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¿ABOLIÓ YESHUA LA TORAH?

Por Erick Vivanco


© Dabár Qodesh. La Palabra Pura de YHWH
Volviendo a la senda antigua...

Nota: En este estudió la palabra “Elohim” que es “El Poderoso”, reemplaza a la


palabra “Dios”

Siempre que oigo a “creyentes” decir que la Torah ya no está


vigente, me pregunto ¿Elohim hizo algo imperfecto? Y me
respondo, ¡No! Es imposible que el Todopoderoso haga
cosas imperfectas. Lo que él tiene son planes y propósitos y
en base aquellos es que él ha modificado pactos, por amor a
los suyos para poder salvarlos. No obstante hay gran parte de
personas en la religión cristiana que dice que ¡¡Ya no
estamos bajo la Torah!! Como quien dice los mandamientos
ahí escritos ya no debemos guardarlos. ¿Es cierto esto?
¿Será que todos los mandamientos y preceptos de la Torah,
están totalmente anulados? Yahshúa vino a cambiar y a
modificar mandamientos, se dice dentro de la doctrina que
postula que la Torah no está en vigencia, ¿Pero cuál es la
verdad pura y escueta de la Biblia? Es lo que con la ayuda de
Elohim veremos en este estudió.

Yahshúa no cambio los mandamientos…

Yahshúa no vino a implantar una nueva religión,


sino más bien, a darnos el verdadero camino al
Padre (Juan 14:6), el cual ya habían extraviado
muchos Israelitas. Por esto es que es imposible que
el Mesías, el ungido de Elohim, el que sirve al
creador de la Torah, haya venido a enseñar lo
contrario a su Padre. En Mateo 5:17 al 20 leemos palabras
claves del Mesías Yahshúa:

“No penséis que he venido para abrogar la ley (Torah) o


los profetas; no he venido para abrogar, sino para
cumplir. Porque de cierto os digo que hasta que pasen el
cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la ley
(Torah), hasta que todo se haya cumplido. De manera que
cualquiera que quebrante uno de estos mandamientos
muy pequeños, y así enseñe a los hombres, muy pequeño
será llamado en el reino de los cielos; mas cualquiera que
los haga y los enseñe, éste será llamado grande en el reino
de los cielos. Porque os digo que si vuestra justicia no fuere
mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el
reino de los cielos” (Mateo 5:17-20)

Como podemos ver este pasaje es sumamente claro, en el


encontramos la respuesta a la pregunta principal de este
articulo. Yahshúa mismo reconocer no tener en mente
ABOLIR la Torah, sino mas bien llevarla su cumplir. Ahora
bien para entender mucho mejor, ¿Qué es “abolir”? El
diccionario RAE nos da el real significado de esta palabra:

“Abolir: Derogar, dejar sin vigencia una ley, precepto,


costumbre, etc.” (RAE).

Como puede usted ver, “abolir” es dejar sin vigencia o


derogar tal como lo dice la RAE. Por otra parte para un mayor
entendimiento, debemos saber cuál es el verbo griego que se
usa para la palabra “abolir”, en griego es “katalúo” que es;
“abrogar, alojar, derribar, deshacer, destruir, desvanecer,
posar”. Al tener esta información, nos volvemos a preguntar
¿Cómo es que dicen algunos que la Torah ya no está
vigente? No cabe esa interpretación de las escrituras, cuando
es el mismo Yahshúa quien dice, que no vino dejar sin
vigencia la Torah, no vino derogar, ni a destruir, ni derribar, ni
deshacer, etc., sino que a cumplirla la Torah ¿Podría ser esa
una interpretación correcta? Por supuesto que no.

Ahora bien, si el Mesías Yahshúa no vino a dejar sin vigencia,


sino que a “cumplir” como dice la RV, debemos saber cuál es
el significado de la palabra “cumplir”, el verbo griego para
dicha palabra es “pleróo” que tiene como connotaciones:
“perfecto, rellenar, suplir, terminar, lleno, llena, atestar, al
cabo, completar, completo, completa, cumplidamente,
cumplir” ¿Qué nos quiere decir esto? Que el Mesías no traía
una nueva Torah, ni mucho menos una nueva religión, ni
venia solo a cumplir, a manera de obedecerla solamente, sino
mas bien a completar, dando el correcto sentido de esta no
olvidemos que él era la “palabra” o la “Torah” hecha carne
(Juan 1:14), por lo cual nos trajo la correcta luz en relación a
estas, y con aquella luz mostró el propósito real de la Torah,
dar el conocimiento del pecado en su totalidad. (Romanos.
4:15).

