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Thomas Kuhn: La estructura de las revoluciones científicas

Uno de los más importantes, y mejor conocidos, representantes de la "nueva filosofía de la


ciencia" es indudablemente Thomas Kuhn. Su libro La estructura de las revoluciones
científicas,publicado en 1962, causó literalmente una revolución no sólo en el campo de la
historia de la ciencia, sino también en la filosofía de la ciencia y en la concepción que los distintos
campos científicos se han formado de sí mismos. Cualquier persona interesada en comprender el
debate contemporáneo en la filosofía de la ciencia debe leer su libro.

Kuhn se inició profesionalmente como físico y sólo después se convirtió en historiador de la


ciencia. Fue mucho más tarde en su carrera profesional, y como consecuencia de su interés por la
historia de la ciencia, que empezó a interesarse por los problemas relacionados con la filosofía de
la ciencia, en general, y del crecimiento o evolución de la ciencia, en particular. Su primer
contacto con la filosofía fue a través de la tradición analítica y particularmente de los "juegos del
lenguaje" de Wittgenstein. Kuhn quedó especialmente impresionado por la concepción
wittgensteiniana de los "universos de discurso", es decir, de la existencia de sistemas lingüísticos
cerrados en los que los elementos obtienen el significado de su lugar en el contexto sistemático y
lo pierden al salir o ser extrapolados de éste. Más aún, estos universos de discurso tienen la
característica de no ser traducibles entre sí, lo cual imposibilita, las más de las veces, la
comunicación, entre ellos.

La estructura de las revoluciones científicasse originó en un intento por aplicar esta noción de
universos de discurso al análisis de la historia de la ciencia y de las teorías científicas. Esto quedará
más claro a continuación, cuando analicemos la noción de "paradigma", redefinida por Kuhn, y
que posee una enorme similaridad con la de universo de discurso. El análisis kuhniano, sin
embargo, no se detiene ahí; elabora toda una nueva tipología de análisis histórico de la ciencia
que va más allá de las nociones propuestas por Wingenstein.

Kuhn reinició el debate filosófico sobre el crecimiento del conocimiento científico elaborando una
posición radicalmente distinta de las sostenidas hasta entonces por los positivistas lógicos y los
falsacionistas. Como ya lo hemos discutido anteriormente, el problema principal de Popper en su
Lógica del descubrimiento científicoera encontrar una regla de demarcación entre ciencia y no
ciencia o pseudo-ciencia, que le permitiera evitar los problemas del inductivismo y del
verificacionismo. La solución a este problema la encontró en su "falsacionismo" que consiste,
esencialmente, en la adquisición de conocimiento a través de la refutación de conjeturas
previamente formuladas.

En el análisis que Kuhn hace del crecimiento científico, el énfasis se dirige más hacia la descripción
histórica que a la metodología normativa, como en el caso de Popper o del positivismo lógico. De
acuerdo con Kuhn, la historia de la ciencia se encuentra marcada por largos periodos de
refinamiento estable, que él denomina "Ciencia normal", y que se ven sistemáticamente
interrumpidos por cambios bruscos de una teoría a otra sin ninguna posibilidad de comunicación
entre ellas. A estas bruscas interrupciones, Kuhn las llama "revoluciones científicas". Un esquema
representaría gráficamente su modelo de la siguiente forma:
La ciencia normal se inicia siempre con algún "logro", esto es, con el surgimiento de una teoría
que explica, por primera vez en la historia del área, algún hecho o evento. La ciencia normal es un
período en que la actividad científica se dedica a la resolución de "acertijos" o enigmas concretos
y parciales. A través de la resolución de estos acertijos los científicos tratan, al mismo tiempo, de
extender el rango de aplicación de sus técnicas de investigación y de resolver algunos de los
problemas existentes en su campo. Los períodos de investigación científica normal se caracterizan
también por sus marcadas tendencias conservadoras, los investigadores son premiados no tanto
por su originalidad como por su lealtad al trabajo de confirmación de la teoría o "paradigma"
dominante. En este sentido, la tenacidad científica es también una de las características que
define los períodos de ciencia normal. Esta tenacidad se manifiesta, principalmente, en la
resistencia a cualquier manifestación externa y contraria al paradigma dominante. Es importante
hacer notar que, para Kuhn, ésta es una característica que se origina con el entrenamiento
científico que prepara a los estudiantes para el manejo y aplicación de un solo paradigma
científico. Fue el mismo Kuhn quien utilizó esta característica de la ciencia en contra del modelo
popperiano. Kuhn arguye, en contra de Popper, que la respuesta típica de los científicos al
enfrentar una refutación experimental no es la de rechazar la teoría, como él afirma, sino la de
retener dicha teoría modificando sus hipótesis auxiliares u observacionales (involucradas en dicha
refutación). El mismo Lakatos, un filósofo falsacionista casi tan importante como Popper, ha
ilustrado la noción de tenacidad con varios ejemplos en la historia de la ciencia, aunque dándoles
un sentido distinto al de Kuhn. (Ver Lakatos más adelante).

