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REFERÉNDUM CONSTITUCIONAL

DOCE TESIS SOBRE LA TRANSFORMACION DE LA JUSTICIA


(Aportes para el debate)

Virgilio Hernández E

1. El Referéndum y la consulta popular son una salida política. La derecha


y el modelo de propaganda predominante han mantenido como discurso
el tema de la inseguridad, esgrimiéndolo como un dispositivo de
atemorizamiento, poder y supuesto eje de cuestionamiento al régimen.
Esa ha sido su principal y más estable bandera política desde el 2007, la
ofensiva no es nueva: se lo uso con relación a Angostura, la supuesta
connivencia con las FARC, el problema policial y el déficit de la seguridad
ciudadana como temas entretejidos entre sí. La consulta es una
expresión que dice: "el estado se hace cargo del problema... buscamos
respuestas y políticas acordes al problema... lo estamos enfrentando". Es
una respuesta frente al tema de la inseguridad que se había constituido
en el argumento principal de la oposición, auspiciado por una campaña
sistemática de algunos grandes medios. De ninguna manera, se pretende
decir que solo es un problema de “percepción,” pero en el tratamiento
temático se omite ubicar que esta situación no es coyuntural ni tampoco
un fenómeno extraño al que se vive en las diferentes latitudes del
continente y el mundo. En el tratamiento mediático se simplifica temas
trascendentes y se invisibilizan otros, como por ejemplo, las violencias de
género que aún afectan al 67% de las mujeres; lo reducen a la crónica
roja, dejando de lado la intermediación ética y pedagógica.

2. Tampoco debemos pensar que todos los problemas de inseguridad o de


“injusticia” en el sector justicia se van a solucionar con la consulta,
simplemente se busca mejorar las disposiciones legales para evitar que
operadores de justicia inescrupulosos no cumplan con su papel de
administrar justicia. No se puede desconocer que la justicia siempre ha
estado gobernada por poderes fácticos. La propuesta de cambio de la
justicia busca de manera radical terminar con la IMPUNIDAD que la
actual estructura del sector la garantiza. No se puede olvidar que
quiénes fueron responsables de la función judicial boicotearon la
transición constitucional, ahora hay que corregir y solventar el rezago de
varios años. Fue un error confiar en que los propios administradores de
la justicia podían realizar los cambios. Hay que hacerlo desde fuera del
sistema. Es un clamor ciudadano. Hay que soñar con la justicia que
queremos: Iguales ante la ley. Combatir la inseguridad requiere de
políticas integrales, reformas en otras áreas como la policía, políticas de
estado e integradas entre el gobierno nacional y los gobiernos
seccionales, entre otras.

3. La propuesta de consulta del gobierno desplaza la cuestión de la


inseguridad hacia el terreno de la institucionalidad de la justicia, es decir
la aproxima a un punto de resolución objetiva. Aquí está la clave del
asunto. Mientras que la derecha ha dicho que se trata de una falta en las
mismas políticas de seguridad, o que es un efecto de la política
económica del gobierno ("demasiada intervención estatal, desincentivo a
la inversión extranjera que a su vez tiene efectos en el empleo y
aumenta la inseguridad"), y de las reformas constitucionales (ciudadanía
universal, prisión preventiva), la consulta traslada el problema hacia el
sistema de justicia y procura reformarlo en el terreno de la normativa y la
institucionalidad, es decir una respuesta del estado avalada por el
electorado consultado. Un cambio social sólo podrá ser alcanzado cuando
se cumplan objetivos como la despolitización de la Función Judicial, la
profesionalización de jueces, juezas y funcionarios judiciales, la celeridad
procesal inmediata, el fácil acceso a la justicia, entre otros.
4. El referéndum y la consulta popular son mecanismos constitucionales y
de ninguna manera pueden asimilarse a las intervenciones que han
existido en la función judicial en el pasado. Consultarle al pueblo no es lo
mismo que rodear la Corte con tanquetas para evitar que se posesionen
nuevos jueces que no eran del gusto del poder presidencial, tal cual, se
lo hizo en el gobierno de Febres Cordero, tampoco es un nuevo reparto
entre las distintas fuerzas políticas. No se impone, se consulta al pueblo,
al soberano. Se utilizan finalmente los mecanismos de democracia
directa en la toma de decisiones fundamentales para el cambio. El
ejercicio de la democracia tiene procesos que cumplir y no consiste
únicamente en elegir dignidades, sino también los contenidos de lo que
dichas dignidades tienen que aplicar en el ejercicio de sus funciones. Si
se habla de participación ciudadana, este es uno de los mecanismos más
directos de ella, no solo por el día de la votación sino por el proceso de
discusión y de deliberación alrededor de los temas planteados.

