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COMENTARIO DE MADAME BOVARY

DE GUSTAVE FLAUBERT

TEXTO (pág. 252-253)


Rodolphe llevaba un gran abrigo; la envolvía por completo, y, pasándole el brazo por la cintura, la llevaba sin hablar hasta el fondo
del jardín.
Era bajo el cenador, en el mismo banco de palos podridos donde antaño Léon la miraba tan enamorado en las noches de verano.
Emma ahora apenas pensaba en él.
Las estrellas brillaban a través de las ramas del jazmín sin hojas. Detrás de ellos oían correr el río, y, de vez en cuando, en la orilla,
el chasquido de las cañas secas. Masas de sombra, aquí y allí, se ensanchaban en la oscuridad, y a veces, movidas todas al unísono,
se levantaban y se inclinaban como inmensas olas negras que se hubiesen adelantado para volver a cubrirlos. El frío de la noche les
hacía juntarse más; los suspiros de sus labios les parecían más fuertes; sus ojos, que apenas entreveían, les parecían más grandes, y,
en medio del silencio, había palabras pronunciadas tan bajo que caían sobre su alma con una sonoridad cristalina y que se
reproducían, en vibraciones multiplicadas.
Cuando la noche estaba lluviosa iban a refugiarse al consultorio, entre la cochera y la caballeriza. Ella encendía uno de los
candelabros de la cocina que había escondido detrás de los libros. Rodolphe se instalaba allí como en su casa. La vista de la
biblioteca y del despacho, de todo el departamento finalmente, excitaba su alegría; y no podía contenerse sin bromear a costa de
Charles, lo cual molestaba a Emma. Ella hubiese deseado verle más serio, a incluso más dramático, llegado el caso, como aquella
vez en que creyó oír en el paseo de la huerta un ruido de pasos que se acercaban.
-Alguien viene -dijo ella.
Rodolphe apagó la luz.
-¿Tienes tus pistolas?
-¿Para qué?
-Pues... para defenderte -replicó Emma.
-¿De tu marido? ¡Ah!, ¡pobre chico!
Y Rodolphe remató la frase con un gesto que significaba: « Lo aplastaría de un papirotazo.»
Emma se quedó pasmada de su valentía, aunque notara una especie de falta de delicadeza y de grosería ingenua que le escandalizó.
Rodolphe pensó mucho en aquella historia de pistolas. Si Emma había hablado en serio, resultaría muy ridículo, pensaba él, incluso
odioso, pues no tenía ninguna razón para odiar al buenazo de Charles, no estando lo que se dice consumido por los celos; y, a este
propósito, Emma le había hecho un gran juramento que él no encontraba tampoco del mejor gusto.
Por otra parte, se estaba poniendo muy sentimental. Habían tenido que intercambiarse retratos, se habían cortado mechones de
cabello, y Emma pedía ahora un anillo, un verdadero anillo de matrimonio en señal de alianza eterna. A menudo le hablaba de las
campanas del atardecer o de las «voces de la naturaleza»; después, de su madre y de la de él. Rodolphe la había perdido hacía veinte
años. Emma, sin embargo, le consolaba con remilgos de lenguaje, como se hubiera hecho con un niño abandonado, a incluso le
decía a veces, mirando la luna:
-Estoy segura que desde allá arriba, las dos juntas aprueban nuestro amor.
¡Pero era tan bonita!, ¡había poseído tan pocas mujeres con semejante candor! Este amor sin desenfreno era para él algo nuevo, y
sacándole de sus costumbres fáciles, halagaba a la vez su orgullo y su sensualidad. La exaltación de Emma, que su buen sentido
burgués desdeñaba, le parecía en el fondo del corazón encantadora, puesto que se dirigía a su persona. Entonces, seguro de ser
amado, no se molestó, a insensiblemente sus maneras cambiaron.

COMENTA LOS ASPECTOS TÉCNICOS (FORMALES) DEL REALISMO EN ESTE


FRAGMENTO

El objetivo de cualquier novela realista (y después de la naturalista) es crear una visión lo más
real y objetiva posible de la realidad. Para lograr este objetivo el autor emplea diferentes
recursos temáticos y técnicos (formales) de los cuales podemos encontrar ejemplos en este texto
que hemos de comentar.

En primer lugar observemos cómo el autor, rechazando los postulados del Romanticismo,
rechaza la imaginación y la fantasía. Al contrario de las obras románticas, en el realismo se
retrata la realidad más cotidiana, los detalles más precisos de la vida corriente, y se toma como
base social la burguesía. En el texto observamos cómo el adulterio se ha convertido ya para
Rodolphe en una rutina mientras que para Emma sigue siendo una aventura maravillosa. El
adulterio es uno de los temas favoritos del realismo pues se convierte en símbolo de una
sociedad hipócrita, basada en el interés y la simulación y que, al mismo tiempo, se muestra
inflexible con aquellos que desean la felicidad y la libertad al margen de su rigidez.

