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Primera Clase
1º Parte:
Reflexiones sobre el arte de organizar sonidos 1
a) El encuentro entre Arte v vida diaria: escuchar los sonidos del mundo real en un
contexto artístico.
"La música, (a música clásica como la conocemos, es decir la música clásica europea de
hoy en día, no sobrevivirá a menos que hagamos un esfuerzo radical para cambiar
nuestra actitud hacia ella y que la saquemos del nicho especializado en que se ha
transformado, aislada del resto del mundo, y la hagamos algo esencial a nuestras vidas:
no algo ornamental, no algo simplemente disfrutable, o apasionante, sino algo esencial.
Algunos de nosotros somos más fanáticos de ¡a música, más interesados que otros, pero
pienso que tendríamos que tener la posibilidad de aprender no solo acerca de ella, sino
de ella. Es perfectamente entendible en todo el mundo, que se tiene que adquirir un
montón de experiencia de vida para sacaría haciendo música, pero también hay tantas
cosas que se pueden aprender de la música, para entender el mundo, si la pensamos
como algo esencial a la vida." 2
Un aspecto importante de este párrafo que podemos discutir es la disociación del arte
contemporáneo con la vida diaria. O sus grados de accesibilidad. Las sociedades más
primitivas integraban orgánicamente las manifestaciones artísticas en las rutinas diarias y en
cada aspecto de la vida. La música proveía en algunos casos de ritmo al trabajo. Los griot
{narradores tribales africanos) mantienen a través del canto y la narración, la historia y
genealogía de su grupo étnico. En estas culturas el arte visual, como las mayorías de las
manifestaciones artísticas, es funcional.
Actualmente, el arte popular es más bien un artículo de consumo. Probablemente la relación
más estrecha con la vida tenga que ver con la cultura del baile y rituales sociales asociados y
sobre todo a través de las letras de las canciones. Por el contrario, la música culta en general,
es más abstracta, no tiene una significación especialmente extra musical y esto es incluso un
objetivo mismo en su creación. Esta tendencia a la abstracción, desde comienzos del siglo XX,
se ha ido profundizado y abriendo un abismo insalvable entre oyente y obra o entre oyente y
compositor. Lo paradójico es que ese abismo es tan profundo, incluso entre los mismos
músicos y ha contribuido a que la música contemporánea haya sido marginada de la sociedad
en conjunto.
Esto nos permite encontrar significado incluso en obras de arte abstracto. Probablemente si
se hubiera suplido de este significado a través de contenido musical o información de soporte
la marginalización no hubiere sido tan extrema. Es una cuestión de comunicación entre el
artista y los receptores. Ambos se benefician. El receptor llega más lejos en su percepción del
significado de la obra y el artista se informa de que aspectos funcionan en esa comunicación y
cuáles no.
La forma de escucha puede resumirse en dos situaciones extremas: audición experimentada,
noema (audición objetiva o contenido objetivo), es decir el receptor se apoya en su experiencia
previa sobre el tipo de música que está escuchando. Si no tiene información previa hablamos
de audición experimental, noesis, audición subjetiva o visión intelectual. Son dos casos extremos
e independientes. En uno la mente se aferra a lo conocido y estructura la audición. En la otra
se ve continuamente sorprendida y el tratar de "armar" la obra sin tener elementos previos le
implica un doble esfuerzo intelectual.
Proveyendo de herramientas que permitan "algo de lo que agarrarse" la independencia entre
noema y noesis es menor.
Esta situación del arte contemporáneo, tiene dos lados. Por un lado hay una suerte de
embargo social contra la música contemporánea (es evitada en los medios masivos de
comunicación). Hay un embargo educativo, en la educación primaria y secundaria en los
mejores casos es una excepción. Y un embargo de los mismos músicos que la evitan
sistemáticamente. Los compositores por otro lado actúan pasivamente aceptando una
difusión mínima y escudándose en rótulos muy intelectualistas. El compositor parece que no
siente la necesidad proveer los medios de acceso a su obra ni de una difusión más amplia.
