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Municipalismo y democracia directa

Cuevas Noa

¿Qué es el municipalismo?
No todo el trabajo anarquista se centra en los lugares de trabajo o los sindicatos.
Además de en las cuestiones económicas muchxs activistas libertarixs actúan en sus
barrios, llegando a crear un movimiento social de base organizado al margen de los
partidos políticos. Según la teoría anarquista cada calle y cada barrio debería tener
su asamblea para gestionar su zona, la ciudad debería ser una federación de barrios.
A nivel de un pueblo o de una aldea, las asambleas podrían llegar a agrupar a toda la
comunidad. El objeto de este trabajo en los barrios y pueblos debe ser el de crear
contrapoderes a las autoridades municipales, que muchas veces actúan como
auténticos caciques, defendiendo intereses económicos distintos a los de la
comunidad. Este doble poder podrá servir de base a una sociedad libertaria en el
futuro.
El poder en los municipios pequeños suele estar en manos de políticos que
entienden la política como una forma de hacer negocio. En las ciudades más
grandes las decisiones de los ayuntamientos están muy alejadas de las necesidades
reales de los ciudadanos. Sin embargo cuando la gente se organiza y se moviliza
puede llegar a influir decisivamente en las decisiones de los ayuntamientos o
incluso hacer que los ayuntamientos adopten las decisiones de las asambleas
ciudadanas.
El municipalismo busca redefinir la acción política rescatando la tradición de
participación local. En el municipio, por ejemplo, es posible la descentralización y la
escala humana, que suplanten paulatinamente los gobiernos centralizados de las
grandes ciudades. No importa que estas experiencias al principio sean aisladas y en
algunos casos fracasen. Lo valioso de la tarea inicial es su facultad educativa. Es
necesario recuperar la práctica y la experiencia participativa de las personas y las
comunidades.

¿Por qué están los anarquistas a favor de la democracia directa?