Es característica del realismo la precisión en el retrato de los personajes. Este texto se centra
en el retrato psicológico de Rodolphe. Por una parte empieza a cansarse de los excesos
románticos de Emma, de su teatralidad exagerada; pero, por otra parte, le sigue subyugando su
belleza, su fragilidad y, sobre todo, sigue con ella porque su orgullo de varón se ve halagado por
el torrente de pasión que ha despertado en una burguesita de condición muy inferior a la suya.
Emma vive la relación como si de una novela se tratase y percibe cualquier
acontecimiento como una aventura, y como una amenaza: el pequeño ruido desencadena en ella
toda una fantasía de enfrentamiento entre el amante y el marido ofendido. Además vive con la
idea de que Rodolphe es su amor legítimo: por ello le exige prendas que simbolicen el
compromiso (el anillo, el mechón de cabellos…) y esta actitud es precisamente la que Rodolphe
encuentra cargante y ridícula. Emma ha superado completamente el platónico enamoramiento
de Léon y ahora su lugar de encuentro se ha convertido en el lugar donde se consuma la caída
de Emma.

Igualmente es fundamental en el realismo la precisión en la descripción del tiempo y el


espacio de la acción, así como de los objetos. Observamos la precisión en la descripción del
espacio: el jardín, el cenador, las estrellas, el jazmín…, son todos elementos que contribuyen a
crear una atmósfera romántica para un hecho (el adulterio) de lo más vulgar. Pero Emma
necesita de esa romantización del espacio; por ello se ofende cuando Rodolphe se burla de
Bovary en su propio despacho. Emma está viviendo el amor de su vida y las bromas de
Rodolphe convierten en vulgar algo que siempre debería ser sublime.

En cuanto a la descripción del tiempo observamos dos recursos recurrentes en el estilo de


Flaubert: por una parte la morosidad descriptiva dificulta el desarrollo de la acción. Esta apenas
avanza y es difícil establecer una cronología. Por otra parte vemos la descripción única de una
acción habitual, de ahí la utilización del imperfecto de indicativo (la cursiva es nuestra): “…Las
estrellas brillaban a través de las ramas del jazmín sin hojas. Detrás de ellos oían correr el río, y, de vez en cuando, en la orilla, el
chasquido de las cañas secas. Masas de sombra, aquí y allí, se ensanchaban en la oscuridad, y a veces, movidas todas al unísono, se
levantaban y se inclinaban como inmensas olas negras que se hubiesen adelantado para volver a cubrirlos. El frío de la noche les
hacía juntarse más; los suspiros de sus labios les parecían más fuertes; sus ojos, que apenas entreveían, les parecían más grandes, y,
en medio del silencio, había palabras pronunciadas tan bajo que caían sobre su alma con una sonoridad cristalina y que se
reproducían, en vibraciones multiplicadas.
Cuando la noche estaba lluviosa iban a refugiarse al consultorio, entre la cochera y la caballeriza. Ella encendía uno de los
candelabros de la cocina que había escondido detrás de los libros. Rodolphe se instalaba allí como en su casa. La vista de la
biblioteca y del despacho, de todo el departamento finalmente, excitaba su alegría; y no podía contenerse sin bromear a costa de
Charles, lo cual molestaba a Emma. (…)”

Uno de los principios básicos del realismo es alcanzar la objetividad. Para lograrlo el autor
dispone de varios recursos de carácter técnico que tienen a hacer desaparecer al narrador, así
como sus opiniones. Veamos algunos ejemplos sobre nuestro texto:

a.- narrador en tercera persona.- Supone el grado máximo de objetividad, indica la máxima
distancia posible entre el narrador y la materia narrativa. En la novela realista el narrador debe
permanecer al margen de la acción (en la medida de lo posible). La novela es testimonio,
análisis de la sociedad; por lo tanto, el narrador sólo puede mostrar, nunca juzgar.

En el texto observamos la 3ª persona en el discurso del narrador: “…Rodolphe llevaba un gran


abrigo; la envolvía por completo, y, pasándole el brazo por la cintura, la llevaba sin hablar hasta el fondo del jardín.…”

Sin embargo, a pesar de los esfuerzos por mantenerse neutral, en ocasiones el narrador se deja
llevar y juzga los comportamientos de sus personajes. En este caso el narrador muestra la
exageración de la conducta de Emma a través del propio Rodolphe, que está cansándose de los
extravíos románticos que se repiten constantemente: “…Por otra parte, se estaba poniendo muy sentimental.
Habían tenido que intercambiarse retratos, se habían cortado mechones de cabello, y Emma pedía ahora un anillo, un verdadero
anillo de matrimonio en señal de alianza eterna. A menudo le hablaba de las campanas del atardecer o de las «voces de la
naturaleza»; después, de su madre y de la de él. Rodolphe la había perdido hacía veinte años. Emma, sin embargo, le consolaba con
remilgos de lenguaje, como se hubiera hecho con un niño abandonado, a incluso le decía a veces, mirando la luna:
-Estoy segura que desde allá arriba, las dos juntas aprueban nuestro amor…”