Algunas obras de arte sonoro, ofrecen un retorno a la conexión arte-vida. Sean o no obras
abstractas, sus contenidos crean asociaciones. El oyente se apoya en elementos conocidos o
experimenta el entorno en que es ubicado por el compositor. Esta mímesis ha sido descrita
como audio vérité (audio verdad)4. Y en el mismo sentido se ha denominado en inglés
affordance (potencialidad, posibilidades de actuación de alguien con el entorno) a la relación
entre un organismo actor y perceptor, un oyente y su entorno real, es decir aquello incluido en
una obra perteneciente al mundo real.
Opuesto a esto es el concepto de "objeto sonoro" de Pierre Schaeffer. Su punto de vista es que
el sonido se aprecia por sus cualidades tímbricas abstractas, y no se relaciona a su propia
naturaleza, como fuente, causa o contexto. Esto es problemático sobre todo con los oyentes
menos experimentados, que suelen hacer asociaciones inmediatas ai origen del sonido ya sea
creado por el compositor o grabado en la calle y puesto en un contexto artístico.
3 Nattiez 1990, 9
4 Hann, David 2002, 57
Probablemente la tendencia sea, o deba ser, incorporar el uso de composicional de sonidos del
entorno que incluyan la posibilidad de un significado extra musical. El punto de vista de
Schaeffer parece haber transformado el "objeto sonoro" en el equivalente a la nota musical del
lenguaje electroacústico. Una nota musical no tiene un significado extra musical, pero un
sonido del mundo real, puede ser visto como un "objeto sonoro" o con significado.
Como conclusión, se puede decir que a pesar hay muchos elementos que pueden contribuir a
la significación que nos permita apreciar una obra de arte sonoro, este aspecto en particular,
el reconocimiento de la fuente, puede ser una herramienta valiosa para sacar este arte de la
marginalización y hacerlo más accesible a una audiencia cuantitativamente más importante.
Las próximas reflexiones tienen que ver con este tema.
b) Iniciando el debate de la clasificación: ¿El Arte Sonoro es Música?
c) El debate de la Terminología: Definiendo los principales términos.
2º Parte:
5 Al igual que la doble escritura para un mismo sonido (do sostenido – re bemol), las dobles alteraciones, etc.
Serie
Es un grupo de notas diferentes, utilizados como material estructurador de las alturas de una
obra. Los intervalos de la serie, la definen y caracterizan.
De acuerdo a la cantidad de notas la serie es trifónica, tetrafónica, pentafónica, hexafónica,
heptafónica, octofónica, etc. Puede coincidir con una escala o no.
La serie puede ser transpuesta o invertida. Estas son las únicas operaciones que modifican las
notas del original.
El detalle más importante de la serie está relacionado con el aspecto cuantitativo y cualitativo
de los intervalos: ¿cuántos y cuales son los intervalos de la serie?.
La cantidad de intervalos de la serie, está en relación directa a la cantidad de notas de la
misma. Una serie de tres notas tiene 3 intervalos posibles, una serie de cuatro sonidos, 6
intervalos, y así sucesivamente. ( 3 notas: 2 + 1 = 3 intervalos, 4 notas: 3 + 2 + 1 = 6 notas, etc.)
Los intervalos disponibles en la serie, se obtienen de todas las combinaciones entre los
sonidos que la componen. En el ejemplo anterior las combinaciones posibles son:
re – mi bemol intervalo 1
mi bemol – sol intervalo 4
re – sol intervalo 5 (intervalo envolvente)
El uso de esta serie de tres sonidos, no solo incluye los tres intervalos básicos marcados (1, 4,
5) sino también los complementarios (7, 8, 11) y los compuestos ( 13, 16, 17, 19, 20, 23, etc.).
