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Punto 1
PODER JUDICIAL
Punto 2
Según lo establecido en el ya normado art 108, el único tribunal del Poder Judicial que
tiene rango constitucional es la Corte Suprema de Justicia, los restantes quedan
subordinados a lo que dispongan las leyes del Congreso Nacional.
La Corte es el órgano supremo y máximo del poder judicial. Es titular o cabeza de ese
poder, como el presidente lo es del ejecutivo, y el congreso del legislativo. Sólo que
mientras el ejecutivo es unipersonal o monocrático, y el congreso es órgano complejo,
la Corte es: a) órgano colegiado, y b) órgano en el cual —no obstante la titularidad— no
se agota el poder judicial, porque existe otros tribunales inferiores que juntamente con
la Corte lo integran en instancias distintas, además de órganos que no administran
justicia pero forman parte del poder judicial (Consejo de la Magistratura y jurado de
enjuiciamiento). La Corte se ha denominado a sí misma como “tribunal de garantías
constitucionales”, para resaltar la función que, en materia de control constitucional,
cumple para tutelar los derechos y garantías personales. Dentro de este protagonismo,
interpreta y aplica los tratados de derechos humanos, tengan o no jerarquía
constitucional. Asimismo, en ese campo y en otros, ha invocado y ejercido “poderes
implícitos” para poner en funcionamiento su competencia.
La síntesis podría esbozarse con una ejemplificación enunciativa. Así, cabe recordar que
la Corte:
a) da desarrollo a la doctrina constitucional en diversos campos, a medida que sus
sentencias despliegan la interpretación y la aplicación de la constitución;
d) vigila que los tratados internacionales no se violen, ni por acción ni por omisión, para
resguardar la responsabilidad internacional del estado que los ha incorporado a nuestro
derecho interno;
e) tiende a concertar armoniosamente las competencias federales y las provinciales para
evitar la pugna entre unas y otras;
Otras Garantías
Sueldo: El art. 110 dispone que la remuneración de los jueces es determinada por la ley,
y que no puede ser disminuida “en manera alguna” mientras permanezcan en sus
funciones. La Corte Suprema ha establecido que la intangibilidad de los sueldos de los
jueces es garantía de independencia del poder judicial, y que no ha sido establecida por
razón de la persona de los magistrados, sino en mira a la institución de dicho poder.
Las incompatibilidades
La constitución no contiene más disposición sobre incompatibilidad que la del art.
34, que prohíbe a los jueces de las cortes federales serlo al mismo tiempo de los
tribunales de provincia. Pero se encuentra tan consustanciada la incompatibilidad de
otras actividades con el ejercicio de la función judicial, que la ley no ha hecho más que
recepcionar una convicción unánime: los jueces no pueden desarrollar actividades
políticas, administrativas, comerciales, profesionales, etc., ni tener empleos públicos o
privados. Por excepción, pueden ejercer la docencia, y realizar tareas de investigación y
estudios.
No hay que ver estas incompatibilidades como “prohibiciones” dirigidas a la persona de
los jueces para crearles cortapisas en sus actividades, sino como una “garantía” para su
buen desempeño en la magistratura y para el funcionamiento correcto e imparcial de la
administración de justicia.
Punto3
El Consejo de la Magistratura
ART 114: “El Consejo de la Magistratura, regulado por una ley especial sancionada
por la mayoría absoluta de la totalidad de los miembros de cada Cámara, tendrá a su
cargo la selección de los magistrados y la administración del Poder Judicial.
El Consejo será integrado periódicamente de modo que se procure el
equilibrio entre la representación de los órganos políticos resultantes de la elección
popular de los jueces de todas las instancias y de abogados de la matricula federal.
Será integrado, asimismo, por otras personas del ámbito académico y científico, en el
número y la forma que indique la ley.
Será sus atribuciones:
Punto 4
Jurado de Enjuiciamiento
El art. 115 ya transcripto en el nº 2 dispone:
“Los jueces de los tribunales inferiores de la Nación serán removidos por las causales
expresadas en el artículo 53 (por mal desempeño, por delito en ejercicio de sus
funciones; o por crímenes comunes), por un jurado de enjuiciamiento integrado por
legisladores, magistrados y abogados de la matrícula federal.
Su fallo, que será irrecurrible () , no tendrá más efecto que destituir al acusado. Pero
la parte condenada quedará no obstante sujeta a acusación, juicio y castigo conforme a
las leyes ante los tribunales ordinarios.
Correspondía archivar las actuaciones, y e su caso, responder al juez suspendido, si
transcurrieren ciento ochenta días contados desde la decisión de abrir el
procedimiento de remoción, sin que haya sido dictado el fallo. En la ley especial a que
se refiere el artículo 114, se determinara la integración y procedimiento de este jurado.
Procedimiento:
El procedimiento actual se desdobla: en una primera etapa, el Consejo de la
Magistratura acusa al decidir la apertura del procedimiento —y puede suspender al juez
—; en la segunda etapa, interviene el jurado de enjuiciamiento, que puede remover, o
no. Se trata de una relación entre dos órganos —Consejo y jurado— que forman parte
—ambos— del poder judicial, por lo que cabe calificar a esa relación como intraórgano.
El Ministerio Público es el único órgano que, fuera del poder legislativo, del poder
ejecutivo y del poder judicial, no aparece “dentro” del sector normativo dedicado a cada
uno de esos tres poderes clásicos. Posee una sección normativa especial, no compartida,
que es la cuarta, contenida en la segunda parte del texto constitucional (parte orgánica o
derecho constitucional del poder). Es un órgano independiente y con autonomía
funcional y autarquía financiera, es decir no recibe instrucciones de nadie y administra
su propio presupuesto.
La competencia
Del art. 120 cabe inferir una división en las funciones del Ministerio Público. Estas
serían:
A) promover la actuación de la justicia, lo que a su vez admite desdoblarse en: a’) para
incitar la persecución penal en los delitos de acción pública; a”) para iniciar procesos no
penales cuando —usando el vocabulario que emplea la norma— es necesario hacerlo en
defensa de la legalidad o de los intereses generales de la sociedad;
d) controlar, desde el ejercicio de las funciones señaladas, a los otros órganos del poder
y a los del poder judicial, todo ello en la medida y en el marco que le traza y le delimita
su intervención en los procesos judiciales donde la cuestión que se ventila guarda
relación con actos u omisiones de dichos órganos o de los particulares; d’) ejercer el
control de constitucionalidad de leyes, normas infralegales, actos y omisiones del poder
y de los particulares con igual perfil que el recién descripto;
e) asumir judicialmente las funciones tradicionales del ministerio pupilar (defensa
oficial de pobres, menores, incapaces, ausentes, etc.; y, en su caso, representación de los
mismos).