitas, que los
seres humanos establecen entre interioridad y exterioridad, entre el sueño y la
realidad” 99

La necesidad de perseguir los ideales siempre ha estado latente, siempre


estamos buscando encarnar el ideal de belleza. Ante nosotros se presentan
imágenes y modelos a seguir, que nos imponen necesidades y nos involucran
hasta hacernos perder en un mundo de apariencias. Y es la moda, como
consciencia colectiva, la que ejerce gran presión y de la que nos volvemos
dependientes; si nos excluimos, de todas maneras la moda va a estar allí. Ella
existe sin nosotros. El hombre no es más que una entidad inserta en las
esferas de significación que él mismo impone y depende de mecanismos de
control no innatos, o sea de los programas culturales que ordenan su conducta.
(Geertz: 1996: 20).

La esperanza es lo último que se pierde, y es esa esperanza la que sostiene a


quienes creen que el sector moda pueda ampliar los parámetros de la belleza.
Recordemos que detrás se encuentra un ejercicio profesional y que ningún
trabajo femenino es totalmente bueno o malo, depende más bien de las
relaciones entre el medio social y el condicionamiento de su vida como mujer.
(Breilh; 2002:6). Nos hemos convertido en objetos moldeables, cuyas formas
pueden trasformarse y cuyos intereses son fijados en la corporalidad.

99
DUCH, Lluis. Antropología de la vida cotidiana. Simbolismo y salud. Editorial Trotta, S.A. Madrid,
2002. p. 25.

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