b.- narrador omnisciente.- si el objetivo es crear una imagen verosímil y total de la realidad
no se puede partir de un narrador con sabiduría reducida. El narrador debe poder penetrar en los
pensamientos más íntimos del personaje, mostrárnoslo tal cual es, en toda su miseria o su
grandeza. Esto sólo se puede lograr a partir de un narrador omnisciente.
Observemos cómo el narrador es capaz de penetrar en el interior de los personajes,
mostrándonos sus sentimientos, el significado de sus actos o lo que su relación ha significado
para ambos (la cursiva es nuestra): “…Ella hubiese deseado verle más serio, a incluso más dramático, llegado el caso,
como aquella vez en que creyó oír en el paseo de la huerta un ruido de pasos que se acercaban…”, “…Y Rodolphe remató la frase
con un gesto que significaba: « Lo aplastaría de un papirotazo.»…”, “…Si Emma había hablado en serio, resultaría muy ridículo,
pensaba él, incluso odioso, pues no tenía ninguna razón para odiar al buenazo de Charles, no estando lo que se dice consumido por
los celos; y, a este propósito, Emma le había hecho un gran juramento que él no encontraba tampoco del mejor gusto…”

c.- narradores-personajes.- en las novelas realistas es importante la presencia del diálogo. A


través de los diálogos, sin interferencias del narrador (que puede manipular o tergiversar el
discurso) asistimos al pensamiento directo de los personajes, podemos comprender mejor sus
sentimientos, ideas o motivaciones, porque ellos mismos nos los muestran. Por ello las
intervenciones del narrador se limitan a verbos de lengua (replicó, dijo, proseguía, observó…)
que introducen sucintamente el discurso del propio personaje. Se trata, en fin, de crear
personajes que sean verosímiles, creíbles en el mundo de ficción y en el mundo real.

Sin embargo este texto se basa más en la descripción de sentimientos y actitudes. Por
este motivo el diálogo está prácticamente ausente del fragmento. Solo hay un breve ejemplo que
muestra el contraste entre las actitudes de Rodolphe y Emma: mientras para la adúltera la
hipotética aparición del marido ofendido es vivida como una catástrofe, Rodolphe contempla
esta posibilidad con desprecio, un desprecio que nace de su posición social (que le convierte en
superior), de su fuerza física y del conocimiento de la insignificancia de Bovary, que nunca
podrá ser una amenaza para él: “…-Alguien viene -dijo ella.
Rodolphe apagó la luz.
-¿Tienes tus pistolas?
-¿Para qué?
-Pues... para defenderte -replicó Emma.
-¿De tu marido? ¡Ah!, ¡pobre chico!...”

Sí hallamos en el texto palabras literales del personaje insertas en el discurso del narrador (“…A
menudo le hablaba de las campanas del atardecer o de las «voces de la naturaleza»…”). Sabemos que se trata de
comentarios hechos por los personajes y transcritos por el narrador de manera literal porque
están marcados como tales por las comillas. En este caso sirven para ridiculizar la actitud de
Emma que parece recitar frases aprendidas de las novelas románticas que leyó en su juventud,
de cuyos argumentos apasionados se empeña en formar parte.

d.- discurso indirecto-libre.- esta es otra de las innovaciones técnicas (formales) del realismo
que contribuyen a dotar de verosimilitud al texto, pues muestran –dentro del discurso del
narrador- los pensamientos literales del personaje, su corriente de consciencia (sin comillas,
sin verbos de lengua o pensamiento introductorios).

En este texto encontramos únicamente un ejemplo de este recurso, pues normalmente


se reserva para momentos de intimidad o de análisis del interior del personaje, donde la acción
se sustituye por la reflexión. Se trata del fragmento en que Rodolphe nos muestra cómo, a pesar
del fastidio que le producen las exageraciones románticas de Emma, encuentra en ella atractivos
que le incitan a seguir adelante con esta relación (la cursiva es nuestra): “… ¡Pero era tan bonita!, ¡había
poseído tan pocas mujeres con semejante candor! Este amor sin desenfreno era para él algo nuevo, y sacándole de sus costumbres
fáciles, halagaba a la vez su orgullo y su sensualidad…”

e.- documentación e investigación previas.- no se puede intentar dar una imagen verosímil de
una realidad sin comprenderla; y no se puede comprender algo que no se conoce. Los autores
del realismo (y, sobre todo los del naturalismo) realizan una tarea previa de investigación que
les permita dominar todas aquellas facetas de la realidad que se desea mostrar.

En este fragmento no encontremos tal vez huellas de esa investigación minuciosa, de


conocimientos enciclopédicos que muchas veces exhiben los autores realistas y naturalistas (en
esta misma obra Flaubert demuestra conocimientos médicos y legales que exigen de una
preparación previa) pero sí el cuidado por presentar toda la información posible que permita al
lector acceder al interior del personaje.

Conclusión.- A través de este comentario hemos intentado mostrar que el texto se puede insertar
dentro de la corriente literaria del realismo, pues cumple muchas de sus características más
significativas.

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