En relación al pasaje de Mateo 5:17, las distintas versiones


bíblicas nos dan una luz mucho más amplia veamos:

(BL95) No crean que haya venido a suprimir la Ley o los


Profetas. He venido, no para deshacer cosa alguna, sino
para llevarla a la forma perfecta.

(BLS) "No crean que vine a quitar la ley ni a decir que la


enseñanza de los profetas ya no vale. Al contrario: vine a
darles su verdadero valor.

(DHH) "No crean ustedes que yo he venido a suprimir la ley o


los profetas; no he venido a ponerles fin, sino a darles su
pleno valor.

Si lo nota, estas versiones entre otras, concuerdan en que


Yahshúa jamás vino a dejar sin vigencia a la Torah sino que
a darle su real sentido y valor, ese era el de que los hombres
comiencen a obedecer a Elohim en el ruaj (espíritu)
observando la Torah él escribiría en nuestros corazones.
(Jeremías. 31:33) (Hebreos 8: 8-13).

El Mesías hablo de mandamientos y que el que los enseñaba


y hacia ese seria llamado grande en el reino de los cielos.
(Mateo. 5:18-19). Estos mandamientos no están escritos en
ningún otro lugar que no sea en la Torah de Elohim. Por lo
tanto la invitación de Yahshúa, no es a solo “amar a Elohim y
al prójimo” (Marcos. 12:30.) (Deuteronomio. 6:3-4)
mandamientos que resumen la Torah, y que además se
encuentran en ella, sino que a demostrar ese amor en detalle,
guardando todos los mandamientos de Elohim, veamos:

“Al salir él para seguir su camino, vino uno corriendo, e


hincando la rodilla delante de él, le preguntó: Maestro bueno,
¿qué haré para heredar la vida eterna? Yahshúa le dijo: ¿Por
qué me llamas bueno? Ninguno hay bueno, sino sólo uno,
Elohim. Los mandamientos sabes: No adulteres. No mates.
No hurtes. No digas falso testimonio. No defraudes. Honra a
tu padre y a tu madre. (Mar. 10:17-19)

Por cierto estos mismos mandamientos que Yahshúa refiere


al Joven rico, se encuentran registrados en la Torah. (Éxodo.
20:1-17) El Mesías nos enseño a aguardar los
mandamientos, estos no eran suyos propios sino los que su
Padre desde antes ya había estipulado.

“Porque si creyeseis a Moisés, me creeríais a mí, porque de


mí escribió él. Pero si no creéis a sus escritos, ¿cómo
creeréis a mis palabras? (Juan 5:46-47)

Evidentemente que si no creemos a lo que Moisés escribió


ordenado por Elohim, menos creeremos que los
mandamientos de Yahshúa son los mismos del Sinaí. Aquí la
gran importancia de saber que los mandamientos de
Yahshúa, son los de su Padre, pues el hijo nada hace sin que
su Padre se lo ordene. (Juan 5:19).

“Porque yo no he hablado por mi propia cuenta; el Padre


que me envió, él me dio mandamiento de lo que he de
decir, y de lo que he de hablar. Y sé que su mandamiento
es vida eterna. Así pues, lo que yo hablo, lo hablo como
el Padre me lo ha dicho” (Juan 12:49-50)

“El que no me ama, no guarda mis palabras; y la palabra


que habéis oído no es mía, sino del Padre que me envió”
(Juan14:24)

¿Lo puede ver? Yahshúa jamás hablo por su propia cuenta y


todo lo que el hablo lo dijo tal cual como el Padre se lo ha
ordeno, ¿Qué significa esto? Que los mandamientos que
Yahshúa mando guardar no son mandamientos de su
ocurrencia, sino que son los de su Padre, los cuales están en
la Torah, Yahshúa no fundo una religión con nuevos
mandamientos sino más bien nos trajo la luz correcta sobre
los mandamientos de su Padre. Veamos:

“Si me amáis, guardad mis mandamientos” (Juan 14:15)

“El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ése es el


que me ama; y el que me ama, será amado por mi Padre, y
yo le amaré, y me manifestaré a él” (Juan 14:21)

“Si guardareis mis mandamientos, permaneceréis en mi


amor; así como yo he guardado los mandamientos de mi
Padre, y permanezco en su amor” (Juan 15:10)
No mataras…

