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Sabemos por las fuentes documentales del período de conquista hispana que el
tejido desempeñaba el rol de arte mayor, que tenía fines mágico-religiosos y que
incluso en ellos se registraba parte de la historia. Los contextos arqueológicos
prehispánicos nos permiten reconstruír parte del complicado sistema de códigos
asociados a la vestimenta, así como también saber de su tecnología, materia prima,
formas e iconografía.
La industria textil en Los Andes comienza en época temprana, incluso antes que la
alfarería y que los procesos agro-pastoriles. Se reconoce su alto grado de
complejidad técnica y estética, así como también la capacidad de las tejedoras para
identificar y trabajar diferentes materias primas, tales como fibras de origen
vegetal y animal, entre ellos totora, junquillo, algodón, lanas, pelos, plumas. En su
elaboración se empleaban instrumentos para hilar, tejer y bordar, como husos,
telares y agujas. Por estudios etnográficos sabemos que las mujeres son las que
tejen en los tradicionales telares de cintura y de suelo y los hombres eran los
encargados de fabricar cordelería, sogas y hondas.
Independencia
La Televisión A Color
Dispositivo Para Ver Desde Su PC o Televisión Imágenes En Tercera Dimensión
El Túnel Del Viento
El Primer Fusil Que Disparaba 60 Balas Por Minuto
El Primer Edificio Con Cimientos Antisísmicos
La Primera Máquina Automática Para Elaborar Cigarros
El molino De Agua
Los Limpiadores De Los Parabrisas
La Primera Técnica Para Producir Cartón
La Amalgamación
El Primer Torno Para Monedas
La Tinta Indeleble
El Hierro Esponja [es la materia prima para producir acero]
La Tridilosa
¿CUÁLES FUERON LOS
PRINCIPALES INVENTOS EN LA
ÉPOCA DE LA INDEPENDENCIA?
(CIENTÍFICOS DE LA ÉPOCA)
Estudios organizacionales en ciencia y tecnología en la época de la independencia.
GRUPOS: DAMATADI
De la Independencia a la República
El siglo XVIII se caracterizó por un avance conceptual y estructural en materia
hospitalaria y educativa, bien que estos hospitales funcionaban más como albergues
para los pobres y desamparados, como ya se vio en el capítulo anterior. Sin embargo
los cambios políticos que surgen con el movimiento independentista, determinan una
época difícil en términos económicos, políticos y sociales, lo cual afecta
considerablemente el proceso de desarrollo que comenzaba a esbozarse en los nuevos
territorios. De otra parte, estos conflictos además de frenar el progreso, secundan la
ambivalencia existente entre el estado y las comunidades religiosas, al menos en lo
que toca al tema de salud pública, atención al enfermo pobre y al desamparado;
situación que se mantiene hasta bien entrado el siglo XX.
Un reino medianamente opulento, que por sus nativas riquezas pudiera ser ya
corpulentísimo, camina a pasos lentos en su población a causa de las enfermedades
endémicas que resultan de la casual y arbitraria elección de los sitios en los que se han
congregado sus pobladores. De esta inconsiderada y pésima elección de sus
poblaciones han dimanado plagas epidémicas que afligen mucha parte de sus
habitantes. Fue el diagnóstico que hiciera José Celestino Mutis el 3 de junio de 1801 en
su informe sobre el “Estado de la medicina y de la cirugía en el Nuevo Reino de
Granada en el siglo XVIII y medios para remediar su lamentable atraso”.
“José Celestino Mutis fue una figura central en materia de salud pública en el
Virreinato; consultado a propósito de casi todas las medidas que en este sentido
intentaban instaurarse. En cuanto médico y consejero de las autoridades, Mutis
condenaba la elección del lugar donde se habían dado la mayor parte de las fundaciones
de la Nueva Granada, y las calificaba de perniciosa y arbitraria.” (Alzate, 2007: 51)
El principal escollo a los planes del Virrey fue la Expedición de Santafé, nuestra
‘primera’ expedición botánica. Aprobada en 1778 por iniciativa del primer
profesor del Jardín Botánico de Madrid, Casimiro Gómez Ortega, y puesta a cargo
del médico panameño Sebastián José López Ruiz, esta empresa había sido
concebida como un ‘apéndice’ de la Expedición Hispano Francesa al Perú y Chile
organizada en 1777. En semejante concepción no se respetaba el carácter de
virreinato de Nueva Granada, establecido definitivamente en 1739, sino que se
reproducía la antigua dependencia del Perú. Con este criterio se había
comisionado a los expedicionarios de la parte española, Hipólito Ruiz y José
Pavón, para que de regreso a Madrid pasaran por Santafé a recoger las
colecciones formadas por López; sin embargo el levantamiento de Túpac Amarú
(1781) y el de los Comuneros les obligó a posponer el cumplimiento del encargo,
aunque resulta improbable que López hubiera iniciado una flora de Santafé, o
mantenido correspondencia con Madrid o con Lima.
