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RELACION DE LAS OCHO MANOS CON LOS OCHO TRIGRAMAS (PA KUA) Y DE
LOS CINCO PASOS CON LOS CINCO ELEMENTOS
Pa Kua es el nombre con el que nos referimos a los famosos ocho trigramas que representan,
simbólicamente, las características posibles que pueden adoptar los seres manifestados dentro
del espacio y el tiempo.
Los maestros de Tai chi chuan utilizaron esta simbología para representar la fuerza intrínseca a
cada movimiento, es decir, su poder no sólo marcial sino psicológico y espiritual.
Las cuatro manos primarias sumadas a las cuatro secundarias es lo que se conoce en el Tai chi
chuan como las ocho puertas. Estas son: parar (repeler), girar hacia atrás (hundir), presionar,
empujar, tirar hacia abajo, separar, golpe de codo y golpe de hombro. Las cuatro primeras están
asociadas con las cuatro direcciones del espacio: sur, norte, oeste y este. Las otras cuatro lo están
con las llamadas cuatro esquinas o puntos cardinales intermedios: suroeste, noreste, sureste y
noroeste.
Como bien puede observarse, en el gráfico anterior aparecen las cuatro manos primarias:
1. Peng o parar (repeler), representada por el trigrama Qian o el cielo, se encuentra al sur.
2. Lu o girar hacia atrás (hundir), representada por Kun o la tierra, se encuentra al norte.
Una vez que se ha aprendido el empuje de manos (Tui Shou), que consiste en la sucesión
interactiva de las cuatro manos primarias, el siguiente paso es trabajar con el da lu, la segunda
forma de combate en el Tai chi chuan, y que contiene las cuatro manos secundarias (cuatro
esquinas) con sus trigramas y direcciones correspondientes. Estas son:
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7. Cai o tirar hacia abajo, representada por xun o el viento, se encuentra al suroeste.
Tsung Hwa, uno de los maestros que más ha estudiado todo lo relacionado con las ocho manos
(direcciones o puertas) y su aplicación en el combate, dice: mediante la práctica del empuje de
manos y da lu, uno puede comprender, gradualmente, como un círculo genera un cuadrado y
cómo un cuadrado, a su vez, puede generar un círculo. Estas transformaciones son un claro
reflejo de la alternancia entre el Yin y el Yang, cómo uno se convierte en el otro y viceversa. A
través de la práctica de estos ejercicios se puede llegar a entender los conceptos más profundos
del I Ching.
EL PA KUA
El trigrama qian se asocia al movimiento peng de Tai chi chuan, representando a un movimiento
lleno de yang, repelente como dos polos iguales o como la madera que es repelida por el agua,
es una repulsión sin esfuerzo, basada en la fuerza interna de la postura o en la impenetrabilidad
de un elemento.
Qian es la plenitud del yang; es el símbolo del “yo” completo. Las personas con baja autoestima
deben alinearse con la energía de este trigrama. La falta de qian genera falta de vitalidad, de
orden, miedos y timidez. Al estar asociado este trigrama con la fuerza, se le vincula con las
lucha por la supervivencia y la tenacidad por obtener resultados en la acción.
La fuerza producida por peng es muy ofensiva y fuerte, de tal manera, que cuando nos aplican
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Lu es un movimiento receptivo, donde se cede, de modo que la fuerza del oponente caiga al
vacío, vuelva a la tierra. Para que así sea, es necesario que el taochi que aplique esta técnica no
ofrezca resistencia y se enraíce, relajándose y dejando caer su peso, conectándose con el centro
de la tierra y desde esa posición de enraizamiento, “deje pasar”, como un torero, la fuerza
agresora.
A la luz de la psicología china, la tierra estaría relacionada con la preocupación excesiva y el
enlentecimiento de las funciones mentales. Cuando se produce un desequilibrio en este
elemento, nos volvemos excesivamente reflexivos lentificando nuestras decisiones,
manifestamos pensamientos circulares y nuestra creatividad se vuelve difícil. Nos quedamos un
tanto paralizados. Canalizando la energía Lu, el estancamiento de la energía mental y física va
desapareciendo. Dejar pasar la fuerza de un oponente en la práctica del Tui Shou, es sólo la
aplicación de una técnica marcial. Afrontar, dejar pasar y digerir las críticas que puedan
dirigirnos en las más diversas situaciones y aceptar sin resistencia las leyes de la naturaleza, son
el gran desafío, el gran combate simbolizado en este trigrama y en esta dirección.
La canción de Lu dice:
Ji, la tercera mano primaria o dirección, consiste en usar la mano, el brazo o el hombro o la
espalda, primero para adherirse al oponente y luego para presionar antes de que pueda
moverse.
