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La Familia como Escuela del

Amor
Prefacio:
La familia es la única institución social, en la cual todos los
miembros de la sociedad participan de todo y con consistencia. Las
obligaciones familiares son responsabilidad directa de todos. Con escasas
excepciones, la mayoría de las personas nacen en una familia para luego
establecer su propia familia. Ahí, en la familia, los niños aprenden a
socializarse para poder expresar sus propias necesidades en un contexto
social más amplio. La sociedad no puede sobrevivir sin un medio para la
producción y la distribución de artículos de consumo; la protección de los
jóvenes, ancianos, embarazadas y enfermos; conformidad con las leyes y
demás asuntos. Si los individuos están motivados a servir a estas
necesidades, la sociedad prospera. Estas motivaciones imprescindibles se
nutren en la familia.

La familia es la unidad social clave, y de su correcto funcionamiento


dependen todas las demás instituciones. Por ejemplo, el comportamiento
que se aprende en la familia, se convierte en un modelo o prototipo para
el comportamiento requerido en la sociedad en general. Por consiguiente,
la familia sirve a la sociedad en general en la formación de sus
ciudadanos. Si la familia fracasa en funcionar, las metas de la sociedad no
pueden ser cumplidas.

A través de la familia, el proceso de la socialización ocurre y el


individuo se acostumbra a servir al conjunto. Si la familia y la sociedad
están para ayudarse, tienen que relacionarse. Por lo tanto, esta
presentación cubre dos temas: la relación entre los miembros de la familia
y la relación entre la familia y la sociedad. Esta presentación trata la
segunda de las tres metas fundamentales de la vida explicadas en “Los
Principios Universales y las Metas de la Vida”:
1. Desarrollarse en una persona con carácter maduro.
2. Desarrollar la habilidad de amar a los demás a través de las
relaciones familiares.
3. Contribuir a la sociedad a través de la creatividad y el dominio.

Vamos a ver cómo las relaciones familiares están estructuradas y


cómo contribuyen al funcionamiento sano de la sociedad. Vamos a
mostrar cómo la familia nos prepara para la sociedad, manteniendo sus
normas y valores culturales.

A través de estas presentaciones, el público en todo el mundo


descubrió un profundo entendimiento de las relaciones en familia, no
como un fin en sí mismo, sino como un camino para contribuir a la
sociedad.
INTRODUCCIÓN:

Diapositivas 1 al 6:
Las familias tienen un rol central en todas las culturas. Los niños
absorben los valores y los modelos del comportamiento de su sociedad a
través de su vida hogareña, ya que la familia multiplica el linaje y la
herencia del pasado y la extiende para el futuro.

La esencia de la familia es el parentesco. A través de la familia


estamos conectados con la sangre (el linaje) y con los afectos. Esta
presentación clarifica las relaciones familiares y explica su rol de cultivar
un carácter maduro, profundizando el corazón. ¿Cuáles son los aspectos
únicos del amor del hijo, del hermano, del cónyuge y de los padres?
¿Cuáles son exactamente las virtudes que se manifiestan en cada una de
esas dimensiones de amor? ¿Cómo se conectan estas relaciones con
nuestros roles en la sociedad? Estas son algunas de las preguntas que
vamos a responder en esta presentación.

Las intensas calidades emocionales de las relaciones familiares


fueron observadas durante la historia y su valor significativo fue afirmado
en la literatura antigua de muchas culturas. Las escrituras antiguas de
moral y ética advirtieron muchas veces que la sociedad pierde su fuerza,
si las personas no cumplen con sus obligaciones en familia. La enseñanza
de Confucio fue que una sociedad feliz y próspera depende del
cumplimiento de las personas con sus propios roles en la familia,
especialmente hacia sus padres. Él enseñó, que el lazo de padre / hijo es
aún el modelo para la relación entre un monarca y sus súbditos. La
importancia cultural de la familia también se encuentra enfatizada en la
tradición Judeo-Cristiana, la Biblia rastrea bendiciones y responsabilidades
a través de las generaciones de una familia. Las escrituras más antiguas
en la India, la Rig-Veda y las Leyes de Manu, dedican mucha atención a la
familia.

Diapositiva 7:
Los filósofos y los científicos sociales desde ya fueron fascinados por
el impacto de la familia en la sociedad. La socióloga Brigitte Berger
menciona que la familia es el bloque de construcción más básico sobre
cual todos las demás modelos sociales están parados. Ella escribe: “Los
sistemas familiares proveen la base sobre la cual... surgen las culturas y
civilizaciones. La familia es la institución para crear culturas de
excelencia.” Ya que la sociedad civil se construye sobre el fundamento de
las virtudes aprendidas en la familia, Berger insiste en que las personas
reconozcan “la importancia singular de la familia en la formación de la
civilización.”1

Diapositiva 8:
El propósito más alto de la familia es funcionar como escuela de
amor. Por supuesto, la familia también transmite valores y tradiciones,
pero la esencia de su rol es cultivar el corazón a través de las muchas
dimensiones de afectos. De cierta manera, el amor es como un idioma que
hay que aprender. Tal como la inmersión es la experiencia más efectiva
para aprender un nuevo idioma, impartiendo y practicando el amor en la
familia se provee el ambiente perfecto para el aprendizaje.
Llamando a la familia la escuela del amor, el fundador de la FEI, el
doctor Sun Myung Moon, eleva las imágenes tradicionales de la familia.
Cuando se considera a la familia como un capullo o un nido, el enfoque
parece estar más hacia el bienestar personal. Al considerar a la familia
como escuela del amor integra tanto a las funciones personales como a
las públicas. Además, la familia como escuela del amor puede generar un
renacimiento en la comunidad.
La opinión pública y la defensa de la familia hasta ahora estaban
enfocados en la necesidad funcional de la familia, esclareciendo su rol en
la estabilidad social, pero errando en reconocerla como base para el
mejoramiento en nosotros y en la sociedad. El amor que recibimos en
nuestro hogar, provee la estructura para realizar nuestro destino como
individuos y como un pueblo. Aquello que nos convierte en personas
humanas de verdad, proviene del amor único que solo puede ser dado a
una persona a través de su familia. Sin estos cuatro grandes amores que
provee la familia, se impide el crecimiento de las personas como seres
humanos. El amor de familia está en concordancia con un sueño enterrado
profundamente en el corazón humano. Despierta la capacidad para la
alegría que aún los defensores más dedicados todavía no entendieron. En
vez de comprender a las familias solamente como una forma de
cumplimiento de nuestra responsabilidad social, es mejor comprenderlas
como escuelas del amor, que al fin y al cabo capacitan al corazón a
expresarse en todas las dimensiones.

Diapositiva 9:
En la historia humana no hay ejemplo de una cultura que sobrevivió
sin la base de una estructura familiar estable. Expresándolo con las
palabras de la antropóloga Margaret Mead: “Desde que tenemos
conocimiento colectivo, los seres humanos vivían en familias. No
conocemos ningún periodo en el cual no se haya aplicado esto. No
conocemos ningún pueblo que haya sido exitoso a largo plazo disolviendo
la familia o desplazándola... Muchas veces, a pesar de las propuestas para
el cambio y los experimentos reales, las sociedades humanas reafirmaron
su dependencia a la familia como la unidad básica de la vida humana, la
familia de padre, madre e hijos.”2

UNA MUESTRA DE PUNTOS DE VISTAS ACADÉMICOS


Las familias son de cultura universal; ellas tienen las características
esenciales de la sociedad a través del mundo. James Q. Wilson explica:
“En casi toda sociedad estudiada por historiadores o antropólogos, los
seres humanos conviven basados en lazos de parentesco que toman la
responsabilidad de educar a los niños. Los lazos de parentesco
invariablemente implican restricciones en cuanto a quién tiene acceso
sexual con quién; las responsabilidades de la educación de los niños
implican invariablemente obligaciones económicas y no-económicas.
También, en prácticamente toda sociedad, la familia se define con el
matrimonio, o sea, con un contrato hecho público que legitima la unión
sexual entre un hombre y una mujer.” Como explica Wilson, hay mucha
evidencia de que el rol de la familia en organizar el amor, la sexualidad y
el cuidado para los niños es la columna vertebral de una sociedad civil y
próspera. Por ende, el status de la familia es la importante unidad de
medida para evaluar la salud social de una nación.

Las familias contribuyen al bienestar emocional de las personas.


Daniel Goleman desarrolló el concepto de la “inteligencia emocional”. Él
afirma que el carácter y el destino de una persona son
predominantemente determinados por cualidades tales como el altruismo,
la misericordia, la habilidad de amar y ser amado, que se desarrollan al
principio en la familia, la primera “escuela del aprendizaje emocional”.
“Para crear estos razonables hábitos del corazón que nutren y sostienen
los barrios... necesitamos espacios, hogares para el corazón. Un decente y
afectuoso hogar de una pareja de padres constituye este espacio
perfecto”, escribe Jean Bethke Elshtain.3

“Desarrollar una familia es el trabajo más duro y más complicado


del mundo”, según la terapeuta de familias Virginia Satir4. Mary Pipher5,
quién también es terapeuta de familias, llama a las familias “nuestro
refugio de la tormenta, nuestra institución más antigua, más preciosa y
nuestra última gran esperanza”.
Muchas veces se describen a las familias con imágenes de la
naturaleza, tal como la gran cantidad de células interconectadas que
forman el cuerpo humano, a veces se denominan a las familias las
“células” de la comunidad y de la nación. Las familias son como semilleros
de las virtudes, de acuerdo a los investigadores Mary Ann Glendon y David
Blankenhorn6, porque las familias son los cultivadores primarios de la
aptitud, del carácter y de la ciudadanía.