Ahora bien, ¿Qué es lo que ocurre cuando el Mesías


comienza a enseñar diciendo “Pero yo os digo”? Algunos
dicen que es porque el Mesías está dejando sin vigencia
algunos mandamientos de la Torah. Sin embargo esa es una
pésima y contradictoria interpretación ¿Cómo Yahshúa iba a
estar contradiciendo los mandamientos de su Padre y Elohim
que lo envió? Para poder comprender bien las palabras del
Rabí, debemos fijarnos en contexto y en el modo introductorio
que él usa para comenzar a tratar temas relacionados con la
Torah. Note que en el pasaje de Mateo 5:20 Yahshúa dice:
“Si vuestra JUSTICIA, no fuere mayor que la de los
fariseos” Es decir el asunto del cual tratara más adelante es
el de la “Justicia” la cual cada hijo de Elohim comenzara y
deberá practicar en el nuevo régimen que es en el ruaj
(espíritu) de Elohim. (Rom. 8:4). No es que Yahshúa este
anulando el mandamiento, sino que lo está llevando a su
máxima expresión espiritual, evidentemente es que si
andamos en el espíritu (Rom: 8:4), no maldeciremos a
nuestro hermano, por lo tanto menos podremos asesinar.
Esto en relación a lo siguiente:

“Oísteis que fue dicho a los antiguos: No matarás; y


cualquiera que matare será culpable de juicio. Pero yo os
digo que cualquiera que se enoje contra su hermano, será
culpable de juicio; y cualquiera que diga: Necio, a su
hermano, será culpable ante el concilio; y cualquiera que le
diga: Fatuo, quedará expuesto al infierno de fuego. (Mateo.
5:21-22)

El pasaje al cual Yahshúa hace alusión es el siguiente:

“No matarás” (Éxodo. 20:13)


Ahora bien, recuerde como es que Yahshúa comenzó este
sermón diciendo: “Si vuestra Justicia no fuere mayor que
la de los fariseos” Es decir el punto aquí radica en la justicia
del individuo, todos los que somos hijos de Elohim guiados
por su espíritu (ruaj), nuestra justicia debe ser mayor que la
de solamente “NO ASESINAR”, sino que debe llegar al
punto de no enojarnos con nuestro hermano y tratarlo de
Necio o fatuo. Esa es la JUSTICIA de la cual Yahshúa viene
enseñando, no que el haya abolido el mandamiento, sino que
ahora por medio del nuevo régimen en el ruaj la Justicia
alcanza un grado mucho más alto.

No cometerás adulterio…

Versos más adelante en el pasaje de Mateo 5:27, el Maestro


nos dice:

“Oísteis que fue dicho: No cometerás adulterio. Pero yo os


digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya
adulteró con ella en su corazón” (Mateo. 5:27-28)

El pasaje al cual Yahshúa hace referencia es el siguiente:

“No cometerás adulterio” (Éxodo. 20:14)

Aquí nuevamente Yahshúa viene hablando de una mejor


JUSTICIA (Mat. 5:20), él No vino a dejar este mandamiento
caducado, sino a mostrarnos el real espíritu de la Torah que
es la verdadera justicia del mandamiento, ¿De qué serviría
no llegar al acto mismo del adulterio, cuando en el
corazón hay codicias carnales y deseos de infidelidad?
Por lo tanto Yahshúa enseña la correcta interpretación del
mandamiento descrito en la Torah “No adulteraras”.
(Exo.20:14) el cual para ser correctamente cumplido, debe
haber en él ser humano la capacidad que solo da el espíritu
(ruaj) para obedecer la Torah escrita en nuestros corazones y
así cumplir esa real justicia que demanda el mandamiento
(Heb. 8:8-17). Nuevamente confirmamos que Yahshúa no
enseño que la Torah estaba sin vigencia.

El divorcio…

Seguidamente Yahshúa sigue con su discurso acerca de los


mandamientos y de la real JUSTICIA que debe practicar todo
hijo de Elohim que quiere entrada en el reino de los cielos,
ahora nos habla sobre el real sentido del divorcio:

“También fue dicho: Cualquiera que repudie a su mujer, dele


carta de divorcio. Pero yo os digo que el que repudia a su
mujer, a no ser por causa de fornicación, hace que ella
adultere; y el que se casa con la repudiada, comete adulterio”
(Mateo. 5:31-32)

El pasaje al cual Yahshúa hace referencia es el siguiente:

“Cuando alguno tomare mujer y se casare con ella, si no le


agradare por haber hallado en ella alguna cosa indecente, le
escribirá carta de divorcio, y se la entregará en su mano, y
la despedirá de su casa. Y salida de su casa, podrá ir y
casarse con otro hombre. Pero si la aborreciere este último, y
le escribiere carta de divorcio, y se la entregare en su mano, y
la despidiere de su casa; o si hubiere muerto el postrer
hombre que la tomó por mujer, no podrá su primer marido,
que la despidió, volverla a tomar para que sea su mujer,
después que fue envilecida; porque es abominación delante
de Yahweh, y no has de pervertir la tierra que Yahweh tu
Elohim te da por heredad” (Deuteronomio. 24:1-4)
Aquí uno de los temas más polémicos, que los inexpertos
tuercen negando la vigencia de la Torah y enseñando que
Yahshúa contradijo tales mandamientos. Pero sin embargo
como lo hemos dicho desde un comienzo, el Mesías viene
enseñándonos de la real Justicia de hacer la voluntad de
Elohim, no como los fariseos que buscan excusas en los
mandamientos para hacer el mal, sino que con el espíritu
santo (ruaj kadosh) que mora en nosotros Yahshúa nos
manda hacer una justicia acorde con la pureza del
mandamiento ordenado por YHWH. Yahshúa por ningún
motivo contradice el mandamiento de carácter permisivo que
esta descrito en la Torah. Si no más bien identifica la real
voluntad de YHWH en el. Pues no olvidemos que este es un
mandamiento que es de carácter permisivo, pues por la
dureza del corazón del hombre es que es permitida la carta
de divorcio, pero no es la perfecta voluntad de Elohim la
separación de un matrimonio. ¿Qué es lo que hace Yahshúa?
Darle un sentido de justicia real al mandamiento permisivo,
por eso la expresión: “a no ser por causa de fornicación”
Aquí Yahshúa no está prohibiendo el divorcio, sino que le
está dando la correcta interpretación de pureza y justicia al
mandamiento, que repito es de carácter CIVIL Y PERMISIVO.
Es decir que el divorcio puede ser posible solo si existiera
impureza e infidelidad, aunque Yahshúa reconoce. “en el
principio no fue así”, la voluntad de Elohim era que los
matrimonios estuvieran siempre juntos.

“Entonces vinieron a él los fariseos, tentándole y diciéndole:


¿Es lícito al hombre repudiar a su mujer por cualquier causa?
El, respondiendo, les dijo: ¿No habéis leído que el que los
hizo al principio, varón y hembra los hizo, y dijo: Por esto el
hombre dejará padre y madre, y se unirá a su mujer, y los
dos serán una sola carne? Así que no son ya más dos, sino
una sola carne; por tanto, lo que Elohim juntó, no lo separe el
hombre. Le dijeron: ¿Por qué, pues, mandó Moisés dar carta
de divorcio, y repudiarla? El les dijo: Por la dureza de
vuestro corazón Moisés os permitió repudiar a vuestras
mujeres; mas al principio no fue así. Y yo os digo que
cualquiera que repudia a su mujer, salvo por causa de
fornicación, y se casa con otra, adultera; y el que se casa
con la repudiada, adultera” (Mat. 19:3-9)

En otras palabras lo que YHWH hace como un legislador no


tan solo de asuntos espirituales sino que también de
problemas civiles, pues no olvidemos que sus leyes son
hechas para una nación y para un pueblo de seres humanos,
considerando el bajo estado moral y la incapacidad para
una mejor justicia de los hombres sin el espíritu (ruaj), es
que Elohim permitió repudiar los hombres a las mujeres o
más bien el divorcio. No como aprobando tal situación, sino
como una medida para prevenir males peores. Pues como
dijo Yahshúa: “Desde el principio no fue así” a fin de
impresionar a sus oyentes con el carácter temporal y
puramente civil de este “relajamiento” aparente en los
mandamientos. Sin embargo repetimos que Yahshúa trajo el
sentido correcto de interpretación del pasaje de la Torah. El
texto griego dice: “Desde el principio no ha sido así”.

Son claves las palabras del pasaje de Deuteronomio 24:1,


donde dice “por haber hallado cosa indecente” Esa
expresión bajo la interpretación de Yahshúa es igual a: “a no
ser por causa de fornicación”. Es decir que el Maestro no
estaría contradiciendo el mandamiento, sino que llevándolo al
nivel de pureza e integridad que este merece. Los judíos
despreciando la perfecta voluntad de Elohim, no solo
torcieron el plan de Elohim acerca de que el hombre y la
mujer continuaran toda la vida juntos, sino que además, por
causa de la poca integridad y la gran soberbia de sus
corazones habían desvirtuado totalmente el mandamiento
permisivo y le restaron integridad divorciándose por motivos
totalmente inmaduros. Es por esto que Yahshúa viene
enseñando no de ABOLIR la Torah, si no de interpretarla con
la JUSTICIA real que demanda el mandamiento. No
olvidemos las palabras claves introductorias al mensaje “si
vuestra JUSTICIA no fuere mayor que la de los escribas y
Fariseos no entrareis en el reino de los cielos”

