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INCIDENCIA DE LA MEMORIA DE TRABAJO EN LAS DIFICULTADES DE

APRENDIZAJE ASOCIADOS A LA COMPRENSIÓN DE LECTURA


Las personas difieren en lo inteligentes que son. Algunas aprenden una amplia
gama de habilidades complejas con facilidad, mientras que para otras el aprendizaje
de destrezas bastantes sencillas resultan muy difíciles. Se pueden encontrar
personas con dificultades de aprendizaje en todo el mundo y en cualquier grupo
social. Es difícil calcular el predominio y la frecuencia, ya que dependerá de si los
individuos se les diagnosticó o se les identificó administrativamente. Con los grupos
en edad escolar resulta bastante fácil hacer estimaciones precisas, ya que los niños
con dificultades de aprendizaje se les remite a menudo a entes y organismos
externos, como psicólogos o centros de orientación infantil. En los grupos de edades
superiores, muchos individuos con dificultades de aprendizaje leves o graves
sobrellevan su vida de manera independiente y dejan de aparecer las estadísticas.

Las causas de las dificultades de aprendizaje se pueden dividir en tres amplias


categorías: congénitas, ambientales y patológicas. De hecho, para un gran número
de personas no hay una causa simple identificable; en la práctica lo que ocurre es
que existe una serie de factores que interactúan para afectar el desarrollo mental.
En términos generales las personas que tienen dificultades de aprendizaje son
lentas en la adquisición de habilidades y destrezas determinadas si se comparan
con la población normal. La gente que tiene dificultades de aprendizaje sigue las
mismas leyes de desarrollo y de aprendizaje que los individuos normales, según los
estadios de desarrollo de Piaget o la teoría de aprendizaje.

En las personas que tienen dificultades de aprendizaje se evidencian alteraciones


en ciertas áreas, por ejemplo, el procesamiento de la información es más lento, se
observan problemas en la atención, se incrementan los problemas del lenguaje y
cálculo y se ve afectada la memoria, especialmente la memoria a corto plazo. En
este último aspecto se centrará la atención de este trabajo.

La memoria es una de las condiciones necesarias para que tenga lugar el


aprendizaje. El aprendizaje se produce, justamente, cuando cambia el contenido de
la memoria. Una vez que se ha recibido un estímulo, dato, explicación, etc., nuestra
memoria pasa de un estado de no tener un dato a otro de poseerlo.
Puede decirse que aprender es guardar algo en la memoria para recordarlo cuando
es necesario. Memoria y aprendizaje, por lo tanto, están íntimamente relacionados.

El ser humano dispone de distintos tipos de memoria con capacidades y funciones


divergentes como son la memoria sensorial, la memoria a corto plazo y memoria a
largo plazo. Para que los conocimientos pasen de una memoria a otra es necesario
que se realicen las fases descritas. Los nuevos datos deben ser comprendidos y
deben relacionarse con otros de forma significativa para que puedan ser
recuperados en el momento que se necesiten. En la memoria no sólo permanecen
datos, sino que también se recuerdan imágenes, olores o sabores. La evocación de
estos suele estar asociada a personas o momentos puntuales y la percepción de los
mismos retrotrae al individuo a ellos. Entre los diferentes tipos de memoria se
pueden mencionar:
Memoria sensorial
Se denomina así a la memoria que registra las sensaciones percibidas a través de
los sentidos, pero su retención se prolonga apenas unas centésimas de segundo.
Así por ejemplo se perciben sonidos e imágenes continuamente, la mayoría de los
cuales no pasarán de la memoria sensorial. Esta memoria tiene una capacidad para
procesar bastantes datos a la vez, pero en su mayoría son olvidados al instante.

Memoria a corto plazo:


Recibe esta denominación la memoria que retiene un número de conocimientos
limitados, normalmente 7+/-2 dígitos durante un tiempo aproximado de 30
segundos. Trabaja con los datos que no han sido desechados de los recibidos por la
memoria sensorial. Esta clase de memoria es la que permite recordar un número de
teléfono hasta apuntarlo o recordar un lista breve de cosas de forma momentánea
La amplitud de memoria es la medida de memoria a corto plazo utilizada con más
frecuencia, y se refiere al número de palabras que una persona es capaz de
recordar en el orden correcto inmediatamente después de haberlas escuchado. Son
muchos los estudios que se han realizado y numerosos intentos de elaborar un
modelo del sistema de memoria humana. Buena parte de la investigación llevada a
cabo en los últimos veinte años (en adultos, niños e individuos con dificultades de
aprendizaje) se ha basado en un marco general que distingue el almacén de
memoria a corto y a largo plazo. Baddeley y Hitch (1974) ofrecieron una descripción
más detallada de la memoria a corto plazo, recientemente revisada por baddeley
(1986), que se conoce como el enfoque de la memoria de trabajo.
Memoria a largo plazo:
Se denomina así al tipo de memoria que puede almacenar una cantidad ilimitada de
conocimientos durante un tiempo también ilimitado. Dentro de esta se suele
distinguir entre:
· Memoria declarativa: aquella en la que se almacenan datos, nombres o sucesos
acaecidos.
· Memoria no declarativa: aquella en la que se recuerdan hábitos y movimientos
que se realizan habitualmente y que permiten atar los zapatos o cortar la carne.
Memoria de trabajo:
Es un término, al igual que otros en psicología, que sufre las consecuencias de que
diferentes personas lo utilicen de formas sutilmente distintas. En su sentido más
amplio, la memoria de trabajo se refiere al uso de los mecanismos de
almacenamiento temporal en la ejecución de tareas complejas. La memoria de
trabajo es el sistema responsable del almacenamiento temporal de información
durante la ejecución de tareas cognitivas.

El conjunto más amplio de pruebas relacionadas con el papel de la memoria a corto


plazo como sistema de memoria de trabajo procede de los estudios de lectura.
Históricamente ha existido una estrecha conexión entre los estudios de la memoria
a corto plazo y los llevados a cabo sobre la lectura. Perfetti y Goldman (1976)
llevaron a cabo un estudio muy influyente sobre este tema y en él compararon la
ejecución de un grupo de buenos lectores y otro de malos en dos tareas de
memoria. Surge entonces el interrogante: existe un vínculo entre la memoria de
trabajo y la lectura?

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