Durante los últimos 23 años la Corona había permanecido al margen del punto de
partida que Mutis encarnaba y de los avances de las ciencias naturales modernas
en el virreinato. La comisión López Ruiz había colmado los sinsabores ocasionados
a Mutis desde Madrid: el silencio que se le aplicó en 1763 y la exclusión en que se
lo tuvo al momento de organizar la Expedición al Perú. Aunque con el
nombramiento de López desapareció la posibilidad de que su Historia Natural
fuese auspiciada por el Rey, este hecho estimuló su heroísmo, resolviéndolo a
continuar su obra y a dejarle a la “piedad del Rey su edición, y la satisfacción de
sus deudas”. La distancia entre Madrid y Santafé se dilataría aún más en 1781,
cuando la mudanza del jardín de Migas Calientes al Prado, asunto que tampoco se
le consultó.
Claustro del Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario – La Bordadita – Bogotá.
El Jardín Botánico José Celestino Mutis en Bogotá y el Parque botánico José
Celestino Mutis en Palos de la Frontera fueron nombrados en su honor.
Obras
• El arcano de la quina: Discurso que contiene parte médica de las cuatro especies
de quinas oficiales, sus virtudes eminentes y su legítima preparación”. Obra
póstuma. Ibarra, impresor de Cámara de S.M., Madrid. 1828
http://bibdigital.rjb.csic.es/spa/Libro.php?Libro=207
Pero la política continuaba siendo uno de los principales factores que interferían en el
desarrollo de las ciencias en nuestro país; nuevamente y tratando de justificar la
investigación de las riquezas naturales, dicha actividad se dejó impregnar e influenciar
por doctrinas externas, en este caso la doctrina librecambista de la época. El resultado
no se hace esperar, los programas de investigación se ven rápidamente afectados por la
oferta y la demanda del comercio agroexportador, siendo Colombia un país de
economía agrícola de subsistencia, las exigencias internacionales sobrepasan las
capacidades internas, de tal manera que no se logra profundizar en temas de
investigación. Los científicos se convierten en funcionarios de aduana y los informes
científicos carecen de tal valor[20].
Sin embargo, vale la pena resaltar en este periodo el esfuerzo realizado por alcanzar la
profesionalización de la medicina. Es así como en 1893 se reunía en Bogotá el primer
Congreso Médico Nacional, en donde se presentaba al gobierno proyectos para
reglamentar la medicina y la farmacia. De igual manera se trataron temas delicados,
referentes a la higiene pública, como son las fiebres del Magdalena y la lepra y se
solicitaba la creación de un gabinete bacteriológico para resolver problemas
relacionados con la patología[21].
Retomando el tema de la “Medicina Nacional”, vale la pena destacar el papel que jugó
en este proceso la construcción de una “Geografía Médica” la cual permite establecer
una base de datos de epidemiología, y crear un reporte de las enfermedades regionales,
así que de los tratamientos autóctonos utilizados[22].
Reforma
4. LA IMPRENTA
LA IMPRESION EN LA ANTIGÜEDAD
Cada página era una verdadera obra de arte, ya que tenía que
ser realizada punzón en mano por un tallador muy
experimentado.
UN BURGUÉS de levita se impone de las últimas novedades que contienen
las tablas empleadas en la época
EL ORIENTE PRECURSOR
LA BIBLIA DE MAZARINO
DE GUTENBERG A LA ROTATIVA
FABULOSA DIFUSION
Revolucion
Cine mexicano
De Wikipedia, la enciclopedia libre
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Inicios
Elías de la Cruz Salinas compró el cine y lo llevó a México. El cine llegó a México casi
ocho meses después de su triunfal aparición en París. La noche del 6 de agosto de 1896,
el presidente Porfirio Díaz, su familia y miembros de su gabinete presenciaban
asombrados las imágenes en movimiento que dos enviados de los hermanos Lumière
proyectaban con el cinematógrafo en uno de los salones del Castillo de Chapultepec.
El éxito del nuevo medio de entretenimiento fue inmediato. Don Porfirio había aceptado
recibir en audiencia a Claude Ferdinand Bon Bernard y a Gabriel Veyre, los
proyeccionistas enviados por Louis y Auguste Lumière a México, debido a su enorme
interés por los desarrollos científicos de la época. Además, el hecho de que el nuevo
invento proviniera de Francia, aseguraba su aceptación oficial en un México con un
"presidente" que no ocultaba su gusto "afrancesado".
Después de su afortunado debut privado, el cinematógrafo fue presentado al público el
14 de agosto de ese mismo año, en el sótano de la droguería "Plateros", en la calle del
mismo nombre (hoy Madero) de la ciudad de México. El público abarrotó el sótano del
pequeño local -repetición de la sesión del sótano del "Gran Café" de París, donde
debutó el cinematógrafo- y aplaudió fuertemente las "vistas" mostradas por Bernard y
Veyre. La droguería "Plateros" se localizaba muy cerca de donde, unos años después, se
ubicaría la primera sala de cine de nuestro país: el Salón Rojo.
