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Los especialistas.

Introducción a un aspecto poco divulgado de las pólizas Kidnap & Ransom

Por Mariano Sciaronii

El secuestro como negocio.

Si bien el secuestro con fines de peticionar rescate posee sus orígenes en los más
remotos tiempos de la humanidad, no fue objeto de aseguramiento sino hasta los primeros
años de la tercera década del siglo pasado.

En efecto, en fecha primero de marzo del año 1932 fue secuestrado el pequeño hijo de
Charles Lindbergh, suceso que conmovió a la opinión pública de los Estados Unidos y que se
vio magnificado por la alta exposición pública de su padre. Si bien, lamentablemente, y luego
de abonarse elevadas sumas de dinero el bebé secuestrado fue encontrado muerto en Nueva
Jerseyii, lo acontecido tuvo amplias repercusiones en el mercado asegurador.

Tal es así que, poco tiempo después del secuestro, y aún antes de que el caso se
resolviera, Lloyd´s se encontraba ya comercializando, para unos asegurados preocupados
principalmente por su integridad física y la de sus allegados, pólizas que amparaban los riesgos
de “Secuestro y Rescate”iii (Kidnap & Ransom – K&Riv).

Vale aclarar que el actual tomador de estas coberturas sigue siendo el acaudalado
hombre que desea protegerse, así como a los suyos, pero principalmente la empresa que
quiere dar cierta tranquilidad a sus ejecutivos diseminados por todo el globov.

Es que el negocio ilegal del secuestro extorsivo se ha convertido, a nivel global, en uno
en que las víctimas, sus familiares y el mercado asegurador (este último en forma solapadavi)
“contribuyen” con más de quinientos millones de dólares por añovii, encontrándose el mismo en
franco crecimiento.

Los principales mercados de este lucrativa actividad se encuentran en Colombia, Haití,


México, Brasil, Filipinas y cada vez más desde los conflictivos días que comenzaran el once de
septiembre de 2001, en Iraq y otras partes del Oriente Medio. De acuerdo a los diversos
países, los secuestradores pueden ser desde grupos guerrilleros bien armados y organizados
(como las FARC en Colombia), hasta delincuentes comunes sin estrategia o logística
definida.viii

Se debe dejar sentado que, si bien los índices de secuestro en Argentina son
relativamente elevados, el país no figura como zona de elevado riesgo en la mayoría de los
reportes emitidos por las consultoras especializadas.
Un mercado para valientes.

Los doscientos millones de dólaresix que percibe el mercado por primas de pólizas que
amparan los riesgos de secuestro, tienen su destino mayoritario en Hiscoxx, sindicato del
Lloyd´s de Londres, aunque poseen gran relevancia también Chubb y AIG, estas últimas
aseguradoras basadas en los Estados Unidos.xi

No cualquier compañía quiere involucrarse en el ramo de los secuestros y rescates.


Ello en tanto que el lado operativo y el financiero del negocio se desdibujan al ingresar otro
“servicio” a la ecuación.

Además de ofrecer el pago del rescate, o el reembolso del mismo según correspondaxii,
en la mayoría de las pólizas la compañía también se obliga a proporcionar, a través de
consultoras, personal idóneo que pueda lidiar con el secuestro mientras está ocurriendo.xiii

Así las cosas, ocurrido y denunciado un siniestro (la obligación de denunciar el mismo
usualmente se pacta en 24 hs., bajo apercibimiento de caducidad), y para el caso que se
encuentre debidamente coberturado, se contactará a quien se halla designado según póliza
para encargarse del secuestro.