Para los anarquistas, el voto democrático directo sobre decisiones políticas dentro
de las asociaciones libres es el contrapunto político del acuerdo libre. La razón es
que "muchas formas de dominación pueden ser emprendidas de ’una manera
...libre, no-coercitiva .. y es ingenuo .. pensar que la mera oposición al control
político en sí nos llevará al final de la opresión" [John P. Clark, Max Stirner’s
Egoism, p.93].
Una vez que una persona se asocia a una comunidad o a un puesto de trabajo, él o
ella se convierte en un/a "ciudadano/a" (a falta de mejor palabra) de esa asociación.
La asociación se organiza alrededor de una asamblea de todos sus miembros ( en el
caso de grandes centros de trabajo y de pueblos, esta puede ser un sub-grupo
funcional tal como una oficina específica o un barrio). En esta asamblea, en acuerdo
con otras, se define el contenido de sus obligaciones políticas. Actuando dentro de
la asociación, la gente debe ejercer juicios críticos y elegir, es decir, gestionar sus
actividades. Lo cual quiere decir que la obligación política no se le debe a una
entidad aparte por encima del grupo o sociedad, tal como el estado o la empresa,
sino a los "con-ciudadanos".
Aunque el pueblo en asamblea legisla colectivamente las reglas que gobiernan su
asociación, y están sujetos a ellas como individuos, también son superiores a ellas
en el sentido de que esas reglas siempre pueden ser modificadas o abrogadas.
Colectivamente, los "ciudadanos" asociados constituyen la autoridad política, pero
como esta autoridad está basada en relaciones horizontales entre ellos mismos más
bien que en relaciones verticales entre ellos y la élite, la "autoridad" es no-jerárquica
("racional" o "natural", ver Sección B.1 "Por qué los anarquistas están en conra de la
autoridad y la jerarquía").
Claro que podría alegarse que si estás en minoría, eres gobernado por otros. Ahora
bien, el concepto de democracia directa tal como la hemos descrito no está
necesariamente ligado al concepto de gobierno de la mayoría. Si algunos se
encuentran en minoría en una votación particular, esa persona tiene entonces que
elegir si consiente o se niega a reconocer la decisión como obligatoria. Negarle a la
minoría la oportunidad de ejercer su juicio y su elección es infringir en su
autonomía e imponerle una obligación que no ha aceptado libremente. La
imposición a la fuerza de la voluntad mayoritaria va en contra del ideal de la
obligación auto-asumida, y por eso va en contra de la democracia directa y la libre
asociación. Por lo tanto, lejos de ser una negación de la libertad, la democracia
directa dentro del contexto de la libre asociación y la obligación auto-asumida es la
única manera de alimentar la libertad. No hace falta decir que, una minoría, si
permanece dentro de la asociación, puede apelar su caso y tratar de convencer a la
mayoría de su error.
Los lazos entre las asociaciones siguen el mismo modelo que las asociaciones. En
lugar de individuos unidos en una asociación, tenemos asociaciones unidas en
confederaciones. Los enlaces entre asociaciones dentro de una confederación son de
la misma naturaleza horizontal y voluntaria que en las asociaciones, con los mismos
derechos de "voz y salida" de sus miembros. [...] [sección A.2.11 del FAQ anarquista]
Un poco de historia
La democracia es el proyecto político que intenta hacer efectivas la igualdad y la
libertad. El origen etimológico de la palabra democracia (demos: pueblo, kratos:
poder) expresa completamente su significado. La democracia es el poder del pueblo,
es decir, aquella forma de gobernar en la cual es el pueblo quien gobierna. Pero,
desde la antigüedad, también significa algo más, la democracia es el régimen de la
libertad y de la igualdad de derechos entre los ciudadanos. Es decir, un régimen
político donde gobierna el pueblo pero no identificable con la dictadura de la
mayoría, porque es el gobierno de la autolimitación, en el cual el ejercicio del poder
debe respetar las libertades de todos, en el cual se contemplan tanto los derechos de
las mayorías como los de las minorías.
En la democracia de los antiguos griegos, de la cual conocemos especialmente la
experiencia de Atenas, la democracia se ejercía en la polis por los ciudadanos
reunidos en asamblea, se designaban por sorteo los cargos públicos más
importantes y se desconocía y rechazaba casi completamente la representación.
La democracia antigua era una democracia directa definida sobre un ámbito
restrictivo de ciudadanía. Su rasgo esencial era el ejercicio directo y efectivo del
poder por los ciudadanos, una democracia no representativa. Se ejercía en marcos
humanos pequeños desde la perspectiva contemporánea: polis que no superaban
los 50.000 ciudadanos. La limitación fundamental de la democracia antigua era su
concepción reducida del ámbito de la ciudadanía, que era negada a los esclavos, a
las mujeres y a los extranjeros.
Para un examen detallado del significado de la democracia antigua y de su relación
con la democracia moderna nos hemos de remitir a la obra de Castoriadis que
subraya cómo Grecia fue el lugar donde surgió la democracia y lo hizo
prescindiendo de la idea de representación y del predominio de los expertos en la
toma de decisiones políticas.
La diferencia esencial entre la base social que hizo posible la democracia griega y el
mundo contemporáneo hace imposible un modelo imitativo, pero nos sitúa ante lo
esencial para hacer posible una sociedad democrática: la necesidad del ciudadano,
del protagonista de la autonomía y de la democracia. Si el sujeto que hace posible
Occidente cediera definitivamente su puesto a los representantes y a los técnicos, la
democracia se convertiría en inviable.
(Fuente: Juan Manuel Vera. Hacia una democracia libertaria)
Kropotkin explica perfectamente cómo durante la edad media existieron por toda
Europa municipios libres que eran la continuación de lo que llamaba la comuna del
pueblo -que era un tipo de comunidad primitiva común a todas las sociedades
primitivas- y de las hermandades y las guildas que se contruyeron fuera de la
entidad territorial.
En alguna región fue un desarrollo natural. En las demás -y fue la regla general para
la Europa occidental - fue el resultado de una revolución. Cuando los habitantes de
un determinado burgo se sentían suficientemente protegidos por sus murallas,
formaban una conjuración. Prestábanse mutuamente juramento de abandonar
todos los asuntos pendientes concernientes a los insultos, las luchas o las heridas, y
juraban para desde allí en adelante no recurrir jamás, en las querellas que pudieran
ocurrir, a otro juez que no fuera los síndicos que ellos mismos nombraban. En cada
guilda de arte o de buena vecindad, en cada hermandad jurada, esto era ya desde
