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RESPUESTA AL DR.

LEONEL FERNÁNDEZ REYNA


PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA DOMINICANA
EN LO REFERENTE A LA SITUACIÓN ACTUAL DE LA EDUCACIÓN

Por:
Juan de la Cruz Gómez Pérez

Cuando escucho al señor presidente de la República Dominicana, Dr. Leonel Fernández


Reyna, teorizar sobre la situación actual de la educación del país, su enfoque me produce
angustia, desesperanza y desengaño porque lo admiré y hasta cierto punto me identifiqué
con su pensamiento político en un momento dado, porque
entendí que sus ideas eran la continuación del pensamiento
económico, social, político, cultural y ético del Profesor Juan
Bosch. En segundo lugar, porque fui cautivado por su
pensamiento educativo con aquella famosa expresión que
retumbó por todo el país: “¡Sólo la educación salva a la
República Dominicana!”, pero, estoy decepcionado porque su
planteamiento teórico presenta una realidad hermosa y
atrayente en lo concerniente a los planes educativos de sus
gobiernos, pero en cambio, en la práctica, en su accionar como
gobernante está distanciado de lo que dice sustentar en
Juan de la Cruz Gómez Pérez términos teóricos, su visión está sesgada y descontextualizada,
en relación a los análisis que realiza en el plano educativo y a las exigencias, en la
inversión educativa de un 4% del PIB, que demandan las fuerzas vivas de la nación
dominicana.

Señor presidente, escuchándolo el 27 de febrero del presente año que discurre, en su


rendición de cuentas ante la nación, quedé sorprendido con su argumentación reiterada,
de que usted cree que los docentes dominicanos consideramos que solo se obtiene una
educación de calidad si hay un aumento en la inversión en educación. Señor presidente,
por deficiente que sea nuestra formación en materia educativa, no creemos que un
aumento en el presupuesto educativo o del PIB se exprese de manera automática en una
mejoría de la calidad de la educación. Son muchas las variables que inciden en el
incremento de la calidad y el fenómeno educativo es complejo porque se trata de formar al
ser humano, y todo el mundo sabe que nuestra naturaleza está determinada por una
diversidad de variables que inciden en nuestra formación, y la inversión es una de ellas, no
la totalidad de las variables que determinan la calidad educativa.

Lo que ocurre, señor presidente es, que se considera que para alcanzar los niveles de
calidad que demanda el siglo XXI en materia educativa, se requiere de una inversión
mínima de un 4 a un 8 por ciento del PIB para que un sistema educativo pueda cumplir con
las tareas fundamentales en la formación del tipo de hombre y de mujer que esa sociedad
demanda o quiere formar. Observe muy bien, señor presidente, que primero se requiere
una inversión mínima para que todo en la vida funcione, y a partir de los mínimos se puede
exigir niveles de calidad. Es como si le dijera o le exigiera a un niño que debe tener un
desarrollo físico sano sin proporcionársele las calorías mínimas diarias que requiere su
cuerpo para su desarrollo físico normal. Por ejemplo, la Organización Mundial de la Salud
(O.M.S.) ha calculado que las necesidades energéticas diarias de una persona en edad
escolar son de 50 Kcal. por Kg. de peso. Imagínese señor presidente que se le suministrara
una cantidad inferior a la requerida, ¿qué pasaría con el desarrollo del niño en términos de
calidad? Sería un desarrollo con mucha deficiencia en su aspecto físico y emocional. Ahora
bien, a partir del suministro de las condiciones mínimas se le puede exigir que desarrolle
una vida sana acompañado de ejercicios, pues está recibiendo por lo menos lo mínimo.
Pero, en el plano educativo, ocurre que lo que se está demandando es lo mínimo de
inversión que se necesita para que el modelo educativo dominicano funcione aunque sea
mínimamente.

Señor presidente, cuando usted expresa: “Es por todo esto que he visto con simpatía que
un núcleo de organizaciones y de ciudadanos haya manifestado, recientemente, su
preocupación por la educación dominicana a través de un incremento de la inversión. Creo
que, en principio, todos estaríamos de acuerdo con esa propuesta. Yo mismo, en distintas
oportunidades, ante esta misma Asamblea he expresado la necesidad de un aumento
gradual y sistemático en el sector educativo nacional. No obstante, considero que si bien la
inversión en educación es necesaria e importante, no constituye una causa suficiente para
garantizar su calidad, que es el objetivo central de todo sistema educativo moderno del
Siglo XXI”.