México fue el primer país del continente americano que disfrutó del nuevo medio, ya
que la entrada del cinematógrafo a los Estados Unidos había sido bloqueada por
Thomas Alva Edison. A principios del mismo año, Thomas Armant y Francis Jenkins
habían desarrollado en Washington el vitascope, un aparato similar al cinematógrafo.
Edison había conseguido comprar los derechos del vitascope y pensaba lanzarlo al
mercado bajo el nombre de Biograph. La llegada del invento de los Lumière significaba
la entrada de Edison a una competencia que nunca antes había experimentado.
Brasil, Argentina, Chile, Cuba, Colombia y las Guayanas fueron también visitados por
enviados de los Lumière entre 1896 y 1897. Sin embargo, México fue el único país del
continente americano donde los franceses realizaron una serie de películas que pueden
considerarse iniciadoras de la historia de una cinematografía.
En 1898 se presentó, en la Calle del Espíritu Santo, el aristógrafo, aparato inventado por
el mexicano Luis Adrián Lavie que perfecciona los fallidos intentos de otros inventores
por proyectar imágenes en relieve. "...inventando unos lentes y gemelos que contienen
en su interior un mecanismo movido por una corriente eléctrica, de tal suerte que cada
vez que la vista correspondiente a un ojo la del otro ojo queda interceptada. Las
imágenes se suceden con tal rapidez que, por un efecto de persistencia de la impresión
en la retina, las vistas no solamente parecen de relieve, sino que aparecen también
enteramente fijas cuando se hace uso del anteojo".1
[editar] Comienzos del cine nacional mexicano: el
primer largometraje
Según el crítico e historiador del cine mexicano Emilio García Riera, el surgimiento de
los primeros cineastas mexicanos no obedeció a un sentido nacionalista, sino más bien
al carácter primitivo que tenía el cine de entonces: películas breves, de menos de un
minuto de duración, que provocaban una necesidad constante de material nuevo para
exhibir.
Al irse de México Bernard y Veyre, el material traído por ellos de Francia y el que
filmaron en México fue comprado por Bernardo Aguirre y continuó exhibiéndose por
un tiempo. Sin embargo, "...las demostraciones de los Lumière por el mundo cesaron en
1897, y a partir de entonces se limitaron a la venta de aparatos y copias de las vistas que
sus enviados habían tomado en los países que habían visitado". Esto provocó el rápido
aburrimiento del público, que conocía de memoria las "vistas" que hacía pocos meses
causaban furor.
Otros cineastas de esa primera época fueron: Guillermo Becerril (desde 1899); los
hermanos Stahl y los hermanos Alva (desde 1906) y Enrique Rosas, éste último
realizador de un gran documental sobre el viaje de Porfirio Díaz a Yucatán: Fiestas
presidenciales en Mérida (1906). Este filme fue, sin duda, el primer largometraje
mexicano.
Un duelo a pistola en el Bosque de Chapultepec (1896) fue filmada por los franceses
Bernard y Veyre, en base a un hecho real, ocurrido poco tiempo antes entre dos
diputados en el Bosque de Chapultepec.
En 1907, el actor Felipe de Jesús Haro realizó la primera cinta ambiciosa de ficción
filmada en México: El grito de Dolores o La independencia de México (1907). El
mismo Haro interpretó al libertador Miguel Hidalgo y escribió el argumento. La
película se exhibió, casi obligatoriamente, cada 15 de septiembre hasta 1910.
Otros filmes de ficción de esa época fueron: El san lunes del valedor o El san lunes del
velador (1906), cinta presumiblemente cómica dirigida por Manuel Noriega; Aventuras
de Tip Top en Chapultepec (1907), cortometraje del ya mencionado Haro; El rosario de
Amozoc (1909) primer filme de ficción de Enrique Rosas; y El aniversario del
fallecimiento de la suegra de Enhart (1912) de los hermanos Alva, el más antiguo filme
de ficción del cual todavía se conservan copias. Esta cinta es una comedia interpretada
por los actores Vicente Enhart y Antonio Alegría, cómicos del teatro "Lírico", que
muestra una marcada influencia francesa en su estilo de realización.
De hecho, se considera que entre 1917 y 1920 hubo en México una época de oro del
cine, situación que no se repetiría sino hasta tres décadas después. Es curiosa la
coincidencia de que la mejor época del cine silente mexicano se inicie durante los años
de la Primera Guerra Mundial, mientras que la mejor época de nuestro cine sonoro
coincida con la Segunda Guerra. En ambas situaciones se presentó una disminución en
la importación de películas, resultado natural de la disminución en el número de filmes
producidos por los países en guerra durante esos años.
Francia e Italia fueron los patrones a seguir para la "reinauguración" del cine mexicano
de ficción en 1917. Ese año se estrenó en México El fuego (Il fuoco, 1915) filme
italiano interpretado por Pina Menichelli, actriz que logró gran popularidad en nuestro
país y que introdujo el concepto de "diva" del cine, anteriormente sólo utilizado para el
teatro o la ópera.