Hiscox en la generalidad de los casos llamará a Control Risk Group, una consultora de
seguridad basada en Londres que tiene en su equipo principalmente a ex SAS (Special Air
Service, tropas especiales) y paracaidistas del ejército británico; Chubb hará lo mismo con The
Ackerman Group, una firma de Miami liderada por Mike Ackerman, un ex CIA, y por último, AIG
podrá contactar a la gente de Kroll Associates, firma con amplios contactos en el Pentágono (y
las diversas “Special Forces” bajo su control), y con base en Nueva York, que fuera adquirida
en el año 2004 por Marsh & McLennan.xiv

Dejando de lado ciertas exageraciones propias del cine, el consultor que hará su
aparición, directamente desde la casa matriz de la firma contratada (es decir, salvo raras
excepciones no existen contrataciones locales de especialistas), no tendrá un perfil muy
diferente al de Russel Crowe en la película del año 2000 “Proof of Life” (la que ciertamente trata
del trabajo de un consultor de secuestros en un país imaginario de Latinoamérica), es decir un
veterano de las fuerzas armadas o de seguridad, más que seguramente con un pasado en las
fuerzas especiales.

El mismo, que percibirá en concepto de honorarios alrededor de dos mil dólares diarios
(más gastos)xv, se encargará de asesorar, controlar y auditar las negociaciones con los
secuestradores, aunque no participará directamente en estasxvi, en tanto su intervención podría
poner nerviosos a los secuestradores o complicaría de alguna otra manera las tratativas.

Sí, entre otras actividades, participará de manera activa en la relación con la policía
local, se encargará de transportar el dinero hasta la zona del rescate y, por supuesto, será el
hombre de confianza de la aseguradora.
Es importante, por tanto, destacar que el consultor designado cumple funciones
mayormente de asesoramiento, aunque también se expone a los riesgos propios de lidiar con
delincuentes, muchas veces en un contexto hostil.

Vale indicar que dicho asesoramiento es tan limitado que los familiares son quienes, al
fin del día, y por ejemplo, deciden cuando y cuanto abonar.

Las consultorasxvii indican que, si en un secuestro el riesgo promedio de la muerte de la


víctima ronda el 9 %, la participación de asesores entrenados, y convocados según póliza,
reduce el mismo a un 2 %.

Al contrario de lo que pudiera pensarse, y desmitificando la imagen que se podría tener


de ellos, los consultores de seguridad no recomiendan los intentos de rescate, sino que
priorizan las negociaciones que puedan finalizar en el pago del dinero y el regreso del
secuestrado a su hogar.xviii

Sin perjuicio de ello, y en la mayoría de los casos, pretenden que dichas tratativas sean
lo suficientemente complicadas, tanto como para no alertar a los secuestradores de la
existencia de una cobertura de seguro, como para que los mismos no se vean tentados a
entrometerse nuevamente con el o los mismos asegurados.

La situación en Argentina.

Si bien en Argentina se han aprobado por el ente de contralor coberturas de secuestro,


lo cierto es que ninguna aseguradora local las ofrece, por lo menos de una manera abierta.

Atento lo expuesto y viendo la tendencia mundial, debería entenderse que, pese al


freno que pone la ley 12.988xix, ejecutivos de multinacionales que trabajan en Argentina, así
como ciertos “ricos y famosos” localesxx, poseen cobertura K & R contratada en el exterior.

Teniendo en cuenta ello, y el paquete básico de cobertura, no podría extrañar que,


acaecido un secuestro amparado por estas pólizas, apareciera en escena y rondando la casa
del secuestrado un extraño “amigo de la familia”, con rasgos sajones.

Para el caso que se empezaran a comercializar en el mercado local, las aseguradoras


podrían contratar a las subsidiarias nacionales de las consultoras previamente señaladas, que
bien podrían tener entre sus miembros a ex G.E.O.F. de la Policía Federal, de la Brigada
Especial Operativa Halcón de la Policía de la Provincia de Buenos Aires, o provenientes de
otros grupos con funciones similares.

Algunas consideraciones jurídicas desde una mirada local.


Se ha visto que una póliza K & R contempla, básicamente, la cobertura de daños
patrimonialesxxi, el pago o reembolso del rescate, así como la cobertura de servicios
complementarios a los siniestros cubiertos, esto es el asesoramiento proporcionado que
explicáramos previamente.

