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Rusia invita a los japoneses a emigrar a Siberia

El presidente Dimitri Medvedev dijo que su país estaba dispuesto


a recibir a las víctimas del terremoto de Japón, a quienes ofreció
puestos de trabajo en el extremo oriente ruso.
La idea había sido adelantada hace diez días por uno de los
vicepresidentes de la Duma (cámara baja rusa), el jefe del partido
liberal-demócrata LDPR Vladimir Zhirinovski. El político ruso
porpuso que Japón trasladase parte de su población hacia los
amplios y deshabitados espacios siberianos que, aunque de árido
clima y desolado paisaje, son regiones libres de la amenaza
sísmica.
"Luego de los últimos acontecimientos en Japón -dijo Zhirinovski-,
la fracción parlamentaria LDPR sugiere al gobierno ruso que
proponga a los japoneses iniciar consultas sobre la cuestión de un
desplazamiento de (sus) habitantes hacia el territorio ruso".
Cabe señalar que la demografía de ese país se ha visto
gravemente afectada desde el derrumbe del sistema comunista
en 1991, el consiguiente desmembramiento de las repúblicas
soviéticas y la brutal crisis económica que siguió a esos
acontecimientos. En veinte años, la población rusa cayó de 148
millones de habitantes a poco más de 140 y podría perder a otros
24 millones de aquí a 2050.
"Tenemos mucho espacio, se puede dar empleo a cerebros y
brazos, en particular a los japoneses", fundamentó el
parlamentario. También dijo que su idea apuntaba a evitar la
"desaparición de la nación japonesa en un futuro próximo", por la
amenaza telúrica. "Proponemos evitar una catástrofe humanitaria.
Que (los japoneses) vayan allí donde hay lugar, que construyan,
que se instalen; no molestarán, y Rusia tiene todo para ganar al
recibir a un pueblo tan trabajador", agregó.
Como Zhirinovski es un político conocido por sus declaraciones
extravagantes, la oferta no mereció mayor atención. Pero ahora
su iniciativa ha encontrado eco oficial. El presidente Medvedev
anunció que las autoridades estaban dispuestas a aumentar las
cuotas de mano de obra extranjera en beneficio de los labioriosos
japoneses.
El primer ministro, Vladimir Putin, dio más precisiones al señalar
que, en el marco de la ayuda de Rusia a Japón, empresas niponas
participan ya de la explotación de los yacimientos de gas en
Siberia. Indicó también que era previsible acelerar la puesta en
marcha del gasoducto Siberia oriental-Océano Pacífico, que sería
abierto en 2012 en vez de 2014, como estaba previsto.
"Las compañías Mitsui y Mitsubishi ya están presentes en los
sitios siberianos. En cuanto a la invitación a trabajadores
japoneses, eso responde a la cortesía diplomática. No olvidemos
que la desocupación en Japón es de apenas 4%. Si vienen, los
aceptaremos", dijo también Putin.
Aunque, en un rapto de sinceridad inusual en un político, agregó:
"Pero es dudoso que nuestras condiciones de trabajo sean
aceptadas por los japoneses".

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