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La dote es el patrimonio que la novia o su familia entregan al novio, siendo en muchos

casos proporcional al estatus social del futuro esposo. Su significado, según diferentes
culturas, bien sería el de contribuir a la manutención de la propia novia o contribuir a las
cargas matrimoniales. En todo caso, la dote se otorga al marido, quien la administra
durante la duración del matrimonio y de producirse el repudio, la separación o el
divorcio tendría que devolverla. 1 2

En algunas culturas, la dote forma parte de un intercambio de riquezas entre las familias
contrayentes acompañada de un cierto pago del novio o su familia a la familia de la
novia, denominado excrex. Este pago es relativamente frecuente en algunas culturas
africanas, mientras que la dote sería más propia de Oriente Próximo, el sur de Asia
(China, India) y algunas sociedades europeas.

A pesar de que en estos países asiáticos se prohibiera expresamente la dote a mediados


del s. XX (en la India fue ilegalizada en 1961), esta práctica sigue siendo bastante
común y en ocasiones ha suscitado problemas cuando no se pueden satisfacer las
exigencias del marido, lo que acarrea malos tratos o incluso uxoricidios u otros tipos de
asesinatos.3

En algunas regiones de Europa se ha conservado la tradición del ajuar, que


antiguamente consistía en el conjunto de enseres, muebles y ropas aportados por la
familia de la novia y que hoy también puede hacerse extensible a la familia del novio.

En otras culturas, como en los pueblos germánicos del Medievo, aparece un fenómeno
marital denominado Morgengabe, que consistiría en un pago del novio a la familia de la
novia. El mahr es un fenómeno parecido al Morgengabe germánico pero en la cultura
islámica que se menciona en el Corán en el versículo 4:4.
Dote (Derecho romano)
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En Derecho romano, la dote o dos es una donación especial que se hace al marido, de
parte de su mujer, con la finalidad de contribuir a las cargas económicas que lleva
aparejado el matrimonio. Cuando el marido no es sui iuris, es el progenitor quien
adquiere la dote, pero cuando se produce la muerte del padre, ésta pasa a estar bajo la
propiedad del marido aunque el familiar no se la hubiese legado.

La constitución de la dote, que queda documentada en un instrumentum dotale,


representa junto a determinados actos que dan por iniciada la convivencia una de las
pruebas evidentes de la honorabilidad del matrimonio.Nota 1 Lo más habitual es que sea el
padre de la novia, o en su defecto el sujeto que tuviese la potestad sobre la misma, quien
se encarge de la constitución de la dote (en este caso, la dote se denomina profecticia),
aunque también puede suceder que la constituya la misma mujer, siempre y cuando sea
sui iuris, u otra persona cualquiera (dote adventicia). Al igual que sucede con las
donaciones, la dote supone un lucro que se puede manifestar por medio de una
transmisión de propiedad, por constitución de un derecho real o por extinción de una
deuda, y en general por otros mecanismos cuya finalidad es el incremento positivo o
una liberación con respecto al patrimonio del marido o de la persona que ostenta la
potestad sobre el mismo.

Contenido
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• 1 Constitución dotal
• 2 La dote entendida como res uxoria
• 3 Restitución de la dote
• 4 Reforma de Justiniano
• 5 Notas

• 6 Bibliografía

[editar] Constitución dotal


Cuando se habla de dotis datio nos estamos refiriendo a la constitución efectiva de la
dote, y en el supuesto caso de que el matrimonio viniese a fallar procedería la condictio
para volver a recuperar la propiedad ejercida sobre el conjunto de bienes dotales.
Existen dos maneras diferentes de manifestarse la promesa de dotar, que son la forma
estipulatoria (promissio dotis) o la forma de asignación oral de dote sin pregunta previa
(dictio dotis), siéndo únicamente posible esta última a la mujer, a su padre o al deudor
de la mujer por delegación de ella.

Aunque durante el transcurso de la época post-clásica las formas promisorias


desaparecen, la dote se puede continuar constituyendo por medio de un pacto dotal
documentado, llegando a considerarse como válido un pacto verbal desde el periodo
justinianeo.

[editar] La dote entendida como res uxoria


A pesar de que la dote se haga en un principio de la propiedad del marido, ésta tiene la
consideración de cosa de la mujer (res uxoria) y consecuentemente, la esposa podrá
recuperarla en determinadas circunstancias. Es así como se genera un régimen especial,
en el que el marido adquiere la titularidad sobre los bienes de la dote, pero se trata de
una titularidad para el marido cuyo habere (la capacidad de disposición física o jurídica)
queda muy limitada. La pertenencia de la dote a la mujer queda patente en algunas
limitaciones que se le imponen a la propiedad del marido sobre la misma:

Busto del emperador romano César Augusto.