5. Ahora bien, estas reflexiones nos llevan a una nueva interrogante ¿Se le
puede consultar todo al pueblo? La Corte Constitucional (CC) nos da una
buena respuesta. No, no se le puede consultar todo. Sólo aquello que no
restringa derechos y que no modifique la estructura fundamental del
Estado. La sentencia de la Corte demuestra que los filtros de
constitucionalidad que se establecieron en Montecristi cumplen un papel
determinante y ayudan a institucionalizar el nuevo estado constitucional.
Resulta claro que en este proceso el sistema establecido en nuestra
constitución ha funcionado. El ejecutivo tuvo la iniciativa y se sometió al
procedimiento previsto en la Constitución y por ende a la Corte
Constitucional. Esta se pronunció sobre la constitucionalidad y reformuló
las preguntas, de tal manera que garantizó que se mantengan dentro del
marco de la constitución. El ejecutivo tuvo que aceptar la sentencia de la
Corte Constitucional, en la que no solo existen cambios de forma. Esto
fortalece al mismo tiempo, la estructura institucional del estado.

6. Una falacia repetida de forma permanente es que el pueblo no tiene


capacidad ni la información suficiente para decidir sobre asuntos tan
trascendentales como los que se plantean en el referéndum y consulta
popular. Es importante señalar, que en ningún asunto de la vida cotidiana
los individuos tomamos decisiones con el cien por ciento de información,
sino que actuamos movidos por algo de información, por convicciones,
por afectos, ideologías o por la confianza que nos suscita alguien en
particular. La confianza es un elemento fundamental en la construcción
de las instituciones democráticas.
7. Argumentos de hecho: El sistema judicial no garantiza el derecho a la
justicia y por el contrario permite la impunidad y la corrupción,
golpeando a los más débiles que no poseen los recursos económicos o el
poder para “comprar a la justicia”:

• La justicia tiene una deuda con la sociedad ecuatoriana, es una función


estatal que teniendo como tarea la implementación del orden ha
canalizado redes de corrupción. El sistema actual de justicia afecta a los
más vulnerables, por ejemplo las mujeres: 170 mil juicios de alimentos se
encuentran represados, los temas de violencia de género no se procesan
adecuadamente. El monitoreo a diez periódicos da cuenta de que en el
Ecuador fueron asesinadas 111 mujeres durante el 2010, en la función
judicial ni siquiera consta un número que contraste, verifique o niegue tal
realidad. Si no se reforma la justicia se trunca cualquier proceso de
cambio, negándose incluso, la misma posibilidad de realización de
justicia enunciada por la Constitución.
• Entre el año 2007 y el 2010 se produjeron 4066 caducidades, 90% en
Guayaquil,
• Entre el año 2008 y el 2010 se produjeron 6.400 medidas sustitutivas,
250 por delitos sexuales (acoso, estupro y violación), 60% en delitos
graves (asesinato, tráfico de drogas, enriquecimiento ilícito).
• A través de la caducidad de la prisión preventiva y de las medidas
cautelares existen 10.466 personas que han cometido delitos, muchos de
ellos graves, que se encuentran en libertad.
• Existe un millón doscientas mil causas judiciales represadas; entre 350-
500 causas diarias en juicios que afectan a menores quedan represados.
• Existen Personas que han reingresado hasta 19 veces a la cárcel siendo
liberados prontamente.
• De más de 2.000 presunciones de enriquecimiento ilícito que se han
denunciado ante la justicia, apenas el 5% están en instrucción fiscal,
• Se ha producido el ingreso a la fiscalía y función judicial de familiares,
amigos y otros funcionarios con concursos poco transparentes y del
Consejo de la Judicatura.
• Desde el año 2009 han ingresado 795 funcionarios a la función judicial “a
dedo” mediante contratos provisionales. De los 700 jueces que existen a
nivel nacional 127 han sido colocados a dedo.
• Desde septiembre de 2009 hasta 21 de febrero de 2011, existen 450.000
modificaciones al Sistema Automático de Trámite Judicial Ecuatoriano en
la Corte Provincial de Guayas (Informe de Fernando Yávar, Director
Provincial de CJ de Guayas, 10-03-11).
• Con fecha 17 de enero de 2011, Germán Vásquez Galarza, Vocal del CJ y
Presidente de la Unidad de Control Disciplinario del CJ, informa al
Asambleísta Mauro Andino, que “no constan sumarios administrativos ni
sanciones disciplinarias a Jueces de Tribunales Penales por haber fallado
a las audiencias.
• El Presidente del CNJ ha realizado delegaciones a sus asesores sobre el
cumplimiento de sus atribuciones constitucionales y legales que no han
sido debidamente justificadas.
• Existe un proceso en trámite de juicio político a los Vocales del CNJ,
sustanciándose en la Asamblea Nacional, por graves acusaciones sobre
el incumplimiento de sus funciones.
• Según una encuesta de Paulina Recalde, sólo el 11% de la población cree
en la gestión del sistema de justicia.

• Los casos en los que el gobierno ha dado seguimiento se ha determinado


dolosos y permanentes actos de negligencia por lo cual el estado se
vuelve esclavo de la justicia.

Con un sistema judicial socialmente descalificado y atrapado por mafias que


han hecho de la justicia un modo de enriquecimiento, tampoco se ha
garantizado un derecho tan fundamental como la seguridad ciudadana y la
integridad física.

La justicia ha sido un feudo de los grupos de poder, porque ha existido una


relación incestuosa entre estos grupos de poder y la administración de justicia.
Los pendientes que tenemos en esta revolución tienen que ver con el acceso a
los bienes de producción y la revolución agraria que se ha iniciado con la
entrega de tierras, para lo cual un adecuado sistema de justicia es necesario.