No juraras falsamente…

En Mateo 5:33 leemos un pasaje por demás difícil de


interpretar, que da razón a los que ignorantemente enseñan
que Yahshúa enseño contra la Torah, en tal pasaje pareciere
haber una invitación de Yahshúa totalmente contraria a la
Torah, sin embargo no es así, veamos:

“Además habéis oído que fue dicho a los antiguos: No


perjurarás, sino cumplirás al Señor tus juramentos. Pero yo
os digo: No juréis en ninguna manera; ni por el cielo, porque
es el trono de Elohim; ni por la tierra, porque es el estrado de
sus pies; ni por Jerusalén, porque es la ciudad del gran Rey.
Ni por tu cabeza jurarás, porque no puedes hacer blanco
o negro un solo cabello. Pero sea vuestro hablar: Sí, sí;
no, no; porque lo que es más de esto, de mal procede”
(Mateo 5:33-35) (RV).

Mientras Yahshúa terminaba su relato sobre el divorcio,


comenzaba a enseñar sobre el “jurar”. Curiosamente las
versiones bíblicas han omitido una palabra que es clave en la
interpretación de este pasaje, pues no es lo mismo leer: “No
juréis en ninguna manera” a leer “no juréis falsamente en
ninguna manera” ¿Lo nota? La palabra “falsamente” que es
la que corresponde a dicho mandamiento, ha sido omitida por
la mayoría de las versiones bíblicas, sin embargo la versión
hebrea de Mateo Sen Tov dice; “falsamente”. El pasaje de la
Torah al cual Yahshúa hace relación es el siguiente:

“Y no juraréis falsamente por mi nombre, profanando así el


nombre de tu Elohim. Yo Yahweh” (Levítico 19:12).

“Cuando haces voto a Yahweh tu Elohim, no tardes en


pagarlo; porque ciertamente lo demandará Yahweh tu
Elohim de ti, y sería pecado en ti. Más cuando te abstengas
de prometer, no habrá en ti pecado. Pero lo que hubiere
salido de tus labios, lo guardarás y lo cumplirás, conforme
lo prometiste a Yahweh tu Elohim, pagando la ofrenda
voluntaria que prometiste con tu boca. (Deuteronomio. 23:21-
23)

Si Yahshúa trataba explicar acerca de este mandamiento


entonces es evidente que él se refería a no jurar en
falsamente, toda vez que el mismo dice al comenzar el
sermón: “No venir abolir la Torah” y además en sus
enseñanzas decir “no hablar por su propia cuenta” Por lo
tanto no podría el Mesías estar enseñando contra lo que su
Padre YHWH había desde hace tiempos estipulado como un
mandamiento bueno y puro (Rom 7:12). De hecho el jurar es
un mandamiento para el pueblo de Israel, lo que prohíbe la
Torah es jurar falsamente:

“Y jurares: Vive Yahweh, en verdad, en juicio y en justicia,


entonces las naciones serán benditas en él, y en él se
gloriarán” (Jeremías 4:2)

"Y si con diligencia aprenden los caminos de mi pueblo,


para jurar en mi nombre diciendo: ¡Vive Yahweh! Así como
ellos enseñaron a mi pueblo a jurar por Baal, serán
restablecidos en medio de mi pueblo.” (Jeremías. 12:16)
La versión Hebrea de Mateo Sen Tov dice:

"Además habéis oído que fue dicho por los antepasados: no


jurarás en falso en mi nombre', sino cumplirás a Elohim tus
juramentos. Pero yo os digo que no juréis por nada
falsamente, ni por el cielo, porque es el trono de Elohim; ni
por la tierra porque es el estrado de sus pies; o por Jerusalén
porque es su ciudad, ni por tu cabeza porque no puedes
hacer blanco o negro un solo cabello. Pero sea vuestro sí, sí
y vuestro no, no. Cualquiera que añada a esto es malo."
(Sentov).

Alguno preguntara, si Yahshúa no está contradiciendo el


mandamiento, ¿Por qué la aclaración? Los judíos habían
tomado la mala costumbre de jurar por cualquier cosa que no
fuere, el nombre del altísimo, el cielo, la tierra, de esa manera
era habitual el jurar por cosas que se creían no tener sentido.
Sin embargo Yahshúa dando una vez más el sentido de
JUSTICIA al mandamiento, con la expresión: “Ni por tu
cabeza jurarás, porque no puedes hacer blanco o negro
un solo cabello” Da entender que lo verdaderamente
importante es no jurar nunca falsamente no importando por
que se jurara, por eso el termina diciendo, vuestro si, sea si, y
vuestro no sea no. Esto fue entendido por la primera
congregación y enseñado por los apóstoles:

“Pero sobre todo, hermanos míos, no juréis, ni por el cielo,


ni por la tierra, ni por ningún otro juramento; sino que vuestro
sí sea sí, y vuestro no sea no, para que no caigáis en
condenación” (Santiago 5:12)

Evidentemente, Santiago también se refiere al no jurar en


falso, el emisario repite de esa manera la enseñanza de
Yahshúa. Por otra parte, si “jurar” fuera un pecado, o si
hubiese sido esa la intención del Mesías, hacernos saber que
jurar es pecado, jamás el Padre habría jurado (Hebreos 13:6)
ni los malak, (ángeles) jurarían.