El fuego (1915) inauguró una tendencia romántica-cursi que hizo furor en México y que
influyó al cine de otros países, incluyendo Estados Unidos. El universo de las "divas" se
componía de ingredientes que pronto se asimilaron en otras cinematografías: mujeres
voluptuosas, escenarios suntuosos, historias pasionales y atrevidas. La propuesta
italiana planteaba un cambio en la mentalidad de la época, producto inmediato de la
guerra. El papel de la mujer se ampliaba en el cine, aunque sólo fuera como "objeto de
pasiones amorosas." La nueva mujer -que obtenía el derecho al voto y que pronto se
recortaría el pelo, se liberaría del corsé y se acortaría la falda- hacía su aparición en las
pantallas cinematográficas.
La luz, tríptico de la vida moderna (1917) es el título del primer largometraje "oficial"
del cine mexicano. El adjetivo "oficial" se debe a que pocos autores reconocen el
trabajo de los yucatecos Carlos Martínez de Arredondo y Manuel Cirerol Sansores,
quienes un año antes filmaron 1810 ó ¡los libertadores de México! (1916) el que
probablemente sea el primer largometraje de ficción nacional. El hecho de haber sido
filmado en Yucatán -junto con El amor que triunfa (1917)- lo ha relegado en contra de
La luz, tríptico de la vida moderna (1917), filme realizado en la ciudad de México.
Otros filmes famosos de esta primera época de oro fueron: En defensa propia (1917), La
tigresa (1917) y La soñadora (1917), producidos todos por la Compañía Azteca Films.
Esta firma, fundada por la actriz Mimí Derba y por Enrique Rosas, constituyó la
primera empresa de cine totalmente mexicana. Probablemente Derba haya sido la
primera directora de cine nacional, si es cierto que dirigió La tigresa (1917).
Los temas que han acompañado a nuestra cinematografía nacieron también en los años
de 1917 a 1920. Tepeyac (1917), filme que relacionaba extrañamente las apariciones de
la Virgen de Guadalupe con el hundimiento de un barco en el siglo veinte, fue filmado
por Fernando Sáyago. Tabaré (1917) de Luis Lezama, guarda una estrecha relación en
su argumento con filmes como Tizoc (1957): el indio que se enamora de la rica heredera
de piel blanca. Finalmente Santa, la prostituta creada por el escritor Federico Gamboa,
hizo su primera aparición cinematográfica en la cinta dirigida por Luis G. Peredo en
1918.
Mención especial merece El automóvil gris (1919), sin lugar a dudas el filme más
famoso de la época muda del cine mexicano. Filmado por Enrique Rosas -de gran
trayectoria cinematográfica si consideramos las veces que ha sido nombrado en este
texto- el filme en realidad no es tal; es una serie de doce episodios que cuenta las
aventuras de una famosa banda de ladrones de joyas que se hizo célebre en la ciudad de
México hacia 1915.
Las series o "seriales" representaron las primeras incursiones del cine norteamericano
en el gusto popular mexicano. Para 1919 se habían suavizado las fricciones con el
vecino del norte, y el cine hollywoodense comenzaba a conquistar mercados en todo el
mundo.
De esta manera, El automóvil gris (1919) inauguraba, sin claros sucesores, el "serial"
mexicano. La cinta (o cintas) poseía además un elemento novedoso y controversial: era
el primer filme cuyo argumento se inspiraba claramente en hechos recientes,
acontecidos en el país. En el evento original había estado involucrado un general
carrancista que fue socio de Rosas en la formación de Azteca Films, y los personajes
que aparecían en pantalla eran claramente identificables por el público.
Para completar la controversia, una de las escenas de la serie constituía una extraña
mezcla de ficción y realidad: el fusilamiento de algunos miembros de la banda no era
actuado, sino que Rosas había tomado la escena original filmada por él mismo, y la
había incluido en la cinta. De esta manera, el filme aseguraba, de manera mórbida, su
popularidad en el público.
Ese mismo año, la actriz Mimí Derba, probablemente la primera mujer directora del
cine mexicano, se retiraba del medio un poco resentida por el escaso éxito alcanzado
por sus películas, este es un fragmento de una entrevista realizada el año anterior:
Dígase lo que se diga, la producción mexicana no llegará, durante varios años, a ser
aceptable. Entre las muchas razones que puedo esgrimir en pro de mi aserto,
mencionaré "la inconstancia", cualidad que caracteriza a este país. Mimí Derba,
entrevistada por Cine Mundial, junio de 1918. En Ramírez, G. (1989). Crónica del cine
mudo mexicano. México: Cineteca Nacional, p. 75.
Volvería al cine, al incorporarse al naciente cine sonoro en 1931 con la película Santa,
sin embargo, existen registros de que aceptó un papel en La linterna de Diógenes (La
linterna mágica) (1924/1925), película dirigida por Carlos Stahl.
La vertiente documental y realista fue, por razones claras, la principal manifestación del
cine mexicano de la revolución. Aunque el cine de ficción comenzaba a popularizarse
en Europa y Norteamérica, el conflicto armado mexicano constituyó la principal
programación de las salas de cine nacionales entre 1910 y 1917.