8. La “Justicia” ha consagrado la impunidad.

Análisis sobre la pregunta 1

¿Está usted de acuerdo en enmendar el numeral 9 del artículo 77 de la


Constitución de la República incorporando un inciso que impida la
caducidad de la prisión preventiva cuando esta ha sido provocada por la
persona procesada y que permita sancionar las trabas irrazonables en la
administración de justicia por parte de juezas, jueces, fiscales, peritos o
servidores de órganos auxiliares de la Función Judicial, como establece el
anexo 1?

ANEXO 1:

Incorpórese a continuación del primer inciso al numeral 9 del artículo 77 uno


que dirá:

"La orden de prisión preventiva se mantendrá vigente y se suspenderá ipso


jure el decurso del plazo de la prisión preventiva si por cualquier medio, la
persona procesada ha evadido, retardado, evitado o impedido su juzgamiento
mediante actos orientados a provocar su caducidad. Si la dilación ocurriera
durante el proceso o produjera la caducidad, sea esta por acciones u omisiones
de juezas, jueces, fiscales, defensor público, peritos o servidores de órganos
auxiliares, se considerará que estos han incurrido en falta gravísima y deberán
ser sancionados de conformidad con la ley".

Observaciones
Uno de los mayores cuestionamientos sobre esta pregunta, así como sobre
número 2 del Referéndum, desde los núcleos del poder mediático
“independiente y pluralista” ha girado en torno a la posible afectación de los
derechos y garantías de los individuos. Para contestar esto es indispensable
recurrir a la explicación doctrinaria de las medidas cautelares y la privación de
libertad de las personas, indicando que todas esas medidas lo que buscan es
precisamente asegurar la presencia del imputado en el proceso, más que la
sanción misma o la suspensión de la libertad personal, lo que se busca con su
aplicación es que los presuntos responsables en un proceso sean juzgados, lo
cual no quiere decir que pierdan inmediatamente su libertad ni sus derechos,
sino que cuenten con las garantías y oportunidades necesarias de intervenir en
la sustanciación de una causa. Lo que nos señala el derecho penal mínimo y la
estructura del Estado constitucional es avanzar hacia una arquitectura penal
donde toda persona imputada cuente con instrumentos claros y efectivos, pero
sobre todo, oportunos y proporcionales para su juzgamiento, no estar
sometidos a los excesos de los jueces ni tampoco a las distorsiones de los
operadores jurídicos generados por falta de comprensión y cumplimiento de las
normas legales penales.

El populismo penal proveniente de la derecha manipula la discusión sobre


estas preguntas ubicando como tema central la reivindicación de su discusión
histórica sobre “el endurecimiento de las penas contra los delincuentes”, por
un lado y, por otro, desconociendo las necesarias reingenierías institucionales
que merecen tanto los órganos judiciales como las urgentes correcciones que
deben hacerse sobre las prácticas de los actores jurídicos. En esa perspectiva,
los cambios incorporados por la Corte Constitucional a estas preguntas, no
solo que han contemplado lo ya proyectado por las disposiciones existentes
sobre la materia, sino que han sido orientados a lo siguiente: a) blindar y
reforzar la constitucionalidad sobre la caducidad de la prisión preventiva (esto
es, cómo debe entenderse su constitucionalización en el tipo de Estado actual);
b) asegurar las condiciones de funcionamiento de ésta frente a los obstáculos
provocados intencionalmente por los operadores de justicia e intervenir
adecuadamente para sancionarlos; c) restablecer la conexión pérdida entre las
medidas sustitutivas a la privación de la libertad y los demás derechos de
libertad y protección (relación que estuvo rota por una equivocada aplicación
de las normas procesales penales); y, d) dar una señal clara de advertencia
sobre el uso constitucional de la privación de la libertad frente a la inoperancia
y frenar las consecuencias perversas de sus abusos.

Los derechos como a la justicia, la presunción de inocencia, el debido proceso,


la legítima defensa y sus respectivas garantías merecían ser fortalecidas no
solamente desde las normas procesales penales sobre la caducidad de la
prisión preventiva o las medidas sustitutivas de la libertad, sino con reformas
en el plano institucional.

La prisión preventiva es un dispositivo, un mecanismo para conseguir la Justicia


en un sistema penal. Permite que los encausados puedan estar disponibles
para la realización de las etapas procesales.

Mediante la norma constitucional la prisión preventiva hasta que se dicte la


sentencia, solamente puede ser de seis meses para los delitos sancionados con
prisión, como por ejemplo el robo sin violencia; y, de un año cuando se trata de
delitos graves, como puede ser un homicidio. Estos plazos no se modifican con
la pregunta del referendo, simplemente se incluye en la Constitución, algo que
ya se encontraba en la Ley, y que limita cuando los encausados son los
responsables de retardar el juicio, con el claro propósito de que los plazos
permitidos para la prisión preventiva “caduquen”, concluyan y así salir en
libertad utilizando mal esta disposición que fue dispuesta para evitar un abuso
y un retardo por parte de los administradores de justicia. En contraposición a
las tesis de la derecha radical más importante que el aumento de las penas o
el endurecimiento de las mismas, es la certeza de la pena para quien cometió
un delito.

