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Facultad de Derecho
DERECHO
ECLESIÁSTICO
DEL ESTADO
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INTRODUCCIÓN
2. Evolución histórica
El concepto moderno de DEE nace con la Reforma Protestante,
vinculada al pluralismo y al relativismo de proclamar que sus súbditos están
obligados a seguir la religión de sus príncipes: cuius regio como fórmula
acordada en la Paz de Westfalia (1946). Se encomienda al Estado la facultad
de regular la organización eclesiástica, naciendo así un DEE que abarcaba la
pluralidad de derechos religiosos: el de la Iglesia Católica, los nacidos de la
reforma protestante y el elaborado por el Estado sobre las confesiones
religiosas existentes en su territorio.
En los Estados regalistas de los siglos XVII y XVIII, los países católicos
de las monarquías absolutas se consolidaron en la Edad Moderna, aunque
respetando el dualismo cristiano y originando una abundante legislación en
materia eclesiástica, como consecuencia de los derechos mayestáticos acerca
de las prerrogativas que los reyes se atribuían.
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todas las normas dictadas en un ambiente hostil hacia las Iglesias. Se
pretendía hacer laica toda la vida del Estado. Es contradictorio que el
Estado quiera “negar” las creencias religiosas a los individuos, ya que la
libertad religiosa supone una libertad del individuo.
- Estado autoritario. El Estado toma una actitud de tolerancia, incluso de
colaboración con la Iglesia. Para hacerse respetar, el propio Estado se valía
de la Iglesia.
- Estado democrático. Se toma conciencia sobre los temas que enfrentan
al Estado y a la Iglesia, estableciendo la competencia exclusiva del Estado
en determinadas cuestiones y el reconocimiento de competencias
exclusivas de la Iglesia en otros campos. Ambas partes se comprometen a
colaborar porque lo que está en juego son derechos y libertades de lo
ciudadanos, los destinatarios últimos de las normas de ambos.
4. Definición
Según ANTONIO MARTÍNEZ BLANCO, se entiende por DEE el
conjunto de normas de carácter estatal, unilaterales o acordadas, relativas al
derecho social religioso en cuanto a civilmente relevante y que tiene por objeto
la protección de la libertad religiosa.
- Conjunto de normas: es un todo organizado y sistematizado (todo tipo
de normas cualquiera que sea la organización del Estado).
- Procedencia estatal: se trata de normas del Estado, no religiosas (son
normas civiles).
- Unilaterales o acordadas con las confesiones religiosas: las normas que
conforman el DEE pueden provenir tanto de normas que dicta el Estado de
manera unilateral como de normas que el Estado promulga después de
llegar a un acuerdo con las confesiones religiosas.
- Relación con el hecho social religioso: sólo cuando el hecho social se
muestra en su vertiente social va a ser objeto de regulación por parte del
Estado (procesión por una calle determinada o que un grupo considerable
de personas empiece de madrugada a rezar en los bajos de un edificio).
- Civilmente relevante: el Estado es incompetente en materia religiosa,
pero hay hechos religiosos que trascienden y la regulación del aspecto civil
de tales hechos corresponde al Estado.
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- Protección de la libertad religiosa: este es el fin último de las normas de
DEE, configurado en el Estado democrático. Sólo puede darse si el
ciudadano no se ve en la tesitura de elegir entre la norma estatal o religiosa
o cuando se ve libre para elegirla (plano de igualdad).
Las confesiones religiosas son parte y objeto del DEE. El ciudadano
tiene derecho a que la religión y el Estado se pongan de acuerdo en las normas
a seguir para que no tenga que elegir y así cumplir una de las dos. El Estado
se ve obligado a tener en cuenta al ciudadano (como destinatario de sus
normas) y a acordar sus normas con las confesiones religiosas (algo que no
sucede en otras ramas del derecho). El Estado tiene que tener en cuenta las
confesiones religiosas porque con ellas tendrá que llegar a un acuerdo y a
través de ellas se forman las normas de DEE. Las confesiones religiosas se
configuran como objetivo actual del DEE porque como organizaciones de lo
religioso desarrollan actividades culturales y sociales que exigen la atención del
derecho del Estado. Las confesiones religiosas van a tener que ser
reconocidas por el Estado para poder ser destinatarias de sus normas.
Las actividades culturales y sociales a las que se dedican las
confesiones religiosas se pueden dividir en tres grupos:
- manifestaciones exteriores y públicas de inmediata significación religiosa
como son todas las manifestaciones de culto, de templos… (propiamente
religiosas como los funerales, las misas o las procesiones).
- actividades sociales de las confesiones religiosas en las que el matiz
religioso viene dado por su autor y su finalidad apostólica o caritativa, pero
en cuanto al fondo se trata de actividades concurrentes con otros posibles
actuaciones de entes intermedios, el propio Estado o de otros poderes
públicos como centros docentes, asistenciales, culturales y benéficos,
donde la matización religiosa le viene dad por el sujeto que realiza la acción
(UPV y la Universidad de Deusto).
- actividades de tráfico jurídico-civil ejercitadas por aquellas confesiones y
sus entes, ya sin ánimo de lucro o con fines mercantiles, en igualdad con
las demás personas jurídicas o físicas que actúan en el ámbito del
ordenamiento jurídico civil (no existe distinción de acuerdo con el sujeto:
Osakidetza o el Hospital San Juan de Dios de Santurtzi compran una
ambulancia y ambos van a ser compradores en ese contrato).
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a) La libertad religiosa
Con el Estado democrático el DEE se ha venido a definir como una
“legislación o derecho de la libertad religiosa”. LLAMAZARES dice que lo que
se trata de proteger es la libertad de conciencia considerada como la libertad
ideológica cualificada. El jurista debe examinar qué es lo específico, qué tiene
que ser regulado por un derecho especial y qué tiene carácter común con el
resto de derechos para ser regulado por el ordenamiento jurídico común.
Siendo el DEE un conjunto de normas que protege el derecho subjetivo de la
libertad religiosa, entendido como libertad ideológica cualificada, este derecho
se concreta en dos sentidos:
- positivo (libertad para creer o no creer y expresar o manifestar esas
creencias, cuya tutela jurídica tiene como objeto el derecho a la educación e
información y el derecho a la libertad de culto).
- negativo (libertad para comportarse conforme a las propias creencias y
convicciones, así como para no ser obligado a actuar en contra de las
mismas; esto se traduce en el derecho de objeción de conciencia en sus
múltiples manifestaciones).
b) Concepto de “laico”
En función del momento histórico ha tenido diferentes acepciones. En
ocasiones será sólo ausencia de carácter religioso, pero en otros momentos
será algo contrario o enfrentado al hecho religioso. El Estado puede adoptar
diferentes posturas frente al hecho religioso:
- hostil (no hay libertad religiosa porque se dictan normas contradictorias
entre ambas autoridades y el sujeto estaría obligado a seguir las normas del
Estado).
- indiferente (el Estado legisla sin tener en cuenta las confesiones
religiosas).
- colaboración (actitud positiva a favor de la libertad del sujeto).
Cada Estado decidirá qué considera religioso y que no, estableciendo
grupos religiosos y los que no son religiosos. El Estado sólo puede establecer
el marco religioso, no puede entrar a decidir qué confesión es válida, ya que
sería decir qué creencias considera equivocadas. Habrá grupos donde se
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incluirán las sectas y los nuevos movimientos religiosos (NMR, no son
confesiones religiosas pero no llegan al concepto de secta).