Las tendencias que causan la erosión y la inestabilidad del


matrimonio y de la familia por todo el mundo, nos preocupan. Hay
documentaciones bien fundadas de que la disolución de la familia es una
de las causas más importantes para el desorden social. Los expertos,
como por ejemplo Karl Zinsmeister del Instituto Americano de Empresas,
afirma que la llave para resolver los problemas sociales se encuentra en
reconstruir familias fuertes. Él escribe: “Hay una montaña de evidencia
científica mostrando de que cuando las familias se desintegran, los niños
muchas veces terminan con cicatrices intelectuales, físicas y emocionales
que duran toda la vida... hablamos de la crisis de drogas, de la crisis
educativa, del problema de los embarazos adolescentes y de la
delincuencia juvenil. Pero todos estas desgracias se pueden remitir
prácticamente a una fuente: familias quebradas.”

Los pensadores reconocen el valor de la familia y buscan caminos


para prevenir una crisis. Buscan un modelo de familias fuertes, afectuosas
y armoniosas, que puedan nutrir a sus hijos y levantar a su comunidad.

Diapositiva 10:
Empezamos con nuestra presentación viendo las formas a través de
las cuales el orden y las posiciones familiares moldean la experiencia del
amor. El corazón ayuda a la corriente del amor y vamos a examinar las
distintas dimensiones del corazón en las cuales el amor debe fluir.
Finalmente, como la dinámica del amor se expande, vamos a explorar
cómo la cultura del hogar moldea a la cultura en general y cómo, a
cambio, esta cultura tiene su impacto en la cultura del hogar.

Diapositiva: 11:
PARTE 1:
EL ORDEN Y LAS POSICIONES EN LA FAMILIA

Diapositiva 12:
A. El Orden Natural en la Familia

Las relaciones familiares son las más fundamentales en nuestras


vidas, porque a través de ellas aprendemos cómo amar. Nuestra familia
en la cual nacimos y la familia que creamos, hacen juegos permanentes
de relaciones afectuosas y nos desafían a crecer de corazón. La energía
del amor tiene que cultivarse en ciertas direcciones, para poder florecer
en un amor verdadero y duradero.
Hay tres modelos del orden en la familia:
1. El orden vertical entre las generaciones que conecta a los niños, los
padres, los abuelos, los bis-abuelos, etc.
2. El orden horizontal que conecta a personas de edades parecidas,
como hermanos, marido y esposa, primos, etc.
3. El orden individual se eleva a partir de nuestro eje personal de
valores esenciales.

Al mantener estos tres modelos del orden, se asegura la armonía en la


familia. Perdiendo este orden se obtiene como resultado el
desequilibrio y la desarmonía, como por ejemplo, cuando una persona
abandona su familia para buscar la satisfacción individual.

Diapositiva 13:
El orden en la familia corresponde al orden en el universo. Tal como
en la familia humana, la exquisita armonía que se encuentra en todo,
desde el microcosmos hacia el macrocosmos, está basada en un orden y
posiciones bien definidas. Los electrones giran alrededor de un núcleo
atómico por causa del equilibrio entre la fuerza centrípeta (girando hacia
el centro) y centrífuga (girando hacia afuera del centro). En un ámbito más
grande, el equilibrio entre estas fuerzas gobierna el movimiento del
planeta dentro de nuestro sistema solar y nuestro sistema solar dentro de
la galaxia. Aún una pequeña desviación en las órbitas de los planetas
podría causar un verdadero caos en nuestro sistema solar.

Aunque las estructuras que se encuentran en la naturaleza y en la


sociedad son muy similares, hay una diferencia enorme en cómo se
mantiene el orden. El orden de la naturaleza está gobernado por leyes
físicas, mientras que el orden social se mantiene basado en la fuerza del
carácter, con moral y ética como guías. Las personas con corazón y
conciencia bien maduros, trabajarán de acuerdo con los principios del
amor verdadero.7 Sólo incorporando estos principios y practicándolos
podemos alcanzar nuestro potencial como seres humanos de buen
carácter.

Este proceso de crecimiento y maduración que ocurre en la familia


nos permite experimentar cada una de los tres modelos de orden. Por
consiguiente, un hijo se convierte en un hermano y luego en un marido,
padre, abuelo, etc. Una hija se convierte en una hermana y luego en una
esposa, madre, abuela, etc. Pasando por cada nueva etapa de nuestra
vida, adquirimos cualidades adicionales y experimentamos una realización
más grande.

Diapositiva 14:
Hay tres modelos interrelacionados que se encuentran en el
universo, similar al orden en la familia:

1. La jerarquía vertical establecida entre los centros de rotación de


los cuerpos celestes. Por ejemplo, la luna gira alrededor de la tierra,
mientras que la tierra gira alrededor del sol; el sistema solar gira
alrededor del centro de la Vía Láctea, así estableciendo tres niveles
de orden vertical.

2. El orden horizontal creado entre cuerpos que se relacionen


independientemente hacia el mismo centro superior. Los planetas
Mercurio, Venus, Tierra, Marte, Júpiter y demás giran alrededor del
mismo centro, el sol. Por lo tanto, los planetas están
interrelacionados en un orden horizontal.

3. El orden individual creado con la rotación alrededor del propio eje.


La rotación terrestre de veinticuatro horas controla los ritmos de día
y noche, movimientos de los océanos, vientos y corrientes y las
funciones múltiples de los organismos con vida.

La existencia perpetua del universo depende del mantenimiento de


estos tres modelos de orden. Los detalles entre los modelos pueden
variar, pero el principio esencial de las relaciones interconectadas
permanecen como una constante. La esencia constituye un orden
incambiable y armonioso.
B. LOS TRES EJES DE LOS LAZOS FAMILIARES

Diapositivas 15 al 17:
Vamos a ver más de cerca cómo la familia ejemplifica este orden
universal. Se puede representar a la familia como una esfera con tres ejes.

El eje vertical conecta a los miembros familiares que se encuentran


en una relación dinámica de mayor a menor, o sea, padres e hijos o
abuelos y nietos. Este eje representa una jerarquía de generaciones.

Los dos ejes horizontales (adelante y detrás, derecho e izquierdo)


son más simétricos e iguales. El primer eje horizontal establece el orden
entre personas de la misma generación y de edad parecida, con los
mayores adelante y los menores detrás. Conecta a los niños mayores y
menores en la familia y a mayores y jóvenes entre compañeros.

Las personas que viven en una cultura más tradicional, por lo


general ceden a aquellos con mayor edad y ayudan en el cuidado de los
jóvenes.

El segundo eje horizontal conecta marido y mujer. Esta relación se


distingue en calidad, del eje entre compañeros de mayor o menor edad:

1. No importa quien sea mayor, marido y mujer comparten


libremente los mismos beneficios y responsabilidades;
2. Hay una intimidad muy exclusiva entre un hombre y una mujer
con dedicación entre sí que dura toda la vida;
3. Sólo la relación de marido / mujer abarca el amor sexual.

Estos tres ejes (padre / hijo, mayor / menor y marido / mujer) crean
una esfera. Nuestro destino es vivir para el bien de las personas
conectadas con nosotros en estos ejes. El centro de una familia no es una
persona, sino el punto de unión entre estos tres ejes. Practicando el amor
verdadero, cada uno de estos ejes se interconecta con los demás en un
ángulo de 90 grados, por lo tanto, cada uno se encuentra a la misma
distancia con el centro o el núcleo. La igualdad en la familia significa que
cada persona recibe un amor óptimo según su rol en la familia.

Este sistema de orden familiar puede ayudar a evaluar el orden


social. El ejemplo nos ayuda a entender las debilidades en culturas donde
se oprime a la mujer. El rol del hombre fue enfatizado mucho en la esfera
pública. Por ende, las instituciones sociales tienen la tendencia de ser
demasiado masculinas a expensas de las cualidades femeninas. Esto crea
sociedades y relaciones internacionales con limitaciones fuertes, fuera de
equilibrio. En contraste, cuando los dos, el hombre y la mujer contribuyen,
la sociedad se beneficia. Hay un equilibrio y una combinación mayor de
virtudes complementarias, de esta manera la armonía y el conjunto
permanecen unidos y progresan tanto en las relaciones domésticas como
en las internacionales.
Esta verdad también se encuentra en el eje vertical. En el amor
verdadero, hay equilibrio entre mayor y menor. Las sociedades
tradicionales, asignan mucha autoridad sobre la base de la edad y miran a
la asistencia y al respeto como las virtudes más altas. En contraste, las
sociedades modernas muchas veces enfatizan sólo el progreso y tienen la
tendencia de valorar el futuro más que el pasado. Así como las familias
sanas buscan un buen equilibrio vertical con actividades horizontales que
se expanden, las sociedades sanas también buscan caminos preparando
el futuro sin perder las raíces beneficiosas del pasado.

ARMONIZANDO LAS PERSPECTIVAS DE ORIENTE Y DE OCCIDENTE


Las sociedades enfatizan distintos valores esenciales, dependiendo
si enfocan en el eje vertical o el eje horizontal. En la cultura oriental se
reverencia a los ancestros, se respeta la ética y jerarquía vertical, se
enfatiza la piedad filial y la lealtad. En cambio, la cultura occidental, se
enfoca más en la ética de tipo horizontal, enfatizando en valores tales
como la hermandad y la igualdad. Algunos observadores reconocieron
cómo en las simples prácticas cotidianas se reflejan estas preferencias.
Por ejemplo, los idiomas occidentales se escriben horizontalmente,
mientras que muchos idiomas orientales corren verticalmente. Darse la
mano es un saludo horizontal, mientras que inclinarse es vertical.