Su imagen es la del agua. Según la filosofía china, a pesar de que nada es tan débil como el
agua, nada, ni siquiera lo más duro que podamos concebir, se resiste a su paso ni altera su
camino.
En el trigrama correspondiente podemos apreciar que las dos líneas partidas (yin) esconden la
naturaleza yang (línea entera) interna del trigrama.
En el aspecto psíquico, el desequilibrio en el elemento agua se manifiesta en las personas bajo
las formas del miedo y el pánico.
El referido trigrama nos conecta con la esencia de este elemento, con su naturaleza penetrante y
resquebrajante. Ante su esencia, los miedos desaparecen, pues su naturaleza es la de penetrar
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por cualquier grieta y abrir nuevos caminos, haciendo posible el que nos movilicemos
nuevamente, evitando la parálisis mental y la impotencia que generan el miedo y el pánico.
Algo que también está en la naturaleza del agua y que no podemos olvidar es la paciencia, pues los
caminos se abren a través del tiempo, trabajando de manera constante y perseverante. Como decía uno de
los clásicos latinos: “Ten paciencia y todo llegará a ti”.
La canción de Ji dice:
Hay dos maneras de aplicar Ji.
La manera directa es con una intención;
Abrir y cerrar es sólo un momento.
La manera indirecta es utilizar la fuerza de reacción
Como una pelota de hule que golpea la pared y rebota
O una moneda arrojada sobre un tambor.
Dejar que el oponente sea como la moneda,
Rebotando con un ruido semejante.
An, la cuarta mano primaria o dirección, tiene como imagen la de empujar. Las dos líneas yang
del trigrama hablan de un doble impacto con emisión de fuerza, utilizándose esta técnica
cuando la persona a quien empujamos es más fuerte que nosotros, por lo cual se realiza
cediendo un poco. En el trigrama encontramos reflejada esta actitud en la línea quebrada, entre
las dos enteras, lo cual genera una pérdida temporal del equilibrio del adversario, aplicando en
ese momento la fuerza final.
Al realizar An, los brazos han de estar armoniosamente integrados con el resto del cuerpo, sin
rebasar la alineación con las rodillas y la punta de los pies, manteniendo el centro de
equilibrio.
Canalizar la energía propia de este trigrama nos permite drenar el fuego que se estanca en el
pecho, ante la falta de alegría o gozo, y mejora la capacidad circulatoria de la sangre.
Controlar el fuego es también controlar la mente y el estado de ánimo. Cuando falta el
equilibrio en este elemento, aparece la sensibilidad exagerada y la emotividad excesiva. El
trigrama Li representa la armadura, dura por fuera pero yin o blanda por dentro, simbolizando
la necesidad de forjar un carácter que haga frente a la realidad cotidiana, evitando así la
perturbación del shen o mente, que los antiguos asociaban también con la conciencia y decían
que ésta se alojaba en el corazón.
La canción de An dice:
Las cuatro manos primarias o cuatro direcciones son, en realidad, direcciones de pensamiento,
métodos para reeducar y controlar nuestra mente, la cual, obedeciendo a su naturaleza dual,
suele reaccionar en las situaciones críticas polarizándose entre los dos extremos: de manera
violenta e irracional o quedándose paralizada (el miedo que puede degenerar en pánico).
En el próximo número de nuestro Boletín completaremos las trece posturas, viendo las nueve
restantes. Hasta ese momento, reflexionemos sobre lo aquí expuesto y sobre todo
practiquémoslo de manera regular, intensa y muy concienzuda.☯
Continuando con el desarrollo de las Trece Posturas, y una vez expuestas las cuatro manos
primarias, a continuación explicaremos las nueve restantes, es decir, las cuatro manos
secundarias y los cinco pasos.
La ejecución de esta primera mano secundaria tiene por finalidad desequilibrar al contrario
preparándolo para un ataque final, aunque también puede utilizarse para inmovilizarlo o
detener su ataque. Se realiza controlando una de las articulaciones del adversario -muñeca,
codo u hombro- para, a continuación, tirar hacia abajo o lateralmente.
En el Tai chi chuan, este movimiento lo vemos reflejado en el patrón La aguja en el fondo del mar,
cuya aplicación consiste en tirar hacia abajo y que suele encadenarse con Abanicar la espalda (El
arquero).
Cuando Cai se aplica correctamente, el contrincante pierde el equilibrio con total facilidad. La
canción de Cai dice:
El trigrama viento está asociado en la tradición china con el elemento madera. El viento es el
agente dinamizador de la naturaleza, el que hace que las semillas se dispersen y que por lo
tanto pueda surgir la vida. Está asociado con el color verde de los brotes de las plantas.