Suponiendo que usted tenga razón en su planteamiento, y la inversión que usted como
gobernante ha realizado en los últimos 11 años, es la adecuada y no se requiere de más
incremento, ¿Por qué en términos de calidad educativa aparecemos en el lugar 137 de una
medición que se realizó a 139 países? ¿Por qué la mayoría de los docentes que han
ingresado durante su gobierno al sistema educativo nacional carecen de una buena
formación académica? ¿Por qué en el reclutamiento, selección y nombramiento de los
docentes y directores del país en los centros educativos no se nombra lo mejor de la
sociedad dominicana, sino los que tienen la formación más deficiente? ¿Por qué usted en
los 11 años u once presupuestos que ha manejado no ha realizado un aumento gradual del
PIB como usted sostiene que debería hacerse y usted está dispuesto hacerlo realidad?
¿Quién será el responsable o los responsables de seleccionar los mejores talentos para que
se dediquen a formar las nuevas generaciones? ¿Quiénes son los responsables del
clientelismo que agobia la educación dominicana? O ¿Quiénes son los responsables de la
cantidad de botellas o de personas que cobran sin trabajar que existen en el ministerio de
educación? Es decir, señor presidente, suponiendo que usted tiene razón en el análisis
educativo que ha realizado, que no es necesario un incremento en la inversión educativa
para corregir todas esas interrogantes que acabamos de realizar, ¿por qué no se han
corregido en el tiempo que tiene gobernando si el incremento a la inversión en educación
no es necesario? ¿Qué ha pasado con su pensamiento liberal? ¿Por qué se ha convertido en
el representante de las fuerzas conservadoras del país, las fuerzas que hace apenas unos
tres lustros representó el doctor Balaguer? Balaguer nunca creyó en la educación y
mantuvo en el sector educativo salario de hambre. A los maestros los llamó aves de paso.
Pero si los maestros tienen deficiencias se trata de un sistema que lo seleccionó, lo nombró
y luego lo critican, ¡qué barbaridad!

Señor Presidente, todo en la vida requiere de un mínimo para que las cosas funcionen
bien. Si yo creyera en la educación lo primero que debería hacer es sacar el 4% del PIB
para educación, y luego distribuyo el 96% del PIB a todo los demás ministerios y
organismos descentralizados del Estado Dominicano porque de esa manera sería coherente
con lo que creo o digo sustentar en teoría.
Como se puede notar, su gobierno ha fracasado en materia educativa en lo relativo a la
calidad de la educación porque usted no ha querido hacer un manejo correcto con la
inversión adecuada que dice usted ya tiene el ministerio para elevar los niveles de calidad
en la República Dominicana, o mejor dicho, sus planes educativos no son los adecuados
para enrumbar a la nación dominicana por mejores caminos, y si solo la educación salva al
pueblo dominicano estamos mal parados porque en sus gobiernos la calidad educativa no
anda muy bien, señor presidente.

Señor presidente, en su discurso ante el congreso, expresó lo siguiente:

¨En su informe al Gobierno de Francia, la comisión encabezada por el destacado


intelectual, Jacques Attali, decía lo que sigue: ²Francia consagra una parte considerable y
creciente de su riqueza a la educación: el gasto en educación ha sido multiplicado por 1.8
desde 1980 para alcanzar en la actualidad 6.8% del PIB, es decir, 1 mil 920 euros por
habitante y 7 mil 160 euros por estudiante. ²¨

¨Se considerará que al invertir esa impresionante cantidad de recursos a la educación, se


dispondrá de un sistema de incuestionable calidad, conforme a los estándares
internacionales. Sin embargo, es la propia Comisión Attali la que nos indica que a pesar de
esa cuantiosa inversión, los resultados han sido decepcionantes, debido a que, según sus
propias palabras: ¨

"50 mil jóvenes por año, cerca del 6% de una generación, abandona el sistema escolar sin
haberlo terminado; "41% de los estudiantes interrumpen sus estudios sin haber obtenido
un diploma, 11% más que la media de la OCDE; "En lectura, los estudiantes franceses se
clasifican en el número 27 de 40 países, detrás de los estudiantes de Rusia, Italia,
Alemania y los Estados Unidos y retroceden en relación a evaluaciones anteriores; "En el
dominio de las ciencias, los jóvenes franceses pasan del lugar número 10 al lugar número
19, de 30 posiciones, según la OCDE."