En muchas culturas tradicionales el amor crece a partir del deber, de


la posición y del orden. Se promueve un amor que se niega a si mismo y
afirma al prójimo. La meta buscada es el orden social, la armonía y el
acuerdo en general. Se aprecia el pasado como fuente de tradición y
ejemplo, con un alto respeto hacia los ancestros. También el futuro es
importante y se enfatiza en el sacrificio por las generaciones venideras.

La cultura contemporánea occidental entiende el amor más como un


asunto de emociones y pasiones. El amor requiere un ser, una persona, un
“yo” con autonomía y libre voluntad. El tiempo en el cual uno se maneja
es el presente y el futuro, el destino de la persona se moldea basado en
decisiones morales muy sujetas al “aquí y ahora”, en vez de
circunstancias pasadas.

Es importante destacar que estas dos perspectivas, una horizontal y


otra vertical, son complementarias y no necesariamente contradictorias.
Ninguna de las dos es superior, sin embargo, el orden vertical tendrá que
guiar, ya que honra un punto de vista más original. Como evidencia
podemos decir que la armonía de los niños surge del más elevado
funcionamiento vertical del amor y de la guía paternal.

El equilibrio y la armonía entre el orden vertical y horizontal


promocionan la paz y la unificación. La globalización, un tema
contemporáneo en debate, sólo tiene un encanto limitado si significa ser
regularizado o dominado por una cultura singular. En contraste, una
síntesis superior de distintas culturas, rinde más que solamente la suma
de sus partes.
El mundo moderno de la medicina nos da un buen ejemplo de tal
sinergia. Combinando elementos de la medicina moderna con la medicina
tradicional, muchas veces encuentran la curación que no estaría al
alcance de cualquiera de los dos por separados. Por ejemplo, William
Collinge está promocionando lo que él llama la “medicina integral” para
tratar con enfermedades crónicas, como por ejemplo el síndrome del
cansancio crónico y “fibromyalgia”8 Los pacientes occidentales que
padecen de cáncer, podrían buscar alternativas, de los tratamientos
orientales.

Diapositivas 18 y19:
PARTE 2:
LAS CUATRO DIMENSIONES DEL CORAZÓN

En el curso normal de vida, un niño o niña crece entre hermanos y


compañeros, se casa y se convierte en un padre o una madre. Estos son
los niveles básicos por los cuales pasamos en nuestras vidas. Cada rol que
sigue se suma como una capa a la anterior. Cada rol también abre una
nueva dimensión en nuestro corazón. Los seres humanos expresan el
amor en su forma natural en cuatro direcciones: hacia nuestros padres,
nuestros hermanos, nuestro cónyuge y nuestros hijos. Así se forman las
cuatro dimensiones del corazón: el amor de hijo/a, el amor de hermano/a,
el amor de cónyuge y el amor de padres. Todas las demás formas de
amor, tienen su origen en estas cuatro formas de amor.

Algunos roles surgen simultáneamente, como por ejemplo, cuando


un bebé nace tanto como hijo y como hermano. Desde el punto de vista
del desarrollo sin embargo, cada área tiene su “período”. La época de
cada dimensión será, cuando se enfoque en su desarrollo. Entrando en
una dimensión nueva, no significa el fin del desarrollo de las anteriores.
Las áreas tienen su impacto de manera dinámica durante toda nuestra
vida. Por ejemplo, cuando los hermanos se encuentran para celebrar un
casamiento o están de luto en un funeral, sus lazos de corazón pueden
renovarse y profundizarse.

Tendríamos que elevarnos desde una dimensión hacia la próxima


sólo cuando nuestro amor alcance el nivel esperado para esta dimensión.
Es una realidad particularmente pensando en las transiciones a las
dimensiones de cónyuge y padres. La madurez física muchas veces nos
ofrece el potencial para un nuevo rol, antes de que pudiéramos alcanzar
este nivel de madurez de corazón. Este desequilibrio crea muchos
desafíos, pero la vida siempre nos da oportunidades de aprendizaje
terapéutico para llenar los espacios vacíos. Por ende, en el matrimonio, los
cónyuges a menudo brindan un amor maternal o paternal mutuo para
cubrir los agujeros de la infancia.

Cada dimensión incluye un rol y una regla. Estas reglas incluyen


responsabilidades, actitudes y virtudes asociadas con cada dimensión.
Cada cultura tiene sus reglas para la esposa perfecta, el niño bien
educado, el padre ejemplar, etc. Los detalles cambian según las distintas
culturas, sin embargo, en el fondo de tanta diversidad se encuentra un
denominador común: el cariño. En todas las culturas, el molde común
establecido en la familia, prepara a las personas para roles más amplios
en la sociedad.

A. LA DIMENSIÓN DEL CORAZÓN DEL NIÑO

Diapositiva 20:
La dimensión del corazón del niño es el alba del aprendizaje moral y
ético. La función primaria del bebé después del nacimiento, es establecer
un lazo poderoso con sus padres, especialmente con su madre. La
mismísima llegada de un bebé hace nacer el amor paternal. Los bebés
necesitan mucho cuidado. Cuando se les da comida, se les cambia, se les
baña, se les acaricia y uno juega con ellos, se experimenta el compromiso
familiar de atenderles, nutrirles y protegerles. Los ojos y voces de los
padres, juntos con su contacto físico y su disponibilidad, dan muchísima
información sobre la vida en el mundo. Cuando se pueden satisfacer las
necesidades de los niños, aprenden que hay seguridad en abrir sus
corazones. En este tipo de ambiente, los niños aprenden, que las personas
cercanas les ayudarán y son buenos. Esta comunicación no-verbal penetra
profundamente en la dimensión del corazón del niño.

Diapositiva 21:
Según innumerables estudios, la manera en la cual los padres tratan
a sus niños (o sea con una disciplina fuerte o con más entendimiento y un
sentimiento de misericordia, con indiferencia o con calidez), tiene sus
consecuencias profundas y duraderas en la vida emocional del niño. El
psicólogo Eric Erikson afirmó que la primera virtud del niño es la
confianza. El niño aprende la seguridad de entrar en relaciones.
Respondiendo al amor paternal, los bebés irradian una forma de encanto
amoroso. Ellos sonríen, se muestran tímidos, hacen payasadas pequeñas y
comunican un aire de agradecimiento y satisfacción. Los adultos hacen
tonteras, juegan con el bebé que se esconde en el hombro de su madre
para luego fijarse, si hay alguna respuesta. Así se muestra la primera
etapa del amor del niño. Aún un bebé tomando el pecho, a veces toma un
descanso para mirar a la cara de la madre y sonreírle en agradecimiento.
Las lecciones más básicas en la vida se aprenden en los pequeños y
repetitivos intercambios entre padres e hijos. De tal manera, los niños
empiezan a responder a sus primeros compañeros en el amor. Esta
sensibilidad temprana es la base para que uno pueda relacionarse en la
vida con emoción y responsabilidad.

Los seres humanos tienen un deseo innato por los lazos


compartidos. Los primeros lazos del niño son hacia sus padres; la conexión
padre / hijo es la llave para el desarrollo moral.9 Las conexiones agrandan
el crecimiento del corazón y la capacidad para la empatía. 10 Nuestra
habilidad en reconocer y sentir dolor, sufrimiento o alegría en otra
persona, como en uno mismo, es la base para la capacidad de dar amor,
tomar responsabilidad y tener relaciones satisfactorias con los demás. La
empatía se crea en los niños pequeños a través de un lazo afectuoso con
sus padres.
Nacido del amor que tienen por sus padres, los niños obedecen
naturalmente; con el tiempo aprenden a controlar sus impulsos, porque
esto complace a sus padres. Los niños se ganan el amor y la creciente
aprobación de sus padres cuando toman más responsabilidades según su
edad. La voz del padre / madre que escucha el niño, con el tiempo se
convierte en una especie de voz-guía dentro del niño.

El mismo corazón que se desarrolla primero como respuesta al amor


paternal, se convierte en la motivación esencial para el intercambio con la
comunidad más grande. Aquellas personas que fortalecieron los lazos de
confianza con sus padres, son capaces de seguir instrucciones y pueden
recibir guía de los demás. No tienen miedo de que el apoyo y el servicio a
los demás les quitará importancia. Ellos pueden sacar lo mejor de sus
maestros y superiores y hasta pueden heredar sus posiciones. La piedad
filial en su extensión incluye la lealtad y el patriotismo. En muchos
idiomas, la nación se llama el país paternal o el país maternal.

Diapositivas 22 al 25:
Los niños pequeños respetan y obedecen a sus padres con la
imagen de que sus padres son perfectos y saben de todo. Cuando los
niños se dan cuenta de las inevitables fallas de sus padres, tienen la
tendencia a criticarles. Sin embargo, un conocimiento más profundo del
sacrificio de sus padres y el aprecio por su sabiduría y corazón amante,
crea la base para una vida de respeto y agradecimiento. Unos lazos
positivos en la edad temprana con sus padres, pueden ser una influencia
positiva durante toda la vida del adulto y ofrecen una base segura sobre la
cual se pueden formar otras relaciones importantes. Esta dimensión de
piedad filial continúa más allá de la niñez, muestra sus frutos en la
devoción madura, porque los niños a veces tienen la oportunidad de
cuidar a sus padres en la vejez. Un aprecio más profundo también llegará,
cuando el hijo o la hija tengan un trabajo, se casen, se conviertan en
padre/madre, cuiden de los demás y tomen responsabilidad en general
por la comunidad. Al fin y al cabo, los hijos con piedad filial quieren que
sus padres sientan orgullo y quieren dejar un buen legado a sus propios
hijos. Confucio decía: “La verdadera piedad filial se entiende en terminar
exitosamente el trabajo incumplido de nuestros antepasados y transmitir
estos logros hacia la posteridad.”
B. LA DIMENSION DE CORAZÓN DE HERMANOS

Diapositiva 26:
Tenemos la tendencia natural de amar a las mismas personas que
nuestros padres aman. Como un rayo de sol que se refleja en un prisma, el
amor paternal puede irradiar y alumbrar el amor mutuo que tienen los
hermanos. Conectados con las alegrías y tristezas de la convivencia
familiar, los hermanos crecen respondiendo a la guía y el cuidado de sus
padres para desarrollar relaciones entre sí. En la dimensión de corazón
entre hermanos, el amor se convierte en algo recíproco, porque los niños
aprenden a dar tanto como a recibir. Como en todas las relaciones, se
necesita cierto esfuerzo para desarrollar lazos fuertes de corazón con
nuestros hermanos.