El público se interesaba en estos filmes por su valor noticioso. Era una forma de
confirmar y dar sentido al cúmulo de informaciones imprecisas, contradictorias e
insuficientes, producto de un conflicto armado complejo y largo. Los filmes de la
revolución pueden considerarse como antecedentes lejanos de los noticiarios televisivos
de hoy en día.
Los cineastas de la revolución procuraban mostrar una visión objetiva de los hechos.
Para no tomar partido, los camarógrafos filmaban los preparativos de ambos bandos,
hacían converger la acción en la batalla y, en muchos casos, no daban noticia del
resultado de ésta. Esto lo hacían debido a la incertidumbre por el curso de los
acontecimientos.
Independientemente de las distintas prácticas cinematográficas, la revolución fue para el
cine mexicano un evento fotogénico excepcional. Sin lugar a dudas, la estética
provocada por este conflicto imprimió su huella en el desarrollo posterior de nuestra
cinematografía. Prueba de ello son los filmes de la llamada época de oro que tanto le
deben a la revolución en su postura estética.
Durante la era post-revolucionaria no fue posible que la industria avanzara, pero durante
los años 1930, una vez que la paz y la estabilidad regresaron al país, diversos directores
comenzaron a dirigir películas de valía.
Los obrajes.
La industria textil en nueva España implicaba competencia para uno de los
principales productos de Castilla. El virrey Enríquez trató de impulsar la
exportación de lana novohispana a la península ibérica. Las necesidades de un
consumo local hicieron qué los obrajes en que se elaborarán telas de lana, algodón,
jergas, frazadas sombreros y aún algunos en que se labraba la seda. Se extendieron
a los principales centros del virreinato.
El obraje resultaba una empresa cuestionable, la principal inversión era la mano de
obra. Empleaban a personas condenadas por diversos delitos a la prestación de
servicios forzosos; a los trabajadores contratados, trataban de retenerlas
endeudándolos con el adelanto de salarios y pagos en especie que les daban a
elevado precio.
Se conceden nuevas licencias para abrir obrajes advirtiendo que no se emplean
indios, o, en los casos en que se permitía, se solicitaban condiciones de buen
tratamiento. México, Puebla, Oaxaca y Valladolid. En 1599 estas ciudades, por ser
cabezas de obispado, se facilitarían las visitas de autoridades civiles y eclesiásticas
que velan por el buen tratamiento y libertad de los trabajadores.
Las autoridades se empeñan en reducir los obrajes, ante las quejas por el mal
tratamiento de los indios, se trató de que los obrajes adquirieran esclavos negros,
no se llevó a la práctica porque resultaba excesivamente costosa.
Producción y demandas son imposibles de calcular debido al deficiente control y a
la abundancia de obrajes y obrajuelos que escapaban de las visitas de las
autoridades.
La república de los indios
• A los indios trato de incorporárseles a la más pura cristiandad, según la
entendían entonces los españoles conmovidos por las guerras que se
desarrollaban dentro y fuera de Europa contra herejes e infieles.
• Esta era la manera de pensar de la corona española, pero no de los hombres
de empresa que llegaban mas a la nueva España a aprovecharse de los indios
que a adoctrinarlos en las enseñanzas de Cristo. A este intento de explotación
obedeció la creación de los cabildos en los pueblos de indios. Aun así hubo
orden, pero falta de paz.
• El pleito y la demanda de justicia ante el virrey, es instrumento de
intromisión en ele orden indígena que pretendía dejarse a salvo de la voracidad
de los españoles y gente mal intencionada.
• En los pueblos de indios desaparece la complicada jerarquía de principales
mayores, menores, medios, etc. Para dar paso a ala simple división entre
macehuales o gente común y autoridades de la república, como nos lo indica
muchas demandas y mandamientos de protección a favor de algunos caciques y
principales que habían sido mandados a prestar servicio o conminados al pago
del tributo, como lo hacían los macehuales.
• Estas medidas de amparo y protección, para los caciques y principales,
muestran la perdida de poder y prestigio de estos pueblos.
• A la organización política de los pueblos de indios correspondió una
organización económica: La comunidad, hubo cajas de comunidad, donde se
guardaba el dinero del común, debidamente aseguradas.
• El patrimonio principal de las comunidades eran sus tierras, su posesión
para el común aprovechamiento, favoreciendo la cohesión social de los pueblos.
De esta manera las agresiones e intereses en perjuicio de los indios hizo de estos
grandes pleiteadores, maliciosos, siempre inconformes.
• El mayor "cuchillo" de los indios eran los pleitos, pues servían de
instrumento de los arribistas y vividores, mestizos, mulatos, españoles y hasta
religiosos, ganado o perdido el pleito, consumían en su provecho la miserable
hacienda de los indios.
• Pese a tantas dificultades el modelo de pueblos y comunidades era el
operante y único en la mente de las autoridades. Lo difícil era eliminar la malicia
con que se le trocaba en instrumento de destrucción.
