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ACERCA DE LA CUARTA CORONA DEL AREA

METROPOLITANA DE BUENOS AIRES

Por Alfredo Armando AGUIRRE

El disparador de la presente comunicación, lo ha constituido, el

haber tomado contacto con un periódico de la ciudad de Buenos

Aires, que dedica un suplemento a los “countries”, existentes, en

construcción o proyectados en al área metropolitana de Buenos

Aires. En dicha publicación se incluye un gráfico con las

localizaciones de este tipo de asentamientos humanos, que aunque

resulte obvio consignarlo, son habitados por personas de alto poder

adquisitivo.

Es también, casi redundante decir que uno percibe la mencionada

información, con los conocimientos preexistentes. En este sentido

debo consignar unas lecturas previas recientes sobre la historia del

barrio Villa Devoto, y sus orígenes hacia fines del siglo XIX.
Cuando uno intenta encuadrar situaciones, aparece que las

situaciones que hacen al acontecer de un determinado lugar, están

más condicionadas de lo que se supone con los acontecimientos que

tuvieron lugar en el pasado de ese lugar.

Nada de lo que acontece en materia del desarrollo urbano del área

metropolitana de Buenos Aires, esta desligado de hechos del pasado.

Es cierto que haciendo análisis retrospectivos, aparecen elementos

de mayor incidencia.

Así cuando uno observa emprendimientos como el de Puerto

Madero y algunas autopistas, ha de remontarse al esquema Director

del Área metropolitana publicado hacia 1969.

Mas si uno afina en el tema de la red de autopistas de acceso y salida

a la ciudad de Buenos Aires, que se han terminado de implementar

en la década de los 90, uno puede remontarse a las obras básicas

(aunque interrumpidas) surgidas del plan de autopistas aprobado por

el Congreso Nacional en 1954. Y ese plan resultaba una

prolongación conceptual, del plan bidecenal de caminos 1934-1954,


que formaba parte de la reglamentación de la ley nacional de

vialidad, aprobada en 1932.

En 1963, D’Angelo, en la publicación colectiva “Argentina: summa

de geografía”, se refería a la conurbación de Buenos Aires.

En realidad de lo que aquí se trata es de la continuidad de ese

proceso de conurbación.

Luego de transcurrido tres siglos de su definitiva fundación, la

ciudad fue federalizada, en forma cruenta en 1880. Ya a los pocos

años y se colige que a ello no fue ajena la fundación de La Plata de

1882, se anexaron al distrito Federal, los Municipios de Flores y de

Belgrano. Ello aconteció hacia 1887.Poco tiempo después se trazó el

camino de circunvalación, que décadas más tarde sería la Avenida

General Paz (complementada por las obras de rectificación del

riachuelo). Hace poco a raíz del aniversario de la constitución del

Municipio de Avellaneda, se recordaba que en 1912, el presidente

Roque Sáenz Peña, intentó sin éxito anexar el partido de Avellaneda


(entonces Baracas al Sur) del mismo modo que lo habían sido antes

Belgrano y Flores.

Ya hacia 1918, se escuchaban voces como las de Juan Álvarez que

advertían del desequilibrio que generaba el poderío de Buenos Aires.

Ha pasado el tiempo, y de ello atestiguan los guarismos de los

distintos censos, y el proceso de conurbación continua.

Esta concentración demográfica, visualizada como uno de los

problemas estructurales argentinos, se hace más paradogica, por el

vacio demográfico del territorio. Un territorio que últimamente se

calcula con capacidad para producir alimentos para cuatrocientos

millones de habitantes, es decir diez veces más de la población

argentina acorde al último Censo.

Esa cifra de 400 millones, en nuestra óptica es susceptible de

ampliación, en tanto se ponderen las capacidades productivas

alimentarias que implica la plena aplicación de los derechos

argentinos emergentes de la Convención de Derechos del Mar de


1982, la cual recién en estos tiempos esta en vías de implementación

efectiva.

Pero el punto es el impacto que nos causa, la visualización del

desarrollo exponencial de la modalidad de countries y barrio

cerrados, que ya está comenzando a llegar a la línea de fortines que

fundara el Virrey Vértiz hacia 1777, o sea los 100 kilómetros a la

redonda de la ciudad fundada en 1580.