Al presentar estos datos, la Comisión Attali observa, de manera curiosa, que los países que
emergen a la cabeza de estas clasificaciones no son aquellos precisamente que consagran
mayor cantidad de recursos por estudiante. Por eso, llega a la conclusión de que ²la
preocupación por los resultados (que no es otro que el éxito de todos los estudiantes) debe
hoy día primar sobre la simple exigencia de recursos. Francia puede hacer más y mejor con
los mismos recursos.²¨

Señor presidente, usted comete un error en el análisis, situación que resulta muy
preocupante para quien suscribe porque reconozco su extraordinaria formación intelectual
y académica que lo caracterizan, porque desde el punto de vista del análisis social no es
correcto comparar naciones como la de Francia y la República Dominicana que están en
niveles de desarrollo educativo distinto, pues Francia es un país desarrollado y el nuestro
esta supuestamente en vía de desarrollo, y como usted muy bien ha expresado ya Francia
le dedica casi un 7% del PIB a educación lo que significa que le dedica los recursos
necesarios al sistema educativo de su país en cambio nosotros apena llegamos al 1.9 del
PIB, la realidad de Francia parte casi de un 7% y la nuestra de 1.9%. Y debe recordar que
ya Francia superó la escasez de aulas de butacas, la deficiencia en la nutrición de sus
población infantil, y los docentes de Francia tienen un nivel formativo muy superior a los
docentes de la República Dominicana, por lo tanto el ejemplo que usted utilizó no es el
adecuado, debió utilizar un ejemplo de un país con niveles de desarrollo parecido a los de
la República Dominicana. Lo mismo se puede expresar o argumentar con relación al
análisis comparativo que realizó con Gran Bretaña y los Estados Unidos de América.

Señor presidente, cuando usted indica que: "…No se trata entonces de gastar más, sino
más bien de gastar mejor. Justamente como lo demuestran países como Japón y Alemania
donde con menos cantidades de dinero gastadas por sus gobiernos, tienen niveles más
altos de desempeño académico." Señor presidente recuerde que Japón y Alemania tienen
las necesidades educativas mínimas resueltas, y a partir de ahí no necesariamente mayor
inversión significa un incremento en educación. Suponiendo, señor presidente que usted
tiene razón, por qué en más de una década como gobernante dominicano no ha
conseguido los niveles de calidad esperados si no es un problema de recursos o de
inversión. Si fuera así, juicio que no comparto con usted, sus políticas educativas ha sido
un fiasco en lo concerniente a la calidad, porque en sus gobiernos han descendido los
niveles de la calidad educativa del país.

Señor presidente, usted sostiene que ¨Tenemos que seguir dignificando la condición de
nuestros docentes. Tenemos que reforzar los programas de capacitación y actualización de
nuestros maestros y maestras. Tenemos que lograr la plena integración de las familias al
desarrollo escolar. Debemos cultivar en nuestros alumnos las destrezas y habilidades
requeridas para este mundo exigente y competitivo del Siglo XXI. Debemos continuar
ampliando y modernizando nuestra infraestructura escolar. Debemos continuar integrando
las modernas tecnologías a nuestros planteles escolares. Debemos, en fin, promover una
formación integral, científica, humanística y en valores, en base a las más efectivas
corrientes pedagógicas internacionales. Pero esto tiene que realizarse en el marco de un
plan racional, coherente e incluyente, de mediano y largo plazo, no en forma abrupta, el
cual debe ser fruto de un pacto entre los distintos sectores de la vida nacional¨.

Esto último resulta preocupante, ¿por qué ahora fue que vino a darse cuenta que se
requiere de un pacto entre todos los sectores de la vida nacional para que la educación
dominicana siga avanzando acorde con el siglo XXI y así promover una formación integral,
científica, humanística y en valores, en base a las más efectivas corrientes pedagógicas
internacionales, cuando a esta gestión gubernamental solo le queda año y medio? ¿Por qué
ahora señor presidente, cuando usted está convencido de que solo la educación salva al
pueblo dominicano desde el año 1996? ¿Cómo es posible si ese es el camino que usted
muy bien ha descrito para encaminar nuestra patria por la senda del desarrollo nacional,
no haya movido cielo y tierra para que eso se haga realidad? ¿Qué ha pasado señor
presidente para que usted no haya encabezado una cruzada nacional en pos de la
educación del país en los últimos 14 años que usted ha sido una figura determinante en la
vida política del país, convenciendo a todos los sectores de la nación que ese es el único
camino para el desarrollo nacional?

Todo parece indicar que su planteamiento responde a un prototipo de político que en lo


teórico luce muy moderno, pero en la práctica política se percibe como muy conservador, y
todo sabemos aquella verdad científica que expresa que la práctica es el criterio de la
verdad. El viejo diccionario soviético de filosofía plantea que ¨El criterio de la verdad radica
en la práctica social (Teoría y práctica). Las teorías científicas reciben su comprobación
definitiva en la práctica: en la producción industrial y agrícola en la actividad revolucionaria
de las masas para la reestructuración de la sociedad. Si la teoría se aplica con éxito en la
práctica, ello significa que es válida¨.juanelquimico24@hotmail.com

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