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Cada vez veo más gente infeliz a causa de su cuerpo. Y esta infelicidad no hace
distinción de edades, ni de nivel social, ni de género. Y tampoco hace distinciones la
búsqueda desesperada de métodos rápidos para perder peso, muchas veces poco
adecuados para la edad, muchas veces inútiles y, casi siempre, perjudiciales.
Lo que pocas veces se tiene en cuenta es que, para evaluar un método para
adelgazar o un plan alimentario, nunca debe olvidarse que el ser humano, a lo largo
de sus diferentes etapas vitales, tiene demandas de energía totalmente diferentes.
En primer lugar y a modo de ejemplo, deseo destacar que, sobre todo en la niñez y
la adolescencia, es fundamental el equilibrio entre mantener el peso normal y
proveer al cuerpo los nutrientes que necesita para seguir creciendo y
desarrollándose: el cerebro, los huesos y los músculos necesitan grandes cantidades
de energía para crecer sanos.
Pero, también, es el momento ideal para que el joven adquiera buenos hábitos
alimentarios y una rutina de actividad física que han de perdurar para siempre.
Por eso, para adelgazar con remedios naturales cualquiera sea la etapa de la vida,
debe evaluarse al individuo en su totalidad para desarrollar un plan alimentario que
le permita lograr y mantener el peso ideal sin consecuencias desastrosas.
Aquí van algunas pautas excelentes, sin efectos colaterales, y aplicables a todas las
etapas de la vida:
• Tanto para lograr una mejor relajación como para estimular las funciones
diuréticas, algunas infusiones de hierbas son muy eficaces. Pero no las consumas
manufacturadas en pastillas ni en suplementos dietarios, pues algunos fabricantes
inescrupulosos no las procesan convenientemente. Recurre a la hierba
DIRECTAMENTE y prepara con ellas infusiones o tinturas, según el caso.