De acuerdo con Kuhn, los logros de una teoría integrada al paradigma dominante en períodos de
ciencia normal son acumulados e integrados en los libros de texto que se utilizan para entrenar a
las nuevas generaciones de científicos en los problemas y soluciones legítimas del paradigma. En
general, los logros que constituyen la teoría que caracteriza los períodos de ciencia normal
carecen de precedentes, esto es, son originales y novedosos y, además, son logros abiertos en el
sentido de que presentan y permiten la existencia de enigmas y acertijos que deben resolverse en
el futuro.

La característica más importante de la ciencia normal es la existencia de un "paradigma". Su


significado, un tanto vago, ha sido criticado por una de las más distinguidas seguidoras del modelo
kuhnniano, Margaret Masterman (1970), quien encontró más de 20 acepciones distintas, y en
ocasiones contradictorias, del término. Debido principalmente a esto, en las correcciones a su
propio trabajo, Kuhn (1970) distingue dos formas principales del uso de la palabra "paradigma".
Por un lado, el paradigma debe ser concebido como un logro, es decir, como una forma nueva y
aceptada de resolver un problema en la ciencia, que más tarde es utilizada como modelo para la
investigación y la formación de una teoría. Por otra parte, el paradigma debe ser concebido como
una serie de valores compartidos, esto es, un conjunto de métodos, reglas y generalizaciones
utilizadas conjuntamente por aquellos entrenados para realizar el trabajo científico de
investigación, que se modela a través del paradigma como logro. Kuhn también acuñó el término
"matriz interdisciplinaria", el cual, además de incluir la noción de paradigma, se refiere al grupo
de científicos como la unidad social que reconoce y comparte un logro paradigmático, que escribe
y selecciona los libros de texto, proporciona entrenamiento y grados académicos y conduce
investigación para la resolución de enigmas y acertijos.

De acuerdo con Kuhn, el cambio de un paradigma por otro, a través de una resolución, no ocurre
debido a que el nuevo paradigma responde mejor las preguntas que el viejo. Ocurre más bien,
debido a que la teoría antigua se muestra cada vez más incapaz de resolver las anomalías que se
le presentan, y la comunidad de científicos la abandona por otra a través de lo que el mismo Kuhn
ha denominado switch gestaltico.Las revoluciones ocurren porque un nuevo logro o paradigma
presenta nuevas formas de ver las cosas, crean de con ello nuevos métodos de análisis y nuevos
problemas a qué dedicarse. En la mayoría de los casos, las teorías y problemas anteriores son
olvidados o guardados como reliquias históricas. Característica que ha dado en llamarse, desde
entonces, "pérdidas kuhnianas".

Ahora bien, dado que diferentes paradigmas se enfocan y parten de diferentes problemas y
presupuestos, no existe una medida común de su éxito que permita evaluarlos o compararlos
unos con otros. A esta característica de los paradigmas, Kuhn la llama "inconmensurabilidad",
término que tomaron Paul Feyerabend y el mismo Kuhn de la geometría, y que significa "sin
medida común". Es también debido a esta característica, la carencia de conceptos con significado
común entre teorías, que la transición de un paradigma a otro ocurren de una manera radical y
repentina, casi podemos decir irracional.