El Tortuguitas Country Club allá por los 50, fue pionero en este tipo

de emprendimientos, que comenzaron a acentuarse a fines de los

sesenta. En ese sentido debe reconocerse como instrumentador a

quien fuera delegado municipal en Pilar durante el gobierno de facto

autodenominado “Revolución argentina”: Nicolás Ruiz Guiñazú. Es

decir que estamos ante un fenómeno que se ha venido acelerando las

cuatro décadas precedentes.

La dinámica que van adquiriendo en la actualidad, permite

conjeturar que esta variante de conurbación se prolongara por varias

décadas más.
Incentivada por migraciones internas y de países limítrofes, al ya

tradicional conurbano que se podía visualizar en el censo de 1960, se

constituyó lo que se denomina como “tercera corona del conurbano"

y sus efectos políticos, económicos, sociales y culturales. .Junto con

la concentración de pobreza verificable en esta tercera corona, se

percibe una impronta cultural que permite asumirla variante

indoamericana de la Argentina, temporariamente neutralizada por la

migración europea, que fue muy intensa en las tres últimas décadas

del siglo XIXY y las dos primeras del XX, un adicional no

desdeñable luego de la Segunda guerra Mundial.

La pobreza de la tercera corona, convive con la mayor

disponibilidad de bienes de los “centros" que hay en el conurbano,

como en los “barrios cerrados” que se venían instalando. Es más hay

una estrecha relación entre ambas franjas de población. Dicho de

otro modo que el alto nivel de vida de los countries, es una fuente

generadora de mano de obra para los sectores de menor poder

adquisitivo que viven en las inmediaciones de esos barrios


opulentos. Una dualidad típica conceptualizada por los estudiosos

del subdesarrollo.

Pero más allá de la tercera corona y sus altos índices de pobreza, se

despliega la cuarta corona del conurbano. Allí aparecen nuevas

modalidades de barrios cerrados o "countries", como mini chacras, o

barrios residenciales temáticos (Por ejemplo los dedicados a

aficionados a la equitación o el polo, o los deportes náuticos, o el

golf, y oras modalidades deportivo- recreativas practicadas por los

sectores de alto poder adquisitvo).

De la información suscitadora de esta comunicación, nos llama la

atención un emprendimiento motorizado por un destacado jugador

de polo. Vinculado con los orígenes de Villa Devoto, así como esa

villa cuyos vestigios aristocráticos aun pueden contemplarse, se

motorizo en términos de desarrollo inmobiliario, con la práctica del

tiro al pichón a la que eran muy afectos los inmigrantes italianos

acaudalados. Del modo análogo actualmente, se utiliza al polo (y a

las otras modalidades ligeramente enunciadas) como elementos de


estos emprendimientos inmobiliarios de lata gama. Y elemento que

llama la atención, es la presencia de personas llegadas de otros

países, particularmente de Europa, que obviamente tienen la

capacidad adquisitiva para participar de estos desarrollos.

Inmersos en el desarrollo de las Tics, emblematizadas por Internet,

hemos verificado que los márgenes e originalidad intelectual se

minimizan. La probabilidad de que alguien haya emitido

comunicaciones sobre el mismo tema son altísimas.

Tenemos conocimientos que se vienen escribiendo libros sobre el

fenómeno sociocultural de los “countries". La mayoría de ellos son

críticos y con juicio de valor negativos.

En nuestro caso, lo que pretendemos es sumarnos a llamar la

atención sobre un fenómeno que se da en medio de nuestra

cotidianidad, que refleja la configuración que va adquiriendo la zona

más poblada de la argentina. Que como viene aconteciendo, ya está

dando pautas de imitación a otros centros urbanos del país de menor

concentración de población (Hay replicas de esta conurbación de


alta gama en Rosario, Córdoba. Tucumán y Mendoza, y otras de

menor magnitud).

La persistencia del fenómeno de conurbación, por encima de todo el

traumático acontecer argentino, señala los esfuerzos que ha de

requerir cualquier esquema de reversión de estas inequidades

múltiples.

Ello no nos desanima a quienes como en nuestro caso vienen

abogando por revertir esta conurbación, que pudiera parecer hasta

inexorable.

Mas asumir las situaciones del acontecer real, con la menor cuota

posible de sesgos que nos aparten de los fenomenos, puede ayudar a

que más gente tome conciencia queestos desarrolloso, existen y cada

uno sabrá a qué atenerse en consecuencia.

(Buenos Aires, 15 de Abril de 20119

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