Como tal fuerza dinamizadora, impulsa a las personas al movimiento y a que realicen cosas.
Quienes presentan en su naturaleza las características del elemento madera, tienden a ser
naturalmente activos, encontrando en la acción una forma de liberar energía y teniendo la
necesidad de estar en movimiento; el sedentarismo es uno de sus peores enemigos ya que
propicia la aparición de la ira, la emoción patológica de la madera.
Conectarse con este trigrama es conectarse con la acción. Aquellos taochis que tengan
dificultades para tomar decisiones importantes, o que tomándolas no puedan llevarlas a la
práctica, deben ejercitar especialmente Cai.
Esta segunda mano secundaria se utiliza como respuesta a un ataque de tirar hacia abajo (lo
visto anteriormente), radicando su eficacia, estratégicamente, en cambiar la situación ofensiva-
defensiva.
No es aconsejable en la lucha a corta distancia: ésta ha de ser cuidadosamente medida en
nuestra relación con el oponente, sabiendo adoptar una posición defensiva.
El trigrama Zhen representa el trueno, lo movilizante, el inicio del orden cíclico; representa el
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comienzo del ciclo de madera con toda su fuerza creativa que se manifiesta en la primavera
después del período invernal.
Psicológicamente, sus características son las de la sociabilidad, refiriéndonos a individuos que
suelen ser locuaces, idealistas y muy autosuficientes, hasta el punto que se creen
imprescindibles, y es precisamente esto lo que despierta en ellos una energía fuerte como el
trueno. Son rápidos e irritables, no tolerando la ineficacia personal ni del grupo.
También
en
este
trigrama,
la
ira
es
la
emoción
negativa.
La
ejecución
técnica
de
esta
segunda
mano
secundaria,
ayudará
a
desarrollar
una
nueva
capacidad
para
la
resolución
de
conflictos
antiguos,
especialmente
en
aquellos
que
carecen
de
la
necesaria
fuerza
y
velocidad
de
reacción.
Canalizando la energía zhen nos volvemos más optimistas. Los fracasos no nos desalientan y los
proyectos nuevos se multiplican. La canción de Lie dice:
Dui
simboliza
la
mirada
serena
que
refleja
paz.
Es
el
lago
que
refleja
el
cielo,
el
descanso
merecido
tras
el
deber
cumplido.
Esta tercera mano secundaria se utiliza cuando, en el empuje de manos (Tui Shou), el oponente
está muy cerca y nos ha agarrado una de las manos, momento en el que podemos responder
metiéndole el codo en el pecho.
El codo representa la segunda línea de defensa después de las manos, usándose cuando éstas
han sido bloqueadas.
Las personas que canalizan esta energía tanto en lo físico como en lo mental, suelen ser firmes
en sus decisiones e inamovibles en sus intenciones. Una de las imágenes que ilustra este
trigrama es la de una persona meditando en la posición del loto.
La canción de Kao dice:
GRÁFICO 1
Acciones Psicofísicas de los ocho movimientos clásicos
del Tai chi chuan
Peng Para aumentar la autoestima.
Lu Para aprender la humildad.
Ji Para alejar el miedo.
An Para aclarar la mente.
Cai Para desarrollar firmeza y tratar la
falta de decisión.
Lie Aumenta la vitalidad y la capacidad
de reacción.
Zhou Trata la frustración. Mejora la
inmunidad.
Kao Aumenta el equilibrio entre la mente
y el cuerpo. Promueve el
enraizamiento.
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Las “ocho puertas o direcciones” surgen de la interacción del Yin y el Yang, como todas las
cosas en este Universo, y se reflejan en la práctica del Tai chi chuan a través de la sucesión y
transformación de las distintas posturas o patrones, teniendo como centro el eje de equilibrio y
haciendo que nuestro cuerpo se convierta en receptáculo del Chi cósmico.
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Las ocho puertas (ocho trigramas), son para las manos y los cinco pasos (cinco elementos), son
para los pies. Todos juntos conforman las trece posturas o movimientos del Tai chi chuan,
legados por el Maestro Chang San-feng.
Los
pasos
tienen
que
ver
con
dos
aspectos
fundamentales:
la
estrategia
que
se
decide
para
neutralizar
el
ataque
y
la
dirección
de
nuestro
propio
ataque,
ayudándonos
a
encontrar
la
distancia
necesaria
para
responder
a
una
fuerza
que
trata
de
invadir
nuestro
espacio.
Es gracias a la indisoluble relación entre la filosofía tradicional china y el Tai chi chuan, que
hemos podido establecer las relaciones anteriormente expuestas. La integración de los ocho
trigramas y los cinco elementos es una forma de agotar todas las posibilidades existentes de
movimiento en el Universo.☯