Las operaciones de Transposición, Inversión, Retrogradación no afectan la cantidad de
intervalos, ni los tipos de intervalos de la serie.
En el ejemplo anterior, el contenido interválico de las tres variantes del Original es el mismo:
1,4, 5.
La clasificación de las series de acuerdo a la propuesta de Allen Forte6 tiene en cuenta todas
las posibilidades interválicas entre los sonidos de la serie. La serie se identifica con una
fórmula (denominada Vector Interválico), que contiene las cantidades de Intervalos básicos
presentes. Los intervalos 1, 2, 3, 4, 5, y 6 son contabilizados de izquierda a derecha.
[100110]
Esta fórmula corresponde a un ejemplo previo (la serie re, mi bemol, sol). Indica que en la
serie hay un intervalo 1, ningún intervalo 2, ningún intervalo 3, 1 intervalo 4, 1 intervalo 5 y
ningún intervalo 6.
Otros ejemplos son:
Una obra puede estar trabajada a partir de una sola serie, pero lo más probable es que sean
más. Por lo tanto son fundamentales las relaciones que se establecen entre diferentes series o
entre las diferentes formas de la serie. Aquí son importante los conceptos de Unidad y
Variedad.
Diferentes series se relacionan entre sí por el número de notas e intervalos que comparten o
no.
En las Transposiciones de la serie se retiene el contenido interválico pudiendo variar la
cantidad de notas en común entre Original y Transposiciones.
6 Allen Forte “The Structure of Atonal Music” (Yale University Press, 1977)
Cuando la transposición se realiza a uno de los intervalos de la serie, el número de sonidos
iguales aumenta en relación a transposiciones realizadas a intervalos que no estén contenidos
en la misma. Cuando más notas tiene una serie, mayores son las posibilidades de notas en
común en la transposición. La unidad se logra por el contenido interválico y algunos sonidos
en común. La variedad, por las notas diferentes de la transposición.
En las Inversiones ocurre algo similar. En todos los casos el contenido interválico se mantiene
igual y las notas de la inversión pueden ser parcial o totalmente diferentes. Si la serie es
simétrica, una de las inversiones retiene el total de alturas (y a la vez coincide con una de las
retrogradaciones).
En otras obras se puede observar que una vez expuesta una serie de sonidos, en determinados
momentos el compositor liquida alguno de sus elementos transformándola en una subserie.
También es posible encontrar series diferentes pero con estructura similar o interválica
similar.
Teoría de los Micromodos, Modos Compuestos y Secuencias Modales (Francisco Kröpfl)
De los intervalos básicos (1, 2, 3, 4, 5 y 6), los intervalos más importante en el lenguaje atonal
son el semitono y el tono (Intervalos 1 y 2). Se utilizan como neutralizadores tonales, por su
sonoridad altamente disonante.
Para una síntesis de los lenguajes atonales del siglo XX Francisco Kröpfl ha propuesto un
sistema de micromodos, modos compuestos y secuencias modales, capaz de funcionar a la
manera de los modos tradicionales, pero jerarquizando los intervalos característicos del
atonalismo. El sistema incluye el uso de terceras menores (tríada disminuida), terceras
mayores (tríada aumentada) y en caso de modulación a secciones tonales, acordes mayores y
menores.
Micromodos: es un mínimo repertorio de dos intervalos consecutivos y uno envolvente,
totalizando tres alturas. Constituyen una suerte de microestructura generativa de estructuras
mayores.
Modos Compuestos: es un repertorio de alturas integrado por dos o más micromodos iguales
(Modo Compuesto Homogéneo) o por dos o más micromodos diferentes (Modo Compuesto
Heterogéneo).
Secuencias modales: relaciones intermodales, de modos y sus procesos de transformación y
transposición que funcionan en un sentido análogo a la modulación.
Micromodos, Modos Compuestos y las Secuencias Modales, estructuran la sucesión y la
simultaneidad de las alturas.