• El clero moldeaba a la población indígena, y el antiguo espíritu comunitario
de los pueblos favorecía la empresa, el enemigo de esta labor eran "los
españoles" gente perversa para los religiosos. Con ello lograron un ascendiente
sobre la población indígena, superior a la que tuvieron las autoridades civiles.
• La organización social, política y religiosa trato de llevarse hasta los indios
bárbaros. Las congregas y reducciones en que se intento asentarlos en el norte
de la nueva España, tenían como modelo a los pueblos del centro. Aunque
muchas congregas se dispersaron, se volvieron a integrar y dispersar a lo largo
del XVII.
Epoca actual
1. La tecnología GPS
Empezó a desarrollarse en los años 60 como una tecnología militar, aunque hoy se haya
convertido en una herramienta cotidiana para que cualquier conductor no se pierda al
volante. El Sistema de Posicionamiento Global (Global Positioning System) se
basa en una serie de satélites capaces de proporcionar las coordenadas precisas de una
posición en cualquier lugar del mundo sobre la superficie terrestre.
Sus aplicaciones civiles no sólo permiten localizar una calle o un restaurante, sino que
son empleadas para todo tipo de localizaciones, desde el control de personas con
demencia al seguimiento de la migración de las tortugas.
2. El ‘walkman’ de Sony
Aunque hoy en día los reproductores MP3 hayan convertido a este viejo reproductor
en una reliquia ‘ochentera’, hubo una época en que todo aficionado a la música iba con
su ‘walkman’ a todas partes.
Fue Sony la que, en 1979, lanzó al mercado este pequeño reproductor. Pronto se
convirtió en todo un fenómeno cultural: por primera vez, era posible llevar la música
propia a todas partes y escucharla sin compartirla con los demás. Aunque el Discman no
pudo con su hermano mayor, el iPod y sus compañeros de generación han acabado
jubilando al mini-reproductor de casetes.
3. El código de barras
Las barras verticales cumplen 60 años. Norman Woodland las inventó en 1949,
basándose en el código morse, tras el encargo de una cadena local de supermercados. A
España tardarían tres décadas en llegar. Hoy en día, este sistema sirve para la
identificación de todo tipo de productos, desde yogures a prendas de vestir.
4. Comidas preparadas
La irrupción en los años 70 de los platos precocinados y listos para servir ha
revolucionado las comidas de miles de familias. Platos normalmente congelados y listos
para servir en unos minutos que se adaptaban a los requisitos de la agitada vida
moderna.
De paso, estas nuevas comidas han modificado la salud pública: muchos expertos
achacan a estas comidas de la epidemia de obesidad que sufren las sociedades
modernas.
5. La Play-Station
Otro invento de Sony se ha colado entre los artilugios que han cambiado el mundo.
Aunque la industria de los videojuegos llevaba años causando furor con numerosas
consolas, la ‘Play’ logró sacar los videojuegos del cuarto de los niños para irrumpir en
el salón de los adultos.
8. Dinero electrónico
Las tarjetas de crédito -así como la banca electrónica- ofrecen la seguridad y la
comodidad de no tener que llevar más que un par de euros en el bolsillo o de poder
pagar en cualquier parte del mundo. Sin embargo, también han traído más de un
quebradero de cabeza a algunos usuarios, desde robos a fraudes electrónicos.
9. Microondas
Los hornos microondas no han logrado entrar en el ranking, pero sí lo han hecho
las ondas electromagnéticas (radiaciones electromagnéticas con una longitud de onda de
entre 1 metro y 1 milímetro), que han permitido el funcionamiento de los teléfonos
móviles, la tecnología wi-fi o la televisión por satélite.
Introducción.
El México que estuvo bajo el yugo del duro régimen de Porfirio Díaz, experimentó un acelerado
proceso de cambio y modernización donde la pieza clave fue el ferrocarril. A lo largo de su
legalmente extenso período, hubo una súbita entrada de capital extranjero interesado en el
desarrollo de nuestro país. Proyecto que fue siendo cada vez mas productivo pero que al final
del régimen porfiriano tuvo una decaída brutal. Por medio de éste ensayo, intentaré explicar los
motivos por los que fracasó el proyecto magno de Porfirio Díaz: el ferrocarril en México.
Comenzaré exponiendo las características estructurales bajo las cuales se planeó el proyecto
ferroviario, con el fin de hacer más fácil la comprensión de la situación; después, expondré el
desarrollo de la empresa durante el mandato de Porfirio Díaz y después de la revolución.
Antecedentes.
México no conocía la paz desde su declaración como país independiente, había pasado por la
guerra mexicano-estadounidense, la guerra de Reforma y la invasión francesa. Ni siquiera la
llegada al poder de Porfirio Díaz fue pacífica. Pero una vez en el poder, la situación cambió.
Díaz tuvo significativos logros en el país, se impulsó la industria minera y textil y las
exportaciones crecieron en un 300%. Un gobierno severo pero que propició la productividad,
que necesitó de un medio de transporte barato y eficiente para su correcto funcionamiento, algo
como el ferrocarril, el cual la gente veía como un símbolo de paz y progreso que sería benéfico
para todos y que sacaría al país del atraso en que vivía.