Hay que tener en cuenta las relaciones existentes antes y fuera del
Estado, puesto que el mismo no puede establecer un marco e incluir dentro
grupos que quiera. El Estado sólo podrá ofrecer las condiciones objetivas para
que los grupos que quieran las cumplan y así serán consideradas confesiones
religiosas (por tanto, cada grupo optará en ser o no confesión religiosa). En la
práctica no hay Estados con plena libertad religiosa y dependerá de los
antecedentes históricos de cada uno de ellos.
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RELACIONES COMUNIDAD POLÍTICA – CONFESIONES
RELIGIOSAS (IGLESIA)
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Al establecerse el catolicismo como la religión de todo el imperio
romano, se constituye en la religión del Estado (intervención del poder público
en el poder religioso). La idea inicial de separación Estado-Iglesia da un vuelco
radical, dejando patente una clara ausencia de libertad para los que no son
cristianos (San Agustín se opuso a la vinculación del Estado al monoteísmo,
manteniendo la tradicional división entre Iglesia y Estado, se muestra partidario
de un pluralismo cultural y político bajo la unidad de la Iglesia).
d) Dualismo Gelasiano
Cuando quiebra el Imperio Romano y la posterior división entre
Occidente y Oriente, el papa Gelasio V vuelve a esa consideración inicial
dualista de la neta distinción entre lo político y lo religioso. Su intención era
librar a la Iglesia del poder e intervencionismo del emperador en el Imperio
Bizantino, profesando una absoluta separación entre la autoridad civil y
religiosa, cuyo criterio base sería el pensamiento de la Iglesia Católica para los
siguientes trece siglos, pensamiento que se refuerza con la idea de San
Gregorio Magno cuando reivindica la libertad de las conciencias y establece
prohibiciones de las confesiones obligatorias o coactivas.
e) Sistemas democráticos católicos (siglo XX)
Se aborda directamente la tutela de la libertad religiosa:
- Declaración Universal de los Derechos Humanos, aprobada por la
Asamblea General de la ONU el 10 de diciembre de 1948.
- Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre,
aprobada por la IX Conferencia Interamericana de Bogotá el 2 de mayo de
1948.
- Convenio de Roma para la protección de los Derechos Humanos y
Libertades Fundamentales de 4 de noviembre de 1950. El artículo 9.1 del
convenio establece que la libertad religiosa es básicamente la posibilidad de
elegir libremente las creencias de pensamiento, religión y conciencia. Los
aspectos internos de esa libertad de elección no son susceptibles de
limitación, pero las manifestaciones externas de esa libertad se pueden
limitar en aquellos casos previstos por la ley, lo exija el orden público de una
sociedad democrática o lo exijan los derechos y deberes de los demás. Por
tanto, el Estado no puede limitar esa libertad en el ámbito personal o
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interno, mientras en el ámbito externo se aplica el principio de igualdad
(posibilidad de limitar esa libertad de acuerdo al ordenamiento jurídico o
protección de derechos de terceros).
El artículo 9 del Convenio de Roma tiene una serie de consecuencias:
- no se han definido cuáles son exactamente los aspectos internos
protegibles de libertad de creer
- protección de que el Estado invada el espacio de la interioridad individual
- existencia de finalidades generales que permiten justificar la adopción de
ciertas medidas restrictivas por parte del Estado
- la inviolabilidad de la libertad de elección se ha reconocido sólo en el ámbito
estrictamente interno
A partir del Convenio de Roma la libertad religiosa ha pasado del ámbito
de los Derechos Humanos a la esfera de los derechos civiles. Después del
Convenio de Roma:
- Pacto Internacional de los Derechos Civiles y Políticos de la Asamblea
General de la ONU (incluye la libertad religiosa dentro de los derechos
civiles y políticos). Se crea un comité de DDHH, con competencias acerca
de la tutela de la LR en los ordenamientos jurídicos internos de los Estados
firmantes.
- Conferencia Internacional sobre Seguridad y Cooperación en Europa
(Helsinki, 1975). Se trata de acuerdos puramente intergubernamental (se
funda en un verdadero tratado internacional), no se limita a Europa (también
EEUU y Canadá), versa sobre la LR y protección de minorías y algunos
documentos de clausura reconocen la importancia de la libertad religiosa:
Viena (1989), Belgrado (1978), Madrid (1983), Copenhague (1990), Moscú
(1991) y Helsinki (1997).
- Declaración de la ONU de 25 de noviembre de 1981 sobre eliminación
de todas las formas de intolerancia y discriminación fundadas en la religión
o convicciones (importante el artículo 1) (LR como libertad de elección).
- Declaración de la ONU de 18 de diciembre de 1990 sobre los derechos
de las personas pertenecientes a minorías nacionales, étnicas, religiosas o
lingüísticas (basado en el pacto internacional de derechos civiles y
políticos).
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f) Situación en Europa en el siglo XX (en cuanto a tutela de la libertad religiosa)
- Alemania Occidental-BRD (Ley Fundamental de Bonn de 1949)
Después de la derrota militar en la guerra y la ocupación de los aliados, la
Ley Fundamental de Bonn se inspira en la Constitución de Weimar de 1919
que abogaba por un sistema de solución de compromiso, es decir, el Estado
se compromete a resolver las cuestiones relativas al hecho religioso. La
actitud del Estado se entiende como una actitud positiva de querer resolver
los problemas religiosos para que no afecten negativamente al ciudadano.
- Italia (Constitución de 1947)
Se produjo un acuerdo entre los sectores católicos y la extrema izquierda de
no pedir revisiones del concordato anterior (pactos lateranenses). Italia
siempre ha mantenido una relación especial con el Estado del Vaticano ya
que este se encuentra en su ámbito territorial. En la cuarta legislatura
(1963-1968, apertura a sinistra) y el Concilio Vaticano II (1962-1965) la
Iglesia establece su doctrina sobre la libertad religiosa, se revisa el
Concordato y se firma uno nuevo en 1984.
- Francia (Constituciones de 1946 y 1948)
Se configura como un Estado laico, de modo que existe una separación
entre Iglesia-Estado (laico entendido como posición neutral en cuanto al
hecho religioso). El Estado francés llega a acuerdos puntuales con la
Iglesia, manteniendo una actitud de cuasi concordatos (términos de
moderación).
- URSS (Constitución de 1977)
Se fundamentaba en el principio de separación entre Iglesia-Estado,
garantizando la libertad de conciencia, pero se trataba de una separación
más teórica que práctica. Tras la caída del Muro de Berlín y un ambiente de
distensión respecto de la confrontación entre los bloques, acechaban
nuevos problemas como la Guerra de los Balcanes, la desaparición de la
antigua Yugoslavia, la desintegración de la propia URSS y nuevas leyes en
cuanto a libertad religiosa de países cercanos (Polonia en 1989).
- España (Constitución de 1978)
La dictadura de Franco era de marcada confesionalidad católica.
Teóricamente el resto de confesiones eran toleradas, pero sólo en el ámbito
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interno, ya que se perseguían las manifestaciones acatólicas. Hay que
distinguir dos etapas en cuanto al distinto sentido del concepto de “orden
público” en relación al fenómeno religioso:
▪ Fuero de los Españoles (1945) y Ley del Orden Público (1959), donde lo
acatólico era sistemáticamente perseguido y sancionado porque se
entendía como algo contrario al orden público.