Un Micromodo tiene tres alturas. Cada uno de ellos parte del semitono (Micromodos
Menores) o del tono (Micromodos Mayores).
Al igual que lo expuesto previamente para las series, en los micromodos, las notas pueden
aparecer en cualquier orden, en cualquier octava y a partir de cualquier grado cromático.
La Red Estructural de un Micromodo es el contenido interválico total, incluyendo el intervalo
envolvente.
Dentro de esta clasificación se consideran Micromodos ambiguos los que no son plenamente
tonales ni atonales como las Tríadas Disminuidas y Aumentadas y Micromodos tonales las
Tríadas Mayores y Menores.
Cada uno de los modos es susceptibles de los mismos procedimientos de transformación de
las series.
O = Original.
I = Inversión.
R = Retrogradación.
RI = Retrogradación de la Inversión.
O1, O2, etc. = Transposición
Las únicas transformaciones que producen algo diferente son la inversión (I) y la
transposición: la interválica es la misma pero aparecen notas nuevas. En las otras dos
variantes, (Retrogradación y Retrogradación de la Inversión) se repiten las notas y los
intervalos de las dos anteriores.
La combinación de dos o más micromodos genera un Modo Compuesto.
Son más funcionales al lenguaje atonal aquellos modos compuestos con pocos sonidos y con
un intervalo envolvente no mayor a una quinta disminuida. Así, evitan la formación de
acordes tonales (sin la quinta justa no hay posibilidad de tríadas mayores y menores).
Al sumar dos micromodos en un modo compuesto se obtiene como resultado, la combinación
de cuatro micromodos.
El primero de los ejemplos se formó con dos micromodos m3: [do - do# - mi] y [do# - mi - fa].
El segundo con un micromodo m3 [do - do# - mi] y un micromodo M2 [do# - mi – fa#]. En
ambos casos quedan formados dos micromodos más.
Una escala puede ser un modo compuesto, es decir, la yuxtaposición de varios micromodos.
Por el contrario, la que figura a continuación parece pensada tonalmente. Las primeras nueve
notas presentan la superposición de cuatro tríadas y las primeras siete corresponden a la
escala menor melódica de sol menor.
La siguiente serie muestra procesos de estructuración internos a partir de subseries de 3, 4, 6
sonidos, etc. Cada grupo de tres sonidos tiene un contenido interválico similar y la segunda
mitad, es el retrógrado transpuesto de la primera.
Formas de la serie
Una vez definida la serie Original, el repertorio se amplía mediante Inversión, Retrogradación
y Transposición.
Las formas básica de la serie son cuatro: Original, Inversión, Retrogradación y Retrogradación
de la Inversión.
Original: (O) la primera serie expuesta en la obra.
Inversión: (I) la serie original por movimiento contrario.
Retrógrado: (R) la serie original de atrás hacia adelante. También llamada cancrizante.
Retrógrado de la Inversión: (RI), la inversión de atrás hacia adelante.
Cada forma de la serie (O, I, R y RI), se transpone a cualquiera de los sonidos de la escala
cromática. El resultado es un repertorio de 48 series que comparten una misma estructura
interválica. Este es el material abstracto precompositivo de una obra dodecafónica.
Las transposiciones se numeran de acuerdo al intervalo de transposición. Las formas básicas
de la serie se numeran con el cero (O0, I0, R0, RI0). Así la serie O1, corresponde al Original
transportado un semitono ascendente. Si el original comienza a partir de Do, el O1 lo hará a
partir de Do#, al igual que la I1. En los dos retrógrados (R1 y RI1) Do# es la última nota de la
serie, no la primera.