hacía mucho tiempo la práctica regular. Tal había sido la costumbre antaño en cada
comuna de pueblo, antes que el obispo o el reyezuelo llegara a introducirse y más
tarde imponer su juez. [...]
La calle o la parroquia, representaba la unidad territorial, que responde a la antigua
comuna de pueblo. Cada calle o parroquia tiene su asamblea popular, su forum, su
tribunal popular, su sacerdote, su milicia, su estandarte, y a menudo su sello,
símbolo de la soberanía. Federada con las demás, conserva no obstante su
independencia.
La unidad profesional, que a menudo se confunde, o poco le falta para ello, con el
barrio o el sector, es la guilda, la unión de oficio. Esta conserva aún sus santos, su
asamblea, su forum y sus jueces; tiene su arca, su propiedad territorial, su milicia y
su estandarte. Conserva asimismo su sello y del propio modo continua siendo
soberana. En caso de guerra, su milicia marchará, si así se juzga conveniente,
añadiendo su contingente al de las demás guildas y plantará su estandarte al lado
del estandarte principal (carosse) de la ciudad.
La ciudad, en fin, es la unión de los barrios, de las parroquias y de las guildas, y
tiene su plena asamblea en el gran forum, su gran atalaya, sus jueces elegidos, su
estandarte para aliar las milicias de las guildas y de los barrios. Trata en calidad de
soberano con las demás ciudades, se federa con las que quiere, pacta alianzas
nacionales o fuera de su nación. Los Cinco puertos ingleses alrededor de Douvres
estaban federados con puertos franceses y norleandeses del otro lado del canal de la
Mancha, la Novgorod rusa es la aliada de la Hansa escandinavogermánica, y así
otras muchas por el estilo. En sus relaciones exteriores cada ciudad posee todos los
atributos del Estado moderno, y desde esta época se constituyó, por medio de libres
contratos, lo que más tarde debía conocerse con el nombre de derecho
internacional, colocado bajo la sanción de la opinión pública de todas las ciudades,
y más tarde muy a menudo violado, mejor que respetado, por los Estados.
(Pedro Kropotkin. El Estado )
En los siglos XV hasta el XIX el municipalismo en Europa vino ligado a
revoluciones y revueltas en numerosos puntos del continente. Destacan por su
intensidad la Revolución Francesa en la que se formaron 36.000 comunas, las
barricadas de los barrios de París en 1848 o de la Comuna de 1871 típico ejemplo de
cómo funciona una ciudad libertaria. Los 48 barrios de Paris funcionaban de forma
autónoma, tenían sus propios servicios y eran gestionados por sus propias
asambleas. A partir de la federación de las distintas asambleas de los barrios se
formó La Comuna. Las comunas o municipios libres tienen como característica que
es el municipio quien gestiona la economía y no un organismo económico
independiente (el sindicato, el soviet o el consejo obrero). Dentro de estas
revoluciones cabe destacar la revolución cantonalista que tuvo lugar en España
durante la I República.
En el siglo XX se han dado numerosos casos de municipios libres destacando la
revolución mexicana que fue eminentemente municipalista. Aunque también se dió
en revoluciones menos conocidas como la insurrección de Tracia. En tiempos más
cercanos se ha tendido a la formación espontánea de asambleas de barrio durante
los tiempos turbulentos como el mayo del 68, la revolución de los claveles
portuguesa o la transición española. Experiencias de democracia directa en la
actualidad
Como vemos el municipalismo ha sido una cosa bastante habitual a lo largo de la
historia. No es extraño que un barrio o todo una ciudad se autoorganice mediante
asambleas ciudadanas. Ahora pasaremos a ver algunas experiencias y proyectos que
están en marcha en la actualidad.
• Municipalismo libertario
• Municipalismo de base
• Asambleas barriales de Argentina
• Cabildos populares en Latinoamérica
• Partidos políticos de broma: Participando en el pasteleo electoral
• Campaña del voto a Nadie
Objeciones
Los anarquistas defendemos un tipo de democracia directa que no se basa en
votaciones ni en juegos de mayorías y minorías, sino en la asamblea y en el
consenso. Creemos en una sociedad horizontal donde nadie tenga más importancia
que otra persona. Creemos en una sociedad en la que no se formen jerarquías ni
grupos de poder. Kropotkin les repetía una y otra vez a los socialistas "creeis que
vais a conquistar el estado, y será el estado quien os conquiste a vosotros". No se
equivocó.
El municipalismo libertario de carácter electoralista, en la teoría es una idea
facilmente realizable, bastaría con tener un programa político atrayente y hablar
con la gente, convencerles y conquistar el ayuntamiento (de momento siempre se
quedan en el nivel municipal). A partir de ahí comienzan los problemas, ¿cómo se
compagina estar en el gobierno con las ideas libertarias? ¿Se puede abolir el
ayuntamiento? ¿cómo se evitan los liderazgos? Hay mil preguntas que surgen con el
asunto de presentarse a las elecciones municipales. El sistema está acostumbrado a
recuperar todo tipo de movimientos subversivos, ¿cómo evitar hacerle el juego?
¿cómo evitar entrar en el sistema? Incluso en Argentina se habla de ceder cierto
poder a las asambleas populares, darles cierta capacidad de decisión con el objeto
de jerarquizarlas y eventualmente dividirlas y debilitarlas.
En agosto de 1998 se celebró en Lisboa una conferencia sobre ecología social y
municipalismo libertario en la que intervinieron las principales figuras de este
movimiento. Durante meses se la atacó duramente desde la AIT y desde otros
colectivos por hacerle el juego al estado y ser una forma de anarco-capitalismo por
no buscar su abolición inmediata, por interclasista y demás. En estos textos se
mezclan las críticas justas y los ataques políticos, aunque es interesante leerlos.
Otra cuestión que surge ultimamente es la llamada democracia participativa. Se
trata de acercar las instituciones democráticas burguesas a la gente. Es lo que se
podría llamar democracia directa burguesa. El caso típico de esta pseudo-
democracia directa es Suiza. La idea se basa en referendums cada cierto tiempo que
son los que van determinando la política local del cantón. Desde luego es todo un
avance, pero no se acerca a la idea de democracia directa libertaria.
Enlazando con esta cuestión surge la llamada democracia participativa. Impulsada
desde ciertos partidos socialdemócratas o verdes, tratan de que ciertas decisiones
las tome el pueblo. Se conocen las experiencias de Portoalegre, en Brasil y la de
Marinaleda, en Andalucía, pero sin duda existen más ejemplos. Ante estos ejemplos
baste repetir aquí la opinión de la CNT sobre Marinaleda y las imperfecciones de
este modelo::

