Documente Academic
Documente Profesional
Documente Cultură
Como el niño que corre y crece junto al lado de sus maestros, así Lezama
las confluencias y digresiones poéticas de una época, se alargan en hilos unas veces
bien entrelazados, otras débilmente unidos. Las voces que de antaño caen en
lectura lezamiana.
dialogadas y dialogantes en su obra. Es, sin duda menester, confluir con sus
palabras, fluir en ese cauce desbordado y abundante de sus líneas. Tendrá que
mundo de recuerdos presentes y voces anidadas deben ser perennes ante los oídos
¿Es pues, lo anterior la incursión a un código nuevo? Podría decirse que sí,
aunque la exploración microscópica del alma del poeta estará expuesta no sólo
-
para los médicos y cirujanos que la realicen; sino, incluso para el aprendiz o
de la creación. Las palabras en la poesía son agua que traspasa, incesante y lenta,
vedado, está presente, sólo hay que buscarlo. Pareciera estar expresado en un
código que debiese ser decodificado por expertos antropólogos; sin embargo en
mortales que se adentran en el mundo de las hadas y los elfos, el mundo detenido
invadido, deseado.
sintiendo sus sonidos y sus imágenes, y esto sólo en la cópula que enlaza el
renovado, de estas voces que se funden sincréticas desde el pasado; Lezama Lima
paso del tiempo. Nuestro poeta, las limpia, las barniza, las bruñe, las altera y las
pone a trabajar como esclavas de treinta y dos horas diarias, si existiera esta
medición del tiempo real. Y pese al sol y el cansancio al que se ven expuestas y
que no podía declarar su amor a Narciso por un castigo divino. Ese secreto
En Y
primer poemario de José Lezama Lima se nos recrea
el mito griego; si bien hay distintas versiones que van desde la tan aludida,
en el monte Helicón y que rechazó los amores ofrecidos por Aminias, regalando a
éste una espada con la orden explícita que se diera muerte él mismo, como efigie
de sus deseos. O la que nos refiere al mito más tradicional: al morir la hermana
gemela del bello joven, éste debido a la tristeza y zozobra que lo embargaba, se
sabemos gracias a Ovidio; Narciso, hijo de las aguas, del dios- río Cefiso y de la
Clásica. (p 446)
Pero si Ovidio nos complica la historia del mito griego, Lezama nos la
presenta compleja, como tejida en los hilares olimpíacos, con el lenguaje de los
los faunos, de los mitos. La renovación que hace de ellos a través de las
Lezama Lima, p.38
ü
descripciones superpuestas unas a otras y encadenadas como el fluir de un río con
año, todas las estaciones y los climas; el ciclo vital en todo su esplendor, imágenes
0
j
j
j
!
"
hermana gemela o el de la ninfa Eco, por cualquiera de los tres, Narciso carga con
#
$
%
-
Lezama Lima, p.34
El secreto no descubierto, no revelado sigue estando ahí, es un secreto
convidado, casi regalado, sólo habrá que verlo con otra mirada, con otros ojos, con
los ojos dimensionales y visión fragmentada de la mosca; sólo separando sus líneas
para poder degustar uno a uno los bocados del exquisito manjar. Pero, si se está
reveladoras que convidan ese secreto; el secreto lezamiano. En este caso seamos
otra, sino la que usan los chefs consumados o los aprendices curiosos: los
aroma fino o quizá yerren; pero no importa el error, puesto que no buscamos una
asequibles como la obra sea un secreto bien guardado. Disfrutemos de los errores,
D
j
µ4
r
Lezama Lima, p.38
A
Lezama Lima, p. 38
â
ù ùL OGRAFÍA