Del repertorio de series posibles, el compositor selecciona algunas para su obra. Son pocos los
casos en que aparecen las 48 formas posibles en una obra. 7
La proyección en el espacio musical de la serie es:
horizontal si es usada en la melodía. Si la textura superpone varias líneas melódicas,
cada una de ellas puede utilizar diferentes variantes de la serie Original.
vertical si la serie organiza los acordes.
oblicua si todos los elementos de la textura están organizados por la misma serie. Es
posible también que diferentes fragmentos de la serie aparezcan superpuestos. Son
comunes, por ejemplo, las superposiciones de los dos hexacordios de la serie en
diferentes componentes de la textura.
Combinatoriedad e Invariancia8
Los casos en los que se superponen o yuxtaponen diferentes formas de series, presentan
problemas de continuidad armónica y homogeneidad. Dos series superpuestas pueden repetir
sonidos o formar intervalos de octava o unísono, que es precisamente lo que se busca evitar.
Esto no ocurre cuando esta actuando una sola serie. Diferentes técnicas de combinatoriedad
absorben la discontinuidad que produce el uso de varias series en un mismo momento y
evitan la repetición simultánea de sonidos. Se dice que dos formas de una serie tienen
combinatoriedad hexacordal cuando el primer hexacordio de una tiene las mismas notas que
el segundo hexacordio de la otra, sin importar que el orden sea el mismo. De esta manera al
superponer las dos series los dos primeros hexacordios forman el total cromático sin repetir
notas. Cualquier serie con su retrógrado tiene combinatoriedad hexacordal: O0 con R0; I0 con
RI0. El uso de este recurso produce continuidad en el desarrollo formal de la obra evitando
polarizaciones sobre sonidos repetidos.
En el siguiente ejemplo, basado en una serie de Arnold Schoenberg, el O0 y la I9, tienen cada
uno, dos hexacordios con los mismos sonidos, pero ubicados en diferentes mitades. Las dos
series tienen entonces combinatoria hexacordal.
No cualquier serie tiene combinatoriedad hexacordal. Para que ello ocurra, tiene que haber un
tipo de construcción especial del Original que lo permita.
En las series del próximo ejemplo (similar a las de Webern), también hay combinatoria
hexacordal, pero las coincidencias son aún mayores.
9Schoenberg utilizo extensivamente la combinatoriedad como recurso en la asociación de las formas de serie
desde aproximadamente 1928 en adelante.
todos los tricordios individuales coinciden en las dos formas de la serie. Varias de las 48
permutaciones de esta serie, repiten el contenido exacto de los tricordios aunque no siempre
en el mismo orden. De hecho, solo 6 Originales (O0 al O5) tienen tricordios diferentes. Las
restantes 42 series repiten los mismos. A esto se lo denomina invariancia, la elaboración de
series que tienen menos de 48 permutaciones o aquellas que en sucesivas transformaciones
mantienen elementos sin variar. Series como la recién vista se denominan Series Derivadas: es
decir series compuestas a partir de diferentes transformaciones de un tricordio o tetracordio.
Esas transformaciones son transposiciones, retrógrados, inversiones o retrógrados de las
inversiones. El siguiente ejemplo es otra serie derivada y ejemplo de invariancia. Esta formada
por tres variantes de un mismo tetracordio. Pertenece al Cuarteto de Cuerdas, op. 28 de Anton
Webern. Al igual que la serie anterior, repite todos los retrógrados (la I0 es igual al R3, etc.).
El serialismo integral implica la predeterminación a través de series, del orden en que van
apareciendo los diferentes parámetros del sonido. Las series son, no solo de alturas, sino
también de duraciones, articulaciones, dinámicas, registro, etc. Una característica primaria del
serialismo integral es el contraste total de todos los parámetros. En teoría el procedimiento
otorga un máximo de organicidad a la obra. Todos los elementos son ordenados por la serie y
comparten un estructura germinal idéntica. El objetivo es el control total sobre todos los
eventos de la obra. Hipotéticamente, la ejecución de una obra de estas característica tendría
que sonar siempre igual, lo que de hecho es imposible. En la realidad, los procedimientos son
tan elaborados que hasta los oyentes más entrenados son incapaces de percibir las complejas
relaciones desarrolladas. La audición de la obra, paradójicamente da la sensación de una
ausencia total de orden o en el mejor de los casos de un ordenamiento mínimo.