Es un freno para que los operadores de justicia corruptos utilicen esta figura
para consagrar la impunidad y beneficiarse, así como beneficiar a delincuentes
que cuentan con esta medida.

La Corte Constitucional en la sentencia que juzga la constitucionalidad del


Referéndum (CC) sostiene que la prisión preventiva consiste en un “dispositivo
procesal” que tiende a evitar que el responsable de un hecho delictivo eluda la
acción de la justicia aprovechando el estado de inocencia del cual goza durante
el proceso. Es pues de carácter instrumental y “no penal material”, es decir, al
regular que cuando los encausados demoren el proceso estando en prisión
preventiva, la constitución ordenaría, que el plazo constitucional se suspenda
para evitar la utilización, como un recurso más por parte de un posible reo, y
no como un mecanismo de defensa contra la lentitud del procedimiento penal.

En consecuencia la CC plantea que la caducidad responde a la naturaleza


provisional de la prisión preventiva y a prevenir el posible abuso del derecho
por parte de los jueces. Analiza la jurisprudencia de la CIDH, en el caso Suárez
Rosero vs. Ecuador, determinando que cuando una legislación nacional prevé
como medida la prisión previa a la expedición de sentencia condenatoria debe
considerar: 1) la complejidad del asunto; 2) la actividad procesal del
encausado; y, 3) la conducta de las autoridades judiciales. Con este fallo se
considera que los plazos devienen en parámetros auxiliares, sin por ello
vulnerar derechos. Que lo necesario es aplicar criterios de razonabilidad y
proporcionalidad.

La pregunta, por tanto, no implica un cambio sustancial al derecho a la libertad


sino la posibilidad de generar un mecanismo que dote de eficacia a este
dispositivo que regula derechos y garantiza actos procesales para el ejercicio
de los derechos.

La pregunta, según la CC, precautela el derecho del encausado pues no lo deja


a voluntad y discrecionalidad del juzgador, sino que establece en la misma
enmienda constitucional los casos, basados en los criterios de la Corte
Interamericana, en los cuales habrá una suspensión del plazo y por tanto un
aplazamiento en la prisión preventiva provocado por el encausado.

La CC entiende que el objetivo de la pregunta del proponente es establecer


parámetros secundarios que den eficacia al dispositivo de la prisión preventiva.
Uno de ellos es el de constitucionalizar el artículo 169 del Código de
Procedimiento Penal, que plantea la suspensión ipso jure del decurso de los
plazos determinados para la caducidad de la prisión preventiva, dotando así de
eficacia constitucional a la aplicación directa e inmediata de esta norma, por
parte de los operadores de justicia; haciendo uso de su facultad interpretativa.

Las consideraciones más importantes son ubicar a la prisión preventiva como


un dispositivo que asegura la eficiencia procesal y por tanto la garantía del
proceso para resarcir a la sociedad del daño incurrido por la presunta acción
delictiva. La caducidad de la prisión preventiva constituye así un mecanismo de
regulación de ese dispositivo, por tanto, no se afecta el “derecho de la
protección”, sino el del juzgamiento.

La Corte Constitucional recoge las inquietudes referidas a la posible


arbitrariedad de los operadores de justicia que puede ocasionar “a pedido” el
diferimiento de los procesos para que proceda la caducidad de la prisión
preventiva.

En síntesis, la pregunta pretende garantizar un debido proceso en relación al


procesado, así como, el derecho de la victima a una justicia pronta y oportuna.
Busca dotar a la sociedad de verdaderos principios de celeridad, efectividad
por parte de los administradores de justicia. Se garantiza que los
administradores de justica estén efectivamente sujetos al principio de
responsabilidad consagrando por nuestra Constitución en el artículo 172,
cuando señala lo siguiente “Las juezas y jueces serán responsables por el
perjuicio que se cause a las partes por retardo, negligencia, denegación de
justicia o quebrantamiento de la ley”

9. La libertad se ha convertido en mercancía

Análisis de la pregunta 2

¿Está usted de acuerdo con que las medidas sustitutivas a la privación de


libertad se apliquen bajo las condiciones y requisitos establecidos en la
ley, de acuerdo con el anexo 2?

ANEXO 2

El artículo 77 numeral 1 dirá:

“La privación de la libertad no será la regla general y se aplicará para


garantizar la comparecencia del imputado o acusado al proceso, el derecho de
la víctima del delito a una justicia pronta, oportuna y sin dilaciones, y para
asegurar el cumplimiento de la pena; procederá por orden escrita de jueza o
juez competente, en los casos, por el tiempo y con las formalidades
establecidas en la ley. Se exceptúan los delitos flagrantes, en cuyo caso no
podrá mantenerse a la persona detenida sin fórmula de juicio por más de 24
horas. Las medidas no privativas de libertad se aplicarán de conformidad con
los casos, plazos, condiciones y requisitos establecidos en la ley".

El artículo 77 numeral 11 dirá:

"La jueza o juez aplicará las medidas cautelares alternativas a la privación de


libertad contempladas en la ley. Las sanciones alternativas se aplicarán de
acuerdo con los casos, plazos, condiciones y requisitos establecidos en la Ley".