▪ Estado confesional católico. Con el Concilio Vaticano II (1965) y la
declaración de la Iglesia católica de “dignitatis humanae”, la libertad
religiosa (que no es lo mismo que la libertad de ejercer el catolicismo) se
basa en la propia dignidad del individuo y reclama esa libertad frente al
Estado. Se promulga la Ley de Libertad Religiosa (1967) y se reforma el
artículo 6 del Fuero de los Españoles (suavizando la existencia de otras
confesiones religiosas, las cuales en todo caso iban a estar sujetas a las
exigencias del orden público). Aparentemente se produce una modificación
del Estado en materia religiosa, pero no fue más que una declaración que
un cambio significativo (ya que el orden público seguía siendo el medio para
reprimir o prohibir aquellas manifestaciones religiosas que no fueran
católicas). El TS inició una línea jurisprudencial estableciendo que no se
podía emplear el concepto de “orden público” para limitar la libertad
religiosa.
El artículo 16.1 de la CE de 1978 dio lugar a diversos debates en la
ponencia sobre el borrador de la Carta Magna, ya que se introducía “orden
público” y recordaba al régimen anterior. Para superar esa interpretación y
garantizar que no suponía una cláusula arbitraria del Estado, se añadió
“protegido por la ley”, es decir, entendiendo que se trataba de los propios
límites o finalidades del Estado que constituía la garantía de los individuos
que conformaban el Estado democrático (límites necesarios para el propio
Estado). La LOLR, que desarrolla el artículo 16 de la CE, definió los
elementos del orden público (salvaguarda de la salud y moralidad pública y
los derechos públicos), en consonancia con las anteriores declaraciones de
Derechos Humanos.
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2. Análisis de los sistemas de relación Iglesia-Estado
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▪ Modelo de separación-neutralidad
El Estado no se adhiere a ninguna confesión, es neutral frente a la
pluralidad de confesiones religiosas. El Estado considera la religión como
algo propio de los ciudadanos y como tal considera todo lo relativo a lo
religioso regulado por las propias confesiones y debe existir una dualidad de
ordenamientos (autonomía de los ordenamientos). Es el modelo que surgió
tras la Revolución Francesa: sistema contradictorio porque se reclamaban
las libertades individuales, pero existía un ambiente agresivo de cara a lo
religioso (pero el laicismo de Francia tras la revolución o en el siglo XX es
diferente). Este modelo de neutralidad puede producir dos submodelos:
□ actitud indiferente hacia lo religioso (que puede llegar a ser incluso
agresivo, modelo francés tras la revolución)
□ consideración del hecho religioso como algo positivo (modelo alemán)
CONSECUENCIA: existencia de dos legislaciones eventualmente
contrapuestas, de modo que se traslada al individuo la tesitura de qué
ordenamiento obedecer (ya que se le sanciona si no obedece), es por ello
que es un sistema en el que se tienen que coordinar ambos poderes con la
finalidad de salvaguardar los derechos individuales (entre los que se
encuentra la LR).
▪ Modelo de coordinación
Este modelo parte de la independencia de la Iglesia y del Estado y de la
puesta en común de sus actividades para resolver desde sus respectivas
competencias las cuestiones que afectan a ambos. Su instrumento más
frecuente es el Concordato. Debe suponer el reconocimiento de la plena
libertad religiosa (España, Italia y Portugal).
▪ Modelo de hostilidad-exclusividad
Se trata de la negociación de todo sistema de relación entre el Estado y las
confesiones religiosas, pero la relación existe, aunque sea de enemistad y
de subordinación forzada del Estado o de la Iglesia. Uno de los polos se
impone sobre el otro con el ánimo de eliminarlo fuera de su esfera de
actuación:
- la confesión religiosa llega a la excomunión o expulsión de la comunidad
religiosa
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- el Estado llega a privar a los ciudadanos de sus derechos
Este sistema se debe en la antigua URSS y actualmente en países donde
triunfe el fundamentalismo (no hay libertad religiosa, hay miedo a la sanción
del otro poder).
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2. Fundamento de la LR en la Declaración Conciliar
No se basa en la disposición subjetiva de la persona, sino en la dignidad
humana (el hombre está dotado de inteligencia y voluntad), puesto que la
persona tiene capacidad para ejercer facultades y a través de esos
mecanismos tiene que poder distinguir cuál es su verdad, para poder después
elegir libremente lo que consigo lleva esa verdad en materia religiosa (es la
realidad misma de la persona de donde brotan unas exigencias de justicia entre
las que se encuentra el derecho a la libertad religiosa). Pueden tener libertad
los que tienen creencias y quieren actuar conforme a las mismas, pero también
gozan de libertad los que carecen de creencias. Es por ello que la libertad
religiosa de plantea como una libre elección y exige ese reconocimiento incluso
para los que no tienen ninguna creencia “con tal de que se guarde el justo
orden público”.
a) Plano individual
El plano individual interno es el núcleo de la declaración conciliar y en
esa naturaleza subyace la dignidad humana. A esa libertad no se le establece
ningún tipo de limitación y es posible que la persona ejerza esa libertad en un
plano externo (la libertad también significa la posibilidad de manifestar esas
creencias mediante una serie de actos, promoviendo instrumentos culturales,
educativos y sociales).
El plano individual externo (libertad individual en el ámbito externo)
reconoce a la familia como la prolongación de la autonomía del individuo en
materia de LR (de ahí el derecho de la familia a educar a los hijos en las
propias creencias religiosas), dentro de los límites debidos.
b) Plano social
Las comunidades religiosas tienen doble ámbito de actuación:
- plano social centrípeto (interno). Actuación donde las actividades del
sujeto se dirigen por el propio grupo (actos de funcionamiento interno de
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la comunidad religiosa, que pueden trascender de alguna manera o no):
derecho de regirse por las normas de la comunidad, nombramiento de
ministros, elección de representantes... dentro del marco del orden
público.
- plano social centrífugo (externo). Actos con los que se dirigen las
actuaciones (propagar las creencias religiosas, enseñanza, difusión de
la doctrina y actuación en el orden social). Se trata de actos que
repercuten en otros, trascienden del mismo y afectan a terceros. El límite
lo marca la coacción, ya que no se puede emplear para captar adeptos o
cambiar la fe de las personas.
Hay que fijarse en los límites de las actividades de las confesiones
religiosas (sobre todo en el último plano) y determinar si son sólo limitaciones
del ámbito externo.
4. Límites de la LR
El Concilio establece como principio básico que debe prevalecer la
libertad religiosa mientras no conste el derecho cierto y prevalerte de otros. La
libertad religiosa a de ejercerse en sociedad, por lo que su uso debe estar
sometido a ciertas normas reguladoras y debe tener en cuenta los derechos
ajenos y los deberes propios para con el bien común. Por tanto, en caso de
duda, prevalece la libertad religiosa sobre la ley. De aquí, nace el derecho a la
objeción de conciencia para determinados casos, no como norma general, que
evita la sanción por el incumplimiento de la norma civil.
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terceros. Pero para que las normas que se dicten del poder civil no sean
arbitrarias, esas normas deben estar siempre conforme al orden moral objetivo
y, consecuentemente, han de respetar el orden público. El orden público,
vendría a ser aquellas condiciones mínimas necesarias para la existencia
misma de la sociedad, y sin las cuales la sociedad no puede existir: el bien
político (paz pública), el bien moral (debida custodia de la moralidad) y el bien
jurídico (tutela de los derechos de todos).
a) Autonomía e independencia
La declaración del concilio ya reclamaba la actividad pastoral de la
Iglesia en libertad (derecho de las personas a encontrar su paz y seguirla).