También se expresó que la aseguradora se compromete en forma directa a abonar o


reembolsar el rescate, así como los servicios complementarios son subcontratados en una
consultora de seguridad.

La relación aseguradora – consultora, se puede caracterizar como una contractual, con


elementos de la locación de servicios, en la que la aseguradora se compromete al pago de
sumas periódicas, hasta una suma máxima contemplada en la póliza contratada (en exceso de
la misma quedará a cargo en forma directa el asegurado), así como la consultora se obliga a
proporcionar personal capacitado, que pueda movilizarse en un tiempo mínimo al lugar de
ocurrencia del siniestro o donde se le indique.

Por su parte, la relación existente entre el personal designado por la consultora y el


asegurado (o quien fuere designado por este), no deja de ser análoga a la que posee el
asegurado con los servicios de asesoría jurídica o médica que concurren, designados por la
Cía. de seguros, en un accidente de tránsito que el primero protagonizara. En el presente caso,
la responsabilidad contractual directa del agente para con el asegurado o su familia surge de
resultas de haber prestado éste su adhesión de eficacia a la estipulación concertada en su
beneficioxxii.

La aseguradora en todos los casos deberá responder, en forma refleja, por los
desaciertos de la consultora (especialmente por designar personal inidóneo) y de sus agentes.
Vale considerar que estos últimos asumen una obligación de medios, de poner todo su
conocimiento para una feliz resolución del secuestro. En tanto ello, no responderán meramente
por un resultado adverso del hecho ilícito.

Por último, se debe expresar que, en tanto la intervención del consultor es meramente
a los efectos de asesoramiento, no sería de aplicación lo previsto por el art. 72 de la Ley de
Seguros, en tanto allí se indica que el asegurado se obliga “...a observar las instrucciones del
asegurador”, bajo apercibimiento, que si se viola este mandato por dolo o culpa grave “...el
asegurador queda liberado de su obligación de indemnizar en la medida que el daño habría
resultado menor sin esa violación”.

A modo de conclusión.

Como quedó explicitado, un componente tan importante en las coberturas K & R como
la indemnización, es el servicio proporcionado por las diversas consultoras de seguridad.
Dicho servicio existe en beneficio del asegurado, en tanto la existencia de un experto
posibilita la mejor resolución del problema, así como en beneficio de la aseguradora en tanto la
inmediación existente con el siniestro y la posibilidad de reducir el riesgo (mentes maliciosas
podrán pensar también en que el consultor priorizará los intereses de la aseguradora,
asesorando pagar poco y lo más tarde posible).

Si bien nos hemos concentrado en la actuación de dichas consultoras una vez


acaecido el siniestro, lo cierto es que también cumplimentan una función muy importante de
prevención, (es decir actuando antes del mismo), asesorando al asegurado y a la aseguradora
en diversas técnicas anti secuestro y de seguridad personal.

Así como en variadas ocasiones, realizan trabajos anteriores a la contratación, el que


implica el análisis de riesgos que posibilite la fijación de la primaxxiii.

Los especialistas constituyen una parte más que importante de las coberturas K & R.
En tanto se encuentra en juego la vida de una persona (y muy subsidiariamente el pago de
sumas millonarias), deben ser los mejores para sortear los riesgos inherentes al trabajo que
realizan.

Las coberturas K & R, como dijimos, son un negocio para especialistas.

