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JARDINES PRODUCTIVOS

Historia, herramientas y metodologías de un sistema productivo


I.A. Julián Ernesto Ramírez

Los Jardines Productivos son un sistema productivo para la agricultura en la ciudad que puede
extenderse fácilmente a otros espacios rurales y peri-urbanos. Esta propuesta busca mantener
claro ante todo el desarrollo de una estética que reconozca los saberes tradicionales de cada
territorio, fortaleciendo la formación y embellecimiento del mismo desde el regalo que nos dejan
las culturas precolombinas en términos de diseño, partiendo de las tecnologías olvidadas que se
integraban al paisaje de una manera ecológicamente coherente y reconociendo los nuevos
desarrollos para la producción de alimentos inocuos.

Historia de los Jardines Productivos:

Los Jardines Productivos se originan inicialmente desde estudiantes (hoy egresados) de Ingeniería
Agronómica en la Universidad Nacional de Colombia-Sede Bogotá, como una propuesta estética y
productiva. Esta propuesta nace teniendo en cuenta varios principios de Permacultura y encuentra
eco en las dinámicas productivas que desde hace décadas se desarrollan en Bogotá, pero que
pocas veces son reconocidas en la planeación de la estética y el paisajismo de la ciudad. La
historia de estas dinámicas productivas, así como la de la conformación de la Ciudad determinan
en los Jardines Productivos ciertos principios, herramientas y metodologías que hacen de esta
original propuesta un sistema productivo con posibilidades de aplicarse en otros lugares. Es
importante reconocer en parte esta historia inicial de la ciudad, para posteriormente identificar la
historia propia de los jardines productivos y así comprender con claridad lo que determina el
sistema productivo.

La historia de los modelos de jardín más reconocidos mundialmente es una historia ligada al
desarrollo de pueblos, ciudades o en general centros de vivienda humanos. Desde su actividad
como recolector y con la posterior domesticación de plantas y animales, el ser humano ha
intentado mantener cerca de su vivienda el acceso a los alimentos. En un inicio esto determinó el
establecimiento de huertas de autoabastecimiento familiar, chagras, etc.

Con el tiempo y de diversas maneras se fue dando el desarrollo de cada civilización, esto marcó
diferencias en la conformación del jardín según el sitio. Por ejemplo en la china y Japón, diseños
de jardines basados en el zen, la contemplación, el feng shui y la armonización con los elementos y
el paisaje son determinantes. En occidente, algunos jardines se basaban principalmente en la
estética, muchas veces sin integrar el jardín a otros espacios, sin embargo partieron
principalmente de huertas medievales en espacios cuadrados con divisiones bien definidas para
medicinales, frutales, hortalizas y flores. En América las referencias más cercanas a diseños de
jardines corresponden a la Cultura Azteca, donde es reconocido el nombre de Nezahualcoyotl y
los diseños en los que el uso del agua predominaba; es probable que en la cultura Inca dado el
nivel de organización de ciudades se presentaran trabajos similares, sin embargo en el resto de
Latinoamérica predominan el uso de chagras y huertas, posiblemente debido a la alta conexión
que tenían los nativos con la naturaleza y con el ‘Gran Jardín’ que puede ser el bosque, la selva y el
monte.
La jardinería en Colombia se ha desarrollado de una manera limitada, del mismo modo que el
paisajismo se trabaja poco al momento de diseñar de ciudades, si es que se puede decir que se
hace tal cosa. La necesidad de establecer contacto con la naturaleza sigue existiendo, es fuerte y
se intensifica con la gente que llega a la ciudad, sobre todo porque no pocas veces las condiciones
de migración están determinadas por el conflicto armado, el desplazamiento, y una serie de
dinámicas que hacen que se anhele el pasado y se trate de mantener algunas prácticas, aunque no
se esté ya en el campo. Culturalmente existe un legado de diseño, un imaginario que aun subyace
en el inconsciente del Indígena, del mestizo y del negro, que de vez en cuando es despertado con
la alfarería, los mantos, la joyería, entre otras tantas artesanías precolombinas. Estos son
elementos suficientes para establecer una propuesta estética, una propuesta de Jardines
productivos.