• Las cosas muebles de la dote sustraídas por la mujer durante el matrimonio o


con motivo del divorcio no quedan sujetas a la actio furti (por lo que no tienen
consideración de hurto) contra la mujer, puesto que esta acción de hurto es
infamante, y por ello se excluye en este caso de consideración al honor del
matrimonio, aunque si queda legitimada pasivamente la mujer a la acción de
hurto si la sustracción de las cosas tuvo lugar tras el divorcio. Sin embargo, el
marido se encuentra legitimado activamente a la actio rerum amotarum, acción
in factum y reipersecutoria, contra la mujer sui iuris.

• Los frutos obtenidos a partir de los bienes dotales pueden invertirse en productos
alimenticios para la mujer sin incurrir en la prohibición de donaciones entre
cónyuges.

• El marido necesita el permiso de su mujer para poder manumitir a los esclavos


dotales. Gracias a la lex Iulia de maritandis ordinibus (que data del 18 a.C.), la
mujer dispone de una acción para reclamar al marido todo lo obtenido a
consecuencia de la manumisión.

• Desde Augusto, el marido no puede enajenar los fundos Itálicos (terrenos


localizados en el suelo de Italia) que formen parte de la dote.
• El marido tiene que responder ante la pérdida de las cosas dotales.

• La dote es excluida de la partición de la herencia del padre del marido, de tal


forma que siempre queda reservada para éste.

Si la mujer es sui iuris, los patrimonios del marido y de la mujer se mantienen


separados. Sin comtemplación de la dote, Justiniano denominó parafernales a todos los
bienes privativos de la mujer.Nota 2

[editar] Restitución de la dote


Después del matrimonio, existe la obligación de restituir la dote si se ha estipulado su
restitución mediante la cautio rei uxoriae (es lo que se conoce como dote recepticia).
Sin embargo, también hay una forma alternativa de hacerse la estipulación, consistente
en reclamar una estimación en vez de los objetos dotales (dos aestimata); así, el marido
asume el riesgo de la pérdida de las cosas de la dote, pues queda obligado a pagarlo.

El marido condenado por la actio rei uxoriae tiene derecho al beneficio de competencia,
así como dispone de un plazo de tres años para la restitución de las cosas fungibles de la
dote (a no ser que el marido incurriese en adulterio, por lo que se retira el plazo, y por
mala conducta de menor gravedad, se le reduce el plazo de entrega a seis meses), puede
retener los frutos dotales, y mediante una excepción, tiene la posibilidad de retener
algunas cantidades deducidas por diferentes causas.

Las cosas fungibles son las cosas que se identifican por el género y la cantidad,
constituyendo el dinero de curso legal la cosa fungible por excelencia en el Imperio
romano.

Con la finalidad de conseguir aclarar la restitución de la dote, se deben distinguir


diferentes supuestos de extinción del matrimonio y varias circunstancias posibles:

• Cuando se sobreviene el divorcio, al mujer dispone en todo momento de la


acción, pero si se trata de una alieni iuris y su padre está vivo, éste debe
reclamar junto a su hija (adiuncta filiae persona), y en el supuesto caso de que la
mujer fallezca tras el divorcio, sólo tienen la capacidad de reclamar los
herederos cuando el marido se ha retrasado en la restitución. Si el divorcio tiene
su causa en la conducta de la mujer o del padre de la misma, el marido tiene la
oportunidad de reterner las siguientes deducciones: un sexto de la dote por cada
hijo del matrimonio, sin llegar a superar en total la mitad de la dote (retentio
propter liberos). Si la mujer ha incurrido en adulterio, el marido podrá retener
otro sexto de la dote (retentio propter mores graviores). Finalmente, podrá
retener un octavo por faltas de menor gravedad que hayan propiciado el divorcio
(retentio propter mores leviores).

• Cuando fallece el marido, la mujer puede proceder a la reclamación de los


herederos de su cónyuge difunto igual que sucede en el caso del divorcio, con la
salvedad de que no existen retentiones para lo herederos.