i
Mariano Pablo Sciaroni (mps@abbfp.com.ar) se recibió de abogado en la Universidad Católica Argentina
en 1999, y cursó durante los dos años siguientes la Maestría en Estrategia y Geopolítica, obteniendo el
grado de Magister, en la Escuela Superior de Guerra del Ejército Argentino. Es abogado asociado de
Alchouron, Berisso, Brady Alet y Fernandez Pelayo, desempeñándose en el departamento de litigos y
seguros.
ii
Una excelente documentación del caso en la página web del FBI, especialmente en
http://www.fbi.gov/libref/historic/famcases/lindber/lindbernew.htm
iii
“III Says Kidnap, Ransom Risks Higher Than Ever”, Insurance Journal, 23 de Enero de 2001.
iv
También denominada “KRE” por “Kidnap, Ransom & Extortion” (Secuestro, Rescate & Extorsión)
v
De acuerdo a Greg Bangs, Product Manager de Chubb en lo relativo a pólizas de secuestro, para fines
de año 2003, el 80 % de las empresas que figuran en la lista de Fortune 500 habían adquirido cobertura K
& R para sus ejecutivos basados en el extranjero. Wong, Angie "Insurers meet rising demand for kidnap
and ransom insurance", Columbia News Service, 15 de Marzo de 2004, en
http://www.jrn.columbia.edu/studentwork/cns/2004-03-15/644.asp
vi
En la mayoría de las coberturas, el asegurado se obliga a mantener la confidencialidad en lo que la
existencia de la póliza misma respecta.
vii
Briggs, Rachel "The Kidnapping Business", The Foreign Policy Centre, 2001.
viii
Una excelente actualización de secuestros a lo largo del globo puede obtenerse en la página web de
Clayton Consultants Inc. (http://www.claytonconsultants.com ). Dicha información (y especialmente otros
reportes a medida) es consultada por AIG, entre por otras compañías.
ix
Challis, Simon "Hostage dramas reveal rising corporate kidnap risk," Reuters, 30 de Noviembre de 2006.
x
The Shanghai Star, 22 de Mayo de 2003.
xi
The Economist, 26 de Agosto de 2006.
xii
Una póliza típica K&R posee un millón de dólares como suma máxima asegurada, y son sus
asegurados una persona determinada y su familia. El costo de la misma ronda los ocho mil a veinte mil
dólares anuales, teniendo en cuenta las diversas circunstancias de los asegurados. Por supuesto, existen
pólizas más baratas para zonas de bajo riesgo, con coberturas reducidas y también pólizas a medida, con
sumas máximas aseguradas de hasta cien millones de dólares, para grandes corporaciones.
xiii
Amén de estos servicios básicos, una póliza típica K&R da cobertura a: Pérdidas financieras personales
por lucro cesante durante el secuestro; Robo del rescate en tránsito; Gastos médicos y psiquiatricos de la
víctima hasta 12 meses después del secuestro; Gastos de viajes y hotel en que incurriera la persona
secuestrada y sus familiares en razón del cautiverio; Recompensas a informantes; Gastos judiciales
varios. Es común también contratar cobertura adicional por daños personales (en tanto es relativamente
común cortar al secuestrado una oreja o dedo para forzar el pago).
xiv
Las mismas aseguradoras suministran esta información en sus páginas web.
xv
Cox, Charles H. "Never be predictable in Colombia", Risk & Insurance, 1º de Octubre de 2005.
xvi
Rezvan, Henry "The secret response to kidnapping - kidnap/ransom insurance", Business Horizons,
Mayo -Junio, 1990.
xvii
De información suministrada por Control Risk Group a Petersen International Underwriters, que la
incluye en su brochure de cobertura K & R.
xviii
The Shanghai Star, 22 de Mayo de 2003.
xix
El artículo 2° de la Ley 12.988 estableció la prohibición de “asegurar en el extranjero a personas, bienes
o cualquier interés asegurable de jurisdicción nacional”.
xx
En ocasión del secuestro de la Srta. Macri, fuentes indicaron al matutino Clarín que su familia poseía
dicha cobertura. Diario Clarín, 7 de Mayo de 2003, sección Sociedad, "Un seguro contra los secuestros".
xxi
Art. 60 y ss., Ley 17.418.
xxii
Art. 504 Cód. Civil.
xxiii
Rezvan, Henry "The secret response to kidnapping - kidnap/ransom insurance", Business Horizons,
Mayo -Junio, 1990.

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