“Y el ángel que vi en pie sobre el mar y sobre la tierra,


levantó su mano al cielo, y juró por el que vive por los
siglos de los siglos, que creó el cielo y las cosas que
están en él, y la tierra y las cosas que están en ella, y el
mar y las cosas que están en él, que el tiempo no sería
más” (Apocalipsis. 10:5-6).

El ojo por ojo y diente por diente…

El estatuto del “ojo por ojo” también conocido como la ley


del Talión es la que ahora cabe analizar en este estudio.
Yahshúa comienza enseñando en relación a esto, diciendo en
Mateo 5:38:

“Oísteis que fue dicho: Ojo por ojo, y diente por diente. Pero
yo os digo: No resistáis al que es malo; antes, a cualquiera
que te hiera en la mejilla derecha, vuélvele también la otra; y
al que quiera ponerte a pleito y quitarte la túnica, déjale
también la capa; y a cualquiera que te obligue a llevar carga
por una milla, ve con él dos. Al que te pida, dale; y al que
quiera tomar de ti prestado, no se lo rehúses” (Mateo 5:38-42)

Las palabras a las cuales Yahshúa hace referencia se


encuentran registradas en la Torah en los siguientes libros,
donde se dice lo siguiente:

“Más si hubiere muerte, entonces pagarás vida por vida, ojo


por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie,
quemadura por quemadura, herida por herida, golpe por
golpe. (Exodo. 21:23-25).
“Y el que causare lesión en su prójimo, según hizo, así le
sea hecho: rotura por rotura, ojo por ojo, diente por diente;
según la lesión que haya hecho a otro, tal se hará a él”
(Levitico 24:19-20).

“Cuando se levantare testigo falso contra alguno, para


testificar contra él, entonces los dos litigantes se
presentarán delante de Yahweh, y delante de los sacerdotes
y de los jueces que hubiere en aquellos días. Y los jueces
inquirirán bien; y si aquel testigo resultare falso, y hubiere
acusado falsamente a su hermano, entonces haréis a él como
él pensó hacer a su hermano; y quitarás el mal de en medio
de ti. Y los que quedaren oirán y temerán, y no volverán a
hacer más una maldad semejante en medio de ti. Y no le
compadecerás; vida por vida, ojo por ojo, diente por diente,
mano por mano, pie por pie” (Deuteronomio. 19:16-21)

Desde una perspectiva equivoca e influenciada por el


antisemitismo, es decir el rechazo a todo lo que es de origen
judío, es fácil desvirtuar las palabras del Mesías Yahshúa y
creer que él está cambiando la Torah y contradiciendo el
mandamiento prescrito en ella. El caso del “ojo por ojo” es
similar al del divorcio, se trata de una ley que viene a impedir
un abuso de venganza, fue creada con el fin de determinar
castigos justos bajo la medida de una instancia civil. Es decir
tal cual era el daño ocasionado, tal cual debía ser restituido el
individuo dañado por el causante. Esto permitía que no
hubieran excesos al momento de cobrar una deuda
pendiente, e incluso permitía que no hubieran
derramamientos de sangre ni pérdidas de vidas injustificadas.
Todo esto ocurría bajo el contexto de “nación”, la cual
necesitaba ordenanzas civiles, para solucionar problemas de
carácter civil. Al igual que en todas las naciones del mundo,
donde hay tribunales preestablecidos que velan por la justicia,
y la equidad, este mandamiento, viene regular una conducta
e impedir acciones desmedidas, y preventivo de conductas
aun peores, PERO DE NINGUNA MANERA VIENE A
FOMENTAR LA VENGANZA. Además este tipo de reglas
venían a impedir que la nación se contaminara de personas
que no quisieren hacer los mandamientos de Elohim. Aquello
lo notamos en el pasaje de Deuteronomio 19:16 al 21 donde
el Altísimo usa la expresión: “y quitaras el mal de ti”, dando
a entender que la cualidad permisiva del “ojo por ojo”, es de
carácter temporal, y el castigo del “vida por vida”, servía
como ejemplo para que en el pueblo no existieran injusticias.