El contrato.
El Modelo del contrato firmado entre el gobierno mexicano y la empresa Palmer y Sullivan
estaba basado en las concesiones hechas a los ineficientes estados, en materia de
administración de ferrocarriles, antes de toda la polémica iniciada por la iniciativa de inversión
por parte de compañías norteamericanas: explotación de los tramos construidos hasta por 99
años y apoyo del gobierno federal con una subvención monetaria a través de extensiones
fiscales a la importación de materiales y a los capitales involucrados en la empresa, éstos
últimos con una duración de 20 años. También tendrían un derecho de vía de 70 metros a lo
largo de ella y la empresa podría disponer de cualquier terreno que considerase necesario para
hacer estaciones y/o bodegas; a su vez, podría emitir acciones, bonos o hipotecar la vía
siempre y cuando los beneficiarios fuesen individuos o asociaciones particulares. El gobierno
favorecería a las empresas nacionales en tanto que ofrecería un transporte barato, eficiente y
moderno, pero no las dejaría involucrarse en el proceso industrial de construcción, debido quizá
a la idea de que el material extranjero era de mejor calidad.
Todo lo anterior fue planificado por Díaz, quien se había convertido en la persona del Estado,
ahora sin oposición en la toma de decisiones. Díaz planificó un mapa donde la empresa
Symon, que se convertiría en la “Compañía Limitada del Ferrocarril Central Mexicano”,
construiría una línea desde la Capital a Paso del Norte y al Océano Pacífico. A su vez, Palmer
y Sullivan se convertiría en la “Compañía Constructora Nacional Mexicana” para construir
líneas que igualmente partirían de la capital y llegarían al punto de la frontera ubicado entre
Paso del Águila y Laredo. Porfirio Díaz otorgó otra concesión a la Compañía de Ferrocarril de
Sonora, propiedad de la compañía Symon. Como se puede apreciar, todas las líneas de
ferrocarril partirían de la zona centro del país hasta la frontera con Estados Unidos, donde se
unirían a las líneas nacionales con el propósito de fomentar la exportación de los productos
facturados en México.
La obra.
En menos de 4 años, el ferrocarril central logró unir a la ciudad de México con paso del Norte,
un tramo de casi dos mil kilómetros. Para la construcción de éste tramo, así como de los demás
tramos principales, ramales y vías laterales (para ganar tráfico para sus líneas), se importaron
materiales de los Estados Unidos en su mayoría, pero también se importó material de Inglaterra
y Alemania (una vez que las relaciones diplomáticas eran favorables), éste último en menor
parte. Los carros y las vías eran de buena calidad, al grado de merecer el reconocimiento de
los ingleses, aunque desde mi punto de vista el reconocimiento tal vez fue por que ellos
vendieron parte del material utilizado.
Los derechos de vía fueron causa de algunos problemas entre las empresas ferrocarrileras y
los campesinos; algunos autores afirman que los ferrocarriles llegaron a modificar el reparto
agrario en el país, pero la prioridad del gobierno en construir un ferrocarril era mayor a la de
proteger la tierra de los campesinos, lo cual condujo a la expropiación de grandes extensiones
de terreno.
No solo se tuvo que importar materia prima, también trabajadores calificados para construir las
vías. Ingenieros eran requeridos para supervisar todos los trabajos necesarios para la
construcción, pero el gobierno no quería que los puestos de responsabilidad quedasen a cargo
de mexicanos, obviamente, las empresas tampoco debido a razones como preparación para
los diversos cargos y protección de su capital (tanto de empresarios mexicanos como de la elite
que vendía las tierras), por lo que traían ingenieros de la unión americana, lo cual tenía un
costo significativo para la empresa.
La mano de obra escaseaba por diferentes factores. Primeramente, estaba la lejanía de sus
casas, los trabajadores no querían recorrer tan largas distancias para cumplir con su trabajo.
En segundo lugar, el ambiente era insalubre y dificultaba de sobremanera el trabajo. Y por
último, había una especie de repudio a las “prácticas esclavizantes” del capitalismo, a pesar de
que la paga era buena, o por lo menos superior a la que recibían dedicándose a sus
actividades. Tal vez parte de ese repudio se deba a la súbita introducción del ferrocarril en el
sistema, algo nuevo, grande y diferente que les hacía perder sus tierras.
Pero a pesar de todos los problemas derivados de lo anterior, los empresarios no daban malos
comentarios de los trabajadores, eran buenos y sumisos y cuando realmente hacían mucha
falta, importaban mano de obra. Los movimientos laborales fueron pocos y fácilmente
controlables. Y así el ferrocarril empezó a funcionar.