Observaciones

Entre las medidas que aseguran el procedimiento judicial, la prisión preventiva


es la injerencia más grave en la libertad individual, pero en materia procesal
esta medida es indispensable en algunos casos para una administración de
justicia penal eficiente. El principio constitucional de proporcionalidad exige
restringir la medida y los límites de la prisión preventivas a lo estrictamente
necesario.

La CC en la pregunta revaloriza el derecho de la víctima del delito a través de


preservar la efectiva marcha del proceso, la preservación de la prueba, la
integridad de los participantes en el proceso penal y la ejecutabilidad de la
sentencia.

Plantea también que la implementación del numeral 1 y 11 del artículo 77 de la


Constitución de la República debe ser adoptada en forma concatenada, no
deben ser aplicados aisladamente sino entendidos como principios
interrelacionados. Recuerdan que es mandato del legislador regular la prisión
preventiva en adecuación con la Constitución, verificando periódicamente la
realidad con la aplicación de las normas.

Adicionalmente, cabe recordar que en el Plan Nacional de Derechos Humanos,


en su artículo 4, emitido mediante Decreto Ejecutivo # 1527 publicado en el
Registro Oficial No. 346 y 24 de junio de 1998; y, actualmente vigente se
garantiza la privación de libertar como excepcional y no como regla general,
basado en el principio “favor libertatis” esto significa que no es la regla general
la privación de libertad de una persona y que esta se debe utilizar por
excepción, cuando exista el riesgo inminente de fuga del sindicado o en tanto
sea necesario para esclarecer la verdad de los hechos y evitar la destrucción
de pruebas.

La Corte Constitucional para el caso de que la detención se de tras el


cometimiento flagrante de un delito, no aceptó que se aumente su plazo a
cuarenta y ocho horas sin que se le inicie fórmula de juicio. De aumentarse ese
plazo la Corte considero que si afectaría los derechos de protección del
encausado. Se ratifica también que el principio protegido es el del derecho de
la víctima de asegurarle la realización procesal. De igual forma, la Corte si
considero que las medidas alternativas a la prisión preventiva pueden aplicarse
solo en ciertos casos que tendrán que ser establecidos por la ley; para de esta
manera evitar que jueces corruptos otorguen estas medidas en beneficio de
quienes desean fugarse y evadir la realización de la justicia.

De otra parte es importante resaltar que en el dictamen de constitucionalidad,


se establece que es en la ley donde debe regularse la implementación, límites
y condiciones (Art. 171 CPP) en que se aplicaran las medidas cautelares
alternativas, para de esta manera evitar el uso abusivo de ciertos operadores
de justicia inescrupulosos que utilizan esta garantía en desmedro de la
realización de justicia.
10. Nunca más medios vinculados

Análisis de la pregunta 3

¿Está usted de acuerdo con prohibir que las instituciones del sistema
financiero privado, así como las empresas de comunicación privadas de
carácter nacional, sus directores y principales accionistas, sean dueños o
tengan participación accionaria fuera del ámbito financiero o
comunicacional, respectivamente, enmendando la Constitución como lo
establece el anexo 3?

ANEXO 3

El primer inciso del artículo 312 de la Constitución dirá:

"Las instituciones del sistema financiero privado, así como las empresas
privadas de comunicación de carácter nacional, sus directores y principales
accionistas, no podrán ser titulares, directa o indirectamente, de acciones o
participaciones, en empresas ajenas a la actividad financiera o comunicacional,
según el caso. Los respectivos organismos de control serán los encargados de
regular esta disposición de conformidad con el marco constitucional y
normativo vigente".

En el primer inciso de la DISPOSICIÓN TRANSITORIA VIGÉSIMA NOVENA dirá:

"Las acciones y participaciones que posean las instituciones del sistema


financiero privado, así como las empresas privadas de comunicación de
carácter nacional, sus directores y principales accionistas, en empresas
distintas al sector en que participan, se enajenarán en el plazo de un año
contado a partir de la aprobación de esta reforma en referendo".

Observaciones

La CC considera que el objetivo de la enmienda sería la democratización del


acceso a la propiedad de los medios de comunicación y la defensa social
contra el conflicto de intereses en su manejo y administración. Es evidente que
este fin es plausible y legítimo desde el punto de vista constitucional.

No podemos olvidar como los grupos poderosos económicamente quebraron a


la banca y haciendo uso de medios de comunicación ocultaron la realidad a los
ecuatorianos, eso obviamente conculcó los derechos de los ecuatorianos. En
enero de 1998, en el auditorio del Banco Central en Quito, hasta uno de los
más altos exponentes del neoliberalismo, entonces director del Fondo
Monetario Internacional, Michel Camdessus, se refirió al peligro de lo que
describió “relaciones incestuosas entre los poderes públicos, las grandes
empresas y las instituciones financieras”. Poco tiempo después se empezaron a
revelar las verdaderas razones que condujeron al colapso del que fue uno de
los dos mayores bancos del país: los dineros de 700 mil ecuatorianos se
esfumaron por el manejo inescrupuloso de la banca mediatizado por las
“máquinas de fabricación del consenso”. Lo que equivale a decir por sus
propios medios nacionales de comunicación.