Cabe la posibilidad de que la Iglesia emita juicios de moral en cuestiones
civiles, juicios basados tanto en derecho positivo como en derecho natural
(siempre están en juego los DDHH). La cristiandad puede unir en sociedad
conforme a las exigencias de su fe cristiana (base que sirve para las
autoridades eclesiásticas, siempre y cuando la Iglesia no injiera en asuntos de
Estado) (comprobación de las declaraciones y si está justificado).
c) Colaboración positiva
Los dos poderes no deben dictar normas enfrentadas para no colocar al
individuo en la tesitura de decidir a qué parte obedecer. Ambos poderes sirven
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a la persona y su eficacia aumenta si colaboran ambas instituciones, es decir,
si tienen como punto de partida el propio sujeto y si son capaces de colaborar
en beneficio del mismo, creando un clima de libertad para que el individuo
pueda ejercer sus derechos (entre ellos la LR). El régimen de LR no daña la
religión, sino que favorece el ejercicio de la misma, para lo que debe darse un
plano de igualdad entre todas las confesiones religiosas hasta llegar a
regímenes pactados.
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PRECEDENTES HISTÓRICOS DEL DERECHO ECLESIÁSTICO ESPAÑOL
El Estado que iba a surgir con la CE de 1978 no iba a ser confesional,
mientras en las constituciones anteriores se había seguido la confesionalidad
católica del Estado (no es la misma o no se entiende por igual dependiendo del
momento histórico). Antes de la propia Constitución ya se venían sucediendo
negociaciones Iglesia-Estado, hasta que una vez promulgada la CE se firman
los actuales acuerdos Iglesia-Estado en sustitución del Concordato de 1953,
acuerdos que abogaban por la neta separación entre Iglesia y Estado
(ausencia de religión del Estado). La confesionalidad del Estado no es lo
mismo que la estatalidad de la confesión:
- el Estado se declara adherido a una determinada confesión religiosa
para obtener sus fines de política social, otorgando un régimen especial
a esa confesión. Se trata de un régimen que se puede concretar en unos
acuerdos que no suponen el desconocimiento de la existencia de otras
confesiones religiosas, con o sin acuerdo (pero en la práctica las
confesiones religiosas con acuerdo pueden alcanzar mayor grado de
libertad en su ejercicio).
- existe un Estado y una pluralidad de confesiones, de las cuales una se
proclama como confesión oficial del Estado (unión confesión con
Estado). La reina Isabel II ostenta la jefatura de la iglesia anglicana y es
a su vez cabeza de Estado
Siendo la aconfesionalidad del Estado una de las primeras
consecuencias del Estado laico, se puede concluir que el Estado español
resultante de la CE es un Estado laico, lo que debe ser autorizado desde dos
puntos de vista:
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principios fundamentales que ratificaban la laicidad del nuevo Estado:
libertad e igualdad religiosas, lo que da lugar a la ausencia de confesión
oficial o laicidad (sentido negativo, ninguna confesión está adherida al
Estado, CE 16.3) y la colaboración del Estado con las confesiones
religiosas, en especial con la Iglesia Católica (sentido positivo, se considera
positivo el hecho religioso).
- calificación del Estado español desde el binomio confesionalidad-laicidad
El Estado, al igual que la sociedad, sigue un proceso de secularización de
las instituciones, ideas y actitudes. Estamos en presencia de un Estado
laico con colaboración que parte de la independencia y autonomía de la
Iglesia y del Estado, además de la apuesta en común de sus actividades
para resolver, desde sus respectivas competencias, las cuestiones que
afecten a ambas.
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FUENTES DEL DERECHO ECLESIÁSTICO ESPAÑOL
1. Introducción
Partiendo del esquema general de las fuentes del derecho, la CE tuvo un
carácter especial porque supuso una importante modificación en cuanto a DEE.
Las fuentes son diversas: resoluciones del TC, Derecho Internacional y
Comunitario (antes era difícil asumir que un ordenamiento no interno pudiera
tener eficacia directa en los ordenamientos internos), LOLR (norma básica que
convive con otras normas dispersas en el ordenamiento jurídico), sistema
concordatario (acuerdos suscritos entre el Estado y la Iglesia, además de los
pactos con otras confesiones) y las normas dictadas por la Administración
Pública (normas de menor rango pero las más numerosas, que son importantes
porque concretan la aplicación de las normas y establecen las condiciones más
próximas al sujeto, en definitiva, las que crean un sistema de DEE).
2. La Constitución de 1978
a) Consideraciones generales
Es la norma de rango superior que contiene las garantías necesarias
para salvaguardar su estabilidad, de ahí que el TC verifique tanto las normas
estatales como los tratados internacionales mediante los recursos de amparo y
cuestiones de inconstitucionalidad (posibilidad de que el TC examine si las
normas de ajustan a la CE o no). La CE superó la confrontación del Estado en
materia religiosa, ya que el Estado laico tenía que dejar de lado los dos
extremos a los que se podía exponer (laicismo agresivo y confesionalidad
cerrada), por eso la CE tiene una consideración especial.
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concibe como la única manifestación de religiosidad relevante para el
ordenamiento jurídico
- necesidad de análisis del artículo 16 con el artículo 14 de la CE. Este
último artículo se encuentra antes que las dos secciones a las que precede,
de modo que ampara todos los artículos recogidos en esas secciones
En cuanto al análisis del precepto, el mismo se divide en tres párrafos:
- se proclaman tres derechos:
▪ libertad ideológica (libertad de pensamiento como capacidad del individuo
para elaborar respuesta a los temas transcendentes de la vida por si
mismo)
▪ libertad religiosa (posibilidad de dar culto al propio Dios según la propia
conciencia, también entendido como “libertad de conciencia” en el sentido
de derecho público subjetivo del individuo frente al Estado, en virtud del cual
se puede proclamar el derecho cuando el individuo es agredido por
personas o entidades que le nieguen esa libertad)
▪ libertad de culto (libertad de practicar o manifestar externamente las
propias creencias religiosas).
Los individuos y las comunidades son los sujetos de este derecho que
tienen relevancia para el Estado mediante su consideración como confesión
religiosa. También se indica cuál es el límite de ese derecho, es decir, se
trata de un derecho a priori ilimitado que de manera excepcional admite
limitaciones en la esfera de las manifestaciones externas, siempre que las
limitaciones supongan proteger el orden público previsto por la ley.
- inmunidad de coacción respecto de las declaraciones de ideología,
religión o creencias. Se constituye como un mecanismo fundamental para
salvaguardar la LR, ya que la LR exige que nadie sea obligado a manifestar
si tiene creencias religiosas o no. Es importante el matiz interpretativo del
precepto, ya que en ocasiones se ha defendido que se pudiera solicitar la
indicación correspondiente si fuera necesario o tuviera relevancia civil para
el cumplimiento de deberes de los ciudadanos o para fundamentar la
exigencia de determinados derechos.
- se trata de la forma de expresión del laicismo (estatalidad de la
confesión o confesionalidad del Estado). El Estado laico, que ha dejado de
ser confesional católico, no tiene porque desconocer el hecho religioso, es
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por ello que los poderes públicos tienen que tener en cuenta las creencias
religiosas como manifestación del compromiso del Estado de atender las
demandas concretas de la sociedad. El hecho religioso se considera como
un hecho positivo que el Estado entiende como una parte del bien común,
como resultado de la separación clásica de los poderes que confluyen en el
individuo. Así, es necesario una colaboración Estado-Iglesia para evitar
situar al individuo en una situación de deber de elección a qué poder
obedecer (se protege al individuo porque es un miembro del Estado y
miembro de la confesión). A medida que el Estado tenga relaciones con las
confesiones y éstas respeten el principio de igualdad del artículo 14,
estaremos en presencia de un auténtico régimen de LR.