Cabe señalar que esta ley de la represalia, tenía el propósito


de quitar la venganza de las manos de los particulares, y
entregarla a los magistrados, sin embargo fue abusada de
una manera opuesta, y mirada como una garantía para tomar
la venganza en las propias manos, lo cual era contrario a las
propias indicaciones de la Torah, veamos:

“No digas: Yo me vengaré; Espera a Yahweh, y él te


salvará” (Proverbios 20:22)

“No digas: Como me hizo, así le haré; Daré el pago al


hombre según su obra” (Proverbios 24:29)

Yahshúa por lo tanto no venia enseñando algo nuevo a lo que


la Torah ya indicaba, evidentemente estábamos frente a un
precepto permisivo y de carácter civil, que no era la perfecta
voluntad de Elohim. No obstante en el nuevo régimen, si bien
no se abolido la ley de carácter permisivo, Yahshúa nos
habla de una justicia aun mayor para entrar en el reino de
los cielos, donde si vivimos en el espíritu santo (ruaj kadosh),
ya no será necesario el “ojo por ojo”, sino mas bien, la
misericordia, ya que la justicia mayor que llevamos en el
interior, a causa de que la Torah está escrita en el corazón
del hombre, será mucho más fácil el perdón al que nos causo
el agravio, que actuar guiados por la carne y cobrar una
venganza desmedida.

El amor a los enemigos…

Luego de hablar sobre la llamada “ley del talión” Yahshúa


comienza a enseñar sobre el amor a los enemigos, al parecer
Yahshúa estaría enseñando lo contrario a la Torah, pues las
expresiones: “Oísteis que fue dicho”, “Pero yo os digo”,
son pésimamente interpretadas por quienes buscan una
excusa en Yahshúa para respaldar la doctrina de que los
mandamientos de la Torah ya no están vigentes. Pero
veamos, que es lo que el Mesías señalo:

“Oísteis que fue dicho: Amarás a tu prójimo, y aborrecerás


a tu enemigo. Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos,
bendecid a los que os maldicen, haced” (Mateo 5:43-44)

El “amor” no es una práctica que comienza con Yahshúa,


como algunos dicen, que este es un mandamiento nuevo,
sino que el precepto de amar, es desde mucho antes, pues
comenzó como ordenanza, cuando el Padre Elohim señalo,
el amor al prójimo y al extranjero. Antes de que no hubiese
precepto sobre “amar” al prójimo y a Elohim, ya había amor
en los hijos de Elohim, tales son los casos de hombres de
Yahweh que amaron a Elohim y a sus semejantes, tenemos
los ejemplos de: Noé, Abel, Abraham y muchos más, que sin
precepto escrito en piedra, pero si viviendo en el ruaj de
Elohim, anduvieron en los estatutos del Altísimo. Por lo tanto,
el “amor” es un principio que nace desde el mismo Génesis.

Ahora bien, veamos cómo es que el mandamiento de


“amar”, es un precepto que esta desde mucho antes de
Yahshúa, en la Torah:
“No te vengarás, ni guardarás rencor a los hijos de tu pueblo,
sino amarás a tu prójimo como a ti mismo. Yo Yahweh”
(Levíticos 19:18)

“que hace justicia al huérfano y a la viuda; que ama también


al extranjero dándole pan y vestido. Amaréis, pues, al
extranjero; porque extranjeros fuisteis en la tierra de Egipto”
(Deuteronomio 10:18-19)