Diapositivas 27 y 28:
El nacimiento de un segundo niño cambia la dinámica familiar
dramáticamente. El niño, acostumbrado a ser el enfoque único de toda
atención de los padres, ahora tiene que compartir esta atención con el
bebé recién nacido. El hijo mayor recibe la aprobación paternal siendo un
buen ejemplo y una buena guía para el hijo menor. Desde su nacimiento,
los niños menores tienen que interrelacionarse con distintas variedades de
personas, así aprenden que el amor es algo que se comparte.

El amor paternal construye el estándar para relaciones armoniosas


entre los niños. Los padres enseñan a sus hijos cómo sobrellevar luchas y
peleas para crear el orden y la armonía. Los padres sabios están atentos
acerca de las relaciones entre sus hijos. A menudo dan privilegios y
responsabilidades especiales al hijo mayor. Así se crea naturalmente una
relación ordenada entre hijos mayores y menores.

Los estudios nos muestran, que las cálidas relaciones apoyándose


entre los hermanos, crea la empatía11 y un comportamiento pro-social.12
Cuando los niños crecen en una cultura que tiene como enfoque lazos
intercambiables y la lealtad, naturalmente cuidarán, guiarán y ayudarán al
prójimo. En muchas sociedades tradicionales, el hijo mayor recibe una
parte más grande de la herencia con más responsabilidades para el
bienestar de la familia. Se alienta a los hermanos menores a ceder al
hermano mayor para aceptar su guía, cuidado y liderazgo. De acuerdo a
Confucio, el deber del hermano mayor es comportarse de forma
caballeresca y protectora, mientras el deber del hermano menor tendrá
que ser uno de humildad y respeto.

Estas experiencias dan a los hermanos mayores la capacidad de


relacionarse bien con sus menores y subordinados en todos los aspectos
de la vida. Muchos hijos mayores eligen una profesión que tiene que ver
con “el cuidado”, tomando en cuenta sus experiencias en criar a sus
hermanos menores.

Diapositiva 29 y 30:
Las relaciones entre hermanos nos preparan para vivir en un mundo
con muchas diversidades. Aun los niños con los mismos padres a menudo
son muy distintos en temperamento, personalidad, gustos, preferencias
y talentos. Poder convivir en una familia grande o extensa, exige cierto
entrenamiento en tolerancia, caridad y una aceptación de diferencias.

Este fundamento firme en el amor y la atención paternal, ayuda a


los niños a desarrollar su identidad y tratar con los complejos desafíos de
relacionarse con vecinos, compañeros de escuela, primos e iguales de
edad. Las relaciones con iguales brindan oportunidades para desarrollar
amistades con muchas personas distintas. Los amigos pueden ser una
fuente inmensa para el aprendizaje emocional, el conocimiento y el
ámbito social. Estas interacciones dan la oportunidad a los niños de
practicar virtudes que son esenciales para encajar en la comunidad y para
aprender a manejarse en la gran tarea de vida de contribuir a la sociedad
en general.13

Diapositiva 31:
Para los adolescentes, las relaciones con sus compañeros, son a la
vez su mayor preocupación y su más grande desafío. Ellos se fijan en sus
compañeros con preocupaciones de formación muy reales. Las lecciones
de relación que aprenden en estos años son cruciales para el éxito en la
próxima dimensión del corazón.

Los padres tienen la tendencia de sobreproteger a sus hijos


adolescentes, pero es más aconsejable, que se involucren activamente en
la comunidad, para encontrar o crear ambientes sanos. Los grupos de
familias que comparten su tiempo, proveen un ambiente natural para que
los niños puedan desarrollar amistades sanas. Los años de la adolescencia
son difíciles para los padres, sin embargo la influencia paternal es critica.
Cuando los padres se involucran activamente en la vida de sus hijos, los
niños tienen la tendencia de heredar los valores positivos de sus padres.

Los adolescentes buscan la aventura y toman riesgos, creyendo que


son invulnerables a los accidentes o heridas graves. Cambian muy de
repente, son corteses y llevaderos un día, pero obsesivos y egoístas el
próximo día. Los padres, maestros y líderes de comunidades pueden
ayudarles positivamente para transformar sus auto-céntricas energías. Las
actividades atléticas, culturales y humanitarias pueden enseñarles
virtudes tales como el coraje, la integridad, el amor a la patria, normas
laborales y la lealtad.

CONTEXTOS MÁS AMPLIOS PARA EL CRECIMIENTO DEL CORAZÓN


Convivir con compañeros de la facultad, creando un espíritu de
amistad en el trabajo, uniéndose a un equipo deportivo o la participación
en asociaciones voluntarias, son todas extensiones de la dimensión del
corazón de hermanos. Unirse a un club o una agrupación de servicio
social, puede significar amistades y el desarrollo de habilidades
cooperadoras. Estas organizaciones voluntarias casi cumplen la función de
padres, porque crean un ambiente para relaciones de compañeros y
también dirigen su crecimiento. Personas que trabajan juntos para un
propósito común, crean lazos muy especiales que se parecen a la relación
fraternal. Las conexiones fraternales ayudan a crear y mantener una
sociedad cívica. La experiencia del amor fraternal ayuda a mantener a las
organizaciones voluntarias. Tal es así, que muchas se autodenominan
“fraternidades” o “hermandades”.

El espíritu fundador de la democracia se basa en el entendimiento


de que todos los seres humanos son hermanos. Las sociedades
democráticas proveen oportunidades para que las personas puedan
desarrollar un corazón fraternal de cooperación y cuidado hacia los
demás. Si se debilita este entendimiento de fraternidad, la democracia es
nada más que un caparazón vacío con instituciones impersonales.

Así como un hijo mayor tiene que ampliar su amor desde una
relación exclusiva con sus padres a un amor compartido con un nuevo
hermano, los adolescentes enfrentan pruebas similares cuando avanzan
de la pubertad hacia el matrimonio. Por un lado la adolescencia es un
periodo invaluable para explorar potenciales en las relaciones con los
compañeros, también para aprender sobre uno mismo, creando armonía
con los demás. Por otro lado, cuando nace la atracción hacia el sexo
opuesto, la adolescencia puede ser un periodo muy engañoso si la
confianza inocente y la curiosidad natural del joven toman la dirección
equivocada.

Los adolescentes a veces tienen una presunción con un profesor o


alguien del sexo opuesto, que derrumba sus limites naturales emocionales
en un romance inmaduro que ellos confunden con el amor verdadero. La
tendencia moderna indica, que los adolescentes se apuran en crear la
intimidad física, apropiada solo dentro de un compromiso matrimonial.
Una prematura experiencia sexual a menudo cambia el curso de la vida
del joven de forma irreversible. Es muy crucial, que la primera experiencia
del amor sea sin trauma o abuso. Por eso, las sociedades civilizadas
buscan proteger el bienestar de sus ciudadanos de menor edad. Sin duda
alguna, el amor inmaduro involucra a otra persona para satisfacer los
deseos de uno. El sentimiento de haber sido usado nunca tendrá que ser
parte del primer amor. Además, el sexo fuera del matrimonio, limita la
capacidad de desarrollar intimidad y confianza como cónyuge,
debilitándola de forma muy profunda.

Los adolescentes, cuyos corazones crecieron con muchas relaciones


sanas en la dimensión del corazón de hermanos, están mucho mejor
preparados para la intimidad física y emocional del matrimonio. Aquellos,
que crecieron de corazón y desarrollaron confianza en la guía de sus
padres y sus mayores, pueden refinar y controlar su deseo para la
gratificación sexual. Explorar y crear un dominio en dimensiones tales
como la música, el arte, el deporte, la tecnología, la ciencia o el servicio
humanitario, ayuda a perfeccionar la personalidad de la persona y crea el
fundamento para enfrentar las responsabilidades del matrimonio y del
arte de ser padres.

UN AMBIENTE PROTECTOR PARA LOS ADOLESCENTES


El psicoanalista Tony Anatrella se lamenta: “Toda una generación
fue mutilada en su imaginación porque pensamos que era bueno dejarles
solos, imaginándonos que ya eran adultos... Podríamos dar el siguiente
consejo a la sociedad: por el bien de los niños, por el bien de su
inmadurez, no les den privilegios de acceder a una madurez falsa
dándoles la responsabilidad que todavía no tienen, aún si luchan para
obtenerla. Mientras que estén en el proceso de crecimiento, la
responsabilidad se encuentra en personas con posiciones paternales.14”
Los adolescentes hoy en día crecen demasiado rápido y les falta esta
maravillosa edad de la inocencia y también los beneficios que nacen de un
crecimiento ordenado en la dimensión de corazón de hermanos. No
pueden obtener estas experiencias si les dejamos solos. Sin una guía en la
edad temprana, puede que crezcan sin limites para guiar el desarrollo de
su carácter.