Es cierto que en el precepto constitucional se emplea la expresión “(…)
Iglesia Católica”, debido a motivos históricos y sociológicos de base para
introducir tal expresión (tras la dictadura de Franco la sociedad española
continuaba siendo mayoritariamente católica y habían existido
tradicionalmente acuerdos con la Iglesia, además de otros acuerdos que
servían de modelo para otras confesiones que no tenían esa tradición
concordataria). El Concordato de 1953 había entrado en crisis a partir del
Concilio Vaticano II y tras la muerte de Franco se fueron gestando nuevos
acuerdos con la Iglesia que finalmente se firmaron el 3 de enero de 1979,
una vez proclamada la CE. La cooperación del Estado con las confesiones
religiosas debe hacerse bajo el mantenimiento del principio de igualdad del
artículo 14.
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- CE 30.2: aunque puede estar obsoleto, es el único precepto que
menciona la “objeción de conciencia” que no aparece en otros textos
legales ni en la CE.
- CE 20.1.c: libertad de cátedra (junto con la libertad de expresión).
- CE 32: matrimonio monogámico (se otorga relevancia al matrimonio civil
y al religioso según las normas de las confesiones religiosas, reforma del
Código Civil de 1981).
d) Jurisprudencia del TC
El TC desempeña varias funciones de las que dos afectan a esta
materia:
- resolver los recursos de amparo (protección de los derechos
fundamentales dentro de los que se incluye la libertad religiosa)
- resolver cuestiones de inconstitucionalidad (que afecte directamente al
tema de las fuentes)
En el último supuesto, cuando el TC declara que un determinado
precepto normativo es contrario a la CE, ante tal declaración no cabe ninguna
oposición: tal declaración no se limita a eliminar una norma del ordenamiento
jurídico o a crearla mediante una interpretación extensiva o analógica de la ley
en vigor, sino que se da vida a una nueva disposición a partir de una cierta
interpretación constitucional. Por eso se dice que la jurisprudencia del TC es
fuente de derecho.
2. Derecho Internacional y Comunitario
b) Derecho Internacional
- Declaración Universal de los DDHH de 1948
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La declaración por si misma no tiene fuerza ejecutiva si no se contemplaría
en el artículo 10.2 CE.
- Comisión de DDHH: pactos vinculantes
El Pacto de Derechos Civiles y Políticos (1966) se contempló la posibilidad
de denuncia frente a los Estados cuando el ejercicio del derecho afectaba
directamente a esos niveles (no a nivel de la declaración de la ONU). Ese
pacto no se detiene en la declaración general de 1948, sino que establece
concreciones superiores (cuándo una situación limita la LR, vías de
protección…). La comisión no es propiamente un órgano judicial, pues en el
caso de que se aprecien violaciones en los derechos corresponderá a las
autoridades nacionales su reparación, sin que quepa intervención de la
comunidad internacional.
En cuanto al pacto de 1966, cabe decir que se entiende la libertad religiosa
(junto con la liberta de pensamiento y conciencia) como un derecho de
elegir, tanto a nivel individual o colectivo como en el plano privado o público,
mediante el ejercicio de la enseñanza, culto, práctica u observancia. Se
prohíbe cualquier limitación a ese derecho en el ámbito privado, mientras
que los límites en el ámbito público se conciben como algo excepcional y
siempre ligados al principio de legalidad (límites establecidos por ley en
defensa de un interés público).
c) Derecho Comunitario
En 1949 se crea el Consejo de Europa que tenía como objetivo defender
los derechos y libertades de la persona. En 1950 se aprueba el Convenio
Europeo para la protección de los derechos humanos y libertades
fundamentales (Roma), que se refiere a la libertad religiosa en los mismo
términos que la declaración de DDHH de la ONU. Es importante el
establecimiento de un Tribunal Europeo de DDHH, instancia supranacional que
realiza acciones judiciales encaminadas a la defensa de los derechos
fundamentales ante la que pueden acudir los individuos.
Para acudir al Tribunal Europeo de DDHH, es necesario que se hayan
agotado todas las instancias nacionales de protección, se acude ante la
Comisión para que declare la admisión o no del asunto: si se admite,
concluyendo que se ha producido una violación de un derecho, se intentará un
25
arreglo amistoso; si no se logra, se remitirá al Tribunal Europeo de DDHH
(remisión por la Comisión, Estados o individuos), el tribunal decidirá mediante
sentencia declaratoria y corresponde al Estado afectado la ejecución.
Es una posibilidad de que un órgano no nacional dicte disposiciones que
incidan directamente en el ordenamiento nacional, pero existe una especie de
limitación de la soberanía nacional, ya que se trata de valores pertenecientes a
la humanidad y, por tanto, no disponibles para los Estados.
26
llegar al tope máximo de libertad y de acuerdos con el resto de confesiones
para acabar así con la aparente desigualdad que existe.
27
c) Límites (artículo 3)
Hay que señalar los límites del propio derecho a la LR, además de los
límites o exclusiones de la ley. Los límites serían los derechos de los demás (el
límite no lo constituye cualquier derecho, sino derechos fundamentales) y el
orden público (salud pública, moralidad pública y la seguridad pública),
excluyendo lo que propiamente no es contenido de la LR (no quiere decir que
sea importante o digno de estudiar, sino que queda fuera del alcance la LOLR).
d) Previsiones
- Tutela judicial (art. 4): vía ordinaria y vía constitucional.
- Confesiones (art. 5). Sujetas a la personalidad jurídica cuando se
inscriben en el Registro de Entidades Religiosas creado por el Ministerio de
Justicia, para lo cual deben cumplirse ciertos requisitos: solicitud (voluntaria)
junto con los documentos que hay que acompañar a la solicitud. Los
requisitos responden claramente a la seguridad jurídica, no relacionado con
la extensión o número de seguidores de la determinada confesión. En
definitiva, se trata del mecanismo de control del Estado para garantizar que
esas confesiones que quieren inscribirse cumplan con la LOLR. Si no se
practica la inscripción, cabe recurso ante los tribunales (¡con la inscripción
se adquiere personalidad jurídica!). Para la cancelación de la inscripción,
deberá concurrir la voluntariedad de la confesión o que así lo ordene un
tribunal.
- Libertad de organización interna de las confesiones (art. 6). El Estado no
puede intervenir a regular la jerarquía dentro de las comunidades, otra cosa
diferente sería si una persona quiere salirse de una secta y se lo impiden
(porque el Estado es garante de la libertad).
- Acuerdos minoritarios (art. 7). Es necesario la inscripción y que la
comunidad o confesión que se quiera inscribir tenga un arraigo suficiente en
España (por extensión territorial o número de creyentes en el conjunto del
Estado). La consideración de una religión o confesión como arraigada
responde a un matiz subjetivo por parte del Estado, ya que no se establece
el número mínimo de creyentes necesarios para que el Estado tenga
relaciones de cooperación. De todos modos, aunque una confesión tenga
especial arraigo, el Estado llegará a acuerdos “en su caso”.
28
- Comisión asesora (art. 8).
4. Normativa pacticia
Los pactos vienen a derogar el Concordato de 1953 y la LOLR deroga la
ley de 1967 (que preveía otros acuerdos, aunque ya se fueron gestando
algunos para su posterior aprobación tras la CE). Estos acuerdos, junto con
otros a nivel nacional y su desarrollo, tienen el carácter global de un verdadero
Concordato. La Iglesia tiene subjetividad interna, es decir, la naturaleza jurídica
de estos acuerdos es la de un tratado internacional (tanto el cumplimiento
como una posible modificación deben llevarse a cabo conforme a las normas
previstas para los tratados internacionales). La naturaleza jurídica de estos
acuerdos no se liga a la suscripción de acuerdos con confesiones minoritarias,
sino que suponen una concreción del Estado de cómo regular determinadas
situaciones en la que la Iglesia católica está implicada.