Así, los fondos ahorrados por los ecuatorianos sirvieron como inversiones del
sector financiero en campañas políticas de los candidatos afines a estos
intereses; en sectores estratégicos como mecanismo para utilizar y chantajear
al Estado; en paraísos fiscales; o en compañías de papel y los medios de
comunicación afianzaron de manera cómplice esos intereses. No se puede
olvidar que otro importante actor de la crisis bancaria, el Filanbanco de la
familia Isaías, había ya inaugurado esa práctica dos décadas atrás
manteniendo el control accionario sobre el Canal 10. Años después la
presencia mediática se incrementó con radios, revistas y otro canal de
televisión. Esos medios, en su momento se usaron para sostener campañas de
insultos y calumnias contra quienes les exigían rendición de cuentas a nombre
de cientos de miles de perjudicados por la quiebra bancaria.

Ya en la Ley para la Promoción de la Inversión y la Participación Ciudadana


publicada en el Registro Oficial Suplemento # 144, de fecha del 18 de agosto
del 2000, ( Decreto Ley 2000-1) se sustituyeron algunos artículos de la Ley de
Modernización limitando ese maridaje entre medios y sector financiero al
regular con la siguiente disposición: “Art. 21.- Al final del artículo 47 agréguese
el siguiente inciso: "Cuando la concesión de un servicio público implique una
posición dominante en el mercado, su titular no podrá ser propietario, por sí
mismo ni por terceras personas, de medios de comunicación colectiva o
instituciones financieras. Cada una de estas actividades deberán ser
desarrolladas, en forma exclusiva por sus administradores o propietarios.”

La sociedad ecuatoriana antes, durante y después de la crisis financiera


nacional pudo constatar lo que denomino los “intereses vinculados” mientras
los medios de comunicación efectivizaban sendos modelos comunicacionales
que silenciaban la crisis en todas sus etapas, ocultaban a los responsables de
un modelo de acumulación y agiotismo legalizado, que indujo a la quiebra de
miles de personas y familias. La propuesta, entonces, de impedir que se
reproduzcan mass media como artífices legitimadores de consensos prevalece
encarnada en las demandas ciudadanas. Nunca más medios que eviten
informar y que en connivencia con intereses ajenos a la comunicación pública
permeen a entidades que abusen de la confianza ciudadana.

Normas que regulan y constriñen la vinculación entre medios y mundo


financiero se hacen necesarias cuando las inversiones han ido construyendo
redes de complicidad que juegan con sentidos ideológicos y morales
distorsionando la realidad a favor de modelos que además fracasan.

11. El Consejo Nacional de la Judicatura quedó en deuda con la


justicia

Análisis de la pregunta 4
¿Está usted de acuerdo en sustituir al actual pleno de la Judicatura por un
Consejo de la Judicatura de Transición, conformado por tres miembros
elegidos, uno por la Función Ejecutiva, otro por el Poder Legislativo y otro
por la Función de Transparencia y Control Social, para que en el plazo
improrrogable de 18 meses, ejerza las competencias del Consejo de la
Judicatura y reestructure la Función Judicial, como lo establece el anexo
4?

ANEXO 4

El artículo 20 del Régimen de Transición dirá:

"Se disuelve el actual pleno del Consejo de la Judicatura. En su reemplazo se


crea un Consejo de la Judicatura de Transición, conformado por tres delegados
designados y sus respectivos alternos: uno por el Presidente de la República,
uno por la Asamblea y uno por la Función de Transparencia y Control Social;
todos los delegados y sus alternos estarán sometidos a juicio político. Este
Consejo de la Judicatura transitorio tendrá todas las facultades establecidas en
la Constitución, así como las dispuestas en el Código Orgánico de la Función
Judicial, y ejercerán sus funciones por un período improrrogable de 18 meses.

El Consejo de la Judicatura definitivo se conformará mediante el procedimiento


establecido en la Constitución enmendada. El Consejo de Participación
Ciudadana y Control Social asegurará que los miembros del nuevo Consejo de
la Judicatura estén designados antes de concluidos los 18 meses de funciones
del Consejo de la Judicatura de transición.

Queda sin efecto el concurso de méritos y oposición que lleva a cabo el


Consejo de Participación Ciudadana y Control Social para la designación de los
nuevos vocales del Consejo de la Judicatura.

Suprímase la disposición transitoria primera del Código Orgánico de la


Función Judicial".

Observaciones

La CC en su análisis de constitucionalidad desde la perspectiva material del


contenido de la pregunta cuatro establece que ésta no debe modificar el
carácter o elementos constitutivos del Estado, ni transformar su estructura
fundamental o vulnerar ni limitar derechos ni garantías, como tampoco
modificar el procedimiento de reforma constitucional.

El carácter y la estructura del Estado señalado en la Constitución de la


República no resulta alterado ni modificado por la cuarta pregunta.