No obstante, muchos al leer el pasaje de Mateo 5:43 creen


que en la Torah se enseña a odiar al enemigo, y que por lo
tanto Yahshúa estaría enseñando lo contrario a lo que
supuestamente dice o enseña la Torah. ¿Qué es lo que
realmente sucede aquí? Ante todo debo aclarar que en la
Torah no se invita a odiar o aborrecer a los enemigos,
sino que amar al prójimo, y prójimo es todo ser de la especie
humana incluso los enemigos. Lo que en la Torah se enseña,
es por sobre todo el principio del amor, esto no significa,
aprobar conductas que van contra los mandamientos de
Elohim, sino que amor, es amar en la verdad. Sin embargo,
pareciere haber una contradicción. Tal es el caso de Salmos
139:21, donde pareciere que el Salmista nos hace una
invitación a odiar a los enemigos, sin embargo, el lenguaje
poético expresado allí, invita no a procurar el mal de los
enemigos, odiándolos con todo el ser, sino mas bien a
desaprobarlos por cuantos son enemigos del Creador. Pues
justificadamente los enemigos del Creador son nuestros
enemigos, eso no significa que no podamos tener de ellos
misericordia, pero con temor. En la escritura, en muchas
ocasiones se nos invita a odiar o aborrecer las obras de los
enemigos del creador, pero no a odiar a quienes hacen esas
obras, pues el mandamiento es “Amaras a tu prójimo”, y
como el amor de Elohim es puro, es evidente que no puede
ser un amor carnal contaminado por emociones, sino que con
la verdad de Elohim. Notemos que el amor de Elohim fue tal
para su pueblo, que el no quería que se contaminaran con
otras naciones, por eso el les mando a exterminarlas, y ha
que una vez vencidas estas, su pueblo no tuviera conexión de
ningún tipo con estos pueblos paganos, pues por sus
costumbres eran enemigos del creador. Ese ejemplo es
muestra del verdadero amor de Elohim, el cual, para que su
pueblo no se contaminara, permitió exterminar a esas
naciones. ¿Sorprendente no? No obstante, si un extranjero,
arrepentido quería servir a Elohim, las puertas estaban
abiertas para él. Eso demuestra una vez más, que el amor del
Padre siempre a sido el mismo, para todos aquellos, judíos y
gentiles, los que con fe sincera y corazón arrepentido se
acercan a él.

Por tanto el “odio” a los enemigos, que se nos hace alusión


en las escrituras, es a las obras de los enemigos, no a los
mismos. El aborrecer las obras de los enemigos, pero a la
vez, amar sus almas, nos puede llevar, incluso al punto de
amar al enemigo de una manera distinta a la habitual, pero
bíblicamente eficaz, acción la cual, si el Altísimo quisiere, les
hará reflexionar y volverse a él. Por ejemplo, el Aposto Judas
enseño a aborrecer la ropa contaminada usada por ellos.
(Judas 1:23), aquello es muestra de amor, para que una vez
vistos en la indignidad que produce el mal, les remueva su
interior, por si se arrepintieren.

En definitiva repito, la Torah no enseña a odiar, sino el amor:

“Si encontrares el buey de tu enemigo o su asno extraviado,


vuelve a llevárselo. Si vieres el asno del que te aborrece
caído debajo de su carga, ¿le dejarás sin ayuda? Antes bien
le ayudarás a levantarlo” (Éxodo 23:4-5)

“Si el que te aborrece tuviere hambre, dale de comer pan, Y


si tuviere sed, dale de beber agua” (Proverbios 25:21)
Por último cabe decir, que las palabras del Mesías Yahshúa,
en la expresión: “Oísteis que fue dicho, aborrecerás a tu
enemigo”, hacen referencia a una falsa doctrina enseñada
por rabinos y judíos de la época, los cuales por deducción
creían que si el mandamientos era: “amar al prójimo” la
contraparte seria: “aborrecer a los enemigos”, debido a
esta falsa enseñanza, que no está en la Torah, pero que era
enseñada por el sistema religioso de la época, es que
Yahshúa dice: “Pero yo os digo”, es decir, en esta ocasión
el si estaría contradiciendo a los religiosos de la época, pero
a la vez enseñando lo que la misma Torah ya enseñaba, el
amor al prójimo incluso al enemigo.

Ni una jota, ni una tilde…

Estas palabras de Yahshúa: “Porque de cierto os digo que


hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde
pasará de la ley (Torah), hasta que todo se haya
cumplido” Expresan la total vigencia de los mandamientos
del Altísimo, elevados a la justicia necesaria para ser dignos
del reino de los cielos (Mateo 5:20). Hasta que este cielo y
esta tierra exista, habrá Torah, instrucción para el pueblo,
ordenanza para la asamblea de Yahshúa, para que nos vaya
bien. (Deuteronomio 6:3), para una norma de vida acorde con
el ministerio recibido de mano del Mesías Yahshúa, pero no,
para la salvación, la cual es solo por la gracia de Yeshua, no
por obras. (Efesios 2:5).

La expresión: “Ni una jota” se refiere a la letra más pequeña


del alfabeto hebreo, esto tiene pura relación con la
importancia de guardar y tomar en cuenta hasta el más
mínimo de los mandamiento de la Torah, al igual que la
expresión: “Ni una tilde” que es el guión que sirve para
diferenciar una letra hebrea de otra. Si Yahshúa dice que
estos detalles son eternos, ¿Cuánto más los mandamientos
claramente expresados y vigentes en la Torah?. Pues si
hacemos todas estas cosas, alcanzaremos a lograr lo que
Yahshúa termino enseñando, en esta lección sobre la Torah:
“Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que
está en los cielos es perfecto” (Mateo 5:48).

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