Posteriormente las técnicas de control total, se mudan a la música electrónica o a la generada
por computadoras, donde parecen más apropiadas, descubriéndose nuevas relaciones entre
alturas, duraciones, intensidades y timbres. Como contrarreacción a esta tendencia estética
aparecen las prácticas de la música aleatoria en las que el control sobre la ejecución o los
elementos de la obra es mucho menor y en muchos casos está librado al ejecutante.
El piano, a su vez realiza una serie de 17 duraciones asociadas a una serie de 29 acordes.
Como estas dos últimas cifras no están proporcionalmente relacionadas, para que la
combinación de duraciones y acordes del comienzo se reitere el patrón de duraciones tiene
que repetirse 17 veces o el de acordes 29 veces, lo cual excede la duración del movimiento.
Por ello, la combinación de ritmo y alturas está continuamente cambiando. La serie rítmica del
piano es la siguiente:
Este procedimiento es similar al uso de la talea y el color de los compositores del Ars Nova
francés11.
Si tratamos la serie como una serie dodecafónica, también podemos “transponerla”. Tomando
como referencia el O0 para realizar el O10, sumamos 10 unidades a cada duración de la
primera. A las que sobrepasen el número doce, se les resta esa cantidad (doce). El siguiente
ejemplo es el O10:
11
Que probablemente sean los más antiguos intentos de serialización de duraciones y alturas respectivamente.
12
12, ya es una limitación extrapolada de las alturas que no se justifica en las duraciones.
El resultado es simplemente una permutación de los elementos de la serie.
De la misma manera, la serie también puede ser “invertida”. Una aplicación del procedimiento
de Inversión es remplazar cada número de unidad de duración por su complementario (12
por 1, 11 por 2, etc.). El resultado nuevamente es una permutación de los elementos de la
serie original:
Olivier Messiaen (1909), Pierre Boulez (1925) y Karlheinz Stockhausen (1928) usaron estos
procedimientos en música compuesta en los comienzos de la década del 50. Cuando la serie de
duraciones, difiere de la serie de alturas, el resultado es una interacción continuamente
cambiante entre estos dos parámetros.
Otra forma de organización serial de las duraciones, también desarrollado por Milton Babbitt
es el “Sistema Punto - Tiempo” (Time - Point System). Las series numéricas antes que medir
duraciones, identifican la ubicación de un ataque dentro del compás. Tomando como unidad la
semicorchea, en un compás de 3/4, cada nota tiene un número de 0 a 11 de acuerdo a su
ubicación: 0 es la primer semicorchea del compás, 1 la segunda, etc. Los números de la serie
reflejan ubicaciones dentro del compás.
Los procedimientos de elaboración visto para las series anteriores son utilizados también en
esta técnica.
Estas aproximaciones matemáticas son nuevas solo en su aplicación, ya que desde Pitágoras la
teoría musical ha evolucionado a través fórmulas científicas aplicadas a procesos
composicionales. El incremento en las exigencias para el intérprete y para el oyente, fue el
responsable en cierta manera, por un lado, del remplazo del primero por la cinta, y de la
disminución de la cantidad en el segundo (dejando incluso a los mismos intérpretes
confundidos y escépticos con respecto a esta música).
Estos conflictos en la ejecución de obras, aparecen incluso previamente al serialismo. Charles
Ives escribe al final de sus “114 Songs” lo siguiente: “Algunas canciones en este libro,
particularmente entre las últimas, no son posibles de cantar, y si se pudieran, es probable que
prefieran permanecer como están, esto es, “en la partitura”. Probablemente, es más que
presumible, que permanecerán en este apacible estado.”