Después de una serie más o menos larga de fuertes críticas en contra de su modelo, Kuhn ha
suavizado sus concepciones originales básicas, como "paradigma" y "revolución científica". Se ha
argumentado mucho en contra de estas categorías que, inicialmente, fueron definidas de una
forma estricta y que encontraron pocas confirmaciones en la historia de la ciencia. Del mismo
modo se argumentó en contra de la necesaria irracionalidad que este modelo impone al cambio
científico constriñéndolo casi totalmente a su historia externa o a la sociología del conocimiento,
y por desconocer la posibilidad de progreso de la ciencia. Sin embargo, y a pesar de las
modificaciones que el mismo Kuhn hizo a su modelo, lo que aún permanece de éste es su énfasis
en el papel que tienen los valores compartidos por la comunidad científica en las decisiones
científicas, particularmente con respecto a la tenacidad y a la evaluación de paradigmas en
competencia; conserva también una actitud escéptica hacia los llamados factores cognoscitivos
como "racionalidad epistemológica" o "historia interna" en la explicación del cambio científico, y
se inclina por los factores sociológicos como autoridad, poder, grupos de referencia como
determinantes de la conducta científica. Finalmente, Kuhn fue uno de los primeros y más
importantes críticos de la noción de "progreso" en la ciencia, noción que él relaciona con la
acumulatividad o el reduccionismo y a las que se opone abiertamente al menos al hablar de
cambios entre distintos paradigmas. Es por esto que él prefiere hablar de "cambio" científico en
lugar de "crecimiento o "progreso".
El Cambio de Paradigma
Por: Enrique Mieses
Un día, estando yo enfrascado en la lectura de un libro, mi hija se acercó y, halándome
por la manga de la camisa para que le prestara atención, me preguntó: “Papi, ¿que es un
paradigma?
Me quedé paralizado por un momento, pues no tenía a mano una respuesta apropiada para
una niña de su edad. Yo estaba acostumbrado hablar de estas cosas con mis estudiantes
adultos en la universidad. Imagínese, cómo explicar a una niña de apenas 9 años lo que es un
paradigma.
De repente, se me ocurrió una idea e inmediatamente la puse en práctica. Tomé unas gafas
de sol, de color azul, que estaban sobre la mesa y se las puse. Entonces saqué un pañuelo de
mi bolsillo y le pregunté de qué color era.
Ella, quitándose las gafas, miró el pañuelo y dijo: “Es de color blando”.
Cierto - agregué - pero ¿porqué te quitaste las gafas?
Para poder ver el verdadero color del pañuelo, papi. No se puede ver el color real de las cosas
a través de unas gafas con lentes de color.
Así mismo es – dije, sentándola en mis piernas. Un paradigma es como un lente especial,
creado por nuestra cultura, que nos hace ver las cosas, según un sistema de valores
sustentados por nuestras creencias y perpetuados a través del tiempo por nuestra educación,
vivencias, prácticas y conocimientos.
El paradigma nos impide ver las cosas realmente como son, con la agravante de que no
podemos deshacernos de él como tú lo hiciste con las gafas. Los paradigmas son imposibles
de eliminar, solo se pueden cambiar por otros, aunque realmente es un proceso muy lento y de
largo plazo.
Los paradigmas no son malos y los necesitamos para poder desenvolvernos en la vida,
pero debemos estar conscientes de ellos y mantener nuestras mentes abiertas, para poder