Las democracias participativas


Ponen como un buen ejemplo local el del municipio sevillano de Marinaleda,
gobernado desde 1979 por la CUT, partido integrado en Izquierda Unida. En este
pueblo de 2.500 habitantes, su ayuntamiento muestra lo que llama un "poder
participativo", consistente en asambleas populares, plenos que llevan a cabo lo que
se decide en asamblea, un senado popular de carácter "autoeducativo", el trabajo
comunitario voluntario a través de los "domingos rojos", etc.
Pero, detrás de este aparente caso de democracia popular, hay en realidad el
ejercicio de un poder cerrado y personalista. El alcalde del pueblo, el famoso líder
del SOC (Sindicato de Obreros del Campo) Juan Manuel Sánchez Gordillo, lleva 22
años en el gobierno local, y decide toda la vida política de Marinaleda. Como
denuncia el antropólogo Félix Talego en su investigación Cultura jornalera, poder
popular y liderazgo mesiánico: Antropología política de Marinaleda (Universidad de
Sevilla, Servicio de Publicaciones, 1996), este pueblo está dirigido por una entidad
política fuertemente centralizada que lo decide todo. Con un discurso legitimador
propio que intenta remarcar las diferencias respecto al poder dominante, en verdad,
se está reprimiendo toda disidencia en el pueblo (lo que se llama "la contra")
mediante el aislamiento social, con una manipulación por parte del líder, Juan
Manuel, que es el único que puede hacer análisis políticos en las asambleas, en la
radio municipal, en las intervenciones durante las luchas o en los trabajos
voluntarios. En opinión de Félix Talego, el movimiento jornalero de la localidad "ha
sido atrapado por una estructura de poder que ha supeditado todo a su propia
continuidad y que ha convertido la protesta en un ceremonial en el que es ya difícil
saber quien va convencido y quien por obligación".

Cuevas Noa, Periódico CNT nº 277. Marzo 2002

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