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ASPECTOS MEDICOLEGALES DE LA ANESTESIA PEDIATRICA.

En nuestro país, el incremento de demandas judiciales contra médicos y/o


establecimientos de salud constituye un fenómeno relativamente reciente.
Hasta hace 13 años atrás solo existían 1000 casos aproximadamente, siendo
que en el período 1990-94 la cantidad de juicios ascendió a 10.000 casos.
Esta situación ha originado una práctica defensiva de la medicina. En una
encuesta realizada por la FAAA cada 5 años reveló que en 1996 un 10% de
los anestesiólogos consultados ha sido sometido a una demanda de mala
praxis y el 61 % de los mismos tiene seguros que cubren este tipo de
demandas. La comparación de estos datos con los obtenidos en la misma
encuesta en el año 1991 deja ver que el porcentaje de profesionales
demandados no varió, aumentando sí, al doble, la cantidad de especialistas con
cobertura de seguro. (1991:34% - 1996:61%). (1).
Es importante señalar que no habría juicios de mala praxis si no existieran
errores en la práctica médica. Los médicos responden todavía, dentro del
contexto jurídico común a todos los habitantes de la Nación, en la medida en
que se encuentre acreditada su culpa (el dolo y la culpa), en las figuras de la
negligencia, impericia, imprudencia o incumplimiento de los deberes a su
cargo. (Omisión de cuidados). (2).
...”El imperito hace mal porque ignora lo que se debe saber, el negligente no
hace algo que la prudencia indica hacer mientras que el imprudente realiza un
acto que las reglas de la prudencia indican no hacer”... (2).
La culpa del médico reside en la omisión de cuidado para el cumplimiento de
la “lex artis”, la cual esta conformada por el conjunto de normas, reglamentos
o descripción de conductas que rigen la especialidad. Estos códigos que han
sido creados algunas veces por los propios especialistas, son ricos en cuanto a
las obligaciones que imponen a los médicos y tienen tanta fuerza jurídica
como la ley misma. (2), (3). De aquí se desprende que dado el caso de
contratos que suponen una confianza especial entre las partes (especialistas),
solamente puede ser suplido por otro de la misma jerarquía o parecida
condición en los casos en que el médico deba ausentarse y deje un colega a
cargo. (2), (3).
Es mayoritaria la opinión de que la responsabilidad civil médica es de
naturaleza contractual como regla básica. Existiendo una obligación de
medios, a través de la cual no se exige garantizar un resultado, sino un obrar
correcto dentro de la “lex artis” para conseguirlo.
En nuestro país los profesionales del arte de curar siempre asumen
obligaciones de medios, pero con una gran obligación de advertencia y de
información al paciente acerca de los resultados indeseables del
procedimiento. (2).
El desarrollo de la bioética contribuyó a limitar el obrar paternalista de la
medicina habitual, dando paso al principio de autonomía del paciente. Es decir
que se produjo un cambio fundamental en cuanto al papel de la voluntad del
paciente en el tratamiento médico. Estos cambios fueron llevando al desarrollo
de la tesis del Consentimiento informado que viene siendo aplicada en nuestro
país aunque no esta lo suficientemente claro su concepto. (3).
Idealmente el Consentimiento informado permitiría ejercer la autonomía al
individuo, autorizando su participación activa en la toma de decisiones que
atañen a su salud y bienestar. (4).
La evolución de la medicina paternalista (vertical médico - paciente) a la
horizontal compartida, se está volviendo nuevamente verticalista, pero con sus
polos invertidos (paciente - médico). (5). Forzando una medicina defensiva en
donde el Consentimiento informado va dirigido a constituir una herramienta
de liberación de responsabilidades médicas en lugar de ser la manera legal de
documentar el acuerdo del paciente con relación al procedimiento propuesto.
(4).
En estas últimas décadas, diversos grupos investigaron el papel de la anestesia
en la morbimortalidad quirúrgica. Dos hechos llaman la atención: primero,
que una alta proporción podrían haber sido evitados y en segundo lugar, que
muchos ocurrieron asociados a cirugía rutinaria, electiva y a menudo, menor.
(6).
En USA, sobre un total de 2400 casos de mala praxis, el 10% fue en menores
de 15 años. También presentaron diferente distribución de daños
comparados con los casos de adultos. Particularmente, los eventos
respiratorios fueron más comunes entre la población pediátrica (43% vs 30%).
La injuria causada por ventilación inadecuada tiene una alta prevalencia
pediátrica (20% vs 9%). En la opinión de estos revisores, el 89% de los casos
relacionados con mala ventilación podrían haber sido prevenidos contando
con oximetría de pulso y con capnografía. (7).
En EEUU, se comenzó a elaborar una estrategia de prevención de reclamos,
incorporando en el plantel hospitalario la figura del abogado como ejecutor de