El éxito de la empresa se reflejaba en sus tasas de crecimiento, comenzando con 14%, luego
disminuyendo a 7% y después, al comprar el ferrocarril de Monterrey al Golfo, subió a 15% (en
años fiscales). Esto generó una expectativa de crecimiento muy grande, por la cual los
empresarios se dieron el lujo de construir un gran número de estaciones, el problema surgió
cuando se dieron cuenta de que la carga se concentraba solo en algunas. Desde el primer año
podemos observar que, en el ferrocarril central, tan solo en 12 de las 111 estaciones se
concentró el 90% del comercio, lo cual se mantuvo en las mismas proporciones en los años
siguientes. Por ello, el pagar costos de mantenimiento de estaciones que no redituaban nada (o
muy poco) a la empresa por más de 20 años, fue un golpe muy duro a las finanzas del
ferrocarril mexicano.
El ferrocarril no tenía como objetivo principal el fomentar el mercado interno, a pesar de que
hubiera sido muy benéfico para la economía en aquel entonces (para cualquier economía en
cualquier entonces si nos vamos a la teoría económica), sino el fomentar el contacto con el
exterior. Si sumamos la carga de exportación, importación y la carga minera tenemos dos
terceras partes del total del transporte. El impacto económico del ferrocarril durante el porfiriato
hubiera sido más benéfico de haber tenido tarifas que no favorecieran las exportaciones, sino el
consumo interno; pero lo anterior es utópico porque no hubiera favorecido tanto a los intereses
de Estados Unidos, de donde llegó el capital para la construcción.
A pesar de todo lo anterior, el ferrocarril tuvo mucho crecimiento durante el porfiriato, no todo
estaba perdido, la prueba es que a pesar de los problemas antes mencionados, la gente
prefería utilizar el ferrocarril como medio de transporte debido a que era más seguro, más
rápido y menos cansado que otros medios de transporte como la caminata o las diligencias.
El ferrocarril MEXICANO.
Desde 1906, hubo una iniciativa presidencial de unir a las empresas Ferrocarril Central y
Nacional, con el motivo de obtener mayores ingresos por la administración de ambas
empresas; fusionándolas, el estado las conectaría, aumentando así el tráfico y las ganancias.
En marzo 28 de 1908, tras la aprobación del congreso, ambas empresas se fusionan (aunque
llevaban cooperando desde hacía tiempo atrás), formando así la compañía Ferrocarriles
Nacionales de México, la cual estaba bajo el control accionario del Estado. Después de 1911,
comienza una parálisis en la empresa, debido a factores tanto internos, guerras civiles de la
revolución, como externos, primera guerra mundial. El factor externo fue particularmente
importante porque disminuyó el comercio con el principal cliente.
La revolución destruyó físicamente las vías. Contrario a lo que se piensa de que por ello se le
olvidó y dejó morir, el estado le dio gran importancia y fueron destino predominante de
inversión, en comparación con otros sectores como la industria eléctrica, hasta poco antes de
1950.
El problema no era la falta de inversión sino la canalización de ésta. La mayor parte del dinero
destinado al ferrocarril se utilizaba en la compra de nuevos carros y en el pago de deudas
debido a la improductividad de la cual era presa. Por lo anterior, la cantidad de dinero destinada
a los ferrocarriles fue reduciendo gradualmente. Y a pesar de que el servicio realmente mejoró,
surgieron otras formas de transporte, como las carreteras, lo cual hizo que la demanda del
ferrocarril disminuyera; de hecho, hubo un par de años donde el apoyo a las carreteras fue
mayor al que recibió el ferrocarril, y otros dos, la electricidad recibió mayor apoyo.
La Rehabilitación
Tecnología.
Sin duda alguna, Porfirio Díaz dejó un legado para la historia: más de 24,000 Km. De vías
férreas que servirían como base para el desarrollo industrial del resto del siglo XX. El proyecto
que Porfirio Díaz tenía en mente era bastante atractivo pero, desafortunadamente, pasó de ser
una industria competitiva a un monopolio mal estructurado, con líneas diversificadas a lo largo
del territorio y, si bien favorecía el comercio y transporte, lo hacía de manera selecta. Por ello,
durante el porfiriato toda la zona sur-sureste se mantuvo, casi, como antes de la llegada del
más grande invento del siglo XIX. Se preguntará el lector hasta éste punto de la lectura, a que
se debe tan lúgubre título, y es que pues, después de haber analizado todo lo anterior, a pesar
de que la empresa no desapareció del todo después de la revolución, estaba basada en
maquinaria obsoleta y la implantación de mejoras no estuvo a la par de los sustitutos como las
carreteras y aviones. Si bien el ferrocarril mexicano no fue un completo fracaso, una mejor
administración y un poco más de inversión hubiera hecho de México un país muy diferente al
de nuestros días.
Bibliografía.
-Sandra Kuntz, Empresa extranjera y mercado interno, El ferrocarril central mexicano. Centro
de Estudios Históricos del Colegio de México, 1995.
-La inversión extranjera en México, 1876-1910. Un estudio del caso del papel de las elites
regionales, Mark Waserman.*
*Los artículos marcados son parte de la compilación de Enrique Cárdenas, aunque han sido
publicados en diversos lugares.
Mark Waserman, La inversión extranjera en México, 1876-1910: Un estudio del caso del papel
de las elites regionales. Artículo publicado en el libro Historia Económica de México, Enrique
Cárdenas.
Revolucion