De hecho, el tránsito a través de toda la adolescencia es muy frágil y


requiere mucha atención y cuidado de los padres y de los abuelos. Hay un
apoyo creciente en el entendimiento de que la abstinencia sexual hasta el
matrimonio crea el ambiente protector para el desarrollo del carácter y del
altruismo. Aún así, la cultura popular propagandiza el sexo casual,
disfrutando sin tomar en cuenta las cicatrices emocionales y los riesgos de
salud. Los padres, los profesores y todos los adultos en general que están
en contacto con los adolescentes, son de importancia vital para combatir
este destructivo punto de vista que les roba a los jóvenes preciosas
experiencias de sus años adolescentes.
C. LA DIMENSION DEL CORAZÓN DE LOS CÓNYUGES

Diapositiva 32:
Mientras que los niños se benefician de las relaciones sanas con
muchos adultos y los adolescentes crecen a través de crear lazos de
amistad con muchas personas, el matrimonio es una sociedad exclusiva.
En los votos matrimoniales, un hombre y una mujer se confían el uno al
otro por completo. El lazo sexual entre marido y mujer es nada más que
una expresión física de dos personas maduras que se aman y se juntan
para ser uno en apertura y confianza total, sin ningún obstáculo en el
medio. La unión matrimonial en los ámbitos físico y emocional, solo puede
tener significado profundo con una sola persona.

La dimensión conyugal del corazón está reservada para la intimidad


emocional y psicológica entre dos seres maduros que comparten sus más
profundos pensamientos, sentimientos, sueños, cuerpos, posesiones, el
hogar y los niños. Vale darles tanto el honor y la reverencia, como el
apoyo de la comunidad.

Diapositiva 33:
El matrimonio ofrece un área de crecimiento único, una etapa de
vida en particular en donde dos opuestos que se complementan aprenden
a trabajar y a actuar como uno en una “sociedad matrimonial”. El amor
conyugal representa la realización del amor horizontal. Se cruza con el
amor vertical cuando trae sus frutos de crear a los niños. Por consiguiente,
el amor entre marido y mujer tiene muchas dimensiones. La relación
fundamental es el de cónyuges, sin embargo, a veces pueden relacionarse
como hermanos o como padre/madre e hijo/a. Un hombre puede expresar
un corazón paternal hacia su mujer, mientras la esposa puede mostrar un
corazón maternal hacia su marido.

Como nuestra capacidad de amar crece y se desarrolla, muchas


veces nos sentimos conmovidos al compartir nuestras alegrías con los
demás. Involucrarse de tal manera, enriquece nuestras relaciones. El
cónyuge es el portón para encontrarse con la mitad de la humanidad. Ya
que cada persona es un microcosmos de la masculinidad o feminidad, el
matrimonio ofrece la oportunidad de entender las dimensiones masculinas
y femeninas desde un punto de vista más interno. Las relaciones con
amigos y compañeros de trabajo, pueden ser más fáciles y transparentes,
mientras que aprendemos a entender y apreciar al cónyuge.

Encontrar la realización en ésta dimensión del corazón, es un


esfuerzo que crece y se profundiza a lo largo de los años, hasta que
alcanza una riqueza irremplazable en experiencias compartidas. Durante
el curso de una vida, las parejas casadas experimentan muchos cambios.
Los bebés nacen y algunos seres queridos mueren. Las ilusiones
románticas desaparecen, las hormonas siguen creciendo y bajando, y la
radiante semblanza de la juventud se marchita para dar lugar a una
apariencia con arrugas. Hay tiempos altos y bajos, hay salud y
enfermedades, hay sentimientos de almas compartidas y hay que
sobrellevar tentaciones también. Las parejas que lograron que sus lazos se
queden fuertes, crearon un amor duradero de verdad. La sabiduría, la
madurez y la integridad que honran toda una vida de amor y compromiso,
hacen que estas parejas sean maestros invaluables hacia cualquier
persona.

Diapositivas 34 al 36:
La tarea más importante para un marido y su mujer es alcanzar la
unidad del corazón. Justo esta unidad crea la libertad para relacionarse en
distintas formas. La intensidad del amor incondicional entre marido y
mujer tiene más valor que una apariencia linda, la educación, las
posesiones o la posición en la sociedad.
Si el amor conyugal se divide, no se pierde solamente una
perfección en potencia, sino también se convierte en una fuente de abuso
y engaño, finalmente violando al compañero en su aspecto más humano.
El amor conyugal se crea sobre una base de confianza y fidelidad
absolutas. A veces hay un sentimiento de desequilibrio en la expectativa
del nivel de pureza y fidelidad del hombre y de la mujer. De hecho, la
misma entrega mutua significa, que marido y mujer tienen exactamente la
misma obligación de mantenerse fieles el uno al otro.

La entrega que se experimenta en el matrimonio, es una


preparación importante para el parentesco. Amar a nuestro cónyuge
incondicionalmente a través de tiempos difíciles y desafiantes, fortalece
nuestro carácter y profundiza nuestra capacidad de amar. Necesitamos
todos los recursos del carácter y del amor para encontrarnos con el
desafío del parentesco. Nuestra entrega en ayudar al crecimiento continuo
de nuestro cónyuge nos prepara para asumir el rol de padre / madre. Ahí,
en la dimensión de ser padres, nuestra inversión del amor y del apoyo
muestra sus frutos duraderos.

D. LA DIMENSIÓN DEL CORAZÓN DE LOS PADRES


Diapositiva 37:
La relación entre marido y mujer tiene un impacto más allá de su
felicidad personal.
Es muy crucial pensando en su rol como padres, una de las experiencias
de vida más transformadoras. Un matrimonio armonioso, amante,
entregado y desinteresado crea el ambiente en donde los niños pueden
sentirse seguros, en el cual se responde a sus necesidades y pueden
aprender formas positivas del comportamiento. Un buen matrimonio es un
fundamento necesario para el éxito en la dimensión de corazón de padres.

El corazón paternal anhela expandir y multiplicar el amor. El amor


paternal evoca las emociones más nobles y las acciones más altruistas de
las personas comunes. Ya que su naturaleza está enfocada en otras
prioridades, la dimensión de corazón de padres es lo que más conduce al
crecimiento moral. Hay una transición natural en la escuela del amor,
como por ejemplo, los nueve meses del embarazo durante los cuales el
marido y la mujer pueden prepararse como padres.

Diapositivas 38 y 39:
El amor paternal comprende la más exigente y sacrificada dimensión
de todas las dimensiones del corazón. Requiere una inversión y un
sacrificio constante. El fundamento de estas cualidades es la compasión,
un entendimiento profundo del sufrimiento humano y una apertura en
ayudar al crecimiento de los hijos. El arte de ser padres requiere
cualidades de carácter tales como el sacrificio, la generosidad, la
paciencia y el perdón. El amor genuino transforma todo, convierte la
fealdad en belleza y los malos olores en perfume. El amor paternal es
como la sangre que fluye por todo el cuerpo: desde la nariz mocosa hasta
los pies apestosos. Por el bien de sus hijos, los padres están dispuestos a
hacer cualquier cosa e ir a cualquier lado.

El regalo más inolvidable que los padres hacen a sus hijos, es su


amor incondicional. ¿Acaso una madre lleva una cuenta de cuántas veces
cambió los pañales de su bebé, para que algún día, cuando él crezca y
reciba su primer sueldo, ella le pueda presentar la factura? Por supuesto,
que no. El amor de los padres es incondicional y su recompensa es el
bienestar y la felicidad del niño. Si el niño corre a la calle frente a un auto,
la madre corre detrás de él, nunca pensando en el peligro que ella misma
corre. Un padre no vacila al entrar en una casa en llamas, arriesgando su
vida para salvar a su hija que duerme dentro de la casa. El amor paternal
es el eje vertical alrededor del cual la familia gira. El amor paternal es
desinteresado, dándolo todo por el bien del niño. Los padres invierten
amor y guía constantes, con el profundo deseo de que sus hijos puedan
desarrollar todas las dimensiones del corazón, para que algún día lleguen
ellos también a ser padres.

EL AMOR PUEDE LLEGAR DESDE MUCHAS DIRECCIONES


El amor paternal puede tomar muchos enfoques. Por lo general, la
madre está enfocada hacia la estabilidad, la paz y lo más interno de la
familia, mientras que el padre muy a menudo tiene que enfocar su
atención hacia afuera de la casa en actividades que apoyen a la familia.
Por lo general, uno de los padres estimula los sentidos y las emociones, de
manera tal que la identidad del niño pueda formar sus raíces. Esto es muy
parecido a la tierra que provee el agua y los minerales para nutrir la
formación de vida. El otro padre estimula con una estructura más verbal, a
través de la cual la identidad del niño desarrolla un tronco, ramas y frutos.
Este rol se asemeja al del sol con la planta. Un amor que apoya,
suavemente y empuja al niño desde abajo; mientras que el otro amor lo
desafía, y tira al niño desde arriba. Los roles complementarios que
cumplen el padre y la madre, sostienen el crecimiento consecutivo del
carácter y el corazón.

El amor de los abuelos es una extensión del amor paternal. El


agrado que tienen al ver a sus hijos crecer hasta la madurez,
estableciendo un hogar afectuoso, se asemeja con la alegría de ver el
fruto del amor de sus niños. Con moderada sabiduría y con un carácter
maduro, los abuelos fomentan lazos particulares con sus nietos. Ellos son
una fuente invalorable de seguridad con raíces fuertes para el niño.
Porque experimentaron el desafió de crear una familia, pueden asistir con
sabiduría y aliento a los jóvenes padres, convirtiéndose en la presencia
alentadora en la vida de sus nietos. También porque sobrevivieron muchos
desafíos y ahora pueden comentar sus experiencias, los abuelos se
convierten en un tipo de asilo seguro cuando padres e hijos experimentan
los peligros de la vida. La perspectiva de la vida es enriquecida y
vitalizada cuando vista desde otra generación, es presentada con chispa y
sinceridad. Finalmente, los niños aprenden el comportamiento de “niño
afectuoso”, mirando cómo sus padres son “niños” ante los abuelos.