cambiarlos cuando ya no nos sean útiles.
Para cambiar un paradigma es necesario modificar nuestro sistema de valores, cambiando
nuestras creencias y conocimientos por medio de cambios en la educación, las prácticas y las
vivencias para crear nuevas experiencias. Esto casi siempre es un proceso de largo plazo.
Pero no todos los cambios de paradigmas son procesos de largo plazo. Existen también los
cambios instantáneos de paradigmas.
- ¿Ves ese libro que está en el estante? – pregunté, pensando que después de tantas
explicaciones la niña necesitaba un ejemplo concreto.
- Si, papi, se llama: “Los Siete Hábitos de la Gente Altamente Efectiva”, de Stephen R. Covey.
- Exactamente – afirmé, alargando el brazo derecho hasta tocar el libro con mi mano.
Entonces, tamborileando sobre el lomo con las puntas de mis dedos y mirándola
profundamente a los ojos, como quien revelara un importante secreto celosamente guardado
durante años dije:
- Aquí hay varios ejemplos de cambio instantáneo de paradigma y te voy a contar uno de ellos.
Escucha.
Una vez, durante una práctica de la tripulación de un barco de la Marina de Guerra en alta mar,
el capitán ordenó suspender las escaramuzas por ese día y dirigirse al puerto, porque ya la
obscuridad de la noche prematura está dificultando la realización del ejercicio naval.
Cuando navegaban hacia la costa y mientras la noche se vuelve más obscura, el vigía sobre
el observatorio en el punto más elevado de la nave, colocando alrededor de su boca las dos
manos juntas, en forma ahuecadas para hacer de altavoz, con voz de vendedor de guagua
anunciadora, dirigiéndose a la torre de mando grita:
- ¡CAPITAN, UNA LUZ A PROA ACERCANDOSE! ¡DISTANCIA: MEDIA MILLA, VELOCIDAD:
30 NUDOS!
El capitán, sin inmutarse, se dirige al operador de radio y ordena:
- Operador, establezca contacto por radio y dígales que giren 10 grados a estribor.
- Si señor, señor – contesta el operador de radio procediendo a colocarse los auriculares.
Inmediatamente establece el contacto y y procede a transmitir la orden del capitán.
Después de varios segundos de escuchar en silencio por el auricular, el operador de radio se
vuelve hacia el capitán y le dice:
Señor, contestan que somos nosotros los que debemos girar 10 grados a estribor – dice el
operador de radio.
En esos momentos el vigía vuelve a anunciar:
- ¡LUZ A PROA, CONTINUA ACERCANDOSE! ¡DISTANCIA: UN CUARTO DE MILLA,
VELOCIDAD: 30 NUDOS!
Suba el volumen de los altoparlantes y páseme el micrófono – dice el capitán, con visible
enfado.
El operador rápidamente ejecuta la orden recibida del capitán y éste, una vez con el micrófono
en sus manos y con voz irritada dice:
- ¡Atención, atención! Les habla el capitán de esta nave. !Les ordeno girar 10 grados a estribor,
ya!
En respuesta a esta orden, se escucha en los altoparlantes una atiplada voz que dice, con tono
calmado y burlón:
Señor, yo solamente soy cabo pero ustedes son los que tienen que girar 10 grados a estribor,
señor.
Al escuchar esta respuesta, el capitán, completamente furioso y exasperado grita:
- ¡TENDRAN QUE ATENERSE A LAS CONSECUENCIAS! ¡ESTE ES EL MAS GRANDE
ACORAZADO DE LA MARINA DE GUERRA!
- Señor, ustedes también deben atenerse a las consecuencias, señor, porque esto es un faro!
– contesta con displicencia la voz en los altoparlantes.
- ¡10 GRADOS A ESTRIBOR YA! – grita desesperadamente el capitán a su timonel.