En relación con la estructura del estado y de la propia Función Judicial no se


prescinde de la existencia del Consejo Nacional de la Judicatura, sino que para
enfrentar los graves problemas en la administración de la Función, se pregunta
al electorado si cabe un régimen transitorio que lleve adelante esta misión que
el Consejo Nacional de la Judicatura no ha podido realizar.
La CC cambia modifica la pregunta propuesta y establece que no puede existir
una comisión técnica sino un Consejo de la Judicatura de Transición, con lo que
lo subordina a las disposiciones establecidas en la constitución y la ley. Salva,
la Corte Constitucional, el principio de transitoriedad de dicha entidad al
declarar la improrrogabilidad del plazo definido para este proceso, a los diez y
ocho meses, de la Función Judicial.

La sentencia de la Corte otorga las mismas facultades del Consejo Nacional de


la Judicatura a la entidad transitoria, con lo cual queda claro que en la pregunta
el pueblo no le otorgará atribuciones ni poderes exclusivos; sino los que la
misma Constitución y Ley Orgánica de la Función Judicial dispone para la
administración, gobierno, vigilancia y disciplina de la Función Judicial, entre
otros, por ejemplo que los jueces deben ser nombrados por proceso de
concurso público de méritos y oposición, con participación y veeduría
ciudadana.

El diagnóstico realizado a la Función Judicial nos refiere la incapacidad del


actual Consejo Nacional de la Judicatura para realizar una reestructuración
acorde con la nueva normativa constitucional e infra constitucional. El acceso a
la justicia debe estar además garantizado por el cumplimiento de ciertos
principios que aseguren su fin último, tales como: Continuidad, esto significa
que la administración de justicia no puede suspenderse por ningún motivo ni
siquiera en situaciones de excepción, más aún ésta debe estar garantizada con
mayor razón. Adaptación, el Estado debe incorporar los cambios, reformas o
innovaciones a su legislación, prácticas y mecanismos administrativos que
sean necesarios para garantizar su efectividad. Celeridad, que implica que los
plazos procesales sean cumplidos oportunamente. Estos principios no han sido
aplicados y efectivizados por parte del Consejo de la Judicatura.

En materia de derechos humanos como lo señala el experto Juan Carlos Hitters


la Justicia es una obligación del Estado y un derecho inherente a la condición
de ciudadano. El Estado debe asegurar una Justicia eficiente, que resuelva los
conflictos respetando los derechos individuales y la seguridad jurídica, en los
tiempos que la sociedad demanda. Para ello es necesario reorganizar la
administración de justicia, para que no tenga limitaciones al garantizar la
Constitución y los tratados Internacionales de Derechos Humanos, y mantener
la confianza en las cortes de justicia de un país.

El requerimiento de la transitoriedad para una reestructuración emergente


queda claramente limitado a una modificación temporal e improrrogable de
diez y ocho meses de acuerdo al dictamen.
Nos oponemos a la imposición de jueces y juezas a dedo, la nominación,
selección y evaluación de éstos continuará siendo regulada por el Código
Orgánico de la Función Judicial, es decir a través de concursos de oposición y
méritos.

12. Revolución en la Justicia

Análisis de la pregunta 5:
¿Está usted de acuerdo en modificar la composición del Consejo de la
Judicatura, enmendando la Constitución y reformando el Código Orgánico
de la Función Judicial como establece el anexo 5?

ANEXO 5

Los artículos 179 y 181 de la Constitución de la República dirán:

"Art. 179.- El Consejo de la Judicatura se integrará por 5 delegados, y sus


respectivos suplentes, quienes serán elegidos mediante ternas enviadas por el
Presidente de la Corte Nacional de Justicia, quien lo presidirá; por el Fiscal
General del Estado; por el Defensor Público; por la Función Ejecutiva; y por la
Asamblea Nacional.

Los delegados mencionados en el inciso anterior, serán elegidos por el Consejo


de Participación Ciudadana y Control Social, a través de un proceso público de
escrutinio con veeduría y posibilidad de impugnación ciudadana.

El procedimiento, plazos y demás elementos del proceso serán determinados


por el Consejo de Participación Ciudadana y Control Social.

Los miembros del Consejo de la Judicatura, tanto titulares como suplentes,


durarán en el ejercicio de sus funciones 6 años.

El Consejo de la Judicatura rendirá su informe anual ante la Asamblea Nacional,


que podrá fiscalizar y juzgar a sus miembros".

Art. 181: Serán funciones del Consejo de la Judicatura, además de las que
determine la ley:

1. Definir y ejecutar las políticas para el mejoramiento y modernización del


sistema judicial

2. Conocer y aprobar la proforma presupuestaria de la Función Judicial, con


excepción de los órganos autónomos

3. Dirigir los procesos de selección de jueces y demás servidores de la Función


Judicial, así como su evaluación, ascensos y sanción. Todos los procesos serán
públicos y las decisiones motivadas

4. Administrar la carrera y la profesionalización judicial, y organizar y gestionar


escuelas de formación y capacitación judicial

5. Velar por la transparencia y eficiencia de la Función Judicial

Las decisiones del Consejo de la Judicatura se tomarán por mayoría simple.

Suprímase el último inciso del artículo 180 de la Constitución.