Diapositivas 40 al 42:
Los roles familiares de ser niño, hermano, cónyuge y padre son los
roles más fundamentales de toda nuestra vida. Son las cuatro formas más
importantes de amor, cada una con sus dimensiones únicas de
experiencias y responsabilidades. Dentro de cada dimensión aprendemos
las virtudes que componen un carácter maduro. Invirtiendo en estas
significativas relaciones se enriquece profundamente la vida de una
persona. Esto quiere decir que el ambiente familiar y las cuatro
dimensiones del corazón son cruciales para toda consideración de
desarrollo moral. Nuestra vida, amor y corazón se extienden a través de
los niveles ilimitados de la experiencia en cada una de estas dimensiones.

Cada dimensión apoya y participa en la próxima, mientras que la


dimensión que sigue requiere un grado más alto de responsabilidad y
altruismo, que el anterior. El éxito en cada dimensión se mide según el
grado en que uno puede manifestar los valores de las dimensiones
anteriores.

Nuestra capacidad para amar aumenta mientras aprendemos a


sobrellevar los deseos egoístas y desarrollamos nuestra habilidad de vivir
por el bien de los demás. Finalmente, buscamos obtener un corazón de
amor auténtico para poder pararnos como padres verdaderos.

PARTE 3:
LA ÉTICA FAMILIAR COMO BASE PARA UNA SOCIEDAD CÍVICA

A. LA SOCIEDAD ES LA EXTENSIÓN DE LA FAMILIA

Diapositiva 43 al 45:
El comportamiento ético en la sociedad está conectado con el
desarrollo de las buenas relaciones familiares en todos los ejes. La más
profunda moral de una persona se crea en las cuatro dimensiones del
corazón. Cuando creamos lazos de amor con muchos miembros de
nuestra familia, desarrollamos un carácter bien esférico y equilibrado, así
podemos relacionarnos muy cómodamente con muchas personas. El
filósofo de Rusia, Vladimir Solovyev, comenta sobre el rol vital que tiene el
amor en las vidas humanas: “El amor es tan importante... ya que
transforma todos nuestros intereses de vida del egoísmo al altruismo, o
sea, el centro cambia por completo en nuestras vidas personales.”15 Si
estamos bien entrenados en el amor, tratamos a las personas como una
extensión de nuestra propia familia. Podemos respetar a un anciano en la
calle como si fuera nuestro abuelo; podemos ver a la cajera como a
nuestra hermana; podemos admirar a los niños jugando en el patio de la
escuela como a nuestros propios niños. Todos los seres humanos tienen
esta experiencia familiar en común.

El amor entre padres e hijos, centrados en el eje vertical, se puede


extender a las relaciones entre superiores y subordinados, tales como
líderes y seguidores, jefes y empleados, maestros y estudiantes,
presidentes de gobiernos con sus ciudadanos y personas de generaciones
distintas. El patrón de las relaciones entre hermanos se extiende entre
parientes, amigos, vecinos, compañeros en el trabajo y ciudadanos de la
misma generación. El amor conyugal entre marido y mujer abre el corazón
del marido hacia la feminidad y de la esposa hacia la masculinidad.

LA FAMILIA Y LA SOCIEDAD CÍVICA


La fragmentación de las naciones al fin del siglo XX estimuló muchas
discusiones sobre lo que constituye y sostiene una sociedad cívica. En la
Grecia y Roma antigua, la sociedad cívica significaba un orden social en el
cual las personas regularizaban sus relaciones y encontraban soluciones
para sus peleas según un cierto sistema de leyes; con cortesía hacia el
prójimo y con una participación activa del ciudadano.16

El concepto de la sociedad cívica se desarrolló con el paso del


tiempo. Para los eruditos clásicos liberales John Locke y John Stuart Mill,
una sociedad cívica definía el rol apropiado para el gobierno, protegía las
libertades individuales e incentivaba asociaciones privadas de ciudadanos.
Sostenían que la combinación entre estos tres factores formaban la base
fundamental sobre la cual las personas y las naciones podían prosperar.

El concepto de la sociedad cívica experimenta un renacimiento en


algunos países, como una combinación atractiva del pluralismo dentro de
la sociedad que trae consigo una variedad de posibles sistemas políticos y
económicos. Se entiende la sociedad cívica como una sociedad que
incorpora dimensiones culturales, educativas y religiosas.17

La socialización en la edad temprana, alienta a las personas a vivir


para encontrarse con las expectativas de la sociedad. Esta socialización
temprana en su mayor influencia viene a través de la familia.

Sin embargo, tanto los niños como los adultos, con el tiempo
enfrentan tentaciones que les pueden desviar. Las instituciones dedicadas
a la seguridad pública (como la policía), sólo pueden controlar con la
fuerza el extremo desalineamiento social. Pero estas formas de control
externo no ayudan. Lo que verdaderamente hace falta, es un conjunto de
guías sociales, dando forma a la persona en su interior, para dar critica
constructiva a un individuo cuando cumple, y critica correctiva cuando
falla. Estos controles internos complementan los controles sociales
estandarizados en las instituciones formales.

B. LOS TRES ROLES DEL SUJETO

Hay tres roles de sujeto, o roles iniciadores, que se aprenden en la


familia: el rol del padre, del maestro y del líder. Estos roles marcan el
estándar del liderazgo en la sociedad. Los padres tienen la mayor
responsabilidad y son los líderes naturales de la familia. También son
maestros naturales, con su palabra y su ejemplo. La atención, la inversión
y el sacrificio que están cultivados en la dimensión del corazón de padres,
forman la base ética para toda persona con un rol de sujeto.

Los padres son sujetos en la dimensión del amor, los maestros son
sujetos en la dimensión de la verdad y los líderes son sujetos en la
dimensión de los logros. El amor paternal forma el corazón y el carácter de
los niños; el rol de los maestros es transmitir un conocimiento práctico y
ayudar a los niños a distinguir el bien del mal. El rol de los líderes
comprende la creación de un ambiente en el cual las personas puedan
cumplir con sus responsabilidades, prosperando y logrando expresar su
potencial.

Los roles de padres, maestros y líderes están conectados. Los


comerciantes tendrán que mostrar amor e interés hacia sus empleados,
enseñándoles cómo ser exitosos. Los maestros tendrán que crear un
ambiente de esmero y cariño en sus aulas a través del corazón paternal,
guiando a los alumnos con sus palabras y su ejemplo. Los líderes inician,
dirigen y hacen los planes. Los buenos líderes pueden reconocer el ímpetu
de su ejemplo propio y se esmeran para educar a las personas con sus
expresiones de corazón.18 Este estándar se aplica a los padres, los
maestros y los líderes en cualquier nivel.

Cada uno de nosotros está conectado con otras personas en una


variedad de formas. Hay personas que nos admiran y nos toman como
sujeto, sin importar si fuera como padre, maestro, líder o mentor. Al
cumplir estos roles de sujeto, ayudamos a formar una sociedad cívica.

ENCONTRANDO UN EQUILIBRIO ENTRE INTERESES VERTICALES Y


HORIZONTALES
Los padres pasan sus valores morales a sus hijos. Estos estándares
éticos guían a las relaciones en la familia y pueden ser aplicados en todos
los aspectos de la sociedad. La ética se relaciona tanto con el eje vertical,
como horizontal. Por ejemplo, en la familia aprendemos a equilibrar las
posesiones privadas y públicas. Compartimos y cuidamos tanto las
pertenencias personales como las públicas, se aprende a respetar los
derechos y las propiedades de los demás. Los verdaderos valores
familiares son la base para el equilibrado entendimiento de la práctica
social y económica. Esto va más allá de las fallas del exceso del
capitalismo o del colectivismo extremo.

En la familia se crean relaciones armoniosas entre iguales, centrados


en la autoridad paternal. Las mismas habilidades que crea la armonía
entre los integrantes de la familia con distintas personalidades, son útiles
para crear relaciones sociales cooperadoras. Esto puede ayudar a las
democracias liberales, en donde las relaciones humanas están hundidos
en la competencia ilimitada en el ámbito de la política y la economía.
La buena voluntad y la armonía pueden fluir más fácilmente cuando
hay un orden vertical de la compasión y un propósito paternal. Los
practicantes del programa del “Bienestar en la Familia”19, que
desarrollaron psicólogos clínicos para ayudar a familias a mejorar sus
relaciones, enseñan con humor a los niños occidentales que no hay
igualdad en la familia, porque los padres son los jefes. “Su turno ya
llegará, pero por ahora sus padres están al mando”, se explica a los niños.
De la misma manera, se necesita un orden vertical de liderazgo y
autoridad en la sociedad, un líder coherente tiene como modelo un buen
padre, tomando una actitud de sacrificio hacia sus votadores,
invirtiéndose como un padre lo haría hacia su hijo. Un líder verdadero da
guía con un corazón paternal. El corazón verdadero del liderazgo no
pretende mantener la autoridad y el poder, sino más bien busca transmitir
el poder a los demás y educarles.

C. LA FAMILIA ENCAJA EN EL ORDEN SOCIAL


Diapositivas 46:
Las relaciones sociales más amplias, son en un sentido extensiones
de cariñosas relaciones familiares. La misma fórmula para encontrar
armonía en las relaciones familiares, se aplica a la nación y al mundo. El
amor, que experimentamos en nuestra familia, se puede extender a la
sociedad más amplia. Mencius dijo: “Trata a los ancianos de tu propia
familia de manera apropiada a su edad avanzada y extiéndelo a los
ancianos de otras familias; trata a tus jóvenes de manera apropiada a su
tierna edad y extiéndelo a los jóvenes de otras familias.”20

Por consiguiente, cada persona dentro de la familia es un portón


para la dimensión que él o ella representa. La relación que tiene un niño
con sus hermanas lo introduce al mundo del sexo opuesto; la manera con
la cual se comunica con sus padres y tíos lo guiará a la forma en la cual él
se relacionará con sus maestros y demás personas en roles similares. Así,
cada persona tiene muchos portones hacia la sociedad más amplia.

