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Primero que todo buenos días, es un placer estar aquí, suficientemente agradecido
de que me empujen a reflexionar sobre el libro y sobre el tema, uno tanta
importancia para todos.
La sorpresa que recibí, con la invitación que agradezco, fue grande al preguntarme
de quien era la idea de que yo, que por mi edad no soy parte orgánica de la
izquierda tradicional (en el sentido de sus organizaciones señeras, ni mucho
menos teórico de ésta) participara de un debate de estas dimensiones.
Por eso no puedo dejar de felicitar el esfuerzo de Rafael Chaljub Mejia por el
trabajo teórico de sintetizar en apenas 110 paginitas, una condensada reflexión
sobre la realidad dominicana y mundial, el diagnóstico y las oportunidades de la
izquierda hoy. La brevedad, buena y eficiente, también le limita para desarrollar
los planteamientos. ¡Pero carajo!, cuanta falta nos hace volver a escribir,
reflexionar sobre estas ideas.
Hago pues extensiva las felicitaciones a Manuel Salazar por la idea de analizarlo,
una idea encomiable y prodigiosa.
Plantea el texto, y concuerdo, en que se debe avanzar mucho más allá de las
luchas económicas y sociales, hacia la lucha política. Para mí, la lucha política es la
lucha por el poder, es la lucha final que engloba las demás luchas. Si no se
produce la conquista del poder, todo lo demás será ilusión, y en poco tiempo
desgaste. Para mí, quien obstaculice con sus errores o sus vagabunderías la
posible conquista del poder, estaría afectándonos en nuestro camino.
Por eso el texto crítica al método de las huelgas empleados históricamente, lo que
llamaría a replantearnos la existencia del Foro Social Alternativo y su papel en la
actualidad.
Por eso la luz del libro al rescatar las ideas de Lenin sobre el imperialismo que es
un esfuerzo por rescatar el pensamiento de los clásicos y el estudio de la doctrina.
Sin estudio de la doctrina y el pensamiento revolucionario, no hay práctica
revolucionaria verdadera. Estaremos dando bandazos amparados en el
pragmatismo que tanto daño nos ha hecho.
El texto plantea el retorno a los frentes campesino y obrero, nada más certero en
la actualidad sin descuidar otros frentes fundamentales como el juvenil y el de las
mujeres, por ejemplo.
Zonas oscuras
A mi juicio el abordaje sobre el tema de la globalización sobredimensiona el
fenómeno y se introduce en una discusión sobre el tema nacional y/o cultural que
no resulta clarificado y quizás no corresponde al tipo de análisis que debemos
realizar desde la izquierda. Por ejemplo, me surgen preguntas cómo, la lucha en la
cual estamos es ¿la Causa nacional o causa de la humanidad? ¿Luchamos por la
defensa de los valores nacionales o luchamos por la defensa de los valores
humanos en general?
Otras luces.
Sin embargo, el papel de la referencia histórica como aliciente para la lucha, está
bien planteada y su conclusión, el llamado al estudio de la historia patria es,
correcto. Pero, ¿qué hacemos como izquierda para recuperar nuestra memoria
histórica? ¿Cuáles han sido nuestros logros en este sentido, más que lo anecdótico
conmemorativo?
Creo que la reflexión y conclusión más importante del trabajo de Chaljub es la que
invita a pasar a la ofensiva; yo diría que sí, que es el momento; pero que es
necesaria no una ofensiva reactiva al momento, sino una ofensiva inteligente y
decidida, que permita que las ideas y posiciones que enarbolamos calen y se
conviertan en decisiones públicas. Una ofensiva contextualizada en Latinoamérica
como región que vira a la izquierda, pero también en Republica Dominicana donde
los partidos tradicionales conservan mucho poder.
Por ejemplo, dice Chaljub que “Los adversarios no deben seguir hablando solos”.
¿Le tomamos la palabra? ¿Cuántos escribimos? ¿Cuántos denunciamos? ¿Qué
opinión pública hace la izquierda? ¿Cuál es su participación diaria en los medios?
Otra tarea también es volver al interior, descuidado por el Estado centralista y por
la izquierda dominicana acostumbrada a la comodidad de la capital.
Muchas gracias