En parte respondiendo a este llamado, basados en algunos principios de Permacultura y por


invitación del trabajo que se desarrollaba por el proyecto CAUPEBOSA con el Cabildo de Bosa se
diseña el primer Jardín Productivo en Bogotá. Con el nombre de Abanuca chiego quysia (pedazo
de tierra para sembrar hortalizas y redondo entre lo demás) Leonardo Mateus y Nora Castañeda
presentan un jardín basado en las imágenes de una múcura y un tunjo, reconociendo
principalmente a través de estos elementos Muiscas y de la alelopatía los fundamentos y el saber
tradicional para establecer arreglos espaciales y asociaciones pertinentes que permitieran hacer
de hortalizas, plantas nativas, medicinales y aromáticas un evento visual agradable y con un fuerte
contenido cultural.

Abanuca Chiego Quysia (Primer Jardín Productivo)

Dado el impacto de este primer diseño se formula el Proyecto de JARDINES PRODUCTIVOS desde
la Facultad de Agronomía de la Universidad Nacional de Colombia – Sede Bogotá. Este proyecto
plantea una propuesta para el ornato del campus de tal manera que se pueda integrar a las
dinámicas de agricultura urbana que se van desarrollando en diversas partes de Bogotá, además
propone hacer un reconocimiento a la labor de huertas, chagras y mingas que se viene
desarrollando de manera espontánea por parte de estudiantes de varias facultades de la
Universidad.

En su fase inicial el proyecto gestionado por el profesor Heliodoro Argüello y coordinado en su


parte administrativa por Jose Mejía recibe el aporte de diseño de Julián Ramírez quien
fortaleciendo y desarrollando los principios y metodologías que se usaron para diseñar Abanuca
Chiego Quysia plantea dos Jardines inspirados por los diseños indígenas investigados y divulgados
por Antonio Grass. El jardín el Tigre Pintado es la muestra inicial para la Universidad que permite el
la continuidad del proyecto y se establece junto al edificio de Agronomía gracias a la valiosa
colaboración de un equipo de once estudiantes (Nubia Rodríguez, Camilo Bojaca, Diego Julián
Ramírez, Ronald Rodríguez, Pamela Vallejo, Yamid Quintero, Víctor Rendón, Milena Guacaname,
Oscar Cepeda, Diana López y Camilo Quijano) quienes desarrollan desde la plantulación hasta la
cosecha el jardín y establecen además propuestas como el rescate de semillas y la divulgación para
que se reconozcan las especies empleadas en el proyecto, sus beneficios y usos.

Jardin El Tigre Pintado

Por razones administrativas el espacio para la realización del jardín El búho no es entregado, y en
una segunda fase el equipo del proyecto de Jardines Productivos (con algunos miembros iníciales y
bajo una coordinación técnica diferente a la inicial) emplea los diseños del los jardines el Tigre
Pintado y Abanuca Chiego Quysia para establecer dos adaptaciones. Para este periodo también es
desarrollado por Julián Ramírez el diseño de un Jardín Productivo para el Proyecto CIAU (Centro de
Investigación En Agricultura Urbana) a cargo de Oscar Emerson Zuñiga.
Jardín adaptado de Abanuca Chiego Quysia

Jardín adaptado de El Tigre Pintado

Actualmente el trabajo en los dos Jardines establecidos dentro de la UN es desarrollado por varios
grupos estudiantiles, entre los que se encuentran Jardines Productivos, que organiza estrategias
administrativas y de mantenimiento del jardín; Yopo Volver a Tierra, que trabaja con mingas y
siembras de frutales; Auzanza, que desarrolla una propuesta de recuperación de semillas nativas y
Agroconciencia que desarrolla trabajos comunitarios en el Jardín. Estas nuevas dinámicas han
permitido de una manera más clara la participación de transeúntes y miembros de la Comunidad
Universitaria de una manera desinteresada.
A través del desarrollo de estos Jardines Productivos los principios y metodologías iníciales se han
aclarado y fortalecido de tal manera que hoy en día podemos hablar de una propuesta más
consistente con potencial de implementación en diversos espacios para llenar los vacios de un
paisajismo poco desarrollado y de un desconocimiento permanente de las tradiciones y dinámicas
agropecuarias y alimentarias dentro de la ciudad.

Proyecciones y potencialidades
Dados los impactos del proyecto se espera dar continuidad a los cursos de educación continua, el
fortalecimiento de los procesos de jardinería productiva emergentes y la consolidación de un
Grupo de Trabajo para la investigación en Jardinería Productiva al interior de la Universidad. Existe
dentro de la propuesta un gran potencial de desarrollo investigativo al tener que desarrollar
estrategias desde estudios de etnobotánica, alelopatía, arte rupestre y precolombino, y
agroecología.

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