29
- Se reconoce el derecho de la Santa Sede de promulgar disposiciones y
comunicar con sus ministro y fieles (actividad de magisterio).
- El Estado reconoce los domingos como días festivos y se compromete a
respetarlo (el resto de festividades religiosas dependerán de que algunas
fiestas laborales también coincidan con tales festividades).
- El Estado garantiza y reconoce el derecho de asistencia religiosa de los
ciudadanos internados en centros penitenciarios, hospitalarios, sanitarios,
orfanatos o similares, públicos o privados.
- La Iglesia puede llevar a cabo actividades de carácter benéfico o
asistencial.
- Se hace referencia a normas de Derecho Canónico tanto para la
constitución como la resolución de las crisis matrimoniales. El matrimonio
tendrá efectos civiles cuando celebrado en la forma canónica se inscriba en
el Registro Civil. En cuanto a la resolución de matrimonios, los tribunales
eclesiásticos son competentes para resolver causas de nulidad del
matrimonio y la competencia es de la Santa Sede para deshacer el vínculo
del matrimonio rato y no consumado. Esto último está en total discordancia
con la entrada en vigor de la ley del divorcio en 1981, que introdujo la
separación sin acudir al Código Canónico, además del divorcio. Es por ello
que hoy en día se puede solicitar la nulidad matrimonial conforme a la
inscripción en el registro (puede que para la Iglesia no exista el vínculo y
para el Estado sí) y con el divorcio civil sigue existiendo el vínculo canónico
pero para el Estado no (reforma de 2005). Para salvar eso, dado que las
separaciones o divorcios tienen que ajustarse al derecho del Estado para
que surtan efectos, se acude al artículo 778 de la LECc (si la disolución se
declara no ajustada a derecho del Estado, se disuelve el matrimonio por
divorcio).
a) Objetivo
Cumplir las obligaciones del Estado establecidos en CE 16, teniendo en
cuenta la realidad social y equiparando el resto de confesiones a la católica,
que ya suscribió acuerdos con el Estado tras la promulgación de la
30
Constitución. Estos acuerdos son una novedad absoluta en el derecho español,
pero existe una gran diferencia en cuanto a su naturaleza jurídica, ya que se
han suscrito entre sujetos de derecho interno, es decir, son acuerdos que el
Estado negocia con federaciones de confesiones religiosas, no con sujetos de
Derecho Internacional.
31
términos establecidos en las leyes, que en caso de expropiación forzosa
deberá ser oida por la Comisión Permanente de la FEREDE. Los ministros
de cultos son personas físicas dedicadas con carácter estable al culto o
asistencia religiosa y que así lo acredite de acuerdo a su Iglesia y la
Comisión Permanente de la FEREDE. Estas personas no están obligadas a
declarar lo que conozcan o les haya sido revelado en el ejercicio de sus
funciones.
- Matrimonio (7)
Se reconocen efectos civiles del matrimonio celebrado ante los ministros de
cultos de las iglesias de la FEREDE. Previo al matrimonio, el encargado del
Registro Civil comprueba que quienes quieren contraer matrimonio cumplen
con los requisitos del Código Civil y expide un certificado por duplicado
(expediente de capacidad), dentro de los seis siguientes meses a la
expedición del cual los interesados deben contraer matrimonio ante un
ministro evangélico y dos testigos mayores de edad.
El Ministro extiende en la certificación doble con una diligencia haciendo
constar todas las circunstancias del matrimonio (una copia se lleva al
Registro Civil para la inscripción del matrimonio y posterior efectos civiles, y
la otra copia la conservará el Ministros de la Iglesia Evangélica que ha
celebrado el matrimonio). Sin embargo, no hay plazo para que una vez
celebrado el matrimonio se realice la inscripción.
- Asistencia religiosa (8-9)
En aras a garantizar la LR, los ministros de la FEREDE debidamente
autorizados pueden entrar en los centros públicos, libre y sin horarios (pero
siempre sujetos a las normas de los centros, especialmente en centros
penitenciarios). Los gastos que pueda producir esas asistencia corren a
cargo de la FEREDE.
- Educación (10)
Se garantiza a los alumnos el derecho a recibir enseñanza religiosa
evangélica en centros docentes públicos y privados concertados, estos
últimos siempre que no suponga ir en contra el carácter propio del centro.
Los centros docentes tendrán que prestar los locales adecuados para el
ejercicio de ese derecho, y en el acuerdo se reconoce a la FEREDE el
derecho a establecer y dirigir centros docentes y educativos, tanto de
32
educación infantil como primaria y secundaria, así como Universidades o
seminarios con sometimiento a la ley general.
Choca con CE 16.2 que nadie puede ser obligado a manifestar su religión,
pero el hecho de modificar el horario o fecha selectiva de la Administración
implica que el interesado debe hacer llegar ese deseo (no es obligatorio,
pero existirá una necesidad de acreditar esas creencias que están basadas
en el derecho a unas creencias concretas).
- Descanso laboral (12)
Podrán acordar el trabajador y el empleados un día de descanso que no
corresponda con domingo (es una facultad potestativa). Hay que destacar
que no todas las iglesias evangélicas tienen el mismo día de descanso. Los
alumnos de estas iglesias que cursen estudios en centros de enseñanza
públicos o privados concertados, estarán dispensados de asistir a clase y
hacer exámenes en esas fechas de precepto de su religión a petición propia
de quienes ejerzan la patria potestad. Los exámenes, oposiciones u otra
pruebas selectivas de ingreso en Admnistración pública qe estuvieran
señalados para la tarde del viernes o para el sábado serán establecidos en
fecha alternativa para estos alumnos.
Estos pactos constituyen un precedente histórico, porque no había
antecedentes en el derecho español de acuerdos del Estado con religiones que
no fueran la católica, del mismo modo que ocurre en otros países.
6. Jurisprudencia ordinaria
a) Tribunal Supremo
Sólo las resoluciones que el TS dicta en el mismo sentido para resolver
cuestiones semejantes y en aplicación de las mismas normas conforman
jurisprudencia. Las resoluciones del resto de tribunales también se pueden
considerar como jurisprudencia, pero no son un valor vinculante (jurisprudencia
menor). La única vía de acceso a la jurisprudencia del TS es mediante el
recurso de casación (LEC 477), acceso mediante el importe de la cuantía o por
otros motivos (pero en todo caso razones muy tasadas). También existe el
recurso de unificación de doctrina, en caso que exista disparidad de criterio
entre las Audiencias Provinciales, pero no es suficiente dejar patente la
33
existencia de disconformidad entre las Audiencias, sino que hay que adjuntar
resoluciones completas, además de acreditar y justificar en qué términos
exactos son diferentes la doctrina de la diferente jurisprudencia. Las razones
van a tener carácter de fuente de derecho cuando la materia verse sobre la
tutela de la LR.
b) Audiencia Nacional
Las resoluciones de la AN no constituyen a priori jurisprudencia, pero en
materia de DEE es una vía de control de la Administración del Estado. Las
resoluciones de la AN, por tanto, conforman un modo de crear un modelo de
DEE y por esa vía se podría considerar fuente de derecho.
El TS conocería sobre asuntos como la objeción de conciencia, delitos
contrarios a la LR, alcance de la obligación de prestar juramento, pactos con la
Santa Sede o las confesiones… La AN conocería sobre recursos de
denegación de inscripción de ciertos grupos o confesiones religiosas,
denegación de ventajas o beneficios fiscales (cualquier actuación negativa por
parte de la Administración).
7. La Administración Pública
El Gobierno ejerce la potestad reglamentaria, mediante la cual se crea el
mayor número de normas, pero las mismas deben siempre sujetarse a normas
de rango superior y, en último término, a la CE (14 y 16). Siendo las normas
más próximas al ciudadano, se puede comprobar como la Administración tiene
la capacidad de crear un modelo de DEE.
