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o Conducta aprendida.
o Una serie de técnicas para adaptarse, tanto al ambiente exterior como a los otros
hombres.
o Un precipitado de la historia.
II
• Operacionalismo: Dogma metodológico que nunca tuvo mucho sentido en las ciencias
sociales. Aún así, hizo un aporte que conserva cierta fuerza: Si uno desea comprender lo
que es una ciencia, en primer lugar debería prestar atención a lo que hacen los que la
practican y no a sus teorías, descubrimientos y abogados.
• Etnografía: Es lo que hacen los que practican la antropología social. Desde el punto de
vista del libro de texto, hacer etnografía es establecer relaciones, seleccionar informantes,
transcribir textos, establecer genealogías, trazar mapas de área, llevar un diario, etc... Pero
no son estas actividades lo que la definen, sino un cierto tipo de esfuerzo intelectual que
radica en una especulación elaborada en términos de “descripción densa”.
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• Ejemplo del guiño como tic y guiño como señal deliberada, dirigida a alguien en particular,
con fin comunicativo, con conformidad a códigos establecidos y sin conocimientos del resto
de los circunstantes.
• La diferencia entre lo que Ryle llama “descripción superficial” y “descripción densa” define
el objeto de la etnografía: una jerarquía estratificada de estructuras significativas. En el
caso del guiño, la descripción densa sería por ejemplo, que el guiño deliberado tiene como
fin practicar una burla.
III
• Una vez que la conducta humana es vista como acción simbólica, pierde sentido la
cuestión de saber si la cultura es conducta estructurada, o una estructura de la mente, o
las dos cosas mezcladas.
• Hay que preguntarse por el sentido y por el valor, lo que se expresa a través de su
aparición y por su intermedio.
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especie de algoritmia etnográfica que haría posible obrar o pasar por un nativo. De
esta manera, un subjetivismo extremado se vincula en un formalismo extremado.
• Lo que nos impide captar la significación de, por ejemplo, señas de otros no es tanto la
ignorancia de cómo opera el proceso de conocimiento sino la falta de familiaridad con el
universo imaginativo en el cual esos actos de esas gentes son signos.
• Wittgenstein dice que es importante tener en cuenta que un ser humano puede ser un
enigma completo para otro.
IV
• Nada es más necesario para comprender lo que es la interpretación antropológica que una
comprensión exacta de lo que significa afirmar que nuestras formulaciones sobre sistemas
simbólicos de otros pueblos deben orientarse en función del actor.
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• Si la etnografía es descripción densa, la cuestión fundamental en todo ejemplo dado en la
descripción es saber si la descripción distingue, para seguir con el ejemplo del guiño, los
guiños de los tics y los guiños varaderos de los guiños fingidos. Debemos medir la validez
de nuestras explicaciones, atendiendo al poder de la imaginación científica para ponernos
en contacto de la vida de gentes extrañas; no atendiendo a un cuerpo de datos no
interpretados y a explicaciones tenues y superficiales.
• Hay que atender a la conducta y hacerlo con cierto rigor porque es en el fluir de la
conducta o de la acción social donde las formas culturales encuentra articulación.
• Cualesquiera que sean los sistemas simbólicos, tenemos acceso empírico a ellos
escrutando los hechos, y no disponiendo entidades abstractas en esquemas unificados.
• La coherencia no puede ser la principal prueba de validez de una descripción cultural. Los
sistemas culturales deben poseer un mínimo grado de coherencia (sino no serían
sistemas), y la observación muestra que normalmente la tienen. La fuerza de nuestras
interpretaciones no puede estribar en la tenacidad con la que las interpretaciones se
articulan firmemente o en la seguridad con la que se las expone.
VI
o Es interpretativa.
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• Los modelos que los antropólogos elaboraron para justificar su paso desde las veradas
locales a las visiones generales fueron responsables de socavar la empresa antropológica.
De estos dos modelos, los principales fueron:
• Los hallazgos etnográficos no son privilegiados sino particulares. Considerarlos algo más
los deforma y deforma sus implicaciones.
VII
• No hay razón alguna para que la estructura conceptual de una interpretación sea menos
formulable (y por lo tanto menos susceptible de sujetarse a cánones explícitos de
validación) que la de una observación biológica o un experimento físico; salvo la razón de
que los términos en que puedan hacerse estas formulaciones son casi inexistentes. Nos
vemos reducidos a insinuar teorías porque carecemos de los medios para enunciarlas.
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• Existe una serie de características de la interpretación cultural que hacen al desarrollo
teórico mucho más difícil de lo que suele ser en otras disciplinas:
o En cada estudio no se crean de nuevo enteramente las ideas teóricas. Las ideas
se adoptan de otros estudios afines y refinadas en el proceso se las aplica a
nuevos problemas de interpretación
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o La distinción existente en las ciencias experimentales entre “descripción” y
“explicación”, se da en nuestro caso como una distinción aún más relativa. Ésta se
da entre “inscripción” (“descripción densa”) y “especificación” (“diagnóstico”); es
decir, entre establecer la significación que determinadas acciones sociales tienen
para sus actores por un lado, y enunciar lo que el conocimiento así alcanzado
muestra sobre la sociedad al que se refiere por el otro.
o La doble tarea consiste en descubrir las estructuras conceptuales que informan los
actos de nuestros sujetos (lo dicho del discurso social) y construir un sistema de
análisis en cuyos términos aquello que es genérico de esas estructuras se
destaque y permanezca frente a los otros factores determinantes de la cultura
humana.
VIII
• Siempre está el peligro de que el análisis cultural pierda contacto con las duras superficies
de la vida y con las necesidades biológicas y física en las que se basan. La única defensa
contra este peligro y contra el peligro de convertir así el análisis cultural en una especie de
esteticismo sociológico es realizar el análisis de esas realidades y esas necesidades en
primer término.
• Considerar las dimensiones simbólicas de la acción social (arte, religión, ideología, ciencia,
ley, moral, sentido común) no es apartarse de los problemas existenciales de la vida, sino
sumergirse en el medio de ellos.