- ¿Ves cómo cambió el capitán de manera de pensar y de actuar? – Eso es lo que se llama un
cambio rápido de paradigma.
Me extraño la tranquilidad de la niña sentada sobre mis piernas, hasta que me di cuenta de
que se había quedado dormida. Lentamente me levanté con el pequeño cuerpecito flácido
entre mis brazos, caminé con cuidado hacia su habitación y la deposité dulcemente en su
cama. Eran las 9:00 de la noche y, en medio del silencio de su habitación rosada, con ositos de
peluche por todas partes, me imagine cuando tuviera 19 años, en vez de 9.
Entonces comprendería que hay cambios rápidos de paradigma que nos permiten sobrevivir y
avanzar en la vida, pero que también hay cambios rápidos de paradigma que nos sorprenden y
no nos permiten reflexionar y aprender.
Voy a tratar de transcribir el mensaje de una vieja película titulada “El Nuevo Negocio de los
Paradigmas” que tuve la oportunidad de ver hace algún tiempo, narrada por el futurólogo Joel
Barrer, quien se dedica a trabajar con empresas y gobiernos para ayudarles a anticipar el
cambio.
Esta película me impacto sobremanera, al extremo de que creo que la he visto una docena
de veces, siempre con el mismo entusiasmo. Me saltaré algunas cosas, porque transcribirla
toda haría este artículo demasiado largo y quizás no pueda recordar exactamente toda la
narración, pero trataré de hacerla entretenida y agradable, como compensación a la falta audio
e imágenes.
¿Porque la gente rechaza las nuevas ideas en todas las culturas y en todas partes del mundo?
¿Porqué Galileo fue condenado por presentar una idea contraria a lo que se creía en la época?
¿Porqué existe un patrón de resistencia, común a todas las personas en todas las épocas?
Una parte de las respuestas a estas interrogantes descansa en las páginas de un libro escrito
por el historiador científico Thomas Kum, en donde se encuentran conceptos que pueden
ampliar y potenciar su capacidad para innovar, para dirigir y ayudarle a descubrir hoy el futuro.
En el libro “La Estructura de las Revoluciones Científicas”. de Thomas Kum, aparece la
palabra ‘Paradigma', la cual también aparece en el diccionario como patrón o modelo, pero en
una definición un poco más amplia, un paradigma es un sistema de reglas y reglamentos que
hacen dos cosas. La primera es que algunas reglas establecen límites o fronteras, igual que un
patrón marca las orillas y la segunda es que el resto de las reglas ofrecen una guía para tener
éxito al resolver los problemas que están dentro de esos límites.
En cierta forma, los paradigmas te ofrecen un modelo para resolver problemas. De manera que
un paradigma es un modelo para resolver problemas y un cambio de paradigma ocurre cuando
usted cambia un conjunto de reglas por otro.
En su libro, Thomas kum exploró cómo nos afectaban los paradigmas. En términos generales,
los hallazgos de Kum fueron los siguientes:
Todos los seres humanos tenemos paradigmas que influyen en el modo en el que
vemos el mundo.
Todos seleccionamos los datos que se ajustan mejor a nuestras reglas e intentamos
ignorar el resto.
Como resultado, lo que puede ser perfectamente obvio para una persona con un
paradigma, puede ser totalmente imperceptible para alguien con un paradigma distinto, porque
cada paradigma filtra al mundo de un modo distinto. Este fenómeno de filtrado es llamado “el
efecto paradigma”.
El efecto paradigma es lo que hace que manejar el cambio y manejar el futuro sea algo
tan difícil. El efecto paradigma puede evitar que encontremos soluciones revolucionarias a los
problemas de nuestras vidas.
Los paradigmas afectan dramáticamente nuestros juicios y nuestra toma de decisiones al influir
en nuestras percepciones. Nunca debemos olvidar que vemos bien lo que se supone que
debemos ver y que vemos mal lo que no se ajusta a nuestro paradigma.
Si queremos establecer buenos juicios con relación al cambio, si queremos conducir
exitosamente hacia el futuro debemos estar conscientes de nuestros paradigmas actuales y no
debemos temer el reemplazarlos.
Al principio de los años 60's, los japoneses se distinguían por hacer cosas muy diferentes de
las que hacen ahora. Juguetes baratos, aceros de baja calidad, imitaciones de productos
americanos, aparatos electrónicos muy corrientes. Y esto es lo que nosotros esperábamos del
Japón. Que hiciera productos inferiores.
Pero, sin que lo supieran los ejecutivos norteamericanos, un cambio de paradigma estaba
transformando al Japón. Deming y Juran, los dos también norteamericanos, estaban
enseñando a los japoneses la Calidad Total.
Mientras los japoneses estaban aprendiendo a perfeccionar sus productos, las compañías
norteamericanas y casi todas las demás, no le hicieron caso a la calidad total, porque veían
que no tenían la necesidad de cambiar.
Y así fue como los japoneses comenzaron a hacer productos de calidad. Y fueron los
japoneses quienes iniciaron una epidemia de calidad que se difundió por todo el mundo. Esto
les ha costado a las compañías norteamericanas y europeas muchos miles de millones de
dólares. Es que hay que estar atentos, porque cuando hay un cambio de paradigma todo
regresa a cero.
Suiza dominó al mundo en la fabricación de relojes. Por más de un siglo, Suiza fue reconocida
por hacer excelentes relojes. En 1968, tenía el 65% del mercado mundial de relojes y de
acuerdo con estimados de los expertos había obtenido más del 80% de las utilidades de esta
industria.