Los seres humanos están situados en una gran constelación de


relaciones que empiezan en la familia y se extienden a la comunidad, la
nación y el mundo entero. La familia está integrada por individuos
comprometidos en el bienestar de los demás integrantes de la familia. Una
comunidad sana está compuesta por familias que se apoyan mutuamente.
Las familias centradas en servir a la comunidad, se interconectan de
forma muy natural. La comunidad cosecha sus beneficios a través de
familias que toman responsabilidad, y las familias se benefician en ser
parte de una comunidad dinámica y servicial. Este movimiento dinámico
se expande, dando a la nación y a todo el mundo unos principios de
bondad duraderos y dignos de confianza.

ARMONIZANDO LAS DIMENSIONES ESPIRITUALES Y MATERIALES


Una buena sociedad necesita programas económicos para reducir la
pobreza y para mejorar las condiciones ambientales. Además, se
necesitan programas sociales y educativos para fomentar individuos de
buen carácter y promocionar familias fuertes. En una sociedad tanto cívica
como próspera, los aspectos espirituales están en armonía con los
aspectos materiales. Las dos dimensiones de la civilización mantienen un
equilibrio natural en una cultura de corazón centrada en la familia.

La civilización, en su forma más ideal, se entiende como una


armonía entre los deseos humanos, tanto espirituales como materiales.
Los deseos de la mente de seguir a la verdad, la belleza, la bondad y el
amor, tienen sus raíces y son nutridas y guiadas a través de las
experiencias en la familia. La familia juega un papel crucial en el
desarrollo moral, social y emocional de la persona. Los corazones de los
niños tienen que ser cultivados en la familia desde la infancia, mientras
que su carácter es flexible. Cuando la persona se convierte en adulto, por
lo general tiene su carácter ya formado. Los deseos del cuerpo hacia
posesiones, confort, salud, sueño y sexo también se abordan mejor en la
familia. Hay evidencia abundante, de que el fundamento para la
prosperidad tiene sus raíces en el ambiente familiar. Los miembros de una
familia se apoyan entre sí más allá de las preocupaciones de la
productividad o de la eficiencia. “Los individuos se necesitan (en la
familia), se buscan y están atados en una unidad que no es compulsiva, ni
tiene consideraciones de ganancias ni contratos”, escribió el sociólogo
Pitrim Sorokin, “de forma muy espontánea sólo por el bien de estar juntos,
por el bien del propio compañero, más allá de placeres, ganancias,
compulsiones o contratos.”21 La familia comanda y armoniza los valores
espirituales y materiales de la forma más beneficiosa tanto para la
satisfacción individual como para la estabilidad de la sociedad. Esto se
debe al hecho de que las buenas familias nutren y alientan el hábito de
anteponer el beneficio de la familia por encima de los intereses
personales. El apoyo mutuo entre los integrantes de la familia puede traer
un aumento de productividad económica. Las personas casadas tienen
tendencia a ser más productivos en su trabajo por el apoyo psicológico y
emocional que reciben. También sus hijos andan bien en la escuela y se
convierten en personas más productivas socialmente que viven
respetando las leyes al igual que los adultos. Por ende, podemos llegar a
la conclusión de que la micro-estructura de marido, mujer y sus niños
afectan la macro-estructura de la cultura y la economía más que cualquier
otra institución.

D. LAS FAMILIAS FUERTES TIENEN UN ENFOQUE MÁS ALLÁ DE SU


PROPIA EXISTENCIA

La presentación “Los Principios Universales y las Metas de la Vida”


describe la relación entre los propósitos duales en nuestras vidas. Nuestro
deseo innato de encontrar valor a través de contribuir a un bien más
grande, se llama “el propósito conjunto”, mientras que nuestro deseo de
mantener y beneficiarse a sí mismo se llama “el propósito individual”. Las
familias, las comunidades y en fin, toda persona tiene los dos propósitos:
contribuir a una entidad más grande y beneficiar al propio ser. Los santos
y las demás personas iluminadas entendieron, que servir al propósito del
conjunto es la forma más perfecta de cumplir el propósito individual. Sin
embargo, la mayoría de las personas sólo persiguen su propio propósito
así creando el infierno del egoísmo y de la competencia hostil que echa
una nube oscura sobre la vida en este mundo.
Una jerarquía social entrelazada empieza cuando las personas
apoyan a su propia familia que, a su vez, está preocupada por el bienestar
de cada uno de sus miembros. Cuando las familias contribuyen al
bienestar de su comunidad, la comunidad prosperará, ofreciendo
beneficios y protección para sus familias de las cuales depende. El mismo
principio se puede aplicar a las relaciones entre las organizaciones de
ciudadanos con sus naciones y entre las relaciones de naciones con el
mundo entero.

Compartir lo que hemos recibido es el camino natural de la vida.


Está en conformidad con la ecología de la naturaleza, en la cual todas las
criaturas dan y reciben constantemente en la interconectada red de la
vida. Tal como mi familia vive para el bien de la sociedad, la sociedad
prosperará y mi familia compartirá su prosperidad. En la medida en que
las organizaciones vivan para el bien de la nación, la nación prosperará,
como así también todas las organizaciones que la comprenden. Y cuando
la nación vive para el bien del mundo, la prosperidad del mundo se
extiende a todas las naciones. Este es el Gran Circulo de la Vida, dando y
recibiendo la energía del amor.

En una sociedad cívica, los propósitos individuales y colectivos se


apoyan de forma muy natural. El conjunto apoya al bienestar de sus
partes componentes porque las partes en prosperidad pueden apoyar
mejor al conjunto. Demasiado énfasis en cualquiera de las dos, puede
traer consecuencias desastrosas. Dar la prioridad al propósito individual
en vez del propósito del conjunto, es una de las mayores causas de
problemas en matrimonios y también causa muchos problemas sociales.
Los individuos egoístas son como células de cáncer que extraen a la
sociedad la savia de la energía productiva. En grandes cantidades, pueden
provocar la destrucción de una civilización entera. De la misma manera,
enfatizar demasiado en el propósito de conjunto puede traer la opresión y
la pérdida de la libertad individual.

MODELOS DE EMPRESAS COMERCIALES CO-LABORALES


Las actividades comerciales se benefician siguiendo principios
universales que den prioridad al bienestar del conjunto. Por ejemplo, una
empresa es una forma de familia. Dentro de las reglas del mercado,
tendrá que preocuparse por el bienestar de sus empleados. Muchas
empresas estadounidenses y japonesas descubrieron que las relaciones
cooperativas y co-laborales entre los empleados y la administración,
ayudan a mejorar la producción y dan a la empresa una ventaja
competitiva. Las buenas relaciones entre la administración y los
empleados están fomentadas a través de la lealtad y el respeto mutuo.

E. TRABAJANDO PARA EL BIEN MÁS GRANDE

Al cumplir con nuestras responsabilidades se muestra el carácter


noble. La ética de la piedad filial que uno aprende como niño, es la base
para toda devoción hacia el bien más grande. Aún en la familia, la piedad
filial no está limitada a la niñez temprana. Es importante mencionar que
somos “hijos” de nuestros padres toda una vida. La dimensión de corazón
del niño trae sus frutos a través de un respeto maduro y mutuo entre los
hijos adultos y sus padres, sin suprimir para nada la devoción que desde
niño mostraba hacia ellos.

Los padres verdaderos no solamente enseñan a sus hijos e hijas la


piedad filial, sino también cómo ser buenos ciudadanos. Un hijo que hace
una contribución significante a la sociedad, es una fuente de gran orgullo
y alegría para sus padres. Expandiéndose al plano de la nación es la ética
fundamental del patriotismo. El patriota pone el bien del país por sobre
todo, al punto de sacrificar las riquezas y la familia. Con el ejemplo vivido
de la ciudadanía y del patriotismo, los niños aprenden a conectar las
obligaciones personales de la familia con los niveles más altos de
responsabilidad social. Aún del presidente de una nación se espera una
continua actitud de hijo filial hacia sus padres y que mantenga los niveles
de la buena ciudadanía. Una persona que cumple de forma sobresaliente
se honra como un tesoro viviente nacional.