Observaciones

Como se ha analizado las preguntas 1 y 2 modifican la institucionalidad de la


justicia afinando la normativa para evitar la impunidad; en cambio, la pregunta
4 y 5 pretenden cambiar las reglas institucionales modificando la composición
y mecanismo de toma de decisiones del Consejo de la Judicatura, puesto que la
propuesta por la Constitución de Montecristi se estrelló con un sistema
controlado por los grupos fácticos de poder.

La Corte Constitucional no encontró que esta pregunta altere la estructura


fundamental del estado, ni modifique sus elementos constitutivos o menos que
restrinja derechos o garantías constitucionales, así como tampoco altere el
procedimiento de reforma constitucional.

Analiza y concluye que la enmienda tampoco cambia la composición de la


Función Judicial, sino que propone una modificación de la regla constitucional
sobre la composición de un órgano de administración de la Función. La
pregunta transforma la designación y origen de sus miembros.

La sentencia analiza el artículo 232 de la Constitución de la República sobre si


el origen de los miembros del Consejo sería contrario por colisión de intereses
a la norma fundamental. La Corte modifica el contenido inicial y establece que
los otros organismos y funciones del estado que presentan ternas solo son la
fuente de nominación. Por tanto, una vez nombrados los integrantes del
Consejo Nacional de la Judicatura, estos son independientes del organismo o
función del estado de origen, puesto que los designados por el Consejo durarán
seis años y solo podrán ser destituidos por juicio político.

Esto quiere decir, que al igual que en otros sistemas del mundo la fuente
nominadora son los otros poderes del estado, pero luego adquieren
independencia y no están condicionados por las modificaciones en la
integración o composición de las fuentes de origen. Una garantía de
independencia es que no coincidan los tiempos políticos con los periodos de
este importante organismo del Estado, de tal forma, que coloquen como su
único compromiso la transparencia y adecuado funcionamiento de la función
judicial.

La pregunta 5, de ser aprobada por el pueblo ecuatoriano, reduciría de nueve a


cinco los integrantes del Consejo de la Judicatura y las decisiones se tomarían
por mayoría simple. La actual composición y método de adopción por mayoría
absoluta, ya demostró su inoperancia y que sus decisiones se prestaban a
negociaciones e incluso manejos inmorales, antes que a vigilar el adecuado
desempeño de los operadores encargados de administrar justicia.

La Corte también analizó si la pregunta vulnera el principio de independencia


de la Función Judicial y encontró que la voluntad del constituyente radicaba en
otorgarle autonomía de ejercicio para administrar justicia, es decir, que los
fallos y pronunciamientos de los jueces deben atender a la constitución, las
leyes y obviamente su sentido de la justicia y el derecho.
Los miembros de este nuevo Consejo de la Judicatura se seleccionarían por
parte del Consejo de Participación Ciudadana y Control Social, garantizando
procedimientos de escrutinio público, control ciudadano e impugnación.

La Corte aprueba la inclusión de las modificaciones legales que operarían la


enmienda, por la posibilidad de implementar el cambio constitucional y los
efectos mediatos del referendo. La CC plantea por tanto una relación de
causalidad entre la pregunta, el anexo de la enmienda y la reforma legal,
disponiendo que, en caso de ganar con el voto en la consulta popular, se
modifiquen “todos los artículos contenidos en las normas infra constitucionales
que tengan relación con aquella”. En relación con el anexo de reformas legales
resulta sensata la posición del decreto ejecutivo No. 669 que limita las normas
que se modificarían automáticamente en su pedido de Referendo a la autoridad
electoral, pues la Corte no definió que artículos del Código Orgánico de la
Función Judicial resultarían afectados por el referéndum.

Efectivamente los elementos sustanciales de la Función Judicial no son


afectados con la reforma que propone la pregunta cinco, pues el CNJ es un
órgano de gobierno y administrativo, de vigilancia y disciplina; entidad sin
duda importante pero no es el centro donde gravita la administración de
justicia que, por disposición constitucional “emana del pueblo y se ejerce por
los órganos de la función judicial” como se dice en el artículo 167 de la
Constitución.

La Función Judicial es también y esencialmente un conjunto de principios de


realización del estado constitucional de justicia y derechos; como establece la
Constitución de la República en el artículo 169, es un “sistema procesal es un
medio para la realización de la justicia”. Es decir, la constitución define cuales
son las instituciones y los derechos que ha de preservar el estado
constitucional. Debe revisarse a la luz de los principios que rigen la Función
Judicial; y, de la necesidad que tiene la sociedad ecuatoriana para la realización
de la justicia. Lo esencial, por tanto, no se encuentra en la conformación de
una de las entidades de la Función, que como señala el artículo 178 de la
misma Constitución son las Cortes, Juzgados y Tribunales; siendo el Consejo un
órgano de administración, gobierno, vigilancia y disciplina nada más.

El sustrato del carácter y razón de ser del estado se encuentra en los primeros
artículos de la Constitución. El establecimiento y garantía del conjunto de los
derechos a las y los ciudadanos es el objetivo supremo del ordenamiento
constitucional, y las instituciones, mecanismos y dispositivos, tales como
sistemas normativos, institucionales o de principios para las políticas públicas
son en consonancia con ese objetivo. Por ello la modificación de una institución
de una Función no es una enmienda que implique un cambio estructural ni de
la Función Judicial, menos aún del estado constitucional o de derechos.

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