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UCES – Comunicación Institucional - Mailén Knoblovits

Trabajo Práctico 1 - 29.03.2011

El desafío de la juventud en la modernidad líquida

Siempre sentí que algo se perdió del espíritu luchador de los jóvenes, que tanto los caracterizó en otras
épocas. Escuchar las historias de mis padres basta para entender que no hace muchos años solían
involucrarse más en la problemática social, y eran los que, desde la sed de lucha y revolución, llevaban la
bandera del cambio. Así, el mayo francés del '68, o la dictadura en el '76 de Argentina, son ejemplos de
momentos que no habrían sido lo mismo sin las voces de los más jóvenes.

Pero, ¿qué pasa con ese sector de la sociedad en una "modernidad líquida" como de la que habla
Zygmunt Bauman (2007)? Acaso, la vida con constantes cambios, de poca estabilidad, donde hay que
correr todo el tiempo tras lo nuevo para adaptarse y no ser desechado, ¿no es un precario escenario para
continuar las luchas juveniles? Si todo debe ser aquí y ahora, para sobrevivir y obtener satisfacción, ¿no
suena lógico que una generación no se interese por llevar grandes causas sociales? Pero si quedara alguna
esperanza de no que no sea así (y yo la tengo), hoy en día, ¿cuál es la causa que debería preocupar a la
juventud?

La vida líquida en la sociedad moderna nos transforma a todos en objetos de consumo, pasamos a tratar
y a ser tratados como un producto más que, con una limitada vida útil, cumple la función de ser apto para
el consumo. Las empresas, que en el pasado fabricaban productos, hoy en día venden imagen, marca. Sus
lemas institucionales nos someten a formas de vida. Si compro un auto, no sólo estoy comprando un
accesorio que me facilite el transporte diario, sino una actitud, una personalidad, valores y estilos de vida
(o al menos eso proponen). Así empezamos a consumir una marca en lugar de un producto.

De esta manera, no suena difícil que las grandes empresas, manipulando la interacción simbólica con sus
públicos, diseñen una estrategia de comunicación que muestre ciertas cosas, mientras que algunos datos
no menores quedan ocultos a los ojos del destinatario. De "nuestra tecnología está presente en todo el
mundo" se jacta IBM, y no es mentira; el mundo occidental disfruta de una computadora último modelo
fabricada en bajísimas condiciones por obreros mal pagados en el tercer mundo (que ni siquiera saben
manejar esos aparatos que construyen)… La presencia está. Y esto habría que tenerlo en la cabeza a la
hora de comprar una computadora, más que la imagen que percibimos de ellos.

"Se dice que las grandes empresas han adquirido tanto poder que se han hecho más fuertes que los
gobiernos" (Klein, 2004, p.27). Y las multinacionales, lejos de intentar nivelar la brecha social con empleos
y tecnología, se aprovechan de los países más pobres para beneficiarse ellos económicamente.

Este es, sin duda, un muy buen plano donde podría actuar la juventud. La causa de la moderna lucha
joven, posiblemente esté en intentar retrasar la velocidad del consumo. En abrir los ojos para descubrir
las diferentes capas que componen a los imperios de producción, decidir tomar partida y hacerles frente.
No consumir todo lo que está a la vista.
UCES – Comunicación Institucional - Mailén Knoblovits
Trabajo Práctico 1 - 29.03.2011

REFERENCIA BIBLIOGRÁFICA:

Bauman, Z. (2007). Vida líquida. Buenos Aires: Paidós. Introducción y capítulo I.

Manucci, M. (2004). De los medios a los símbolos. Intangible Capital. Número 2, agosto.

Klein, N.(2001). No logo: El poder de las marcas. Buenos Aires: Paidós. Introducción y capítulo I.

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