planes de prevención, desarrollo de prácticas de auditoría de la actividad
medico asistencial, etc., sin embargo en nuestro medio es aún casi inexistente.
La experiencia indica que con tomar pequeñas medidas de prevención la mala
praxis médica puede ser disminuida en grado notable. (3). Como señalamos
anteriormente, en la constitución de la “lex artis” encontramos normas que
surgieron del seno de las propias organizaciones buscando seguridad y calidad
en la atención médica y a la vez desempeñando un papel de defensa médica en
los casos de mala praxis. Pueden ser excedidas por el anestesiólogo si éste lo
considera conveniente y están sujetas a revisión permanente a fin de ser
adecuadas a la evolución de la tecnología y la práctica médica. (2).
En esta tarea de prevención cumplen un papel fundamental los comités u
oficinas de riesgos médicos legales conformados por médicos y abogados
especialistas en la materia que ayudan a disminuir los riesgos. Ej. (Sección de
Riesgo Médico legal del hospital Muñiz). Colaborando en la confección de la
documentación que acredita la atención brindada a cada paciente. Evaluando
las historias clínicas y reportes de enfermería; verificando los niveles de
autonomía, capacidad y comprensión de la información dada al paciente.
Instrumentando el proceso relacionado con el Consentimiento informado para
prácticas diagnósticas, terapéuticas y para actos quirúrgicos. Redacción de
informes técnicos, oficios, pericias, etc. (1).
Para finalizar, las recomendaciones generales que se pueden dar son muchas,
pero podemos citar algunas dadas por el Dr. Vázquez Ferreyra en el 29°
Congreso Argentino de Anestesiología de Rosario:
- En la anestesiología la ficha preanestésica bien confeccionada, como así
también la visita previa al paciente puede ser la única diferencia entre una
sentencia absolutoria y una condenatoria.
- En la ficha que documenta el acto anestésico, además de las
recomendaciones propias de toda historia clínica, debe tenerse especial
cuidado en anotar los monitores empleados y los valores registrados a lo
largo de toda la cirugía.
- De fundamental importancia es también explicar al paciente en que
consiste el acto anestésico y en lo posible entregar por escrito las
instrucciones de cómo debe estar el paciente preparado para dicho acto,
sobre todo cuando no ha existido internación previa.
- La experiencia indica que las complicaciones anestésicas que más se
repiten y dan lugar a juicios por mala praxis son: ventilación inadecuada,
intubación endotraqueal difícil, intubación esofágica, extubación
inadvertida, ventilador mecánico desconectado y broncoespasmo.
- Muchas de estas complicaciones pueden ser prevenidas con los monitores
adecuados.
- La jurisprudencia califica como falta grave del anestesista el retiro de éste
del quirófano mientras se está realizando la anestesia.
- En sentido semejante se ha dicho que “luego de culminada la práctica que
requirió insensibilización del paciente el anestesista debe continuar junto
al asistido hasta su total reanimación, esto es, hasta que recupere los
signos vitales”.
- Otra misión importante es determinar el responsable del control y el
mantenimiento de los equipos anestésicos. En este sentido, los contratos
firmados con fabricantes, proveedores, representantes, etc. Son muy
importantes pues deben proveer un service permanente. (3).
Debemos tener presente que como resultado directo de la demanda judicial
sobre la esfera vital del anestesiólogo, se produce un desequilibrio físico,
psíquico, moral y económico definido como SINDROME JUDICIAL;
descripto en varias publicaciones y que encierra cuadros de estrés agudo o
crónico que pueden provocar daños temporarios, permanentes o definitivos. Si
bien el mayor número de juicios no prosperan, eso no significa que el médico
no quede afectado para toda su vida. (5). Debemos arbitrar todas las medidas
que estimemos necesarias para llevar a la mínima expresión la posibilidad de
una acción legal y así como defendemos los derechos del paciente, debemos
conocer y defender los derechos del médico.

Bibliografía

1- MAGLIO, I. Prevención de daños y Abogacía hospitalaria. 1998 -


Arkhetypo.
2- NAZARIO VALENTI, R. Optica Médico legal de la Responsabilidad civil
del Médico Anestesiólogo. 1997 –
3- VAZQUEZ FERREYRA, R. Derechos del paciente, derechos del
anestesiólogo. Actas 29 Congreso Argentino de Anestesiología. Rosario
2000.
4- WIKINSKI, J. Algunas reflexiones sobre el consentimiento informado.
Con Anest, 1998 Dic, 6(68): 88,10,12-16
5- HURTADO HOYO, E. El síndrome judicial. Con Anest, 1997 Jul; 5(54):
36-37
6- ARLIA, R. Aspectos Técnicos preventivos en anestesiología. 23 Congreso
Argentino de Anestesiología, 1991, Nov;:133
7- MORRAY, JP et al. A comparison of pediatric and adult closed
malpractice claims. Anesthesiology 1993 Mar;78(3): 461 –467.

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