34
PRINCIPIOS INFORMADORES DEL DERECHO ECLESIÁSTICO ESPAÑOL
35
- Principio personalista. La Iglesia y el Estado están al servicio del hombre
por distintos cauces o motivos: el Estado considera a la persona por encima
de lo institucional y está obligado tanto a defender como a promover el
respeto de los derechos fundamentales; la Iglesia es consciente de que
debe actuar en el mundo, porque nada de lo relacionado con el individuo
puede ser ajeno y el hombre es el centro de la preocupación pastoral de la
Iglesia.
- LR entendida como principio de relación Iglesia-Estado (tras siglos de
lucha entre el poder político y religioso, se reconoce por parte de ambos
poderes de que es posible una relación entre ellos basada en los principios
de igualdad y libertad).
- Mutua colaboración. Coexisten dos poderes y es necesaria una armonía
entre ambos para no perjudicar al hombre, es decir, la labor de la Iglesia y
el Estado debe ser eficaz en tanto no dicten normas contradictorias, sino
que cooperen para resolver esas cuestiones que afectan a ambos.
2. El principio de LR (FOTOCOPIA)
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del demandante (LEC 52) o, de forma subsidiaria, el tribunal del lugar donde
se haya producido el hecho que vulnere el derecho fundamental del que se
trate.
- Procedimiento (LEC 249): juicio ordinario por razón de materia.
- Recursos (LEC 455): recurso de apelación ante la Audiencia y casación
ante el TS (LEC 477).
b) Vía penal
Procedimiento abreviado (juzgado de instrucción y de lo penal), donde
cabrán recursos ordinarios ante la AP con posibilidad de casación ante el TS.
En cuanto a los delitos concretos contra la LR, existe una agravante genérica
(CP 22.4º), disposición que no se aplica cuando en el tipo concreto ya está
subsumida la circunstancia de la agravante genérica.
- CP 522. Conducta dolosa y empleo de la violencia. Este delito no se
puede cometer de forma imprudente, donde el sujeto pasivo será el
miembro de cualquier confesión religiosa. El bien jurídico protegido es la LR
personal de un miembro de cualquier confesión.
- CP 523. el sujeto pasivo son aquellas confesiones religiosas inscritas.
También es necesario el empleo de la violencia y cabe cualquier tipo de
fuerza (física o moral). Se trata de la perturbación referida a los cultos de
una confesión religiosa inscrita.
- CP 524. Actos de profanación (dolo directo), ya que se menoscaba el
carácter sagrado que tienen los lugares de culto. El bien jurídico protegido
es el sentimiento religiosa legalmente tutelado.
- CP 525. Actos públicos de ofensa con la intención de ofender el
sentimiento religioso de algún miembro de cualquier confesión religiosa, no
necesariamente inscrita. El bien jurídico protegido son las creencias y
dogmas, ritos y ceremonias de esas confesiones.
- CP 526. Conducta relacionada con los sentimientos religiosos, respecto
de los difuntos en todas las formas que indica la disposición. El dolo debe
ser directo y se trata de actos destructivos.
c) Vía contenciosa
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Es frecuente que se examinen casos relativos a beneficios fiscales,
entes o confesiones religiosas, negación de inscripción a grupos con carácter
que se pretende, enseñanza… Se trata de recursos contra las resoluciones
emanadas de la Administración y que lesionan la LR. La legitimación está en
manos de individuos o colectivos y como materia administrativa, es preciso que
las resoluciones sean motivadas contra los que cabe reclamación cuando se
entienda vulnerado el derecho de LR.
d) Protección constitucional
Cabe recurso de amparo y cuestión de inconstitucionalidad, si bien este
último no es propiamente un recurso. Es necesario haber agotado las vías
ordinarias.
e) Protección internacional
Una vez agotadas todas las vías internas de protección, se puede acudir
al Tribunal Europeo de Derechos Humanos.
4. La objeción de conciencia
38
modo que hay más mandatos que cumplir, pero el sujeto también es cada vez
más consciente de las propias exigencias de su conciencia.
El legislador, cuando promulga una norma, establece el carácter
imperativo o prohibitivo de la norma y la consecuencia de la sanción para aquel
que desobedece el mandato (toda norma lleva aparejada de alguna manera u
otra una sanción, porque en caso contrario dejaríamos a la voluntariedad de los
individuos el cumplimiento de las normas del Estado). Las normas están para
cumplirlas, parece contrario al propio carácter normativo que la propia norma
contemple la posibilidad de no cumplirla.
Criterios jurisprudenciales para la determinación de la objeción de
conciencia:
- nivel de peligrosidad de los comportamientos (desobediencia). En principio,
se atiende a ese nivel considerando que es menos peligroso la vulneración
de un mandato imperativo que de un prohibitivo.
- parece que los comportamientos que tienen un trasfondo religioso parecen
exigir un mayor grado de tutela que aquellos que tienen un trasfondo
meramente ideológico (sistema de defensa suficientemente estructurado,
coherente y sincero).
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▪ médicos que están llamados a realizar el “voto terapéutico” (realizar
abortos en casos despenalizados por la ley contraviene los dictados de su
conciencia). El médico no está objetando la profesión ni la relación laboral,
pero podría negarse dentro de una relación laboral que le obligara a
practicar abortos. Realizar una actividad concreta (aborto) puede ir en
contra de la conciencia de uno; no lo sería si el médico está en consulta
privada, le piden un aborto y se niega. Pero en ese último caso no existe
relación laboral, es una relación médico-paciente: no se da el tema de la
objeción en el ámbito laboral. Se da cuando el médico trabaja por cuenta
ajena en un hospital, público o privado, y puede estar obligado a realizar
determinados actos dentro de su relación laboral médico-hospital (se puede
dar el supuesto de objeción laboral).
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▪ Negativa a formar parte de un jurado. La Ley del Jurado es relativamente
reciente. Sólo hay jurado para determinados delitos y son bastante escasos.
Ambos factores hacen que no haya muchos casos de objeción de
conciencia para poder hablar de sus consecuencias generales. La LOTJ
establece excusas para que las personas designadas como jurado puedan
no llevar a cabo esta obligación (ser mayor de 65 años, haber sido jurado
en los cinco años anteriores, tener un trabajo relevante, ser militar en activo,
tener la residencia en el extranjero, que genere un trastorno grave por
cargas familiares…).
En principio, se hará una criba de 36 personas para poder ser potenciales
miembros de un jurado. Se les pasa un cuestionario, donde se pondrán las
causas para no ser jurado y posteriormente, la Audiencia examina los
cuestionarios y las excusas. La Audiencia resuelve sobre las excusas y si
las admite, los 36 miembros iniciales son reducidos. Al comienzo del juicio
oral, se hará la selección concreta y definitiva de los 9 miembros titulares y
2 suplentes que van a formar parte del jurado y es este el momento en el
que se puede pedir la objeción. No se dan objeciones propiamente dichas
porque los letrados de las partes van a rechazar a una persona que tenga
un fuerte rechazo a ser miembro del jurado.
▪ Negativa a prestar juramento. No se recoge en nuestro ordenamiento.
Puede ser porque el propio ordenamiento no lo exija, se exija muy pocas
veces y en ellas se sustituye la promesa de decir verdad (se puede objetar
al juramento pero no a la promesa). La objeción de no prestar juramento se
da más bien en casos de política más que por motivos religiosos (no acatar
la CE).