Sin embargo, 10 años mas tarde, su participación en el mercado había caído por debajo de un
10% y en los tres años siguientes tuvieron que despedir a 50.000 de las 65,000 personas que
trabajaban en la industria.
Hoy la fabricación de relojes es dominada por Japón. En 1968, los japoneses no tenían
ninguna participación en el mercado. Entonces ¿Cómo pudo ser destruida tan pronto la
industria relojera suiza?
La respuesta es extremadamente simple. Ellos fueron puestos en cero por un cambio de
paradigma. Casi todos llevan en su muñeca ese cambio de paradigmas: el reloj de cuarzo.
Totalmente electrónico, mil veces más exacto que los relojes mecánicos que reemplazó.
Funciona con baterías. Puras reglas nuevas.
Y ¿Sabe usted quién inventó este diseño revolucionario? Los mismos suizos, en su propio
laboratorio de investigación. Cuando sus investigadores presentaron esta idea a los fabricantes
de relojes suizos en 1968, la rechazaron. No tenían rodamientos, no usaban engranajes ni se
les tenía que dar cuerda. No tenían nada de la maravillosa complejidad mecánica por la que los
suizos se habían distinguido siempre. Por lo tanto no podía ser el futuro de los relojes.
Estaban tan confiados con esta conclusión que ni siquiera protegieron la idea. En ese mismo
año, los investigadores exhibieron ese reloj a todo el mundo en el congreso mundial de
relojería. Seiko, de Japón, paso por el frente, le echó una ojeada y lo demás es historia.
Es que lo que es imposible de hacer hoy puede resultar fácil de hacer mañana. Usted no
puede suponer que lo que ha sido exitoso en el pasado seguirá siendo exitoso en el futuro.
Recuerde que cuando un paradigma cambia, todo regresa a cero. Toyota hizo que General
Motors regresara a cero. Dell se lo hizo a IBM. Wal-Mart se lo hizo a Sears. Los japoneses se
lo hicieron a los suizos.
He aquí algunas observaciones fundamentales sobre los paradigmas:
1. Los paradigmas son comunes. Tenemos paradigmas en casi todos los aspectos de
nuestra vida, ya sea personal, profesional, espiritual o social.
2. Los paradigmas son útiles. Nos ayudan a identificar lo que es importante y lo que
no es importante. Enfocan nuestra atención y nos dan valiosas guías para resolver
problemas.
3. Algunas veces su paradigma se puede volver el paradigma. El único modo de hacer
algo y cuando usted se enfrenta con una alternativa, la rechaza inmediatamente. Esto
puede conducir a lo que se conoce como “parálisis de paradigma. Es una enfermedad
terminal de certidumbre. Es muy fácil de adquirir y ha destruido muchas instituciones.
4. Las personas que crean nuevos paradigmas generalmente son de fuera. No son
parte del paradigma establecido de la comunidad y no tienen nada que perder al
crear el nuevo. Esto significa que se quiere encontrar el nuevo paradigma que se está
desarrollando en su campo, debe mirar fuera del centro hacia los márgenes, porque
casi siempre las reglas nuevas están escritas en las orillas.
5. Los practicantes de los viejos paradigmas que escogieron cambiar hacia los nuevos
paradigmas temprano en su desarrollo, como Galileo, tuvieron que ser muy valientes.
Thomas Kum dice: “Una persona que abraza un nuevo paradigma en una etapa
temprana con frecuencia debe hacerlo haciendo caso omiso de la evidencia aportada
por la solución del problema. Lo que identifica a estos pioneros de paradigma es
mucho valor, confianza o juicio intuitivo.
6. Usted puede escoger cambiar su paradigma. Usted puede escoger sacudirse de su
viejo paradigma y adoptar uno nuevo. Porque si usted no cambia cuando tiene que
cambiar luego podría ser demasiado tarde.
Uno de estos cambios se ejemplifica en la anécdota del tipo que iba conduciendo su automóvil
tranquilamente por una carretera. Al acercarse a una curva vio que de la misma salía un
automóvil a alta velocidad, fuera de control y zigzagueando. Opto por echarse a un lado, para
evitar una colisión a tan alta velocidad con tal suerte que pudo evitar el choque de frente con el
imprudente conductor, quien para colmo era una mujer que al pasar a su lado le gritó:
- ¡BURRO, BURRO! -
- ¡MAS BURRA ERES TU!...!MALDITA BRUJA! – gritó con todas las fuerzas de sus pulmones,
sin reducir la velocidad y sacando la cabeza por la ventanilla lateral, de manera que esa vieja
bruja pueda escuchar la contestación de su insulto. Porque no tenía derecho a llamarme burro,
si yo iba bien y era ella la que por poco me choca al manejar como una loca en la carretera.

Ya había entrado a la curva de manera que, volviendo la vista al frente, pudo darse cuenta del
burro que estaba en mitad de la curva. Pero fue imposible evitar el choque.
Más tarde, cuando recobro el conocimiento, entre los hierros retorcidos del automóvil y los
pedazos del burro descuartizado, comprendió que no era un insulto lo que la vieja loca le había
gritado. Ella había tratado de avisarle del peligro, pero lo comprendió muy tarde.
El había actuado siguiendo la vieja regla: Usted me grita algo y yo le respondo gritandole
también. Pero, en este caso, la señora estaba tratando de advertirle que había un burro en el
medio del camino.
Es posible que los próximos años estén llenos de personas saliendo de curvas gritándole
cosas. Si usted tiene parálisis de paradigmas, sólo escuchará insultos y amenazas. Pero,
por otra parte, si usted está abierto a los paradigmas va a escuchar algunas oportunidades
maravillosas.
La elección es enteramente suya.
Enrique Mieses
Editor de Marketing-Ya!

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