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Ley 100/1993

Trabajadores – Pensionados
Gravabilidad de las pensiones
Para comenzar es importante poner de presente que la Ley 100/1993 [ 1 ], único marco
legal laboral en Colombia desde el inicio de su vigencia, el 23 de diciembre de 1993,
estableció el Sistema de Seguridad Social Integral, el cual está conformado por el
Sistema General de Pensiones y el Sistema General de Seguridad Social en Salud. Desde
ese momento es obligación para todos los trabajadores estar afiliados al Sistema
General.

Clases de pensiones

Sólo para efectos tributarios se puede establecer dos tipos básicos de pensiones: las
vitalicias (P) y las temporales (“P”) o “pensiones” (seudo-pensiones).

1
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Las primeras ciertamente son las extralegales que no obstante que no están citadas de
manera explícita en el texto legal, la ley laboral permite su transacción y existencia
dentro de su sistema; en otras palabras las acoge. Esa transacción se lleva a cabo dentro
del mismo sistema pensional; es decir, ni el empleador ni los beneficiarios de esas
pensiones salen del sistema para que se les reconozca la prestación por parte de aquel a
éstos. En ese orden de ideas los empleados o trabajadores (E1) adquieren en primera
instancia la pensión (P) vitalicia, extralegal, y mientras llegan a las edades para merecer
pensiones de vejez el empleador asume el pago de los riesgos de IVM (invalidez, vejez y
muerte) al sistema. Una vez sucede esto, o sea cuando el pensionado (extralegal) cumple
la edad para gozar de pensión llamada “legal”, aquella se convierte en pensión de vejez
(Pv1) pagada en forma compartida por el empleador y el ISS o el organismo que lo
sustituyere [ 2 ]. Nótese que en ningún momento el interesado sale del sistema para
obtener la pensión de vejez: estados E1-P-Pv1, y asimismo que el vínculo empleador-
pensionado se conserva indefinidamente (en forma vitalicia).

No sobra anotar que el pago de las pensiones extralegales (P) está garantizado por el
Derecho Laboral y las mismas, y sus beneficiarios, están sujetos a la aplicación de todas
las normas, sin excepción, vinculadas a la Ley 100/1993.

Las segundas, las “pensiones” (o sea seudo-pensiones), no están contempladas ni


explícita ni implícitamente por la ley laboral. En este caso, la transacción y el
reconocimiento de las mismas se lleva a cabo por fuera del sistema. El beneficiario
adquiere la prestación y cesa por completo el vínculo laboral entre éste y la empresa, la
cual queda obligada mediante un contrato o convenio no de índole laboral a pagarle unas
sumas mensuales o “pensiones” (“P”) hasta tanto aquel cumple la edad para merecer la
pensión de vejez (Pv2) a cargo por entero del ISS o del organismo que lo sustituyere.

Como se puede observar la relación entre el “pensionado” (seudo-pensionado o


pensionado temporal) y el empleador no es de índole laboral sino del resorte de otra
rama del Derecho que no viene al caso; esto es que los pagos de esas “pensiones” no son
garantizados por el Derecho Laboral dado que no existe vínculo en tal campo.

Nótese que los beneficiarios de esas “pensiones” por sí solos salen del sistema de la Ley
100/1993 y sólo regresan al mismo con ocasión del merecimiento de sus pensiones de
vejez cuyo pago estará a cargo del ISS. No sobra poner de presente que por esa razón las
normas vinculadas a la Ley 100/1993 no son aplicables a esas “pensiones” ni a sus
beneficiarios.

Es por ello que dichos pagos o “pensiones” de índole temporal quedan sujetos a carga
tributaria [ 3 ], lo que no ocurre con las pensiones verdaderas que se encuentran
abarcadas por el sistema de la Ley 100/1993.

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2
El empleador tiene la obligación de pagar el mayor valor, si lo hubiera, de tal pensión de vejez.
3De acuerdo con los conceptos tributarios 089507 y 026979, de 22 de diciembre de 2004 y 11 de mayo de
2005, respectivamente, que interpretaron la Ley 223 de 1995 (parágrafo 3o del artículo 96).

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