▪ (Mal llamada) Objeción fiscal. No se admite como figura de objeción el
supuesto en el que una persona se niega a pago de un porcentaje
determinado del impuesto (IRPF) que equivale al porcentaje que en los
presupuestos generales el Estado dedica a gastos militares. La doctrina se
opone a que tales supuestos se consideren objeciones por los siguientes
motivos: no se trata de una prestación de carácter personal y el
enfrentamiento no se da entre la norma y la conciencia del sujeto (lo que va
en contra de la persona es el destino final del pago del impuesto). Suelen
41
ser situaciones más próximas a desobediencia civil que objeciones de
conciencia.
La respuesta también es negativa en Derecho Comparado, ya que de
admitirse esa objeción (cada cual decide el destino final de todos o parte de
sus impuestos), desaparecería el sistema tributario. En algunos tribunales
se han planteado conductas omisivas o sustitutivas del pago (realización de
alguna actividad).
- Objeción de conciencia a recibir tratamientos médicos
El objetor pone en riesgo su vida cuando se niega a recibir un tratamiento
médico que considera contrario a las exigencias de su religión o creencias,
aunque se le indique que ese tratamiento podría salvarle la vida. Estamos
ante un supuesto que no hay norma que regule la recepción de
determinados tratamientos obligatoriamente y en un supuesto de intromisión
del Estado en materia religiosa. El Estado obliga a prestar otros tratamiento
médicos más costosos para que no se repugnen las conciencias de quienes
tienen que recibirlo y los tribunales examinarán no tanto si el mandato de la
norma contradice la conciencia del individuo, sino cuál de las dos
exigencias es la más protegible. Nos encontramos con normas que exigen
la ética en la profesión médica (dispensar un tratamiento adecuado) y la
objeción de conciencia del paciente, quien por motivos religiosos se opone
a ese tratamiento médico (los tribunales tendrán que optar qué conducta se
debe obedecer).
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▪ respeto a la voluntad del adulto (objeción) capaz que se niega por motivos
religiosos a recibir un tratamiento médico, aunque tenga certeza de que su
negativa a recibirlo le puede ocasionar la muerte (no existencia de motivo
por el que el Estado considere que hay un interés o motivo prevalente que
proteger).
▪ atender a las circunstancias externas de la persona que tenga suficiente
entidad como para imponer un tratamiento que contradiga la conciencia del
individuo (personas que dependen en todos los órdenes de la supervivencia
del adulto, incluso el nascitirus).
▪ análisis de las consecuencias que la decisión del objetor puedan producir
respecto de terceros relacionados con él: caso de la responsabilidad
criminal de quien pretende el fallecimiento del cónyuge por no procurarle
una determinada asistencia médica cuando esa asistencia fuera contraria a
las convicciones de su conciencia (deber del socorro, conducta omisiva).
¿El Estado debe proteger la conciencia del paciente o al cónyuge acusado
de omisión del deber de socorro? Según la jurisprudencia de Alemania y
EEUU, no habrá responsabilidad penal para el cónyuge del objetor cuando
se acredite que el paciente (objetor) en pleno uso de sus facultades
mentales tomó la decisión de rechazar un tratamiento médico y mantuvo
esa decisión a sabiendas que le podía costar la vida.
▪ supuesto de menor donde el tratamiento médico es imprescindible para
salvar su vida o evitar graves daños en su salud física o mental. La
jurisprudencia es unánime al considerar que el juez debe actuar como
garante de la vida del paciente menor de edad, subrogado en los derechos
que corresponde a los padres respecto de sus hijos.
▪ responsabilidad criminal de los padres cuando fallece su hijo por haberle
negado un tratamiento médico contrario a su religión o creencias. La
jurisprudencia no es unánime, aunque ciertamente se remite a condenar a
los padres.
La jurisprudencia española ha analizado los casos de objeción sólo desde
dos perspectivas:
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- supuestos de negativa a recibir transfusiones de sangre
- supuestos en relación a la existencia de responsabilidad criminal en el
juez que ordena un tratamiento médico a un menor o incapaz en contra
de la voluntad de los padres o tutores.
Los derechos de la patria potestad no amparan o no se extienden a una
situación en la que puede haber peligro de muerte del menor o incapaz
(interviene el auto judicial sustituyendo la voluntad de los padres). El TS ha
exonerado de responsabilidad a aquellos jueces que han acordado el
tratamiento a un menor cuya transfusión rechazaban los padres,
argumentando que si el juez se hubiera inhibido en su actuación y el
paciente hubiera muerto, el juez hubiera incurrido posiblemente en
responsabilidad penal.
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LAS CONFESIONES RELIGIOSAS
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la LOLR, el cual excluye del ámbito de aplicación de la ley a ciertos grupos
“(…) ajenos a lo religioso” y, por tanto, no van a poder ampararse en el derecho
fundamental que establece CE 16. Con ese precepto el legislador trata de que
no gocen de estatus de confesión aquellos grupos que no lo son, que no
tengan la cobertura que tienen los grupos religiosos en el ejercicio de sus
actividades.
El concepto de “secta” es inexistente en el ordenamiento español y para
abordar su estudio se parte de la base de que en determinadas situaciones se
van a ver implicados diferentes derechos (libertad de pensamiento, conciencia
o religión con la libertad personal del individuo). En realidad, hay que
determinar si la actuación de esos grupos es perjudicial o destructivo para la
sociedad, pero sin entrar a examinar si todas la actuaciones entran en esa
tónica o sólo algunas: bastaría con observar algo que contradiga el
ordenamiento. Estamos en una sociedad donde se exige la máxima libertad,
entendido como el respeto a las actuaciones de la persona que libremente
decide hacer lo que quiera.
Ciertos autores apuntan a que la sociedad no está preparada para las
sectas porque sus actuaciones son de carácter inquietante. En ese sentido,
mediante una recomendación de 22 de mayo de 1984, el Parlamento Europeo
ya urgía a los Estados miembros a que tomaran precauciones respecto de
grupos cuyas actividades atentaban contra los derechos civiles y del hombre.
Se da una problemática en los Estados miembros que requiere una
intervención común:
- búsqueda de personas desaparecidas
- indicios de lesión a la libertad de los miembros de tales grupos
(personas que quieren abandonar y no pueden)
- posibilidad que esos grupos puedan ser objeto de beneficios
económicos o fiscales como culquier otra organización sin ánimo de lucro
- determinación si respetan las leyes laborales, normas de convivencia,
derechos de la familia o de los niños
El término “NMR” proviene de la sociología y dentro del concepto se
pueden encuadrar grupos muy dispares. Desde los ámbitos sociológico, político
y jurídico se establece la necesidad de analizar las siguientes cuestiones:
- naturaleza de estos grupos
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- rasgos o características organizativas
- determinar cuál es la clave se su rápida expansión
- medidas legales que se exigen para proteger los intereses de los
Estados
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- examen de reclamaciones individuales o colectivas en relación con las
personas que integran esos grupos, una vez pasan a ser miembros, y que
alegan faltan de libertad para poder abandonar el grupo
- examen de cómo afectan al bien común las actividades que desarrollan
esos grupos (si beneficia o perjudica al bien común)
- si procede o no que el Estado los reconozca como grupos religiosos
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- elección y denominación de las personas que ostentan la representación
legal de la entidad
Sólo podrá denegarse la inscripción cuando no se acrediten los requisitos
anteriores (artículo 4.2 del Reglamento). Además, la Administración no puede
actuar arbitrariamente, sino reglamentariamente, lo que significa que la
denegación de la inscripción deberá ser en todo caso motivada (no basta con
mera sospecha de actividades ilícitas, determinadas prácticas por parte de
alguno de sus miembros o vulneración del ordenamiento susceptible de
persecución).
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