Las personas más honradas saben extender la dimensión del vivir


por el bien más grande aún más allá de las fronteras nacionales. La
historia reconoce a aquellos, que trascienden los límites de su raza,
cultura o nación y trabajan para el mejoramiento de la humanidad. Ellos
no son solamente el orgullo para su propia nación, sino también para el
mundo entero. Se da un altísimo reconocimiento a estos santos y
pacificadores. Los pacificadores se consagran con un amor sacrificado
para traer a grupos en desacuerdo a la reconciliación, siempre guiándolos
por el camino en que las personas puedan convivir juntas en armonía. Se
reconoce a los santos y sabios en todo el mundo por sus contribuciones a
la sabiduría y al mejoramiento espiritual de toda la humanidad.
LA PIEDAD FILIAL COMO LA BASE DE LA VIRTUD
Según un tratado de Confucio bien conocido, la piedad filial es la raíz
de toda virtud y el principio detrás de toda enseñanza moral: “Entonces, la
piedad filial es la raíz de todas las virtudes y el tronco a través de la cual
crece toda enseñanza moral... Nuestros padres nos han dado nuestros
cuerpos, hasta cada cabello y cada parte de la piel, y no podemos
infligirles heridas de ninguna manera: esto se entiende como el comienzo
de la piedad filial. Cuando hemos establecido un carácter con la práctica
de la vida filial, así nuestro nombre será famoso en futuras épocas,
glorificando a nuestros padres: este es el fin de la piedad filial. Empieza
con el servicio a los padres; prosigue con el servicio al líder y tiene su
cumplimiento con el establecimiento del (buen) carácter.”22

F. LA PIEDRA ANGULAR DE LA PAZ MUNDIAL

Diapositiva 47:
Una bien conocida enseñanza de Confucio nos lleva en un circulo
completo a nuestro comienzo, a la familia como campo de entrenamiento
para las relaciones humanas:

Si hay un corazón justo,


Hay belleza en el carácter.
Si hay belleza en el carácter,
Hay armonía en el hogar.
Si hay armonía en el hogar,
Hay orden en la nación.
Si hay orden en la nación,
Hay paz en el mundo.
(La Gran Enseñanza)

Diapositivas 48 y 49:
Todas las culturas tienen en común la experiencia de convivir en
familias. Por consiguiente, la familia provee un terreno común para que las
personas de distintas nacionalidades, culturas o tradiciones filosóficas
puedan interconectarse. James Q. Wilson nos dice que el rasgo humano
común, que se encuentra durante toda la historia y en todas las
sociedades conocidas, es el amor de padres para sus hijos. Este amor nos
revela en el nivel más profundo nuestra humanidad, que nos une; es algo
universal. “Podemos tratar con las personas en este mundo, porque
primero aprendimos a tratar con los miembros de nuestra familia.”23

En una familia, los padres son mediadores en las peleas de sus hijos,
abrazan a los dos lados y los educan. Ellos muestran a sus niños cómo
apreciar los puntos buenos que sus hermanos tienen. Bajo el paraguas del
amor paternal, todos son iguales. Libros de J. Lorne Peachey y Farley y
Betsy Jones contienen informaciones valiosas para padres acerca de cómo
se puede educar a niños pacificadores.24 Los padres cariñosos quieren que
sus hijos sobresalgan. El amor paternal puede compensar los defectos del
niño, buscando caminos para apoyar a un niño enfermo o discapacitado.
De la misma forma, los líderes sociales que tienen un corazón paternal,
pueden buscar la reconciliación y el espíritu de solidaridad entre grupos
muy diversos. En todas las partes del mundo, la vista de un bebé en los
brazos de una madre puede derretir el corazón y unir a las personas en
emociones compartidas y entendimientos mutuos. Aprendemos que no
somos tan distintos después de todo. Aquellos, que buscan una función
pública, reconocen la universalidad de esta cualidad humana. Aún en
tiempos de guerra, las personas se conmueven con fotos de niños
sufriendo en el lado enemigo y quieren terminar con la matanza. El
instinto de familia para nutrir y proteger a los jóvenes y los inocentes es la
llave para la paz mundial. Nos recuerda, que somos todos parte de la
misma familia humana.

La facilidad, con la cual los niños se relacionan con personas de


culturas y razas distintas, nos da esperanza de poner a un costado la
pesadez cultural que carga a las personas en nuestro planeta. Ya que cada
persona es un microcosmos de toda la humanidad, la unidad que creamos
como marido y mujer ayuda a armonizar el mundo de los hombres y el
mundo de las mujeres.

CONCLUSIÓN:

Ahora es muy evidente, cuán deseable es fomentar y mantener una


cultura centrada en la familia. Esta presentación nos aclaró, cómo el
orden y la armonía en la sociedad están basados sobre valores y
comportamientos que fueron aprendidos y practicados en la familia. En la
familia, las personas desarrollan raíces y lazos que pueden permanecer
fuertes durante toda una vida. Los esfuerzos en promocionar una cultura
centrada en la familia merecen el apoyo de padres, educadores y de los
demás líderes comunitarios. El hogar, el sistema educativo entero y la
comunidad más grande, pueden darnos un mensaje consistente que
apoye y nutra los valores de la familia.

Además, así como la sociedad puede fortalecer a la familia, también


la familia puede fortalecer a la sociedad. Cada uno de nosotros es
miembro de una familia y cada familia se interconecta con otras familias y
con la sociedad más grande. Todos podemos aumentar el nivel de estos
intercambios para encontrar nuevas maneras de contribuir a la sociedad y
participar en nuestras comunidades. Las crecientes experiencias que
tenemos en las cuatro dimensiones del corazón, fomentan justo el mundo
de paz que anhelamos en lo más profundo de nuestro ser.

Como cada vez más y más las familias se enfrentan con este
desafío, acerquémonos cada vez más a la sociedad, en la cual deseamos
criar a nuestros hijos.

Referencias del Texto


1
James Q. Wilson “The Moral Sense” (El Sentido Moral), Nueva York: Free Press, 1993,
pag. 158.
2
Daniel Goleman “Emotional Intelligence” (La Inteligencia Emocional), Nueva York:
Bantam Books, 1997, Pág. 189.
3
Jean Bethke Elshtain, “The Future of the Family?” (¿El Futuro de la Familia?), The World
& I Magazine, December 1995, Vol. 10, N° 12, pag. 288.
4
Virginia Satir, “The New Peoplemaking” (Haciendo Nuevas Personas), Mountain View,
California: Science and Behaviour Books, 1988, pag. 6
5
Mary Pipher, “The Shelter of Each Other: Rebuilding Our Families” (El Refugio del Uno al
Otro: El Reconstruir De Nuestras Familias), Nueva York, Ballantine Books, 1996, pag. 10.
6
Mary Ann Glendon & David Blankenhorn, editores, “Seedbeds of Virtue: Sources of
Competence, Character and Citizenship in American Society” (Los Semilleros de las
Virtudes: Fuentes De La Aptitud, Del Carácter y de la Ciudadanía En La Sociedad
Estadounidense), Lanham, MD: Madison Books, 1995.
7
Como ya fue explicado en la presentación “Los Principios Universales y las Metas de la
Vida”, el amor es la atracción emocional con la cual los socios de sujeto y objeto se unen
y experimentan alegría. La atracción del amor es neutra y puede tomar varias
direcciones. El amor verdadero es la dirección adecuada, que se cultiva a través de la
ética familiar. El amor verdadero también busca una alegría completa, duradera y
comprensiva total. Cuando el corazón se esfuerza en alcanzar ésta alegría, sus esfuerzos
son manifestados como amor verdadero.
8
. William B. Collinge, “The American Holistic Health Association Complete Guide to
Alternative Medicine” (La Completa Guía de la Asociación Americana de Salud para la
Medicina Alternativa), Nueva York, Warner Books, 1997. Tanto el síndrome del cansancio
crónico como la fibromyalgia involucran unas acciones reciprocas asombrosas entre los
sistemas inmunes, circulatorios, digestivos y nerviosos.
9
Marvin Berkowitz y John H. Grych, “Fomentando la Bondad: Enseñando a los Padres Para
Facilitar el Desarrollo Moral de los Niños”, “Journal of Moral Education”, (septiembre
1998), p. 371.
10
James Q. Wilson, “El Sentido Moral”, p. 105; Deidre V. Lovechy, “El Desarrollo de la
Identidad con Niños Dotados: Sensitividad Moral”, Roper Review 20 (diciembre 1997), p.
93.
11
Corinna Jenkins Tucker, Kimberly A. Updegraff, Susan M. McHale and Ann C. Crouter,
“Hermanos Mayores Como Ayudantes Sociales Para El Aprendizaje De Compasión En Los
Hermanos Menores” “Journal of Early Adolescence” (May 1999), Pág. 176-99.
12
J. Dunn y E. Munn, “Hermanos y el Desarrollo del Comportamiento Prosocial”,
“International Journal of Behavioral Development 9 (1986), Pág. 265-84.
13
Harville Hendrix, “Alcanzando el Amor Que Quieres” (Nueva York: Harper, 1988)
14 Tony Anatrella, “Interminables adolescences”, (Paris: Cerf/Cujas, 1988) p. 8.

15
Vladimir Sergeyevich Solovyev, “El Significado del Amor”, traducido por Thomas R.
Beyer (Hudson, NY; Lindisfarne Press, 1985).
16
A. Ferguson, “Un Ensayo Sobre La Historia De La Sociedad Cívica”, (New Brunswick:
Transaction, 1991); K. Kumar “La Sociedad Cívica: Una Investigación De La Utilidad De Un
Termino Historico”, “British Journal of Sociology 44 (3), Pág. 375-401; W. Roepke “Las
Bases Morales De La Sociedad Cívica” (Nueva York: Transaction, 1996)
17
Charles K. Rowley, “Sobre La Naturaleza De La Sociedad Cívica”, “The Independent
Review, Winter 1998.
18
Lee la entrevista con el Presidente de los EEUU George W. Bush con Dotson Rader, “No
tengo miedo de Tomar La Oportunidad”, Parade Sunday Newspaper Magazine, 29 de abril
del 2001, p. 4.
19
Virginia Morgan Scott y George T. Doub, “Habilidades De Sobrevivencia Para Familias
Sanas” (Santa Cruz, CA: Family Wellness Associates).
20
Mencius I.A. 7
21
Pitrim Sorokin, “Las Dinámicas Sociales y Culturales” (Boston: Porter Sargent Publisher,
1957), p. 445.
22
Un Clásico En la Enseñanza sobre la Piedad Filial
23
James Q. Wilson, “El Sentido Moral”, Pág. 162-63.
24
J. Lorne Peachey, “Como Enseñar La Paz A Los Niños” (Scottdale, PA; Herald Press,
1981); Farley and Betsy Jones, eds. “Educando A Niños Hacia La Paz” (New York; HSA
Publications, 1997).

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