• Cuando la que fallece es la mujer, o en su defecto sufre pena de esclavitud que


no implique confiscación de sus bienes, la dote quedará para el marido si es
adventicia. Si en caso contrario, la dote es profecticia y el padre cosntituyente
vive, dispone de la actio rei uxoriae, aunque el marido podrá retener la quinta
parte por cada hijo fruto del matrimonio.

Aparte de las posibles retenciones mencionadas, el marido también tendrá la opción de


retener en base al valor de enriquecimiento obtenido por la mujer por motivo de los
regalos recibidos del cónyuge (retentio propter res donatas), al valor de las cosas
sustraídas por la esposa al marido por motivo del divorcio (retentio propter res amotas)
y finalmente, también podrá retener por el valor de las impensas gastadas por el marido
en la dote, ciñiéndose exclusivamente a las necesarias y útiles, no las voluptuarias o las
causadas por el mismo cultivo de la tierra dotal.

[editar] Reforma de Justiniano


Fue el emperador Justiniano I el principal responsable de la reforma del régimen dotal y
del patrimonio conyugal, caracterizándose por concebir a la dote como un patrimonio de
obligada constitución para la mujer casada, que debe ser reservada para ayuda de ésta
tras la disolución del matrimonio. Consecuencia de esta situación era la propiedad de
carácter temporal que el marido ejercía sobre los bienes dotales, siendo semejante a una
especie de usufructo. Con las reformas justinianeas también se ampliaron las
limitaciones impuestas a la propiedad del marido y las garantías para la restitución
dotal.Nota 3

Con Justiniano surge una nueva acción dotal (actio dotis), que en términos de contenido
es prácticamente idéntica a la anterior actio rei uxoriae. Como curiosidad cabe
mencinar que el emperador la llama actio ex estipulatu

La reforma dotal de Justiniano se completó con la de las donaciones nupciales


(donationes propter nuptias), que el marido debe prometer a la mujer como aportación
en compesación de la dote y cuyo fin consiste en afianzar el matenimiento de su esposa
en condición de viudez.

El matrimonio desde siempre había supuesto una pérdida para la familia de la esposa,
pero la crisis económica que azotó al Imperio romano durante el siglo V d. C. provocó
que hecho matrimonial supusiese una pérdida todavía más grave. Es por ello por lo que
la donatio hecha por el marido se convirtió en algo más cotidiano, al mismo tiempo que
se estableció que la dote no podía ser en ningún caso inferior a la donación marital.

[editar] Notas
1. ↑ Los actos sociales consisten en una cena en el hogar de los padres de la novia
en la que la familia de la misma hace entrega de ésta al novio, y el posterior
traslado en comitiva de la novia a la casa del novio.
2. ↑ En las provincias griegas, se denominaba parapherna a los bienes que la mujer
introducía en la casa del marido (frecuentente estos se correspondían con el
ajuar) con un inventario para su futura restitución. Tanto en el Digesta como en
el Codex Iustinianus se hace alusión a estos bienes, pero la Jurisprudencia
romana no le muestra especial consideración.
3. ↑ Un rescripto de Severo y Caracala encomendaba a los gobernadores
provinciales, antes de la modificación de Justiniano, que se vigilase el
cumplimiento del deber moral que tenían los ascendientes de dotar a los
descendientes. Sin embargo, no será hasta la etapa justinianea cuando este debe
se convierta en jurídico.

[editar] Bibliografía
• D´Ors, Álvaro (2004). Derecho privado romano. EUNSA. ISBN 978-84-313-2233-
5.

• Betancourt, Fernando (2007). Derecho romano clásico. Universidad de Sevilla.


ISBN 978-84-472-1099-2.

DOTE

Dote de matrimonio en el A.T. El novio debía pagar a la familia de la novia una indemnización
por ella. Podía ser en dinero o en servicios. Jacob: «Te serviré siete años por Raquel»
(Génesis 29,18). Esta práctica queda superada cuando se comprende la enseñanza de Cristo
sobre la dignidad de la mujer y el sacramento del matrimonio. Aun se utiliza en algunos países.

En la vida religiosa: El patrimonio que se entrega al convento o a la orden en que va a tomar


estado religioso una profesa. Esta práctica ayudaba al mantenimiento de la comunidad. Habían
comunidades que recibían vocaciones que no tenían dote. Esta práctica ya no se utiliza en la
Iglesia.

En Teología: Claridad, agilidad, sutileza e impasibilidad. Estas son las cuatro cualidades que
poseen los cuerpos gloriosos de los bienaventurados en el cielo.

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